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Neurona y Sinapsis

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ACERCA DE LA NEURONA Y LA NEUROTRANSMISIÓN

Referencia: Afifi A. & Bergman R. NEUROANATOMÍA FUNCIONAL. Ed. McGraw-Hill


Interamericana. 2001.

Las células que forman el sistema nervioso son grandes en número y complejidad.
Estas células, llamadas neuronas, se agrupan en dos sistemas con fines descriptivos: el
sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico. Las neuronas se distribuyen
por todo el cuerpo ya que se requieren en mayor o menor grado en todas las funciones
corporales.

Algunas de estas importantes células en la piel y órganos internos reciben estímulos


tanto del medio externo como del interno y transmiten la información que reciben como
impulsos electroquímicos a las células dentro del sistema nervioso central que pueden
modificar, coordinar e integrar estos impulsos. Su acción final es enviar nuevos
impulsos electroquímicos a neuronas efectoras, las cuales determinan que los músculos
se contraigan o las glándulas secreten; en otras palabras , proporcionan un significado
consciente a las experiencias y pueden o no coordinar las actividad motora. Todas las
manifestaciones de vida se expresan como formas de contracción muscular y secreción
glandular. La influencia del sistema nervioso sobre la función muscular difícilmente
puede sobreestimarse; se aprecia mejor cuando los sistemas de control fallan o
comienzan a fallar (por ejemplo: en los pacientes con infartos y en los pacientes con
defectos neuromusculares).

Las células del sistema nerviosos se dividen en dos grupos: células nerviosas
(neuronas) y células de sostén (glía). Las células nerviosas se asocian unas con otras
para formar un sincitio funcional, una compleja red que se parece un poco a la de una
compañía telefónica. En el caso del sistema nervioso, las neuronas se tocan entre sí en
áreas especializadas de contacto neuronal llamadas sinapsis. La complejidad de las
relaciones sinápticas entre los millones de neuronas forma las bases de la diversidad de
la conducta de los seres humanos.
Los investigadores del sistema nervioso han descubierto muchas facetas de la
estructura y función de las neuronas y sus extensiones fibrosas las cuales emanan de
ellas o se proyectan en su dirección.

LAS CÉLULAS Y SUS CARACTERÍSTICAS ESPECIALES

Descripción general de las neuronas

Una neurona, o célula nerviosa (los términos se pueden usar de manera indistinta),
tienen un cuerpo celular, o pericarion (la parte que contiene el núcleo), y todos sus
procesos (axón y dendritas). Los nombres dados a las neuronas pueden sugerir su
tamaño, forma, aspecto, papel funcional o presunto descubridor [por ejemplo: Células
de Purkinge (neuronas) del cerebelo]. El tamaño y forma de los cuerpos neuronales son
muy variables. El diámetro del cuerpo puede ser tan pequeño como 4 um (las llamadas
células grano del cerebelo) o tan grandes como 125 um (una motoneurona de la médula
espinal). Las células nerviosas pueden tener forma piramidal, de botella, estrellada o
granular. Un rasgo adicional de estas células es el número y organización de sus
procesos. Algunas neuronas tienen pocas dendritas, mientras que otras tienen
numerosas proyecciones dendríticas. Sólo con dos excepciones (células amacrinas de
la retina y las células granulosas del bulbo olfatorio, las cuales carecen de axón), todas
las neuronas tienen al menos un axón y una o más dendritas.

En general, se reconocen tras tipos básicos de neuronas:


1. Neuronas unipolares o seudounipolares [por ejemplo: las células
ganglionares sensitivas (o de las raíces dorsales)] tienen un cuerpo celular
esférico con un solo proceso que se bifurca.
2. Neuronas bipolares (por ejemplo: las células de los ganglios coclear y
vestibular y los receptores olfatorios y retinianos), son fusiformes, con un
proceso en cada extremo de la célula.
3. Neuronas multipolares (por ejemplo: en los ganglios autonómicos y la mayor
población de células en el sistema nerviosa central: corteza, núcleos basales,
tálamo núcleos subcorticales, cerebelo, tronco cerebral).

La característica más interesante de las neuronas son sus procesos. En el humano, el


axón de una neurona, la parte efectora de la célula, puede tener un metro o más de
longitud, extenderse desde la médula espinal hasta los dedos de las manos o de los
pies o desde la corteza cerebral hasta el extremo distal de la médula espinal. Las
dendritas, el área receptora principal de la neurona, son variables en número y patrón
de ramificación, lo cual en algunos casos incrementa de manera importante la superficie
de una neurona para recibir aferencias (sinapsis de otras neuronas de diversas
localizaciones).

Pericarion

El pericarion o cuerpo celular contiene el núcleo y un conjunto de organelas.

El núcleo por lo común es redondo y de localización central. El nucleoplasma es


homogéneo y se tiñe en forma tenue con los colorantes básicos (tinciones nucleares).
Esto indica que el ácido desoxirribonucleico (DNA) está disperso y desde el punto de
vista funcional se encuentra en forma activa. Se dice que el nucleoplasma se encuentra
en forma eucromática. En contraste, cada núcleo contiene un nucleolo teñido con
intensidad (con colorantes básicos), el cual está compuesto en parte de ácido
ribonucleico (RNA), que por lo regular está presente dentro del núcleo. El contenido
nuclear está delimitado por una membrana nuclear característica.

El citoplasma que rodea al núcleo está lleno de diversos organelas e inclusiones.

El organela más llamativo es el llamado sustancia cromófila (por su afinidad a los


colorantes básicos) o cuerpos de Nissl (por su descubridor). Los cuerpos de Nissl son
muy evidentes en las neuronas motoras somáticas, como las que se encuentran en el
cuerno anterior de la médula espinal o en algunos núcleos motores de nervios
craneales (en este caso, el término núcleo se refiere a un conjunto de cuerpos celulares
en el sistema nervioso central más que a los núcleos de las neuronas). Los cuerpos de
Nissl, que se distinguen por su forma y abundancia, están compuestos de
ribonucleoproteínas fijas a una membrana (también conocido como retículo
endoplásmico granular). Se conoce con precisión el papel del núcleo, nucleolo y RNA
citoplasmático en las síntesis de proteínas. De esta manera, el cuerpo celular sintetiza
las proteínas citoplasmáticas y otros constituyentes esenciales que se distribuyen a
través de la neurona para el mantenimiento de las actividades funcionales.

Los cuerpos de Nissl también se encuentran en las dendritas. De allí que éstas también
participen en la actividad sintética. La presencia de cuerpos de Nissl en las dendritas
confirma su identidad como tales, algo que de otra manera podría ser imposible en el
estudio de una mezcla densa de dendritas y axones en el neurópilo.

No se presentan cuerpos de Nissl en el cono axónico (la parte del pericarion en las
cuales se origina el axón). Los cuerpos de Nissl sufren cambios característicos en
respuesta a la lesión axónica.

Hay un gran número de mitocondrias dispersas a través de todo el citoplasma que ,


como es habitual, desempeñan un importante papel en la actividad metabólica de la
neurona.

El aparato de Golgi, el cual se descubrió por primera vez en las neuronas, es un


sistema muy desarrollado de vesículas aplanadas y pequeños sacos membranosos
agranulares ovales o redondos. Se piensa que esta aparato es la región de la célula que
recibe los productos formados en los cuerpos de Nissl para permitir una mayor actividad
sintética. Es probable que en el área de Golgi los carbohidratos se unan a las proteínas
en la síntesis de glucoproteínas. Las pequeñas vesículas formadas por este organela
pueden ser las que originan las vesículas sinápticas y su contenido, que se encuentran
en las terminaciones axónicas.

Las Neurofibrillas, se reconocen en todas las neuronas y son continuas por todos sus
procesos. Están compuestas por subunidades (neurofilamentos) de un diámetro de 7,5
a 10 nm, un tamaño inferior al límite de resolución del microscopio de luz. Además de
los neurofilamentos, hay neurotúbulos con un diámetro externo de cerca de 25 nm;
estas estructuras son similares a las que se observan en otras células no neurales. Los
neurotúbulos se relacionan con el transporte rápido de moléculas proteicas sintetizadas
en el cuerpo celular, para llevarlas a través de las dendritas y el axón.

La mayoría de las células nerviosas grandes contiene gránulos del pigmento lipocromo.
Al parecer, estos gránulos se acumulan con el tiempo y son más evidentes en la edad
avanzada de un organismo. Además, ciertas células nerviosas de algunas
localizaciones específicas del encéfalo contienen gránulos negros (pigmento melanina).

Todas estas organelas son características del pericarion y definen de esta manera el
centro trófico de la neurona. La separación de un proceso (axón o dendrita) del
pericarion resulta en la desintegración de las prolongaciones.

Axón

Sólo un axón se origina del cuerpo celular, el punto de origen del mismo se conoce
como tallo axónico. El axón puede ser muy largo (120 cm o más) y es de manera
uniforme, cilíndrico. El diámetro de los axones es también variable y se relaciona con su
función.

El sitio de origen del axón es el cono axónico, una pequeña proyección del cuerpo
celular que carece de cuerpos de Nissl. Bajo la membrana neuronal, en el cono axónico,
hay una capa densa de material granular de cerca de 20 nm de grueso. Además, hay
una confluencia de microtúbulos que se agrupan y entrecruzan. El área entre el
pericarion (y cono axónico) y el axón se llama segmento inicial. Este segmento es
corto, estrecho y carece de mielina, la cual cubre algunos axones. Es en este lugar que
se inicia el impulso nervioso o potencial de acción. Justo por delante de este sitio
muchos axones se vuelven mielínicos; esto incrementa su diámetro de manera uniforme
hasta el órgano terminal, que se localiza en su extremo. El axoplasma contiene muchas
organelas, tales como mitocondrias, microtúbulos, microfilamentos, neurofilamentos,
neurotúbulos, retículo endoplásmico liso, lisosomas y vesículas de diferentes tamaños.
El axón, a diferencia del cuerpo celular, carece de estructuras relacionadas con la
síntesis o ensamblaje de proteínas [ribosomas, retículo endoplásmico rugoso (sustancia
de Nissl) y el complejo de Golgi]. Los componentes axoplásmicos más pequeños son
los microfilamentos, que son pares de cadenas helicoidales de actina. Por lo común
se localizan en la zona cortical cercana al axolema; su proteína, la actina (asociada con
el proceso contráctil), quizá participa en el transporte intraaxónico.

Los neurofilamentos son más grandes que los microfilamentos (7.5 a 10 nm de


diámetro) y más abundantes; están dispersos a través del axoplasma, pero no en un
patrón reconocible. Los neurofilamentos están compuestos de tres proteínas con una
masa molecular de 68 a 200 kDa, que son subunidades de la proteína tubulina. Se
separan fácilmente por proteasas intrínsecas y desaparecen con rapidez en los axones
dañados. Los microtúbulos son cilindros huecos ordenados axilmente que miden de 23
a 25 nm de diámetro y tienen una longitud indefinida. El número de microtúbulos dentro
de un axón varía en una relación directa con la masa axónica y al tipo de nervio; son
más numerosos en las fibras amielínicas.

Las mitocondrias varían en número en relación inversa al área de corte transversal.


Con frecuencia se relacionan topográficamente con uno o más microtúbulos.

El retículo endoplásmico liso (REL) proporciona vesículas secretorias a lo largo del


axón. El REL se relaciona desde el punto de vista funcional con el transporte axónico.
Las vesículas secretorias varían en tamaño desde 40 a 100 um. La concentración de
vesículas se encuentra en asociación con los nodos de Ranvier y dentro de las
terminaciones nerviosas.

Los lisosomas por lo común se encuentran cerca de los nodos de Ranvier y se


acumulan con rapidez durante la degeneración de los nervios después de una lesión.

Los axones conservan un diámetro uniforme a través de toda su longitud. Pueden tener
colaterales en su porción proximal y con frecuencia se ramifican de manera amplia en
sus extremos distales (telodendrones) antes de terminar en contactos sinápticos con
dendritas y cuerpos celulares de otras neuronas o sobre los órganos efectores
(músculos y glándulas).

Los axones pueden ser mielínicos o amielínicos. De cualquier manera, en ambos casos,
están envueltos por células de sostén: las células de Schwan en el sistema nervioso
periférico y la células de oligodendroglia en el central.

Los axones mielínicos se forman cuando quedan envueltos por capas múltiples de
plasmalema (membrana celular) de la célula de Schwan u oligodendroglia.
La cubierta de mielina se interrumpe en los extremos distales de cada célula (de
Schwan u oligodendroglia) participante en el proceso de envoltura. El área de
discontinuidad entre células se conoce como nodo de Ranvier y es el sitio de
localización de la conducción del impulso (potenciales de acción). El impulso eléctrico
fluye a través de un axón mielínico saltando de un nodo a otro. este tipo de propagación
de los impulsos se conoce como conducción saltatoria; tiende a incrementar la
velocidad a la cual se extiende el potencial de acción. Los nodos de Ranvier no están
alineados con los axones adyacentes y las vainas de mielina sirven como un aislante
eléctrico; de aquí que es poco probable la activación falsa de axones.

La mielina, a la cual compone un número variable de envolturas ajustadas de la


membrana celular alrededor de los axones, es un complejo lipoproteico. Cuando se
prepara para su observación al microscopio de luz, el lípido se extrae o se pierde
durante la preparación del tejido, dejando sólo en el corte un artefacto lipoproteico
resistente conocido como neuroqueratina.

Además de las vainas de mielina, las fibras nerviosas periféricas están rodeadas por
tejido conjuntivo, el endoneuro. Las vainas de tejido conjuntivo son continuas una con
otra a lo largo de todo el nervio, pero se llaman de diferente manera de acuerdo con sus
localizaciones. El tejido que cubre axones individuales se llama endoneuro, el que rodea
a un grupo de axones se conoce como perineuro y al que cubre todo el nervio (un
conjunto de múltiples fascículos de axones) se denomina epineuro.

Los axones mielínicos varían en diámetro desde 1 a 20 um, mientras que los axones
amielínicos no son más grandes de 2 um. El tamaño de la fibra nerviosa (el axón más la
mielina) tiene una relación directa con la velocidad de conducción de un impulso; las
fibras mielinizadas grandes propagan impulsos nerviosos a un ritmo más rápido que los
pequeños axones amielínicos.

Dendritas

Las neuronas poseen un solo axón, pero por lo común tienen más de una dendrita,
aunque hay excepciones. Las dendritas pueden incrementar el área receptiva del
cuerpo celular en forma muy importante y un recurso para aumentar la superficie
receptiva de las dendritas consiste en las numerosas proyecciones que emiten
conocidas como espinas o botones, las cuales representan sitios de contacto sináptico
con terminales axónicas de otras neuronas.

Las dendritas contienen todos los organelas que se observan en el neuroplasma del
pericarion excepto el aparato de Golgi. Las neuronas que reciben terminaciones
axónicas o contactos sinápticos desde una diversidad de sitios en el sistema nervioso
central pueden tener una organización dendrítica muy compleja. Un impresionante
ejemplo de esta complejidad es la encontrada en las células de Purkinge del cerebelo.
Las células del sistema nervioso central y los ganglios autonómicos tienen dendritas
que se extienden desde su pericarion. Las células con un gran cantidad de dendritas se
llaman multipolares; las que poseen sólo prolongaciones que se extienden desde cada
uno de los extremos de la célula se llaman bipolares. Este tipo de células sólo se
encuentra en la retina del ojo, los receptores olfatorios y los ganglios periféricos del
nervio vestibulococlear (el nervio craneal VIII). Las neuronas sensitivas de los ganglios
de las raíces dorsales de los nervios raquídeos se conocen como seudounipolares
porque es solo un proceso que emerge del cuerpo celular antes de bifurcarse para
formar un segmento proximal y otro distal.

Los procesos de las neuronas bipolares y seudounipolares son similares a un axón en


estructura; tienen una limitada o específica capacidad receptiva. Estas neuronas del
sistema nervioso periférico, por lo común, retienen la capacidad de ramificación axónica
terminal para cuando entran al sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal).

Una célula rara y única se encuentra en la retina, la célula amacrina, a la que se


considera una neurona sin axón.

Neuroglia

Las células de sostén entre las neuronas del sistema nervioso central se conocen como
neuroglia. Hay varios tipos, los cuales se pueden organizar como sigue:
1. Astrocitos
a. Fibrosos
b. Protoplasmáticos
2. Oligodendrocitos
3. Células Ependimarias
4. Microglia.

Los astrocitos y oligodendrocitos se conocen también como la macroglia.

Astrocitos (Astroglia)

Los astrocitos son las células más grandes de la neuroglia. Se trata de células
estrelladas ramificadas cuyos núcleos son ovoides, de localización central y se tiñen
con debilidad porque no tienen una cantidad importante de heterocromatina y carecen
de nucleolo. Los núcleos contienen eucromatina, la cual no se tiñe con los colorantes
nucleares típicos y se caracteriza por una intensa actividad nuclear para sus funciones
celulares.

El citoplasma de los astrocitos puede contener pequeños gránulos redondos y


filamentos gliales compuestos de una proteína ácida fibrilar glial. Los proceso de la
Astroglia se fijan a la superficie externa de los capilares (pies perivasculares o pies
astrocíticos), a la que cubren por completo así como a la piamadre.

Astrocitos fibrosos, tienen procesos delgados, fusiformes que irradian del cuerpo celular
y terminan con expansiones distales o pies astrocíticos, los cuales también están en
contacto con las paredes externas de vasos sanguíneos dentro del sistema nervioso
central. Los pies forman una vaina glial continua, llamada membrana limitante
perivascular, que rodea los vasos sanguíneos.

El citoplasma de los astrocitos fibrosos contiene filamentos que se extienden por toda la
célula así como las organelas citoplasmáticas comunes. Los astrocitos fibrosos se
encuentran en su mayoría en la sustancia blanca; se considera que se relacionan con la
transferencia de metabolitos y la reparación del tejido dañado (cicatrización).
Astrocitos protoplasmáticos, tienen ramificaciones más gruesas y numerosas. Están en
estrecha relación con las neuronas y pueden envolverlas de manera parcial; por esta
razón, se les conoce como célula satélite. Ya que tienen una muy cercana relación con
las neuronas, su principal localización es la sustancia gris, donde se encuentran los
cuerpos celulares del encéfalo y médula espinal. Su función no está aclarada por
completo, pero sirven como intermediarios metabólicos para las células nerviosas.

Oligodendroglia

Los oligodendrocitos comparados con los astrocitos, son más pequeños, tienen menos
ramificaciones y éstas son más cortas. Sus núcleos son redondos y tienen un
nucleoplasma condensado, teñible (heterocromatina). El citoplasma está lleno en forma
densa de mitocondrias, microtúbulos y ribosomas, pero carece de neurofilamentos. Las
células de oligodendroglia se encuentran tanto en la sustancia gris como en la blanca.
Por lo común se ven alineadas en filas entre los axones de las sustancia blanca. Los
estudios de microscopia electrónica relacionan al oligodendrocito con la Mielinización
dentro del sistema nervioso central en forma similar a como las células de Schwan lo
hacen en el sistema nervioso periférico. Dentro de la sustancia gris, estas células se
localizan de manera muy cercana a las neuronas, al igual que los astrocitos
protoplasmáticos (células satélite perineuronales).

Células Ependimarias

Los ependimocitos limitan el canal central de la médula espinal y los ventrículos del
encéfalo. Varían de forma cuboidal a columnar y pueden poseer cilios. Su citoplasma
contiene mitocondrias, un complejo de Golgi y gránulos pequeños. Estas células están
relacionadas con la formación del líquido cerebroespinal o líquido cefaloraquídeo (LCR).
Una forma especializada de células Ependimarias se encuentra en algunas áreas del
sistema nervioso, como el órgano subcomisural.

Microglia

Las células de microglia, a diferencia de otras células nerviosas y gliales son de origen
mesodérmico y entran al sistema nervioso central en su desarrollo temprano. Sus
cuerpos celulares son pequeños, por lo común con poco citoplasma, pero se tiñen con
densidad y tienen núcleos un poco aplanados y elongados. Estas células tienen pocos
procesos, en ocasiones dos, localizados en los extremos. Los procesos son fusiformes
y presentan pequeñas salientes con forma de espina. En condiciones normales, la
función de la microglia es incierta pero, cuando ocurren lesiones destructivas en el
sistema nervioso central, estas células se agrandan y se vuelven móviles y fagocíticas.
De esta manera se convierten en macrófagos o células de limpieza del sistema nervioso
central.

Se describe a las células gliales como elementos eléctricamente pasivos del sistema
nervioso central. Sin embargo, está demostrado que las células de la glía en cultivos
pueden expresas una variedad de ligandos y canales iónicos regulados por voltaje
considerados hasta ahora como propiedades de las neuronas. Aunque se describe una
gran variedad de canales iónicos – sodio, calcio, cloro y potasio -, no es claro por
completo su significado funcional. Está demostrado que los oligodendrocitos cambian
con rapidez los gradientes de potasio a través de sus membranas celulares, dando
origen a cambios en el potencial; de esta manera, sirven como amortiguadores muy
eficientes de potasio.

También se ha demostrado en las células gliales, en particular los astrocitos, receptores


de muchos neurotransmisores y neuromoduladores como el ácido gammaaminobutírico
(GABA), glutamato, noradrenalina y sustancia P.

FIBRAS NERVIOSAS

El nervio periférico está compuesto de fibras nerviosas (axones) que pueden variar en
tamaño, ser mielínicos o amielínicos, y transmitir impulsos ya sea en dirección hacia o
desde el sistema nervioso. Los nervios periféricos a menudo se refieren como nervios
mixtos porque están compuestos tanto de fibras sensitivas como de fibras motoras. Los
nervios que contienen sólo fibras sensitivas se llaman nervios sensitivos; aquellos que
contienen sólo fibras motoras se denominan nervios motores. La organización
estructural cambia a lo largo del nervio por la repetida división y unión de diferentes
fascículos nerviosos, produciendo complejas formaciones fasciculares.

Las fibras nerviosas que constituyen un nervio periférico se clasifican de acuerdo con el
tamaño y otras características funcionales. Los axones designados como A alfa varían
en tamaño desde 12 hasta 22 um; A beta desde 5 hasta 12 um; A gamma, desde 2 a 8
um, y A delta desde 1 hasta 5 um. Las fibras simpáticas preganglionares que son
menores de 3 um de diámetro se designan como fibras B. Todas estas estructuras son
fibras nerviosas mielínicas. Los axones más pequeños (0.1 a 3 um de diámetro) se
clasifican como fibras C y son amielínicas.

Un nervio periférico puede estar compuesto de miles de axones, pero el número de


ellos en cada nervio periférico es variable. Algunos axones inervan muchas estructuras
terminales; otros, sólo unas cuantas.

La cantidad de tejido conjuntivo de un nervio varía de 25 a 85%. Esta cantidad también


varía de un lugar a otro y de un nervio a otro. Por ejemplo, el tejido conjuntivo aumenta
en puntos donde los nervios atraviesan articulaciones o donde hay un número
importante de fascículos o haces nerviosos pequeños dentro del nervio periférico. Los
elementos del tejido conjuntivo proporcionan la fuerza tensil de los nervios periféricos;
ya que el tejido conjuntivo envuelve los axones, evita su lesión o daño causado por el
estiramiento.

Se reconocen tres partes en la envoltura del tejido conjuntivo. La vaina externa, el


epineuro, es grueso y está compuesto en parte de tejido conjuntivo laxo (areolar).
Contiene vasos sanguíneos y linfáticos. También es contiguo con la duramadre donde
un nervio periférico sale del sistema nervioso central. El epineuro le da al nervio su
aspecto y consistencia parecida a un cordón y lo separa de los tejidos vecinos. El
epineuro actúa como un “absorbente de impactos” que disipa las fuerzas aplicadas
sobre el nervio cuando éste es sujeto a presión o traumatismo. Los nervios compuestos
de fascículos muy empacados con poco soporte de tejido epineural son más
vulnerables a la lesión mecánica que los nervios en los cuales los fascículos están más
ampliamente separados por una mayor cantidad de tejido epineural. Las fibras de
colágena epineurales son continuas con el perineuro denso, que separa y circunda
grupos de axones en fascículos de diferentes tamaños. El perineuro también divide los
fascículos y sigue las ramas nerviosas hasta la periferie, donde terminan cada una
como un axón individual (la llamada vaina de Henle). Estas divisiones, o tabiques,
pueden ser atravesados por pequeños vasos sanguíneos, y el perineuro es continuo
con la membrana piaracnoides. El perineuro también proporciona fuerza tensil y alguna
elasticidad al nervio.

También se considera al perineuro como una estructura especializada que proporciona


transporte activo de materiales seleccionados a través de las células perineurales desde
y hacia los fascículos nerviosos. Asimismo actúa como una barrera de difusión
(hematonerviosa) similar a la piaracnoides con la cual es continua.

La envoltura más interna de tejido conjuntivo, el endoneuro, rodea a cada axón en


forma individual y es continuo con el tejido conjuntivo que forma el perineuro y epineuro.
Este tejido proporciona una fuerte vaina protectora tubular par los delicados axones.
Dentro del endoneuro y rodeando a cada axón mielínico o amielínico están las células
de Schwan. Estas últimas producen la vaina de mielina. Esta envoltura nucleada de las
fibras nerviosas periféricas también se conoce como neurilema o vaina de Schwan.

En general, los axones grandes son mielínicos y los pequeños amielínicos. No se sabe
que factores determinan cuáles fibras serán mielinizadas, pero se asocian con el
calibre del axón y las influencias tróficas que éstos ejercen sobre las células de Schwan.
La velocidad de conducción de los axones se relaciona en forma directa con el diámetro
de las fibras y el grosos de la vaina de mielina. La velocidad de conducción aumenta
con el incremento del diámetro del axón y con el grosos de la vaina de mielina.

Los nervios están bien irrigados por un sistema de vasos sanguíneos anastomóticos
ordenados en forma longitudinal, originados de arterias y venas más grandes, vasos
musculares perforantes y vasos periósticos. Estos vasos se ramifican dentro del
epineuro y se extienden hasta alcanzar el perineuro y endoneuro.

Son comunes las anastomosis entre arteriolas, entre vénulas y entre arteriolas y
vénulas. Hay un gran número de anastomosis entre arteriolas epineurales y
perineurales y capilares endoneurales.

Fibras nerviosas mielínicas

Los Estudios de microscopía electrónica demostraron que gran parte de los axones
mayores de 1 um de diámetro están mielinizados. La vaina de mielina es un complejo
fosfolipoproteico que está formado por muchas bicapas concéntricas de la membrana
de la célula de Schwan. La bicapa de la membrana celular está enrollada con fuerza,
exprimiendo el neuroplasma entre las capas, y las superficies internas o
protoplasmáticas de la membrana celular se fusionan, formando las láminas densas,
más gruesas de la vaina de mielina (llamadas líneas densas mayores) vistas con
microscopia electrónica. Las internas , las láminas menos densas (llamadas líneas
intraperiódicas), se forman por las superficies externas de la membrana celular.

La vaina de mielina no es continua en toda la extensión del axón sino que se interrumpe
en cada extremo de las células de Schwan porque éstas son mucho más cortas que los
axones. Por tanto siempre existe una hendidura entre células de Schwan adyacentes;
esta hendidura se conoce como nodo de Ranvier. Se necesitan muchas células de
Schwan para mielinizar un solo axón. Se sabe que los canales de sodio se acumulan en
los nodos de Ranvier, pero que también se presentan en menor número en la
membrana axonal internodal. El microscopio electrónico reveló que los procesos
interdigitantes de las células de Schwan cubren de manera parcial el nodo.

La distancia internodal es inconstante debido a las variaciones en el tamaño de las


células de Schwan, diferencias en diámetro de las fibras y diferencias entre las especies
animales; varía entre 400 y 1500 um. A nivel del nodo de Ranvier el axón también
muestra variaciones únicas de esta región. Por ejemplo, el número de mitocondrias en
los nodos es cinco veces mayor que el encontrado en otras áreas. También son más
numerosas en esta sitio vesículas autofágicas laminadas, rastros del retículo
endoplásmico liso, gránulos de glucógeno y gránulos parecidos a lisosomas. Hay
asimismo un engrosamiento relativo del axón en el nodo.

La organización estructural característica del nodo de Ranvier sugiere que toda la


región paranodal, las membranas de las células de Schwan adyacentes y la región
nodal del axón pueden constituir o considerarse como una sola unidad funcional.

En ocasiones, la mielina muestra una fusión incompleta localizada en la membrana de


la célula de Schwan y pequeñas cantidades del protoplasma de la célula de Schwan se
pueden encontrar atrapadas entre las membranas. Estas áreas de fusión incompletas
se llaman hendiduras de Schmidt-Lanterman. Su significado no es claro, pero pueden
ser un artefacto o representar una deficiencia durante el ajuste en la formación de la
mielina o pueden simplemente representar una distensión de áreas de la vaina de
mielina en la cual el citoplasma de la célula de Schwan quedó en forma inadvertida por
detrás, conforme la célula se enrolló alrededor del axón, en el proceso de formación de
la vaina de mielina. Una vez atrapado, es probable que ya no sea removible, pero no
produce cambios demostrables en la función. La mielina del axón acaba cerca de la
arborización terminal.

Las investigaciones establecieron que el axón proporciona la “señal” para que tenga
lugar la Mielinización. Con toda probabilidad esta señal la llevan moléculas en la
membrana axonal.

La Mielinización dentro del sistema nervioso central se lleva a cabo por las células de la
oligodendrogia en forma similar a la descrita con anterioridad para el sistema nervioso
periférico. La principal diferencia en la mielina del sistema nervioso central es que la
distancia internodal y la hendidura del nodo de Ranvier son más pequeños. Además, en
el sistema nerviosos periférico una célula de Schwan produce mielina para una parte de
un solo axón, mientras que en el sistema nervioso central una célula de oligodendroglia
produce un segmento de vaina de mielina para todo un grupo de axones vecinos,
variando en número de tres a 200 axones.

Fibras nerviosas amielínicas

A diferencia de sus contrapartes mayores, varios axones (8 a 15) pequeños pueden


contenerse dentro de invaginaciones de una sola célula de Schwan, de la cual están
separadas por un constante especio periaxonal. En un corte de la membrana externa
invaginada, la cual, después de rodear el axón, se dirige de regreso a la superficie
aproximándose a la membrana entrante. La similitud en el aspecto de esta disposición a
un corte transversal del intestino con su mesenterio de soporte ha dado origen a luso
del término de mesaxón para los axones amielínicos suspendidos por la membrana
celular y localizados bajo la superficie externa de la célula (y rodeados por
neuroplasma). Los axones amielínicos no tienen nodos de Ranvier. Dentro del sistema
nervioso central las células de la glía tienen la misma función que las células de Schwan
respecto a que ellas envuelven a los axones amielínicos.

Conducción de impulsos nerviosos

La membrana celular desempeña un papel clave en la transmisión nerviosa. En las


fibras amielínicas el impulso eléctrico se conduce por medio del movimiento de iones a
través de una membrana celular desestabilizada iónicamente. El cambio en la
permeabilidad de la membrana celular permite la entrada del Ion sodio y la salida de los
iones potasio, lo que resulta en una inversión localizada de la carga de la membrana
celular; esto va seguido por una desestabilización de los segmentos adyacentes de la
membrana que resulta en un potencial de acción propagado. A lo anterior sigue la
restauración de la diferencia del potencial de reposo entre el lado interno y externo de la
membrana del axón, hasta entonces libremente permeable. Los niveles de sodio y
potasio dentro y fuera del axón se restauran a sus valores de reposo.

En las fibras mielínicas los cambios en la permeabilidad ocurren sólo en los nodos de
Ranvier. El efecto de aislamiento de la mielina entre los nodos evita la propagación del
potencial de acción a lo largo del axón; en su lugar, el impulso salta de un nodo a otro.
este tipo de propagación se conoce como conducción saltatoria y es mucho más rápida
que el proceso de conducción continua encontrado en las fibras nerviosas amielínicas.
La pérdida de la vaina de mielina, conocida como desmielinización, puede interrumpir la
conducción. Las enfermedades en las cuales se sabe que ocurre esto (por ejemplo en
la esclerosis múltiple) producen importantes deficiencias neurológicas.

Transporte axónico

Las proteínas sintetizadas en el pericarion se transportan a través de toda la célula y a


través del axón a su terminal. El transporte axónico fluye en dos direcciones:
anterógrado, es decir, hacia la terminal axónica, y retrógrado, o sea desde la terminal
axónica hasta el cuerpo celular. El transporte anterógrado ocurre a dos velocidades
principales: un ritmo rápido (100 a 400 mm/día) y un ritmo lento (0.25 a 3 mm/día).

El sistema de transporte retrógrado es muy evidente para reciclar proteínas y


neurotransmisores intrazonales y para el movimiento de sustancias extraneurales desde
las terminaciones nerviosas hasta la neurona, aportando un mecanismo para que las
influencias tróficas desde los órganos terminales tengan un efecto sobre las neuronas.
El transporte axoplásmico retrógrado es rápido y ocurre a casi la mitad de la velocidad
del componente anterógrado rápido. No hay ningún tipo de transporte retrógrado lento.
Tampoco hay una diferencia en la velocidad de transporte de materiales entre axones
sensitivos y motores.

Los microtúbulos participan en el transporte anterógrado y retrógrado rápido; de esta


manera, los fármacos que afectan los microtúbulos, como la colchicina y la vinblastina,
evitan el transporte axónico rápido. En el transporte anterógrado rápido, se sabe que
una proteína característica llamada cinesina aporta la fuerza motriz que dirige las
organelas a lo largo de los microtúbulos. Una proteína diferente, la dineína, puede ser
que participe en el transporte retrógrado rápido.
Las sustancias que son movilizadas se transportan en las mitocondrias o en pequeñas
vesículas del REL. Las sustancia que son transportadas incluyen enzimas del
metabolismo de neurotransmisores y péptidos neurotransmisores y neuromoduladores.
El transporte axónico rápido requiere fuerza en la forma de compuestos fosfatados de
alta energía [trifosfato de adenosina (ATP)]; por tanto, es necesario que la neurona esté
oxigenada de manera adecuada. Cualquier interrupción de la fosforilación oxidativa
mitocondrial causa el cese del flujo y transporte axoplásmico.

Las sustancias transportadas por el componente lento incluyen proteínas estructurales


como la tubulina, actina y proteínas filamentosas. El mecanismo subyacente de
motilidad para el transporte lento no es claro.

Basados en los conceptos de transporte axónico anterógrado y retrógrado, se han


desarrollado métodos de rastreo neuroanatómico para estudiar la conectividad
neuronal. Cuando se inyecta un aminoácido marcado en una región del pericarion
neuronal se incorpora a sus proteínas y se transporta en forma anterógrada hasta la
terminal axónica. Por otro lado, una enzima demostrable mediante técnicas
histoquímicas como la peroxidasa de rábano viaja de manera retrógrada desde las
terminales axónicas hasta el soma o cuerpo celular. Varios colorantes fluorescentes
inyectados en diferentes sitios se trasladan en forma retrógrada hacia la neurona o
neuronas que se proyectan a dichos sitios. Los cuerpos celulares que envían axones a
los dos sitios inyectados fluorescen en diferentes colores. Una neurona cuyas ramas
axónicas terminan en ambas áreas inyectadas se marcará en dos colores.

SINAPSIS

La unidad más simple de funcionamiento nervioso segmentario requiere dos neuronas:


una neurona sensitiva receptora y una neurona motora o efectora. Esta disposición se
encuentra en los reflejos más simples, por ejemplo, el reflejo patelar (rotuliano). El
acoplamiento anatomofuncional de estas dos neuronas ocurre a través de lo que se
llama sinapsis. Las arborizaciones terminales de la neurona sensitiva (axones) se
dilatan en pequeños brotes o botones (llamados boutons terminaux, un término acuñado
por un investigador francés), que yacen en contacto con las dendritas, cuerpos celulares
o axones de las neuronas efectoras. Estos pequeños bulbos contienen vesículas
sinápticas que varían en tamaño desde 300 a 600 nm y pueden ser redondos o
aplanados en sus dos lados. Las vesículas parecen vacías, pero en realidad contienen
durante la vida el neurotransmisor acetilcolina. En otros tipos de sinapsis, las vesículas
pueden contener una parte oscura electrodensa llamada un centro o vesícula de centro
oscura la cual se presume es una catecolamina. La acetilcolina y las catecolaminas son
sólo dos de los diferentes transmisores químicos que facilitan la transferencia de
impulsos nerviosos desde una neurona a otra, en la sinapsis, o a un órgano efector no
neural como una glándula o un músculo.

La microscopía electrónica descubrió la estructura especializada de la sinapsis, la cual


consiste en membranas engrosadas pre y postsináptica separadas por una hendidura
sináptica (o espacio) de alrededor de 20 nm. Aunque no todas las sinapsis son idénticas
en su estructura, se reconoce un gran parecido. Los engrosamientos de la membrana
pre y postsináptica representan la acumulación de proteínas citoplasmáticas bajo el
plasmalema (membrana celular). Además de las vesículas sinápticas, la terminal
sináptica contiene un cúmulo de mitocondrias y de algunos neurofilamentos.
Cuando el potencial de acción llega a una terminal axónica (bulbo terminal o botón
terminal), la membrana presináptica se despolariza y entran iones de Calcio a la
terminación permeable que promueven la fusión de las vesículas sinápticas con la
membrana presináptica (membrana del botón terminal). El neurotransmisor, por
ejemplo, acetilcolina, contenido dentro de las vesículas sinápticas se libera por
exocitosis en la hendidura o espacio sináptico (una separación de 20 nm), por donde se
difunde hasta fijarse a los receptores localizados sobre la membrana postsináptica y
promueve un incremento de su permeabilidad. La permeabilidad iónica de la membrana
postsináptica se aumenta provocando la despolarización de la misma y la generación de
un potencial de acción en la membrana postsináptica de la célula blanco (glándula,
músculo o nervio).

Un número cada vez mayor de evidencias indica la importancia de la fosforilación de


proteínas en la regulación de la función de una terminación nerviosa presináptica. Las
principales proteínas sinápticas vinculadas a vesículas incluyen las sinapsinas (Ia y Ib,
IIa y llb), sinaptofisina y sinaptobrevina. Las funciones precisas de estas fosfoproteínas
se desconocen, respuesta a los impulsos nerviosos y a una variedad de
neurotransmisores que actúan sobre los receptores presinápticos. La defosfosinapsina I
se fija a las vesículas e inhibe su capacidad de liberación.

La fosforilación de sinapsina I disminuye su afinidad por las vesículas sinápticas lo cual


las deja listas para su liberación. Además de su papel en la liberación de
neurotransmisores, las proteínas de la familia sinapsina pueden regular la formación de
terminaciones nerviosas presinápticas. Se ha demostrado que la actividad de las
sinapsinas se correlaciona de manera temporal con la formación de sinapsis durante el
desarrollo y desempeñan un papel causal en la sinaptogénesis.

Desde el punto de vista funcional, las sinapsis pueden ser excitatorias o inhibitorias; la
transmisión por lo común es unidireccional y no obligatoria, excepto en la unión
neuromuscular. Sin embargo, la microscopía electrónica ha mostrado una amplia
variedad de ordenamientos estructurales en la sinapsis; esto sugiere que la transmisión
puede en algunos casos ser bidireccional.

Algunas sinapsis, llamadas eléctricas, no tienen vesículas sinápticas y las membranas


celulares adyacentes (pre y postsinápticas) están fusionadas. Las membranas
fusionadas de las sinapsis eléctricas se llama uniones estrechas o uniones nexo. La
transmisión en esta sinapsis ocurre por despolarización electrotónica; puede ser
bidireccional y se considera que es obligatoria. Estas sinapsis no son comunes en el
sistema nervioso de los mamíferos.

Las sinapsis se clasifican por sus asociaciones estructurales como sigue:


1. Axoaxónica: axón con axón.
2. Axodendrítica: axón con dendrita.
3. Axosomática: axón con cuerpo celular.
4. Dendrodendrítica: dendrita con dendrita.
5. Neuromuscular: axón con fibra muscular.

En las sinapsis químicas se identifican las siguientes sustancias como transmisores:


1. Acetilcolina.
2. Monoaminas (noradrenalina, adrenalina, dopamina, serotonina).
3. Glicina.
4. GABA.
5. Ácido glutámico.

Dos neurotransmisores peptídicos cerebrales naturales – endorfinas y encefalinas – han


demostrado ser potentes inhibidores de los receptores del dolor. Ellos exhiben un
efecto analgésico parecido al de la morfina.

Otros pépticos hormonales, como la sustancia P, colecistocinina, vasopresina, oxitocina,


péptidos intestinales vasoactivos (VIP) y la bombesina, se identifican en diferentes
regiones del encéfalo, donde actúan como moduladores de acción transmisora.

La información disponible asigna un papel para los péptidos en la transmisión química,


que es auxiliar al de los neurotransmisores clásicos, pero en algunos sistemas
neuronales los péptidos desempeñan el papel principal. Esto es en especial aparente en
las células neurosecretoras hipotalámicas que producen y liberan las hormonas de la
hipófisis posterior vasopresina y oxitocina.

Junto al papel en la transmisión, los péptidos parecen tener una función trófica. Se ha
demostrado que las taquicininas estimulan el crecimiento de los fibroblastos y fibras
musculares lisas; el VIP afecta la mineralización del hueso y estimula el crecimiento de
queratinocitos humanos.

Recientemente, un número mayor de evidencias sugiere un papel mensajero para los


péptidos en el sistema nervioso. Los péptidos tienen sus propios receptores dentro del
sistema nervioso y se han clonado los receptores para taquicininas, sustancia P,
neurocinina A (sustancia K) y neurotensina.

Unión Neuromuscular

Es una sinapsis entre una terminación nerviosa motora y la porción subyacente de la


fibra muscular (también llamada unión neuromuscular y placa motora terminal). Las
neuronas motoras se ramifican de manera variable y extensa cerca de sus
terminaciones en las fibras musculares que inervan. Una neurona puede inervar tan
poco como 10 o tantas como 500 o más fibras musculares esqueléticas. Una neurona
motora y las fibras musculares que inerva constituyen una unidad motora. La unidad
motora, no la fibra muscular individual, es la unidad básica de funcionamiento.

Conforme una fibra nerviosa se aproxima a una célula muscular pierde su vaina de
mielina y forma una expansión bulbosa que ocupa una depresión de la superficie de la
fibra muscular. La depresión es variable en su complejidad y no hay dos depresiones
subneurales que parezcan exactamente iguales. No hay evidencias de que estas
variaciones tengan significado funcional. La expansión terminal de la fibra nerviosa está
cubierta por una capa citoplasmática de células de Schwan, la vaina neurilemal es, sin
embargo, continua con la vaina de tejido conjuntivo de la fibra muscular.

La placa motora terminal (o placa terminal) es de 40 a 60 um de diámetro, aunque estas


estructuras no son siempre redondas. De manera típica se localizan cerca del punto
medio de la fibra muscular o pueden ser un poco más proximales.

La terminación axónica contiene vesículas sinápticas (llenas de acetilcolina) y


mitocondrias. La hendidura sináptica entre el nervio y el músculo es de alrededor de 50
um, mitocondrias. La membrana postsináptica del músculo tiene numerosas
invaginaciones llamadas pliegues de unión. Cuando una neurona motora se activa
(dispara), el impulso nervioso alcanza la terminación axónica y el contenido de las
vesículas sinápticas (acetilcolina) en la terminal se descarga en la hendidura o espacio
entre las membranas pre y postsináptica. Una vez que la acetilcolina se libera dentro de
la hendidura difunde con gran rapidez para combinarse con los receptores de
acetilcolina en la membrana muscular. La fijación de acetilcolina a los receptores causa
una mayor permeabilidad de la membrana muscular al sodio. Esto a su vez despolariza
la membrana muscular, produciendo la aparición de un potencial de acción muscular
propagado y la contracción muscular. Esta actividad sináptica es siempre excitatoria y
por lo común obligatoria, es decir, del todo o nada.

El sarcolema subneural o membrana postsináptica contiene la enzima


acetilcolinesterasa, la cual degrada al transmisor despolarizante. Esto permite a la
membrana muscular restablecer su estado de reposo.

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