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2.2.

- El modelo de competición

Existen diversas clasificaciones de los deportes indicadas por distintos


autores, casi todas ellas se abordan desde cuatro puntos de vista: la realización
global, la técnica, la táctica y la condición física. Una clasificación elemental como
punto de partida es la que distingue entre deportes individuales y deportes de
equipo, pero cada uno de ellos contiene muchas especialidades deportivas que son
absolutamente distintas. Los deportes individuales pueden ser de ejecución
alternativa (halterofilia), de ejecución simultánea pero aislada (natación), de
ejecución simultánea y en contacto con el rival (carreras de medio fondo y fondo), de
adversario indirecto (tenis) y de adversario directo (kárate). Los deportes de equipo
pueden ser de ejecución individual pero sucesiva y coordinada (relevos en atletismo
y natación), de suma de esfuerzos (remo), con oposición indirecta del equipo
adversario (voleibol) y con oposición directa del equipo adversario (fútbol,
baloncesto, balonmano…). Las especialidades deportivas son distintas entre ellas
aunque pertenezcan a la misma clasificación. Por ejemplo, el balonmano y el fútbol
pertenecen a los deportes de equipo con oposición directa del equipo adversario,
pero son deportes totalmente distintos. Su modelo de competición es muy diferente.
(GRÁFICO 5)

Gráfico 5

Jesús Cuadrado Pino

18
Para planificar y desarrollar el proceso de trabajo, todos los técnicos
deportivos tenemos que orientarnos en las ciencias del entrenamiento, ciencias que
resumen sus contenidos en los llamados principios fundamentales del
entrenamiento deportivo. Estos principios son unas guías de orientación, unas
normas básicas para utilizar la metodología en los diversos ciclos de entrenamiento.

En general se establecen dos tipos de principios del entrenamiento deportivo:


los biológicos y los pedagógicos. Los primeros determinan la adaptación del
organismo al esfuerzo, los segundos desarrollan los resortes para la comunicación
personal con los deportistas.

Los principios del entrenamiento deportivo, por sí solos, no dotan al deportista


de un adecuado rendimiento en su especialidad. Para rendir a buen nivel en una
especialidad concreta se exige una adaptación concreta a esa especialidad. Todo el
entrenamiento ha de estar enfocado a la dinámica y particularidades de las acciones
inherentes a cada deporte. Por ejemplo, tanto un lanzador de peso como un jugador
de fútbol necesitan de la fuerza como capacidad biomotora, pero en sus
competiciones cada uno manifiesta la fuerza de forma muy diferente, por lo que cada
uno necesita una metodología distinta para el desarrollo de la fuerza.

El entrenamiento deportivo en el alto rendimiento tiene la finalidad exclusiva


de buscar la prestación óptima en la especialidad de que se trate y tiene que
orientarse para ejecutar con la máxima eficacia las acciones, esfuerzos y
movimientos exigidos por cada especialidad. Esto sólo se consigue teniendo en
cuenta el modelo de competición de cada especialidad deportiva a la hora de
orientar el trabajo.

Los aspectos básicos del modelo de competición son el tipo de deporte y el


análisis de su dinámica competitiva. En deportes colectivos de colaboración y
oposición directas, es preciso un análisis de su juego para establecer una
metodología de entrenamiento correcta y para orientar las acciones individuales y
colectivas exigidas en la competición. Considero que el análisis del juego en fútbol
parte tres parámetros: Reglas de Juego, referencias del juego y parámetros
incidentes. (GRÁFICO 6)

19
Gráfico 6
ENTRENAMIENTO
Ciencias del entrenamiento deportivo

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL ENTRENAMIENTO


BIOLÓGICOS PEDAGÓGICOS

MODELO DE COMPETICIÓN
* TIPO DE DEPORTE * DINÁMICA COMPETITIVA
7
En deportes colectivos de colaboración oposición:
ANÁLISIS DEL JUEGO

Análisis del juego en fútbol:


1.- REGLAS DE JUEGO 2.- REFERENCIAS DEL JUEGO
3.- PARÁMETROS INCIDENTES
Jesús Cuadrado Pino

20
2.3.- El modelo de competición en fútbol

Características del fútbol como deporte

El modelo de competición en fútbol, como en los demás deportes, se basa en


el tipo de deporte que es y en su dinámica competitiva. Podemos examinar el tipo de
deporte de que se trata observando las características del fútbol como especialidad
deportiva, por otra parte, la dinámica competitiva la extraeremos del análisis del
juego. Antes de analizar el juego ha de saberse con claridad qué tipo de deporte es
el fútbol en función de todas las clasificaciones existentes. Hay que partir de una
pregunta: ¿Qué tipo de deporte es el fútbol? Para hallar la respuesta aplico el
“Análisis de las características de los deportes” desarrollado por el profesor
Fernando Sánchez Bañuelos (1.993) y basado en la clasificación preconizada por
Renato Manno (1.991). La conclusión me indica que el fútbol es un deporte
colectivo o de equipo, de colaboración-oposición directa, de habilidades
abiertas (y cerradas en varias situaciones), acíclico (en algún caso cíclico) y de
velocidad - fuerza - resistencia.

Pero yo considero que dentro de los deportes colectivos y de oposición


directa es necesario añadir otra clasificación más: los que permiten que el móvil se
maneje con las manos y los que prohíben la utilización de las manos para jugar.
Porque este detalle es fundamental para el entrenamiento de la técnica y la táctica.
En baloncesto y en balonmano, por ejemplo, se juega el balón con las manos, lo que
permite marcar una pausa en ataque y esperar la colocación de los compañeros
para iniciar una jugada prevista con la referencia del jugador que tiene el balón. Pero
en el fútbol no se puede coger el balón con las manos (salvo el portero dentro de
su área y para realizar un saque de banda), no se puede retener, los pies sólo
permiten tocarle o golpearle pero nunca cogerle. Por esta circunstancia ya he
manifestado en muchas ocasiones que en fútbol los ataques no pueden ser
previstos, aunque siempre deben ser organizados. Cuando se tiene el balón en las
manos no es necesario mirarle para lanzarle, pero cuando sólo se pueden manejar
los pies es necesario mirar el entorno y también mirar el balón. El hecho de no poder
“coger” el balón, unido a la velocidad y dinámica del fútbol, exige un rápido análisis
del jugador sobre todas las acciones que se vayan produciendo durante el juego. En
baloncesto y balonmano, debido a que la distancia entre las porterías es muy
pequeña y al hecho de jugarse con las manos, no existe la fase de creación en la
situación de ataque, se realizan contraataques lanzando rápidamente el balón desde
atrás a un compañero que corre hacia la canasta o portería del rival, o ataques
estáticos cuando los rivales se repliegan, pero no hay manejo del balón ni sucesión
de pases en la zona intermedia. Además, como consecuencia de esto, en fútbol, a
diferencia del baloncesto y del balonmano, resulta habitual perder el balón antes de
llegar a la zona de finalización.

Otro aspecto indispensable a considerar son las Reglas de Juego porque


ellas orientan en gran parte las acciones que pueden realizarse. Dentro de las
Reglas de Juego en el fútbol, la Regla XI (Fuera de Juego) es absolutamente
determinante ya que obliga a una utilización colectiva y concreta del espacio y del
tiempo. (GRÁFICO 7)

21
Gráfico 7

TIPO DE DEPORTE DINÁMICA COMPETITIVA PRINCIPIOS


Características del Análisis del juego: FUNDAMENTALES
DEL JUEGO
fútbol como deporte - Reglas de Juego
- Referencias del juego Componentes
- Parámetros incidentes estructurales 6
del rendimiento

(En algún caso cíclico)

(Excepto los porteros dentro de su área de penalti y para el saque de banda)

Jesús Cuadrado Pino

Habilidades (situaciones) abiertas y cerradas

El fútbol es un deporte donde la mayoría de las habilidades (situaciones) son


abiertas, pero también contiene bastantes habilidades (situaciones) cerradas.
Muchas situaciones no se pueden establecer previamente, se producen de forma
imprevisible y siempre cambiante. Pero otras situaciones sí que pueden
establecerse, podemos tener prevista la acción a desarrollar en función de unas
referencias concretas. Podemos decir, en términos generales, que las situaciones
que se producen en la zona activa de juego, tanto en ataque como en defensa, son

22
de habilidades abiertas. Sin embargo, lejos de la zona activa de juego, lejos del
balón, podemos establecer acciones concretas con nuestros jugadores que pueden
considerarse de habilidades cerradas. También son situaciones cerradas las
acciones ofensivas a balón parado, porque inmediatamente antes de poner el balón
en movimiento, antes de realizar el saque, podemos establecer unas acciones de
nuestros jugadores.

Un ejemplo de habilidad cerrada en la situación de defensa es la posición en


la que colocamos nuestra línea defensiva cuando el rival inicia el juego desde zonas
próximas a su portería, podemos establecer de antemano donde situamos esta línea
con la referencia de la línea de medio campo o de nuestra línea de meta,
independientemente de la forma en que juegue el balón el rival o de las acciones
que ocurran en la zona activa de juego que ahora está lejos de nuestros defensas.
En la situación de ataque, un ejemplo de habilidad cerrada se produce cuando
tenemos el balón en nuestra zona de iniciación y fijamos unos movimientos
concretos para nuestros delanteros, que podrán realizarlos tal como los tengamos
establecidos, independientemente de lo que esté ocurriendo en ese momento en la
zona activa de juego.

Es necesario entrenar las dos habilidades o situaciones, tanto las cerradas


como las abiertas. Las habilidades cerradas se entrenan mediante ejercicios y tareas
que incluyan los movimientos y referencias que ya conocemos de antemano. Se
trata de que los jugadores ejecuten repetidamente los movimientos que tenemos
preparados para que luego los realicen durante el partido.

Pero, ¿cómo pueden entrenarse las habilidades o situaciones abiertas,


tratándose de situaciones que no sabemos en qué forma se van a producir? La
respuesta está en el proceso de acción del jugador que se expondrá más adelante.
Es cierto que no sabemos cómo van a presentarse estas situaciones, no sabemos
cómo van a producirse estas jugadas ni como tendremos que movernos porque las
situaciones serán cambiantes e imprevisibles. Pero conocemos el proceso de acción
del jugador, sabemos cómo van a sucederse las fases de mirar, percibir, analizar,
decidir y ejecutar. No conocemos la forma concreta en que van a realizarse estas
fases ante cada circunstancia, pero sí sabemos que se van a producir y que se van
a presentar en el orden indicado. Entonces, el entrenamiento de las situaciones
abiertas se basará en tareas que desarrollen este proceso de acción en el jugador,
tareas que obliguen a los jugadores a emplear cada una de las fases de su proceso
de acción, su proceso cognitivo, y emplearlas en el orden en que, sabemos, se
sucederán en cada acción de la competición. (GRÁFICO 8)

23
Gráfico 8
habilidades (situaciones) abiertas … y cerradas

Situaciones ABIERTAS Situaciones CERRADAS

Jesús Cuadrado Pino

Ejecutar una jugada y desarrollar el juego

Existen numerosas especialidades deportivas y entre muchas de ellas hay


grandes diferencias, pero en casi todas se dan dos situaciones complementarias y,
al mismo tiempo, diferentes: ejecutar una jugada y desarrollar el juego. Por
ejemplo, el ajedrez y el fútbol son dos especialidades competitivas diametralmente
opuestas y en ambas se dan estas dos situaciones. En el ajedrez es sumamente
sencillo realizar la jugada porque simplemente se trata de coger una pieza y
moverla, basta con conocer la norma que indica como hay que mover cada una de
las piezas del tablero; puede decirse que en este aspecto casi todos somos tan
buenos como un maestro internacional o un campeón del mundo de ajedrez. Lo
difícil es desarrollar el juego del ajedrez: mover cada una de las piezas con relación
a la posición que ocupan las demás piezas nuestras y las piezas del contrario con el
objetivo de ganar la partida. Sin embargo, en el fútbol son difíciles las dos cosas: es
difícil realizar cada jugada porque estamos sometidos a la constante oposición
directa del adversario y también es difícil desarrollar el juego porque para ello es
necesario realizar unas acciones conjuntas que nos permitan superar o contrarrestar
al adversario con la coordinación de todos los jugadores del equipo. (GRÁFICO 9)

24
Gráfico 9

Ejecutar una jugada y desarrollar el juego

Jesús Cuadrado Pino


Los seis componentes estructurales del rendimiento en fútbol

Si el modelo de competición en cualquier especialidad deportiva se basa en el


tipo de deporte de que se trate y en su dinámica competitiva, lo mismo hemos de
plantearnos en el fútbol. Primero clasificar y definir bien las características del fútbol
como deporte a todos los niveles. Después, observar adecuadamente su dinámica
competitiva. Esta dinámica competitiva la basaremos, principalmente, en el análisis
del juego, porque del análisis del juego podemos deducir los seis componentes
estructurales del rendimiento en fútbol: técnica, táctica, juego, estrategia, condición
física y preparación psicológica.

Técnica: habilidad para realizar las acciones con balón o sobre balón, en
interacción con la dimensión física del entorno, sometido a la oposición de los
contrarios y contando con la colaboración de los compañeros. La técnica es
ejecución.

Táctica: todas las acciones colectivas, y algún movimiento individual, que se


preparan y desarrollan con el objetivo de neutralizar y superar al adversario. La
táctica es una lucha directa contra el oponente.

Juego: conjunto de todos los principios básicos o fundamentales que hay que
respetar siempre para que el equipo realice un fútbol colectivo adecuado. Estos

25
principios están impuestos por las Reglas de Juego y por las características
inherentes a nuestro deporte.

Estrategia: plan previo que se realiza utilizando todos los recursos


disponibles para conseguir un objetivo principal y que aborda la globalidad de todos
los aspectos que intervienen. La estrategia es planificación.

Condición física: potencial del jugador que, sustentado en sus condiciones


naturales de base y en su nivel de entrenamiento, le permite realizar los esfuerzos
exigidos por la competición. El fútbol, como todas las especialidades, exige una
condición física específica que esté relacionada con los movimientos, acciones y
esfuerzos implicados en cada partido de competición.

Preparación psicológica: nivel de capacidad mental del jugador para


encarar con la suficiente intensidad y predisposición todas las tareas exigidas en el
entrenamiento, en los partidos y en toda la dinámica del marco de la competición.

En definitiva, técnica es ejecución, táctica es lucha, juego son unos principios


fundamentales, estrategia es planificación, condición física es potencial y
preparación psicológica es disposición mental. (GRÁFICO 10)

Gráfico 10

Jesús Cuadrado Pino

26
Siempre hemos de tener en cuenta que la técnica, la condición física y la
preparación psicológica son “herramientas” al servicio del juego y de la táctica. En
los entrenamientos no ha de buscarse su desarrollo como un fin en sí mismas, sino
como un aporte indispensable para el cumplimiento de los principios fundamentales
del juego y las variantes tácticas a emplear en cada partido. Por otra parte, la
estrategia es el medio para planificar el proceso de entrenamiento y aplicar las
variantes tácticas en función de objetivos a corto, medio y largo plazo.

Quiero resaltar la clara diferencia que, según mi criterio, existe entre dos de
estos componentes porque observo que en la práctica se mezclan y se confunden.
Me refiero a la táctica y al juego. Aunque son complementarios, porque la táctica
tiene su base en el juego, se trata de dos componentes distintos y es preciso tener
en cuenta esta diferencia para definirles y elaborar su desarrollo. La diferencia entre
ellos se puede deducir de la definición de cada uno, anteriormente indicada.
Recordando que la táctica la componen diversos recursos, pudiéndose elegir unos u
otros; y que el juego se basa en unos principios fundamentales e inalterables que
siempre han de respetarse. (GRÁFICO 11)

Gráfico 11

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#!$ %&'(
Acciones colectivas que se Conceptos básicos
preparan y desarrollan con para realizar un fútbol
el objetivo de neutralizar y colectivo adecuado
superar al adversario

Jesús Cuadrado Pino

27
2.4.- La condición física específica como herramienta al servicio del juego

Siempre deben tenerse en cuenta las capacidades condicionales porque


forman parte del desarrollo del juego, son un factor necesario para el rendimiento en
fútbol. Como anteriormente queda reseñado, la condición física específica en el
fútbol es una herramienta al servicio del juego y de las variantes tácticas a emplear.
En consecuencia, dentro de esta condición física específica, las capacidades
biomotoras (resistencia, fuerza y velocidad) no han de entrenarse como un fin en sí
mismas, sino como un medio para la mejora del rendimiento colectivo del equipo.
Para el desarrollo de la resistencia, la fuerza y la velocidad debe utilizarse
prioritariamente el modelo globalizado o estructurado, pero también es necesario en
muchos casos el empleo del modelo analítico. Tanto en un caso como en otro,
siempre se tiene que buscar la adecuada transferencia a la competición, a los
esfuerzos, acciones y movimientos exigidos por cada partido de fútbol.

Sobre la resistencia en el fútbol

Teniendo en cuenta únicamente la carga externa deducimos que el fútbol


representa una carga mixta aeróbica-anaeróbica. Sin embargo, analizando la carga
interna, la que verdaderamente se produce en el organismo del futbolista,
deducimos que el fútbol representa una carga anaeróbica láctica. Las tomas de
frecuencia cardiaca (método externo) indican momentos por debajo del umbral
anaeróbico láctico y momentos por encima de este umbral. Las tomas de lactato
(método interno) detectan un valor medio de 11 milimoles y que el jugador nunca
está por debajo de los 4 milimoles cuando lleva jugando varios minutos (Astrand y
colaboradores). Por tanto, un partido de fútbol está inmerso dentro del metabolismo
anaeróbico láctico, porque este es el sistema energético requerido por el jugador.

Pero en el proceso de entrenamiento en el fútbol hay que desarrollar el


metabolismo anaeróbico láctico y el metabolismo aeróbico. Cada uno de ellos
proporciona unos beneficios al futbolista: el metabolismo anaeróbico láctico permite
realizar los esfuerzos a un ritmo alto y acceder a esfuerzos de alta intensidad a lo
largo de la temporada, el metabolismo aeróbico permite una buena recuperación
entre esfuerzos y mantener una regularidad en el rendimiento durante toda la
temporada. Además, hemos de tener presentes los dos subtipos de cada uno de
estos dos metabolismos, lo que supone cuatro sistemas energéticos de la
resistencia: capacidad aeróbica, potencia aeróbica, capacidad láctica y potencia
láctica.

La capacidad aeróbica significa el máximo consumo de oxígeno (Vo2max.).


Su grado de manifestación depende de los alvéolos pulmonares, el volumen del
corazón y la capilarización de los músculos, y estas son las partes corporales que se
mejoran con el entrenamiento de este sistema energético. Sus principales métodos
de trabajo son la carrera continua lenta y la carrera continua media. El aumento de la
capacidad aeróbica no es significativo a partir de la edad de 18 años, por lo que
considero que no es aplicable en el fútbol adulto.

La potencia aeróbica significa el tanto por ciento del máximo consumo de


oxígeno que el deportista es capaz de utilizar cuando está desarrollando un esfuerzo

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al nivel de su umbral anaeróbico. Depende de las mitocondrias y de las enzimas
oxidativas, que son los elementos que más se desarrollan con el entrenamiento de
este sistema energético. Sus principales métodos de trabajo son la carrera continua
rápida, los cambios de ritmo hasta el nivel del umbral anaeróbico, el Interval-
Training, el ritmo-resistencia, los juegos de larga duración y bajo ritmo y el Fartlek
Técnico. Se trata del sistema energético que tenemos que desarrollar cuando
queramos mejorar la resistencia aeróbica del futbolista adulto.

La capacidad láctica significa la aptitud para resistir esfuerzos por encima


del umbral anaeróbico pero sin llegar a los máximos niveles de intensidad. Depende
de la hipertrofia del corazón y de las enzimas glicolíticas, elementos que a su vez se
desarrollan mediante el entrenamiento de este sistema energético. Sus métodos de
trabajo más significativos son los cambios de ritmo que lleguen a esfuerzos
superiores al umbral anaeróbico, los juegos con alta exigencia de ritmo y la
resistencia a la velocidad submáxima. Considero que este es el sistema energético
específico para el jugador de fútbol.

La potencia láctica es la capacitación para realizar y repetir esfuerzos de la


máxima intensidad y con la máxima acumulación soportable de ácido láctico.
Depende de la alcalinidad de la sangre y de las endorfinas, elementos que se
desarrollan cuando se entrena mediante este sistema energético. Sus métodos de
trabajo básicos son la resistencia a la velocidad máxima y el Circuito Oregón (de
Harry Wilson, y del que hice personalmente una adaptación al fútbol). Aunque no
sea un sistema energético empleado a menudo por el futbolista, sí es importante su
desarrollo porque en muchos casos hay que utilizarle durante el partido cuando se
está en un estado muy alto de fatiga.

Sobre la fuerza en el fútbol

En su pura expresión sólo existe una fuerza: la contracción muscular. Lo que


ocurre es que existen diversas contracciones musculares (isométrica, isotónica
concéntrica, isotónica excéntrica, isocinética y auxotónica) y son muy diferentes las
formas externas que tenemos para manifestar la fuerza. Me parece muy acertada la
clasificación de fuerza de la escuela italiana, encabezada por Carlo Vittori, que tiene
en cuenta los tres componentes del músculo: componente contráctil, componente
elástico y componente reflejo. Bajo este planteamiento consideran dos tipos de
fuerza: la fuerza activa (realizada con un ciclo de contracción simple, la contracción
concéntrica) y la fuerza reactiva (realizada con un ciclo de contracción doble, la
contracción concéntrica precedida por la excéntrica). Así, establecen los siguientes
tipos de fuerza: FUERZA ACTIVA (Fuerza máxima dinámica y fuerza explosiva) y
FUERZA REACTIVA (Fuerza explosivo-elástica y fuerza explosivo-elástico-refleja).

Fuerza máxima dinámica: depende de la hipertrofia -¿e hiperplasia?- de los


músculos y de la capacidad para reclutar el mayor número posible de unidades
motrices (este último factor es el importante para el futbolista porque no aumenta el
peso corporal y, por tanto, no incide negativamente en la fuerza relativa). El factor de
rendimiento que mejora este tipo de fuerza es la capacidad del futbolista para ejercer
la oposición corporal directa con el adversario. Sus métodos de entrenamiento

29
principales son: 1.- el trabajo con cargas del 90-95 y 100 % realizando contracciones
concéntricas y con cargas del 120-130 % realizando contracciones excéntricas, y 2.-
los multisaltos con sobrecarga; y quiero hacer constar que considero que para el
desarrollo de la fuerza específica del futbolista es mucho más útil el trabajo de
multisaltos con sobrecarga porque los jugadores lo asimilan mejor, no se necesita
tanto tiempo para conseguir la mejora y tiene mucha más transferencia a la
competición.

Fuerza explosiva: depende del componente contráctil del músculo. El factor


de rendimiento que mejora es la capacidad de aceleración (factor indispensable para
el futbolista) y su método de entrenamiento básico en el fútbol son los multisaltos
horizontales sin carrera previa.

Fuerza explosivo-elástica: depende de la unión de los componentes


contráctil y elástico del músculo. El factor de rendimiento que mejora es la velocidad
de traslación y su método de entrenamiento para el fútbol son los multisaltos
verticales bajos y altos.

Fuerza explosivo-elástico-refleja: depende de la suma de los componentes


contráctil, elástico y reflejo de músculo. El factor de rendimiento que mejora son todo
tipo de saltos para disputar el balón por alto, despejar y rematar, cuando estos saltos
están precedidos por una carrera previa, como ocurre normalmente en los partidos.
Su método de entrenamiento en la aplicación al fútbol es la pliometría realizada con
el peso del propio cuerpo, sin ningún tipo de sobrecargas.

Además de estos cuatro tipos de fuerza, para organizar el entrenamiento y


planificar la orientación de los ciclos a lo largo de la temporada tenemos que hacer
referencia a cuatro conceptos: fuerza general, fuerza dirigida, fuerza especial y
fuerza compensatoria. La fuerza compensatoria es imprescindible para fortalecer
ciertos grupos musculares que no se desarrollan en forma paralela a los grupos
musculares más requeridos por el futbolista. Se trata de fortalecer los músculos que
intervienen poco en las acciones del partido y ciertas articulaciones que sirven de
base en esas acciones competitivas. Con esta forma de trabajo se pretende evitar
lesiones que pudieran producirse en músculos, tendones y ligamentos que están
poco desarrollados con relación a otros y sufren cierta descompensación. Este tipo
de trabajo lo podemos enfocar desde tres formas concretas: 1.- Desarrollo específico
del sóleo, isquiotibiales y adductores, 2.- Fortalecimiento de los ligamentos de la
articulación del tobillo y 3.- Trabajo de abdominales.

Sobre la velocidad en el fútbol

“La velocidad en el fútbol no existe desde el punto de vista anatómico ni


desde el punto de vista fisiológico”. Desde el punto de vista anatómico la velocidad
no existe en ningún deporte. El objetivo del entrenamiento condicional es mejorar el
rendimiento a través de producir adaptaciones en los órganos y sistemas. Sabemos
que la resistencia está en el sistema portaoxígeno, la capilarización de los músculos,
las mitocondrias, las enzimas oxidativas, las enzimas glicolíticas, la alcalinidad de la
sangre, las endorfinas, etc. También sabemos que la fuerza está en las fibras

30
musculares, las miofibrillas, los sarcómeros, las proteínas que forman los
miofilamentos cruzados, las placas motoras, las neuronas, etc. ¿Pero dónde está la
velocidad? ¿Sobre qué partes de nuestro organismo estamos actuando cuando
utilizamos métodos para la mejora de la velocidad? Podríamos decir que estamos
actuando sobre las fibras de contracción rápida o activando las neuronas fásicas o
las unidades motoras de alto umbral de excitación, pero esto corresponde al
músculo y por eso estaríamos hablando de fuerza, no de velocidad. La realidad es
que la velocidad no tiene órgano ni aparato ni parte anatómica alguna.

Desde el punto de vista fisiológico la velocidad existe en algún deporte, pero


no en el fútbol. El metabolismo energético relacionado con la velocidad es el
anaeróbico aláctico, que tiene como sustrato energético el fosfágeno, actúa en
ausencia de oxígeno y no acumula sustancias de desecho. Pero su duración
máxima es de 30 segundos y a partir de ahí sólo se puede continuar el esfuerzo
físico a través del metabolismo anaeróbico láctico o del metabolismo aeróbico.
Podemos deducir claramente que el metabolismo utilizado por el jugador en el
partido de fútbol no es el anaeróbico aláctico, característico de la velocidad. Ya
quedó reflejado que el metabolismo energético requerido en el fútbol es el
anaeróbico láctico. Se puede considerar a la velocidad como una capacidad
biomotora, pero siempre como resultante de la aplicación de la fuerza.

Pero desde el punto de vista externo y para metodizar el entrenamiento


tenemos que considerar que el fútbol contiene muchas formas de velocidad.
Posiblemente sea en el fútbol donde se den las más variadas manifestaciones
externas de la velocidad. Según mi criterio, en el deporte pueden darse diez formas
de manifestaciones de la velocidad: velocidad de reacción, capacidad de
aceleración, velocidad de traslación, velocidad-resistencia, resistencia a la
capacidad de aceleración, resistencia a la velocidad, resistencia a la fuerza rápida,
velocidad mental, velocidad gestual y velocidad técnica. En la carrera olímpica de
velocidad por excelencia en el atletismo, los 100 metros lisos, sólo se dan cuatro
manifestaciones de la velocidad (velocidad de reacción, capacidad de aceleración,
velocidad de traslación y velocidad-resistencia). Sin embargo en el fútbol se dan
nueve de las diez manifestaciones de velocidad en el deporte, la única que no se da
en el fútbol es la velocidad-resistencia.

Quiero hacer una distinción entre dos conceptos que se utilizan como
sinónimos o que no se aplica la verdadera diferencia existente entre ellos. En el año
1994 publiqué un artículo en el que les definía y diferenciaba, y lo cierto es que
actualmente se tiene el tema más aclarado y se hace referencia a ello en
publicaciones y conferencias. Me refiero a la velocidad-resistencia y a la resistencia
a la velocidad. Para mí, como publiqué en el 94 y como ya había analizado y
preconizado mucho antes, la diferencia entre los dos conceptos es clara y es preciso
dejar constancia de ello porque se trata de dos manifestaciones muy distintas de la
velocidad que tienen métodos de entrenamiento diferentes.

Velocidad-resistencia es la capacidad para mantener una velocidad sobre


una distancia determinada después de recorrer unos metros a la máxima intensidad
y de haber agotado el fosfágeno como fuerte energética, pasando a realizar el
esfuerzo a expensas del metabolismo anaeróbico láctico, y sin que haya pausas ni
interrupciones en la carrera.

31
Resistencia a la velocidad es la capacidad para realizar carreras de máxima
intensidad sobre distancias cortas y con diversas pausas de recuperación entre
ellas, con la mínima disminución del rendimiento a medida que se van repitiendo los
esfuerzos.

Observamos que la manifestación que se da en el fútbol es la resistencia a la


velocidad. No puede darse la velocidad-resistencia debido a las características de
los esfuerzos y a la dinámica implicada en el desarrollo del juego.

A continuación describo las manifestaciones de la velocidad en el fútbol, los


elementos de los que dependen, los factores de rendimiento que producen al
futbolista y sus métodos de entrenamiento más significativos.

Velocidad de reacción: depende de la capacidad del futbolista para percibir


los estímulos y de su aptitud para transmitir los impulsos nerviosos a los músculos
que vayan a actuar. El factor de rendimiento que mejora es la realización
instantánea del primer gesto requerido para la acción que decida realizar el
futbolista. Su principal forma de desarrollo en el entrenamiento son los ejercicios y
juegos de reacción ante estímulos visuales y sonoros, que son los que actúan sobre
el jugador, principalmente los visuales.

Capacidad de aceleración: se asienta en la fuerza máxima dinámica y en la


fuerza explosiva. Produce en el jugador la capacidad de ponerse a la máxima
velocidad en el menor tiempo y espacio posibles. Se desarrolla mediante trabajos de
fuerza máxima dinámica y de fuerza explosiva, también por medio de arrastres en
distancias de hasta 30 metros. Considero que la capacidad de aceleración es la
manifestación externa de la velocidad más importante en el fútbol. Puede definirse
como “la facultad para poner la masa de nuestro cuerpo a la máxima velocidad en el
espacio más corto posible, saliendo de parado o partiendo de un movimiento lento”,
en la práctica se la considera como el tiempo en que se recorren a la máxima
velocidad distancias de hasta 30 metros. Sabemos que la mayoría de las carreras de
alta intensidad en el fútbol son de distancias inferiores a 30 metros. Además, sobre
estos recorridos cortos e intensos se deciden las acciones fundamentales del juego.
Por tanto, la capacidad de aceleración ha de estar desarrollada al máximo para que
el jugador rinda adecuadamente.

Velocidad de traslación: tiene su base en la fuerza explosivo-elástica capaz


de producir una buena amplitud y frecuencia de zancada. Permite correr lo más
rápido posible sobre distancias superiores a los 30 metros, distancias que alguna
vez necesita recorrer el jugador a su máxima velocidad, aunque no son tan
frecuentes como las distancias inferiores a los 30 metros. Podemos desarrollar esta
manifestación de la velocidad a través de trabajos de fuerza explosivo-elástica y
mediante arrastres sobre distancias de entre 30 y 50 metros.

32
Velocidades mental, gestual y técnica: son expresiones fundamentales de
la velocidad para la realización de todas las acciones técnicas y tácticas cuando se
está sometido a la oposición directa del contrario. Dependen de variadas aptitudes
del futbolista, como son: el mecanismo de percepción-análisis-decisión-ejecución, la
habilidad con balón y sin balón, el conocimiento del juego y la interpretación táctica.
Permiten la ejecución de acciones en posesión del balón, y también sin balón, con la
máxima rapidez. Los métodos principales que podemos utilizar para desarrollar
estas velocidades en el futbolista estarán basados en tareas con elementos del
juego que obliguen a tomar decisiones instantáneas y a ejecutar las acciones con la
máxima rapidez. Las velocidades mental, gestual y técnica definen la capacidad del
futbolista para poder resolver con eficacia las dificultades que le plantea el juego. De
nada sirven las demás manifestaciones de la velocidad si no se poseen estas tres,
porque puede decirse que con estas podremos transferir a la competición las otras.
Nunca se puede superar o neutralizar al contrario si no pensamos rápido, si no nos
movemos rápido y si no ejecutamos la acción técnica con rapidez.

Todas estas manifestaciones de la velocidad hay que repetirlas muchas veces


y mantener un rendimiento adecuado de cada una de ellas a medida que avanza el
partido y a medida que el futbolista va incrementando su estado agonístico de fatiga.
Por eso hay que complementarlas con otras tres manifestaciones de la velocidad
necesarias: la resistencia a la capacidad de aceleración, la resistencia a la
velocidad y la resistencia a la fuerza rápida. Estas tres manifestaciones de la
velocidad relacionadas con la resistencia se entrenan, lógicamente, con los métodos
para el desarrollo de la potencia aeróbica y de la capacidad y potencia lácticas;
también se entrenan combinando trabajos de velocidad y fuerza con trabajos de
resistencia.

Quiero terminar este punto sobre la velocidad con una reflexión: los estímulos
máximos (carreras a máxima velocidad sobre distancias cortas) son un método de
entrenamiento utilizado en casi todos los equipos con la pretensión de mejorar la
capacidad de aceleración y la velocidad de traslación. Sin embargo, con este
método es imposible conseguir las mejoras pretendidas. La capacidad de
aceleración y la velocidad de traslación dependen del potencial del músculo. Por
eso, únicamente con trabajos de fuerza pueden desarrollarse. Los estímulos
máximos pueden mantener sus niveles, pero ni las desarrollan ni las mejoran.

Observemos un gráfico esquemático de la condición física específica como


herramienta al servicio del juego. (GRÁFICO 12)

33
Gráfico 12
!" # $ %& '#
! " # $ $
) (* *
Alvéolos pulmonares Resistencia de base ( Oposición corporal ,-. "" /
Volumen del corazón inicial. NO aplicable Hipertrofia
Capilarización muscular en el fútbol adulto. Hiperplasia ??? directa con el rival 0-. 1 "$ $$ " "/
Reclutamiento U. Motrices 2-. "/
Mitocondrias Recuperación entre esfuerzos 3-. #" $ $ . " 444
Enzimas oxidativas Regularidad en el rendimiento
) * 5-. " " 1 "$ $
Componente contráctil Capacidad de
(contracción concéntrica) aceleración $ " "/
6-. "
! #" $ $
) * 7-. "
8& 9 :1 $
( ;-.
Componentes contráctil y elástico <-. = &
(contracción excéntrica + concéntrica) ,>-. ?" "
Velocidad de traslación
444 )*#
!$+%&*(,&-$&*.
/"0(1
) *
( +
Componentes contráctil, elástico y reflejo
(activación refleja + c. excéntrica + c. concéntrica)
Saltos con carrera previa para
remates, despejes y disputas

(
Hipertrofia del corazón Realizar esfuerzos de alta
Enzimas glicolíticas intensidad. MENTAL - GESTUAL - TÉCNICA
Repetir esfuerzos de alta … permiten el desarrollo eficaz del
Intensidad.
juego a nivel individual y colectivo
( ESTÍMULOS MÁXIMOS… no mejoran
Alcalinidad de la sangre Realizar y mantener
Endorfinas esfuerzos con la más alta la capacidad de aceleración
acumulación de lactato FUERZA COMPENSATORIA ni la velocidad de traslación

Jesús Cuadrado Pino

2.5.- Parámetros incidentes para el análisis del juego

Con el objetivo de realizar un análisis sobre el juego del fútbol que sea
verdaderamente útil para comprenderlo desde el prisma teórico y desde el prisma
práctico, así como para diseñar tareas de entrenamiento adecuadas a través de las
cuales los jugadores aprendan e interioricen las acciones y movimientos individuales
y colectivos requeridos para que el equipo realice un juego efectivo (al margen de
las variantes tácticas empleadas), propongo los siguientes parámetros: 1.- zonas
estáticas, 2.- zonas dinámicas, 3.- líneas, 4.- situaciones, 5.- funciones de los
jugadores, 6.- principios fundamentales y 7.- el equipo rival. (GRÁFICO 13)

34
Gráfico 13
PARÁMETROS INCIDENTES PARA EL ANÁLISIS DEL JUEGO

zonas
, estáticas

zonas
0 dinámicas
7

2líneas funciones 6
situaciones
5de los
principios
fundamentales
3 jugadores
defensa
ataque 7 puestos
transiciones El equipo rival
misiones
especialidades Jesús Cuadrado Pino

Zonas estáticas

Todos conocemos la tradicional división del campo en tres amplias zonas


paralelas a las líneas de meta. Basándose en estas tres divisiones del terreno de
juego se dictan algunos principios básicos de comportamiento para el equipo, tanto
en situación de defensa como en situación de ataque. A la zona más cercana a
nuestra portería la denominamos zona de iniciación, a la zona del centro del campo
la denominamos zona de creación y a la zona más cercana a la portería contraria la
denominamos zona de finalización. Normalmente, en la iniciación tendremos
superioridad numérica, en la creación igualdad numérica y en la finalización
inferioridad numérica. Los tres conceptos de la situación de ataque más
significativos para aplicar en estas zonas son: en la iniciación seguridad, en la
creación control y en la finalización rapidez. En la situación de defensa, los
conceptos generales más significativos son: en la finalización tapar salida del rival
dejándole espacio donde nos interese, en la creación evitar la progresión del
rival o robar el balón y en la iniciación defender nuestra portería. Los dos pasillos
laterales de la zona de finalización deben considerarse como creación, ya que
generalmente ahí no buscamos directamente la finalización, sino la creación de
situaciones para centrar o para pasar. (GRÁFICO 14)

35
Gráfico 14 DIVISIÓN DEL CAMPO EN ZONAS ESTÁTICAS
Sentido del ataque

Superioridad numérica Igualdad numérica Inferioridad numérica


" "/ " "/ 8 9 "/

En situación de ataque: En situación de ataque: En situación de ataque:

seguridad control rapidez

En situación de defensa: En situación de defensa: En situación de defensa:

defender evitar la progresión tapar salida del


del rival rival dejándole
la portería espacio donde
o
nos interese
robar el balón

Jesús Cuadrado Pino

También es conocida la división del campo en una serie de pasillos


longitudinales (paralelos a las líneas de banda). El número de pasillos longitudinales
planteados por cada entrenador varía, unos establecen tres pasillos y otros cinco.
Esta división del campo en sentido longitudinal es necesaria porque establece las
relaciones de grupos de jugadores en el sentido de la profundidad. El desarrollo de
los principios fundamentales del juego y de los planteamientos tácticos no sólo ha de
establecerse sobre las líneas paralelas a las líneas de meta que forman la
distribución de los jugadores sobre el terreno de juego (portero, defensas, medios y
delanteros), sino que también han de tenerse en cuenta las relaciones entre los
jugadores que juegan en diferentes líneas pero en el mismo pasillo longitudinal.
Existen más diferencias técnico-tácticas entre los jugadores que juegan “por dentro”
y los que juegan “por fuera” aunque estén en la misma línea de juego (defensas,
medios, delanteros) que entre jugadores de distinta línea situados en los mismos
pasillos. (GRÁFICO 15)

36
Gráfico 15 DIVISIÓN DEL CAMPO EN PASILLOS ESTÁTICOS
Sentido del ataque

Pasillo lateral izquierdo

Pasillo interior izquierdo

Pasillo central

Pasillo interior derecho

Pasillo lateral derecho

Jesús Cuadrado Pino

Zonas dinámicas

Las zonas y los pasillos longitudinales descritos son útiles como referencias
generales, pero el juego es un proceso dinámico y lo verdaderamente importante
son las zonas marcadas por el balón y por la situación de los jugadores de los dos
equipos en cada momento del juego. Primero se mueve el balón, con relación a él se
mueven los jugadores del equipo poseedor y con relación a lo anterior se mueven
los jugadores del equipo defensor. No creo que en la actualidad sea cierta la
aseveración que promulga la ocupación del terreno de juego de un modo
equilibrado, porque considero que lo correcto es moverse en función del balón y de
unas zonas dinámicas y cambiantes sobre el campo.

37
En la práctica, la táctica significa manejar el espacio y el tiempo para tratar de
superar o contrarrestar al adversario. Y el tiempo está supeditado al espacio de que
se dispone para jugar: cuanto menos espacio tengamos, de menos tiempo
dispondremos. Por otra parte, el espacio útil no es el referido a la totalidad de las
dimensiones del terreno de juego, sino al espacio en el que podamos desarrollar las
acciones técnico-tácticas en cada momento, lo que depende de la posición del balón
y de los jugadores más cercanos a él.

Para analizar el juego, las zonas estáticas son sólo una referencia, lo
importante son las zonas cambiantes con relación al desarrollo dinámico del partido.
Por eso yo propongo la creación de cuatro zonas dinámicas: zona activa de juego,
zona total de juego, zona de vigilancia defensiva y zona de aprovechamiento
ofensivo. La situación y el espacio de cada una de estas cuatro zonas es la
siguiente:

Zona activa de juego: Es la zona donde está el balón y los jugadores más
cercanos. Es una zona de intervención directa e inmediata sobre el balón.

Zona total de juego: Es la zona del campo que queda limitada entre dos
líneas imaginarias paralelas a las líneas de meta y trazadas con la referencia del
último defensor de cada equipo, sin contar a los porteros. Está vinculada a la Regla
del Fuera de Juego.

Zona de vigilancia defensiva: Es la zona que existe a espaldas del último


defensor de nuestro equipo, sin contar a nuestro portero.

Zona de aprovechamiento ofensivo: Es la zona que existe a espaldas del


último defensor del equipo contrario, sin contar a su portero.
(GRÁFICO 16)

38
Gráfico 16 PROPUESTA DE ZONAS DINÁMICAS DEL JUEGO
LVD Sentido del ataque LAP

Z. ACTIVA DE JUEGO Z. TOTAL DE JUEGO Z. DE VIGILANCIA DEFENSIVA Z. APROVECHAMIENTO OFENSIVO


Jesús Cuadrado Pino

Líneas

Por otra parte, estas zonas dinámicas y la posición del balón plasman tres
líneas, también dinámicas, muy concretas e importantes a la hora de analizar el
juego. Estas tres líneas son: línea del balón, línea de vigilancia defensiva y línea
de aprovechamiento ofensivo. A estas líneas dinámicas hay que añadir una
estática pero que también es básica en el juego: la línea del medio campo.

Línea del balón: línea imaginaria, recta y paralela a las líneas de meta, que
pasa por el centro del balón. Lógicamente, es una línea constantemente cambiante a
lo largo del juego en dependencia de la posición que vaya ocupando el balón.

39
Línea de vigilancia defensiva: línea imaginaria, recta y paralela a las líneas
de meta, que pasa por la posición que ocupe el último defensor de nuestro equipo
sin contar a nuestro portero. Esta línea indica el inicio de nuestra zona de vigilancia
defensiva.

Línea de aprovechamiento ofensivo: línea imaginaria, recta y paralela a las


líneas de meta, que pasa por la posición que ocupe el último defensor del equipo
contrario sin contar a su portero. Esta línea indica el inicio de nuestra zona de
aprovechamiento ofensivo.
(GRÁFICO 17)
Gráfico 17 PROPUESTA DE LÍNEAS DEL JUEGO
Sentido del ataque

@
$
A /

Z. ACTIVA DE JUEGO Z. TOTAL DE JUEGO Z. DE VIGILANCIA DEFENSIVA Z. APROVECHAMIENTO OFENSIVO


Jesús Cuadrado Pino

Situaciones

Las situaciones por las que pasa el juego en función del equipo que posea el
balón y de los instantes en que se producen las pérdidas y recuperaciones del
mismo, están perfectamente delimitadas. Las situaciones del juego son cuatro:
situación de defensa, situación de ataque, transición ataque-defensa y
transición defensa-ataque.

Situación de defensa: momentos del juego en los que posee el balón el


equipo rival. En esta situación, los jugadores que estén lejos de la zona activa de

40
juego deben tener en cuenta el siguiente principio fundamental: “Si estoy lejos de la
zona activa de juego y no puedo defender, me tengo que preparar para atacar”.
Situación de ataque: momentos del juego en los que posee el balón el
equipo propio. En esta situación, los jugadores que estén lejos de la zona activa de
juego deben tener en cuenta el siguiente principio fundamental: “Si estoy lejos de la
zona activa de juego y no puedo atacar, me tengo que preparar para defender”.

Transición ataque-defensa: instante en que el equipo propio pierde la


posesión del balón y se tiene que organizar inmediatamente de forma colectiva para
recuperarle, evitar la progresión del rival o defender la portería.

Transición defensa-ataque: instante en que nuestro equipo roba el balón al


equipo rival y se tiene que organizar inmediatamente de forma colectiva para
conservarle temporizando, progresar hacia la portería rival o buscar un remate.
(GRÁFICO 18)

Gráfico 18

+ =

#
"%$!#
2*-&-&.
&*,$
“Lejos de la zona activa de juego, si no puedo
defender me tengo que preparar para atacar”

#
"%$!#
2*-&$"
$+%&
“Lejos de la zona activa de juego, si no puedo 7
atacar me tengo que preparar para defender”

3
$*,#
!#2*$"
$+%&-&.
&*,$
Organización colectiva para recuperar el balón o evitar
la progresión del rival o defender la portería

3
$*,#
!#2*-&.
&*,$$"
$+%&
Organización colectiva para conservar el balón o progresar
hacia la portería rival o buscar un remate

Jesús Cuadrado Pino

Funciones de los jugadores

Podemos considerar todas las funciones de los jugadores dentro de la


dinámica del juego dividiéndolas en tres aspectos: puestos, misiones y
especialidades. Los puestos indican la línea a la que pertenece cada jugador dentro

41
de la formación espacial del equipo: portero, defensas, medios y delanteros. Las
misiones dependen de la posesión o no del balón: todos son defensores cuando el
balón le tiene el equipo rival y todos son atacantes cuando el balón está en poder
del equipo propio. Las especialidades corresponden a las actividades que mejor
puede desempeñar cada jugador dependiendo de sus características técnicas,
tácticas y físicas, son ocho: cuatro cuando se está en situación de defensa y otras
cuatro cuando se está en situación de ataque; en la situación de defensa: tapar,
acosar, presionar y entrar; en la situación de ataque: distribuir, profundizar,
definir y finalizar.

Puestos: portero, defensas, medios y delanteros. Las diferentes posiciones


dentro de cada una de las líneas obligan a comportamientos de juego distintos, por
ejemplo: defensa central y defensa lateral, medio defensivo y medio adelantado,
extremo y delantero centro.

Misiones: defensores cuando el rival tiene el balón y atacantes cuando el


balón le tiene el equipo propio. O sea, defensores en la situación de defensa y
atacantes en la situación de ataque. Considerando las características de juego de
cada puesto.

Especialidades: tapar, acosar, presionar y entrar cuando se está en situación


de defensa. Distribuir, profundizar, definir y finalizar cuando se está en situación de
ataque. (GRÁFICO 19)

42
Gráfico 19

+ =
PUESTOS MISIONES ESPECIALIDADES
En la situación de defensa:
Portero
Defensores Tapar
en la situación Acosar
Defensas de defensa
Presionar
Entrar 7
Medios Atacantes
en la situación En la situación de ataque:

Delanteros
de ataque Distribuir
Considerando las Profundizar
Comportamientos de juego características de juego
distintos según posición de los puestos Definir
dentro de cada línea
Finalizar

Jesús Cuadrado Pino

Las especialidades del juego necesitan jugadores con características


técnicas, tácticas y físicas idóneas para la ejecución de cada una de ellas. Las
especialidades de la situación de ataque tienen unas zonas adecuadas para su
realización debido a lo que el juego requiere de ellas. Así, la distribución está en
pasillos centrales y por delante de la línea defensiva, la profundidad está en las
bandas, la definición está en pasillos centrales y detrás de los delanteros, la
finalización está cerca de la portería rival. Estas cuatro especialidades tienen que
estar contempladas en todos los sistemas de juego (utilización de todos los recursos
que definen la forma de jugar de un equipo, no solo la formación) para que el equipo
realice un fútbol eficaz en la situación de ataque. Recordemos la definición y
significado de cada una de estas cuatro especialidades de ataque:

Distribuir: Especialidad de juego de uno o varios jugadores para, en la


situación de ataque, iniciar de forma efectiva la salida del balón desde atrás para
mantenerle, progresar hacia la portería rival y llegar a la zona de finalización con
opciones claras de remate. La zona de los jugadores que han de realizar la
distribución está por el centro y delante de la línea defensiva.

43
Profundizar: Conseguir un espacio libre con posesión de balón detrás de la
línea de vigilancia defensiva del equipo rival.

Definir: Interpretar y analizar el significado de una jugada ofensiva, por parte


del jugador, para culminarla con un pase a un compañero que se ha desmarcado en
una zona de remate. En la práctica definir se conoce como “dar el pase de gol”. El
espacio para definir suele estar en el centro y detrás de los puntas.

Finalizar: Acabar una jugada de ataque con un toque hacia la portería rival
con la intención de lograr un gol.
(GRÁFICO 20)

Gráfico 20

B
1 #8& $ 9

8 .
$ A& $ 8 7
9

1 #8& $ 9
Jesús Cuadrado Pino

Las formaciones, como uno de los ingredientes del sistema, inciden en la


forma en que se producen en el juego cada una de las especialidades de ataque.
Para el desarrollo del juego del equipo, la formación no lo es todo, hay muchas más
variantes tácticas, ingredientes y detalles. Pero con una u otra formación, con una u
otra distribución de los jugadores sobre el terreno de juego, se influye en la forma en

44
que cada una de las especialidades de ataque va a desarrollarse en el campo.
Cambiando la formación se cambia un poco el juego del equipo, es uno de los
recursos del entrenador para plantear el partido o para variar la dinámica de juego
de su equipo durante cada partido. Principalmente porque cada formación incide de
una u otra forma en las especialidades de la situación de ataque.

En los siguientes seis gráficos podemos observar como se sitúan las cuatro
especialidades de la situación de ataque en las seis formaciones más utilizadas
actualmente: 4-2-3-1, 4-1-4-1, 4-4-1-1, 4-4-2, 4-4-2 en rombo y 4-3-3 (poniendo en
todas ellas por delante el “1” del portero). Cada formación está posicionada
esquemáticamente, sin respetar estrictamente la distancia de líneas del equipo ante
cada situación de juego, porque se trata de observar claramente cada concepto. En
cada gráfico señalo una o dos observaciones propias sobre la incidencia de estas
formaciones en las especialidades de la situación de ataque; hay muchas más
observaciones pero quiero que estas sirvan de punto de partida, que supongan unas
reflexiones iniciales en cada uno. (GRÁFICOS 21, 22, 23, 24, 25 y 26)
Gráfico 21
3.0.2., B

2 1

1
Bien ocupadas todas las especialidades de ataque.
El hombre de definición debe saber incorporarse a zona de finalización. Jesús Cuadrado Pino

45
Gráfico 22
3.,.3., B

1 2

La distribución necesita mucha ayuda de los centrales. Jesús Cuadrado Pino


Gráfico 23
3.3.,., B

2 1

En repliegue, la profundidad queda muy lejos. Jesús Cuadrado Pino

46
Gráfico 24
3.3.0 B

Opción A

2 7 2

Opción B

Definición “vacía”, en avance ha de ocuparla uno de los distribuidores. Jesús Cuadrado Pino
Gráfico 25
3.3.0C # A#D B
1

1
1

2
7

Se potencia mucho la finalización.


No es muy necesario que el definidor se incorpore a finalización. Jesús Cuadrado Pino

47
Gráfico 26
3.2.2 B

Opción A

1
3 7

Opción B

Facilita la posesión del balón.


En avance, un distribuidor tiene que incorporarse a zona de definición. Jesús Cuadrado Pino

2.6.- Los principios fundamentales del juego

Como se indicó al hablar del concepto “juego” como uno de los componentes
estructurales, los principios fundamentales del juego son todos los aspectos
básicos que deben respetarse para que el equipo realice un fútbol colectivo
adecuado. Están impuestos por las reglas de juego, las referencias del juego y por
las características inherentes a nuestro deporte. Estos principios no se pueden
alterar ni varían de un partido y otro, ya que siempre es preciso tenerlos en cuenta
independientemente de las variables tácticas que se elijan en cada circunstancia. La
táctica es variable. Los principios fundamentales del juego, no.

Los principios fundamentales del juego son inalterables, no varían de partido


a partido ni cambian ante distintos estilos de fútbol, hay que tenerlos en cuenta
siempre ante cualquier circunstancia si queremos que el equipo desarrolle un fútbol
beneficioso y útil. Sin embargo, la táctica es variable porque ante las cambiantes
situaciones que puedan presentarse podemos emplear unas u otras variantes
tácticas. El entrenador tiene que conocer en profundidad el juego antes de
desarrollar la táctica, porque cada partido se construye con los recursos tácticos
sobre la base inalterable de los principios fundamentales del juego. De igual forma,
el jugador primero tiene que dominar en la práctica estos principios fundamentales
para, posteriormente, practicar y desarrollar las variantes tácticas.

En el siguiente gráfico se define y explica, a modo de ejemplo, un principio


fundamental del juego para la transición ataque-defensa. (GRÁFICO 27)

48
Gráfico 27 + = &4
&561
(
“La mejor forma de pasar de la … pero uniendo a esa superioridad
situación de ataque a la situación numérica una superioridad posicional”
de defensa es mantener superioridad
numérica en nuestra línea de
vigilancia defensiva”
Sentido del ataque Sentido del ataque

Jesús Cuadrado Pino

Ejemplos de principios fundamentales del juego cuando el balón está en la


zona estática de iniciación y haciendo referencia a las cuatro zonas dinámicas del
juego, tanto para el equipo en situación de ataque como para el equipo en situación
de defensa. (GRÁFICO 28)

Gráfico 28 PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL JUEGO CON EL BALÓN EN LA INICIACIÓN

& "/ $ E& & "/ $ $ 8


- Un apoyo cercano lateral o por detrás al - Los puntas no ir a presionar muy encima, dejar
poseedor del balón, para que no sea él quien un pequeño espacio para no quedar muy
ZONA ACTIVA DE esté situado el último. separados de las otras dos líneas.
JUEGO

- No correr hacia delante separándose del - Si el contrario en posesión del balón sale por el
poseedor del balón, los que están delante centro, taparle posicionalmente en bloque para
esperar un poco el avance y los que están a que lleve el balón a banda. Cuando tiene el balón
ZONA TOTAL DE
la altura avanzar en relación a la posición del en una banda, bascular todo el bloque hacia esa
JUEGO
balón. banda tapando zonas próximas y dejando libres
las zonas más alejadas.

- Apoyo del portero sobre el jugador que sale - El portero adelantado para cubrir esta zona y
con el balón, adelantándose un poco. poder intervenir ante pases largos a la espalda de
ZONA DE VIGILANCIA sus defensas.
DEFENSIVA

- Pequeño repliegue de los puntas hacia zona - Aquí la misión de los puntas es servir de primera
de jugada para agrandar esta zona si les barrera defensiva, por lo que han de hacer un
ZONA DE persiguen los defensas y quedarse con pequeño repliegue tapando la salida del balón,
APROVECHAMIENTO espacio para girar en caso de que los pero cuando el balón les rebasa han de situarse
OFENSIVO defensas no salgan con ellos. en posición adecuada para recibir un pase del
compañero que puede robar el balón.

Jesús Cuadrado Pino

49
Ejemplos de principios fundamentales del juego cuando el balón está en la
zona estática de creación y haciendo referencia a las cuatro zonas dinámicas del
juego, tanto para el equipo en situación de ataque como para el equipo en situación
de defensa. (GRÁFICO 29)

Gráfico 29 PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL JUEGO CON EL BALÓN EN LA CREACIÓN

& "/ $ E& & "/ $ $ 8


- El poseedor del balón tiene que tener, como - El contrario en posesión del balón tiene que
mínimo, un apoyo en corto. Lo ideal son dos tener un jugador encima de él para tratar de no
ZONA ACTIVA DE apoyos en corto, uno lateral y otro por detrás. dejarle progresar y eliminar sus líneas de pase (o
JUEGO robarle el balón, si es posible)

-Realizar movimientos de desmarque en - La línea defensiva ha de frenarse o achicar, para


distintas alturas y direcciones, tanto los que no hacer demasiado grande esta zona. Pero
ZONA TOTAL DE están por delante como los que están por pendientes de los delanteros contrarios para
JUEGO detrás de la línea del balón. marcarles.

- Los últimos defensas marcan “al hombre” a -El portero amolda su posición adelantada en
los delanteros que quede el equipo contrario, función de la situación de su línea de defensas y
ZONA DE VIGILANCIA muy pegados a ellos y sin dejarles espacio, del balón.
DEFENSIVA para evitar ataque directo y contraataque.

- Meter balones directos a esta zona cuando - Los puntas basculan hacia zona de jugada para
la línea defensiva rival está mal posicionada o que, en caso de robo, puedan intervenir en ataque
ZONA DE se repliega mal, dando ventaja a nuestros para su equipo. Además, desde esta zona podrán
APROVECHAMIENTO delanteros. salir cubriendo al contrario que suba al ataque.
OFENSIVO

Jesús Cuadrado Pino

Ejemplos de principios fundamentales del juego cuando el balón está en la


zona estática de finalización y haciendo referencia a las cuatro zonas dinámicas del
juego, tanto para el equipo en situación de ataque como para el equipo en situación
de defensa. (GRÁFICO 30)

Gráfico 30 PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL JUEGO CON EL BALÓN EN LA FINALIZACIÓN

& "/ $ E& & "/ $ $ 8


- Si el poseedor del balón está solo arriba y - El defensor que marca al poseedor del balón
en inferioridad numérica, temporizar con el tiene que estar muy encima para restringirle al
balón para esperar la subida de algún máximo su juego. Al mismo tiempo tendrá que
ZONA ACTIVA DE
compañero. Si está en igualdad numérica estar bien perfilado, con un pie más adelantado
JUEGO
puede intentar el uno contra uno para finalizar que el otro para girar rápidamente en la dirección
con un remate. adecuada en caso de que el contrario le rebase
con balón.
- Cubrir todo el frente de ataque entre el - Los jugadores que han quedado rebasados por
poseedor del balón, los hombres que le el balón han de estar pendientes de tapar las
ZONA TOTAL DE acompañan arriba y los que se incorporen zonas por las que puedan subir al ataque los
JUEGO desde atrás. contrarios desde atrás. Hay que mirar el balón
pero también los pasillos de progresión del
contrario.

- Máxima posición adelantada del último - Los defensas bien perfilados para ver el balón y
defensa: sobre la línea de medio campo. No al mismo tiempo ver a los delanteros a los que
ZONA DE VIGILANCIA agrandando más esta zona. marcan, para poder intervenir si les rebasa el
DEFENSIVA balón. No estar sólo pendientes del balón.
Recordando lo que parece una perogrullada pero
que no se hace: “para ver hay que mirar”.

- El momento de llegada de los jugadores que - Un delantero, como mínimo, ha de quedarse


parten desde atrás a los espacios libres que próximo a la línea de medio campo, obligando a
ZONA DE están a la altura del poseedor del balón, tiene que se queden con él uno o dos defensores.
APROVECHAMIENTO que ser cuando éste recibe, ni antes ni Sobre esta línea basculará hacia la posición que
OFENSIVO después. vaya ocupando el balón en dirección lateral. Es la
forma más ventajosa de aprovechar un despeje
largo.

Jesús Cuadrado Pino

50
2.7.- El equipo rival

El equipo rival no sólo forma parte del juego, sino que justifica el desarrollo de
cada partido. Es mucho más que un parámetro a tener en cuenta, representa la
oposición que necesita este juego. El equipo rival es el nivel que debe superar cada
equipo en la búsqueda de sus objetivos competitivos. Con relación al equipo rival
deben tenerse en cuenta los siguientes planteamientos: 1.- forma parte indisoluble
del juego, 2.- los principios fundamentales del juego han de prevalecer ante
cualquier rival, 3.- el sistema propio es primordial, 4.- puede adaptarse alguna
variante táctica, 5.- las adaptaciones: NO en función de los movimientos del rival y SÍ
en función de lo que pretende. (GRÁFICO 31)

Gráfico 31 B

,-. # 1 $ # &A $ %& '#


0-. # 1 " 1 # 8& $ $ %& '#
$ 1 ! " "& E& !
2-. 1 #1 # 1 #$
3-. & $ $ 1 '& ! :" "
5-. $ 1 "# 8& " / $
#! # $ ! F 8& " / $
# E& 1 $
Jesús Cuadrado Pino

Forma parte indisoluble del juego:

Recordemos que el fútbol es un deporte de equipo con oposición directa del


equipo adversario. En relación a todos los aspectos que en él inciden, el fútbol es un
deporte colectivo o de equipo, de colaboración-oposición directa, de habilidades
abiertas y cerradas, acíclico y en algún caso cíclico, de velocidad-fuerza-resistencia,
donde no pueden manejarse las manos excepto los porteros dentro de su área de
penalti y los jugadores de campo sólo para realizar los saques de banda, con unas
reglas que enmarcan el desarrollo de su juego y dentro de las cuales la regla nº 11
(El fuera de juego) es la más decisiva. Siempre está presente la oposición directa del

51
equipo rival, todos los componentes del modelo de competición se justifican por la
actuación antagonista del equipo rival. Como dice Santiago Coca, “cada partido es
una cita con el marcador”, y para llegar a los dígitos que pretendemos en el
marcador es necesario superar al rival cuando estemos en situación de ataque y
contrarrestarle cuando estemos en situación de defensa. El equipo rival nos obliga a
la adecuada utilización del espacio y del tiempo en la ejecución de todas las
acciones técnico-tácticas. “El rival no nos importa nada” es una aseveración que se
emplea muchas veces, pero es falsa, porque el rival forma parte indisoluble del
juego en el fútbol.

Los principios fundamentales del juego han de prevalecer ante cualquier rival:

El desarrollo de toda la dinámica de competición en el fútbol está enmarcado


por unos aspectos propios de este deporte y por las reglas de juego establecidas.
Estos factores (aspectos propios del fútbol como especialidad deportiva y sus reglas
de juego) son comunes a todos los partidos y para todo el desarrollo de la
competición, por eso imponen unos principios fundamentales del juego que es
preciso respetar ante cualquier circunstancia para que el equipo realice un juego
colectivo coherente y práctico con el objetivo de contrarrestar y superar al equipo
rival. Como antes se indica, el rival forma parte indisoluble del juego. El rival justifica
el desarrollo competitivo en el fútbol, pero para contrarrestarle y superarle es
indispensable cumplir los principios fundamentales del juego, porque no cumplirles
significa jugar mal; y jugar mal, en cualquier juego y en cualquier especialidad
deportiva, suele traer como consecuencia la derrota. Los principios fundamentales
del juego han de prevalecer ante cualquier rival.

El sistema propio es primordial:

Unido a los principios fundamentales del juego, el sistema de juego del equipo
debe prevalecer por encima de las características del equipo rival. Recordando que
el sistema de juego es la forma general de jugar de cada equipo teniendo en cuenta
todos los argumentos que emplea en cada partido de competición, se considera que
los jugadores tienen bien distribuidas sus características dentro del sistema
empleado por su equipo. Uno de los argumentos de rendimiento en los equipos será
un sistema de juego bien establecido y desarrollado. Por tanto, no se puede variar el
sistema propio en cada partido para tratar de adaptarse al rival. Siempre es mejor
argumento un sistema propio que una desorganización adaptada al rival. Es
preferible competir con los argumentos propios que otorgar protagonismo a los
argumentos del rival.

Puede adaptarse alguna variante táctica:

No obstante, teniendo en cuenta que el equipo contrario es el elemento


antagonista, dentro de la dinámica de juego de nuestro equipo puede establecerse

52
alguna variante que nos ayude a contrarrestarle y superarle. Estas variaciones no
deben cambiar sustancialmente el sistema de juego propio, se trata de algunas
acciones y movimientos puntuales que tienen el objetivo de eliminar puntos fuertes y
aprovechar puntos débiles que hayamos observado en el equipo contrario a nivel
individual y colectivo, pero sin romper la estructura de juego que tengamos
desarrollada. Ejemplos: 1.- Si el equipo rival cuenta con dos delanteros muy rápidos
que necesitan espacio para correr a balones en profundidad, podemos retrasar un
poco nuestra línea de vigilancia defensiva para hacer más pequeña nuestra zona de
vigilancia defensiva; 2.- Si tratan de jugar el balón desde atrás por medio de los
laterales porque sus defensas centrales no dominan bien los controles y los pases,
nuestros delanteros se abrirán a las bandas para provocar la salida del rival por el
centro por medio de sus centrales; 3.- Si en su banda derecha cuentan con un lateral
que no defiende bien y el central de ese lado ni bascula bien ni hace correctamente
las coberturas, podemos hacer bascular a dos delanteros sobre esa zona o
podemos situar en esa zona a nuestro centrocampista ofensivo con mayor recorrido
y profundidad en ataque.

Las adaptaciones NO en función de movimientos del rival, SÍ en función de lo


que pretende:

Las variaciones que podemos establecer para tratar de contrarrestar y


superar al equipo rival, eliminando sus puntos fuertes y aprovechando sus puntos
débiles, tienen que hacerse sobre lo que realmente trata de hacer el rival y no sobre
sus movimientos generales. Es decir, hay que analizar la razón por la que ellos
realizan unas acciones y movimientos concretos, no hay que quedarse en la
superficialidad, es necesario ver lo que pretenden en realidad. El movimiento de uno
o varios jugadores puede hacerse para buscar objetivos de juego diferentes, una
acción puede perseguir resultados distintos. Por ejemplo, un equipo puede emplear
sistemáticamente un ataque directo, pero nuestra observación sobre su juego no
puede quedarse en eso simplemente. No podemos adaptar una variante de nuestro
juego solo por el hecho de que empleen un ataque directo, porque un ataque directo
puede tener dos pretensiones distintas: buscar un rechace para el remate de
jugadores que se incorporan desde atrás, o buscar la velocidad de sus delanteros a
espaldas de la defensa. Es decir, ataque directo buscando rechace o ataque directo
buscando el espacio. En el primer caso es conveniente que adelantemos nuestra
línea de vigilancia defensiva para que los posibles rechaces se produzcan lejos de
zonas de remate; en el segundo caso es conveniente que la retrasemos para reducir
el espacio de carrera de sus delanteros haciendo más pequeña su zona de
aprovechamiento ofensivo. En los dos casos el rival hace ataque directo, pero con
pretensiones muy distintas. Nuestra respuesta ha de estar en función de sus
verdaderas pretensiones y no en función de sus movimientos iniciales.

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