Tema 3 El Clima
Tema 3 El Clima
Tema 3 El Clima
EL CLIMA
INTRODUCCIÓN.
LOS ELEMENTOS DEL CLIMA son los componentes de la atmósfera que distinguen a los
climas. Los más importantes son: la insolación: cantidad de radiación solar recibida por la
superficie terrestre; la evaporación: proceso por el que el agua de la superficie terrestre se
convierte en vapor a temperatura ambiente; la evapotranspiración: pérdida de humedad
de la superficie terrestre debida a la insolación y a la transpiración de las plantes y el suelo;
aridez: insuficiencia de agua en el suelo y en la atmósfera; la humedad: cantidad de vapor
de agua que contiene el aire; la nubosidad: estado de la atmósfera en el que el cielo
aparece, en mayor o menor grado, cubierto de nubes; la presión: el peso del aire, que
puede ser baja -Borrasca- o alta -Anticiclón-; y el viento: movimiento horizontal del aire
respecto a la superficie terrestre. Pero los más importantes son las precipitaciones y la
temperatura.
2. Las temperaturas. Es el grado de calentamiento del aire por la acción de los rayos
solares sobre la superficie terrestre. Se miden en grados centígrados y en los
mapas se representan mediante isotermas. La variabilidad está condicionada por:
LOS FACTORES CLIMÁTICOS son rasgos permanentes que ejercen una influencia
constante e invariable, o variaciones cíclicas limitadas. Destacamos:
● El relieve: los territorios a gran altitud tienen temperaturas medias inferiores a los
del llano (la tª desciende 0.6 ºC por cada 100 m). El relieve obstaculiza la entrada de
masas de aire, según la altitud y la orientación de las montañas. También modifica
la tª y la humedad de las masas de aire que, al chocar con una cordillera y elevarse,
se enfría, se saturan y precipitan en la ladera de barlovento (lluvias orográficas);
mientras que al bajar por la vertiente de sotavento, se produce el fenómeno
inverso: se calientan y se resecan (efecto Föehn). Además, la orientación respecto
al sol origina contrastes entre las solanas y las umbrías, siempre más frías y
húmedas. La orientación de los sistemas montañosos oeste-este permite mejor la
entrada de las masas de aire atlánticas (más húmedas) que las continentales (más
frías y secas). Y las cadenas montañosas aíslan la Meseta de las influencias marinas.
● La influencia marítima y continental. La Península se encuentra entre dos mares
de características bien distintas (5 ºC de diferencia). Ambos contribuyen a
supervisar las temperaturas de las zonas costeras. El mar actúa como regulador de
la tª (el agua tarda cinco veces más en calentarse o enfriarse que la tierra), además
la diferencia de temperaturas máximas y mínimas de la zona. Esta influencia
marítima no penetra en el interior peninsular debido a la orientación periférica del
relieve que actúa de barrera acentuando la continentalidad del interior. En cambio,
en ambos archipiélagos, el influjo marino es decisivo.
En altura, la Península está afectada por los desplazamientos en altitud y estacionales del
Jet Stream, y en superficie, por la influencia del Frente Polar, causante del tiempo
lluvioso y el Anticiclón de las Azores, causante del tiempo seco y soleado.
Otros anticiclones que afectan a la Península son el Anticiclón sahariano (genera nubes
de polvo), el Anticiclón de Europa Central (provoca temperaturas muy bajas), y el A. de la
Meseta (se forma sobre ésta y ocasiona un tiempo seco y frío).
Otras Borrascas que influyen en la Península son la B de Islandia (provoca numerosas
precipitaciones en la cornisa cantábrica), la B del golfo de Rosas (cuando coincide con la
Gota Fría produce intensas lluvias en el litoral mediterráneo), y la B del golfo de Cádiz
(ocasiona numerosas lluvias en la zona).
1. Dominio oceánico.
Corresponde a la zona norte (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco). Se caracteriza por
una gran regularidad, tanto en las temperaturas como en las lluvias. Estas últimas se
distribuyen regularmente a lo largo del año (más de 150 días), ya que esta zona se
encuentra bajo la contínua acción de las borrascas del frente polar. No obstante, la mayor
concentración de lluvias es en otoño-invierno, mientras que en verano hay menos por la
influencia del anticiclón de las Azores. Encontramos dos variantes:
2. Dominio mediterráneo.
Corresponde al litoral mediterráneo y va paulatinamente convirtiéndose en dominio
interior según nos alejamos de la costa. Las precipitaciones son moderadas o escasas,
irregulares y tormentosas. Su distribución es irregular: el verano es seco debido a la
influencia del anticiclón de las Azores, y el máximo tiene lugar en otoño y en primavera,
salvo las zonas abiertas al Atlántico, donde se produce en invierno. La forma en la que
caen estas precipitaciones es tormentosa, lo que origina una fuerte erosión del suelo en
estas áreas. Las temperaturas varían con la latitud y la distancia al mar. Se distinguen tres
subtipos: marítimo, continentalizado y seco.
3. Dominio de montaña.
Hay unas características comunes a los espacios montañosos: descenso de temperatura
(6º cada 1000m ), distinta insolación sobre las vertientes de solana y umbría, la reducida
amplitud térmica de las cumbres, el fenómeno de inversión térmica y el aumento de
precipitaciones en la montaña.
En general -ya que existen variantes según la zona climática donde se
encuentre- es un clima frío, con meses por debajo de 0º C, las precipitaciones son
abundantes, superiores a 1000 mm, producidas a veces en forma de nieve que en algunos
lugares no desaparece en todo el año, acompañadas de temperaturas medias negativas
en invierno y muy frescas en verano.
4. Dominio de las Canarias o clima subtropical.
Las Islas Canarias presentan un clima propio, influido por su latitud subtropical, por la
corriente fría de las Canarias y por su condición insular. Por latitud, las temperaturas
deberían ser calurosas, pero se suavizan por la corriente fría, situándose las medias entre
los 15 y 20 ºC, muy estables durante todo el año, y más altas en las islas orientales, por su
cercanía al Sáhara. Domina el anticiclón de las Azores y el viento alisio del NE. Cuando el
anticiclón se desplaza, permite el paso de las borrascas atlánticas en invierno y del aire
sahariano en verano. Las lluvias son invernales, muy escasas en las zonas más bajas, sin
sobrepasar los 300 mm, y abundantes en las montañas. De hecho, en las zonas más
elevadas de Tenerife y La Palma puede llegar a nevar.
Recursos:
https://www.youtube.com/watch?v=FdzYfIxpBqY
https://www.youtube.com/watch?v=2i-I1hLhBqg
https://encuentratuhistoria.blog/wp-content/uploads/2018/12/prc3a1ctica-resue
lta-insolacic3b3n-peninsular.pdf