LICENCIAS
LICENCIAS
LICENCIAS
Las licencias poéticas son recursos que se utilizan en la poesía para adaptar un verso a una
determinada extensión, es decir, a una cantidad de sílabas exigida por la métrica.
Los preceptos de la métrica no se suelen aplicar en los poemas contemporáneos, pero sí están
presentes en las composiciones de épocas anteriores, como en el Renacimiento o en el Barroco, y son
un conjunto de reglas fijas que determinan cómo deben ser:
Los versos. Son las líneas de una poesía y se separan de otros mediante una pausa. Por ejemplo, en el
soneto los versos tienen que ser endecasílabos, es decir, de once sílabas.
La rima. Es la repetición exacta o similar de un sonido a partir de la última vocal acentuada de cada
verso y puede ser consonante (si coinciden todos los sonidos) o asonante (si solo coinciden las
vocales). Por ejemplo, en el soneto la rima debe ser consonante.
Las estrofas. Son conjuntos de versos. Por ejemplo, el soneto se compone de dos cuartetos, estrofas
de cuatro versos endecasílabos, y dos tercetos, estrofas de tres versos endecasílabos.
En ciertas composiciones poéticas, hay determinados tipos de estrofas, cuyos versos deben tener una
cantidad específica de sílabas y, para lograrlo, se pueden utilizar distintas licencias poéticas.
Verso terminado en una palabra aguda. Si la última palabra es aguda (la sílaba tónica es la última), se
cuenta una sílaba más. Por ejemplo: “Escuché una canción” tiene siete sílabas (es-cu-ché-u-na-can-
ción), pero al terminar en palabra aguda, se forma un verso octosílabo (de ocho sílabas).
Verso terminado en una palabra grave. Si la última palabra es grave (la sílaba tónica es la anteúltima),
no se suman ni se restan sílabas. Por ejemplo: “Aquí se escucha el viento” tiene nueve sílabas (a-quí-
se-es-cu-cha-el-vien-to) y termina en palabra grave, por eso, se forma un verso eneasílabo (de nueve
sílabas).
Verso terminado en una palabra esdrújula. Si la última palabra es esdrújula (la sílaba tónica es la
antepenúltima), se resta una sílaba. Por ejemplo: “Esas palabras son música” tiene nueve sílabas (e-
sas-pa-la-bras-son-mú-si-ca) y termina en palabra esdrújula, por lo tanto, se forma un verso
octosílabo (de ocho sílabas).
Sinalefa. Se utiliza cuando se quiere restar una sílaba y consiste en unir dos vocales contiguas que
pertenecen a palabras diferentes, para pronunciarlas en una misma sílaba. No es realmente una
licencia, porque es un fenómeno que suele ocurrir en el lenguaje hablado. Por ejemplo: “bella ilusión
por quien alegre muero” es un verso de once sílabas, porque se unen la “a” y la “i” en una sola sílaba
(be-llai-lu-sión-por-quien-a-le-gre-mue-ro).
Dialefa. Consiste en separar dos vocales contiguas, que en la lengua corriente formarían sinalefa, en
dos sílabas distintas. Por ejemplo: “El cielo invernal” es un verso de seis sílabas, porque la “o” y la “i”
no se unen formando sinalefa (el-cie-lo–in-ver-nal).
Sinéresis. Se utiliza cuando se quiere restar una sílaba y consiste en unir en una sílaba dos vocales
que forman hiato, es decir, que pertenecen a sílabas diferentes. Por ejemplo: “Los hermosos días de
primavera” es un verso de diez sílabas, porque el hiato “í-a” se pronuncia en una sola sílaba “ía” (los-
her-mo-sos-días-de-pri-ma-ve-ra).
Diéresis. Se utiliza cuando se quiere sumar una sílaba y consiste en trasformar un diptongo, la unión
de dos vocales en una sílaba, en un hiato, la pronunciación de dos vocales en sílabas diferentes. Por
ejemplo: “La causa de su llanto” es un verso de ocho sílabas, porque el diptongo “au” se trasforma en
hiato “a-u” (La-ca–u-sa-de-su-llan-to).
Para tener en cuenta: El diptongo es la unión de dos vocales en una misma sílaba y puede estar
formado por una vocal abierta (a, e, o) y una vocal cerrada átona (i, u) o por dos vocales cerradas
distintas. Por ejemplo: pausa, mueble, fui. En cambio, el hiato es la pronunciación de dos vocales en
sílabas distintas y puede estar formado por una vocal abierta átona (a, e, o) y una vocal cerrada tónica
(i, u), dos vocales iguales o dos vocales abiertas. Por ejemplo: leído, chiita, cae.
1. “Noche arriba los dos con luna llena”. Se unen la E y la A para formar un verso de once sílabas
(no-chea-rri-ba-los-dos-con-lu-na-lle-na).
2. “Catorce versos dicen que es soneto”. Se unen la E y la E para formar un verso de once sílabas
(ca-tor-ce-ver-sos-di-cen-quees-so-ne-to).
3. “Un andar solitario entre la gente”. Se unen la O y la E para formar un verso de once sílabas (un-
an-dar-so-li-ta-rioen-tre-la-gen-te).
4. “De estas plantas a Alcides consagradas”. Se unen la E con la E y la A con la A para formar un
verso de once sílabas (dees-tas-plan-tas-aAl-ci-des-con-sa-gra-das).
5. “Vine a parar en tanta desventura”. Se unen la E y la A para formar un verso de once sílabas (vi-
nea-pa-rar-en-tan-ta-des-ven-tu-ra).
6. “A ti, bella expresión de lo distinto”. Se unen la A y la E para formar un verso de once sílabas (a-ti-
be-llaex-pre-sión-de-lo-dis-tin-to).
7. “Verde Atlante de los cielos”. Se unen la E y la A para formar un verso de ocho sílabas (Ver-deA-
tlan-te-de-los-cie-los).
8. “Toda es gente valerosa”. Se unen la A y la E para formar un verso de ocho sílabas (To-daes-gen-
te-va-le-ro-sa).
9. “Eterna fama han ganado”. Se unen la A y la A para formar un verso de ocho sílabas (E-ter-na-fa-
mahan-ga-na-do).
10. “Si algún grande ha fallecido”. Se unen la I con la A y la E con la A para formar un verso de ocho
sílabas (Sial-gún-gran-deha-fa-lle-ci-do).
Ejemplos de dialefa
1. “El cielo está cambiante”. No se produce sinalefa entre la O y la E y queda un verso de ocho
sílabas (el-cie-lo–es-tá-cam-bian-te).
2. “Con poco entusiasmo, entró”. No se produce sinalefa entre la O y la E y queda un verso de diez
sílabas, ya que se cuenta una más porque “entró” es una palabra aguda (con-po-co–en-tu-sias-
mo-en-tró).
3. “Escribí unos versos de amor”. No se produce sinalefa entre la I y la U ni entre la E y la A y queda
un verso de once sílabas, ya que se cuenta una más porque “amor” es una palabra aguda (es-cri-
bí–u-nos-ver-sos-de–a-mor).
4. “Era el paraíso en la tierra”. No se produce sinalefa entre la A y la E y entre la O y la E y queda un
verso de diez sílabas (e-ra–el-pa-í-so–en-la-tie-rra).
5. “Ana esperaba el tren”. No se produce sinalefa entre la A y la E y entre la A y la E y queda un verso
de ocho sílabas (A-na–es-pe-ra-ba–el-tren).
6. “El sol se escondió entre las montañas”. No se produce sinalefa entre la E y la E y entre la O y la E
y queda un verso de doce sílabas (el-sol-se–es-con-dió–en-tre-las-mon-ta-ñas).
7. “La princesa aparece”. No se produce sinalefa entre la A y la A y queda un verso de ocho sílabas
(la-prin-ce-sa–a-pa-re-ce).
8. “El viento murmuró algo”. No se produce sinalefa entre la O y la A y queda un verso de ocho
sílabas (el-vien-to-mur-mu-ró–al-go).
9. “La música empieza”. No se produce sinalefa entre la A y la E y queda un verso de siete sílabas
(la-mú-si-ca–em-pie-za).
10. “El soldado olvidó”. No se produce sinalefa entre la O y la O y queda un verso de ocho sílabas, ya
que se cuenta una más porque termina en palabra aguda (el-sol-da-do–ol-vi-dó).
Ejemplos de sinéresis
1. “Que la gente lo ha oído”. Se unen las vocales del hiato producido entre la O y la I para formar un
verso de ocho sílabas (que-la-gen-te-lo-ha-oí-do).
2. “Ella miraba el rocío en el pasto”. Se unen las vocales del hiato producido entre la I y la O para
formar un verso de doce sílabas (e-lla-mi-ra-ba-el-ro-cío-en-el-pas-to).
3. “El lugar le generaba hastío”. Se unen las vocales del hiato producido entre la I y la O para formar
un verso de diez sílabas (el-lu-gar-le-ge-ne-ra-ba-has-tío).
4. “La historia de la heroína”. Se unen las vocales del hiato producido entre la O y la I para formar
un verso de nueve sílabas (la-his-to-ria-de-la-he-roí-na).
5. “Su mirada se dirigió hacia el oeste”. Se unen las vocales del hiato producido entre la O y la E
para formar un verso de trece sílabas (su-mi-ra-da-se-di-ri-gió-ha-cia-el-oes-te).
6. “Era real o era un espejismo”. Se unen las vocales del hiato producido entre la E y la A para
formar un verso de once sílabas (e-ra-real-o-e-ra-un-es-pe-jis-mo).
7. “Un elevado poema”. Se unen las vocales del hiato producido entre la O y la E para formar un
verso de siete sílabas (un-e-le-va-do-poe-ma).
8. “La felicidad etérea”. Se unen las vocales del hiato producido entre la E y la A para formar un
verso de ocho sílabas (la-fe-li-ci-dad-e-té-rea).
9. “La marea de tristeza”. Se unen las vocales del hiato producido entre la E y la A para formar un
verso de siete sílabas (la-ma-rea-de-tris-te-za).
10. “Leer es como ver pensamientos”. Se unen las vocales del hiato producido entre la E y la E para
formar un verso de nueve sílabas (leer-es-co-mo-ver-pen-sa-mien-tos).
Ejemplos de diéresis
1. “En la ciudad antigua”. Se separan la U y la A en dos sílabas diferentes para formar un verso de
ocho sílabas (en-la-ciu-dad-an-ti-gu–a).
2. “Quedó en el recuerdo”. Se separan la U y la E en dos sílabas diferentes para formar un verso de
ocho sílabas (que-dó-en-el-re-cu–er-do).
3. “Regresó a su pueblo natal”. Se separan la U y la E para formar un verso de once sílabas, ya que se
suma una más porque termina en palabra aguda (re-gre-só-a-su-pu–e-blo-na-tal).
4. “La arena blanca como la nieve”. Se separan la I y la E para formar un verso de doce sílabas (la-a-
re-na-blan-ca-co-mo-la-ni–e-ve).
5. “La fuerza de su valentía”. Se separan la U y la E para formar un verso de diez sílabas (la-fu–er-
za-de-su-va-len-tí-a).
6. “La suavidad de las hojas”. Se separan la U y la A para formar un verso de nueve sílabas (la-su–a-
vi-dad-de-las-ho-jas).
7. “Las heroicas hazañas”. Se separan la O y la I para formar un verso de ocho sílabas (las-he-ro–i-
cas-ha-za-ñas).
8. “Y fue un triunfo”. Se separan la U y la E y la I y la U para formar un verso de siete sílabas (y-fu–
e-un-tri–un-fo).
9. “En las ruinas romanas”. Se separan la U y la I para formar un verso de ocho sílabas (en-las-ru–i-
nas-ro-ma-nas).
10. “Esperaba la reina”. Se separan la E y la I para formar un verso de ocho sílabas (es-pe-ra-ba-la-
re–i-na).