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Historia Del Arte (Tp1)

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Trabajo Práctico I - Unidad I

Historia del Arte Contemporáneo de América Latina

Cátedra Davis – 2C 2021

comisión: C

Estudiantes: MARTINEZ, Romina Paula DNI: 29.153.297

GONZALEZ, Celeste Micaela DNI: 36.161.837

GERONIMO, Agustin Jesús DNI: 42.749.067

MENDOZA, Eduardo Rafael DNI: 38.654.641

A partir de la lectura del texto de Nelly Richard “Globalización académica, estudios


culturales y crítica latinoamericana”:

a) ¿Cuáles son las tres dimensiones de cultura desarrolladas por la autora?

Entendemos que la autora expone que la definición de cultura expresa y engloba diferentes
ideas según el campo de conocimiento que la aborde. Marca que el concepto de cultura puede
ser entendido desde una mirada antropológica-social; ideológica-estética y
político-institucional. La mirada antropológica-social abarca los signos y valores por los
cuales los grupos sociales se identifican entre ellos y se diferencian de otros grupos sociales,
constituyendo así una identidad propia, enmarcando en un contexto donde los lenguajes,
códigos de referencia se comparten. Desde el punto de vista estético-ideológico, remite lo
cultural al campo profesional. la cultura no es solamente sobre la creación de un objeto
sensible, sino sobre la producción de reflexión que se rige por instituciones y reglas de
discurso especializadas que se manifiesta en el marco de una obra, disciplina o lenguajes
expresivos específicos y de debate de ideas que giran alrededor de las críticas de lo estético
ideológico. se englobarían todas las producciones estéticas/intelectuales y manifestaciones de
estas producciones de un grupo particular. La tercera dimensión que Nelly describe, es la
dimensión político-institucional engloba la transmisión del mercado de bienes simbólicos,
distribución y recepción de la cultura como producto y los agentes que coordinan y
mediatizan el mercado cultural (ej. los museos).
“Estos acentos diversos, y a menudo contrarios, que cruzan la serie “cultura”, no sólo se
despliegan en la exterioridad de lo social, sino que también atraviesan el campo de las
teorías y de los estudios culturales que se encargan de analizar sus desplazamientos y
transformaciones bajo el impacto de las complejas mutaciones económicas y
sociocomunicativas, pero también académico-disciplinarias, de este fin de siglo.”1
b) ¿Qué tensiones atraviesan la construcción de la otredad latinoamericana, tanto
desde el campo teórico como desde las prácticas culturales? ¿Cuáles son los
desafíos y las resistencias que se generan desde lo local?

Partimos de la falacia de que la noción Latinoamérica se ha planteado desde un imaginario


colectivo como homogénea, pura y originaria. A su vez esta identidad se ve modificada por la
circulación capitalista de mercancías, pero también de saberes y teorías (lo global y lo local),
transportado por universidades e instituciones como portadoras del conocimiento, omitiendo
la singularidad de cada proceso de enunciación formulado “desde” América latina.

Dentro del campo de conocimiento, los estudios culturales que han tenido gran éxito, en
Estados Unidos sobre todo, pero recubren un peligro en su aplicación y reproducción
irreflexiva en latinoamérica, entendemos que los estudios culturales no pueden aplicarse
descontextualizadamente, sin tomar en cuenta especificaciones y particularidades articuladas
con las coyuntura histórica determinada.

Entonces lo latinoamericano está en búsqueda de representarse o dejarse objetar por el


sistema hegemónico global, generando que los estudios culturales en Latinoamérica, busquen
criticar y re-analizar las formas para descentralizar y reivindicar las situaciones entre lo local
y lo periférico, busca que se logre una “diferencia diferenciadora y no una diferencia
diferenciada” potenciando una cultura local que tenga la capacidad de modificar el sistema
de codificación de las relaciones identidad-alteridad que busca seguir administrando el poder
académico hegemónico.

La resistencia desde la crítica latinoamericanista buscan rescindir este enfoque academicista


colonizador y deshomogeneizar la relación poder-conocimiento de cada bloque territorial
(Richard 2001) en América Latina, cuyo propósito es buscar la propia autonomía, sacarse esa
mirada paternalista que representa desde afuera a los latinoamericanos, y así reivindicar la
propia voz, ser portadores de saberes y productores de significaciones reales a partir de las
vivencias, de las propias realidades relacionando su heterogeneidad.

1
Nelly Richard, “Globalización académica, estudios culturales y crítica latinoamericana”, en: Daniel
Mato (comp.), Estudios Latinoamericanos sobre cultura y transformaciones sociales en tiempos de
globalización, Buenos Aires, CLACSO, 2001. Página 1, segundo párrafo
2) Tomando como punto de partida las “Respuestas a un cuestionario: posiciones y

situaciones”, de Nelly Richard en la publicación “En torno a los Estudios Culturales.

Localidades, trayectorias y disputas”, identificar:

a) Según lo desarrollado por la autora, ¿qué son los Estudios Culturales? ¿Cuáles
son los tres momentos de su desarrollo? ¿Cuáles son los rasgos que caracterizan a
esta perspectiva teórica?

Nelly Richard indica que los estudios culturales , situados en América Latina, no pueden
tener una definición unitaria, no obstante los define como un “... conjunto plural de prácticas
cuyo significado y posición varían según sus contextos de inscripción tanto sociohistórico
como universitarios…” (Richard 2010). Nos parece que los estudios culturales no puede ni
deben ser objetos de una definición unitaria, sino que se podría definirlas como campos de
estudios, investigaciones y trabajo que se abordan desde lo transdisciplinario, un enfoque
crítico a la visión aristocratizante y reduccionista que planteaba los estudios culturales desde
una visión de EEUU.

Lo que agrupa la actual nomenclatura de “Estudios culturales” (con su tendencia a clasificar


distintas orientaciones bajo una misma marca etiquetadora para la comodidad del mercado
académico internacional) no designa un campo homogéneo de aplicaciones, al menos en
América Latina, sino un conjunto plural de prácticas cuyo significado y posición-en lo
teórico, en lo crítico-disciplinario y en lo político-institucional- varían según contextos de
inscripción tanto sociohistóricos como universitarios. Varias líneas de trabajo cuyos tránsitos
no se identifican programáticamente como “ estudios culturales”, pero que entrecruzan las
fronteras de la sociología, de la literatura y de la cultura, de la antropología, la literatura, del
arte y la sociedad,de la teoría de las comunicaciones, de la crítica cultural, etc.convergen en
una zona transdisciplinaria de estudios sobre cultura, poder y hegemonía que puede ser una
de las definiciones amplias que se les da a los estudios culturales.

Todas las disciplinas artísticas producen objetos sensibles impregnados de significados, con
lo cual la política pública puede o no promover esos sentidos. Estos estudios fomentan la
destitución de ciertos marcos hegemónicos, planteados por la historia del arte, que
históricamente han definido la investigación significante en el campo de los social y cultural,
estableciendo cuáles son los fenómenos culturales y las condiciones que debe tener un objeto
simbólico para ser estudiado. Dicho en otras palabras se busca quebrar con esa estructura
impuesta por la hegemonía.

La autora marca como diferentes momentos de desarrollo:

1. La formación en los años 60´ en Inglaterra, donde distintos autores dan lugar al
armado de un legado de producciones teóricas que darán espesor histórico a los
estudios culturales.
2. La institucionalización de cursos y departamentos según un modelo globalizado de los
estudios culturales que se instala en la academia internacional, sobre todo en EEUU
en los años 80. Estos estudios culturales están orientados hacia la cultura popular y a
los estudios postcoloniales y de la subalteridad.
3. Los 90 en América Latina donde dentro del mismo ámbito de la academia se dan
duros debates. Donde según la autora se entiende que por lo menos en Latinoamérica
no es un campo homogéneo de aplicaciones. Por lo menos en América Latina lo que
se entiende por estudios culturales engloba sociología, de la literatura y de la cultura,
de la antropología, de la literatura, del arte y la sociedad, de la teoría de las
comunicaciones, de la crítica cultural, etc. Todos estos ámbitos convergen en una zona
transdisciplinaria sobre la cultura.

Como rasgo fundamental de esta perspectiva teórica podemos señalar el entrecruzamiento de


diferentes disciplinas, un intento de democratizar el conocimiento, dándole entrada a los
saberes que el mundo académico (en tiempos de la modernidad) había dejado afuera por ser
“conocimientos impuros”, como la cultura popular, los movimientos feministas, etc.

La crítica que realiza Nelly Richard a esto es que por lo menos en Amèrica Latina los campos
de conocimientos que engloban o hablan sobre cultura son diferentes a los campos de
conocimiento que hablan de cultura en países como EEUU, en los países del norte trabajan
desde aspectos más bien estadísticos, más bien tecno-operativo, a diferencia de Latino
América que los campos de conocimiento que se vinculan con la sociología, la antropología o
las comunicaciones sociales.

Otro punto sería los riesgos de aplicar indiscriminadamente las teorías de los Estudios
Culturales de modo irreflexivo en Latinoamérica, los estudios culturales no deben aplicarse
descontextualizadamente, sin tomar en cuenta particularidades y la historia determinada. Un
ejemplo de esto es como el ensayismo latinoamericano se habla de “descolonización” cuando
desde los estudios culturales se hablaba de “poscolonialismo” imponiendo la
institucionalización académica desde su teoría metropolitana.

Varios campos de conocimiento abordan estudios sobre la cultura (la sociología, de la


literatura y de la cultura, de la antropología, de la literatura, del arte y la sociedad, de la teoría
de las comunicaciones, de la crítica cultural, etc.) “Esto supone considerar a lo cultural como
un universo de sentidos regulado por sistemas de valoración y atravesado por conflictos de
representación que se encuentran siempre vinculado a lo que Pierre Bourdieu llamó la
“violencia simbólica”, en contra de la visión idealista y contemplativa (aristrocratizante) de
la cultura que, en la tradición burguesa, designaba una esfera desinteresada.”2

b) ¿Cuáles son las problemáticas regionales que deben ser abordadas por los
Estudios Culturales?

2
Nelly Richard (ed.), En torno a los Estudios Culturales. Localidades, trayectorias y disputas,
Santiago de Chile, ARCIS y CLACSO, 2010. Cap. “Respuestas a un cuestionario: posiciones y
situaciones” (respuestas de Nelly Richard). Página 68, segundo párrafo
En primer lugar, una de las principales líneas de trabajo (propuestas por la autora) que deben
ser abordadas por los estudios culturales es el área de la memoria. Con respecto a ello, dichos
estudios “...siempre y cuando incorporen a su zona de transdisciplinariedad las
elaboraciones de la teoría del arte, del análisis literario y de la crítica cultural, podrían
hacer confluir en la universidad reflexiones sobre los usos simbólicos y públicos de la
memoria…” (Richard, 2010) que pueden ser en torno a objetos y problemas tales como:
archivos, documentos y monumentos representativos como así también la producción
testimonial; las estrategias conmemorativas y los sitios de la memoria; el mercado de las
confesiones; las articulaciones entre derechos humanos, estado y ciudadanía; las narrativas
del pasado y el debate historiográfico; etc. Todo ello nos ayuda no solo a tener presente lo
que ocurrió sino entender así también en dónde estamos y hacia dónde vamos. Al ser uno de
los principales problemas locales, podemos evidenciar que un trabajo crítico sobre las
simbolizaciones de la memoria sólo abrió huecos desde la crítica cultural y la reflexión
artística.

Por otra parte, la autora plantea que una de las otras problemáticas regionales, concierne a la
teoría feminista, estudios de género y teoría queer. Para ello pone en evidencia que la teoría
feminista demostró que el saber trascendente de la ciencia y la filosofía hace que lo
masculino-dominante se ampare en el pretexto de lo neutro (es decir de lo imparcial) para
postular la “objetividad” del conocimiento. Con respecto a ello “El feminismo formula un
cuestionamiento político a la epistemología del conocimiento” (Richard, 2010) Es decir que
se busca en todo momento la desnaturalización de los conceptos establecidos a lo largo del
tiempo. (entendiendo que la aceptación de los conceptos transforman y construyen
realidades) y así mismo brindarle una vitalidad político-deconstructiva a la tensión entre
políticas del sujeto y crítica de la representación, es decir el beneficio de la duda ante
cualquier intento cristalización tanto del significado como de la identidad.

Partiendo del texto de Santiago Castro-Gómez “Ciencias Sociales, violencia


epistémica y el problema de la ´invención del otro”:

a) ¿Cómo la modernidad operó para la “invención del otro”’?

¿Qué función cumplieron las ciencias sociales durante la fundación de los estados
nacionales modernos y la consolidación del colonialismo.

Según Santiago Castro-Goméz el papel del conocimiento científico fue fundamental para el
éxito del “proyecto de la modernidad”. Cuando hablamos de “proyecto de la modernidad”
nos referimos al sometimiento de la vida del hombre al control estatal bajo la regulación de
las Ciencias, la razón; utilizando al Estado como el ejecutor de este control, a través de
diferentes aparatos (escuela, hospicios, cárcel, etc) de acuerdo a los criterios definidos de
antemano por las Ciencias. Por esto entendemos que las Ciencias Sociales son un fenómeno
constitutivo de la Modernidad. Ya no es la voluntad de Dios quien rige la vida de los hombres
sino el hombre mismo sirviéndose de la razón. De allí la importancia que tuvieron las
Ciencias. A través de “ocultamiento” de las identidades culturales preexistentes, a través de
tres prácticas disciplinadoras como fueron: las constituciones, los manuales de urbanidad y
las gramáticas de la lengua. Todas estas tecnologías modernas se apoyan en un elemento
común, su legitimidad descansa en la escritura, y éste era el elemento civilizador por
excelencia. La creación del ciudadano y para que el individuo sea catalogado como tal se
fundamenta en la constitución (función jurídico-política). Ej: “sólo pueden ser ciudadanos los
varones casados, mayores de 25 años, que sepan leer y escribir, que sean dueños de propiedad
raíz y que practiquen una profesión que genere rentas anuales no inferiores a…”. Los
manuales de urbanidad materializan este ideal ciudadano, útil a la patria, a través de la
pedagogía moderna. Los comportamientos de los niñes son reglados y vigilados,
sometiéndolo a la adquisición de hábitos, capacidades, valores; realizando un borramiento y
una diferenciación abismal con sus raíces. Podríamos decir que era un recetario normativo.
Lo mismo podemos decir sobre la gramática de la lengua (castellana) en un intento de borrar
la variedad de léxicos, homogeneizando el habla para facilitar la implementación de las leyes
y las prácticas comerciales.

Para legitimar las políticas regulatorias del Estado, y ajustar la vida de los hombres al aparato
de producción naciente en la Modernidad, borrando las identidades preexistentes,
homogeneizando las subjetividades de los sujetos colonizados, para lo cual las Ciencias
Sociales dieron el marco justificatorio, que llevó a la invención del otro. Para la constitución
de la Modernidad se define el tipo deseable de subjetividad moderna. La creación de este
sujeto de derecho (varón, blanco, padre de familia, católico, propietario, letrado y
heterosexual) esto da como contraparte todo lo que no entra dentro de esta categoría
(mujeres, sirvientes, locos, analfabetos, negros, herejes, esclavos, indios, homosexuales,
disidentes). Todos ellos funcionan dentro de la categoría de “el otro”. Las diferencias entre el
ideal ciudadano eurocéntrico y “el otro” van a ser inconmensurables.

Por un lado tenemos los fundamentos teóricos mencionados en el párrafo anterior que sientan
las bases, y dan el sustento teórico a la Modernidad. Por otro lado tenemos el brazo ejecutor
de este control sobre “el otro” que va a ser el Estado, va a ser el disciplinador de “el otro”
(bárbaro, pasional, etc), a través de diferentes instituciones modernas como, la escuela, la
cárcel, el auspicio; y a través de otro mecanismo que serán las leyes, la constitución. Este será
un punto central para comprender la importancia que tuvo la escritura como tecnología de la
época para instalar y ordenar la lógica de la civilización (González Stephan)

…”la invención de la ciudadanía y la invención del otro, se hallan genéticamente


relacionados. Crear la identidad del ciudadano moderno en América Latina implicaba
generar un contraluz a partir del cual esa identidad pudiera medirse y afirmarse como tal.
La construcción del imaginario de la "civilización" exigía necesariamente la producción de
su contraparte: el imaginario de la "barbarie". Se trata en ambos casos de algo más que
representaciones mentales. Son imaginarios que poseen una materialidad concreta, en el
sentido de que se hallan anclados en sistemas abstractos de carácter disciplinario como la
escuela, la ley, el Estado, las cárceles, los hospitales y las ciencias sociales”3
3
Ciencias sociales, violencia epistémica y el problema de la invención del otro Titulo Castro-Gómez,
Santiago - Autor/a; Autor(es) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
Perspectivas latinoamericanas En: Buenos Aires Lugar CLACSO, Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales Editorial/Editor 2000. Página 91 párrafo 3
b) ¿Qué nuevas configuraciones se desarrollan a partir del “final de proyecto de la

modernidad”?

Podemos decir que el proyecto de la modernidad llega a su fin cuando deja de ser operativa y
el Estado nacional pierde su capacidad de organizar y regular la vida social de las personas,
esto está marcado por lo que podemos identificar como el comienzo de la globalización. “La
posmodernidad pretende modelar la totalidad de la psicología de los individuos, de tal manera
que cada cual pueda construir reflexivamente su propia subjetividad sin necesidad de
oponerse al sistema”4.

Es el mercado quien va a garantizar y permitir la “construcción del yo” a partir de la oferta de


consumo. Podemos decir que el sujeto ideal de la globalización será el sujeto que consume.
Zygmunt Bauman hace un análisis interesante sobre este nuevo sujeto posmoderno y
globalizado. Donde dice que “La característica más prominente de la sociedad de consumidores
-por cuidadosamente que haya sido escondida o encubierta- es su capacidad de transformar a los
consumidores en productos consumibles...”5 Lo que llama el autor el “fetichismo de la
subjetividad”6, se basa en la supuesta soberanía del consumidor, la idea del sujeto más libre
que nunca para de elegir entre todas las opciones elegibles del mercado.

El proceso de globalización no vela por regir una identidad nacional ni generar sentido de
pertenencia a una sola región delimitada, si no que, en la posmodernidad, se estimula a la
producción de nuevas subjetividades individualistas que se acumulan en las lógicas de una
sociedad de consumo a¿nivel global. El mecanismo de acumulación de capital se ve
modificado debido a que ahora se requiere de la producción de diferencias; las ciencias
sociales se ven obligadas a dar un cambio de paradigma para adaptarse al nuevo sistema
global.

Dentro de las ciencias sociales se plantea como nuevo paradigma; los Estudios Culturales,
que flexibilizan las tajantes diferencias entre las disciplinas sociales y humanidades
(caracterizado por la pluridisciplinariedad). Parten del rechazo de la división jerárquica entre
cultura superior/letrada y cultura popular; lo global y lo local, etc. La contracara de esto es
que de alguna manera los estudios culturales generan un campo heterogéneo de disciplinas
pero con un discurso más bien homogéneo que solo describe y explica, es más bien un
lenguaje tecno-operativo, proveniente de estudios que hablan de Latinoamérica, pero no
desde Latinoamérica.El desafío que plantea el autor, radica en descolonizar las ciencias
sociales y la filosofía, lo cual basa en deconstruir las lógicas binarias impuestas por el
discurso de la modernidad y que enmarcaban una diferenciación en las sociedades.

4
Santiago Castro-Gomez - “Ciencias Sociales, violencia epistémica y el problema de la invención del
otro”. pág. 298 párrafo uno
5
Zygmunt Bauman - Vida de consumo, página 26. primer párrafo - Ed. Fonde de la cultura
económica (2007)
6
Zygmunt Bauman - (2007)
Bibliografía:

● Nelly Richard, “Globalización académica, estudios culturales y crítica latinoamericana”, en:


Daniel Mato (comp.), Estudios Latinoamericanos sobre cultura y transformaciones sociales
en tiempos de globalización, Buenos Aires, CLACSO, 2001.
● Nelly Richard (ed.), En torno a los Estudios Culturales. Localidades, trayectorias y disputas,
Santiago de Chile, ARCIS y CLACSO, 2010. Cap. “Respuestas a un cuestionario: posiciones
y situaciones” (respuestas de Nelly Richard).
● Santiago Castro-Gomez - “Ciencias Sociales, violencia epistémica y el problema de la
invención del otro”
● Zygmunt Bauman - Vida de consumo, página 26. primer párrafo - Ed. Fonde de la cultura
económica
● Estudios culturales: Avatares y posiciones. Entrevista a Eduardo Restrepo en
https://www.redalyc.org/journal/396/39640443017/html/
● Ciencias sociales, violencia epistémica y el problema de la invención del otro Titulo
Castro-Gómez, Santiago - Autor/a; Autor(es) La colonialidad del saber: eurocentrismo y
ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas En: Buenos Aires Lugar CLACSO, Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales Editorial/Editor 2000.

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