Entre El Miedo y La Estupidez-Carlos Jara
Entre El Miedo y La Estupidez-Carlos Jara
Entre El Miedo y La Estupidez-Carlos Jara
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Para Paul, Niek, Benjamín y Martin.
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• A manera de introducción
“Vale más una hora sobre la piel de la Tierra, disfrutando del sol, que toda una eternidad
sin haber nacido. Todo lo que está vivo desea vivir”
Amelia Valcárcel.
Después de casi ocho décadas de “desarrollo”, buena parte de la población ecuatoriana
continúa viviendo en situaciones de pobreza y exclusión, sufriendo de ignorancia y
temor social, mientras ocurren siniestros e irreversibles procesos de destrucción del
ambiente natural. En realidad, muy poco ha sido propuesto como alternativa al
“desarrollo-crecimiento”, sea por parte de la derecha o la izquierda política
convencional, ni siquiera cuando se planteó el enfoque de transformación social a partir
de la construcción de capacidades humanas. Vivimos de “modo crisis” económica y
financiera en “modo crisis” económica y financiera; una siniestra letanía sostenida desde
el poder para facilitar los procesos de acumulación del capital. Es el afán por el
crecimiento económico per se, lo que provoca esa crisis multidimensional que nos
destruye, pero no parecen florecer alternativas que nos permitan vivir en Bien-Estar o
Buen Vivir y sin ajustes o crecimientos destructivos.
¿No será que precisamos otras formas de organización de la producción social? ¿No
será que deberíamos pensar en nuevos modos sociales y ecológicos de decrecimiento?
¿Cómo construir una economía que sea simultáneamente regenerativa y distributiva,
ecológicamente cuidada, que pueda trascender su dependencia estructural en el
crecimiento constante del PIB? ¿Cómo desplegar Buenos Vivires?2
Nuestra sociedad se caracteriza, entre otras cosas, por la creciente aplicación de
conceptos, criterios y principios propios de la economía capitalista; su “desarrollo” se ha
vuelto la teoría general del esfuerzo institucional desde hace varias décadas. Pero el
objetivo de desarrollar la modernidad capitalista, esto es, la expectativa de construir una
sociedad próspera y equitativa, con capacidad de garantizar el bienestar, ha sido vaciado
de contenido y parece poco verosímil por sus patéticos resultados. El “desarrollo”
convencional ha sido fuertemente criticado, incluyendo los esfuerzos de
descolonización epistemológica, desde varias esferas de sensibilidad anti-desarrollista.
Pero raramente se han insinuado fundamentos científicos para desplegar una nueva
cultura subjetiva que oriente ética y colectivamente, procesos de cambio social.
Tercamente, el “desarrollo” se mantiene como el principal principio organizador de la
vida social; no hay imaginarios políticos viables alternativos al “subdesarrollo”; se ha
vuelto una ideología funcional para el “desarrollo” del neocolonialismo. Aquel que se
atreva a cuestionar el “derecho al desarrollo” corre el riesgo de ser ridiculizado o
satanizado, peor aún si pretende cuestionar el dogma del crecimiento; un supuesto
santificado en el sistema económico y político mundial. Es fatal cuestionar la fe
2
Sumac Qamaña
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desarrollista, incluyendo el neoliberalismo, ambos dedicados a organizar la producción
capitalista; criticar al sistema constituye un acto peligroso.
El “desarrollo” siempre ha sido pensado oficialmente como la derivación de una racional
“ingeniería de intervención”, idealmente bajo la responsabilidad del Estado, por ser el
agente dotado con la suma del poder y la capacidad planificadora del conjunto; la matriz
de todas las demás instituciones. El “desarrollo” no ha sido concebido, salvo excepciones
derivadas del movimiento social, como el resultado de la calidad de la organización y
actuación relacional de la propia sociedad. El neoliberalismo - la ideología de las
actuales clases dominantes - piensa el “desarrollo” afirmado en los esfuerzos de la
inversión privada, desde un Estado mínimo”, siguiendo las recetas propuestas por los
peritos neoclásicos, detrás del mercado y los modelos de modernización propios del
capitalismo avanzado. También ha sido pensado desde el avance de la ciencia,
tecnología y el llamado “capital humano”, “factores” que no acaban de resolver el
problema del “subdesarrollo.” Las agendas del “desarrollo” han sido, por regla,
economicistas y mecánicas, centradas en expansión económica y maximización de
beneficios. Pocas visiones del “desarrollo” han superado los dualismos y los
psicologismos, y dado atención al mundo de la subjetivación, los valores, los símbolos y
las creencias sobre la sociedad y la Naturaleza, los niveles de consciencia de la población,
y otras manifestaciones culturales.
Los peritos en “desarrollo” del capitalismo no han conseguido instrumentar la formación
de valores positivos, aportar al cambio de creencias negativas. Variables como la
felicidad, la armonía, la reciprocidad, el aprendizaje colectivo, la resiliencia social, la
autoorganización, el cuidado ambiental, casi no han sido considerados en la ecuación
convencional del “desarrollo”, muy influenciado por el racionalismo, el materialismo
mecanicista y el economicismo. No recuerdo teorías de “desarrollo” humano, rural,
territorial, sostenible, etc., que hayan sido “neutrales”, o que busquen auténticamente
el Buen Vivir o Bien-Estar de la sociedad. El “desarrollo sustentable” absorbió la cuestión
ecológica en su retórica productivista y el “desarrollo territorial” no sabe cómo
concretar la multisectorialidad o moderar las cadenas productivas, la bioeconomía y la
competitividad. Desconocen la contradicción irresoluble entre el crecimiento
económico y la conservación de la vida.
Esa perspectiva desarrollista nos ha conducido a un callejón sin salida, un esquema que
no se deja inspirar por ningún cambio cultural que sirva para nutrir un mundo de
armonía, cuidado y creatividad. Es necesario reconfigurar esa percepción hegemónica,
incluyendo sus modos de indagación e interpretación, buscando superar sus
negatividades y prácticas. Debemos cambiar los objetivos y los medios, trabajar en las
raíces de los problemas, no en los síntomas, y salir del reduccionismo.
La presente “propuesta” constituye una reflexión, en proceso, realizada en tiempos de
madurez personal, luego de más de treinta años trabajando en temas de “desarrollo”
social y productivo en las ruralidades de América Latina. Observo una enorme brecha
entre lo prometido y lo conseguido. Al reflexionar, expreso mi frustración por el fracaso
3
de las promesas interiorizadas en las mentes de tanta gente sometida, casi sin tregua, a
relaciones de desigualdad y empobrecimiento. Parto de una lectura interdisciplinaria, y
desde un espíritu crítico. Se trata de una propuesta conceptual - una percepción “no
iniciada” - que busca experimentación, intercambio de ideas y lecciones, trabajos
conjuntos, desafíos prácticos, puesta a prueba de instrumentos y metodologías, y en
territorios en los cuales sus autoridades, junto con la sociedad civil, quieran mirar el
devenir con ojos nuevos y amorosos.
Seria lindo poder escribir algo más que ciencia teórica, esto es, resultados que se
desprenden de la práctica. Se busca una sociedad que aprenda a organizarse y cuidarse
a sí misma de forma colectiva, con capacidad de humanizarse éticamente. Es muy difícil
traducir este conocimiento y entusiasmo que me asalta en auténtica praxis. Albert
Camus decía que “para que un conocimiento cambie el mundo, primero tiene que
cambiarle la vida a quien lo concibe. Tiene que convertirse en un ejemplo”.
Existe el riesgo de que esta propuesta sea tildada de anticientífica, además de anti
sistémica o infantil; que la naturaleza de la epistemología empleada sea percibida como
“ideológica”, inclusive mística. Aunque creo, como lo afirma W.I. Thompson, que para
“movernos hacia una ecología de la consciencia ...necesitamos las sugerencias de los
místicos planetarios”. Ellos, los místicos, los que son conscientes de la interconexión
mutua de todas las cosas, no se interesan por el conocimiento reducido o fragmentado,
mecánico, como la mayoría de los pensadores cartesianos, sino por la comprensión de
la totalidad de la existencia, a través de la autoconsciencia. Ha sido difícil entender que
el conocimiento fragmentado me separa por dentro, me coloca en conflicto con los
otros. Tanto tiempo sumergido en el racionalismo, en símbolos abstractos de
“desarrollo rural y territorial”, en ideologías impotentes; el mundo de los campesinos se
observa plagado de malestares y posverdades. Muy difícil pensar en “alternativas al
desarrollo” desde esas visiones enyesadas.
El texto que les brindo abraza varias disciplinas y modos de pensamiento, articula una
variedad de conceptos, sistematiza conocimientos, recoge experiencias de la vida
personal y profesional, y principalmente, acopia los errores. Sin embargo, tiene la
omisión de no ser respaldada, en lo fundamental, por la investigación básica, junto a
una práctica científica efectiva. No dispongo de los mecanismos que generan el
fenomeno de cambio en la cultura subjetiva que busco explicar. No puedo presentarles
las evidencias instrumentales coherentes con las concepciones elaboradas, con
capacidad de producir los fenómenos de cambio de habitus negativos, esto es, de
aquellos condicionamientos sociales que son apropiados mediante la experiencia y se
vuelven categorías de percepción y valoración. He cometido muchos errores derivados
del conocimiento convencional sobre “desarrollo”, he observado muchos fracasos; aun
no puedo desaprenderlo todo. Intuyo que la verdad reside en algún lugar del
inconsciente.
Entiendo que camino por campos poco investigados, excluidos por la a omnipotencia
cognoscitiva de la ciencia positivista. Desde una actitud exploratoria, con humildad
4
epistemológica, reconozco que la verdad “científica”, refrendada por la racionalidad y la
causalidad, aún no está disponible. Aunque entiendo que la “verdad” científica –
comprobada empíricamente - es siempre una limitada descripción de la realidad; existen
otras formas de lograr conocimiento. Urge hacer las preguntas correctas, reorganizar el
conocimiento, y definir instrumentos alternativos de emancipación humana; aclarar lo
que esta oscuro, dejarse inspirar por nuevos valores. ¿Qué sería de la vida si no
tuviéramos el valor de intentar algo nuevo? (Vincent Van Gogh).
3
Se enfatiza la producción de materias primas que constituyen productos básicos de exportación
(commodities) y también los provistos por el sector agropecuario y pesquero bajo modalidades de
“agronegocio”, agroindustria, y pesca industrial.
5
productivos y valor agregado en el país. Bajo el (neo) extractivismo, se reprimariza la
economía, se profundizan los vínculos asimétricos con el empresariado transnacional,
aumenta la vulnerabilidad de las comunidades sometidas al acaparamiento territorial,
se intensifica la apropiación de la Naturaleza, acrecientan los conflictos, etc. 4 El
resultado social y ambiental es decepcionante, el pueblo ecuatoriano sigue sangrando
por sus heridas sociales; seguimos instrumentalizando a la Naturaleza, desconociendo
su valor intrínseco.
Los conceptos de “cambio programado” - la planificación del “desarrollo” – han chocado
con su propio limite; la intimidación a la sostenibilidad de la vida. Algunos “desarrollos”
han desembocado en barbaries sociales y ecológicas, como la explotación petrolera de
la Chevron-Texaco en la Amazonía noroccidental ecuatoriana, o los últimos infiernos de
gobiernos. No se pueden resolver los problemas que nos destruyen con las mismas
concepciones e instrumentos que nutren esa decadencia. Deberíamos cambiar el
sistema de condiciones del pensar y del sentir, las teorías, instrumentos, métodos,
estrategias, discursos, la propia episteme que define esa compleja negatividad. “Muchas
cosas que hoy son verdad no lo serán mañana. Quizás, la lógica formal quede degradada
a un método escolar para que los niños entiendan cómo era la antigua y abolida
costumbre de equivocarse”. (Gabriel García Márquez, 1990)
¿Acaso son nuestros propios conceptos, o las maneras “normales” de observar el
mundo, o el modo como usualmente se organiza el conocimiento, incluyendo los
criterios que nos sirven para relacionamos con los fenómenos,5 o los “lentes” que
comúnmente empleamos para advertir la realidad, lo que construye y recrea, esa
infelicidad, desarmonía, empobrecimiento, insustentabilidad, mediocridad política,
decadencia, negatividad, temor y violencia, que nos afecta a casi todos, y también a la
Naturaleza?
4
Hay que observar lo que ocurre en los territorios de los proyectos mineros: Cangrejos, Curipamba,
Mirador, Fruta del Norte, Loma Larga, Río Blanco y San Carlos Panantza, Cascabel, Llurimagua, La Plata y
Ruta del Cobre.
5
Fenómeno: Del término griego phainómenon (lo que se manifiesta). Nos referimos a la realidad tal y
como se muestra en la percepción. Todo objeto palpable es fenómeno; la realidad perceptible es la
realidad fenoménica. Un perro, un árbol, una piedra, este computador, son fenómenos, y nuestro cuerpo
también
6
colectivo podrá tomar consciencia de las fuerzas inconscientes y las estupideces
cognitivas que destruyen sus existencias? ¿Cómo dejar de ser espectadores, imitadores,
temerosos, pasivos, indiferentes, manipulados, creyentes de las falsedades que
escuchamos, impávidos ante esa mediocre democracia?
Nos encontramos en una sociedad fabricada por diversos tiempos sociales y espaciales,
todos simultáneos; al mismo tiempo sobremoderna y tradicional, preñada de
hibridaciones. Una sociedad en constante cambio y apurada, motorizada por el
capitalismo, sometida a la transitoriedad y la impermanencia, afirmada en un principio
simple: el “apetito insaciable de ganar” (Carlos Marx). En ella bailan confusamente una
diversidad de perspectivas, expresiones, identidades y rasgos culturales; una
mezcolanza de empujes y pautas culturales de muy diferente carácter, que tienden a
juntarse en los salones de la superficialidad, en general, esa “made in USA”.
Si, vivimos en una sociedad que va dejando atrás sus proyectos colectivos, sus utopías
posibles, sus lenguajes e identidades tradicionales, y que ansiosamente busca salir en la
“foto” de la competencia económica, la pujanza del negocio, el incremento de las
ventas, la participación en el mercado, la optimización de los gastos, la innovación, el
desarrollo de las competencias, el rendimiento, el consumo. (Frederic Jameson, 1991).
El neoliberalismo, de la mano de un Estado fusionado y controlado por un minoritario
grupo corporativo, y ante la falta de una ciudadanía crítica, nos intoxica con sus valores
del mercado, y nos injerta en un feroz darwinismo económico que promueve el interés
personal cortoplacista, el individualismo que degenera en egoísmo. Es un recetario de
economía perversa, contrario a cualquier “desarrollo humano positivo”, capaz de
despojar hasta a los más pobres, los jubilados, los niños, para sostener la acumulación.
Observamos una guerra “democráticamente” declarada contra los beneficios sociales
de la población; el aumento de desigualdades en riqueza e ingresos. En un país
dolarizado, la competitividad empresarial depende mucho de mecanismos que
aumentan la vulnerabilidad de la fuerza de trabajo. Como nunca antes, la historia está
hecha de cambios muy rápidos que afectan a todas las dimensiones de la vida,
particularmente la de nosotros mismos. La evolución social que proponemos es la de
dar paso a la competencia, al consumismo, no a niveles más amplios de consciencia.
Es difícil enfrentar las energías culturales negativas que nos domestican desde adentro,
traducidas en formas de estar, saber o hacer, situadas por fuera de lógicas racionalistas;
muy arduo sujetar los sufrimientos penetrantes que las acompañan. No son pocas las
negatividades, como el descuido ambiental, que se expresan saturadas de
contradicciones, porque nos vienen naturalizadas, por ejemplo, por la presión por el
desarrollo económico, por sostenible que sea calificado. La subjetividad consumista, es
un resultado simbólico-emocional de prácticas egoístas y hedonistas; el deseo de poseer
condicionado mediante las relaciones que establece el mercado. Veremos como la
realidad psíquica es parte indivisible de la realidad socio-cultural; como nuestra
subjetividad no sólo reacciona frente al contexto, sino que – simultáneamente – lo hace
respecto a si mismo. Cuando nos invade el individualismo, es fácil caer en la indiferencia,
la pasividad, no asumir ninguna responsabilidad. La indiferencia se vuelve un sutil
mecanismo de control social para asegurar la conformidad de los subalternos, por parte
de quienes ejercen el poder. El individualismo tiende a apagar la empatía y la compasión.
7
“Una sociabilidad fragmentada, desanimada y despojada de poder de intervención, es
como un árbol sin raíces, se marchita poco a poco. El proceso de urdir o tramar lo que
oculta la sociedad fragmentada se denomina contexturar, y genera cohesión, enlaces
sociales” (Carlos Julio Jara, 2005).
Los hechos sociales y económicos, junto a los diversos fenómenos derivados de los
mismos, suceden principalmente como resultado de nuestros pensamientos,
inevitablemente cargados de emociones. Es común argumentar que las acciones se
desprenden de las ideas, y que el poder del pensamiento es clave para moldear las
realidades; las ideas y las formas de pensar condicionarían, por ejemplo, las
negatividades del cotidiano. Pero la mente no es el pensamiento, está llena de
emociones, creencias, experiencias, lecciones, valores, etc. Intuyo que la mente se
cambia positivamente cuando “siente” que está consiguiendo ser libre, saliendo de la
ignorancia, emancipándose de la contaminación afectiva, del dolor, las amenazas. El ser
humano no vive sus ideas, no depende de sus conceptos, siempre vive su propia vida,
idealmente con sentido. (D.T. Suzuki, 1960). De manera que el cambio transformacional
no depende solamente del cambio en el “chip” mental, no es un esfuerzo racional o
intelectualmente dirigido; supone un proceso de mudanza en la cultura subjetiva, en las
emociones negativas. Lo que significa, esencialmente, conquistar niveles cada vez más
amplios o sutiles de consciencia - plenitud - comenzando por darse cuenta de la fuerza
que conllevan esos procesos primarios de corte biológico-emocional, como el miedo,
sus impactos en la conducta y los relacionamientos, y también esos procesos mentales
condicionados que comprometen nuestras acciones, sus significados emocionales, los
“perros ideológicos” que nos muerden por dentro.
Vivimos el cotidiano y nos relacionamos socialmente, siempre teniendo emociones en
la mente, y todo lo que hacemos termina con un fruto cognitivo, una experiencia, en la
misma mente. No basta con darse cuenta, o tener conciencia de lo que se produce en
nosotros y lo que nos viene de afuera, hay otras fuentes profundas que condicionan
nuestro modo de Ser, irracionales y simultáneamente inconscientes. Nuestro sistema
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nervioso encargado de registrar los estímulos del entorno y de nosotros mismos
contiene cuerpos celulares ancestrales encargados de regular las funciones necesarias
para la supervivencia; no solo codifican los comportamientos instintivos, sino que
constituyen estructuras afectivo- evaluativas de los procesos fisiológicos y del entorno,
buscando protección. Hay sistemas de control social tan básicos e instrumentales.
Generar entre los ciudadanos la sensación de peligro que ponga a las subjetividades en
modo “crisis”, frente a disyuntivas emocionales.
Se busca un cambio educativo en ese complejo mental hecho de pensamientos, de
creencias, sentimientos, actitudes, acciones, comportamientos, que son partes de un
todo. “Nada es más difícil que tener conciencia crítica de los presupuestos de nuestros
propios pensamientos (…) Podemos someter a indagación directa a todo pensamiento,
menos a aquel con el cual hacemos la indagación” (E. F. Schumacher, 2011)
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El capitalismo no busca que los seres humanos puedan nutrir su potencial, porque lo
más importante para el sistema es la reproducción del capital. El capitalismo celebra el
culto al dinero; los dioses son las monedas y las tarjetas de crédito que encarnan casi
todas las transacciones. La modernidad consumista y vanidosa nos inyecta la visión que
vivimos el mejor de los mundos y que necesitamos seguir creciendo económicamente –
progresando – para lograr el “paraíso terrenal”. La oferta de créditos a la ciudadanía
aumenta los niveles de consumo, pero tiende a concentrar los ingresos en los sectores
más pudientes, en particular, los vinculados con el capital financiero. Mucho de lo que
ocurre en la vida cotidiana, es un destello o dramatización de lo que se decide en los
bancos, lo que subvierte a la “democracia”.6 El imperativo del crecimiento económico
ha sido el combustible del continuum histórico progresista del capital.
El mito del progreso (una lógica sin lógica) asevera que hemos entrado en la era de la
ciencia posmoderna, donde el desarrollo científico y tecnológico no puede parar, siendo
destinado a generar crecimiento económico y deterioro ambiental, intensificando el
aumento de la entropía. Las innovaciones y los descubrimientos van a continuar
aconteciendo a un ritmo siempre apresurado, haciendo que la curva del crecimiento
científico y la innovación sea exponencial. Ese constante avance tecnológico fortalece
la percepción de que hoy estamos mejor que ayer, como si solo el análisis de un aspecto
reducido de la vida social – el técnico – pudiera servir de parámetro para evaluar el
conjunto de las dimensiones.
6
El sistema financiero mundial está dominado por 28 grandes bancos: J. P. Morgan Chase, Bank of
America, Citigroup, HSBC, Deutsches Bank, Groupe Crédit Agricole, BNP Paribas, Barclays PLC, Mitsubishi
Ufjfg, Bank of China, Royal Bank of Scotland, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Mizuho FG. Santander,
Société Générale, ING Bank, BPCE, Wells Fargo, Sumitomo Mitsui FG, UBS, Unicrédit Group, Crédit Suisse,
Nordea, BBVA, Standart Chartered, Bank of New York Mekon, State Street
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más dinámico posible si hubiera las condiciones para maximizar las utilidades
individuales, afirmando el egoísmo; idealmente se exige un orden social liberal.
(Friedrich Hayek. 1981)
En efecto, domina la creencia de que existe un solo patrón ascendente de cambio en la
historia de la humanidad, que supuestamente es irreversible, siempre en el mismo
sentido y rumbo, linealmente, para más y mejor. El futuro del Ecuador ya es,
imaginativamente, el presente en Corea del Sur, y todo lo que hay que hacer, para
modernizarnos, es terminar progresivamente ese “proyecto inconcluso”. Suponemos
que el progreso, la modernidad occidental y el “desarrollo” económico, deben caminar
fielmente de la mano, siguiendo la lógica de la globalización. Este es un proceso que
exige sacrificios, y tiene “efectos colaterales”, en la forma de exclusión, contaminación,
empobrecimiento, cáncer, cambio climático, guerras, etc., pero que tiene que ser
cumplido, a riesgo de permanecer en el atraso. El progreso, por ejemplo, ha declarado
un acometimiento estructuralmente mortal contra el sistema campesino, y se vale de
los discursos de productividad cuantitativa, competitividad comercial, economía verde,
etc., para justificar su estrategia; el desarrollo rural sostenible le sirve como camuflaje,
para ganar la guerra sin agresión. 7
Pero apenas se colocó al PIB como indicador que norma el “desarrollo” del progreso
económico, no importa si el volumen de las actividades económicas es benéfico o
nocivo. (Ladislau Dowbor, 2018).8 Continuamos afirmando que la experiencia de
occidente es la que debe orientar la evolución social de los diversos espacios-tiempos,
sin importar la multiplicidad de identidades, las dinámicas locales, la diversidad de
factores étnicos, lingüísticos, de género, etc., incluyendo las duras contradicciones
generadas por la colonización cultural del capitalismo. El progreso viene cargado de
optimismo tecnológico. No importan los dilemas resultantes del “desarrollo”
tecnológico, pues los problemas de la tecnología supuestamente serán resueltos por ella
misma; significando que su lógica interna tiene la capacidad de llevarnos a la
destrucción. No paramos de introducir tecnologías extrañas a nuestro medio, y por ello
tratar de homogeneizar las culturas sociales y volver superficial a casi todo los que nos
rodea.
7
El Sun Tzu decía: “… No importa que el enemigo sea numeroso, hay que impedirle que luche…conozca el
patrón de su movimiento y su quietud…ser capaz de transformase como es el enemigo, es lo que significa
“inteligente” … use el orden para esperar el caos y el silencio para esperar el clamor, asi se comanda al
corazón y la mente...”
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J.K. Galbraith nos decía que: “una de las formas de mentira social más extendidas”. El líder demócrata
Robert 'Bobby' Kennedy nos entregó un importante argumento: “El PIB abarca el napalm y el coste del
almacenamiento de residuos radiactivos. Y, al contrario, el PIB no tiene en cuenta la salud de nuestros
hijos, la calidad de su educación, la alegría de sus juegos, la belleza de nuestra poesía o la solidez de
nuestros matrimonios. No toma en consideración nuestra valentía, nuestra integridad, nuestra
inteligencia, nuestra sabiduría. Lo mide todo, salvo lo que hace que la vida valga la pena de ser vivida”.
No importaría mucho la información de que el Ecuador reducirá drásticamente a 0,2% su previsión de
crecimiento en el 2019. Si solamente pudiéramos cambiar los conceptos y los habitus culturales. Hay
crecimientos económicos, por pequeños que sean, que construyen Mal Vivir. El PIB no contabiliza las
violaciones a los Derechos de la Naturaleza.
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“No hay ningún tipo de progreso que no tenga efectos indeseables” (Boris Selurnik). La
noción hegemónica del progreso no permite que el ser humano evolucione hacia una
vida en paz y dignidad. El progreso no ha cumplido las promesas básicas de la
modernidad (educación, salud, trabajo, seguridad social vivienda, etc.), no ha
garantizado la diversidad cultural; ha fundado un multiculturalismo hecho de
identidades fragmentadas; no ha respetado a la Naturaleza; ha justificado la existencia
de autoritarismos y violaciones de Derechos Humanos; ha naturalizado el capitalismo;
ha puesto en riesgo a las garantías conquistadas por el ser humano; oculta las nuevas
formas de dominación subjetiva; ha construido un individualismo fuera de todo cauce;
ha reducido a la libertad al acceso a la propiedad y al disfrute individual; ha naturalizado
el dominio en las raíces intimas de las subjetividades. Para colmo, bajo el neoliberalismo,
el progreso es un proceso que se deberá gestionar en el campo del mercado, como lugar
de interacción, donde es posible sembrar y cosechar, competencia, eficiencia, inventiva
y “democracia”.
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No es la ignorancia traducida en falta de conocimiento, sino la producción de desconocimientos, no solo
para anestesiar a la población y hacerla olvidar la historia de opresiones y explotaciones, sino para fabricar
calculadamente, una serie de errores cognitivos o falsedades por parte de las elites y para legitimar las
narrativas jerárquicas, programando así las formas de percibir la realidad, desde la indiferencia, la
ansiedad, la irritación, la insatisfacción, el miedo o la alienación. Ese conocimiento es empleado
racionalmente para bloquear la toma de conciencia de verdades; poder discernir éticamente entre el bien
común y el mal común. Como ejemplo de esta pérdida de memoria social, traducida en ignorancia
colectiva programada, se puede señalar el surgimiento de movimientos neofascistas en algunos países,
que hablan de “recuperar la patria”, “defender a la familia frente a la violencia y la corrupción”, combatir
la “invasión de los migrantes’, o “restablecer, con las armas el orden moral”, advirtiendo la posibilidad de
retorno de los populismos autoritarios. "La ignorancia del pueblo es el poder de los gobernantes" (Juani
Hernández)
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técnico, en datos objetivados y matemáticamente organizados; una perspectiva
intelectual supuestamente libre de valores. (Henry Giroux, 2003) La perspectiva
afectiva, filosófica, subjetiva, mística, intuitiva, integradora, no presta.
Se conoce que las prácticas científicas y técnicas son politizadas, en general, prescinden
de la ética, obedecen a causalidades particularistas. Las investigaciones esconden o
tergiversan datos para afirmar el pensamiento políticamente hegemónico. El ensayo y
el error social sigue la lógica de los grupos en el poder.
• Progreso y austeridad
“Austeridad es la palabra mágica y maldita que los ricos de cualquier lugar del planeta
usan para robar derechos y conquistas de la clase trabajadora”
Luis Ignacio Lula da Silva
Originalmente, el discurso de la austeridad no estaba ligado a la reducción del gasto
público, sino a la necesidad de limitar el consumo privado, para que los gobiernos
pudiesen mejorar la justa asignación de ellos, en favor de toda la sociedad. Hoy, bajo el
neoliberalismo, la noción de austeridad traduce ajuste fiscal, en particular, el corte de
los gastos públicos, el despido de los empleados públicos, el equilibrio de las cuentas
públicas, y sin aumento de impuestos para el grupo empresarial, la rebaja del suelo real
de los trabajadores, lo que supuestamente mejora la confianza de los agentes
económicos, estimula la inversión y atrae capitales externos. El problema es que la
austeridad fiscal no resuelve el problema de la deuda pública, solo intensifica la crisis
social, crea desempleo, debilita los derechos de los trabajadores, condiciona el temor
social que disciplina a los sujetos colectivos, debilita la capacidad del Estado para
atender a su propia población y, ante todo, profundiza la propia crisis socioeconómica,
que sirve de excusa para imponer otros “choques”, con capacidad de generar
sufrimiento en amplios grupos.
¿Qué tipo de “democracia” es esa que no centra sus prioridades en la realización del
interés general? ¿Qué tipo de gobierno es ese, que no escucha a los trabajadores y los
campesinos como requisito irreductible de la “democracia” que proclama? ¿Qué tipo
de progreso es ese dedicado exclusivamente a replicar y reproducir los modos
productivos de vida y de consumo de la sociedad capitalista?
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Viene ocurriendo desde hace muchas décadas un proceso de extensión del espacio
geográfico imperial capitalista - un cambio muy rápido en la división internacional del
trabajo – generando crecientes intercambios mercantiles, bajo el comando monopólico
de las finanzas, el comercio y las multinacionales. La globalización, en la fase actual, se
vuelve neoliberal al asumir los conceptos de flexibilización, precarización laboral y
competencia económica internacional capitalista. Cuando el capital financiero e
industrial busco dejar de lado su base nacional, proyectó sus vínculos hacia los países
periféricos principalmente por medio empréstitos, alterando las dinámicas productivas
locales y condicionando endeudamientos. El neoliberalismo priorizo la producción de
servicios, desindustrializo algunas economías nacionales, con impactos en el empleo, y
en las condiciones de vida de la clase trabajadora, los derechos humanos y laborales.
La globalización neoliberal – apoyada en la comunicación - conlleva procesos de
reorganización política, socioeconómica y cultural, incluyendo la “trata” de la
democracia representativa, y el debilitamiento de la soberanía de muchos países; la idea
es que las transacciones económicas sean hechas lo más libremente posible, sin
proteccionismos ni barreras arancelarias. Las formaciones productivas tradicionales –
las economías campesinas, las comunidades indígenas - son sentenciadas a procesos de
muerte estructural. Se mundializa el consumismo inmoderado, el placer efímero, el
deseo de poseer bienes, de acumular cosas, la pulsión de comprar productos buenos y
baratos, no importa la procedencia.
La globalización económica va de la mano con el globalismo político, como idea de
construir un “solo orden político mundial”, que sea coherente con el mundo
interconectado cultural y comercialmente. Supuestamente ese orden permitirá
gestionar los complejos problemas del Planeta, como el cambio climático,10 la crisis de
refugiados, la intensificación del libre comercio, la diversidad multicultural. Por lo que
es necesario armonizar las leyes y regulaciones en todas partes, como es el caso de La
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En 2013, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó el quinto informe de
evaluación de los conocimientos sobre el cambio climático, que decía que había más del 95 % de certeza
de que el calentamiento del sistema climático es antropogénico: “El calentamiento del sistema climático
es inequívoco, existiendo una clara influencia humana en su evolución. Muchos aspectos del cambio
climático y los impactos asociados continuarán durante siglos, incluso si se detienen totalmente las
emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero”. Según Nature Geoscience (VOL 12) AUGUST
2019, la tasa actual de calentamiento es mucho más rápida que cualquier cosa observada en los últimos
2.000 años; la tierra se está calentando el doble de rápido que todo el planeta. A medida que la biosfera
se calienta, aumentamos la evaporación", Louis Berchot del CIAT (Colombia) nos dice que. “... a medida
que aumentamos la evaporación, los ecosistemas se secan y arden cuando normalmente no harían eso. Y
cuando los suelos se secan debido al aumento de la evaporación, obtenemos olas de calor más largas”. Y
las olas de calor más largas, por supuesto, calientan aún más la biosfera, comenzando el ciclo
nuevamente”.
https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/mini-portales-tematicos/guia-sintesis
resumida_tcm30-376937.pdf
https://www.theatlantic.com/science/archive/2019/08/how-think-about-dire-new-ipcc-climate-
report/595705/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=atlantic-daily-
newsletter&utm_content=20190808&silverid-ref=MzUxMzQ5NjcyNDI3S0
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Ley Orgánica de Agrobiodiversidad, Semillas y Fomento Agroecológico del Ecuador, bajo
el auspicio de todo un cuerpo de especialistas supranacionales. Esa es la estrategia del
multilateralismo globalista, norteamericano e inglés, afirmado en el poder militar y el
capital financiero transnacional.
La ideología explica, en general, aquel conjunto de representaciones que son
compartidas socialmente y que cumplen el papel de posibilitar la replicación cultural de
la sociedad que simbolizan. “El globalismo es una ideología que prioriza el orden global
neoliberal sobre los intereses nacionales.” En escala mundial luchan las plutocracias
globalistas contra las nacionalistas, pelea el unilateralismo nacionalista con el
multilateralismo globalista, y no tanto las “izquierdas” contra las “derechas”, ambas
apegadas al capital. Se trata de una contienda al interior de las clases dominantes, entre
las enormes redes financieras y la banca comercial, entre globalistas y nacionalistas. En
este contexto, ambas corrientes, derecha o izquierda, se disfrazan ideológicamente para
desregular, privatizar, precarizar, contaminar, amedrentar, desmovilizar a la población,
criminalizar la protesta social, ampliar o sostener las desigualdades, y producir las
identidades funcionales a la subjetividad neoliberal. Como veremos, una subjetividad
casi despolitizada, que se inclina hacia el ahora, el momento, lo que esta en boga, lo
actual, la moda, el último aplicativo, a riesgo de vivir frustrados en el fracaso.
Los globalistas unipolares occidentales (Estados Unidos y el Reino Unido) hablan de
impulsar un progreso económico sostenido con capacidad de crear un mundo único,
formateado por el libre comercio, con fronteras abiertas para el negocio, las finanzas, la
tecnología, y gobiernos mínimos. Inyectan la creencia de que la civilización globalizada
es la mejor posible, siempre y cuando no sea compartida por los nuevos centros de
poder, como China y Rusia. Esa panacea es implementada principalmente mediante el
crecimiento de la economía y su ideología neoliberal, haciendo que la humanidad se vea
subjetivamente formateada por las empresas transnacionales, vinculadas a la cuarta
revolución industrial. Sin embargo, proponen discursos humanistas ilustrados:
reorientación de la economía global, menores riesgos de pérdida de biodiversidad,
evitar desastres antropocénicos, impedir los peores efectos del cambio climático,
controlar los residuos plásticos y electrónicos, las amenazas cibernéticas y reducir en
algo las brechas de desigualdad social entre pobres y ricos, idealmente bajo la
protección de los DD-HH, tutelados por la comunidad internacional, particularmente la
ONU (Agenda 2030), CEPAL, OMC, IPCC, Reserva Federal (Fed), Banco Mundial, FMI,
Bank of International Settlements (BIS), los Tratados de Libre Comercio, el Vaticano, los
medios de comunicación del establishment transnacionalizado, como CNN, Reuters, etc.
Las élites globales vienen fabricando un mercado expandido, pero se ocultan detrás de
la ideología “humanista”, que no parece ser otra cosa que el ansia del 1% de la población
mundial para dominar el planeta. Se exhiben como redentoras de la humanidad, en
medio de la crisis financiera que ellas mismas fabrican y ocultan, junto a las poderosas
empresas transnacionales. Construyen crisis nacionales, como la ecuatoriana, a través
de sus organismos multilaterales y sistemas financieros asociados, como el FMI, que
luego de agudizar los desequilibrios macroeconómicos, aumentar la deuda pública y el
15
déficit fiscal, acaban subsumiendo al Estado nacional y sus instituciones, solo para
ampliar el proceso de acumulación del capital.
16
El establishment nacionalista – usualmente travestido de progresismo - expresa una
visión centrada en el destino del estado-nación, que contradictoriamente, objeta
ideológicamente la diversidad cultural y étnica de sus poblaciones (Estado
plurinacional), lo que impide la cohesión social y la ampliación de una sana competencia
económica. Acusan al globalismo de querer construir una dictadura cognitiva -
supuestamente “satánica como el comunismo” - con capacidad de borrar a la familia
tradicional; que prefiera a los extranjeros ante los “paisanos”; que afirme el derecho a
la identidad de género y sexual; que apoyen al feminismo como reflexión crítica de la
desigualdad entre los sexos y entre los géneros; que se reclame y promueva los derechos
e intereses de las mujeres; que bloquee la libertad patriótica de un pueblo a gobernarse
a sí mismo; que el país no sea gobernado, aunque sea parcialmente, por su propia
plutocracia y elite corporativa; etc.
Según los nacionalistas, el globalismo tiende a disolver las instituciones que tienen
fundamento histórico, como la religión, que supuestamente sostienen las columnas
morales de la vida social. Pero exigen más y más neoliberalismo en favor de sus
plutocracias, que camuflan su dominación y patriarcado con el culto al mercado,
percibido como el dios de la cultura. El populismo nacionalista de derecha se nutre
políticamente de la intensificación de la ansiedad, de su distinción respecto al “inferior
diferente”, refugiándose en el narcisismo colectivo, creando barreras subjetivas con
extranjeros, se perfuman con las “glorias” pasadas, el poder militar, la religión, o “tienen
una baja preocupación por el principio moral de evitar herir a otros seres vivos capaces
de sufrir. En otras palabras …aceptan hacer daño a individuos por el bien del grupo.
Exageran la amenaza que representan para su grupo otros, ven insultos a su grupo
cuando esto no significa nada, piensan que otros grupos conspiran contra ellos y creen
en su derecho de venganza hostil” (Agnieszka Golec de Zavala, 2019). El nacionalismo se
encierra en su egoísmo, fragmenta la sociedad entre segmentos fanáticos, convierte al
rival en enemigo, castiga el enfrentamiento de los trabajadores y obreros con la clase
dominante, pero deja libre el enfrentamiento entre los insatisfechos y precarizados,
contra los “otros” corruptos y los inmigrantes.
De ello emerge la necesidad de controlar las fronteras, brota el sentido de patriotismo,
la inclinación hacia el neofascismo, el fortalecimiento de los autoritarismos-despóticos,
inclusive propuestas para desglobalizar las economías, o fortalecer el proteccionismo. El
neofascismo emerge para defender al neoliberalismo con recetas proteccionistas,
xenofobias o temores a las diferencias, y también rancios nacionalismos. El discurso es:
“Nosotros somos los mejores, porque somos superiores, los demás tienen la culpa de
todas nuestras calamidades”. El nacionalismo aparece intolerante, destilando odio hacia
el extranjero, fichado como inmigrante, percibido como enemigo, inferior, vicioso,
vulgar y causante de la crisis laboral e inseguridad que se vive. Las pasiones son
instigadas perversamente por una minoría de agitadores dedicados a construir las bases
ideológicas (ideas, razones, morales, argumentos) del movimiento; se presentan como
suprepremacistas blancos, antidemócratas, raciales realistas, identitarios, patriotas
raciales, activista de derechos blancos, socialcristianos, nacionalsocialistas,
17
segregacionistas, tradicionalistas, evangelistas-sionistas, nacionales cristianos, etno-
nacionalistas, chovinistas, anti-globalistas, etc.
El conservadurismo nacional se opone hostilmente a la exclusión promovida por el
capital transnacional global. Queda la impresión que el nacionalismo construye una
cultura racionalmente insensata – estúpida – dedicada a consumirse a sí mismo, por el
egoísmo, la mediocridad cognitiva y la intolerancia. Pero no hay salidas, el sistema sigue
controlado por minorías, la gente es mantenida en la ignorancia, las plutocracias
dominan. En algunos poderosos países neoconservadores el crecimiento económico -
la defensa de la hegemonía - se afirma en una indefinida práctica de amenazas,
advertencias, presiones, chantajes y represalias traducidas en guerras o conflictos
comerciales
En un mundo globalizado y conectado, no parece viable una propuesta neoconservadora
de nacionalismo burgués, basada en un nuevo “puritanismo” criollo, sin instrumentos
políticos para combatir al individualismo, al temor colectivo, los imperativos de deseo y
placer impuestos por el consumismo. Todo lo contrario, el mundo globalizado viene
gestado por los mercados financieros que buscan, mediante el endeudamiento y el
consumismo, universalizar la ilusión del sujeto propietario de bienes y servicios.
Como respuesta se gesta un imaginario egoísta que “moralmente” defiende la
concentración “local” del capital, incluyendo las fuentes convencionales de significado
de los grupos dominantes, planteando discursos de “superioridad” nacional que
refuerzan sentidos de pertenencia e identidad, renovando populismos “derechosos”
(radicales o extremistas) y democracias (no) liberales destinadas a replicar tiempos
pasados. (Frente Nacional en Francia, Fidesz- Unión Cívica Húngara en Hungría, AFD-
Alternativa para Alemania en Alemania; Demócratas de Suecia, Partido por la Libertad
de Holanda, Liga Norte en Italia, el Partido por la Independencia del Reino Unido- UKIP,
el Gobierno de Ley y Justicia- PiS en Polonia, Amanecer Dorado en Grecia, Partido de la
Libertad de Austria, Partido Popular de Suiza, ATAKA en Bulgaria, VOX en España, Jimintō
en Japón, Narendra Modi en India, Movimiento Social Patriota de Chile, Alt-Right en
Estados Unidos de América, Tercera Fuerza en Colombia, Sociedad Colombiana en
Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad en Colombia, Organización Nacional de El
Yunque en México, el Paraguay Nacionalsocialista en Paraguay, el Partido Social Liberal
en Brasil, Alianza Republicana Nacionalista en El Salvador).
Es bastante claro que la izquierda política del capital no tiene actualmente la capacidad
para encarnar el descontento con el capitalismo del momento; no logran frenar el
avance de los esquemas iliberales, ni colocarse éticamente entre el capitalismo, la
democracia y la crisis ambiental. Es una izquierda dependiente de la elite prometeica o
ilustrada, casi sin contacto con la realidad sociocultural, bebiendo epistémicamente de
las mamas del desarrollismo; se especializa en corromperse en el poder. No hay un
movimiento unificado, ni nacional ni globalmente, que pueda encarar cultural y
políticamente a la reproducción capitalista, combatir sus negatividades económicas,
ambientales, sociales, militares y psicológicas. La izquierda esta llamada a reinventarse,
18
alejándose de los personalismos y de los determinismos económicos que la asemejan a
la derecha del capital. El debate globalista vis nacionalista nos confunde, nos estanca en
la mediocridad, aumenta el dualismo y la polarización, nos lleva a pensar en términos
de sociedades abiertas y cerradas, en abrir o cerrar fronteras, a expandir la
separatividad. Globalismo y nacionalismo, con todo, no son procesos que caminan hacia
una ecología de la consciencia, sino procesos de recambio en la hegemonía; camuflajes
neoliberales para el dominio de una clase dirigente determinada. (William Irwin
Thompson, 2006).
Ambos agrupamientos sostienen los “vínculos históricos entre capitalismo neoliberal,
militarismo, ciencias empresariales, alienación de los trabajadores, violencia doméstica,
tecnologías reproductivas, turismo sexual, abuso infantil, neocolonialismo, islamofobia,
extractivismo, armas nucleares, apropiación de agua y tierras, deforestación, ingeniería
genética, cambio climático y el mito del progreso moderno”. (Ariel Salleh, 2013). Por
ello es necesario superar las viejas concepciones de derecha e izquierda, pero
esencialmente, actualizarlas, para que se puedan clarificar las diferencias y prácticas.
(Eliane Brum, 2019). Debemos encontrar una alternativa al desarrollo del progreso
capitalista, distribuir la riqueza, pensar más allá del recetario de la austeridad y la
apertura, incluyendo el ambientalismo elitista. Pero se requiere, primero, tomar
consciencia, enriquecer de valores éticos a la sociedad civil, y mejorar el papel del Estado
para reorientar al mercado, las finanzas y la calidad del crecimiento.
• ¿Crisis globalista?
"Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales y ocupamos el templo con el dios
mercado. Él nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida y hasta nos
financia en cuotas y tarjetas la apariencia de felicidad” (José Mujica, 2013)
La globalización neoliberal, que viene de fines del siglo pasado, está en crisis, en
particular, porque la construcción del ”nuevo orden mundial” ha demandado violentas
desregulaciones, desposesiones y desplazamientos, siguiendo una lógica de
acumulación, privatizaciones, plena libertad de movimientos financieros, y a favor de las
empresas transnacionales, reduciendo las facultades de los Estados11; porque ha creado
11
Mucho de la crisis del país ha sido formateada por sus propios grupos de poder, locales y globales, lo
que autoriza, en beneficio de los mismos, la replicación de las viejas recetas económicas de ajuste, que ya
están causando daños colaterales y sufrimientos psicológicos en varios segmentos de la sociedad. Los
dispositivos de ajuste son los que usualmente establece el FMI (privatizaciones, eliminación de subsidios,
incremento de tarifas de servicios públicos, mayores aportes de los trabajadores a la seguridad social,
flexibilización laboral, aumento en la edad de jubilación, etc.) La prensa y los intelectuales del
establishment siguen repitiendo la cantaleta de que la “mesa no está servida”, norteando las respuestas
ortodoxas en la política económica, por mediocridad del pensamiento económico y en la gestión
gubernamental. Es mediocre ese pensamiento, no se abre hacia otras teorías, y está dedicado a preservar
las desigualdades económicas y sociales. En todas partes, la subjetividad ciudadana es atemorizada; los
medios de comunicación se encargan de inyectar miedo, ansiedad e incertidumbre en la vida cotidiana,
nutriendo el sentimiento de crisis que afecta a los Egos, en medio de constantes culebrones, y bajo la real
histeria de la corrupción. Así, la prensa logra controlar la pauta, los temas del discurso y el chisme,
inclusive los mensajes del WhatsApp, creando confusión y miedo.
19
una desmedida concentración del poder y la riqueza, junto a enormes brechas de
desigualdad social12; ha eliminado numerosas barreras comerciales y creado manifiestas
asimetrías en mercados imperfectos; porque se ha producido una bursatilización de
guerras y negocios; ha dispersado “glifosato” y semillas transgénicas en numerosos
territorios rurales; ha estructurado la concentración de la pobreza extrema en las zonas
rurales provocado la caída de la participación de los salarios en el ingreso nacional en
muchos países; ha llevado al aumento del desempleo, el fin de la estabilidad laboral y
el sometimiento de muchas actividades a la competencia internacional, haciéndolas
inviables; porque ocurre una redefinición cultural del sentido de pertenencia e identidad
de pueblos y nacionalidades; porque es clara la violación de los derechos humanos y la
corrupción de las élites políticas; se observa la intervención masiva del negocio en los
medios de comunicación, alterando imaginarios, induciendo necesidades de consumo;
porque es claro el deterioro de los recursos naturales; etc.
12
En 2017, el 1 % más rico del mundo se llevó el 82 % de toda la nueva riqueza mundial creada. Al
mismo tiempo que creamos una economía de exclusión y desigualdad, controlada por el 1% de la
población del mundo, hemos logrado globalizar la indiferencia.
20
posesionarnos emocionalmente frente a la sociedad para crear alternativas de
organización de la sociedad, a la extrema derecha, la derecha, el centro, la izquierda y
la extrema izquierda del capital? Deberíamos cultivar la práctica de razonar con el
corazón, de “corazonar”; salir reflexionando, de vez en cuando, del reduccionismo
doctrinario centrado en el “logos”. Dejar de percibirnos somo seres separados de la
Naturaleza. No es posible, por ejemplo, enfrentar problemas como el cambio climático,
sin un imaginario compartido, una cosmovisión que inspire el sentido de cuidado en
nuestra subjetividad, hasta que se integre en la cultura, en los habitus.
El ajuste al cambio climático – lograr enactivar una cultura “baja en carbono”- implica
modificar ese complejo de actitudes sociales que amenazan la vida humana, los
derechos humanos y de la Naturaleza; constituye una propiedad emergente a ser
desplegada por colectivos hecho de individuos relativamente conscientes y
responsables, en proceso de interacción cultural. El cambio cultural es previo al cambio
en los modelos económicos y de negocio; es la base del pacto o compromiso entre el
Estado, los empresarios, los campesinos, los trabajadores, las comunidades y la
ciudadanía. El cambio climático no es un fenómeno físico de escala mundial producido
por el elevado nivel de emisiones de gases de efecto invernadero, inviabilizando el
proceso de adaptación de los ecosistemas y las sociedades humanas a las nuevas
condiciones territoriales; es al mismo tiempo un fenomeno cultural. Tiene que ver con
las formas como producimos y consumimos energía, y las maneras como lidiamos con
los impactos del calentamiento global, en contextos caracterizados por la pobreza,
inseguridad alimentaria, desigualdad, gobiernos mediocres, exclusión social, escasez de
agua y tierra fértil. La crisis climática, en buena medida, resulta de la crisis de valores
éticos que viene produciendo el desarrollo del progreso, y probablemente se convierta
en la variable fatal que colapse al capitalismo.
Para movernos hacia la ecología de la consciencia deberíamos nutrir una mentalidad que
no sea exclusivamente individualista, impositiva, intelectual, impulsiva, ilustrada,
imbécil; salir de la estupidez y frivolidad que nos consume. Para defender la biosfera,
además, debemos aproximar tradiciones culturales y experiencias que aproximan los
seres humanos a la Naturaleza. La visión desarrollista y sustentabilista ha fracasado; las
generaciones presentes y futuras están al borde de heredar un “infierno” de planeta,
por el calentamiento global y por el poder de hegemones que tienen miedo a vivir en
paz. El riesgo del colapso civilizatorio existe y no existe otra Tierra.
La tecnología está siempre articulada con la cultura. A medida que el ser humano se vale
de la herramienta tecnológica para aumentar su poder contra la Naturaleza, las
maquinas cobran poder sobre la humanidad. El sistema capitalista y la humanidad, como
la conocemos, no podrán coexistir por mucho tiempo en el modo salvaje que está
desarrollándose. La técnica siempre lleva el sello de la cultura y los valores humanos,
que son previos a cualquier economía, dependiendo del concepto que los seres
humanos tienen de sí mismos. Hay que fomentar una cultura de diálogo, reparto, y
desde contextos de proximidad social, con posibilidad de comunicar armonías. Los
21
cambios ambientales y sociales positivos contribuyen a mejorar la calidad de las
interacciones, de los condicionamientos.
Frente al cambio climático, es urgente aprender a nutrir la paciencia interna, porque las
medidas de ajuste al mismo, no mejoran directamente la situación, porque los
resultados se muestran a largo plazo. Bajo en neoliberalismo – desde la miopía del
mercado - el sujeto generalmente actúa en beneficio propio y dentro del muy corto
plazo, dando prioridad a las opciones personales – las ganancias de los accionistas -
frente a los cuidados ambientales, los intereses de los trabajadores o la protección de
los bienes comunes. Los llamados CEOs (Chief Executive Officers) exigen la mayor renta
posible en el menor tiempo. El instantaneismo individualista siempre se acuesta con la
estupidez.
Esa nueva cultura debe eventualmente expresarse y comportarse como estructura,
crear disposiciones que siembren nuevas experiencias y prácticas, esquemas
alternativos de pensamiento y acción. (Pierre Bourdieu, 2000). “Se hace necesario y
urgente otro imaginario de cambio. Imágenes adecuadas para ver y pensar un cambio
social complejo, no lineal, con sus mareas altas y bajas, procesos y eventos,
continuidades y discontinuidades. Capaces de dar valor y visibilidad a las
transformaciones invisibles y silenciosas, intersticiales e informales, imprevisibles e
involuntarias, micropolíticas y afectivas, bastardas e impuras. Imágenes en las que
encontremos compañía, valor y potencia.” (Amador Fernández-Savater. 2018)
Como respuesta a estos efectos destructores, sin paradigmas alternativos, aparecen o
se replican poderes marcados por emociones tóxicas de odio, pasión y venganza, y en
escalas territoriales, resonando negatividades y erosionando el real sentido político de
los sujetos. Es urgente construir una nueva propuesta de gobernanza global, para
corregir las brechas y desequilibrios de la globalización y abrirse hacia nuevas
perspectivas de cambio cultural. Se exige un pacto ético, un constante debate sobre
hacia dónde y cómo transitar. Es urgente desarrollar instrumentos que ayuden a
cambiar el sentido a las percepciones que orientan la acción, para enfrentar la
negatividad, como el miedo a la opresión, aunque sea en dosis homeopáticas. Lo cierto
es que mientras más global se vuelve el capitalismo, más global y articulado deberá ser
el proceso de emancipación. Hay que “subir y bajar”, dirigirse primero hacia adentro y
luego hacia afuera, enfrentar nuestras propias dictaduras subjetivas, y también las
opresiones nacionales. Hay que “bajar y subir”, partir desde lo local, lo próximo, lo
pequeño, resistir.
13
En las instituciones públicas sometidas a las estrategias de recorte de las nóminas de personal se habla
del “síndrome del superviviente”, para explicar las percepciones, temores y sentimientos que
experimentan los empleados que no fueron despedidos después del proceso.
23
ciudadanía se vuelva indiferente al sufrimiento del otro, tolerante al malestar social,
conformista, encerrada en sus estrategias muy particulares, encapsulada en la
estupidez. Un ambiente social de total relativismo, donde no vale la pena defender
derechos, ni rechazar a gobernantes mediocres, ni marchar contra nada, es una
convivencia ciudadana sin poderes éticos. Todo ello favorece al miedo construido
actualmente por el neoliberalismo, ampliando las brechas sociales . (Christophe
Dejours, 2007)
Esa banalización del mal producida por el neoliberalismo, ese juego perverso y
contradictorio de fragmentación y sumisión de subjetividades, contribuye a nutrir
antivalores que codifican comportamientos negativos, como la irresponsabilidad, que
tiene efectos directos sobre la calidad de la vida familiar; la familia es la única comunidad
que persiste. Son los antivalores convertidos en habitus los que destruyen la cohesión
social y desarticulan los esfuerzos de transformación; las emociones angustiantes o
indignantes, ayudan en la constitución de antivalores. Al neoliberalismo no le interesan
los valores éticos vitales para armonizar las relaciones sociales, como la solidaridad y la
responsabilidad, tampoco la afectividad. El recetario neoliberal transmite antivalores
mediante la afirmación de prácticas individualistas y competitivas, usualmente
irresponsables. Porque la responsabilidad es parte del lado justo de las emociones y
tiene implicaciones comportamentales. Agnes Heller (1998) nos decía: “La
responsabilidad tiene dos aspectos: Podemos tener una responsabilidad retrospectiva,
lo que significa que, si hemos hecho algo incorrecto, podríamos pedir excusas y nos
responsabilizamos por ello. Y si alguien nos pregunta acerca de lo que se hizo, la
respuesta debe ser positiva: si, yo lo hice. Pero existe otra clase de responsabilidad que
podría ser llamada responsabilidad prospectiva (donde) hay vínculo de cuidar al Otro,
sentimos que estamos a cargo del Otro, y que ese Otro esta también a cargo de
nosotros”14
Y así nos controlan sutilmente por dentro, desde la propia psiquis, posibilitando que
seamos encauzados como “borregos”, en la dirección deseada, mientras nos percibimos
como seres dueños de nuestras propias vidas; individualistas, indiferentes, indolentes,
vanidosos, carentes de amor. La cultura hegemónica que nos envuelve es
excesivamente egoísta e instrumentalista, insensible, tiende a reprimir o violar la
juridicidad y el orden ético, constantemente genera oposiciones que bloquean la paz. Y
no la podemos enfrentar con violencia, porque en ese campo, la propia cultura
hegemónica tiene mucha superioridad. Por la desigualdad que provoca, ya está
llamando al “ejército a las calles”; quienes controlan las armas controlan al pueblo.
14
Agnes Heller, junto con Immanuel Wallerstein participaron en el Panel Final del Congreso Mundial de
Convergencia Participativa en Conocimiento, Espacio y Tiempo, realizado en la ciudad de Cartagena en
Mayo y Junio de 1997. Esta cita corresponde a su exposición en el Panel Final y la traducción a cargo de
Rudy Pardo.
24
no creo en la vía violenta
me gustaría creer
en algo, pero no creo
creer es creer en Dios
lo único que yo hago
es encogerme de hombros
perdónenme la franqueza
no creo ni en la Vía Láctea”.
Es muy difícil el cambio radical en la cultura política, esto es, de las actitudes básicas, de
la izquierda, del centro o la derecha del capital, porque la naturaleza estratégica del
“arte” de la política, necesariamente la lleva a driblar pragmáticamente, entre facciones,
intereses, asumiendo prácticas que se replican, una y otra vez, en el sistema político.
Siempre están fraguando sobre los otros las causas de los problemas que nos angustian,
demonizando de mil maneras al oponente. Lo que conduce a quebrar principios,
haciendo que el “postulado del carácter público (tenga como) su adversario específico
en la idea de que toda política lleva consigo cosas arcanas, secretos de técnica política,
que de hecho son tan necesarios para el absolutismo como los secretos comerciales y
empresariales para una vida económica que se basa en la propiedad privada y en la
concurrencia”. (Carl Schmitt. 2011).15 Una cultura política estúpida, plagada de
prejuicios, culebrones polarizados y complejas relaciones de poder; partidos políticos
sin capacidad creativa, carentes de marcos ideológicos-programáticos alternativos.
Como dice Eliane Brum (2018), “el desafío no está em superar los conceptos de izquierda
o de derecha sino en actualizar los conceptos de izquierda y de derecha, exactamente
para que las personas condigan establecer las diferencias”.
15
Filosofo nazi autor de “El concepto de lo político” (1927) citado por Byung Chul Han (2013). Sociedad
de la Transparencia. Traducción de Raúl Gabás. Herder Editorial. Barcelona. Pág. 21.
25
• El neoliberalismo, el miedo y placer vacío
En casi todas partes, la crisis del endeudamiento público, es utilizada para imponer
políticas de ajuste, y siempre acusando a los antecesores de haber gestionado la cosa
pública “por encima de sus posibilidades”. Ecuador es un país endeudado, pero muy
lejos de muchos de los países del mundo “desarrollado”, sin respuestas alternativas de
salida que no sean las del FMI, mientras los sectores empresariales evitan o evaden su
responsabilidad fiscal. La mentira política se vale de las estadísticas para colocar a una
sociedad en “modo crisis”; se esconden los datos, se tergiversa, se manipula la
información. El endeudamiento impone la lógica de los poderosos, viabiliza la
implantación de medidas antisociales, facilita la trasferencia de recursos generados por
los sectores productivos hacia las corporaciones financieras, despistan la percepción
sobre el poder de la banca privada, legitiman el saqueo de los bienes comunes, que se
apropian de la soberanía popular, empobrecen al consumidor final, constituyéndose en
una forma de dominación.
Así se patrocinan y fabrican los “arreglos” entre políticos cínicos y culpables - expertos
en corrupción - y se establecen entornos sociales que generan ansiedad, incertidumbre,
exclusión y sufrimiento; se acaba entregando el gobierno a la “otra derecha”, lo que
despliega, por un lado, resonancias emocionales negativas, inseguridades, y por el otro,
anticipa e interioriza actitudes de sometimiento y resignación, existencias plagadas de
violencias. Implantar el temor en la subjetividad, constituye para el poder establecido,
un instrumento de gran eficacia controladora. El cotidiano ciudadano es “inyectado” de
pequeñas dosis de sufrimiento, creando un estado de ansiedad colectiva de baja
intensidad, tan sutil que no es posible entenderla. La tensión sensible y negativa que
establece el poder entre el sujeto y su entorno sociocultural, constituye la base del
miedo que transforma la emoción en sentimiento de desprotección, estimulando la
separatividad; la sumisión que articula temor y expectativa. El neoliberalismo y la
estupidez política se acuestan en la misma cama.16
Las poblaciones afectadas y vulnerabilizadas procuran llenar sus vacíos existenciales
acumulando cosas materiales, por baratas que sean, o accediendo a entretenimientos
banales que “satisfacen” deseos y replican placeres vacíos, a ser saciados en el corto
plazo,17 quedando sutilmente sometidas a las promesas del sistema, y alojando
subjetivamente su “adicción a las dopaminas “. Somos seducidos por el placer, un pozo
que nunca se llena de sentido, porque solo se repleta de carencias, insatisfacciones y
sufrimientos. Es por ello que se instrumentaliza al sexo para vender casi cualquier
mercancía. Las secuelas de esta “encarnación” emocional negativa, de este vacío forjado
16
Por otro lado, no son pocos los países y las facciones que programan el miedo público al terrorismo,
que vuelve vulnerable a la sociedad y nutre efectos psicológicos negativos, funcionales para justificar
diversas intervenciones. El miedo es instrumentalizado por el terrorismo para hacer política; la violencia
se vuelve el medio para obtener beneficios a costa de los demás. Frente al terrorismo “lo más importante
intelectualmente hoy no es tanto comprender los motivos de los terroristas, sino los nuestros para
resistirles sin emplear sus propias armas “. (Fernando Savater)
17
Los sujetos se sienten ansiosos y perturbados internamente, constantemente, porque no logran
alcanzar la meta prometida por el mercado, el deseo se prende y se apaga, se prende y se apaga.
26
de insatisfacciones y temores, son muy conocidas, pero las poblaciones ilusionadas
continúan replicando las recetas “democráticas” del sistema, apegadas y replicando el
mismo registro emocional del pasado, y por simple estupidez subjetiva, quedando
subyugadas por la normósis, o sea, por la patología de lo normal. Chomsky decía que:
“Ya no se puede controlar a la gente por la fuerza y, por tanto, para que no perciba que
está viviendo en condiciones de alienación, opresión, subordinación, etc. es necesario
modificar su conciencia”.
27
temporalmente dentro de los cerebros-mentes. (Escuela de Santiago). Porque las
relaciones sociales siempre están cambiando. Es la cultura consciente lo que posibilita
ese entrelazamiento cambiante, haciendo que muchas experiencias se vuelvan
compartidas, y que otras tantas se repliquen. Ocurre una inseparable dinámica recursiva
entre la subjetividad individual y la colectiva.
El miedo siempre ha estado presente en la historia y existencia del ser humano. Pero es
uno de los fenómenos más “democráticos” que tiene la sociedad ecuatoriana, pues casi
todos tenemos miedo de sentir miedo, aunque el temor más doloroso tienda a
concentrarse en los sujetos vulnerabilizados, que son empobrecidos de varias formas. A
medida que nos modernizamos bajo el capitalismo, nos llenamos de temores y
angustias, o nos sentimos acribillados por una metralleta de aprensiones políticas,
sociales, ambientales, institucionales. Cuando el “ruido” del contexto no cambia, las
28
dosis de intranquilidad se prolongan, las sensaciones de desdicha van y vienen, el miedo
se encarna llegando a afectar la vida cotidiana; las ansiedades se arraigan en los mundos
subjetivos. Las subjetividades del miedo casi que detienen la búsqueda de su autonomía,
tienden a encapsular sus respuestas en la amígdala cerebral y desencadenar ansiedad,
individual y social. Subjetividades que se angustian frente a la incertidumbre, dibujando
las fronteras que nos paralizan frente al poder, inclinándose o volviéndonos
conservadores o subalternos, pasivos e insensibles.
Ese contexto intranquilo está presente en la conciencia de todos, impacta de forma
desigual en los sujetos, según sus experiencias, pero siempre influye en la subjetividad.
El dominio político llega, por repetición de mecanismos, a valerse de la ignorancia y la
mediocridad cognitiva de la población, para penetrar en el registro emocional y acceder
a la subjetividad, al nivel cualitativo del ser humano, para inyectar ideas, deseos,
temores, advertencias, exigencias, coacciones, que inducen ciertos comportamientos y
acciones.
El miedo y el estrés con mucha frecuencia caminan de la mano; a la sensación de
aprensión e inseguridad se suman las preocupaciones, las injusticias, la incapacidad para
enfrentar problemas, las dificultades de concentración, el hambre, la enfermedad. El
temor nos impide aprender, colaborar, fraternizar, amar. (Humberto Maturana. 1990).
En situaciones de miseria, no es posible sostener la creatividad, sino la dirigida a
sobrellevar la sobrevivencia, caldo de cultivo de los populismos, esto es, la “metida del
dedo” a la voluntad popular. Interiorizamos poderosas fantasías negativas, ciertas o
imaginarias – sufrimientos mentales ficticios – percibidos como realidad, y apenas
suponemos que estas energías nos vienen programadas desde afuera.18 El miedo
político invocado por los grupos de poder se constituye en una poderosa arma de
dominio sobre las subjetividades, que se vuelven dóciles y manipulables.
Con frecuencia, son nuestros propios hábitos de escape y dependencia los que nos
atrapan y someten por adentro, sin que tomemos conciencia. Se vive de generación en
generación bajo contextos que nutren y replican, por ejemplo, el “trastorno psíquico del
comerse mierda”; y nos es muy difícil liberarnos del mismo, aunque conlleven
negatividad y sufrimiento, porque se esconden en niveles inconscientes. En la sombra
de numerosos ecuatorianos, en se lado obscuro de nuestra personalidad, se disfraza un
huasipunguero con zamarro, botas y espuelas de patrón; se configura un sistema de
percepción mediante el cual actúa el sujeto subalterno, predispuestos a comportarse
como siervos frente a los unos – por haber interiorizado las condiciones objetivas de la
dominación – y como patrones machistas frente a los otros, replicando prácticas
culturales negativas. Esa percepción se replica y mantiene mientras existan condiciones
en el contexto que lleven al inconsciente del sujeto a recordar” pasados presentes”. No
es fácil tomar consciencia de esos campos mentales, memorias, sentimientos.
18
Existe toda una tecnología comunicativa que ayuda a condicionar e intensificar tal emocional o pulsión
cultural subjetiva. Esta puede ser instrumentalizada por los poderes.
29
El miedo social puede ser conceptuado como una presión interna, confusamente
compartida que, aparte de responder a la inseguridad o desprotección, y de causar
sufrimiento, se encarna en la cultura subjetiva, inclinada por el sistema, primariamente,
a adquirir o defender la propiedad de cosas y bienes, lo que fragmenta la existencia
convivencial, entre el tener y el no tener. Esa pulsión asume viscosidad neurótica en la
vida ciudadana, que se vuelve temerosa de ser rechazada por el régimen de consumo;
basta que le digan que la “mesa no está servida”. Cuando no se puede satisfacer la
codicia por las buenas, hay que quitárselo al prójimo por las malas. O simplemente, se
crean las instituciones y los mecanismos normativos para legitimar ese despojo,
“ajustando” al mercado laboral, las condiciones de producción y de vida, incluyendo la
erosión de la capacidad colectiva de los pueblos, de las organizaciones, para defender
sus derechos.
El miedo es la sensación desagradable constitutiva del control social; el dominio político
y económico no pudiera sostenerse sin el miedo que atraviesa la subjetividad por medio
de diversos medios culturales y simbólicos. No es suficiente con organizar un discurso e
ideología para que el pueblo asuma subjetivamente los intereses de los grupos
dominantes, hay que inyectarle miedo al alma del pueblo; dispararle incertidumbre, una
y otra vez. Los políticos del establishment saben bien que no se requiere ni de la policía,
ni de las leyes para controlar al pueblo ansioso y alienado, temeroso, pues basta con
amenazarlo con discursos insubstanciales, como el de “la mesa no está servida”.19 Brota
el miedo de no poder consumar las prácticas de consumo de signos y deseos; se
multiplican las subjetividades conservadoras.
Además, el sistema funciona y se conserva sólo si la mayoría de la población se convence
de que las medidas que toma el gobierno son las mejores y que la insensatez racional,
la estupidez, la corrupción, las culpas del fracaso, obedecen; principalmente al
desacierto e irresponsabilidad de los anteriores gobernantes. Para lo cual hay que
mantenerla confundida mediante la constante difusión mediática de “culebrones”; una
batalla ideológica que se libra en el terreno del chisme, la posverdad y la venganza
callada.
La cultura moderna actual, en permanente construcción, tiende a nutrir relaciones de
negatividad y separatividad en los espacios de convivencia; se multiplican las relaciones
laxas e impersonales, los sentidos de pertenencia tienden a disolverse. Las energías
negativas que conlleva esta construcción se desdoblan en ambición, codicia,
competitividad, envidia, violencia, lo que inunda las interacciones del cotidiano,
condicionando angustias, depresiones, alienaciones, agresiones, insatisfacción e
19
Es una estupidez servirla casi exclusivamente para beneficio de las corporaciones; hay muchas formas
de “servir la mesa social”, de repartir el producto y realizar lo bueno de la naturaleza humana. Nuestros
economistas neoclásicos no son capaces de pensar en el reparto de las oportunidades de vida digna, en
general, recetan medidas para tomar el dinero de los pobres, y entregárselo a los ricos. Sean heterodoxos
u ortodoxos, ubicados en la derecha o la izquierda del capital, los neoclásicos se han apropiado de la
racionalidad económica, dominando el debate público, muy lejos de pensar en alternativas para que los
sistemas productivos y la tecnología estén al servicio de la sociedad, de distribuir la riqueza o cuidar de la
Naturaleza. No son capaces de analizar las causas subyacentes y crear propuestas alternativas.
30
infelicidad. Ese “clima” contribuye a que se deformen las relaciones políticas, y con ello
también las dinámicas ciudadanas. La comunicación del poder se afirma en el poder de
la comunicación, enlazado con el control de la institucionalidad, condicionan la acción
política.
Todo depende de las experiencias del sujeto y los contextos que lo abrazan. Somos
subjetivamente narcotizados por un sistema que nos somete, principalmente mediante
el miedo; los ambientes “ruidosos” excitan los deseos básicos, primarios o instintivos,
relacionados con la comida, el sexo, la lucha o la seguridad, y las apetencias sociales de
dinero, poder o venganza. (Carlos Jara y Jesús Sanz, 2018)
31
consumos culturales de imágenes simbólicas basuras, que internalizan una cultura
degradada, preñada de trivialidad y mediocridad, que responde principalmente a las
reglas que establece el mercado. Sin “querer queriendo” se consolidan los antivalores
de los sujetos alienados y amedrentados; se camuflan las desigualdades sociales.
Mientras nos desindustrializamos, la industria cultural transnacional o colonizada, ahora
dotada de comunicación tecnologizada y credo instrumental, se dedica a integrar y
adecuar a los diversos pueblos receptores y macrogrupos, los códigos, lenguajes y signos
del mercado global, condicionando pautas de conducta y comportamiento que, en las
palabras de Freud, introyectan antivalores, o replican habitus negativos. Tienen que
hacerlo, responden a los intereses cortoplacistas de los accionistas, no de las
comunidades; se encapsulan en su pragmatismo orientado a proteger la rentabilidad.20
La cotidianidad y el entendimiento colectivo tienden a ser dominados por los medios de
comunicación masivos, a partir de mensajes comunicativos, hoy caracterizados por la
inmediatez. Cada día se gesta o se embute un “culebrón”, se inventa o se distorsiona un
acontecimiento, inmediatamente, para reforzar el mismo emocional de ayer,
descarrilando el interés por lo fundamental.
20
Tomemos el caso de los Estados Unidos de América. En los últimos 10 años, las grandes corporaciones
estadounidenses destinaron el 93% de sus ganancias a retribuir a sus propios accionistas, casi sin
beneficiar a sus trabajadores o realizar inversiones a largo plazo; el incremento laboral a productividad de
los trabajadores no estuvo acompañado por el aumento de los salarios. Según datos oficiales, es EEUU, el
10% más rico de los hogares estadounidenses posee el 84% de todas las acciones estadounidenses,
mientras que más del 50% de los hogares estadounidenses no posee acciones. El sistema corporativo
estadounidense se dedica a lograr que los más ricos sean aún más ricos. En, Elizabeth Warren presenta
Ley de Capitalismo Responsable.
https://www.warren.senate.gov/newsroom/press-releases/warren-introduces-accountable-capitalism-
act
32
opinión pública es definida en relación a la manipulación, con cuya ayuda los
dominadores políticos han de intentar,’ poner al unísono las disposiciones de la
población con la doctrina política y con la estructura política, con el estilo y con los
resultados del ininterrumpido proceso de toma de decisiones’. La opinión pública sigue
siendo objeto de dominación también en los casos en los que ésta se ve obligada a
hacerle concesiones y a reorientarse; la opinión pública no está ya vinculada ni a las
reglas de discusión pública o a formas de verbalización, ni debe ocuparse de problemas
políticos, ni menos aún dirigirse a instancias políticas. Su relación con la dominación, con
el poder, aumenta, por así decirlo, a espaldas suyas: los deseos ‘privados’ de automóviles
y refrigeradores caen bajo la categoría de ‘opinión pública’, exactamente igual que el
resto de modos de conducta de grupos cualesquiera con tal de que sean relevantes para
el ejercicio de las funciones estatal-sociales de la dominación y la administración”.
(Jürgen Habermas. 1982)
Somos seres relativamente íntimos, pero las herramientas Big Data tienen el poder real
de influir nuestra subjetividad, ampliando la posibilidad – vía redes sociales – de crear
relatos que entrelazan sujetos y los dejan adheridos a opiniones, ideas y símbolos
ajenos, pero imaginando que ellos mismos sustentan sus propias aspiraciones y
creencias, para vincularnos funcionalmente a intereses corporativos o políticos, esto es,
bajo formas sutiles de manipulación y control social. Las grandes corporaciones digitales
– Apple, Google, Facebook, Netflix, etc., tienen algoritmos con capacidad de
personalizar los productos que ofrecen, focalizando las preferencias de cada cibernauta.
22
El Big Data, sin embargo, se proyecta más y más, a la venta de las cosas, hacia el
desarrollo bélico, más allá de acumular información sobre acciones bursátiles y
21
Citado por Massimiano Bucchi. Entrevista de la Revista Metode. “La ciencia no soluciona todos
nuestros problemas” https://metode.es/revistas-metode/entrevista-es/entrevista-a-massimiano-
bucchi.html
22
Forbes nos informa que cada día se crean 2.5 quintillones de datos bytes, y que el 90% de los datos
generados en el mundo, por medio de la Internet, corresponden a los últimos 2 años. Google procesa
40.000 búsquedas cada segundo, lo que equivale a 3.5 billones de búsquedas al día. Los usuarios
observan más de 4 millones de videos YouTube al día. Cada día, 1.5 billones de personas se encuentran
activas en Facebook. forbes.com. Mayo 12, 1918.
33
movimientos de personas. Toma fuerza la convergencia algorítmica entre el Big Data y
la Inteligencia Artificial; mediante las técnicas de aprendizaje automático, los estudios
predictivos, visualización inteligente de una gran cantidad de datos, el reconocimiento
de patrones de comportamiento, se puede dar mayor precisión a la toma de decisiones
estratégicas o negociaciones. El conocimiento tácito está siendo desafiado y por ello la
IA y el aprendizaje automático se proyectan como el “nuevo petróleo” del mundo.
34
• Deberíamos buscar una perspectiva emancipadora: darnos
cuenta de los errores que cercan nuestras posesiones
cognitivas
23
Según el Foro Económico Mundial, en 2016, el 3,83% de la población mundial está sufriendo de
ansiedad, y 3,77% está deprimida.
https://es.weforum.org/agenda/2019/01/por-que-este-es-el-ano-en-que-debemos-adoptar-medidas-
relativas-a-la-salud-mental/
24
Como veremos, esa emancipación comienza cuando se inicia el fin del “ruido” racioemocional, las peleas
internas y externas, las posesiones egoístas. En los estados normales de consciencia tendemos a
vincularnos a las memorias del pasado, a los “barullos” del entorno. No hay una verdad preexistente, sino
aquella que nosotros mismos creamos; no hay tal “piedra filosofal”.
35
proceso de buscar ser consciente con uno mismo, para gradualmente darnos cuenta
que somos poseídos por el temor y los deseos, o mentalmente colonizados, desde la
escuela, o por los teleculebrones, adictos a la protección y al consumo superfluo,
sumisos a los gobiernos y el sistema, por medio de sutiles formas de dominación.
Hay que darse cuenta de las tensiones que ocurren entre la experiencia encarnada en el
sujeto y las proyectadas desde el entorno, principalmente del miedo que nos lleva a la
sumisión, a la coprofagia del ajuste estructural, creando anestesia racional. Porque en
esta sociedad materialista es mucho más fácil autoengañarse, incorporar necesidades
falsas, dibujarse ilusiones, que enfrentar el sutil embuste programado, darle la cara al
temor, entrar en dialogo con uno mismo. La subjetividad se ve condicionada o
subordinada a las condiciones del medio en el que se desarrolla la cotidianidad de las
personas. Carlos Marx nos decía, en modo reducido, que “el ser social determina la
conciencia”
25
La consciencia importa, tanto la individual como la colectiva. La forma como la persona percibe e
interpreta su cotidiano y su entorno, incluyendo creencias, valores, actitudes, sentimientos,
comportamientos, y demás dimensiones de su experiencia subjetiva. La consciencia colectiva nos habla
sobre la forma como una comunidad o grupo percibe y traduce el mundo a su alrededor.
36
propios anhelos y propósitos. O sabemos que si queremos hacer lo que queremos nos
enfrentamos con el miedo en persona, en actitudes agresivas o represivas. Y por estar
consciente del miedo, seguimos replicando negatividades, el más de lo mismo. Como
decía Ovidio, “Video meliora proboque, deteriora sequor” (veo lo que es mejor y lo
apruebo, pero sigo haciendo lo peor).
Cuando optamos por hacer lo que queremos, respondemos a los estímulos del contexto,
a las experiencias que almacena nuestro cerebro, incluyendo los genes que hemos
heredado. Queda poco espacio para el libre albedrio. Pero podemos serlo, lograr
emanciparnos, decidir por nosotros mismos, cuando nos damos cuenta y resolvemos no
ser estúpidos, no creer en los dogmas que nos imponen, salir de la ingenuidad, entrar
en la esfera de las decisiones. Es decir, somos libres cuando disfrutamos del dominio
sobre uno mismo y podemos alcanzar metas o ambiciones. (Fernando Savater, 2004)
Nos hemos olvidado de ser nosotros mismos, la mayor parte del tiempo permanecemos
perdidos en los campos de los deseos y las fantasías, de las pulsiones negativas,
resentimientos, intolerancias, o atrapados en un complejo laberinto de problemas,
injusticas, recetas programadas, carencias y ansias materiales. “Solo en la medida en
que descubran que alojan al opresor podrán contribuir a la construcción de su pedagogía
liberadora. Mientras vivan la dualidad en la cual ser es parecer y parecer es parecerse
con el opresor, es imposible hacerlo” (Paulo Freire, 1975).
No es posible definir a la consciencia, pero tampoco es posible dudar de ella. La
consciencia traduce el misterio esencial de la existencia humana, aunque sabemos que
ella surgió como propiedad del ser humano, a lo largo de su evolución de 100.000 años,
junto con el lenguaje; el ser humano transita desde el pasado hacia el futuro. (Norbert
Wiener, 1985). No es una cuestión biológica, sino antropológica-cognitiva; no sabemos
cómo el cerebro crea consciencia, pero si sabemos que esta resulta de una revolución
cognitiva. (Juval Harari, 2016). La consciencia no es un asunto moral que se traduce, por
ejemplo, en la inconciencia ciudadana que recluta y elige mediocres para que los
gobiernen. Ella no se “despierta” por un acto de reflexión personal dirigido a esclarecer
la razón de una acción, a la luz de un fin juzgado como auténtico. Tampoco constituye
un elemento importante del esoterismo u ocultismo, supuestamente clave para lograr
salvación y poder descifrar la existencia. (Nolberto Salinas, 2018). La consciencia existe
como un proceso de descubrimiento.
La consciencia debería ser enfocada desde procesos cognitivos muy elevados que
acoplan todo lo que se experimenta, o sea, la suma de la experiencia vivida, siempre en
fluidez. Sabemos que ese sutil campo cognitivo brota de dinámicas neuronales que
expresan diferentes grados de complejidad, comenzando por la consciencia ordinaria
del sujeto, llena de crudas percepciones, sin mayores destellos del “darse cuenta”, hasta
una consciencia Superior, que supone una noción relativamente clara de uno mismo y
una cierta reflexión. (Fritjof Capra, 2002). El estudio de la consciencia, como fenomeno
de síntesis subjetiva de experiencias, no puede reducirse al método científico analítico
de cualquier disciplina aislada, por ejemplo, la neurociencia; aunque cada experiencia
37
consciente implique una aglomeración funcional de neuronas en interacción. (Giulio.
Tononi y Gerald Edelman, 2000).
La experiencia consciente tiene raíces en la biología, la bioquímica, la física, y se acopla
con la compleja dinámica no lineal de las redes vivas; la cultura subjetiva del ser humano.
Los hechos perceptivos tienen íntima relación con los mensajes del entorno; ocurre un
círculo continuo de información entre el sujeto el entorno. Nuestros cerebros-mentes
están dinámicamente enredados con los demás cerebros-mentes; tales procesos
interactivos son básicos para entender el nivel de abstracción cognitiva propio de la
consciencia reflexiva. (Fritjof Capra, 2002). Nos comunicamos constantemente a través
de símbolos, señas, gestos, palabras y voces lingüísticas que expresan conceptos, ideas,
emociones, creencias. (Humberto Maturana y Francisco Varela, 2003). El contexto está
lleno de esos “ruidos” hechos por los otros, sin los cuales, en gran medida, no somos lo
que somos.
Existen diversos estados o niveles (qualias) de experiencia consciente. Los menos
“desarrollados”, ingenuos u ordinarios, desatentos y aletargados, en los que
“normalmente” se encuentran los sujetos, son los que permiten el “darse cuenta” del
cotidiano, esto es, percibir las cosas, las formas, los sonidos, los colores, los paisajes, la
luna, los conceptos, los pedacitos de “realidad”, los mensajes del mundo objetivo. Esa
consciencia “maleducada”, nos sirve principalmente como sistema de control, para
observar los cambios infrecuentes que ocurren en el entorno.
A esa consciencia incompleta o simple, la reconoceremos escribiéndola sin S,
simplemente como conciencia; traduce una vida que tiende a ser mecánica, atrapada
en las percepciones habituales, usualmente persiguiendo deseos y consumando
ansiedades, para escapar del sufrimiento. (Daniel Goleman, 1996). En realidad, todos
somos humanos porque somos un acto simple de observación de uno mismo; el
problema de la consciencia ingenua es que no puede controlar el miedo que bloquea la
libertad.
En estados ingenuos de conciencia ordinaria, es muy fácil caer en el cuento de que “la
mesa no está servida”, o que el “Gobierno es de todos”. La mayoría de las personas
vegetan en niveles (qualias) muy bajos de consciencia, o sea, están incompletos, viven
en la ignorancia, usualmente teniendo existencias mecánicas, aprisionadas por ansias
terrenales y apetencias sensuales, o buscando satisfacer necesidades básicas por estar
estructuralmente empobrecidos, vulnerabilizados y procurando protección social,
normalmente estancados en percepciones habituales que replican “presentes ya
pasados”. Cada día el mismo recuerdo, la misma estupidez existencial, disfrazada de
frivolidad o candidez, expresando ignorancia e impotencia.
Hemos postergado el disfrute de las cosas simples, de quedarnos tranquilos, en silencio,
serenos, en calma, sin “laca-lacas” mentales, y en el momento presente, ese especial
instante donde se encuentra nuestra vida en fluidez, aquí y ahora, el único tiempo que
38
tenemos.26 El silencio no significa ser mudo o callado, quedarse sin discurso; es la
ausencia del ruido de la existencia moderna que nos permite comprender las palabras
internas, el sentido fluido de la vida. Deberíamos aprender a seleccionar nuestro tiempo,
a recuperar el presente, y no depender tanto del tiempo regulado; y también recuperar
el espacio para el desarrollo personal y social. El futuro usualmente cambia con nuestra
actitud en el presente. Es desde la recuperación de la presencia que le damos sentido a
nuestra existencia. Podemos realizar desde el “momento del ahora” lo que no fuera
hecho en el pasado, redimir lo olvidado, liberarnos de ese pretérito que nos sujeta, dar
posibilidad a otros futuros.
En general, los neurocientíficos declaran que la conciencia puede ser explicada apenas
en términos de procesos neurobiológicos, pero bien saben que el único testigo de su
26
“Yo no tengo los años que tengo, solo tengo este instante en el que estoy”. Lección de un taxista en
Quito.
39
existencia, es la propia consciencia. (Sam Harris. S/f). La neurociencia puede explicar las
actividades orgánicas, como el latir de mi corazón, que responden a mensajes
inconscientes, a través de complejas actividades nerviosas. Pero el fisicalismo no sabe
cómo explicar que un fenomeno no físico brote del cerebro biológico. Se admite que los
procesos cerebrales y los transpersonales o espirituales son mutuamente
interdependientes, reconociendo que existen diversos estados potenciales de
consciencia.27 Pero los neurocientíficos aun no consiguen ponerse de acuerdo con la
filosofía, con las experiencias profundas de la existencia, como la identidad profunda del
Ser, ese Yo que soy y está siendo, con los Otros, y que forma parte de un campo sutil
universal. Siguen insistiendo en comprender como se enactiva la mente consciente a
partir de los procesos electroquímicos intercelulares que ocurren dentro del cerebro. El
cuidado, el respeto, la compasión, la prudencia, la creatividad, la empatía, son estados
subjetivos asociados a estados de consciencia superior, una experiencia que puede ser
alcanzada por medio de la percepción intuitiva, la atención plena. Estas cualidades
subjetivas positivas residen dentro del ser humano, pero, como el miedo, se nutren de
información cultural que viene de afuera, del entorno social.
27
Ver, Stanislas Dehaene (2014). Deciphering How the Brain Codes Our Thoughts”
28
O conceito de conscientização não foi cunhado por Paulo Freire, mas pelo Instituto Superior de Estudos
Brasileiros, vinculado ao Ministério de Educação e Cultura, em 1964. O método de alfabetização de Freire
não visava apenas à alfabetização do sujeito, mas também à construção de uma consciência crítica,
política, comunitária; buscava que o sujeito, a partir do diálogo, atingisse uma maior autonomia pessoal
e comunitária.
40
La micropolítica emancipadora traduce una mirada reflexiva de la realidad, del entorno,
con capacidad de “desvelar" los mitos que nos confunden, engañan, y ayudan a
mantener las estructuras que nos dominan y excluyen. Plantea la pregunta acerca de
quiénes tienen control sobre nuestras vidas y de qué manera lo hacen; ¿cuáles son las
relaciones sociales que influyen o condicionan nuestra subjetividad? Ese
cuestionamiento iniciático, en esencia, traduce una práctica política fundamental, el
mínimo encargo cívico que debe pedírsele a un sujeto consigo mismo. No se puede
participar activamente en la vida social, política y económica de la sociedad - ser
ciudadanos – sin comprender las relaciones negativas que nos someten. La
“democracia” que se nos vende en su nombre, es el instrumento dedicado a impedir la
indagación critica – problematización - del ciudadano sobre su propia vida
socioeconómica y cultural; insiste en despolitizar la ciudadanía, a mantenerla en la
ignorancia. Las corporaciones de infiltran en las instituciones públicas hasta capturarlas
y contaminarlas de negatividad plutócrata, lo que concentra y mercantiliza el poder. Se
dedican a negar o excluir, por diversos mecanismos, a las organizaciones de la sociedad
civil, a minimizar las opciones colectivas. La legitimidad no surge de las decisiones de las
mayorías sociales sino del poder de las corporaciones.
La democracia, como la entiendo, traduce un proceso de emancipación social afirmado
en ciertos valores compartidos: igualdad, solidaridad, libertad, respeto y repudio de la
violencia. Estos principios deben vivirse culturalmente, como las rosas, hay que
cultivarlos cuidadosamente.
La reflexión micropolítica no se reduce apenas al conocimiento de la relación entre
nosotros mismos y el contexto cercano, o sea, no busca solo tomar conciencia de los
poderes que nos someten. Tiene que ver con los valores éticos y las relaciones entre los
derechos humanos y nuestro cotidiano, pidiendo un orden social más justo y solidario,
ambientalmente sano. Esos valores tienen que ser asumidos por las personas, para que
los derechos humanos puedan ser vividos. Se quiere que el conocimiento reflexivo – el
juicio debidamente informado - se vuelva práctica social y proponga desacuerdos,
alianzas y alternativas, volviéndolo más complejo, integrándolo a la lucha por una vida
digna, plenas en derechos. Se trata de trascender el nivel conciente de ingenuidad, de
humanizar positivamente al mundo, saliendo de la ignorancia. Y eso se logra a través
del despliegue de ondas de emoción y dentro de la convivencia.
La micropolítica emancipadora es una práctica que se concreta y nutre, como proceso,
desde la calma y el silencio interior. Habrá que aprender a sumergirse en niveles más
profundos de consciencia, para salir “de la cultura del miedo”, logrando resistencia y
creatividad. Darse cuenta de la existencia es algo más que descubrir cómo nos ordenan
las instituciones, las creencias políticas, las ideologías y los valores, esto es, entender
nuestra conducta y comportamientos inmersos en formas culturales específicas de
poder que se replican una y otra vez. Se trata de enriquecer y transcender la pedagogía
critica ligada a la comprensión dialéctica de la explotación capitalista, incluyendo la toma
de una postura activa dentro del proceso de transformación social, yendo más allá de la
41
conciencia naturalizada, de las programaciones mentales encarnadas, la ingenuidad que
adormece. (Paulo Freire, 1974, Jack Mezirow, 1991)
Precisamos traer al nivel conciente (sin s) las dimensiones significativas el ser humano
enraizadas en la consciencia (con s), o sea, en el subconsciente (alma), de la mano con
procesos de ampliación del conocimiento, buscando enriquecer el dialogo, la atención,
y creando mayor sentido de autonomía. Es difícil aprender a pensar en sí mismo,
liberarse de las programaciones, peor aún prestar atención a otros puntos de vista; no
nos educan a pensar con atención.
El “nacimiento para la libertad” supone, primero, salir del temor existencial, del
aislamiento, para situarse harmónicamente en los campos espirituales o superiores de
la consciencia profunda, nutriendo valores positivos. Ese proceso de transición hacia la
consciencia superior no es puramente un cambio subjetivo, sino que implica una
modificación de la actividad neuronal, que solo puede ser probado desde la propia
experiencia. No sabemos cómo los procesos neuronales – el pensamiento de todo el
organismo – generan consciencia, cómo las centellas de 86 mil millones de neuronas
que conforman el encéfalo humano y pueden causar la experiencia consciente, junto al
pensamiento simbólico y al lenguaje. Mi conocimiento es demasiado limitado para
comprender esta cuestión.
42
depredador. La reflexión sobre el proceso de construcción de las subjetividades es
esencial para la comprensión de nuestras conductas y comportamientos negativos,
como la discriminación, la xenofobia, o la violencia contra las mujeres. (Carlos Jara y
Jesús Sanz, 2018).
En el plano personal, las negatividades de la mente no se solucionan solamente desde
los campos racionales, debiéndose viajar más allá del Ego, al encuentro del verdadero
Yo interior. La raíz de la negatividad – de los miedos, fantasías y carencias psíquicas – se
encuentra en la identificación de nuestra conciencia con la mente egoísta, lo que
engendra un falso y enérgico Yo interior. Ese Yo no puede ser captado ni visitado, y
tampoco puede ser objeto de experimentos científicos; es inmóvil y es dinámico, se
conoce a sí mismo, desde adentro y desde afuera. (D. T. Suzuki, 1960)
Se demandan nuevos instrumentos pedagógicos, con capacidad de provocar la
liberación de los patrones mentales que dominan la vida humana, y escapar de la
conciencia normótica arraigada en la psique. Esa emancipación es necesaria para
desplegar creatividad en la sociedad. El miedo nos aferra a lo conocido, nos separa del
presente y del futuro; la mente no puede transcender lo conocido. (Jiddu Krishnamurti.
2013)
43
proximidad y entusiasmo que faciliten el aprendizaje, la toma gradual de consciencia,
sin que importe la edad del sujeto aprendiente.
Se trata de desarrollar en educación una noción de esperanza y posibilidad y dar paso a
la emergencia de nuevas subjetividades y formas alternativas de convivencia. En estos
tiempos, urge forjar un imaginario de cambio y un lenguaje de esperanza que indique
formas armónicas y creativas de relación socioeconómica y cultural. Hay que contestar
la negatividad, la desorientación, la ignorancia y la desesperanza con la resistencia y el
compromiso, con la toma de consciencia. Hay que despejar la imaginación desde una
mirada holística. Debemos darnos cuenta de nuestra propia miopía conceptual,
instaurada por el reduccionismo, que nos impide percibir la sociedad en contante
cambio, su complejidad. Al observar solo la parte, los síntomas de los problemas, se
tiende a replicar la misma estupidez.
La esperanza en un acto de duda sobre las “verdades” que nos atemorizan y paralizan.
(Peter McLaren, 1997). Y es también la energía virtuosa que nos socorre de las
desgracias. “O tenemos dentro de nosotros la esperanza, o no la tenemos; es una
dimensión del alma, y no depende esencialmente de alguna observación particular del
mundo o cálculo de la situación. La esperanza no es prognosis. Es una orientación del
espíritu, una orientación del corazón; trasciende el mundo que se experimenta de
inmediato, y se ancla más allá de sus horizontes…La esperanza, en este sentido profundo
y poderoso, no es lo mismo que la alegría porque las cosas van bien, o la disponibilidad
para invertir en empresas que obviamente están encaminadas al éxito rápido, sino al
contrario, una capacidad de trabajar por algo porque es bueno, no sólo porque tiene una
posibilidad de lograrse. Cuánto más difícil la situación en que mostramos la esperanza,
más profunda es la esperanza…. Es también esta esperanza, sobre todo, la que nos da la
fuerza para vivir e intentar continuamente hacer cosas nuevas, aún en condiciones que
parecen tan vacías de esperanza como las nuestras, aquí y ahora.” (Václav Havel, 1990).
44
emancipa, traduce un micropoder que da esperanza y posibilidad, principalmente a los
sin poder.
29
En el 2010 el BID aplicó en Quito una Encuesta de Cultura Ciudadana, y los resultados revelaron las
siguientes negatividades en la cultura ciudadana: 1. Alta accidentalidad vinculada al tránsito; 2.
Propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera; 3. Intolerancia a la diversidad o abierta discriminación
4. Incumplimiento de la ley y de la legalidad; 5. Predisposición a la justicia por mano propia; 6. Posición
favorable a portar armas para protegerse; 7. Indiferencia frente a la violencia contra niñas y niños; 8. Débil
confianza interpersonal; 9. desconfianza en la justicia y las autoridades judiciales. Para nada la “Carita de
Dios”
45
• El observador-participante y el observado, y viceversa
(Edmundo Tomaselli,2003 - Fritjof Capra,2007- Humberto
Maturana,2002)
Ocurren interconexiones entre las energías que emite o resuena el contexto sobre los
individuos o sujetos, y viceversa. Las experiencias son interiorizadas en coherencia con
las situaciones y energías que resuenan en el entorno, produciendo ciertas pautas
culturales de reacción grupal relativamente acordadas, en general, relacionadas con los
procesos de socialización. Ocurre un maridaje entre el entorno y la vida “interior”, lo
que hace que se repliquen habitus, una y otra vez, al punto que se vuelven normales, y
también normóticos.
Entre el entorno observado y el observador individual o colectivo ocurre una suerte de
correspondencia biunívoca, o sea, una interacción que construye una suerte de acuerdo
resonante del fenómeno - las “realidades trasmitidas” - que nos lleva a percibir el mundo
de manera parecida. Intuyo que ocurre en el plano intersubjetivo un proceso de
coordinación de comportamientos, basado en símbolos y lenguajes, haciendo que las
emociones, los deseos, se acoplen a lo que ha de ser percibido, esto es, los “esquemas”
del sistema. Existimos socialmente en el fluir de interacciones recurrentes que a través
del lenguaje de traducen en coordinaciones conductuales. “El lenguaje es un fenómeno
biológico puesto que resulta de la operación de los seres humanos como sistemas
vivientes, pero ocurre en el dominio de las coordinaciones de acciones de los
participantes, y no en su fisiología o neurofisiología” (Humberto Maturana, 2002). Así,
la subjetividad constituye un fenomeno que se construye en la interrelación entre el
individuo y el contexto sociocultural, dentro de la cotidianidad. Ese proceso configura
por igual, patrones de conductas que se sedimentan culturalmente, replicando
experiencias pasadas, lo que pauta las formas de percibir la realidad, el sentido común.
46
La vida ciudadana, para que sea digna, exige una profunda transformación cultural e
intersubjetiva. No sabemos cómo trabajar positivamente en la dimensión de las
subjetividades; cómo descolonizar el subconsciente.
30
CENTRECOS (2017) https://centrecos.net/es/blog/vemos-la-realidad-tal-y-como-es/
31
“We exist in our small, conditioned, utilitarian egos, cut off from our deeper selves, but it’s boring and
claustrophobic in there, and we long for a holiday. Maybe the soul in us yearns to get out of the cocoon
and unfold our wings. ………. Huxley’s genius was to appreciate all the different ways humans seek these
holidays from the self: alcohol, drugs, dancing, art, reading, hobbies, sex, crowds, rallies, war. ….. while
humans have basic drives, such as the drive to self-transcendence, those drives may take different forms
depending on a person’s temperament, physique and culture… that mystical transcendence had been
marginalized and pathologized in western culture, starting from around the Reformation. It became
embarrassing and ridiculous to admit to the sorts of mystical experiences which were highly valued in
medieval culture. ‘We keep them to ourselves for fear of being sent to the psychoanalyst’,
47
a este “caminar”, que nos conduce más allá del pensamiento impotente. Hay que buscar
el Yo verdadero, desde el silencio.32 Luego debemos comunicarnos, de otra manera,
intencionalmente, con otro emocional, para crear otros pensamientos y significados,
una y otra vez, hasta incidir en el cambio de la cultura subjetiva.
Jules Evans. (2019) Politics of Well-Being. Did Aldous Huxley invent the history of emotions? Sort of, yes
https://emotionsblog.history.qmul.ac.uk/2019/03/did-aldous-huxley-invent-the-history-of-emotions-
sort-of-yes/
32
Debemos aprender a amar al silencio para liberarnos de la agitación. El silencio no es la antítesis del
sonido o la eliminación de la palabra, sino una condición subjetiva que posibilita la escucha de la paz, el
sentido de las frases del alma, lidiar con el dolor. Cuando la mente está en turbulencia es difícil mantener
la calma y, unos minutos de silencio y respiración tranquila, son a menudo instantes suficientes para lograr
serenidad. Una vez que la mente está “descargada” se pueden tomar nuevas perspectivas. Cuando
buscamos la calma interna y creamos silencio externo, sentimos que estamos conquistando algo que
hemos descuidado, nuestro propio espíritu. (Carlos Jara. El Telégrafo, 2017)
48
pasan a las próximas generaciones, afecta las convivencias del mañana. (David Bueno,
2018)
La cultura aprendida, entendida como el resultado de la suma de significados, sentidos
y practicas construidas dentro de diversos contextos de vida, principalmente para
posibilitar la resolución de las situaciones vitales, tanto individuales como colectivas,
demanda un constante cambio de los “recursos” internos del ser humano. La cultura es
una producción humana de naturaleza simbólica en permanente mutación y parcial
replicación. Los recursos psicológicos permiten al individuo y al grupo social hacer frente
a las diversas situaciones de la existencia, particularmente las percibidas como
amenazantes. Desde ellos, en el marco de procesos de liberación de la negatividad, el
sujeto también es “constructor cuántico” de realidad social, con capacidad de desplegar
nuevos ambientes de subjetivación, creando alternativas de convivencia. (Fernando
González Rey. 2013). La cultura se vuelve una producción subjetiva, cuyos sentidos se
siembran y desarrollan dentro de un determinado ambiente social, lo que condiciona un
cierto “chip mental”.
49
La idea es la de desarrollar en lo posible un tipo de proximidad reflexiva, un entorno
agradable y adecuadamente informado, pleno de interacciones, una situación que
depende mucho del aporte de la política pública. Se trata de nutrir un modo ético y
afectuoso de conversar con los Otros y mejorar así, las redes de relaciones, el contenido
de los mensajes, la vida cotidiana. El lenguaje cotidiano que empleamos crea las
representaciones de la mente, y está hecho no solo de palabras, tonos, imágenes,
gestos, sino de creencias y valores profundamente arraigados, que nos orientan y nos
permiten operar en el mundo. El lenguaje carga energía emocional, resuena en el
contexto, más intenso si va acompañado de algo “bonito”, con capacidad de traducir
armonía, equilibrio, simetría y ritmo
El comportamiento de las personas en proximidad, interactuando y compartiendo
emociones, tiende por autopoiesis a producir fenómenos más amplios, como si una
nueva “onda” surgiera de la nada.
La aproximación social debería asumir una actitud de apertura interna, prestando
atención a los Otros, escuchándolos para comprender mejor. Para ello se requieren
instrumentos de autoconocimiento, lo que aumenta las habilidades perceptivas. Hay
que aprender a ver las cosas desde una perspectiva aquietada y hacer un uso más
informado de las palabras, para propiciar emociones positivas. La idea es posibilitar la
emergencia de relaciones interpersonales de mejor calidad, cargadas de sentido. Se
requiere de una ética mínima, de una política pública responsable; para producir más
fácilmente un estado particular mental, afirmado en la armonía. En general, deberíamos
ser capaces de provocar un proceso de reconstrucción social de la educación y el
aprendizaje.
El florecimiento humano que resulta de los procesos de emancipación, brota
esencialmente de la calma, para lo cual, la meditación, el direccionamiento consciente
de la atención, constituye un paso estratégico de la micropolítica.33 Entiendo que esta
propuesta pueda causar rechazo bajo la costumbre de la política reactiva, pero el estado
emocional influye el modo de actuar y comprender el mundo. Se trata de valernos de
instrumentos que nos permitan comprender, principalmente, la raíz del sufrimiento;
debemos traer comprensión a la mente insatisfecha, programada, ignorante. Por cierto,
la meditación, per se, no cambia subjetivamente a la persona, pero hace que su mundo
sea un lugar más sensible y prudente, lo que enriquece la reflexión, suministra una visión
profunda. No se trata de quedarse en la quietud, sino de observar la interdependencia,
y ser capaz de actuar desde una mirada atenta. Si queremos libertad, nuestras acciones
deben ser conscientes y nuestros actos positivos; las causas de nuestras negatividades
o emociones aflictivas están dentro y fuera de nosotros. La complejidad de la
emancipación radica en intentar cambiar, desde las prácticas cotidianas, el sistema de
relaciones sociales que nos alienan y oprimen, buscando afectar las macroestructuras
institucionales, por medio de otros esquemas de comportamiento, de habitus positivos.
33
No cabe duda que el budismo puede enseñarnos a “desarrollar” una consciencia superior. Al fin y al
cabo, ¿no tienen el budismo la experiencia para cambiar culturas a partir del despertar de las mentiras y
los temores?
50
Se requieren cambios internos, pero también iniciativas positivas que vengan desde
abajo y desde arriba.
La Inteligencia Artificial ya puede contar con dispositivos que integran varios aplicativos
inteligentes, agregando un enorme conjunto de informaciones personales, pudiendo
funcionar como una suerte de “mente” adicional o prótesis cerebral, y debido a su ultra
conectividad, mucho más potente que el actual smartphone, se favorece la activación
de acciones instantáneas. En principio, la persona agredida en sus derechos, gracias a
estos dispositivos, pudiera convocar a una respuesta policial de apoyo, sin mucha
demora. Estamos creando algoritmos que reconocen los rostros humanos, que guían
drones asesinos, que pueden leer nuestras emociones, extender la longevidad
saludable, etc.; estamos ampliando el poder del Big Brother, en manos de los oligopolios
tecnológicos.
51
sentimientos. Comienzan a integrarse las plataformas de Inteligencia Artificial, con la
biotecnología, la Internet, la robótica, la nanotecnología y la 5G. Ya los teléfonos
celulares se han vuelto prótesis de nosotros mismos. La tasa de cambio del desarrollo
tecnológico es asombrosamente rápida.
“Una economía automatizada e impulsada por la inteligencia artificial
necesariamente transformará la sociedad humana. En los años 60 Marshall McLuhan
comenzó a hablar sobre la aldea global. Medio siglo después, nos encontramos
inmersos en la era de la información y la comunicación global. La aceleración del
tiempo histórico y el creciente desarrollo tecnológico desafían la capacidad humana
para impulsar su propio destino. Algunas preguntas fundamentales surgen al
observar la manera como interactuamos con las nuevas tecnologías. Ellas han
cambiado no sólo la forma como nos comunicamos y obtenemos información, sino
inclusive la manera como pensamos. La inteligencia artificial está rompiendo las
fronteras de lo que entendemos por conocimiento, abriendo el debate sobre el rol de
los robots en la sociedad. Los sistemas robóticos están utilizando algoritmos que
permiten que la propia entidad virtual realice su propio aprendizaje, configurando
una original aptitud que los acerca a la forma de aprendizaje de los seres humanos.
¿Cómo impactará la robótica en el mercado de trabajo? Lo más probable es que los
robots conlleven el aumento de la productividad y también una mayor eficiencia,
pero igualmente es probable que se acreciente el riesgo del desempleo debido a la
sustitución robótica de puestos de trabajo. ¿Podría en el futuro un robot pensar como
lo hace un ser humano? ¿Podría sentir y tener emociones como lo hacemos nosotros?
(Secretaría del Buen Vivir, 2017)
52
de darse cuenta. “No nos deshacemos de un hábito tirándolo por la ventana hay que
hacerle bajar la escalera peldaño a peldaño” (Mark Twain, 1997)
53
Y necesitamos practicar la contemplación, o sea, de buscar serenidad, observar y
participar en el mundo en que vivimos, reposadamente. La serenidad nos ofrece la
posibilidad de vivir más tranquilos en este mundo de velocidad, en relación íntima con
el presente. Es muy posible que enfrentemos un largo proceso de destrucción
civilizatorio y nosotros seguimos intoxicados por la ignorancia y la estupidez.
“El mundo es algo que debemos comprender con claridad…sentados, en pie, caminando,
podemos siempre contemplar las cosas que nos rodean, las contemplamos en modo
natural, recibimos todo con apertura; tal cual las cosas son: sonidos, olores, sabores,
sensaciones, pensamientos, que surgen y cesan”. (Ajahn Chah, 2016)34
La micropolítica emancipadora es un camino indispensable para desplegar un modo de
Ser ético y crítico, como lo exige la felicidad. Lo ético es una cuestión espiritual, sin que
el entendimiento del espíritu sea exclusivamente religioso, pues la fuerza integral de
todas las personas es biológica, mental y espiritual. La mente humana puede ser definida
como el espíritu encarnado como lo propone la ciencia de la cognición. (Fritjof Capra,
2002). La búsqueda de la contemplación no es un movimiento que se encierra en la
interioridad, sin abrirse a los otros, sin proyectarse a la comunidad, debiendo impactar
en el espacio público. Deberíamos encontrar caminos que posibiliten ampliar las
proximidades positivas, para resistir las imposiciones del poder, los condicionamientos,
y dar pasos hacia nuevos habitus, que provoquen comportamientos armónicos.
La contemplación expresa un camino afirmativo que permite calmar el pensamiento
turbulento, de manera que nuestro “sistema nervioso” tome nota de la basura mental
que lo contamina. Ese estado subjetivo permite, además, realizar grandes labores de
memoria, posibilitando el florecimiento de la creatividad, a manera de despertares de
respuestas o soluciones imprevistas, tan necesarias para lograr resiliencia e innovación
social. Ideas e intuiciones muy difíciles de alcanzar cuando la mente se encuentra
adormecida, anestesiada.
David Bohm (2001) se preguntaba: “¿Existe alguna forma de despertar la acción creativa
en la mente? En mi opinión, esto solo se puede conseguir con la respuesta creativa de la
propia mente, amparada en esas ocasiones en las que parece que empieza a despertar.
Es como si el jinete, cuando lo sacan momentáneamente de su confortable estado de
somnolencia, pudiera ser consciente de las repuestas mecánicas que vuelven a
adormecerle (…) si somos serios respecto a ser originales y creativos, es necesario que en
primer lugar seamos originales y creativos respecto a las reacciones que no hacen ser
mediocres y mecánicos…”
Estas propuestas no han sido reflexionadas en los programas convencionales de
“desarrollo”, como los de ajuste al cambio climático, el “desarrollo campesino
agroecológico”, la erradicación de la pobreza y el hambre, la protección duradera del
planeta y sus recursos naturales, la promoción de la paz. El “desarrollo” convencional,
como teoría de modernización, no logra desprenderse de las instruidas concepciones
34
https://teandrico.wordpress.com/tag/byung-chul-han/
54
funcionalistas del sujeto racional, con sus juicios de eficacia, competitividad,
productividad, y rentabilidad, la idiotez de las etapas, desconociendo lo intangible, lo
cultural, la experiencia espiritual. El cambio de cultura subjetiva nunca ha sido
considerado como variable determinante del cambio socioeconómico; ha sido sometido
a la lectura de la cultura material, acomodándola dentro del desarrollo del progreso. Se
estanca en la concepción de la cultura concebida como “actividades artísticas, e
intelectuales”. Hay que proponer un caminar en contramano, dialogando. “El sujeto
histórico nuevo debe ser capaz de actuar sobre la realidad a la vez múltiple y global, con
el sentido de emergencia exigido por el genocidio y el ecocidio contemporáneo.”
(Francois Houtart, 2017)
Debemos ser capaces de ver con nuevos ojos esa realidad fantasiosa que nos infecta y
que se mantiene, porque replica negatividades y deseos que causan sufrimiento. No hay
que culparle de todo a los gobiernos colonizados y plutocratizados, por la desgracia y el
malestar que se vive, o a las políticas neoliberales de apertura y ajuste que imponen los
bancos, o a la gestión gubernamental de turno, que suman tantos “talentos” solo para
crear almas mediocres (José Ingenieros, 1913), como los responsables de todos los
sufrimientos de la población ecuatoriana. En manos de las elites, la mediocridad
positivista y economicista fabrica “modos de crisis” que justifican ajustes, coloniza las
mentes, intensifica sufrimientos. Es una máscara que esconde la crisis estructural del
sistema de capital en su conjunto, expresada en Ecuador. En realidad, por temor,
ignorancia y dependencia, por desconocer que somos oprimidos desde dentro, viviendo
una subalternidad invisible, por incapacidad de concebir alternativas poscapitalistas, por
borregos del rebaño plutocrático, principalmente, es que estamos jodidos, y “sin querer
queriendo”.
La emancipación del sujeto traduce un proceso de cambio que deberá ocurrir desde
dentro del mismo, y también desde dentro de las propias relaciones sociales y de poder.
No hay que realizar ninguna estupidez de “revolución ciudadana”, ni apoderarse del
Estado, ni expropiar a los propietarios de los medios de producción, etc., simplemente,
desde la micropolítica, darles otros signos a los comportamientos cotidianos, una y otra
vez; construir cambios “homeopáticos” positivos en la vida social, pero con capacidad
de producir transformaciones antropológicas más amplias. No es fácil ser autentico,
vivir de acuerdo a lo que realmente somos; el individuo común vive desubicado,
descontento, adormecido, anestesiado, alienado, desconectado, colonizado por dentro.
“El hombre no se conoce, no conoce sus límites, ni sus posibilidades, no conoce ni siquiera
hasta qué punto se conoce” (Piotr Ouspensky).
55
El "espíritu" del tiempo es una forma cultural de vivir en convivencia, un modo de
relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y la Naturaleza, una orientación
hacia el mundo, una “ética” o un código de valores, antivalores, actitudes y habitus. Es
la conciencia de nuestra época, los diversos comportamientos y valoraciones, y sin
embargo, una base racioemocional compartida, condicionada por el momento histórico
vivido, en el presente, el capitalismo neoliberal.
56
“La lógica del consumo no se deriva de la realidad de las necesidades ni de la fuerza
o prioridad que tengan, tampoco de la funcionalidad y utilidad de los objetos, sino
de las aspiraciones simbólicas instituidas por el sistema de signos. Las necesidades
no producen el consumo, el consumo es el que produce las necesidades (…) las
necesidades son necesarias, no para las personas, sino, sobre todo, para el buen
funcionamiento del sistema de signos, según una fórmula autorreferencial: sólo hay
necesidades porque el sistema necesita que las haya. Dicho de otro modo, detrás de
cada trabajador asalariado, hay un ‘consumidor saturado” (por lo que) la necesidad
es un modo de explotación igual que el trabajo. El consumo, al ser producción de
signos, es pues un ‘mecanismo de poder’: estaríamos de alguna manera obligados a
consumir sin saberlo.” (Jean Baudrillard, 2007)
En esta sociedad del turbo-consumo, el ruido, la prisa, y temor ansioso, del consumidor
alienado, muchas necesidades son creadas artificialmente, y son interiorizadas en la
mente y el cuerpo, causando varios malestares emocionales y psíquicos. El valor de
cambio del capital, buscando ganar más y más dinero, glorifica el consumo material o el
goce de signos, y atiborra a los grupos sociales divididos en segmentos, de mensajes
publicitarios – estímulos sensoriales – que generan y replican la ilusión de que los bienes
poseídos significan plenitud de vida. Y solo para “conseguir” el estatus buscado. El
capitalismo ha construido sus propias catedrales: los shoppings o malls, donde las
personas se transforman en consumidores adictos por lo superfluo y lo transitorio.
(Walter Benjamin, 1921) decía que “el capitalismo es una pura religión de culto, quizás
la más extrema que jamás haya existido. En él, todo tiene significado sólo de manera
inmediata con relación al culto; no conoce ningún dogma especial, ninguna teología. (…)
El capitalismo es la celebración de un culto ‘sin tregua y sin misericordia’ (…) el primer
caso de un culto que no expía la culpa, sino que la engendra”.
La culpa emocional que resulta del no poder comprar cosas, traduce una forma de miedo
condicionante de conductas y comportamientos frecuentemente negativos. No solo que
se enfrenta la desaprobación del Ego - el pecado de no participar en el culto del mercado
capitalista - sino que se sufre la exclusión interna por no acceder a las cosas que ayudan
a ganar status, los símbolos del arribismo social, las claves de acceso a las identidades
codiciadas. Cuando se consuma el consumo, los cuerpos cargados de deseos y pasiones
- la clientela - son biológicamente dominados por una suerte de adicción a la dopamina,
la substancia que produce neurotransmisión excitatoria. Esa culminación subjetiva de
tipo mercantil se vuelve un sistema de recompensa, con frecuencia insaciable. No solo
porque la subjetividad es constantemente ametrallada por la publicidad, por la envidia,
sino porque la escasez de dopamina genera ansiedad y estrés. Así, los impulsos
direccionados al empobrecimiento de la consciencia son básicos para dinamizar el
crecimiento del producto. Los poderes fácticos pueden chantajear a las almas comunes
con la amenaza de que la “mesa no está servida”.
El lema helénico “conócete a ti mismo” es tan necesario en la política educativa, entre
otros objetivos, para enfrentar el sentimiento de culpabilidad resultante de la
ingenuidad de consciencia.
57
• Compramos porque nos hacen creer que algo nos hace falta:
“compro luego existo”.
"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco"
De, Epicuro
59
categorías: hombre-mujer, sexo-género, amigo-enemigo, bueno-malo, natural-artificial,
mente-cuerpo, individual-colectivo, derecha-izquierda, bonito-feo, positivo-negativo,
ajuste-gasto, sujeto-objeto, Estado-sociedad, rico-pobre, permitido-prohibido, fuerte-
débil, proceso-estructura, orden-desorden, humano-animal, ortodoxo-heterodoxo,
“mesa servida” y “mesa no servida”, y así de continuo. No se permiten mezclas, no se
aceptan interpretaciones alternativas.
Por dualistas, separamos los conceptos que nos son antinómicos, mantenemos una
mente racional dividida en opuestos, sin opciones relacionales, sin observar “el camino
del medio”, o la llamada “lógica difusa”, sin buscar alternativas entre los campos
“borrosos” no binarios. “Es mucho más fácil pensar en términos de “o esto o lo otro”
que “ambos/y”, de A causando B en vez de A y B como mutuamente interdependientes”
(Alan Watts, 1995). El dualismo tiende a hablar o razonar solo desde un punto de vista,
descomponiendo la experiencia en categorías opuestas, mutuamente desafiantes. Lo
hace para que, en el cotidiano, continuemos siendo agudos y prácticos, lógicos y
formales, con capacidad de competir o pelear, listos para despertar emociones que
guíen acciones y agresiones.
En la vida política, no hay derecha ni izquierda política pura. Cuando estas corrientes del
capital ocupan el poder, casi todas se vuelven autoritarias, corruptas o mediocres; las
oposiciones se expresan como luchas entre lo bueno y lo malo, la verdad y la mentira,
60
el amigo y el enemigo, el fraude y la decencia, la impunidad del uno frente a la del Otro.
La “democracia” liberal emplea la estrategia de oposición practicada como intolerancia,
percibida como recurso funcional para agraviar al Otro, en la búsqueda del monopolio
del poder. Esa lógica polarizante, junto al inconsciente colectivo “huasipunguero” que
conllevamos dentro, alimentan el síndrome y calvario del “comerse mierda”. Tal
síndrome, mezclado de miedo y subalternidad, explica la falta de pasión por una política
transformadora y, también de indignación.
¿Cómo conseguir ser libres en una sociedad que replica su carácter sumiso e indolente
frente a sí mismo y los Otros? ¿Cómo superar los dualismos?
61
capacidad de los ecosistemas para gestionar los residuos generados por el uso de la
energía y los materiales” (ONU, Informe Global de Desarrollo Sostenible, 2019). En este
contexto histórico-social, nuestras mentes en incertidumbre se replican negativamente
una y otra vez, formateadas para buscar seguridad, priorizando el crecimiento de la
dimensión económica, lo que impide observar las pequeñas, imperceptibles y
constantes acciones que también agreden al ambiente, cotidianamente, incluyendo
convivencias descuidadas que llevan a la pérdida de biodiversidad, la contaminación
química,35 la acidificación de los océanos, la reducción de tierra arable, la deforestación,
la descongelación del permafrost ártico y la liberación ligada de metano a la atmósfera, 36
etc. Las mentes en descuido no se proyectan al futuro, se estancan en el pasado, se
distancian de lo estético, se infectan de suciedad. No existe ninguna propuesta
estratégica de carácter educativo que nos prepare para un posible colapso civilizatorio.
37
35
El mundo produce cerca de 10 toneladas de plástico por segundo. The Atlantic. 27 de febrero 2019.
36
https://www.youtube.com/watch?v=awNnw_e9KL8
37
Ver, https://ecomandanga.org/que-es-ecomandanga/
62
e. ¿Cuál crecimiento?
f. ¿Cuál pobreza?
g. ¿Cuál sostenibilidad? ¿Sostenibilidad o sustentabilidad?
h. ¿Cuál seguridad alimentaria?
i. ¿Cuáles necesidades y satisfactores?
j. ¿Cuál esencia de ser humano?: demens? sapiens? faber? habilis? stupidus?
k. ¿Necesitamos mismo “desarrollarnos” o debemos comenzar a pensar en el
decrecimiento económico y la resiliencia social?
63
Constructores del futuro
Del sueño, la ternura
Del hermoso murmullo
De la vida
64
abordar desde este punto de vista el problema de una equidad sin crecimiento
demuestran que para ellos el socialismo no es más que la continuación, por otros medios,
de las relaciones sociales y de la civilización capitalistas, del modo de vida y del modelo
de consumo burgueses (…) Hoy día la utopía no consiste en preconizar el bienestar por
el decrecimiento y la subversión del actual modo de vida; la utopía consiste en creer que
el crecimiento de la producción social aún puede aportar el super bienestar, y que dicho
crecimiento es materialmente posible. (André Gorz,1979)
En el presente, el consumo de la población mundial exige que se retiren de la superficie
terrestre, cada año, billones de toneladas de biomasa, minerales, metales y
combustibles fósiles; estamos agotando los suministros mundiales de agua. Ya casi
pasamos el límite.38 La destrucción ecológica y los desastres climáticos constituyen uno
de los rasgos constitutivos de la vida contemporánea. El planeta no soporta el aumento
del consumo de más de 7.300 millones de personas. Se observa un cambio climático
capaz de producir dinámicas exponenciales, al punto de provocar un geocidio. (Susan
George, 2016). No hay una respuesta desarrollista, capitalista y tecnocrática al cambio
climático. Es muy tarde para evitar que la temperatura del planeta limite su aumento en
1.5 grados Celsius; si se pudieran reducir las emisiones de gases de efecto invernadero,
probablemente ya ultrapasaremos la temperatura critica. Pero la evolución cultural
modifica los comportamientos humanos de forma imprevisible; la agitada vida política
y económica lo cambia todo de manera continua.
No sabemos cómo o no podemos evitar el colapso. Se requieren profundos cambios en
la cultura subjetiva.
Observamos una Naturaleza exhausta por agotamiento y devastación, mientras se
sostienen los privilegios de minorías que la explotan. En un planeta con límites ya
sobrepasados; urge reducir la fuerza de presión sobre la biosfera, priorizando el bien
común. Ello exige un cambio cultural, colocando la armonía, el cuidado y la creatividad
en el centro de las preocupaciones. Es necesario reconstruir la relación sociedad-
Naturaleza lo que implica modificar el modelo económico de crecimiento y el estilo de
vida preponderante, demandándose una concepción alternativa, nuevos enfoques,
nuevas culturas. Hay que intentar “frenar” al Antropoceno y su modernidad destructiva.
Imposible desdoblar un modo de vida más respetuoso con el ambiente natural
defendiendo la idea de acrecentar cada vez más la producción, sin mudanza de
mentalidades, sin valores éticos. Curar el agua, el aire y la tierra, y cuidar de la Naturaleza
es un imperativo existencial.
38
Jaume Terradas (2019) nos dice que “Desde el punto de vista ambiental, se aceptan nueve posibles
límites planetarios (aunque los valores-umbral que no se tendrían que pasar son discutibles). El Stock-holm
Resilience Centre (Rockström et al., 2009) los enumera así: 1) reducción de la capa de ozono; 2) pérdida de
integridad de la biosfera; 3) contaminación química y liberación de nuevas entidades; 4) cambio climático;
5) acidificación de los océanos; 6) consumo de agua dulce y el ciclo hidrológico global; 7) cambio del
sistema de usos del suelo; 8) flujos de nitrógeno y fósforo a la biosfera y a los océanos, y 9) carga de
aerosoles a la atmósfera.
65
• El “desarrollo” está en crisis y sus conceptos precisan ser
redefinidos
En esta crisis civilizatoria es preciso debatir reflexivamente sobre el valor ético de los
fundamentos y los conceptos hegemónicos del mundo que la producen y amplifican, y
también, sobre los términos y discursos sobre “desarrollo” que utilizamos, incluyendo
las decisiones metodológicas implicadas. Deberíamos intentar construir una
“modernización” más abierta, plural o diferenciada en el tiempo y el espacio, más
ecológica, constando la variedad de dinámicas socioculturales y los potenciales tan
variados, sin apegarse al modelo occidental como único referente; se demanda un
imaginario de diferencias articuladas.
Venimos “desarrollando” una sola visión de modernidad, percibida como universal,
como si ella sola pudiera revelar todas las trayectorias, historias y territorios. El
“desarrollo” actual de la modernidad no nos lleva hacia una nueva cultura planetaria,
pues se encuentra en constante flujo destructivo y carece de componentes
contemplativos. Necesitamos autoconvocarnos para imaginar un mundo nuevo,
moviéndonos hacia la ecología. Y para ello necesitamos las sugerencias de los místicos
planetarios; lo que ellos perciben los economistas ignoran. (William Irwin Thompson,
1987)
Deberíamos deconstruir y redefinir la idea del progreso y del “desarrollo”, pero: ¿Cuál
es la alternativa? No existe ningún imaginario de cambio que inspire a la humanidad
positivamente, y que impulse la subjetividad (Cornelius Castoriadis, 2002), un “mito
viable”, que no dependa exclusivamente de la prosperidad material: ¿Será posible? La
falta de ese imaginario compartido nos lleva a arrodillarnos frente a antihéroes y
antivalores. El mito del “desarrollo-crecimiento” debería ser sustituido por imaginarios
que busquen la felicidad y sustentabilidad, desplegando una revolución cultural, a partir
de una micropolítica dirigida a sostener la atención mental, y ganar significado para
orientar el sentido armónico y creativo en las relaciones, y con capacidad de resonancia
social. Esos imaginarios deben ser postcapitalistas y aplicarse desde modos sociales de
decrecimiento y cuidado ambiental, a riesgo de alimentar los actuales procesos suicidas;
se requieren otras racioemocionalidades económicas pensadas por otras ciudadanías.
66
Intuyo que instrumentos como el propuesto pueden ayudar a harmonizar las relaciones
sociales y desplegar nuevos modos de vida, a partir de valores éticos, sirviendo de
puente entre la micro y la macropolítica, el individuo, el colectivo y la Naturaleza.
Deberíamos imaginar una sociedad gobernada por principios de hermandad, de
aprendizaje constante, de cuidado y celosa innovación. Para ello, como veremos, se
demanda construir en “democracia” un nuevo “pegamento” subjetivo, narrativo y
colectivo, como el Buen Vivir, que inspire sentido de entusiasmo compartido, repleto de
diálogos, proximidades y sintonizaciones éticas, tejidas por vínculos y tramas de
comunicación educativa, plenas de signos compartidos, de esperanza y significaciones
parecidas, y así poder movilizar a las numerosas personas, de aquí, para allá y viceversa.
Es de ese contexto social y cultural que brotan las prácticas políticas que enriquecen la
democracia y generan nuevas instituciones. Este imaginario de cambio exige de nuestra
parte, creatividad y paciencia; se requiere sistematizar lo mejor del pasado, recrear las
buenas prácticas, darles un nuevo y positivo significado.
39
Carlos Jara (2017). Politigrama. SNPR.
67
condicionan, nos enseñan a repetir e imitar, a ser conformistas, sin cuestionar o abrirnos
a la consciencia. Nuestras escuelas no nos preparan para comer saludable,
Todos somos seres energéticos y las resonancias “ruidosas” del entorno, cargadas de
emociones negativas, generalmente atraen conductas y disposiciones acordes con las
mismas. Tales vibraciones se revelan y replican, como ambiciones, codicias,
competencias, irritaciones, brusquedades, etc., lo que intoxica el mundo cotidiano, con
neurosis e infelicidad.
Por cierto, hay también alegría y armonía en el cotidiano, pero estas no salen en los
telediarios, casi no tienen resonancia comunicativa. La estrategia del informativo es
colocar lo que acontece en el marco de relatos de miedo, colocando el cotidiano que se
percibe en climas de crisis. Los discursos sobre las inundaciones en Daule, por ejemplo,
son cargados de dramatismo y sensacionalismo, luego siguen los “culebrones” en la
Asamblea, la dictadura de Nicolas Maduro, las amenazas del Sr. Trump, la respuesta
asistencial de ciertos políticos, la farándula, etc. El ecosistema perceptual en el que se
68
mueve cotidianamente el sujeto social está contaminado de miedo e inseguridades.
(Anthony Giddens,2007) (Ulrich Beck,2006) (Zigmund Bauman, 2010). Nuestra
producción mediática sigue una lógica mercantil carente de ética comunicativa.
69
Ustedes no pueden velar
El cuerpo de mi marido
Al lado de ese tipo
Que la policía baleó
Tienen que disculparme
Imagino el sufrimiento
Perder un hijo tan joven
Mi Cicero
Murió trabajando
Por un tiro en la espalda
A las dos de la mañana
Al lado de ese cadáver
Su cuerpo no se va a enfriar
No trate de insistir
Al lado de ese bandido
Mi marido no va a estar
La seguridad psicológica, la calma subjetiva, la paz interna, no depende de las cosas que
vienen de fuera, sino de nuestra capacidad para comprendernos y quedarnos tranquilos,
viviendo esa praxis. Como ya sugerimos, para superar los temores, la desarmonía, el
descuido y la intolerancia, deberíamos poder desarrollar una con sciencia superior,
sumergiéndonos en el Yo verdadero.
70
Narco novela “El Cartel de Los Sapos”. Caracol. Colombia.
71
y solamente porque no cabe en la superficialidad homogénea de la masa. La
sostenibilidad de la homogeneidad demanda la destrucción de lo heterogéneo.
La mass media acciona procesos de modelamiento de nuestro mundo interno,
condicionando la manera de desear, experimentar, pensar, sentir, fantasear y
vincularse, de acuerdo a determinados moldes o circuitos comerciales; se opera
eliminando diferencias, pero simultáneamente, generando fragmentaciones sociales,
entumecimientos subjetivos que replican estados de apatía intelectual. En las “horas
pico” - de utilidad - somos ametrallados por trivialidades, por símbolos instintivos
envueltos en un torrente de futilidades dirigidas a que el espectador pierda la capacidad
de juzgar o interpretar el mundo; inducen superficialidad y actitud pasiva. Ello
empobrece la subjetividad, crean individualidades teledirigidas, sutiles adicciones a
fuentes que producen el miedo o deseo. Esa mass media es controlada por grupos de
poder (sobre) que, con frecuencia, se valen de la imagen unidireccional para hacer de
ciertos mafiosos, usurpadores y corruptos, de forma afectiva y eficaz, actores políticos.
Los mensajes de ideologización, crean y recrean culpables o enemigos, refuerzan
temores, fortalecen intereses. Son quienes deciden las pautas, las interpretaciones, las
líneas de separación entre lo verdadero y falso, lo correcto e incorrecto, lo decente y lo
deshonesto, lo que supuestamente le interesa al público; la ideología legitimadora.
Esos poderes son astutos, han logrado combinar el miedo ciudadano, el consumismo, y
el individualismo, en la producción del conformismo, la pasividad y la ignorancia.
Además, vigilan al sujeto que entrega cándidamente su intimidad al observador que lo
puede subordinar. El poder de los medios traduce la capacidad de influir las
comunicaciones públicas; así se subyuga a la población sin combatirla.
72
En la sociedad de consumo, frecuentemente somos seres parasitados por la publicidad
y la industria cultural, etc., que usualmente nutren la subjetividad de las negatividades
que les son funcionales. El cotidiano de la mente conciente se ve expuesto a diversos
vectores, negativos o positivos: autoritarios, solidarios, intolerantes, complacientes,
machistas, empáticos, cuidadosos, agresivos, etc., y todos ellos resuenan o vibran
excitados por emociones. Los estímulos nerviosos del contexto cultural resuenan, y
llegan a vivir dentro del cuerpo, proyectan las emociones en la forma de diversos
sentimientos, que pautan comportamientos. Al replicarse, traducen habitus o
disposiciones; el sujeto queda poseído por esquemas específicos de respuesta, según su
cultura y experiencia.
Con mucha frecuencia, en estos mundos materialistas y competitivos, esa posesión
emocional enactiva desilusiones; se construyen existencias hechas de decepciones o
frustraciones, que despiertan enojo o tristeza. No nos educan para la resiliencia o el
reajuste personal, o social; no sabemos cómo crear “capacidades de ajuste” para una
sociedad crecientemente cambiante y compleja.
¡Si, somos estúpidos! Mucho de las desgracias y miserias que sufrimos, individual y
colectivamente, resulta básicamente del “modo estúpido” como hemos organizado la
convivencia. Los estúpidos son peligrosos, y son muchos, operan impunemente en el
marco de una sociedad que “no tiene la mesa servida”, y que ha sido programada en
“modo crisis” por “malvados, erráticos, perversos y funestos racionales”. Muchos se
llenan de angustia y odio, exigen ejercer su libertad de consumir, mantenerse como
clase media, no importa que se intensifique el empobrecimiento y servidumbre de los
Otros.
73
“La persona inteligente sabe que es inteligente. El malvado es consciente de que es un
malvado. El incauto está penosamente imbuido del sentido de su propia candidez. Al
contrario que todos estos personajes, el estúpido no sabe que es estúpido. Esto
contribuye poderosamente a dar mayor fuerza, incidencia y eficacia a su acción
devastadora. El estúpido no está inhibido por aquel sentimiento que los anglosajones
llaman self-consciousness. Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más
natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes,
destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder dinero, tiempo, buen
humor, apetito, productividad, y todo esto sin malicia, sin remordimientos y sin razón.
Estúpidamente. (Carlo M. Cipolla, 1991)
Todavía creemos que el progreso soluciona los conflictos de la sociedad capitalista y que
el “desarrollo” económico, junto con las nuevas tecnologías van a resolver los problemas
de nuestras poblaciones marginadas, la pobreza y la desigualdad. Pero el imaginario del
progreso está en manos de estúpidos que defienden el neoliberalismo y detentan “el
poder político, económico o burocrático”, ignorando las negatividades que produce ese
modelo. Somos víctimas de la estupidez. Por estúpidos sostenemos un estúpido
sistema de acumulación, de concentración y exclusión radical donde una mayoría paga
la prosperidad de una minoría. Por estúpidos creemos que nuestra trayectoria futura
de país, deberá conservarse en el “patio trasero” de la sociedad capitalista
norteamericana, siguiendo los dictados de la insensatez racional neoliberal. Todavía
creemos que el Ecuador solo puede ser viable – con la “mesa servida - si solamente se
recorta el gasto público, se abren los mercados, se flexibiliza el sistema de relaciones
laborales y salariales, se abandona el proteccionismo, se desmonta la organización
sindical, se privatizan las empresas estatales, se protegen los derechos de propiedad, se
libera el mercado financiero, se fortalece una democracia (no) liberal al servicio de las
minorías, etc. Somos incapaces de procurar alternativas poscapitalistas, de reinventar
nuestras economías, de resolver los fracasos democráticos, democráticamente.
¡Tamaña estupidez!
A nivel global, estamos a punto de sobrepasar los límites de temperatura que desatan
irreversiblemente el cambio climático, pero muy poco estamos haciendo para revertirlo
dentro de las fronteras. Estamos usando los recursos renovables más allá de su tasa de
reposición; se estima que el Ártico tiene una tasa de perdida de grandes hielos de 14 mil
toneladas por segundo, tres veces más que en los años 80. (Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas).40 Contaminamos,
40
Greenpeace nos entrega la siguiente síntesis del informe: “Los cambios que está sufriendo el océano y
la criosfera (regiones congeladas) ocurren a mayor ritmo y en mayores zonas que nunca. Debido a la
complejidad del océano y de los sistemas de las regiones heladas, lentamente se empiezan a ver unos
efectos sin precedentes que pueden resultar irreversibles. Las zonas heladas del mundo se redujeron en
todas las regiones evaluadas. Esto incluye las capas de hielo, los glaciares, la cubierta de nieve y el
permafrost. El deshielo del permafrost bajo el escenario con un nivel de emisiones altas podría suponer
que se liberasen a la atmósfera desde decenas a cientos de miles de millones de toneladas de CO2 y
metano, empeorando la crisis climática. Los océanos se vuelven más cálidos, más ácidos y contienen
menos oxígeno, amenazando así tanto la vida de muchos ecosistemas como a las comunidades que
dependen de ellos. Además, los eventos extremos y el aumento del nivel del mar agravan los riesgos para
74
lanzamos los residuos al ambiente, destruimos los bosques, no protegemos la fertilidad
del suelo, privatizamos las semillas, eliminamos especies, erosionamos la diversidad
genética, y proponemos Mingas Agropecuarias que fomentan el uso de KITS que
reorganizan la producción, cambian las relaciones sociales y las laborales, conllevando
un amplio uso de insumos para el control de malezas, plagas y enfermedades – algunos
cancerígenos - y también fertilizantes artificiales. No somos responsable con las
generaciones que pertenecen al presente, peor con las del futuro. ¡Tamaña estupidez!
¡Si, somos cándidos y estúpidos! Ecuador sigue sangrando por sus heridas sociales y
culturales y seguimos replicando los mismos modelos de políticas públicas que cambian
casi nada. Seguimos votando por los mismos políticos mediocres, y por medio de un
sistema electoral que premia la demagogia y alienta el engaño a la ciudadanía. Seguimos
escuchando los discursos que queremos oír, muchos plagados de mentiras. Por
estúpidos firmamos acuerdos con el FMI y nos condenamos a la servidumbre histórica.
Si, somos estúpidos, los ciudadanos borregos van a votar de nuevo y elegir
autoritarismos. “Es inútil para los borregos pasar una regulación a favor del
vegetarianismo mientras los lobos mantienen el poder" Somos estúpidos, ignorantes y
subalternos. “En el mundo industrial moderno, las clases y las castas van perdiendo cada
vez más su importancia". Pero el lugar de las clases y las castas lo ocupan hoy los
partidos políticos, la burocracia y la democracia. En el seno de un sistema democrático,
las elecciones generales son un instrumento de gran eficacia para asegurar el
mantenimiento estable de la fracción entre los poderosos (…) Y las elecciones les
brindan una magnífica ocasión de perjudicar a todos los demás sin obtener ningún
beneficio a cambio de su acción. Estas personas cumplen su objetivo, contribuyendo al
mantenimiento del nivel de estúpidos entre las personas que están en el poder" (Carlo
M. Cipolla, 1991)
• Estupidez intestina
La insensatez racional, como sinónimo de estupidez o torpeza de comprensión,
engendra actitudes de agresión, sumisión y egoísmo. Estamos inmersos en entornos
rellenos de ruidos estúpidos, de tensiones y culebrones, de ingenuidades. Somos
esclavizados por el barullo, aplacados por la necesidad de conservar un cierto nivel de
sobrevivencia. Un grupo social emocionado negativamente, ensordecido, usualmente
no acepta razones, no evalúa o reflexiona, sesga sus conclusiones, y simplemente
porque los hechos exhibidos no se ajustan a sus pensamientos o relatos, creyendo
los seres humanos”. En, Nuestros océanos, nuestro clima, nuestra supervivencia: Las principales
conclusiones del informe especial sobre los océanos y la criosfera del IPCC (SROCC). Septiembre 2019.
https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2019/09/IPCC-Oc%C3%A9anos-y-Criosfera-
2019-3.pdf
75
apenas lo que se quiere creer. Las negatividades usualmente son traducidas en pasiones,
polarizan nuestras decisiones, llegando inclusive a borrar los límites entre lo correcto y
lo incorrecto. Las personas le “paran bola” más a su onda emocional que, a sus lógicas,
más a las imágenes que a su juicio racional. Tales ambientes nos condicionan a cometer
patrones repetitivos de conducta y comportamiento, algunos relativamente rígidos y
perversos, incluyendo aquellos que se predisponen a violentar los derechos humanos,
como la crueldad machista. Las negatividades se gravan en los campos inconscientes de
la mente, activando la pulsión más primitiva del cerebro “reptiliano”, la protección;
ocurre una suerte de encarnamiento de la dependencia, que reduce al sujeto a un
estado subyugado.41
Las resonancias negativas del contexto, al vibrar hacia los sujetos vulnerabilizados,
llegan a esculpirse en el cuerpo, traduciendo habitus negativos, al quedar parasitados
por patrones específicos de respuesta de la mente y el cuerpo.
El temor se acuesta con la ansiedad y se levanta con el estrés, y esta respuesta del
organismo, usualmente no es percibido como una amenaza al bienestar físico - aunque
el sujeto desarrolla enfermedad - sino ante el peligro imaginado de no encontrar “la
mesa servida”. La única forma de lograr adaptarse es consumiendo, comiendo, tomando
alcohol, wasapeando, trabajando sin parar, fornicando; cualquier cosa que
supuestamente alivie la situación, agravándola. Estamos dominados por dentro, sin
“querer queriendo”, creamos futuros, con los mismos instrumentos del pasado.
Seguimos los pasos de las llamadas sociedades “desarrolladas”, que también se
presentan como agitadas, ansiosas, distraídas, estúpidas, individualistas, fragmentadas,
líquidas, insatisfechas, superficiales, impacientes, inseguras, incapaces de vivir el
41
El sistema perfecciona la asistencia a los vulnerables, crea bonificaciones selectivas, de la mano con
muchas ONGs, especializadas en acoger a los pobres dentro de la economía neoliberal, caritativamente.
76
presente, y muy dependientes de los mensajes o estereotipos proyectados por los
“Otros”, para pensar, sentir y actuar, casi automáticamente. (Amador Fernández-
Savater, 2017). En todas partes existimos añadiendo estrés al estrés. No es real esa
imagen de estabilidad y moderación que proyectan, por ejemplo, los ingleses.
Vivimos en tiempos de nervios nerviosos, en Caracas, en Guayaquil, en Fortaleza, en
Calcuta, en Lima, en tantos otros lugares. “La destructividad, la frustración y la
inseguridad son las características de nuestro tiempo: somos la sociedad del miedo,
donde dominamos la cultura del enemigo. “(Vittorino Andreoli, 2018)
77
pobreza que viven, la simple carencia de recursos, la vulnerabilidad, e indigencia, lo que
crea separatividad. Esa aporofobia, hoy afirmada por ciertas ideologías, no está
prohibida, pero su presencia acompaña a la discriminación, al racismo, el “odio al otro”,
principalmente si es indígena, negro, migrante, vendedor ambulante, etc.
Supuestamente, los pobres son seres pecaminosos, vagos, descartables, percibidos
como obstáculos al “desarrollo”. En la mente inconsciente llevamos negatividades que
nos separan del Otro, normal y automáticamente, sin “querer queriendo”. (David. R.
Williams, TEDMED, 2016)
• Un miedo histórico
El sentimiento de miedo impuesto por las elites dominantes viene de antaño, del pasado
colonial y esclavista, inclusivo en los procesos de cristianización. El “miedo al más allá”
caminó de la mano con la apropiación de los territorios y la sujeción de las comunidades
indígenas, esto es, con el proceso de acumulación primitiva. (Yesit Leonardo Silva
Medina, 2015). Durante el régimen de hacienda, no solo que se conformaron jerarquías
sociales imbuidas de estatus simbólicos, de privilegios raciales, de monopolio de la
tierra, particularmente entre patrones y campesinos, sino barreras de distinción a partir
de las cuales se construyeron las relaciones de explotación entre los mismos. La
hacienda fue un territorio de castigo, de resistencia y activismo, de dolor y resignación,
de benevolencia y paternalismo.
Siempre, las clases “superiores” que ejercen el poder afirman su hegemonía en la
ideología y la fuerza del temor que, como energía subjetiva y destructiva, permite
controlar a su modo e intereses las conductas sociales. Los que exhiben poder
económico y político, que usualmente no son los gobernantes, entienden muy bien las
necesidades de protección y certidumbre que tienen los seres humanos, y se valen del
miedo como instrumento para preservar sus intereses. Las clases privilegiadas también
tienen miedo de cualquier resistencia, y deben hacer todo lo posible para reducir al Otro,
percibido como enemigo. El miedo se ha convertido en la condición objetiva de la
subjetividad en este momento de crisis capitalista. (Brian Massumi. 1993) El miedo
queda gravado en la consciencia colectiva, se replica, se encarna, impide la rebelión,
debilita la resistencia, la esperanza de emancipación; hasta llegar a instalar una cultura
marcada por conformismo, el síndrome de “comerse mierda” o la resignación. Ese
miedo histórico es muy difícil de olvidar, y simplemente porque no depende de la
voluntad racional, sino del esfuerzo de conocimiento de sí mismo.
La discriminación racial, por ejemplo, queda instalada en la memoria individual y
colectiva del grupo apartado; gravada en los registros neuronales, las sinapsis
electroquímicas, la historia personal y grupal. Se replica por medio de las políticas
públicas, la gestión institucional, la distribución del presupuesto, et. Tal es el peso nocivo
de la discriminación racial, que las personas de color, según estudios científicos, llegan
a expresar niveles bajos de autoestima y vitalidad, cansancio y propensión al consumo
de alcohol, causando diversos efectos negativos en la salud mental. “Las marcadas
diferencias raciales en salud y su persistencia no son hechos fortuitos. Tampoco pueden
78
entenderse como un simple reflejo de diferencias raciales en el comportamiento o los
rasgos biológicos individuales. Por el contrario, hay abundantes pruebas que reflejan en
gran medida la aplicación de determinadas políticas. El racismo ha sido el germen de un
sistema organizado de políticas y prácticas orientadas a crear desigualdades raciales. Se
necesitan estudios para determinar la forma en que las grandes fuerzas de la sociedad
influyen en las creencias y el comportamiento individual y se combinan con otros
elementos y vulnerabilidades, afectando a la salud. En última instancia, los factores
sociales afectan a la salud por medio de mecanismos y procesos fisiológicos específicos.
(…) Las diferencias raciales en la salud reflejan en gran medida el efecto del entorno
social y la acumulación de adversidades en múltiples campos.” (David R. Williams (s/f)
El miedo en la vida pública, la ansiedad ciudadana, es posible de ser modulada ahora
desde los sistemas de alerta: amarillo, naranja o rojo. “Toda la población se volvió una
red de nerviosismo, una red neuronal distribuida registrando en masa cambios de
cantidad, en un estado de desconcierto total, al ritmo de los saltos entre los niveles de
color (…) El gobierno adquirió una señal de acceso a los sistemas nerviosos y
expresiones somáticas de la población, lo que le permitió evitar las mediaciones
discursivas de las cuales tradicionalmente dependía, y producir efectos regularmente
con una inmediatez nunca antes vista (…) Como William James argumentó
estupendamente, el miedo alcanza el cuerpo y lo compele a la acción antes que él pueda
registrarlo conscientemente. Cuando registra, una comprensión aumenta desde la
acción corporal ya en camino: no corremos porque sentimos miedo, sentimos miedo
porque corremos. James quiere decir “conscientemente con miedo”. Ya hemos
comenzado a experimentar el miedo de manera no consciente, envueltos en la acción,
antes que se despliegue desde ella y que sea sentido como tal, en su distinción de la
acción a partir de la cual él surge (…) El miedo, al nivel de la pura activación en el tiempo
deslizado de la amenaza, es la intensidad de la experiencia y no todavía el contenido de
ella. La amenaza ataca el sistema nervioso con una dirección que impide cualquier
separación entre la receptividad del cuerpo y su entorno. El sistema nervioso es
conectado directamente al comienzo del peligro” (Brian Massumi. 2015)
79
Los gobiernos deberían crear instrumentos para construir convivencias pacíficas –
economías pulsionales positivas - creando las condiciones culturales favorable, pero no
lo hacen, porque mucho del mercado que domina la vida social se nutre del
fortalecimiento de la violencia. Porque: “Existe una interdependencia estrecha entre
estructuras sociales y estructuras emocionales. (…) Cuando en tal o cual región el poder
central se fortalece, cuando obliga a los hombres a vivir en paz en un territorio más o
menos extenso, se asiste también a un cambio progresivo de la afectividad y de las
normas de la economía pulsional”. (Norbert Elias. 1973). El hambre, la ansiedad de
consumo, el instinto sexual, la insatisfacción, el temor, la agresividad, la indignación, el
“comerse mierda”, todo se vuelve una manifestación pulsional internamente
inseparable. (Michel Wieviorka, 2017)
80
Desde ese plano es posible originar un auténtico proceso de superación de las
emociones destructivas, como el temor y el rencor, incluyendo el conjunto de los anti-
valores culturales o habitus negativos. Ello constituye componente fundamental de la
ecuación para el despliegue de la paz, la creatividad y la sustentabilidad.
81
uso arbitrario del poder (sobre) o la autoridad, por pequeña que sea, posibilitando
replicar una diversidad de prácticas corruptas que permiten la obtención ilegal, ilegítima
y perversa de beneficios particulares, que afectan al bien común.
• La corrupción pública
“El poder absoluto corrompe absolutamente”.
Lord John Acton (1834-1902)
Comencemos hablando de la corrupción pública, la lacra social que entrega ventajas
abusivas a una autoridad gubernamental, sea que la ganancia se consiga explícitamente,
prevaricando, o de forma pasiva, persuadida por el corruptor. En países como el nuestro,
la corrupción es un habitus que expresa la viveza y perversión social del poder, la
negación de la ética. La cultura política ha instalado una verdadera cleptocracia,
mantenida en una sofisticada red de complicidades empresariales, camufladas y
sostenidas por las comisiones ofrecidas por las sociedades bancarias, fiduciarias y demás
guaridas financieras, la mayoría offshore. Los paraísos fiscales internacionales son
estructuras de ocultamiento de la corrupción y están al servicio casi exclusivo de las
cleptocracias que lucran de la liberalización financiera. Mucho de la riqueza privada
fluye hacia estas guaridas financieras (Suiza, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Bélgica,
Liechtenstein, Mónaco, Islas Caimán, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Panamá,
Bahamas, Islas Caimán, Bermudas y Mauricio). 42
42
Magdalena Rua (2017) nos dice que: “Las personas multimillonarias y las empresas multinacionales
cuentan con múltiples asesores en materia contable, impositiva, financiera y legal, que les asisten para
eludir o evadir impuestos a través de las guaridas fiscales. Entre los estudios contables, se destaca la labor
de los Big Four (los “cuatro grandes” estudios multinacionales de auditoría, consultoría e impuestos) que
brindan el servicio de planificación fiscal orientado a minimizar los impuestos globales de los grupos
económicos. Entre los servicios de planificación fiscal, se encuentran los llamados “precios de
transferencia” para empresas multinacionales, referidos a los precios de las operaciones intragrupo (entre
entidades vinculadas), que en muchas ocasiones son fijados arbitrariamente por estos expertos con el
objetivo de dirigir la mayor cantidad de beneficios del grupo hacia una guarida fiscal, con la finalidad de
eludir impuestos. A la vez, estos grandes estudios son los encargados de auditar los Estados Contables de
estas empresas, emitiendo dictámenes que avalan sus operaciones. Por otro lado, los bancos
internacionales, a través de sus unidades de private banking, y las boutiques financieras dedicadas al
wealth management (administración de fortunas), brindan servicios de asesoría y gestión de inversiones
para personas con altos patrimonios y las entidades a ellas vinculadas. Los servicios incluyen la apertura
de cuentas bancarias offshore de personas físicas y jurídicas, asesoramiento en fusiones y adquisiciones, y
en transacciones en el mercado de capitales, planificación de sucesiones y asesoramiento de inversión en
distintos instrumentos financieros. También se ofrece la interposición de sociedades offshore, fundaciones
o trusts, constituidos en guaridas fiscales con la finalidad de encubrir a los verdaderos titulares de los
activos. En muchas ocasiones, las grandes firmas de abogados o los pequeños estudios jurídicos
82
La corrupción pública se refiere a un complejo de antivalores que se vienen replicando
desde la cultura colonial del “cumplo(y)miento”, (la ley se acata, pero no se cumple)
atado a la ambición de riqueza fácil, que lleva al engaño, la estafa, el “blanqueo”, el
saqueo, sin cualquier escrúpulo. La corrupción ha sido interiorizada en la cultura política,
al punto de ser impuesta como natural, llegando a formular sus propias costumbres y
reglas, sus mecanismos y tramas normativas, sus discursos y comportamientos, sus
redes de lealtad y estrategias de impunidad.
La corrupción traduce una relación asimétrica de fuerzas, parte del sentido de abuso de
poder, es acompañada por un cálculo racional gatillado por el afán de lograr riqueza por
vías ilícitas, y se apoya en la complicidad del Otro. La ganancia ofusca el sentido de
envidia de los individuos que logran cualquier espacio de poder, como fuerza que
enactiva la práctica corrupta en beneficio personal. La complicidad es la energía amoral
que circula por la red de corrupción, se afirma en el reconocimiento de las “habilidades”
del Otro, no solo para encubrir la acción, sino para valerse de sus servicios y medios en
provecho económico.43 En el marco de ese abuso ilegal o perversión antiética, no solo
el empresario, el ministro, el alcalde, el negociador, el funcionario público, el financista,
el inversionista, el contratista, el consejero, etc., sino los sujetos afectados por la codicia
y la insensatez racional, han creado justificaciones en torno al comportamiento
corrupto, llegando a mostrarlo como situación normal a seguirse, y simplemente porque
se ha creado una percepción de la impunidad. Todo es posible cuando se mercantiliza la
dignidad, se contamina la responsabilidad civil, el sistema judicial, la fiscalía, la policía,
el ejecutivo, la legislación, etc.
El ilegalismo ha terminado enraizándose en la cultura. Se percibe como tontería no
entrar en la “sapada”, no ser “avispado”, no aprovecharse del cargo, pasar como “gil”.
Al “sapo vivo” le apasiona ser corrupto, es un versado en “dolo económico neoclásico”,
y trata de lograr el mayor provecho posible de la situación. Además, refuerza su alarde
y malicia a costa de la incapacidad institucional, y la candidez del ciudadano ignorante.
La corrupción no es tanto un problema que se resuelve colocando una Comisaria en cada
esquina, aunque fuera gestionada por arcángeles armados, sino un problema complejo
que supone formular instrumentos de cambio cultural, enfrentando los anti-valores y
negatividades que bailan en la subjetividad. Karl Popper preguntaba: ¿Cómo se pueden
organizar las instituciones políticas, de modo que se impida que los gobernantes malos
e incompetentes hagan mucho daño? Hay que trabajar en la dimensión emotiva,
cultural, espiritual de los pueblos.
especializados son quienes se encargan de montar estas estructuras societarias en las guaridas fiscales,
en conexión con los bancos internacionales.” En, La arquitectura offshore global y su impacto en los países
en desarrollo.
http://opinionsur.org.ar/wp/la-arquitectura-offshore-global-impacto-los-paises-desarrollo/
43
La complicidad conduce a crear los chivos expiatorios se han convertido en “tongos” de tendencia
nacional; el cómplice, “se las sabe todas”.
83
• El Servicio Ampliado - SAF del FMI: un acuerdo político
racionalmente insensato, o sea, estúpido.
LA DEUDA
De, Antonio Preciado, 1993
Es que en la operación algo está mal,
es que no aprendí bien
o es que, por el contrario,
la vida nunca a mí me dio esa clase;
pero, si dividen entre pocos
un país suficiente para todos,
un Ecuador entero,
múltiplo nacional,
dividendo abundante,
no entiendo por qué tienen que prestar,
arrastrar y prestar,
arrastrar y prestar
para que sólo a ellos les alcance.
Son las grandes contradicciones y las pequeñas estupideces las que sacuden
negativamente al Ecuador. Nuestra cultura política no ha aprendido a vivir sin
corrupción, sin mentiras, sin atemorizar al pueblo. La democracia (no) liberal que
practicamos se ha vuelto indispensable para asignar al orden autoritario un tufo de
legitimidad moral. La “cultura” política que empuja la sociedad nos ha llevado a un
callejón sin salida; no está inspirada en ninguna ideología auténticamente ética y
democrática. En general, esa cultura contiene elevadas dosis de hipocresía, cinismo,
incluyendo sutiles expresiones de crueldad social y ambiental. Hoy se gobierna desde
los intereses de las clases corporativas vinculadas a las oligarquías locales, los poderes
extranjeros y los organismos multilaterales, como el FMI, siguiendo las recetas del
sistema global neoliberal.
Ecuador ha “decidido” aplicar políticas de afianzamiento fiscal, a espaldas de los
Derechos Humanos, y los de la Naturaleza, buscando equilibrar los presupuestos
públicos, cueste lo que cueste. Esa decisión viene definida por el FMI, organismo
“especializado” en empodrecer a los pueblos en nombre del ajuste de los
“desequilibrios” económicos, estado natural del capitalismo. Nuestras autoridades han
olvidado que cada decisión política es una oportunidad moral para construir el bien
común y que, si no consiguen elevarse por encima de su egoísmo, no es posible lograr
cambios fundamentales para el bienestar de todos. Lo fundamental, el objetivo central,
es crear las condiciones para activar el crecimiento económico, no importa que este
aumente el conflicto entre el capital, la vida y el trabajo; es la lógica no lógica de los
negocios aplastando a los derechos. Se vienen ajustes, ya se aplican reformas
84
estructurales centradas en el achicamiento del Estado, la contracción del gasto social y
la sociedad orientada por el mercado.
La salida de la crisis formateada por los neoconservadores es pensada desde la
intensificación del más de lo mismo; tomar dinero de los pobres, para dárselo a los ricos.
El objetivo no es solo reducir el intervencionismo del Estado en los mercados,
recortando los gastos sociales, sino consolidar la dominación de clases altas, afirmando
el poder financiero y creando una economía de sirvientes. Las elites “nacionales” se
encargan de realizar el trabajo sucio de los poderosos grupos financieros globales. Se
vale de la cultura de consumo implantada en la clase media para habilitar subetivamente
sus medidas de ajuste.
Observamos a un gobierno que trabaja para una minoría selectiva - para un puñado de
cámaras productivas y comerciales - camuflado bajo discurso de ser un “Gobierno de
Todos”. Esta orientación hacia el poder económico, a espaldas del bien común, traduce
un sutil acto de insensatez política, de estupidez. En el discurso de los tecnócratas,
legitimado por no pocos medios de comunicación, la mentira pública respecto a los
efectos “positivos” del ajuste, viola normas éticas y erosiona la confianza; es un
periodismo disciplinado y amamantado por las tetas del poder que elabora las visiones.
Tal poder es perverso, intenta destruir la institucionalidad construida, erosionar la
legitimidad del “viejo Estado”, privatizar los espacios de decisión, convertir los servicios
sociales en formas de negocio propias de la economía de mercado y los intereses de las
corporaciones. Mientras se distrae a la ciudadanía con esos “culebrones” propios del
proceso de destrucción de la institucionalidad, se construyen nuevas “reglas del juego”
para la cultura organizacional y empresarial, funcionales al neoliberalismo. Tenemos
instalada en el poder una oligarquía que posee control, no solo sobre los recursos
económicos, sino sobre los medios de comunicación, que se apropian de la opinión
ciudadana. La subjetividad ciudadana en las manos de la “bestia” ideológica y su cálculo
dirigido a mantener a los seres humanos en la estupidez, lejos de la consciencia y la
autenticidad. La emancipación interna del sujeto es una condición que debe evitarse a
toda costa.
Tomar decisiones estratégicas que beneficien principalmente los intereses de
segmentos sociales minoritarios, corporativos, a costa del conjunto del pueblo,
constituye falsedad pública, aunque el acto no sea ilegal. El coeficiente ético de ciertas
autoridades gubernamentales es muy bajo; se vale de la demagogia que apela a la
sensiblería –“ proteger a los pobres y más vulnerables” - para mantenerse en el poder.44
“Y hace que, a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una
marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el
que tenga la marca: el nombre de la bestia…” (Apocalipsis 13:17). El nombre de la
“bestia” es la estupidez política exhibida mediante la corporatizacion, conmodificación,
y privatización de servicios o bienes públicos, la privatización de las semillas y los
44
“Las falsas promesas solo se cumplen cuando se rompen. Si no se rompen, son doblemente falsas”
(Martin Hopenhayn, 2014).
85
materiales genéticos, el asalto los bienes comunes, la mercantilización de la Naturaleza,
etc. Con el SAF, inclusive en el marco de la “eficiencia” asistencial del MIES, es muy
posible que aumente la intensidad de la vulnerabilidad. Es la pobreza lo que sitúa a niñas
y mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad. (Gloria Camacho, 2014)
Programar al actual Ecuador económico en “modo crisis”, por incapacidad política y
técnica para formular políticas innovadoras, y llevarlo al diecinueveavo “acuerdo” con
la Banca Multilateral, es empujar al país hacia un “Sacrificio Ampliado” - SAF - para la
desigualdad, exclusión, recesión y el empobrecimiento. No estamos solo ante una crisis
de deuda pública - financiera -, sino ante una crisis de responsabilidad privada frente al
fisco; porque a la burguesía comercial, industrial y financiera no le gusta pagar
impuestos.45 Es dar rienda suelta a los modelos empresariales definidos por las cámaras
de producción y endosar la dinámica parasitaria del capital financiero. Volvemos a
refrendar la norma del cinismo neoliberal: “se privatizan los beneficios, pero se
socializan las pérdidas”. Las catástrofes sociales, por dolorosas que sean, no son vistas
como violaciones de derechos, pues, según los ortodoxos, son parte de los costos de
hacer negocios. Con el “modo crisis” no se desestabiliza al gobierno, sino a toda la
sociedad; es una forma muy sutil de realizar una guerra económica.
El “respaldo” financiero tipo SAF del FMI – dígase Estados Unidos – (junto al Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco de Desarrollo de América
Latina, el Banco Europeo de Inversiones, el Fondo Latinoamericano de Reservas y la
Agencia Francesa de Desarrollo), conlleva condicionalidades que necesariamente
suponen más concesiones; más liberaciones; más ajustes de tuerca en el sistema laboral;
más neo-extractivismo; más despojo de los bienes comunes; más supresión de
subsidios; más recortes en el gasto social y en el sistema de pensiones; más
desmantelamiento del bienestar; más emisiones de bonos; más gradualismo fiscal; más
transferencia de rentas desde las clases populares a las clases altas; más impuestos al
consumo – IVA-; más fuga de capitales,46 inclusive una posible “desdolarización”; más
inversión de los segmentos adinerados en los mercados bursátiles; más privatizaciones;
45
“Según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), 215 grupos económicos adeudan U$ 2.260 millones
al Estado; son U$ 655 millones de perjuicio al fisco por empresas fantasmas; U$ 4.700 millones salieron a
paraísos fiscales (hay unos U$ 30 mil millones en esos paraísos); en aduanas el perjuicio por facturas
falsas es de U$ 2.100 millones. Las 500 mayores deudas al fisco suman U$ 1.363,5 millones y las 500
mayores deudas impugnadas U$ 2.937,6 millones. La presión fiscal es de apenas el 2.29% (IR sobre total
de ingresos) para el total de grupos económicos y menor al 1.5% para 78 de esos grupos (es decir, pagan
menos de 2 dólares por cada 100). Un estudio de la PUCE (2014) demostró que dominan en la economía
ecuatoriana los monopolios y los oligopolios, que hay baja responsabilidad social de esos grupos, que
tienen una fuerte estructura ‘familística’, y que sus ingresos representan el 46% del PIB. No es cierto que
los ricos empresarios “también” pagan impuestos.” (Juan J. Paz y Miño C. 2018)
http://www.historiaypresente.com/ecuador-paraiso-tributario-monetario/
La Ley Orgánica para el Fomento Productivo, Atracción de Inversiones, Generación de Empleo, y
Estabilidad y Equilibrio Fiscal, define exoneraciones del pago del impuesto a la renta hasta por 20 años;
también reduce impuestos, autoriza salidas de capitales, afecta los derechos laborales. Los empresarios le
deben al fisco
46
La fuga de capitales resultante de una posible liberalización de la balanza de pagos, sería un factor
decisivo de desdolarización. Al Estado no le será posible endeudarse más, no habrá recursos para la
inversión, los empresarios van a continuar evadiendo el pago de varios tributos.
86
más ganancias financieras; más víctimas del machismo;47más inseguridad alimentaria;
más explotación de la fuerza de trabajo; más automatización de los procesos laborales;
más precarización y estrés entre los trabajadores; más modernización agropecuaria,
acaparamiento de tierras y descampesinización; más producción de agrocombustibles
por el encarecimiento de la energía fósil; más acometida contra los sindicatos; más
intercambio desigual entre Ecuador y los mercados externos; más destrucción de las
economías territoriales; más empobrecimiento rural; más reducción del ahorro; más
sufrimiento social o insalubridad psicológica; más incertidumbre; más destrucción de la
Naturaleza; más destrucción de la institucionalidad; más pueblo sin democracia; más
represión; más exclusión social; más inseguridad y violencia social; más segregación de
las comunidades indígenas; más falsas verdades; más oportunismo político; más
subjetividades alienadas y oprimidas; más estupidez y temor social; más sufrimientos
intensos; más polarización social; etc. (David Harvey, 2012). Hemos abandonado la
soberanía política, la monetaria, la económica y la presupuestaria.
Los neoliberales saben muy bien - en nuestro caso la burguesía exportadora y financiera
vinculada al capital trasnacional - que es “peor el remedio que la enfermedad”, porque
conocen que el capitalismo no puede ampliarse sino sosteniendo el “modo crisis”. En
ese contexto, el sujeto común es llevado a la agonía, contaminado por una codicia
desenfrenada. Se tratará de convencerlo sobre la bondad de las medidas para calmar su
sufrimiento. No les importa si la población asume consumos tipo “basuras” y que
permanezca sumida en la precariedad más absoluta; hay que seguir exportando
materias primas y productos de bajo valor agregado e importar bienes y servicios de alto
valor agregado. El “modo crisis” se alimenta de la inestabilidad económica y del miedo
colectivo, de la candidez ciudadana, de la incertidumbre, allanando poco a poco el
camino a los populismos de derecha: social cristianos, movimiento CREO. Esas ideologías
actuales son, sin embargo, “para la mente lo que el excremento es para el cuerpo: los
restos agotados de ideas una vez vivas.” (W.I. Thompson, 1989).48
Hay demasiada mediocridad dentro del Estado para formular estrategias alternativas de
salida del “modo crisis económica-financiera”; principalmente para protegernos de las
garras de la banca financiera, y su perversa bioeconomía extractivista, que ahora
produce valor extrayéndolo de la propia subjetividad del ser humano. Dadas las
condiciones actuales de debilidad organizativa de la sociedad civil, la clase trabajadora,
la desarticulación de las organizaciones campesinas, las posibilidades de cambiar el
modelo de “desarrollo”, de reestructurar el Estado ecuatoriano y reorientar la
economía, sin muy reducidas. Tampoco hay propuestas alternativas en la izquierda
política; los movimientos tradicionales de la lucha social como los trabajadores,
47
Como lo demuestran los estudios realizados en India por Vandana Shiva.
48
Las ideologías son experiencias vividas y replicadas por los sujetos; se construyen y replican en el
cotidiano, dentro de prácticas sociales y visiones del mundo estipuladas, que reflejan los intereses del
poder dominante. La hegemonía traduce una dinámica cognitiva que lleva a los grupos sociales a que
consientan la dominación de forma inconsciente e incluso, a veces, encontrando “agradable la forma y el
contenido a través del cual esa dominación se manifiesta”. (Peter MacLaren. 1995)
87
organizaciones campesinas, pueblos indígenas, ecologistas, profesores y estudiantes
universitarios están fragmentadas, debilitados por la “Revolución Ciudadana”.
La incertidumbre empobrece las almas, aprisiona la conciencia, condiciona la
perplejidad en el pueblo, impulsa al ciudadano a realizar cualquier acción para sostener
su subsistencia, alimenta el miedo, esclaviza las almas de los pueblos. A los bancos no
le importan las experiencias subjetivas negativas que brotan entre los ciudadanos, la
sensación de angustia, el deseo de sobrevivir. El FMI solo entiende de pobreza como
problema de insuficiencia de ingresos, la inequidad y el sufrimiento social le es
irrelevante; interesa la rentabilidad de los negocios, el “salario flexible emocional”,
abolir el sábado como día de descanso obligatorio, borrar la contribución empresarial a
la seguridad social, etc. El interés público se vuelve bazofia.
Las medidas de ajuste tomadas por el gobierno, sobre una economía que ya sufre de
fragilidad estructural, en este momento de ralentización del comercio y la economía
mundial, cuando estamos “cambiando de ciclo histórico”, por las guerras tecnológicas y
arancelarias; la incertidumbre sobre términos comerciales; la devaluación de las
monedas de los países en vías de desarrollo; la Cuarta Revolución Industrial (4IR); la
volatilidad financiera; las amenazas bélicas; la posible ralentización de la economía
global: el desempleo tecnológico;49el cambio climático; la rápida transición desde un
unipolarismo angloamericano hacia una multipolaridad; una posible pérdida de la
hegemonía del dólar como moneda internacional de reserva; la alta volatilidad del
precio del petróleo; la desindustrialización productiva y laboral promovida por la
neoliberalismo; la reprimarización de las economías periféricas; los acuerdos
comerciales asimétricos; las condonaciones irresponsables de impuestos; las
49
En la Cumbre de Davos se anunció hace pocos meses que, a nivel mundial, unos 75 millones de empleos
serán desplazados y el 42% de las habilidades laborales corren el riesgo de desaparecer, por los robots y
la automatización, y en los próximos 5 años. ¿Cuál será la situación del Ecuador, frente a este escenario
de desplazamiento y exclusión laboral? ¿Cómo vamos a costear esta transición, qué alternativas para los
trabajadores y los campesinos? ¿Qué estamos pensando y haciendo para construir el futuro del trabajo
en el Ecuador? Los ajustes que implementa la “cuantopolítica” no colocan realmente al ser humano en el
centro de la ecuación del “desarrollo”; no estamos invirtiendo en conocimiento, ni en resiliencia, peor en
aprendizaje para toda la vida. El cambio técnico para el aumento de la productividad va a tomar mucho
tiempo, creando desempleo durante la transición. Ecuador pasa por un proceso de desindustrialización;
los trabajadores van a ser desplazados de la agricultura, las artesanías, la manufactura, los servicios, y
también, de las ocupaciones administrativas y gerenciales. Bajo el dominio de minorías egoístas, no
sabremos que trabajos van a sobrevivir en la estructura laboral del Ecuador; más allá de disponer de
abundante mano de obra y salarios bajos, como quieren los “ajustadores” que controlan la economía.
Seremos competitivos teniendo un gran contingente de trabajadores “esclavos”. No sabemos, no se
estudia sobre la cantidad del empleo que corre el riesgo de ser sustituido por la automatización, cuáles
son las ocupaciones más vulnerables. Muchas de las habilidades que hemos aprendido en el colegio y en
la universidad, ahora son obsoletas. En estos tiempos de ajuste, las políticas públicas no tienen capacidad
de compensar el impacto del shock tecnológico. Ver, Bughin J., M. Chui, M. Dewhurst, K. George, J.
Manyika, M. Miremadi y P. Willmott. 2017. “A Future that Works: Automation, Employment and
Productivity.” McKinsey & Company. Tambien, AfDB, ADB, BID, EBRD (African Development Bank Group,
Asian Development Bank, Banco Interamericano de Desarrollo, European Bank for Reconstruction and
Development). 2018. El futuro del trabajo: perspectivas regionales. Washington, DC.
88
migraciones internacionales; el descrédito de la clase política; las resistencias anti
extractivistas, etc., anuncia una callada catástrofe.
Pasamos de un “modo crisis” formateado a otro construido, en el marco de un contexto
demasiado incierto que traduce muchos desafíos sincrónicos, que no podrán
enfrentarse con las instituciones actuales. Si encuadramos lo anterior en el contexto de
la ineficiencia de la gestión pública, el debilitamiento institucional, la desconfianza
popular en el gobierno, la fuerza de la impunidad, los indignos factores de ilegitimidad
política (Estado y empresarios), la desatención de las políticas públicas hacia la defensa
de los Derechos de la Naturaleza y el Bien Estar Social; la dinámica de los nuevos
movimientos sociales anti extractivistas, el aumento de las tasas de desempleo, el
crecimiento de la pobreza rural, etc., el futuro se presenta demasiado incierto. El
llamado “riesgo país”, como indicador de cumplimiento del pago de la deuda externa,
no va a caer significativamente, pudiendo inclusive aumentar.
Pronto observaremos las presiones para privatizar la infraestructura (carreteras,
transporte aéreo, telecomunicación, etc.), los servicios sociales (seguro de pensiones y
de enfermedades, sistemas de capacitación y formación) y, finalmente, el medio
ambiente, para dar paso a la bioeconomía y las llamadas industrias “verdes”.
El FMI estima que la economía mundial pasará de crecer 3.7% en 2017 a solo 3.6% en
2019, significando que el contexto internacional es adverso. Aunque sabemos que, con
altos o bajos niveles de crecimiento, no cambiarán las desigualdades, no habrá
redistribución del ingreso, ni Bien-Estar para el pueblo. Siempre, siempre, los beneficios
son acumulados por quienes detentan el poder mientras que los costes los asumen los
segmentos populares. Es una estupidez política lo que estamos haciendo; el monto
otorgado por el FMI equivale al valor que fuera registrado por el Servicio de Rentas
Internas (SRI) de USD 4.295 millones por concepto de la evasión tributaria, cortada al
mes de mayo de 2018. Eso se llama socialización de las deudas privadas.
Hay analistas del J.P. Morgan que anuncian una posible crisis financiera en torno al 2020,
afectando la dinámica de todo el sistema económico mundial. El mundo observa como
la nueva economía globalizada transforma las plataformas industriales y desplaza a
millones de trabajadores; como se desmaterializa la producción por impacto del
creciente aumento del conocimiento en el proceso de creación de valor. 50 Hemos
consolidado un modelo insustentable de modernización agropecuaria dedicado a
destruir a las economías campesinas y fortalecer la agroindustria y la agroexportación. 51
No parece correcto afirmar que el resultado del ajuste va a traducir mayores
oportunidades de inclusión para nuestros trabajadores, los migrantes del campo y del
extranjero, los minifundistas asalariados. En un país como el nuestro, cuyas clases
dominantes no han logrado cambiar la matriz productiva y cognitiva, solo el Estado, en
50
https://hbr.org/2017/04/the-countries-most-and-leastlikely-to-be-affected-by-automation
51
Sería suficiente una inversión pública cercana a la que se ha realizado y realiza para desarrollar la
agricultura empresarial bajo esquemas de agronegocio para tener soberanía alimentaria y haber incluido
a millares de agricultores de base familiar.
89
el marco de otra economía, va a poder absorber dignamente la mano de obra
desocupada. Y estamos erosionando al Estado, en nombre de la competitividad.
Volvemos a creer en Ronald Reagan: “El Estado no es la solución, es el problema”.
Las recetas de los ortodoxos neoliberales – un patético club de estúpidos cognitivos – se
mantienen aferradas a un contexto preñado de incertidumbres, a coyunturas macro del
pasado, que ya no existen. Las políticas de ajuste se “deciden” siguiendo recetas, sin
otras opciones que impliquen menos metabolismo ambiental, mejores convivencias,
nuevas formas de vivir y producir, nuevos patrones de consumo. No hay pensamientos
alternativos, ni iniciativas creativas, no se abren espacios de innovación que puedan
anunciar un cambio sustantivo en el pensamiento económico, distinto a la ortodoxia y
la heterodoxia. Nuestra población no entiende todavía que su pobreza de conciencia e
ignorancia está íntimamente relacionada con el modo estúpido como las oligarquías han
buscado su progreso. Es tiempo de reemplazar el modo dogmático de orientar la política
económica, por un aprendizaje basado en la ética, la justicia y la sustentabilidad;
rediseñar las políticas públicas y las instituciones, salirse del libreto neoliberal, insistir en
los cambios de valores culturales. Es tiempo de pensar en transiciones, desde visiones
alternativas.
La salida del “modo crisis” socioeconómica que se mantiene al Ecuador, no se reduce a
la esfera económica, es esencialmente cultural y pasa por un profundo cambio en
nuestro modo de vida, en la cultura subjetiva. No se habla de la crisis de los “contratos
sociales”, de los mitos de la distribución del ingreso, la movilidad social, la cultura
política, la deslegitimación de ciertas instituciones representativas; la crisis de los
afectos, de los relacionamientos y las vecindades. Es urgente abrir caminos políticos en
dimensiones desconsideradas, como en el campo del fortalecimiento de los valores
positivos. El problema fundamental del “modo crisis” es la estupidez cognitiva de la clase
dirigente, que defiende ciegamente la lógica del crecimiento y la acumulación del
capital, sin importarle el bien común. No se trata solo de cambiar la calidad del
crecimiento económico, sino de prepararnos culturalmente para desplegar una nueva
sociedad.
Hay que buscar alternativas de política pública, desde marcos teóricos ajenos a la
estupidez, y desde otras prácticas políticas: la tolerancia hacia el otro y la prudencia
institucional, es decir, de la decisión de vivir un Estado de Derechos. No se trata
solamente de condenar al neoliberalismo, sino al modelo económico capitalista que lo
construye.
Parecería que los valores éticos y la física cuántica pertenecen a campos muy distantes.
Los valores tocan a un mundo subjetivo, racioemocional y cultural, lo cuántico tiene que
ver con lo que ocurre en el mundo subatómico. Pero el mundo cuántico no está
separado de nosotros, esencialmente “es nosotros”, que también es Naturaleza y
Cosmos. Es el campo oculto y diminuto, plagado de micropartículas y ondículas, que da
luz a las estrellas, los bosques, los ríos, los frutos de la tierra, mariposas, flores, gatos, a
todos los seres humanos. Todo está hecho de partículas subatómicas. Los quarks, los
electrones que configuran esta mesa sobre la que escribo, no son muy diferentes,
aisladamente, a los quarks que forman mis neuronas cerebrales. Esta mesa, el
computador, mis manos, etc., todo lo que me rodea es hecho de ondas invisibles de
energía e información. Se revelan como solidas porque vibran a diferentes frecuencias,
y son registradas diferencialmente por mis sentidos; sus cambiantes materialidades
explican las diversas maneras como las partículas se relacionan, respecto al enorme
vacío que las abraza.
Asimismo, los quarks, protones, neutrones y electrones que forman cada partícula
neuronal de mi cerebro, las neuronas, los microtúbulos, operan íntimamente
relacionados, ayudando a producir mi mente, y las ideas y símbolos que escribo en este
momento. Al hacerlo, muchas de mis neuronas se interconectan y reciben millares de
millares de relaciones sinápticas articuladas con otras tantas neuronas, mediadas por
neurotransmisores, receptores y sustancias químicas. ¿De dónde mismo sale el
pensamiento, las ideas, producto de esta rapidísima interacción? ¿De las neuronas o de
la propia consciencia? Intuyo que mediante la actividad neuronal, las ondas se vuelven
partículas y viceversa; emerge una compleja red de interconexiones dinámicas
expresadas en procesos cognitivos.
Las ecuaciones de la física cuántica nos dicen que estas súper-enanas partículas no están
hechas de materia sino de energía y que giran sobre sí mismo – a la manera de la danza
Sufí de los derviches - o sea, tienen spin. Estas partículas se componen de vórtices de
energía en constante vibración. Traducidas en dinámicas neuronales, ellas constituyen
92
verdaderas redes de subsistemas que se ubican en diversas “regiones” del cerebro
trìuno, enviando señales multidireccionales. Mientas escribo esta línea, mis ideas son
transmitidas por vía neuronal, por medio de neurotransmisores, mis dedos interpretan
las señales subatómicas, la palabra cuántica queda reflejada en la pantalla del
computador. 52
Las ideas brotan de la mente, que para nada es reducida a una cosa material, a la masa
cerebral, a pesar que la enactiva el propio proceso biológico-cerebral. (Carlos Jara,
2008). Mi mente percibe el mundo del que forma parte y habla por medio de símbolos,
no se comunica a través de un lenguaje de máquina, ni se vale de ningún elevado
algoritmo, de cualquier software. Se vale de las representaciones, de los esquemas
subjetivos de pensamiento, y de la consciencia, que no está dentro de mi cabeza, sino
que constituyen procesos ubicados alrededor y dentro de mí. Mis ideas están fundadas,
además de las creencias culturales, en los campos (in)conscientes del propio “yo
profundo”, solo accesibles por medio de la intuición; tienen imprecisión existencial.
Cuando actuó, generalmente despliego energías que siguen las pautas de mis valores,
de aquello que se nos presente como bueno. Esos campos no tienen partículas
asociadas, están lleno del “vacío” que construye la esencia del Ser. Todos somos el
regalo misterioso de ese Vacío, de esa consciencia que existe por fuera del tiempo y el
espacio; una “realidad” no explicada por las leyes de la física cuántica, peor de la
mecánica, o la electromagnética. No existe ningún experimento que explique esta
misteriosa metáfora, o sea, el cómo desde la consciencia profunda se enactiva la función
de onda del conocer.
Los científicos que se ocupan de lo inmensamente pequeño - lo cuántico - han venido
insinuando que el observador-participador es el verdadero “creador” de la “partícula”
llamada realidad. Inclusive, hay corrientes místicas que sostienen, por igual, que la
materia solo puede ser percibida mediante la observación, pues de lo contrario se
mantiene oculta. En esos niveles fundamentales los fenómenos físicos asumen
dinámicas y formas inesperadas. El hecho es que nos deparamos frente a lo
impredecible, donde todo ocurre en rápida fluidez, donde las partículas aparecen y
desaparecen, se materializan y se vuelven ondas, obligándonos a interpretar la realidad.
La realidad se crea en respuesta a la consciencia, a la experiencia compartida del
observador. Participamos en la estructuración de la realidad de la que somos parte y
mediante la consciencia que esta por todas partes.
Podemos afirmar que la materia y la mente son entidades codependientes. (Dalai Lama,
2006). La mente es una compleja red de intercomunicación social dentro de la cual,
metafóricamente, el sujeto es como “un transformador en una instalación eléctrica”
(Alan Watts. 1995). Somos nosotros quienes creamos ese “algo” a partir de lo que es
invisible, o considerado racionalmente como “nada” – la consciencia - , y por el simple
hecho de observar esa energía en fluidez. Ese “algo” no son cosas sino sistemas, esto es,
“despliegues” resultantes de relaciones entre elementos o factores, irreducibles a las
52
Cuando escribí la palabra cuántica todo era presente, ahora quedó en el pasado.
93
partes, que al autoorganizarse dan nacimiento a emergencias o nuevas configuraciones.
Cognitivamente, nos alejamos del mundo de las cosas u objetos, que usualmente son
pensados como las verdaderas realidades, con identidades que solamente se explican
por la ciencia, seccionándolas, midiéndolas, y cuyos cambios suponen una progresión
lineal.
53
Digo relativamente porque en el mundo de lo intangible solo baila la metáfora de la posibilidad. Las
leyes de la física cuántica son estadísticas complejas que no determinan el curso futuro de la evolución
de manera lineal; cada nuevo momento que pasa no necesariamente está relacionado mecánicamente
con el anterior, significando que hay espacios para que ocurra emergencias creativas, no determinadas.
(David Bohm, 2008).
94
sentimos constantemente amenazados por un riesgo potencial; si la ansiedad es elevada
la cognición negativa persiste, se alarga en el tiempo.
La física cuántica nos enseña que la realidad que observamos es apenas relativamente
real y que en el mundo existente generalmente acaecen probabilidades, que tienden a
concretarse según las energías o voluntades del observador, individual o colectivo, lo
que propicia el despliegue de realidades. Talvez ello explique el porqué de las
percepciones y valoraciones sociales que, al ser pensadas desde el materialismo y el
mecanicismo, dominando el cotidiano, no dejan de proyectar la quimera del progreso,
básicamente cuantitativo, que apuesta en el crecimiento de los objetos.
La física cuántica también nos enseña que la información o desinformación que circula
entre nosotros constituye, en esencia, ondas de energía, cuya comunicación se traduce
en señales sutiles captadas por las mentes. Toda la vida es aprendizaje e información
expresada mediante ondas de energía. La física cuántica nos dice que los pensamientos,
las emociones y las acciones están estrechamente entrelazadas. Las emociones son
energías, ondas que se incluyen en la materia al ser comunicadas y guiadas por la
intención consciente. La energía comunicativa no viaja de un sujeto a otro (porque
estamos todos interconectados); y simplemente despierta lo que ya está en nosotros.
(Carlos Jara, 2018). Somos energías emocionales siempre en potencia; nos componen
tanto las emociones positivas como las negativas.
Existe una suerte de "proyección mental" de esas emocionalidades, hacia los Otros,
hacia la Naturaleza, y dentro del contexto en el que estamos insertos, lanzando
sentimientos, forjando valores, replicando comportamientos, afirmando habitus.
Existen diferentes “tipos” de energías valorativas – emocionales - que nutren el
cotidiano, que nos llevan a actuar de una u otra manera, desde diversas frecuencias
vibratorias, respondiendo a fuentes socioculturales parecidas. Cada sujeto escoge
culturalmente la energía conductual que mejor se acople a sus necesidades, su
experiencia acumulada, entre las posibles respuestas que le ofrece su entorno, su clase
y grupo social, denotando diversas intensidades de fuerzas o valoraciones. Pueden
brotar múltiples comportamientos, cada uno con su fuerza energética, su carga de
negatividad, sin embargo, semejantes. Esas energías circulan intersubjetivamente. La
clave subjetiva es saber cuál de esas fuerzas se vuelven resonantes, dominantes, y se
replican, lo que depende del nivel de consciencia. La realidad cotidiana se va
construyendo con cada acción y relación, reflejando valores, modelando realidades, sea
de forma de consciente o programada por el sistema, de forma voluntaria o inducida.
Como observadores participantes, somos y construirnos lo que sentipensamos al
relacionarnos con los demás, desplegamos resonancias conductuales, acumulamos
experiencias en la memoria. Hay transferencias de energías emocionales que afirman la
bondad, el cuidado, la justicia, la gratitud, la responsabilidad, y otras que apuntalan los
antivalores del arribismo, la corrupción, la deshonestidad, la injusticia, la intolerancia, el
machismo, la crueldad, etc. Es así como inconscientemente se replica la lógica del
sistema capitalista, coherente con ciertos principios de percepción, valoración y
95
actuación negativa, rigiendo la aprehensión de la realidad, naturalizando antivalores
que promueven una suerte de “lucha de todos contra todos”.
Todo ello significa que el contexto cultural no está allí afuera, sino dentro de nosotros.
Nosotros influimos en la concreción de la realidad; simultáneamente, el contexto influye
y resuena en la redacción subjetiva y comportamental del nosotros. Las energías
desplegadas tienen vibraciones que impregnan positiva o negativamente en la
subjetividad, condicionando comportamientos. En cada momento histórico hay ciertos
deseos o apetitos que dominan la cotidianidad humana, estableciendo el “clima” de la
interacción, replicando pasiones que ya residen en la esencia del ser humano.
Dependiendo del clima emocional, del “aroma” energético, del nivel de consciencia, no
somos concientes de que, en diversas ocasiones, nos domina el cerebro reptil - el lado
animal de nuestra mente - aunque podamos experimentar la ansiedad, por ejemplo, de
no acceder a una Coca Cola. (Carlos Jara, 2018) No nos damos cuenta que somos
dominados por las energías de la separación, del disgusto, o que tenemos hambre de
afecto, amistad y amor.
La vida subjetiva y el cotidiano, que pueden ser potenciales para la creación de una
nueva sociedad, son contaminadas por las negatividades, coherentes con la destrucción,
con el impulso de thanatos, que usualmente salen al palco de la vida mediante la
agresión y la violencia. (Sigmund Freud, 1976). Vivimos una cultura de competencia que
conduce a la separatividad, a reproducir interacciones de lucha. La mercantilización del
cotidiano impide nutrir aquellas actividades y valores humanos elevados, como el amor,
caridad, solidaridad, respeto, honestidad, cuidado, etc.; las cuestiones ontológicas como
la bondad, el altruismo, la belleza, la compasión, la verdad, etc., son ridiculizadas. La
economía capitalista ha transmutado en virtudes los antivalores de la codicia y la
ambición, tanto en el individuo como en el colectivo. Deberíamos formular nuevos
conceptos económicos, no reducidos a la utilidad centrada en la renta del capital, sino
en términos de los beneficios a todos los factores, ambientales y sociales, implicados en
la actividad.
Es así como reducimos las posibilidades de buena transcendencia humana; nos
estancamos en la ignorancia y la estupidez, vivimos sometidos por el temor.
Deberíamos aprender a crear ambientes sociales afectivos y amorosos que ayuden a
desplegar energías positivas, tejiendo una intersubjetividad apacible; desplegar
comunicaciones coherentes con la emergencia de los Buenos Vivires. La ciencia nos
demuestra que ningún otro emocionar nutre tanto a la inteligencia como el amor. El
afecto. El emocional amoroso - una experiencia subjetiva de intensidad positiva - nos
permite aproximarnos empáticamente, construir comunidad, asociarnos e integrarnos,
movernos armoniosamente con los demás, mejorando constantemente la calidad del
aprendizaje; cultivamos los sentimientos y los ánimos agradables que activan el
pensamiento creativo y la ampliación de la mente. Se aprende a amar amando, nunca
desde la tosquedad. Es desde el emocional amoroso que podemos darnos cuenta de
nuestra propia alienación, de las opresiones ocultadas y refrendadas por los medios de
comunicación.
96
Pensando en los valores éticos, intuyo que podemos convertirnos en arquitectos
creadores de nuestras buenas circunstancias, si solamente pudiéramos armonizar las
energías de nuestros pensamientos y emociones positivas, coherentemente con
nuestras acciones, en niveles superiores de consciencia.
• Crisis de Valores
Un ambiente marcado por la “crisis de valores”, expresa el síntoma de una más amplia
y profunda “crisis social” caracterizada por la prevalencia de los “valores de mercado”
que dan paso al nihilismo, donde todo es vago, determinado por las fuerzas de la
presiones políticas, sociales o emocionales. Aquí sostenemos que los valores son
realidades simbólicas colectivamente producidas, y son creados en la relación para
demandar adhesiones compartidas que ajustan los comportamientos y los vínculos
sociales. Toda sociedad convierte en valores aquellas realidades, que le conceden
cohesión interna, amplían y favorecen sus condiciones de existencia.
Nunca fuimos seres sociales iluminados únicamente por el farol de los valores éticos.
No me gusta hablar de recuperar, rescatar o perder valores, como lo hacen los
nostálgicos conservadores. Cada época, tiempo y territorio conlleva sus ambientes,
morales, sus valores culturales, pero ocurren cambios en las condiciones de vida, en las
estructuras sociales, económicas y políticas, también en la ecología, que exigen nuevos
modos de comportamiento y significaciones para el cotidiano. Ahora debemos transitar
desde el neoliberalismo hacia una ecología de la consciencia. Vivimos en una sociedad
donde las conductas y los comportamientos están reforzados por la cultura del mercado
97
y las mercancías. Esa cultura contamina tanto a la izquierda como a la derecha política,
están esencialmente unidas por la misma visión modernizadora y materialista del
mundo. Una sociedad dominada por la plusvalía del capital – por el egoísmo -
difícilmente acepta a los otros en ella, necesariamente se vuelve injusta. Se requiere
sabiduría y ética para conciliar la justicia y la indignidad, la vida armonía y la negatividad.
Ambientes negativos tienden a generar racioemocionalidades negativas y vinculantes,
cotidianos plenos de anti-valores.
Las divisiones sociales – el rechazo a la pluralidad, la xenofobia, el machismo - no se
explican solamente por las asimetrías de poder, constituyen un encuentro subjetivo
entre valores y anti-valores que se replican en la vida cotidiana. Una pugna traducida en
infelicidad. Pudiéramos amortiguarlas, si solamente pudiéramos introducir en la
ecuación de la convivencia, de la democracia, los valores del principio femenino,
enfrentando subjetivamente el poder del patriarcado, para evolucionar como
comunidad de seres humanos, bajo la misma luz de la consciencia. El principio femenino
es necesariamente luminoso, como el masculino, pero son pervertidos por el
patriarcado, la ignorancia y la estupidez. (Murata, Sachiko. 2001).
98
para romperla.
Podemos cambiar el “aroma” emocional del barrio, la “melodía” cultural de las personas
y comunidades, con pequeños movimientos de conducta y comportamiento, repetidos
y repetidos, hasta cosechar virtudes. Se trata de promover nuevos aprendizajes,
mediante interacciones educativas, que emocionen, para que emerjan nuevas prácticas
y comportamientos, una y otra vez en la cotidianidad. Todo aprendizaje articula
pensamiento y acción.
99
La reflexión – el espacio entre la deliberación y la acción – tanto sobre nuestra
peregrinación en el mundo, como sobre las prácticas cotidianas, conduce a comprender
el sentido de nuestras conductas y comportamientos, clarifica los pensamientos sobre
nosotros mismos, y posibilita descubrir las habilidades y valores que conllevamos, las
positivas, como a empatía y el cuidado, o las negativas, como la discriminación o el
machismo. Pero no nos educan para exigirnos sensatez a nosotros mismos, no
criticamos lo que pensamos, no nos ensenan a comprender la realidad que observamos
desde adentro. Tampoco nos educan para transitar por el posible macroproceso de
colapso.
Jorge Wagensberg decía: “El conocimiento sin crítica es más preocupante que la crítica
sin conocimiento”. Es muy difícil juzgarse a sí mismo, elevarse por encima del propio Ego,
para iniciar ese camino hay que nutrirse de la calma; el Ego siempre nos lleva primero a
juzgar a los demás. El proceso de emancipación que supone el despliegue de la Paz
interna, depende de la reflexión y del mejoramiento continuo de nuestra capacidad de
pensar creativa y críticamente, para darle sentido a la vida constituyéndonos en sujetos
de conocimiento, lo que supone, no solo tomar consciencia de las opresiones y descubrir
las verdades que nos apresan en el mundo de mentiras, sino realizar esfuerzos de
transformación de uno mismo, liberarnos de condicionamientos, aprender a SER, para
así envolvernos en la acción social y política. Pero la reflexión que queremos no se afirma
en la fuerza de las razones, en la clarificación o coherencia lógica de medios y fines, el
cálculo racional de ventajas o desventajas vinculado a la optimización, la consistencia
entre los hechos y las acciones, la deliberación de lo correcto conforme a criterios
calificados como “objetivos”, etc. Martín Lutero, afirmaba que la razón era “la mayor
de las putas que tiene el diablo”.
100
Lo que creemos ver
101
Operan tres sistemas neurales y mentes entrelazadas y tres vías de aprendizaje. El
cerebro trìuno permite explicar el comportamiento humano desde una perspectiva más
integrada. (Paul MacLean, 1990). Cada uno de ellos tiene estructuras fisiológicas
diferentes, y también procesos químicos, pero son una trinidad única, lo que ha
posibilitado el desarrollo de un sistema mental evolucionado.
Edgar Morin (2000) nos habla de los tres cerebros, esto es, del circuito
razón/afecto/pulsión: “Encontramos...una tríada bioantropológica distinta de
cerebro/mente/cultura: parte de la concepción del cerebro triúnico de Mac Lean. El
cerebro humano contiene: a) paleocéfalo, heredero del cerebro reptiliano, fuente de la
agresividad, del celo, las pulsiones primarias, b) mesocéfalo, heredero del cerebro de los
antiguos mamíferos, en el cual el hipocampo parece ligado al desarrollo de la afectividad
y la memoria a largo plazo, c) el córtex, que, ya viene desarrollado en los mamíferos,
llegando a incluir todas las estructuras del encéfalo y a formar los dos hemisferios
cerebrales, que se hipertrofia en los humanos en el neocórtex, que es la sede de las
aptitudes analíticas, lógicas, estratégicas, que la cultura permite actualizar
completamente..”
De hecho, desde los niveles (qualias) más profundos del inconsciente, mental
respondemos rápida y visceralmente a estímulos, antes que nuestro nivel conciente
tome nota de la experiencia que ocurre. Hay estudios que demuestran como las
decisiones que creemos, que son concientemente tomadas, ya han sido decididas varios
102
segundos antes, principalmente, a nivel del cerebro “reptil”. Adaptado o condicionado
para permanecer a la defensiva, en estado de alerta, sea procurando sexo o protección,
el cerebro reptil esta siempre listo para la competencia, procurando seguridad.
Las tres mentes son complementarias, y también “encontradas”, haciendo que en la
psiquis se produzca un constante flujo de encuentros entre la pulsión, el corazón y la
razón. La estructura mental triúnica no es dominada por la razón, existiendo un vínculo
neuronal permutante, que hace que la racionalidad, con frecuencia, no sea una instancia
dominante. La pulsión miedosa, el sentido de desprotección, la mentalidad paranoica,
usualmente se acompaña de respuestas agresivas o de escape, eventualmente
contaminando la convivencia, llegando inclusive a condicionar un clima social
amenazante, incierto y riesgoso. Cuando el miedo - que tiene diversas caras en los
diversos momentos históricos - es percibido como una realidad cotidiana en diversas
esferas de la vida social, se crean lenguajes infectados por el terror y la búsqueda de
seguridad, solo para lidiar con la experiencia temerosa. (Óscar Useche Aldana, 2008). Se
levantan los espantos de las dictaduras, se renuncia a la libertad para rendirse a la
prepotencia, y en algunos países, se asume a la kakistocracia (el gobierno de lo
mediocre, lo sórdido, lo peor, lo viciado, lo ignorante), como medida salvadora.
(Michelangelo Bovero, s/f) Combinan el poder, el oportunismo, la “ni chicha ni
limonada” y la ganancia.
En el cotidiano que vivimos, hay sentimientos que regularmente nos acosan, por
ejemplo, el temor al despido. La emoción del miedo invade nuestra existencia, si somos
uno de los 20.000 burócratas cesados por el actual Gobierno, para hacer felices a los
cabecillas de las cámaras de la producción, los empresarios rentistas, los economistas
con visión neoliberal, y el FMI. Son muchas familias sufriendo; al sudor frio por la
angustia, se suma la perdida de autoestima, frustración, rabia e impotencia.
103
corteza cingulada anterior dorsal y la corteza prefrontal dorsolateral),54 las respuestas
conductuales, aprendidas, innatas, o condicionadas, son rápidamente emitidas,
ocasionando cambios fisiológicos: aumento del metabolismo celular, la presión arterial,
glucosa en la sangre, aumento de la respiración, liberación de hormonas del estrés, más
adrenalina en las células, etc.
Como veremos, para emanciparnos, debemos calmarnos, y para ello, talvez podamos
concentrarnos en la experiencia del instante, desde el silencio (Freddy Ehlers, 2004)
acompañándolo, sin juzgarla. En el centro de la emancipación, que exige conocimientos,
se encuentra un proceso de conversión espiritual que implica un cambio de mentalidad,
de actitudes, habitus negativos y comportamientos.
54
Aina Ávila Parcet y Miquel Ángel Fullana Rivas (2016). El miedo en el cerebro humano: La sensación
de temor depende de una compleja red cerebral, no solo de la amígdala, como se pensaba hasta ahora.
Investigación y Ciencia.
https://www.investigacionyciencia.es/files/23528.pdf
104
conocimiento sobre los seres humanos puede ayudarnos a encontrar mejores formas de
gestionar las cosas humanas. Hace algún tiempo que los seres humanos atraviesan una
nueva fase evolutiva en términos intelectuales, en la cual sus mentes y cerebros tanto
pueden ser esclavos como dueños de sus cuerpos y de las sociedades que constituyen. Es
claro que hay inmensos riesgos cuando los cerebros y las mentes que vinieron de la
naturaleza resuelven hacer el papel de aprendiz de brujo e influenciar a la propia
naturaleza. Pero también es arriesgado no aceptar el desafío y no intentar de minimizar
el sufrimiento. Los riesgos de no hacer ninguna cosa son mayores. Hacer solo lo que la
naturaleza dicta solo puede agradar aquellos que no consiguen imaginar mundos y
alternativas mejores, aquellos que piensan que ya están en el mejor de los posibles
mundos. “55
• Emancipación humana
El fin de la emancipación humana, y principalmente, de la esclavitud política, es reducir
la ignorancia y hacer del ser humano un ser social integral, psicológicamente autónomo,
creativo, cuidadoso, digno, empático, saludable, sensible, solidario, reflexivo, libre de
opresiones, de poderes autoritarios, de temores, con fortaleza interior, armonía y salud,
para enriquecer su propio adelanto positivo, su felicidad y bien-estar, en comunidad.
(Carlos Julio Jara, 2013). “Somos hijos del amor, por lo tanto, no es difícil sospechar, que
nacemos para la felicidad” (Facundo Cabral). Y todo debe comenzar dándonos cuenta
de quienes somos.
• Armonía y sustentabilidad
La construcción social de la harmonía en la convivencia, nutriendo el sentido de
comunidad, es un requisito fundamental para desplegar la sustentabilidad, y también
para establecer sociedades unidas, creativas, justas, pacificas, ingeniosas, inclusivas,
inteligentes y cuidadosas. Ese “clima” se posibilita construyendo densos vínculos de
comunidad en escala territorial, para facilitar la interacción entre vecinos. Debemos ser
capaces de reconstruir los territorios, no solo en términos económicos y políticos, sino
culturalmente, enriqueciendo las capacidades de innovación social y uso prudente del
potencial endógeno en la solución de los problemas, como la solidaridad y los valores
necesarios para lograr lo apropiado y lo bello. Debemos recuperar – y reintegrar – en los
espacios y actividades educativas esos aspectos hoy tan descuidados: la apreciación y
educación artística, ambiental, deportiva, moral y cívica, que son la base de la síntesis
clásica entre la disciplina y el gozo, base de la más sana convivencia
Deberíamos construir y poner a prueba nuevos instrumentos y trayectorias de
“mudanza planificada” y enriquecer éticamente las viejas fórmulas del “desarrollo
humano”, partiendo de valores positivos y saberes locales, y el diálogo reflexivo,
conciente, calmado, afirmando derechos.
55
Antonio Damásio (1998) O erro de Descartes. OP. Cit. Pag 286 Traducción mía.
105
Deberíamos ser capaces de aplicar o instrumentar, de validar y explicar los fenómenos
que producen despliegue y resonancia de armonías sociales. Para lo cual es necesario
abrirse hacia nuevas hipótesis, no derivadas solamente de las leyes convencionales de
la física y la química, o sea, de la ciencia mecánica convencional.
Aquí proponemos valernos de principios conectivos y elementos causales no físicos,
afirmando que existen interacciones entre la mente consciente y el contexto social, que
ejercen influencia mutua, por medio de factores no físicos, sobre los comportamientos
de las personas. (Rupert Sheldrake, 2007). Tales interacciones establecerían campos
culturales “aprendidos” históricamente, registrados en una memoria inconsciente, los
mismos que estructurarían los esquemas de la conducta; vienen del pasado y tienden a
replicarse en el presente, con capacidad de resonancia en el contexto, y “sin querer
queriendo”. Nuestros comportamientos tienen estructuras, y como tales, pueden
replicarse y transmitirse intersubjetivamente, por “resonancia mórfica”. (Rupert
Sheldrake, 1989).
Muchos aspectos de la conducta humana brotan de la memoria inconsciente y muy
posiblemente, de un conjunto de energías dotadas del mismo signo o carga afectiva,
para de inmediato materializarse positivamente o, todo lo contrario, de forma negativa.
La mayoría de nuestras memorias son inconscientes, como la costumbre que tengo de
hablar español; al escribir esta oración replico en el presente la memoria lingüística
inconsciente de todos los grupos que han hablado español en el pasado, dentro de los
diversos contextos culturales. Intuyo que es posible cambiar un cierto campo replicativo
negativo, si se logra cambiar el patrón comunicativo que lo alimenta en el presente.
Porque el futuro siempre es una posibilidad. Si solamente pudiéramos experimentar
estas intuiciones en territorios, mismo que estos existan como sistemas abiertos,
aplicando instrumentos alternativos de comunicación educativa y cambio
transformacional. Se requiere nutrir la creatividad y la atención plena. Si se puede
cambiar la estructura de la atención consciente de la mente es posible cambiar la
estructura del comportamiento.
Carl Jung nos plantea la hipótesis del sustrato común que comparten todos los seres
humanos, el inconsciente colectivo. “He elegido la expresión colectivo, porque este
inconsciente no es de naturaleza individual sino universal, es decir, que en contraste con
la psique individual tiene contenidos y modos de comportamiento que son, cum grano
salis, los mismos en todas partes y en todos los individuos. En otras palabras, es idéntico
a sí mismo en todos los hombres, y constituye así un fundamento anímico de naturaleza
supra personal existente en todo hombre” (Carl Jung, 1970)
Cualquier explicación científica tendría que elaborar la descripción del mecanismo que
genera el fenómeno, incluyendo otras manifestaciones que posiblemente se observen
también. (Humberto Maturana, 2006). Los pensadores ortodoxos del “desarrollo”,
generalmente conservadores, se aferran a la razón instrumental, y se apoyan en la
economía, los indicadores, los “recetarios”, la infraestructura y el discurso especializado;
usualmente rechazan la epistemología y la comprensión. Los políticos, parafraseando a
106
McLuhan “aplican las soluciones de ayer para los problemas de hoy”. El punto débil del
pensamiento desarrollista, y del neoliberal, es que se centran casi exclusivamente en el
crecimiento económico y no en los valores éticos. Si se logra eliminar la pobreza
material, no se anula la pobreza de consciencia, que lleva la imagen de un mundo
ansioso y destructivo dentro de la mente.
56
Ximena Dávila, Humberto Maturana, Ignacio Muñoz y Patricio García (2009) ¿Sustentabilidad o
armonía biológico-cultural de los procesos? Todo sustantivo oculta un verbo.
https://www.researchgate.net/publication/299507060_Sustentabilidad_o_armonia_biologico-
cultural_de_los_procesos_Todo_sustantivo_oculta_un_verbo
107
Estamos siempre interactuando con el medio natural y sociocultural en el que nacemos
y crecemos; no existe duda que nuestra psiquis interactúa con el contexto que la abraza.
Para cuidar del medio ambiente, no se requieren solo de buenas prácticas, sino
principalmente, de consciencia y responsabilidad en las maneras como nos
relacionamos con el mismo. Deberíamos concebir la sustentabilidad como la expresión
duradera de fenómenos que posibilitan la congruencia del mencionado acoplamiento,
en el marco de un cambio permanente; “en tanto no se satisfagan las condiciones de
posibilidad que le dan estabilidad a la relación de mutua congruencia esta se desintegra
y el ser vivo muere”. (Humberto Maturana, et al 2009).
Pudiéramos imaginar formas de enriquecer los contextos con experiencias cuidadosas,
interacciones e intercambios, mensajes y aprendizajes ricos en cuidado, ocurriendo
entre los participantes de un sistema social (acuerdos, actitudes, diálogos, ejemplos,
encuentros, conversaciones, practicas, pactos, propósitos, entendimientos,
experiencias, mensajes, lenguajes compartidos, etc.). Ese agregado produciría mayor
complejidad, con capacidad de direccionar positivamente los cambios en los ambientes
y habitus, posibilitando que surjan relaciones de congruencia más estables, entre el ser
humano y el medio natural, como propiedad emergente. La “emergencia es lo que
ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples se organiza
espontáneamente y sin leyes explícitas hasta dar lugar a un comportamiento
inteligente.” (Steven Johnson. 2004).
La auténtica sustentabilidad trata de la creación de una cultura que pueda transformar
cuidadosamente el medio natural que nos acoge, permitiendo el fluir autopoiético de la
vida de los sistemas ecológicos. (Humberto Maturana, et al, 2009). Las ideas de
interdependencia y ecodependencia son las categorías básicas de la sustentabilidad.
Como lo sugerimos, se requiere la construcción responsable de ambientes sociales
caracterizados por relaciones armónicas con los Otros y la Naturaleza, posibilitando el
uso prudente de “recursos naturales”. Los Otros son todas las personas diferentes con
los cuales nos relacionamos, directa o indirectamente. El cuidado deberá ser pensado
como un esfuerzo de consciencia ética, sin dañar a los otros y al entorno. Su inestable
resultado, la sustentabilidad, como el producto de interacciones sociales entre una
diversidad de sujetos, no como el reducido fruto de la transferencia tecnológica.
Como proceso y fenomeno sociocultural, la sustentabilidad deberá sostenerse sobre
condiciones ecológicamente sanas y beneficiosas, que son las que pueden nutrir
continuamente a las economías humanas. Cuando más enfermizo sea el medio social e
institucional, más se mantienen los sistemas de competencia y agresión, y más
contaminación se engendra. No hay duda que la dominación social y la dominación de
la Naturaleza son las dos caras de la misma moneda; la cultura de la insustentabilidad y
la de la modernización agrícola con codependientes. A nombre de la productividad
agrícola, vista como rendimiento, por ejemplo, millares de campesinos ecuatorianos son
atrapados por las cadenas de valor, expropiados de renta de la tierra, expulsados de sus
parcelas, perdiendo sus semillas tradicionales, sin derecho a cambiar las políticas
108
agrarias, contaminando el suelo con Kits Agropecuarios, subordinados a los monopolios
de agrotóxicos y semillas, que son las que deciden cómo debemos alimentarnos.
Debemos trabajar en el cambio de la cultura subjetiva - de los antivalores - para así crear
la posibilidad de conservar la integridad de nuestro nicho vital. Ello implica construir
cambios en la cultura aprendida y en la cultura del aprendizaje que ocurre durante las
interacciones con los Otros. Se trata de abrir oportunidades de aprender procesos de
construcción de vínculos cuidadosos, con uno mismo, con los Otros y con la Naturaleza;
para posibilitar la descubierta propia, mejorar la convivencia y conseguir una actitud de
prudencia en la transformación del entorno. La sustentabilidad debería pensarse como
una construcción cultural individual y colectiva, y también como disposición social
dirigida a conservar, regular o restaurar las situaciones que amenazan la conservación
del bienestar de los ecosistemas, la diversidad biológica, minimizando la contaminación
del agua, suelo, flora y fauna. El aprendizaje cultural de la sustentabilidad supone
enriquecer el proceso comunicativo, emocionarse por el cuidado, en contextos donde
se vuelva rutina el intercambio de información, de ideas, saberes, experiencias; pero
también mostrando evidencias que estimulen la aprehensión de valores positivos.
Ello supone crear o testar instrumentos educativos, poner a prueba diversos métodos,
crean metodologías de cambio cultural, con capacidad de afectar, gradual y
positivamente, los diversos “subsistemas” que hacen a la cultura, (percepciones,
normas, prácticas, ideas, significados, experiencias, sentidos, etc.) todos ellos ligados
por un conjunto de valores positivos. La paz y la sustentabilidad deben ser expresión
cultural del “instinto de vida”, que tiende a conservar la existencia; no pueden brotar
del instinto de muerte que promueve el sistema. Como dice Maturana “el cambio
cultural es un cambio en la configuración del actuar y el emocionar de los miembros de
una cultura, y que como tal tiene lugar como un cambio en la red cerrada de
conversaciones que originalmente definía a la cultura que cambia “(Humberto
Maturana, 2009)
Creemos que el mundo de vuelve más saludable, creativo, acogedor y sustentable, a
medida en que se vuelve más complejo, más denso y envuelto en una red de relaciones
hechas de habitus positivos - como el cuidado y el respeto - nutridos por las
comunicaciones educativas. ¿Cuáles son los mecanismos que posibilitan el despliegue
de la sensibilidad empática y la expansión positiva de la consciencia?
109
2. Harmonía con el prójimo, la comunidad, el barrio, el Otro, enriquecida por las
cualidades de la tolerancia, comprensión, el interaprendizaje, la creatividad
compartida, el respeto, permitiendo la convivencia virtuosa;
3. Harmonía con la Naturaleza - una autentica sustentabilidad - si queremos seguir
existiendo como seres humanos; (F. Ehlers, J. Sanz et al. 2017)
110
La meditación es un instrumento de vigilancia activa que se realiza de modo silencioso;
sin silencio, la mente es incapaz de descubrir qué mismo la zarandea. Calmando la mente
podemos adentrarnos, poco a poco, en el espacio de la consciencia superior. La
meditación es una metodología muy simple para el apaciguamiento de la mente y la
reducción de la distorsión perceptiva.
Hay varias técnicas, entre ellas el mindfulness, traducido como atención o conciencia
plena. Se trata de darse cuenta de la experiencia presente: “Mindfulness una capacidad
humana universal que permite al individuo ser consciente de los estímulos internos y
externos que surgen en el momento presente. Podría definirse como la práctica de la
autoconciencia. Los componentes básicos de la atención plena se anclan en dos ejes
fundamentales: ser conscientes de la experiencia inmediata del presente, y la actitud de
cómo se viven dichas experiencias. Se evidencia que la práctica de mindfulness provoca
cambios en los patrones de pensamiento, potenciando la serenidad y el equilibrio del
individuo, mediante actitudes de no juicio, aceptación, confianza, y compasión”. (Ana I.
Sánchez Iglesias y Florencio V. Castro 2016)
La meditación puede interpretarse como instrumento micropolítico de emancipación,
porque posibilita que seamos más concientes de la vida que nos envuelve. El Yo falso
ha de callarse o bajar de tono para que podamos iniciar la emancipación, siempre un
proceso. Porque dentro de nosotros vive un Ego reaccionario que no quiere cambiar,
que tiene miedo de escapar hacia la libertad, y sufre ansia de sumisión, mientras se
lamenta de casi todo. (Erich Fromm, 1968). El Ego es implacable, hace que todos los
esfuerzos de la vida traten de lograr satisfacción y seguridad; es un normótico de mierda.
Nos es muy difícil cambiar de campo energético. Nosotros los ecuatorianos, viviendo ya
en la sobremodernidad, en un ambiente arreligioso mezclado con catolicismo y
Asambleas de Dios, celebrando el consumismo, intoxícanos por “culebrones”,
hipotecados al FMI, atemorizados por las noticias de las 8 de la noche, etc., con el
pensamiento empobrecido, contamos con muy pocos recursos para trascender la fuerza
energética del Ego. 57
Así las cosas, el monje budista Jack Korn Field escribió este poema:
Ecuanimidad
57
Trascender significa ultrapasar una substancia. Joseph Campbell (2002), en su libro THOU ART THAT,
nos decía que para aprender a transcender deberíamos estudiar poesía y leer poemas, para lograr la
experiencia de obtener mensajes. Nos decía que para acceder a la trascendencia se requiere de un ritual,
que nos permita participar del mito. Recomienda exponernos al arte y a la música. Esencialmente, la
música es una experiencia corporal e intersubjetiva. Bien decía William Irwin Thompson (2006): “Lo que
el artista percibe, el economista ignora”
111
Si comes sin problema alguno
cualquier cosa que ponen en tu plato;
Si después de un día de locos,
duermes sin necesidad de tomar una copa o una pastilla;
Si siempre sabes cómo divertirte,
donde sea que estés:
Probablemente eres un perro.
112
"No haga a los otros o que no quieres que sea hecho a tu mismo”, en otras palabras,
“trata a los demás como querrías que te trataran a ti”. Se trata de una regla moral
mínima que posibilita “aromatizar” de consideración a los relacionamientos. Somos
llamados a hacer el bien a nuestros semejantes, lo que traduce una actitud espiritual,
que coloca a la vida en el centro, partiendo de las emociones positivas, del amor, la
gratitud, el vínculo inclusivo, el cuidado. Hay que traer a la consciencia lo positivo que
está en la subconciencia, porque como seres humanos, venimos históricamente
acumulando, en la psiquis, muchas experiencias armoniosas y positivas, creadas en la
relación con los Otros y la Naturaleza, dejando luces en la personalidad, no solamente
las “sombras” que no reconocemos, porque están ocultas y reprimidas, cargadas de
energía psíquica negativa. (Carl Jung, 1992).
Jung nos decía que “la sombra solo es peligrosa cuando no le prestamos debida
atención”. El encuentro con la propia sombra puede ser un proceso doloroso,
recompensado con la salud de la mente tranquila. La sombra no es más que un
compuesto oculto de nuestro Ser, la posverdad de nuestra personalidad, territorio
anexo a la inconsciencia. Para darnos cuenta del poder de la sombra inconsciente que
controla nuestros pensamientos, palabras, conductas y comportamientos, debemos
optar por la atención plena y meditar, vivir el presente, sin raciocinio lógico, hasta
encarar al miedo, las frustraciones, inseguridades, rencores, vergüenzas. El “encuentro”
con la sombra supone autoconocimiento y vinculo empático con los Otros, posibilitando
la emergencia de resonancias positivas, tanto en la convivencia cercana, como el
entorno próximo. Debemos asumir nuestros propios miedos y enfrentarnos a “los perros
que nos muerden por dentro”, y que nos parasitan alimentándose del alma. Debemos
comprender el No-Ego que vive en nosotros. “La norma psicológica dice que cuando no
se toma consciencia de una situación interna, esta sucede fuera como destino. Es decir,
cuando el individuo no toma conciencia de sus contradicciones interiores, el mundo
forzosamente deberá representar el conflicto.” (Carl Jung, 2011). En general, no
conseguimos darnos cuenta de los vínculos que existen entre nuestro estado mental y
las fuerzas negativas que nos subyugan,
La vida espiritual también es política, porque nos permite darnos cuenta de lo que
ocurre, o sea, de la realidad que refleja nuestra consciencia. El proceso de emancipación
siempre representa una abertura espiritual que conlleva purificación, en el sentido de
liberar la mente de cuestiones preocupantes, miedos y apegos, ruidos, inquietudes,
culpas, etc. Podemos apuntar hacia una cultura que tenga como base un “aroma”
espiritual, en “que la vida en comunidad, en la sociedad, se vive desde adentro, desde la
consciencia viva, como sensibilidad” (Joost Kuitenbrouwer, 1992)
La emancipación personal es el principal ingrediente de la ética de la reciprocidad,
indispensable para tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran. De allí brotan
los habitus positivos, las acciones culturales cotidianas que enriquecen la vida social y
política. “Sólo el cambio en la actitud del individuo inicia el cambio en la psicología de la
nación. Los grandes problemas de la humanidad nunca se resolvieron por leyes
generales, sino únicamente por renovación de la actitud del individuo. Si ha habido un
113
tiempo en que la meditación interior fuera de absoluta necesidad y de extrema
conveniencia es, sin duda, en nuestra época actual, preñada de catástrofes. Ahora bien,
todo aquel que medite en su fuero interno tocará en las fronteras de lo Inconsciente, que
es precisamente donde está lo que ante todo hace falta saber. La meditación del
individuo sobre sí mismo, la conversión del individuo hacia su propio ser, hacia su destino
individual y social, es el principio para la curación de la ceguera que padece. El interés
por el problema del alma humana es un síntoma de esta conversión instintiva hacia
adentro.” (Carl Gustav Jung, 1965)
Ya dijimos que los cambios sociales comienzan en uno mismo; no se puede pretender
transformar las realidades socioeconómicas sin cambiar nuestras mentalidades,
actitudes y anti-valores. Desde la introspección, en la calma y el silencio, la consciencia
elevada juega un papel crucial en la modelación de la calidad de nuestros
relacionamientos. Existe un complejo bucle entre el individuo y la sociedad; la realidad
que observo y de la que estoy consciente, puede ser modificada, porque la sociedad es,
esencialmente, lo que Yo pienso y hago de ella, de lo cual brota la vida cultural.
115
es una forma de separatividad. La conversación empática y respetuosa - que supone
escuchar - es buen camino para ampliar la mirada, identificar y lograr propósitos
comunes. Se trata de nutrir una relación conductual o comportamiento amoroso con el
Otro. “El amor es el dominio de las conductas relacionales a través de las cuales la otra,
el otro o lo otro surge como legítimo otro en convivencia con uno”. (Humberto Maturana,
2007)
Para concretar esa posibilidad de construir proyectos comunes con los Otros, en la
armonía de la amorosidad, en colaboración, se requiere enriquecer la democracia,
volverla participativa. Pero nuestras plutocracias - profundamente rentistas- mantienen
la vida política subordinada a sus intereses económicos; desde la anti política buscan
controlar las instituciones para defender sus jerarquías. De la plutocracia nunca salen
propuestas que benefician al bien común; “nuestra demokracia” sufre de carencia ética,
se inclina hacia el autoritarismo, se nutre del clientelismo, es prostituida por el
capitalismo. En nuestra vida política, como regla, casi todo se compra y todo se vende,
incluyendo hoy en día, nuestra soberanía.
116
Imagino que trabajar en el mundo del interser equivale a querer materializar lo
racionalmente pensado como imposible, lo que nos obliga a innovar, buscar
instrumentos alternativos de “desarrollo”. “Uso aquí el verbo “desarrollar” en su sentido
original de “abrir lo que aún está escondido, oscuro, y liberar lo que hay dentro” (Joost
Kuitenbrouwer, 1994)
En general, se viven estados de consciencia ingenua que afirman que la realidad que
percibimos directamente, simplemente es lo que es, tal como nuestros sentidos reflejan
los fenómenos externos o internos. En ese nivel, la realidad se revela solamente en el
“campo manifestado” (David Bohm, 2008) donde vibran nuestros pensamientos y
percepciones cotidianas. El lado explicado de la realidad es solamente una aproximación
a la totalidad. No somos educados para el pensar más profundo de lo manifestado;
117
tenemos anteojeras que fragmentan nuestra observación, dirigiendo la mente hacia un
cierto punto de vista. Nuestras capacidades para ser sensibles a la consciencia ampliada
o superior son bloqueadas, lo que nos impide participar sensiblemente en el cambio
humano; no podemos transcender hacia lo que creemos posible. (Joseph Jaworski,
2008). Debemos pensar con el corazón, desde una consciencia alerta, enactivando ideas
creativas, traducidas en comunicación. Esa comunicación educativa no se reduce a la
técnica, ni responde exclusivamente a cálculos de racionalidad instrumental. Traduce un
modo de sensible consciencia, parte de una esencia más profunda, le confiere
significado al mensaje, busca abrir posibilidades, influye afectivamente, cambiar nuestra
relación con el futuro. La consciencia que llevamos viene bastante determinada, pero al
mismo tiempo, es generativa.
La existencia social puede ser construida de otra manera, con otros contenidos, otros
pensares, comportamientos y habitus, otra subjetividad. Se trata de estructurar y
transmitir al conjunto de la población local, una serie de mensajes formativos claves -
coherentes con su espacio vital - con capacidad de mudar actitudes y activar
aprendizajes que traduzcan cogniciones perceptivas, conductas y comportamientos
positivos, incluyendo propósitos comunes, posibilitando el cruce de las barreras de la
negatividad.
La comunicación educativa deberá posibilitar que ocurran muchas experiencias nuevas,
afirmadas, vividas y replicadas en valores éticos, o en estados emocionales positivos,
diferentes a las rutinas pasadas, para reprogramar nuestra subjetividad, y activar nuevas
formas de relacionamientos, responsables. Ese mecanismo posibilita el cambio de
habitus y, por consiguiente, la cultura subjetiva. No podemos desertar a nuestra propia
responsabilidad de celebrar la vida, resignarnos al miedo, someternos a la violencia,
plegarnos al descuido y la indiferencia. Se requiere una transformación en las relaciones,
con nosotros, con los Otros, con los pueblos, con la Naturaleza. Hay que enfrentarse a
la negatividad, cambiando habitus y antivalores, y desde la ternura, ese mundo blando
que no traduce mansedumbre, sino el delicado mecanismo de la consciencia alerta.
(Joost Kuitenbrouwer, 1992). La ternura motiva, influye el estado interno que orienta la
conducta, facilita bloquear los deseos emocionales que replican los relacionamientos
negativos.
Nuestra existencia social es definida por la calidad de las interacciones, por la energía
afectiva que circula a través de la intersubjetividad. Deberíamos percibirnos como
agentes de regeneración, actuando ética y reflexivamente, entre la separatividad y la
unificación, dialogando, remediando heridas sociales, creando proximidades,
resistiendo, para concretar en el mundo explicado o tangible, una vida cada vez más
emancipada de negatividades. Debemos resistir las posiciones hegemónicas que
disparan negatividad. Y todo ello supone comunicación.
Hay varias formas de comunicar “positividad”. Se trata de facilitar la emergencia de
interacciones a partir de contextos socioafectivos propicios para el aprendizaje de
valores positivos, que también posibilitan la construcción colectiva de conocimientos.
118
Entre el observador y lo observado existe una relación de correspondencia biunívoca.
La comunicación juega un rol crucial como generadora de cambios de habitus, a partir
de la toma de consciencia, la reflexión, la voluntad, y la acción colectiva dirigida a
reconfigurar cotidianos. Ella es esencialmente energía, con capacidad de urdir un
adecuado escenario de interacción, y un tejido social más denso, que pueda resistir o
sobrellevar los avatares del cotidiano ruidoso y violento.
Un Estado ético debe obligarse a establecer condiciones para que su población se eleve
hacia niveles superiores de experiencia humana. Idealmente, es tarea ética del régimen
político responsable, y sus instituciones, asignar condiciones para el aprendizaje, el
sosiego y la salud, en el marco de los derechos humanos, para que “la vida merezca ser
vivida”. La conexión armoniosa humana es la clave de la buena convivencia. Como lo
demuestra la antropología, todos estamos naturalmente programados para ello. Pero
necesitamos conectarnos, conocernos, dialogar, para darle sentido al convivir, y
también, lograr propósito de vida. Esos ambientes propicios pueden construirse en
todos los sectores, y en ello, provocar emisión de mensajes, imágenes, et., para que las
energías positivas inherentes se desdoblen y tengan resonancia. Debe riamos ser muy
creativos en la organización de los mensajes simbólicos que nos ayudan a construir el
mundo que imaginamos. El Buen Vivir es un proceso creativo, hasta trascendente, no un
proyecto mecánico; y son los pequeños actos los que producen, más temprano que
tarde, los grandes cambios. Es mediante la comunicación educativa que podemos
proyectar un estado compasivo de consciencia hacia las otras personas, y
simultáneamente, “espiritualizar” el cotidiano.
Podemos, desde la política pública, facilitar la construcción de ambientes sociales que
ayuden a desplegar energías emocionales positivas, posibilitando el tejido de vínculos
intersubjetivos armoniosos, aunque sea de forma intermitente. Esos contextos pueden
ser enriquecidos por la comunicación educativa, posibilitando que los ciudadanos
compartan un cierto mensaje emocional, un ambiente envolvente, contrario a la
negatividad que se vive, facilitando la concreción de un contenido relacional positivo,
cargado de otros significados. Es posible realizar un esfuerzo de sistematización de
experiencias locales y abrir un abanico de alternativas validadas surgidas de las distintas
disputas, resistencias, iniciativas y visiones, que sirvan de pautas de emancipación,
Pero se requiere una estrategia de transición, que siente las bases de un cambio más
amplio y profundo. Estamos en proceso de metamorfosis y debemos hacer frente a la
incertidumbre resultante, para volvernos menos vulnerables a mediano y largo plazo.
Mientras desde la serenidad podemos lograr mayor visión penetrante y una perspectiva
más clara, es urgente trabajar en el campo explicado, a nivel de los fenómenos,
modificando las manifestaciones tangibles de los problemas que nos afectan. 58 Si
58
El “campo intangible” positivo incluye los valores, la ética, las creencias, las buenas emociones, las
armonías, los cuidados, el amor. Son los valores hechos prácticas, o sea, virtudes, los que movilizan y
articulan las redes sociales de cambio, ayudando el proceso de cambio de cultura subjetiva.
119
solamente pudiéramos concretar en acciones e instrumentos, estas sugerencias y
conceptos, a manera de start-ups:
1. Posibilitar la formulación de una micropolítica local de resistencia a la
negatividad – al miedo y la violencia - por medio del cultivo grupal de un estado
subjetivo y comunitario de apoyo mutuo e información confiable;
2. Diseñar prácticas productivas alternativas y sustentables basadas en el territorio,
la cultura y el dialogo intercientífico;
3. Establecer espacios públicos adecuados que traduzcan ambientes o nichos
socioculturales que fortalecen la cohesión de la comunidad, los encuentros y
conversaciones, intercambio de experiencias, descanso, recreación, salud,
interaprendizaje, innovación social, integración de las ciudades;
4. Crear “climas estéticos”, contextos bonitos, en los mundos locales, que
provoquen percepciones intuitivas y relaciones sosegadas, como, por ejemplo,
adornar con macetas de geranios los balcones, huertos en los solares o patios,
CIALCOs, bancos de semillas, etc., expresados en proyectos alternativos;
5. Aunque sea a contramano y parezca contestatario, volver a los mundos rurales,
a las producciones orgánicas, la vida simple, las pequeñas autonomías, al poco
consumo de energía, las pequeñas infraestructuras; afirmar el “derecho al
campo”;
6. Construir ambientes envolventes de comunicación educativa, cruzados por el
entusiasmo y el ejemplo, para establecer las condiciones básicas de
autoorganización, posibilitando la articulación de personas, el encauzamiento
positivo de voluntades y emociones, la realimentación de informaciones,
creando densidad y sinergia social;
7. Desde los gobiernos locales, iniciar procesos de establecimiento de economías
circulares endógenas con capacidad de reducir la presión del extractivismo y la
contaminación, creando un mercado útil para los desechos;
8. Desde los mundos locales, a partir de instrumentos de comunicación educativa,
ajustar los sistemas productivos a esquemas sustentables, adaptando las
relaciones sociales a los valores del Buen Vivir, proteger los bienes comunes,
simplificando las condiciones de vida;
9. Pensar las regulaciones y las políticas de comunicación, no como meras “políticas
de distribución de frecuencias”, sino como políticas culturales constructoras de
valores e interacción ciudadana, con capacidad de compartir informaciones y dar
forma, coherencia y sostenibilidad al proceso de democratización, fuera de las
burocracias mediáticas;
10. Difundir conocimiento alternativo, útil y viable para preparar a las familias y
comunidades a resistir el “modo crisis” programado, posibilitando la adaptación
y resistencia a las condiciones del entorno cambiante;
11. Proporcionar oportunidades para que los vecinos de un barrio se conozcan,
intercambien información, hablen de sus problemas y aprendan uno a otro,
animando la cooperación y el respeto mutuo;
120
12. Posibilitar el cambio de paradigma mediante una consistente y repetida
comunicación informativa sobre las estupideces, negatividades y perjuicios
causados por el sistema;
13. Intensificar el dialogo de saberes y las oportunidades de interaprendizaje, los
contactos entre curanderos, campesinos, especialistas informáticos,
antropólogos digitales, permacultores, emprendedores alternativos, pedagogos,
nanomédicos, gestores locales, ecologistas, maestros en yoga, promotores de
simplicidad, gerentes de economías solidarias, asesores en microfinanzas,
payasos comunitarios, nutriólogos, psicólogos sociales, especialistas en
ludología, pintores, músicos, etc.
14. Promover la visibilidad social de las ventajas de la cooperación, de la solidaridad,
informando sobre el sentido de las acciones colectivas, contextualizándolas;
15. Observar el comportamiento de los medios de comunicación, su relación con el
poder y la ciudadanía, su sutil papel modernizador y fragmentador de culturas,
el contenido subjetivo de la comunicación que proyectan, el control social y las
percepciones políticas que colocan;
16. Difundir lenguajes positivos en los medios de comunicación, que articulen las
experiencias subjetivas conscientes, buenas noticias, para generar estados
mentales positivos parecidos, a ser traducidos en acciones comunes;
17. Apoyar el desarrollo del pensamiento adaptativo-creativo, la curiosidad y la
emergencia de una mentalidad orientada al intercambio de conocimientos y la
construcción de altos niveles de alfabetización computacional;
18. Atribuir nuevos sentidos positivos – amor, paz, solidaridad, creatividad, etc., - a
las acciones realizadas, desde la propia familia, ayudando desde lo básico, a
cambiar las relaciones de la cotidianidad;
19. Desarrollar vecindarios solidarios y establecer espacios empáticos locales, desde
el ejemplo institucional, y multiplicar nuevos liderazgos éticos que puedan
apoyar a los vecindarios a resolver necesidades urgentes, percibir críticamente
el contexto y anticiparse a los problemas emergentes;
20. Vigilar, en todo momento, la transparencia e integridad de las instituciones
cercanas a la convivencia, para combatir la corrupción, en particular,
responsabilizando a los responsables de su gestión;
21. Promover monedas locales afirmadas en el intercambio de bienes y servicios,
buscando crear economías solidarias con suficiente escala para el sostenimiento
de grupos territoriales;
22. En las zonas de riesgo, anticipar o prepararse para la adaptación y la mitigación,
capacitando liderazgos cualificados e informando a la población local vulnerable
para posibilitar la autoorganización y la resiliencia;
23. Crear, sistematizar, aplicar, evaluar instrumentos para el desarrollo de la
resiliencia social o la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios del
entorno en los barrios y comunidades;
121
24. Promover, desde la educación, la ética y los valores positivos como recurso de
cambio cultural en los diversos contextos territoriales; 59
25. Crear capacidades locales para gestionar a corto plazo los problemas existentes
en la localidad, aprovechando las capacidades de los residentes, fortaleciendo
los vínculos entre ellos para garantizar la acción colectiva;
26. Resistir o ralentizar, desde la calma, los entornos turbulentos locales que
despiertan la desagradable bioquímica del temor, el pavor, el pánico. Por
ejemplo, creando instancias de silencio en la pedagogía de las escuelas;
27. Dejar de ser consumistas, imaginar mecanismos locales de “resistencia
económica”, bajar la huella ecológica, asumir el minimalismo, la simplicidad
voluntaria, desobediencia publicitaria, sistemas de trueque en los mercados
locales, monedas sociales, reciclaje;
28. Crear condiciones para el desarrollo de economías circulares que posibiliten el
aprovechamiento inteligente de recursos, la reducción de los componentes
productivos, la prevención del despilfarro, la sobriedad del consumo, y la
reutilización de los residuos y desechos;
29. Desde los territorios, preparase para lidiar con la vulnerabilidad de la inseguridad
alimentaria, disminuyendo la vulnerabilidad frente a los impactos del cambio
climático desarrollando políticas diferenciadas, tanto tecnológicas como
socioculturales (siembra de agua, labranzas, riego parcelario tecnificado,
fertilización orgánica, rotación de cultivos, construcción de andenes, economías
solidarias, acceso a información, dialogo de saberes, etc.);
Fortalecer las instituciones intermediarias, particularmente las organizaciones
sociales y los sindicatos, en especial su papel político de vigilancia de los
derechos humanos y de los procesos económicos que generan desigualdad;
30. Establecer estándares mínimos de protección de la libertad de expresión para
enfrentar la divulgación de posverdades o falsedades, particularmente en los
temas de interés público propagados por los políticos;
31. Resistir la confusión psíquica y angustia programada, que se intensifica por
medio de las redes sociales, direccionando la indignación hacia el fortalecimiento
ético, individual y colectivo, la mejora cualitativa de los vínculos, la articulación
positiva de los contactos;
59
Durante 2016 y hasta mayo de 2017 la Secretaría del Buen Vivir impulsó y coordinó el Plan Nacional de
Valores, un proyecto que se llevó a cabo desde varias instituciones del ejecutivo, logrando un alcance
mínimo, en 2016, de 330.000 personas. Se promovieron 12 valores: Honestidad, Respeto, Gratitud,
Perseverancia, Humildad, Bondad, Generosidad, Responsabilidad, Innovación, Amistad, Perdón y
Solidaridad. Conjuntamente con el Ministerio de Educación se elaboró “El Libro de Todos los Niños”, un
material didáctico de educación en valores que se distribuyó a todos los estudiantes de cuarto año de EGB
en instituciones educativas fiscales y fiscomisionales. Se imprimieron 300.000 ejemplares del libro y se
editó una Guía Didáctica de apoyo a los docentes para su implementación en las aulas. La SECOM, por su
parte, produjo spots animados con los personales del Libro de Todos los Niños que fueron emitidos en
medios públicos y divulgados mediante redes sociales. https://educacion.gob.ec/el-libro-de-todos-los-
ninos/
122
32. Preparar a la juventud para ser más autosuficiente, original, sencilla, con
capacidad de asimilar conocimientos diversos y dispersos, dependiendo menos
de las corporaciones y sus mensajes publicitarios;
33. Enriquecer el activismo y la participación ciudadana desde instancias
democráticas que permitan la comunicación horizontal y dialógica, para que los
ciudadanos expresen libremente sus demandas;
34. Afirmar y concretar la paridad de hombres y mujeres en los cargos de
responsabilidad, promoviendo el talento femenino;
35. Organizar encuentros, talleres, seminarios y demás eventos dialógicos sobre
temas de importancia estratégica y relevancia ecológica, socioeconómica y
cultural que exijan miradas armónicas, alternativas, intercientíficas e
innovadoras, buscando enriquecer la acción social y la política pública;
36. Prepararse para lidiar con el cambio en las instituciones, en la estructura laboral
y comercial, etc., buscando formas de integrar los sistemas antiguos en lo
emergente y nuevo;
37. Recuperar rituales locales ancestrales que generen sentido de comunidad;
38. Ordenar con sentido comunitario los procesos de auto producción de los barrios
irregulares e introducir criterios estéticos en el acondicionamiento de los
mismos;
39. Crear sentido comunitario en la planificación de la dotación de los servicios de
infraestructura, asfaltado, salud, educación, etc.
40. Legislar ecológicamente la dinámica de la urbanización para estimular la
conversión de edificios y viviendas en estructuras ahorradoras de energía,
apoyando la construcción de sentidos comunitarios;
41. Crear incentivos para que los barrios, comunidades, las esquinas, se conviertan
en fuerzas veedoras de modelos limpios de producción en el territorio, junto al
ámbito académico;
42. Cuestionar la inmediatez de los intereses y cálculos económicos y promover
sistemas productivos ambientalmente cuidadosos, que no destruyan ni dañen
las fuentes de vida, proteger la agrobiodiversidad, fomentar la producción de
alimentos saludables, y nutricionalmente apropiados;
43. Optar por tecnologías de base ecológica y abrirse a alternativas de producción
de energía “limpia”;
44. Optar por políticas públicas que contribuyan a eliminación gradual de los déficits
ecológicos y una significativa cambio en las técnicas productivas;
45. Prestar atención a las practicas locales de destrucción ecológica y bloquear
socialmente los modos extractivos de producción, particularmente en las zonas
de alta biodiversidad, territorios ancestrales y de elevada densidad poblacional;
46. Reivindicar el rol de la mujer rural en el cuidado de los bienes comunes (agua,
tierra, semilla) y la soberanía alimentaria; -
123
• Una comunicación educativa e interactiva transformadora60
60
https://noeticprograms.org/wp-content/uploads/2018/07/C3-Infographic-new.pdf
61
Matthew E. Sachs, Robert J. Ellis, Gottfried Schlaug, and Psyche Loui. (2016). Brain connectivity
reflects human aesthetic responses to music. Social Cognitive and Affective Neuroscience.
https://www.musicianbrain.com/papers/Sachs_BrainConnectivity_AestheticResponses_to_Music_SocC
ognAffectNeurosci_2016.pdf
124
detalles de armonía, cuidado y expresión estética, de información relevante, para
posibilitar la resiliencia y resistencia.
• El aprendizaje de la comprensión
A la educación, el sistema socioeconómico le pide mucho, principalmente que sea
instrumental, focalizada en preparación del sujeto para la vida productiva y el desarrollo
de competencias con capacidad de lidiar con el mercado, pero muy poco sobre mejorar
la comprensión entre culturas, personas, pueblos, géneros, minorías étnicas y religiosas,
esto es, fortalecer la tolerancia y la solidaridad mutua, como condición y garantía de
una convivencia humana pacífica y moral, respetuosa de la autonomía de los sujetos.
Somos muy carentes de valores de tolerancia, paciencia, justicia, empatía, respeto y
honestidad; porque generalmente no nos aceptamos, ni respetamos a nosotros mismos.
“Sin el respeto ni la aceptación por sí mismo no se puede aceptar ni respetar al otro”.
(Humberto Maturana, 1993)
Deberíamos enriquecer la política pública con conceptos éticos transversales que
promuevan “climas” favorables al despliegue de valores positivos, de buenos vivires.
Supone un trabajo interdisciplinario y participativo, para poder establecer adecuadas
condiciones contextuales, sin las cuales las personas y la comunidad difícilmente podrá
interiorizar valores positivos y nuevos habitus. No es posible crear instituciones
alternativas sin cambios en la cultura subjetiva, a nivel de los valores que se viven. Los
modelos de comunicación educativa deberían contener variables que permitan el
reforzamiento continuo de los comportamientos deseados. Se requieren de entornos
facilitadores de la participación, para nutrir una cultura de dialogo y proximidad;
espacios que sean bonitos, donde se pueda practicar la escucha empática, debatir,
aprender, y posibilitar la emergencia del consenso. Se exige democratizar
educativamente a la democracia.
Se requieren nuevos liderazgos. Para nutrir la solidaridad, todos deben ser convidados,
principalmente los sectores vulnerables, usualmente negados de la palabra, sin ataques
personales o amenazas, aprendiendo a discrepar, no sobre las personas, sino sobre las
ideas, pero comprendiendo las relaciones de poder, los intereses en juego.
126
Somos una sociedad enredada y debemos enriquecerla con vínculos positivos; porque
las redes no son necesariamente buenas en sí mismas, como las que existen en torno al
narcotráfico. La vida social está llena de relaciones, lazos, vínculos que articulan o
conectan “nodos”, de forma diferente. La convivencia social que observamos, por
ejemplo, cuando procuramos protección y sustento, las conexiones que se establecen
entre personas, barrios y comunidades, buscando soluciones simples para problemas
comunes, todas son manifestaciones que explican la existencia territorial de arreglos
sociales de proximidad, redes informales. Deberíamos ampliar las redes de proximidad
– la conexiones empáticas y solidarias – para enriquecer de aprendizaje y bienestar el
entorno. Las redes juegan un papel fundamental en la configuración de la convivencia y
el entorno.
Benjamín Allen (2017) se pregunta: ¿Qué tipo de condiciones conducen a la evolución
del comportamiento cooperativo, cuando normalmente esperaríamos que prevaleciera
el egoísmo? (…) Los individuos pueden cooperar, ayudando a sus vecinos a un costo para
ellos mismos o no. Esta elección es un ejemplo de lo que la teoría de juegos llama el
'dilema del prisionero'. Cada individuo, si actuara por puro interés propio, elegiría no
cooperar. Sin embargo, la cooperación de todos conduce a una mayor prosperidad para
todos. (…) Las dos estrategias, cooperación y no cooperación, se difunden a través de la
red a medida que los individuos imitan o aprenden de sus vecinos. Es más probable que
las personas imiten a los vecinos que se desempeñan mejor en el dilema del prisionero.
Con el tiempo, una estrategia ganará: la sociedad convergerá a un estado en el que todos
cooperan o nadie lo hace.” 62 En defecto, podemos identificar a los actores más
62
Benjamín Allen (2017). La cooperación global depende de la fuerza de las conexiones locales.
https://aeon.co/ideas/global-cooperation-depends-on-the-strength-of-local-connections
127
influyentes, reconocidos localmente, para que sean los multiplicadores de buenas
prácticas; ellos son los nodos centrales en las redes. Podemos fortalecer los vínculos o
lazos de cooperación y aprendizaje, los de acuerdo y cuidado compartido, divulgando
información entre las redes sociales territoriales. (Albert-László Barabási, 2002).
Pero necesitamos desarrollar nuevos instrumentos de comunicación; ello también
mejora, eventualmente, la calidad de las conexiones con el entorno natural. Se trata de
establecer comunicaciones educativas que posibiliten el despliegue de sentidos y
vínculos significativos, con los otros, favoreciendo la emergencia de nuevas
convivencias, enraizadas en vivencias subjetivas, valores y habitus positivos;
Los mensajes educativos a ser comunicados, los eventos de educación reflexiva, los
cursos de capacitación, etc., además de su propósito instrumental, deberían ayudar,
como mínimo, a tomar consciencia de las negatividades, afirmando la importancia de
lograr claridad de mente y entender cómo se sitúa el Yo en el contexto mayor. Se trata
de clarificar la visión de futuro, para orientar la transformación en el modo de vivir.
1) ¿Cómo queremos vivir? ¿Qué es lo esencial en la vida? ¿Como vivimos ahora?
¿Cuál es nuestra visión del mundo? ¿Cuáles son las reales necesidades del ser
humano? ¿Cuál debería ser nuestro futuro? ¿Hacia dónde y cómo debe transitar
el mundo? ¿Qué valores y principios mínimos deben inspirarnos?
2) ¿Cómo es nuestra situación actual? ¿Cuáles son los temores y los conflictos no
resueltos que nos parasitan? ¿Cuáles son los afectos negativos que nos
dominan? ¿Cómo somos subyugados por dentro?
3) ¿Qué podemos hacer? ¿Es posible vivir en culturas de simplicidad voluntaria?
¿Cómo podemos crear ese futuro sustentable y resiliente? ¿Cómo debemos
128
organizarnos? ¿Qué elementos son esenciales en nuestras vidas para alcanzar
una felicidad duradera?
4) ¿A dónde vamos después de “desarrollarnos”? ¿Qué estamos siendo mientras
nos “desarrollamos”? ¿Logramos algún cambio personal o replicamos los
mismos egoísmos? ¿Cómo vivir sabia y armoniosamente en tiempos de crisis
climática?
5) ¿Cómo podemos vivir juntos de modo satisfactorio? ¿Cómo podemos
armonizarnos, tranquilizarnos?
6) ¿Qué podemos hacer para conquistar un mínimo de autonomía, empezar a
desmercantilizarnos?
7) ¿Qué valores mínimos deben orientar la acción colectiva?
8) ¿Qué podemos hacer para lograr resiliencia y autodeterminación, para sostener
un proyecto de vida propio, que sea común, y en constante mejoramiento?
9) ¿Cómo transitar del temor hacia estados positivos de harmonía, simplicidad
creadora y empoderamiento?
129
Las energías conflictivas son normales en cualquier organización o grupo humano,
siendo difícil conseguir juntidad e vínculos harmoniosos. Los conflictos traducen
construcciones sociales resultantes de interacciones cargadas de percepciones
encontradas, de sentidos, valores y creencias replicadas y enfrentadas a lo largo del
tiempo. Los conflictos ayudan a percibir los diversos intereses, objetivos, puntos de
vista, valores, o defectos, teniendo la capacidad para desplegar procesos de creatividad
e innovación. Cuando el conflicto encuentra cauces de negociación no necesariamente
se traduce en violencia, porque los sujetos discuten, pueden canalizar sus demandas.
Deberíamos asumir que en el mundo existe una pluralidad de verdades, y que la realidad
manifestada se disfraza desde muchos puntos de vista. Pero, una consciencia más
elevada, incluyendo una lectura reflexiva del contexto - entorno - siempre ayuda a
esclarecer las percepciones, lo que mejora la calidad del mensaje en la comunicación;
también hay resonancia en la creatividad. Deberíamos repensar las organizaciones y
generar, desde ellas, culturas dialógicas de reciprocidad, enriquecidas de
conversaciones e iniciativas compartidas. Ello permite – el conocimiento humilde -
gestionar los conflictos y fortalecer la cohesión.
130
Sabemos que el sistema capitalista tiende a destruir sus propias condiciones biofísicas
de existencia. Porque sigue la lógica del continuo crecimiento, cueste lo que cueste, no
la ética de la suficiencia, ni el respeto a los bienes comunes. Afirmar los derechos de la
Naturaleza equivale a reconocerla como sujeto y posibilitar la justicia ecológica
necesaria para defender las redes de vida. Se trata de enriquecer el imaginario del
mundo bueno, cuidadoso y creativo que anhelamos, cimentado en una nueva ética para
reorganizar la vida, articulando la justicia social, la ambiental, y la ecológica. (Alberto
Acosta, 2017)
La sustentabilidad es un concepto que va más allá del enfoque de que los animales y
plantas – los ecosistemas – tienen derecho a la vida, y constituye un reto para la cultura
humana. La crisis ambiental es básicamente el producto de un bloqueo en la consciencia,
acosada por la destructividad que hace de nuestra vida un infierno, y también la de los
otros. (Vittorino Andreoli, 2018) Esa negatividad traduce la acumulación de actitudes
descuidadas hechas habitus, la replicación de patologías culturales, económicas e
inclusive religiosas que separan la humanidad de la Naturaleza, incluyendo a Dios. La
destrucción ambiental habita dentro de nosotros; es cebada actualmente por el
capitalismo neoliberal. Todos los semblantes de la Naturaleza son expresiones de la vida,
y también, destellos de lo espiritual, teniendo en la consciencia la verdadera sustancia
o base esencial de la realidad física manifestada.
Es urgente encontrar instrumentos para el despliegue de una nueva consciencia social,
plena de valores positivos, destinada a construir un futuro alternativo. (Papa Francisco,
Laudato si’ 2015) Toda nuestra vida sería diferente si solo pudiésemos apreciar su
milagro acopiado en una sola flor. (D.T. Suzuki, 1975)
63
Lo afirmo con conocimiento de causa. Fui Director de Desarrollo Rural Sostenible del Instituto
Interamericano de Comparación para la Agricultura (IICA) de la OEA, con sede en Costa Rica, entre 2008
y 2010.
131
mantener la integridad de sus sistemas, sin deformarlos. Su despliegue, relativamente
continuo, supone harmonizar las relaciones entre las personas, la sociedad y la
Naturaleza, cuestión que no depende de la racionalidad tecnológica, sino de la forma
como esta “organizada” la subjetividad, individual y colectiva. Esto es muy difícil, porque
la energía que circula intersubjetivamente tiende a pulverizar los campos de proximidad,
lo que nos fragmenta, afectando las relaciones con el “medio natural”. Debemos ser
capaces de construir otras realidades, comenzando por generar nuestro propio entorno
íntimo, que pueda incidir en los otros espacios y sujetos con los cuales interactuamos.
Las relaciones harmónicas son la base del Buen Vivir, y no tienen precio.
El desdoblamiento de la sustentabilidad depende - más allá de la sensibilidad perceptiva
- de la calidad y densidad del tejido social, de los imaginarios y significaciones que vibran
en la subjetividad, incluyendo los instrumentos de comunicación educativa, para el
entusiasmo, el activismo, la participación en el imaginario, y la formación de habitus
positivos o disposiciones cuidadosas.
132
dirección a la plenitud, podemos incidir homeopáticamente en las probabilidades
futuras; sincronicidades positivas pueden germinar de las contingencias. (F. David Peat,
2007).
Nuestros intelectuales orgánicos están contaminados por el reduccionismo teórico-
economicista, cognitivamente estúpido para solucionar los complejos problemas del
Ecuador (la degradación ambiental, las desigualdades, la exclusión de los sectores
campesinos e indígenas, la ignorancia de población, la pobreza de consciencia, la
corrupción, la inseguridad, el desempleo, el rentismo empresarial, el abuso del sistema
financiero, etc.), dedicados a la replicación del “más de los mismo”. Las creencias
desarrollistas y neoliberales evitan, limitan o bloquean un auténtico “desarrollo” de la
vida humana en plenitud.
Pudiéramos enriquecer nuestras teorías de cambio social introduciendo conceptos que
vienen de la física cuántica: emergentes sistémicos, estructuras disipativas, innovación
constante, futuros abiertos, efectos mariposas, tiempo irreversible, atractores externos,
creación de orden a partir del caos, equilibrio lejano al equilibrio, puntos de bifurcación
que indicar la emergencia de un nuevo fenomeno, regiones de inestabilidad, etc.
La fuerza de la resistencia subjetiva que se requiere para liberarse tanto de los parásitos
psíquicos, como de las opresiones, no consiste en aumentar la capacidad individual y
social para el combate, sino posibilitar el desdoblamiento consciente de la propia
autonomía, la capacidad y voluntad para incidir positivamente en los Otros, en claridad
perceptiva. La resistencia de la consciencia no se detiene en campos introspectivos;
porque la emancipación es un proyecto ético. “No hay acción social auténtica sin
espiritualidad; no hay verdadera espiritualidad sin acción social consecuente”. (Luis
Razeto M, 2006) Como hemos venido argumentando, se trata de darse cuenta de las
“sombras” que crea la luz del Ego, de comprender cómo pensamos, sentimos y
actuamos, como antecedente del cambio personal, subjetivo, y también social. Hay una
misión ética que debemos cumplir, una aspiración más amplia de cambio positivo.
¿Como debemos vivir y cuál es mi tarea en el mundo? (C. Otto Scharmer, 2009)
133
• Debemos configurar un nuevo sujeto social, a la par que un
nuevo tipo de sociedad democrática.
En la actual cultura política (no) liberal y financiarizada todo se compra, todo se vende y
todo se vuelve dinero. Asociada al capitalismo financiarizado, la democracia (no) liberal,
usualmente elige gobiernos autócratas que, además de prometer progreso material e
hiperconsumo, alimentan la competencia y frivolidad en la ciudadanía, apelando
inclusive a la violencia para la resolución de problemas. (Fareed Zakaria, 1997). Esa
democracia usualmente descarga el temor social para condicionar decisiones,
distorsiona la representación, y se vuelve funcional al autoritarismo machista, de
derecha o de izquierda. El autoritarismo usualmente prostituye a la “democracia”, el
“duro”, el cacique, el especialista en traición, se convierten en la figura emblemática de
la gestión pública; la ciudadanía marcha ingenua detrás del macho performado o
disfrazado. El autoritarismo se sostiene en un gobierno fuerte, tiende a crear sus propias
reglas de juego, y afirma que estas deben ser respetadas, aparentemente, pase lo que
pase.
Detrás del autoritarismo se esconde el espectro de una izquierda fracasada. Jactadas de
progresistas, esas democracias (no) liberales apostaron en la modernización capitalista,
el extractivismo, la dependencia, el más de lo mismo. Son democracias parapléjicas,
moralmente debilitadas, formalistas y carentes de contratos sociales que permitan a las
poblaciones organizarse y movilizarse, informarse reflexivamente, para poder formular
y concretar políticas que afiancen los intereses comunes. Es a nombre de la democracia
(no) liberal que se sacrifican a las generaciones futuras y a muchos grupos de las
generaciones presentes, preservando estructuras sociales que combinan opulencia y
miseria, sitiados por la insatisfacción, el miedo y la neurosis, sin sentido de felicidad que
explique su existencia.
134
para movilizar la confianza y la fe personal, y abrirse empática y solidariamente a los
Otros, es preciso emprender el conocimiento a uno mismo.
Nuestros políticos no tienen un proyecto ético de convivencia democrática. En Ecuador
la “democracia” es sinónimo de falsas promesas, demagogia, culebrones, traiciones,
corrupciones, embustes, juegos de oposiciones, polarizaciones, incongruencia,
intolerancia, decadencia, existencia indigna, injusticias, juego sucio, instituciones
parapléjicas. Hay que caminar en contramano, reflexivamente, sin ilusiones. La
micropolítica emancipadora debería ser un instrumento para fomentar la convivencia
democrática, enriquecer el convivir en democracia, en honestidad y responsabilidad
para recuperar la esperanza. Desmond Tutu nos decía: “Si eres neutral en situaciones de
injusticia, has elegido el lado del opresor”.
Un proyecto ético de convivencia democrática debería crear ambientes locales de
diálogo e interaprendizaje, para ofrecer a las familias, organizaciones y comunidades,
las condiciones de proximidad necesarias para facilitar la conversación educativa, la
escucha del Otro, posibilitando informarse, contextualizar, comprenderse, descubrir,
motivarse, y así asimilar inteligentemente las situaciones. (Dr. Michael Laitman)
135
imposición de falsos imperativos que los acompañan; en la falta de un proyecto
compartido y viable de país. Más profunda se vuelve esta crisis cuando el proyecto de
gobierno por el cual la “mayoría” vota, es diferente al que se ejecuta; cuando son las
corporaciones las que realmente definen los lineamientos básicos, los destinos. El modo
crisis empuja a la población hacia los extremos, el electorado se polariza, las redes
sociales nutren el tono del distanciamiento.
136
los que bloquean el entendimiento entre las partes. La ética no genera agresiones, son
las ideologías.
La teoría de la complejidad sugiere pasar del análisis de los factores individuales del
sistema hacia la observación del sistema como un todo, esto es, como una red de
elementos interactuantes que producen propiedades distintas a las partes. Ello hace que
las acciones sectoriales sean mucho más que intervenciones mecánicas y que el esfuerzo
articulado de lugar a cambios emergentes. Es muy difícil manejar los asuntos públicos
en condiciones de conflicto e impredecibilidad. Los sistemas socioeconómicos no se
expresan ordenados, no son previsibles o controlables, porque son complejos,
constantemente generan incongruencia entre sus propios problemas y fenómenos, y las
regulaciones, las normas y las prácticas de gestión. (Robert Geyer y Samir Rihani, 2010).
Ni privatizada, ni sectorializada, se demanda otra calidad de política pública, orientada
hacia la plenitud, la sustentabilidad, la resiliencia y la creatividad. Deberíamos pensarla
desde el pensamiento complejo, introduciendo en ella el componente de felicidad,
como recambio de metas, más allá del reducido aumento en el PIB o el bienestar. Un
Estado ético debería crear condiciones que favorezcan el despliegue de la paz, la
armonía y la felicidad. El único objetivo que une a todos los seres humanos es que cada
uno quiere ser feliz, a su manera.
137
no solamente las fuerzas naturales, sino también a los demás hombres. (Jean-Paul
Margot, 2007).
En metáfora, la felicidad puede ser entendida como un modo de vivir la realidad, en
armonía, libertad y salud, con la capacidad de “darnos cuenta de nuestra potencialidad
de vivir desde una nueva perspectiva” (Joost Kuitenbrouwer, 1992)
La felicidad no es sinónimo de placer, ni de niveles de ingreso. Sabemos que “alcanzados
ciertos niveles de satisfacción material, los aumentos en la riqueza no se traducen en
incrementos paralelos en Felicidad ”. (José A. Rodríguez Díaz, Mireia Y. Gimeno, Liliana
Arroyo Moliner, 2006). 64 La concepción de felicidad no ha sido demarcada o
instrumentalizada en la política pública, de manera de que se vea reflejada en las
métricas, pudiendo influir positivamente en la innovación de la gestión y
presupuestación.
Ello obedece, principalmente, a cuatro causas:
64
José A. Rodríguez Díaz, Mireia Y. Gimeno, Liliana Arroyo Moliner (2006). El campo de definición de
la felicidad por las Ciencias Sociales: una aproximación desde el Análisis de Redes Sociales.
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as_Ciencias_Sociales_una_aproximacion_desde_el_Analisis_de_Redes_Sociales
65
Prioridades que se extienden a la ciencia, los negocios, el mercado, la burocracia, la prensa corporativa
y las universidades, entre otros campos del quehacer humano.
138
que sea simplismo y mapa. Se trata de poner los mejores talentos a dialogar, pensar,
diseñar y probar nuevos enfoques y metodologías, visando el bien común. 66
Los Nadies
De Eduardo Galeano
“Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobre,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte:
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy ni mañana ni nunca,
ni en llovizna cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen y
aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies:
los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies.
los ningunos, los ninguneados.
Corriendo las liebres, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folclore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en las páginas rojas de la prensa local.
Los nadies.
Que cuestan menos que la bala que los mata.”
Los Derechos Humanos no son los mismos en toda circunstancia de espacio y tiempo, y
transcienden la lucha jurídica por la dignidad de las personas o colectivos, que sufren
diversas tramas de humillaciones. La concepción hegemónica de los derechos humanos
66
Nuestra Constitución establece la necesidad de “Promover el bien común y anteponer el interés general
al interés particular, conforme al Buen Vivir.”
139
se ha convertido en una forma de legitimar el dominio, la miseria y la desigualdad,
aunque se oponga moralmente al individualismo posesivo. (Boaventura de Sousa
Santos, 2014). 67 En la sociedad (no) liberal, tanto las plutocracias, como las
corporaciones perciben a los Derechos Humanos como "costos sociales", y reclaman
suprimirlos en nombre del culto a la competitividad. Los Derechos Humanos no son
dádivas de las clases dirigentes, son el regalo histórico de dignidad de millares de
rebeldes, en actitud de lucha y resistencia.
Las clases dominantes han asumido los Derechos Humanos en términos abstractos,
haciendo de los cánones éticos, unos simples juicios de valor, esto es, declaraciones
relativas comparables a los axiomas de la geometría. De la misma manera que los
postulados matemáticos son diferentes según el tipo de geometría que esté
observando, un juicio de valor sobre “derechos humanos” es percibido, por las
fracciones burguesas, como verdadero, dentro de un cierto sistema de (anti)valores,
pero calificado como falso, dentro de otro. Esa geometría es puro juego de poder. Es
por ello que en diversas partes del mundo y, en especial, en América Latina, hay Estados
que, en nombre de la “democracia” y los “derechos humanos”, imponen dictaduras,
atentados, sanciones económicas, ayudas humanitarias, subversiones,
autoproclamaciones, etc., según los juicios de valor formulados por su propia
conveniencia. Así, los “derechos humanos” se transforman en la justificación funcional
para la violación de los mismos. Los asuntos económicos de los gobiernos caminan por
su lado, y por otro, las obligaciones de derechos humanos que tiene el Estado. Dicho de
otra manera: la economía y los derechos humanos son tratados como temas aislados,
como si fueran compartimentos separados. (Juan Pablo Bohoslavsky, 2018)
Para las clases dominantes los Derechos Humanos nunca son los derechos de la vida
concreta, a lo mucho, documentos cargados de buenas intenciones. Con frecuencia,
siguiendo esta perspectiva hegemónica, los derechos humanos traducen discursos
ciegos que activan programas de “desarrollo” dirigidos a lograr una aparente
“gobernabilidad”, pensada por la tecnoburocracia como la capacidad de aguante - el
“piso mínimo de protección social” - a ser garantizado para no poner en peligro el
sistema. (Franz Hinkelammert. 2012).
Las Declaraciones y el conjunto instrumentos jurídicos de protección que amparan las
expresiones de nuestra diversidad, como la equidad de género, o la lucha contra la
discriminación, etc., han llevado, por cierto, a cambios culturales, posibilitando el
respeto a la dignidad, aquí y allá, pero no logran cambiar las negatividades que nos
muerden por dentro. No han logrado construir sociedades justas. Porque no existen
instrumentos para el despliegue de culturas donde los Derechos Humanos se inspiren
por valores positivos vividos.
Los Derechos Humanos no se realizan simplemente por estar plasmados en el
ordenamiento jurídico, incluyendo la conquista instancias de protección en los órganos
67
Boaventura de Sousa Santos (2014) Derechos Humanos, democracia y desarrollo. Editorial: Dejusticia.
Bogotá. Colombia.
140
judiciales. Se efectúan cuando son vividos, ejercidos, considerados en las relaciones del
cotidiano; las personas resisten la acción negativa. Es un error suponer que, por decreto,
los Derechos Humanos valen para todos, debido a que son percibidos solamente como
algo que debemos legalmente respetar, o como fundamento ideológico para justificar
hipocresías políticas. El enfoque formalista de Derechos Humanos, con frecuencia, está
destinada a tapar un sistema de exclusión y dominación.
La construcción social de una nueva sociedad tiene que partir de los Derechos Humanos.
Hay que defenderlos, hay que resistir su violación, hay que crear nuevos derechos y
obligaciones; son los ejes prácticos que permiten apuntar la evolución hacia la dignidad
humana. Las obligaciones y los deberes suponen nuevos comportamientos, cotidianos
que pueden ser enriquecidos de dignidad y sentido comunitario.
Sabemos que numerosas personas y pueblos están sufriendo inseguridad, injusticia y
exclusión; que millares de niños y de mujeres son explotados diariamente en tareas
infrahumanas; que 113 millones de personas padecen hambre y más de 150 millones de
niños sufren retraso de crecimiento (FAO); que persisten en el mundo las embestidas de
limpieza étnica produciendo asesinatos, violaciones y migraciones; que el 65 % de los
transexuales de América Latina han sufrido violencia homofóbica en el ámbito escolar
(UNESCO); que ocurre un amenazador resurgimiento de formaciones fanáticas –
populismos nacionalistas - que suscitan e incitan el odio étnico, la intolerancia
multicultural, incluidas doctrinas de predominio racial; etc.
Hay que defender los Derechos Humanos, porque son los pisos básicos para construir
una buena humanidad, pero también hay que transcenderlos, construir nuevas
dignidades; “…solo reconociendo las debilidades reales de los derechos humanos es
posible construir, a partir de ellos, pero también más allá de ellos, ideas y prácticas de
resistencia fuertes. Esta reconstrucción permitirá que los derechos humanos se
conviertan en un instrumento de lucha, de resistencia y de alternativa, aunque sea de
manera limitada “(Boaventura de Sousa Santos, 2014).
Para lo cual, debemos fomentar el activismo que construya, a partir de los derechos
humanos, como insumos esenciales de la transformación social, nuevas prácticas de
resistencia y alternativa. Son tantas las fuentes de imaginación que brotan de los
diferentes grupos, pueblos, comunidades, movimientos sociales. Se requiere nutrir una
“ecología de saberes”, entendida como un “ejercicio epistemológico basado en lo
incompleto de cualquier tipo de conocimiento humano y destinado a identificar
conocimientos distintos y criterios de rigor y validez que operen de manera creíble en las
prácticas sociales con el fin de desarrollar interacciones creativas entre ellas “.
(Boaventura de Sousa Santos, 2014).
141
1. Los valores y principios que construyen Buenos Vivires brotan desde el
enriquecimiento amoroso de la convivencia. Aprendemos los valores éticos
individualmente, pero desde la dinámica resonante de la convivencia. Esa
dinámica es hecha de interacciones plurales, no lineales, racioemocionales,
matizadas por los sentimientos. Podemos, desde la interacción consciente,
desplegar buenas energías emocionales hacia el sistema más amplio, por
retroalimentación;
2. Deberíamos cultivar valores éticos en todos los espacios de socialización,
principalmente en la familia y la escuela, en la comunidad, el barrio, las
organizaciones, las instituciones, etc. Ese aprendizaje ocurre dentro de la
convivencia, en interconexión intercultural y social, y su calidad depende no solo
de la información que pauta las conversaciones, sino del estado de consciencia;
3. La transición desde la convivencia negativa, medrosa y agresiva, a la positiva,
emancipada y armoniosa es un proceso educativo, colectivo, que parte de la
capacidad del sujeto de poder elegir, discernir y tomar decisiones, apoyándose
en la búsqueda de una consciencia superior, con capacidad de ejercer un papel
sustancial en el aprendizaje y la creatividad;
4. Los espacios de convivencia son heterogéneos, diversos, cambiantes, ruidosos,
marcados por identidades relativamente inconstantes. Para lidiar con ese
entorno, importa buscar la armonía del presente, para encontrar primero el
lugar del cambio personal, y también las proximidades que posibilitan procesos
de subjetivación colectiva;
5. Los habitus negativos que condicionan el accionar del sujeto, no constituyen
energías inmutables, pudiendo ser cambiado nutriendo los “aromas” y las
“melodías” de la cotidianidad. La estética de esta ética brota de las
comunicaciones, útiles, apropiadas, plenas de entusiasmos, esperanzas y
contentamientos. La tecnología comunicativa - la pedagogía - desborda el
paradigma mercantil de la publicidad;
6. Se debería reivindicar el derecho al silencio, a disminuir el ruido del entorno, para
facilitar la atención consciente, una medida difícilmente imaginada por la política
pública, para impedir el ametrallamiento de energías negativas en la
subjetividad; 68
7. El derecho al silencio debería ser pensado como un instrumento de
descontaminación subjetiva y resistencia, individual y colectiva, con capacidad
de ayudarnos a estar presente, percibiendo el significado de una “vida sana”, con
pasividad de lidiar adecuadamente con las dificultades del entorno;
8. No se necesitan grandes inversiones para concretar una estrategia social de
formación de valores positivos, sino la decisión colectiva para crear y recrear los
68
El silencio provocado por el temor es silencio protector y puede ayudar a sobrellevar ciertas relaciones
indignas, evitando que empeoren, pero no sirve para desarrollar una resistencia activa frente a la
dominación y la violencia, expresada de varias maneras, la humillación, el rechazo, el golpe, la represión,
la tortura, etc.
142
contextos que posibiliten armonizar las relaciones que uno tiene consigo mismo,
con los Otros y la Naturaleza;
9. Las redes ciudadanas pueden de conjunto cambiar “la lógica no lógica” impuesta
por los medios de comunicación de masa, respecto a las formas temerosas,
egoístas y machistas de organizar la convivencia, parando la fabricación de
“culebrones” y sentimientos opuestos que generan frustración, agresividad,
sufrimiento, empequeñeciendo la consciencia;
• A manera de conclusión
“En verano vuelca el sol torrentes de fuego sobre La Mancha, y a menudo la tierra
ardiente produce el fenómeno del espejismo. El agua que vemos no es real, pero algo de
real hay en ella: su fuente. Y esta fuente amarga, que mana el agua del espejismo, es la
sequedad desesperada de la tierra”. Por, José Ortega y Gasset
Me doy cuenta que no puedo concluir este trabajo, y que talvez no lo haga nunca,
porque estoy atrapado en un complejo proceso de aprendizaje y desaprendizaje en el
que no cesan las nuevas preguntas. Que no me es fácil salir de mi rebeldía cognitiva y la
esperanza de que pensamientos alternativos puedan hacer posible que la sociedad
plantee su transformación. He buscado explicar el problema del sometimiento subjetivo
que inunda nuestra vida cotidiana - el miedo, la ignorancia y la opresión - pero sospecho
que no lo he resuelto, porque faltan anunciar los mecanismos, presentar resultados
validados, poner a prueba los puentes instrumentales que posibilitan la emergencia de
esa convivencia plena de “Buenos Vivires”. Sin embargo, debo atreverme a formular
propuestas.
En este punto, por lo menos me queda claro que la micropolítica propuesta nos lleva a
darnos cuenta no solo de las relaciones opresoras, sino de las negatividades y
sensibilidades que nos constituyen. Pero que debemos ir más allá del darse cuenta -
concientización – de los graves sufrimientos sociales, económicos y políticos que nos
143
oprimen y vienen del contexto. Es necesario darle sustentación a esa conciencia,
incrementando su nivel para responder adecuadamente a los procesos mentales que
contribuyen al desarrollo del campo atencional, a estados más despiertos, a ser
conscientes de los contenidos de la mente.
Me doy cuenta que cambiar la cultura subjetiva es una cuestión sistémica, compleja y
complicada. Y también que no se pueden eliminar las fuerzas opresoras que nos vienen
del sistema. En el plano individual, se puede tomar consciencia de las experiencias
internas y las externas del contexto, focalizar la percepción y lograr sensibilidad respecto
a diversas esferas de la vida. Pero sostener ese estado de atención y claridad, peor aún,
de pasar de primera a segunda persona, resulta una tarea casi imposible. Es muy difícil
construir ese puente intersubjetivo entre lo individual y lo colectivo, vinculando
pensamiento, sentimiento y acción; cambiar los habitus en los barrios, comunidades,
instituciones y organizaciones. Es la cultura subjetiva, particularmente los habitus, lo
que explica el comportamiento humano. Y son muchos los factores que intervienen o
participan en la construcción continua de esa cultura; somos todos creados por una
sucesión variada de acontecimientos y experiencias.
Esa creación puede ser modificada desde la micropolítica; por lo menos alcanzar una
estrategia de resistencia. Pero se requieren multiplicar las actitudes y voluntades
individuales dirigidas a salir del automatismo y darse cuenta de los patrones
condicionantes que se adoptan de forma relativamente inconsciente.
Es muy difícil emprender socialmente hacia un nuevo imaginario, coherente con los
Buenos Vivires. Pienso que se demandan no solo otras “reencarnaciones”, sino de
interpretaciones más críticas de la historia; otras formas de entender la realidad;
debates políticos abiertos sobre el contexto que nos envuelve; revisión de los conceptos
teóricos que fundamentan nuestros sistemas sociales y políticos; proximidades y acceso
a información; creación de espacios de acuerdo ciudadano y significación sociocultural;
diálogos intercientíficos y alianzas interdisciplinarias; ampliar los flujos, intercambios y
vínculos comunicacionales de aprendizaje; sistematización de experiencias y capacidad
para articular la variedad de visiones; validación de instrumentos y métodos;
aprendizajes y vivencias compartidas; desarrollo de metodologías; mayor activismo y
proximidad con el pueblo y las organizaciones; la promoción del saber, la innovación y
la creatividad; mayor articulación entre los movimientos sociales y procesos de
construcción de narrativas contrahegemónicas; etc.
Es una tarea relativamente imposible explorar tantas interconexiones, la vida
económica, la mente, la política, la tecnología, la cultura, el ambiente natural, etc. Sin
embargo, llego a la conclusión de que asumir valores éticos es un prerrequisito de la
posibilidad de articular voluntades en una perspectiva emancipadora. Desde la
micropolítica, darse cuenta del poder energético de los antivalores sobre nuestra
conducta y comportamientos, es un requerimiento forzoso, pero no suficiente. Ha
valido la pena sostener la esperanza, perseguir esas quimeras posibles, escondidas en el
144
fondo de mi ser, compartidas con millares de otras personas. Cuando se percibe el
futuro como un ensueño de posibilidades, y sabes que la realidad es proyectada
negativamente dentro de tu mente, la vida se vuelve tensa. Pero los espejismos
esconden realidades no percibidas, que no se descubrieran, hablando en metáfora, si
no existieran tierras clamando por agua. Me gusta viajar ética y reflexivamente por los
paisajes de la imaginación, perseguir la percepción de lo ignorado, ser un buen ser
humano, más de lo que creo ser. El pensamiento reflexivo, de la mano del silencio, es
básico para lograr la propia emancipación, para darle sentido al cambio social. Pero se
requiere de la acción social para pasar a incidir en el entorno.
Esta larga reflexión es apenas una “propuesta” conceptual, llena de imaginaciones, de
intuiciones, de utopías; es una condensación de trayectorias y memorias, de voces y de
aspiraciones, de sueños y frustraciones. Entiendo que la utopía explica una noción
referida “… a proyectos de transformación social que se consideran imposibles” (Herbert
Marcuse). Esta propuesta debería complementarse y enriquecerse con otros
compromisos y razonamientos, con trabajo de campo, la puesta a prueba de
alternativas, el aprendizaje de errores, desarrollo de metodologías, mayor autocritica,
en otras palabras, con más participación curiosa en el despliegue de una vida más
elevada.
La práctica política convencional, en general, esta tan concentrada en el diseño de
respuestas reactivas, sumida en los antagonismos, rivalidades y fake news, en la
manipulación informativa, en el cálculo electoral y la captura de las instituciones, etc.,
que no favorecen la circulación de propuestas alternativas que saquen a los pueblos del
precarismo social, la ignorancia, la estupidez y el temor en los cuales están actualmente
postrados. Tienen una enorme dificultad de cambiar el vocabulario, las modalidades
discursivas elaboradas para satisfacer los intereses imperiales, las visiones
antropocentristas, desarrollistas, machistas y populistas, etc., que no pueden repensar
las cuestiones esenciales, como entender más profundamente el papel del ciudadano
subalterno, sirviente, precario, ignorante y descartable que se multiplica en la sociedad
actual, un tema velado por los intereses de las élites sociales. La dinámica política
ciudadana es muy poco informada por la noción de la subjetividad.
Estoy agradecido, entiendo que el despertar de mi libertad y mi destino, parafraseando
a Martin Buber, están consagradas la una a la otra, ligadas por el significado que voy
encontrando. Se trata de un propósito de vida que se transciende a sí mismo, o sea, algo
más grande que nosotros.
Enfrentar la negatividad supone enfrentarse a las “sombras”, comportando un esfuerzo
referido a los campos subjetivos y objetivos, lo tangible e intangible, lo explicado e
implicado; un trabajo sistémico pensado como reordenación de energías subjetivas,
dinámicas e interdependientes. Conocerse a sí mismo, aparentemente no debería ser el
problema central de la existencia, pero lo es; porque nosotros mismos somos la primera
sujeción para ser libres. La concientización deberá proyectarse hacia el encuentro con
nuestras propias sombras; el poder represivo no podrá aprisionar las almas. Olvidamos
145
que “en el mismo acto de conocerse a uno mismo, uno se transforma”. (Sigmund Freud).
Me he pensado como un “Lucifer” empleando su luz para iluminar sus propias sombras.
La extrema dificultad está en poder organizar una amplia red de sujetos dotados de
espacios emocionales contemplativos y compartidos, de nuevas propuestas
paradigmáticas, dispuestos a descolonizar el subconsciente e intercambiar alternativas
de emancipación, resiliencia y resistencia. Se requiere de la complementariedad
intercultural de agentes y actores portadores de alternativas, apuntando a formular un
discurso de cambio cultural y emancipación social, afirmado en la ecología de la
consciencia.
Hablar de cambiar las estructuras sociales y económicas es hablar de nutrir una nueva
espiritualidad, con capacidad de hacer conscientes – de volverlos comprensibles - a los
“perros que nos muerden por dentro”, y simultáneamente, a las “fieras” opresoras que
nos dominan de afuera. Ambas energías aplastan nuestra libertad y dignidad, perversa
o sutilmente. Hablo de espiritualidad como esa inefable capacidad de maravillarnos y
entusiasmarnos, de percibirnos más allá de lo que somos, de construir esperanza de que
es posible emanciparnos. Lo espiritual es la base para entender lo que significa vivir en
libertad; permite entender más fácilmente las negatividades que nos someten, es
posible oponer resistencia a los poderes que nos oprimen, ser más concientes de la
“realidad”.
Es la actitud espiritual - la opción por realizar una vida guiada por la solidaridad, la
generosidad, y el amor por los demás y la Naturaleza - la que despierta la posibilidad del
cambio de mentalidad, eventualmente de habitus. Esa búsqueda nos impulsa a
conectarnos con el inconsciente, controlar deseos condicionados, afecciones nerviosas,
el temor, la ignorancia, el miedo al poder; darnos cuenta de la negatividad que es
replicada en el contexto, bajo habitus perversos. La toma de consciencia nos lleva a
participar en los campos fértiles que siembran aquello en lo que creemos; confieso que
esa sola idea es la que constantemente me reinventa como persona.
Es desde ese leve contacto con una consciencia superior que estamos más preparados
para construir “puentes” de rebeldía, resiliencia y resistencia, entre la micropolítica de
la ética y la macropolítica de la barbarie; podemos conocer que deseamos para nosotros
mismos, y para nuestros prójimos. Por ello no podemos gestionar las emociones
negativas como el miedo, el desamparo, la frustración.
No es una transformación imposible, es muy compleja, complicada y sistémica; se
requiere aplicar nuevas herramientas políticas, afectivas, comprensibles, educativas,
participativas, gestionadas por los propios sujetos involucrados en procesos de
despertares. Esa transición puede tomar mucho tiempo y será más compleja en
contextos fascistas y ambiente bélicos, pero la única alternativa es articular la micro con
la macropolítica, alterando positivamente los espacios de convivencia. Pero debemos
contribuir a esa transformación, porque somos responsable por nosotros mismos y por
todos los demás. “Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes
que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común. “(Eduardo Galeano)
146
Es posible cambiar los cotidianos hechos de malos vivires, de miedo y opresión, hay que
intentarlo. Se pueden cambiar los contextos e influir positivamente en la construcción
de una subjetividad que sea éticamente política; urge desneoliberalizar el inconsciente.
Se puede nutrir una micropolítica emancipadora, para incidir en la calidad relacional del
cotidiano; se requiere sistematizar instrumentos, crear una propuesta metodológica.
Toda la organización de la vida social responde a campos energéticos, algunos
escondidos en niveles muy profundos de la consciencia, de la organización de la
percepción. A esos qualias llegamos cambiando el entorno personal y cultural,
asentando otros lenguajes, que aseveren la ética y la estética, lo bueno y lo bonito;
trayendo a la conciencia lo que nos mortifica en la inconsciencia.
Se requiere mejorar la calidad de la consciencia que emerge cuando nos centramos en
el presente, para encontrarnos con nosotros mismos. Nos daremos cuenta que la
consciencia profunda es el mejor regalo que nos concede la existencia para salir de la
alienación. Eso significa empoderamiento. Debemos encontrarle sentido y significado a
la vida, fuera del miedo a no tener cosas o consumir deseos, a ser marionetas del poder:
hay que dialogar, participar, aprender, superar obstáculos, enfrentarse a la negatividad
de la ignorancia, compartir imaginarios posibles. Intuyo que todo ello se transmuta en
armonía, tarde o temprano.
Entiendo que, en el marco de la democracia del capital, ninguna élite, de izquierda o de
derecha, nacional o globalista, permitirá desde el gobierno, que la sociedad decida
políticamente emanciparse. El Estado no es aparato imparcial que sirva de herramienta
para la transformación de las relaciones sociales que le dan sustento. Es tremendamente
improbable que el establishment decida distribuir el poder o cuidar de la Naturaleza. Las
soluciones que proponen los sectores hegemónicos son siempre marcadas por la
intensificación del más de lo mismo; el crecimiento económico santificado por el
egoísmo, la concentración del “poder sobre los Otros”, la privatización de la vida. Pero
es posible empezar a emanciparse desde dentro, a conquistar dignidad, tomando
consciencia, creando una suerte de anti poder. Se demanda activismo, resistencia,
paciencia, creatividad, comunicaciones educativas, para que los proyectos de
transformación juzgados como imposibles, se vuelvan gradualmente posibles.
Como sociedad, debemos aproximarnos social y racioemocionalmente para facilitar la
búsqueda de maneras inéditas de concretar el imaginario del “Buen Vivir” – entendido
en plural - identificando posibles procesos intermedios o transiciones, de aquí para allá.
No podemos aceptar el actual statu quo; una sociedad condicionada a servir a minorías,
a los que más tienen, agrediendo a la Naturaleza. Necesitamos del activismo, de los
impulsos afectivos traducidos en movimientos, proximidades, el aporte ético de la
ciencia, el despertar de la consciencia, nuevos lenguajes, articulación de experiencias,
acción participativa, diálogo de saberes. Necesitamos de contextos nutridos por vínculos
de afecto, equidad de género, dialogo y comunicación educativa; de cotidianos alejados
del ruido y temores condicionados.
147
Necesitamos de ese Amor que se vuelve rebeldía y resistencia, para evitar el desplome
de nuestro frágil buen modo de vida, y así proteger, principalmente, el “pan nuestro de
cada día”. Joseph Campbell (2002), recomendaba leer poesía, para entender cómo
puede desdoblarse la utopía. Deberíamos aprender a liberarnos a partir de sentimientos
artísticos pintados de creatividad, de imaginarios de Buen Vivir. Necesitamos del arte
que tiene la virtud de emocionarnos para que florezca lo no percibido directamente, con
lenguajes espirituales que nos llevan a la comprensión. Necesitamos rodearnos de lo
bonito, de paisajes tranquilos, para bailar de esperanza y alegría, y estar siempre “al
principio de una curiosidad inextinguible”. Necesitamos articularnos y construir una
nueva subjetividad, una nueva sociedad y experiencia vital, que ya existe escondida en
nosotros. Los Buenos Vivires no van a desplegarse porque se derrumba el actual sistema
hegemónico, sino por un cambio en la cultura subjetiva, desde dentro, sembrando
esperanza.
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