Viejos y Nuevos Paradigmas - Manuel Chaparro
Viejos y Nuevos Paradigmas - Manuel Chaparro
Viejos y Nuevos Paradigmas - Manuel Chaparro
19-41), Cultura
Acadmica / UNESP, Sao Paulo, 2012
La actual crisis definida como econmica camufla una crisis ms real y menos
eufemistica; la crisis de los valores, de la incapacidad poltica para generar polticas que
pongan fin al terrorismo especulativo y bancario, causantes de los dramas humanitarios y de
la ausencia de perspectivas de vida de miles de ciudadanos y ciudadanas en todos los puntos
del planeta.
La especulacin econmica producto del desarrollo se encuentra en la raz de la crisis,
pero ha sido la perdida de los valores sociales relacionados con la responsabilidad, la
solidaridad, la redistribucin de la riqueza y los compromisos con la ciudadana para construir
una sociedad de iguales, los que han permitido la aceptacin de la riqueza acumulativa en
bienes materiales como principio del xito social, del triunfo y del fin mismo de nuestra
existencia. La existencia incluso de una moral que viene a justificar la sociedad del xito, la
sociedad del individuo frente al colectivo, han puesto en crisis valores ticos que la cultura
occidental vena elaborando desde Platn y Aristteles.
Con todo, el modelo econmico que se impone en el mundo se fundamenta en el
principio de subsidiar la pobreza y subvencionar la riqueza. Un modelo de contencin de los
dramas sociales mediante una politica de parches que tiene como objetivo no asustar al
capital que en un contexto globalizado es susceptible de volatilizarse y resurgir all donde las
condiciones le son ms favorables.
El paso del tiempo ha devaluado el significado de trminos de referencia usados como
metas para alcanzar el bienestar, el ansiado progreso, la modernizacin y la domesticacin de
la naturaleza; a partir de la creacin de imaginarios que cada vez son ms difciles de
compartir vinculados al concepto de desarrollo. Indudablemte, los medios de informacin han
contribuido a fomentar el imaginario del desarrollo. Como un paradigma noble y salvador de
la humanidad sin que los anlisis que han venido cuestionandolo hayan tenido suficiente
xito.
Comunicacin y desarrollo son parte de un binomio sobre el que se ha venido
trabajando en la bsqueda del progreso y la justicia social, sin embargo, hoy debemos
reconocer que forman parte del gran fracaso de los mitos surgidos en el siglo pasado.
La comunicacin se mueve en la anttesis del desarrollo, la comunicacin se produce
desde la voluntariedad y la horizontalidad, el desarrollo responde a una razn etnocntrica, es
vertical y, por tanto, impuesto. La comunicacin busca el intercambio de ideas,
conocimientos, pautas culturales que faciliten la convivencia, la evolucin compartida y las
mejoras en nuestras condiciones de vida. El desarrollo persigue el crecimiento monetario
econmico, entendido como acumulacin de capital, para generar condiciones de felicidad. Es
necesario examinar significantes y significados para evaluar la verdadera dimensin de lo que
hoy llamamos desarrollo y de los valores que debemos reconocer en la comunicacin como
motor de una accin encaminada a construir sociedades verdaderamente democrticas.
universales,
ms
cuando
slo
buscan
argumentos
favorecedores
de
posicionamientos que slo persiguen el beneficio para una clase exclusiva duea del destino
universal, con una forma de hacer poltica a escala global.
La clave del xito del desarrollo proviene de la construccin de un discurso
hegemnico capaz de construir representaciones para definir la pobreza desde fundamentos
reduccionistas e infantiles. El pobre visto como carente de lo que tiene el rico en los aspectos
materiales (ESCOBAR, 1996). Estas ideas divulgadas por los medios de los pases
enriquecidos como un dogma, han impregnado no slo los estudios de economa, sino el
conjunto de las ciencias, desde la sicologa, a la sociologa, a la antropologa y los estudios
culturales.
El desarrollo ha instalado en la poblacin una percepcin de falsa esperanza de
felicidad. Algo que inevitablemente contribuye a mantener las estrategias del mercado lejos
de cuestionamientos ticos, al usar el paraguas de esta creencia instalada en la sociedad. Sin
embargo,
econmico suicida, o mejor dicho, genocida (Informe Brundtland 1987). El objetivo supuesto
es mantener cuotas de crecimiento permanentes sin sacrificar a generaciones futuras. El
fracaso de los acuerdos adoptados en la Cumbre de Ro de 1992, son buena prueba de que la
sostebilidad es una nueva nana encantadora, como dicen Braungart y McDonough (2010) es
que puedo decirle a mi pareja que nuestra relacin es sostenible? Lo mismo ocurre en
nuestra relacin con el planeta.
En realidad los lmites del crecimiento ya se desbordaron hace dcadas y es
matemticamente imposible seguir manteniendo las actuales cuotas y mucho menos pensar
que ello es posible mientras no se plantee una poltica redistributiva para la que el sistema no
ha pensado en ninguna estrategia. La huella ecolgica de los pases enriquecidos es una media
de 7 veces superior a la de los pases empobrecidos y con esta cuota es lgico plantear la
necesidad de un decrecimiento en las economas engordadas, donde adems la desigualdad
producida por el desmantelamiento del estado de bienestar es cada vez mayor, como
demuestra la actual crisis econmica. Por desgracia estas son realidades que ni se informan, ni
comunican lo que dificulta la toma de decisiones y la capacidad crtica de la ciudadana.
Es significativo que la Declaracin Universal de los Derechos Humanos (DD.HH) no
dedique ni una sla lnea al objetivo desarrollista y slo menciona la palabra en su prembulo
para referirse a la amistad de los pueblos: promover el desarrollo de relaciones amistosas
entre las naciones. Lo que nos hace ver que el concepto actual de desarrollo fue creado e
impulsado, tal como hoy se aplica, con posterioridad a la DD.HH.
La Declaracin Universal convertida en papel mojado para muchos pueblos, es hoy de
nuevo reivindicada por uno de sus redactores y autor de un breve y revolucionario panfleto,
Indignados! de Stphane Hessell (2011); que nos ha hecho hacer memoria sobre como
hemos llegado en Europa a una situacin de colapso que nos ha puesto a los pies de
mercaderes sin escrpulos apoyados por los organismos creados, en su da, para imponer el
desarrollo: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organizacin Mundial
del Comercio. Es el FMI quien est decidiendo, como ya hiciera en los pases empobrecidos,
las recetas econmicas que estn deteriorando gravemente las conquistas sociales europeas,
que precarizan el empleo y ponen fin a la proteccin social. Europa est probando su propia
medicina y nada hace preveer que el resultado vaya a ser ms favorable que el obtenido en los
pases y sociedades largamente perjudicados por esta poltica.
En todo caso hoy carece de lgica la defensa de los DD.HH sino est acompaada de
otras dos declaraciones, que son ms que complementarias. La primera de ellas refrendada
por la ONU: los Derechos de los Pueblos Indgenas (2007) en cuyo prembulo se dice: []
los pueblos indgenas son iguales a todos los dems pueblos y reconociendo al mismo tiempo
el derecho de todos los pueblos a ser diferentes, a considerarse a s mismos diferentes y a ser
respetados como tales. El segundo documento es el Proyecto de Declaracin Universal de los
Derechos de la Madre Tierra, como ecosistema incapaz de sobrevivir sin el conjunto de
especies animales y vegetales que en ella habitan contribuyendo al equilibrio necesario:
Esta importante Declaracin fue aprobada en 2010 en la Conferencia Mundial de los Pueblos
sobre Cambio Climtico.
La vida de este planeta se extinguir dentro de 500.000 millones de aos cuando la
masa de gases ardientes que constituye el sol no pueda ya ser contenida por la fuerza de la
gravedad del propio astro y se expanda hasta alcanzarnos, pero no hace falta poner una fecha
de caducidad tan a largo plazo si no nos convencemos de que el crecimiento impuesto por el
desarrollo est llevando al planeta a la desaparicin de la vida que hoy conocemos.
La conquista de los derechos humanos, la idea de la democracia, del sueo de la
igualdad, ideales que en Occidente empezaron a expandirse con la Revolucin Francesa se
han convertido para la inmensa mayora de la humanidad en un letra vaca, en un anhelo
inalcanzable y lejos de ser una utopa son una quimera. En este repensar desde las ciencias
sociales no est de ms el repensar nuestro mundo y trabajar la memoria para recuperar el
autntico significado de las cosas.
Es necesaria la bsqueda de un nuevo modelo social que eluda la prctica y el
imaginario mismo del desarrollo, del crecimiento econmico como solucin a los problemas
existentes en nuestras sociedades. La crisis humana como la del propio planeta tiene como
responsable un modelo de sociedad que se comenz a construir a finales del XIX y que ha
fabricado su apocalipsis en los ltimos 60 aos.
Una verdadera comunicacin, desde su significado autntico de intercambio horizontal
participativo, democrtico, debera promover las esencias de un repensar nuestro modo
antinuatural de hacer las cosas. La reformulacin de los pensamientos que hemos estado
dando como vlidos y hemos transmitido en nuestras escuelas y centros de enseanza. Hacer
una sociedad de ciudadanos y ciudadanas competentes antes que competitivos.
ser censuradas sin mucho xito. Disfrazar agendas para controlar el rebao era su objetivo, no
el de descubrir los problemas de subconsciente humano como pretenda Freud.
El presidente Woodrow Wilson era un convencido de la economa a escala y fue el
primero en creer en los principios de la economa del desarrollo. El mercado se presentaba
como un actor capaz de satisfacer todas las ambiciones, en este entorno el trabajo de Bernays
se convertira en trascendental.
Bernays trabaj en la oficina de propaganda de los EE.UU durante la Primera Guerra
(Committee on Public Information) y pudo observar el resultado de aquel trabajo en el
recibimiento multitudinario y eufrico a Wilson en Paris al finalizar la guerra, el hroe
salvador del mundo. Bernays se vio sorprendido por aquel episodio y le llev a concebir la
idea de que los medios de informacin eran el mecanismo para modificar, definitivamente, los
comportamientos de la sociedad y dirigirlos a su antojo.
Puso todo su empeo en usar la propaganda para construir los deseos de la sociedad
estadounidense que luego comenzaran a ser los del resto del mundo. Las herramientas para
lograr el objetivo eran los nuevos medios de masas y entre ellos la radio que se instalaba con
xito en los hogares y muy pronto, la tambin incipiente televisin. Medios de informacin
para difundir los mensajes e imgenes que alimentaran los nuevos deseos. En este desafo
cont con todo el apoyo de las grandes corporaciones empresariales, las principales
beneficiarias.
Usando los medios, Bernays comenz a modelar los comportamientos para construir
los nuevos deseos de la sociedad estadounidense, fundamentados en el consumismo como
factor de la felicidad. No obtener el producto publicitado como anhelado por todos y
paradigma del progreso implica fracaso, frustracin, quedar fuera del sistema, que
directamente seala la incompetencia del individuo. Era necesario crear este lazo perverso
para colonizar el imaginario de la sociedad norteamericana, de manera que as poda ser
fcilmente dirigida en lo poltico y en lo econmico. Para convencer a las corporaciones de lo
que poda llegar a hacer, realiz un ensayo cuyos resultados le report el crdito necesario
para poner en marcha su maquinaria. En 1929, aprovechando el desfile de Pascua organiz
una manifestacin femenina que denomin Antorchas de la libertad. El grupo de jvenes
mujeres a una orden pactada encenderan un cigarrillo en un gesto que Bernays haba vendido
previamente a la prensa como la liberacin de la mujer. Estaba mal visto en aquella sociedad
que la mujer fumara, pero la gran beneficiada era la industria tabaquera que incorporaba como
cliente a la mujer. Para la industria del tabaco obtuvo otros xitos, como conseguir que la
Asociacin de Mdicos recomendara durante cincuenta aos fumar como un hbito saludable,
circunstancia que los medios ms prestigiosos se encargaban de amplificar.
Bernays, lleg a dominar de manera tan eficaz esta tcnica y ponerla al servicio de los
intereses de las corporaciones que fue el artfice de la poltica de propaganda que facilit el
primer golpe de estado en un rgimen democrtico sudamericano. Ocurri en 1954 en
Guatemala. Durante meses la prensa estadounidense fue deliberadamente intoxicada con
pruebas falsas sobre un gobierno comunista instalado en el rgimen democrtico de
Guatemala. Se trataba de crear un clima social propicio para justificar una intervencin de
EE.UU. Aquel gobierno guatemalteco, presidido por Jacobo Abenz Guzmn, slo pretenda
poner coto a los intereses desmedidos de la poderosa Union Fruits Company, que se haba
hecho con el monopolio del cultivo de la banana, y llevar a cabo una reforma agraria. Estados
Unidos arm fuerzas paramilitares para derrocar al rgimen y le aisl internacionalmente
haciendo creer que un gobierno comunista apoyado por Mosc se haba instalado en su patio
trasero. Cre todos los demonios posibles. Las corporaciones con ayuda de Bernays, crearon
el clima propicio y convencieron al gobierno para que interviniera y ste as lo hizo. Ni
siquiera fue una estrategia gubernamental sino el resultado de empresas decididas a gobernar
el mundo.
Tras el desalojo del presidente electo mediante el golpe de estado, Nixon se present
en el pas como el libertador del comunismo y la Union Fruits Company sigui ejecutando su
poltica comercial usando una mano de obra explotada y sin derechos. Las mentiras
publicadas no tuvieron oportunidad de ser cuestionadas por la opinin pblica
estadounidense. Guatemala sigue hoy estando controlada por los intereses de una poderosa
oligarqua agraria y el narcotrfico, una espiral sin solucin mientras los pueblos mayas no
accedan a los beneficios de sus tierras y gobierno. Bernays, considerado, que irona, el padre
de las relaciones pblicas, hizo una contribucin eficaz a los intereses del mercado y perversa
para la mayora de la humanidad.
Conscientemente, todas estas estrategias de intervencin meditica tendran influencia
en la elaboracin de los discursos y las dinmicas que deban exportar los paradigmas del
desarrollo, del crecimiento econmico y de los intereses de las corporaciones al resto del
mundo. De hecho fueron las estrategas de las corporaciones quienes gracias a Bernays
hicieron fracasar las polticas intervencionistas del presidente Rooselwet sobre el mercado
tras las crisis del 29. El mercado no necesitaba ser regulado y poda ser ms eficaz que el
Estado en prestar servicios a la sociedad. El capital era capaz de controlar a los medios para
dirigir la voluntad1.
Nada ha cambiado desde entonces. La invasin y destruccin de Irak es el penltimo
episodio de lo que se inci en Guatemala. Se usaron las mismas estrategias, las mismas armas
propagandsticas. Durante meses se fue alimentado a la opinin pblica con el peligro de
armas nucleares en manos de Sadam Hussein, luego fue el armamento qumico, despus los
crmenes cometidos para mantenerse en el poder. Se falsificaron documentos, imgenes,
biografas para convencer al mundo de la necesidad de inervenir. Y todo esto proveniente
del nico pas que ha usado armas atmicas, exportado guerras, destruido pases.
La exportacin del desarrollo por parte de EE.UU ni siquiera tiene en cuenta su propio
fracaso que mantiene a ms de 46 millones de pobres dentro de sus fronteras (2011) y sigue
careciendo de un sistema sanitario de proteccin universal. La destruccin de Irak buscaba
exclusivamente la apropiacin de sus recursos petrolferos. Muchos de los llamados pueblos
pobres tienen ndices de felicidad y solidaridad interna infinitamente ms elevados que los de
las naciones desarrolladas o enriquecidas.
Las mismas corporaciones que llevaron a Nixn a Guatemala, condujeron a Clinton y
los Bush a la guerra, en honor a la democracia. Si el golpe de Clinton no fue suficiente para
los intereses de las multinacionales del petroleo y de la industria armamentstica, se
aseguraran de alcanzar sus objetivos sentando al consejero Dick Cheney en la Casablanca y a
los Bush en los consejos de administracin de las petroleras que resultaran beneficiadas por
el derrocamiento de Sadam con las trgicas consecuencias que hoy conocemos.
Bernays dejo hecho bien su trabajo, era un asalariado eficaz. Ben Bagdikian (1983, p.
9), quien fuera editor del Washington Post, ya advirti hace tiempo que nunca en la historia
ha existido tanto poder como el obstentado por el conglomerado empresarial que domina los
medios de informacin para penetrar e influir en la sociedad y los gobiernos:
Mediante el uso de viejas y nuevas tecnologas, a travs del intercambio de
acciones, alianzas y proyectos conjuntos [] este puado de gigantes ha
creado lo que, de hecho, no es otra cosa que un nuevo cartel de las
comunicaciones [] Lo que est en juego es la posesin del poder para
envolver a todo hombre, mujer o nio [] con imgenes y palabras
controladas, para socializar a cada nueva generacin de estadounidenses,
para alterar la agenda poltica del pas.
Para entender y conocer las estrategas de Bernays y las corporaciones recomiendo el excelente documental de
la BBC titulado: El siglo del yo.
Los efectos de los medios sobre las audiencias tuvieron siempre inters para la ciencia.
Desde la sociologa, Lasswell, ya haba teorizado (1927) sobre las utilidades de los medios.
En su conocida obra: Mass Communication Research, Lasswell defini la misin de los
medios de masas como necesaria para la gestin gubernamental de las ideas, usando la
propaganda para incidir en los comportamientos. Lasswell resumi su f en esta misin de los
medios poniendo como ejemplo los efectos de una aguja hipodrmica que inocula deseos,
ideas, esperanzas Dirigir y domesticar a las audiencias para facilitar su gobernabilidad era
el objetivo fundamental, la misin encomendada.
Este funcionalismo va a marcar decisivamente el uso de los medios por el poder, ya
sea el poltico y fundamentalmente el econmico, sin importar que stos puedan ser privados
comerciales o pblicos.
Lo que Bernays lograra desde la influencia de la sicologa sera producto del
conocimiento sobre el comportamiento humano orientado a dirigir sus apetencias e instintos
ms primitivos. Los especialistas del marketing, los gurus de la industria publicitaria
apoyndose en otro ilustre, Lazarsfeld, empezaron a introducir todas estas preocupaciones
aplicando el llamado modelo AIDA, destinado a captar la Atencin, suscitar el Inters,
estimular el Deseo y pasar a la Accin o a la compra. Llega a ser tan instrumentalista la
perspectiva que Lazarsfeld advierte que [] una ciencia de la sociedad no puede tener como
objetivo la construccin de una sociedad mejor. (MATTELART; MATTELART, 1997).
Para entonces Shanon ya haba formulado su premisa matemtica que fue adoptada por los
investigadores sociales, bsicamente la comunicacin se limitaba a la existencia de un emisor
y un receptor sin la necesidad de una bidireccioanlidad.
A partir de ah la historia del desarrollo y la comunicacin quedan ligadas en sus
objetivos. No importa si se pensaba en el desarrollo desde una perspectiva altruista y
redentora, los resultados de esta redencin seran y han sido siempre fatales.
Confiando en el poder de los medios para transferir realidades y siguiendo el modelo
estadounidense de progreso, el norteamericano Everett Rogers se convirti en el principal
introductor de la teora de la difusin, emisor-receptor (impacto), tanto en el contexto de su
estudio, como en las estrategias de exportacin del concepto del desarrollo. En 1962,
populariz su trabajo sobre difusin de las innovaciones, conocido como el ms citado por las
ciencias sociales.
El Pentgono nunca qued ajeno a este inters de dominacin y desde la ambicin del
gobierno mundial de las voluntades encarg a Ithiel de Sola Pool, la formulacin de modelos
de informacin destinados a alimentar la contrainsurgencia en el sudeste asitico y Amrica
Latina en los aos sesenta. El contexto de guerra fra empleaba toda la maquinaria.
Entre el discurso ideolgico y el obligado marketing para generar la fiebre del
consumo, el transito a la modernidad, al desarrollo, se concebir como un proceso de difusin
en el cual [] los individuos transitan desde una forma de vida tradicional hacia un modo de
vida ms desarrollado tcnicamente y ms rpidamente cambiante. (SERVAES, 1999, p. 1).
El objetivo siempre es el mismo, instalar la modernidad para producir crecimiento econmico.
Insertar un cambio de hbitos para provocar nuevos deseos de consumo. Servaes (1999, p. 19)
expresa la simplicidad de este pensamiento pero tambin la perseverancia e ingenuidad desde
la que se aplicaron a sus objetivos: [] los medios de comunicacin estimulan, de forma
directa e indirecta, la movilidad y el desarrollo econmico; ellos son los motivadores y
movilizadores para el cambio y la modernizacin.
Amrica Latina fue la primera en cuestionar el modelo desarrollista en vista de los
resultados calamitosos que se estaban produciendo. La despoblacin del campo, el
empobrecimiento de los campesinos y la formacin de megalpolis rodeadas de cinturones de
pobreza y excluidos de la sociedad del bienestar eran las consecuencias inmediatas de los
programas de desarrollo. A ello se uniran las asonadas militaristas y la prdida de soberana.
Esta estrategia de comunicacin vertical propagandstica, sera ampliamente
cuestionada por uno de los discpulos de Rogers. El boliviano Luis Ramiro Beltrn se
encargara en los 70 de darle la vuelta a estas tesis haciendo ver la obviedad de que
comunicacin es un proceso bidireccional y participativo para el que es necesario garantizar
el acceso a los medios por los receptores, la sociedad civil. Una tesis sostenida en
consonancia con el trabajo de educacin liberalizadora emprendida por Paulo Freire y
reconocida por uno de sus colaboradores el investigador en comunicacin Marques de Melo,
referentes ineludibles para entender la democratizacin no slo de la enseanza como valor
universal, sino de la apropiacin desde los procesos de reivindicacin social.
Desde Europa, este pensamiento entronca con pronunciamientos tericos anteriores.
Abraham Moles habla de la ecologa de la comunicacin como la ciencia de la interaccin de
las especies y para que haya interaccin, intercambio, es necesaria la participacin voluntaria
de las partes. No muy lejano a este pensamiento estuvo la escuela de Frankfurt que
reprochaba a la izquierda y a los sindicatos su sometimiento a las directrices del mercado,
cuestionando los principios de la llamada industria cultural que asimila la cultura a la
frente al exgeno, un cambio de planteamiento que trata de poner fin a los procesos de
dependencia, pero tanto en uno como en otro el objetivo sigue siendo errneo, que sin
crecimiento no hay aspiraciones emancipadoras.
No obstante, la aportacin de ambos investigadores resulta trascendental, por un lado,
la crtica al papel que juegan los medios controlados por las clases dominantes y al servicio de
sus intereses, por otro el cuestionamiento radical que hacen al verdadero sentido de la
comunicacin. En la comunicacin esta inserta la informacin, pero la informacin en si
misma no es comunicacin. Esta idea aceptada no ha conseguido que cambiemos nuestra
forma de hablar de los medios y nos referimos siempre a ellos como medios de
comunicacin en vez de definirlos como medios de informacin. Esta sera la expresin
correcta y lejos de ser una mera cuestin semntica implica un cambio de definicin que
afecta a los discursos y los intereses de las agendas.
Ms recientemente Dominique Wolton (2003, p. 21) ha expresado su preocupacin
por estas cuestiones:
[] entre informacin y comunicacin se abre un abismo. Esta verdad
emprica haba sido descubierta, muchas veces con dolor, a escala de los
Estados nacionales, se la encuentra ms claramente es escala mundo [] la
informacin est ligada al mensaje y presupone su aceptacin. La
comunicacin, en cambio, pone nfasis en la relacin y cuestiona, por tanto,
las condiciones de recepcin.
ineficacia, por negligencia o por prcticas autoritarias destinadas a favorecer a los poderosos.
El discurso de Paulo Freire ira en esta direccin. Nadie como ste pedagogo brasileo supo
en Amrica Latina entender la necesidad de recuperar la soberana popular y el papel de la
comunicacin en el proceso de aprendizaje integral, la alfabetizacin de la vida y la
recuperacin de espacios legtimos. Esa fue la fuente de la llamada Comunicologa de la
Liberacin bautizada as por Beltrn desde la inspiracin de uno de los ms grandes
intelectuales del compromiso que ha dado el mundo Paulo Freire que jams tuvo al desarrollo
entre sus objetivos para alcanzar la libertad y la felicidad.
Entre otros investigadores que han hecho aportes significativos para la comprensin de
la comunicacin desde un contexto participativo no deberamos olvidar a Martn Barbero,
Rafael Roncagliolo o Rosa Mara Alfaro. La lista puede ser ms extensa pero la influencia
ejercida por ellos ha sido capital. Barbero junto a Nestor Garca Canclini han influido
decisivamente en acercarnos a entender la importancia de la comunicacin dentro de la
cultura, de la apropiacin, la hibridacin y la mediacin social. Sin referirse al desarrollo han
puesto en valor la importancia de la comunicacin en los procesos de apropiacin desde
entornos de participacin social. Las culturas forman parte de las mediaciones y los medios
no gozan de manera independiente de un papel protagnico por si solos.
Alfaro, es una activista que desde la praxis ha sido capaz de movilizar a colectivos
nacionales en todo un pas (Per) y una regin desde la apuesta por modelos participativos de
discusin que han gestado propuestas polticas de gran alcance. En esta estrategia los medios
ciudadanos han jugado un papel trascendental reivindicando la voluntad de una ciudadana
con claros divorcios con la clase gobernante.
Oportunidades perdidas
En toda esta historia las tornas habran cambiado si el relevante informe dirigido por
Sean McBride para la UNESCO, Un solo mundo, voces mltiples que goz de un amplio
consenso internacional no hubiese sido boicoteado por los EE.UU y algunos de sus aliados.
Aquel informe plante la necesidad de democratizar las telecomunicaciones para romper con
la dominacin Norte-Sur. Un desequilibrio peligroso en que el Norte se convierte en
proveedor de conocimientos, tecnologas e informacin y el Sur como simple consumidor. Un
discurso dominante puesto al servicio del pensamiento nico, el modo economicista y servil
de entender el planeta y despreciar la otredad.
A medida que la crtica al desarrollo fue encontrando predicamento, ante los evidentes
fracasos, el lenguaje se fue cargando de pleonasmos, desarrollo sostenible, desarrollo
humano, desarrollo local, desarrollo endgeno, desarrollo social, alternativo, comunitarios,
autnomos... Todos son parte del mismo imaginario, son formas de camuflaje que las
corporaciones, los organismos internacionales y entre ellos el FMI y el BM para mantener y
justificar inversiones y actividades que proporcionan inmensos beneficios, exclusivamente, a
sus promotores. Como dicen Latouche (2004) y Rist (2002) los diferentes calificativos no son
ms que pleonasmos:
Al aadirle un adjetivo al concepto de desarrollo no se pone en cuestin
realmente la acumulacin capitalista. Como mucho, se intente incorporar un
concepto social al crecimiento econmico, como antes se le haba podido
aadir una dimensin cultural, y hoy un componente ecolgico.
(LATOUCHE, 2004, p. 25).
Conclusiones
Cualquier cambio elemental debera apostar por la justicia social y del planeta,
sealara una direccin opuesta a las prcticas desarrollistas. Es ms necesario y satisfactorio
vivir bien que vivir mejor, que encierra una insatisfaccin permanente que slo parece
satisfacer la gula del consumismo. Aplicar el principio de que menos es ms, porque en este
proceso de modificacin de comportamientos, pautas y de recuperacin de esencias,
deshacindonos de lo superfluo ganamos en felicidad.
Habr que reconocer el mrito de las nuevas Constituciones de Bolivia y Ecuador que
han recogido como valor y objetivo el vivir bien, Sumaj Kawsay, que han estado presente a
lo largo de la historia en las comovisiones de los pueblos del altiplnicos y amaznicos. Es
decir, que la idea no es nueva, estaba en nuestra cosmovisin y la hemos ido perdiendo frente
a un poderoso imaginario que ha contado con una maquinaria ms poderosa an, la meditica.
Vivimos atrapados en el dilema del desarrollo sin haber encontrado la forma eficaz de
denunciarlo.
El desarrollo ha cambiado la faz de la tierra, pero no como intentaba hacerlo
originalmente. El proyecto de Truman aparece ahora como un disparate de
proporciones planetarias. En 1960, los pases del Norte eran veinte veces
ms ricos que los del Sur, en 1980. Lo eran cuarenta y cinco veces ms ricos
es una exageracin decir que la ilusin de alcanzarlos rivaliza a escala
mundial con la ilusin mortal de Moctezuma de recibir a Cortes con los
brazos abiertos? (SACHS, 1996, p. 5).
La estrategia esta detrs del endemismo de las hambrunas africanas en las ltimas
dcadas. Las sequas han existido de siempre y la poblacin local era lo suficientemente
previsora y conocedora como para encontrar mecanismos de subsistencia. En 2006 cuando los
campesinos somales se recuperaban sin ayuda de perodos de sequa el Programa Mundial de
Alimentos (PMA) envi a la regin toneladas de cereal para ser distribuidos gratuitamente
destruyendo el mercado local y arruinando a los campesinos. El PMA se comprometi a no
volver a repetir aquella hazaa. En 2007 el PMA volvi a la misma prctica en esta ocasin y
ante la oposicin de la poblacin, cont con el apoyo del ejrcito. Pero nuestros medios
predican que es la sequa el mal de los problemas.
Nuestros medios se permiten llamar a piratas a quienes asaltan atuneros en las costas
africanas, lo hacen con las armas que le hemos vendido y ante la evidencia de que nos
llevamos sus recursos sin dejarles los barcos para ser pescadores. Esta forma de
delincuencia esta auspiciada como muchas guerras regionales por las ambiciones sobre los
recursos naturales que los pases enriquecidos necesitan para sobrevivir.
Hay escasez de alimentos en frica pero las tierras de Etiopa, Kenia y otros muchos
pases se alquilan y se venden por los gobiernos a bajo precio a capitales chinos, hindes y
occidentales para sembrar los campos de flores y alimentos que irn a parar directamente a los
supermercados de los pases enriquecidos.
Los campos de Amrica Latina se llenan de soja, caa y palma, para producir
combustibles, mientras se tienen que comprar productos bsicos en el exterior para abastecer
los mercados locales a un precio mayor.
misma fuerza que cobra la ciudadana del mundo cuando se manifiestan ante la Bolsa para
reclamar una economa para la vida y no para el lucro. El mundo est cansado del desarrollo.
La verdadera comunicacin debe ir dirigida a:
Descolonizar los imaginarios,
Pensar y debatir desde la ciudadana,
Favorecer una economa de proximidad preocupada por satisfacer las
necesidades de su entorno,
-Evitar las superposiciones culturales producto de la colonizacin respetando la
otredad,
Favorecer el decrecimiento para favorecer un reparto justo y equitativo de los
recursos,
Abandonar la obsolescencia programada de los bienes,
-Defender el empoderamiento ciudadano, la gestin ecosocial de los recursos.
Hablar de una comunicacin ecosocial es el nuevo paradigma que se mueve en un
fractal, como dicen Braungart y McDonough (2005), que exige: Economa, ecologa y
equidad. Economa frente a economiscimo, economa capaz de comportarse como la
naturaleza sin generar basura no reabsorvible por la propia naturaleza, sin obsolesencia
programada y equidad como principio de justicia de social en el reparto de los beneficios.
Nunca en la historia se pusieron tantos medios al servicio de la creacin de un
imaginario, de ah su fortaleza y la fe que se sigue poniendo en el desarrollo. La
comunicacin no necesita de ningn calificativo, caeramos tambin en nuevos pleonasmos.
La comunicacin es comunicacin, pero si tuvieramos que adoptar alguno lo sera para
combatir la fuerza con la que se ha asentado la mentira del desarrollo y en ese caso lo mejor
sera hablar de Comunicacin para el decrecimiento, Comunicacin para la Ecosiedad o
Comunicacin para el empoderamiento y la gobernanza de los pueblos y la ciudadana.
Queda una larga tarea y en ella sern fundamentales nuevas polticas pblicas de
construccin de medios de comunicacin e informacin y plantear los dficit de nuestro
sistema educativo construidos para la competitividad, lejos de hacernos competentes y
capaces de pensar crticamente.
Sin estas premisas slo el cmulo de desgracias ser capaz de hacernos ver el
tremendo error y la tremenda codicia que engendr el desarrollo. Es importante decir y
denunciar esta realidad, pero como dice Luis R. Beltrn antes es necesario Pensar y despus
del Decir, Hacer.
REFERENCIAS
Mantemos na lista de referencia apenas as obras citadas no corpo do texto, como indicado na
ABNT 6023:2002. Caso o autor tenha feito meno a outras fontes apenas na lista final, as
separamos desta lista e formamos uma lista de bibliografia consultada para no misturar com
o que definido como referencias. Caso opte por manter tudo como referencias deve fazer as
chamadas bibliogrficas no corpo do texto.
BAGDIKIAN, B. H. The media monopoly. Boston: Beacon Press Books, 1983.
BRAUNGART, M.; McDONOUGH, W. De la cuna a la cuna: rediseando el modo en que
hacemos las cosas. Madrid: McGraw Hill, 2005.
Berthold Brecht Teora de la radio
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