Rodriguez
Rodriguez
Rodriguez
Páginas 601-612
Chungara, Revista de Antropología Chilena
El objetivo de este trabajo es revisar el proceso de desnaturalización sufrido por los indígenas locales luego de finalizadas las
Guerras Calchaquíes (1665), haciendo foco, fundamentalmente, en una de sus estrategias de resistencia: el mantenimiento de los
lazos con el lugar de origen y el establecimiento –en algunos casos– de un “doble asentamiento”. En un marco de larga duración
y a través de una mirada global así como del seguimiento de dos casos específicos apuntamos a profundizar en esta estrategia de
retorno hacia el espacio Calchaquí. Entendemos que esta práctica constituyó un verdadero campo de disputa entre los agentes de
poder colonial y los indígenas y una instancia de reproducción socioétnica.
Palabras claves: valle Calchaquí, desnaturalizaciones, retornos, doble asentamiento, estrategias.
The goal of this paper is to review the denaturalization process suffered by local indigenous peoples after the end of the Calchaquíes
Wars (1665), focusing primarily on one of their resistance strategies: maintaining ties with the place of origin and establishing, in
some cases, a “double settlement”. Within a long-term framework and through a global perspective as well as by the monitoring
of two specific cases we aim to look deeply into this return strategy to the Calchaquí space. We understand that this practice be-
came a real field of power dispute between colonial agents and indigenous peoples, and an instance of socioethnic reproduction.
Key words: Calchaquí valley, denaturalizations, returns, double settlement, strategies.
La conquista del valle Calchaquí (parte del de casos puntuales. De este modo, por un lado,
actual Noroeste argentino) se logró hacia 1665 tras describiremos brevemente las denominadas Guerras
un intenso proceso de luchas que duró más de 130 Calchaquíes y el proceso de las desnaturalizaciones
años y que resultó en lo que conocemos como las así como los consecuentes e inmediatos regresos a
“desnaturalizaciones”. Así, las poblaciones locales sus lugares de origen de muchos de los indígenas
fueron trasladadas a diversos lugares de manera “extrañados”. Por otro lado, a fin de profundizar
forzada y encomendadas de forma inmediata. Un en el análisis de esta estrategia de retorno, nos
aspecto interesante, no previsto por los agentes de abocaremos al estudio de dos casos particulares:
poder, fue el del mantenimiento de los lazos con el el de Colalao y Tolombón y el de Amaicha. Como
lugar de origen. En este sentido, el objetivo de este resultado de la abundante documentación disponible
trabajo es revisar el proceso de desnaturalización y de la importante producción bibliográfica en
sufrido por los indígenas vallistos haciendo hincapié, torno a ellos, podremos trazar –en un marco de
fundamentalmente, en una de sus estrategias de larga duración que ceñimos aquí fundamentalmente
resistencia: el establecimiento de la “doble residencia al período colonial pero que podría extenderse al
o asentamiento”1. siglo XIX– los itinerarios de ida y vuelta de estos
Con tal fin, retomaremos una serie de datos que indígenas entre sus lugares de origen en el valle
fueron analizados en el marco de una investigación y los de destino allende las cumbres calchaquíes.
previa (Rodríguez 2008) e incorporaremos otro Especialmente con respecto a estos últimos
conjunto de informaciones, recopiladas más casos, entendemos que los retornos constantes y
recientemente, que nos permitirán movernos en un sostenidos a lo largo del tiempo hacia Calchaquí
amplio rango temporal así como en distintas escalas constituyeron un verdadero campo de disputa
que fluctúan entre una perspectiva global y el análisis entre los agentes de poder y los indígenas. Así,
1 Universidad de Buenos Aires - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina.
rodriguezlo@hotmail.com
la “espacialidad colonial” delineada –entre otras habitantes (Lorandi y Boixadós 1987-88). De ese
cosas– a partir del otorgamiento de mercedes de modo, como sugiere Giudicelli (2007), el apelativo
tierras, del desplazamiento de poblaciones locales “calchaquí” fue transformándose en una categoría
y/o del establecimiento de “pueblos de indios” fue colonial que caracterizó al espacio geográfico y
tensionada con la conformación de “espacialidades a las poblaciones que allí habitaban y constituyó
alternativas” (Vázquez 2011) y novedosos procesos una herramienta discursiva de incorporación de los
de “reterritorialización” (Santos-Granero 2004) que, indígenas al dominio colonial.
a nuestro entender, formaron parte de un repertorio En términos geográficos, el valle Calchaquí
de estrategias a través de las cuales estas poblaciones constituye una estrecha y longitudinal depresión
lograron su reproducción socioétnica. estructural de 300 km de largo y entre 35 y 45 km
de ancho, que se compone por valles y quebradas
Mirada General sobre el Valle Calchaquí ubicados entre los 1.500 y los 3.000 m sobre el nivel
del mar y surcados por los ríos Calchaquí (al norte)
Contextualización histórica, ubicación y Yocavil o Santa María (al sur). Está delimitado
geográfica y características generales de la al oeste por las sierras del Cajón o de Quilmes (a
población través de las cuales se accede a la zona de puna) y al
este por el complejo cumbres Calchaquíes-sierra del
El actual Noroeste argentino conformó Aconquija (por el que se desciende hasta la llanura
–desde 1563 hasta fines del siglo XVIII– la tucumana). Se trata de una región que en conjunto
Gobernación de Tucumán. Estaba constituida ofrece una gran variabilidad ecológica y que, en
por siete ciudades cabeceras y sus jurisdicciones tiempos prehispánicos fue aprovechada de manera
rurales correspondientes (Jujuy, Salta, Catamarca, particular por las poblaciones locales. A diferencia del
La Rioja, Santiago del Estero, Córdoba y San uso y ocupación del espacio que fueron imponiendo
Miguel de Tucumán). Como señala Palomeque los españoles (cuyo eje se estructuraba de norte a
(2000), la conquista española de esta región fue sur por el fondo del valle siguiendo el curso de los
prolongada y compleja debido a la resistencia que ríos), los indígenas preferían las laderas y valles altos
las poblaciones locales interpusieron, en especial en transversales para la explotación agrícola y pastoril,
el valle Calchaquí en donde –como hemos señalado asentaban sus pueblos en zonas intermedias y utilizaban
ya– los indígenas insistieron largamente en su afán las cumbres con fines defensivos. Así, “los ejes de
por preservar la autonomía política. ocupación real, y en parte simbólicos, se encontraban
Desde las primeras entradas a la región en el en las zonas más altas de las cadenas montañosas
siglo XVI, los conquistadores reconocieron a los que bordean cada lado de los valles” (Lorandi y
indígenas que habitaban el valle Calchaquí como Boixadós 1987-88:274). Como destacaremos más
“diaguitas”, una gran entidad étnico-lingüística de adelante, este aspecto podría resultar de importancia
habla kakana y conformada por numerosos grupos para comprender no solo las resistencias indígenas
que, aunque compartían algunas pautas culturales, durante la etapa bélica sino también sus denodados
se habrían mantenido como unidades políticas esfuerzos por retornar al espacio Calchaquí.
independientes que se relacionaban entre sí a través
de la alianza o la guerra (Lorandi 1988). Con el correr Guerras, desnaturalizaciones y el eterno
del tiempo y como consecuencia del levantamiento temor de las autoridades
indígena encabezado por Juan Calchaquí (en 1562),
los españoles comenzaron a designar como “indios La instauración definitiva del orden colonial
de Calchaquí” a las parcialidades que estaban bajo en la Gobernación de Tucumán se logró luego de
la órbita de dicho jefe para, finalmente, ampliar finalizadas las Guerras Calchaquíes. Para dar cuenta
la denominación a todos los indígenas del valle, de ese período, Lorandi (1988) propuso caracterizar
especialmente si eran “diaguitas de guerra”. la resistencia indígena a partir de tres etapas. La
Asimismo, si bien el patronímico fue utilizado primera de ellas (1534-1565) remite a los primeros
por los conquistadores para identificar a algunos combates entre españoles e indígenas y se destaca
indígenas del valle, también dio nombre a toda la especialmente el levantamiento que tuvo epicentro
región; planteando un estrecho vínculo entre las en el sector central del valle y fue liderado por el ya
características de la tierra y las cualidades de sus mencionado cacique de Tolombón, Juan Calchaquí,
Efectos imprevistos de las desnaturalizaciones del valle Calchaquí. El “doble asentamiento” como estrategia… 603
en 1562. La segunda (1630-1643), conocida como Calchaquí serían entregados a diversos particulares
“Gran Alzamiento”, comenzó en el corazón del valle y ciudades. De hecho, como han advertido Palermo
pero se desplazó rápidamente hacia el sur, donde y Boixadós (1991), la política de desnaturalizar a
el cacique Chalemín fue su principal referente. algunas poblaciones de Calchaquí había sido pactada
La tercera (1656-1665) se inició con la llegada al previamente. En tal sentido, Mercado y Villacorta y
Tucumán del andaluz Pedro Bohórquez quien, auto el presidente de la Real Audiencia de Buenos Aires,
proclamado como el último descendiente de los José Martínez de Salazar, habían acordado que la
incas, lideró un levantamiento general que continuó, contribución de Buenos Aires para las campañas de
incluso, luego de haber sido este apresado. Como conquista sería compensada con indígenas vallistos
hemos señalado, una de las consecuencias más desnaturalizados que conformarían –de ahí en más–
trágicas de estas guerras para los indígenas fue el parte de la mano de obra necesaria para llevar a cabo
proceso de desnaturalización. distintas tareas en dicha ciudad.
Al respecto, si bien es posible observar la práctica En definitiva, la finalización de las Guerras
de trasladar a los rebeldes ya entre 1630 y 1643, las Calchaquíes, el extrañamiento de los indígenas así
desnaturalizaciones masivas caracterizaron el tercero como su “ordenamiento” mediante la institución de
de los períodos antes mencionados. De este modo, la encomienda y la conformación de “pueblos de
y tras dos “campañas de pacificación”, la zona fue indios” posibilitaron la incorporación de abundantes
finalmente sojuzgada. Durante la campaña de 1659, tierras y mano de obra a la órbita colonial. De todas
el gobernador Mercado y Villacorta entró al valle formas, como hemos señalado, a poco de iniciado
desde la ciudad de Salta y conquistó a los rebeldes el proceso de extrañamientos masivos los moldes
hasta el pueblo de Quilmes, la mayoría de estos espaciales, laborales y socioétnicos configurados por
indígenas (pulares, gualfines, animanás, entre otros) los distintos agentes de poder para las poblaciones
fueron desnaturalizados hacia los llanos de Salta, a desnaturalizadas se vieron desbordados por una
excepción de tolombones, colalaos y chuchagastas serie de acciones interpuestas por estos indígenas,
que terminaron asentados en la jurisdicción de entre ellas los retornos hacia el valle Calchaquí
San Miguel de Tucumán. La segunda campaña (probablemente a sus asientos prehispánicos o a los
dio el golpe de gracia a las poblaciones del sur del alrededores de los mismos, aunque por el momento
valle que aún seguían en pie de guerra. En el año esto no podemos precisarlo con exactitud)2.
1664 fueron derrotados los quilmes y enviados Un síntoma que refleja el malestar que provocaban
mayoritariamente a Buenos Aires, aunque también dichos retornos es la cantidad de quejas que quedaron
a la llanura tucumana, a Alemanía (Salta), a Córdoba plasmadas en documentación de la época. Así, por
y a La Rioja. También amaichas, tocpos, anchacpas, ejemplo, aún antes de finalizar la desnaturalización,
acalianes y famaillaos fueron enviados a la jurisdicción el padre Hernando de Torreblanca le escribió, en
de San Miguel de Tucumán. La suerte corrida por 1659, una carta al padre Francisco Jiménez en la que
yocaviles, tucumangastas e ingamanas no fue mejor expresaba el “temor de que se vayan a sus pueblos
pues fueron destinados a La Rioja y Catamarca pero estando tan cerca del valle”, porque es “muy conforme
repartidos por familias. a lo que ellos acostumbran, pues desde Potosí y
La figura de Mercado y Villacorta parece haber partes más remotas cautivos de la guerra pasada
sido decisiva para sojuzgar a las poblaciones de se volvieron como somos testigos en Calchaquí”
Calchaquí. Como señala Cruz, dicho gobernador (Larrouy 1923:234). Un temor similar enunciaba el
“diseñó una política precisa (con varias alternativas) gobernador Alonso de Mercado y Villacorta en una
que comenzaba con la pacificación y terminaba con los carta de 1666, en la que decía que el valle “desierto
indígenas reducidos y convertidos en tributarios” (Cruz de la idolatría bárbara de sus habitadores se entrará
1997:218). La planificación incluía tanto la forma a correr a tiempos este primer año para no dejar
en que serían vencidos los rebeldes como el castigo tomar pié en él a ningunas familias de las reducidas
al que serían sometidos: la desnaturalización. Este y aprisionadas que pretendieren restituirse en su
último recurso solucionaba dos problemas a la vez. primera libertad y libre fiereza” (Larrouy 1923:268).
Por un lado, permitiría por fin que las tierras vallistas La preocupación aparecerá una y otra vez a lo
fueran ocupadas y explotadas por los españoles. Por largo de los años. En 1678, el gobernador José de
otro, resolvería el acuciante tema de la mano de Garro informaba sobre los indígenas desnaturalizados
obra: los indígenas vencidos y extrañados del valle que:
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como no están juntos no se hallan con como esta autora aclara, estos itinerarios hacia el
fuerzas unidas para poder ganar la sierra valle adquirieron distintas escalas y modalidades,
y volverse al Valle de Calchaqui, de donde desde huidas voluntarias (individuales o colectivas)
fueron sacados, aunque el ánimo de ellos es hasta traslados compulsivos.
muy dispuesto a retirarse porque aman su Respecto de los retornos voluntarios, inclusive,
patria y no lo ejecutan por hallarse apartados es posible rastrear una amplia gama de situaciones5.
unos de otros y algunas familias que se han En algunos casos, pudo haberse tratado de huidas
retirado a dicho valle me han obligado a no planificadas, inmediatas a la desnaturalización,
enviar gente con prevención de armas para como el ejemplo de los acalianes que ya en 1666
buscarlas en las asperezas de sus retiros y huyeron hacia Calchaquí desde Esteco, lugar al
sacarlos a las partes de donde se retiraron, que habían sido desnaturalizados; hecho por el cual
que con estas diligencias tengo asegurada fueron finalmente destinados a Buenos Aires, junto
la paz adquirida (Larrouy 1923:325)3. a los quilmes6. En otros casos, como los de Colalao
y Tolombón y de Amaicha, los retornos al valle
Hacia fines del siglo XVII, en las reuniones podrían enmarcarse en una práctica estratégica que
del cabildo de Tucumán tenían lugar recurrentes respondió fundamentalmente a una acción colectiva y
quejas y discusiones sobre el tópico. Por ejemplo: que, sostenida en el tiempo, habría dado origen a un
asentamiento doble pero integrado, a ambos lados de
propuso el maestro de campo Antonio la sierra de Aconquija. Es claro, no cualquier grupo
Pérez Palavezin que se diera forma breve estaba en condiciones de articular ambos espacios,
y ejecutiva en que los indios de los de organizar o sistematizar los retornos como los que
pueblos y encomiendas de esta jurisdicción acabamos de señalar. Baste aquí solo con mencionarlos
desnaturalizados del valle de Calchaquí y a fin de ilustrar los distintos escenarios. En el apartado
que se han retirado muchos a dicho valle siguiente profundizaremos en ellos.
contraviniendo a los autos de gobierno Sobre los traslados compulsivos, un ejemplo
aprobados por todos los superiores, –aunque relativamente tardío– es el de los indios
habiéndose retirado con sus familias de la encomienda de Domingo Isasmendi, quien
siendo prohibido el que vayan por haberse reubicó a sus encomendados en el valle Calchaquí
conocido ser necesarios al servicio de ambas (Mata de López 2000). En 1737 dicho encomendero
magestades y por la falta de dichos indios solicitó permiso para que los indios de su encomienda
los pueblos están disipados y no acuden al –asentados en el valle de Lerma– fueran trasladados
cumplimiento de la sexta parte de la mita, a su hacienda de Molinos, en pleno valle Calchaquí.
sobre que dijo su merced dicho justicia El argumento esgrimido para pasar por alto la
mayor estar entendiendo en eso y haber dado prohibición formal de que los indígenas extrañados
cuenta a su Señoría el Señor gobernador volvieran “a su natural” apuntó a señalar que dicha
y capitán general de esta provincia para hacienda era de suma importancia para el abasto de
su remedio4. la ciudad de Salta y que a tal fin necesitaba a sus
indios por “la singularidad de esta provincia donde
En efecto, la preocupación de las autoridades no ay ni se alla gente”7.
parecía tener fundadas razones pues, como veremos Es interesante el caso de los ingamanas porque
a continuación, son varios los casos documentados en el mismo parecen confluir distintas modalidades
referidos a los retornos hacia el valle. de regreso, mostrando que en realidad diferentes
situaciones podían complementarse. Luego de
Caracterización de los retornos: huidas la desnaturalización, estos indígenas fueron
voluntarias, traslados compulsivos encomendados mayoritariamente a Gregorio de
Villagra y reasentados en Andalgalá (Catamarca),
Tal como señala Noli, a fines del siglo XVII en lo que más tarde constituyó el “pueblo de indios
todos los grupos indígenas de la jurisdicción de San de Ingamana”. A poco de reducidos, los padrones
Miguel de Tucumán que habían sido desnaturalizados disponibles nos muestran a diferentes personas del
mostraban una regularidad: “la pulsión por el retorno pueblo nuevamente en Calchaquí. En principio, estos
al valle Calchaquí” (Noli 2003:361). De todas formas, traslados estarían vinculados al descubrimiento de
Efectos imprevistos de las desnaturalizaciones del valle Calchaquí. El “doble asentamiento” como estrategia… 605
Figura 1. Mapa de ubicación general y de casos de estudio. Fuente: Instituto Geográfico Militar, Carta de la Rca. Argentina, hoja 2766.
Map of general location and of the case studies. Source: Instituto Geográfico Militar, Argentina, 2766.
tierras en sus antiguos asientos, otorgamiento que Tucumán e incluso de otros de la jurisdicción de
en 1716 quedaría legitimado por una Cédula Real. San Miguel de Tucumán es que constituyeron,
Según Cruz (1998), la excepcionalidad de según distinción de Farberman y Boixadós (2006),
los casos de Colalao y Tolombón y de Amaicha “encomiendas pueblo”; esto es, radicadas en tierras
en obtener tierras comunales, respondería a una comunales y no “encomiendas sin tierras”; o sea,
incorporación consensuada –casi contractual– al las asentadas en tierras privadas.
sistema colonial entre estas poblaciones y las De todos modos, es importante señalar que el
autoridades en los momentos previos al destierro. acceso de estos indígenas a las tierras comunales
Más allá de estos posibles acuerdos, lo que no fue un proceso libre de conflictos. En el caso
seguramente diferenció la situación de nuestros de Colalao y Tolombón, los problemas de límites
casos de estudio de otros de la Gobernación de en las tierras a las que habían sido reducidos y que
Efectos imprevistos de las desnaturalizaciones del valle Calchaquí. El “doble asentamiento” como estrategia… 607
luego habían ampliado por compra se iniciaron valle Calchaquí unos indígenas rotulados bajo el
ya en 1680 con Pedro de Ávila y Zárate (antiguo mismo nombre de pueblo de indios de Amaicha
encomendero del pueblo de Colalao), aunque las litigaban una porción de terreno. Este conflicto en
disputas más importantes eclosionaron con Pedro particular se había iniciado a fines del siglo XVIII
Martínez de Iriarte (también encomendero pero con la denuncia del alcalde del pueblo –Lorenzo
de Tolombón) y con otros actores emparentados Olivares– contra Nicolás de Aramburu por la
con este tronco durante el siglo XVIII. Un punto usurpación de dichas tierras que, según el defensor
de inflexión con relación al derrotero seguido por de naturales, los indios habían poseído “desde
los indígenas en torno a sus tierras comunales lo tiempo de la conquista quietos y pacíficamente”16.
constituyó la venta de la estancia de Zárate realizada En las primeras décadas republicanas el conflicto
por Juana Fernández Cornejo (viuda del gobernador no solo se había reavivado sino que continuaría
de Tucumán Alejandro Heredia y descendiente de vigente durante prácticamente todo el siglo XIX
los Martínez de Iriarte) a favor de Manuel Paz en hasta que, mediante protocolización realizada en
1839. El pleito heredado por Paz con la comunidad 1892, la Cédula Real de 1716 cobraría entidad
continuó hasta 1845 cuando se realizó el deslinde legal en el estado provincial.
definitivo y la comunidad perdió una importante
cantidad de tierras. De todas formas, aquellas que Eternos retornos y doble asentamiento como
permanecieron en manos de dicha comunidad se estrategias colectivas
mantuvieron indivisas aproximadamente hasta
la década de 1870, momento en que se inició el Colalao y Tolombón
proceso de fraccionamiento que concluiría recién
en 1903 (Fandos 2007; López de Albornoz y Como señalan López de Albornoz y Bascary
Bascary 1998). (1998), los indígenas de Colalao y Tolombón habrían
El caso de Amaicha tiene ciertas características regresado a Calchaquí para afrontar con éxito las
comunes con el ejemplo anterior con relación a presiones impuestas por el sistema colonial. En
la disputa sobre las tierras comunales pero, como efecto, el alegato de los indígenas ante las quejas
veremos, presenta otras que lo distinguen. Al de los diferentes agentes coloniales estaba centrado
igual que en Colalao y Tolombón, los conflictos en el hecho de que huían a sus antiguas tierras
por las tierras asignadas al pueblo de Amaicha en por tener hambre, estar faltos de vestimenta y ser
el llano se habían iniciado en el XVIII, cuando maltratados.
la familia Romano había intentado usurpar una Un dato interesante es que estos retornos
porción de las mismas pero estos recrudecieron en habrían sido acompañados, asimismo, de pedidos
los primeros años del siglo XIX cuando Manuel formales de restitución de sus antiguas tierras.
Martínez solicitó parte de los terrenos del pueblo Así, según lo describe Cruz (1998), en 1685 los
de Amaicha denunciándolos como baldíos. El colalaos y tolombones solicitaron –por intermedio
pedido de Martínez quedó desacreditado finalmente; del cacique Cristóbal Cavanam– se les hiciera
sin embargo, al demandar los indios la posesión merced de las tierras calchaquinas en retribución
judicial y citarse a los vecinos colindantes a tal a los servicios prestados en la frontera del Chaco.
efecto surgieron nuevas disputas por los límites y Sin lograr el reconocimiento formal de dichas
la extensión del terreno14. El destino final de estas tierras, estos indígenas sostuvieron largamente las
tierras de comunidad no lo tenemos documentado visitas al valle Calchaquí, desencadenando varias
aún y el último registro disponible data de 1857, quejas de los encomenderos así como conflictos
cuando Mariano Reinoso Usandivares denunció de diversa índole.
como “baldío y desierto el terreno que antes En ocasión de la Visita realizada por Antonio
formaba el asiento del antiguo pueblo de los indios Martínez Luján de Vargas (1693), el encomendero
de Amaicha”15. Ávila y Zárate se quejaba de las huidas señalando
Lo particular de este caso, que nos remite al que debía conformarse con el trabajo de sus
tema de la “doble residencia” que analizaremos indígenas no más de cuatro o cinco meses al año
en detalle en el próximo apartado, es que mientras “por ocupar en sus labransas, siembras y cosechas,
en el llano se debatían a principios del siglo XIX guarda de ganados suios y cosecha de algarroba
los límites del pueblo de indios, también en el assí en este valle como en el de Calchaquí”17.
608 Lorena B. Rodríguez
En 1756, los retornos hacia Calchaquí seguían (volveremos más adelante sobre esta idea). En un
en pie; a tal punto que la situación de los huidos expediente de 179520 se denuncian varios robos de
generaba fricciones no solo entre encomendados ganado vacuno y mular perpetrados por integrantes
y encomenderos sino también entre éstos y los de Tolombón e, inclusive, se describe el destino
curas doctrinantes respecto al cobro del sínodo de esos animales. Del valle de Choromoros, el
correspondiente. Pedro Hermosilla, ministro del ganado sustraído era transpuesto al valle Calchaquí
curato señalaba: y vendido o bien en San Carlos o bien en el “pueblo
de Colalao en el valle de Calchaquí”, a donde
Pues el que estén dispersos algunos y no estos indígenas parecían tener “amparo”. Más allá
hayan participado de este beneficio no ha del aspecto delictivo, es interesante notar cómo
sido culpa mía ni de mi ayudante sino de los itinerarios hacia Calchaquí parecen combinar
quien tiene obligación de juntarlos y no lo varias actividades, desde atender sus labranzas hasta
ha hecho. No dejando por esto de servirles insertarse en los circuitos mercantiles ganaderos
a los dichos señores, estos indios ausentes, propios del período.
pues hoy echan mano para sus menesteres Un aspecto que aún no hemos abordado es
de los que están en los pueblos y mañana el que refiere a la cuestión de si los itinerarios
de los que hubiesen vuelto, ya de levantar de ida y vuelta derivaron en la conformación de
sus cosechas del valle de Calchaquí donde dos asentamientos permanentes a ambos lados
por tiempo oportuno se retiran a ese fin, de la sierra de Aconquija. De acuerdo a los datos
sin dejar por eso de servir todos ellos18. presentados, es evidente que hubo contactos
estrechos y algunas pistas nos llevan a pensar en
Hacia las últimas décadas del siglo XVIII, la la factibilidad de que el pueblo estuviera integrado
práctica de retornar al valle Calchaquí continuaba por dos asientos. Ya Noli, retomando una cita del
vigente. En un expediente de 1770, y en el marco encomendero Ávila y Zárate, había resaltado esta
de una denuncia hecha por el cacique de Tolombón posibilidad al señalar que los indígenas no solo
–Marcos Piguante– contra su encomendero, un volvían a Calchaquí estacionalmente sino que
testigo aseveró que: “habían repoblado la zona, levantando ranchos”
(Noli 2003:343). De todas formas, coincidiendo
antes que fuese nombrado cacique el actual con López de Albornoz y Bascary (1998), no
querellante, estando de Juez le mandé podemos asegurar que durante el período colonial
dar públicamente una vuelta de azotes ambos espacios se hayan formalizado como
por los muchos hurtos de dicho indio y pueblos estables. En todo caso, lo que sí podríamos
que lo mismo sucede con los demás por aseverar es que el pueblo de indios, delimitado
el asilo y amparo que tienen en el valle como entidad colonial a un espacio acotado, se
de Calchaquí, a donde tienen su antiguo salió de los márgenes legales impuestos por los
Pueblo, a donde residen en aquellos montes agentes de poder.
en tiempo de servidas, en lo que lo más
gastan en sus embriagueces, y si vienen Amaicha
compelidos a este valle de Choromoros
por la Real Justicia lo que hacen es estar El pueblo de Amaicha nos presenta características
cuatro días y cogiendo caballos ajenos […] similares al caso anterior aunque los datos disponibles
se transportan al otro lado, de que resultan nos permiten delinear algunas particularidades.
continuadas las quejas del vecindario19. Pocos años después de finalizadas las Guerras
Calchaquíes, los amaichas emprendieron continuos
Según este testimonio, el valle Calchaquí retornos hacia Calchaquí. En un expediente de 1672
constituía un “asilo” en varios sentidos; es decir, se decía que los amaichas volvían al valle y, entre
no solo como reaseguro en términos productivos otras cosas, “que son los que han hecho siempre
sino también como un espacio en el se resguardaban punta porque el encomendero que tienen es de su
muchos de los indígenas que habían cometido aficción”21. En 1684, se afirmaba que “muchos de
un delito. Esta idea del valle como refugio de ellos se retiraban y sembraban en las tierras donde
delincuentes aparece en repetidas ocasiones a fuerza de armas fueron desnaturalizados y que
Efectos imprevistos de las desnaturalizaciones del valle Calchaquí. El “doble asentamiento” como estrategia… 609
tienen puestos algunos caballos en dichas tierras” un peligro. No en vano en agosto de 1800 el
(Lizondo Borda 1944:57). Unos años después, en gobernador intendente –Rafael de la Luz– solicitaba
la Visita de Luján de Vargas, el encomendero de los al cabildo de Tucumán se le informara si en el
amaichas (Francisco de Abreu y Figueroa) decía padrón vigente se conocía la existencia de dos
“que todo es en su provecho y en daño mío, como pueblos de Amaicha25.
lo dirán todos ellos, menos los que ha convocado La peligrosidad del espacio vallisto y la
Pablo Campillo por amontonar quejas y fundar en necesidad de reestablecer el orden quedaron
ella sus pretensiones de volverse al valle de Calchaquí expresadas en el testimonio del alcalde de
de donde fue el susodicho desnaturalizado por su hermandad, Manuel Ubaldo Córdoba, quien no se
rebeldía”22. atrevía a pasar por Amaicha en Calchaquí,
En el siglo XVIII la práctica de retornar hacia
Calchaquí continuaba. Un recorrido por los registros máxime al oír las voces esparcidas por el
del archivo parroquial local nos confirma esta cacique Olivares que por ellas se dice que
presencia hacia la segunda mitad del siglo XVIII, tiene comisión para prender a cualesquier
pues en diversas actas quedaron registrados “indios juez que entrase allí y remitirlo a esa real
de la encomienda de Amaicha” o “indios tributarios cárcel: con esta vociferación se ha hecho el
de Amaicha”. Asimismo, el padrón realizado en dicho pueblo, asilo de malévolos, de modo
1768 cuando la encomienda fue concedida a José que ningún juez aún de los pedáneos, no
de Molina23 nos trae información al respecto. se atreve a seguir algún reo que se escapa,
Entre los ausentes que allí se inscribieron se hace ni yo como capitán recaudador de reales
una distinción entre fugitivos de los que parece tributos que igualmente soy, puedo pasar
haberse perdido el rastro y ausentes de los que se en pos de algunos tributarios que se han
conoce con precisión el paradero. En efecto, en este mudado a aquel domicilio26.
último caso, en el padrón se señala que algunos de
los tributarios que allí figuraban como ausentes Palabras Finales
vivían en realidad “en el pueblo de Amaicha en
Calchaquí”. A lo largo del trabajo hemos caracterizado el
Sobre la cuestión de la conformación de un período de las Guerras Calchaquíes así como el
“pueblo” estable en tierras vallistas, es importante consecuente proceso de desnaturalización de las
recordar que, a fines del siglo XVIII se inició poblaciones indígenas vallistas. Paralelamente,
una larga disputa por una porción de tierras en reseñamos un conjunto de ejemplos orientados a
Calchaquí. En 1796, el alcalde del pueblo de mostrar que, inmediatamente después de finalizado
Amaicha se presentó ante el cabildo de Tucumán el proceso de desnaturalización –y, en algunos casos,
para denunciar la usurpación de unos terrenos, y incluso durante el mismo proceso– se produjeron
lo interesante del caso es que –como vimos– casi constantes retornos desde los lugares a los que
paralelamente a dicho reclamo, en el AHT, quedó habían sido destinados los indígenas extrañados
registrado otro pleito encabezado por el pueblo y el valle Calchaquí, que provocaron verdadera
de indios de Amaicha pero, esta vez, referido no preocupación en los diferentes agentes dispuestos en
a las tierras vallistas sino a las tierras en el llano la cadena de poder colonial. Como hemos señalado,
tucumano a las que habían sido reducidos luego los regresos hacia el valle habrían respondido a
de finalizadas las Guerras Calchaquíes24. distintas modalidades, retornos individuales o
Estos datos parecen confirmar que, al menos colectivos, espontáneos o planificados, voluntarios
entre fin del período colonial y principio del o compulsivos, esporádicos o sostenidos en un
republicano y más allá de las permanentes idas y largo plazo. De los ejemplos citados, elegimos
vueltas hacia el valle trazadas desde el momento profundizar en los casos de Colalao y Tolombón y
de la desnaturalización, los indios del pueblo de de Amaicha los cuales, a nuestro entender, ilustran
Amaicha habían logrado establecer una doble los derroteros seguidos por estos indígenas entre
residencia (en el llano y en el valle), expresada sus lugares de origen y de destino y, a la vez,
luego en el doble reclamo por tierras. Es claro abren un espacio para reflexionar acerca de estas
que esta situación excedía los moldes coloniales prácticas, en tanto estrategias que habrían permitido
prefigurados, causando perplejidad y tornándose su reproducción socioétnica.
610 Lorena B. Rodríguez
Estos indígenas, como han notado Cruz (1998) y traduciéndose entonces como cuestionamiento
López de Albornoz y Bascary (1998), desarrollaron al poder colonial.
condiciones inmejorables para reproducirse y, En tal sentido y para volver a nuestros ejemplos,
como postula Noli (2003), es posible que esta resulta atractiva la idea de interpretar estos regresos
situación diferencial respecto de otros pueblos y establecimientos dobles a ambos lados de la
de indios de San Miguel de Tucumán haya estado sierra de Aconquija como una estrategia colectiva
apoyada tanto en características propias de dichos que resignificó antiguas prácticas de subsistencia
grupos previas a la conquista española así como y, a la vez, desordenó y reconfiguró de múltiples
en cuestiones que remiten a la coyuntura de la maneras (y la dimensión territorial es una de ellas)
desnaturalización y al presente colonial de los los moldes prefijados por los agentes de poder
mismos. Siguiendo a esta autora acordamos en colonial. Al respecto, Pacheco de Oliveira (1998)
que una probable “negociación” al momento de ser describe cómo la presencia colonial impuso una
extrañados pudo haber contribuido a contrarrestar nueva relación de la sociedad con el territorio en
los efectos negativos del desplazamiento forzado la cual desde una intervención de la esfera política
(p.ej. ser ubicados en las proximidades de sus lugares comenzaron a asociarse, de forma prescriptiva e
de origen, en especial colalaos y tolombones). inequívoca, un conjunto de individuos a límites
Sumado a esto no puede dejar de notarse que geográficos bien delimitados. Para dar cuenta de
fueron los grupos más importantes en términos esta situación y teniendo en consideración que
demográficos durante el período Colonial, que no se trata de un fenómeno de “mano única”,
mantuvieron autoridades étnicas de peso y que el autor elaboró el concepto de “proceso de
accedieron (aunque no sin conflictos) a tierras territorialización”, entendido como el movimiento
comunales. por el cual un objeto político-administrativo (en
Entendemos que dentro de la caracterización este caso los pueblos o reducciones de indios) se
del devenir de los pueblos de Colalao y Tolombón transforma en una colectividad organizada, con
y de Amaicha es importante considerar los retornos una identidad y mecanismos de representación
propios y a partir del cual se reestructuran o se
hacia el valle Calchaquí como un elemento
actualizan sus formas culturales.
nodal, una estrategia que, además, se enlazó
Siguiendo esta línea, en nuestros casos, puede
con otras respuestas frente a la presión colonial
observarse que el proceso de territorialización
y que, en definitiva, cimentó la rearticulación
adquirió visos particulares. Por un lado, en tanto
del colectivo a lo largo del tiempo, aún en el
fue precedido por lo que podríamos llamar una
marco de un contexto sumamente desfavorable.
desterritorialización; esto es, el ya descrito proceso
Como lo hemos señalado, los retornos hacia el
de desnaturalización. Por otro lado, puesto que –una
valle Calchaquí y el establecimiento de un doble
vez reasentados en sus pueblos de reducción y en
asentamiento, más o menos permanente, no solo
el marco de un complejo conjunto de acciones–
permitieron acceder a una más amplia variedad de
lograron una reterritorialización, estableciendo
productos o insertarse en los circuitos mercantiles un vínculo material y simbólico con sus antiguos
sino, fundamentalmente, tensar las relaciones de espacios vallistos pero también reconfigurando la
subordinación a las que habían sido sometidos. propia espacialidad colonial al romper las grillas
Podríamos incluso plantear, a modo de hipótesis, preestablecidas que fijaban un colectivo a un
que esos retornos reproducían-reconfiguraban territorio determinado.
antiguos modos de concebir y usar el territorio y, Sin dudas, los retornos a Calchaquí y el doble
en tal sentido, el trabajo de Quiroga (2010) podría asentamiento –aunque conocidos, aceptados o
resultar un modelo de análisis. El estudio de esta incluso incentivados por diferentes agentes de
autora del caso de los indígenas asentados en las poder– conformaron un verdadero foco de conflicto.
tierras de Malfín (oeste catamarqueño) durante el No en vano distintas autoridades civiles, religiosas,
Gran Alzamiento la lleva a proponer que, al igual encomenderos y hacendados exponían sus temores
que en épocas prehispánicas, el ascenso a los cerros frente a esta situación. Después de todo, al parecer,
constituía –tal como vimos al principio– una forma el valle Calchaquí constituía aún a principios del
de subsistencia, pero en la coyuntura de la guerra siglo XIX un potencial peligro, un refugio o asilo
se transformaba también en espacio de refugio, para los “malhechores”.
Efectos imprevistos de las desnaturalizaciones del valle Calchaquí. El “doble asentamiento” como estrategia… 611
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612 Lorena B. Rodríguez
Notas
1 Recupero aquí los trabajos de Cruz (1998) y López de 11 Durante la Colonia, y una vez reasentados en Choromoros,
Albornoz y Bascary (1998) quienes, por primera vez y los pueblos de Colalao y de Tolombón se registraron como
para nuestra zona de estudio, llamaron la atención sobre unidades independientes (con encomenderos y autoridades
este fenómeno del “doble asentamiento” o “bilocalización” étnicas propias), aunque siempre estrechamente vinculadas
como una estrategia de pervivencia colectiva. entre sí probablemente resultado de antiguas interrelaciones
2 Acerca de las dificultades de ubicación de estos asentamientos étnicas, sociales y políticas desarrolladas en el valle Calchaquí
para el caso de Amaicha, véase Sosa (2015). (Lorandi y Boixadós 1987-88) y que, en el nuevo espacio,
3 Carta del gobernador José de Garro fechada el 15 de junio se evidenciaron en la compra conjunta de tierras. Por
de 1678 sobre que en cumplimiento de la Real Cédula del estas razones y porque en el siglo XIX ya los documentos
20 de diciembre de 1674 puso en libertad a los indios del categorizan a esta población como una única unidad es que
valle de Calchaquí. en la mayor parte del texto hablamos del pueblo de Colalao
4 Archivo Histórico de Tucumán (AHT), Actas Capitulares, y Tolombón.
Vol. II, 30 de enero de 1696. Véase también al respecto 12 Archivo General de la Nación (AGN), Revisita de San
AHT, Actas Capitulares, Vol. II, 11 de marzo de 1693; 20 de Miguel de Tucumán, 1806, Documentos Diversos,
noviembre de 1694; 9 de febrero de 1696, 13 de febrero de Leg. 32.
1696, 26 de abril de 1696 y 19 de mayo de 1696; Vol. III, 1 13 Aunque su definitivo extrañamiento ocurrió luego de 1664,
de febrero de 1708; Vol. V, 4 de mayo de 1735. Transcripción ya hacía varias décadas que tenían reducción en la llanura
de Samuel Díaz. y servían intermitentemente a su encomendero.
5 También cabe aclarar, si pensamos en términos de 14 AHT, Sección Judicial Civil (SJC), Año 1823, Caja 125,
estrategias, que estos retornos están asociados lógicamente Expte. 25.
a grupos que habían sido asentados en las jurisdicciones 15 AHT, SJC, Año 1857, Caja 276, Expte. 24, f. 3v.
más cercanas al espacio Calchaquí (Salta, Tucumán y 16 AHT, 16 marzo 1796, Sección Administrativa (SA), Vol. 11,
Catamarca). Los indígenas desnaturalizados a jurisdicciones Fs. 224 v. y r.
más lejanas podrían haber desplegado otras estrategias 17 AGI, Escribanía 863B, Pieza sexta, f. 142. En Noli (2003:343).
de reproducción socioétnica, tal como advierte Zelada 18 AHT, SJC, Año 1756, Caja 16, Expte. 8, f. 2.
(2015) con relación al rol cumplido por el cacique Sillamay 19 AHT, SJC, Año 1770, Caja 23, Expte. 37, f. 7r. El destacado
como articulador de los calchaquíes desnaturalizados a es nuestro.
Córdoba. 20 AHT, Sección Judicial Criminal (SJCr), Año 1795, Caja 11,
6 Carta de Alonso Mercado sobre la huida de los acalianes Expte. 28.
desde Esteco al valle Calchaquí y sobre su pacificación. En 21 Citado en Cruz (1998:33), AHC, Escribanía 1, Leg. 133,
Larrouy 1923:271. Expte. 6.
7 Archivo General de Indias (AGI), Legajo Charcas 259. 22 Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB),
Citado en Mata de López (2000:169). Expedientes Coloniales (EC), Año 1694, Expte. 26, f.
8 Archivo Histórico de Catamarca (AHC), Sección Gobierno, 34r.
Causa Civil, Carpeta 1, Año 1718. 23 Archivo Histórico de Salta (AHS), Fondo Gobierno, Año
9 AHC, Sección Gobierno, Causa Civil, Carpeta 1, Año 1718, 1769, Carpeta 1A.
fs. 13r. y 14v. 24 AHT, SJC, Año 1823, Caja 125, Expte. 25.
10 AHC, Sección Gobierno, Causa Civil, Carpeta 1, Año 1718, 25 AHT, SA, 16 agosto 1800, Vol. 14, f. 157 v.
f. 4v. 26 AHT, SA, 27 septiembre 1808, Vol. 14. Fs. 251 v y r.