Apunte Energà A
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Las energías primarias y secundarias son términos que se utilizan para describir diferentes
formas de energía y su relación en el proceso de transformación y suministro de energía.
Las energías primarias son aquellas que se encuentran en su forma natural y no han sido
sometidas a ningún proceso de transformación. Estas fuentes de energía se extraen
directamente de la naturaleza y se utilizan como base para la producción de otras formas de
energía. Algunos ejemplos de energías primarias son:
2. Energía eólica: Se obtiene del viento y se utiliza para generar electricidad mediante
aerogeneradores.
3. Energía hidráulica: Se obtiene del agua en movimiento, como ríos o corrientes marinas,
y se utiliza para generar electricidad en centrales hidroeléctricas.
5. Energía geotérmica: Se obtiene del calor interno de la Tierra y se utiliza para generar
electricidad o para la calefacción y refrigeración de edificios.
Por otro lado, las energías secundarias son aquellas que se obtienen a partir de la
transformación de las energías primarias. Estas formas de energía son más convenientes para el
transporte, almacenamiento y uso final. Algunos ejemplos de energías secundarias son:
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2. Combustibles fósiles: Son derivados de materia orgánica, como el petróleo, el gas
natural y el carbón. Estos combustibles se utilizan principalmente para la generación de
electricidad, calefacción, transporte y producción industrial.
Es importante tener en cuenta que el uso de energías primarias y secundarias está relacionado
con la sostenibilidad y la eficiencia energética, ya que algunas fuentes primarias son renovables
y generan menos impacto ambiental que otras, como los combustibles fósiles.
La energía solar se obtiene del sol y se convierte en electricidad o calor mediante tecnologías
como los paneles solares o los concentradores solares. Es una fuente inagotable, ya que el sol
continuará emitiendo radiación durante miles de millones de años.
La energía eólica se obtiene del viento y se utiliza para generar electricidad mediante
aerogeneradores. El viento es una fuente renovable, ya que se genera por los movimientos de
la atmósfera, que son impulsados por la radiación solar y otros factores climáticos.
La energía hidroeléctrica se obtiene del flujo de agua en ríos o corrientes marinas y se utiliza
para generar electricidad en centrales hidroeléctricas. El ciclo del agua se encarga de renovar
constantemente el suministro de agua, lo que hace que esta fuente de energía sea renovable.
La energía geotérmica se obtiene del calor interno de la Tierra y se utiliza para generar
electricidad o para calefacción y refrigeración. El calor geotérmico proviene del núcleo de la
Tierra y se renueva de forma natural a través de los procesos geológicos.
La biomasa se obtiene de la materia orgánica, como los cultivos agrícolas, los residuos forestales
o los desechos orgánicos, y se utiliza para generar calor o electricidad. La biomasa se considera
renovable porque las plantas y los cultivos utilizados como fuente de biomasa pueden ser
replantados y regenerados.
Por otro lado, las energías no renovables son aquellas que provienen de fuentes que se agotan
con el tiempo y no se renuevan en un período de tiempo significativo a escala humana. Estas
fuentes de energía son finitas y su extracción y uso pueden tener impactos negativos en el medio
ambiente. Los principales ejemplos de energías no renovables son los combustibles fósiles,
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como el petróleo, el gas natural y el carbón, que se formaron a lo largo de millones de años y su
disponibilidad es limitada
Las energías convencionales son aquellas que han sido ampliamente utilizadas durante mucho
tiempo y forman la base del suministro de energía en muchos países. Estas fuentes de energía
convencionales suelen ser no renovables y tienen un impacto significativo en el medio ambiente.
Dependen del país o región que se encuentren bajo foco de estudio.
Por otro lado, las energías no convencionales son aquellas que están emergiendo como
alternativas a las fuentes de energía convencionales. Estas fuentes de energía son más recientes
y se están desarrollando para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promover una
transición hacia un sistema energético más sostenible.
3. CENTRALES ELÉCTRICAS
El factor de capacidad de una central eléctrica es una medida que indica la eficiencia con la que
una planta generadora de electricidad utiliza su capacidad instalada a lo largo del tiempo. Se
expresa como un porcentaje y representa la relación entre la energía generada por la planta
durante un período determinado y la energía máxima que podría generar si funcionara a plena
capacidad durante el mismo período.
En otras palabras, el factor de capacidad es una medida de cuánto tiempo una central eléctrica
está produciendo energía en comparación con su capacidad máxima teórica. Un factor de
capacidad del 100% significa que la planta está generando energía a su máxima capacidad
durante todo el período considerado, mientras que un factor de capacidad inferior al 100%
indica que la planta no está operando a su capacidad máxima en todo momento.
Varios factores pueden influir en el factor de capacidad de una central eléctrica, como el
mantenimiento programado, las interrupciones no programadas, la disponibilidad de
combustible o recursos, y la demanda de energía fluctuante. Además, las centrales eléctricas
intermitentes, como las solares o eólicas, pueden tener un factor de capacidad variable debido
a la dependencia de las condiciones climáticas.
1. Centrales nucleares: Las centrales nucleares suelen tener altos factores de capacidad,
generalmente superiores al 90%. Esto significa que estas plantas pueden operar a casi
plena capacidad durante la mayor parte del tiempo, con tiempos de inactividad
relativamente bajos debido a mantenimiento y recargas de combustible programadas.
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plantas pueden generar energía de manera continua siempre que haya suficiente agua
disponible y se cumplan los requisitos operativos.
4. Energía solar fotovoltaica: Las plantas solares fotovoltaicas tienen factores de capacidad
que suelen oscilar entre el 15% y el 30%, aunque esto puede variar según la ubicación y
la calidad de la radiación solar. La generación de electricidad solar depende de la
disponibilidad de luz solar, lo que implica que la producción puede ser intermitente, con
un menor factor de capacidad en comparación con las centrales de energía más
tradicionales.
5. Energía eólica: Las plantas eólicas también tienen factores de capacidad variables
debido a la variabilidad del viento. En general, se sitúan entre el 20% y el 40%, pero
pueden superar el 50% en áreas con vientos fuertes y constantes como es el caso de la
Patagonia Argentina.
3.2 LCOE
El costo medio de la energía de una central eléctrica, también conocido como costo nivelado de
la electricidad o LCOE (por sus siglas en inglés, Levelized Cost of Electricity), es una medida
utilizada para calcular el costo promedio de generar electricidad a lo largo de la vida útil de una
central eléctrica.
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5. Costos de combustible: En el caso de centrales que utilizan combustibles fósiles, se
considera el precio del combustible y su impacto en el costo total de generación.
Es importante tener en cuenta que el LCOE es una estimación promedio y puede variar según
las condiciones y supuestos utilizados en el cálculo, como la tasa de descuento, los precios de
los combustibles, los subsidios gubernamentales y los costos de emisiones de carbono, entre
otros.
El LCOE es una herramienta útil para comparar tecnologías de generación de energía y evaluar
la viabilidad económica de las diferentes opciones disponibles en el mercado. Sin embargo,
también es importante considerar otros aspectos, como la sostenibilidad ambiental, la
disponibilidad de recursos y las políticas energéticas, para tomar decisiones informadas sobre la
combinación de fuentes de energía más adecuada en un contexto dado.
1. Centrales eléctricas de base: Estas centrales son diseñadas para funcionar de manera
continua y suministrar una cantidad constante de energía a la red eléctrica. Son las
plantas que proveen la demanda de electricidad diaria y constante, y suelen ser
centrales de gran capacidad. Las centrales nucleares y las centrales hidroeléctricas son
ejemplos comunes de centrales de base, ya que pueden operar de forma estable y
continua durante largos períodos.
2. Centrales eléctricas de semi base: Estas centrales se utilizan para satisfacer la demanda
de energía que se encuentra entre los niveles de base y punta. Estas plantas son flexibles
en términos de su capacidad de respuesta y se activan cuando la demanda de
electricidad supera la capacidad de las centrales de base, pero aún no alcanza el pico
máximo de demanda. Las centrales térmicas de combustibles fósiles, como las de gas
natural, suelen desempeñar el papel de centrales de semi base.
3. Centrales eléctricas de punta: Estas centrales son diseñadas para satisfacer la demanda
máxima de energía eléctrica durante períodos de alta demanda, como en horas pico o
en situaciones de emergencia. Estas plantas se activan para cubrir la brecha entre la
oferta y la demanda en momentos de mayor consumo de electricidad. Por lo general,
las centrales de punta son rápidas de encender y apagar, lo que les permite responder
rápidamente a las fluctuaciones en la demanda. Las centrales de ciclo combinado y las
plantas de generación distribuida (como las turbinas de gas) suelen utilizarse como
centrales de punta debido a su capacidad de respuesta y flexibilidad.
La Ley N° 27.191, también conocida como "Régimen de Fomento Nacional para el Uso de
Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica", fue promulgada
en Argentina el 12 de septiembre de 2015 con el objetivo de promover y desarrollar el uso de
energías renovables en el país. A continuación, se resumen algunos de los puntos clave de la ley:
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1. Objetivo: La ley establece como objetivo principal aumentar la participación de las
fuentes de energía renovable en la matriz energética nacional, fomentando su
desarrollo sostenible y contribuyendo a la diversificación de la matriz y la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero.
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usuario, independientemente del nivel de consumo real. En general, se paga una tarifa
fija por kilovatio contratado.
En Argentina, las tarifas eléctricas se dividen en diferentes bandas horarias según el nivel de
consumo y el momento del día. A continuación, se describen las principales bandas horarias
utilizadas en las tarifas eléctricas en el país:
1. Banda horaria de Punta (18-23 hs): Es el período del día en el que se registra la mayor
demanda de electricidad. Generalmente, esta banda horaria se establece durante las
horas de la tarde y la noche, cuando hay un mayor consumo de energía en hogares y
negocios. Las tarifas aplicadas durante esta banda suelen ser más altas debido a la
mayor demanda y los costos asociados con la generación y distribución de energía en
momentos de mayor carga.
2. Banda horaria Resto (5:00-18:00 hs): Es el período que se encuentra entre las bandas
horarias de Punta y Valle. En esta franja horaria, la demanda de electricidad es menor
en comparación con la banda de Punta, pero aún más alta que en la banda de Valle. Las
tarifas aplicadas en esta banda pueden ser ligeramente más bajas que en la banda de
Punta.
3. Banda horaria de Valle (23:00-5:00): Es el período del día en el que se registra la menor
demanda de electricidad. Por lo general, esta banda horaria corresponde a las horas de
la madrugada y la mañana temprana, cuando el consumo de energía es más bajo debido
a que la mayoría de las actividades comerciales y residenciales están inactivas. Las
tarifas aplicadas en esta banda suelen ser más bajas debido a la menor demanda y los
costos asociados.
Estas bandas horarias permiten establecer estructuras tarifarias diferenciales que incentivan la
eficiencia energética y la gestión de la demanda. Al fomentar un consumo más consciente y
eficiente durante las horas de mayor demanda, se busca reducir la carga en la red eléctrica y
optimizar la generación y distribución de energía en el país.