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El Código Da Vinci

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Embarazo precoz

Lucas Garcia

Ayuda en Acción

Equipo de la fundación

El embarazo en la adolescencia es un problema grave que afecta a millones de


mujeres en todo el mundo, especialmente en las regiones pobres de África,
Latinoamérica y Europa.

Qué es el embarazo adolescente

Cada día los derechos de las mujeres y las niñas son vulnerados. Aunque
representan la mitad de la población mundial y, por tanto, la mitad de su
potencial, la desigualdad de género persiste. Los embarazos adolescentes son
una de las múltiples caras que adopta esta desigualdad. Pero, ¿qué es un
embarazo precoz?

El embarazo en la adolescencia o embrazo precoz es un fenómeno mundial con


graves consecuencias para la salud, la sociedad y la economía. Se produce
cuando ni el cuerpo ni la mente de la mujer están preparados para ello,
concretamente entre la adolescencia inicial o pubertad (comienzo de la edad
fértil) y el final de la adolescencia, que la OMS la establece en los 19 años. La
mayoría de embarazos adolescentes no son deseados o planificados y el riesgo de
morir por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto se duplica si las
niñas se quedan embarazadas antes de los 15 años.

Los embarazos adolescentes en el mundo

Cada año se registran unos 21 millones de embarazos de adolescentes entre 15 y


19 años. De estos embarazos, el 50% son no deseados y, por lo tanto, se estima
una cifra de 12 millones de nacimientos.
A escala mundial, la tasa de nacimientos en la adolescencia ha disminuido de
64,5 nacimientos por cada 1000 adolescentes en 2000 a 41,3 nacimientos por
cada 1000 mujeres en 2023. Sin embargo, las tasas de cambio han sido desiguales
en diferentes regiones del mundo. Asia Meridional ha conseguido disminuir la tasa
en todas las regiones, mientras que África Subsahariana y América Latina y el
Caribe continúan teniendo las tasas más altas a nivel mundial.

Aunque desde 1990, la situación ha mejorado, aún queda un largo camino por
recorrer, pues el embarazo adolescente es una de las principales causas de
mortalidad entre las niñas de 15 y 19 años, según alerta la OMS.

Causas del embarazo adolescente

El embarazo adolescente tiene raíces profundas, y muchas de ellas están


fuertemente atadas a la calidad de vida y a la pobreza de un país. Dos factores
clave son:

Relaciones sexuales sin protección anticonceptiva.

Uso incorrecto o inadecuado de métodos anticonceptivos.

Además, el matrimonio en la adolescencia y los roles tradicionales que algunas


sociedades siguen imponiendo a las mujeres también juegan un papel importante.

Níger, aunque ha logrado reducir las tasas de embarazo adolescente en los


últimos veinte años, aún enfrenta una realidad alarmante: 200 madres
adolescentes por cada 1000 mujeres. Y no está solo. Varios países
latinoamericanos como Nicaragua, República Dominicana, Guatemala, Honduras
y Venezuela siguen con cifras preocupantes, superando el 10% de embarazos en
la adolescencia.
Incluso en naciones desarrolladas como Argentina, EEUU, Canadá y España los
números siguen siendo preocupantemente altos, a pesar de las políticas
educativas que han ayudado a disminuir estos casos.

En los países desarrollados, una de las principales causas del embarazo en


adolescentes es la edad temprana a la que se inician las relaciones sexuales. Aun
así, ha sido todo un desafío para la sociedad comprender y aplicar políticas que
promuevan una sexualidad responsable.

Hoy en día, la educación sexual se centra en varios frentes para prevenir el


embarazo adolescente:

Alertar sobre los peligros del consumo de drogas y alcohol, ya que pueden llevar a
comportamientos desinhibidos, falta de reflexión e impulsividad.

Combatir la presión social y la idealización del embarazo adolescente como un


medio para ganar aceptación entre amigos y compañeros.

Abordar la falta de información y el difícil acceso a una educación sexual de


calidad, así como la falta de diálogo abierto y natural sobre estos temas en el
hogar.

Aunque estas son las causas más comunes, en los países desarrollados también
se ha demostrado que ciertos factores pueden aumentar el riesgo, como un
desarrollo sexual prematuro, problemas en el entorno familias, padres
adolescentes, y situaciones de abuso o violencia sexual.

Riesgos del embarazo en la adolescencia

Comprender las causas es solo el primer paso; es crucial entender las


consecuencias y riesgos del embarazo adolescente. La Organización Mundial de
la Salud lo resume de manera contundente y clara: “La adolescencia es el periodo
de la vida en el que el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita por
los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida su independencia
socioeconómica”.

Cuando un embarazo ocurre a temprana edad, esta realidad se desmorona. Y lo


más alarmante es que cuánto más joven es la madre, más peligroso se vuelve el
panorama: malnutrición, partos prematuros, niños y niñas con problemas de
desarrollo y malformaciones, y un riesgo un 50% mayor de que el bebé muera en
las primeras semanas de vida.

Pero no solo sufre el bebé, las madres jóvenes también enfrentan serias
complicaciones:

Falta de atención médica por desconocimiento del embarazo.

Riesgo de preeclampsia y eclampsia, condiciones graves que pueden poner en


peligro la vida.

Riesgo de fístula obstétrica, una lesión poco visibilizada que arruina la vida de
miles de mujeres.

Alta mortalidad materna.

Complicaciones derivadas de abortos clandestinos, como sepsis o hemorragias


severas.

Embarazo acompañado de infecciones de transmisión sexual.

Consecuencias del embarazo en la adolescencia


El embarazo precoz no solo afecta a nivel físico, sino que también tiene profundas
consecuencias psicológicas y sociales. Estas son algunas de las situaciones que
se presentan con frecuencia:

Abandono escolar. Dependiendo del entorno y la situación económica de la


familia, muchas jóvenes se ven obligadas a dejar sus estudios, truncando sus
oportunidades futuras.

Abortos. Tanto inducidos como espontáneos, con el peligro añadido de caer en el


mercado negro en países donde el aborto no está legalizado.

Inestabilidad familiar. Es común que las relaciones entre los jóvenes padres no
perduren, creando un entorno familiar frágil y lleno de incertidumbres.

Natalidad descontrolada. En países en vías de desarrollo, esto se traduce en un


mayor número de hijos, sin acceso a métodos anticonceptivos o planificación
familiar.

Problemas psicológicos. Las madres adolescentes suelen enfrentarse al miedo al


rechazo, ansiedad, estrés y tensiones familiares. Algunos incluso desarrollan
trastornos emocionales graves, incluyendo el rechazo hacia el propio bebé.

Dependencia. Estas jóvenes a menudo se encuentras en una situación de


vulnerabilidad emocional y económica, lo que las atas a las relaciones familiares
disfuncionales y perjudiciales.

El impacto del embarazo adolescente va más allá del presente; afecta al futuro de
las jóvenes y perpetúa los ciclos de pobreza y desigualdad.

Prevención del embarazo adolescente


Muchos de estos obstáculos están siendo superados gracias a una educación
necesaria en igualdad de género y políticas que empoderan a las mujeres y
defienden sus derechos en la sociedad. Estas acciones buscan transformar
tradiciones, roles sociales y mejorar la situación socioeconómica de las mujeres.

Para prevenir el embarazo adolescente, algunas de las medidas más efectivas


son:

Ofrecer programas de concienciación sobre la prevención del embarazo, dirigidos


a jóvenes y sus familias.

Fomentar una educación sexual integral en las escuelas que no solo advierta
sobre los riesgos del embarazo en la adolescencia, sino también sobre las
enfermedades de transmisión sexual.

Sensibilizar a las familias sobre la importancia de la prevención y enseñarles a


reconocer los primeros signos de embarazo en adolescentes, para que puedan
actuar rápidamente.

Promover el empoderamiento de las mujeres, alentándolas a ejercer plenamente


sus derechos en la sociedad.

Impulsar programas de Salud Pública que ofrezcan apoyo y recursos a las


adolescentes para prevenir embarazos no deseados.

Difundir y ofrecer métodos anticonceptivos, asegurando que los adolescentes


tengan acceso a opciones seguras y efectivas para evitar embarazos no
planificados.

Estas medidas no solo buscan prevenir el embarazo adolescente, sino también


crear un entorno donde las mujeres jóvenes puedan tomar decisiones informadas
y vivir una vida plena y sin barreras.

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