Borges o Aleph
Borges o Aleph
Borges o Aleph
e respectivos tradutores:
FERVOR DE BUENOS AIRES - FERNANDO PINTO DO AMARAL
LUNA DE ENFRENTE - FERNANDO PINTO DO AMARAL
CUADERNO SAN MARTÍN - FERNANDO PINTO DO AMARAL FERVOR Dl
EVARISTO CARRIEGO - JOSÉ COLAÇO BARREIROS
DISCUSIÓN - JOSÉ COLAÇO BARREIROS LUA
HISTORIA UNIVERSAL DE LA INFAMIA - JOSÉ BENTO
HISTORIA DE LA ETERNIDAD - JOSÉ COLAÇO BARREIROS CADER1'(
FICCIONES - JOSÉ COLAÇO BARREIROS
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EVARIS1
EL ALEPH - FLÁVIO JOSÉ CARDOSO
Sobrecapa:
NORBERT DENKEL
HISTÓRIA ill\
Ilustração da contracapa
e do frontispício: HISTÓRIA 1
WlLLI GLASAUER
F1
1ª edição, o
1949
En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera -Tarumba habrás quedado de tanto curiosear donde no te llaman -dijo una voz
tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego aborrecida y jovial-. Aunque te devanes los sesos, no me pagarás en un siglo
comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos esta revelación. ¡Qué observatorio formidable, che Borges!
espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres
centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Los zapatos de Carlos Argentino ocupaban el escalón más alto. En la brusca
Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo penumbra, acerté a levantarme y a balbucear:
claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi
el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en
-Formidable. Sí, formidable.
el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi
interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos
los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler La indiferencia de mi voz me extrañó. Ansioso, Carlos Argentino insistía:
las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en
Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi -¿Lo viste todo bien, en colores?
convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en
Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, En ese instante concebí mi venganza. Benévolo, manifiestamente apiadado,
vi un cáncer en el pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde nervioso, evasivo, agradecí a Carlos Argentino Daneri la hospitalidad de su
antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera sótano y lo insté a aprovechar la demolición de la casa para alejarse de la
versión inglesa de Plinio, la de Philemon Holland, vi a un tiempo cada letra de perniciosa metrópoli, que a nadie ¡créame, que a nadie! perdona. Me negué,
con suave energía, a discutir el Aleph; lo abracé, al despedirme, y le repetí que Benzeyad encontró en una torre (1001 Noches, 272), el espejo que Luciano de
el campo y la serenidad son dos grandes médicos. Samosata pudo examinar en la luna (Historia verdadera, I, 26), la lanza
especular que el primer libro del Satyricon de Capella atribuye a Júpiter, el
En la calle, en las escaleras de Constitución, en el subterráneo, me parecieron espejo universal de Merlin, "redondo y hueco y semejante a un mundo de
familiares todas las caras. Temí que no quedara una sola cosa capaz de vidrio" (The Faerie Queene, III, 2, 19)-, y añade estas curiosas palabras: "Pero
sorprenderme, temí que no me abandonara jamás la impresión de los anteriores (además del defecto de no existir) son meros instrumentos de
volver. Felizmente, al cabo de unas noches de insomnio, me trabajó otra vez el óptica. Los fieles que concurren a la mezquita de Amr, en el Cairo, saben muy
olvido. bien que el universo está en el interior de una de las columnas de piedra que
rodean el patio central... Nadie, claro está, puede verlo, pero quienes acercan
——————————————— FIN ————————————————— el oído a la superficie, declaran percibir, al poco tiempo, su atareado rumor... La
mezquita data del siglo VII; las columnas proceden de otros templos de
religiones anteislámicas, pues como ha escrito Abenjaldún: En las repúblicas
fundadas por nómadas es indispensable el concurso de forasteros para todo lo
Posdata del primero de marzo de 1943. A los seis meses de la demolición del que sea albañilería".
inmueble de la calle Garay, la Editorial Procusto no se dejó arredrar por la
longitud del considerable poema y lanzó al mercado una selección de "trozos
¿Existe ese Aleph en lo íntimo de una piedra? ¿Lo he visto cuando vi todas las
argentinos". Huelga repetir lo ocurrido; Carlos Argentino Daneri recibió el
cosas y lo he olvidado? Nuestra mente es porosa para el olvido; yo mismo
Segundo Premio Nacional de Literatura2. El primero fue otorgado al doctor estoy falseando y perdiendo, bajo la trágica erosión de los años, los rasgos de
Aita; el tercero, al doctor Mario Bonfanti; increíblemente, mi obra Los naipes Beatriz.
del tahúr no logró un solo voto. ¡Una vez más, triunfaron la incomprensión y la
envidia! Hace ya mucho tiempo que no consigo ver a Daneri; los diarios dicen
que pronto nos dará otro volumen. Su afortunada pluma (no entorpecida ya por A Estela Canto
el Aleph) se ha consagrado a versificar los epítomes del doctor Acevedo Díaz.
1. Recuerdo, sin embargo, estas líneas de una sátira que fustigó con rigor a los
Dos observaciones quiero agregar: una, sobre la naturaleza del Aleph; malos poetas:
otra, sobre su nombre. Éste, como es sabido, es el de la primera letra del
alfabeto de la lengua sagrada. Su aplicación al disco de mi historia no parece Aqueste da al poema belicosa armadura
casual. Para la Cábala, esa letra significa el En Soph, la ilimitada y pura De erudicción; estotro le da pompas y galas.
divinidad; también se dijo que tiene la forma de un hombre que señala el cielo Ambos baten en vano las ridículas alas...
y la tierra, para indicar que el mundo inferior es el espejo y es el mapa del ¡Olvidaron, cuidados, el factor HERMOSURA!
superior; para la Mengenlehre, es el símbolo de los números transfinitos, en
los que el todo no es mayor que alguna de las partes. Yo querría saber: Sólo el temor de crearse un ejército de enemigos implacables y poderosos lo
¿Eligió Carlos Argentino ese nombre, o lo leyó, aplicado a otro punto donde disuadió (me dijo) de publicar sin miedo el poema.
convergen todos los puntos, en alguno de los textos innumerables que el
Aleph de su casa le reveló? Por increíble que parezca, yo creo que hay (o que 2. "Recibí tu apenada congratulación", me escribió. "Bufas, mi lamentable
hubo) otro Aleph, yo creo que el Aleph de la calle Garay era un falso Aleph. amigo, de envidia, pero confesarás -¡aunque te ahogue!- que esta vez
pude coronar mi bonete con la más roja de las plumas; mi turbante,
con el más califa de los rubíes."
Doy mis razones. Hacia 1867 el capitán Burton ejerció en el Brasil el cargo de
cónsul británico; en julio de 1942 Pedro Henríquez Ureña descubrió en
una biblioteca de Santos un manuscrito suyo que versaba sobre el espejo
que atribuye el Oriente a Iskandar Zú al-Karnayn, o Alejandro
Bicorne de Macedonia. En su cristal se reflejaba el universo entero. Burton
menciona otros artificios congéneres -la séptuple copa de Kai Josrú, el
espejo que Tárik