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Monólogo para Un Escritor

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MONÓLOGO PARA UN ESCRITOR

Escrito por: Sofía Romero


Dedico esto a:

Aquellas sombras que no fueron nombradas

Aquellos recuerdos donde borraron su presencia

Aquellas luces que se apagaron y no lo notaron

En fin, aquellos que saben que existen pero han sido borrados

S. R.
PERSONAJE:

He de aclarar que nuestro personaje en cuestión puede ser interpretado por un hombre o una

mujer. Nuestro personaje es un escritor o escritora; alguien con un carácter fuerte y reservado,

contiene a menudo la ira y las ganas de decir todo lo que piensa, es exactamente la razón de su

lucha interna y externa.


MONÓLOGO PARA UN ESCRITOR

ACTO ÚNICO

Una cama; sobre ella un traje elegante, también una mesita de noche con un sobre abierto, a su

lado un escritorio frente a un espejo con una computadora o máquina de escribir si es de

preferencia del director.

ESCENA ÚNICA

El personaje está sentado frente al espejo, terminando de escribir en su escritorio, toma nota a

lápiz en una libreta, finalmente se ve al espejo, revisa su cabello, voltea a la cama, como si dudase

de colocarse el traje.

PERSONAJE: (Ensayando) ¡Oh! Muchas gracias… Es un honor para mí… No, eso no, ajá, otra vez.

Mucho gusto, no, no… (Aclara su garganta, se yergue completamente) Quisiera presentarme, si no

es mucha molestia para el público y el equipo técnico, que esta obra la he escrito yo. (El personaje

se va volviendo más irónico y refleja su molestia) Muy pocos notan a los escritores, muy pocas

veces he visto a un actor presentar felizmente a un escritor, ¡ah! Es que me dirán ustedes, como

una vez un actor por ahí me dijo orgullosamente: “Es que la literatura está muerta”. (Se frustra)

No, no, no… Así me pintan de dramático, de intenso o de pedante. Pero, las ganas que me dan

de… Pero qué va, bien sabemos todos que el escritor es importante. Un escritor es el Dios de su

mundo, dicen algunos soberbios, pues al escribir uno sabe cómo empieza, cómo se va

desarrollando y cómo termina; eso únicamente lo puede saber El Creador, sí, yo conozco

escritores, poetas, dramaturgos y demás bien obstinados e intensos, tú les dices que tienes una

idea de pinga y de una te lanzan con que eso no se puede hacer, ¿por qué? No sé, pero no se

puede. (Pausa. Suspira largamente, mirando al público) La verdad es, que nosotros somos los que

más pelamos bola.

Pausa. Toma el sobre, saca la carta dentro de él y lee en voz alta caminando por el cuarto.
PERSONAJE: Estimado escritor o escritora. (Para de leer, mira a su reflejo) Fíjate, ni se detuvieron a

investigar sobre mí realmente. (Continúa con la lectura) Queremos invitarle a nuestro estreno de

la obra “Un cuento y tres llorones”, sería un honor ya que usted es el autor o autora. Pausa

(Pausa. A la carta) ¡Sí existo, coño, tengo cara! (Pausa. El personaje respira, se calma y continúa

leyendo) Quisiéramos invitarle, al final de la presentación, a una cena con tertulia sobre esta

maravillosa obra. (Arruga el papel, ve al espejo) Ni me invitan a ver la obra, es decir, debo pagar

para ver mi porcentaje de creación. Es que uno tiene que estar muerto para que la gente tenga en

cuenta el derecho de autor, yo no sé ni para qué existe el ISBN si igualito los mismos escritores

también se roban escritos de otros. Pero bueno, uno aquí tiene que estar sonriendo, bien

peinadito, sin mostrar las horas de sueño que faltan por estar días pegado a una computadora o a

una lucecita para escribir así sea la idea más gafa porque la mínima queja o que uno diga: “¿Y

cuánta ganancia tengo yo también?” Cooooooooño, se forman los rumores: No que éste es bien

malagradecido, que lo único que quiere es plata, que no se conforma con ir gratis… Y ellos allá

afuera cobrando 50 dólares una entrada por andar jodiendo una que otra línea de lo que escribí

porque “eso es lo de hoy”.

El personaje coloca un instrumental de jazz, se medio acomoda el traje sobre el pecho.

PERSONAJE: Yo me imagino la vaina así. (Pasea al ritmo) Buenas noches, ¿cómo me les va? Sí, yo

soy quien escribió la obra, ah… (Hace como si estrechara la mano de varias personas, sonríe

falsamente) Sí, claro, me encantó. (Sale un momento de su breve interpretación) Si uno les dice

que no le gustó entonces, mi amor, la cruz del Ávila se quedó pendeja. (Rápidamente vuelve a la

sonrisa falsa) No, no, para mí fue un honor que la montaran, es que gracias a ustedes veo mi obra

en vida real ¿Qué? Ah, ¿las ganancias van para su agrupación completa? Oh, no, no me molesta en

absoluto, el artista debe hacer valer su trabajo ¿Van a ir afuera con esta obra y no me van a

mencionar siquiera? Felicitaciones, felicitaciones. Y el derecho de autor me lo meto por el culo. (A


medida de esta breve interpretación el personaje va reteniendo más la rabia) Yo como que no voy.

Por cierto, (Revisa la hora) tengo que dejar el tanque llenando ahorita, si salgo y no lo pongo a

llenar, cuando llegue me jodí. Eso si es que de verdad me invitan a la cenita esa, seguro me

brindan un par de cervezas y listo, como eso funciona con algunos. De los que quedan, por

supuesto.

Pausa. Se escucha un golpe de puerta, el personaje deja el traje en la cama de nuevo, se asoma

brevemente y vuelve con una carta en la mano.

PERSONAJE: Esta gastadera de hoja y cartón, estamos en la era de ahorita, no hay nada mejor que

recibir los correos electrónicos, claro, se ve bien bonita una presentación toda elegante y tal, pero

no chico, tampoco gente acosando mi casita, que es solo este pedacito, la cocina eléctrica la

guardo en el cajón y me mantengo bien con un pote de mantequilla para comer de todo, lo simple

hace lo cómodo y a su vez hermoso. Recuerdo cuando mi mamá peleaba conmigo para comer las

caraotas en el pote de la mantequilla con el resto todavía en el fondo…

Por un momento, el personaje se pierde en sus recuerdos e instantáneamente la música cambia a

un joropo aleatorio.

PERSONAJE: Ni siquiera saben qué hace uno realmente, los que saben, están viejos y no quieren

que otros aprendan. (Abre la carta, lee para sí mismo) ¡¿QUÉ?! (Deja caer la carta) ¿Por qué están

tan intensos con homenajear a la gente justo cuando se muere vale? Tan bello que sería reunirse y

escuchar a nuestra gente aún con vida hablar de sus cosas, independientemente de quién sea. Ay,

“es que era tan buena persona…” ¡Lo hubieran llamado cuando se pudo! Después me preguntan

que porqué yo no voy a conversatorios, clases magistrales, ni nada, es por el mismo peo de todos

los años, uno debe callarse y agradecer, callarse y agradecer. Como a mí nunca me dejaron

expresar las cosas, ahora de grande me dan nervios; sudo las manos y hasta agacho la cabeza

cuando una cosa no me gusta, (señalando hacia arriba) ¡gracias por criarme como una persona
que no sabe exigir sus vainas! Es que yo también me paso, lo sé. No me gusta verme de mal

humor, explotar, no va conmigo, ya yo tengo suficiente con verme al espe… (Se interrumpe, el

personaje se ve al espejo y se derrumba) Te odio… Te odio, te odio, te odio, te odio ¡TE ODIO!

¡PUNTO Y APARTE!

El personaje cae al suelo de rodillas y a espaldas del público, llora un rato. Se seca las lágrimas y

con cuidado se levanta, se va cambiando al traje mientras la música cambia a una tonada de

Simón Díaz.

PERSONAJE: Y entonces el personaje dice así: De qué vale quejarse, si al final yo escribo para

sentirme con vida, para sentir mi libertad oculta en esta prisión de carne, ¿de qué vale no

disfrutar? Vamos, sal de esta escena y entra en otra, ésta es la vida que escogiste… Porque el

escribir es plasmar en papel lo crudo y lo vivido.

El personaje va a apagar la música, revisa la hora y antes de salir, se mira al espejo una vez más.

PERSONAJE: (Decaído) Jamás seré verdaderamente reconocido por todo lo que he hecho,

simplemente… Soy el escritor sin rostro. Pausa, el personaje toma una pistola y apunta a su cabeza

(Hace el gesto con sus dedos) Tú y yo tenemos un asunto pendiente, pero ahora… (Mueve el dedo

índice como si escribiera al aire) El personaje sale de escena, siguiente página: Acto dos, escena

uno, entra el personaje con un traje de gala puesto y camina por el escenario. (Comienza a reír con

nerviosismo) Buenas noches, buenas noches a todo el mundo, es un honor tenerlos aquí reunidos

viendo mi obra, se titula “Monólogo para un Escritor”, interpretado por… Pues por un actor que

representa a quien realmente escribió esta pieza. Primeramente quiero dejar algo claro: He estado

muy agradecido y feliz con todo lo que he recibido en el tiempo que llevo ejerciendo la carrera

artística, desde los seis años, sí, seis añitos… Esperen un momento, a este punto, debe haber una

representación de esos seis años, ¿lo hago? Yo creo que sí, punto y aparte, alinear texto a la

izquierda, cursiva, “las luces cambian para ambientar el escenario a un recuerdo del personaje”,
punto y aparte, desactivar cursiva, negrita, mayúsculas, “Personaje”, dos puntos, desactivar

negrita. (Se prepara el personaje para interpretar) Profe, no fue mi culpa, fue Antonella… Ella fue

la que rompió mi cuaderno… (El personaje comienza a desesperar) ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?! No, no,

no me encierre ahí por favor, no, profe por favor, disculpe, disculpe, por favor no me deje aquí

encerrado con ellos, no profe, no… ¡ALGUIEN POR FAVOR QUE ME AYUDE! (Pausa. El personaje

intenta calmarse para volver a su estado “neutro”) La cosa es… Que nadie me ayudó, durante

muchos años, nadie me ayudó, solo tuve un cuaderno y soñaba una vida sin esa escuela, pero,

ahora de grande me doy cuenta que, sin haber sufrido eso tampoco hubiera tenido mi primer

acercamiento a la actuación, sí, fue en esa misma escuela que hice mi primer personaje, era

justamente el hada madrina, era quien le cumplía el sueño a la protagonista.

Como si no se acordara de que iba a salir, vuelve a colocar un jazz.

PERSONAJE: Acotación: El personaje toma una navaja de afeitar de su mesita y comienza a

afeitarse mientras tararea la música en el ambiente. El personaje dice: La vida comienza con la

música, los latidos del corazón de un niño antes de nacer indican ritmos, oh, bienvenida sea la

música, el teatro y la danza nacieron de los rituales que nuestros ancestros hacían a lo que

cazaban o a los Dioses que veneraban ¡Bienvenida sea la danza y el teatro! La pintura nació de las

cuevas, flores, frutas y piedras, la forma de comunicarse también eran códigos con otras tribus y

planificando cómo matarían a una presa, luego llegaron los cuentos para sus familias, oh,

bienvenido sea el arte. Agrego pues, ¡bienvenidas sean las Bellas Artes! La literatura, según

universidades, es otro peo comparado al teatro, la danza, el arte plástico y la música, pero dentro

de esas especialidades abarcan géneros literarios, ¿qué puedo entender yo de ellos? Finalmente,

la escritura, la lectura, hemos conocido hoy en día la historia y tradiciones de otros lugares por los

libros, ¡lo que más quemaron de los judíos fueron libros! Podemos contradecir a todas las

religiones gracias a nuevas cosas que se descubren es-cri-tas, la pregunta que mejor haría después
de todo este palabrerío casi sin sentido es: ¿escribir y leer es realmente un arte o simplemente

una necesidad humana? Mejor dicho: Una obligación “humana”. (El personaje termina de

arreglarse y apaga por fin la música) Pausa, el personaje no está satisfecho consigo mismo y mira

hacia el frente perdido en su locura. Buenas noches, es un gusto para mí ver cómo… Ustedes le

dieron vida, no queda para mí más que sonreír e irme a casa feliz de saber que mis expectativas

fueron superadas con ustedes, cuando quieran, vuelvan a montar algo de mi autoría. Pausa, el

personaje va deshaciendo lentamente su sonrisa, no dice más nada y sale de escena. (Rendido,

suelta un suspiro) Esto jamás lo publicaré, el desahogo es lo peor que hoy en día uno puede hacer.

Pausa. El personaje bebe agua, porque todos debemos tomar agua, ¿verdad? Bien, además de un

desahogo, también debo destacar que todos los escritores que me han criado tampoco son

reconocidos como es debidamente, recalco: Lo peor de la historia es que siempre nosotros somos

los que pelamos bola, siempre sonreímos cuando vemos nuestros escritos ser montados, pero…

¿Quieren saber qué pensamos realmente? Pausa, el personaje se sube a la cama y comienza a

saltar, “Hola, ya te envío los datos para que deposites el porcentaje que me toca”, jamás lo

reciben, “Hola, oh, tranquilo, tranquila, somos panas y lo hago”, siempre esperamos que así sea

por amistad también piensen en uno como nosotros pensamos en ellos, “Te escribí algo” y vienen,

te dicen que no les gusta o que ellos lo van a mejorar… ¿Es justo tener ese trato cuando les andan

jalando y jalando a personas que no son cercanas? ¿Qué tenemos de diferente?

Cambia la música.

PERSONAJE: Debería… Debería revisar si tengo para ver la función. Ah, sí… El personaje mira al

público, sonríe y despide, después de interpretar al hada madrina, nos mudamos a otro lugar, aquí

mismito, estudié teatro los años que me quedaron de primaria y pasé mi bachillerato en un liceo

de artes, ¿saben cuánto tardaron en encontrar un sitio así? Tenía mis sacrificios: Poco sueño

porque era en Caracas, así que me desperté siete años seguidos a las tres de la mañana para llegar
tarde por el metro, tampoco lo pasé muy bien allí. Pausa, nuevo cambio de luces para simular un

recuerdo del personaje. No, no, mejor no, sin recuerdos, pues siempre me decían que no debí

dedicarme al arte, que… No nací para eso, no les hice caso y aquí estoy, sin rostro, cumpliendo

sueños para los protagonistas, pero feliz con mi experiencia adquirida. Ah, ya debo irme, no quiero

que esta obra dure demasiado. Pausa, el personaje deja a un lado el traje, sale de escena. Público

querido, de verdad que fue un placer al fin desahogar tanto, yo me retiro, debo ir a ver una obra

que escribí yo y bueno… Creo que voy a hacer la fila de los coleados, no tengo plata, ¡nos vemos,

gracias! El personaje corre al otro lado del escenario y sale, punto y aparte, centrar, negrita,

mayúsculas, “telón”.

TELÓN

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