Metabolismo de Carbohidratos y Lã Pidos
Metabolismo de Carbohidratos y Lã Pidos
Metabolismo de Carbohidratos y Lã Pidos
En los procesos catabólicos las moléculas orgánicas se van degradando, paso a paso,
hasta formar otras moléculas más simples y, finalmente, sustancias inorgánicas.
Globalmente son procesos de oxidación en los que las moléculas orgánicas van
perdiendo electrones que, tras pasar por una cadena transportadora, son captados por
una molécula aceptora de electrones final. En esos procesos la energía liberada
permite la formación de moléculas de ATP.
Según quien sea el aceptor final de electrones se pueden diferenciar dos modalidades:
Consiste en diez reacciones consecutivas (nueve etapas), que tienen lugar en el citosol,
en las que se diferencian dos fases:
El ciclo de Krebs
Se liberan 2 moléculas de CO2, que se puede considerar que proceden del grupo
acetilo del acetil-CoA, con lo cual se consigue una oxidación completa de la
materia orgánica. El CO2 será, por tanto, el producto residual último de la
respiración aerobia.
Los electrones más los protones (hidrógeno), que pierde el grupo acetilo al oxidarse,
van a parar, en cuatro fases, a transportadores de electrones, formándose 3
moléculas de NADH + H+ y una molécula de FADH2. El poder reductor de
estas moléculas será transferido luego a través de la cadena respiratoria
mitocondrial.
En un paso del ciclo tiene lugar una fosforilación a nivel de sustrato que origina
una molécula de GTP (equivalente desde el punto de vista energético a un
ATP).
La cadena respiratoria
Esa energía será liberada, poco a poco, a lo largo de la cadena respiratoria que tiene
lugar en las crestas y en la membrana mitocondrial interna. En dicha membrana
existen tres complejos enzimáticos transportadores de electrones:
La fuerza protón-motriz generada, impulsa los protones a través de las ATP sintetasas
presentes en la membrana mitocondrial interna, permitiendo la unión del ADP a un
grupo fosfato, con la consiguiente formación de ATP. El conjunto de estos procesos,
que culminan con la formación de ATP, constituyen la fosforilación oxidativa.
Con fines prácticos, aunque no es del todo exacto, se considera que una molécula de
NADH permite la formación de 3 moléculas de ATP, mientras que una de FADH 2 sólo
aportará 2 ATP.
Tanto los electrones como los protones, que han sido impulsados a lo largo de la cadena
respiratoria, deben unirse a un aceptor final. En la respiración aerobia el aceptor último
de electrones (y protones) es el O2, que al unirse al H2, forma H2O como producto final.
Transferencia de electrones y fosforilación oxidativa
en la cadena respiratoria mitocondrial
Fermentación alcohólica
Fermentación láctica
Una vez en el citosol, los ácidos grasos para ser metabolizados se activan previamente
en la membrana mitocondrial externa mediante el coenzima A, transformándose en
acil-CoA, reacción que necesita un aporte energético del ATP.
A partir del acil-CoA con dos carbonos menos obtenido, se continúa la b-oxidación
repitiéndose las 4 reacciones hasta obtener otro acil-CoA, pero esta vez con 4 carbonos
menos que el originario porque se forma un nuevo acetil-CoA. Y así sucesivamente
hasta que el acil-CoA original se ha convertido en moléculas de acetil-CoA; en ese
momento habrá completado la llamada hélice de Lynen.
El rendimiento energético de los ácidos grasos es muy superior al de los glúcidos. Como
ejemplo pongamos el ácido palmítico. Este ácido tiene 16 carbonos, por tanto, para que
se oxide completamente se necesitan siete vueltas del ciclo de la b-oxidación, de manera
que en total se producen ocho moléculas de acetil-CoA. Teniendo en cuenta que cada
molécula de acetil-CoA puede incorporarse al ciclo de Krebs, obtenemos lo que se
representa en el siguiente cuadro:
Restando a esos 131 ATP obtenidos la molécula de ATP que se necesita para activar el
ácido graso, resulta que un ácido palmítico puede proporcionar 130 ATP.
Las proteínas no son moléculas con una función energética fundamental. Pero en casos
de necesidad, los aminoácidos producidos por la hidrólisis de las proteínas son
degradados y sus derivados oxidados pueden entrar al ciclo de Krebs en algún punto
determinado según el aminoácido.