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Trabajo Economia Asutriaca y Economia Institucional

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LA TEORIA DE LOS MONOPOLIOS NATURALES EXAMINADA

DESDE UNA PERSPECTIVA DE LA ESCUELA AUSTRIACA DE


ECONOMIA

MARCOS MIDDLETON

MATERIA: ECONOMIA AUSTRIACA Y ECONOMIA INSTITUCIONAL


1. Introducción
En el estudio tradicional de la economía es común encontrar situaciones que suelen describirse
como “fallas de mercado”. Por estas, se entiende a situaciones donde el mercado no acomoda
los recursos de manera eficiente, llevando a que el bienestar social no sea el óptimo. Se
considera que un individuo al perseguir sus intereses individuales genera una perdida del
bienestar de la sociedad.

Tal supuesto conduce a la intervención estatal, si el mercado no es los suficientemente


eficiente para lograr una buena distribución de los recursos debe haber un ente que tome esta
responsabilidad. Esta es la excusa perfecta para que un estado benefactor pueda intervenir el
mercado logrando incrementar el bienestar social.

Este texto busca explicar como, en tan solo uno de los infinitos casos que existen, el gobierno,
al arrogarse la facultad de intervenir el mercado de manera autoritaria mediante regulaciones,
no solo no logra mejorar la prosperidad de la sociedad que interviene, sino que la empeora.

En este caso particular el tópico a bordar será el de los mal llamados “monopolios naturales”.
Para entender este problema primero debemos saber que se entiende en la literatura clásico
como un monopolio natural.

2. ¿Qué es un monopolio natural?


Se entiende a un monopolio natural como un caso particular de un monopolio, en donde
debido a las características del mercado en cuestión sucede que de forma orgánica el mercado
terminara siendo abastecido por un solo oferente. La explicación es que estos mercados
cuentan con un enorme costo fijo para ingresar y un costo marginal casi nulo una vez que la
empresa esta instalada. Por lo tanto, el costo medio será siempre decreciente cuanto mayor
sea la cantidad de clientes, generando que una sola empresa pueda absorber todo el mercado
a un coste menor que si se tratase de más de una. Esto daría lugar a un monopolista con el cual
sería imposible competir debido a las altas barreras de entrada y las economías de escala. Lo
que finalmente derivaría en una intervención del estado para regular este monopolio que en la
búsqueda de maximizar sus ganancias disminuiría el bienestar social.

3. La intervención estatal como solución al problema del monopolio natural


Sin embargo, la necesidad de la intervención del estado puede ser refutada desde una
perspectiva austriaca tanto desde la teoría como desde la evidencia empírica.

Primeramente, es necesario comprender a la competencia como un proceso dinámico y no


estático, en donde constantemente surgen innovaciones y oportunidades que hacen que el
mercado nunca encuentre un equilibrio inamovible. La afirmación de que una intervención
estatal es necesaria debido a las condiciones de un mercado no reconoce la naturaleza
dinámica e innovadora de los mercados libres. En ausencia regulaciones y trabas burocráticas
impuestas por el gobierno, el ingenio empresarial florece y encuentra formas de sobreponerse
a obstáculos que inicialmente parecen imposibles de resolver.
Los mercados libres de cualquier interferencia estatal poseen las cualidades necesarias y
suficientes para la búsqueda de la transformación mediante la acción empresarial. El uso de la
creatividad y el esfuerzo para que, mediante prueba y error, se logren reducir los costos,
eficientizar los procesos y crear nuevas tecnologías. Todas cualidades que vuelven imposible
que una empresa pueda convertirse en un monopolio que provee malos servicios. Mas
adelante veremos que esto no es tan solo una idea bonita, sino que ha habido una
considerable cantidad de casos en los cuales un considerado monopolio natural ha sido
desplazado por las fuerzas del mercado.

Por otro lado, se comete el grave error de temerle a los monopolios y las economías de escala.
Los monopolios per se no pueden ser malos, solo lo son si estos se crearon o son mantenido
mediante disposiciones del estado que no permiten la competencia. En cambio, si logran
florecer y prosperar de manera natural es gracias a que proveen un servicio/bien de mejor a
calidad a un menor precio. Los monopolios generalmente están asociados con la producción
masiva y a las economías de escala. Existe una equivocada noción de que las economías de
escala que acaparan un mercado son malas ya que destruyen la competencia y generan que en
última instancia se cree un monopolio que provee al mercado a un precio excesivamente alto.
Esta concepción no podría estar mas alejada de la realidad. Las economías de escala solo
existen porque son mas productivas, sino el propio mercado las habría purgado. La gente
demanda bienes escasos al precio mas barato posible, usualmente estos se obtienen en las
economías de escala. Por eso un gran monopolio u oligopolio que desplaza a la competencia
no significa algo malo, solo que son mas eficientes que sus competidores. Creer que la
competencia puede ser destructiva es un grave error. Que desaparezcan empresas es tan solo
mirar una cara de la moneda. La otra son los beneficios adquiridos por el consumidor y la
liberación de recursos hacia sectores mas productivo de la economía.

4. El problema de la duplicación excesiva


Otro argumento que suele esgrimirse en favor de la regulación de estos servicios es el de la
“duplicación excesiva”. Este es el supuesto de que no tiene sentido construir más de una vez
una infraestructura que será usada con los mismos fines y de igual manera. A priori, qué
sentido tendría hacer dos o más veces las mismas tuberías de gas o caños de agua o construir
la misma red eléctrica si con una ya es suficiente.

Este problema surge por la falta de precios para la utilización de los lugares públicos. Este
problema es causado por el estado que no puede fijar un precio para el uso de los recursos
urbanos y por lo tanto es imposible saber qué nivel de duplicación es el óptimo. Es decir, al ser
el estado el dueño de aquellas calles por donde corren las distintas tuberías y cables (agua,
electricidad, gas, telefonía, etc.) el cálculo económico se torna irrealizable.

Un sistema de propiedad privada permitiría calcular manera correcta estos precios. De esta
manera una persona podría aceptar el disgusto de una zanja abierta en su vereda a cambio de
futuros precios menores al cambiar su proveedor de servicio. Ni una duplicación excesiva ni
precios monopólicos son necesarios en estos mercados.

5. Historia de los monopolios naturales


Para continuar sería interesante examinar brevemente el surgimiento de los monopolios
naturales en los Estados Unidos y observar que tan “natural” fue su aparición. En cuanto a la
historia de los monopolios naturales en Argentina la experiencia de cómo se comportan
cuando son expuestos al libre mercado es casi nula. Ya que industrias como el alumbrado y la
prestación de servicios de agua fueron reguladas desde el primer día.

La concepción del monopolio natural como idea formalizada surge a partir de los 1920s cuando
se empieza a desarrollar de manera más rigurosa la economía y se introducen los conceptos de
economías con retornos decrecientes, constantes y crecientes a escala. Esto permite un
desarrollo formal de la teoría de los monopolios naturales. No obstante, los gobiernos ya
proveían de licencias de exclusividad a ciertas empresas antes de la que teoría estuviera
rigurosamente formalizada.

Según Harold Demzset, profesor estadounidense de economía en la Universidad de California


en Los Ángeles, en 1887, se fundaron seis compañías eléctricas en Nueva York. Para 1907,
había cuarenta y cinco empresas eléctricas con licencia para operar en Chicago. Hasta 1895, la
ciudad de Duluth, Minnesota, contaba con cinco compañías de iluminación pública, mientras
que, en 1906, Scranton, Pennsylvania, tenía cuatro. Durante la última parte del siglo XIX, la
competencia en la industria del gas era común en este país. Antes de 1884, Nueva York ya tenía
seis empresas rivales en el sector. La competencia era frecuente y particularmente intensa en
la industria telefónica. En 1905, grandes ciudades como Baltimore, Chicago, Cleveland,
Columbus, Detroit, Kansas City, Minneapolis, Philadelphia, Pittsburgh y St. Louis tenían al
menos dos compañías telefónicas operando1.

El primer monopolio aparece de la mano de la intervención estatal. En Maryland en 1890 una


ley fue introducida por su propio congreso que exigía “un pago anual a la ciudad de parte de la
compaña de gas consolidad de $10.000 al año y 3% de todos los dividendos declarados a
cambio del privilegio de disfrutar de un monopolio de 25 años.”2

Por su puesto que la llegada de monopolios creados por la regulación dio como resultado
precios muchos mas altos y servicios de menor calidad. Lo que en última instancia daría nuevas
excusas al estado para mayor intervención en el afán de controlar las ganancias de los
“codiciosos” empresarios. El desarrollo de los servicios públicos en Maryland sirvió como
ejemplo para la conducta del resto de estados en los años siguientes.

Tras esto comenzaría una nueva ola de regulación de los hoy llamados servicios públicos, que
reciben un trato diferenciado y son considerados como muy importantes para ser librados a las
fuerzas del mercado, tanto como por los burócratas del estado como por el público que los
consume y no logra concebir su existencia de otra manera.

Ciertamente, se formarían nuevos aspirantes a monopolistas que buscaban la obtención de


rentas extraordinarias con ayuda de las licencias de exclusividad provistas por el estado. Estas
incluían la radio, los bienes raíces, la leche, el transporte aéreo, el carbón, el aceite y las
industrias agrícola por nombrar algunas. Todas estas industrias buscaban ser vistas como
servicios públicos para poder eliminar la competencia y escapar de las reglas de un mercado
competitivo.

1
https://www.sfu.ca/~wainwrig/Econ400/documents/demsetz68-JLE-utilities.pdf Harold Demzset, “Why
regulate utilities? (1968)
2
George T. Brown, The Gas Light Company of Baltimore: A Study of Natural Monopoly
(Baltimore, Maryland: Johns Hopkins University Press, 1936).
La historia de nuestro país también tiene algo que enseñarnos al respecto. Con la aparición de
los nuevos sistemas de iluminación creados por Thomas Alva Edison surgió un nuevo mercado
de la noche a la mañana gracias a la innovación y creatividad empresarial.

En 1882, la empresa "Fabry y Chauncy," que había obtenido la licencia del sistema de Edison,
fue la primera en realizar una demostración al iluminar la prestigiosa Confitería del Gas,
situada en la esquina de Rivadavia y Esmeralda. Sin embargo, fue el empresario Walter R.
Cassels, representante de la Brush Electric Co. de Estados Unidos, quien más se esforzó en
captar la atención de los porteños. Ese mismo año, Cassels iluminó gratuitamente las calles
Perú y Florida para mostrar la superioridad de su producto. Aunque la demostración fue
exitosa, algunos fallos del sistema dejaron dudas entre los observadores. Dos años después, en
1884, Cassels regresó con una estrategia comercial renovada. Durante ese año, iluminó la
estación Constitución del Ferrocarril del Sur, suministró electricidad a diversos comercios,
iluminó las obras de demolición de la Antigua Recova, los festejos del 25 de mayo y colocó
reflectores en la cima del Club del Progreso.

Todo este esfuerzo fue en vano, nuevamente los políticos de turno que ocupaban el trabajo de
gobernar la ciudad impedían el avance del progreso. Detrás de esto se encontraba el
monopolio del gas que era el que en aquel momento se ocupaba de la iluminación y no quería
ver sus rentas monopólicas desaparecer. Tal como quedó registrado en las Memorias
Municipales de 1885: “[La licitación de alumbrado eléctrico] no ha tenido lugar en razón de la
queja presentada por la Empresa encargada de hacer el público de gas, que cree que este
temperamento viola los derechos que tiene adquiridos por el contrato respectivo”3.

6. Conclusión
La teoría del monopolio natural no tiene sustento en la realidad. Mas bien parece ser un
invento del cientifismo económico para justificar la intervención, la cual favorece tanto a
políticos como a aquellos empresarios que reciben dichas licencias.

Hemos explorado como ha sido el surgimiento de estos monopolios y su artificial creación. A


pesar de todo, a día de hoy, podemos seguir viendo como por mucho que un estado imponga
ciertas regulaciones, la fuerza del desarrollo tecnológico combinado con el ingenio empresarial,
es tan fuerte que igualmente desplaza estos monopolios. Casos recientes como la televisión
por cable o las telecomunicaciones que en un pasado cercano eran considerados monopolios
naturales hoy es claro que se hayan en mercados con competencia gracias al avance de la
tecnología que deja obsoletos a estos monopolios protegidos.

3
https://www.lanacion.com.ar/turismo/viajes/se-hizo-la-luz-breve-historia-de-la-iluminacion-electrica-
en-buenos-aires-nid29032021/#:~:text=En%201887%20comenz%C3%B3%20a%20ser,1888%20el
%20avance%20tom%C3%B3%20impulso.

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