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Lo que llamamos luz es la parte del espectro electromagnético que puede ser percibido por el ojo humano. Existen,
aparte de la luz, diversas formas de radiación electromagnética en el universo, que se propaga por el espacio y
transporta energía de un lugar a otro (como la radiación ultravioleta o los rayos x), pero a ninguna de ellas podemos
percibirlas naturalmente.
La luz visible está compuesta por fotones (del vocablo griego phos, “luz”), un tipo de partículas elementales que
carecen de masa. Los fotones se comportan de manera dual: como ondas y como partículas. Esta dualidad dota a la
luz de propiedades físicas singulares.
Una adecuada iluminación natural ya no es un propósito a cumplir por el proyectista, es una obligación. Eso lo sabía
bien el gran arquitecto Oscar Niemeyer en muchas de sus obras y construcciones.
Utilizaba la luz natural en interiores no solo como un medio de ahorro energético, de mejora de la salud del
ocupante o habitabilidad del espacio, sino también para crear espacios y formas, como requisito de expresión
y significado.
Iluminación cenital: Proviene directamente desde el cielo, generalmente a través de elementos como claraboyas,
lucernarios o cúpulas. Es especialmente útil en espacios donde las ventanas murales no son viables o suficientes.
Iluminación lateral: Se introduce a través de ventanas, puertas o paneles de cristal situados en las paredes de un
edificio. La cantidad y calidad dependen de la orientación, el tamaño y el diseño de las aberturas.
Iluminación difusa: Es aquella que se dispersa uniformemente en el espacio sin producir sombras marcadas.
Se produce en días nublados o mediante técnicas arquitectónicas que difuminan la luz, como vidrios esmerilados o
paneles translúcidos.
Iluminación dirigida: Proviene de una fuente puntual del cielo, como el sol directo. Produce contrastes y sombras
más definidas, y puede requerir sistemas de control para evitar el deslumbramiento.
Iluminación reflejada: Es la que llega al interior de un espacio después de haberse reflejado en alguna superficie
exterior, como edificios cercanos, pavimentos o elementos de agua.
A menudo puede ser impredecible, pero es importante tenerla en cuenta en entornos urbanos densos.
Iluminación filtrada: Proviene de la interacción de los rayos de luz con elementos como persianas, cortinas, celosías
o vegetación. Permite controlar la cantidad y calidad, además de crear efectos estéticos interesantes.
Cuando se trata de modelar, medir o predecir su comportamiento en un espacio determinado. Técnicamente desde el
ámbito arquitectónico, independientemente de los sistemas de iluminación natural artificiales:
En el gráfico siguiente podemos comprender mejor la clasificación lumínica natural con referencia sobre una
superficie:
Estudiantes: Univ: Camila Peñaranda Ayala Docente: Doc. Oscar Sejas Caliche
Dada la climatología aquí entra la «estabilidad temporal», el nivel luminoso exterior variará según la hora solar, si bien
se pueden dar grades fluctuaciones con cielos nubosos por el tránsito brusco entre las nubes y claros.
Se recomienda limitar la fluctuación del nivel luminoso a un factor de 1/3 respecto al nivel medio (Por ejemplo, 100 <
300 > 1.000 lux) en periodos cortos (Segundos).
Para mantener estable la luz del sol conviene que predomine la difusa captada de la bóveda celeste y evitar la luz
solar directa diseñando protecciones solares adecuadas.
Para esclarecer un poco la temática y poder tener una visión global hemos realizado un esquema – infografía de los
puntos clave en los rangos y niveles de iluminación exterior y la sensación lumínica según los Lux. (Para entender el
concepto de LUX se puede optar por los manuales adjuntos al final)
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Es aquella fuente producida por el ser humano. La principal son las bombillas o lámparas. Una ventaja de la luz
artificial es que la podemos controlar a nuestra voluntad.
Con la luz artificial creamos un ambiente o atmósfera acentuando la decoración. Se puede tener una habitación muy
bien decorada pero hacer desaparecer todo su encanto cuando la iluminación no es la adecuada. Es importante saber
sacar todo el provecho a la luz artificial para crear y realzar un espacio determinado.
1. Directa o general: Se trata de la luz que incide directamente sobre una superficie. De todos los tipos de iluminación
artificial en arquitectura, esta es la opción perfecta tanto para iluminar puntos concretos como para conseguir una luz
general, y combinada. Sin embargo, su utilización debe ser cuidadosamente estudiada, ya que se trata de uno de
los tipos de iluminación artificial en arquitectura que puede resultar más intensa y cargada.
•Downlight: son lámparas de techo que proyectan la luz hacia abajo e incorporan difusor, con lo que la luz que
aportan es focalizada. Estas luces suelen utilizarse en grupos para iluminar grandes espacios.
•Luces de sobremesa con pantalla: se colocan sobre una superficie, y gracias a la variedad de diseños que existen
se ha convertido en un elemento más de la decoración de cualquier estancia. La luz que aportan es perfecta para
espacios como salones, donde se iluminan de una forma general.
•Tiras de led en zonas de trabajo: una de las opciones más utilizadas en zonas de trabajo como oficinas, donde la
luminosidad tiene que ser suficiente como para trabajar sin molestias.
•Baño de paredes: se trata de un tipo de iluminación que crea un efecto de baño de luz sobre superficies como
paredes, siendo un elemento clave para resaltar formas y texturas en arquitectura.
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Luz de efecto: se oculta en elementos arquitectónicos o de diseño y se utiliza tanto en interiores para destacar
formas de la arquitectura como en exteriores, en las fachadas de los edificios.
Tiras de led en cortineros: una forma de luz indirecta que no deslumbra y que es ideal para lugares en los que no se
necesita demasiada luminosidad.
Foseados de techo: colocando tiras de luz LED en foseados de techo es posible enmarcar zonas determinadas e
iluminar una estancia de una forma original y moderna.
Paredes trasdosadas: al igual que en los foseados, la iluminación LED en las paredes trasdosadas sirve para
enmarcar el espacio e iluminar de una forma tenue y difuminada, esta vez desde las paredes.
Luz difusa: incide desde varios ángulos, envolviendo los objetos y aportando un tipo de iluminación mucho más
suave que la luz directa, y las sombras que genera son sutiles y poco marcadas.
Luz de acento: la opción más adecuada para dar más protagonismo a determinados objetos como piezas de arte o
elementos decorativos.
Tipos de luminarias
Empotrable: se trata de luminarias empotradas que se suelen utilizar distribuidas en el espacio. Deben estar
separados entre sí por un metro y medio y distanciados de la pared para iluminar correctamente toda la estancia.
Suspensión: son las tradicionales lámparas colgantes, la opción más utilizada en hogares e incluso restaurantes y
hoteles para fundirse con el diseño de interiores como un elemento decorativo más.
Proyector: este tipo de luminaria se clasifica según la apertura o dispersión de la luz, y pueden llegar a conseguir una
intensidad luminosa elevada en la zona que alumbren, pudiendo ser aplicadas en diferentes ámbitos.
Superficie techo: se trata de una luminaria con características similares a la empotrable, pero que en este caso
queda en la superficie del techo en lugar de estar incrustada.
Superficie de pared: al igual que las luminarias de superficie de techo, las de pared se sitúan de forma sobrepuesta.
Existen modelos tanto de luz directa como indirecta,
Baliza o luz de señalización: este tipo de luminarias están destinadas a enmarcar caminos y señalizar zonas de
paso.
Lámparas de mesa: son las tradicionales luminarias que se colocan sobre una mesa para crear un ambiente relajado.
Suelen usar pantallas para crear un efecto de confort sin deslumbramientos.
Luminarias portátiles: se trata de luminarias que no llevan cableado incorporado, por lo que pueden ser
transportadas y colocadas donde más convenga en cada momento. Una opción muy de moda y demandada por su
versatilidad.
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Es un conjunto de circuitos eléctricos que trabajan de forma conjunta para proporcionar energía eléctrica a una
infraestructura o espacio. Este espacio puede ser una vivienda, una fábrica, una casa o una comunidad de vecinos,
entre otros muchos.
Cuando toca abordar la tarea de llevar a cabo una instalación eléctrica, es importante saber cómo determinar el tipo
de instalación que se necesita. Cada uno de ellos tiene sus propias características y necesidades, por lo que resulta
fundamental tener claro cómo encararla para realizarla con éxito.
Los tipos de instalaciones eléctricas pueden dividirse en doméstica, industrial, o específica, como por ejemplo para
equipos de climatización. En función de su modalidad, los materiales, las técnicas, las precauciones e incluso el
conocimiento necesarios pueden ser muy diferentes. Por eso vamos a contarte todo lo que necesitas saber acerca de
cada tipo de instalación eléctrica.
Una instalación eléctrica doméstica comienza con un diseño detallado del sistema que incluye la** ubicación de los
puntos de luz, de las tomas de corriente y de los interruptores**.
En la mayoría de las viviendas la instalación es monofásica, lo que quiere decir que un conductor de fase y un neutro
transportan la electricidad.
Sin embargo, en casas de mayor tamaño, o con necesidades energéticas muy por encima de la media, puede ser
necesario realizar una instalación eléctrica trifásica.
Sea cual sea el tipo de instalación eléctrica para un hogar, siempre debe incluir una correcta toma a tierra y haber
hecho uso de materiales de calidad que garanticen la seguridad y el funcionamiento óptimo del sistema.
Elementos de una instalación eléctrica: Para poder funcionar de forma correcta, una instalación eléctrica requiere de
distintos elementos y dispositivos que trabajan en perfecta armonía para conseguir un objetivo común.
Estos son los más importantes a nivel de un hogar (instalación eléctrica receptora):
Línea de acometida: Lo primero es la línea de acometida, ya que es la vía por la cual llega la electricidad a la
vivienda y donde empieza la línea eléctrica del hogar. Puede ser un punto de derivación (para edificios) o un contador
(vivienda unifamiliar).
Cuarto de contadores: La ley obliga a situar el contador o contadores de luz en un habitáculo. Un contador tiene una
unidad de medida, una unidad de embarrado general para convertir la corriente en monofásica, fusibles de seguridad
para evitar problemas con la tensión y un interruptor general para cortar la corriente. En su interior tienen un ICP o
Interruptor de Control de Potencia, para que “salten” los plomos si usas más de la potencia contratada.
Línea General de Alimentación: También llamada línea repartidora, es la que sale del contador hacia el edificio.
Derivaciones individuales: De cada contador sale un cable eléctrico hacia el domicilio. Para una protección
adicional de la instalación eléctrica, tiene barras metálicas con conexión a tierra.
Caja de protección: Para poder separar la línea de acometida con la LGA, se necesita la caja general de protección.
Con materiales aislantes y protectores, evita accidentes, además de marcar la responsabilidad de la compañía. Todo
lo que pase a partir de esta caja hacia el hogar es tu responsabilidad.
Toma de tierra: Todos los edificios tienen toma de tierra, que permiten evitar electrocuciones.
Cuadro general de mando y protección: El CGMP son los interruptores de electricidad que tenemos en casa. Está
compuesto por estas partes:
• IGA: Interruptor general automático que sirve para cortar la luz
• ID: Interruptor diferencial, que salta cuando existen electrocuciones no deseadas.
• PIA: Pequeño interruptor automático, que sirve para cortar la electricidad por zonas. Existen varios, uno para cada
parte de la casa. Sirve para detectar problemas eléctricos en ciertas zonas.
• ICP: Los usuarios con contadores analógicos antiguos tienen el ICP en el cuadro de mandos. Los nuevos con
contadores digitales lo integran en el contador.
Salidas de luz: Se llama salida de luz a todos los lugares que utilizan corriente eléctrica. Eso incluye los enchufes,
casquillos de bombillas, interruptores de luz, etc.
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1. Focos Incandescentes: Tienen un filamento en su interior que se calienta mediante una corriente eléctrica, que a
su vez produce luz. Las bombillas incandescentes son relativamente baratas y fáciles de instalar, lo que las hace
populares para aplicaciones de iluminación doméstica. También, producen una luz cálida y acogedora que puede crear
un ambiente agradable.
Respecto a su consumo, son muy eficientes en cuanto al uso de energía, lo que significa que no necesitan mucha
electricidad para funcionar. Estas bombillas pueden durar muchos años si se cuidan adecuadamente, y producen poco
calor mientras funcionan. Sin duda son una elección excelente cuando se trata de crear el ambiente luminoso perfecto
en tu casa.
2. Focos LED: Son ideales para iluminar tareas y acentuar características específicas, como obras de arte o detalles
arquitectónicos. Estos tienen varias ventajas sobre las soluciones de iluminación tradicionales: son eficientes
energéticamente, producen muy poco calor, tienen una vida útil extremadamente larga y no contienen materiales
peligrosos. También, pueden utilizarse tanto en interiores como en exteriores. Los focos LED son una forma
estupenda de ahorrar energía mientras proporcionan una solución de iluminación atractiva para cualquier espacio de
tu hogar.
3. Focos Ahorradores: Están diseñados para ayudar a los consumidores a ahorrar energía y dinero. Estos son de
bajo consumo y utilizan hasta un 80% menos de energía que las bombillas incandescentes y halógenas tradicionales,
mientras que proporcionan una cantidad de luz comparable.
Las bombillas de bajo consumo están disponibles en varios tipos diferentes, como fluorescentes, LED y fluorescentes
compactas (CFL). Todos los tipos de bombillas de bajo consumo tienen una vida útil más larga que las bombillas
incandescentes tradicionales y reducen la cantidad de energía necesaria para producir luz, lo cual te ayudará a
ahorrar dinero en tus facturas de la luz.
4. Focos Fluorescentes: Son un tipo de iluminación energéticamente eficiente que puede utilizarse en diferentes
ambientes del hogar y otros. Estos utilizan mucha menos electricidad que las bombillas incandescentes tradicionales,
lo que las convierte en una gran elección para quienes intentan reducir su huella de carbono. Las bombillas
fluorescentes tienen muchas formas, tamaños y colores, lo que te permite personalizar la iluminación de cualquier
espacio.
Además, producen una luz mucho más fría que las bombillas incandescentes, lo que significa que no calientan la zona
que las rodea. Los focos fluorescentes son duraderos y requieren un mantenimiento mínimo. Esto hace que las
bombillas fluorescentes sean una gran elección para quienes buscan una solución de iluminación energéticamente
eficiente que dure muchos años.
5. Focos Halógenos: Son un tipo de bombilla incandescente que utiliza gas halógeno en lugar del gas inerte habitual
de las bombillas incandescentes. Este gas halógeno se combina con un filamento de tungsteno y se calienta mediante
una corriente para producir una luz blanca brillante. Las bombillas fluorescentes son un tipo de iluminación muy
utilizado en hogares, oficinas y otros espacios comerciales.
6. Focos Inteligentes: Permiten controlarlas a distancia a través de una aplicación para smartphone, lo que permite a
los usuarios atenuar e iluminar sus luces, programar temporizadores y horarios, e incluso cambiar el color de la
iluminación. Estos tipos de focos tienen una serie de funciones como atenuación inteligente, programación inteligente
y efectos de iluminación inteligentes. Asimismo, ofrecen soluciones de iluminación inteligentes y energéticamente
eficientes que ofrecen muchas ventajas a los usuarios. Utilizan bombillas LED o CFL (lámparas fluorescentes
compactas), que consumen hasta un 80% menos de energía que los focos tradicionales.
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Las lámparas incandescentes fueron la primera forma de generar luz a partir de la energía eléctrica. Desde que fueran
inventadas, la tecnología ha cambiado mucho produciéndose sustanciosos avances en la cantidad de luz producida, el
consumo y la duración de las lámparas. Su principio de funcionamiento es simple, se pasa una corriente eléctrica por
un filamento hasta que este alcanza una temperatura tan alta que emite radiaciones visibles por el ojo humano.
Partes: Las lámparas incandescentes están formadas por un hilo de wolframio que se calienta por efecto Joule
alcanzando temperaturas tan elevadas que empieza a emitir luz visible. Para evitar que el filamento se queme en
contacto con el aire, se rodea con una ampolla de vidrio a la que se le ha hecho el vacío o se ha rellenado con un gas.
El conjunto se completa con unos elementos con funciones de soporte y conducción de la corriente eléctrica y un
casquillo normalizado que sirve para conectar la lámpara a la luminaria.
La incandescencia
Todos los cuerpos calientes emiten energía en forma de radiación electromagnética. Mientras más alta sea su
temperatura mayor será la energía emitida y la porción del espectro electromagnético ocupado por las radiaciones
emitidas. Si el cuerpo pasa la temperatura de incandescencia una buena parte de estas radiaciones caerán en la zona
visible del espectro y obtendremos luz.
La incandescencia se puede obtener de dos maneras. La primera es por combustión de alguna sustancia, ya sea
sólida como una antorcha de madera, líquida como en una lámpara de aceite o gaseosa como en las lámparas de
gas. La segunda es pasando una corriente eléctrica a través de un hilo conductor muy delgado como ocurre en las
bombillas corrientes. Tanto de una forma como de otra, obtenemos luz y calor (ya sea calentando las moléculas de
aire o por radiaciones infrarrojas). En general los rendimientos de este tipo de lámparas son bajos debido a que la
mayor parte de la energía consumida se convierte en calor.
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Entre los parámetros que sirven para definir una lámpara tenemos las características fotométricas: la intensidad
luminosa, el flujo luminoso y el rendimiento o eficiencia. Además de estas, existen otros que nos informan sobre la
calidad de la reproducción de los colores y los parámetros de duración de las lámparas.
Características de duración: La duración de una lámpara viene determinada básicamente por la temperatura de
trabajo del filamento. Mientras más alta sea esta, mayor será el flujo luminoso pero también la velocidad de
evaporación del material que forma el filamento. Las partículas evaporadas, cuando entren en contacto con las
paredes se depositarán sobre estas, ennegreciendo la ampolla. De esta manera se verá reducido el flujo luminoso por
ensuciamiento de la ampolla. Pero, además, el filamento se habrá vuelto más delgado por la evaporación del
tungsteno que lo forma y se reducirá, en consecuencia, la corriente eléctrica que pasa por él, la temperatura de
trabajo y el flujo luminoso. Esto seguirá ocurriendo hasta que finalmente se rompa el filamento. A este proceso se le
conoce como depreciación luminosa.
• Para determinar la vida de una lámpara disponemos de diferentes parámetros según las condiciones de uso
definidas.
• La vida individual es el tiempo transcurrido en horas hasta que una lámpara se estropea, trabajando en unas
condiciones determinadas.
• La vida promedio es el tiempo transcurrido hasta que se produce el fallo de la mitad de las lámparas de un lote
representativo de una instalación, trabajando en unas condiciones determinadas.
• La vida útil es el tiempo estimado en horas tras el cual es preferible sustituir un conjunto de lámparas de una
instalación a mantenerlas. Esto se hace por motivos económicos y para evitar una disminución excesiva en los
niveles de iluminación en la instalación debido a la depreciación que sufre el flujo luminoso con el tiempo. Este valor
sirve para establecer los periodos de reposición de las lámparas de una instalación.
• La vida media es el tiempo medio que resulta tras el análisis y ensayo de un lote de lámparas trabajando en unas
condiciones determinadas.
• La duración de las lámparas incandescentes está normalizada; siendo de unas 1000 horas para las normales, para
las halógenas es de 2000 horas para aplicaciones generales y de 4000 horas para las especiales.
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Resistente
¿Por que son más resistentes? De entrada carecen de filamentos, que es el componente más delicado de una
bombilla tradicional. Desde una simple rotura, hasta las bajadas o subidas de tensión; siendo la principal causa por lo
que las bombillas tradicionales deja de funcionar.
Las bombillas de LED con gran diferencia soportan un mayor número de encendidos con respecto a las tradicionales,
halógenas o de bajo consumo. Están fabricasdas con materiales como el aluminio, cerámica o PVC, que permiten una
buena disipación del calor.
Los LEDs como puedes ver en la gráfica, tienen una vida útil muy superior. Si comparas hoy en día el precio de una
bombilla LED y una bombilla tradicional, sin lugar a dudas resultaría absurdo comprar una bombilla tradicional. Las
diferencias son muy importantes y las ventajas hablan por si solas.
Otra ventaja importante que te ofrecen las bombillas de LED o las tiras de LED, es la variedad de posibilidades que
tienen, gracias a la temperatura de color, intensidad, velocidad y ángulos de abertura. Estas características te
permiten crear los ambientes más adecuados para cada decoración o situación.
Eficiente
La eficiencia energética consiste en la reducción de consumo de energía, sin disminuir la calidad de los servicios
actuales. Proteger el medio ambiente hoy por hoy empieza a ser una tarea prioritaria. Debemos de saber emplear y
administrar los recursos energéticos de manera eficaz. Y una de las opciones es la Tecnología LED.
Ecológico
Las lámparas de LED ahorran gran cantidad de energía. No emiten emisiones ultravioletas ni infrarrojos y por lo tanto
no producen contaminación lumínica. Tanto sus componentes al ser 99% reciclables como el hecho de no tener
mercurio, tienen como resultado que sean la mejor opción de protección del medio ambiente.
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