Avifes Trastorno Limite de La Personalidad
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Avifes Trastorno Limite de La Personalidad
1la publicación 2
2avifes 3
7causas 11
8¿cómo evoluciona? 13
10preguntas frecuentes 19
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LA PUBLICACIÓN
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AVIFES
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¿QUÉ ES EL TRASTORNO
LÍMITE DE LA PERSONALIDAD?
El Trastorno Límite de la Personalidad es un subtipo de una clasifica-
ción más amplia denominada Trastornos de la Personalidad. Entre los
Trastornos de la Personalidad se encuentran el Trastorno Paranoide,
Esquizoide, Esquizotípico, Antisocial, Límite, Histriónico, Narcisista,
Evitativo, Dependiente, y Obsesivo-compulsivo. Todos los Trastornos
de la Personalidad tienen unas características comunes, y cada subti-
po sus propias particularidades.
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Desde principios del siglo XX, en este afán de conocimiento y delimi-
tación del trastorno, se le han asignado múltiples denominaciones.
Las más utilizadas actualmente son las de Trastorno Límite de la Per-
sonalidad y Trastorno de Inestabilidad Emocional de la Personalidad
de Tipo Límite. No obstante, todavía se puede encontrar en algunos
lugares la antigua denominación de Trastorno Borderline.
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¿CÓMO SABER SI UNA PERSONA TIENE
TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD?
El diagnóstico del Trastorno Límite de la Personalidad es muy compli-
cado de realizar. Existen varias razones para esto, destacamos: la
edad de inicio adolescente que hace que se pueda confundir con
comportamientos típicos de esa etapa evolutiva; la alta coincidencia
de otros trastornos mentales, también llamada comorbilidad, en per-
sonas con este diagnóstico y la inespecificidad de los síntomas que
pueden ser interpretados como propios de otras enfermedades.
A pesar de la dificultad, en los últimos años se está diagnosticando
mejor y más frecuentemente, en parte gracias al desarrollo de nuevos
instrumentos de evaluación, pero sin duda también por el mayor inte-
rés y preocupación que suscita el trastorno, tanto entre los profesiona-
les de la salud, como entre las propias personas afectadas y sus fami-
liares.
Los métodos mas comúnmente utilizados para realizar este diagnósti-
co son:
– Entrevista clínica realizada a la persona afectada y a otras per-
sonas próximas a él.
– Instrumentos de evaluación de la personalidad.
Como hemos señalado anteriormente, una persona afectada de Tras-
torno Límite de la Personalidad puede presentar simultáneamente otro
tipo de trastornos. Distintas fuentes señalan que esto puede implicar
que el diagnóstico definitivo de este trastorno se retarde de 6 a 9
años desde el inicio de las manifestaciones del trastorno y las prime-
ras consultas. Este retraso tiene como consecuencia la puesta en mar-
cha de tratamientos inadecuados lo que, a menudo, conlleva una
sensación de desesperanza e indefensión tanto para la persona afec-
tada como para su familia. Un diagnóstico certero y precoz es funda-
mental para realizar una intervención adecuada, que posibilite un
mejor ajuste social y personal de la persona afectada, y que impida,
en la medida de lo posible, la pérdida de capacidades y la desadap-
tación.
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¿CUÁLES SON SUS SINTOMAS?
– La impulsividad.
– La inestabilidad de tipo afectivo-emocional, en las re-
laciones sociales y en la autoimagen.
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cuidados que esperan. Estas expresiones de ira suelen ir segui-
das de pena y culpabilidad.
– Inestabilidad en las relaciones interpersonales: Las re-
laciones interpersonales de las personas afectadas por el Tras-
torno Límite de la Personalidad se caracterizan por su intensidad
y por la dificultad de ambivalencia, por lo que pasan de la
idealización a la devaluación absoluta cuando se sienten de-
cepcionados por el nivel de atención que se les dedica. Por
tanto, pueden presentar cambios radicales en su opinión sobre
los demás. Estos cambios suelen reflejar la desilusión con algu-
na de las personas que se ocupan de ellos y cuyas cualidades
positivas han sido idealizadas o de quien se espera el rechazo
o abandono.
– Inestabilidad en el estado de ánimo e intensidad de
las emociones: tienden a experimentar largos períodos de
abatimiento y desilusión interrumpidos por períodos de ira, an-
gustia o desesperación, y son raras las ocasiones en las que un
estado de bienestar o satisfacción llega a tomar el relevo. Estos
cambios de estado de ánimo suelen ser imprevisibles y muy fre-
cuentes. Esta inestabilidad afectiva se da como respuesta a su-
cesos ambientales aunque pueda parecer una respuesta emo-
cional arbitraria.
– Inestabilidad en su identidad personal o autoimagen.
Esto puede originar cambios bruscos y dramáticos en la au-
toimagen: objetivos vitales, escala de valores, aspiraciones,
apariencia física, cambios bruscos de las opiniones y los planes
sobre el futuro, identidad sexual y tipo de amistades. Su au-
toimagen puede estar basada en ser perverso o desgraciado,
aunque a veces las personas con este trastorno tienen también
el sentimiento de que no existen en absoluto.
– Episodios psicóticos breves en períodos de estrés extremo.
Estos episodios suelen ser de intensidad y duración insuficientes
como para requerir un diagnóstico adicional. Lo más habitual es
que estos síntomas ocurran como respuesta a un abandono real
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o imaginario, y que con la vuelta real o percibida de la ayuda
de aquél que se ocupa de la persona afectada se produzca la
remisión de los síntomas.
– Sensación crónica de vacío interno, que les provocan
malestar y en ocasiones les llevan a realizar conductas desa-
daptativas al intentar calmarlo. Debido a este sentimiento de
vacío tienden a sentirse aburridos y en búsqueda constante de
nuevas actividades o quehaceres.
– Intenso temor a ser abandonados o rechazados. Tie-
nen miedo a la soledad y prefieren la búsqueda frenética de
compañía, por insatisfactoria que sea para aliviar esa soledad.
– Dificultad para tolerar la ambivalencia. Por esta razón
viven constantemente en los extremos, en un todo o nada. Pasan
de la euforia a la depresión, de la credulidad más ingenua a la
desconfianza total, todo ello en un corto espacio de tiempo. Les
resulta difícil percibir simultáneamente los aspectos positivos y
negativos de los otros, de modo que sus relaciones oscilan entre
extremos de amor y odio.
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¿CUALES SON LOS TIPOS DE TRASTORNO
LÍMITE DE PERSONALIDAD?
Existen dos tipos de Trastorno Límite de Personalidad que coinciden
con los dos síntomas más significativos: la impulsividad y la inestabi-
lidad emocional, interpersonal y de autoimagen. En cada tipo se
hace más prevalente uno u otro de estos síntomas.
Los tipos de Trastorno Límite de la Personalidad son:
– De tipo Impulsivo: la característica diferenciadora es la im-
pulsividad presente en estas personas, que hace que no prevean
las consecuencias de sus actos y que, eventualmente, puedan
verse involucradas en comportamientos autodestructivos y pre-
sentar explosiones de violencia. La característica de inestabili-
dad emocional también está presente, pudiendo pasar de un
estado de ánimo a otro en poco tiempo y sin aparente relación
con los acontecimientos externos.
– De tipo Límite: la característica definitoria es la inestabilidad,
de tipo emocional, en las relaciones sociales y en la autoima-
gen. Respecto a la inestabilidad en su autopercepción podemos
decir que las personas que presentan este tipo de trastorno pue-
den variar de objetivos, preferencias personales o identidad
sexual sin demasiado criterio. La inestabilidad en las relaciones
interpersonales se muestra en el cambio repentino de opinión
sobre las personas de su entorno en función de la atención per-
cibida hacia él. La inestabilidad emocional se presenta como
una frecuente variabilidad en el estado de ánimo.
A pesar de que teóricamente se ha realizado esta subdivisión, lo más
habitual es que en la práctica se hable de forma general del Trastorno
Límite de la Personalidad como trastorno único que comparte, en
mayor o menor medida, todos los síntomas de los que hemos hablado
en apartados anteriores, subrayando que la manifestación de los sín-
tomas se realiza de forma diferente en cada persona.
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CAUSAS
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hace hincapié en aspectos cognitivos, en la forma en que cada per-
sona procesa la información que recibe.
Sobre los factores ambientales, destacamos aspectos como la educa-
ción, los modelos parentales, el ambiente familiar, el entorno de la
persona o los sucesos vitales, que según algunos autores, tienen gran
importancia. Del mismo modo, se habla cada vez más de la influen-
cia que las conductas adictivas y el consumo de drogas tienen en este
diagnóstico.
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¿CÓMO EVOLUCIONA?
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¿EXISTE UN TRATAMIENTO
EFICAZ PARA ESTE DESORDEN?
El tratamiento para las personas con este trastorno continúa siendo
una asignatura difícil para los profesionales, debido a la complejidad
de esta enfermedad y su modo de manifestarse. La inestabilidad,
tanto emocional como conductual de las personas que presentan este
diagnóstico, tan presente en su día a día, dificultan la adhesión al
tratamiento, y es frecuente el abandono del mismo. Por ello, debemos
decir, que tanto a nivel farmacológico como psicoterapéutico, nos
encontramos con múltiples dificultades que desencadenan en:
– Paso por diferentes profesionales.
– Sintomatología activa.
– Cambio frecuente de psicofármacos.
– Abandono e inconstancia en el seguimiento del tratamiento.
Para alcanzar una buena calidad de vida y que se dé una evolución
favorable de la enfermedad, la persona debe contar con apoyos que
respondan a sus necesidades. Para ello, es necesario contar con un
entorno estable y un tratamiento integral que tenga en cuenta todas
las dimensiones de la persona.
El enfoque terapéutico que actualmente se propone responde a las
siguientes pautas:
– Tratamiento con psicofármacos.
– Psicoterapia.
– Intervención en crisis mediante hospitalización.
– Abordaje desde la red de apoyos: familia y profesionales.
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No existe en la actualidad un tratamiento psicofarmacológico especí-
fico para el trastorno límite de la personalidad como tal, sino que los
psicofármacos con los que nos encontramos se prescriben para tratar
ciertos síntomas concretos que este trastorno comparte con otros.
En función de la sintomatología presente en cada persona se prescri-
birán los fármacos oportunos. Normalmente, están orientados a pa-
liar los síntomas presentados dentro de tres aspectos fundamentales:
inestabilidad emocional y afectiva, impulsividad y descontrol conduc-
tual, y dificultades cognitivas. Actualmente, se apuesta por fármacos
de nueva generación, que por sus menores efectos secundarios, faci-
litan que la persona sea más constante en el tratamiento.
En ocasiones, la negativa por parte de muchos profesionales a reco-
nocer las limitaciones de los fármacos actuales, lleva a la polifarma-
cia, que favorece la aparición de efectos secundarios, algo que difi-
culta aun más la continuidad de la persona al tratamiento.
Debemos decir, que como se ha anotado anteriormente, el trastorno
límite de personalidad, es una patología crónica, por lo que la medi-
cación no proporciona la cura, pero si puede reducir la severidad de
los síntomas.
PSICOTERAPIA
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Debemos decir, que no resulta una intervención sencilla, los síntomas
que se manifiestan (disforia, impulsividad, relaciones inestables...
etc.) dificultan la relación entre el profesional y la persona, que busca
soluciones inmediatas. No siempre ven en ellos los apoyos que están
buscando y esto hace que la persona abandone el tratamiento.
Por ello, ante este tipo de situaciones, la persona acude a los servi-
cios de urgencia para dar respuesta a esta desorganización y a la
desbordante manifestación de síntomas que vive.
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ABORDAJE DESDE LA RED DE APOYOS: PROFESIONALES
Para ello, es necesario contar con los recursos necesarios para cada
persona y buscar apoyos específicos que se adapten a la situación
que en cada momento vive. Una vez más, debemos decir que esta no
es tarea fácil, pero debemos apostar por ello y animar a la persona
a que encuentre un espacio donde poder desarrollarse y enfrentar la
enfermedad con mayores herramientas.
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Por otro lado, la familia también pasa por un proceso de aceptación
y adaptación a la enfermedad y necesita de un aprendizaje que les
proporcione pautas y herramientas necesarias para afrontar las difí-
ciles situaciones que la enfermedad manifiesta dentro de las relacio-
nes familiares.
Existe un importante sufrimiento en todos los miembros de la familia,
por lo que, para que estos puedan apoyar a su familiar, será necesa-
rio que trabajen sentimientos como angustia, negación, impotencia y
avancen hacia la aceptación de la nueva situación familiar y de la
persona con enfermedad.
Para ello, es fundamental un trabajo personal de cada miembro de la
familia que facilite este proceso y que tenga en cuenta los siguientes
aspectos:
– Conocer la enfermedad y las necesidades de la persona.
– Crear una buena relación con el familiar y comenzar relaciones
con todas aquellas personas que puedan apoyar a su familiar.
– Buscar apoyos en personas o recursos que puedan facilitar su
proceso de ayuda y convivencia con la persona con enferme-
dad mental.
– Tener expectativas realistas respecto a su familiar e intentar apo-
yarle en base a éstas.
– Abordar el tema de la enfermedad de manera normalizada y
tratar con la persona y aquellas personas de su entorno con
claridad todos los temas relacionados con ésta.
Las familias, unidas y representadas por el movimiento asociativo, se
han constituido en muchas ocasiones en portavoces de las necesida-
des de este colectivo y desde ahí han reclamado el acceso universal
a los mejores tratamientos, la ampliación de los recursos de toda ín-
dole, la promoción de la investigación y medidas de protección legal
adecuadas a la realidad social.
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PREGUNTAS FRECUENTES
1 ¿TRASTORNO
QUÉ PODEMOS HACER ANTE UN DIAGNÓSTICO DE
LÍMITE DE LA PERSONALIDAD?
2 TRATAMIENTO?
¿QUÉ SE PUEDE HACER SI LA PERSONA RECHAZA EL
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– Estigma y discriminación social de la enfermedad mental que
traslada una visión negativa sobre todo aquello que tenga que
ver con ella.
– Cansancio de la persona por la toma prolongada de medica-
ción, fenómeno que se repite en otras enfermedades crónicas
como la diabetes o la hipertensión.
– Los efectos secundarios de la propia medicación (puede que a
veces se atribuyan erróneamente a la medicación efectos moles-
tos debidos en realidad a la propia enfermedad).
Es importante apoyar a la persona para que acepte la nueva situa-
ción. Hablar con ella y favorecer todo aquello que le ayude a aceptar
la enfermedad y su tratamiento (ocupación, seguimiento sanitario,
grupos de apoyos... etc.).
Como último recurso y en situaciones de riesgo, hoy en día la
única posibilidad de imponer un tratamiento, lo constituye el in-
greso involuntario, en base a un certificado médico o una decisión
judicial. Sin embargo, esta medida excepcional, muchas veces
difícil y traumática, no garantiza la continuidad del tratamiento
tras el alta.
3 surgir
Una vez que se inicia el tratamiento, ¿pueden
dificultades?
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afectadas por este trastorno en sus distintos ámbitos de desarrollo y
funcionamiento.
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La persona que niega su enfermedad y busca una explicación a lo
que le está pasando, a menudo culpabiliza a los demás de su situa-
ción y con ello alimenta ese sentimiento.
5 a¿Lalasleypersonas
de la dependencia también contempla
con enfermedad mental?
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Una vez realizada la valoración se establecen diferentes grados de
dependencia, lo cuales serían:
Los recursos y prestaciones a los que se tiene derecho tras ser deter-
minado el grado de dependencia van a ser los siguientes:
– Tele asistencia.
– Prestación económica al cuidador; más alta en la S/S, si puede
ser cotizador (no jubilados, no pensionista).
– Ayudas técnicas.
– Tele asistencia.
– Servicio de Ayuda a Domicilio: S.A.D.
– Centro de día.
– Programas de respiro (Residencias en estancia temporal).
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3. SERVICIOS RESIDENCIALES
– Servicio residencial.
– Centro de día.
– Ayudas técnicas.
Desde nuestra entidad recomendamos que acudan a informarse o
bien a Avifes u otra entidad similar antes, durante y después del pro-
ceso de valoración.
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