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    La palabra karma significa «acción».

    Sin embargo, el mundo lo conoce más como la


    Ley de Acción y Reacción. Es la ley del boomerang: lo que va, vuelve.
    Del boomerang: lo que va, vuelve. Se basa en el principio de que «lo que siembras,
    eso cosechas». La ley es muy simple. A cada acción le corresponde una reacción
    igual pero opuesta. Todo lo que hagas te volverá. Aunque la ley parece sencilla, en
    realidad es tan complicada que nadie ha conseguido descifrar el misterio del karma
    en su totalidad. ¿Quién creó esta ley? ¿Cómo se desarrolla para 8 mil millones de
    personas en todo el mundo? ¿Cómo controla la reacción de cada acción? La ley del
    karma sigue desconcertando a la humanidad y, aunque no tenemos más remedio que
    aceptarla, no todos comprendemos cómo funciona realmente.
    Sabemos que el fruto de un árbol no aparece por casualidad. Depende de la semilla
    que plantamos. Por eso no encontramos manzanas creciendo en árboles de mango. Al
    igual que los frutos de los árboles dependen de las semillas, lo que ocurre en
    nuestra vida depende de nuestros actos. ¿Pero cómo sucede? ¿Quién lo controla? Para
    comprender el karma, hay que descubrir la conexión entre la vida y el karma. Hay
    que detenerse y reflexionar sobre la magia de la creación. Hay que comprender la
    presencia de las diversas leyes universales que gobiernan nuestro planeta. ¿Cuál es
    la causa del día y de la noche? ¿Qué hace que la Tierra gire sobre su eje día tras
    día, sin ninguna intervención ni interrupción? ¿Qué hace que las estaciones se
    desarrollen con tanta belleza? ¿Por qué las perras no paren gatas? Todo lo que
    ocurre en nuestro mundo se rige por una ley que crea el orden en la Tierra. Incluso
    nuestra muerte y nuestro nacimiento están controlados por una ley universal: la ley
    del karma. El lugar donde nacimos, cuándo y cómo, no fue nuestra elección. Pero es
    nuestro propio karma, nuestras acciones pasadas, las que decidieron nuestro
    nacimiento. La muerte es segura. Todo «cuerpo» morirá, pero ¿quién decide cuándo
    moriremos? De nuevo, es el karma. No solo el nacimiento y la muerte, sino todo lo
    que sucede en nuestra vida está causado por el karma, es decir, por nuestras
    acciones pasadas.
    Karma es la vida y todo lo que se desarrolla en ella. Quienes conocen la verdad
    sobre el karma eligen de forma inteligente sus acciones. Se dan cuenta de que su
    destino está en sus manos. No culpan a Dios ni a la suerte de sus miserias. Viven
    su vida haciendo buen karma y sabiendo que todo está controlado por él. Muchas
    personas en todo el mundo aceptan hoy en día la Ley del Karma y la palabra «Karma»,
    que en realidad significa «acción», se ha convertido en sinónimo de la Ley
    Universal de Acción y Reacción, pero muy pocos entre nosotros tienen la suerte de
    ir más allá de la comprensión común del Karma.
    Es una rara minoría que no solo entiende que crear un buen karma asegurará una
    buena vida, sino que también es consciente de la conexión entre el karma y el
    renacimiento. Descifran el misterio de cómo el karma controlará su próximo viaje en
    la Tierra. Pero casi nadie se percata de la Verdad sobre cómo trascender el karma,
    cómo liberarse del ciclo de muerte y renacimiento y unirse con lo divino. Este es
    nuestro objetivo final: darnos cuenta de que somos almas divinas y ser libres de
    todo karma.

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