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Historiografía Tito Livio

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HISTORIOGRAFÍA: TITO LIVIO

A) INTRODUCCIÓN
A-1) La historia como género literario: definición y características. Historía “investigación”
A-2) Orígenes de la Historiografía romana: los primeros documentos: públicos y privados
A-3) Historiadores de época Republicana:
a) Período arcaico (ss. III-II a.C.): los Analistas
b) Período clásico (1ª mitad s. I a.C.): César, Salustio, Nepote

B) Historiadores de época Imperial: TITO LIVIO


► Período clásico (2ª mitad s. I a.C.)
B-1) Contexto histórico: época de Augusto, “edad de oro de las letras latinas”
B-2) Contenido de Ab urbe condita (“Desde la fundación de la ciudad”)
B-3) Estructura: 142 libros divididos en décadas o grupos de 10 libros
B-4 y 5) Fuentes y método histórico: no las investiga de forma crítica y las mezcla
B-6) Pensamiento: concepción moralista de la historia.
B-7) Técnica literaria: relato, discurso, retrato
B-8) Lengua y estilo: prosa artística, expresiva, colorista.

► Período posclásico (finales del I d.C.-III d.C.): Tácito y Suetonio


HISTORIOGRAFÍA LATINA: TITO LIVIO

A) INTRODUCCIÓN

A-1) La Historia como género literario


El término griego historía significa “investigación” de hechos reales, esto es el género
literario que se ocupaba de los sucesos verdaderos, a diferencia del drama, centrado en los hechos
posibles o verosímiles y de las fabulae, narraciones fantásticas que se mueven en el ámbito de la
ficción.
En la historiografía latina este afán de veracidad se vio limitado por:
- Un alto grado de patriotismo que impidió a los historiadores latinos conseguir la
imparcialidad necesaria para ceñirse a la realidad de los hechos.
- El compromiso político adquirido por muchos historiadores que convierte sus obras en
narraciones parciales y partidistas.
- El carácter moralizante, de tal modo que los historiadores transmitieron a través de la
Historia una intencionalidad moral con el objetivo de perpetuar los mores maiorum (“costumbres de
los antepasados”).
- El componente retórico: los relatos históricos participaron siempre de un retoricismo formal
basado en el precepto de Cicerón de que la Historia era el opus maxime oratorium, “la máxima
expresión del talento oratorio”, y debía sujetarse a las reglas de la retórica.

A-2) Orígenes de la Historiografía Romana


- Los primeros documentos: constituyeron los precedentes de los que luego será la prosa
histórica.
► Entre los documentos públicos podemos hablar de de dos tipos:
- Foedera regum: tratados que se establecían con los reyes de pueblos vecinos. Son
documentos mitad jurídicos y mitad religiosos, ya que se firmaban con el ofrecimiento de un
sacrificio a los dioses, con una serie de ritos especiales y fórmulas consagradas.
- Actas de los magistrados: estos documentos solían registrar los acontecimientos más
importantes relacionados con el desempeño de las funciones de los magistrados. Lo hacían en
documentos con el título de acta, commentarii o libri, guardados en los registros oficiales y que
constituían una fuente histórica de primer orden.
Los más importantes de estos documentos eran los elaborados por los pontífices, los Libri
Pontificum o Annales Maximi. En ellos se incluían, año por año, los sucesos más dignos de
recordarse, sobre todo los relacionados con la religión y el culto públicos, cuya organización les
competía; y especialmente destacable era la publicación del calendario anual, también a su cargo,
que señalaba las fechas de comienzo y final de año, los días laborables y no laborables, las fiestas,
los aniversarios, etc.

► Por su parte, los documentos privados serían sobre todo los “elogios fúnebres”. Las
familias importantes guardaban en sus archivos familiares documentos escritos en honor de sus
antepasados ilustres, que eran una especie de historia de la familia. Los principales eran:
- Las laudationes funebres o discursos en alabanza del difunto, que solían ser pronunciadas
en los funerales por un miembro muy allegado de la familia.
- Los tituli imaginum: o inscripciones grabadas debajo de los retratos o mascarillas del
difunto, celosamente conservados, y que contenían su nombre, sus hazañas, magistraturas, etc.

A-3)- HISTORIADORES DE ÉPOCA REPUBLICANA

a) Período preclásico (ss. III-II s-C)


Los analistas
Las primeras noticias sobre Roma y sus guerras expansivas se propagan a través de los
historiadores griegos no afectos a la causa romana. Esto decidió a los romanos a escribir su propia
historia, llevados de una reacción nacionalista y con una finalidad de propaganda política y
afirmación patriótica.
Siguiendo la tradición de los pontífices y otros magistrados, que llamaban annales a las
actas y documentos redactados en el ejercicio de sus funciones, los primeros historiadores dieron a
sus escritos el mismo nombre de Annales, pues solían, como aquellos, narrar los sucesos año por
año, y ellos mismos son conocidos con el nombre de Analistas.
La historiografía romana nace a finales del s. III a. C. durante la 2ª Guerra Púnica (218-201
a- C.) como arma política y propagandística contra Cartago. Estos primeros escritos históricos más
que al pueblo romano, van dirigidos a las naciones de lengua griega del mediterráneo oriental, que
simpatizaban con la causa cartaginesa, por la alianza entre Aníbal y Filipo V de Macedonia. Por este
motivo, aunque los autores pertenecen a elevadas clases sociales romanas, escriben en griego.
- Analistas en griego:
Fabio Píctor: es el primer analista romano; perteneciente a la clase senatorial, en el 216
a.C.. Fue representante de la tendencia filohelénica en la Roma de su época.
Su obra Annales, escrita a finales del s. III a.C, está llena de intención patriótica y de
defensa de Roma. Abarcaba desde la venida de Eneas al Lacio hasta la segunda guerra púnica. En la
composición de su obra, se extiende en los orígenes y en la época en que vive y trata más
brevemente los períodos intermedios.
Tanto él como sus sucesores, Cornelio Escipión (hijo de Escipión el Africano) y Cayo
Acilio, escriben sus historias de Roma en griego, tal vez para que llegaran a los mismos lectores a
los que había llegado una visión antirromana de los mismos sucesos, o tal vez porque el latín aún no
estaba suficientemente formado para adaptarse a sus necesidades.
Esta costumbre dura hasta Catón, que va a ser el primero que escriba la historia de Roma
con categoría de tal y no unos Anales puramente cronológicos, y lo hará en latín, marcando así el
camino a todos sus sucesores, que no volverán a escribir en griego.
-Historiadores preclásicos en latín:
Catón y sus sucesores: Sempronio Aselión, Celio Antípater y Cornelio Sisenna.
Marco Porcio Catón (234-149 a.C.), nacionalista a ultranza y adversario de todo lo griego
escribe en latín sus Origines, obra histórica en siete libros que difiere de la de los analistas además
de por la lengua utilizada, porque no se ciñe a la historia de Roma, sino que abarca la de toda Italia,
y porque no es una mera crónica de sucesos sino también una aproximación crítica a las causas que
los han motivado. Se trata ya, por tanto de un verdadero historiador más que de un analista.
Entre los sucesores de Catón cabe destacar a finales del s. II a. C. a Celio Antípater que
escribe la primera “monografía” histórica latina, sobre la segunda guerra púnica (Bellum Punicum),
y a Sempronio Aselión, (Historias) que es el primero en expresar claramente la diferencia entre un
analista y un historiador, afirmando que reducirse a decir, como hacían los analistas que un guerra
empezó en tal año y acabó en tal otro es “contar cuentos a los niños, no escribir historia”.
En la transición del período preclásico al clásico, en el s.I a. C., en época de Sila, sobresale
Cornelio Sisenna que escribió una historia de su tiempo, sobre todo de la guerra entre Mario y Sila,
mostrándose partidario de este último.

b) Período Clásico
1ª mitad del s. I a.C: época de Cicerón: César, Salustio, Nepote

B)- HISTORIADORES DE ÉPOCA IMPERIAL


2ª mitad del s. I a.C.: época de Augusto:
TITO LIVIO (59 a.C.-17 d.C): Ab urbe condita (“Desde la fundación de la ciudad”)

B-1) Contexto histórico: LA ÉPOCA DE AUGUSTO


La época de Augusto se distingue por el esplendor que en ella alcanza la poesía. Aquí se dan
cita las cumbres más altas de la inspiración poética romana, cumbres que ocupan todo el período
augústeo desde sus comienzos hasta su final, desde Virgilio hasta Ovidio. Es la “edad de oro” de la
poesía latina. Es en la época de Augusto cuando brillan los grandes poetas, entre los que destacan
Virgilio y Horacio. El primer ha sido identificado como “el poeta del Imperio”, por cuanto que en
su Eneida hace remontarse los orígenes de Roma a un plano semidivino, justificando el culto al
emperador establecido en la época de Augusto. Virgilio es el más grande poeta épico de Roma,
aunque su producción desborda el marco de este género literario.
La prosa, en cambio, había llegado a su más alta cima en el período inmediatamente anterior
con César y Cicerón, sobre todo. En esta época se va a iniciar su decadencia. Pero la poesía domina
de tal modo que incluso va a impregnar a la prosa de sus virtualidades y características peculiares. Y
así, el más grande de los prosistas de la época, el historiador Tito Livio, escribe una prosa imbuida
de connotaciones poéticas.

- Características generales de la época de Augusto


Paz interior y poderío universal
Augusto es el eslabón que une la República con el Imperio. Ya no existen las libertades
republicanas, pero el poder personal se halla en él todavía un tanto suavizado. Los cuarenta y un
años de su mandato se diferencian de la época anterior y de la posterior. En primer lugar, un ansia
de paz invade a la sociedad romana, cansada y herida tras largos años de anarquía y luchas civiles.
Es segundo lugar, coincide esta época con la de mayor expansión del Imperio (que sólo avanzará
más en tiempos de Trajano), lo que llena a los romanos de orgullo nacional.
Augusto explota con gran inteligencia estos sentimientos de paz interior y de poderío universal.
La Pax Romana, añorada por todos, se hace realidad en la pax Augusta. Augusto se traza un
programa que es a la vez político, religioso y moral. Dicta leyes para la protección de la familia y de
las costumbres; intenta la repoblación de los campos, abandonados por las continuas guerras;
inaugura innumerables templos. Todo ellos encaminado a restaurar las virtudes primitivas, las del
romano campesino, austero, religioso, que había dado a Roma su mayor esplendor. El abandono de
esas virtudes es, para los romanos de la época, la causa principal de la decadencia de Roma. Ahora
Roma volvería a ser la que fue.

Augusto, protector de las letras y de las artes


Augusto se da cuenta de que este programa de restauración de un ideal social y nacional puede
resultar atractivo para los hombres de letras, que le ayudarán así a propagarlo e implantarlo. Se
convierte así en protector de las letras y de las artes, con la inapreciable ayuda de su ministro
Mecenas, cuyo nombre ha pasado a ser apelativo común de todo el que patrocina empresas o
actividades culturales. Los más grandes escritores de la época: Virgilio, Horacio, Tito Livio,
Propercio…, pertenecen al círculo literario de Mecenas y se solidarizan con estos ideales
convirtiéndose en los más preciosos colaboradores de la política de Augusto. De este modo, tanto la
Eneida de Virglio con Ab urbe condita de Tito Livio se convertirán en la mejor propaganda del
programa político, moral y religioso de Augusto.

B-2) Contenido de Ab urbe condita


Frente a los historiadores de la generación anterior, como César y Salustio, que habían
escrito monografías históricas sobre cortos períodos o sobre hechos concretos relevantes, Tito Livio
vuelve a la concepción de los antiguos analistas y acomete la empresa gigante de escribir una
historia de Roma desde su fundación hasta la propia época del autor. Probablemente pensó cerrar su
obra con la muerte de Augusto, pero murió cuando había llegado al año 9 a.C., quedando
interrumpido el relato con la muerte de Druso. Tito Livio escribe una historia colectiva: son las res
gestae populi Romani (“hazañas del pueblo romano”).

B-3) Estructura
La obra constaba de 142 libros, la más extensa de toda la literatura latina. No todos los
períodos estaban tratados con la misma amplitud. Los primeros siglos están resumidos en unos
pocos libros, y la narración de los sucesos se va haciendo más extensa a medida que avanza en el
tiempo y se va aproximando a la época del autor.
► La obra de Tito Livio se publicó dividida en décadas o grupos de diez libros. Y sólo se
nos han conservado tres décadas y media, es decir, 35 libros; los últimos están incompletos. Se trata
de:
–La década 1ª (libros 1-10): orígenes míticos y fundación de Roma, Monarquía romana,
historia de la República hasta la invasión de los Galos y tercera guerra samnita (293 a. C.)
– la tercera (21-30): 2ª Guerra Púnica
– la cuarta (31-40) y la mitad de la quinta (libros 41-45): los hechos sucesivos hasta el
triunfo de L. Emilio Paulo en el 167 a.C. con la sumisión de Macedonia.

► La mayor parte de esta obra se perdió debido a su enorme extensión que hacía
imposible su circulación normal entre los estudiosos y los estudiantes. Para estos se compusieron
pronto breves resúmenes de cada libro (periochae) que sí se han conservado y, mediante ellos,
conocemos en extracto el contenido completo de esta obra.
► Ya en el s. II d.C. existía un extracto de toda su obra (Epítome) aprovechada por
Eutropio para su Breviarium ab urbe condita (s-IV d.C.)
B-4) Fuentes: de segunda mano: los últimos analistas como Celio Antípater e historiadores
como Polibio.
B-5) Método histórico:
–No es crítico con las fuentes (analistas) e historiadores anteriores. No se preocupa de la
consulta escrupulosa de las fuentes.
–No investiga profundamente los hechos
–No contrasta la información con testimonios contemporáneos
–Mezcla fuentes en su exposición de los hechos históricos. Sigue una fuente principal y va
insertando información de fuentes secundarias.
Esto provoca la existencia de duplicidades, inexactitudes y discrepancias cronológicas
(anacronismos) en la exposición de los hechos históricos.

B-6) Pensamiento
Aunque Livio se vio menos contagiado del “espíritu de Augusto” que Horacio y Virgilio,
su obra pertenece a la literatura de la época y, por lo tanto, participa del patriotismo y partidismo
característicos. Augusto encarna para Livio un segundo Rómulo, es la salvación de la decadencia
moral con su vuelta al antiguo espíritu de Roma. Esto lleva a Livio a falsificar y modificar la
narración en algunos aspectos resaltando o suprimiendo pasajes lo que imprime a la narración una
visión subjetiva de los hechos por parte del autor.
Su obra va a constituir un monumento a la Romanitas (Romanidad), de tal manera que
Livio va a llevar a cabo, con orgullo nacionalista, una exaltación de Roma glorificando su pasado,
de acuerdo con el programa patriótico político-religioso-cultural de Augusto. Livio ve la Historia de
Roma como el resultado de un plan divino, providencial (visión teleológica de la historia) y
permanece fiel a la religión romana tradicional frente al ascenso de las religiones greco-orientales.
Reconoce el valor social de la religión desde el primer libro, atribuyendo a Numa la afirmación de
la necesidad de esta para mandar al pueblo con disciplina y orden.
De esta manera, va a exaltar la pietas, virtus, constantia, prudentia, clementia, dignitas,
gravitas, moderatio y magnitudo animi como las virtudes romanas clásicas.

 ►Concepción moralista de la historia


Cicerón pensaba que historia magistra vitae est (“la historia es la maestra de la vida”).
Nepote tenía una concepción “ejemplarista” de la historia. Salustio era un historiador “moralista” y
estaba convencido de que la decadencia de Roma se debía al abandono de las costumbres antiguas.
Tito Livio comparte todas estas ideas. Para él, la historia es un espejo donde mirarse, un repertorio
de exempla (ejemplos) y modelos que tenemos a la vista para que imitemos los buenos y evitemos
los malos.

B-7) Técnica literaria


Siguiendo la tradición historiográfica helenística, Livio pretende crear como historiador una
obra artística, emparentada con la poesía. Utiliza los recursos artísticos de la retórica en la
composición y desarrollo de su historia:
–Relato: para las partes narrativas sigue la técnica de los relatos de César.
–Discurso: sigue a Cicerón: opus maxime oratorium “la máxima expresión del talento
oratorio” conforme a la preceptiva retórica. Lo mismo que Salustio, gusta de poner discursos en
boca de sus personajes. Estos discursos no son una transcripción de las palabras reales de sus
personajes sino que están elaborados por el historiador, conservando sólo las ideas principales del
original y revistiéndolas de todos los recursos retóricos apropiados al momento.
- Retrato: Livio hace una descripción de los personajes por varios métodos: a través de sus
propias palabras y actos, a través de los discursos y de la propia narración de los hechos y
transcribiendo la opinión que los contemporáneos tenían sobre ellos, mostrando el efecto que
produce sobre ellos los actos de esos personajes legendarios.

B-8) Lengua y estilo


En la lengua y en la construcción del período, Livio, frente a la brevitas o concisión
salustiana, se caracteriza por la lactea ubertas o “abundancia transparente”, por el amplio y fluvial
período ciceroniano, siempre lleno de riquezas sintácticas y de matizaciones expresivas.
Rasgo característico de su lengua es la urbanitas consistente en la corrección y pureza en el
uso de la lengua latina. Sin embargo, también se le reprochaba su patavinitas que alude a la región
de Patavium (la actual Padua) donde Livio nació y término que hace referencia a la presencia de
dialectalismos o localismos propios de su provincia en su prosa y que no se sabe muy bien en qué
consistían.
La lengua de Livio no es la lengua clásica de Cicerón o César: los arcaísmos, las frases y
giros poéticos, las desviaciones sintácticas anuncian ya la lengua de los prosistas imperiales.
En cuanto a su estilo podemos decir que su obra constituye un modelo de la prosa clásica.

► Período Posclásico (finales del I d.C.-III d.C.)


Tácito, Suetonio

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