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Hist de Los S Ps Un VI Escuela Sistémica

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UNIDAD VI

TERAPIAS SISTÉMICAS: ORÍGENES, PRINCIPIOS Y


ESCUELAS

Las terapias sistémicas no solo revolucionaron el campo de las psicoterapias, sino que
dieron lugar a nuevos enfoques y paradigmas sobre la concepción del ser humano.
Abordaremos las principales escuelas.

Las terapias sistémicas tienen sus raíces en la terapia familiar, aunque

actualmente no es necesaria la familia como foco de atención para que la mirada sea

sistémica. Desde esta perspectiva lo que prima es la relación, es decir, el proceso de

interacción entre las personas y no tanto la observación del individuo aislado.

Fue el biólogo y filósofo austríaco Ludwig Von Bertalanffy quien formuló la

Teoría General de los Sistemas en 1968. Este utilizó el concepto de sistema como

“un complejo de elementos en interacción” para más tarde aplicarlo al ámbito

terapéutico hasta convertirse en el modelo predominante en los estudios de familia

y las relaciones.

Ahora bien, la perspectiva sistémica se nutre también de aportes de otras

disciplinas, principalmente en lo relacionado al ámbito teórico. Algunas de ellas

son la cibernética, los desarrollos pragmáticos de la comunicación y la psicoterapia

familiar. Esta integración de perspectivas ha permitido el desarrollo de un amplio

ámbito de aplicación que abarca desde tratamientos individuales hasta grupales, de

pareja y obviamente de familias (Hoffman, 1987).

El sistema como un todo

El punto de unión de los diversos enfoques es el concepto de “sistema”. A partir

de lo cual se deduce que el todo es mayor que la suma de las partes. Lo que quiere

decir que desde el enfoque sistémico se pone énfasis en las propiedades del todo

que resultan de la interacción de los diferentes elementos del sistema.

Si lo traducimos, esto significa en términos generales que lo importante es la

relación que surge de la interacción entre las personas.


Así, los psicólogos sistémicos asumen una idea general: un sistema, sea el que sea,

familiar, de pareja o social, está compuesto por un elemento o más ligados entre sí

de tal forma que un cambio en el estado seguirá a otro cambio del

sistema; pudiendo llegar a conocer aspectos fundamentales de la patología

individual de uno de los miembros del sistema.

Antecedentes de las Terapias Sistémicas

Los antecedentes más destacados de las terapias sistémicas podemos

encontrarlos en el psicoanálisis. Ejemplo de ellos son los términos “Madre

esquizógena” de Frieda From-Reichman, “Madre perversa” de Rosen o el uso de

entrevistas familiares de Bell.


Aún así, los inicios más claros de esta terapia surgieron con el antropólogo

Gregory Bateson y su equipo de veteranos en la “Administration Hospital de

Palo Alto”. Bateson se unió a otros investigadores como Jackson, Haley y

Weakland para analizar el sistema comunicacional de las familias esquizofrénicas.

Uno de las teorías más interesantes que surgió a partir de sus investigaciones

fue la teoría del doble vínculo . Esta teoría explica cómo la contradicción entre dos

o más mensajes puede inducir al delirio para escapar de la realidad. Ya que la

contradicción implica recibir dos órdenes simultáneas imposibles de cumplir, ya

que la realización de una implica desobedecer la otra. Un ejemplo puede ser la

expresión “Te quiero” de una madre a su hija que a nivel gestual transmite rechazo

o decir a otro “Sé más espontáneo” o “No seas obediente”.

De forma paralela en 1962, Jackson y Ackerman fundaron la revista Family

Process y Bertalanffy formuló la Teoría General de Sistemas; siendo esta última

la teoría que desarrolla una serie de factores comunes a todas las terapias

sistémicas.

Aspectos comunes de las terapias sistémicas


A pesar de que las terapias sistémicas son muy amplias y abarcan un gran

grupo de disciplinas, existen una serie de aspectos comunes a todas ellas. El más

importante es el concepto de sistema que ya mencionamos como “un conjunto de

objetos o elementos que se relacionan entre sí”.

En su Teoría General de Sistemas, Bertalanffy también destacó el concepto de

interacción, presuponiendo de este modo que un sistema implica una

interdependencia entre las partes o en el caso de las terapias sistémicas, de las

personas implicadas en la relación.

Además, en la Teoría General de sistemas se defiende que cada una de las partes

que forma un sistema puede ser considerado un subsistema. De este modo, la

familia puede ser el sistema y la relación entre madre-hijo el subsistema.

También es importante diferenciar los sistemas abiertos de los cerrados, aunque

no existe un criterio unificado entre los investigadores para la diferenciación de los

mismos. Si seguimos la conceptualización de Bertanlaffy, un sistema cerrado es

aquel que no realiza ningún tipo de intercambio con el medio, mientras que un

sistema abierto se encuentra en constante intercambio con el medio o con otros

sistemas.

Por ejemplo, los sistemas de familia cerrados no mantienen ningún tipo de

intercambio con su entorno. El estado final depende de las condiciones iniciales

de dicho sistema y existe un empobrecimiento de energía progresivo en la unión y

sistema familiar.

Teoría de la comunicación humana: una parte fundamental de las terapias


sistémicas

De esta observación autores como Watzlawick, Beavin y Jackon de la escuela de

Palo Alto y de la derivación del estudio de otros conceptos de la Teoría General

de Sistemas surge “La teoría de la comunicación humana “.

Esta teoría brinda aspectos e ideas comunes a todos los modelos sistémicos como:
 Es imposible no comunicar. Esta teoría parte de la idea de que toda conducta es
comunicación, incluido el silencio. Además, considera que se puede a
situaciones en las que el “síntoma” sea la forma de comunicación.
 Los mecanismos de los sistemas se van autorregulando mediante feedbacks.
 Existen dos niveles de comunicación: el nivel digital o de contenido y el nivel
analógico o relacional. Si hay incongruencia entre ambos niveles aparecen los
mensajes paradójicos.
 La interacción está condicionada por las puntuaciones que introducen los
participantes. Esto quiere decir que dependiendo de la versión que
construyamos de aquello que vemos y experimentamos marcaremos la relación
con las otras personas y viceversa. De modo que la falta de acuerdo respecto la
manera de puntuar los hechos es la causa de numerosos conflictos en las
relaciones.
 Existe un sistema de reglas que el terapeuta sistémico debe ir conociendo: las
reglas reconocidas, las reglas simétricas, las reglas secretas y las metarreglas.

Aún así cada escuela sistémica cuenta además con una serie de

peculiaridades. Veamos algunas de ellas en mayor profundidad.

Escuela interaccional del MRI: Watzlawick, Wakland y Fisch

Esta escuela sistémica se identifica con la segunda generación de investigadores

de Palo Alto (Watzlawick, Weakland & Fisch, 1974; Fisch, Weakland & Segal,

1982).

Algunas de las máximas de esta escuela son:


 Las soluciones intentadas son las que mantienen los problemas. Es decir,
aquello que la persona lleva a cabo para remediar lo sucedido en ocasiones lo
único que hace es mantenerlo.
 Las intervenciones se dirigen a identificar los circuitos que intervienen en la
relación y las soluciones intentadas.

 El objetivo es modificar las pautas interaccionales, lo que se conoce como


Cambio 2, ya que las soluciones intentadas fallidas son Cambio 1 o “más de lo
mismo“.
 Una de las estrategias utilizadas son las intervenciones paradójicas. Es decir,
prescribir tareas o comunicas ideas muy alejadas del sistema común, pero
acordes al marco referencial del sistema. Para ello utiliza, “hablar el lenguaje del
paciente” y “cargar con sugestión la prescripción”.

Escuela estructural y estratégica: Minuchin y Haley

Minuchin y Haley son los representantes principales de esta escuela. Para ellos es

indispensable analizar la estructura del sistema para saber el tipo de relaciones

que tienen sus miembros y así aplicar el tratamiento.

Ambos plantean que las familias se organizan en torno a alianzas y

coaliciones. Por ejemplo, una alianza se define por la proximidad de dos miembros

en contraste con un tercero más distante. Mientras que una coalición consiste en la

unión de dos miembros en contra de un tercero. Las coaliciones de distintas

generaciones son denominadas triángulos perversos (la madre y el hijo contra el

padre).

Desde esta perspectiva, el terapeuta utiliza una serie de técnicas para modificar

la estructura familiar, desafiando las definiciones de la familia y realizando

una redefinición positiva del síntoma. También se apuesta por la prescripción de

tareas a ciertos miembros de la familia, la desequilibración -en la que el terapeuta

se alía con un subsistema- para provocar una reestructuración de límites o las

intervenciones paradójicas de Haley.

Escuela sistémica de Milán: Selvini-Palazzoli, la psicosis en la familia

Esta escuela surge de los trabajos de Mara Selvini-Palazzoli y su equipo. Se

centran en trastornos como la anorexia o los trastornos psicóticos, que suelen

surgir en familias de transacción rígida.

La escuela sistémica de Milán muestra especial atención a los datos recogidos desde

el momento de derivación y del primer contacto. A partir de ahí, construyen una

hipótesis de trabajo que van contrastando en el desarrollo de la primera


sesión. Trabajan sobre todo con los significados de la familia en relación al síntoma

y del paciente identificado con el objetivo de encontrar consensos y disconsensos.

Una de las intervenciones creada por esta escuela es prescripción

invariable. Un programa específico para trabajar con familias psicóticas que

consiste en dar la misma tarea a toda la familia, tratando de aliar a los padres

mediante un secreto, que favorece la separación de los subsistemas, sobre todo el

formado por los hijos.

En conclusión, las terapias sistémicas ofrecen otra perspectiva de los

problemas y dificultades. Una perspectiva que prima la relación por encima del

individuo como foco de trabajo para ayudar a mejorar la vida de las personas. Un

camino curioso e interesante que cada vez está cobrando mayor importancia en el

ámbito terapéutico.

Bibliografía

 Baecker, D. (2017). Teorías sistémicas de la comunicación. Revista Mad, (37), 1-20.


 Beyebach, M. (2016). La Terapia Sistémica Breve como práctica
integradora. Manual práctico de terapia sistémica breve. Santiago, Chile:
Mediterráneo, 29-67.
 Martínez, F. E. G. (2015). Terapia sistémica breve. RIL editores.

 Zegarra, D. V., & Jesús, Á. P. (2015). Terapia familiar sistémica: una aproximación
a la teoría y la práctica clínica. Interacciones: Revista de Avances en
Psicología, 1(1), 45-55.

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