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El Porfiriato (1876-1911): La Era de Porfirio Díaz
El Porfiriato fue un periodo crucial en la historia de México, caracterizado por el gobierno
autoritario de Porfirio Díaz, quien permaneció en el poder durante más de tres décadas, salvo por un breve intervalo. Este periodo transformó al país mediante avances económicos, tecnológicos y de infraestructura, pero también generó profundas desigualdades sociales y políticas que culminaron en la Revolución Mexicana.
Contexto histórico
Antes del Porfiriato, México enfrentaba una etapa de inestabilidad política marcada por guerras, intervenciones extranjeras y conflictos entre liberales y conservadores. Porfirio Díaz, un general oaxaqueño que había ganado fama durante la intervención francesa, se rebeló contra el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada bajo el lema "Sufragio efectivo, no reelección".
En 1876, tras la Batalla de Tecoac, Díaz asumió la presidencia, iniciando un largo mandato que transformaría la nación.
Características del Porfiriato
1. Consolidación política: Porfirio Díaz gobernó con mano dura, estableciendo un régimen centralizado y autoritario. Aunque se proclamaba defensor de la democracia, manipuló las elecciones para mantenerse en el poder, alternando brevemente con otros presidentes para simular legalidad. o Eliminación de la oposición: Utilizó el ejército, la policía rural y alianzas con las élites para controlar disidencias. o Paz porfiriana: Su régimen logró la estabilidad política tras décadas de conflictos internos, lo que permitió el desarrollo económico.
2. Crecimiento económico: Durante el Porfiriato, la economía mexicana experimentó un notable crecimiento gracias a la inversión extranjera y la modernización: o Infraestructura: Se construyeron más de 20,000 kilómetros de vías férreas, conectando regiones aisladas y fomentando el comercio. o Industria: Se impulsaron sectores como la minería, la agricultura de exportación y la industria textil. o Capital extranjero: Empresas extranjeras, especialmente de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, dominaron sectores clave, como la minería y el petróleo. o Modernización urbana: Las principales ciudades, como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, fueron modernizadas con sistemas de alumbrado, tranvías eléctricos y grandes edificios públicos.
3. Cultura y sociedad: o Élite afrancesada: Las clases altas adoptaron modas, costumbres y valores europeos, marginando las tradiciones indígenas y populares. o Ciencia y positivismo: La ideología positivista, basada en el lema "Orden y Progreso", influyó en la educación y las políticas gubernamentales. o Artes: El Porfiriato fue una época de esplendor cultural, con avances en literatura, música y arquitectura, como el Palacio de Bellas Artes y el Ángel de la Independencia.
4. Desigualdad social: A pesar de los avances económicos, la riqueza estaba concentrada en manos de unas pocas élites. La mayoría de la población, compuesta por campesinos e indígenas, vivía en condiciones de extrema pobreza. o Latifundios: Las tierras se concentraron en grandes haciendas, dejando a los campesinos sin acceso a tierras propias. o Explotación laboral: Los trabajadores rurales y urbanos enfrentaban jornadas extenuantes, bajos salarios y ausencia de derechos laborales. o Represión: Cualquier intento de protesta o huelga era reprimido violentamente, como ocurrió en Cananea (1906) y Río Blanco (1907).
Decadencia del Porfiriato
A principios del siglo XX, comenzaron a surgir movimientos opositores al régimen de
Díaz:
1. Crisis económica: En 1907, una crisis financiera mundial afectó a México,
aumentando el desempleo y el descontento social. 2. Oposición política: o Intelectuales y periodistas, como los hermanos Flores Magón, criticaron el autoritarismo y la desigualdad del régimen. o En 1908, Díaz declaró en una entrevista con James Creelman que México estaba listo para la democracia, lo que motivó a figuras como Francisco I. Madero a formar partidos opositores. 3. Rebeliones sociales: El descontento campesino y obrero se manifestó en huelgas y levantamientos armados.
En 1910, Francisco I. Madero lanzó el Plan de San Luis, llamando al pueblo a levantarse contra el régimen. Esto marcó el inicio de la Revolución Mexicana.
