Secuencia La Guerra de Los Yacarés
Secuencia La Guerra de Los Yacarés
Secuencia La Guerra de Los Yacarés
El cuento que vamos a leer se llama “La guerra de los yacarés” y está incluido en Cuentos de la selva,
un libro que incluye otros relatos como “La tortuga gigante”, “Las medias de los flamencos” y “El loro
pelado”. Como verán, todos sus cuentos incluyen animales. ¿Leyeron algún cuento de su autoría?
Si bien Horacio Quiroga nació en Uruguay, vivió una parte de su vida en la selva misionera. ¿Qué
saben ustedes sobre esa selva? ¿Cómo es el clima? ¿Qué tipo de animales habitan allí?
Cuando Quiroga conoció la selva misionera dijo que esa tierra lo había atrapado para siempre, y que
le sería imposible regresar, porque era ese el lugar en el que quería vivir y contar lo que veía. Allí
Quiroga realizó muchas y diversas actividades además de escribir. Se dedicó a disecar víboras,
embalsamar animales, cosechar yerba mate, mandioca y naranjas, construir canoas. También se
dedicó a inventar y fabricar todo lo que su fuerza y su imaginación le permitieron –por ejemplo, creó
un aparato para matar hormigas–. ¿Cómo creen que influyó la experiencia en la selva en sus cuentos?
+ Se observará Cuentos de la Selva para saber si algún alumno/a leyó algún cuento de su
autoría, como “La tortuga gigante”, “Las medias de los flamencos” y “El loro pelado”, entre
otros
2.- ¿Qué saben ustedes sobre esa selva? ¿Cómo es el clima? ¿Qué tipo de animales
habitan allí? Averiguamos para hacer una descripción del lugar. ¿Cómo creen que influyó
la experiencia en la selva en sus cuentos?
Se proyectará un video sobre la vida del autor y se realizará un registro del mismo en afiche.
Actividad 2
Se comienza analizando los elementos textuales del libro, tapa, contratapa y se realizan
anticipaciones del mismo antes de leer.
Para indagar después de leer el cuento: ¿Hay alguna parte que les haya parecido cruel?
¿Hay partes graciosas?. ¿Qué les parece? ¿Les causó gracia alguna escena del
cuento de Quiroga? ¿Cuál? ¿Se sorprendieron con alguna parte del cuento?
Actividad 3
Este cuento nos introduce en un mundo en el que los animales presentan rasgos y
comportamientos muy humanos, a través de los cuales establecen entre sí diferentes formas
de relación: los vemos reñir, burlarse, hacer planes, provocarse, perdonarse, ayudarse e
incluso enfrentarse a la muerte.
3-Buscar ejemplos de las diferentes formas de relacionarse entre los animales que hay
en el cuento.
Se trata de ir más allá de lo evidente –los animales hablan y piensan– para advertir sus
emociones, sus temperamentos, sus conflictos
“Y el bote volvió al vapor, mientras los yacarés, locos de contentos, daban tremendos
colazos en el agua.” (p. 22)
“Pero los yacarés se echaron a reír, porque creyeron que el viejo se había vuelto loco. ¿Por
qué se iban a morir ellos si el vapor seguía pasando? ¡Estaba bien loco, el pobre yacaré
viejo!” (p. 14)
“Y estaban tristes, porque los yacarés chiquitos se quejaban de hambre.” (p. 32)
“En un río muy grande, en un país desierto donde nunca había estado el hombre, vivían
muchos yacarés. Eran más de cien o más de mil. Comían peces, bichos que iban a tomar
agua al río, pero sobre todo peces. Dormían la siesta en la arena de la orilla, y a veces
jugaban sobre el agua cuando había noches de luna.” (p. 7)
¿Cómo era la vida de los yacarés entonces? Observa también la imagen de los yacarés
jugando sobre el agua en las noches ¿Qué sensación les produce?
¿Qué quiere decir la palabra “desierto” en este fragmento? ¿Cómo es que dice
“desierto” y luego dice que vivían muchos yacarés?
Esta última pregunta constituye una excelente oportunidad para que las chicas y los chicos
vinculen los significados posibles de una palabra con el contexto en que está usada. En
todos los casos, es relevante destacar que la palabra va acompañada de una pista
inmediata: “donde nunca había estado el hombre”.
Pareciera que los yacarés no saben mucho de los hombres. En la parte de la llegada del
vapor hay varias pistas para pensar esto. Vamos a buscarlas. ¿Qué significa aquí la
palabra “vapor”?¿Por qué habrán confundido el barco con una ballena? ¿En qué se
parecen?
Si bien los yacarés del cuento constituyen una comunidad, hay ciertos rasgos que diferencian
a algunos subgrupos o a algunos de sus integrantes.
Según la edad que tienen, ¿cuáles son los grupos de yacarés que aparecen en el
cuento?
A partir de esta pregunta es importante poner de relieve que los yacarés constituyen una
comunidad en la que están representadas claramente las tres generaciones prototípicas: los
yacarecitos, los yacarés adultos y el yacaré viejo. La llegada de la ballena/vapor provoca
reacciones diversas en cada uno de estos grupos, tal como sucede en la sociedad humana
frente al advenimiento de lo desconocido.
Vamos a releer el pasaje de la llegada del vapor para ver cómo reacciona cada grupo
de yacarés…
Pareciera que en el mundo del cuento sucede algo similar a lo que pasa en el nuestro:
las distintas generaciones tienen miradas diferentes frente a un hecho nuevo o
desconocido. ¿Se les ocurre algún ejemplo?
Ante la noticia de la llegada de la ballena, los yacarecitos se asustan aunque nunca vieron
una ni saben bien de qué se trata. ¿Por qué creen que les pasa eso?
En esta reflexión acerca de las miradas generacionales, interesa dar un lugar destacado al
yacaré viejo por su importancia en la historia.
A lo largo del cuento se menciona muchas veces que el viejo yacaré es sabio. ¿En qué
partes del cuento podemos ver muestras de su sabiduría? ¿Qué cosas sabía el yacaré
viejo? ¿Qué importancia tuvieron en el desarrollo de la historia?
¿Los otros yacarés también lo consideran sabio? ¿Por qué los yacarés se ríen cuando
el viejo les explica que se iban a morir todos si el buque seguía pasando?
¿Por qué será que es el yacaré más viejo el que sabe más cosas?
Es habitual –a la hora de comentar sobre los personajes de los cuentos– que se los
clasifique en términos de protagonista y personajes secundarios. Sin embargo, no todos los
relatos tienen una trama en la que se destaque claramente un personaje por sobre los
demás. Muchas veces los límites son más difusos, como sucede en “La guerra de los
yacarés”. El cuento no incluye personajes que adquieran tanta relevancia como para ser
considerados protagonistas.
Los únicos dos personajes con identidad propia –el viejo yacaré y el surubí– tienen un nivel
de relevancia bastante similar. Los demás son personajes colectivos. Tanto los yacarés –
incluyendo a los yacarecitos– como los hombres son nombrados en forma genérica, con la
sola excepción del oficial.
¿Quiénes son los personajes de este cuento? ¿Se dieron cuenta de que hay muy
poquitos que resultan identificables? ¿Cuáles son?
“—Bueno –dijeron entonces los yacarés–; el buque pasó ayer, pasó hoy, y pasará mañana.
Ya no habrá más peces ni bichos que vengan a tomar agua, y nos moriremos de hambre.
Hagamos entonces un dique.
—¡Sí, un dique! ¡Un dique! –gritaron todos, nadando a toda fuerza hacía la orilla–. ¡Hagamos
un dique!” (p. 16)
Reconocer estos tres conflictos –poniendo en discusión cómo se relacionan entre sí, quiénes
son sus actores y cuáles son las motivaciones de los personajes que entran en conflicto– es
fundamental porque son los que estructuran la trama y la hacen avanzar.
Una vez más, hay que destacar la diversidad tanto en lo que refiere a los actores como a las
motivaciones:
Los conflictos se dan entre dos individuos (yacaré viejo versus oficial), entre un
individuo y un grupo (surubí versus yacarés), entre dos grupos (yacarés versus
hombres).
Las motivaciones que llevan a los personajes a enfrentarse tienen a veces un origen
emocional o subjetivo –como el rencor– mientras que en otros casos tienen un
carácter más pragmático, vinculado con intereses en pugna en torno a la lucha por la
supervivencia y por los recursos naturales. En el cuento, sin embargo, ambas
cuestiones se entrelazan, ya que el enfrentamiento entre las especies por la
supervivencia deriva en una cuestión subjetiva individual. Así sucede con el rencor del
surubí hacia los yacarés y del yacaré viejo hacia el oficial. En este último caso, el
rencor se relaciona también con la cuestión generacional, ya que el oficial señala
especialmente al yacaré –y se burla de él– por su vejez.
Dijimos que los yacarés tienen un conflicto con los seres humanos y otro con el
surubí. ¿De qué manera se relacionan estos dos conflictos?
¿Por qué será que los hombres insisten en seguir pasando por ese río a pesar de los
obstáculos que ponen los yacarés para evitarlo? (Al discutir esta cuestión se puede
remitir a la relectura de la página 52, en la que se menciona que –ya resuelto el conflicto–
pasan “vapores y buques que llevan naranjas”).
Si era un solo yacaré el que se había comido a su sobrino, ¿por qué será que el surubí
estaba enojado con todos ellos?
Todos los yacarés estaban enfrentados con todos los hombres, se trata de un conflicto entre
dos grupos. Pero a la vez hay dos personajes –uno de cada bando– que tienen entre sí
un enfrentamiento más personal. ¿Cuáles son?
Releer las páginas 41 a 44, ubiquen y lean el diálogo entre el oficial y el yacaré viejo y luego
comenta cómo se originó el conflicto entre ellos.
Atención especial merece el tratamiento del conflicto entre yacarés y seres humanos –es
decir, la guerra–. La irrupción de una amenaza desconocida, externa respecto al pequeño
mundo que habitan los yacarés, pone fin a las disputas locales y moviliza la cooperación
entre los yacarés y la alianza con el surubí. Con respecto a este último punto, cabe
preguntarse, si el conflicto es yacarés versus seres humanos o bien animales versus seres
humanos. En cualquier caso, se trata de un conflicto entre especies con intereses
encontrados. Los diálogos entre los marineros y los yacarés están cargados de expresiones
de sorna y provocación en las que cada bando intenta demostrar su supremacía sobre el
otro.
El título del cuento es “La guerra de los yacarés”. ¿Por qué les parece que el autor lo habrá
titulado así, y no “La guerra entre los yacarés y los hombres”? ¿El narrador toma partido por
alguno de los bandos?
¿Cómo cambia la vida de los yacarés y de los otros animales del río cuando llegan allí
los hombres?
¿El conflicto es entre los yacarés y los seres humanos o entre los animales y los seres
humanos?
¿Se dieron cuenta de que cada vez que hablan, los yacarés y los hombres
intercambian burlas y provocaciones? Vamos a releer los diálogos para buscar qué
frases usan para desafiarse.
Los yacarés y los seres humanos no pudieron llegar a un acuerdo pacífico. ¿Por qué
no fue posible?
Respecto al desarrollo de las acciones de guerra, resulta de interés advertir que los yacarés
fracasan en sus dos primeros intentos y solo tienen éxito cuando consiguen destrabar el
conflicto con su vecino el surubí y aliarse con él. Además, los seres humanos se impusieron
al principio gracias a su supremacía tecnológica, y los animales utilizan justamente un
dispositivo tecnológico –el torpedo– para derrotarlos. Es su propia creación –que ya no
controlan, y que procede de otra guerra, lejana en el tiempo y en el espacio– la que se vuelve
en su contra.
Los yacarés intentan varias veces evitar que los vapores sigan pasando. ¿En qué
consisten estos intentos? ¿Cómo les resultan?
Algunas alumnos de otras escuelas dicen que los yacarés fracasan en sus primeros
intentos porque son más débiles que los hombres. ¿Ustedes qué piensan? ¿Pelean en
igualdad de condiciones contra los marineros?
Vamos a recordar el origen del torpedo. Buscamos el pasaje que explica de dónde
había sacado el surubí el torpedo, al final de la página 32.
¿Alguien sabe qué es un torpedo? (Reponer aquí que los torpedos son fabricados por el
hombre con el objetivo de destruir buques de guerra desde un submarino). Resulta muy
curioso que sea justamente un torpedo el que destruye el acorazado.
La literatura se caracteriza por usar el lenguaje de una forma especial, con la intención de
generar en el lector ciertos efectos y emociones. Avanzar como lector implica, entre otras
cosas, ir haciéndose sensible a estos efectos propios del lenguaje literario. Para favorecer
esa construcción, es importante centrar la reflexión en algún fragmento en el que estos usos
sean más evidentes, invitarlos a explicitar sus impresiones, tratando de que adviertan cuáles
son las palabras o expresiones específicas que las generan. Asimismo, es importante que la
o el docente comparta sus propias impresiones como lectora o lector.
En el cuento, los pasajes bélicos tienen una gran fuerza expresiva, pues plasman con
crudeza la destrucción. Además, establecer comparaciones con el primer párrafo –ya
comentado–contribuye a que los alumnos adviertan que el lenguaje de los cuentos puede
provocar efectos muy diferentes.
A continuación se sugiere un fragmento para ser releído –a través del docente o por sí
mismos– así como algunas intervenciones posibles.
“Los yacarés desaparecieron en un instante bajo el agua y nadaron hacia la orilla, donde
quedaron hundidos, con la nariz y los ojos únicamente fuera del agua. En ese mismo
momento, del buque salió una gran nube blanca de humo, sonó un terrible estampido y una
enorme bala de cañón cayó en pleno dique, justo en el medio. Dos o tres troncos volaron
hechos pedazos, y en seguida cayó otra bala, y otra y otra más, y cada una hacía saltar por
el aire en astillas un pedazo de dique, hasta que no quedó nada del dique. Ni un tronco, ni
una astilla, ni una cáscara.
Todo había sido deshecho a cañonazos por el acorazado. Y los yacarés, hundidos en el
agua, con los ojos y la nariz solamente afuera, vieron pasar el buque de guerra, silbando a
toda fuerza.” (p. 26 y 27)
¿Qué sintieron al releer esta parte? ¿Qué sensaciones les produce? ¿Podrían señalar
qué partes en particular son las que los impactan?
A mí me impacta la parte que dice: “Dos o tres troncos volaron hechos pedazos, y enseguida
cayó otra bala, y otra y otra más, y cada una hacía saltar por el aire en astillas un pedazo de
dique…”. Me impacta sobre todo por la repetición. Me imagino las ráfagas de balas, y da la
sensación de que el tiroteo no termina nunca.
¿Qué expresiones usa el narrador para enfatizar la idea de que no quedó nada del
dique?
Me da mucha pena la parte que dice “Y los yacarés, hundidos en el agua, con los ojos y la
nariz solamente afuera, vieron pasar el buque de guerra, silbando a toda fuerza.” Me imagino
a los yacarés asomándose del agua, y ese silbido del vapor que pareciera acentuar la
superioridad de los humanos.
El fragmento que se acaba de citar, da un ejemplo del uso intencional de la repetición para
generar un efecto en el lector. Este recurso es un rasgo estilístico de Quiroga, ya que lo
utiliza muchas veces a lo largo de este cuento así como en el resto de los Cuentos de la
selva. Una posibilidad –a fin de que las niñas y los niños aprecien el valor expresivo del
recurso– es releer otros fragmentos que incluyan repeticiones e intercambiar sobre los
distintos efectos que producen en cada caso. Por ejemplo:
“Pero un yacaré viejo y sabio, el más sabio y viejo de todos, un viejo yacaré a quien no
quedaban sino dos dientes sanos en los costados de la boca…”. (p. 10)
“El hecho es que antes, muchos años antes, los yacarés se habían comido a un sobrinito del
Surubí, y este no había querido tener más relaciones con los yacarés. Pero a pesar de todo
fueron corriendo a ver al Surubí, que vivía en una gruta grandísima en la orilla del río Paraná,
y que dormía siempre al lado de su torpedo. Hay surubíes que tienen hasta dos metros de
largo y el dueño del torpedo era uno de esos.
—¡Eh, Surubí! –gritaron todos los yacarés desde la entrada de la gruta, sin atreverse a entrar
por aquel asunto del sobrinito.
—No tengo ni quiero tener relación con ustedes –respondió el Surubí, de mal humor.
—¡Soy yo, Surubí! ¡Soy tu amigo el yacaré que hizo contigo el viaje hasta el mar! Al oír esa
voz conocida, el Surubí salió de la gruta.
—¡Ah, no te había conocido! –le dijo cariñosamente a su viejo amigo–. ¿Qué quieres?
—Venimos a pedirte el torpedo. Hay un buque de guerra que pasa por nuestro río y espanta
a los peces. Es un buque de guerra, un acorazado. Hicimos un dique, y lo echó a pique.
Hicimos otro, y lo echó también a pique. Los peces se han ido, y nos moriremos de hambre.
Danos el torpedo, y lo echaremos a pique a él. El Surubí, al oír esto, pensó un largo rato, y
después dijo:
—Está bien; les prestaré el torpedo, aunque me acuerdo siempre de lo que hicieron con el
hijo de mi hermano. ¿Quién sabe hacer reventar el torpedo?
—Está bien –dijo el Surubí, con orgullo–, yo lo haré reventar. Yo sé hacer eso”. (pp. 33-38)
El Surubí duerme siempre “al lado de su torpedo”. En el cuento no se explica por qué
lo hace, ¿cuál será la razón?
En el texto dice que el Surubí “pensó un largo rato”. Relee esa parte y escribí lo que
imaginas que pensó el Surubí en ese momento.
¿Te parece que el Surubí tuvo miedo de ser atacado por los yacarés? Justifica tu
respuesta con algunas pistas que da el texto.
El Surubí es el único personaje cuyo nombre se escribe con mayúscula. ¿Qué habrá
querido comunicar el autor al escribirlo así?
Trabajar sobre las opiniones de porque el surubí ayuda a los yacarés. Algunas pueden
ser
- A pesar de lo que le habían hecho a su sobrino, no quería que los yacarés murieran.
- Si los vapores continuaban pasando por allí, su propia vida podría estar en peligro,
ya que los surubíes se alimentan de otros peces.
La batalla final
“Pero era tarde; el torpedo llegó, chocó con el inmenso buque bien en el centro, y reventó.
No es posible darse cuenta del terrible ruido con que reventó el torpedo. Reventó, y partió el
buque en quince mil pedazos; lanzó por el aire, a cuadras y cuadras de distancia, chimeneas,
máquinas, cañones, lanchas, todo.
Los yacarés dieron un grito de triunfo y corrieron como locos al dique. Desde allí vieron pasar
por el agujero abierto por la granada a los hombres muertos, heridos y algunos vivos que la
corriente del río arrastraba.
Se treparon amontonados en los dos troncos que quedaban a ambos lados del boquete y
cuando los hombres pasaban por allí, se burlaban tapándose la boca con las patas.
No quisieron comer a ningún hombre, aunque bien lo merecían. Sólo cuando pasó uno que
tenía galones de oro en el traje y que estaba vivo, el viejo yacaré se lanzó de un salto al
agua, y ¡tac! en dos golpes de boca se lo comió.
—Es el oficial –le respondió el Surubí–. Mi viejo amigo le había prometido que lo iba a comer,
y se lo ha comido.
Los yacarés sacaron el resto del dique, que para nada servía ya, puesto que ningún buque
volvería a pasar por allí. El Surubí, que se había enamorado del cinturón y los cordones del
oficial, pidió que se los regalaran, y tuvo que sacárselos de entre los dientes al viejo yacaré,
pues habían quedado enredados allí. El Surubí se puso el cinturón, abrochándolo bajo las
aletas, y del extremo de sus grandes bigotes prendió los cordones de la espada. Como la piel
del Surubí es muy bonita, y las manchas oscuras que tiene se parecen a las de una víbora, el
Surubí nadó una hora pasando y repasando ante los yacarés, que lo admiraban con la boca
abierta.
Los yacarés lo acompañaron luego hasta su gruta, y le dieron las gracias infinidad de veces.
Volvieron después a su paraje. Los peces volvieron también, los yacarés vivieron y viven
todavía muy felices, porque se han acostumbrado al fin a ver pasar vapores y buques que
llevan naranjas. Pero no quieren saber nada de buques de guerra”.
(pp. 47 a 52)
Los yacarés festejaron “tapándose la boca con las patas.” ¿Por qué habrán hecho este
gesto? (Una ayuda: En el primer párrafo de la página 31 hay una pista. Reléanlo antes de
escribir su respuesta).
Ubiquen y relean el fragmento en que el yacaré viejo se come al oficial.
En una parte dice “No quisieron comer a ningún hombre, aunque bien lo merecían”.
¿Por qué creen que los yacarés “no quisieron comer a ningún hombre”?
¿Quién es el que opina que “bien lo merecían”? ¿Están de acuerdo con esa opinión?
Sin embargo, el viejo yacaré sí se comió “a uno que tenía galones de oro en el traje
y estaba vivo”.
Escriban quién es ese hombre y expliquen cuál es la razón por la que es devorado.
¿Qué cosas les parece que ignoraba el yacarecito? ¿Por qué las ignoraría?
El párrafo final dice que “los yacarés vivieron y viven todavía muy felices”. Sin
embargo, los vapores siguen pasando.
¿Qué cambió en relación con el comienzo del cuento? ¿Por qué ahora los yacarés no
les tienen miedo a los vapores?
En todas las propuestas, los alumnos pueden señalar los pasajes en el texto con una
pequeña marca de lápiz o bien con un papel. Después, durante la puesta en común, se
releen y se comentan los fragmentos encontrados para profundizar en cuestiones ya
comentadas en intercambios anteriores.
Escribir una descripción del río y la selva que se corresponda con el momento en que
los yacarés destruyen el buque de guerra con el torpedo;
Volver a contar la escena en que explota el torpedo desde el punto de vista de uno de
los yacarecitos ya adulto; y en primera persona.
Imaginar y escribir la historia del Surubí.
Introducir una descripción del río y la selva en la escena del torpedo produce un efecto de
acercamiento que involucra al lector y le permite adentrarse en la atmósfera de ese
momento.
El episodio en que los yacarés destruyen el buque de guerra con el torpedo genera
imágenes crudas e impactantes. Escribí una descripción del río y la selva que genere
una atmósfera que se corresponda con ese momento. Podés utilizar algunas de las
palabras o expresiones de la descripción que Quiroga hace en “A la deriva”.
Releer las páginas que corresponden al episodio del torpedo (pp. 43 a 49) para que lo
tengan bien presente.
Hacer un listado de los hechos más importantes de ese episodio (núcleos narrativos).
Comentar con las y los estudiantes que deberán contar el episodio como si el narrador
fuera uno de los yacarecitos, pero se lo cuenta a sus hijos mucho después de la
guerra, cuando ya es adulto. Dar algunos ejemplos de fragmentos narrados en
primera persona y recordar que casi nunca se pone “yo” o “nosotros” porque se
sobreentiende.
Sugerir la inclusión de una descripción de la selva y el río. Remitir a la descripción de
la selva y el río que ya escribieron.
Conversar acerca de lo que puede haber pensado o sentido el yacaré durante ese
episodio. No perder de vista que está contándolo muchos años después pero que
cuando sucedió era un yacarecito. A lo largo del cuento, hay pistas que dan cuenta de
que desde su mirada infantil los yacarecitos no entendían todo lo que estaba pasando.
Así, por ejemplo, el yacaré narrador podría decir: “...en ese momento, no entendía
bien lo que estaba pasando. No sabía por qué peleaban, ni qué era un torpedo.
Además, los yacarecitos estábamos lejos, en la orilla. Pero sabía que algo malo
sucedía, y tenía mucho miedo”.
Muchos años después de la explosión del torpedo, los yacarecitos crecieron y se convirtieron
en adultos. Una noche de luna, uno de ellos decidió contarles a sus hijos la historia de cómo
se enfrentaron a los humanos con el torpedo.
Escribí lo que el yacaré les contó a sus hijos aquella noche. ¡No te olvides de incluir la
descripción que escribiste de la selva y el río en el momento en que explota el
torpedo!
Tiempo atrás, cuando era un yacarecito como ustedes, los hombres empezaron a pasar por
el río con sus vapores y a espantar a los peces. Hicimos muchas cosas para impedirlo hasta
que decidimos pedirle ayuda al Surubí. El yacaré viejo sabía que él tenía un torpedo y que
con él podríamos enfrentarnos a los hombres.
Revisar si se entiende bien lo que quisieron decir y si incluyeron todas las acciones y
momentos que no pueden faltar.
Fijarse si efectivamente incluyeron la descripción de la selva y el río para acompañar
la narración del episodio del torpedo.
Controlar que a lo largo del relato se sostenga el punto de vista del yacaré.
Revisar puntuación: uso de comas y de punto y aparte antes de comenzar un nuevo
momento de la historia.
En el caso de que haya diálogos, revisar si usaron las marcas que indican la
introducción de las voces de los personajes y si usaron diferentes verbos del decir (por
ejemplo: “preguntó”, “ordenó”, etc.).
Escritura compartida
La historia del Surubí
“(...) escribir una nueva historia retomando un personaje secundario de otra leída.”
Para ayudar a planificar el texto
Releer fragmentos del cuento en los que aparezca el Surubí y organizar una toma de
notas en las carpetas o cuadernos sobre lo que se sabe acerca de este personaje.
Generar un espacio de intercambio para pensar colectivamente en diferentes
posibilidades y discutir si son o no coherentes con la historia original. Registrar todas
las ideas en un afiche que quede a la vista de todas y todos mientras escriben. Estas
ideas pueden girar en torno a los interrogantes mencionados más arriba. Por ejemplo,
la o el docente puede preguntar a sus estudiantes por qué el Surubí decidió viajar al
mar, cómo es que el yacaré viejo llegó a acompañarlo, qué cosas le sucedieron en
esa aventura…
Escribir por dictado al docente la primera parte del texto, y proponer que las niñas y
los niños continúen escribiendo por parejas o en pequeños grupos. Esta intervención
puede realizarse con el grupo total o solo con los grupos que lo necesiten.
El Surubí parece tener una historia de vida muy interesante: ha viajado al mar, ha visto un
combate entre dos buques de guerra, ha sufrido la pérdida de un ser querido… Sin embargo,
ninguna de esas experiencias está contada con detalles en el cuento.
Escriban la historia del Surubí. El principio ya está escrito para ayudarlos a empezar.
Hace muchos muchos años, cuando el Surubí era joven, decidió abandonar la comodidad de
su gruta y de las aguas del río Paraná para emprender un viaje hacia lo desconocido.
Revisar la coherencia del texto producido en sí mismo y con respecto al texto fuente.
Releer el texto que escribieron para ver si queda claro para los lectores cómo fue el
viaje al mar del Surubí, cómo obtiene el torpedo, qué sucedió con su sobrinito y por
qué el yacaré viejo estaba tan seguro de contar con su ayuda para enfrentar a los
humanos.
Revisar si presentaron al Surubí y si lo describieron para que los lectores puedan
imaginarse cómo es. Por ejemplo, pueden hablar de su gran tamaño, de sus largos
bigotes, de las manchas de su piel, de lo que sabe hacer, de su carácter…
Volver a leer para ver si repiten demasiado algunas palabras y tratar de reemplazarlas
por expresiones equivalentes. Por ejemplo, si repiten mucho “Surubí” pueden
reemplazarlo por “el enorme pez” o “el aventurero”.
Fijarse si conviene incluir diálogos para lograr que algún pasaje resulte más
interesante. Por ejemplo, ¿qué habrán comentado el Surubí y el viejo yacaré cuando
se encontraron por primera vez en las profundidades del mar? Controlar si se ha
usado la raya de diálogo cuando corresponde.
Si no las hay, incluir descripciones de, por ejemplo, lo que vio el Surubí en su viaje al
mar.
Revisar la puntuación y la alternancia de los pretéritos perfecto simple, imperfecto y
pluscuamperfecto en la narración.
Revisar el uso de algunos de los signos más básicos de la puntuación: las comas, los puntos
y las rayas que señalan los diálogos directos –en caso de que los hubiere–. La puntuación
constituye un elemento fuertemente cohesivo, ya que es fundamental para organizar y
articular las distintas partes que conforman un texto.
La docente comienza por recuperar los conocimientos previos acerca del uso de la coma en
enumeraciones sencillas –listas de palabras o frases cortas–. Se podrían tomar ejemplos
como los que siguen.
La granada reventó con un ruido atroz, hizo saltar los troncos, los despedazó y redujo a
astillas las enormes vigas.
Después del análisis colectivo, se puede proponer que en parejas analicen los siguientes
ejemplos y pedir que justifiquen por qué se han colocado las comas:
El bote se acercó lentamente, se detuvo a unos pocos metros, vio el formidable dique que
habían levantado los yacarés, giró y se volvió al vapor.
Los yacarés se adentraron en la selva para buscar los árboles de troncos más grandes, los
cortaron con esa especie de serrucho que tienen encima de la cola, los empujaron hasta el
agua, los clavaron a todo lo ancho del río y formaron así un dique.
En estos ejemplos, las comas no están usadas de la misma manera que en los
anteriores. Observen que en ellos hay una palabra o frase que queda “encerrada”
entre dos comas –como si fueran paréntesis– y que aclara algo acerca de lo que se
está hablando.
En un río muy grande, en un país desierto donde nunca había estado el hombre, vivían
muchos yacarés.
Y los yacarés, hundidos en el agua y con los ojos solamente afuera, vieron pasar el
buque de guerra.
Lean los ejemplos en parejas y discutan entre ustedes qué es lo que aclaran acerca de
la historia las expresiones que han sido “encerradas” entre dos comas. Anoten sus
ideas para compartirlas con los demás.
El Surubí tenía dos metros de largo, la piel con manchas oscuras como las de una víbora,
bigotes largos y aletas.
Pero una tarde, mientras dormían la siesta, un yacaré se despertó de golpe y levantó la
cabeza porque creía haber sentido ruido.
Un yacaré viejo y sabio, el más sabio y viejo de todos, explicó que se trataba de una ballena.
Los yacarés se levantaron de su siesta, fueron al dique, miraron por entre los palos y se
rieron de los hombres que estaban en el vapor.
Algunas de estas oraciones tienen comas usadas para separar los elementos de una
enumeración y otras tienen comas usadas para introducir aclaraciones. Discutan en parejas
para distinguirlas y expliquen en qué se fijaron para darse cuenta.
Durante la puesta en común, se contrastan las respuestas y los argumentos que las
respaldan.
Una instancia de reflexión más desafiante consiste en ofrecer oraciones que combinen
ambos usos de la coma en la misma oración. Se pueden proponer ejemplos como los
siguientes.
El torpedo reventó, partió el buque en quince mil pedazos y lanzó por el aire, a cuadras y
cuadras de distancia, chimeneas, máquinas, cañones, lanchas, todo.
Hace muchos años, cuando todavía era joven, el Surubí viajó hasta el mar, vio un combate
entre dos buques de guerra, encontró un torpedo que no reventó y lo trajo hasta aquí.
En estas oraciones van a encontrar que la coma está usada para separar elementos de una
enumeración en algunos casos y para marcar una aclaración en otros. ¿En qué casos las
comas se usan para separar elementos de una enumeración y en cuáles se usan para
“encerrar” una aclaración?
Comenten entre ustedes cómo hacen para darse cuenta de la diferencia entre estos dos
usos de la coma.
Como en las situaciones anteriores, luego del análisis en parejas resulta fundamental
coordinar una puesta en común.
Otra instancia de reflexión consiste en ofrecer un texto que combine ambos usos en el que
no estén las comas para que las y los estudiantes intenten reponerlas. Un texto posible es el
siguiente.
Un día el Surubí que tenía curiosidad de ver cómo era el mundo quiso viajar. Entonces limpió
bien su gruta dejó una notita de despedida para sus amigos agarró un viejo mapa que tenía y
se fue. Nadó durante muchos días visitó lugares desconocidos y ya muy cansado llegó al
mar. Estaba descansando cuando vio a lo lejos rodeados de humo y de fuego dos barcos. El
Surubí decidido a averiguar qué estaba pasando se dirigió hacia allí.
ORTOGRAFÍA
Reflexionar sobre la ortografía del verbo “Hacer”
En “La guerra de los yacarés”, aparecen numerosos ejemplos de diferentes formas del verbo
HABER.
Partir –como en el caso de la puntuación–de la revisión de las producciones, en las que se
encuentren algunas formas de HACER con errores ortográficos. A partir de allí se desarrolla
una secuencia que focaliza la reflexión en las características de la ortografía de este
verbo.
Luego, se ponen a consideración de las niñas y los niños oraciones que incluyen diversas
formas de HACER, que pueden pertenecer o no al cuento –ya que, si bien tomamos como
punto de partida el cuento y las escrituras producidas en torno a él, consideramos también
fundamental que las y los estudiantes entiendan que la ortografía de las palabras es estable,
cualquiera sea el texto en el que se incluyan–. Se podría plantear entonces:
Lean estas oraciones. Algunas son del cuento y otras no. Todas tienen palabras que
forman parte del verbo “hacer”. Ubíquenlas, compárenlas y piensen qué tienen en
común en cuanto a su ortografía, así lo tenemos en cuenta para escribir correctamente
todas las formas de este verbo.
En ese momento no lo sabía, pero en los años siguientes haría ese trayecto muchísimas
veces.
El propósito de esta actividad es que las y los estudiantes reconozcan las diversas
variantes que puede presentar el verbo HACER y establezcan que todas se escriben
con H.
Después de la reflexión en parejas, se realiza una puesta en común. Seguramente los niños
–con la mediación de la o el docente– puedan arribar a una primera generalización: todas las
formas que derivan del verbo HACER se escriben con H, todas las palabras que vienen del
verbo HACER se escriben con H, u otra enunciación similar.
Una vez que se llegó a esta primera generalización, se puede proponer comparar la raíz de
infinitivo del verbo HACER (HAC-) con las de los verbos conjugados de los ejemplos de la
actividad anterior (HAG-; HIC-; HAC-; HAR-). Los niños podrán notar que, si bien todas las
formas derivan del mismo verbo, la raíz no es la misma en todos los casos. Este análisis se
puede profundizar agregando más ejemplos de formas derivadas del verbo HACER que
incluyan algunas de esas raíces: HAGAS, HAGA, HICIMOS, HICISTE, HACEMOS,
HARÍAMOS, HARÍAN, HARÁN… A partir de estos ejemplos, la o el docente podrá explicar
que el verbo HACER es un verbo irregular justamente por esos cambios que se dan en su
raíz al conjugarlo. Si hiciera falta, antes se podría explicar qué son los verbos regulares
incluyendo algunos ejemplos.
Lean las oraciones anteriores y discutan entre ustedes por qué se escriben con C las
palabras marcadas.
Veamos este ejemplo que incluye otra palabra derivada del verbo HACER. ¿Por qué HIZO se
escribe con Z? Es parte del pretérito simple, en el que todas las otras formas conservan la C
de la raíz: hice, hiciste, hizo…
Después de haber pasado por estas instancias de reflexión, seguramente los niños estarán
en condiciones de completar sus conclusiones acerca de la ortografía de HIZO. Se les puede
proponer entonces que discutan en parejas para completar el siguiente cuadro.
Luego se puede escribir en forma colectiva –por dictado a la o el docente– un breve texto
que incluya todas las conclusiones a las que se ha llegado respecto de la escritura de
las formas derivadas del verbo HACER. El texto resultante podría ser análogo al que sigue.
Todas las palabras que forman parte del verbo HACER se escriben con H,
como haríamos, hago, hacían.
Además, muchas conservan también la C de la raíz, como hace, hacemos, hiciste, hicieron.
Este texto puede quedar en las carpetas y en afiches pegados en el aula para que puedan
consultarlo cuando escriben o revisan.
Ahora que ya sabemos cómo se escriben todas las formas del verbo “hacer”, les escribo en
el pizarrón una palabra que es de la familia: DESHACER. ¿Quién se anima a escribir
“deshacen” y “deshice”? ¿Y “deshizo”?
A fin de que consoliden sus conocimientos sobre la ortografía de HACER, se pueden llevar a
cabo actividades como las que siguen.
o Lean en parejas las siguientes oraciones. En ellas van a encontrar varias palabras
que llevan H. Subrayen aquellas en las que pueden explicar por qué llevan H. Luego
transcríbanlas debajo y escriban su explicación.
Esta madrugada hizo tanto frío que heló, pero la escarcha se deshizo temprano.
Escriban dos oraciones que incluyan distintas formas del verbo REHACER, teniendo en
cuenta que viene de HACER.
Finalmente, se propone a las niñas y los niños volver a sus producciones y revisarlas una
vez más, focalizando la mirada en la ortografía de las formas derivadas del verbo HACER.