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Mediaciones Sociales

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Mediaciones

Sociales
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación

Número 12 2013

!
Universidad!Complutense!de!Madrid!
Facultad!de!Ciencias!de!la!Información!
Mediaciones Sociales
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación
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Número 12
2013

· BACA LAGOS, Vicente. Presentación (i-iv)

I. ESTUDIOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS

· MARTÍN SERRANO, Manuel. Cómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación para incorporar los avances
teóricos y científicos (3-20)

· SERRANO CALDERA, Alejandro. La filosofía ante los desafíos actuales (23-39)

· SOLA MORALES, Salomé. El cuerpo y la corporeidad simbólica como forma de mediación (42-62)

· CALLE G., Margarita. La investigación-creación en el contexto de las prácticas estético-artísticas contemporáneas.


Desplazamientos disciplinares y desafíos institucionales (65-79)

II. INSTITUCIONES MEDIADORAS

· FONSECA MUÑOZ, Beatriz Helena. La producción de programas dramatizados radiales: un análisis desde las mediaciones (83-
105)

· PÉREZ SALAZAR, Gabriel; CARABAZA GONZÁLEZ, Julieta I; ROMO GUTIÉRREZ, Daniel O. El uso de Twitter en las salas de
redacción: redes sociales y newsmaking en la región sureste de Cuahuila, México (108-128)

III. LA MEDIACIÓN DE LAS REPRESENTACIONES Y DE LAS IDENTIDADES SOCIALES

· NEVES ALMEIDA, H.; PINTO ALBUQUERQUE, C.; CRUZ SANTOS, C. Cultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos para a
construção de uma sociedades mais justa e participativa (132-157)

· MORENO RAMOS, Miguel Ángel. Tratamiento periodístico del Movimiento 15-M en medios de comunicación alternativos y
tradicionales (160-187)

IV. MEDIACIÓN, PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN SOCIAL

· CABELLO TIJERINA, Paris Alejandro. La mediación como política social. Una vía eficaz para el logro de la cultura de paz (191-
214)

V. EXPERIENCIAS PROFESIONALES

· MALAGÓN TERRÓN, Francisco Javier. Derechos fundamentales y Mediación en la Unión Europea: hacia un enfoque de
derechos (218-226)

BIBLIOTECA – RESEÑAS

· CROVI, Delia. PÉREZ SALAZAR, Gabriel (2012): Internet como medio de comunicación. Teoría y análisis de actos comunicativos en los
entornos virtuales. (228-230)

· ALMEIDA SANTOS, João de. BALLESTEROS CARRASCO, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la comunicación en los
cambios laborales: análisis sociohistórico de 1970 a 2010. (231-235)

· BACA LAGOS, Vicente. FRANCO ROMO, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos individuales. Un análisis
desde la mediación social. (236-240)
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Universidad!Complutense!de!Madrid!
Facultad!de!Ciencias!de!la!Información!
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Mediaciones Sociales
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación

Número 12
2013

!
Universidad!Complutense!de!Madrid!
Facultad!de!Ciencias!de!la!Información
© Universidad Complutense de Madrid / Grupo de Investigación Identidades Sociales y Comunicación

Departamento de Sociología IV - Sección de Comunicación


Facultad de Ciencias de la Información
Universidad Complutense de Madrid
Avda. Complutense, s/n
28040 Madrid (España)

Teléfono: +34 91 394 21 42


Fax: +34 91 394 21 45
Correo electrónico: mediaciones-sociales@ccinf.ucm.es
URL: http://www.ucm.es/info/mediars/

ISSN electrónico: 1989-0494

Depósito Legal: M-8929-2011

Imprime: Taller de Medios Impresos, Facultad de Ciencias de la Información, Universidad


Complutense de Madrid

Imagen de portada: Ramiro Lacayo-Deshón (2012). «Diciembre».


Mediaciones Sociales
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación

Mediaciones Sociales es una revista semestral de Ciencias Sociales y de la Comunicación dirigida a


académicos, investigadores y profesionales dedicados al campo de las mediaciones sociales. Es un
proyecto editorial del Grupo de Investigación Identidades Sociales y Comunicación de la Universidad
Complutense de Madrid (España).

DIRECTOR
Vicente Baca Lagos (UCM)

SECRETARÍA EJECUTIVA
Francisco Javier Malagón Terrón (UCM)

SECRETARÍA DE REDACCIÓN
Begoña Ballesteros Carrasco (UCM)
Daniel Franco Romo (UCM)

CONSEJO EDITORIAL
José Manuel Pérez Tornero (Universidad Autónoma de Barcelona, España)
Fernando Martín Martín (Universidad San Pablo-CEU de Madrid, España)
Francisco Bernete García (Universidad Complutense de Madrid, España)
Gérard Imbert (Universidad Carlos III de Madrid, España)
Jesús Gracia Sanz (Universidad Complutense de Madrid, España)
Jesús Hernández Aristu (Universidad Pública de Navarra, España)
José Antonio Younis Hernández (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España)
Leticia García Villaluenga (Instituto Complutense de Mediación y Gestión de Conflictos, UCM, España)
Rafael Serrano Partida (Universidad de la Comunicación, México)
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Alberto Efendy Maldonado Gómez de la Torre (Universidade do Vale Do Rio Dos Sinos, Brasil)
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SECRETARÍA
Belén Casas Mas (Universidad Complutense de Madrid, España)

BECARIOS INVESTIGADORES
Joan Pedro Carañana
Verónica Antolín Barranco
Cristina López Navas

COLABORADORES HONORÍFICOS (2013)


Mareike Müller
Naree Joo
Belén Casas Mas
Adolfo Manaure Reyes
Claudia Reyes Betanzo
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CONSEJO ASESOR INTERNACIONAL
Agustín Moñivas Lázaro (Universidad Complutense de Madrid, España)
Alejandro Nató (Centro Carter de La Paz, Bolivia)
Alejandro Serrano Caldera (Universidad Americana, Nicaragua)
Annamaria Campanini (Università degli Studi di Milano-Bicocca, Italia)
Andrés Pérez Baltodano (University of Western Ontario, Canadá)
Dale Bagshaw (University of South Australia, Australia)
Daniel Prieto Castillo (Universidad Nacional de Cuyo, Argentina)
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Gabriel Kaplún (Universidad de la República, Uruguay)
Gabriela Rodríguez Querejazu (Universidad de Buenos Aires, Argentina)
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Hélder Risler de Oliveira (Universidade Luterana de Brasil, Brasil)
Hilda Saladrigas Medina (Universidad de La Habana, Cuba)
Ignacio Bolaños Cartujo (Universidad Complutense de Madrid, España)
Juan Carlos Vezzulla (Tribunal de Justicia de Portugal)
Juan Masiá Clavel (Universidad Sophia, Japón)
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María Ángeles Espinosa Bayal (Universidad Autónoma de Madrid, España)
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María del Pilar Morad de Martínez (Universidad de Cartagena de Indias, Colombia)
Ramón Alzate Sáez de Heredia (Universidad del País Vasco, España)
Raúl Fuentes Navarro (ITESO, México)
EQUIPO DE EVALUADORES EXTERNOS

Mediaciones Sociales agradece su labor a las personas que actúan como evaluadores de los artículos recibidos para su
publicación, garantizando la calidad científica de la revista.

Dr. José Antonio Alcoceba Hernando (Universidad Complutense de Madrid, España)


Dr. Carlos Arcila Calderón (Universidad del Norte, Colombia)
Dr. Antonio Ares Parra (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Javier Argerich Pérez (Universidad San Pablo CEU, España)
Dra. María Antonia Arias Fernández (Universidad de Santiago de Compostela, España)
Dr. Alejandro Barranquero Carretero (Universidad Carlos III de Madrid, España)
Dr. Marcelo Baro (Universidad del Cema, Argentina).
Dra. Christa Liselote Berger Kuschick (Universidade do Vale do Rio dos Sinos, Brasil)
Dra. Marina Cabada del Río (Universidad Complutense de Madrid, España)
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Dr. Ángel Carrasco Campos (Universidad Rey Juan Carlos, España)
Dra. María Elena Chan Núñez (Universidad de Guadalajara, México)
Dra. Gladys Daza Hernández (CEDAL - Centro de Comunicación Educativa Audiovisual, Colombia)
Dr. Pablo Echart Orús (Universidad de Navarra, España)
Dr. Javier Esteinou Madrid (Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco, México)
Dra. Matilde Fernández-Cid (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dra. Mònica Figueras Maz (Universitat Pompeu Fabra, España)
Dr. Jesús Miguel Flores Vivar (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Alberto de Francisco Rodríguez (Fundação Oswaldo Cruz, Brasil).
Dr. Jesús Galindo Cáceres (Grupo hacia una Comunicología Posible - GUCOM, México)
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Dr. Antonio Hohlfeldt (Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul, Brasil)
Dr. Tanius Karam Cárdenas (Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México)
Dr. Pablo López Calle (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Nicolás Lorite García (Universidad Autónoma de Barcelona, España)
Dra. Isabel María Luján Henríquez (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España)
Dr. Víctor Manuel Marí Sáez (Universidad de Cádiz, España)
Dr. Raúl Martínez Corcuera (Universitat de Vic, España)
Dr. Vicent Martínez Guzmán (Universitat Jaume I de Castellón, España)
Dr. Luis Mayo (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dra. Mª Isabel Menéndez Menéndez (Universidad de Burgos, España)
Dr. Koldo Meso Ayerdi (Universidad del País Vasco, España)
Dr. Isidro Moreno Sánchez (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dra. Amparo Moreno Sardá (Universidad Autónoma de Barcelona, España)
Dr. Rodrigo Moulian Tesmer (Universidad Austral de Chile, Chile)
Dr. Antonio Muñoz Carrión (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dra. Blanca Muñoz López (Universidad Carlos III de Madrid, España)
Dra. Amaya Muruzábal Muruzábal (Big Bang Media, España)
Dr. Lorenzo Navarrete (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dra. María Isabel Neüman de Sega (Universidad de Zulia, Venezuela)
Dr. Ángel Manuel Ortiz Marín (Universidad Autónoma de Baja California, México)
Dra. Sandra Liliana Osses Rivera (Universidad Santo Tomás de Aquino, Colombia)
Dr. Ángel Páez (Universidad de Zulia, Venezuela)
Dr. Enrique Pastor Seller (Universidad de Murcia, España)
Dra. Mª José Pérez del Pozo (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Julián Pindado (Universidad de Málaga, España)
Dra. Migdalia Pineda de Alcázar (Universidad del Zulia, Venezuela)
Dra. María Cristina Pinto Arboleda (Universidad de Medellín, Colombia)
Dr. Narciso Pizarro (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Rafael Prieto Lacaci (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Julián Carlos Ríos Martín (Universidad Pontificia de Comillas, España)
Dra. Marta Rizo García (Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México)
Dra. Julia Rodríguez Cela (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dra. Vivian Romeu Aldaya (Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México)
Dra. Virginia Sá Barreto (Universidade Federal da Paraiba, Brasil)
Dr. Igor Sádaba Rodríguez (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. José Luis Sarasola-Sánchez Serrano (Universidad Pablo Olavide de Sevilla, España)
Dr. Francisco Sierra Caballero (Universidad de Sevilla, España)
Dra. Maritza Sobrados León (Universidad de Sevilla, España).
Dra. Janara Sousa (Universidad de Brasilia, Brasil)
Dra. Grace Ane Stefanello (Núcleo de Pesquisa Teorias da Comunicação da Intercom, Brasil)
Dr. Santiago Tejedor Calvo (Universidad Autónoma de Barcelona, España)
Dr. Eduardo Vázquez de Castro (Universidad de Cantabria, España)
Dra. Olivia Velarde Hermida (Universidad Complutense de Madrid, España)
Dr. Eduard Vinyamata Camp (Universidad Oberta de Catalunya, España).
Dr. Eduardo A. Vizer (Universidad de Buenos Aires, Argentina)
!
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¸NDICE

Índice

Presentación
BACA LAGOS, Vicente ........................................................................................ i-iv

I. ESTUDIOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS

Cómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación para


incorporar los avances teóricos y científicos
MARTÍN SERRANO, Manuel .......................................................................... 3-20

La filosofía ante los desafíos actuales


SERRANO CALDERA, Alejandro ................................................................... 23-39

El cuerpo y la corporeidad simbólica como forma de mediación


SOLA MORALES, Salomé ................................................................................ 42-62

La investigación-creación en el contexto de las prácticas estético-


artísticas contemporáneas. Desplazamientos disciplinares y desafíos
institucionales
CALLE G., Margarita ..................................................................................... 65-79

II. INSTITUCIONES MEDIADORAS

La producción de programas dramatizados radiales: un análisis desde las


mediaciones
FONSECA MUÑOZ, Beatriz Helena ...........................................................83-105

El uso de Twitter en las salas de redacción: redes sociales y newsmaking


en la región sureste de Coahuila, México
PÉREZ SALAZAR, Gabriel; CARABAZA GONZÁLEZ, Julieta I.; ROMO
GUTIÉRREZ, Daniel O. ............................................................................. 108-128

III. LA MEDIACIÓN DE LAS REPRESENTACIONES


Y DE LAS IDENTIDADES SOCIALES

Cultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos para a construção de uma


sociedades mais justa e participativa
NEVES ALMEIDA, H.; PINTO ALBUQUERQUE, C.; Y CRUZ SANTOS, C. . 132-
157

Tratamiento periodístico del Movimiento 15-M en medios de


comunicación alternativos y convencionales
MORENO RAMOS, Miguel Ángel............................................................ 160-187

IV. MEDIACIÓN, PRODUCCIÓN


Y REPRODUCCIÓN SOCIAL

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013. ISSN electrónico: 1989-0494.


¸NDICE

La mediación como política social. Una vía eficaz para el logro de la


cultura de paz
CABELLO TIJERINA, Paris Alejandro .................................................... 191-214

V. EXPERIENCIAS PROFESIONALES

Derechos fundamentales y Mediación en la Unión Europea: hacia un


enfoque de derechos
MALAGÓN TERRÓN, Francisco Javier .................................................. 218-226

BIBLIOTECA – RESEÑAS

PÉREZ SALAZAR, Gabriel (2012): Internet como medio de comunicación.


Teoría y análisis de actos comunicativos en los entornos virtuales.
CROVI, Delia ............................................................................................... 228-230

BALLESTEROS CARRASCO, Begoña (2012): Las tecnologías de la información


y de la comunicación en los cambios laborales: análisis sociohistórico de 1970 a
2010.
ALMEIDA SANTOS, João de ...................................................................... 231-235

FRANCO ROMO, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a


los sujetos individuales. Un análisis desde la mediación social.
BACA LAGOS, Vicente ............................................................................... 236-240

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013. ISSN electrónico: 1989-0494.


TABLE OF CONTENTS

Table of Contents

Presentation
BACA LAGOS, Vicente ......................................................................................................... i-iv

I. THEORETICAL AND METHODOLOGICAL STUDIES

How to upgrade the teaching and learning of communication to incorpórate


theoretical and scientific advances
MARTÍN SERRANO, Manuel ........................................................................................... 3-20

Current challenges in philosophy


SERRANO CALDERA, Alejandro .................................................................................... 23-39

The body and symbolic embodiment as a form of mediation


SOLA MORALES, Salomé ................................................................................................ 42-62

Research-creation in the context of the contemporaneous esthetic-artistic


practices. Disciplinary displacements and institutional challenges
CALLE G., Margarita ...................................................................................................... 65-79

II. MEDIATING INSTITUTIONS

The production of dramatized radio programs: an analysis from the mediations


FONSECA MUÑOZ, Beatriz Helena ............................................................................83-105

Twitter usage in newsrooms: Social media and newsmaking at Southeastern


Coahuila, México
PÉREZ SALAZAR, Gabriel; CARABAZA GONZÁLEZ, Julieta I.; ROMO GUTIÉRREZ,
Daniel O. ...................................................................................................................... 108-128

III. THE MEDIATION OF SOCIAL REPRESENTATIONS AND


IDENTITTIES

Culture of peace and social mediation. Foundations for building more just and
participatory society
NEVES ALMEIDA, H.; PINTO ALBUQUERQUE, C.; Y CRUZ SANTOS, C. ........... 132-157

Press coverage of Movimiento 15-M in alternative and conventional media


MORENO RAMOS, Miguel Ángel ............................................................................ 160-187

IV. MEDIATION, SOCIAL PRODUCTION AND SOCIAL


REPRODUCTION

Mediation as social policy. An effective way for the achievement of a culture of


peace
CABELLO TIJERINA, Paris Alejandro..................................................................... 191-214

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013. ISSN electrónico: 1989-0494.


TABLE OF CONTENTS

V. PROFESSIONAL EXPERIENCES

Fundamental rights and mediation in the European Union: A new approach of


rights
MALAGÓN TERRÓN, Francisco Javier................................................................... 218-226

BOOK REVIEWS

PÉREZ SALAZAR, Gabriel (2012): Internet como medio de comunicación. Teoría y


análisis de actos comunicativos en los entornos virtuales.
CROVI, Delia ................................................................................................................ 228-230

BALLESTEROS CARRASCO, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la


comunicación en los cambios laborales: análisis sociohistórico de 1970 a 2010.
ALMEIDA SANTOS, João de ...................................................................................... 231-235

FRANCO ROMO, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos
individuales. Un análisis desde la mediación social.
BACA LAGOS, Vicente ................................................................................................ 236-240

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013. ISSN electrónico: 1989-0494.


Vicente Baca Lagos i
ÿPresentaciónŸ

Presentación
En este número tenemos el honor de contar con dos firmas muy apreciadas
en nuestro campo:
• El Profesor Emérito de la UCM Manuel Martín Serrano comparte con
nosotros su Introducción al seminario Refundación teórica de los estudios de
comunicación, que impartió en las jornadas dedicadas a su obra en la Facul-
tad de Estudios Superiores Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM), durante la segunda semana de septiembre de 2012.
Su artículo, «Cómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación
para incorporar los avances teóricos y científicos», se propone mostrar que el
nuevo estatuto científico de la Comunicación (al que el autor ha contribui-
do de un modo relevante) otorga a los docentes y alumnos un status aca-
démico mejor definido y valorado.

• El filósofo y académico Alejandro Serrano Caldera, miembro de nuestro


Consejo Asesor Internacional, nos aporta su artículo «La filosofía ante los
desafíos actuales», que fue la base de su conferencia en el Paraninfo de la
Universidad de San Carlos de Guatemala, el 15 de noviembre de 2012,
declarado por la UNESCO Día Mundial de la Filosofía. En esa ocasión, la
señora Irina Bukova, Directora General de la Organización de las Nacio-
nes Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, entregó al profesor
Serrano Caldera la «Medalla de Derechos Humanos» por su contribución
al desarrollo de la reflexión filosófica latinoamericana.

Pocos días después, los estudiantes y profesores de la Maestría en Comu-


nicación Social de la UCM tuvimos la ocasión de escuchar y dialogar con
el profesor Serrano Caldera, en la Facultad de Ciencias de la Información,
sobre los grandes retos de la filosofía de nuestro tiempo, entre los que
destacan la crítica teórica de la modernidad y postmodernidad, la globali-
zación y sus estragos (económicos, políticos y socioculturales), la filosofía
latinoamericana, el humanismo y la unidad en la diversidad de las culturas
humanas, como un modelo de mediación para promover un futuro mejor.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. i-iv. ISSN electrónico: 1989-0494.


Vicente Baca Lagos ii
ÿPresentaciónŸ

• Acompañan a estos ilustres maestros otros profesores-investigadores de


universidades españolas, portuguesas y latinoamericanas.

– La profesora Salomé Sola Morales (Universidad de Santiago de Chile) nos


ofrece un interesante trabajo teórico sobre el cuerpo como mediador y como
objeto de las mediaciones sociales. Por un lado, argumenta que toda la ex-
periencia cognitiva y social está mediada por el cuerpo físico y la corporei-
dad simbólica, por oposición a la tradición predominante en el pensamiento
occidental, muy marcado por las premisas platónicas y cartesianas, que ha
otorgado un lugar privilegiado a la mente y ha relegado al cuerpo a una
posición inferior o subsidiaria. Por otra parte, la autora destaca que
el cuerpo está también mediado por las instituciones socializadoras y los
marcos socio-culturales, comunicativos y mediáticos en los que se encuen-
tra inserto, para ajustarlo a los fines del control y la reproducción social.

A los lectores e investigadores interesados en este tema les recomendamos


también la consulta de la tesis de doctorado de Daniel Franco Romo
(2012),La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos individuales. Un
análisis desde la mediación social, que está reseñada en este mismo número.

– En su artículo, la profesora Margarita Calle Guerra (Universidad Tecno-


lógica de Pereira, Colombia) se pregunta por la lógica de la producción que
se impone en el campo de las prácticas artísticas contemporáneas y de qué
manera se patentiza la investigación en este modo de proceder. “Hasta
hace muy poco –sostiene la autora– parecía haber un consenso sobre lo que
hacían los artistas: creaban obras de arte y punto. La preocupación por el
trasfondo investigativo de la producción artística es reciente –lo que no se
traduce en que antes los artistas no investigaran– y obedece al agotamien-
to de los paradigmas configuradores que validaron la producción artística,
casi hasta finalizar la segunda mitad del siglo XX”.

Su estudio se ocupa de tres grandes paradigmas de producción artística: a)


“el de la obra única, en el que no se diferencia espacio-temporalmente el
momento de la concepción y el de la materialización de la obra. En este
paradigma se ubican gran parte de los ismos de las vanguardias, con su
impulso codificador y normatizador de la experiencia del arte y, especial-
mente, de la vida como forma de arte”; b) “los procesos de multiplicación y
fragmentación del objeto artístico, su desestructuración y dispersión expresi-
va bajo la forma del collage y del collage montaje. Esta perspectiva deses-

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. i-iv. ISSN electrónico: 1989-0494.


Vicente Baca Lagos iii
ÿPresentaciónŸ

tructurante, que nace con el cubismo, constituye una derivación del para-
digma anterior en la medida en que realiza la tendencia que ya se intuía en
la pintura analítica, de detonar las bases de la representación formal”; c)
“El tercer paradigma cobija aquellas experiencias artísticas que toman
como punto de partida la lógica del archivo como sistema de memoria mate-
rial. Los inventarios de imágenes, objetos, registros visuales, fotografías,
documentos históricos, entre otros, constituyen un recurso fundamental en
los procesos de configuración y puesta en obra de artistas y curadores
contemporáneos, y muestran el deslinde de las prácticas artísticas hacia
otras disciplinas como la historia, la etnografía, la sociología, entre otras, a
las cuales tiende a desafiar en sus límites y metodologías, proyectando
derivas poco convencionales para construir, por ejemplo, las relaciones
entre teoría y práctica”.

De las conclusiones de su trabajo se deduce la importante contribución que


podría aportar la perspectiva de la mediación social en este campo: “A pesar
del movimiento que sustentan los tres paradigmas referidos, hasta ahora
nadie se ha atrevido a decir que las producciones artísticas estén impulsa-
das por el ritmo que marca el progreso, o por el vector que impulsa la evo-
lución. Desplazamiento, ruptura, retorno, mutación, deconstrucción, resis-
tencia, simulacro, apropiación o reapropiación, son algunas de las estrate-
gias de las que se ha valido la creación artística para dar cuenta de su rela-
ción paradojal entre permanencia y cambio, en cuya apuesta se afianza el
lugar que el arte ocupa en la cultura”.

– Este número de nuestra revista contiene también dos investigaciones de


los procedimientos de mediación que utilizan las instituciones para controlar
la comunicación pública. La profesora Beatriz Elena Fonseca Muñoz (Uni-
versidad de La Habana) se ocupa del análisis de la producción de programas
dramatizados radiales en Cuba; por su parte, los profesores Gabriel Pérez
Salazar y Julieta Carabaza González, auxiliados por el alumno Daniel Ro-
mo Gutiérrez (Universidad Autónoma de Coahuila), han explorado los
actuales criterios de uso de Twitter en las salas de redacción en los periódicos de
la región sureste de Coahuila, México.

La investigación de la crisis europea –en su versión ibérica– y de sus dolo-


rosas consecuencias sociales (desempleo, pobreza, desahucios, exclusión,
violencia), así como de las representaciones sociales que ofrecen los medios
de comunicación hegemónicos y alternativos sobre los movimientos ciuda-
danos de protesta, tiene su lugar aquí a través de los trabajos de:

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. i-iv. ISSN electrónico: 1989-0494.


Vicente Baca Lagos iv
ÿPresentaciónŸ

– Helena Neves Almeida, Cristina Pinto Albuquerque y Clara Cruz Santos


(profesoras-investigadoras de la Universidad de Coimbra, Portu-
gal), Cultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos para a construção de uma
sociedades mais justa e participativa;
– Miguel Ángel Moreno Ramos (Universidad Carlos III de Madrid, Espa-
ña):Tratamiento periodístico del Movimiento 15-M en medios de comunicación
alternativos y convencionales;
– Francisco Javier Malagón Terrón (Universidad Complutense de Ma-
drid): Derechos fundamentales y Mediación en la Unión Europea: Hacia un enfo-
que de derechos.

En este misma perspectiva, el ensayo del profesor Paris Alejandro Cabello


Tijerina (Universidad Autónoma de Nuevo León, México) estudia, por una
parte, las funciones mediadoras que han tenido las Políticas sociales para
controlar las protestas del movimiento obrero europeo, desde finales del
siglo XIX, y la amenaza del socialismo soviético al sistema capitalista de
Europa Occidental, durante siete décadas del siglo XX; por otro lado, pro-
pone que las prácticas profesionales e institucionales de Mediación se in-
corporen al corpusde las Políticas sociales establecidas por el Estado en
todos sus niveles, para promover una mejor convivencia civil.

Finalmente, les invito a consultar las reseñas de las tres obras que hemos
incorporado a nuestra Biblioteca. Las dos tesis de doctorado referidas es-
tán disponibles en los fondos documentales de la Universidad Compluten-
se de Madrid.

Ya estamos trabajando en el nº 13 de Mediaciones Sociales; en las próximas


semanas estaremos poniendo en línea los primeros artículos, cuya edición
cerraremos en diciembre de 2014.

Un cordial saludo.

Dr. Vicente Baca Lagos


Director de Mediaciones Sociales

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. i-iv. ISSN electrónico: 1989-0494.


!
I. Estudios teóricos y
metodológicos
Manuel Martín Serrano 3
ÿCómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación, para incorporar los⁄Ÿ

Cómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de


la comunicación para incorporar los avances teó-
ricos y científicos1

How to upgrade the teaching and learning of


communication to incorporate theoretical and
scientific advances

Manuel Martín Serrano(*)


Universidad Complutense de Madrid - España
manuelma@ucm.es

Resumen Abstract
Miembros del Claustro de la Faculty members and students of
UNAM, alumnas y alumnos que the UNAM who do me the honor
me hacéis el honor de otorgarme of granting me this academic
este reconocimiento académico y de recognition and of attending the
asistir al seminario dedicado a mi seminar dedicated to my theoretical
obra teórica: Puesto que concurren work: Since so many university

1
Este texto es parte de la Introducción al seminario Refundación teórica de los estudios de
comunicación desarrollado por Manuel Martín Serrano en el marco de las jornadas dedicadas a
su obra. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Facultad de Estudios Superio-
res Acatlán. Segunda semana septiembre de 2012. Se han incorporado enlaces y notas que
permiten ampliar o documentar la exposición oral de la que procede el texto.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45260
Manuel Martín Serrano 4
ÿCómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación, para incorporar los⁄Ÿ

tantas personas universitarias, people have come together, let me


permítanme que en esta introduc- in this introduction to the seminar
ción a las sesiones del seminario, sessions, deal with the teaching
trate de la docencia y el estudio de and the study of communication
la teoría de la comunicación. Con- theory. Specifically, I will refer to
cretamente, me voy a referir a las the changes that are occurring in
transformaciones que se están pro- their teaching and learning in or-
duciendo en su enseñanza y el der to incorporate new findings
aprendizaje para incorporar los and theoretical advances that are
nuevos hallazgos y los avances teó- underway. I will show you that
ricos que están en curso. Les mos- this renewal allows to place com-
traré que esta renovación permite munication studies in the space of
situar los estudios de la comunica- scientific knowledge. And that the
ción en el espacio de los conoci- new scientific status provides
mientos científicos. Y que el nuevo teachers and students a better de-
estatuto científico otorga a los do- fined and more valued academic
centes y alumnos, un status acadé- status.
mico mejor definido y más valora-
do.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45260
Manuel Martín Serrano 5
ÿCómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación, para incorporar los⁄Ÿ

1. LOS SABERES COMUNICATIVOS SE ESTÁN AMPLIANDO CON NUE-


VOS CONOCIMIENTOS SOBRE EL ORIGEN Y LA NATURALEZA DE LA
COMUNICACIÓN

Como ustedes saben, desde hace más de dos milenios la comunicación ha


sido tema de reflexiones filosóficas, antropológicas, psicosociológicas.

Las interpretaciones sobre el origen y la naturaleza de la comunica-


ción humana se han basado en estas aportaciones, que fueron, primero,
especulativas; y luego teóricas, a partir del Renacimiento, cuando hizo su
aparición la “Ciencia nueva”.

Por eso las teorías de la comunicación están asentadas desde su ori-


gen, en el ámbito de los saberes humanísticos y sociales.

Pero desde hace no más de veinte años, ese capital de conocimientos


comunicativos se está incrementando con otro torrente de datos. Proceden
de investigaciones que se están realizando en varios ámbitos científicos, en
los que se toman en cuenta los cambios genéticos y comportamentales de
las especies animales y humanas. Estas investigaciones se ven en la necesi-
dad de dar seguimiento a las transformaciones comunicativas. Porque la
comunicación participa en la evolución de los organismos y de la mente; y
en las reconstrucciones sociohistóricas de las sociedades humanas.

Los resultados obtenidos sobre las modalidades de comunicación animal


y humana, son un anticipo de los hallazgos que cabe esperar en el futuro, de
las investigaciones evolutivas y sociohistóricas. En todo caso ya hay datos
suficientes para llevar a cabo la revisión de los planteamientos y de los con-
tenidos de los estudios comunicativos. Es una tarea que requiere la Refunda-
ción teórica de los estudios de comunicación. Que es el tema de nuestro seminario.

Queda dicho que la docencia y el estudio de la comunicación disponen


de conocimientos nuevos e innovadores. Tanta información y tan diferente
produce algunos desconciertos, incluso en ámbitos universitarios. Así viene
sucediendo desde que existen las universidades, cada vez que las ciencias
humanas y sociales, se han abierto a perspectivas que anteriormente se con-
sideraban no humanas. En tales casos suele suceder que se retrase la actuali-
zación de los contenidos de los programas y de los diseños curriculares.

Recordemos algunos ejemplos de ese retardo:

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45260
Manuel Martín Serrano 6
ÿCómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación, para incorporar los⁄Ÿ

- Ha requerido medio siglo la incorporación generalizada de la Teoría


de la evolución a la enseñanza de los orígenes de nuestra especie;
- y un cuarto de siglo ha llevado, la incorporación de los comportamientos
no conscientes en la explicación del funcionamiento de las conductas racionales.

También se producen retardos en el campo de la comunicación. Algu-


nos en la actualidad:

- Por ejemplo, es poco frecuente que se tomen en cuenta los rituales


etológicos cuando se analizan los rituales sociales (tales son, entre otras,
las reglas de cortejo, de cortesía, de aceptación y rechazo, de contacto físi-
co y alejamiento).
- Y en el estudio del uso y la expresión de los gestos simbólicos, aún
hay que incorporar las relaciones evolutivas que se están encontrando, con
los lenguajes de gestos de otros primates.

Dichas resistencias también están llamadas a desaparecer de la ciencia


y la docencia de la comunicación. Y así quedará libre el camino para poner
al día la transmisión de los conocimientos comunicativos.

La actualización de los estudios comunicativos es un cambio bastante


radical, porque implica reorientar la trayectoria que han seguido las teo-
rías de la comunicación. Dedicaré unos minutos a aclarar los fundamentos
epistemológicos de dicha orientación teórica. Así, se tendrá la explicación
de por qué y cómo, las ciencias de la comunicación están siendo refundadas
sobre nuevos cimientos.

2. VIGENCIAY OCASO DEL ANTROPOCENTRISMO EN LAS TEORÍAS


DE LA COMUNICACIÓN

Las primeras interpretaciones teóricas referidas a la naturaleza de la


comunicación humana son antropocéntricas. El antropocentrismo ha
acompañado a la construcción de las ciencias humanas y sociales desde el
Renacimiento hasta mediados del siglo pasado. Es un paradigma que esta-
blece un corte cualitativo entre el conocimiento referido a la especie hu-
mana y a las especies animales. El Racionalismo aplicó el paradigma an-
tropocéntrico en la comunicación, precisamente para separar el estudio de
la “naturaleza humana” y de la “naturaleza animal”.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45260
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ÿCómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación, para incorporar los⁄Ÿ

Pero el papel paradigmático que el antropocentrismo ha desempeñado


en las humanidades y las ciencias sociales desde la Modernidad, comenzó a
desmoronarse cuando aparece la Teoría de la evolución.

A partir de entonces los humanos -que se conciben a sí mismos como


los seres para quienes se hizo el mundo, por ser los únicos seres racionales-
salen del centro del mundo… O al menos tienen que compartir ese centro
con los seres irracionales. Dicha desposesión se consuma en muy poco tiem-
po y de manera generalizada:

- La obra de Darwin saca a nuestra especie del centro de la Naturaleza;


- Se nos saca del centro de la sociedad por obra de Durkheim;
- Y finalmente, también del centro de la racionalidad, por obra de Freud.

El último espacio en el que ha sobrevivido el antropocentrismo racionalis-


ta, está precisamente, en el campo de la comunicación. Lo explico en la intro-
ducción del libro Teoría de la comunicación. La comunicación, la vida y la sociedad
(Martín Serrano, 2007)2.

Escuelas teológicas, filosóficas, sociológicas y humanísticas, de diver-


so origen -pero todas ellas antropocéntricas- han coincidido en la interpre-
tación, de que la comunicación humana es lo único que le queda a la huma-
nidad de especie incomparable.

Ese valor que se le atribuye a la comunicación, se ha tratado de fun-


damentar en el carácter (supuestamente) originario que la comunicación
humana tiene.

Un presupuesto que ha quedado refutado de forma irrebatible, por el


estudio de los orígenes de la comunicación humana.

He mostrado que las transformaciones evolutivas de la comunicación


participan, de un modo necesario y esencial, en lo que tiene de específico la
condición humana3.

2
Edición digital http://ebooks.mcgraw-hill.es/TEORIA-DE-LA-COMUNICACION-MANUEL-
MARTIN-SERRANO-MCGRAW-HILL-ESPANA--LibroEbook-es-9788448174040.htmlCf.,
página del libro en la Editorial:
http://novella.mhhe.com/sites/8448156099/information_center_view0/
3
Lo específicamente humano de la comunicación humana (Martín Serrano, 2007).

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45260
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ÿCómo actualizar la enseñanza y el aprendizaje de la comunicación, para incorporar los⁄Ÿ

En realidad, la evolución se tomó cinco millones de siglos para probar


las opciones comunicativas que finalmente han configurado las capacidades
comunicativas de nuestra especie. Son las transformaciones que han hecho
nuestro cuerpo expresivo y receptivo; nuestro comportamiento simbólico;
nuestra mente lógica; nuestro mundo lleno y significativo…

El antropocentrismo comunicativo no ha impedido el desarrollo de


los estudios evolutivos referidos a la comunicación; solamente los ha des-
aprovechado para la creación teórica.

Se dispone de materiales suficientes para pensar sobre los orígenes y


las funciones de la comunicación humana y de la comunicación animal; y
sobre las relaciones y diferencias que entre ambas existen. No tiene sentido
que las teorías de la comunicación sigan reproduciendo cortes artificiosos.

La comunicación ha participado y lo sigue haciendo, tanto en la evo-


lución natural como en los cambios históricos4.

Por lo tanto el objeto de estudio de las ciencias de la comunicación es


de la Naturaleza y es de la Cultura.

En la especie humana es ambas cosas al mismo tiempo.

La comunicación llega a ser soporte de la cultura, pero no arranca de


ella. Y con la evolución humana, sirve de manifestación de los valores,
pero no se hizo para ellos.

En consecuencia el estudio teórico de la comunicación tiene que partir de


cuando no había ni cultura ni sociedad, ni valores. Y solo concluye cuando se
aclara cómo ha participado la comunicación en las características de los huma-
nos, de sus sociedades: en la existencia de un universo abstracto y axiológico.

En la presentación del libro Teoría de la comunicación. La comunicación,


la vida y la sociedad, Manuel Martín Serrano escribe:

“Hace falta que la Teoría sirva para investigar sobre hominización y comuni-
cación, humanización y comunicación; Comunicación y conformación del or-

4
Evolución e historia en el desarrollo de la comunicación humana (Martín Serrano, 2007).

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ganismo humano, Comunicación y organización de humanidad en socieda-


des; comunicación y formación del conocimiento, de los valores y de la cultu-
ra. Esta enumeración es incompleta. Pero sirve para mostrar los principales
temas que tienen que abarcar, y explicar, los estudios teóricos de la comuni-
cación”. (Martín Serrano, 2007).

3. REFUNDACIÓN DE LOS ESTUDIOS DE LA COMUNICACIÓN, EN BASE


A LA ANTROPOGÉNESIS

Agotado el antropocentrismo como criterio para entender los oríge-


nes y la naturaleza de la comunicación humana, habrá que comprobar si
existe otro planteamiento que ocupe su lugar.

Ese criterio existe y por eso la teoría de la comunicación ya puede ser


refundada.

Mi propuesta ha sido: que donde estaba el antropocentrismo se colo-


que la antropogénesis.

La antropogénesis es el proceso -primeramente evolutivo y en su


momento evolutivo y al tiempo histórico- que lleva a la aparición de las
especies humanas, a la conformación de sus características distintivas y a
sus transformaciones.

La antropogénesis tiene dos dimensiones: la hominización y la huma-


nización.

* “Hominización” es la parte del devenir evolutivo durante la cual


se transforman los organismos y las pautas sociales de los ancestros
primates, en organismos y pautas sociales humanos.

*“Humanización” es la producción de herramientas, de cultura y de


organizaciones sociales diversas y complejas. Organizaciones regu-
ladas por normas, creencias y valores.

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La antropogénesis es un proceso abierto, que seguirá su curso en tan-


to que la especie humana no desaparezca5.

La perspectiva antropogenética resuelve importantes aporías episte-


mológicas:

- Acaba con el desgarro entre el bloque ciencias de la Naturaleza y de la


Vida y el bloque ciencias Sociales y Humanas;
- Evita que las correspondientes disciplinas tengan que subsumirse en
otras, o mimetizarlas;
- Re-anuda (enlaza) las investigaciones paleontológicas, históricas y
prospectivas.

La antropogénesis es referencia pertinente para todas las teorías que


trabajen con sistemas intervenidos por la acción humana6. Y en la teoría de
la comunicación se aplica con la mayor pertinencia: porque la comunica-
ción está directamente implicada en la aparición de los seres humanos y en
sus transformaciones.

Por lo tanto la comunicación es un componente de la antropogenesis (Martín


Serrano, 2009a).

Los estudios de la comunicación ya forman parte de los conocimientos


que hay que tomar en cuenta para entender el origen evolutivo de la huma-
nidad y sus transformaciones sociohistóricas. Como ya están incorporados a
la investigación de la antropogénesis, pueden encuadrarse, a partir de ahora,
en un marco científico más amplio. Y adquieren un horizonte epistemológico
que los coloca entre los saberes que van a innovar el conocimiento científico.

Al tiempo, se descubre el papel humanizador que la comunicación tie-


ne. Se hace patente la transcendencia de los estudios sociohistóricos de la
comunicación, para pensar cómo será el futuro, según las aplicaciones so-

5
Los caminos hacia la inacabada, inacabable, humanización de la sociedad (Martín Serrano,
2008).
6
Las personas interesadas en el paradigma que incorpora la intervención humana en el análisis
de los sistemas naturales y sociales puede consultar: Una epistemología de los sistemas finali-
zados por la intervención humana. El análisis praxeológico de la reproducción y el cambio de
los sistemas sociales (Martín Serrano, 1978).

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ciales que se hagan de las innovaciones comunicativas (de “las Tics”): ya


sean usos que humanizan o que deshumanizan7.

Se comprende que la antropogénesis es la referencia que permite pro-


ducir Teoría de la comunicación. (Subrayo: “de” la comunicación; que, co-
mo hemos de ver, no es lo mismo que teorías que toman en cuenta fenóme-
nos en los que participa la comunicación).

La Teoría de la comunicación proporciona el fundamento específica-


mente comunicativo, que necesitan los estudios de la comunicación, para
ocupar el lugar que tienen destinado entre las ciencias.

La elaboración de esa teoría es un trabajo fascinante, en el que parti-


cipo desde que se ha iniciado. Trabajo que sin duda será continuado por las
generaciones de estudiosos a las que pertenecen la mayoría de ustedes8.

4. REFUNDACIÓN DE LOS ESTUDIOS DE LA COMUNICACIÓN, EN BASE


A LA ANTROPOGÉNESIS

A tenor de lo ya dicho, ha llegado el momento en el que se puede y se


tiene que rehacer la teoría que sirve de fundamento a las ciencias comunica-
tivas. Los nuevos saberes unidos a cuanto ya sabíamos, hacen posible re-
plantear los contenidos, la ciencia y la docencia de los estudios referidos a
la comunicación humana. Las personas presentes que utilizan el libro de
Teoría de la Comunicación. La comunicación la vida y la sociedad saben que es

7
El Autor ha relacionado las transformaciones de la comunicación y sus aplicaciones sociales,
con la antropogenesis, en la perspectiva de los cambios sociohistoricos que avanzan o retroce-
den la humanización (Martín Serrano, 2011c).
8
Están disponibles en internet varias publicaciones monográficas en las que se estudia la obra
teórica de Manuel Martin Serrano. Pueden consultarse: Monográfico dedicado a Manuel Mar-
tín Serrano (Chasqui, 2011), monográficos dedicados al 30 Aniversario de la publicación de La
mediación social de Manuel Martín Serrano (Mediaciones Sociales, 2007) o reading en los
que se analizan y editan textos de Manuel Martín Serrano en acceso abierto (e-prints). Se co-
rresponden con las principales líneas de trabajo del Autor. Son los siguientes: sobre mediacio-
nes (Martín Serrano, 2011a), sobre la comunicación (Martín Serrano, 2011b) - sobre cambios
sociohistoricos, utopías y contrautopías (Martín Serrano, 2011d), sobre los comportamientos.
modalidades y desempeños (Martín Serrano, 2011c), sobre las metodologías de las CC.SS, sus
técnicas y aplicaciones (Martín Serrano, 2011e).

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un texto en el que me he ocupado de llevar a cabo esa refundación teórica


(Martín Serrano, 2007).

La mayoría del profesorado y de los alumnos de las titulaciones en las


que se imparten estudios de la comunicación, proceden de las ciencias hu-
manas y sociales. Un origen que ha sido y sigue siendo adecuado y suficiente
para la enseñanza y el aprendizaje de las disciplinas comunicativas. Porque
la actualización de los planteamientos y contenidos de los programas no
requiere ni de los docentes ni de los estudiantes, que tengan que ser, ade-
más, neurólogos, o naturalistas, o paleontólogos. Y tampoco significa que
los especialistas en un campo sean sustituibles por los especialistas en otros.

La enseñanza en disciplinas comunicativas de cualesquiera contenidos


-incluidos los contenidos que tienen que ver con la Naturaleza y con la
Vida- tiene que fundarse en la Teoría que les corresponde a dichas disci-
plinas, que en este caso es Teoría de la comunicación.

La Teoría de la comunicación cumple con su cometido epistemológi-


co, cuando clarifica como están articulados en la comunicación, el mundo natural
con el social y ambos con el de los símbolos.

Por lo tanto felicitémonos de que en otros dominios científicos se es-


tén obteniendo datos sobre el funcionamiento de la comunicación y sus
transformaciones evolutivas, que están basados en observaciones y expe-
rimentos científicos. Sean bienvenidos los nuevos objetos de estudio, que
enriquecen los conocimientos de los que disponemos sobre las característi-
cas y aplicaciones de la comunicación, entre los seres humanos y también
entre los restantes seres vivos que comunican.

Observaciones y experimentos neurológicos, etológicos, paleontológicos,


entre otros, que les corresponde realizar a los especialistas de esas ciencias.

En correspondencia, quienes están proporcionando tales conocimien-


tos también recurren a nosotros. Leen y utilizan lo que escribimos los
teóricos de la comunicación, para entender por qué la comunicación ha
surgido de la no comunicación; y para comprender por qué la comunica-
ción -que en la naturaleza cumple funciones relacionadas con la reproduc-
ción de los individuos y de las especies- cuando se convierte en comunica-
ción humana, llega a ser el soporte de la cultura.

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Lo nuestro es producir esa teoría que ahora se demanda desde el conjunto


de las ciencias: de las ciencias de la Naturaleza, de la Vida y de la Sociedad
(Martín Serrano, 2009b).

5. APORTACIONES DERIVADAS DE LA REFUNDACIÓN TEÓRICA DE


LOS ESTUDIOS DE LA COMUNICACIÓN

Cuando una teoría específica de la comunicación proporciona el fun-


damento epistemológico para las disciplinas comunicativas, se logran
avances científicos muy notables. Concluyo esta intervención refiriéndome
a dos de esos logros:

1º. La teoría de la comunicación aporta el criterio que integra el análi-


sis de los múltiples y diversos objetos de estudio en los que se manifiestan
los fenómenos comunicativos.

2º. La teoría de la comunicación resuelve la fragmentación que existe


en el espacio de los estudios comunicativos.

Describo estas aportaciones en dicho orden:

1º. Cómo la Teoría de la comunicación proporciona el criterio específico que


da entidad a los estudios comunicativos.

Las ciencias de la comunicación comparten sus objetos de estudio con


todas y cada una de las ciencias filosóficas, del conocimiento, humanísticas,
de la vida, de la sociedad. Ni el campo de la comunicación, ni ningún otro
campo, se puede diferenciar por los objetos que estudian.

Por ejemplo; en comunicación estudiamos los lenguajes orales. Pero


también se estudian en lingüística… y en fonología y foniatría… y en
anatomía humana y comparada… y en paleontología…

Lo que no comparten las ciencias de la comunicación con ninguna otra


ciencia es el criterio que aplican, cuando se ocupan de esos objetos. El crite-
rio aclara el punto de vista, el planteamiento, la perspectiva propiamente
comunicativa.

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Quedó dicho: ese criterio existe; y además, también existe la Teoría de


la comunicación que lo explica y que lo aplica.

La existencia de un criterio de análisis específico de los comportamientos co-


municativos es la única razón que da derecho a afirmar, que existe un ámbito de
estudios reservado para las ciencias de la comunicación.

Corresponde al seminario que se va a celebrar a partir de mañana la


descripción de ese criterio, de la forma en la que se le ha identificado y la
exposición de sus desarrollos y aplicaciones. Para esta introducción será
suficiente mencionar esta definición:

Las ciencias de la comunicación se ocupan de estudiar las interac-


ciones en las que se recurre a la información, para hacer indicacio-
nes referidas a cualquier cosa. 9

2º. De qué manera la teoría de la comunicación proporciona la identi-


dad que pone término a la fragmentación paradigmática que existe, en el
espacio de los estudios comunicativos.

Es una característica de los estudios de la comunicación, que han estado


troceados entre planteamientos epistemológicos múltiples y muy diversos.

Recuérdese:

- Enfoques lingüísticos, sociolingüísticos y semióticos;


- mas los que proceden de la teoría de la información y del análisis de
sistemas;
- y de la teoría del conocimiento;
- y de las psicologías y la sociología social;
- además de los planteamientos derivados de la economía política, y de
las sociologías; y de los estudios socioculturales…

9
El origen evolutivo de la comunicación: transformación de los usos significativos de la infor-
mación (precomunicativos) en usos indicativos (comunicativos), (Martín Serrano, 2007). Dis-
ponible en http://eprints.ucm.es/13108/, este depósito incluye el estudio del texto por del pro-
fesor Dr. Javier Montero.

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Y aquí paro, aunque los presentes podrían ampliar el catalogo de los


entronques epistemológicos entre los que se distribuyen los estudios co-
municativos.

Estos y otros paradigmas son todos ellos útiles, pertinentes…

…y ninguno de ellos especifico de las ciencias de la comunicación.

Permítanme que lo reitere:

La aplicación de teoría de la comunicación, fundamenta las


ciencias de la comunicación.

Y en cambio, no las fundamenta la utilización de criterios pro-


pios de otras teorías:

Ni de la teoría social,

ni sociocultural,

ni informática,

ni biológica,

ni de cualquier otra.

Ciertamente es un valor añadido poseer esas competencias. Pero -


también conviene reiterarlo- quien no las tenga, no queda por ello incapa-
citado para estudiar o enseñar disciplinas comunicativas, si sus conoci-
mientos están fundamentados en la teoría de la comunicación.

6. RESUMEN DE ESTA INTRODUCCIÓN AL SEMINARIO R EFUNDA-


CIÓN TEÓRICA DE LOS ESTUDIOS DE LA COMUNICACIÓN

• La teoría de la comunicación resuelve la fragmentación por la que


han pasado los saberes comunicativos. Dispersión que desaparece a partir
del momento en el que existe un criterio epistemológico propio de las
ciencias de la comunicación, que no comparten con ninguna otra ciencia.

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• Los estudios de comunicación en general y de la comunicación hu-


mana en particular, ya disponen de un espacio específico entre los saberes
científicos. Ese reacomodo tiene el alcance de una refundación teórica.

• La refundación teórica de los estudios de la comunicación ha sido nece-


saria y posible. Se ha llevado a cabo cuando los conocimientos sobre la natura-
leza de la comunicación, se han ampliado y en su caso corregido, por investi-
gaciones evolutivas y sociohistóricas de las interacciones comunicativas.

Son investigaciones que se centran en los orígenes y las transforma-


ciones de las capacidades comunicativas; y en el estudio de las funciones
que la comunicación cumple en la antropogénesis10.

• La refundación teórica era necesaria, porque los resultados de esas


investigaciones resultan incompatibles con el paradigma antropocéntrico
que ha perdurado en el campo de la comunicación.

• Liberado el estudio de la comunicación de esa visión antropocéntri-


ca, ha quedado el espacio teórico disponible, para que sea posible la pro-
ducción de Teoría de la comunicación.

• La Teoría de la comunicación cumple con los siguientes requerimientos:

a) Se fundamenta en un paradigma que le proporciona soporte episte-


mológico, para abarcar todas las modalidades y aplicaciones que la comu-
nicación tiene: que como he dicho, son evolutivas y sociohistóricas.

b) La teoría fundamenta a las ciencias de la comunicación, porque les


aporta el criterio específicamente comunicativo que les distingue y les
independiza de cualesquiera otras ciencias.

La Teoría de la comunicación que he ofrecido para esa refundación teóri-


ca se fundamenta en la antropogénesis; y fundamenta las ciencias de la comuni-

10
El lugar de la teoría de la comunicación entre los saberes (Martín Serrano, 2007). Disponible
en http://eprints.ucm.es/12980/. Este depósito incluye el estudio sobre este texto del profesor
Dr. Luis Alfonso Castro Nogueira.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


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cación en el estudio de las interacciones indicativas. Va a ser objeto de análisis


en este seminario y está elaborada en los libros que ustedes estudian11.

Esta introducción habrá cumplido su propósito, en la medida que haya


aclarado las siguientes cuestiones:

• Los estudios comunicativos han alcanzado una entidad que les per-
mite entrar desde perspectivas específicamente comunicativas, en los
grandes temas que debaten las ciencias de la Vida, de los Comportamien-
tos y de la Sociedad.

• Y ya tienen estos estudios una identidad propia, que les diferencia e


independiza de las otras ciencias en las que también se tomen en cuenta
objetos comunicativos.

• La enseñanza de la comunicación adquiere esa entidad y esa identi-


dad y se beneficia de ellas.

La entidad que adquiere el campo de la comunicación proporciona a


docentes y alumnos su estatuto científico.

Y la identidad que confiere un criterio epistemológico propio, les re-


serva una posición en los programas de todas las carreras que incluyan
objetos de estudio comunicativos12.

• Las generaciones aquí representadas, tienen la oportunidad histórica


de ser quienes desarrollen los estudios científicos de la comunicación, una

11
Martín Serrano, 2007, 1986, 1981, 1977 Los libros a los que se refiere el autor son los siguien-
tes: Teoría de la Comunicación. La comunicación la vida y la sociedad (Martín Serrano,
2007); La producción social de comunicación en sus sucesivas redacciones de 1986, 1993,
2004; Teoría de la Comunicación. Epistemología de la comunicación y análisis de la referen-
cia (Martín Serrano, 1981). Reimpresiones hasta 2002 en España, México, Perú, Cuba y La
Mediación Social, primera edición 1977 y reediciones. La reimpresión del año 2008 incorpora
un prólogo del Autor, disponible en
http://www.ucm.es/info/mediars/MediacioneS1/Indice/indice.html.
12
Manuel Martín Serrano explica en el seminario Refundación teórica de los estudios de comuni-
cación que la Teoría de la comunicación es la aportación al conocimiento comunicativo más
práctica que existe: La necesitan quienes estudian, para entender lo que estudian y porqué lo
estudian; Sus maestros y maestras para organizar los conocimientos que poseen y transmiten;
Las investigadoras e investigadores para orientar sus propias aportaciones y trabajar con colega
de otros campos.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


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vez que los conocimientos comunicativos han encontrado su lugar en el


espacio de las ciencias.

REFERENCIAS DE LA OBRA DE MANUEL MARTÍN SERRANO MEN-


CIONADAS EN EL TEXTO:

Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación (2011): “Monográfico dedica-


do a Manuel Martín Serrano”, Chasqui, 114 y 115, jun./sept. de 2011. Disponible
en http://doctoradocs.files.wordpress.com/2012/05/114-115.pdf
Consultado el 10 de diciembre de 2013.

MARTÍN SERRANO, M. (1977): La Mediación Social. Madrid: Akal.

MARTÍN SERRANO, M. (1978): “Bases para una epistemología general de las cien-
cias sociales”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Reis, nº 3, pp. 17-55.
Disponible en http://eprints.ucm.es/13125/ Consultado el 10 de diciembre de
2013.

MARTÍN SERRANO, M. (1981): Teoría de la Comunicación. Epistemología de la comu-


nicación y análisis de la referencia. Madrid: Alberto Corazón.

MARTÍN SERRANO, M. (1986): La producción social de comunicación. Madrid: Akal.


(Segunda y tercera ediciones:1993, 2004. Madrid, México D.F: Alianza Editorial).

MARTÍN SERRANO, M. (2007): Teoría de la Comunicación. La comunicación la vida y


la sociedad. Madrid: McGraw-Hill.

MARTÍN SERRANO, M. (2008): “Transformación y aplicaciones actuales de las


investigaciones de la comunicación”, IX Congreso de ALAIC. México, octubre de
2008. Disponible en http://eprints.ucm.es/13228/ Consultado el 10 de diciembre
de 2013.

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http://www.ucm.es/info/mediars/MediacioneS1/Indice/Presentacion/presentac
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Manuel Martín Serrano 20
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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

MANUEL MARTÍN SERRANO (2013): “Cómo actualizar la enseñanza y el apren-


dizaje para incorporar los avances teóricos y científicos”, Mediaciones Sociales.
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 12, pp. 3-20. DOI:
http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45260

RECIBIDO: 21 de octubre de 2013.


ACEPTADO: 10 de noviembre de 2013.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 3-20. ISSN electrónico: 1989-0494.


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Alejandro Serrano Caldera 23
ÿLa filosofía ante los desafíos actualesŸ

La filosofía ante los desafíos actuales

Current challenges in philosophy

Alejandro Serrano Caldera(*)


Instituto de Ética, Valores y Desarrollo de la UAM - Nicaragua
alejandro.serrano@turbonet.com.ni

Resumen Abstract
La filosofía ha sido una forma de Philosophy has aimed to understand and,
entender, y en algunos casos de tra- in some cases, to transform reality based
tar de transformar la realidad a on vital experience, of the world and an
partir de la propia experiencia vi- epoch. This pressing requirement is even
tal, del propio mundo y del propio more significant when current issues
tiempo. Esta exigencia es particu- demand us to take a leading role in new
larmente apremiante ante los pro- theorization, rather than simply com-
blemas que nos exigen no sólo filo- menting or engaging in the exegesis of
sofar sobre filosofías hechas, sino existent philosophies. One of the main
ser, más que exegetas y glosadores, debates in contemporary philosophy
protagonistas de la aventura teóri- involves the discussion of Modernity and
ca de nuestro tiempo. Uno de los Postmodernity. Taking this as a starting
grandes temas de la filosofía con- point, this article will briefly present
temporánea es el debate entre Mo- some preliminary reflections allowing us
dernidad y Postmodernidad. A to identify, even if approximately, the
partir de él trataremos de presen- greatest challenges contemporary philo-
tar algunas breves reflexiones pre- sophy faces.
liminares que nos permitan identi-
ficar, aunque sea en forma apro-

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ximada, los grandes retos que, a


nuestro juicio, enfrenta la filosofía.

Palabras clave: modernidad, Keywords: modernity, postmodernity,


postmodernidad, globalización, fi- globalization, Latin American Philoso-
losofía latinoamericana, humanis- phy, humanism, unity in diversity.
mo, unidad en la diversidad.

1. REFLEXIÓN PRELIMINAR

Uno de los problemas de la filosofía atañe a la multiplicidad de escue-


las diferentes, contradictorias y hasta excluyentes, lo que induce a pregun-
tarse sobre la consistencia de las bases y estructura del imponente edificio
filosófico, construido por el genio e ingenio humanos a través de los siglos.

Esto, de igual manera, conduce a la necesidad de establecer, o al me-


nos, a la posibilidad de buscar, como ha pretendido la fenomenología de
Husserl y la filosofía de Zubiri, un principio único, universal y permanente
del cual arranque la reflexión filosófica y la construcción de las sucesivas
categorías y conceptos.

La búsqueda de esta verdad apodíctica, de ese principio irrebatible del


cual deriven todos los demás, de esa causa originaria que sirva de base
exclusiva al majestuoso edificio de la filosofía, es quizás una muestra de lo
contrario de lo que se quiere demostrar. ¿No es esto acaso un afán cons-
ciente o inconsciente de transposición del principio único de Dios, al prin-
cipio único de la filosofía? ¿No conduce esto a la transformación de la filo-
sofía en una especie de teología laica?

La filosofía debe buscar la parte de la verdad que se manifiesta en cada


tiempo histórico, más que pretender adquirir de una vez por todas, la ver-
dad absoluta que se expresa en su totalidad y de una vez para siempre, a
través de un filósofo y una filosofía en un momento determinado de la his-
toria; para ello, para lograr ese progresivo proceso de adquisición de la
verdad filosófica, que en realidad es el proceso de su propia construcción,
el filósofo, además de construir, debe develar, desocultar. Aletheia decían
los griegos a ese gesto de la conciencia, de la intuición y la razón que sig-

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nifica quitar el velo que cubre, apartar la densa masa opaca de los dogmas
políticos, de los absolutismos científicos y de las ideologías sacralizadas,
sean éstas de izquierda o de derecha. Desocultar: recuperar la verdad, ha-
cer coincidir la palabra con su sentido y el concepto con su contenido, es
misión esencial de esa ética de los valores que debe fundamentar la posibi-
lidad de un mundo más libre, tolerante y humano. En la búsqueda de la
parte de la verdad que se manifiesta, y sobre todo, se construye sucesiva-
mente a través del tiempo, la integración y síntesis de las versiones frag-
mentarias y a veces hasta contradictorias, se vuelve un imperativo para
poder conformar la unidad de diversidades de una época, que constituye un
tramo y un peldaño en el recorrido que exige la filosofía de la historia, para
integrar en forma sucesiva y permanente las diferentes visiones, valores y
principios que forman el ethos de un tiempo y un espacio determinados.

El ethos o conjunto de valores y principios que dan identidad a una so-


ciedad determinada o al género humano como tal, se compone de una serie
de coincidencias y diferencias, de acciones y reacciones, de afirmaciones y
negaciones que exigen integrar las contradicciones y construir la síntesis
de las diferencias.

Ante el drama contemporáneo de la fragmentación, de la ruptura entre


el hombre y el mundo, en este momento de la “conciencia desgarrada”, para
usar la palabra de Hegel, la filosofía debe ser el esfuerzo teórico y práctico
de Unidad en la Diversidad. Por eso, la filosofía no debe ser el estudio de un
itinerario de ortodoxias, ni el conocimiento de un hilo que hilvane dogmas,
ni siquiera una fiel reproducción del pensamiento hasta ahora construido.
Debe ser realidad que palpita en el concepto e idea que se encarna y huma-
niza en la historia, propuesta y diálogo que integre la experiencia y la espe-
ranza, la libertad y la igualdad y, además, que contribuya a construir las
intermediaciones que hagan posible el paso de unas a otras.

Solo en ese sendero de infinito horizonte, solo bajo la idea de que su


labor no responde a una verdad filosófica que existe a priori, sino que es
construcción permanente de ella, adquiere sentido la multiplicidad de pun-
tos de vista y, en consecuencia, la pluralidad de visiones. En esta perspecti-
va, la filosofía es diálogo, pues como dice Heidegger en su Estudio sobre la
Poesía de Horderlin, “El ser del hombre se funda en el lenguaje, pero éste
sólo acontece realmente en el diálogo [es decir hablándonos y oyéndonos
unos a otros] (...). Somos un diálogo desde que el tiempo es” (Kearney,

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1998). La filosofía es camino y es camino entre las zarzas de la experiencia,


entre los riscos de la historia.

“Filosofar quiere decir ir de camino y su plenitud no estriba en una certeza


enunciable, no en proposiciones y confesiones, sino en una realización histó-
rica del ser del hombre al que se le abre el ser mismo. Lograr esta realidad
dentro de la situación en que se halla en cada caso un hombre es el sentido
del filosofar” (Jaspers, 2004).

Tarea de la filosofía ante los retos del Siglo XXI es la de superar la se-
paración entre teoría y práctica, idea y acción, y, en consecuencia, la de re-
cordar, y sobre todo demostrar, que el pensamiento es una forma de la reali-
dad. En este sentido la filosofía es historia, diálogo. “La historia común for-
mación y conservación del significado, es un diálogo, precisamente porque
me es imposible vivir en total aislamiento mi propia subjetividad” (Kearney,
1998). Necesitamos de la filosofía porque no vivimos ni en el Topos Uranus
de Platón, ni en el reino de la naturaleza. Así pues, el concepto que constru-
ye la razón, fundamento del filosofar, no es una categoría abstracta fruto de
la pura y exclusiva racionalidad, sino una categoría compleja que resulta de
la reflexión, la intuición, la observación y la acción, de la esperanza y el
compromiso. “La verdad no es más que el proceso de construcción de la
verdad” (Mires, 1995). “La filosofía es mirada creadora de horizontes; mira-
da en un horizonte” dice María Zambrano (2004).

Deben, por eso, evitarse dos extremos que son dos excesos y a la vez
una doble mutilación: la pretensión de totalidad de la realidad que sin la
razón humana tiene su propia razón, y la pretensión de totalidad de la
razón humana, que también tiene razón sin la realidad. Si logramos acep-
tar esto, aceptaremos también que la realidad es racionalidad y que la ra-
zón es una forma de realidad. Este es el verdadero sentido dialéctico que
debería adquirir aquella afirmación de Hegel: “Todo lo real es racional,
todo lo racional es real”.

Y aquella otra de Marx que nos dice que no solo existen las «cosas de
la lógica», sino también la “lógica de las cosas”, y agregaría, la posibilidad
de que las cosas de la lógica y la lógica de las cosas se fundan en una sola
realidad lógica, en una sola lógica real, en una sola lógica que las com-
prenda a ambas. Esa síntesis, creo, es la filosofía, más que el pensamiento
único y el principio absoluto que desde hace tres mil años, el ser humano

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busca para fundar la verdadera filosofía. Esa síntesis es la posibilidad per-


manentemente abierta de hacer realidad la razón y racional la realidad.

2. LA FILOSOFÍA ANTE LOS RETOS DEL SIGLO XXI

2.1. Consideraciones sobre la Filosofía Postmoderna

La filosofía ha sido una forma de entender, y en algunos casos de tra-


tar de transformar la realidad a partir de la propia experiencia vital, del
propio mundo y del propio tiempo. Esta exigencia es particularmente
apremiante ante los problemas que nos exigen no sólo filosofar sobre filo-
sofías hechas, sino ser, más que exegetas y glosadores, protagonistas de la
aventura teórica de nuestro tiempo.

Uno de los grandes temas de la filosofía contemporánea es el debate


entre Modernidad y Postmodernidad. A partir de él trataremos de presen-
tar algunas breves reflexiones preliminares que nos permitan identificar,
aunque sea en forma aproximada, los grandes retos que, a nuestro juicio,
enfrenta la filosofía.

En lo que concierne a la llamada filosofía postmoderna, y a riesgo de


conceptualizar un modelo de lo que es un antimodelo y de generalizar lo que
es la reafirmación de un mundo fragmentario, nos atreveríamos a decir que
su caracterización parte de la deconstrucción, es decir del desmigajamiento
(para usar el término de Ciorán) de las verdades absolutas en el arte, la his-
toria, la política y la ideología, y, en general, de la cultura y de la vida social.

La Condición Postmoderna de la que nos habla Jean François Lyotard


es la incredulidad respecto a los relatos y metarrelatos; es la deslegitimación
del discurso especulativo y emancipatorio y, como consecuencia, la crisis de
la metafísica. En su obra, La Condición Postmoderna, dice:

“En la sociedad y la cultura contemporánea, sociedad postindustrial, cultura


postmoderna, la cuestión de la legitimación del saber se plantea en otros tér-
minos. El gran relato ha perdido su credibilidad, sea cual sea el modo de unifi-
cación que se le haya asignado: relato especulativo, relato de emancipación”
(Lyotard, 1989).

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En esta visión de las cosas el discurso emancipador queda abolido, la


emancipación también; la filosofía que se forma como conjunción de teoría
y praxis y como pensamiento que proviene de la historia y va hacia ella,
pierde todo sentido porque la historia también lo ha perdido. Desde esa
perspectiva, el pueblo como sujeto no representa ninguna legitimidad por-
que los sujetos como tales están deslegitimados; la idea del futuro pende de
un cielo ahistórico, como pieza de arqueología en los museos de la moder-
nidad. Todo lo moderno es ya arcaico.

El concepto de deconstrucción de Jacques Derrida es clave en la carac-


terización de la Postmodernidad. Deconstrucción de los relatos, los sujetos
y los paradigmas en el arte, la historia, la política, y, subrayaría, que al con-
trario de la anterior referencia, la sociedad postmoderna se manifiesta en la
construcción de una nueva forma de organización de la producción y de la
economía mundial, y, en general, de la cultura y la vida social.

La Postmodernidad no es solamente la deslegitimación y deconstruc-


ción de los modelos, paradigmas y relatos que dejarían a la ideología, entre
otras cosas, archivada en los museos del tiempo irremediablemente pasado,
sino que es la construcción de nuevos modelos a partir de una realidad
globalizante.

Vattimo nos habla de la “ontología del declinar, y nos pregunta si esta


renuncia a la historia no es más que un anclaje en el pasado y un rito incons-
ciente y nostálgico”.

“Aquí [dice] el problema que se abre y que estos trabajos dejan abiertos es:
ontología del declinar, hermenéutica o, como también pienso que se debe
francamente decir, nihilismo, no comportan una renuncia a la proyectualidad
histórica en nombre de un puro y simple culto de la memoria, de la huella de
lo vivido” (Vattimo, 1992).

Más adelante y siguiendo a Heidegger, nos propone repensar integral-


mente la filosofía, renunciando al pensamiento fuerte enraizado en categorías
como autoridad y dominio y asumiendo el pensamiento débil en la línea tra-
zada por Nietzsche y Heidegger.

“(…) Repensar la filosofía [también la del pasado, como nos ha enseñado a


hacer Heidegger] a la luz de una concepción del ser que no se deje ya hipno-
tizar por sus caracteres fuertes (presencia desplegada, eternidad, evidencia,
en una palabra: autoridad y dominio), que han sido siempre preferidos por la

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metafísica. Una concepción diversa, débil del ser, además de más adecuada a
los resultados del pensamiento de Nietzsche y de Heidegger, me parece tam-
bién, y sobre todo, lo que puede ayudarnos a pensar de manera no sólo nega-
tiva, no sólo de devastación de lo humano, de alienación, etc., la experiencia
de la civilización de masas” (Vattimo, 1992).

Jacques Derrida en sus reflexiones sobre Heidegger contenidas en su


obra Del Espíritu: Heidegger y La Pregunta, desmonta desde la visión hei-
deggeriana la arquitectura conceptual y metafísica del espíritu y a partir de
ahí, considero se inaugura un proceso de deconstrucción progresiva que
desintegra los grandes sujetos del pensar y del actuar de la metafísica y de
la historia.

No cabe duda que la deconstrucción es uno de los conceptos claves del


pensamiento postmoderno y en su progresiva disolución nos deja en la
total orfandad de categorías legitimadoras del saber, la verdad, el espíritu,
la libertad. Es la abolición de los relatos y el fin de la historia como narra-
ción, como sujeto y como acontecer.

Me parece útil trasladar aquí la cita que de Frederic Jameson hace Su-
san Rubin Suleiman acerca de la Postmodernidad: “(...) No es solamente
otra palabra para describir un estilo particular”, sino que es también “un
concepto periodizador cuya función es correlacionar la aparición de un
nuevo tipo de vida social y un nuevo orden económico” -esto es- “la so-
ciedad postindustrial o de consumo, la sociedad de los medios masivos (...)
o el capitalismo multinacional” (Rubin Suleiman, 1993).

2.2. La filosofía ante la globalización

En cuanto a la globalización podríamos decir que ésta consiste en una


práctica y un concepto que pretende convalidar un modelo único y homo-
géneo, a partir del cual se van generando las diferentes manifestaciones de
la historia. Se trata de un modelo único de sociedad, de un arquetipo uni-
versal que pretende ser, la forma de todas las sociedades cualquiera sea su
naturaleza, historia o identidad.

La postmodernidad nos presenta así una contradicción entre sus dos


expresiones: la deconstrucción de la filosofía postmoderna y la globaliza-
ción de la sociedad postindustrial. La primera tiende a la deconstrucción de
modelos y sistemas creados por la razón moderna, en tanto la segunda,

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tiende a la creación de una totalidad, el capitalismo corporativo trasnacio-


nal, impuesto a través de la globalización. Es, como hemos titulado a uno
de nuestros libros, El doble rostro de la postmodernidad.

No obstante habría que señalar que junto al proceso de globalización,


y en buena parte a consecuencia del mismo, se han incentivado profundas
contradicciones de intereses económicos, pero también de civilizaciones y
culturas, una de cuyas expresiones más dramáticas ha sido la reactivación
de microsociedades radicalizadas desde el punto de vista ideológico, reli-
gioso y cultural. Además de lo anterior, habría que señalar la profunda
crisis interna que desde el año 2008 afecta al sistema, la que se ha puesto
de manifiesto, tanto en Estados Unidos como en Europa, con característi-
cas comunes pero también diferenciadas en cada país, principalmente en el
aspecto financiero, económico, social y político. Todo ello, junto al efecto
producido por la enorme incidencia de la tecnología, ha generado cambios
significativos en el paradigma de la globalización que aún estaba vigente
en la última década del siglo XX.

La revolución tecnológica produjo la inserción de las ideas jurídicas y


políticas del mundo occidental en otras culturas y naciones, junto con los
elementos que caracterizan la crisis mundial, particularmente en la eurozo-
na, lo que ha llevado al derrocamiento de dictaduras tradicionales, sin que
se perfile, como en ningún lado ocurre aún, una idea clara de las posibilida-
des de un cambio cualitativo en la estructura política, económica y social.

Todos estos factores mencionados conforman la crisis de nuestro


tiempo, en la que se mezclan, tanto la búsqueda de aplicación de principios
democráticos occidentales en países que han carecido históricamente de
ellos, como la crisis ética y financiera del sistema, junto a la terrible conso-
lidación del poder del narcotráfico y el debilitamiento de las estructuras
jurídicas e institucionales.

Es un mundo en el que no está consolidada una forma particular de


organización y en el que aún las expresiones surgidas del capitalismo cor-
porativo transnacional asentado sobre el absolutismo del mercado, han
cambiado ante los hechos y situaciones producidos desde los primeros años
del siglo XXI, sin que hasta el momento se pueda percibir un modelo or-
ganizativo y axiológico determinado.

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Esta situación de indefinición caracteriza nuestro tiempo, y en ella no


se perfila de manera clara todavía, ni una práctica concreta orientada a
producir una nueva forma de organización y coexistencia, ni una filosofía
política que proponga las ideas a partir de las cuales tome forma una nueva
situación que sustituya la indeterminación del presente.

Pienso que deberían recuperarse las ideas del Estado Social de Dere-
cho y de la economía social de mercado; fortalecer la idea y práctica de
ciudadanía que sirva de base a una verdadera democracia; llevar a la prác-
tica el pensamiento del desarrollo humano sostenible surgido de la Orga-
nización de Naciones Unidas, y con él trabajar para establecer el acceso
amplio a todas las oportunidades; eliminar la discriminación y remover las
desigualdades; orientar el desarrollo en un sentido ético hacia fines soste-
nidos por valores fundamentales a la libertad y dignidad de la persona;
pensar en el crecimiento económico y especialmente en el mecanismo de
distribución de los beneficios, pues el propósito del desarrollo no es el cre-
cimiento, que es un medio, sino el mejoramiento de la calidad de la vida
que es el fin, sin olvidar que lo esencial es el fortalecimiento de la ciudada-
nía como base y principio de la democracia, de la cual el ciudadano debe
ser no sólo partícipe y beneficiario, sino constructor y artífice de ella.

De manera particular es absolutamente necesario el reconocimiento y


práctica de la interculturalidad, sin la cual es imposible la construcción de
un mundo más justo y humano.

Se trata de preservar la identidad histórica y la pervivencia y acción


recíproca de todas las culturas, la interculturalidad; de forjar un concepto
de universalidad a través del diálogo de las culturas y de la Unidad en la
Diversidad. Para ello hay que sustituir el juego de una sola imagen y de
espejos múltiples por un concepto y una práctica de integración y retro-
alimentación de todas las historias y de todas las culturas.

Es importante que seamos capaces de reivindicar el reconocimiento de


lo otro reafirmando nuestras culturas y planteando la ética de la alteridad,
del respeto a las diferencias y de la solidaridad; que seamos capaces de
proponer una nueva axiología, una nueva filosofía política que entienda la
política como el arte del bien común y que se dirija a la identificación y
fortalecimiento de nuevos sujetos históricos de la sociedad civil. Esta filo-
sofía debe revisar la vigencia de los actuales conceptos de política, sobera-
nía, Estado, Nación, entendida esta última como proyecto cultural, moral y

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humano abierto a una verdadera universalidad, frente a la globalización


uniformadora del neoliberalismo.

2.3. La filosofía latinoamericana

En cuanto a la filosofía latinoamericana, pienso que desde su propia


situación espacio-temporal, desde su historia y su geografía, debe enfrentar
el reto del presente. Para ello es imprescindible, tener una visión de la
historia de la cultura en la región, desde la época precolombina hasta el
presente, analizando cada una de las etapas más significativas, para reivin-
dicar la universalidad que les corresponde y para sustentarse sobre ellas,
como sobre una plataforma teórica y moral, para enfrentar los retos del
momento. Es necesario reiterar esa doble necesidad: la de apropiarnos de
nuestra historia y la de trascenderla necesariamente al abrirnos, con ella,
al desafío de un horizonte más ancho. No hacer cualquiera de las dos cosas
señaladas nos llevaría, en un caso, a la abstracción y al vacío; y en el otro,
al enclaustramiento y auto colonización.

Es fundamental filosofar sobre este tiempo desde la propia situación


espacio-temporal. Sin embargo, el desafío que se impone a la filosofía no es
solo pensar nuestra historia, sino, desde ella, pensar la historia de la hu-
manidad. Si bien la historia, como decía Bergson, “es un acontecer de im-
prescindible novedad”, así, los contenidos del tiempo en su flujo indeteni-
ble se transforman por la acción recíproca de los unos sobre los otros,
dando paso a la cadena de acontecimientos que hacen la historia.

En virtud de esa circunstancia mediante la cual los contenidos del fu-


turo se encuentran en germen en el presente, es posible entrever, la figura
borrosa y todavía latente de las posibilidades del porvenir. Que lo latente
se haga patente, que lo ambiguo e incierto se vuelva evidente, que lo posi-
ble devenga realidad, dependerá de la combinación de una serie de factores
sobre los cuales el ser humano tiene la posibilidad de actuar.

No existe sobre los pueblos y su historia un destino inflexible que no


pueda ser cambiado mediante la combinación de una visión adecuada y una
acción oportuna. No hay un determinismo hermético que consagre a unos
como dominadores eternos y condene a otros como dominados perpetuos.

“¿Quién dudará de que la emancipación humana sólo puede empezar en el


momento en que nos asumimos como actores de nuestra propia historia? (...)

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La racionalización de las relaciones sociales es la característica más impor-


tante del paso de las sociedades tradicionales a las modernas” (Villoro, 1992).

Permítaseme una breve consideración sobre dos temas que pueden


conferir a nuestro quehacer filosófico referentes sobre el pasado y posibili-
dades sobre el futuro: El Diálogo de Huexotzinco de 1490, y la visión de
Centroamérica como nación en un futuro, esperamos, posible y cercano.

En lo que concierne al primer punto, habría que decir que quizás el


símbolo más conmovedor que puede evocarse del mundo náhuatl, sea el
diálogo de Huexotzinco, ciudad considerada casa de paz, de poesía, de mú-
sica y de pinturas.

En ella se reunieron por invitación del rey Tecayehuatzin “para tratar


de esclarecer qué es la poesía” como nos dice Miguel León-Portilla en su
obra Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares. Mucho más
que la definición de un género literario, la intención del diálogo abarcaba
el tratamiento de los grandes problemas metafísicos, comunes a los seres
humanos de cualquier tiempo y cultura.

Las grandes preguntas de toda metafísica están ahí presentes: ¿cuál es


la verdad del hombre y la divinidad?, ¿posee el ser humano una verdad
profunda que lo haga plenamente valioso y permanente?, ¿cuál es el fun-
damento de la existencia?, ¿es el arte la única forma posible de apropiarse
de la esencia de los seres y las cosas?, ¿cuál es el sentido de la vida y de la
muerte?, ¿hay una vida eterna?, ¿qué son la justicia y la libertad? Pregun-
tas todas en las que están los fundamentos de una filosofía y una doctrina
acerca del mundo, el ser humano y la divinidad.

Lo más admirable no es tanto que haya sido el diálogo de la cultura,


sino que hasta hoy sea nuestro más alto símbolo de la cultura del diálogo.
Diálogo olvidado entre las brumas del pasado y el humo de las guerras, pero
que vive y palpita más allá del horizonte del tiempo, más allá de las rupturas
y desgarramientos del choque de mundos y civilizaciones diferentes.

Un diálogo de esta naturaleza sugiere no tanto alternativas inmedia-


tas a problemas inmediatos, por importantes que éstos sean, sino que nos
enseña el tejido de valores con los cuales construir nuestra existencia co-
mo personas y como pueblos, con independencia del grado de coinciden-
cias o discrepancias que existan en sus proposiciones y contenidos.

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En cuanto a Centroamérica, cabría plantearse hasta donde sería posi-


ble una filosofía política que contribuya a construir el proyecto de nación
centroamericana, partiendo de las raíces comunes, así como de las caracte-
rísticas propias de cada país y de la estructura institucional de los estados
naciones particulares.

El intercambio cultural centroamericano, en forma intensa y sistemá-


tica, lo mismo que la coordinación de programas educativos, exigen una
atención prioritaria; el estudio de nuestra forma de ser y actuar, individual
y colectiva, y su relación con las instituciones jurídicas y políticas, deman-
da un análisis coherente y detenido. El modelo del Estado Nación de cada
uno de los países de la región, el proyecto regional centroamericano, al
igual que la permanencia de las naciones de América Central y la continui-
dad de su cultura, deben tener en cuenta, tanto el pasado contenido en
nuestra historia, como la idea del futuro, contenida en nuestras esperanzas.
Esta es la base para cualquier integración económica y comercial.

Ninguno de nuestros países por si solos es una realidad suficiente sin


Centroamérica, sin ese referente moral, cultural e histórico. Parafraseando
lo expresado por Montesquieu con respecto a Europa, podríamos decir que
Centroamérica no es más que una Nación compuesta de muchas.

La nación es siempre una forma vital y dinámica, un momento decisi-


vo en el que se enlazan las realidades del pasado con las posibilidades del
futuro. En el subsuelo de cada uno de los Estados Naciones de Centroamé-
rica hay un común denominador: el pasado prehispánico mesoamericano y
el pasado colonial. Centroamérica como realidad histórica, existe antes que
como realidad jurídica y política; América Central como Nación es anterior
a América Central como realidad federada de ayer y como realidad frag-
mentada de hoy. Si llega a ser posible una verdadera integración centroa-
mericana en términos económicos, jurídicos, institucionales y políticos,
será debido a que Centroamérica existió ayer y existe hoy como Nación.

“Para la organización burocrática de las sociedades desarrolladas todos los


individuos son homogéneos, intercambiables, esclavos de los pequeños in-
tereses personales, computables para las encuestas electorales o los pronósti-
cos del mercado” (Villoro, 1992).

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Frente a ello podría decirse con Leopoldo Zea “que se ha iniciado una se-
gunda etapa de la historia universal, la de la realización de la libertad como
expresión propia del hombre sin rebajamientos que aplacen su posibilidad.
No es así el fin de la historia, sino el auténtico inicio de la historia” (Zea,
1993), en la cual -considero- deberá ser también universal la idea y la
práctica de la libertad.

Considero que el fortalecimiento de un pensamiento crítico y de la


idea de la libertad como principio y valor de una ética individual y social,
es tarea esencial de la filosofía desde nuestra realidad espacio-temporal.

Ello es necesario para afianzar la interculturalidad ante las tendencias


de una globalización uniformadora, ante la crisis de valores, no solo finan-
cieros sino sobre todo morales, que ha producido una anarquía axiológica
y un desconcierto global y, particularmente, en nuestra región, ante la
aparición de diferentes formas políticas revestidas de expresiones populis-
tas, que en el fondo terminan reafirmando la figura del caudillo y las for-
mas autoritarias de ejercicio del poder.

3. APROXIMACIONES A UN PROYECTO FILOSÓFICO. ALGUNAS RE-


FLEXIONES SOBRE EL HUMANISMO DE NUESTRO TIEMPO

El Humanismo de nuestro tiempo debe mirar hacia el futuro reto-


mando la unidad originaria de la vida y el pensamiento. Es menester recti-
ficar, reintegrar la unidad fracturada y devolver al hombre y a la mujer su
plenitud como seres integrales, intuitivos y racionales y no como sujetos
parciales que han fundado la vida únicamente en la mitad racional del ser.
Jano tiene dos rostros y ambos forman su unidad.

La integración dialéctica de ambas tendencias, de las dos formas de


interpretar y actuar la historia y la naturaleza humana, es lo que puede
permitirnos “humanizar la vida y vitalizar las humanidades” y así recupe-
rar valores que transcienden la utilidad, el provecho y la acumulación de
las que está lleno el lenguaje, la conducta y las categorías morales de nues-
tro tiempo. El egoísmo predominante debe dar paso a la solidaridad. Exis-
tir, es una palabra que nos sugiere vivir para algo más que para sí mismo.
Ex-sí, fuera de sí, hacia los otros, hacia el prójimo, que es el próximo, es
algo más que sobrevivir, es vivir, es más que vivir.

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Hablar de un Proyecto Filosófico desde América Latina exige aclarar


que todo proyecto implica una propuesta y toda propuesta es un intento de
abrir caminos cuando se considera que otros están cerrados.

Construir una reflexión filosófica desde América Latina, significa más


que una referencia territorial, una situación en el tiempo, la historia y la
cultura y una determinada perspectiva para enfocar los problemas univer-
sales de nuestro tiempo y para lanzar a un horizonte sin fronteras, es decir,
universal, los temas tenidos hasta hoy como locales, circunscriptos a una
específica historia y geografía.

Ante las exigencias actuales que enfrentan la filosofía y la ética, pro-


ponemos las siguientes hipótesis:

• La filosofía es un proceso dialéctico que va de lo abstracto a lo con-


creto en la búsqueda de la verdad.
• La historia de la filosofía es una función integradora y relacionadora
de los resultados de la filosofía a través del tiempo.
• La filosofía, al buscar lo universal que resulta de las situaciones par-
ticulares, es un quehacer estrechamente relacionado con el desarrollo
histórico y social.
• En consecuencia, la filosofía es una tarea de reconstrucción, integra-
ción e incorporación entre la vida y el trabajo, el pensamiento y la ac-
ción, la ciencia, la moral y el derecho, el análisis y la síntesis.

Como resultado de estas hipótesis formulamos las siguientes proposi-


ciones:

• Todo pensamiento, en cuanto acción de la inteligencia y la concien-


cia, entra en la historia, se historiza.
• El ser humano es un desplegarse que deviene historia. No es una
objetividad dada. Es movimiento en la historia; no está nunca realiza-
do pues está realizándose.
• Es la forma particular que el movimiento toma en el tiempo a través
de la existencia personal o social.
• El proceso de construcción de la historia es el proceso de construc-
ción del ser humano. Este se crea al crearla.
• Lo que el hombre hace forma parte de lo que es; lo que el hombre es
forma parte de lo que hace. En este sentido, se entrelazan la ontología
y la historia, la filosofía y la práctica.

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• El ser al manifestarse lo hace históricamente; el propio ser es un


manifestarse en la historia.
• La filosofía es la realidad que debe transformarse en concepto; pero
es a la vez el concepto que debe transformarse en realidad.
• La teoría es la razón de la práctica y esta la historicidad de la razón.
La unidad de ambas es la praxis.
• Así entendida, la historia, lejos de ser una deidad implacable, el altar
del sacrificio del ser humano, es el tejido de relaciones del actuar del
hombre, la esencia misma de un humanismo concreto construido de
penas y esperanzas, triunfos y fracasos, ilusiones y decepciones.

Estas reflexiones no son más que una aproximación al papel de la filo-


sofía en nuestro tiempo y medio, ni tienen más pretensiones que la de pre-
sentar un punto de vista, junto a muchos otros, desde el cual percibir y
actuar en medio de los conflictos y contradicciones de nuestra época.

Pienso que la realización de la filosofía como quehacer humano, como


diálogo, como compromiso solidario, exige respetar las identidades; asumir
la interculturalidad como condición esencial, pero cuyo significado no se
agote en el reconocimiento de la pluralidad cultural, sino que busque,
además, la posibilidad de una universalidad que sea resultado de la interac-
ción entre la pluralidad de expresiones culturales. Mientras el ser humano
sienta la necesidad de explorar el fondo de su conciencia y de su razón, de
interrogar al mundo sobre sus contradicciones y de construir y construirse
una realidad habitable, la filosofía estará presente ofreciendo desde diferen-
tes ángulos y diversas perspectivas, una forma de construir la historia y de
comprender y amar la vida.

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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

ALEJANDRO SERRANO CALDERA (2013): “La filosofía ante los desafíos actua-
les”, Mediaciones Sociales. Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº
12, pp. 23-39. DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45261

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 23-39. ISSN electrónico: 1989-0494.


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El autor
(*)
Alejandro Serrano Caldera, ha sido Rector de la Universidad Na-
cional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua); Presidente del Consejo
de Universidades de Nicaragua y del Consejo Superior de Universidades de
Centroamérica (CSUCA); Vicepresidente de la Organización Universitaria
Interamericana (OUI); Consejero Regional para América Latina de la Or-
ganización Internacional del Trabajo (OIT); Presidente de la Corte Suprema
de Justicia; Juez del Tribunal Administrativo del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID); Embajador en Francia, en la UNESCO y ante la Organi-
zación de las Naciones Unidas (ONU), en la que ocupó la Vicepresidencia
del Comité de Derechos Humanos. Actualmente es Director General del
Instituto de Ética, Valores y Desarrollo de la Universidad Americana
(UAM), y es miembro de la Academia de Historia y Geografía de Nicara-
gua, de la Academia Nicaragüense de la Lengua, de la Academia Nicara-
güense de Ciencias Jurídicas y Políticas y de la Academia de Ciencias de
Nicaragua. Ha publicado más de 30 obras y decenas de artículos sobre
filosofía, derecho y política; varias de ellas se encuentran traducidas al
inglés, francés y portugués. Algunos de sus textos han sido recogidos en
enciclopedias mundiales, iberoamericanas y centroamericanas. Ha partici-
pado en libros colectivos sobre Ética, Política y Filosofía publicados en
América del Sur, Europa y Estados Unidos. Una decena de libros y tesis se
han ocupado de analizar su obra. Ha recibido varios reconocimientos aca-
démicos nacionales e internacionales. Es un asiduo Profesor visitante en
programas de postgrado de universidades latinoamericanas, europeas y
norteamericanas, interesadas en conocer su obra filosófica. Justamente, el
profesor Andrés Pérez Baltodano (Universidad de Wester Ontario) conside-
ra al Dr. Alejandro Serrano Caldera como «el más importante teórico polí-
tico en la historia de Nicaragua».

RECIBIDO: 15 de enero de 2013.


ACEPTADO: 13 de marzo de 2013.

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ÿEl cuerpo y la corporeidad simbólica como forma de mediaciónŸ

El cuerpo y la corporeidad simbólica como


forma de mediación

The body and symbolic embodimente as a form


of mediation

Sola Morales, Salomé(*)


Universidad de Santiago de Chile - Chile
salome.sola@usach.cl

Resumen Abstract
Tradicionalmente el pensamiento occi- Traditionally Western thought, heavily
dental, muy marcado por las premisas influenced by Platonic and Cartesian
platónicas y cartesianas, ha otorgado un assumptions, has given pride of place to
lugar privilegiado a la mente y ha rele- the mind and body has been relegated to
gado al cuerpo a una posición inferior o a lower position or subsidiary. However,
subsidiaria. Sin embargo, en este trabajo in this paper we argue, first, that all
vamos a argumentar, primero, que toda experience is mediated by the physical
experiencia es mediada por el cuerpo and symbolic physicality. And second,
físico y la corporeidad simbólica. Y that the corporeality (social body) is a
segundo, que dicha corporeidad es una form of mediation, key in social interac-
forma de mediación clave en la interac- tion, allowing the expression, transmis-
ción social, ya que permite la expresión, sion and communication between indivi-
transmisión y comunicación entre los duals and groups. In addition, the body
sujetos y los grupos. Pero además, el is also mediated by socializing institu-
cuerpo es también mediado por las insti- tions and socio-cultural frames, commu-
tuciones socializadoras y los marcos nication and media frameworks in which

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socio-culturales, comunicativos y mediá- it is inserted. In this regard and as an


ticos en los que se encuentra inserto. A illustration we will refer to the powerful
este respecto y a modo de ilustración nos role that media and information techno-
referiremos al poderoso papel que los logies have on the physical and symbolic
medios y las tecnologías de la informa- body.
ción tienen sobre el cuerpo físico y simbó-
lico.

Palabras clave: cuerpo, corporeidad, Keywords: body, corporeality, social


mediaciones sociales, comunicación, mediation, communication, media.
medios de comunicación.

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1. INTRODUCCIÓN

Ser un yo, además de ser un ente con una conciencia pensante y una
conducta, es decir, una manera de comportarse y representarse para sí y
para los demás, es también ser un cuerpo. Ahora bien, éste además de ser
un organismo viviente, es principalmente una herramienta de significación
y simbolización clave –una corporalidad– que se expresa y comunica en
sociedad en forma de corporeidad (Cencillo y García, 1973; Pedraza, 1999).

Como veremos en lo sucesivo, para bien y para mal toda experiencia


vital se halla mediada por el carácter previo o la imposición corporal. De
hecho, no existe experiencia vital o acceso al conocimiento del yo o de los
otros, que sea extra-corporal. Valga anunciar que situamos el cuerpo en el
ámbito de las mediaciones sociales (Martín Serrano, 1977), es decir, lo
comprendemos como un artefacto capaz de articular las prácticas comuni-
cativas, los movimientos sociales, las diferentes temporalidades y la plura-
lidad de matrices culturales (Martín Barbero, 1987).

En este sentido, el estudio del cuerpo es, por tanto, imprescindible en


cualquier acercamiento a la noción de sujeto ya que éste es la condición
esencial y primigenia de todas las experiencias vitales y, en gran medida,
de toda mediación social y comunicativa. A través de un análisis de las
nociones de cuerpo y corporeidad, unidades antropológicas por excelencia,
en este artículo expresaremos las limitaciones del esencialismo ontológico
y del existencialismo dogmático. Primero, plantearemos la necesidad de
superar el dualismo mente-cuerpo planteando, en su lugar, una co-
implicación entre ambas nociones. Segundo, trataremos de revalorizar el
estudio del cuerpo como forma de mediación. Tercero, expondremos la
necesidad de explorar la condición expresiva y comunicativa del cuerpo, en
tanto corporeidad simbólica y destacaremos su papel en la construcción de
la identidad.

Cuarto, para ejemplificar el poderoso papel del cuerpo como media-


ción y la forma en que es, a un tiempo, mediado por la sociedad, nos referi-
remos, al importante rol de los medios de comunicación y las tecnologías
de la información en la creación, expresión y mantenimiento del cuerpo
físico y simbólico.

Es preciso subrayar que partiremos de una concepción polisémica del


cuerpo (Le Breton, 1998), que nos lleva necesariamente a explorarlo desde

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una perspectiva transdisciplinar. Especialmente nos centraremos en las


aportaciones de cariz antropológico, filosófico, psicosocial y comunicativo.

2. LA SUPERACIÓN DE LA DICOTOMÍA MENTE/CUERPO

La noción de cuerpo ha tenido casi siempre un papel secundario en los


estudios de ontología y esto es debido, en cierta medida, al valor primige-
nio otorgado a la mente desde la filosofía occidental y la religión judeocris-
tiana, tradiciones muy ancladas en nuestra herencia cultural. La ciencia
cognitiva y la racionalidad europeas han sido las tendencias imperantes
que han suscitado la idea comúnmente aceptada de que el mundo es como es.
En este contexto, la infravaloración del cuerpo humano y de las estructu-
ras de comprensión que surgen de nuestra experiencia corpórea han sido
ignoradas y convertidas en el elemento accidental del ser. El objetivismo y
el esencialismo ignoraban al cuerpo ya que éste introducía demasiados
interrogantes y suspicacias, además de abrir una brecha de subjetividad
insondable. El acceso al conocimiento y la naturaleza objetiva de las cosas
mediante los sentidos parecía obnubilar las verdades absolutas y los signi-
ficados convencionales fácilmente alcanzables por la mente o la conciencia.

La razón, entendida de manera objetivista tal y como había sido con-


cebida por la herencia de la Ilustración, no necesitaba ligarse al cuerpo
porque “no estaba vinculada a ninguno de los aspectos corporales de la
comprensión, como los esquemas de las imágenes y sus elaboraciones me-
tafóricas” (Johnson, 1991: 18). Además, las clásicas dicotomías mente-
cuerpo, interior-exterior, esencia-existencia fueron firmemente reforzadas
por la filosofía idealista. Como señala Antonio Blanch (1995), los autores
clásicos antiguos, entre los que podríamos destacar a Sófocles o Eurípides,
así como Sócrates, describieron la identidad humana (andreia) como resul-
tado del ejercicio de las virtudes que surgen directamente del centro del
espíritu o esa parte esencialmente constitutiva que llamaban psyché (alma).
Es decir, consideraban que el alma era la parte central o esencial de la
yoidad, olvidando la importancia del cuerpo.

Asimismo, el cartesianismo estimuló la creencia de una disociación


inalterable entre nuestro lado cognitivo, aquél formal y racional, que para
Descartes, era la res cogitans; y nuestro lado corporal, aquél material y
emocional, llamado por el autor res extensa. Descartes consideró el cuerpo
propio como una cosa inferida desde el yo pensante y consciente, el cogito,

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que en principio es ajeno a la actividad propia de ese yo. Esta cosificación


del cuerpo lo reduce metódicamente y lo termina desnaturalizando frente
al valor otorgado a la res cogitans de naturaleza supraorgánica y espiritual.
La derivación más significativa de esta separación entre mente y cuerpo es
el destierro de lo perceptivo, lo imaginativo y lo emotivo a un lugar acce-
sorio y de menor trascendencia. No obstante, todos estos elementos son
fundamentales para comprender las mediaciones sociales.

Para François Chirpaz (1963), el problema de la tradición dualista,


heredada en Occidente, no es ya la distinción entre fenómenos de dos ór-
denes (cuerpo-alma o cuerpo-mente), sino la creencia en substancias estan-
cas y herméticas que pertenecen a realidades totalmente diferentes. Según
la clásica dicotomía, el cuerpo no era más que el envase de la esencia im-
perturbable del sujeto y desligaba totalmente la mente de la experiencia,
ya que ésta no podía afectarse por ninguno de los avatares cotidianos –
vivenciados a través del cuerpo– y permanecía intacta pese a los cambios
del exterior.

Desde nuestra perspectiva, por el contrario, las transformaciones que


cualquier sujeto experimenta en su corporalidad afectan de manera deter-
minante en su auto-conciencia y en su manera de manifestarse y hacerse
presente en un espacio y un tiempo determinados (Jiménez, 1993). Por eso,
es importante reflexionar sobre el estatuto de la corporalidad en la forma-
ción del sujeto, ya que ésta nos permite tomar conciencia de nuestra propia
yoidad y del cuerpo como forma de mediación que, a su vez, es mediado
por la sociedad, como veremos.

2.1. Hacia una necesaria co-implicación

Podríamos considerar a Maine de Biran (1966) como uno de los reva-


lorizadores del estudio del cuerpo propio desde una perspectiva filosófica
(Romeyer-Dherbey, 1974). El punto crucial de la aportación del estudioso
es el desarrollo de un yo conformador de la totalidad humana como “un
cuerpo subjetivo” (Henry, 1987: 15). Otorgar al cuerpo un valor de subje-
tividad –terreno predilecto y exclusivo de la mente o la razón– fue una
novedad en aquella época (s. XVIII). De hecho, el cuerpo en el racionalis-
mo u objetivismo aparecía como un hecho secundario y accidental domina-
do por la mente y la conciencia del individuo. Para Maine de Biran, decir
“soy” es como expresar “quiero, muevo, hago”. En este sentido, el papel de
la acción –y por tanto el del cuerpo– tienen un rol propio para el desarro-

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llo del individuo y su subjetividad, en tanto entes mediados en y por el


cuerpo.

Esto nos lleva a considerar que entre el yo y el cuerpo no hay priori-


dades substanciales porque ambos forman parte de una relación de coexis-
tencia. Aunque es cierto que existen evidentes características que los dife-
rencian: mientras el cuerpo pertenece al campo de la contingencia, sin la
cual el yo no tomaría presencia; éste último, por su parte, pertenece al
campo de la acción, ya que se manifiesta en su intencionalidad, en su refe-
rencia a un cuerpo, que media y es mediado.

Desde la antropología filosófica el cuerpo no debe ser entendido como


un elemento accidental del ente, tal y como propugnaba el platonismo y el
racionalismo occidental, sino como una parte fundamental del mismo. Di-
cho de otro modo, la corporalidad no es sólo el lugar donde habita el yo,
sino también el yo propiamente. Esta visión unitaria del ente (Plessner,
1978a; 1978b) implicaría que la corporalidad tiene un carácter ontológico,
pero al mismo tiempo es existencial y deviene cognoscible en la praxis
(Scheler, 1982). Precisamente, la puesta en acción mediante el cuerpo y
desde el mismo es uno de los elementos más relevantes para el estudio de
la yoidad y del cuerpo como mediación, como veremos en el siguiente epí-
grafe. Ahora bien, el hecho de que el cuerpo ocupe una posición central no
implica ninguna clase de inmanentismo. Es más, no podemos perder de
vista la capacidad ‘excéntrica’ del ser humano (Plessner, 1978a; 1991),
gracias a la cual los sujetos pueden tomar distancia, descentrarse o sepa-
rarse subjetivamente del cuerpo.

Peter Strawson (1989) también ha superado el clásico dualismo al re-


ferirse a la cuestión de la individuación desde una perspectiva metafísica,
con su teoría de los ‘particulares de base’, término que describe aquellos
cuerpos materiales o unidades mínimas de significación esenciales. Straw-
son llama principios de base a aquellos entes que precisan de una identifica-
ción y distingue entre dos tipos: los cuerpos, predicados principalmente
físicos; y las personas, predicados psicológicos. A la luz de esta perspectiva
la corporeidad estaría muy relacionada con la construcción de la personali-
dad y de la propia identidad. Esta caracterización de las personas como
particulares de base dotados de dos series de predicados excluye la com-
prensión de la persona como conciencia pura y, sobre todo, impide cual-
quier tipo de pensamiento dualista al respecto. La persona no es psicológica
por encima de física, por el contrario es ambas cosas a la vez. El hallazgo de

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Strawson radica en que si el centro ya no es la unidad de la conciencia, sino


las entidades básicas –principios de base– lo que importa es la experiencia
de los sujetos o lo que es lo mismo, los cuerpos mediados por el contexto
social. Sin los cuerpos materiales y sin las personas, según el investigador,
cualquier argumentación sobre los sujetos se torna imposible.

Así planteado, el hombre posee una estructura ontológica única e indi-


visible donde la mente y el cuerpo son particularidades o categorías subs-
tanciales que pertenecen en igual medida al sujeto. Pero además, el cuerpo
debe entenderse como un ente completo en sí mismo. Como ha sugerido
Scheler (1982: 106): “Hoy vuelve a considerarse al cuerpo entero, y no
únicamente al cerebro, como el campo de procesos fisiológicos paralelos a
los procesos psíquicos. Ya no puede hablarse con seriedad de una conexión
tan superficial entre la sustancia anímica y la sustancia corporal como la
supuesta por Descartes”. Es más, desde un punto de vista ontológico, los
procesos vitales fisiológicos y psíquicos son rigurosamente idénticos y
pertenecen a una misma unidad de vida (Scheler, 1982: 109) o proceso vital
unitario. Gracias a este enfoque, el problema de la relación de cuerpo y
alma, que viene arrastrándose durante siglos perdería su rango metafísico.

En definitiva, el hecho de que los seres humanos vivan en un cuerpo y


sean un cuerpo nos permite superar la clásica dicotomía y nos traslada nece-
sariamente al terreno de las mediaciones, foco central de nuestro artículo.

3. EL CUERPO COMO MEDIACIÓN

Una de las cuestiones clave a la hora de manifestar la importancia del


cuerpo a nivel teórico y empírico es su condición mediadora, tal y como
hemos ido anunciando. A la luz de esta premisa el cuerpo es propuesto
como un artefacto simbólico que se sitúa en un terreno intermedio y es
capaz de articular, por tanto, diferentes estratos o niveles de sentido. A
este respecto y, como describiremos a continuación, el cuerpo es una me-
diación ya que tiene una capacidad relacional fundamental. Ésta, por cier-
to, es la que le permite “dialogar” o favorecer el encuentro entre: A) los
sujetos y el mundo; B) el interior y el exterior; C) lo individual y lo colec-
tivo; D) el yo y el otro; y, por su puesto, entre E) las diferentes temporali-
dades (lo presente y lo ausente).

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A) Mediación entre los sujetos y el mundo. A través del cuerpo como arte-
facto simbólico es posible acceder al conocimiento del mundo y de la reali-
dad cotidiana. Entendemos la realidad cotidiana como aquella realidad que
no pertenece al orbe físico propiamente sino al simbólico y que es compar-
tida por los individuos y los grupos. Esta característica del cuerpo como
mediación entre los sujetos y el mundo es la que ha llevado a algunos au-
tores a considerar que éste es “el ámbito más próximo y más importante de
la relacionalidad propia del ser humano” (Duch, 2003: 14). De hecho, es a
través del cuerpo que los sujetos vivencian la realidad y la experimentan.
Además, sólo mediante el cuerpo y a través de él podemos acceder –de
manera siempre parcial y limitada– al conocimiento del mundo y de la
realidad cotidiana. Por tanto, gracias al cuerpo aprehendemos el entorno
circundante, pero –en parte, a causa de sus limitaciones– este conocimiento
no puede ser nunca literal o absoluto.

B) Mediación entre el interior y el exterior. El cuerpo es un intermediario


capaz de dialogar entre la interioridad y la exterioridad, entre el pensa-
miento, los sentimientos, la emoción y la acción. Esta perspectiva es la que
hace que el cuerpo pueda ser entendido –para autores como Maine de Bi-
ran– como el “auténtico orientador de la vida humana en tanto se manifies-
tan en él inclinaciones afectivas e instintivas con las que el yo impregna, sin
saberlo siquiera, el mundo circundante, e incluso, nos hace sentirnos, sin
motivo alguno, alegres, tristes o irritados” (Morera de Guijarro, 1987: 188).

Desde esta perspectiva, la corporalidad permitiría articular la vivencia


interior –como forma primaria de darse la realidad– y la exterioridad como
forma de expresión o experiencia. Un autor que ha sabido remarcar esta
relacionalidad propia del ser humano es Wilhelm Dilthey (2000: 246-247)
quien propone que el ser debe entenderse en su triple dimensión: cogniti-
va, volitiva y afectiva. Este enfoque unitario tampoco debe perderse de
vista al aproximarnos a la comprensión del cuerpo como mediación. Ya
que ésta no sólo se produce de cara al exterior o las cosas ajenas, sino tam-
bién hacia el interior o las profundidades de la conciencia. En este sentido,
el cuerpo también media entre la intimidad y la exterioridad del yo. De
hecho, mediante la constante puesta en escena del cuerpo es posible comu-
nicar, de manera incesante, múltiples sentidos.

C) Mediación entre lo individual y lo colectivo. A nuestro juicio el cuerpo


es una parte esencial, una herramienta crucial en los procesos de construc-
ción de identidades, clave en la interacción entre los sujetos y los colecti-

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vos. Por este motivo, hemos de reconocer el rol conformador de la subjeti-


vidad de las personas como seres individuales y sociales. En este sentido,
la imagen corporal –representación simbólica– y el cuerpo individual y
social son imprescindibles en la construcción de la propia subjetividad y de
la pertenencia a los diferentes grupos. Y es que en todas las culturas el
cuerpo está íntimamente ligado al espacio público, ya que toda práctica
social es, de una forma o de otra, una experiencia corporal. En palabras de
Esteban (2004: 67):

“En la sociedad occidental las actividades corporales de todo tipo han


proliferado y se han convertido en objetivos fundamentales en la vida
de muchas personas, y nuestra educación tiende a modelar nuestro
cuerpo y a adecuarlo a las exigencias y normativas de la sociedad en
que vivimos, teniendo el cuerpo una función muy relevante como me-
diador cultural”, Esteban (2004: 67).

D) Mediación entre el yo y el otro. El cuerpo también articula las rela-


ciones entre la propia subjetividad y la de los otros. De hecho, a juicio de
Alfred Schütz, en la relación cara a cara –cuerpo a cuerpo– es posible
interpretar las vivencias del otro (Schütz, 1972: 161). Puesto que el yo cor-
poral y sus diversas representaciones se desarrollan en innumerables actos
de reflexividad, la presencia del otro es necesaria. En palabras de Duch
(2003: 23): “Inexcusablemente, pues, la corporeidad humana necesita de la
corporeidad de los otros y, porque es eminentemente dialogal, nunca pue-
de representarse ni desplegarse en la solitud y el mutismo”.

Es preciso considerar, sin embargo, que el acceso al yo corporal pre-


senta enigmas e interrogantes sin resolver. En muchas ocasiones, por
ejemplo, el acceso a la comprensión del cuerpo termina siendo imaginario,
ya que la distancia entre el observador y el objeto observado se funden en
una misma cosa. De hecho, aunque podamos atisbar algunas partes del
exterior de nuestro cuerpo, por ejemplo, no podemos acceder a nuestro
propio rostro (si no es a través de un espejo o de la mirada ajena) ni a
nuestros órganos vitales (si no es a través o mediante una representación:
una imagen o un soporte técnico). El semblante o aspecto exterior, junto
con todos los momentos expresivos del cuerpo, es decir, los gestos o mo-
vimientos faciales por ejemplo, son vividos por el sujeto de manera interna
–o invisible– puesto que no puede vislumbrarlos al tiempo que los profiere.
Además, la apariencia física del propio cuerpo general siempre llega a tra-
vés de los sentidos de manera dispersa, ya que la vista tan sólo proporcio-

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na el acceso a fragmentos desiguales, inconexos que sólo son apreciables


desde la sensación. En definitiva, no podemos percibir nuestro cuerpo de
manera completa sino es mediante algo. Pero al mismo tiempo toda expe-
riencia está, a la vez, mediada por este cuerpo imposible de abarcar.

F) Mediación entre las diferentes temporalidades. Finalmente, otra de las


características del cuerpo como mediación social es su capacidad de articu-
lar lo presente y lo ausente. Como es bien sabido, la corporalidad es la
parte más evidente de la fragilidad del ser, de hecho, la contingencia es, en
cierta medida, provocada por nuestra condición corporal, que es también la
parte más débil y más susceptible para enfermar (Duch, 2002) y fenecer.
Pero también el cuerpo es la parte más delimitada del yo. De hecho es, en
gran parte, una imposición atribuida desde el nacimiento que difícilmente
podemos construir o deconstruir y que, como mucho, podremos camuflar o
transformar de manera artificial (mediante maquillajes, máscaras, cirugías
variadas...) o imaginaria (mediante el uso de avatares, por ejemplo).

4. LA DIMENSIÓN SEMIÓTICO-COMUNICATIVA DE LA CORPOREIDAD

Además de ser un mediador entre los ejes propuestos anteriormente,


el cuerpo tiene una dimensión semiótica fundamental, que le permite arti-
cular también las prácticas y matrices comunicativas que se dan en el seno
de una sociedad o cultura. De hecho, si pensamos en la tradición teórica
que entiende la yoidad y la actividad humana como una representación,
bien sea ésta para sí o para los otros, sería crucial plantear el papel del
cuerpo en la cultura y en las mediaciones sociales.

Es más, el cuerpo se hace presente de manera simbólica y adquiere


significados en función de los diferentes contextos sociales o frames (Goff-
man, 1959; 2006) en los cuales se inserta. Pero, sobre todo, se convierte en
un “emisor” (Paredes Ortiz, 2003) y en un receptor que interactúa con el
mundo que le rodea en forma de corporeidad. Este cuerpo simbólico –
auto-consciente– se adapta a los diferentes significados asigna-
dos/ofrecidos por una cultura concreta y se nutre a través del trayecto
biográfico del individuo. Precisamente, es este carácter simbólico y situa-
cional del cuerpo (Le Breton, 1998; Turner, 1984; Schelling, 1994) el que
nos interesa más, ya que es el que interviene crucialmente entre el propio
cuerpo y el conjunto social. Esto se hace particularmente evidente si pen-
samos que el cuerpo se encuentra siempre en un contexto determinado y,

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por tanto, nunca es observable en el vacío ni al margen del entorno que le


rodea. Aquí es donde estriba otra de las claves de nuestra propuesta: la
corporeidad es una construcción simbólica y una mediación social, que nos
permite comprender y relacionarnos con el mundo y con las personas, tal y
como ya hemos apuntado. Y este artefacto semiótico y simbolizante que es
la corporeidad nunca puede ser extra-cultural o encontrarse al margen de
las matrices espacio-temporales o del propio “periplo existencial” (Duch,
2003: 244).

Investigar sobre la corporeidad es central en cualquier estudio sobre


las mediaciones sociales, puesto que el valor simbólico del cuerpo influye
directamente en el significado y el desarrollo de nuestra realidad cotidiana
y de los intercambios comunicativos. Nuestra experiencia sensorial y emo-
cional que vivimos desde y en el cuerpo influye necesariamente en nuestro
estado mental y, por lo tanto, en nuestra comprensión y construcción de la
propia identidad.

El cuerpo humano participa de manera activa en todos los avatares


biográficos del individuo y, sobre todo, cobra especial relevancia en sus
acaecimientos diarios haciéndose presente mediante su capacidad escénica,
dialógica o adverbial. De hecho, podríamos decir que el cuerpo humano se
comporta como un objeto semiótico –dotado de semiosis ilimitada, como
diría Umberto Eco– en tanto que representa y es representado mediante
diversos lenguajes como son los movimientos, los gestos, las palabras, las
posturas, los silencios o los vestidos o adornos que lo cubren... Dicho de
otro modo, el cuerpo no es una realidad inmutable, sino una corriente in-
cesante de expresiones diversas que necesitan ser interpretadas porque de
una manera radical nunca puede dejar de ser “capax symbolorum” (Duch,
2003: 291). Al mismo tiempo, éste tiene una capacidad teatral y performa-
tiva, como diría Judith Butler (2002; 2004) clave para la comprensión de la
experiencia y la comunicación diaria.

Toda interpretación de la realidad e intercambio simbólico se encuen-


tra moldeado por los patrones que rigen nuestro movimiento corporal, por
la orientación espacial y temporal y por nuestra interacción con los objetos
(Johnson, 1991: 23). Ahora bien, desde nuestro punto de vista sería impor-
tante añadir que esta exégesis también se halla muy influida por la socie-
dad misma, que también media, a su vez, el cuerpo propio.

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5. LA CORPOREIDAD MEDIADA

Además de ser una mediación que articula diferentes ejes el cuerpo


también es necesariamente mediado, representado y configurado por la
cultura y por las diversas instituciones sociales, culturales y comunicati-
vas. Bien sea consciente o inconsciente, bien sea continente o contenido, el
cuerpo aparece como un elemento clave en la experiencia vital y en toda
interacción social o intercambio comunicativo. Así, no podemos perder de
vista el vínculo entre los aspectos físicos y psíquicos del cuerpo y su arti-
culación con el medio social.

De hecho, en la vida práctica, como ha explicado Ernst Cassirer


(1963: 48), los sujetos, más que vivir en relación a hechos concretos y a
necesidades y deseos inmediatos, viven, más bien, “en medio de emociones,
esperanzas y temores, ilusiones y desilusiones imaginarias, en medio de
sus fantasías y de sus sueños”. Y, como es evidente, todas estas emociones
y sensaciones individualizadas y únicas son experimentadas y mediadas en
y por el cuerpo y expresadas y comunicadas simbólicamente mediante acti-
tudes, gestos, formas de vestir. En este sentido, las emociones tienen un
papel importantísimo en el cuerpo (Gurméndez, 1981) y en las mediacio-
nes sociales ya que todo cuerpo expresivo y receptivo –como diría Martín
Serrano (2007)– además de participar en los procesos cognitivos tiene un
anclaje en lo emotivo y lo afectivo. Si bien es cierto que la vivencia corpo-
ral de los sentimientos o emociones es una cuestión muy subjetiva, no
podemos obviar que estos se encuentran también mediados social y cultu-
ralmente. Esto se debe a que, en cierta medida, las instituciones socializa-
doras inscriben pautas de emocionalidad y proponen modelos acerca de lo
que nos debe hacer felices o lo que debe angustiarnos, por ejemplo.

A este respecto, no podemos olvidar, por tanto, que el cuerpo, además


de mediar entre la realidad y el mundo y entre unos sujetos y otros, es
mediado –física y psicológicamente– por las diferentes instituciones so-
cializadoras o “estructuras de acogida” (Duch: 2010). Nos estamos refi-
riendo no sólo a la sociedad o la cultura como marcos de referencia gene-
ral, sino al influjo que ejercen sobre el cuerpo la ciudad o el lugar de resi-
dencia; la familia y amistades; la escuela o centro educativo; la religión y
las diferentes formas de culto; el club deportivo o las tribus urbanas a las
que los sujetos se adscriben de manera temporal en diferentes épocas o
momentos vitales, por ejemplo. Pero, además, cada día con más intensidad

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el cuerpo es mediado por el consumo y el mercado que le imponen conduc-


tas o pautas de comportamiento.

Precisamente, una de las instituciones más poderosas en nuestros días


–y que vehicula valores hegemónicos acerca del cuerpo– es la comunica-
ción mediática, que representa y proyecta formas de actuar y modelos
acerca de cómo debe ser el cuerpo, cómo debemos tratarlo y cuidarlo o
embellecerlo. A esto responde que la televisión, por ejemplo, y la publici-
dad tengan una importancia crucial en la construcción de los cuerpos físi-
cos y simbólicos. De hecho incluso se podría afirmar que los medios “se
han convertido en las entidades transmisoras más importantes de nuestra
sociedad, a menudo con un carácter incluso monopolista” (Duch, 2010:
160). Es más, la hegemonía de los medios como ‘agentes socializadores’ ya
fue puesta de manifiesto por la Escuela de Annenberg hace décadas, a par-
tir del pensamiento de George Gerbner (1980), quien considera que los
medios están desplazando a las tradicionales instancias socializadoras co-
mo la familia, la Iglesia o la escuela.

Dado que los medios de comunicación y las tecnologías de la informa-


ción ejercen sobre los cuerpos físicos y simbólicos una mediación muy
poderosa, a continuación, nos detendremos en esta relación y explorare-
mos de manera sucinta algunas de sus principales características.

5.1 Cuerpo y medios de comunicación

Como es bien sabido, las narrativas mediáticas, imágenes o discursos


que circulan en los medios de comunicación a través de diferentes forma-
tos como los noticiarios, el cine o la publicidad, principalmente, proponen
modelos o ideales de lo socialmente aceptable, lo bello o lo atractivo, lo
saludable o lo exitoso. En este sentido, los sujetos y los grupos adquieren
creencias, comportamientos y actitudes, mediante formas de aprendizaje
observacional (Bandura: 2009), acerca de las pautas de cuidado, alimenta-
ción o del peso ideal, por ejemplo.

Hoy en día la mayoría de los discursos mediáticos acerca del cuerpo


construyen al individuo como el responsable único de regularlo, alimentar-
lo, cuidarlo y embellecerlo de una manera “apropiada”. El control del cuer-
po mediante normativas termina convirtiéndose en una “disciplina” social
(Foucault, 1976) que, generalmente, se basa en el auto-cuidado constante
(Bordo, 2003; Mennell, 1991). Es, precisamente, aquí donde los discursos

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mediáticos acerca del cuerpo juegan un rol determinante, ya que influyen


en los modos en que los sujetos se imaginan o desean ser. Y esto puede
causarles, en ocasiones, insatisfacción o, incluso, desórdenes psicológicos y
físicos muy graves.

No es de extrañar, por tanto, que se haya encontrado un vínculo sig-


nificativo entre la recepción mediática de determinados programas o la
participación en determinados foros de Internet y enfermedades como la
bulimia o la anorexia (Botta, 1999; Harrison y Cantor, 1997; Harrison,
2000; Harper y Tiggemann, 2008; Park, 2005; Tiggemann, 2006). Al
mismo tiempo, muchas prácticas que comienzan a ser habituales –como la
liposucción, la cirugía estética y otras operaciones quirúrgicas– son fruto
de las imposiciones sociales vehiculadas por la publicidad y por los medios
de comunicación masiva. Aquí el cuerpo se convierte en un objeto pasivo
incapaz de comunicar por sí mismo, al servicio del mercado y de las pautas
marcadas por los medios acerca de la moda, la belleza, el éxito o la acepta-
ción social.

Pero, además, el cuerpo también ocupa un lugar central en las expe-


riencias virtuales donde la tecnología ha creado importantes alteraciones y
transformaciones de los estados corporales y emocionales. Justamente,
muchas comunidades virtuales se han convertido en formaciones sociales
que tienen como punto de encuentro el hecho de compartir experiencias de
realización corporal como podrían ser la sexualidad, el embarazo, las en-
fermedades, la dieta o el deporte (Gies, 2009: 320-321).

Uno de los elementos más interesantes de los entornos virtuales es la


gran cantidad de posibilidades corporales que los sujetos tienen a su alcan-
ce. Aquí, más allá de modificar o moldear el cuerpo físico, es posible jugar,
re-crear e, incluso, inventar el cuerpo simbólico, parte esencial de la iden-
tidad personal. Y, como es evidente, las fronteras entre el cuerpo real y el
deseado o el representado son difíciles de encontrar en el espacio virtual.
Como Sherry Turkle (1997) ha sugerido, la adopción y creación de perso-
najes electrónicos está contribuyendo a una reconsideración general de las
nociones tradicionales de identidad, pero también, sin duda, de la corpo-
reidad misma. Aquí, la expresión simbólica, real o imaginaria del cuerpo,
se hace presente gracias a la auto-presentación mediante un avatar, que
hace a los sujetos y los cuerpos situarse en un terreno fronterizo entre lo
natural y lo artificial (Balsamo, 1995).

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La opción de configurar avatares imaginarios, con un aspecto corpo-


ral y social diferente, género neutro o, incluso, sexo contrario (Bruckman,
1996; Turkle, 1997; 2011) no es más que una evidencia de la necesidad
antropológica estructural de los seres humanos de trascender sus propios
límites, sean físicos o mentales. Precisamente esta libertad para poder
construir cuerpos ficticios es la que permite a los sujetos separarse de sus
categorías sociales habituales tales como son el género, la etnia, la edad o
la clase social (Boler, 2007), que generalmente se encuentran ancladas en
el cuerpo físico. No olvidemos que muchas de estas etiquetas dependen del
aspecto y la apariencia y, por tanto, mediante un avatar los sujetos pueden
reafirmar, neutralizar, transformar o negar cualquiera de estos aspectos
sociales impuestos. Al mismo tiempo, las relaciones mediadas por ordena-
dor permiten trascender el cuerpo como esencia y transformarlo en algo
incorpóreo. Sin embargo, incluso en estos entornos anónimos que parecen
eliminar el cuerpo la comunicación continúa siendo materialmente produc-
tiva y la tecnología sigue mediando entre lo físico y lo simbólico (De Lau-
retis, 1987; Haraway, 1985).

6. CONCLUSIONES

En definitiva, no podemos olvidar que el cuerpo es una forma de me-


diación y que, a su vez, es mediado por la sociedad gracias a su capacidad
comunicativa. Dicho con otras palabras, desde el cuerpo y en su represen-
tación –puesta en escena– interactuamos con los otros, nos mostramos u
ocultamos frente a ellos y el mundo. Y en esta interacción, las mediaciones
sociales ocupan un lugar fundamental. Durante nuestro trayecto vital, nos
inventamos diversas narraciones simbólicas autobiográficas que sólo se
hacen tangibles en la interacción física y simbólica con los otros. Estas
formas de narración y representación se hacen desde y en el cuerpo, y con-
forman nuestras historias de vida, fragmentos que se van retocando y que
son imprescindibles para el desarrollo del ser humano.

A nuestro juicio, la yoidad debe ser entendida no ya como una sustan-


cia apriorística o inmutable sino, por el contrario, como un proceso en
constante transformación sujeto al devenir espacio-temporal, que se en-
cuentra muy condicionado por las mediaciones sociales y por el cuerpo
mismo como mediación. A pesar de todas las dificultades que intervienen
en la comprensión de la corporeidad y su capacidad simbolizante, estamos
firmemente convencidos de que la visión simbólico-comunicativa del cuer-

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po, en los términos anteriormente propuestos, es la que aporta mayor can-


tidad de matices y la que se acerca mejor a nuestra propuesta comprensiva
del cuerpo como mediación social.

Valga mencionar que al término de este ensayo se nos abren nuevos


interrogantes y líneas de investigación muy interesantes y complejas sobre
el cuerpo que deben seguir siendo investigadas de manera teórica y empí-
rica. Después de nuestra reflexión podríamos concluir que el cuerpo no es
simplemente una entidad separada de la mente o unida a ella, sino que se
trataría más bien de una forma de mediación social. Además, podríamos ir
más lejos y afirmar que lo corporal es el eje central donde confluyen las
matrices analizadas anteriormente: el sujeto y el mundo, lo interior y lo
exterior, lo individual y lo colectivo, el yo y los otros y las diferentes tem-
poralidades (la presencia y la ausencia). Pero, al mismo tiempo, no pode-
mos olvidar que el cuerpo es también mediado por la sociedad y aquí es
donde los medios de comunicación juegan un rol fundamental: primero
porque las narrativas mediáticas proponen modelos o pautas de cuidado o
transformación del cuerpo mediante sus discursos (sean éstos televisivos,
publicitarios...); segundo, porque las nuevas tecnologías de la información
ofrecen nuevas vías para crear y transformar el cuerpo simbólico.

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ÿEl cuerpo y la corporeidad simbólica como forma de mediaciónŸ

PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

SOLA MORALES, Salomé (2013): “El cuerpo y la corporeidad simbólica como


forma de mediación”, Mediaciones Sociales. Revista de Ciencias Sociales y de la
Comunicación, nº 12, pp. 42-62. DOI:
http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45262

(*)
La autora

Salomé Sola Morales es Doctora en Medios, Comunicación y Cultura por la


Universidad Autónoma de Barcelona, Magíster en Ciencias de la Comuni-
cación por la UAB y Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Uni-
versidad de Sevilla. Ha trabajado como investigadora y docente en la UAB
y la Universidad Internacional de Cataluña durante seis años. En la actuali-
dad en Profesora Asociada de la Universidad de Santiago de Chile, donde
imparte las cátedras de Teoría de la Comunicación IV y Seminario de Títu-
lo I y II. Sus áreas de investigación principales son la antropología de la
comunicación, las teorías de la comunicación y los estudios sobre recepción
e identidad.

RECIBIDO: 23 de mayo de 2013.


ACEPTADO: 03 de diciembre de 2013.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 42-62. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45262
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ÿLa investigación-creación en el contexto de las prácticas estético-artísticas⁄Ÿ

La investigación-creación en el contexto de las


prácticas estético-artísticas contemporáneas.
Desplazamientos disciplinares y desafíos
institucionales

Research-creation in the context of the


contemporaneous esthetic-artistic practices.
Disciplinary displacements and institutional
challenges

Calle, Margarita(*)
Universidad Tecnológica de Pereira – Colombia
aumar@utp.edu.co

Resumen Abstract
En este texto nos ocuparemos de visibili- In this text we will deal with the visibi-
zar algunos de los desplazamientos más lization of some of the most significant
significativos que han sufrido las prácti- displacements that the esthetic-artistic
cas estético-artísticas, enfatizando en el practices have gone through, emphasi-
modo como estas aperturas han aportado zing in the way in which these apertures
a la configuración de una cierta noción have contributed to the configuration of
de investigación-creación, en un momen- certain notion of research-creation, at a
to las creaciones artísticas aparecen time when the artisitic creations appear
imbricadas en un campo complejo de imbricated in a complex field of rela-
relaciones conformado por saberes, tradi- tionships made up of perceptions, tradi-
ciones, instituciones y efectos pragmáticos, tions, institutions and pragmatic effects,
que hacen de tales prácticas una auténti- which make of such practices an authen-

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ca sedimentación de lo que podemos tic sedementation of what we can recog-


reconocer como procesos culturales. nize as cultural processes.
Palabras clave: arte contemporáneo, Keywords: Contemporary Art, Re-
investigar-crear, prácticas estéticas y search-Creation, Creation, Esthetic and
artísticas. Artistic Practices.

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Casi toda obra seria de arte contemporáneo recapitula,


en algún nivel implícito o explícito, el orden histórico a que pertenece.
La conciencia de lo precedente ha llegado a ser casi la condición
y la definición de las ambiciones artísticas mayores.
Thomas Crow

1. INTRODUCCIÓN

Hasta bien avanzado el siglo XX, el abordaje de los problemas vincu-


lados al campo de la estética y la creación se desplazaron dentro de marcos
interpretativos y procedimentales, que optaron por privilegiar unas epis-
temes y unas estructuras conformativas en detrimento de otras. En nues-
tro momento actual tales procesos han sido objeto de aperturas y replan-
teamientos que han colocado la investigación-creación en un campo de
cruces e intercambios disciplinares que buscan validar nuevos modos de
identificar significados y construir posturas alrededor de los fenómenos
del arte, la estética y la cultura. En coherencia con estas dinámicas, en este
texto nos ocuparemos de visibilizar la concreción de tales desplazamien-
tos, con miras a despejar posibles rutas para abordar los procesos de inves-
tigación-creación en una época en la que las prácticas estético-artísticas
aparecen imbricadas en un campo complejo de relaciones conformado por
saberes, tradiciones, instituciones y efectos pragmáticos, que hacen de
tales prácticas una auténtica sedimentación de lo que podemos reconocer
como procesos culturales.

Los presupuestos que articulan esta propuesta se derivan de la expe-


riencia de enfrentar, desde hace más de una década, la tarea de comprender
las lógicas de producción de las artes plásticas y visuales, en una época en
la que los pluralismos expresivos y los intercambios disciplinares tienden a
relativizar los procesos que conciernen a la pregunta por el lugar de la
investigación en la creación artística, al tiempo que las instituciones de
arte y la academia usan y abusan del sentido de la relación investigar-crear
en convocatorias, programas de formación y escenarios de legitimación del
trabajo creativo, esquivando, no obstante, el debate sobre las reglas de
juego para visibilizar los proyectos y la producción artística que promue-
ven. Nuestra postura apunta a desplegar, a través de ciertas prácticas y
procesos de configuración, algunas rutas para sustentar cómo no es posible
producir arte con sentido, por fuera de una conciencia crítica de organiza-

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ción y sistematización de los acumulados de la cultura, que problematicen


la tradición, nuestras relaciones espacio-temporales, el vínculo de las obras
con sus contextos particulares de producción, la experiencia del espectador
y las narrativas más afianzadas por el arte y la estética.

Asumir que todo artista es un investigador o que quien crea al mismo


tiempo investiga, se ha convertido en un comodín al que se recurre cada
vez con mayor frecuencia, sobretodo en el campo de producción del arte
actual cuando se reclaman orientaciones más claras para abordar la comple-
ja relación entre investigación y creación. Situación que implica, tanto a los
artistas formados dentro del paradigma tradicional, como a quienes apenas
se adentran en las particularidades de sus programas de formación profe-
sional. Claro que de este reduccionismo tampoco se escapan las institucio-
nes y todo el sistema de organización y circulación del arte que tiende a
homologar procesos y a homogeneizar el campo de producción de las cien-
cias humanas dentro de una misma lógica de producción de conocimiento.

Hasta hace muy poco parecía haber un consenso sobre lo que hacían
los artistas: creaban obras de arte y punto. La preocupación por el trasfon-
do investigativo de la producción artística es reciente, –lo que no se tradu-
ce en que antes los artistas no investigaran– y obedece al agotamiento de
los paradigmas configuradores que validaron la producción artística, casi
hasta finalizar la segunda mitad del siglo XX. Un sondeo en los círculos
más cercanos de artistas y formadores en las escuelas de arte hoy, sobre el
tipo de creaciones que producen, nos puede ayudar a constatar cómo ha
cambiado la percepción sobre la naturaleza de las cosas que hacen los ar-
tistas. A lo sumo, muchos dirán que hacen obras o que desarrollan series
de un determinado tema, pero la gran mayoría hablarán de «proyectos»
estéticos o artísticos, poniendo acento en alguno de los dos dominios o en
ambos. En todos los casos, aludirán a complejos procesos de naturaleza
disímil, gestados, no ya en talleres tradicionales, sino en sofisticados «la-
boratorios de investigación-creación», en los que las prácticas y los forma-
tos más generalizados del arte son desplazados por enormes contenedores
de información, archivos documentales y visuales, programas informáticos
de autoedición para el manejo de texto y gráficos, o para la simulación o
manipulación de imágenes en movimiento, entre otros. Por eso, muchos de
los profesionales actuales del campo se cuidan de afirmar de plano que son
artistas o que lo que realizan son obras de arte. Si se impone la noción del
proyecto, como dispositivo abarcante para la organización de grandes cor-
pus visuales y conceptuales que derivan en obra plástica o visual, o en ini-

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ciativas de gestión, de curaduría, de movilización cultural e incluso de


intervención social; si la noción de «proyecto», de raigambre “científica”,
en tanto responde al concepto clásico de la ciencia modernamente pensada,
pasa aquí al dominio de la práctica artística con una amplitud tan grande
como ambigua; si ya no se requieren talleres, sino laboratorios conforma-
dos por sistemas informáticos especializados, espacios específicos e inespe-
cíficos, redes mediales o dispositivos de inmersión en espacios simulados,
entre muchas otras posibilidades, entonces cabe preguntar ¿cuál es la lógi-
ca de producción que se impone en el campo de las prácticas artísticas
contemporáneas y, de qué manera se patentiza la investigación en este
modo de proceder?

2. DE LA UNIDAD FORMAL A LA RETÓRICA VISUAL

El arte es deudor de una larga historia en la que, por lo menos, se pue-


den reconocer tres grandes paradigmas de producción:

2.1 La obra única

El primero es el de la obra única, en el que no se diferencia espacio-


temporalmente el momento de la concepción y el de la materialización de la
obra. En este paradigma se ubican gran parte de los ismos de las vanguar-
dias, con su impulso codificador y normatizador de la experiencia del arte y,
especialmente, de la vida como forma de arte. Su singularidad parecía radi-
car, según Anna María Guash, en el “efecto shock” (Guash, 2011: 9) que
debía producir la obra en un espectador afectable, al que, por demás, se le
exigía un trasfondo cognitivo como garantía para alcanzar la experiencia
estética que la obra prometía.

A pesar del convencionalismo formal que las sustentó, un estudioso de


la pintura moderna como Filiberto Mena (1977: 13), encontrará en las prác-
ticas de algunos vanguardistas como Cezanne, Seurat, Signac o Pissarro una
actitud analítica, que apuesta por visibilizar un nuevo régimen de produc-
ción en el que proceso, comportamiento estético y concepto, empiezan a
desviar la experiencia y la acción plástica hacia otros contextos organizati-
vos. Tal actitud se concreta en un desplazamiento del plano de la expresión
y la representación al plano de la reflexión, proponiendo una idea de arte
que debe ser decantada en función de un saber-hacer, antes que en el mero
objeto artístico. Es decir, que el artista se compromete con la construcción

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previa de la obra como concepto y acontecimiento antes que en su realiza-


ción como acto. Un procedimiento que, como puntualiza Mena, empuja al
artista a “empeñarse en la construcción de un discurso sobre el arte, en el
mismo momento en que, de manera concreta, hace arte” (Mena, 1977: 10).

Como resultado de este giro emerge, lo que podríamos denominar, un


filón para la investigación-creación artística, que despeja, primero, “la con-
figuración de un campo de investigación sobre el sistema del arte”, y se-
gundo, “una investigación sobre el sistema (o el subsistema) de la pintura”
(Mena, 1977: 10). Los ejemplos que mejor ubican estos dos modos de pro-
ceder los encontramos, para el primer caso, en el arte conceptual, particu-
larmente por la manera como estas prácticas interrogan la noción de arte,
valiéndose para ello de un ejercicio progresivo de abstracción en el que las
relaciones entre lenguaje e imagen, y entre representación y realidad, pier-
den la intención de ser un mero juego metafórico, justamente, porque como
señala Jairo Montoya “tanto el arte como el lenguaje han abandonado ese
lugar exterior de una mediación instrumental entre hombre y mundo en el
cual pudieron ambos pensar desde la filosofía griega” (Montoya: 2008:193).

A partir de esta suerte de re-territorialización de la experiencia del


arte y de la vida, se abre un lugar para aquellas prácticas artísticas que
conjugan cuerpos abstraídos en expresiones proposicionales con otros
cuerpos-lugares que hacen presencia o se visibilizan en sus propias ins-
cripciones. En el orden configurador de la obra empieza a perder peso,
entonces, la noción de la obra como facto, como cosa acabada, para ganar
relevancia, en su lugar, la creación artística en términos de su organización
procedimental. En todos los casos, el lenguaje cumple un rol que será do-
minante en el proceder del arte contemporáneo: sirve como “artificio retó-
rico, –se configura como– una especie de mnemotécnica, para elevarse de
lo sensible a lo abstracto, de la fisicidad de la cosa (objeto, imagen, pala-
bra), a los procedimientos mentales que actúan en la formación del arte y
de sus estatutos valorativos” (Montoya, 2008: 11). En el contexto de las
prácticas artísticas en Colombia artistas como Antonio Caro, Bernardo
Salcedo, Álvaro Barrios y, más recientemente, Johanna Calle han sido cla-
ves para visibilizar estos procesos en toda su complejidad sintáctica, se-
mántica y expresiva.

El segundo caso, nos lo amplía el gran repertorio de transformaciones


que empieza a sufrir la pintura en el momento en que, tanto la idea y como
la ejecución, son sometidos a un proceso de formalización, que busca afian-

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zar la autonomía expresiva del medio plástico, al tiempo que se apela por la
configuración de un sistema formal para la pintura. La concepción interna
del plano representacional en unidades y formas progresivas, que luego
alcanzarían su coherencia y articulación en un soporte determinado, permi-
tieron a los artistas que optaron por esta vía, como Seurat y Cezanne, para
nombrar sólo algunos, tomar distancia con los mecanismos perceptivos que
impulsaron los impresionistas, para privilegiar, en su lugar, la concepción
de lo procedimental y la resignificación de los signos del lenguaje visual, en
relación con el contexto particular que demandaba cada creación. En cierto
modo este proceder configura un ejercicio de desvelamiento en el que, de
acuerdo con Mena, el cuadro como ícono de completitud parece perder peso,
se desmaterializa en su densidad, dejando entrever la trama estructural de
la pintura como tal: su lógica interna (Mena, 1977: 15).

Dado que nuestro interés radica en mostrar también estos procesos


en obras que nos son más familiares en los circuitos del arte en Colombia,
podemos señalar, en este caso, el trabajo de Luis Caballero, especialmente
su obra “La cámara del amor” de 1968, en la que el artista despliega la
acción del pintar y el acto de ver, por fuera del plano cerrado del «cuadro
cuadrado». Además de fragmentar el motivo y escenificar su puesta en
obra, a la manera de la instalación, este trabajo de Caballero también anti-
cipa una nueva experiencia visual para el espectador, toda vez que replan-
tea su relación con la obra y con el espacio expositivo. Del mismo modo
podemos hablar de la obra de Beatriz González, especialmente las series
“Los suicidas del Sisga I y II” de 1965, la serie preparatoria “Boceto para
1/500”, “Estudio para 1/500” y el montaje serigráfico “1/500”, de 1992,
así como su serie “Las Delicias” de 1997; series en los que González traba-
ja reiteradamente sobre un mismo motivo, variando su cromatismo y su
gestualidad, pero insistiendo, en todos los casos, en desnaturalizar imáge-
nes banalizadas por los medios de comunicación impresos, para recuperar-
nos en el asombro, en el significado, en todo el gesto arrebatado por la
retórica mediática.

Aunque a nivel de soportes y medios este primer paradigma no tras-


pasa los dominios técnicos más tradicionales –óleos sobre lienzo o sobre
madera–, es posible leer aquí una clara apuesta por la instauración de una
nueva proxémica del acto de ver, por la inscripción de nuevas textualida-
des visuales y la reescenificación del espacio de recepción de las obras, con
el consecuente reforzamiento de las funciones, modos de transmisión y
circulación en las prácticas estético-artísticas actuales.

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2.2 Lo discontinuo, lo plural, lo dislocado

Un segundo paradigma lo ubicamos en los procesos de multiplicación


y fragmentación del objeto artístico, su desestructuración y dispersión
expresiva bajo la forma del collage y del collage montaje. Esta perspectiva
desestructurante, que nace con el cubismo, constituye una derivación del
paradigma anterior en la medida en que realiza la tendencia que ya se in-
tuía en la pintura analítica, de detonar las bases de la representación for-
mal. La finalidad del procedimiento que plantea la emergencia del collage
tiene valor para la comprensión de las relaciones entre investigación-
creación, en la medida en que abre, por un lado, la tendencia al apropiacio-
nismo y, por el otro, materializa la estrategia mnemotécnica de inventar o
figurar un espacio otro, enteramente fragmentario, que rompe con la no-
ción de un espacio-soporte continuo, e introduce la posibilidad de una nue-
va figuración, basada en la diferencia y la inserción de lo cotidiano en el
espacio de la obra.

La apropiación, y fundamentalmente la apropiación crítica, configura


una estrategia revolucionaria, de carácter intertextual, de interrelación y
relectura de corpus de naturaleza y materialidad disímil, que por vía de
recursos como la citación, el plagio o la alusión, se hacen un lugar en la
práctica del arte. Como estrategia creativa y discursiva, la apropiación y la
transferencia señalan un actitud reflexiva y crítica, si se quiere, en relación
con lo que se relee y reescribe, se presta o se transfiere, se importa o se
hace migrar, dado que implica una toma de conciencia sobre el modo como
opera un determinado campo de producción, los contenidos que moviliza y
los circuitos que lo dinamizan.

En la concreción que singulariza la puesta en obra, el apropiacionista


se desplaza de manera libre entre el representar y el presentar, entre la
edición y el ready-made, entre el denominar y el señalar, dislocando las
formas, jugando con el sentido y la referencialidad, a medida que sustituye
“los medios expresivos –ya gastados– de la tradición por los materiales
creados por las nuevas condiciones de vida” (Mena, 1977: 37). Un replan-
teamiento revolucionario que, al lado del paradigma vanguardista muestra
el tránsito de una problemática creativa desestructurante que pone en
crisis el sistema orgánico del arte, para extender, en sentido amplio, las
posibilidades de la creación artística. En esta distensión de dominios se
afianza la relación del artista con elementos y objetos del mundo cotidiano

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lo que, a su vez, se convierte en estímulo para implantar nuevas políticas


de la visualidad en las que la autorreflexividad y el diálogo con lo plural
devienen verdaderas estrategias transfiguradoras del sentido.

En la consideración que nos ocupa, la particularidad de este tipo de


prácticas radica en el hecho de que la mayoría emergen en condiciones en
las que “el formato reglamentario” (Richard, 2007: 29), de configuración
única resulta insuficiente como dispositivo para exteriorizar la intensidad
del obrar estético y material de las obras. La custodia de ciertos valores
formales y de estructuras conformativas, afianzadas en la sublimación de la
experiencia del yo del creador, ha hecho de la estrategia normativa, y por
ende institucional, un recurso político, usado para afianzar “un repertorio
fijo de valores inalterables” (Richard, 2007: 29) que, desde la perspectiva
dictatorial de quien los regenta, deben ser protegidos contra la amenaza
del desorden, del caos, de la contaminación que representa el arte actual.
Al subvertir los encuadres normativos, tanto desde lo procedimental, co-
mo desde lo conceptual, la creación en clave de investigación posibilita
otras experiencias de pensamiento y transmisión en las que se amplían los
repertorios configuradores, anticipando, de manera particular, nuevos
comportamientos en todo el sistema de organización y circulación del arte.

Desde este contexto podemos hablar de un artista como Bernardo


Salcedo con su serie “Cajas” (1966), en las que ensamblaba fragmentos de
objetos de diferente procedencia, jugando con la antiforma, lo arbitrario y
lo irónico. Igualmente podemos hablar de una artista como Ethel Gilmour,
quien a partir de elementos míticos y objetos cotidianos, muchos de ellos
circunscritos a la vida doméstica y a los estereotipos de la realidad colom-
biana reconfigura una posibilidad de acercamiento a la historia de la vio-
lencia y muerte que ha vivido el país desde mediados del siglo XX.

2.3 El arte como archivo

El tercer paradigma cobija aquellas experiencias artísticas que toman


como punto de partida la lógica del archivo como sistema de memoria
material. Los inventarios de imágenes, objetos, registros visuales, fotogra-
fías, documentos históricos, entre otros, constituyen un recurso fundamen-
tal en los procesos de configuración y puesta en obra de artistas y curado-
res contemporáneos, y muestran el deslinde de las prácticas artísticas ha-
cia otras disciplinas como la historia, la etnografía, la sociología, entre
otras, a las cuales tiende a desafiar en sus límites y metodologías, proyec-

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tando derivas poco convencionales para construir, por ejemplo, las rela-
ciones entre teoría y práctica.

De acuerdo con Anna María Guash, hasta los años 90 no se patentiza


la tendencia que toma en consideración la práctica artística “como archi-
vo”. Esta tendencia, que implica una nueva manera de considerar lo otro
en la conformación de la propia experiencia creativa, se expresa, funda-
mentalmente, “en la voluntad de transformar el material histórico oculto,
fragmentario o marginal en un hecho físico y espacial, caracterizado por su
interactividad” (Guash, 2011: 163). De la esfera privada a la pública, del
constructo documental al visual, del soporte físico al digital, las creaciones
artísticas en clave de archivo comportan una operatividad dinámica, son
registros del registro, mnemotecnias reactivas que abren otras posibilida-
des para reescribir la memoria, sobretodo cuando la cultura digital se
vuelve dominante con sus formas de almacenamiento, clasificación y circu-
lación de estas producciones.

En la experiencia particular de investigación que me ha ocupado en


los últimos años, las prácticas artísticas que toman como punto de partida
el paradigma del archivo son tributarias de unos procesos creativos inte-
grados, que atienden a la discontinuidad de los relatos menores por vía del
recurso de la deconstrucción formal y semiótica. Para Anna María Guash,
la función del arte, en este sentido, “no es afirmar la tradición sino encon-
trar «algo nuevo» en cada instante, un instante entendido como «tiempo-
ahora» (al margen de los nexos causales que establece el historicismo) que
condensa en sí mismo la historia del pasado” (Guash, 2010: 165).

Sin duda alguna, los diferentes contextos de violencia política en Co-


lombia y América Latina han sido uno de los principales estímulos para el
trabajo etnográfico y el ejercicio archivístico de carácter crítico de un ar-
tista como José Alejandro Restrepo, quien desde experiencias que bien
podríamos denominar de iconofilia e iconoclastia, se ha ocupado de deses-
tructurar las grandes narrativas nacionales, contrarrestando su peso con
gestos y acciones plásticas en las que se revelan nuevos desafíos éticos,
estéticos y políticos. Esto es precisamente lo que logra en trabajos como
“El paso del Quindío 2”, desarrollado entre 1996 y 1998. En esta obra el
artista se vale de una serie de imágenes en video en las que aparece un
silletero o carguero, de los que todavía transitan por algunos caminos del
Chocó colombiano. Estas imágenes en movimiento son puestas en relación
con grabados e ilustraciones provenientes de la Geografía pintoresca de la

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Nueva Granada y con textos relatados por cronistas del Siglo XIX, en un
intento por visibilizar el micro poder que concentra la práctica del cargue-
ro. ¿Quién domina a quién? Esa parece ser la pregunta que pone a circular
el artista José Alejandro Restrepo en esta instalación, tomando como refe-
rencia un planteamiento de Foucault en el que señala cómo el poder se
define por singularidades (Foucault, 1979). De cara a los relatos de la his-
toria y a su retórica visual el modo como en esta obra se usan los archivos
históricos nos posibilita deconstruir las relaciones espacio-temporales
frente a nociones como discontinuidad, progreso y desarrollo, al tiempo
que se refuerzan la idea de que los archivos practicados son referentes que
hablan, transmiten ideas, problematizan miradas y, en todos los caso, se
vuelven procesualidad.

En el mismo sentido podemos hablar de la serie “Las Delicias” (1997)


de Beatriz González. Como es propio de su trabajo, en ella la artista recu-
rre a imágenes mediales, escenografías y expresiones que se repiten coti-
dianamente a través de los medios masivos, particularmente por los me-
dios impresos, para re-crear el modo como se alude a la violencia política
en Colombia. La serie surge a partir del ataque perpetrado por el grupo
guerrillero de las FARC a la base militar de Las Delicias, en el Putumayo,
el 30 de agosto de 1996, donde murieron 31 militares, 17 quedaron heridos
y 60 fueron secuestrados. Inicialmente, la artista proyecta realizar una
serie de 365 obras, ejecutando una por día, no obstante, la serie se concreta
en 30 pinturas sobre lienzo entre las que sobresale “Mátenme a mi que yo
ya viví”, pintura que toma como referencia un artículo publicado en el pe-
riódico El Tiempo, titulado “Mátenme a mi que yo ya viví lo suficiente” y
que alegoriza el drama y la impotencia de las madres, frente a la determi-
nación de los violentos. El interés por recuperar de los medios masivos
repertorios de imágenes, de gestos, y comportamientos cotidianos le posi-
bilita a González re-codificar la realidad y sus circunstancias, reescribién-
dola en materialidades y gestos que precisan siempre un vínculo transmi-
sible para su comparecencia como forma cultural.

5. CONCLUSIONES

El arte no progresa, se acumula

A pesar del movimiento que sustentan los tres paradigmas referidos,


hasta ahora nadie se ha atrevido a decir que las producciones artísticas

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estén impulsadas por el ritmo que marca el progreso, o por el vector que
impulsa la evolución. Desplazamiento, ruptura, retorno, mutación, decons-
trucción, resistencia, simulacro, apropiación o reapropiación, son algunas
de las estrategias de las que se ha valido la creación artística para dar
cuenta de su relación paradojal entre permanencia y cambio, en cuya
apuesta se afianza el lugar que el arte ocupa en la cultura. A esta relación
hace referencia Francois Dagognet cuando señala que los procesos del arte
nos han colocado frente a una suerte de “revolución acumulativa” (Da-
gognet, 1999: 32) que, no obstante la aparente estaticidad y la densificada
conformación de sus productos, se nos presentan como potentes dispositi-
vos culturales, claves para actualizar la discusión sobre los valores forma-
les y expresivos de las obras, sus lógicas de configuración, sus modos de
circulación social y transmisión en el tiempo.

Lograr una conciencia plena de esta condición no es tarea fácil, pues el


impulso que nos domina tiende a estar más conectado con aquella raciona-
lidad que busca establecer linealidades y conexiones causales, aún en rela-
ción con los fenómenos culturales. Por eso el desafío que enfrentan las
prácticas estético-artísticas hoy radica en reconocer, generosamente, en
esta inestabilidad el potencial para un ejercicio, que al tiempo que reclama
una actitud crítica de apertura permanente, también exige configurar pro-
cesos de mayor alcance, en los que la idea de esa “revolución acumulativa”
de la que habla Dagognet, se piense con relación al propio contexto del
artista, de tal manera que al lado de la noción de PROYECTO se convierta
en una alternativa para canalizar, organizar y articular la profusión de re-
cursos expresivos, motivos, registros soportes, saberes y sistemas configu-
radores que pueden llegar a tener cabida en las prácticas del arte actual.

Es la multiplicidad y no la singularidad la que determina el rasgo epo-


cal de la creación artística contemporánea. Así lo sustentó José Luis Brea en
su texto “El fin de la obra singular”, al establecer que

“el tiempo en que las artes tenían por misión respaldar el imaginario de un
mundo de los seres particulares es un tiempo pasado, muerto. Y felizmente
muerto, por negador del ser en su despliegue infinitésimo e innumerable, como
epifanía radical de la diferencia” (José Luis Brea, 2004: 34).

La sucesión entre sistemas de producción y reproducción configura un


motor para la cultura, y una estrategia renovadora para deponer lo absoluto,

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lo estable y lo excluyente como preceptos de la creación artística a favor de


lo pluriforme, lo inestable, lo incluyente.

La perspectiva que se abre en la consideración de las relaciones entre


investigación y creación artística es aquella que ve en el movimiento ex-
pansivo y transfigurador del obrar del arte la posibilidad de reconfigurar
permanentemente el “nuevo objeto” que emerge de sus reacomodamientos
temporales, en atención a los procedimientos y a las apuestas expresivas
que median entre los ámbitos de producción y de recepción de las obras.
De manera consecuente con su naturaleza indeterminada y abierta, la
comprensión de tal densidad reclama un abordaje capaz de mostrar la lógi-
ca de este campo de producción de sentido, en relación con los entredichos,
las valoraciones, los límites y las transgresiones que el plexo de las prácti-
cas estético-artísticas de nuestro tiempo plantean.

En su práctica, el arte se ha valido de usurpaciones y trasteos, de


préstamos e intercambios para llegar a consolidar el amplio y complejo
campo de maniobra en el que se mueve actualmente. No obstante, faltan
luces para organizar este horizonte de intervenciones y búsquedas; nos
hace falta hallar categorías que desalojadas de los viejos atavíos epistemo-
lógicos y pragmáticos creados por otras disciplina, nos permitan organizar
las prácticas y los comportamientos que nos conciernen, dentro de una
lógica otra, menos resistente a comprender y potencializar los modos co-
mo se desenvuelve y opera este campo en la actualidad. Esta búsqueda y
posible intervención, debe involucrar, además de los programas formativos
ofertados por las universidades, los ámbitos de la escuela y de la educación
no formal, en los que suelen replicarse, sin mucho discernimiento, los dis-
cursos y las posturas que se ponen a circular desde los centros dominantes
de la institucionalidad, porque desde allí se pueden tejer condiciones de
intercambio y retroalimentación que, de manera también procesual, vayan
generando impactos en el mediano y largo plazo, en los modos de percibir,
comprender y transmitir las producciones artísticas.

BIBLIOGRAFÍA
BREA, J. L. (2004): El tercer umbral. Estatuto de las prácticas artísticas en la era del
capitalismo cultural. España: CENDEAC.

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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

CALLE, Margarita (2013): “La investigación-creación en el contexto de las prácticas


estético-artísticas contemporáneas. Desplazamientos disciplinares y desafíos institu-
cionales”, Mediaciones Sociales. Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación,
nº 12, pp. 65-79. DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45263

(*)
La autora

Profesora titular del Departamento de Humanidades e Idiomas de la Facul-


tad de Bellas Artes y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Perei-
ra, donde dirige la Maestría en Estética y Creación, y coordina el Grupo de
Investigación en Arte y Cultura, y la línea de investigación en arte contem-
poráneo. Autora de los libros Metáforas urbanas, el artista y la ciudad,
premio de ensayo, Instituto de Cultura de Pereira, 2003; Perspectivas histó-
ricas del desarrollo de las artes plásticas en Pereira, Universidad Tecno-
lógica de Pereira, 2006; y, Mutaciones y registros. Desplazamientos y con-
vergencias del arte contemporáneo en Colombia, Universidad Tecnológica
de Pereira, 2011. El presente texto hace parte de las reflexiones derivadas
del proyecto “Decentramientos estéticos y prácticas artísticas contemporá-
neas. La paradoja de las identidades y la negociación cultural”. Ellas a su
vez articulan nuevos desarrollos en el proyecto “El arte como archivo, lo
otro como testimonio, el artista como testigo”, desarrollado desde el Grupo
de Investigación en Arte y Cultura, línea de investigación en Arte Contem-
poráneo, en coautoría con el profesor Felipe Martínez Quintero.

RECIBIDO: 21 de enero de 2013.


ACEPTADO: 04 de septiembre de 2013.

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II. Instituciones mediadoras
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La producción de programas dramatizados


radiales: un análisis desde las mediaciones.

The production of dramatized radio programs:


an analysis from the mediations.

Beatriz Elena Fonseca Muñoz(*)


Universidad de la Habana- Cuba
beatriselena@fcom.uh.cu

Resumen Abstract
Muchas son las generaciones que han Many are the generations that have
crecido, soñado, sufrido, reído, entre otras grown, dreamt, suffered, laughed, among
experiencias, con la magia que transmi- many other experiences, with the magic
ten los mensajes radiales. No obstante, en transmitted by radio messages. However,
términos de investigación, el medio ra- on terms of research, the radio media on
dial en la realidad cubana no ha tenido the Cuban reality has not had a strong
una fuerte presencia. En esta última presence. In this last decade, a discrete
década se observa un discreto interés interest is observed among researchers for
entre los investigadores por el estudio de the study of this media. The dramatized
este medio. Los programas dramatizados radio programs are one of the less resear-
radiales son unos de los menos investiga- ched and that´s why the present job the
dos y es por ello que en el presente trabajo highlights the moment of its production,
se destaca el momento de su producción, analyzing it from the theory of media-
analizándolo desde la teoría de las me- tions from Manuel Martín Serrano.
diaciones de Manuel Martín Serrano. This enables to examine the behavior of
Esto posibilita examinar el comporta- this process in a determined historical

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miento de este proceso en un contexto context.


histórico determinado.

Palabras clave: Radio cubana, dra- Keywords: Cuban Radio, dramatized


matizados radiales, Radioarte, media- radio, Radioarte, mediations, production
ciones, producción de programas. of programs.

1. INTRODUCCIÓN

Sistematizado por Martín Serrano (1993), el enfoque de los estudios en


comunicación desde las mediaciones permite el análisis de las mismas en los
diferentes momentos del proceso comunicativo, si bien es cierto que el de
mayor interés ha sido la recepción, en la cual marcan pautas las investigacio-
nes de autores como Martín Barbero (1987).

El objetivo del presente trabajo es examinar el proceso de producción de


los dramatizados radiales en el contexto cubano, específicamente en la pro-
ductora Radioarte, desde el enfoque de las mediaciones, pues “La elaboración
de un método para el estudio de la producción social de comunicación permi-
te comprender cómo intervienen las instituciones mediadoras con sus pro-
ductos comunicativos en la propuesta de visiones del mundo” (Martín Se-
rrano, 1993: 106).

El medio radial resulta muy poco favorecido en el campo investigativo,


más aún desde las posiciones del emisor y sus modos de hacer. Según estu-
dios realizados1 la investigación sobre la radio ha abarcado las siguientes
temáticas, en sentido general:

• Estudios históricos de algunas emisoras provinciales y munici-


pales o de determinados programas no dramatizados.
• Análisis de contenido de programas no dramatizados, funda-
mentalmente informativos.
• Análisis de contenido de una programación con un perfil de-
terminado. Por ejemplo, la infantil y juvenil.

1
Nos referimos a los estudios realizados por los miembros de la Línea de Investigación Campo
Académico de la Comunicación en Cuba, coordinada por la Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana en vínculo con otras instituciones docentes y científicas del país.

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• Valoración de la calidad de diferentes programas no dramati-


zados.
• Investigación de audiencia.

Los resultados anteriores demuestran que los emisores apenas han sido
objeto de estudio. La primera década del presente siglo, marcó una discreta
atención hacia los mismos; pero ninguna de las investigaciones tiene como
centro a la programación dramatizada2. Resultan favorecidos los informati-
vos, acompañados de la investigación sobre programas musicales, comunica-
ción e identidad organizacional y estrategias de comunicación.

Si bien los emisores y, en este caso, la programación dramatizada ha


despertado cierto interés en algunos investigadores, se debe precisar que las
“miradas” no se han detenido en el proceso productivo en sí de dichos pro-
ductos y, menos aún, en las mediaciones que se manifiestan en este proceso.

Sin embargo, esta situación es diferente en la programación informativa,


incluyendo la radial, donde la producción de información y sus elementos
mediadores sí han captado y captan el interés investigativo.

Considerando que producir un relato no es fruto de “un ejercicio de li-


bertad de imaginación”, sino que en este proceso ocurren “acotaciones comu-
nicativas” y de otra índole, provocadas por determinadas acciones de los
actores que intervienen en este proceso, se reitera el propósito de demostrar
la validez de enfocar el análisis de la producción dramatizada radial desde la
perspectiva de las mediaciones.

Al referirnos a la productora Radioarte, explicamos de forma general,


cómo transcurre el proceso de creación de su programación variada, desta-
cando los diferentes momentos que la misma incluye hasta la distribución del
producto. Luego se analizan algunos aspectos, desde la perspectiva de las
mediaciones, que se manifiestan en este proceso productivo.

2
A partir del 2005 ha existido un creciente interés en la Facultad de Comunicación Social de
la Universidad de La Habana por el estudio de los emisores, específicamente con relación a
los programas dramatizados, tales como los Trabajos de Diploma. Las novelas del aire. Pa-
norámica del melodrama radial cubano de los años 40, de Nabil García Alfonso (2005); Lo
que el río arrastra: Un acercamiento teórico-histórico a la radionovela cubana de la década
del sesenta, de Sarahí García Contreras y Yeanny González Peña (2007); y, Cuando la feli-
cidad llega al espacio. Tu Novela de Amor, de Anabel Quiñones (2012).

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2. DESARROLLO

Radioarte, creada el 6 de abril de 1984, es la única productora de pro-


gramas dramatizados que existe en Cuba. Junto a ella se encuentran emiso-
ras que producen y transmiten programación dramatizada, pero solo esta
entidad es la que se dedica a producir programas que envía a setenta y tres
emisoras de todo el país.

La programación abarca seriados y unitarios organizados en diversos


espacios: Novela Universal, Novela Cubana, Teatro, Cuento, Aventuras,
Policíaco y otros programas de orientación social, de carácter histórico,
jurídico y proyectos que pueden ser propuestos por escritores, institucio-
nes, organismos o por la propia productora sobre los temas ya menciona-
dos u otros de interés.

El enfoque de las mediaciones expuesto por Martín Serrano (1993) es


válido para examinar y fundamentar, teóricamente, el proceso de produc-
ción de la productora ya mencionada.

Entre los aspectos analizados por el autor, que pudieran constituir


pautas teóricas a considerar, se encuentran:

• Pertinencia del análisis de los procesos de producción


comunicativa desde el enfoque de las mediaciones.
• El concepto de mediación. Su carácter institucionalizado.
• La conceptualización de mediación cognitiva y estructural.
• El producto comunicativo y sus dimensiones.
• Las tres mediaciones de la producción de comunicación pública.

2.1. Pertinencia del análisis de los procesos de producción comunica-


tiva desde el enfoque de las mediaciones.

La comunicación producida desde lo dramatizado exige un carácter de


proceso, donde todos sus momentos manifiesten un comportamiento orgáni-
co, es decir, garanticen la dinámica de cada parte a su interior y, con ello, su
interrelación con respecto al resto de las partes del proceso. Esta situación,
por tanto, presupone la manifestación de ciertas mediaciones que intervienen
en el devenir de estas acciones, imprimiéndole un carácter sistémico.

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Comprender la producción de este tipo de programación radial exige


una visión dialéctica del mismo, en el cual las mediaciones tienen su papel.

Refiriéndose a la necesidad de este análisis, Martín Serrano señala que


“La mediación pretende ofrecer un paradigma adecuado para estudiar todas
aquellas prácticas, sean o no comunicativas, en las que la conciencia, las conductas
y los bienes entran en procesos de interdependencia (…)”3.

La necesidad de un enfoque basado en el análisis de la mediación se


hace sentir cuando el manejo de la información, de los actos, de las mate-
rias, se manifiesta como una actividad que no puede ser disociada ni anali-
zada por partes. La producción de información destinada a la comunicación
pública es una de esas actividades (1993: 21).

Como ya expone Martín Serrano (1993) y se ha afirmado anterior-


mente, el proceso productivo de comunicación pública no puede analizarse
por partes, sino en interrelación y asumiendo la conceptualización de la
información sin reducirla a la programación informativa. Sobre la amplia-
ción de este concepto se hace referencia más adelante.

Si se detiene el análisis en la creación de los programas dramatizados


radiales en Radioarte, se observan cuatro momentos importantes: la escri-
tura del libreto, su asesoría, grabación y distribución, cada uno de los cua-
les contiene en sí su propia dinámica que determina el comportamiento del
proceso en su totalidad y permiten un resultado final, cuya calidad depende
de cómo se desarrolle dicho proceso. El enfoque de las mediaciones es bá-
sico cuando se pretende construir, de forma general, el entretejido que se
manifiesta en todos los aspectos que intervienen y hacen posible un pro-
grama dramatizado radial.

2.1.1 Escritura del libreto

Escribir el libreto es uno de los primeros momentos que marcan la


producción de un programa radial, en el presente caso, del dramatizado. Se
dice uno de los primeros momentos y no el primero, porque si bien tener el
libreto en soporte de papel marca el final de una etapa y principio de otra,

3
Todas las cursivas son propias del autor citado.

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antes de obtener el mismo, el escritor debe proponer un tema y analizarlo


junto a la asesora y el director que correspondan.

Cuando se dice proponer, se indica que el tema escogido por el escritor


debe, por supuesto, motivarlo a crear una obra, pero a la vez, corresponder-
se con la política de programación que rige en la institución, siendo este
elemento uno de los que median los temas a tratar en el contenido de los
mensajes, así como el modo de reflejarlos. En otras palabras, la política de
programación es una mediación en los temas y enfoques que los escritores
deben proponer para un programa dramatizado, “Tales narraciones ponen en
relación los sucesos que ocurren con los fines y con las creencias en cuya preserva-
ción están interesados determinados grupos sociales” (Martín Serrano, 1993: 36).

Aprobado el tema a desarrollar se contrata al escritor y se establecen


las tarifas de pagos, según características del libreto y del espacio al que
corresponde la propuesta, o sea, si es aventura, radioteatro, radiocuento,
policíaco, entre otros. Además, se aplica un aumento de pago por porcien-
to, según criterio de la asesora por la complejidad del tema y calidad del
escritor. Aquí intervienen mediaciones económicas que “imponen” los lími-
tes en las relaciones escritor-asesor.

Desde el punto de vista de la estructura formal, la creación de un li-


breto dramatizado también está mediada por otras exigencias económicas.
En su página frontal debe reflejar el equipo de realización (el escritor solo
indica las especialidades, es decir, asesora, director y grabador, entre otras,
luego se escriben los nombres de los miembros del equipo de realización
por especialidad). También se exponen los nombres de los personajes, cuya
cantidad depende no solo de la dramaturgia, sino del tipo de programa (un
espacio de orientación de quince minutos no debe tener más personajes
que una novela de veinte minutos) y la clasificación de dichos personajes
en protagónicos, co-protagónicos, actuaciones especiales y así sucesiva-
mente, hasta clasificar a todos los actores y actrices para que reciban su
pago según hayan sido clasificados.

Las competencias culturales también median el trabajo del escritor.


No todos los escritores tienen la capacidad para escribir sobre todos los
temas al no tener el mismo nivel de información sobre ellos, no manejar
los términos correspondientes ni experimentar iguales motivaciones.

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2.1.2. Asesoría del libreto

Junto a la escritura del libreto se realiza su asesoría, pues por contrato


el escritor debe entregar mensualmente una cantidad definida para ser
asesorados e indicar el pago en dependencia de la calidad.

En el proceso de asesoramiento se analiza si el escritor cumplió con


todos los pasos formales de presentación del libreto. Se realiza la lectura
de reconocimiento y luego se hace el desmontaje para analizar la drama-
turgia: planteamiento y desarrollo del conflicto, caracterización de los
personajes, puntos de giros, progresión dramática, tratamiento del tema,
personajes por capítulos hasta lograr el análisis integral de cada uno. Lue-
go de hacer los arreglos propuestos, la asesora autoriza el pago del libreto,
a través de los documentos previstos.

La asesoría requiere de especialistas con un alto nivel cultural que le


permita hacer valoraciones, críticas, sugerencias, en fin, disímiles observa-
ciones a un escritor. El trabajo de asesoría requiere de una diaria y cons-
tante observación de la vida cotidiana y conocer el contexto de otras épo-
cas para velar por un adecuado reflejo en el libreto, por tanto, en esta etapa
también están presentes las mediaciones económicas, políticas y culturales,
pues la asesora tiene la función de velar que se cumplan las indicaciones de
la política de programación, que a su vez, debe responder a los intereses
gubernamentales y partidistas del país.

Las mediaciones económicas están presentes, ya que la asesora debe exi-


gir que el libreto cumpla los requisitos que permitan no encarecer los capítu-
los, en caso de los seriados, ni el unitario, cuando se trate de estos. De hecho,
la asesora debe conocer el presupuesto asignado al espacio para el que trabaja
y distribuirlo según la cantidad de escritores con los que cuenta para lograr
balance de oportunidades para los mismos, así como en los temas y estilos.

2.1.3. Grabación del libreto

Para iniciar este momento, el director o directora asignada para gra-


bar el libreto, debe dar su aprobación, pues puede ocurrir que la asesoría
no se realice con la calidad requerida, por diversas razones, haciendo que el
director no apruebe el libreto para ser grabado y se devuelva a la asesora
para enmendarlo junto al escritor.

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En el recorrido natural del proceso de producción, cuando el director


acepta el libreto entregado, debe estudiarlo y realizar su montaje. Junto al
resto del equipo de realización: grabador u operador de sonido, efectista y
musicalizador, el director va definiendo efectos, música, planos, entre otros
aspectos, según su punto de vista y respetando en lo esencial la idea ex-
puesta por el escritor.

El modo en que transcurre este último aspecto de los cambios que el


director realiza en el libreto, depende en gran medida, de las relaciones de
trabajo que se establecen entre el escritor, asesor y director. En ocasiones
el escritor le da total libertad al director para que realice los cambios que
entienda y, en otras, debe consultársele al autor cada detalle a transformar
en lo escrito originalmente.

La grabación de un programa dramatizado también está determinada


por las mediaciones que ya se han mencionado. El director es el encargado
de definir, finalmente, qué personaje será interpretado por un actor o ac-
triz y si se pagará como actuación especial, de reparto, protagónico o co-
protagónico y así sucesivamente, en dependencia de las características del
libreto. Aquí también entran en juego las relaciones entre la asesora y el
director, pues cuando son diáfanas, la primera es también consultada para
este trabajo y se hace de conjunto.

Ya se había mencionado la responsabilidad del director en la clasifica-


ción del reparto y es aquí, precisamente, donde se manifiesta con claridad
la presencia de mediaciones económicas, pues este proceso determina, en
buena medida, el presupuesto que se invertirá en el programa, por tanto,
además de lo económico intervienen las disposiciones establecidas por la
productora que, sin dañar el aspecto artístico en cuanto a la dramaturgia,
exigen el cumplimiento de estas disposiciones para emplear adecuadamen-
te el presupuesto asignado a la entidad.

La mayor responsabilidad en el resultado final de un producto comu-


nicativo es del director, el cual ejercerá su función con mayor o menor
calidad, en dependencia de su nivel cultural, sensibilidad artística, conoci-
miento del lenguaje radial, por solo mencionar algunas de estas exigencias.
Un director que tenga estas características y las cultive diariamente, posee
las herramientas básicas para garantizar la calidad requerida en el pro-
grama unida al dominio de la técnica radial.

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Igual sucede con el resto de las especialidades que intervienen en el


proceso. Un musicalizador debe conocer no solo de música, sino el contex-
to histórico del surgimiento y desarrollo de cada género para saber cuál
corresponde a cada programa y cómo incorporarla a partir de su conoci-
miento del lenguaje radial.

Efectistas y grabadores no se excluyen de esta necesidad de conoci-


mientos, si de verdad quiere lograrse un producto con calidad, pues los
sonidos, ambientes y efectos no son iguales en todas las épocas históricas.
Además, la calidad del efecto depende también del nivel artístico con que lo
realice el efectista para lograr los sonidos lo más cerca posible a la realidad.

Todas estas especialidades están mediadas no solo por las competencias


culturales, sino también por lo económico, pues su retribución depende de la
clasificación del programa en Complejo y Muy Complejo, según definición de
los especialistas en Programación de la Dirección Nacional de la Radio Cu-
bana y que se refrenda en los documentos que rigen la política del Instituto.

Luego de grabarse el programa, este es analizado por una Comisión


de Calidad que vela por el cumplimiento de los parámetros artísticos e
institucionales que median este proceso de producción y que, en sentido
general, se pueden agrupar en económicos, políticos y culturales.

2.1.4. Distribución de los programas

Al referirse a este momento del proceso productivo, Martín Barbero


plantea que las estrategias que se aplican en este sentido

“(…) no son algo que se añada «después» para vender el producto, sino algo
que ha puesto sus huellas en la estructura del formato bien sea en la forma
que toma el corte narrativo (…) en los ingredientes diferenciales que intro-
duce la diversificación de lo que sólo se verá «dentro» de un país o también
fuera de él” (Martín Barbero, 1987: 239).

Si bien Martín Barbero se refiere a la producción televisiva, lo que se-


ñala es válido para el medio radial. También debe precisarse que este autor
denomina este momento como “estrategias de comercialización”. No se
asume este término, porque Radioarte, hasta el momento, distribuye sus
programas, pero no los comercializa, o sea, no son vendidos a las emisoras,
sino que son distribuidos en discos compactos.

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Al igual que refiere Martín Barbero, las estrategias de distribución


“no son algo que se añada «después»”, estas se tienen en cuenta desde que
se concibe el libreto, pues Radioarte debe satisfacer las exigencias de los
radioyentes comprendidos en la cobertura de cada emisora que recibe sus
programas. Por ello no todas los emiten por igual, sino que unas trasmiten
Novela Universal, Radioteatro, Policíaco, es decir, cada una asume diferen-
tes espacios de esta productora.

La distribución está mediada por las condiciones tecnológicas que po-


see la productora, pues se debe contar con la suficiente cantidad de discos
compactos para reproducir las copias a enviar, computadoras para realizar
este proceso, transporte para enviarlos. A su vez, en los pasos previos en la
producción, los estudios deben contar con la tecnología digital para grabar
el libreto, transportarlo al servidor y de allí al Departamento de Distribu-
ción, es decir, es una cadena donde la tecnología está en todo el proceso
para garantizar su distribución.

Junto a la tecnología, los intereses institucionales median esta distri-


bución. En ocasiones se priorizan los programas que contienen temas cuyo
comportamiento social asumen determinadas características en un sector de
la población ubicado en un área geográfica específica y a través de los men-
sajes radiales se orienta y educa a esa audiencia. Por ejemplo, VIH/SIDA,
drogas, entre otros temas, pues las estrategias de distribución ponen “sus
huellas en la estructura del formato”, al definirse institucionalmente para
qué espacio es más adecuado el tratamiento del tema y, en dependencia de
ello, su “corte narrativo”, así como la emisora en la que debe radiarse.

Es la distribución, desde la posición de emisores, la fase final del pro-


ceso productivo que permite la conjugación y expresión de las dimensiones
del producto comunicativo, las cuales serán analizadas en otro momento
del trabajo.

2.2. El concepto de mediación. Su carácter institucionalizado

Lo explicado anteriormente, en sentido general, sobre cómo transcu-


rre el proceso de producción de un programa dramatizado en el contexto
aquí analizado, revela la manifestación de mediaciones que intervienen en
dicho proceso por cuenta de los actores que lo desarrollan, poniendo de
manifiesto que

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“Favorecidos por la necesidad de una destreza técnica en la adquisición y ela-


boración de la información y en la distribución del producto, Mediadores e ins-
tituciones mediadoras monopolizan la función emisora, tanto cuando llevan a
cabo su trabajo en el marco de la propiedad privada de los MCM, como cuando
los realizan en régimen de propiedad estatal” (Martín Serrano, 1993: 94).

Esta función mediadora hace que las mediaciones se manifiesten en


este proceso para imponer “límites a lo que puede ser dicho, y a las mane-
ras de decirlo, por medio de un sistema de orden” (Martín Serrano, 2008:
76). Se trata de una productora estatal, en cuyo funcionamiento están pre-
sentes mediaciones económicas, políticas y culturales, tal como se muestra
en la Figura 1, que van guiando el proceso creativo y establecen quiénes,
cómo, cuándo y dónde deben hacer lo que les corresponde en cada momen-
to de la producción, demostrando que estas mediaciones tienen un carácter
institucionalizado, como lo señala Martín Serrano, y que no es ajeno a la
realidad cubana:

“La característica de la información que se obtiene por conducto comunicati-


vo radica en que ha sido seleccionada y preelaborada por otro u otros Acto-
res diferentes del usuario. Por esa razón la consonancia entre el acontecer y
el conocer que quepa atribuir al efecto de la comunicación está mediada por
Alter; y cuando el mediador actúa a través de los MCM, que son institucio-
nes sociales, la mediación está institucionalizada” (Martín Serrano, 1993: 14).

Figura 1. Mediaciones en el proceso de producción de programas


dramatizados radiales

Fuente: elaboración propia.

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Es eso y no otra cosa lo que se hace en la producción de dramatizados:


seleccionar y pre elaborar el contenido de los libretos, atendiendo a los
diversos intereses y motivaciones de las audiencias, pero en los límites
establecidos por las políticas de programación que, a su vez, debe ser cohe-
rente con la partidista y gubernamental del país. A ello se suma, como ha
sido ya señalado en otro momento del trabajo, las características persona-
les de los realizadores que también median estos procesos.

Más adelante, al hacer referencia a las tres mediaciones de la comuni-


cación pública que señala Martín Serrano, se amplía sobre este proceso
mediador institucionalizado que selecciona y pre elabora la información
que será transmitida a la audiencia.

2.3. La conceptualización de mediación cognitiva y estructural

Reflejar la realidad social en la que está inmersa la audiencia y hacerlo


a través del lenguaje y soporte material del medio de comunicación, es una
“tarea agónica” propia de la vida diaria en el interior de los medios de co-
municación. Estas acciones están dentro de los límites de lo que Martín
Serrano reconoce como mediaciones cognitivas y estructurales. Las pri-
meras se definen a partir de la relación entre el acontecer y la reproduc-
ción de normas sociales:

“El conflicto entre el cambio del acontecer y la reproducción de las normas so-
ciales reclama una mediación cognitiva. La mediación cognitiva está orientada
a lograr que aquello que cambia tenga un lugar en la concepción del mundo de
las audiencias. Para proporcionarle dicho lugar a lo que en el entorno es nuevo
o distinto, en ocasiones será preciso que la mediación cognitiva llegue a trans-
formar esa concepción del mundo” (Martín Serrano, 1993: 135).

Mientras que la mediación estructural

“(…) está destinada a conseguir que aquello que irrumpe sirva para reali-
mentar las modalidades comunicativas que cada medio adopta. Es una tarea
agónica, en la que los artífices del medio se ven obligados a recurrir, para
perpetuar la forma expresiva que producen, a aquella misma fuente de infor-
mación que cada día vulnera los marcos formales de la comunicación; es de-
cir, el acontecer imprevisible” (Martín Serrano, 1993: 135).

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La mediación cognitiva se relaciona con la representación del mundo


que hacen los medios en los relatos, por tanto, incluye lo mítico al reiterar
datos que son conocidos por la audiencia y que las conforta al establecer
contacto con el “creer”.

La mediación estructural está relacionada con los soportes de los me-


dios de comunicación que determinan los modelos de producción asumien-
do lo ritual, pues asegura “la repetición de formas estables del relato”, dán-
dole a la comunicación su carácter institucionalizado a través de los me-
diadores, o sea, esta mediación se relaciona con el “prever”.

Tomando en consideración estas concepciones de Martín Serrano, los


mensajes de los medios de comunicación, en su contenido, deben representar
visiones del mundo que estén acorde a lo aceptado en la realidad de las au-
diencias y, por otro lado, deben ser ubicados dentro del modelo de produc-
ción previsto ya por el medio para que no acontezca el caos y se mantenga el
orden defendido por la organización mediática. Así lo refiere el autor:

“En consecuencia, todos los medios se enfrentan con la tarea de encajar la


novedad en el diseño material y conceptual que les caracteriza. Por eso los
profesionales de los MCM median al propio medio de comunicación; utilizan
el espacio y el tiempo disponibles para lograr un ajuste entre dos dimensio-
nes: por una parte, la dimensión histórica del «acontecer» –que cuanto más
imprevisto, más presiona para que se dé noticia de su emergencia– y, por
otra, la dimensión práctica del «prever» –que presiona para que la confección
se atenga a un programa invariante y tanto más estable cuanto más complejo
sea el instrumento de comunicación–” (Martín Serrano, 1993: 144).

La producción de los dramatizados radiales se basa en conocimientos


ya establecidos y reconocidos en la cultura e ideología profesionales de los
actores que intervienen en el proceso. Se conoce y debe respetarse, en lo
esencial, cómo escribir un libreto de una novela cubana, aventura, seriado
histórico y así sucesivamente en cada espacio donde se “producen los mi-
tos” y los “rituales”.

La mediación cognitiva posibilita que el contenido del mensaje dra-


mático no provoque disonancia4 en el radioescucha y consolide sus creen-

4
“La disonancia ha sido descrita por Festinger (1957) como un estado de incomodidad o ten-
sión producido por la concurrencia de dos elementos cognoscitivos, igualmente aceptados

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cias respecto al tema que se le propone. Por su parte, la mediación estruc-


tural garantiza que dicho contenido se estructure dentro de las “formas
estables del relato”, ya probadas en la realización y que hacen posible el
reconocimiento de un tema dentro de cada espacio como Radiocuento,
Novela Biográfica, Novela Universal, por solo mencionar algunos, pero
siempre de forma dramatizada5.

Además de las mediaciones cognitivas y estructurales, es factible el


análisis de este proceso productivo, a partir de la concepción de Martín
Serrano sobre los productos comunicativos y sus dimensiones.

2.4. El producto comunicativo y sus dimensiones

Desde el punto de vista de sus características narrativas los progra-


mas dramatizados6

“son aquellos programas producidos en forma escenificada, unitarios o de


continuidad; originales o adaptados para la radio, que narran mediante per-
sonajes un conflicto, creando ambientes y escenarios sonoros y emplean to-
dos los elementos que componen el sonido del mundo radiofónico. Recrean
hechos reales o de ficción” (VV.AA, 2004: 22).

Si se define como producto comunicativo es “(…) un objeto fabricado


que tiene un valor de uso concreto: poner la información que han elabora-
do unos sujetos sociales a disposición de otros” (Martín Serrano, 1993: 48).

En este sentido Thompson (2008: 186) se refiere a formas simbólicas,


las cuales define como un “(…) amplio campo de fenómenos significativos,
desde las acciones, gestos y rituales, hasta los enunciados, los textos, los

por el sujeto, que lleva a los sujetos afectados a realizar algún esfuerzo por restablecer la
consonancia” (Martín Serrano, 2008: 71).
5
En algunas ocasiones se ha hablado en la productora, por parte de su Dirección, sobre la po-
sibilidad de producir programas con otros modelos productivos y ha existido cierta resisten-
cia pues implicaría cambios en el objeto social de la entidad y que se define como sigue: “…
es la productora de programas dramatizados de radio, forma parte del Subsistema de la Radio
Cubana en el ICRT, distribuye sin costo alguno los programas por las diferentes emisoras”.
6
En el Manual del Control de la Calidad de la Programación Radial se emplea el término
“programas escenificados”, en el presente trabajo se asume “programas dramatizados” por-
que es el utilizado por todos los que intervienen en su producción. No obstante, la definición
expuesta en el Manual no contradice el significado de ninguno de los dos términos.

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programas de televisión y las obras de arte” y le atribuye las siguientes


características o aspectos:

• Intencional: presentar a los objetos como formas simbólicas es conver-


tirlos en “fenómenos significativos”, por lo que un sujeto los produce y
emplea con determinada intención.

“Decir que un objeto fue producido, o que se percibe como si hubiera sido
producido, por un sujeto capaz de actuar de manera intencional no signi-
fica, sin embargo, que el sujeto haya producido el objeto de manera inten-
cional, o que éste sea lo que el sujeto tenía la intención de producir; signi-
fica simplemente que el objeto fue producido, o es percibido como si hubi-
era sido producido, por un sujeto acerca del cual podríamos decir, alguna
vez, que lo hizo de manera intencional” (Thompson, 2008: 188).

Por supuesto que el significado de una forma simbólica no depende so-


lo de la intención del sujeto que la produce, sino de diversos factores.

• Convencional: “(…) la producción, la construcción o el empleo de las


formas simbólicas, así como su interpretación por parte de los sujetos que
las reciben, son procesos que implican típicamente la aplicación de reglas,
códigos o convenciones de diversos tipos” (Thompson, 2008: 189). La in-
terpretación de las formas simbólicas se relaciona con las convenciones
sociales en las que se construyen, es decir, con los códigos convencionales
que hacen que estas formas se interpreten de uno u otro modo.

• Estructural: “las formas simbólicas son construcciones que presentan


una estructura articulada” (Thompson, 2008: 191). Según el lenguaje
del medio así será la estructura que adopta la forma simbólica.

• Referencial: “(…) las formas simbólicas son construcciones que típica-


mente representan algo, se refieren a algo, dicen algo acerca de algo”
(Thompson, 2008:194). Estas formas simbólicas se refieren a los obje-
tos de la realidad o creaciones imaginarias del sujeto, pero siempre tie-
nen un referente sobre el cual expresarse.

• Contextual: “(…) las formas simbólicas se insertan siempre en contex-


tos y procesos socio históricos específicos dentro de los cuales, y por
medio de los cuales, se producen y reciben” (Thompson, 2008: 196).

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Sintetizando, se puede plantear que en Thompson estas característi-


cas asumen lo que en Martín Serrano (1993) se plantea como la dimensión
cognitiva del producto comunicativo, pues “está expresamente confeccio-
nado para ofrecer información”. Asimismo, la definición de producto co-
municativo no entra en contradicción con la de formas simbólicas, ambos
conceptos son útiles al analizar el proceso de producción de comunicación,
su utilización depende del enfoque que se asuma en el estudio.

La dimensión objetal del producto comunicativo para Martín Serrano,

“(…) se manifiesta, en primer lugar, porque se requiere un equipamiento y


una organización (máquinas, especialistas de diferentes competencias) para la
elaboración y distribución del producto comunicativo. En segundo lugar,
porque se necesita un soporte material para que pueda ser difundido (perió-
dicos, películas, cintas magnéticas, etc.)” (Martín Serrano,1993: 125).

En Radioarte, ambas dimensiones se manifiestan cuando se analizan


sus programas como transmisores de información a través de sus conteni-
dos y al valorar el comportamiento de la tecnología para la producción y
organización de todo este proceso.

La dimensión cognitiva se pudiera encontrar en la base de la concep-


ción de las Funciones de los programas de radio, contenidas en su Manual
de Calidad (2004: 20), en el cual se expone que “La Radio Cubana cumple
como medio de Comunicación seis funciones que deben estar presentes en
cada uno de los espacios”.

• Educativa: contribuye al desarrollo de la capacidad intelectual del hom-


bre, en el contexto de las necesidades de instrucción que demanda la so-
ciedad, a la vez que trabaja en el aspecto gnoseológico de los problemas.
Se puede apoyar en métodos e instrumentos didácticos y pedagógicos.

• Informativa: proporciona con sentido selectivo, los elementos básicos


explicativos para difundir hechos, acontecimientos, teorías y previsio-
nes de todas las esferas de la vida, ofrecidos a través de los géneros pe-
riodísticos.

• Cultural: estimula al desarrollo de valores no conocidos y reafirma el


conocimiento de otros, en relación con los logros y aspiraciones espiri-
tuales del hombre. A su vez promueve y sirve de acicate creativo a los

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que descubren nuevos horizontes, fórmulas o técnicas no conocidas y


llegan a encontrar placer o satisfacción en las ciencias, las artes o la li-
teratura, incrementando el acervo cultural del ser humano.

• Recreativa: contribuye a complementar parte del tiempo libre de la


población a través del esparcimiento, la distracción, la diversión, el en-
tretenimiento y el recreo. Puede a su vez contribuir al disfrute estético.

• Orientación: contribuye a crear en el hombre un sistema de valores,


actitudes y modelos de conducta positivos en consecuencia con los
principios de la sociedad, a la vez que a la preservación y reafirmación
de ellos. Logra además llevara la conciencia del ser humano patrones
de conducta, hábitos y costumbres.

• Divulgativa: difunde actividades de todo tipo de instituciones de las


diferentes esferas del quehacer humano y da a conocer otros aspectos
de la vida cotidiana que resultan útiles a la población. Asimismo con-
tribuye a propagar usos, hábitos, costumbres y consumo.

En las citas anteriores se observa cómo los programas dramatizados


son productos comunicativos, formas simbólicas, que deben contener in-
formación que les permitan cumplir con las funciones ya referidas. Si se
habla, por ejemplo, de orientación, habría que mencionar al programa ¿Qué
piensa usted?, el cual está dirigido a orientar a la audiencia con relación a la
conducta que se debe seguir ante determinadas problemáticas que se plan-
tean y termina haciendo un llamado al oyente a pensar en el tema.

A continuación se muestra la escena final de uno de estos programas,


que ilustra las características del mismo, mencionadas anteriormente.

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Tabla 1. Escena final de uno de estos programas que ilustra sus características

SONIDO TRANSICION MUSICAL LIGA AMBIENTE PREUNIVERSI-


TARIO
IBIS Tienes que cambiar esa cara, Arelis. Así no puedes seguir.
AREL (ARREPENTIDA) Ay, si yo pudiera echar el tiempo hacia atrás. Si
yo pudiera volver a ese campismo y no haberle mirado ni la cara al
tal Andel ese. (P) Dios mío no debí haberle hecho eso a Alfre, él no
se lo merecía y yo lo quiero tanto. (SUSPIRA) Terminé engañándo-
lo y pegándole una enfermedad de transmisión sexual. No tengo
cara para volver a mirarlo, y mucho menos a sus padres. Quisiera
tener alas y salir volando para otro lugar, pero no soy una mariposa,
y esto es lo que me toca, enfrentarlo.
IBIS Y pensar que pudo ser peor la cosa. Bien pudiste coger un SIDA.
AREL Cada vez que pienso en eso, siento escalofríos. Yo que te criticaba a
ti, por tanta protección en tus relaciones sexuales. Si me hubiera
protegido no estaría pasando por esta situación. De ahora en adelan-
te tendré mucho cuidado en lo que haga, de eso puedes estar segura.
IBIS Sí, Arelis, de ahora en adelante, debes tener mucha precaución. (P)
Mira, lo que yo te dije es cierto. El preservativo no impide que
disfrutes el sexo. Todo está en tu cabecita. Si no le pones coco al
asunto, ni te acuerdas que tu pareja lo tiene puesto. Evitas enfermar-
te, y también un embarazo, que no nos conviene a ninguna de las
dos en estos momentos. (TR) ¿Pudieron localizar a Andel?
AREL (SUSPIRA) Ojalá, así le pondrían tratamiento y no contagiaría a
otras personas.
IBIS Pero eso es trabajo de la enfermera encuestadora, ella tiene que
hacer lo posible por cortar la cadena de transmisión de la gonorrea.
AREL Sí, yo lo sé Ibis, pero se fue.
IBIS ¿Cómo que se fue, mija?
AREL Oye, que se fue del país. El papá lo había reclamado.
IBIS Ay, mi madre, que cosa más grande. (TR) Bueno, ahora ya aprendis-
te la lección, pero la vida sigue. El fin de semana te quiero en mi
casa, tenemos casi arriba las pruebas de ingreso y hay que ponerse
para las cosas.
AREL Claro, tienes razón. Aprendí la lección, y nada, la vida continúa
como tú bien dices. (TR) ¿Qué piensa usted?
SONIDO LIGA TEMA DESPEDIDA BREVE BAJA A FONDO MANTIE-
NE
LOC CRÉDITOS
SONIDO SUBE A FIN

Aquí se expresa la dimensión cognitiva, pues se informa a la audien-


cia, en este caso a los jóvenes, la necesidad de protección para evitar las
infecciones de transmisión sexual.

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La dimensión objetal está presente cuando en el análisis se destaca la


necesaria presencia de los actores que intervienen en la creación de este
producto, es decir, el escritor, asesor, director y las otras especialidades que
participan en la producción del programa, incluyendo quienes lo distribu-
yen. Además, aquí se tiene en cuenta el soporte material (los discos compac-
tos) a través de los cuales se hace entrega a las emisoras de lo producido.

Por ello, tomando en consideración las dos dimensiones antes men-


cionadas, se considera que “La comunicación pública provee a los miem-
bros de la comunidad de relatos (orales, escritos, mediante imágenes) en
los que se les propone una interpretación del entorno (material, social,
ideal) y de lo que en él acontece” (Martín Serrano, 1993: 36).

2.5. Las tres mediaciones de la producción de comunicación pública

Cuando en la literatura se habla sobre la producción informativa, refi-


riéndose solo al área periodística, la mayoría de los autores de una forma u
otra reconocen tres etapas en el proceso de producción noticiosa: Recolec-
ción de la información, Selección del material informativo y Presentación
de la información.

Estas etapas ya son referidas por Martín Serrano como mediaciones


cuando expresa:

“(…) las tres mediaciones que se le encomiendan a la producción de comunica-


ción pública: la selección de unos u otros aconteceres de referencia; la elección
de unos u otros datos a propósito de esos aconteceres y la vinculación de tales
datos del acontecer con otros evaluativos; la presentación del relato que descri-
be lo que acontece en una u otra forma expresiva” (Martín Serrano, 1993: 106).

En la creación del dramatizado, al igual que en la producción informa-


tiva se determina qué va a dramatizarse, se busca y recoge la información
y luego se procesa y se configura en cada género según las características
del tema a tratar. La diferencia está en la especialización de los sujetos que
cumplen esas tareas y las condiciones específicas para hacerlas7.

7
Cfr. Fonseca, B. (2011): “Las rutinas productivas en la programación dramatizada de Ra-
dioarte”, Revista Razón y palabra, No.77, agosto-octubre. Disponible en:
www.razonypalabra.org.mx

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Es por ello la identificación de los programas según el tipo de relato


que asumen. La información seleccionada no es igual para todos los espa-
cios, así como su presentación. Todos son dramatizados, pero en el conte-
nido difieren, pues un programa histórico no posee las mismas característi-
cas de una aventura o radioteatro.

La información para una Novela Cubana no se procesa del mismo


modo que se haría para la Novela Universal, pues la primera se basa en la
vida cotidiana de la sociedad en el contexto cubano y la segunda refleja lo
mejor de la literatura universal.

Aquí información se asume en el mismo sentido que Martín Serrano,


quien la considera “En el sentido técnico del término «información» que
significa precisamente la pérdida de variedad de un repertorio de sucesos y
la disminución del número de formas alternativas que permitirían presen-
tar los sucesos” (Martín Serrano, 1993: 108).

El autor destaca la imposibilidad de no perder información desde el


instante que ocurren los hechos hasta el momento que son presentados a
las audiencias. Por muy exhaustiva que sea la investigación realizada sobre
un tema siempre habrá “pérdida de información” cuando se reelabora para
un programa. Además, no puede evitarse que el sujeto deje su impronta en
el objeto investigado y en el producto creado, es decir, no se puede “des-
centrar al sujeto que elabora la información, respecto del producto comu-
nicativo que realiza”.

Esta situación es inevitable en el proceso productivo de Radioarte. Si se


detiene el análisis en un Radioteatro referido a la sociedad cubana actual, en
él se encontrará una “disminución del número de formas alternativas que
permitirían presentar los sucesos”, pues se hace abstracción de un fragmen-
to de la realidad, el cual a su vez, es fragmentado para su presentación.

Algo semejante sucede cuando en la Novela Universal se radian te-


mas, por ejemplo, relacionados con el siglo XVIII en un país de América
Latina o Europa, donde las fuentes de información son documentales y
dicha realidad es más alejada de la actual.

Lo aquí planteado no se relaciona con la veracidad o falsedad de lo


dramatizado, sino que el sujeto cognoscente está limitado por sus condi-
ciones históricas sociales, en primer lugar, para reflejar el mundo que le

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rodea en su totalidad. Por otra parte, necesariamente debe hacer abstrac-


ción de la parte de esa realidad a la que presta atención, en este caso, la que
representa en forma de dramas en los programas radiales, pues humana-
mente también está limitado al exponer esos mensajes de dicha realidad.

3. CONCLUSIONES

Desde su surgimiento y a lo largo de la historia de la radio, su magia


ha cautivado a miles de millones de radioyentes que han sido y son atrapa-
dos por los programas informativos que nos actualizan con inmediatez de
lo acontecido, la música que nos agrada escuchar o las radionovelas que
nos atrapan capítulo a capítulo con la maldad o inocencia de los personajes
que en ellas intervienen. Sin embargo, al menos en el contexto cubano,
este medio no ha sido muy investigado, lo que está siendo revertido, dis-
cretamente, en las últimas décadas.

Si analizamos los temas que han despertado interés, en ellos no se


destacan el estudio de emisores, menos aún, referido al proceso productivo
de los dramatizados radiales. Este momento productivo carece de investi-
gaciones que lo fundamenten desde una perspectiva teórica, la cual puede
enriquecerse, en gran medida, tomando en cuenta el enfoque de las media-
ciones sistematizado por Martín Serrano.

Muchos de los planteamientos de este autor desde las mediaciones,


pueden ser analizados en el proceso de producción de Radioarte, pues los
programas dramatizados que aquí se elaboran atraviesan por diversas fa-
ses, las cuales deben comportarse de forma sistémica y dialéctica para ga-
rantizar el producto comunicativo final y, como parte de este proceso, se
encuentran las mediaciones.

Durante la producción de un programa dramatizado radial se mani-


fiestan diversas mediaciones, que parten de los roles que deben cumplir los
miembros de esta productora, los cuales son mediadores que, desde lo eco-
nómico, político y cultural, definen el cómo, cuándo, dónde y qué hacer en
todos los momentos del proceso de producción, contribuyendo a la gestión
de la comunicación que se desarrolla en esta entidad.

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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

BEATRIZ ELENA FONSECA MUÑOZ (2013): “La producción de programas


dramatizados radiales: un análisis desde las mediaciones”, Mediaciones Sociales.
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 12, pp. 83-105. DOI:
http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45264

La autora
(*)
Beatriz Elena Fonseca Muñoz, es Profesora Auxiliar de la Facultad de
Comunicación Social de la Universidad de La Habana. Máster en Ciencias
de la Comunicación. Profesora Adjunta del Centro de Estudios de la Radio
y la Televisión y miembro de su Consejo Técnico Asesor. Asesora de pro-
gramas dramatizados radiales. Ha impartido cursos de postgrados y diplo-
mados sobre Teoría de la Comunicación y Propaganda. En la Universidad
Bolivariana de Venezuela impartió el Módulo de Teoría de la Comunica-
ción, en la Maestría de Comunicación de la Universidad de La Habana y
participó en la Asesoría de Tesis de dicha Maestría. Ha sido consultante y
oponente de tesis de maestría sobre temas de la radio. Ha participado en
eventos, tales como los Encuentros Iberoamericanos de Radiodifusión or-
ganizados por la Radio Cubana y FELAFACS, 2009.

RECIBIDO: 02 de noviembre de 2012.


ACEPTADO: 05 de mayo de 2013.

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El uso de Twitter en las salas de redacción: redes


sociales y newsmaking en la región sureste de
Coahuila, México1

Twitter usage in newsrooms: social media and


newsmaking at Southeastern Coahuila, Mexico

Pérez Salazar, Gabriel(*)


Universidad Nacional Autónoma de México – México
gabrielperezsalazar@gmail.com

Carabaza González, Julieta I.(**)


Universidad Nacional Autónoma de Coahuila –México
jicarabazag@gmail.com

Romo Gutiérrez, Daniel O.(***)


Universidad Nacional Autónoma de Coahuila – México
daniel.osvaldo.rg@gmail.com

1
Este trabajo ha sido hecho con apoyo del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PRO-
MEP) y del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI), ambos de la Secretaría
de Educación Pública, y forma parte de los resultados de investigación del Cuerpo Académico
en Consolidación "Medios Masivos" de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Uni-
versidad Autónoma de Coahuila.

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Resumen Abstract
El uso de las herramientas para la ad- The use of social network sites has in-
ministración de redes sociales se está creased in the newsmaking routines of
generalizando en algunas de las rutinas media workers and journalists. Based on
laborales de los trabajadores en los me- an online survey and a series of inter-
dios de comunicación, particularmente en views, this paper shows some general
los de carácter noticioso. Con base en una trends about Internet usage and the way
encuesta en línea y un conjunto de entre- that some editors are handling Twitter
vistas, se presenta un panorama general as information source, in Southeastern
del uso de Internet y de las redes sociales Coahuila, México. Main results indicates
en una muestra no probabilística de that Internet is the most used media, and
reporteros, editores y dueños de medios de following Twitter allows them to keep
la región sureste de Coahuila; así como el track of potential breaking news, all
tratamiento que un subgrupo de ellos le sources verification procedures consid-
da a Twitter como fuente de informa- ered.
ción. Los principales resultados muestran
que Internet es el medio al que dedican
un mayor tiempo de consumo, y que
Twitter es empleado como una herra-
mienta que permite a los trabajadores de
los medios, seguir asuntos de potencial
interés periodístico, una vez que pasan
por los procedimientos habituales de
verificación de fuentes.

Palabras clave: redes sociales, Inter- Keywords: Social Networks Sites


net, periodismo convergente, gatekeeper, (SNS), Internet, Digital Journalists,
Twitter. Gatekeeper, Twitter.

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1. INTRODUCCIÓN

El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)


ha ido extendiéndose en muchas áreas de los entornos productivos con-
temporáneos. A pesar de que en México prevalece una profunda brecha
digital2, Internet en general, y las herramientas para la administración de
redes sociales en línea, en particular, están cada vez más presentes en em-
presas, universidades, oficinas de gobierno, así como entre los trabajadores
en los medios de comunicación.

Twitter es una de estas plataformas que está ganando usuarios en


México3, y que, por sus lógicas operativas, resulta muy cercana a las acti-
vidades que realizan los profesionales de los medios informativos, espe-
cialmente entre reporteros, editores y jefes de sección. Esta plataforma de
microblogging permite una rápida difusión de información de toda índole
entre sus usuarios, destacando la de tipo noticioso, a pesar del carácter no
profesional de muchos de sus lecto-emisores4.

Adentrarse en los usos sociales de esta tecnología, en especial a partir


de su incorporación dentro de lo que se conoce como la sociología del
newsmaking; permite actualizar una de las corrientes teóricas más amplia-
mente abordadas desde el campo académico de la Comunicación. Su condi-
ción como herramienta info-comunicacional, a la vez que plataforma de
interacción social mediada por computadora, con flujos multidireccionales
y relativamente descentralizados; tiene el potencial de influir de manera
importante en el tratamiento de fuentes y de sondeo de la esfera noticiosa.
Asimismo, este tipo de aplicaciones introduce tensiones entre dichos pro-
fesionales de la noticia al enfrentar la inmediatez y la proximidad mediada,
contra algunos de los pilares fundamentales del periodismo, en especial en

2
Internet World Stats (2012) reporta una tasa de penetración de Internet en México de sólo el
36.9%
3
Octavio Islas, Director del Proyecto Internet del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Ciudad de México, calcula un estimado de 8.5 millones de usuarios de
Twitter en México (Islas, 2012).
4
Empleamos este término para resaltar el sentido que tienen las acciones que los usuarios de
este tipo de sistemas llevan a cabo, y que van más allá de la mera lectura. Esta figura parte de
al menos dos antecedentes: la noción del emirec propuesta por Cloutier (1973) y los wreaders
de Landow (1994). Este término supera ampliamente el de prosumers, planteado frecuente-
mente desde una visión fundamentalmente instrumental y comercial de Internet en general, y la
Web 2.0 en particular.

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lo que tiene que ver con la validación de la información, la veracidad y la


verificación de fuentes.

El presente trabajo presenta un estudio exploratorio sobre el uso de


Internet y de las redes sociales en la región sureste de Coahuila, México,
enfocándose en la manera en que los trabajadores en los medios de comu-
nicación emplean dichas tecnologías. La credibilidad de la información que
circula en Twitter, así como su presencia en las salas de redacción de los
tres periódicos con mayor circulación en Saltillo, son algunos aspectos
específicos abordados.

2. ANTECEDENTES Y MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL

2.1 Estado del arte

El uso de las tecnologías de la información y la comunicación por parte


de los periodistas y profesionales de la información es un tema que ha sido
tratado por muy diversos autores. Algunos de los antecedentes más desta-
cados se deben al trabajo de Jenkins (2006), quien habla de la manera en que
los usuarios de Internet se enfrentan a los contenidos de este medio, de for-
ma distinta a los de los medios tradicionales; en particular en relación con
las noticias. Como este autor propone, en Internet los usuarios tienen la
posibilidad de llevar a cabos procesos de búsqueda y selección de informa-
ción noticiosa de manera activa, con base en sus intereses y necesidades.

Como Meneses (2011) plantea, la llegada de la convergencia tecnoló-


gica a las salas de redacción de las empresas noticiosas en México ha traí-
do consigo numerosas transformaciones en esta actividad profesional, in-
cluso desde antes de la generalización en algunos sectores, del uso de las
herramientas para la administración de redes sociales en línea, cuando se
discutía en torno al papel de blogs y foros en el contexto noticioso. De
forma específica, la introducción de dichas herramientas en las salas de
redacción y su empleo por parte de editores y periodistas ha sido objeto de
análisis en trabajos como los que mencionaremos enseguida.

A partir de una reflexión sobre el uso de MySpace y Facebook, Spen-


cer (2007) destaca el papel de estas herramientas como fuente de informa-
ción para los periodistas. A través de esta mediación, sostiene este autor,
es posible tener acceso a sujetos que pueden encontrarse en medio de

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eventos noticiosos de talla internacional, como guerras y catástrofes natu-


rales. Desde un punto de vista similar, Overholser (2009) coincide con este
autor en relación con el potencial de los llamados social media para reconfi-
gurar algunas prácticas periodísticas, enfatizando, no obstante, la necesi-
dad de mantener los valores fundamentales de un verdadero periodista:
una actitud crítica y la verificación de las fuentes.

Lariscya et al (2009) presentan un estudio relativo a la frecuencia con


que un grupo de 200 periodistas del área de negocios en los Estados Uni-
dos emplean sitios como Facebook y YouTube como fuentes de informa-
ción. Aunque estos autores encuentran que los integrantes de la muestra
no recurren de forma sistemática a estos sitios para elaborar sus notas,
sugieren tomar en cuenta estas plataformas para un futuro en el que su uso
sea más generalizado.

Refiriéndose de manera específica a Twitter, Hermida (2010) propone


que el uso de esta herramienta está dando lugar a lo que llama un ambiente
periodístico5, a partir de los flujos de información que generan sus usuarios.
En concordancia con lo propuesto por Overholster, este flujo, dice Hermi-
da, da a las noticias una dimensión de experiencia social, en la que es nece-
sario fortalecer competencias como la selección y el filtrado de informa-
ción. El ambiente periodístico planteado por este autor de ninguna manera
implica que usuarios sin formación en periodismo estén ejerciendo dicha
actividad, sino que, en cercanía con la noción de la inteligencia colectiva de
Lèvy (1997), el conjunto de todos los tweets puede dar lugar a procesos
colectivos en los que la información noticiosa permea transversalmente
dichos entornos virtuales.

Aunque autores como Overholster (2009) y Spencer (2007) han ex-


presado reflexiones en torno a si los medios sociales pueden afectar de
alguna manera la esencia del quehacer periodístico, justo por este uso des-
crito por Hermida; el planteamiento de Gabrielle Levy (2010) se centra en
la idea de que, para aquellos que ejercen el periodismo, herramientas como
Twitter y Facebook están tomando una importancia creciente en sus ruti-
nas profesionales, a pesar de que usuarios sin un entrenamiento específico
para ello, se estén convirtiendo en emisores de información noticiosa. Des-
de esta perspectiva, la cuestión no se centra tanto en lo que emiten los

5
Ambient journalism, en el original.

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usuarios comunes y corrientes, sino en la forma en que los periodistas


profesionales se apropian de dichas tecnologías.

Las conclusiones de Levy (2010) coinciden con los hallazgos de Jür-


gens, Jungherr y Schoen (2011), en relación con estos procesos de incorpo-
ración de Twitter entre los periodistas. Con base en una observación reali-
zada durante las elecciones presidenciales de 2009 en Alemania, estos auto-
res encuentran que muchos periodistas y líderes de opinión, evaluaron la
aceptación de los candidatos, a partir de los comentarios emitidos a través
de Twitter. De esta manera, los medios tradicionales operaron como una
suerte de caja de resonancia del clima de opinión generado desde esta plata-
forma. Retomando la noción funcionalista de los guardabarreras (gatekee-
pers) y combinándola con la idea de los nodos concentradores6 desarrollada
por Watts y Strogatz (en Jürgens, Jungherr y Schoen, 2011); estos investi-
gadores proponen que los periodistas alemanes llevaron a cabo una selec-
ción de datos e información originados en Twitter, para ser retomados en
otros medios con mayor alcance, como la prensa, radio y televisión.

2.2 Marco de referencia

Como es posible observar, una parte de los antecedentes consultados re-


salta el papel que los profesionales de la noticia tienen en la selección y fil-
trado de la información, en cercanía con lo señalado por la Teoría del Guar-
dabarreras (gatekeeper), misma que revisaremos brevemente a continuación.

Wolf (2005) señala que la noción inicial del guardabarreras corres-


ponde a Kurt Lewin, quien en 1947 publicó un trabajo sobre las dinámicas
de interacción al interior de los grupos sociales. Al observar que algunos
sujetos actuaban como filtros en la información que se transmite al inte-
rior de un sistema social, este autor caracterizó a los guardabarreras como
aquellos individuos o grupos que tienen el “poder de decidir si dejar pasar
o bloquear la información” (Lewin en Wolf, 2005: 205).

Maigret (2005) apunta que fue White el primero en aplicar este con-
cepto al trabajo de los periodistas. Con base en una investigación realizada
por este autor, se concluye que la experiencia personal (y no tanto los su-

6
Dentro de la teoría de las redes sociales, los nodos concentradores son puntos capaces de
establecer puentes entre distintos conjuntos de elementos de la red, y dar lugar a flujos de in-
formación más amplios y veloces, de lo que la misma teoría predice.

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puestos criterios de objetividad), explica buena parte de la selección de


noticias hecha por los editores y reporteros. Esto, aunado a las rutinas
burocráticas (sic), llevan a que en las empresas noticiosas se dé prioridad a
eventos negativos o dramáticos, con base en fuentes oficiales.

Como Shoemaker y Reese (1994) señalan, de todas las posibles notas


que llegan a la sala de redacción de un periódico, sólo un pequeño porcen-
taje (menos del 10%), es finalmente publicado, a partir de estos criterios de
selección que han sido señalados. Si, como Hermida (2010) sostiene, Twit-
ter da lugar a un ambiente periodístico, ciertamente no toda la información
que circula por esta plataforma es retomada por los medios noticiosos. Las
razones, además de los criterios que ya han sido mencionados, tienen que
ver también con la lógica de este medio de difusión de información. Como
Jürgens, Jungherr y Schoen (2011) señalan, cualquier usuario es capaz de
generar flujos de información, sin que necesariamente haya un tratamiento
profesional de la misma; lo cual implica una consideración importante du-
rante los procesos de edición noticiosa.

Con base en lo anteriormente planteado, es que se llevó a cabo un


trabajo de campo aplicado en la región sureste de Coahuila, a partir de dos
acercamientos: una encuesta que da una idea general sobre el uso de Inter-
net y redes sociales en este contexto geográfico y, en segundo lugar, un
conjunto de entrevistas a editores de los tres diarios con mayor circulación
en la ciudad de Saltillo, Coahuila (México).

3. DESCRIPCIÓN METODOLÓGICA

Como ha sido adelantado, se emplearon dos estrategias para el levanta-


miento de datos: 1) una encuesta aplicada a usuarios de Internet residentes en
la región sureste de Coahuila y 2) un conjunto de entrevistas hechas a edito-
res de los periódicos Vanguardia, Zócalo Saltillo y El Diario de Coahuila.

3.1 Detalles metodológicos de la encuesta

Se aplicó una encuesta en línea a una muestra no probabilística de re-


sidentes en la región sureste de Coahuila (figura 1), mayores de edad y
usuarios de Internet. Los participantes fueron voluntarios reclutados a
través de 2,694 invitaciones hechas por correo electrónico, por medio del
sistema SurveyMonkey, a partir de una base de datos elaborada con los

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contactos de los miembros del Cuerpo Académico en Consolidación al que


pertenecen los autores de este trabajo. El periodo de invitación y recepción
de encuestas comprendió del 9 de enero al 9 de febrero de 2012. Al cierre,
se obtuvieron 325 registros en el sistema, lo que da un índice de respuesta
del 12.06%. Cabe señalar que este porcentaje es menor al reportado por
Kongsved et al (2007), quienes compararon las tasas de respuesta de cues-
tionarios aplicados de forma presencial (73.2%), contra los administrados a
través de Internet (17.9%).

Figura 1. Región sureste de Coahuila

Fuente: Elaboración propia

De los 325 cuestionarios con respuestas registradas, 47 personas vi-


vían en otras localidades fuera de la región sureste de Coahuila, por lo cual
fueron eliminados. Otros 99 registros fueron suprimidos debido a que sólo
contestaron los ítems ubicados en la primera página del cuestionario y el
resto fue dejado en blanco. Para el presente trabajo sólo se consideran los
179 cuestionarios que fueron contestados de manera completa por usuarios
que declararon su residencia en dicha región.

Aunque se trataba de un cuestionario diseñado para medir diversas


variables7, en el presente trabajo presentamos sólo aquellos indicadores
que tienen una relación directa con los procesos de uso y apropiación de
redes sociales, en general, y de Twitter, en particular, por parte de traba-
jadores en los medios masivos de comunicación de la muestra.

7
Entre las que destacan la interacción mediada por las TICs, así como patrones de uso y apro-
piación de dichas tecnologías.

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3.2 Detalles metodológicos de las entrevistas

Se realizó un conjunto de entrevistas semi-estructuradas a los edito-


res de las secciones locales de los tres periódicos con mayor circulación en
Saltillo, Coahuila (Vanguardia, Zócalo Saltillo y El Diario de Coahuila), en
la que, a partir de 14 ítems, se buscó establecer la frecuencia con la que
estos trabajadores en los medios impresos que actúan como guardabarre-
ras, retoman la información que reciben vía Twitter para su posible publi-
cación8.

4. RESULTADOS

La encuesta realizada permite tener una apreciación general del uso que
un grupo no probabilístico de usuarios de Internet, hace de las herramientas
info-comunicativas disponibles en esta red, con énfasis en los servicios que
permiten administrar redes sociales en línea. Se presentan los resultados de
este acercamiento metodológico en primer lugar, para mostrar posterior-
mente el resultado de las entrevistas semi-estructuradas.

De los 179 cuestionarios válidos, para el presente trabajo se selecciona-


ron aquellos usuarios que dijeron trabajar en algún medio de comunicación.
El total de las actividades declaradas por los participantes en la encuesta se
muestra en la tabla 1.

Tabla 1. Campo de actividad laboral


f %
Sector educativo 78 44
Medios de comunicación 33 18
Sector público 25 14
Sector empresarial 21 12
Sector industrial 12 7
Comercio 5 3
Sector salud 3 2
Total 1779 100
Fuente: elaboración propia

8
Estas entrevistas fueron realizadas por Daniel Osvaldo Romo Gutiérrez, como parte de su
trabajo de tesis de licenciatura.
9
De los 179 cuestionarios válidos, dos personas dijeron estar pensionadas por jubilación, lo que
deja 177 respuesta válidas para esta variable.

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Como es posible observar, el subgrupo considerado en este trabajo es el


segundo más numeroso dentro de la muestra y está integrado por 33 perso-
nas (18%). Los resultados que se muestran en primer lugar tienen que ver
con un conjunto de datos socio demográficos generales, contrastados en
algunos casos, con la muestra en general.

En la tabla 2 se presenta la composición de los trabajadores en medios,


por sexo; en la que es evidente que este subsector no representa proporcio-
nalmente esta variable en relación con la muestra.

Tabla 2. Participantes en la encuesta, por sexo

Muestra (%) Trabajadores en medios (%)


Hombres 58.0 66.7
Mujeres 42.0 33.3
Total 100.0 100.0
Fuente: elaboración propia

La distribución de edades de los trabajadores en medios se presenta en


la tabla 3, y en ella destaca que el rango más frecuente se encuentra entre los
38 y los 42 años. El promedio de edad dentro de este grupo es de 37.39 años,
con una desviación estándar de 13.27 años.
Tabla 3. Grupos de edades
Trabajadores en medios (años cumplidos)

Grupos de edad f %
18 a 22 5 15.15
23 a 27 5 15.15
28 a 32 5 15.15
33 a 37 3 9.09
38 a 42 7 21.21
43 a 47 2 6.06
48 a 52 2 6.06
53 y mayores 4 12.12
Total 33 100.0
Fuente: elaboración propia

En lo relativo al nivel de estudios, dentro de los trabajadores en medios


es posible apreciar que la mayor parte de los que componen este subgrupo,
cuentan con la licenciatura terminada, pero pocos con algún posgrado.

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Tabla 4. Participantes en encuesta, por nivel educativo (porcentajes)

Trabajadores en
Muestra (%)
medios (%)
Bachillerato completo 6.0 12.1
Licenciatura incompleta 2.0 18.2
Licenciatura completa 32.0 60.6
Maestría incompleta 6.0 3.0
Maestría completa 27.0 3.0
Doctorado incompleto 4.0 -
Doctorado completo 22.0 3.0
Carrera técnica incompleta 1.0 -
Total 100.0 100.0
Fuente: elaboración propia

De las 33 personas que dijeron ser trabajadores en los medios, sólo 28


especificaron su función. Como es posible apreciar en la tabla 5, aunque la
mayor proporción corresponde a los reporteros (57%), hay tres dueños de
medios dentro de este sub-grupo.

Tabla 5. Función que desempeñan los trabajadores en medios

f %
Empleado especializado (reportero) 16 57
Jefe de área 4 14
Directivo 4 14
Dueño de medio de comunicación 3 11
Servicios de apoyo en forma independiente 1 4
Total 28 100
Fuente: elaboración propia

Como se puede observar en la tabla 6, de los 28 trabajadores en medios


participantes en la encuesta que especificaron su función, la totalidad de los
reporteros cuenta al menos con estudios iniciales de licenciatura, y el 66% de
ellos, tienen este nivel concluido. En lo que respecta a los dueños de los me-
dios, de los tres casos reportados, uno tiene licenciatura incompleta, uno
maestría incompleta y el otro, maestría terminada.

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Tabla 6. Nivel estudios contra función que desempeñan trabajadores en los medios10

Licencia- Maes- Maes-


Prepara- tura Licencia- tría tría To-
toria incom- tura incom- com- tal
completa pleta completa pleta pleta
Servicios de apoyo en forma
independiente 1 1
Dueño de medio de comunica-
ción 1 1 1 3
Empleado especializado (repor-
tero) 4 12 16
Jefe de área 1 3 4
Directivo 1 3 4
Total 2 6 18 1 1 28
Fuente: elaboración propia

Cuando se compara el consumo de medios (tabla 7) que hacen los 33


trabajadores en medios de la muestra, contra el consumo específico que reali-
zan los reporteros y los dueños de los medios, es posible observar notables
diferencias entre ellos. Aunque en todos los casos Internet es el medio al que
dedican mayor tiempo, mientras que los reporteros en promedio dicen ver
casi tres cuartos de hora de TV abierta (44.2 minutos), ninguno de los due-
ños de medios hace este tipo de consumo televisivo. En cuanto a la radio, los
reporteros acuden a este medio casi 2.8 veces más que los dueños de los me-
dios. En todos ellos, el medio que menos consumen son las revistas.

Tabla 7. Consumo de medios (minutos al día)

Vien- Vien-
do Leyen- do Le-
Función Nave- TV Escu- do TV yendo
gando en por chando periódi- abier- revis-
Internet cable radio cos ta tas
Trabajadores en medios (33
respuestas) 220.3 89.6 90.0 38.6 35.7 16.5
Reporteros (16 respuestas) 240.0 115.1 106.9 35.6 44.2 12.4
Dueños de medios (3 respuestas) 373.3 130.0 38.3 43.3 0.0 23.3
Fuente: elaboración propia

10
En esta tabla no aparecen los participantes en la encuesta que dijeron tener doctorado, porque
en sus registros no declararon su función específica. Este cruce de variables está hecho sobre
una base de 28 respuestas efectivas para la variable función, mientras que para la variable nivel
de estudios, fueron 33 respuestas.

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Al indagar sobre las actividades que realizan en Internet los trabajado-


res en medios de la muestra (tabla 8), en los cinco primeros lugares se en-
cuentran el uso del correo electrónico, la navegación por la WWW, el em-
pleo de buscadores, el uso de alguna herramienta para la administración de
redes sociales en línea y el chat. A pesar del reducido tamaño de la muestra
que corresponde a dueños de medios, es posible observar algunas diferencias
notables en relación con el grupo de reporteros, especialmente en lo que
tiene que ver con compras en línea, descarga de música y realización de trá-
mites de gobierno; actividades realizadas con mayor frecuencia entre éstos
primeros. Por el contrario, los reporteros presentan una mayor frecuencia
sobre los dueños de los medios en actividades como leer blogs de otras per-
sonas, jugar en línea y recibir educación por Internet.

Tabla 8. Actividades que realizan en Internet los trabajadores en medios (porcenta-


jes)11

Actividades que realizan en In- Trabajadores en Dueños de me-


Reporteros
ternet los medios dios
Enviar o recibir correo electróni-
100.0% 100.0% 100.0%
co
Navegar por WWW 97.0% 93.8% 100.0%
Buscar información de cualquier
tipo (uso de buscadores) 97.0% 93.8% 100.0%
Entrar a alguna red social como
Facebook, MySpace, Hi-5 o Twit- 90.9% 93.8% 100.0%
ter
Chatear/Messenger 75.8% 81.3% 100.0%
Ver en línea videos, películas o
series de televisión (sin descar- 72.7% 62.5% 100.0%
garlas)
Leer los blogs de otras personas 63.6% 75.0% 66.7%
Escuchar música en línea (sin
60.6% 56.3% 100.0%
descargarla)
Descargar música 54.5% 62.5% 100.0%
Videollamadas/llamadas de voz
(Skype, Gtalk, etc.) 54.5% 50.0% 66.7%
Dejar comentarios en los blogs de
45.5% 56.3% 33.3%
otras personas

11
El ítem admitía múltiples respuestas

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Colocar en línea material de su


propia creación como fotos o 42.4% 50.0% 33.3%
videos
Comprar en línea 42.4% 31.3% 100.0%
Trabajo colaborativo en línea 39.4% 25.0% 33.3%
Jugar en línea 36.4% 43.8% 33.3%
Descargar videos, películas o
series de televisión 30.3% 25.0% 66.7%
Utilizar banca en línea 30.3% 18.8% 66.7%
Trámites de gobierno en línea 30.3% 18.8% 100.0%
Dar de alta o actualizar su propio
27.3% 43.8% 66.7%
blog
Recibir educación en línea 21.2% 31.3% 0.0%
Declaración de impuestos en línea 12.1% 0.0% 33.3%
Participar en mundos virtuales
como Second Life 0.0% 0.0% 0.0%

Fuente: elaboración propia

En lo concerniente al uso de las herramientas para la administración de


redes sociales en línea, de los 33 trabajadores en los medios presentes en la
muestra, el 93.9% (31 casos) dicen tener cuenta en alguna de estas platafor-
mas. Como es posible apreciar en la tabla 9, los dos servicios de este tipo más
frecuentemente usados son Facebook y Twitter.

Tabla 9. Penetración de herramientas para la administración de redes sociales en


línea, en trabajadores en medios de la muestra12

f %
Facebook 31 93.9%
Twitter 28 84.8%
LinkedIn 9 27.3%
Otras (Google+, Tagged, Sonic) 5 15.2%
Hi-5 4 12.1%
MySpace 1 3.0%
Fuente: elaboración propia

12
La suma del total de porcentajes supera el 100% porque era un ítem que admitía múltiples
respuestas.

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Los resultados relativos a las frecuencias con que son abordados los te-
mas que se detallan en la tabla 10, dan cuenta de la importancia que tienen
estas plataformas sobre asuntos que se asocian con cuatro aspectos en con-
creto: los que se refieren a sucesos noticiosos (entre los que pueden incluirse
los relativos a seguridad pública), aquellos relacionados con el trabajo, y los
relativos a la familia.

Tabla 10. Temas abordados en Facebook y Twitter por trabajadores en medios

Facebook Twitter
Temas Temas Total
Primer Segundo Tercer Temas
seguidos sobre por
tema tema tema seguidos
de ma- los tema
más más más de mane-
nera que se (f)
frecuente frecuente frecuente ra cons-
ocasional escribe
(f) (f) (f) tante (f)
(f) (f)
Noticias y temas
2 11 9 16 4 5 47
de actualidad
Asuntos de traba-
21 12 4 3 40
jo/escuela
Seguridad pública 2 3 14 4 4 27
Asuntos familiares 2 9 4 7 1 23
Tiempo libre,
humor, películas, 4 4 9 0 17
libros, etc.
Temas relaciona-
dos con relaciones
1 4 2 4 4 15
personales o sen-
timentales
Asuntos sobre el
1 3 8 2 14
medio ambiente
Asuntos relacio-
nados con el go- 1 4 6 2 13
bierno
Total de respues-
tas registradas en 25 23 22 59 46 21 196
cada caso
Fuente: elaboración propia

En lo relativo a los resultados de las entrevistas, se encontró que


las redes sociales en general y Twitter en particular son medios em-
pleados habitualmente por los editores de las secciones locales de los

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tres periódicos considerados en la muestra13, en coincidencia con lo


observado a través de la encuesta. No obstante este relativamente fre-
cuente uso de Twitter, los tres participantes en el estudio señalaron
emplearlo en pocas ocasiones como fuente directa para la generación
de notas. De forma específica, el editor de la sección local de El Diario
de Coahuila expresó que en su opinión, la mayor parte de la informa-
ción que es recibida por Twitter es "falsa, con numerosos rumores y
deformaciones de los hechos".

La credibilidad de la información que circula por Twitter es seña-


lada como un problema, de forma recurrente por los tres editores en-
trevistados. En una escala tipo Lickert de cero a diez14, el promedio
de las respuestas para esta variable se ubicó en cinco. Las prácticas
periodísticas habituales, como la confirmación de fuentes, siguen sien-
do la norma. Para verificar algún dato de interés periodístico publica-
do en Twitter, la mayor parte de los editores (dos de tres) señalaron
que envían un reportero al lugar de los hechos, si la nota lo justifica
por su importancia. En este sentido, los criterios de noticiabilidad se-
ñalados por los entrevistados son la trascendencia, la actualidad y la
proximidad de la información.

Las fuentes a las que recurren los editores de estos tres periódicos
a través de Twitter son: fuentes formales (cuentas de funcionarios y
dependencias oficiales), colegas periodistas y fuentes informales (usua-
rios testigos de algún hecho, pero no protagonistas).

5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

A partir de los resultados mostrados, es posible resaltar en primer lu-


gar, la importancia que tienen las TICs para los trabajadores en los medios
que participaron en las aproximaciones metodológicas que fueron aplicadas.
Uno de los primeros hallazgos a destacar es que el consumo de Internet su-
pera el de cualquier otro medio de comunicación de masas, dentro de la

13
Los participantes en las entrevistas dijeron tener un máximo de dos años de haber empezado a
usar Twitter.
14
Siendo cero una credibilidad nula y diez una credibilidad total.

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muestra participante en la encuesta. Este hecho da cuenta de un intenso uso


de los entornos virtuales, mismos que son empleados tanto como herramien-
ta de trabajo, como de contacto con familiares y amigos. En otras palabras, se
trata de una tecnología altamente integrada a las rutinas de este grupo de
usuarios, a través de la cual trabajan y socializan.

Los temas que son seguidos por quienes dijeron trabajar en los me-
dios, parecen confirmar lo anterior, con notables coincidencias entre Face-
book y Twitter. Asuntos relacionados con el trabajo y temas que tienen
que ver con noticias y asuntos de actualidad, son los que mayor frecuencia
presentan. En un contexto como el de la región sureste de Coahuila15,
destacan en lo particular asuntos que tienen que ver con la seguridad pú-
blica, como tema de seguimiento constante a través de Twitter.

Las opiniones expresadas por los editores de los periódicos que fueron
entrevistados, permiten identificar algunas tendencias generales observa-
das en los antecedentes consultados. Tal como Spencer (2007) ha plantea-
do, para los profesionales de la información noticiosa, Twitter permite
tener acceso a sujetos que se encuentran cerca de los hechos noticiosos,
sobre todo testigos de primera mano. Para este grupo de editores, además
de esta posibilidad, Twitter se convierte en un espacio a través del cual es
posible sondear los temas y asuntos que están siendo discutidos por sus
usuarios, y que en muchas ocasiones, tienen un carácter noticioso.

La relativamente baja credibilidad que los sujetos participantes otor-


gan a la información que circula a través de Twitter, conduce a prácticas
como las señaladas por Overholser (2009) y que en el caso analizado, se
expresan en la confirmación de la información a partir de fuentes oficiales
dentro de la misma plataforma, sobre todo en casos que tienen que ver con
hecho violentos ocurridos en la localidad. Las cuentas en Twitter de los
organismos públicos de seguridad pública se convierten en un referente
obligado, son un indicador clave en el proceso de deslinde de rumores. En
este mismo sentido, un aspecto que resulta oportuno destacar es que los
editores recurran también a las cuentas de colegas periodistas para verifi-
car la información obtenida a través de este medio. Hay, por lo tanto una

15
Desde febrero de 2010, en la región se han presentado diversos hechos violentos, y entre los
que han destacado los que han tenido lugar en avenidas y calles céntricas de la ciudad de Salti-
llo, a partir de enfrentamientos entre diversos grupos de la delincuencia organizada, con las
fuerzas del orden civiles y militares.

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discriminación de las fuentes en Twitter, y no todos los tweets reciben el


mismo tratamiento. El reconocimiento y la validación entre pares resulta
entonces en un relevante mecanismo de manejo de la información, al me-
nos entre esta muestra de trabajadores en medios.

De manera coincidente por lo observado por Lariscya et al (2009), los


editores de la muestra no recurren de manera sistemática a Twitter como
única fuente para la generación de notas. Como ha sido mencionado, cuan-
do algún asunto emergente irrumpe en la agenda, y no hay confirmación
oficial oportuna, si la nota tiene la suficiente relevancia, se recurre al envío
de un reportero para confirmar y profundizar en la información. Desde
una perspectiva normativa, esto parece reforzar los mecanismos de valida-
ción de la información a los que están sujetos los emisores de información
noticiosa. Recurriendo a la terminología de la sociocibernética, podríamos
decir que los altos niveles de entropía, llevan a la ejecución de operaciones
que la reduzcan, entre las que destaca la verificación a través de personas
especialmente entrenadas para ello y que, al menos en teoría, son capaces
de realizar acercamientos más o menos objetivos y profesionales a dichos
eventos; bajo una estructura que se presume coherente con los criterios
periodísticos a los que estén sujetos.

No obstante lo anterior, como Levy (2010) señala, el uso de Twitter


está adquiriendo una mayor importancia y es empleado por un porcentaje
significativo de trabajadores en los medios, tanto reporteros como edito-
res. Como hemos señalado, se trata de un entorno en el que hay un flujo de
información que los profesionales de las empresas informativas no pueden
darse el lujo de ignorar, en buena parte debido a la velocidad con la que
actualmente se actualiza y renueva la agenda. Ante el surgimiento y colo-
cación destacada de una nota, pueden buscarse posteriormente mecanis-
mos de verificación como los que ya han sido mencionados. Resulta evi-
dente que los editores y profesionales de la noticia, no pueden permanecer
al margen de este flujo de información.

Quizá uno de los aspectos que consideramos más relevantes a partir de


los datos obtenidos en este trabajo, es que la esencia de las rutinas laborales
dentro del proceso del newsmaking, no se ha transformado tanto como pu-
diera pensarse. Los valores fundamentales del periodismo como actividad
profesional parecen reforzarse, y en todo caso, deben ajustarse a una agen-
da que incorpora a Twitter como un elemento entre muchos otros en su
construcción. Los actores sociales que tradicionalmente influyen en este

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sentido, no parecen haber mutado de manera significativa. Si acaso, algunos


de ellos, especialmente cuando se les demanda una rápida respuesta ante
algún acontecimiento; se suman a Twitter como nodos con una altísima
relevancia para los editores y reporteros. Se trata en general, de un contex-
to en el que la velocidad y las mediaciones que responden a ella, se ubican
como herramientas pertinentes en la construcción social de la noticia.

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DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45265
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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

PÉREZ SALAZAR, Gabriel, CARABAZA GONZÁLEZ, Julieta I. y ROMO GU-


TIÉRREZ, Daniel O. (2013): “El uso de Twitter en las salas de redacción: redes
sociales y newsmaking en la región sureste de Coahuila, México”, Mediaciones
Sociales. Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 12, pp. 108-128.
DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45265

Los autores
(*)
Gabriel Pérez Salazar es doctor en Ciencias Políticas y Sociales, con
orientación en Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de
México. Profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias de la Co-
municación de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Saltillo,
México. Coordinador del Grupo de Investigación “Internet, Nuevas Tecno-
logías y Sociedad de la Información” de la Asociación Mexicana de Inves-
tigadores de la Comunicación (AMIC). Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONA-
CYT), nivel I.
(**)
Julieta I. Carabaza González es doctora en Comunicación Social por la
Universidad de la Habana, Cuba. Profesora de Tiempo Completo de la
Facultad de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Autónoma de
Coahuila, Unidad Saltillo. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), nivel I.
(***)
Daniel Osvaldo Romo Gutiérrez es alumno tesista de licenciatura en
la Facultad de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Autónoma
de Coahuila, Unidad Saltillo, con el trabajo “La red social Twitter como
fuente de información periodística. El caso de los editores en los periódicos
Vanguardia, Zócalo Saltillo y El Diario de Coahuila”, bajo la dirección del
Dr. Gabriel Pérez Salazar.

RECIBIDO: 10 de enero de 2013.


ACEPTADO: 25 de junio de 2013.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 108-128. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45265
!
III. La mediación de las
representaciones y de las
identidades sociales
Helena Neves Almeida, Cristina Pinto Alburquerque, Clara Cruz Santos 132
ÿCultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos para a construção de uma sociedade⁄Ÿ

Cultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos


para a construção de uma sociedade mais justa e
participativa

Culture of peace and social mediation. Founda-


tions for building more just and participatory
society
Helena Neves Almeida(*)
Universidade de Coimbra - Portugal
helena.almeida@fpce.uc.pt

Cristina Pinto Albuquerque(**)


Universidade de Coimbra - Portugal
crisalbuquerque@fpce.uc.pt

Clara Cruz Santos(***)


Universidade de Coimbra - Portugal
clarasantos@fpce.uc.pt

Resumo Abstract
Quando os laços sociais se degra- When social bonds increasingly degrade,
dam e de forma crescente têm problems such as poverty, social and
maior expressão problemas de po- institutional exclusion and violence
breza, exclusão social e institucio-
increased expression and, in this context,
nal e violência, a mediação social

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 132-157. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45266
Helena Neves Almeida, Cristina Pinto Alburquerque, Clara Cruz Santos 133
ÿCultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos para a construção de uma sociedade⁄Ÿ

revela especial importância. São social mediation reveals special im-


necessárias novas e inovadoras portance. New and innovative answers
respostas para problemas e confli- to old and emerging problems and con-
tos antigos ou emergentes no mun-
flicts in contemporary world, where
do contemporâneo, onde imperam a
complexidade, a incerteza e o risco prevails the complexity, uncertainty and
social. O presente artigo produz social risk, are required. This article
uma análise crítica e reflexiva so- shall take a critical and reflective analy-
bre o significado multidimensional sis on the multidimensional meaning of
da paz e os valores em confronto peace and the values found in plural
em contextos plurais. Explora ain- contexts. Also explores the innovative
da o contributo inovador da me-
contribution of mediation to building a
diação para construção de uma so-
ciedade mais justa e participativa e more just and participatory society and to
para a promoção de uma Cultura promote a Culture of Peace.
de Paz.

Palavras-chave: Mediação So- Keywords: Social Mediation, Culture


cial, Cultura de paz, Participação, of Peace, Participation, Social Justice
Justiça Social

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 132-157. ISSN electrónico: 1989-0494.


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1. NOTA INTRODUTÓRIA

O desenvolvimento de lógicas divergentes a nível social, cultural,


económico e político, provocam dinâmicas conflituais que impulsionam
guerras, intolerâncias, a banalização da destruição e da desvalorização do
capital humano e social. O limiar do século XXI (1999) é prodigo em de-
clarações e manifestos de organizações internacionais, apelando ao desen-
volvimento de uma Cultura de Paz: A Assembleia da Unesco declara que a
“Cultura da Paz é um conjunto de valores, atitudes, tradições, comporta-
mentos e estilos de vida baseados no respeito à vida, ao fim da violência, à
prática da não-violência por meio da educação, diálogo e cooperação”, e
em 4 de março de 1999 foi lançado o manifesto 2000 por uma Cultura de
Paz e Não violência, elaborado por personalidades laureadas com o Prémio
Nobel da Paz conjuntamente com as Nações Unidas e a UNESCO. Recon-
hecendo-se o efeito destrutivo dos conflitos a nível internacional impera,
deste modo, o desiderato de desenvolvimento de uma cultura de paz, afir-
mado pelas Nações Unidas (1999), que promova o bem-estar social, o de-
senvolvimento sustentável e o respeito pelos Direitos Humanos.

Derivada do latim, a palavra Paz enquadra um sentido ambivalente. Se,


por um lado, o conceito se associa à noção de Pacem = Absentia Belli, ou seja,
à ausência de violência, à isenção de ira, desconfiança e de todos os senti-
mentos negativos, por outro lado, a noção de Paz ultrapassa largamente
essa aceção para se associar sobretudo a uma ideia de processo, de constru-
ção de valores e de pactos de progresso e conexão, que permitam uma vi-
vência coletiva marcada pela justiça, pela liberdade e, como tal, pelo respeito
pelas diferenças e pelos contributos de todas as pessoas e de todos os povos.
Esta dimensão é sublinhada pelas Nações Unidas, quando definem, nos
termos da Declaração para uma Cultura de Paz, que “o progresso no sentido
do completo desenvolvimento de uma cultura de paz é conseguido através
de valores, atitudes, comportamentos e estilos de vida que conduzam à pro-
moção da paz entre indivíduos, grupos e nações” (Resolução 52/243 da As-
sembleia Geral das Nações Unidas, de 6 de Outubro de 1999, Artigo 2º).

Porém, a paz não está confinada a fronteiras histórica, política e admi-


nistrativamente definidas, ela incorpora dimensões com relevância a nível
pessoal, interpessoal e societal. Ainda de acordo com o mesmo documento
(Artigo 3º), o pleno desenvolvimento de uma cultura de paz agrega diferen-
tes dimensões inter-relacionadas, nomeadamente: A promoção da resolução
pacífica dos conflitos, do respeito e entendimento mútuos e da cooperação

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internacional; O cumprimento das Obrigações Internacionais; A promoção


da democracia, do desenvolvimento e do respeito pelos direitos humanos e
liberdades fundamentais; O desenvolvimento de capacidade de diálogo,
negociação, criação de consensos e resolução pacífica das diferenças; O refo-
rço das instituições democráticas e garante da plena participação no proces-
so de desenvolvimento; A promoção do desenvolvimento económico e so-
cial sustentável; A eliminação de todas as formas de racismo, discriminação
racial, xenofobia e outros tipos de intolerância; A erradicação da pobreza,
do analfabetismo e das desigualdades sociais; O respeito, a promoção e a
protecção dos direitos da criança; O garante da livre circulação de infor-
mação e promoção da sua acessibilidade; O aumento da transparência e da
responsabilização na gestão dos assuntos públicos; A promoção da com-
preensão, da tolerância e da solidariedade entre civilizações, povos e cultu-
ras; a criação de mecanismos capazes de agir, de forma curativa e preventi-
va, nos conflitos emergentes. A extensão de tais dimensões (Figura 1) colo-
ca em evidência a necessidade de reflectir e agir de forma coordenada e
concertada através de processos de regulação social e de transformação das
lógicas conflituais em padrões de desenvolvimento global.

Figura 1. Cultura de paz e dimensões éticas da vida social

Cultura de Paz
Projecto de democratização da sociedade
Desenvolvimento económico e social
sustentável.

Dimensões éticas da vida social


•Respeito pelos direitos humanos e liberdades
fundamentais
•Cidadania
•Cooperação,
•Não discriminação
•Tolerância
•Solidariedade.

Pugnar por uma cultura de paz é pois muito mais do que defender a
via de resolução pacífica de conflitos, o que nos permite discutir as possibi-

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lidades de agregação entre uma cultura de Paz e uma cultura de mediação.


Uma cultura de mediação que permita não somente resolver/ prevenir
pacificamente conflitos mais ou menos micre delimitados (em consonância
com uma prática mais tradicional e restrita associada à mediação), mas
também perspectivar a importância e as potencialidades de uma mediação
de cariz mais político, social e comunitário que permita consubstanciar
condições de desenvolvimento e de democracia mais substantivas e eman-
cipadoras para grupos populacionais mais abrangentes e em menos casos
em situações de vulnerabilidade e de opressão.

A cultura de paz inscreve-se com efeito num projeto mais amplo de


democratização da sociedade com respeito pelas diferenças e promoção de
maior justiça social, a que se associa um desenvolvimento económico e social
sustentável. Uma sociedade assim compreendida integra dimensões éticas da
vida social, como o respeito pelos direitos humanos e liberdades fundamen-
tais, a cidadania, a cooperação, a não discriminação, a tolerância e a solida-
riedade. Uma cultura de paz traduz-se, deste modo, num devir ético, político
e social, um processo em desenvolvimento e em permanente construção,
capaz de transformar o potencial negativo, associado ao terrorismo, à inse-
gurança, à desigualdade, à desconfiança e à intolerância, numa dinâmica de
sinergias abertas à mudança. Por tais razões, seria desejável a sua expansão
aos mais diversos contextos, documentos e discursos que reflectem simboli-
camente a vida em sociedade e as relações que dela emergem.

Na senda desta reflexão, o presente artigo pretende discutir, inicial-


mente, as dimensões constituintes do conceito de Paz, com reforço para os
seus aspectos éticos para, num segundo momento, caracterizado pela co-
rrelação analítica entre o conceito de Mediação e o conceito de Paz nos
posicionarmos criticamente sobre a forma como a Mediação pode e deve
servir de instrumento estratégico de gestão social e de potenciação da de-
mocratização da sociedade actual.

2. O PROJECTO ÉTICO, POLÍTICO E SOCIAL DA PAZ

O projecto ético-social da paz preconiza que este conceito se estenda


para além da simples ausência de conflito. A paz, entendida como âncora e
produto de desenvolvimento, pressupõe a possibilidade e a capacidade de
ser livre. Direitos Humanos, Liberdade, Tolerância e Justiça Social são
dimensões incontornáveis à compreensão da Paz, que se constitui como

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um dos Direitos Humanos consagrados na Declaração Universal. Conside-


ramos, no entanto, necessário re-discutir conceitos que, devido a uma
constante utilização, podem servir muitas vezes de base justificativa a
acções distintas e contraditórias, e, como tal, ficam vazias de conteúdo,
perdendo consistência teórica, ideológica e pragmática.

A noção de Direitos Humanos é uma dessas noções, e isto confronta-nos


incontornavelmente com o défice de reflexão ética e política que tende a ca-
racterizar as sociedades actuais. A permanente referência aos direitos huma-
nos, explicita uma metanarrativa em desagregação, ou um conteúdo excessi-
vamente impreciso e manipulável. Com efeito, a tendência para um discurso
minimalista e mediático, o predomínio do hedonismo e da circunstancialidade
(sobretudo das agendas político-ideológicas), tem colocado em segundo plano
um debate profundo e necessário. Os direitos humanos, com todas as decla-
rações, tratados e convenções que procuraram consubstanciá-los, são uma
referência ética basilar e o produto de um percurso civilizacional, iniciado na
época clássica. No entanto, face às condições paradoxais da era actual, onde
as desigualdades sociais se aprofundam e as oportunidades se centralizam em
pressupostos económicos e políticos de gestão do poder, começa a evidenciar-
se a necessidade de questionar: O que se entende por direitos universais e
inalienáveis, inerentes à natureza humana? Que consenso é possível ainda
destacar? A questão de base, implica uma reflexão sobre os fundamentos do
nosso projecto humano, superando a nossa tranquilidade pela mera consa-
gração de tais direitos numa tábua de mandamentos, e aceder aos fundamen-
tos éticos da mesma: a essencialidade do ser humano.

Aquilo que pode traduzir-se, num conceito de dignidade humana, ao


mesmo tempo simplista e complexo, consubstancia-se, assim, na articu-
lação entre a vida e a liberdade. Sempre que a vida se transforma em mera
sobrevivência, ou se encontra colocada em causa a verdadeira capacidade
de escolha e de afirmação de si, - devido a factores como a fome; as guerras;
os totalitarismos; as perseguições, entre outros, - a dignidade humana é
colocada em causa. Isto significa que não podemos ser transigentes com as
estratégias de legitimação de práticas de indignificação humana, invocando
motivos étnicos, religiosos, geográficos, culturais ou ideológico-
utilitaristas assentes na pretensa busca de um “bem maior”. Na reflexão
sobre Direitos Humanos a polémica entre universalistas e pluralistas é
superada se considerarmos que os direitos se concretizam em contexto -
consagrando a opção política em prol da igualdade, da liberdade e da paz-,
mas que não podem deixar de partir de um mesmo pressuposto universal:

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todos os seres humanos têm direito à dignidade. Os Direitos Humanos não


podem, pois, depender de factores contingentes como a etnia, o género, as
opções políticas, religiosas, culturais, sexuais ou o reconhecimento político
da cidadania. Não é a cidadania que é a base dos direitos humanos, são os
direitos humanos que se constituem como a base da cidadania.

Neste sentido, o discurso da tolerância pode facilmente transformar-se


no discurso da resignação, da permanência na impossibilidade. Na verdade,
a afirmação da igualdade fundamental é, por outras palavras, a possibilidade
de comportar, reconhecer e respeitar as diferenças. Sublinhe-se que este
pressuposto de respeito pela diferença, porque parte do reconhecimento do
valor e dignidade humana, anulando, pois, qualquer forma de discrimi-
nação, tem contornos universais. A existência de tratados e organizações
internacionais (ONU) não são mais do que a tradução pública de emoções
sociais partilhadas, de orientação para o outro e de preservação da paz.

Na afirmação de Vinyamata, na apresentação do livro de Farré Salvá


Gestión de los conflictos: taller de mediación. Un enfoque socioafectivo,

“la paz no es la paz de los muertos, no surge de la inexistencia de problemas,


ni de la negación de los conflitos, ni desde la ausencia de esfuerzos por vivir
en armonia surge, justamente, de la superación de los mismos, de su trans-
cendencia. La paz no es unicamente un estado el cual algunos paises saben
construir y otros se muestram incapaces de ello. La paz tambén es aquella
capacidad de las personas de encontrar solución a sus problemas sin prejudi-
car, la capacidad de convivir desde la diferencia, de colaborar desde la dis-
crepancia, la capacidad que se adquire de aproximarse a la felicidad sin ne-
cessidad de arrebatarla” (Farré Salvá, 2010:13).

“Falamos muito de paz, mas para que a paz exista tem de haver uma atmos-
fera conciliadora. Temos de criar essa atmosfera e para o fazermos temos de
gerar a atitude correcta. A Paz tem de começar a vir de nós mesmos. E por-
que havemos nós de procurar a paz? Pela simples razão de que a paz nos be-
neficia a longo prazo, e por conseguinte, a desejamos” (Segundo Dalai Lama,
2002: 56).

A construção da justiça e a visibilização das injustiças é, neste sentido,


obrigação de todos e de cada um, e é esta componente de complexidade e de
solidariedade (leitura ecológica do mundo) que corre hoje riscos de ruptura e
que deve ser reafirmada num debate complexo e profundo sobre a condição
de humanidade. Por outras palavras, trata-se de interiorizar duas ideias:

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a) Todos os seres humanos se diferenciam, mas não têm de ser de-


siguais. A diferença é do domínio da essência, a desigualdade é uma cons-
trução social e como tal pode ser questionada e superada.

b) Todos somos responsáveis por todos. A tragédia do outro é tam-


bém a nossa tragédia.

As mesmas ideias são expressas no Manifesto da UNESCO para uma


Cultura de Paz e de Não Violência (2000) ao reconhecer que só uma cultu-
ra de Paz torna possível um desenvolvimento duradouro, a proteção do
meio ambiente e a satisfação pessoal de todos os seres humanos. Numa
ótica de responsabilidade partilhada, iniciada na esfera individual mas
consubstanciada num projeto necessariamente transdisciplinar, consa-
gram-se como princípios nucleares do Manifesto (escrito por um conjunto
de Prémios Nobel da Paz):

-o respeito pela vida e a dignidade de cada ser humano, sem discrimi-


nações ou preconceitos; -a prática da não violência ativa, combatendo a
violência em todas as formas que pode assumir (física, sexual, económica e
social), em particular para com os mais débeis e vulneráveis; -a partilha do
próprio tempo e dos recursos materiais, cultivando a generosidade a fim de
acabar com a exclusão, a injustiça e a opressão política e económica; -a
defesa da liberdade de expressão e da diversidade cultural, privilegiando
sempre a escuta e o diálogo; -a promoção de um consumo responsável e de
um modo de desenvolvimento que considere todas as formas de vida e o
equilíbrio de recursos naturais do Planeta; -a contribuição para o desen-
volvimento das próprias comunidades, propiciando a plena participação
das mulheres e o respeito pelos princípios democráticos a fim de criar no-
vas formas de solidariedade.

Os grandes debates internacionais em torno da Paz na actualidade re-


conhecem-na pois de forma inequívoca como uma âncora e um produto de
desenvolvimento a todos os níveis - pessoal, social, político, económico e
cultural. A paz não é vista apenas como uma fase no tempo ou como uma
condição; é um processo social dinâmico, e como tal, requer um processo
de “construção”, que implica investimento, materiais, desenho arquitectó-
nico, coordenação do trabalho, colocação dos materiais e trabalho de aca-
bamento, além de uma manutenção contínua.

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Nesta perspetiva, a mediação pode constituir-se como mecanismo es-


truturante do processo de construção de que fala o autor, na medida em
que, sobretudo na sua feição de mediação social e comunitária, permite, não
só colocar em interação partes (pelo menos aparentemente) desconexas e
questionar (ou visibilizar) as relações de influência e poder que lhes subja-
zem em prol de um trabalho conjunto e da celebração de pactos, mas tam-
bém criar as condições para a conquista, por parte de indivíduos, grupos e
comunidades de estruturas de oportunidades necessárias ao seu desenvol-
vimento substantivo e à consequente capacitação e liberdade.

3. CULTURA DE MEDIAÇÃO E CULTURA DE PAZ: REFERENCIAIS ANA-


LÍTICOS DA E NA INTERVENÇÃO SOCIAL

Os conflitos e os problemas constituem uma componente fundamental


da vida humana em sociedade (Fonkert, 1999: 170) e, pelo seu carater
transformador (Folger e Bush, 1999: 85), impulsionam mudanças e trans-
formações, que têm permitido aos seres humanos a conquista de novas
realidades, e configuram ainda oportunidades de crescimento e desenvol-
vimento a nível individual e societal . O conflito resulta inevitavelmente da
interação, uma das formas básicas das relações sociais, que pode assumir
um efeito destrutivo ou, pelo contrário, contribuir para a definição de iden-
tidades e racionalização de estratégias de cooperação e competitividade. A
análise do conflito requer, por isso, que se procurem nós de inteligibilidade
sobre a origem do litígio, a natureza, o continuum e o estado da relação
entre os intervenientes na ação, e ainda, sobre o significado que o mesmo
tem para cada uma das partes. Identificar o âmago e os nós das interações
existentes ou ocorridas implica muito mais do que uma simples sinalização.
É imprescindível compreender os contextos e os significados atribuídos
pelos sujeitos da ação, na medida da proximidade possível. Não se trata
apenas de identificar, mas (re)construir conexões entre a natureza do con-
flito, os episódios significativos para os sujeitos e os significados que lhes
são atribuídos em contextos específicos.

O projecto de paz que temos vindo a assinalar não adquire apenas rele-
vância a nível internacional, ele ganha expressão instrumental em cada nação,
a nível local, comunitário, social, interpessoal e pessoal. É neste contexto que
o conceito e as práticas de mediação adquirem visibilidade e importância.

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Independentemente do paradigma que seja adoptado, no âmago da in-


tervenção social coexiste sempre o reconhecimento de um conflito, trans-
formado em problema, ou de um problema transformado em conflito. As
visões funcionalistas identificam o conflito como algo negativo, mas estu-
dos aprofundados baseados em evidências empíricas vieram revelar que o
conflito não é necessariamente negativo, deve surgir e seguir o seu próprio
curso, ainda que não em proporções de tal forma graves, que comprome-
tam o desenvolvimento e a integridade do ser humano. De certa forma o
conflito pode ser o valor comunicacional de um problema bloqueador do
crescimento ou desenvolvimento social. Nesta assunção, a sua expressão
evita a rigidificação de práticas sociais não adequadas aos contextos em
questão. Desta feita, abriu-se a possibilidade de trabalhar o conflito com
uma visão diferente, não o prevenindo para evitar que surja, mas trabal-
hando-o para diminuir a sua escala, estimulando as relações colaborativas e
cooperativas, dando corpo à concepção de mediação como instância de
provenção e não de prevenção de conflitos.

“Provenção de conflitos significa deduzir, a partir de uma explicação adequa-


da do fenómeno do conflito – incluindo as suas dimensões humanas -não só as
condições que criam um ambiente de conflito e as mudanças estruturais re-
queridas para o remover, mas, mais importante, a promoção de circunstâncias
que criam relações cooperativas” (Burton, 1990: 3, in Torremorell, 2003: 38).

É hoje consensual que a mediação é um processo de intervenção onde


a transformação social está presente, implicando a melhoria das relações
humanas – viver, estar e relacionar-se melhor. Nesta perspectiva enqua-
dramos a melhoria das competências de comunicação, com a criação de
relações de empatia, das sociabilidades, implicando a participação, activa,
das pessoas e o seu empowerment.

3.1. Dinâmicas concetuais de mediação social

A mediação, inicialmente entendida como um modo alternativo à tra-


dicional resolução judicial de conflitos entre particulares e entre estes e os
serviços públicos, expandiu-se, a partir de meados dos anos 70, com as
abordagens sociológicas, a “um modo de regulação social” (Bonafé-
Schmitt, 1988, 1992a). No domínio social e comunitário, tal aceção ganha
maior expressão, sendo as boutiques de droit e as community boards exemplos
de experiências desenvolvidas.

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As boutiques de droit, associações de informação jurídica, surgiram em


França (1975) por iniciativa de advogados e militantes associativos. Insta-
laram-se nos bairros para dar resposta à procura social das populações
mais desfavorecidas e facilitar-lhes o acesso ao “direito a ter direitos”, e o
seu domínio de acção é o contencioso do quotidiano, a regulação de litígios
menores, como por exemplo pequenos furtos, querelas verbais, maus chei-
ros na via pública. O projecto de mediação sobre o qual as “boutiques de
droit” assentam, baseia-se na criação de estruturas de proximidade e na
implicação activa dos habitantes. Por tudo isto, Bonafé-Schmitt (1992b)
considera a mediação uma justiça doce. Nos termos da “Carta da mediação
e das boutiques de droit” (Turrel, 1995, in Six, 1995: 147) o conceito aparece
como precursor de um direito de ingerência social de certos actores da
sociedade civil, direito que daria legitimidade aos habitantes dos bairros
designados como mediadores.

“Le choix d’action des Boutiques de Droit procède d’un droit d’ingérence so-
ciale de certains acteurs de la Société Civile qui permettrait à des habitants
des quartiers, désignés comme médiateurs, d’être porteurs d’une certaine lé-
gitimité” (Turrel, 1995: 8).

No que respeita às Community Boards, a mais conhecida é a de San


Francisco, que funciona independente dos tribunais e foi criada em 1977
por Ray Shonholtz, um professor de direito que se mostrava insatisfeito e
decepcionado com a lentidão das decisões judiciárias. Esta iniciativa visava
inicialmente humanizar o tecido social em que se manifestavam conflitos
interpessoais e implicar cada cidadão através da sua responsabilização na
procura de uma solução para as divergências quotidianas. O clima de con-
fiança consolidado permitiu dar voz aos conflitos existentes, tendo sido
criado um espaço onde as pessoas podiam falar dos seus problemas e resol-
vê-los com a ajuda de terceiros e de forma extra-judicial. Nesta perspecti-
va, a mediação foi também entendida como uma acção preventiva da mar-
ginalidade (Verin, 1988: 201-206). O trabalho de base consistia no estabe-
lecimento de contactos com a população e com as instituições. A experiên-
cia de San Francisco é diferente de outros modelos de mediação, uma vez
que: a) a mediação é concebida como um meio de solucionar assuntos pe-
nais, numa perspectiva de prevenção de criminalidade, e b) visa a regulação
pacífica de conflitos menores pela revitalização do espírito comunitário nos
bairros urbanos. Neste contexto, a mediação ultrapassa a resolução de
conflitos: os cidadãos procuram a paz social pela redução de tensões sociais
e raciais, pelo desenvolvimento de solidariedades, pela prevenção de confli-

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tos de vizinhança. Neste caso, a mediação é uma incitação cívica e pessoal


pela informação, educação e acção.

No âmbito desta perspectiva, o conceito de laço adquire relevância so-


cial e política, e com ele o conceito de mediação ganha uma dimensão es-
tratégica no processo de intervenção. “O laço social não é um facto; é sim
uma categoria” (Leandro, 2011: 31) analítica da vivência dos homens em
sociedade. Objecto de pesquisa de diversos sociólogos, de onde se destacam
Emile Durkheim, Max Weber e George Simmel, a sua construção concep-
tual demonstra que “o conjunto das relações sociais que agregam os indi-
víduos entre si, estruturam-se num ordenamento de que é possível apreen-
der os seus fundamentos, tanto a nível micro social (as interacções), como
macro social (a coesão)” (ibidem). Por isso, a abordagem teórica e operativa
das circunstâncias de vida em sociedade não se pode alhear da importância
da interacção na construção e compreensão dos factos sociais e interventi-
vos, como a pobreza, o desemprego ou a exclusão social. A ruptura, a con-
solidação ou a reconfiguração de laços sociais constitui um desafio incon-
tornável dadas as suas implicações na coesão social e identidade (pessoal e
social). A divergência de interesses, de atitudes e comportamentos está
genericamente associada à emergência de conflitos, que sendo importantes
num processo de desenvolvimento pessoal ou social, se tormam preocu-
pantes quando se associam a rupturas de laços e a comportamentos disrup-
tivos, ou que coloquem em causa a coesão social. Este é um dos motivos
porque a intervenção mediadora de uma terceira pessoa (o mediador), ex-
terior à dinâmica conflitual, se mostra relevante do ponto de vista, não
apenas pessoal, mas também social e político.

Não se reduzindo apenas à resolução de conflitos, e à inerente asso-


ciação à crise judicial de regulação de litígios, a mediação em contextos de
pluralidade social e cultural passa a ser considerada “uma estratégia funda-
mental na perspectiva do reforço do diálogo intercultural e da coesão so-
cial.” (Oliveira e Galego, 2005: 25). Esta perspectiva avança que a mediação

“mobiliza um projecto de restauração de laços sociais, sustentando modalida-


des alternativas de gestão das relações sociais, tornando-se um processo co-
municacional de transformação do social e uma requalificação das relações
sociais” (ibidem, 26).

A mediação é, pois, um recurso cada vez mais utilizado e que permite

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“incluir os diferentes participantes num conflito, promove a compreensivida-


de; ao aceitar diferentes versões da realidade, defende a pluralidade; e ao fo-
mentar a livre tomada de decisões e compromissos, contribui para a partici-
pação democrática” (Torremorell, 2008: 8).

Para este autor, a ideia de transformação surge associada ao valor so-


cial que a mediação produz e à mudança social que provoca (Figura 2),
considerando as dimensões relacionais do ser humano (ibidem: 70-77):

Figura 2. Concepções de mediação no quadro das dimensões relacionais do ser hu-


mano

1 – Intrapessoal – formação integral, que propicia às pessoas mo-


mentos de introspecção e favorece maior consciência crítica sobre o confli-
to, as torna mais receptivas ao diálogo, o que implica maior compreensão e
disponibilidade para ouvir e ser ouvido;

2 – Interpessoal – um processo que veicula a convivência, dá lugar à


construção de laços entre as pessoas;

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3 – Intragrupal - um coeficiente de coesão entre os elementos que


constituem um grupo;

4 – Intergrupal - constitui também um nó de intercomunicação entre


diferentes grupos de pessoas, que estimula o intercâmbio e promove a
aglutinação dos grupos em detrimento da dissociação;

5 – Social - como cultura, a mediação melhora as relações humanas,


introduz reflexões individuais sobre a prática de cada um, promove a par-
tilha de experiências e conhecimentos e acima de tudo desenvolve compe-
tências sociais imprescindíveis à vida em sociedade.

Embora o conceito ideal de mediação se confronte com limitações de-


correntes da pluridimensionalidade do contexto. que faz com que se re-
conheça a inexistência de mediação perfeita,

“toda a mediação é um momento de catálise (…); a mediação mais consegui-


da, a melhor sucedida, é aquela que produz uma verdadeira comunicação en-
tre as partes, uma comunicação que trará realmente frutos na vida de cada
uma das duas pessoas ou de cada um dos dois grupos” (Six, 1990: 185).

ao impacto singular quase imediato da mediação, a sua configuração


coletiva,na medida em que

“A mediação desenha um arco social que cruza todas as fronteiras culturais,


económicas e étnicas, iluminando zonas conflituosas a pequena e grande es-
cala. A missão da mediação é exactamente a de servir de ponto de encontro
daqueles que são diferentes sem cair na tentação de os homogeneizar” (To-
rremorell, 2003: 81).

Os protagonistas do processo de mediação são sujeitos detentores de


bagagens culturais e experiências únicas que participam na construção ou
reconstrução das suas próprias histórias de vida, da relação com os outros
e do contexto em que estão inseridos. Em contextos plurais, Santos Silva
salienta que

“Dada a estrutura desigualitária da distribuição de recursos, de oportunida-


des e de poderes, [as] diferenças [de identidade étnica, de cultura, de pa-
drões de comportamento e organização social] tendem a ser reconfiguradas
como desigualdades, tendem a induzir ou até a justificar, assimetrias, pri-
vações e marginalizações a que os membros daqueles grupos são sujeitos. O

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que dificulta ou mesmo impede a realização dos seus direitos pessoais, o de-
senvolvimento de sentimentos de auto-estima e respeito, a sua inserção so-
cial, familiar, laboral, profissional, cívica e a sua relação com as instituições,
as normas e as rotinas da sociedade englobante” (Santos Silva, 1998: 4, in
Oliveira e Galego, 2005: 33).

Se considerarmos, em acréscimo, que o próprio contexto social e polí-


tico não comporta muitas vezes as condições, as oportunidades e os recur-
sos necessários à concretização de tais direitos, transformando-os em me-
ras garantias formais sem consequências reais e efetivas nas condições de
vida das pessoas, temos necessariamente de ponderar a relevância de pro-
cessos de desenvolvimento promotores de justiça e de verdadeira equi-
valência de oportunidades para populações diferenciadas. A capacitação, de
que nos fala Amartya Sen (2003), preconiza a possibilidade de escolha
como o elemento basilar de uma sociedade desenvolvida. Isto implica ne-
cessariamente a existência de estruturas e de políticas capazes de propiciar
as condições para que as pessoas possam viver a vida que desejam viver (a
este nível são particularmente importantes as políticas de saúde e de edu-
cação). A pobreza constitui-se assim, para este autor, não essencialmente
como ausência de recursos materiais mas como ausência de liberdade. Uma
pessoa que passa fome não é livre, vive aprisionada à luta pela sobrevivên-
cia, ainda que a liberdade se constitua como um princípio e um direito for-
malmente estruturante da sociedade em que vive. Tal modelo de avaliação
do nível de desenvolvimento de uma sociedade difere do modelo de ava-
liação mais tradicional, que se foca apenas em variáveis como o rendimento
económico. Como salienta Guilherme Marques:

“Tais liberdades substantivas são os frutos do desenvolvimento, de modo que


a falta de disposições sociais e económicas, tais como os serviços de saúde e
educação, limitam a actuação livre dos cidadãos, impedindo-os de se alimen-
tarem adequadamente, adquirirem remédios e tratamentos, obterem conhe-
cimento e instrução” (2010: 120).

Através de tais carências, um indivíduo tem a sua liberdade limitada,


vivendo diante de condições degradantes, sem perspectivas de participar
activamente como cidadão, na deliberação, elaboração e implementação das
políticas públicas e das suas escolhas de vida. Esta é uma realidade trans-
versal a vários contextos sociais, económicos e políticos, um panorama que
encontramos espalhado nas comunidades, cada uma com a especificidade
do local onde os conflitos e os problemas ganham dimensão e expressão,
porque é lá que são vividos. Hoje vivemos em contextos de crise e de con-

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flitualidade social expressa ou latente, alocados a problemas de pobreza e


exclusão social, envelhecimento populacional e decréscimo de capacidade
produtiva, desemprego e precariedade laboral, endividamento dos Estados
e das famílias e desajuste das políticas públicas. Os conflitos que os impul-
sionam ou que deles decorrem apenas se transformam, não se diluem.

3.2. Cruzamentos analíticos na configuração de uma cultura de me-


diação e de paz

O risco e a incerteza são uma constante que dificulta o despertar da


esperança e a identificação de oportunidades. Neste contexto, torna-se
necessária uma “cultura de mediação”, com uma vocação societal e que se
inscreva no projecto ético-social e operativo de construção de uma cultura
de paz. A mediação social ganha, aqui, especial relevância: cria condições
para que o indivíduo, os grupos e as comunidades façam parte do processo
de mudança de paradigma, de forma mais ou menos activa, reestruturando
e construindo recursos, discutindo e determinando políticas, promovendo
dinâmicas argumentativas e questionadoras do instituído, logo criando
condições de emancipação pessoal e social. Tal desiderato resultará do
cruzamento de 3 factores:

a) O modelo teórico de referência: Inicialmente centrado sobre o


conflito, e no esgrimir de argumentos que opõem os litigantes, através de
um processo de negociação assistida e facilitadora da análise e ponderação
de oportunidades de resolução sem dar a face, o conceito de mediação e o
processo operativo e reflexivo subjacente foi transitando de uma perspec-
tiva curativa ou preventiva centrada no conflito e no acordo (Modelo de
Harvard, Tradicional–Linear de Fisher y Ury, 1998) para uma perspectiva
transformadora, associada ao crescimento pessoal, e à construção e restau-
ração de laços sociais, imprimindo à mediação uma dinâmica transforma-
dora na forma de pensar e de agir. Falamos do modelo transformativo
centrado no relacionamento e nos protagonistas (Folger, 2007; Folger e
Bush, 1999), e no modelo circular-narrativo (Cobb, 1997) centrado no
processo e conteúdos, na reconstrução de narrativas, ou como refere Sua-
rez “centrado tanto nas relações como nos acordos” (1997: 63). Como
refere Dora Fried Schnitman, compreende-se

“a evolução de um conflito focalizando não só as emoções , intenções e


crenças dos participantes, mas também os domínios simbólicos, as cons-

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truções narrativas, as tramas dialógicas que constroem e transformam signi-


ficados e práticas, projetos e resultados” (Schnitman, 1999: 21).

Os novos paradigmas de mediação apoiam-se na noção de construção


social da realidade, em que observador é um sujeito reflexivo e co-
construtor dessa realidade; Com base nestes pressupostos, fornecem pers-
pectivas renovadas para a participação dos atores sociais, aumentando as
suas capacidades de transformação pela ação e de confronto / resolução de
conflitos e dilemas, proporcionando novas leituras e uma maior consciên-
cia sobre a importância da sua implicação na construção do futuro.

b) As competências do mediador: O desenvolvimento do processo


catalítico que propicia a construção de uma nova perspectiva analítica e de
acção, explora a possivel reconfiguração das diferenças argumentativas e a
configuração de resultados marcados pelo formato processual ganhador-
ganhador, em vez do tradicional ganhador-perdedor. A solução configura
uma alternativa que, por ser partilhada e estabelecida num clima de con-
fiança e responsabilidade, é desenhada por medida, tomando por objecto o
possível (as capacidades e competências do mediador e dos mediados, os
recursos disponíveis ou acessíveis, o jogo entre oportunidades e constran-
gimentos). Todo o processo comunicacional estabelecido pressupõe com-
petências a nível teórico, prático e axiológico, que se adquirem num diálo-
go permanente entre estas 3 dimensões do conhecimento, em contexto de
formação, de prática reflexiva e de supervisão.

Os novos paradigmas e as condições contemporâneas propoem ce-


nários alternativos de inteligibilidade da mudança e neles se configuram
temas centrais para a forma como se produz a gestão dos conflitos: 1 – o
abandono da ideia de défice; 2 – o direccionamento para processos que
reconhecem as perspectivas, as oportunidades, as esperanças e as expecta-
tivas, como fonte de abertura à construção do novo e imprevisto; 3 - a
promoção de mudanças pela ênfase numa comunicação positivamente valo-
rativa do existente; 4 – o trabalho prospectivo e a importância da criativi-
dade; 5 – a restauração do papel activo das pessoas na construção da reali-
dade; 6 – o papel das flutuações, da não linearidade, da desordem e do des-
equilíbrio na construção de alternativas; 7 - o reconhecimento do poder
relativo de pequenas flutuações serem susceptíveis de gerar mudanças em
escala; 8 – a importância da comunicação, entendida como sistema em co-
evolução, e não como um modelo linear de causa-efeito. A racionalidade
construtiva do diálogo transforma a maneira de entender a resolução dos

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conflitos, ultrapassando a perspectiva redutora de aplicação de técnicas, no


sentido da afirmação da importância do enquadramento dos problemas, da
sua interpretação e definição. Esta é uma condição fundamental para o
desenvolvimento do processo e a promoção de mudança a nível pessoal,
social e político. Como salientam Oliver Ramsbotham, Tom Woodhouse e
Hugh Mial “muchos de los conflictos actuales si no la mayoria, surgen de
la incapacidad de las instituciones politicas, economicas y sociales para
prestar una atención suficiente a los agravios y las necessidades percibidas
de grupos importantes de la población” (1997: 33).

c) O Contexto - natureza e complexidade do conflito: As perspec-


tivas analíticas dominantes sobre os conflitos estão muito centradas na
diferenciação dinâmica e funcional dos processos de desenvolvimento hu-
mano e social, que parametrizam as divergências em subcategorias: confli-
tos psicológicos, sociais, políticos e económicos. Para Rittel e Webber
(1973) as decisões públicas lidam com problemas “perversos” (wicked) e
diferentes na medida em que, não existe a formulação definitiva de um pro-
blema; este não está limitado temporalmente; não existe nenhuma solução
imediata nem tampouco um leque de soluções potenciais. Um problema
constitui um sintoma de um outro problema; existem explicações diversas e
a escolha de uma delas condiciona a natureza da solução. Estas característi-
cas potenciam a emergência de conflitos com dificuldade de solução acres-
cida e que envolvem a auscultação e participação de diversos stakeholders.

Caser e Vasconcelos definem os seguintes critérios para identificar


potenciais conflitos complexos:

“Acordo reduzido quanto ao problema; Incerteza face aos factos, métodos e


futuro; Informação técnica multidisciplinar; Muito conhecimento prático;
Muitos valores e interesses; Muitos participantes (mediados) com poder e
competência desigual; Soluções requerendo ações coordenadas; Sensação de
não haver solução satisfatória” (2008: 35).

Esta complexidade constitui um desafio para os decisores não apenas


no domínio público, mas também privado. Segundo as autoras, a Mediação
Multipartes Complexa constitui o processo mais indicado nestes casos.
Comparativamente à mediação bilateral (familiar, penal, de consumo,…), a
mediação multipartes distingue-se pelo seu potencial de empowerment (indi-
vidual e coletivo) e de participação em rede de diferentes stakeholders. O pro-
cesso de mediação é muito mais flexível, os objetivos são mais amplos, e a

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gestão do conflito tem uma lógica potencialmente transformadora de cons-


ciências, de responsabilidades, de conhecimentos e competências, dando luz
verde a processos inovadores de valor acrescentado a nível político e social.

A mediação social não se esgota, pois, no uso da palavra pacificadora. O


mediador é um facilitador, mas também um construtor da sinergia ne-
cessária ao processo de mudança social e ao exercício da cidadania. De acor-
do com Almeida (2001), espera-se que a mediação profissional no domínio
social permita igualmente aos cidadãos aceder aos serviços (promoção de
acessibilidades), participar em grupos de pares (facilitar a sociabilidade),
potenciar a aquisição de competências (apoiar, informar e incentivar à for-
mação), aumentar o seu potencial reflexivo e dinamizador (promover, moti-
var, dinamizar, favorecer um maior nível de consciencialização). A mediação
social implica ainda a construção de alternativas que estimulem e envolvam
a responsabilidade dos poderes públicos e a legitimidade de ingerência social
da sociedade civil, através do diálogo, ultrapassando muitas vezes as expec-
tativas dos próprios cidadãos. A mediação promove a esperança, gere e im-
pulsiona responsabilidades a nível político, social e pessoal. Deste modo, a
mediação cumpre o seu papel na construção de conexões, potencia vínculos e
revela-se um modo de intervenção impulsionador de mudanças internas (nas
pessoas) e externas (nas organizações, nas políticas e nas acções dos
stakeholders), edificando uma teia de recursos (materiais e simbólicos) capaz
de integrar profissionais, utentes, voluntários, organizações, decisores polí-
ticos, cuja articulação constitui uma mais-valia no processo de desenvolvi-
mento social (Tabla 1). Por isso se pode afirmar que a Mediação Social é no
mínimo trial (característica comum a qualquer processo de mediação), po-
dendo configurar-se como um polo processual dinâmico, simultaneamente
agregador e impulsionador de articulação multipartes.

É no cruzamento analítico dos ideais da cultura de mediação com os


da cultura de paz que se posiciona a concepção e a prática de Mediação
Social, cooptando a perspectiva de regulação do conflito, no âmbito do
direito de ingerência social que caracteriza a mediação, com o devir ético,
político e social da paz (Tabla 1).

Tabla 1. Cultura de mediação e cultura de paz - cruzamentos analíticos na concep-


tualização da mediação social

Cultura de mediação Mediação social Cultura de paz

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Modo alternativo de resolu-


ção de conflitos
Conceção e modelo de Inter-
Precursora e promotora de
venção Social, que se inscre-
um direito de ingerência Devir ético, político e social
ve no projeto ético-social
social
político e operativo de cons-
trução de uma cultura de
paz.

- Processo ancorado em
valores, designadamente o
respeito pelos direitos hu-
manos e liberdades funda-
mentais, a cidadania, a
- Preconiza uma sociedade
- Aloca fundamentos éticos cooperação, a não discrimi-
sustentada em valores e
de respeito pela dignidade nação, a tolerância e a soli-
procedimentos democráti-
humana, pela diferença e dariedade.
cos: o respeito pelos direitos
cidadania, através de pro- - Potencia a construção de
humanos e liberdades fun-
cessos participativos e conexões e de vínculos
damentais, a cidadania, a
democráticos - Impulsiona mudanças
cooperação, a não discrimi-
- Sustenta modalidades internas (nas pessoas) e
nação, a tolerância e a
alternativas de gestão das externas (nas organizações,
solidariedade.
relações sociais, tornando- nas políticas e nas ações dos
- Possui um potencial trans-
se um processo comunicaci- stakeholders)
formador dos fatores de
onal de transformação do - Edifica uma rede de supor-
risco numa dinâmica de
social e uma requalificação te capaz de integrar profis-
sinergias abertas à muda-
das relações sociais. sionais, utentes, voluntários,
nça.
organizações, decisores
políticos, cuja articulação
constitui uma mais-valia no
processo de desenvolvimen-
to social.
Elaboração das autoras (2012)

4. CONSIDERAÇÕES FINAIS

Como Martin Griffiths afirma no Relatório “10 Years. Mediation for


Peace 1999-2009”, a construção da paz está dominada pelas decisões dos
homens, tanto dos mediadores como dos litigantes. No entanto, ela pode
ser limitada ou potenciada pelas dinâmicas das organizações e das comu-
nidades onde aqueles estão integrados (estrutura económica e política,
valores culturais, recursos materiais e humanos, movimentos associativos,
entre outros aspectos).

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A mediação social é em si um poderoso instrumento porque favorece a


coesão social, cria e potencia relações coesas entre os indivíduos, os recur-
sos e as dinâmicas ambientais. Deste modo, amplia a capacidade de conhe-
cer e agir em conformidade com os interesses e respeito pelos direitos e
deveres de cada pessoa e cidadão. É certo que a cultura da mediação em
Portugal não está devidamente difundida e apreendida quer pelos órgãos
políticos, potenciais preventores, quer pela população em geral, potenciais
difusores e beneficiários. No entanto, a multiplicidade de experiências de
mediação no campo familiar, educativo, penal, laboral, sócio-cultural, co-
munitário e social e a diversidade de mediadores (profissionais e cidadãos)
com perfis e formações tão diversas (mediadores especializados, educado-
res, sociólogos, assistentes sociais, voluntários,…) permite-nos configurar
a mediação como modelo integrado de intervenção social e como motor de
uma cultura de paz.

“A mediação e a cultura que lhe está associada, caracterizada pelo respeito


para com o “outro”, a focalização no diálogo, a valorização da cidadania, a
importância atribuída aos sujeitos e ao desenvolvimento das suas competên-
cias no processo de mudança, a esperança numa solução que ultrapasse o bi-
nómio “ganhador-perdedor”, e que é transversal a todo o processo relacional,
constituem um mais-valia no “recosimento” dos laços sociais em ruptura”
(Almeida, 2009:118).

Por outro lado, como salienta Torremorell “A cultura de mediação,


em si, deverá passar por um processo de construção fundamentado na inte-
rrogação e na reflexão colectivas em torno das situações conflituosas, que
são as que nos interpelam” (2003: 86).

Neste sentido, a criação de condições estruturais que possibilitem a


concretização (substancial e não apenas formal) da igualdade de oportuni-
dades implica a efectivação de processos de mediação entre níveis de de-
cisão (local, nacional, global), níveis de intervenção (micro,meso,macro) e
dimensões (individuais e colectivas). Colocar em relação estes diferentes
vectores, numa perspectiva comunicacional, operativa e política, constitui-
se como um pressuposto de construção da paz. Incentivar a capacitação e a
proactividade dos indivíduos e em paralelo desenvolver os recursos e res-
postas associados às estruturas de oportunidades, articular o “querer” com
o “ter a possibilidade de (…)”, constitui-se como o pilar fundamental do
desenvolvimento e da paz a ele associado. Ninguém é livre passando fome
(Sen, 2003). Deste modo, o combate às desigualdades, à pobreza e a todas

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as formas restritivas da liberdade de ser, de estar e de agir são essenciais


na promoção de um projecto ético de paz, de democracia e de desenvolvi-
mento. É sob este pressuposto aliás que Muhamad Yunnus ganha o prémio
Nobel da Paz em 2006.

Torna-se necessário dar voz a novas formas de enfrentar os constran-


gimentos, novos modos de agir face à diferença, centradas na tolerância, mas
também nas forças, no sentido de oportunidade e de empowerment indivi-
dual e colectivo. Tal implica a construção de alternativas, que, como refere
Urie Bronfenbrenner (1996), recusam o modelo de “défice”, aspecto igual-
mente salientado por Dora Schnitman (1999), a ideia de fatalismo funcional
e social (Lascoux, 2001), dando lugar à procura, criação e promoção de es-
truturas de oportunidade. A mediação para além de uma dimensão humana e
pacificadora, possui dimensões (estratégicas e políticas, pedagógicas e práti-
cas) comprometidas com experiências transformadoras que favorecem o
desenvolvimento humano e promovem a cidadania, e neste sentido traduz
uma nova capacidade de ver e compreender o mundo e de nele intervir.

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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

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dade mais justa e participativa”, Mediaciones Sociales. Revista de Ciencias Sociales
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Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 132-157. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45266
Helena Neves Almeida, Cristina Pinto Alburquerque, Clara Cruz Santos 157
ÿCultura de Paz e Mediação Social. Fundamentos para a construção de uma sociedade⁄Ÿ

Los autores
(*)
Helena Neves Almeida, Phd em Trabalho Social pela Universidade de
Fribourg (Suiça), com especialização em “Mediação Social”. Atualmente é
professora da Faculdade de Psicologia e de Ciências da Educação da Uni-
versidade de Coimbra, coordinadora da licenciatura em Serviço Social e do
Mestrado em Intervenção Social, Inovação e Empreendedorismo. É autora
de várias publicações no campo das Teorias e Metodologias de Intervenção
e Investigação em Serviço Social, Mediação Social, Escolar e Comunitária,
Empreendedorismo Social, Intervenção Social na área do envelhecimento,
saúde, educação formal e informal, família e juventude É consultora Senior
de Mediação Social e Comunitária, e Coordenadora do Observatório da
Cidadania e da Intervenção Social e Investigadora associada no Centro de
Estudos de Sociologia da Universidade de Lisboa (CESNOVA)

(**)
Cristina Pinto Alburquerque, Phd em Trabalho Social e Política Social
pela Universidade de Fribourg (Suiça). Atualmente é professora da Facul-
dade de Psicologia e de Ciências da Educação da Universidade de Coimbra,
na licenciatura em Serviço Social e no Mestrado em Intervenção Social,
Inovação e Empreendedorismo. É autora de várias publicações nos campos
da Política Social, Desenvolvimento Social, Empreendedorismo, Ética e
Justiça Social. Investigadora no Centro de Estudos de Sociologia da Uni-
versidade de Lisboa (CESNOVA), onde é responsável pelo grupo de Inves-
tigação de Políticas Públicas e Responsabilidade Social.

(***)
Clara Cruz Santos, doutorada em Serviço Social pela Universidade
Católica de Lisboa, docente da Faculdade de Psicologia e Ciências de Edu-
cação da Universidade de Coimbra. É autora de dois livos na área de Ser-
viço Social e Identidade Profissional, com publicações em revistas cientifi-
cas, enfatizando os aspetos da Intervenção Social e Prática Profissional do
Serviço Social. É ainda Terapeuta Familiar e Mediadora Familiar.

RECIBIDO: 23 de noviembre de 2012.


ACEPTADO: 18 de marzo de 2013.

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Tratamiento periodístico del Movimiento 15-M


en medios de comunicación alternativos y
convencionales

Press coverage of Movimiento 15-M in


alternative and conventional media

Moreno Ramos, Miguel Ángel(*)


Universidad Carlos III de Madrid - España
miguelangelmramos@telefonica.net

Resumen Abstract
El surgimiento del Movimiento 15-M The rising of ‘Movimiento 15-M’ in
como hecho informativo durante el mes de May 2011 as an informative fact caused
mayo de 2011 provocó la organización de the assumption of different strategies in
coberturas por parte de los medios de media’s coverage that showed many
comunicación que revelaron diferencias en differences in framing between alternati-
los enfoques entre los medios de carácter ve media, and conventional media. Due
alternativo y convencional. Tras un aná- to a content analysis completed with
lisis de contenido de los artículos de dis- interviews to each media´s journalists,
tintos medios convencionales y alternati- we have found many differences between
vos, complementado con entrevistas a alternative media´s coverage, more inno-
periodistas de cada uno de los medios vative and closer to the activists, and
analizados, se han hallado algunas dife- conventional media´s news, more linked
rencias que retratan una cobertura más to political consequences of this social
innovadora y centrada en los protagonis- movement.
tas del movimiento en los medios alterna-

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tivos, frente al tratamiento más orientado


a la repercusión política del acontecimien-
to por parte de los medios convencionales.

Palabras clave: periodismo, Movi- Keywords: journalism, movimiento 15-


miento 15-M, medios alternativos, movi- M, alternative media, social movements.
lizaciones sociales.

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1. INTRODUCCIÓN

Esta investigación ofrece un acercamiento teórico a la cobertura de


las movilizaciones sociales producidas a partir del día 15 de mayo de 2011
en varias ciudades españolas, especialmente entre las diferencias en el en-
cuadre informativo efectuado por medios de carácter alternativo y medios
tradicionales, entendidas ambas categorías como muestra de dos tipos de
organización periodística diferenciables entre sí a través del sus caracterís-
ticas, financiación o enfoque frente a la actualidad.

Los sucesos informativos que fundamentan el estudio son las protes-


tas ciudadanas sucedidas a partir de la manifestación convocada por la
plataforma Democracia Real Ya el 15 de mayo del 2011 en Madrid y otras
ciudades, que en la capital española desemboca en una acampada en la cén-
trica Puerta del Sol, alrededor de la cual se gesta un movimiento reivindi-
cativo y asambleario que sobrepasa el mes de duración y atraviesa unas
elecciones municipales en todo el país, sucedidas el 22 de mayo del mismo
año. Dichas movilizaciones y acampadas se producen también en varias
ciudades españolas, europeas y latinoamericanas.

Entre los objetivos de la investigación no está el de teorizar respecto


a las causas, acontecimientos y consecuencias de esta ola de reivindicacio-
nes, identificada a nivel general como “Movimiento 15-M”, sino el de
aproximarse a ellas desde el punto de vista comunicativo y periodístico.

De esta forma, en este estudio ahondamos en dos inquietudes distintas:


la de analizar la cobertura de un acontecimiento informativo en la frontera
entre lo social y lo político y el objetivo de encontrar diferencias en la for-
ma de encarar dicha cobertura por dos tipos de instancias periodísticas
opuestas en cuanto a su organización, rutinas productivas o financiación.

Para esta aproximación a dos tipologías de organización periodística


se han seleccionado dos medios de carácter alternativo en su versión en la
Red, que son Periodismo Humano (http://www.periodismohumano.com) y
Diagonal (http://www.diagonalperiodico.net). Se trata de dos medios pe-
riodísticos relacionados o con especial sensibilidad hacia el ámbito asociati-
vo, la defensa de los derechos humanos o la movilización social; que además
se destacaron como fuentes informativas de primer nivel desde un ámbito
no convencional, especialmente en el caso de Periodismo Humano, que fue
citado por medios internacionales por su cobertura de las movilizaciones.

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En cuanto a los medios tradicionales, los escogidos han sido El País


(http://www.elpais.com) y Público (http://www.publico.es), dos empresas
periodísticas con una organización convencional, cuya tendencia editorial
permite hacer un análisis más centrado en los enfoques periodísticos que
en las diferencias ideológicas.

El estudio ha requerido la búsqueda y selección de artículos publica-


dos en las ediciones digitales de los cuatro medios entre los días 15 y 30 de
mayo de 2011, de los cuales ha surgido una selección de 461 piezas perio-
dísticas en total. Estos documentos han sido tratados por medio de una
ficha de análisis cualitativo, en la que se han incluido clasificaciones de
encuadre utilizadas internacionalmente, así como otros datos de estilo
periodístico y análisis de fuentes. Como complemento se han realizado
entrevistas en profundidad con cuestionario abierto a profesionales de los
cuatro medios, de manera que se han podido contrastar algunos de los
resultados con sus opiniones acerca de la cobertura realizada.

Dos cuestiones han guiado esta investigación: ¿Cuál ha sido la cober-


tura del conocido como “Movimiento 15-M” a partir del análisis de los
artículos escritos entre los días 15 y 30 de mayo en dos medios periodísti-
cos convencionales como El País y Público, en comparación con dos medios
alternativos como Diagonal y Periodismo Humano, todos ellos en sus ver-
siones en la Red?, y ¿qué diferencias se observan entre los enfoques infor-
mativos sobre las manifestaciones del 15 de mayo entre los medios de ca-
rácter alternativo y los medios convencionales en los artículos publicados
en sus versiones web?.

Los objetivos del estudio podrían definirse en dos planos. En primer lu-
gar, se estableció como meta primaria la observación de la presencia de estas
movilizaciones en las agendas informativas de los cuatro medios sometidos a
estudio. En segundo término, se estudiaron esas diferencias por medio de un
análisis de contenido bajo el paradigma del estudio de encuadre o framing.

Las hipótesis previas del estudio incluyeron la percepción de que las


cabeceras alternativas otorgan mayor importancia a los temas de alcance
social en la composición de su agenda, mientras que los medios tradiciona-
les tratan más los asuntos de tipo político y declarativo. También se pro-
nosticó un tratamiento más local por parte de los medios alternativos y una

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mayor utilización de portavoces sociales como fuentes, frente a la posible


recurrencia a las fuentes políticas por parte de los medios tradicionales.

Entre los motivos que justificaron el estudio se valoraron tanto la


oportunidad de indagar en las diferencias entre dos organizaciones perio-
dísticas a nivel general como el de observar estas distinciones en el ámbito
concreto del 15-M, un acontecimiento social que marcó la agenda informa-
tiva de unos y otros durante más de un mes, aunque en este caso la inves-
tigación se centró en quince días, entre la primera manifestación (15 de
mayo de 2011) y el día 31 del mismo mes.

2. MARCO TEÓRICO

En el ámbito teórico, es necesario dibujar en primer lugar una línea en-


tre los medios alternativos y convencionales. Comenzaremos por la noción
de medio alternativo, en la que incluimos a Periodismo Humano y Diagonal.

Se trata de una categoría basada en una línea de investigación presente


en la tradición anglosajona a partir de autores como el norteamericano John
Downing, que acuña la noción de “medios radicales” o el británico Chris
Atton, que trabaja sobre los medios alternativos desde una perspectiva am-
plia y cultural; pero también explorada ampliamente en América Latina.

Para Downing, los medios radicales son aquellos “políticamente disi-


dentes” que ofrecen “alternativas radicales al debate público” (1990: 181) y
se relacionan con una noción de “audiencia activa”, que no solo consume
contenidos informativos, sino que también es sujeto de creación.

Atton destaca en su visión de los “medios alternativos” otras caracte-


rísticas como la independencia comercial y editorial, la libertad periodísti-
ca y el “otorgamiento de poder a grupos de interés específicos” (2002: 13);
pero también realiza una ampliación del campo de estudio, hablando no
tanto de medios de comunicación sino de un “área de producción cultural”
alternativa. Este pensador focaliza su interés en la capacidad de estos me-
dios para encontrar métodos de creación, producción o distribución no
convencionales, por encima de su contenido informativo, ya que valora
estos medios por su capacidad para dar voz a grupos de opinión excluidos
por la comunicación tradicional.

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En este contexto, podemos definir a los medios alternativos como


aquellos que “rechazan la política institucional en el sentido de que persi-
guen un cambio en la sociedad o al menos una revisión crítica de los valo-
res tradicionales” (O’Sullivan, 1994, en Atton, 2002:15) una visión que
recoge Atton, quien también retoma las nociones del alemán Hans Mag-
nus Enzensberger, acerca del “uso emancipador de los medios” como pre-
cursor de esta relación más estrecha entre el medio y su público que hemos
señalado con anterioridad.

El concepto de medios alternativos también tiene su eco en pensado-


res de la comunicación latinoamericanos, como la colombiana Clemencia
Rodríguez (2001), que introduce un nuevo término, el de “medios ciudada-
nos”, para definir aquellos medios que dan poder a las personas para defi-
nirse a sí mismas “irrumpiendo en la aceptación pasiva de identidades im-
puestas por sujetos externos” (Rodríguez, 2009: 17).

Otras aportaciones latinoamericanas de relevancia a esta discusión


son las del argentino Mario Kaplún (1985), que utiliza la noción de “me-
dios populares” desde el punto de vista de la educación y la toma de con-
ciencia, relacionada con el pensamiento del pedagogo brasileño Paulo
Freire; o la del boliviano Alfonso Gumucio-Dagron, que incide en el aspec-
to de la participación popular y el uso de los medios de comunicación como
herramienta de desarrollo.

Por otra parte, también resulta adecuado para el estudio de los medios
alternativos mencionar el concepto del “estatuto de objetividad”, enuncia-
do por Hackett y Zhao (1998, en Hamilton y Atton, 2008) como un conte-
nido clave para entender la razón de ser de estos medios y su oposición
respecto a los convencionales.

Este concepto pone en duda cuál es el valor primordial de las noticias


en un medio informativo: si para los medios tradicionales sería la factuali-
dad de la información -su valor como hecho, lo que conlleva asumir que
existe la posibilidad de identificar los datos que contiene con precisión y
sin prejuicios-, para un medio alternativo el valor de una información parte
de una base distinta: la de los valores. Para este tipo de medios el ejercicio
del reporterismo está indisolublemente unido a los valores (personales,
profesionales, institucionales), ya que “no es posible separar los hechos de
los valores” (Hackett y Zhao, 1998, en Hamilton y Atton, 2008: 127).

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De esta manera, entendemos Diagonal y Periodismo Humano como dos


medios que se ajustan a esta definición por su enfoque informativo desde el
punto de vista de los valores, algo que confirmó uno de los redactores de
Periodismo Humano, Juan Luis Sánchez, que definió la labor de su medio
como de periodismo “con un enfoque de Derechos Humanos” (Sánchez,
Juan Luis. Entrevista por teléfono el 1 de septiembre de 2011). Por otra
parte, su carácter independiente del ámbito comercial, su tendencia a no
cubrir información específicamente política y su ocupación hacia comuni-
dades locales, como el caso de Diagonal en sus distintas secciones locales,
son otros de los rasgos que sostienen su inclusión en este área.

En cuanto a los medios convencionales, la distinción primordial que


nos permite separarlos de las organizaciones periodísticas que hemos ca-
racterizado como alternativas es su carácter empresarial, entendiendo a la
empresa informativa como aquella “cuya principal actividad es la produc-
ción y comercialización de información periodística, plasmada en un sopor-
te” (Galán, 2008: 19). Sin embargo, también merece la pena recordar su
mayor compromiso con el carácter “factual” de las noticias, dentro de la
teoría de Hackett y Zhao (1998, en Hamilton y Atton, 2008), en oposición
con el compromiso con los valores que éstas transmiten, hacia el que se
orientan los medios alternativos.

Es característico de los medios convencionales su papel en la configu-


ración de la agenda setting de la sociedad (Gomis, 1991), los temas que están
en el debate público, debido a su posición hegemónica a niveles de audien-
cia, vinculada también a ese mayor poder para llegar al público debido a la
organización empresarial que contienen, que les permite el acceso a canales
de distribución y promoción a los que los alternativos no tienen acceso.

Sin entrar en disquisiciones de tipo ideológico, entendemos que tanto


El País como Público se ajustan a esta definición de medios convencionales
que cuentan con estructura empresarial y forman parte de la configuración
de la agenda pública, además de que cuentan con una difusión en todo el
país que les permite mantener esa influencia y de una gran presencia en la
Red, que es el ámbito en el que se inscribe el análisis.

El criterio para escoger, entre los distintos medios alternativos y


convencionales que en España han realizado una cobertura en la Red del
Movimiento 15-M, estos cuatro medios para el análisis de contenido, refie-
re a varias condiciones distintas.

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En primer lugar, en el ámbito de los medios alternativos, la elección


de Diagonal viene dada por el propósito inicial del estudio, que no era otro
que un trabajo más enfocado en el largo plazo y hacia un estudio de conte-
nidos en medios alternativos de carácter impreso. De esta manera, Diago-
nal iba a ser contrastado como periódico quincenal con otros medios de
características similares en España, como el semanario catalán Setmanari
Directa y Novas da Galiza, periódico gallego de carácter mensual.

Sin embargo, la emergencia del 15-M llevó a replantear todo el análi-


sis y centrarse solo en aquellos medios que hicieran un trabajo diario en su
web, cosa que no se cumplía en los medios catalán y gallego, pero sí en
Diagonal. A esto se unió la gran relevancia que obtuvieron con las protestas
otros medios alternativos como Periodismo Humano, que habían realizado
coberturas de gran profundidad e innovación, citadas incluso en medios
internacionales, lo que llevó a incorporar este medio a la investigación.

Con esta elección se decidió dejar aparte a otros medios alternativos


con una alta actividad durante el 15-M, como los portales españoles de
Indymedia, la web Kaos en la Red y otros medios. Las razones para no utili-
zarlos tenían que ver con su gran diferencia en cuanto a estilo, publicación
y otros parámetros que los alejaban mucho tanto de El País y Público como
de los propios medios alternativos elegidos, Periodismo Humano y Diago-
nal, más periodísticos en su estilo y forma de publicación.

La decisión de oponer a los medios alternativos en análisis el mismo


número de medios convencionales era algo ya cerrado antes del 15-M por
motivos de tiempo y posibilidades de análisis, pero la dificultad cabía en la
decisión de qué medios podrían ser los más adecuados para identificar las
diferencias entre medios convencionales y alternativos y no prestarse a
otros análisis de tipo ideológico que no tenían gran interés para el estudio.

Es por esto que, desde el punto de vista de la investigación la elección


de El País y Público suponía una opción mejor que el uso de otros medios
que también realizaron una extensa cobertura del 15-M desde sus páginas
web -como El Mundo, ABC, La Información, etc.-, debido a que suponían
una conveniente eliminación de “ruido” mediático, en el sentido en que
estos dos medios son los que más se aproximan ideológicamente a Perio-
dismo Humano y Diagonal, enfocando esta proximidad desde la noción de
reformismo, o incluso de izquierda, relacionada con la noción de medio

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alternativo como aquel que está “primordialmente vinculado al cambio


social” (Atton 2002, 9).

Desde este planteamiento, analizar Periodismo Humano y Diagonal


frente a otros medios convencionales, como pudieran ser, por ejemplo,
ABC y La Razón, daría lugar a unas diferencias de enfoque ideológico muy
fáciles de adivinar previamente que no iban a ofrecer hallazgos interesan-
tes en el ámbito de las diferencias de enfoques motivada por dualidad con-
vencional-alternativo, que es el objetivo de la investigación.

Partiendo de teorías como las del distanciamiento en Filosofía Políti-


ca, recogida por el español Cándido Monzón (2006: 251), que rechaza que
un mayor número de medios de comunicación den lugar a una mayor
comprensión del entorno, sino que apunta a que la mayor cantidad de me-
dios provoca una dispersión de la opinión pública en distintas “opiniones
públicas”, ya que los ciudadanos no están “homogéneamente bien informa-
dos” de inmediato por el mero hecho de que existan muchos medios de
comunicación, sino otros factores no necesariamente vinculados a esa plu-
ralidad de medios como el nivel de estudios o el nivel socioeconómico pro-
vocan el distanciamiento entre estas distintas opiniones públicas.

La necesidad de no confrontar “opiniones públicas” sino distintas


formas de hacer periodismo desde el punto de vista organizativo y laboral
de los medios es la que nos lleva a aislar, al menos para este análisis, a
medios de otras tendencias ideológicas, para mantener a medios que consi-
deramos medianamente homologables para hacer un buen análisis de con-
tenido centrado exclusivamente en lo periodístico de su contenido.

El estudio de los medios alternativos desde el punto de vista de su


producción periodística es un ámbito de la investigación académica que
muestra un particular vacío, no solo en España sino también en el contex-
to europeo, en el que se pueden encontrar muy pocos ejemplos recientes.

Entre ellos está el estudio realizado por la investigadora griega Dimitra


Milioni respecto a la página local de Atenas del medio alternativo Indymedia,
que analizó durante un periodo de 10 días -entre el 1 y el 10 de noviembre de
2002-, examinando tanto el modelo de periodismo que se hace en sus artícu-
los como en la función del sitio como foro de intercambio de opiniones, crea-
ción de comunidades, la relación entre lo local y lo global, además de su vin-
culación con los movimientos sociales del entorno (Milioni, 2009: 414).

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En el caso español, el único ejemplo de estudio de caso que hemos po-


dido rastrear es el realizado por Jeff Juris sobre la sede de Indymedia en
Barcelona entre julio de 2001 y agosto de 2002, recogido en el volumen
colectivo La red es de todos (coordinado por Víctor Marí Sáez).

Indymedia es un ejemplo muy claro de medio alternativo o contrahe-


gemónico que surge durante las protestas contra la reunión de la Organi-
zación Mundial del Comercio (OMC) en la ciudad estadounidense de
Seattle en 1999, contra la que se organizan manifestaciones y concentra-
ciones alrededor de las cuales se crea un sitio web en el que se deposita
información y que se convierte en un verdadero nodo de comunicaciones
para los manifestantes -llega a obtener dos millones de visitas en 1999,
según Nicholas W. Jankowsky y Marieke Jansen (2003: 3)- lo cual es una
gran repercusión para la época.

Entre sus principios fundacionales está la capacidad de todos sus


miembros de crear, distribuir o filtrar sus propias noticias, pero también se
establecen una serie de normas editoriales. Algunas de ellas contienen
recomendaciones sobre los artículos, que deben ser investigaciones a largo
plazo, crónicas de testigo directo, análisis de medios, reportajes sobre in-
justicias, artículos que traten sobre colectivos invisibilizados, o artículos
que traten proyectos de justicia social (Jankowsky y Jansen, 2003: 8).

Respecto a la versión ateniense de Indymedia, Milioni establece en su


trabajo las funciones que tienen las diversas informaciones y contenidos
depositados en la web de Indymedia Atenas dentro de su comunidad de lec-
tores y redactores. De esta forma, extrae una serie de funciones que realiza
este medio alternativo que tienen mucha relación con los medios tradicio-
nales, ya sean de tipo ejemplar, cuando muestran la oposición con las for-
mas de funcionar de los medios convencionales, (Milioni, 2009: 419); com-
petitivo, con la creación de una agenda aparte de la de los medios conven-
cionales; o suplementario, cuando tratan de complementar informaciones
dadas en grandes medios o revisar su objetividad y autenticidad.

Como conclusión, la investigadora griega destaca tres rasgos funda-


mentales en Indymedia Atenas: información determinada por la acción indi-
vidual, relativa a la creación de una opinión pública al margen de los me-
dios convencionales; interactividad, relativa a la comunicación nacida a
raíz de las propias noticias y en los comentarios; y acción en red deslocali-

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zada, que pone en valor la noción de este medio como espacio de colabora-
ción. A raíz de este último rasgo, el que permite la comunicación entre
personas no conectadas entre sí pero pertenecientes a una misma sociedad
civil se produce para Milioni “una dirección a partir de la cual volver a
pensar, con cautela pero con optimismo, el significado de la esfera pública
contemporánea” (Milioni, 2009: 427).

El trabajo de Juris, fundamentado en testimonios de activistas de Bar-


celona y de coordinadores de la red en Australia, abunda sobre las caracte-
rísticas generales de la red, sus métodos de coordinación y toma de deci-
siones y apunta uno de los principales problemas de esta red: las decisiones
de control editorial, que para algunos miembros deberían ser casi inexis-
tentes, mientras que para otros resulta necesario algún tipo de intermedia-
ción en los contenidos “de acuerdo a ciertas pautas definidas por los obje-
tivos de justicia social de la Red” (Juris, 2004: 173).

Este estudio enlaza con nuestro proyecto en tanto indaga en los con-
tenidos que se producen en un medio alternativo y su capacidad de crear
comunidad, de la misma forma que nosotros examinamos la producción de
medios alternativos y convencionales como formas distintas -no necesa-
riamente opuestas- de crear comunidades y de aportar nociones a la opi-
nión pública, por medio de estrategias de encuadre o framing.

Por otra parte, en la historia reciente de España podemos registrar un


antecedente de movilizaciones que se pueden relacionar con el 15-M en lo
tocante al papel de los medios de comunicación alternativos, como es el
caso de las manifestaciones que siguieron a los atentados del 11 de marzo
de 2004 en Madrid, específicamente el día 13, jornada de reflexión de unas
elecciones generales a nivel nacional en la que se produjeron varias con-
centraciones de protesta ante sedes del partido político gobernante en
aquel momento, el Partido Popular.

Estas movilizaciones, producidas en una situación de desconcierto in-


formativo respecto a la autoría del atentado -entre la línea oficial que
apuntaba a la responsabilidad de la organización terrorista ETA y varios
medios que relacionaban el suceso con el terrorismo islámico y la partici-
pación de España en la Guerra de Irak- y en un contexto electoral, mos-
traron un ejemplo de “ruptura del bloqueo informativo” protagonizado por
medios alternativos, según aseguran Sara López Martín y Gustavo Roig

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Domínguez en uno de los capítulos del libro 13-M Multitudes online, edita-
do por Víctor Sampedro.

López Martín y Roig Domínguez analizan los sitios web de los “no-
dos” de Indymedia en Madrid y Barcelona junto a otros dos medios alterna-
tivos en la Red como La Haine y Nodo 50, y concluyen que son estos me-
dios “los que rompen el bloqueo informativo generado tras los atentados
del 11-M” (López Martín y Roig Domínguez, 2005: 47) y se erigen como
nuevos “referentes de opinión” a una determinada escala ante el desconcier-
to creado por las informaciones procedentes de la prensa tradicional.

Salvando las lógicas distancias entre ambos acontecimientos, enten-


demos este antecedente como otra muestra de la relevancia que, en momen-
tos de gran actividad social, obtiene el discurso y la forma de enfocar las
informaciones de medios alternativos que ofrecen una alternativa a la vi-
sión mediática tradicional y muestran formas distintas de encarar la reali-
dad, una inquietud que está en la base de los objetivos de nuestro estudio.

3. METODOLOGÍA

El procedimiento empleado para realizar el estudio ha constado de


dos fases diferenciadas: un primer paso cuantitativo, en el que se han ras-
treado las versiones digitales de los cuatro medios objeto de estudio para
extraer los artículos objeto de análisis y un segundo período de análisis
cualitativo, en el que los artículos seleccionados han sido tratados por me-
dio de una ficha de análisis en la que se han tenido en cuenta aspectos per-
tenecientes al análisis de contenido y a las estrategias de encuadre o fra-
ming elaboradas por cada medio, con la intención de sacar conclusiones
sobre el comportamiento de cada grupo de medios.

La fase cuantitativa se hizo por medio de las secciones de “Archivo”


en el caso de Público y El País, rastreando día por día las noticias relacio-
nadas de alguna forma con el Movimiento 15-M que estuvieran fechadas
entre el 15 de mayo y el 31 de ese mes; un proceso que en el caso de Perio-
dismo Humano y Diagonal se vio facilitado por la existencia en ambos me-
dios de una sección especial dedicada a la cobertura del acontecimiento,
que servía de repositorio de informaciones.

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Los artículos encontrados en los archivos de los medios digitales fue-


ron contrastados a través de búsquedas selectivas en los motores que ofre-
cían los propios medios, lo que permitió localizar artículos que no estaban
en las secciones concretas pero que también pertenecían al espectro tem-
poral que se trataba. En algunas ocasiones, incluso hubo que incorporar
artículos nuevos durante las primeras etapas del análisis cualitativo.

El proceso final dio lugar a una ingente cantidad de artículos, 461


piezas periodísticas repartidas de forma bastante desigual entre los me-
dios: 128 artículos de El País, 198 de Público, 40 de Periodismo Humano y
95 de Diagonal, que fueron clasificados por días y almacenados en formato
de documento PDF por orden cronológico, para proceder después a su
análisis, en el que se les incorporaba en el nombre de archivo un código
alfanumérico que permitía su clasificación en la base de datos.

A partir del material recogido, se procedió a aplicar la técnica del aná-


lisis de contenido, una metodología académica de larga tradición orientada
a descubrir y determinar los aspectos significativos del mensaje y espe-
cialmente establecer “su contenido ideopolítico y su intencionalidad” (Páez
Warton, 1989), que tiene en su aplicación al periodismo numerosos ejem-
plos, como el del estudioso estadounidense Harold Laswell, que lo aplicó
ya a la prensa para tratar el uso de la propaganda durante la Primera Gue-
rra Mundial (Propaganda techniques in the World War, 1927, citado por An-
dreu Abela, 2001: 5).

El sociólogo estadounidense Bernard Berelson es quien elabora un


primer manual de análisis de contenido en investigaciones sobre comuni-
cación (Content Analysis in Communication Research) en el que la describe
como una técnica para “la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa
del contenido manifiesto de la comunicación” (Berelson, 1952, en Andreu
Abela 2001:2), siendo la parte cuantitativa de este procedimiento la más
problemática en el ámbito de la comunicación, ya que para muchos autores
se trata de una técnica que es incapaz de extraer elementos muy necesarios
en comunicación, como para el alemán Jürgen Ritsert, que critica la inca-
pacidad del análisis de contenido para extraer estructuras de sentido laten-
te procedentes del contexto, por ejemplo.

Para saltar este problema del análisis de contenido en comunicación


son especialmente importantes las categorías de análisis, que para Philipp
Mayring deben estar cuidadosamente establecidas y revisadas, en un análi-

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sis que “evite la cuantificación precipitada” (Mayring 2000, citado en


Kohlbacher, 2005).

Dentro de este análisis de contenido se utilizó el enfoque de la estrate-


gia de encuadre o framing, una teoría para el estudio de los medios que da un
paso más respecto a la idea de agenda setting acuñada por McCombs y Shaw
(1972) y la relaciona con los marcos de interpretación que se utilizan en el
ámbito de la psicología. Desde ese ámbito psicológico, autores como Bateson
o Goffman definen los encuadres como construcciones colectivas para en-
tender el mundo en las que caben las estructuras mentales individuales.

Para el norteamericano Robert Entman, uno de los pensadores que


traslada este concepto al estudio de los medios de comunicación, el concep-
to de encuadre permite “describir consistentemente el poder de un texto
comunicativo”1, en el sentido de entender “la manera precisa por la cual su
influencia sobre la consciencia humana es ejercida a través de la transfe-
rencia de información” (Entman, 1993: 51). Se trata de construcciones que,
según este autor, tienen más valor por lo que omiten que por lo que mues-
tran e influyen de manera más radical sobre los asuntos que quedan fuera
del marco que sobre aquellos que entran dentro del encuadre.

En este ámbito, también resulta interesante la visión crítica de Paul


D´Angelo (2002), que pone en valor la diferencia entre aproximarse a los
encuadres entendiéndolos como parte del trabajo del periodista o contem-
plarlos como muestra de un proceso de hegemonía mediática, en el que los
encuadres responden a la necesidad de unas élites políticas y/o económicas
detrás de la prensa que tratan de ocultar unos temas y privilegiar otros.

El proceso de analizar los artículos requirió el uso de varias nociones


del encuadre, de manera que en la ficha de análisis final entraron tanto
categorías inspiradas en las propuestas de autores como Entman, del cual
extrajimos una distinción básica de encuadre con cuatro opciones (Defini-
ción del problema / Atribución de responsabilidad / Valoración moral /
Recomendación de tratamiento), pero también de otros estudiosos.

La estrategia de cinco tipologías de encuadre Holli A. Semetko y Patti


M. Valkenbourg, que habían utilizado en un estudio sobre la prensa y la
televisión europeas (2000), también fue empleada, en este caso para los

1
Traducción propia del texto original.

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titulares, por su capacidad de ofrecer más alternativas a la hora de definir


los marcos por medio de cinco categorías (Conflicto / Interés humano /
Consecuencias económicas / Moralidad / Responsabilidad).

Además, también se agregaron las categorías propuestas según grado


de generalización que elabora el investigador indio Shanto Yvengar (1991,
en Rabadán, 2010), que por medio de una división simple (Temático /
Episódico), ofrecía una distinción fundamental, la de si el artículo estaba
inscrito en un trabajo amplio de investigación y contraste o si se trataba
de una cobertura puntual y basada en el acontecimiento concreto.

A estas categorías extraídas de autores previos se agregaron otras


muchas de carácter cualitativo y elaboración propia, hasta llegar a confor-
mar una ficha de análisis con 26 apartados2. Entre estas categorías se tra-
taba la tipología de artículo (Crónica / Reportaje / Noticia / Entrevista /
Columna de opinión / Editorial), la sección en la que estaba situado, el
formato del titular (Descriptivo / Interpretativo / Declaración entrecomi-
llada) y una serie de categorías basadas en la contabilización de las fuentes
utilizadas y los actores aludidos en el texto. Además, se incluyó otra cate-
goría de análisis relativa a lo que se denominó como “soportes ideológicos
o inspiradores del movimiento”, personas destacadas como soporte moral o
intelectual de las movilizaciones por parte de los acampados o de los me-
dios periodísticos -caso de pensadores como el francés Stéphane Hessel o
el español José Luis Sampedro-.

Una de ellas es la denominada como “rasgos atribuidos al 15-M”, en


la que se establecieron una serie de categorías previstas en función de las
afirmaciones que se producían en los artículos respecto referencia al com-
portamiento de los acampados y al carácter de las asambleas, a las valora-
ciones externas de los acampados y manifestantes mostradas en el texto, a
datos cuantitativos de participación o a la repercusión de los comporta-
mientos de los acampados en terceros, agrupadas en tres grupos (positi-
vo/negativo/neutro) en función de la valorización que se producía acerca
de las actitudes pertenecientes o relativas al movimiento y a sus diversos
actores. Entre ellas se incluían nociones positivas como “discusión políti-
ca”, “organización innovadora”, “representatividad”, “propuestas pertinen-
tes”; neutras, como “participación”, “enumeración de propuestas”; o negati-

2
Ver Anexo 1.

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vas, como “instrumentalización política”, “problemas del método asam-


bleario”, “violencia policial” o “violencia 15-M”.

Todas estas categorías fueron instrumentalizadas en la parte cualitati-


va a partir de la contabilización de la aparición de cada una de ellas respec-
to del total de los artículos de cada medio, obteniendo un porcentaje que
mostraba su grado de aparición respecto al número de artículos analizados
de su cabecera. Esta decisión se toma al constatar que el número de artícu-
los de cada medio es muy desigual, hecho que viene dado por la disparidad
de estructuras (El País y Público son medios con mayor número de redacto-
res y recursos que Periodismo Humano y Diagonal), de manera que el uso de
cifras relativas era la única manera de realizar un análisis comparable.

De forma complementaria a la elaboración de categorías, se realizaron


entrevistas personales a periodistas de los cuatro medios objeto de análisis
y relacionados con la cobertura del Movimiento 15-M, con la intención de
comprender cómo habían sido los enfoques informativos desde el quehacer
periodístico de cada uno de los medios. Los encuentros fueron con periodis-
tas y reporteros que en los meses del estudio formaban parte de los medios
analizados, como Carmen Pérez-Lanzac (El País), Héctor Juanatey (Públi-
co), Juan Luis Sánchez (Periodismo Humano) y Héctor Rojo (Diagonal).

4. ANÁLISIS

Los resultados cuantitativos de la investigación ofrecen una primera


clasificación intuitiva en función del número de artículos publicados, donde
se destacan Público, con 198 piezas, y El País, con 128. Su idiosincrasia como
organización periodística profesional y su apoyo en las agencias de noticias
-especialmente notable en el caso de Público, con más de un 25% de su cober-
tura en base a noticias de agencia- les permite tener este mayor número de
informaciones, frente a las 95 de Diagonal y las 40 de Periodismo Humano.

Mucho más relevante acerca de la incidencia de la cobertura resulta el


dato del número de artículos publicados por cada medio de forma diaria.
En este caso, constatamos la importancia de las jornadas previas a las elec-
ciones municipales y autonómicas del 22 de mayo del 2011, ya que fueron
los días 19, 20 y 21 los que suscitaron mayo número de artículos en los
cuatro medios. Otro punto importante de interés estuvo en torno al día 28

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de mayo, en el que se produjeron choques entre policía y manifestantes


con la orden de desalojo de la acampada de Barcelona.

Tabla 1: Distribución cronológica de artículos

FECHA El País Público P. Humano Diagonal TOTAL


15/05/2011 3 3 0 1 7
16/05/2011 2 5 1 4 12
17/05/2011 7 18 2 7 34
18/05/2011 5 19 1 4 29
19/05/2011 13 30 3 14 60
20/05/2011 16 38 6 16 76
21/05/2011 10 25 4 20 59
22/05/2011 8 4 3 7 22
23/05/2011 7 4 4 3 18
24/05/2011 3 4 3 1 11
25/05/2011 7 4 3 2 16
26/05/2011 5 5 1 3 14
27/05/2011 9 11 3 6 29
28/05/2011 16 6 1 0 23
29/05/2011 7 9 1 0 17
30/05/2011 5 7 3 4 19
31/05/2011 5 6 1 3 15
TOTAL 128 198 40 95 461
Fuente: Elaboración propia

Como ya indicamos en el apartado anterior, la gran diferencia en nú-


mero absoluto de artículos en cada una de las publicaciones, fruto de sus
diferentes estructuras profesionales (número de periodistas, disponibilidad
de recursos, etc.), provoca que las categorías se analicen a partir de núme-
ros relativos, que son porcentajes de aparición de cada categoría dentro del
total de artículos de cada medio.

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La aplicación de las categorías de Semetko y Valkenburg a los titula-


res (Conflicto / Interés humano / Consecuencias económicas / Moralidad
/ Responsabilidad), permite apreciar un predominio de los artículos de
conflicto e interés humano. Entre los medios, destacan Diagonal y Público
como los más asiduos al uso del framing conflictivo, mientras que Perio-
dismo Humano ofrece el enfoque de interés humano en casi la mitad de sus
artículos (47,5 por ciento de sus artículos).

Las informaciones analizadas a partir de las clasificaciones de Entman


(Definición del problema / Atribución de responsabilidad / Valoración
moral / Recomendación de tratamiento), mostraron a Diagonal como el
más interesado en la definición del problema (más del 85 por ciento de sus
informaciones fueron categorizadas de esa manera), mientras que Público
fue el más interesado en las atribuciones de personalidad (más del 60%).
En la recomendación de tratamiento, o la búsqueda de viabilidad futura al
15-M, se destacó Periodismo Humano, con uno de cada diez artículos basa-
dos en ese tema.

Tabla 2: Encuadre de artículos según tipología de Entman

Encuadre del artículo Porcentaje de artículos


El País Público P. Humano Diagonal TOTAL
Definición del problema 40,60% 56,10% 57,50% 85,30% 57,90%
Atribución de responsabilidad 42,20% 61,60% 45% 48,40% 52,10%
Valoración moral 22,70% 19,70% 22,50% 21,10% 21%
Recomendación de tratamiento 5,50% 4,50% 10% 4,20% 5,20%
Fuente: elaboración propia

En el ámbito de la temporalidad, para el que se utilizó la división Te-


máticos/Episódicos propuesta por Yvengar predominó un seguimiento
temático, es decir, tomado como un acontecimiento en desarrollo y no
aislado, aunque el porcentaje de tratamiento episódico es sensiblemente
más alto en medios como El País y Público, que ubicaron en este tipo entre
el 30 y el 40 por ciento de sus artículos.

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Tabla 3: Encuadre temporal de los artículos según tipología de Yvengar

Enfoque temporal Porcentaje de artículos


El País Público P. Humano Diagonal TOTAL
Temático 71,90% 64,10% 90,00% 89,50% 73,60%
Episódico 27,30% 35,90% 2,50% 9,50% 25,20%
Fuente: elaboración propia

Resalta, respecto a los titulares periodísticos, el predominio del titular


más interpretativo frente al descriptivo, mientras que se observa mayor
número de artículos con declaraciones entrecomilladas -el formato más
habitual para la declaración política, también utilizado en entrevistas- en
su titular en medios como Público (un 27,3 por ciento de sus artículos se
iniciaban con estas declaraciones), mientras que en Diagonal tan solo un
8,4 por ciento de los artículos utilizan este tipo de titulares.

Asimismo, en el ámbito de los géneros periodísticos hay que destacar


el uso residual de la entrevista, menor del 5 por ciento del total de las pie-
zas analizadas, lo que permite caracterizar la respuesta de los medios en
los primeros 15 días del Movimiento 15-M como de muy limitada a la
hora de apoyarse en géneros de mayor elaboración como el de la entrevista
-de los protagonistas o de otras personalidades- para explicar el fenómeno.

También dentro de los usos periodísticos, el trabajo con fuentes ofrece


una clara dicotomía en la diferencia entre medios alternativos y convenciona-
les, ya que estos últimos ofrecen un protagonismo a fuentes gubernamentales
de los tres niveles (estatal-autonómico-municipal) y a los tres partidos más
mencionados (PP-PSOE-IU) que es inexistente en el caso de los alternativos.

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Tabla 4: Uso de partidos políticos como fuente

Fuente política Medios


El País Público P. Humano Diagonal TOTAL
PP 7% 8,10% 0% 0% 5,40%
PSOE 7% 7,60% 0% 0% 5,20%
IU 8,60% 13,60% 0% 0% 8,20%
Otros partidos 0,80% 2,50% 0% 0% 1,30%
Fuente: elaboración propia

En el ámbito de las fuentes, coinciden ambos tipos de medio en el uso de


la información de activistas y portavoces del 15-M (en el que se destaca espe-
cialmente Periodismo Humano), mientras que la voz de las asociaciones socia-
les está más destacada en los alternativos que en los convencionales. En los
actores mencionados también se produce esta distinción, que solo ofrece una
variación en el caso de la policía, mencionada asiduamente por ambos tipos
de medio en porcentajes superiores al 30 por ciento de los artículos.

Las denominaciones a los manifestantes fueron estudiadas con inten-


ción de analizar cuáles fueron los nombres más utilizados para referirse a
los manifestantes y si el tipo del medio determinada una manera de nom-
brar diferente. Este es el caso del apelativo “indignados”, extraído del tex-
to de Stéphane Hessel Indignaos, que en El País y Público supera el 35 por
ciento de los artículos, mientras que no alcanza el 20 en Diagonal y Perio-
dismo Humano, medios que se inclinaron más por denominaciones como
“asambleas”, especialmente en el caso de Diagonal, que se utiliza en más de
la mitad de los artículos, además de designaciones más genéricas como la
de “acampados” o “Movimiento 15-M”, que aparecen de forma similar en
ambos grupos de medios.

Respecto a los rasgos atribuidos al 15-M, estas categorías planteadas


en función de los aspectos que potenciaban los artículos dentro de las dife-
rentes coberturas del Movimiento 15-M, las más destacadas por su por-
centaje de aparición en los textos son “participación” (40 por ciento de los
artículos), “discusión política”, “participación variada” y “organización

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innovadora” (con un porcentaje cercano al 30 por ciento), todas ellas agru-


padas dentro de las categorías neutras o de carácter positivo; mientras que
la más destacada dentro de las negativas fue “instrumentalización política”
(14,5 por ciento), junto a otras como “problemas asamblearios”, “violencia
policial”, “perjuicios a vecinos” o “rechazo político”, todas con porcentajes
cercanos al 10 por ciento.

Tabla 5: Principales rasgos atribuidos al 15-M presentes en cada medio

Rasgos atribuidos al 15-M Porcentaje de artículos


El País Público P. Humano Diagonal TOTAL
(+) Discusión política 34,40% 26,30% 42,50% 36,80% 32,10%
(+) Participación variada 27,30% 27,80% 50,00% 37,90% 31,70%
(+) Organización innovadora 28,10% 21,20% 42,50% 40,00% 28,90%
(+) Representatividad 7,80% 23,70% 7,50% 9,50% 15,00%
(+) Propuestas pertinentes 18,00% 10,10% 7,50% 3,20% 10,60%
(+) Internacionalización 15-M 2,30% 10,10% 15,00% 14,70% 9,30%
(+) Pacifismo 15-M 15,60% 7,10% 10,00% 8,40% 10,00%
(N) Participación 32,00% 29,30% 35,00% 71,60% 39,30%
(N) Enumeración propuestas 14,10% 8,60% 20,00% 12,60% 11,90%
(-) Perjuicios vecinos, suciedad 14,10% 8,10% 7,50% 4,20% 8,90%
(-) Instrumentalización política 10,20% 24,70% 0,00% 5,30% 14,50%
(-) Problemas asamblearios 16,40% 9,60% 12,50% 4,20% 10,60%
(-) Dominación grupos 1,60% 1,50% 0,00% 0,00% 1,10%
(-) Perjuicios comerciantes 11,70% 2,50% 5,00% 0,00% 4,80%
(-) Violencia policía 9,40% 9,60% 12,50% 5,30% 8,90%
(-) Violencia 15-M 7,00% 2,50% 2,50% 0,00% 3,30%
(-) Rechazo medios 3,10% 4,00% 2,50% 6,30% 4,10%
(-) Rechazo políticos 5,50% 11,10% 2,50% 11,60% 8,90%

Leyenda: Rasgos atribuidos positivos (+), neutros (N), negativos (-)


Fuente: elaboración propia

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Respecto a estos conceptos, tomados por tipología de medio, encon-


tramos un énfasis especial en los medios alternativos de la variedad en los
participantes, la discusión política y la innovación en las organizaciones de
las movilizaciones (con porcentajes cercanos al 50 por ciento de los artícu-
los); mientras que los medios tradicionales destacan esos rasgos de forma
más moderada (entre el 30 y el 20 por ciento), e incluyen otros debates
como la instrumentalización política (24,7% en Público).

Para concluir, conviene destacar notablemente entre los resultados


uno relacionado con el trabajo multimedia de cada medio, en el que resulta
muy interesante entender que, contra lo que podría dar a entender la am-
plitud de las organizaciones y la potencia de personal de los medios tradi-
cionales, es uno alternativo, Periodismo Humano, el que más contenido
audiovisual ha colocado en su portal de producción propia (16 vídeos),
aunque en el cómputo general de vídeos tenga a Público por encima, cuyos
contenidos multimedia fueron esencialmente (24 de 36) extraídos de otras
agencias audiovisuales.

5. CONCLUSIONES

El estudio de las coberturas de medios convencionales y alternativos


en el contexto del Movimiento 15-M ha dado lugar a una serie de conclu-
siones que ofrecen varias claves sobre las cuales comprender la división y
las distintas formas de entender el desempeño del periodismo desde dos
tipos de estructura mediática distintos.

Respecto a la primera hipótesis, que auguraba una mayor atención a


los temas de alcance social en el caso de los medios alternativos, no pode-
mos considerarla refutada por completo ya que el tratamiento del 15-M ha
tenido en términos cuantitativos una gran repercusión también en los
medios tradicionales, que ya de por sí tienen mayor capacidad profesional
para generar información mayor en volumen que los alternativos.

Sin embargo, en las hipótesis también augurábamos una mayor aten-


ción al ámbito político y declarativo, que sí se ha demostrado más presente
en medios de carácter convencional, como Público -algo que fue reconocido
por miembros del propio medio, como el exredactor de público.es Héctor
Juanatey-, donde superaba una cuarta parte de las informaciones, frente a

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otros como Diagonal en el que tan solo se podía encontrar en algo menos
del diez por ciento de las noticias.

Esta percepción fue corroborada desde el punto de vista de los medios


alternativos, Juan Luis Sánchez, de Periodismo Humano:

“Al principio… [los grandes medios] no entendían lo que estaba pasando. Y


como no lo entendían (…) no intentaron comprenderlo, porque no entraba
dentro de su clave de codificación de las cosas: o algo es de izquierda o de de-
recha, o beneficia a uno o a otro” (Sánchez, Juan Luis. Entrevista telefóni-
ca el 1 de septiembre de 2011).

Respaldan también esta hipótesis los datos sobre la utilización de par-


tidos políticos como fuente, presentes en los medios convencionales pero
prácticamente inéditos en Periodismo Humano y Diagonal.

En cuanto a la noción que apuntaba a la cobertura más local por parte


de los medios alternativos, su funcionamiento en Internet ha desvirtuado
un tanto esta hipótesis, para ofrecernos un panorama distinto: medios co-
mo Diagonal, con una estructura cercana a lo informal, ofrecieron más de
un tercio de sus noticias sobre acampadas que no eran la madrileña o la
barcelonesa, aprovechando su red de colaboradores sin ánimo de lucro que
opera desde varios puntos del territorio, según nos explicó Héctor Rojo,
redactor de Diagonal. Sin embargo, las grandes organizaciones periodísti-
cas como El País o Público condensaron su cobertura informativa prácti-
camente en Madrid y Barcelona.

Respecto a los elementos del encuadre o framing, encontramos un


predominio en general en los titulares de las informaciones del encuadre
de conflicto, si bien Periodismo Humano se ha destacado en el marco de
interés humano, hallado en piezas periodísticas más extensas por lo gene-
ral -más de 1.000 palabras por artículo, mientras que El País y Público se
han situado en la órbita de las 700 y Diagonal en 500-.

En las categorías aplicadas al conjunto de los textos, los enfoques de


definición de conflicto y atribución de responsabilidad han sido predomi-
nantes en todos los medios, motivados por las necesidades básicas a la
hora de enfrentar un fenómeno informativamente desconocido para los
medios, que trataron de posicionar a los actores en las movilizaciones y de
buscar responsabilidades de lo sucedido. Sin embargo, se echa de menos

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más presencia del encuadre de recomendación de tratamiento, que tan solo


tiene una presencia reseñable en el caso de Periodismo Humano, en el que
aparece en un 10 por ciento de los artículos.

Otro de los datos que permiten distinguir diferencias entre tipologías


de medio viene dado por la clasificación temporal en los enfoques a través
de las categorías de Yvengar, en las cuales se aprecia un mayoritario uso
del framing temático a nivel general, lo que permite entender que en todos
los medios se informó del Movimiento 15-M describiéndolo como un
acontecimiento no aislado, sino en progresión, y de forma exhaustiva en la
que se ofreció contexto. Sin embargo, si bien el ámbito temático aparece
por igual en todos los medios, se encuentra una mayor presencia del enfo-
que episódico en El País y Público, con porcentajes del 27 y el 35 por cien-
to, respectivamente.

También se refleja una diferencia clave entre convencionales y alter-


nativos, en la atención a partidos políticos como fuente y como sujeto alu-
dido en las piezas informativas. Tanto El País como Público recurrieron a
fuentes políticas en porcentajes cercanos al 8 por ciento, a diferencia de la
ausencia total que esas mismas fuentes tuvieron en Público y Periodismo
Humano. Si nos referimos a los actores mencionados, formaciones políticas
como el Partido Popular aparecen en más del 20 por ciento de los artículos
en medios convencionales, con el PSOE en porcentajes algo inferiores (7
por ciento y 17 por ciento); sin embargo, sus menciones en medios alterna-
tivos no alcanzan en ninguno de ellos el 10 por ciento de los artículos.

Como confirmaba Héctor Juanatey, periodista de Público, en muchos


medios convencionales había “mucha incertidumbre al principio sobre
quién estaba detrás” del 15-M (Juanatey, Héctor. Entrevista telefónica el 11
de septiembre de 2012), lo cual provocó en medios convencionales la ten-
dencia a acudir a fuentes políticas en búsqueda de respuestas, con la tensión
añadida de una atmósfera electoral. “Las elecciones daban para mucho es-
crito sobre a quién perjudicaban, si a la izquierda o a otros, cuando en reali-
dad ellos no estaban allí para perjudicar a nadie”, insistió Juanatey (ibid).

En la forma de denominar a los participantes en el Movimiento 15-M


también podemos resaltar el rechazo de los medios alternativos al apelati-
vo “indignados”, profusamente utilizado por los convencionales, y la op-
ción por parte de Periodismo Humano y Público por denominaciones que
enfatizaban claramente el carácter democrático de los acampados como

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“asambleas”, además de definiciones neutras como “acampados”, que si bien


fue implementada también por medios tradicionales, añadida a la consabida
“Movimiento15-M”, empleada por igual en todos los tipos de medio.

Respecto a las valoraciones inherentes en los artículos, que han sido


analizadas a partir de las rasgos atribuidos, se ha percibido una predilec-
ción por parte de los medios alternativos respecto a los aspectos más de-
mocráticos, innovadores y políticos en el sentido de deliberativos del 15-
M, mientras que la instrumentalización política ha estado más presente en
medios como Público y en menor medida en El País.

De esta forma, encontramos dos coberturas bastante diferenciadas an-


te un hecho inesperado como fueron las manifestaciones del 15 de mayo,
en la que medios tanto alternativos como convencionales encontraron un
acontecimiento que alteraba sus agendas habituales, pese a que medios
como Diagonal ya hubieran incorporado previamente a los convocantes de
las manifestaciones, ya que, como nos explicaba Héctor Rojo, redactor de
Diagonal, ellos ya contaban con “fuentes y contactos” en estos movimien-
tos sociales. “Todas las manifestaciones no salen de la nada, sino que están
perfectamente organizadas por gente que está detrás, que nosotros cono-
cemos e incluso que formamos parte en ocasiones”, aseguró Rojo (Rojo,
Héctor. Entrevista personal el 2 de septiembre de 2011).

Si los medios alternativos trataron de organizar sus coberturas apro-


vechando su cercanía a las asociaciones sociales, ambos tipos de medio
recurrieron habitualmente a los acampados y sus portavoces, mientras que
los medios convencionales mostraron su dependencia de los mensajes de
los partidos políticos, obligados a reaccionar ante un movimiento social
inesperado, en un escenario electoral que también se vio reflejado en el
incremento de la cobertura en las jornadas previas a los comicios.

La independencia de los medios alternativos respecto de la política no


se vio reflejada en una mayor profundidad en la cobertura -como demues-
tra la ausencia, por ejemplo, de entrevistas en ambos grupos- aunque sí de
un trabajo más prospectivo, con un enfoque más amplio que el habitual de
conflicto, como en el caso de Periodismo Humano con el framing de interés
humano y la mayor longitud de sus noticias respecto a la media. También
la cobertura de Periodismo Humano fue relevante en torno al trabajo con
contenido multimedia, ya que su trabajo audiovisual de producción propia
fue más intensivo que el de los dos medios convencionales, que sin embar-

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go contaban con más posibilidades técnicas para ofrecer imágenes propias


del acontecimiento.

De esta forma, podemos concluir que las prácticas periodísticas de


medios convencionales y alternativos durante el Movimiento 15-M ofre-
cieron dos tipos de cobertura ciertamente diferenciada ante un mismo he-
cho al que, si bien dirigieron una gran atención en ambos casos, fue enca-
rado en el caso de los alternativos desde una perspectiva más cercana a los
protagonistas y con una mayor profundidad, que en el caso de los medios
convencionales se vio lastrada por rutinas periodísticas basadas en la in-
formación partidista, los despachos de agencia y la falta de innovación en
contenidos periodísticos.

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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

MORENO RAMOS, Miguel Ángel (2013): “Tratamiento periodístico del Movimien-


to 15-M en los medios alternativos y convencionales”, Mediaciones Sociales. Revista
de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 12, pp. 160-187. DOI:
http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45267

(*)
El autor

Miguel Ángel Moreno Ramos (Madrid, 1988) es licenciado en Periodismo


y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid,
además de contar con estudios en Información y Documentación, también
en esta universidad. Ha realizado esta investigación en el marco de su Pro-
yecto Fin de Carrera, bajo la dirección de Alejandro Barranquero Carretero.

RECIBIDO: 13 de julio de 2012.


ACEPTADO: 23 de enero de 2013.

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DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45267
!
IV. Mediación, producción y
reproducción social
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ÿLa mediación como política social. Una vía eficaz para el logro de la cultura de paz.Ÿ

La mediación como política social. Una vía eficaz


para el logro de la cultura de paz

Mediation as social policy. An effective way of a


culture of peace

Cabello Tijerina, Paris Alejandro(*)


Universidad Autónoma de Nuevo León – México
paris_cabello@hotmail.com

Resumen Abstract
La presente investigación surge como This research arises as a result of the
resultado de la tesis para la obtención del thesis for obtaining the degree of Doctor,
grado de Doctor y pretende contribuir al and aims to contribute to the strengthe-
fortalecimiento de una cultura de paz en ning of a culture of peace in Mexico, by
México, proponiendo implementar estra- proposing to implement peaceful conflict
tegias de resolución pacífica de conflictos resolution like mediation strategies, consi-
como la mediación, considerándola como dering it as a social policy that affects the
una política social que incida en la trans- positive transformation of conflicts. The
formación positiva de los conflictos. La ideal tool, dialogue and values: tolerance,
herramienta idónea, el diálogo y los valo- cooperation, active participation of society,
res: tolerancia, cooperación, participación solidarity and justice approach to ci-
activa de la sociedad, solidaridad y el tizenship, will be the essential elements to
acercamiento de la justicia a la ciudada- solve conflicts of the 21st century society in
nía, serán los elementos indispensables effective, faster, economical and equitable
para solucionar de manera efectiva, pron- manner.
ta, económica y equitativa los conflictos de

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la sociedad del siglo XXI. Mediation satisfactorily meets the requi-


rements to be able to be considered a social
La mediación cumple satisfactoriamente policy that encourage the active participa-
los requisitos para poder ser contemplada tion of citizens in the solution of their
como una política social que incentive la conflicts, helping to undermine the crisis
participación activa de la ciudadanía en of justice systems.
la solución de sus conflictos, auxiliando a
socavar la crisis de los sistemas de impar-
tición de justicia.

Palabras clave: mediación, política Keywords: Mediation, Social Policy,


social, conflicto, cultura de paz. Conflict, Culture of Peace.

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1. INTRODUCCIÓN

La implementación de la mediación como una política social para la


gestión positiva de los conflictos que generan las sociedades, viene a con-
vertirse en uno de los medios más eficaces para la implantación de una
cultura de paz en México, porque ayuda a combatir el rezago en la impar-
tición de justicia al coadyuvar esfuerzos con otros métodos alternativos de
solución de conflictos, además de fundar un entorno pacífico, transforman-
do los conflictos en ideas, fomentando el diálogo, la empatía, la solidaridad,
la no-violencia, la comprensión, la integración, la creatividad, la participa-
ción y el consenso, elementos de carácter sine qua non de la Paz.

Precisamente, con el objetivo de contribuir al fortalecimiento de esa cul-


tura de paz, hacemos la propuesta de implementar estrategias de resolución
pacífica de conflictos como la mediación, considerándola como política social
que incida en la transformación positiva de los mismos. La herramienta idó-
nea, el diálogo y los valores: tolerancia, cooperación, participación activa de
la sociedad, solidaridad y el acercamiento de la justicia a la ciudadanía, serían
los elementos indispensables para solucionar de manera efectiva, pronta,
económica y equitativa los conflictos de la sociedad del siglo XXI.

La mediación es un método alternativo para la solución de conflictos


que muy probablemente ha sido utilizado desde la aparición de la humani-
dad —aunque en un principio su práctica se realizaba de una forma muy
rudimentaria— a lo largo de la historia; encontramos diferentes persona-
jes e instituciones que con su actuar beneficiaban la convivencia pacífica
regulando los conflictos que se suscitaban entre ellos, con lo que contri-
buían en gran medida a la cohesión y pacificación social.

Conforme las sociedades fueron adquiriendo mayor complejidad, el uso


y la práctica de las vías de pacificación social como la mediación se vieron
mermadas hasta casi desaparecer; recayendo la responsabilidad de la impar-
tición de la justicia en el Estado, quien monopolizó la resolución de los con-
flictos a través del procedimiento judicial, repercutiendo en su sobresatura-
ción y excediendo su capacidad resolutoria, contrariando así las característi-
cas de prontitud que debe tener la justicia. De igual forma, las resoluciones
emanadas de los tribunales no siempre llegan a satisfacer las necesidades
reales de las partes, aunado al difícil acceso a la justicia y el desconocimiento
de la existencia de procedimientos alternativos al judicial, se configuran los
elementos necesarios de la impetración de la justicia, entendiendo ésta como

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la búsqueda de alternativas de solución a los problemas que se generan por


motivo de la impartición de la justicia (Gorjón y Steele, 2008: 7).

Debido a esta crisis, ha surgido un movimiento que toma cada vez


más fuerza y que reclama: soluciones prontas y eficaces a los problemas
que se generan en el seno de las sociedades y que potencien la participa-
ción de la ciudadanía.

Es en el contexto de este movimiento en el que se circunscriben los


esfuerzos de la presente investigación, la cual pretende difundir a la me-
diación como método alterno para la transformación pacífica de los conflic-
tos, misma que cumple con las exigencias actuales de la sociedad para la
administración de justicia. Exponer cuáles son sus elementos que permiten
que sea empleada gubernamentalmente como una política pública social se
convierte en una exigencia metodológica.

En este momento nos surge la pregunta: ¿La mediación puede ser


considerada una estrategia para el fortalecimiento e instauración de una
cultura de paz?

La mediación puede ser considerada una estrategia en el fortalecimiento e


instauración de una cultura de paz, porque auxilia a fundar un entorno
pacífico ayudando a transformar los conflictos en ideas, fomenta el diálogo,
la empatía, la solidaridad, la no violencia, la comprensión, la integración, la
creatividad, la participación y el consenso, trascendiendo los objetivos de
las partes en conflicto.

Implementando la mediación como una política social se estaría benefi-


ciando a una gran parte de las sociedades modernas, que demandan proce-
dimientos eficaces que gestionen los conflictos de manera positiva, para
devolver el rol activo a las partes en conflicto, y así cumplir con el para-
digma jurídico del siglo XXI que busca que sean las propias personas las
que puedan resolver sus conflictos (Gorjón, 2010) de una forma pacífica,
siendo esta característica uno de los elementos configuradores de la cultu-
ra de la paz, según la UNESCO.

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2. LA MEDIACIÓN COMO POLÍTICA SOCIAL

La mediación puede ser considerada una política social, que gestione


positivamente los conflictos que se generan en el seno de las comunidades,
evitando con ello que los mismos lleguen a convertirse en obstáculos para el
crecimiento y desarrollo o, incluso, escalen hasta derivar en actos violentos
que amenacen la integridad, la estabilidad política y la cohesión social.

Por tal motivo, creemos pertinente que los gobiernos deberían im-
plementar estrategias o programas que gestionen positivamente los con-
flictos, y que inculquen valores como el respeto, solidaridad, igualdad,
tolerancia, diálogo, entre otros, que fomenten la participación ciudadana y
fortalezcan el tejido social, beneficiando con ello el fortalecimiento de la
cultura de paz; programas como el establecimiento de la mediación como
método resolutivo de conflictos.

La mediación forma parte de los métodos alternativos para la trans-


formación pacífica de los conflictos, y se define como: el procedimiento por
virtud del cual un tercero que conoce de la controversia y la postura de las
partes colabora guiando las negociaciones con la finalidad de que las partes
mismas lleguen a un acuerdo que solucione la controversia (González de
Cossío, 2004: 30). Con su implementación, la sociedad adquiere actitudes
como la cooperación, el respeto, la confianza, la empatía, la comunicación,
entre otras, que en su conjunto constituyen la cultura de paz.

La cultura de paz es definida por la UNESCO1 como el conjunto de va-


lores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:

• El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de


la no-violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación;
• El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e
independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos
que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformi-
dad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional;

1
Artículo 1ero. de la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de la Organi-
zación de las Naciones Unidas.

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• El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las


libertades fundamentales;
• El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos;
• Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección
del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras;
• El respeto y la promoción del derecho al desarrollo;
• El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de
mujeres y hombres;
• El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad
de expresión, opinión e información;
• La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia,
solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y en-
tendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; ani-
mados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz.

En relación con lo anterior, podemos encontrar que uno de los com-


promisos adoptados por los países miembros de la Organización de las Na-
ciones Unidas en la Declaración del Milenio acogida en el año 2000, consis-
tió en la creación de políticas sociales que asegurarán una “sociedad para
todos” conforme a valores fundamentales como la libertad, igualdad, solida-
ridad y paz (Ortiz, 2007: 10), valores que son características sustanciales de
la mediación, por tanto, consideramos pertinente que la misma puede ser
considerada como una política social pues implica una participación activa
de la sociedad en la solución de sus conflictos, respeto a los valores ante-
riormente mencionados, así como también, la cooperación, imparcialidad, el
diálogo, respeto, justicia, colaboración, entre otros, que fortalecen las es-
tructuras sociales, eliminando las tensiones que pudieran desembocar en una
disolución social.

Entendiendo como políticas sociales los esfuerzos realizados por el go-


bierno para satisfacer las necesidades de la sociedad, mejorando sus condi-
ciones de vida; la mediación bien puede ser considerada una de ellas, debido
a sus principales características —la voluntariedad, la confidencialidad, la
flexibilidad, la informalidad, la imparcialidad, la equidad, la neutralidad, el
diálogo y el protagonismo de las partes— que permiten solucionar gran
variedad de conflictos.

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2.1 Marco conceptual

Son muy diversas las definiciones sobre la mediación y la política so-


cial que podemos encontrar en el ámbito científico, a continuación, se plas-
marán solamente algunas de ellas con la intención de poder relacionarlas.

La mediación es definida (Ríos Martín, 2008: 163) como un método de


solución pacífica de conflictos basado en el diálogo y que es eficaz porque
permite, entre otros aspectos, que las personas implicadas asuman la res-
ponsabilidad de su conducta, el protagonismo de solución del conflicto, y
recobren la sensación de paz y de equilibrio emocional existentes previos
al inicio del conflicto.

La política social (Montagut, 2008: 19) es detallada como aquella polí-


tica relativa a la administración pública de la asistencia, es decir, al desa-
rrollo de servicios y prestaciones que intentan paliar determinados pro-
blemas sociales o, de una forma más modesta, perseguir objetivos que ge-
neralmente son percibidos como respuesta a tales problemas.

Como podemos observar ambos conceptos tienen como finalidad, la


solución de conflictos que pudieran derivar en problemas sociales agudos,
que pongan en peligro la unidad y desarrollo social.

Partiendo del punto en que las políticas sociales son estrategias o he-
rramientas creadas por los gobiernos para intentar satisfacer las necesida-
des de las sociedades, y actualmente, una de las necesidades más apremian-
tes es la solución equitativa y justa de los conflictos, es decir, una verdade-
ra y real impartición de justicia.

La mediación, concebida como un método alternativo para la trans-


formación pacífica de los conflictos, fundamentada en un proceso comuni-
cacional en el cual interviene una tercera persona denominada mediador
que guía, orienta y ayuda a las partes inmersas en el conflicto, a que cola-
boren entre sí, a través de técnicas que potencian la participación y el em-
poderamiento de las mismas, logrando que sean ellas mismas las que ela-
boren una solución positiva que ponga fin a su conflicto, fortaleciendo el
tejido y la cohesión social, y a la instauración de una cultura de paz, debie-
ra ser considerada una de esas estrategias o herramientas del gobierno que
venimos hablando.

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ÿLa mediación como política social. Una vía eficaz para el logro de la cultura de paz.Ÿ

Autores como Weddigen, Amonn, Zwiedineck y Francisco Vito nos


ofrecen un contexto teórico en el cual podemos fundamentar nuestra idea,
al mencionar que la finalidad de las políticas sociales es cuidar la existen-
cia, la unidad y la cohesión social a través de un complejo de instituciones
o normas mediante las cuales el Estado y los otros órganos públicos tratan
de asegurar la paz social (Rodríguez, 1979: 119).

En relación con lo anterior, la mediación ofrece un modo eficaz de or-


ganizar a los individuos alrededor de intereses comunes, creando vínculos
y estructuras comunitarias más sólidas (Baruch y Folger, 1996: 43), prio-
rizando el diálogo en la resolución de conflictos buscando el establecimien-
to de la paz social; por consecuencia, la mediación se erige como un ins-
trumento idóneo para la consecución de una cultura de paz así como para
combatir el rezago judicial que genera sentimientos de injusticia2 en la
sociedad, llegando a lugares a donde la justicia ordinaria no puede, por tal
motivo, se convierte en un gran aliado de la misma para resolver el pro-
blema de la impetración de la justicia.

2.2 Características de la mediación

Las principales características de la mediación son la voluntariedad, la


confidencialidad, la flexibilidad, la informalidad, la imparcialidad, la equi-
dad, la neutralidad, el diálogo y el protagonismo de las partes.

• La mediación es por antonomasia de carácter voluntaria, se rige bajo el


principio de la autonomía de las partes, es decir, los participantes deci-
den acudir, permanecer y abandonar voluntariamente el proceso de
mediación. En la legislación argentina de mediación, ésta se contempla
obligatoria como etapa previa al litigio judicial, pero mantiene la po-
testad de las partes para decidir si utilizan este método para resolver
sus conflictos, es decir, la obligación consiste en acudir a la sesión in-
formativa del proceso de mediación, no así llegar hasta el final en el
proceso (Suares, 1996: 44). Por lo que no se vulnera el principio de la
voluntariedad.

2
La remoción de estos sentimientos de injusticia es también tarea de las políticas sociales.

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• La confidencialidad es otra característica de la mediación y se refiere


principalmente a que los implicados no podrán revelar información al-
guna obtenida durante el desarrollo de la misma, a terceras personas
ajenas al conflicto. La confidencialidad es probablemente una de las ca-
racterísticas que ha promovido el uso de la mediación en el ámbito
mercantil y familiar, donde la privacidad juega un papel muy impor-
tante que evita que se hagan públicos ciertos aspectos que pongan en-
tre dicho el buen nombre y la reputación de las empresas y las familias.

• La flexibilidad de la mediación le permite adecuarse a las necesidades


de las partes, si bien existen modelos y procesos definidos, cada media-
ción es diferente entre sí. La forma que vaya adquiriendo el proceso de
mediación dependerá principalmente de las partes y del mediador.

• En relación con la anterior característica, la mediación es considerada


como un proceso de conducción de disputas de carácter informal; Ma-
rinés Suares (1996: 44) menciona que la mediación es el más formal de
los procedimientos informales, pero más informal que los procedimien-
tos formales de resolución de conflictos.

• Las características de imparcialidad y equidad en la mediación propician


la igualdad de oportunidades y la comunicación empática y efectiva en-
tre los participantes3, y recae principalmente en la figura del mediador.

• Otra de las características que recaen sobre el mediador es la neutrali-


dad, y consiste en que el mediador evitará en todo momento inclinarse
a favor de una de las partes, esto es de vital importancia, pues si el me-
diador toma partido o se inclina por alguna de ellas, fracasará (Gorjón
y Sáenz, 2009: 120) en su labor de auxiliar a las partes a que encuen-

3
Fracción VII del artículo 11 de la Ley de Métodos Alternos para la Solución de Conflictos para
el Estado de Nuevo León, México.

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tren la solución a su problemática. Si el mediador conserva su neutra-


lidad, posibilitará la comunicación entre las mismas para que a partir
de sus posiciones, puedan llegar a sus intereses reales (Gorjón y Sáenz,
2009: 120) y elaborar un convenio que ponga fin a su conflicto.

• El diálogo es el medio utilizado por la mediación para que las partes


enfrentadas puedan llegar a solucionar su conflicto a través de la empa-
tía, la solidaridad, la cooperación, la colaboración y el entendimiento.

• La mediación otorga a las partes el poder de gestionar su crisis, favo-


reciendo que la expresión directa de los sentimientos, el intercambio
sobre las causas del conflicto intrapersonal y social, permita, a la pos-
tre, fuera de estructuras formalizadas, la identificación de soluciones
más equitativas (Ortuño Muñoz, 2008: 14).

El protagonismo de las partes es una de las características que más so-


bresalen de la mediación, cuando se le compara con la forma tradicio-
nal de resolver los conflictos, es decir el procedimiento judicial. Una
de las funciones innegables de la mediación es la de fomentar la auto-
determinación y el protagonismo de las personas en conflicto (Boqué
Torremorrel, 2003: 52).

Cuando las partes son las protagonistas en la resolución de su conflic-


to adquieren un nivel de compromiso y responsabilidad que se refleja
en la confección y posterior cumplimiento del convenio que ponga fin
a su disputa. El alto grado de cumplimiento de los acuerdos de media-
ción, es probablemente una de las peculiaridades responsables del éxi-
to de este método alternativo. Este cumplimiento se debe, principal-
mente, a que quienes tienen que cumplir el acuerdo han estado involu-
crados en la confección del mismo (Suares, 2007).

La mediación es un proceso por el cual se devuelve a las personas el


control de su vida, porque les otorga la capacidad de poder tomar sus pro-

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pias decisiones (Acland, 1993: 56), convirtiéndose en los protagonistas en


la resolución de su conflicto.

2.3 Elementos de las políticas sociales

1. Toda política social deberá ser una actividad meramente estatal, so-
lamente el Estado, a través de los órganos de administración pública
tienen la exclusividad para la creación de las políticas sociales.

2. Las políticas sociales deberán ser creadas para cubrir y satisfacer


necesidades específicas de la sociedad —seguridad social, salud,
educación, justicia social, etc.—, generando las condiciones necesa-
rias para facilitar la inclusión al máximo de personas posible.

3. Las políticas sociales tienen la finalidad de crear estabilidad políti-


ca y desarrollo —tanto económico y social— participando en la
cohesión de la sociedad.

4. Toda política social deberá ejecutarse a través de instrumentos de


naturaleza jurídica (Molina Cano, 2007: 60). Este requisito jurídico,
ya lo contemplaba el maestro José Medina Echavarría (Fernández
Riquelme, 2010), al considerar que en la configuración institucional
de las políticas sociales, existe una clara inspiración jurídica.

2.4 Antecedentes de la mediación y las políticas sociales

Ambas acepciones tienen ya un tiempo entre nosotros, por lo que po-


dríamos considerarlas como conceptos añejos.

A) Mediación.

El hombre desde que tuvo la necesidad de agruparse con otros de su


misma especie para sobrevivir, tuvo que crear formas eficaces para solu-
cionar los conflictos surgidos de esa convivencia, formas que se caracteri-
zaron por la utilización del diálogo.

Por tal motivo podríamos afirmar que la mediación o una institución


muy similar a la misma, se haya utilizado aunque en una forma muy rudi-
mentaria desde tiempos muy remotos, en relación a esto, Six (Boqué To-
rremorrel, 2003: 15) comenta que la mediación ha existido siempre. Siem-

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pre ha habido, en las tribus o poblados, sabios a quienes se recurría con


toda naturalidad, quienes aportaban sosiego a los miembros de su comuni-
dad, personajes que con su actuar, gestionaban los conflictos que se susci-
taban en sus comunidades, facilitando la interacción positiva entre sus
miembros impulsando cimientos de fraternidad. De hecho Deborah Kolb
(Boqué Torremorrel, 2003: 19) titula el capítulo inicial de su libro dedica-
do a los mediadores “la segunda profesión más vieja del mundo” y señala
que, desde el primer instante en que alguien mantuvo una disputa con su
semejante, surgieron los mediadores para aconsejar el uso de la razón por
encima de las armas.

No es hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que la
práctica de esas formas resolutorias por parte de algunos de los grupos
religiosos y étnicos como los cuáqueros, los cristianos, católicos, judíos,
bogomiles, los cátaros, los husitas, los valdenses, los menonitas, entre
otros, que habían establecido históricamente sus propios sistemas alterna-
tivos para resolución de desavenencias (Folberg y Taylor, 1996: 22), per-
mitiera la formalización de la mediación como método para solucionar
conflictos en los Estados Unidos de América. Los antecedentes más anti-
guos de la mediación institucionalizada los encontramos con la creación de
la Chinese Benevolent Association (Folberg y Taylor, 1996: 23) en el año de
1882, posteriormente la creación del Departamento del Trabajo de los
Estados Unidos de América, en el año 1913, el cual contemplaba un sec-
ción dedicada a la conciliación de conflictos entre los sectores obrero y
patronal, posteriormente, en 1918 ésta sección se convertiría en el Servicio
de Conciliación de los EE.UU. (Moore, 1995: 55). Después de las huelgas
ferroviarias más importantes de la década de 1920, el Congreso de los
EE.UU. promulga la Ley de Trabajo Ferroviario y el establecimiento de la
Junta Nacional de Mediación con competencia en la industria del ferroca-
rril, con el poder para evitar interrupciones en el comercio y en la indus-
tria del ferrocarril. Para finalmente reorganizarse en 1947 convirtiéndose
en el Servicio Federal de Mediación y Conciliación (Moore, 1995: 55).

Siguiendo con el rastreo de los precedentes de la mediación en los


EE.UU., encontramos el Jewish Conciliation Board, (Folberg y Taylor,
1996: 23) fundado por la comunidad judía norteamericana en la ciudad de
Nueva York en el año 1920; posteriormente, en 1939, Hugo McIsaac crea-
ba el Servicio de Mediación y Conciliación Familiar para el estado de Cali-
fornia, y el abogado James Coogler fundaba en Atlanta el primer centro de
mediación en el año de 1971 (Soria, 2008: 120). En el año de 1973 se creó la

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Asociación de Profesionales en la Resolución de Disputas y el Centro para


la Resolución de Disputas (Gordillo Santana, 2007: 134); ya en el año de
1980 el Congreso convertía en ley federal el Acta de Resolución de Dispu-
tas, que disponía la elaboración de un programa dentro del Departamento
de Justicia que, a su vez, crearía un Centro de Información y un Comité
Asesor con apoyo financiero para el desarrollo, implantación y patrocinio
de los medios alternos de solución de conflictos (Gorjón y Sáenz, 2009: 13).

B) Política social.

El sociólogo Danés Gøsta Esping-Andersen nos comenta que desde la


antigüedad ha habido políticas sociales: los romanos repartían comida a los
pobres; los gremios medievales, autorizados por los gobiernos, elaboraban
sistemas de seguridad social aunque de una manera rudimentaria; la Iglesia
y las órdenes monásticas llevaban a cabo una primitiva asistencia social; la
tradición del noblesse oblige era, en realidad, una especie de contrato social
informal para la gestión de los riesgos sociales (Esping-Andersen, 2008: 10).

No es sino hasta el siglo XIX donde se comienzan a configurar las po-


líticas sociales tal como las conocemos hoy en día; más específicamente, a
partir de la Revolución Francesa de 18484 (Molina Cano, 2007: 21) se
observó la necesidad de crear políticas que mantuvieran la estabilidad de la
volátil sociedad, aumentando los estándares de calidad de vida, mejorando
las condiciones salariales y reduciendo la duración de las jornadas, políti-
cas que augurarán el mantenimiento de la cohesión y la paz social. Siendo
éstos los primeros objetivos de las políticas sociales, que posteriormente
ampliarían su campo de acción, por ejemplo, a la educación, salud, etc.

Uno de sus iniciales teóricos es sin duda el ginebrino Jean C. L. de


Sismonde, mejor conocido como Sismonde de Sismondi, quien manifestaba
su convicción de que la Economía política debiera estar acorde con la ética.
Es así que, en su ensayo publicado en 1815 de nombre Economía política
(Molina Cano, 2007: 27), exteriorizaba que era deber de los gobiernos
crear los medios por los cuales se beneficiara al mayor número posible de
individuos, para que pudieran alcanzar el grado máximo de felicidad y que
este grado se difundiera entre todas las clases sociales. Su alegato a favor
del intervencionismo estatal para combatir los nuevos fenómenos asocia-

4
El acontecimiento más importante de toda la moderna historia de Europa, a juicio de Lorenz
von Stein.

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dos a las recesiones económicas, le convierte, como recordaba Joseph A.


Schumpeter, en un teórico de lo que hoy se llama Estado de Bienestar
(Molina Cano, 2007: 27).

Las revueltas sociales como la de los tejedores de Lyon de 1831, ins-


piraron a Sismonde a buscar un elemento que paliara las carencias de los
trabajadores, una especie de salario social que hoy entenderíamos como un
sistema de seguridad social.

La insurrección de los tejedores de Lyon hizo ver el poder que podía


alcanzar la clase proletaria y se convirtió en el anticipo del levantamiento
de 1848 que derrocaría al monarca Luis Felipe, instaurando la segunda
república; el gobierno provisional perseguía entre otros objetivos, instau-
rar el sufragio universal —la investigadora Teresa Montagut agrega a
este término “masculino” debido que la mujer no obtuvo estos beneficios
sino hasta mediados del siglo XX— y reformas sociales que mejoraran las
condiciones de los trabajadores. Es en este contexto donde aparecen los
talleres sociales y Louis Blanc, quien bajo la encomienda del gobierno pro-
visional fue investido como presidente de una comisión gubernamental
para los trabajadores, que logró reducir la duración de las jornadas de
trabajo a 10 horas en París y a 11 horas en las provincias.

Aunque el pensamiento y las realizaciones intelectuales de Louis Blanc


están casi olvidados, algunos conceptos de este escritor socialista y filán-
tropo han pasado a formar parte de la doctrina oficial de los Estados socia-
les, particularmente el llamado derecho al trabajo (Molina Cano, 2007: 28).

Blanc fue crítico del laissez-faire, laissez passer —dejar hacer, dejar pa-
sar—, un sistema económico de mercado, caracterizado por la libre actua-
ción de los mercados y la mínima actuación por parte de los gobiernos.
Blanc exponía sus ideas en el folleto titulado La organización del trabajo
(Molina Cano, 2007: 29), de 1839, donde rechazaba actos tan deplorables
como el extenuante trabajo infantil en las fábricas o los males físicos y
morales implícitos en las largas jornadas de los adultos.

La historia nos muestra como Louis Blanc fracasaba como político,


sin embargo, su pensamiento ha calado hondo en los sistemas políticos
actuales, quienes han incluido en sus constituciones los derechos sociales
conquistados en aquella época, tales como: el derecho al trabajo, el derecho

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a la asistencia pública y la democracia social como forma de gobierno (Mo-


lina Cano, 2007: 23).

Otro de los precursores de las políticas sociales es el economista y so-


ciólogo alemán Lorenz von Stein, quien manifestaba que un proceso de
industrialización voraz y sin contenciones podría significar un grave agra-
vio a las sociedades.

Lorenz von Stein constituye uno de los más notables ejemplos del
pensamiento jurídico político de gran estilo del siglo XIX. Sus investiga-
ciones contribuyeron a esclarecer el conflicto o dialéctica entre sociedad y
Estado; la primera, con su inagotable capacidad de desear exige al Estado
la satisfacción de sus necesidades y al verse insatisfechos en el actuar del
gobierno, se cohesiona y puede sublevarse violentamente buscando por
medio de la lucha, la satisfacción a sus necesidades. Por tal motivo, von
Stein atribuía a la Monarquía social como única instancia neutral e inde-
pendiente, capaz de contener los efectos de las revoluciones, encarnando el
ideal ético del Estado. Sólo esta especie monárquica, convencida de su
misión social, podría adoptar las medidas adecuadas para la elevación de la
condición de las masas proletarizadas, sin poner en peligro la estabilidad
del orden social (Molina Cano, 2007: 31).

El pensamiento alemán sobre la Política Social fecundó importantes


semillas, que al paso del tiempo configuraron la primera legislación social
y los estados de bienestar modernos. La protección social iniciada a través
de la Legislación del canciller Otto Von Bismark, que inicialmente fue
dirigida hacia el sector de los trabajadores, posteriormente se amplió cu-
briendo a todas las clases sociales. Esta legislación comprendía la atención
médica, el pago de los salarios por causas de accidentes y el establecimien-
to de un ahorro social para cubrir los retiros por vejez o incapacidad de los
trabajadores (Instituto Nacional de Estudios Políticos A. C., 2012). Para
poder cubrir estas necesidades, esta legislación implicaba la aportación de
recursos por parte de tres sectores: el obrero, la patronal y el Estado —
éste último no solo como financiador, sino también como administrador—
(González Muñoz, 2004: 7).

Es en este contexto, donde surge la Nueva escuela histórica alemana,


siendo Gustav Schmoller uno de los más reconocidos y con mayor presti-
gio. El pensamiento de Schmoller (Molina Cano, 2007: 31) constituye una

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de las más notables aportaciones que desde la ciencia económica han mar-
cado el devenir de la Política social.

Su trabajo abrió una nueva etapa en la Economía política, en la que la


moralización de la Economía adquirió importancia ante las injusticias socia-
les que generaba el sistema liberal del laissez-faire. Sin embargo, lo que le
permitió a Gustav Schmoller ser considerado un fundador de la Política so-
cial es su publicación de 1881 La justicia en la economía (Molina Cano, 2007:
32); en esas páginas se formalizó el problema de la evaluación ética de los
resultados del laissez-faire, donde Schmoller se cuestionaba si el reparto de
los bienes obedecía a una concepción ética de la justicia (Gómez Rojo, 2006).
Al respecto la opinión de Schmoller (Molina Cano, 2007: 32) era tajante:

“Sería un error creer que el Estado no está encargado más que de la


administración de la justicia penal y civil, y de la repartición del impuesto,
y que no debe preocuparse de asegurar una justa repartición de los bienes”.

Asimismo, Schmoller también fue creador de una asociación privada


encargada de realizar investigaciones que permitieran a los legisladores
proponer reformas sociales que evitaran el resquebrajamiento del orden
social.

Heinrich Herkner, sucesor de Schmoller en la cátedra de Economía


política de Berlín, constituye el más claro exponente de los éxitos científi-
cos de la Nueva escuela histórica. Su obra es un puente entre la idea de una
Política social moralizadora de la economía y una Política social entendida
como política legislativa laboral (Molina Cano, 2007: 39).

Herkner centró sus investigaciones en el estudio de la condición de la


clase obrera, y para poder comprender mejor su situación, era necesario anali-
zar el impacto de la industrialización en la salud y seguridad de los trabajado-
res, la duración de las jornadas laborales, el trabajo de mujeres y niños, etc.

El camino idóneo para poder revertir la desfavorable situación de la


clase trabajadora —según Herkner— es una reforma gradual encabezada
por la Monarquía; según el autor, ésta sería la mejor organización política
para ofrecer mayores esperanzas en el mejoramiento de la condición de la
clase obrera.

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La figura intelectual que culmina toda una época de la política social


germánica es, sin duda, Ludwing Heyde (Molina Cano, 2007: 40), quien
exponía que estábamos avanzando hacia una época de separación precisa
entre las disciplinas Política social y Derecho obrero, deslinde que permi-
tirá, tanto a los juristas como a los economistas y a los sociólogos, desa-
rrollar una actuación más libre en su especialidad respectiva.

Sin embargo, aunque la expresión de Política social suele decirse fue


utilizada por primera vez por el publicista Robert von Mohl en 1845, su
incorporación al lenguaje científico, fue obra de Wilhem H. Riehl, en 1854,
en su libro La historia natural del pueblo como fundamento de una política so-
cial para Alemania (Molina Cano, 2007: 25), en donde se registra el uso de
la locución soziale Politik, para subrayar en esta novísima rama de la políti-
ca, una mediación entre la sociedad civil o económica —bürgerlichen Gese-
llschaft— y el sistema político —politischen Gesellschaft—.

3. IMPLEMENTACIÓN DE LA MEDIACIÓN COMO POLÍTICA SOCIAL

Al implementar la mediación como política pública social se contribu-


ye a la formación de una cultura cívica con actitudes basadas en la partici-
pación, la solidaridad y el respeto mutuo. Promueve la convicción de que
las personas puedan ser actores en la resolución de sus conflictos, vincula
la participación con la aceptación de puntos de vista ajenos y diferentes,
crea canales de diálogo que generan una red de integración social ayudan-
do a detectar de forma temprana los conflictos sociales (Asociación
Respuesta para la Paz, 2006).

La detección temprana o la prevención de los conflictos son elementos


cruciales para la estabilidad política de cualquier Estado, solo bastaría re-
cordar los grandes conflictos sociales acaecidos en el pasado, que motivaron
el surgimiento de las políticas sociales. Por tal motivo, entendemos pruden-
te implementar el uso de la mediación así como de los diversos métodos
alternativos, como importantes vías hacia la construcción de sociedades
cada vez más pacíficas y participativas, con gran fortaleza en sus tejidos
sociales, económicamente más sostenibles y políticamente más estables.

Estamos convencidos de que el establecimiento de políticas sociales


que consideren a la mediación, puede ser el camino a seguir para la concre-
ción de uno de los fines superiores de las políticas sociales, es decir, la Cul-

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tura. Por tal motivo, hemos sido testigos del crecimiento de investigacio-
nes acerca de la Educación para la Paz, porque la educación se convierte en
piedra angular para la transformación y configuración de las sociedades,
en este sentido la mediación como política social puede ser considerada
como política de cultura, pues trata de generar una nueva cultura del con-
flicto y su tratamiento, es decir, una cultura de paz.

Si se parte del punto que las políticas sociales son aquellas acciones im-
plementadas por parte del gobierno, que pretenden satisfacer las necesida-
des de la sociedad incrementando su calidad de vida y por ende lograr la
pacificación y mantenimiento de la cohesión social, esto sería muy complica-
do si los conflictos no fueran afrontados positivamente, pudiendo inclusive
convertirse en obstáculos para el crecimiento y desarrollo de las sociedades
y derivar en actos violentos que pongan en peligro la estabilidad política.
Por tal motivo, los gobiernos deberían implementar estrategias o programas
que gestionen positivamente los conflictos, que inculquen valores como el
respeto, solidaridad, igualdad, tolerancia, diálogo, etc., que fomenten la par-
ticipación ciudadana y fortalezcan el tejido social, programas como el esta-
blecimiento de la mediación como método resolutivo de conflictos.

La elección de una política social que satisfaga las necesidades de la


sociedad requiere identificar primero cuáles son esas necesidades, analizar
los posibles obstáculos que obstruyen el crecimiento socioeconómico e
identificar las fuentes de los conflictos, recordemos que los conflictos están
presentes en todas las sociedades y si no se les presta la debida atención,
pueden originar actos de violencia que desestabilicen la armonía originan-
do altos costes humanos y económicos. La alerta temprana es fundamental:
la mayoría de los conflictos estallan debido a la acumulación de desigual-
dades económicas —desigual redistribución de recursos, desempleo—
diferencias culturales —étnicas, religiosas— o militarización y violaciones
de los derechos humanos. Es esencial para la prevención de conflictos es-
cuchar los problemas/quejas de la gente e identificar soluciones efectivas,
incluyendo mecanismos para mediar la falta de acuerdo (Ortiz, 2007: 17).

4. LA MEDIACIÓN COMO UNA ESTRATEGIA DE CULTURA DE PAZ

Uno de los objetivos que nos hemos trazado en esta investigación es


pretender demostrar que la mediación cumple con los requisitos necesarios

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para ser contemplada como un método o una vía que beneficia la construc-
ción de una cultura de paz.

Debemos tener en cuenta la idea de paz que nos comenta Fisas (2006:
374), que puede ser entendida como la transformación creativa de los conflic-
tos, y sus palabras clave son: el conocimiento, la imaginación, la compren-
sión, el diálogo, la solidaridad, la integración, la participación y la empatía.

La mediación, al ser transformadora de conflictos, se convierte en una


vía más para alcanzar la paz, debido a que trasciende los objetivos de las
partes en conflicto, definiendo otros objetivos. Es claro que en dicho proceso
de transformación es indispensable la mediación, ya que el tercero neutral e
imparcial se constituye como un verdadero trabajador de conflictos, un real
trabajador de paz (Rozemblum de Horowitz, 2007: 123).

La mediación, así como los otros métodos alternativos para la solución


de conflictos —MASC—, son formas participativas, pues buscan que las
partes tengan un rol activo en el proceso y sean los protagonistas del mismo.
Son formas democráticas, pues promueven que se hable y que sean escucha-
dos y fomentan tanto en el proceso como al término de éste, valores como la
solidaridad y la cooperación (Gorjón y Sáenz, 2009: 22).

Un ejemplo donde la mediación ha tenido éxito lo encontramos en las


intervenciones del secretario de Estado de los EE.UU., Henry Kissinger, en
1973, y del presidente Jimmy Carter, en 1978, quienes actuaron como me-
diadores en el conflicto entre Egipto e Israel.

Un estudio realizado por Michael Renner, en un apartado, nos menciona


las acciones para la construcción de la paz, y algunas de ellas son: la creación
de instituciones para la construcción y mantenimiento de la paz, sistemas de
detección de conflictos, mediación y resolución de conflictos, refuerzo de los
sistemas legales internacionales —tribunales internacionales, tribunales de
guerra, etc.— entre otras acciones, que aunado al programa de acción de la
UNESCO para el logro de la cultura de la paz, específicamente, los rubros
referidos a la satisfacción de las necesidades básicas y las potencialidades de
desarrollo y decisión de las personas; el mejoramiento de la gobernabilidad
democrática y el aumento de la participación de la ciudadanía; una nueva
mirada a los conflictos y una educación sobre la forma de regularlos y trans-
formarlos positivamente y desmilitarizar las políticas de seguridad, potenciar
la prevención de los conflictos e invertir en la construcción de la paz a través

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de un firme compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos, es que po-


demos afirmar que la implementación de la mediación como política social, es
una estrategia fundamental para el fortalecimiento de la cultura de la paz.

5. CONCLUSIONES

La instauración de una cultura de paz que rechace la utilización de la


violencia, procure la transformación pacífica de los conflictos, construya
estructuras necesarias para el respeto de todos los derechos humanos, impul-
se la participación democrática, el desarrollo económico y social, y promueva
la paz a través de la educación, la comprensión, la tolerancia y la solidaridad,
se ha convertido en uno de los principales objetivos a concretar por la Orga-
nización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Contribuir al fortalecimiento de esa cultura de la paz y considerar a la


mediación como política social, como vigorizadora de la misma, se han
transformado en unos de los fines que motivó la elaboración de la presente
investigación.

A manera de conclusión, se mencionarán los principales objetivos al-


canzados durante la elaboración de la misma.

• Contribuir al fortalecimiento de la cultura de paz.

La propuesta de considerar a la mediación como política pública social


contribuye al fortalecimiento de la cultura de la paz, debido a que crea las
bases para la gestión positiva de los conflictos a través del diálogo, la em-
patía, la solidaridad, la no-violencia, la comprensión, la tolerancia y la
equidad; factores que promoverán la participación activa de la sociedad en
la resolución de sus propios conflictos.

• Considerar la mediación como una política social.

Las políticas sociales pueden ser definidas como aquellas acciones im-
plementadas por parte del gobierno, que pretendan paliar las necesidades

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de la sociedad incrementando su calidad de vida y por ende lograr la paci-


ficación y mantenimiento de la cohesión social.

En este sentido, la mediación puede ser considerada una política so-


cial, que pretenda satisfacer la necesidad de impartición de justicia, trans-
formando los conflictos en áreas de oportunidad y crecimiento que mejo-
ren la calidad de vida y fortalezcan el tejido de las sociedades.

La implementación de la mediación como política social aplicada al for-


talecimiento de la cultura de paz, viene a convertirse en un esfuerzo más,
para la instauración de una cultura donde se prime el diálogo, se promueva
la transformación pacífica de los conflictos que surjan en el seno de las so-
ciedades, se potencie la participación y responsabilización de la ciudadanía.

De esta manera se cumple con el artículo 3º de la Declaración y Pro-


grama de Acción sobre una Cultura de Paz de la Organización de las Na-
ciones Unidas, donde se menciona que para el pleno desarrollo de una
cultura de paz es necesaria —entre otras cosas— la promoción del arre-
glo pacífico de los conflictos; la posibilidad de que todas las personas a
todos los niveles desarrollen aptitudes para el diálogo, la negociación, la
formación de consenso y la solución pacífica de controversias; la promo-
ción de la democracia, el desarrollo de los derechos humanos y las liberta-
des fundamentales y el respeto y cumplimiento universales de éstos; el
fortalecimiento de las instituciones democráticas y la garantía de la parti-
cipación plena en el proceso del desarrollo y la promoción del desarrollo
económico y social sostenible.

• La mediación como política social combate el problema de la crisis de


justicia.

La mediación se ha convertido en una de las vías idóneas para acome-


ter el rezago en la impartición de la justicia, al modernizar y dinamizar a la
misma, ofreciendo alternativas fiables y eficaces a los conflictos del siglo
XXI, además, permite el acercamiento de la justicia a la ciudadanía, re-
mueve sentimientos de injusticia, asignatura de las políticas sociales.

Para dar por finalizadas estas conclusiones, mantenemos el conven-


cimiento que la implementación de la mediación como política social apun-

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talaría y fortalecería a la cultura de la paz en aquellos países que, como


México, apuesten por utilizar el diálogo, la solidaridad, el respeto de los
derechos fundamentales, la tolerancia, la cooperación, la participación acti-
va de la sociedad, la colaboración, la equidad, la imparcialidad y el consen-
so, como herramientas para la solución de sus conflictos.

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PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

CABELLO TIJERINA, Paris Alejandro (2013): “La mediación como política social.
Una vía eficaz para el logro de la cultura de paz”, Mediaciones Sociales. Revista de
Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 12, pp. 191-214. DOI:
http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45268

(*)
El autor

Paris Alejandro Cabello Tijerina, es doctor en Intervención Social y Media-


ción por la Universidad de Murcia, España, y actualmente catedrático e
investigador de Tiempo Completo en la Universidad Autónoma de Nuevo
León, México. Su principal línea de investigación: Mediación, Política
Social y Cultura de Paz. El investigador ha participado en diversas revistas
y colaborado en libros sobre la temática de los Métodos Alternativos de
Solución de Conflictos.

RECIBIDO: 18 de abril de 2013.


ACEPTADO: 13 de septiembre de 2013.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 191-214. ISSN electrónico: 1989-0494.


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V. Experiencias profesionales
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Derechos fundamentales y mediación en la


Unión Europea: hacia un enfoque de derechos

Fundamental rights and mediation in the


European Union: a new approach of rights

Malagón Terrón, Francisco Javier(*)


Universidad Complutense de Madrid - Madrid
fjmalagon@ccinf.ucm.com

Resumen Abstract
El autor propone un “enfoque de dere- The author proposes a "human rights
chos” para reorientar las prácticas de approach" to redirect Conflict Mediation
Mediación en Conflictos de modo que, practices so that, through models of pre-
mediante modelos de actuación preventi- ventive action and early response, avoid
vos y de respuesta temprana, evite el the escalation of conflicts, thus contribu-
agravamiento de los conflictos, contribu- ting to the preservation of Fundamental
yendo con ello a la preservación de los Rights citizens.
Derechos Fundamentales de los ciudada-
nos.

Palabras clave: Mediación, conflictos, Keywords: Mediation, conflict, funda-


derechos fundamentales, prevención, mental rights, prevention, early response,
respuesta temprana, equidad. equity.

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1. CONFLICTO Y DERECHOS FUNDAMENTALES

Los conflictos de las sociedades europeas, consecuencia de la crisis del


Antiguo Régimen y del desarrollo de la industrialización, encontraron en
el siglo XX un elemento pacificador y de regulación en el Estado social y
democrático de Derecho.

En esta forma avanzada de Estado los derechos de los ciudadanos fue-


ron objetivados como derechos fundamentales, expresión que se refiere a los
presupuestos del consenso sobre el que debe edificarse cualquier sociedad
democrática; esto es: al sistema de valores y principios de carácter univer-
sal que informan el ordenamiento jurídico de nuestras sociedades1.

Existe, por tanto, una relación consustancial entre el Estado de Dere-


cho y los derechos fundamentales los cuales reconocen y garantizan tanto las
libertades individuales como los derechos de carácter económico, social y
cultural. Estos derechos han sido proclamados por el Parlamento Europeo,
el Consejo Europeo y la Comisión Europea en el año 2000 en declaración
solemne mediante la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Euro-
pea.2

La protección de estos derechos ha encontrado en los sistemas de Jus-


ticia un instrumento fundamental, junto con los otros poderes del Estado y
la acción autónoma de los ciudadanos en el ejercicio de sus libertades civi-
les; sin embargo, actualmente los sistemas de Justicia parecen adolecer de
importantes limitaciones para llevar a cabo su función garantista de mane-
ra eficaz y, sobre todo, de modo satisfactorio para los ciudadanos.

2. LA MEDIACIÓN COMO OPORTUNIDAD

La Mediación, entendida como práctica específica de gestión negocia-


da de conflictos, se ha ido implantando en los países de la Unión Europea a
lo largo de los años 90 y 2000, si bien de forma muy desigual según los

1
Cf. Pérez Luño, Antonio E. (1984): Los derechos fundamentales. Madrid: Ed. Técnos.
2
Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000/C 364/01), publicada en el
Diario Oficial de las Comunidades Europeas el 18.12.2000.

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países, con el propósito declarado de complementar a los sistemas de Justi-


cia tradicionales.

La Mediación es un proceso en el que un experto imparcial (es decir,


que no se posiciona en contra de ninguna de las partes) y neutral (que res-
peta la autonomía de los mediados para producir sus propios acuerdos)
facilita la comunicación entre dos o más personas con el fin de ayudarles a
componer sus propios acuerdos, dentro de los derechos y límites que en
cada momento les reconocen las leyes.

Si bien a esta forma de mediación3 cabe encontrarle antecedentes muy


antiguos, es desde los años 70 del pasado siglo que se viene configurando
como un campo profesional específico, incluido dentro de un campo más
amplio de procedimientos extrajudiciales de solución de disputas conocido
como Resolución Alternativa de Conflictos (Alternative Dispute Resolution,
ADR), el cual incluye, además, otras técnicas como la Negociación, el Arbi-
traje y la Conciliación.

Básicamente, son tres los argumentos que suelen aducirse para justifi-
car el interés social por la Mediación: a) su rapidez y bajo coste, en compa-
ración con los procedimientos litigiosos; b) la satisfacción que reporta a los
ciudadanos, en tanto que les permite auto-componer de forma negociada
soluciones a sus conflictos; y c) el desahogo que reporta a los sistemas de
Justicia al reducir el número y la duración de los procesos judiciales.

La Unión Europea viene impulsando a lo largo del nuevo siglo la re-


gulación e implantación de esta forma de Mediación en los Estados miem-
bros. A tal efecto, la Comisión elaboró en 2002 un Libro Verde sobre las
modalidades alternativas de solución de conflictos en el ámbito del derecho
civil y mercantil, en el que hacía balance de la situación imperante en lo
que respecta a métodos de solución de conflictos en la Unión Europea y
con el que inició una amplia consulta con los Estados miembros y las par-
tes interesadas sobre posibles medidas para promover la Mediación.

3
Conviene recordar que, de facto, la palabra mediación es una categoría general de uso extendido
en muchos ámbitos de la acción y del conocimiento humano (Filosofía, Religión, Sociología,
Economía, Comunicación, etc.). Aquí hacemos referencia a una forma específica de mediación
que, en las últimas décadas, a adoptado, además, una forma profesional.

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Como consecuencia de ese proceso de reflexión, en 2008 fue aprobada


la Directiva 2008/52/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 21 de mayo
de 2008 sobre ciertos aspectos de la mediación en asuntos civiles y mercantiles4,
norma que informa y delimita la legislación sobre Mediación de los Esta-
dos miembros.

Sin embargo, es un hecho ampliamente reconocido que los ciudadanos


europeos tienen aún un escaso conocimiento de la Mediación, que la im-
plantación de servicios y dispositivos de Mediación es aún incipiente en la
mayor parte de los países y que las organizaciones relacionadas específi-
camente con la Mediación (asociaciones profesionales, empresas…) adole-
cen de debilidades estructurales notorias y de un mercado profesional re-
ducido y precario.

En este sentido se ha pronunciado en febrero de 2014 el Comité de


Asuntos Legales del Parlamento Europeo, el cual ha analizado las causas
del escaso éxito de la Mediación en Europa en el estudio que lleva por
título “Reiniciar la directiva de mediación: evaluando el limitado impacto
de su Implementación y proponiendo medidas para incrementar el número
de mediaciones en la Unión Europea”5.

En el marco de este estudio un grupo de reconocidos expertos inter-


nacionales en mediación y arbitraje han desarrollado la idea de la “Parado-
ja de la Mediación en la Unión Europea” para señalar que a pesar del im-
pulso que esta práctica profesional ha recibido por parte del Consejo de
Europa, la Comisión Europea y numerosos gobiernos, únicamente ha sido
utilizada el año pasado en un 1 % de los litigios civiles y mercantiles sur-
gidos en Europa.

En sus conclusiones, el grupo de expertos propone “reiniciar” (ha-


ciendo un símil con el lenguaje informático) la Directiva 2008/52/CE
mediante una modificación a fondo de la norma o mediante un compromiso

4
Cf. Directiva 2008/52/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 21 de mayo de 2008 sobre
ciertos aspectos de la mediación en asuntos civiles y mercantiles, publicada en el Boletín Oficial
de las Comunidades Europeas el 24.5.2008.
5
Estudy “Rebooting the mediation directive: assessing the limite impact of its implementation
and proposing measures to increase the number of mediations on UE” (Directorate General for
Internal Policies. Policy Department C: Citizen´s Rights and Constitutional Affairs, 2014). Dis-
ponible en: http://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/etudes/join/2014/493042/IPOL-
JURI_ET(2014)493042_EN.pdf

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de cada Estado que le obligue a conseguir una relación equilibrada entre el


proceso judicial y la mediación. Entre otras medidas, sugieren también
acciones de sensibilización, el desarrollo de proyectos piloto e, incluso, la
introducción de la obligatoriedad de la Mediación por categorías de asun-
tos o áreas de conflictividad.

3. HACIA UN ENFOQUE DE DERECHOS

Proponer un “enfoque de derechos” para la Mediación es una forma de


contribuir a la superación de algunas de las limitaciones que actualmente
adolece el sector, mediante la articulación de dos perspectivas jurídicas:

a) el derecho de los ciudadanos a una red capilar de servicios de Me-


diación, accesibles, suficientes y de calidad, para prevenir y gestio-
nar con autonomía y de forma temprana los conflictos que les afec-
tan; y
b) la Mediación como uno de los recursos estratégicos que el Estado
democrático Social y de Derecho debe desplegar para la protección
de los derechos fundamentales de sus ciudadanos, tanto en el plano
de sus libertades civiles como de sus derechos sociales, económicos
y culturales.

Los derechos de los ciudadanos se ven más amenazados cuanto más


graves son los conflictos que les afectan; y los diversos conflictos interper-
sonales y grupales tienden a agravarse cuanto mayores son las desigual-
dades sociales.

Por este motivo la Mediación, entendida desde un enfoque de derechos,


es un conjunto de modelos y prácticas que pueden contribuir a reducir las
brechas entre los ciudadanos, que son, en buena medida, consecuencia de
las desigualdades crecientes que experimentan las sociedades europeas.

No se trata sólo de actuar sobre el sistema Judicial, para mejorarlo o


descargarlo de trabajo gracias a la Mediación, sino de intervenir en la
misma dinámica social de la que emergen los conflictos, favoreciendo que
las prácticas mediadoras contribuyan al ajuste negociado y equitativo de
los intereses de los ciudadanos.

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Pero no se trata sólo de ofrecer servicios de Mediación cuando los


conflictos se han agravado y están a punto de judicializarse, sino en el
origen de las relaciones y de forma preventiva, contribuyendo a fundar
vínculos de convivencia y/o colaboración sostenibles; así como mediante
prácticas que aportan respuestas mediadoras tempranas cuando los con-
flictos aparecen.

Desde este enfoque de derechos, la Mediación no es una mera opción pa-


ra el Estado, sino una obligación que debería garantizar, como lo hace con
el acceso a la educación o a la sanidad públicas, como recursos imprescin-
dibles para que la ciudadanía pueda experimentar el bienestar de pertene-
cer a una sociedad más equitativa, democrática e integradora.

4. CAPILARIDAD Y DIVERSIDAD DE MODELOS Y DE ACTORES

Un enfoque de derechos como el que se propone requiere que la Media-


ción se promueva capilarmente; esto es, de manera que sea un recurso cono-
cido, cercano y accesible para todos los ciudadanos. Sin duda Internet y las
modernas tecnologías de la comunicación pueden contribuir a ello, siempre
que demuestren ser medios complementarios eficaces y no meros sustitu-
tivos baratos de otras formas de acceso a las prácticas mediadoras.

Ahora bien, no es suficiente con que la Mediación sea un servicio apa-


rentemente cercano, gratuito o de bajo coste si no se tiene en cuenta, ade-
más, que la manera de mediar tiene que estar adaptada a las características
de los distintos conflictos, pero también de los distintos grupos de pobla-
ción y de sus contextos de vida.

Finalmente, este enfoque de derechos requiere de un nuevo posiciona-


miento del profesional de la Mediación, de modo que su relevancia y su
eficacia resida, por supuesto, en su intervención directa, pero también en
su capacidad para aportar criterios y competencias mediadoras al resto de
la población. El derecho de los ciudadanos a la Mediación no se limitaría,
por tanto, a ser sus sujetos mediados, sino también a ser mediadores com-
petentes en su contexto.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 218-226. ISSN electrónico: 1989-0494.


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ÿDerechos fundamentales y mediación en la Unión Europea: hacia un enfoque de⁄Ÿ

PARA CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:

MALAGÓN TERRÓN, Francisco Javier (2013): “Derechos fundamentales y media-


ción en la Unión Europea: hacia un enfoque de derechos”, Mediaciones Sociales.
Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 12, pp. 218-226. DOI:
http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45269

(*)
El autor

Francisco Javier Malagón Terrón es investigador y profesor asociado de la


Universidad Complutense de Madrid (Facultad de Ciencias de la Informa-
ción, Departamento de Sociología IV). Es D.E.A. en Filosofía, Licenciado
en Ciencias de la Información por la UCM, Máster en Mediación por la
Universidad de Alcalá de Henares, Diplomado en Mediación y Resolución
de Conflictos por la Universitat Oberta de Catalunya y Experto en Inter-
venciones Sistémicas con Familias y Organizaciones por la Escuela Vasco
Navarra de Terapia Familiar. Cuenta además con una amplia formación en
el ámbito de los estudios sobre las religiones, con diversos diplomas de la
Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Alcalá y la Funda-
ción Zubiri. Cuenta también con otros títulos relacionados con la Comuni-
cación, la Educación, el Desarrollo, la Gestión de la Calidad y la Innova-
ción. Su trayectoria profesional a lo largo de veinticinco años le ha permiti-
do conocer de cerca el mundo asociativo y de las ONGs, de los ayunta-
mientos, la universidad, los sindicatos, los partidos políticos y las empresas.
Sus aportaciones al ámbito de la Mediación en Conflictos tienen como
marco de referencia una variada formación humanista e interdisciplinar, así
como también un rico conjunto de prácticas profesionales susceptibles de
ser analizadas y comprendidas desde el paradigma de la Mediación, siendo
una de las más importantes la coordinación de redes sociales de colabora-
ción. Actualmente, sigue compaginando su actividad académica con la
actividad profesional en calidad de socio fundador y director de Entrenado-
res de Pensamiento, empresa de consultoría para el desarrollo de la inteli-
gencia social y la innovación en las organizaciones.

RECIBIDO: 08 de julio de 2013.


ACEPTADO: 13 de octubre de 2013.

Mediaciones Sociales, NÀ 12, 2013, pp. 218-226. ISSN electrónico: 1989-0494.


DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_MESO.2013.n12.45269
!
BIBLIOTECA 228
Pérez Salazar, Gabriel (2012): Internet como medio de comunicación. Teoría y análisis de⁄

Internet como medio de No obstante, es apenas en la última


década del siglo XX cuando algunas
comunicación. Teoría y de las tecnologías insignia de esta
análisis de actos comu- asonada digital terminarían impac-
tando profunda y masivamente a los
nicativos en los entor- ciudadanos. Entre ellas Internet
nos virtuales. ocupa un lugar fundamental porque
se sitúa como eje indiscutido de los
cambios que propicia el nuevo mode-
PÉREZ SALAZAR, lo: permite replantear una nueva
Gabriel (2012): Inter-
net como medio de dimensión espacio-temporal; es la
comunicación. Teoría ventana más impresionante para
y análisis de actos
comunicativos en los acceder al dato, a la información que
entornos virtuales. procesada puede convertirse en cono-
México, Plaza y
Valdés. Universidad
cimiento; es el recurso que oscila
Autónoma de Coahui- entre la comunicación masiva y la
la, primera edición. personalizada; es la posibilidad de
ISBN: 978-607-506-
084-2. representar al pensamiento construi-
do mediante asociaciones, disperso,
con caminos hipertextuales a veces
impredecibles; es también la conver-
gencia de lenguajes que lo definen
La revolución digital iniciada a me- como hipermedio o la convergencia
diados del siglo pasado desemboca en de tecnologías que une en red a las
un proceso de innovación constante industrias audiovisuales, la informá-
en materia tecnológica que propicia tica y las telecomunicaciones. Y por
un cambio sustantivo en la vida coti- qué no, es la posibilidad de acariciar
diana de los individuos. Como resul- por fin el sueño de una comunicación
tado, el conjunto social experimenta horizontal, mediada tecnológicamen-
transformaciones que llegan a abar- te, que da a los interlocutores la po-
car un espectro muy amplio, aunque sibilidad de expresarse.
referido a las actividades básicas de
los ciudadanos: trabajar, estudiar, Para quienes tienen la posibilidad de
relacionarse, entretenerse, expresarse acceder a este nuevo medio, Internet
y organizarse. Su fuerza transforma- constituye un parte-aguas, es el re-
dora la posiciona como uno de los curso posmasivo a partir del cual ya
ejes del modelo político-económico nada sería igual. De ello devendrían
que, en pos de una sociedad de la procesos diversos que abarcan desde
información y el conocimiento, basa una transformación profunda de las
su desarrollo en intercambios info- industrias de la información y el
comunicacionales y en la disponibili- entretenimiento, hasta la función de
dad creciente de información. acompañamiento que la red despliega
ante muchas actividades nodales para
los usuarios. Llega incluso a despla-

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Pérez Salazar, Gabriel (2012): Internet como medio de comunicación. Teoría y análisis de⁄

zar la omnipresencia de otros medios, ante lo nuevo, hubo alineaciones por


como la televisión por ejemplo, ha- el sí y por el no. Quienes se pronun-
ciendo de la navegación en el cibe- ciaron por el no, basaron sus razo-
respacio una actividad cuya frecuen- namientos en las aportaciones del
cia aunque a veces resulte excesiva, campo de conocimiento de la comu-
casi siempre es necesaria. nicación acerca de los medios masi-
vos, su sentido, pertinencia social,
En términos comunicativos el ímpetu características, función, requisitos
social de Internet se antoja como una que deben cumplir para ser conside-
utopía, entendida como lo hace rados como tales. Quienes en cambio
Eduardo Galeano: un horizonte, ya apoyaron el sí, buscaron sustento
que en la medida en que avanzamos teórico en el análisis de las transfor-
hacia él se aleja buscando y fijando maciones que la cultura digital ha
nuevos e inalcanzables límites. Como propiciado en el mundo actual.
es admisible, la potencia de este nue-
vo medio trae consigo dudas, suspi- La obra de Gabriel Pérez Salazar,
cacias, críticas y también muchos como su propio autor lo enuncia
halagos. Al campo de conocimiento desde las primeras páginas, defiende
de la comunicación lo intercepta de decididamente que Internet es un
manera plena y lo hace impactando medio de comunicación. Pero llegar a
directamente en un camino teórico esta conclusión implicó para su autor
que con esfuerzos se venía constru- partir de dos vertientes que son pro-
yendo desde hacía tan sólo 80 años. ducto de su formación profesional:
Ya se había percibido que la mediati- abrevó tanto de sus conocimientos de
zación de lo social era creciente, informática como de su amplia for-
sobre todo en ámbitos tan específicos mación en comunicación. Estos pila-
como la comunicación política. Por res, más numerosas y acuciosas lectu-
ello para la comunicación, una disci- ras, sumadas a discusiones con cole-
plina permanentemente puesta en gas, le permitieron sustentar adecua-
entredicho desde las ciencias exactas, damente el sí. No se trata entonces
pero también desde el ámbito más de tomar partido, sino de explicar,
próximo de las ciencias sociales, referir la historia, brindar argumen-
enfrentar el reto de un proceso de tos y debatirlos y también se trata en
cambio como el digital, significó su momento de indagar en la reali-
abrirse teórica y metodológicamente dad, de preguntarse y preguntar a la
para renovar una mirada aún joven, y red por su propia condición de medio
poder buscar de este modo, explica- de comunicación.
ciones a un fenómeno que replantea-
ba lo construido hasta el momento. Esta indagación permitió al autor
sostener con argumentos teóricos su
¿Es o no Internet un medio de comu- posición, tejer los hilos de la historia
nicación?, fue tal vez una de las pre- y describir los recursos de expresión
guntas más frecuentes, pero no la y comunicación que Internet ofrece a
más debatida. Como suele ocurrir sus usuarios. En su exposición pre-

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BIBLIOTECA 230
Pérez Salazar, Gabriel (2012): Internet como medio de comunicación. Teoría y análisis de⁄

senta a aquellos que poseen capacidad


para gestionar y producir contenidos,
pero también a quienes tienen menos
habilidades para hacerlo, inclinándo-
se por intercambios más sencillos
pero no por ello menos importantes:
explorar y navegar a veces sin rumbo
fijo, repitiendo visitas o inaugurando
nuevas búsquedas, pero siempre con
la posibilidad de ir creciendo como
interlocutor en este nuevo espacio
social.

En suma, se trata de un libro que


analiza desde una mirada amplia a
este nuevo objeto cultural que lla-
mamos Internet así como las activi-
dades que concentra este instrumen-
to. Enuncia asimismo algunas carac-
terísticas del régimen de prácticas
específico que conlleva su uso y el
cambio cultural asociado con este
objeto. Toma postura y lo define
como un medio de comunicación
nuevo, que debe ser mirado y anali-
zado a partir de parámetros nuevos.
Abre, finalmente, el debate sobre un
tema que aún merece ampliar las
reflexiones, aumentar el trabajo em-
pírico y como siempre, potenciar el
diálogo.

Delia Crovi Druetta


Universidad Autónoma de México
crovi@servidor.unam.mx

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BIBLIOTECA 231
Ballesteros Carrasco, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la comunicación⁄

Las tecnologías de la interesante como la que nos propone


la doctoranda Begoña Ballesteros
información y de la Carrasco, presentándola hoy, aquí, en
comunicación en los modo muy sugestivo, muy claro y
eficaz. Además, oyendo los comenta-
cambios laborales: rios del profesor Vicente Baca sobre
análisis sociohistórico la tesis y su presentación, vemos
de 1970 a 2010. confirmada nuestra primera impre-
sión de la valía de la investigación y
de la consistencia intelectual de su
BALLESTEROS CA- autora. Veamos.
RRASCO , Begoña
(2012): Las tecnolo-
gías de la informa-
1.– En primer lugar, interesante, la
ción y de la comuni- tesis, por su tema: las TIC y su in-
cación en los cam- fluencia en los cambios laborales. O
bios laborales:
análisis sociohistó- sea, la influencia de las tecnologías de
rico de 1970 a la información y de la comunicación
2010. Tesis docto-
ral. Director: Ma- en el destino de nuestra civilización
nuel Martín Serrano. pos industrial, pos fordista y pos
Universidad Com-
plutense de Madrid.
moderna, desde el punto de vista de
las relaciones comunicativas, sociales
y laborales. El tema es, pues, muy
Comentario del profesor João de Almei- actual, muy importante y muy nece-
da Santos, como miembro del Tribunal, sario, porque las TIC están cambian-
a la tesis doctoral de Begoña Ballesteros do nuestras vidas, a veces no en el
Carrasco: mejor sentido, sobre todo cuando
ellas tienden a volver residuales las
Saludo a los ilustres miembros del relaciones comunitarias. Es mi con-
Tribunal, a la doctoranda, al profesor vicción, por eso, que la Universidad
Manuel Martín Serrano, Director de deba dedicarse cada vez más a pro-
la Tesis, al profesor Francisco Berne- mover estudios como el que tenemos
te y, en especial, a mis alumnos de ante nosotros hoy, porque estudios
doctorado. Es para mí un gran honor como éste nos ayudan a comprender
participar en este Tribunal de Docto- mejor el mundo en que estamos vi-
rado, en mi Universidad, en mi Fa- viendo y, por consecuencia, a cam-
cultad, donde, hace unos años, hice biarlo, como quería el viejo Marx, en
mi doctorado. Agradezco, pues, al sus tesis sobre Feuerbach. Compren-
Departamento de Sociología IV la derlo, sí, pero también cambiarlo.
amable invitación. Para mejor. Hablo de Marx porque
me parece que en el horizonte crítico
Agradezco sobre todo la excelente de la Tesis está muy presente Karl
oportunidad que el Departamento me Marx. Me lo confirmará o no la doc-
ha ofrecido de discutir una tesis tan toranda.

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Ballesteros Carrasco, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la comunicación⁄

2.– Interesante también por la cali- 3.– Pero, interesante también porque
dad de la tesis respecto a su estructu- esta tesis es una tesis, o sea, formula
ra, al modo como ha sido diseñada. una hipótesis, la fundamenta y la
La tesis está organizada en modo defiende con buena argumentación. O
muy racional, evolucionando de sea, siendo las TIC potentes instru-
acuerdo con un objetivo muy claro: mentos de innovación, de productivi-
demostración de un uso social de las dad y de liberación de tiempo de vida,
TIC favorable a las empresas y a la la verdad es que su uso social está
lógica, de corto plazo, del capitalismo evolucionando en sentido contrario,
financiero y especulativo y crecien- «sobredeterminado» (Althusser) que
temente penalizador, sea de la inver- está por la lógica y las exigencias
sión productiva sea del trabajo asala- dominantes del capitalismo financie-
riado. ro y especulativo y de sus tiempos
cortos y acelerados de ganancia:
Cumple, además, con los criterios
científicos aplicables: a) «plustrabajo» e invisibilidad del
tiempo efectivo de trabajo;
a) hipótesis claramente formulada y
b) intensificación del tiempo de tra-
demostrada;
bajo y su descalificación;
b) conceptos muy definidos (aunque
c) desequilibrio entre productividad y
no tengamos en la tesis un capítulo
salario;
dedicado a los conceptos usados);
d) versatilidad laboral no reconocida
c) metodología muy clara;
del trabajador;
d) formulación del estado de la cues-
e) «no desconexión» entre tiempo de
tión/state of art (aunque pudiera ser
vida y tiempo de trabajo;
un poquito más exhaustiva);
f) deslocalización de servicios con
e) buena fundamentación conceptual
desempleo en su país de origen (véase
y con suficientes indicadores cuanti-
la obra de Naomi Klein, No Logo, de
tativos;
1999);
f) significativa bibliografía especiali-
g) creciente porcentaje de trabajo no
zada;
pagado;
g) rigor conceptual, escrita muy
h) individualización progresiva de las
claramente y que evoluciona consoli-
relaciones laborales con creciente
dando discursivamente las conclusiones,
debilidad de su cuadro normativo
progresivamente alcanzadas; y éste es
general;
un aspecto que hay que valorizar
mucho: la construcción muy cuidada i) contradicción entre innovación
y fundamentada del discurso. tecnológica y organización social;
h) conclusiones y formulación de una j) mucho capital especulativo, poca
alternativa. inversión productiva (pp. 112-112),

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Ballesteros Carrasco, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la comunicación⁄

donde los Estados no exigen creación lo ha citado aquí y no solo en la bi-


de empleo e inversión productiva, bliografía, sobre todo hoy que está
sino flexibilización del trabajo (pp. tan olvidado?). Me ha gustado esta
134-35). formulación también porque, siendo
verdad, es una formulación un poqui-
Estos son los resultados de la inves-
to menos drástica que la que encon-
tigación. Resultados que hay que
tramos en la pág. 201, donde se habla
tener en buena cuenta porque evi-
de modalidades de competencia más
dencian muy bien uno de los aspectos
propias del capitalismo agrario. Me
más importantes del uso social de las
parece demasiado. Estoy, sin embar-
TIC. Resultados que conducen, se-
go, de acuerdo con lo fundamental:
gún la doctoranda, apoyada en indi-
estamos ante una tendencia cada vez
cadores confiables, a que los benefi-
más fuerte para la desreglamentación
cios financieros de las empresas au-
del trabajo y para la discrecionalidad
menten exponencialmente mientras
del poder propietario y administrati-
disminuye exponencialmente la par-
vo ante el trabajo asalariado. Una
ticipación de las rentas directas del
regresión peligrosa que se está insi-
trabajo en las rentas nacionales. Por-
nuando y que sucede a tantos años de
que: a) aumenta el paro; b) disminu-
difíciles conquistas sociales y que en
yen los salarios; c) se intensifica el
la Unión Europea se pueden traducir
trabajo; d) y se prolonga su tiempo
globalmente con la expresión «mode-
no pagado.
lo social europeo».
4.– Hay un párrafo muy significativo
–que me ha gustado mucho– en la 5.– La crítica, sí, es fundamental en
tesis que retoma –sin citarlo– al una Tesis. Pero, aquí, la doctoranda
Marx de las «teorías sobre la plusva- habría podido desarrollar, como ha
lía». Permitidme que haga la citación: sugerido el profesor Vicente Baca, un
poco más las virtualidades de las
«la utilización de los sistemas y aplica- tecnologías de la información y de la
ciones digitales pueden vincularse con la comunicación, sus aspectos positivos,
obtención de plusvalía relativa, que es la los cambios extraordinarios y radica-
aplicación económica habitual cuando les que están provocando en nuestras
surgen avances técnicos». «Pero también sociedades, sea informativos, cultura-
se pueden relacionar» dice, «esos usos les o sociales, donde el individuo
tecnológicos con un aumento de la plusva- puede acceder sin necesidad de obte-
lía absoluta». Y concluye: «se está regre- ner permiso de ningún «gatekeeper»
sando así a prácticas más propias de las al espacio público, por ejemplo. O
primeras fases del capitalismo industrial, donde la velocidad de la comunica-
en donde la manera de extraer más valor ción y la accesibilidad a sus medios
de la mano de obra consistía en prolongar inducen una aceleración increíble a
la jornada laboral». los procesos sociales materiales e
inmateriales. Tecnologías que, así,
Perfecto. Estamos con Marx, con el forman parte substantiva de los pro-
Libro I de «Das Kapital» (¿porque no cesos productivos y sociales, pero

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Ballesteros Carrasco, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la comunicación⁄

también de procesos políticos nuevos Otro aspecto crítico que, antes de


que están cambiando el mundo. ¡Nos terminar, me gustaría evidenciar son
acordamos del papel de las redes las pocas referencias explícitas a los
móviles en el cambio político español clásicos. Digo explícitas porque ellos
en las elecciones legislativas de 2004! están claramente presentes. Por
Pero comprendo –y reconozco su ejemplo, Marx y su «teoría sobre la
legitimidad– la opción: crítica de la plusvalía», como hemos visto. Pero,
actual tendencia dominante del uso creo también que hay un autor que
de las TIC por las empresas en el está muy presente, aunque sin refe-
ambiente de capitalismo financiero rencia explícita: Althusser y su con-
global. Y comprendo muy bien el cepto de «surdetérmination», desa-
interés de la investigación cuando rrollado en su libro «Pour Marx»
estamos viviendo y sufriendo, en los (Paris, Maspero, 1965). Trátase de
países que alguien –algún liberal de un autor muy influente en los años
acero– denominó como PIGS, el más 60, en el 68, y no solo en Francia,
dramático ataque a las soberanías tiempos revolucionarios de la gene-
nacionales en Europa proveniente del ración de muchos de los miembros
capitalismo financiero global y de sus que forman parte de este Tribunal.
agentes internacionales, incluidas las Este concepto ocupa una posición
tres famosas agencias de notación muy central en el discurso de la tesis,
financiera (Moody’s, Standard & pues que permite relacionar el uso
Poor’s y Fitch) y algunos bancos social de las tecnologías con las condi-
demasiado ambiciosos, para no decir ciones generales de su propia exis-
peor, como, por ejemplo, el Goldman tencia, en el ambiente del capitalismo
and Sachs. financiero y especulativo global,
siendo claro que las tecnologías no
O sea, la tesis enfoca un importante son neutrales, puesto que su uso
aspecto estructural de la crisis inter- social es «sobredeterminado» por sus
nacional que estamos viviendo, sien- mismas condiciones de existencia,
do esa la legítima opción de la docto- por la totalidad social: por el Estado,
randa, pero habría también podido el derecho, las organizaciones socia-
enfocar más detalladamente los as- les y políticas, por la ideología, por el
pectos positivos de las TIC en sus contexto mundial, etc., elementos que
múltiples usos sociales y las potencia- forman parte del ambiente general
lidades que ellas contienen para su- que «sobredetermina» los procesos,
perar la situación actual, también en actuando como una verdadera «pre-
su componente política, en sus poten- sión ambiental». O sea, la contradic-
cialidades críticas ante la opinión ción existente entre capital y trabajo
pública, hacia una «democracia de los centrada en el uso laboral de las TIC
ciudadanos» (Castells), más allá de la no es lineal o simple, sino compleja
«democracia del público» o de la porque está «sobredeterminada» por
«televisual democracy». múltiples factores exógenos. Cam-
biando estos factores cambiará tam-
bién su uso social. Althusser dixit.

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Ballesteros Carrasco, Begoña (2012): Las tecnologías de la información y de la comunicación⁄

Marx también. Pero el problema João de Almeida Santos


reside ahora, como decía muy bien el Universidad Lusófona de Humanidades y
profesor Younis Hernández, en la Tecnologías (Lisboa)
función que la voluntad social juega joaodealmeidasantos@gmail.com
en todo este proceso: ¿cómo cambiar
el juego de fuerzas en nuestras socie-
dades, evitando un mal uso social de João de Almeida Santos ha sido
las TIC? ¿A través de la política?
«Consejero político» del Primer
¿Actuando sobre la opinión pública? Ministro portugués entre 2005 y
¿Qué nuevo paradigma para el siglo 2011 y es «Doctor Europeo» por la
XXI, puesto que ya disponemos de
FCI de la Universidad Complutense
medios muy fuertes, las TIC, por de Madrid. Vive en Lisboa. Licencia-
ejemplo, para producir efectos dis- do en Filosofía en la Universidad de
ruptivos en los viejos mecanismos de
Coimbra, donde ha sido profesor de
dominación, sea respecto al modo de Filosofia Política. En 1987 obtuvo la
producción pos-industrial, sea res- «Laurea di Dottore in Filosofia» en
pecto al modelo de organización y de la «Facoltà di Lettere e Filosofia» de
intervención política ciudadana o al la Universidad de Roma «La Sa-
viejo modelo mediático de comunica- pienza», donde ha sido también pro-
ción y de dominación? fesor. Ha publicado, entre otros li-
bros, O princípio da hegemonia em
6.– Mis consideraciones críticas quie- Gramsci (Lisboa, Vega, 1986); Para-
ren evidenciar sobre todo dos cosas: doxos da democracia (Lisboa, 1998); Os
1º) que la tesis tiene una excelente intelectuais e o poder (Lisboa, 1999) y
calidad y que, por eso, en caso de Homo Zappiens (Lisboa, 2000); Medios
publicación, 2º) sería muy interesante y Poder. El poder mediático y la erosión
no mantenerla solo con una «pars de la democracia representativa (Lisboa,
destruens», pero también presentarla Vega, 2012). Es Investigador de la
con una nueva «pars construens» Fundación para la Ciencia y la Tec-
relativa a las TCI y al sistema social nología (Ministerio de Educación y
en general, incluso si esta «pars cons- Ciencia) y Director de Facultad de
truens» se presentara solo –lo que ya Ciencia Política, Lusofonia y Rela-
es muchísimo– como un «principio ciones Internacionales, de la Univer-
de esperanza», en el signo de Ernst sidad Lusófona de Humanidades y
Bloch y de su «Das Prinzip Offnung» Tecnologías, de Lisboa.
(1954-59), una verdadera «utopía
positiva».

Muchas gracias, y, una vez más, mis


felicitaciones a la doctoranda.

Madrid, 25 de junio de 2012

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BIBLIOTECA 236
Franco Romo, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos⁄

La transferencia de los tancia que adquiere la edad como


criterio de diferenciación / exclusión
desajustes sociales a los social”.
sujetos individuales
El autor identifica claramente las
características sociológicas de su
objeto de estudio, así como los crite-
FRANCO ROMO, rios que ha aplicado para acotarlo en
Daniel (2012): La
transferencia de los el espacio y en el tiempo, como co-
desajustes sociales a rresponde a toda investigación empí-
los sujetos
individuales. Tesis
rica.
doctoral. Director:
Manuel Martín No obstante, estamos ante un objeto
Serrano. Universidad
Complutense de de estudio que tiene, además, un
Madrid, Facultad de carácter macrosociológico (vincula la
Ciencias de la
Información. evolución de los fenómenos citados
con el funcionamiento general de la
sociedad) y de carácter sociohistórico
El objeto de estudio de esta tesis de (que cambian a través de largos pe-
doctorado es la transferencia de los ríodos de tiempo y a medida que la
desajustes sociales a los sujetos indivi- sociedad se va transformando).
duales en las sociedades capitalistas
desarrolladas (capitalismo monopóli- El punto de vista seleccionado por el
co-globalizado), concretamente en autor para investigar dicho objeto
España, en el período comprendido son las operaciones de mediación que
entre 1970 y 2010. Los fenómenos hacen posible que dichas transferencias
sociales en los que se estudian tales se realicen de acuerdo con los objeti-
desajustes son: vos reproductivos del sistema social.
En el marco teórico de la investiga-
a) los cambios macrosociales que ción se explica de modo claro y sufi-
tienen que ver con los grupos de edad ciente qué son las mediaciones sociales,
(jóvenes, adultos y mayores): “la edad en qué se diferencian de otras formas
se ha convertido en un mecanismo de de control social, cómo operan para
diferenciación / exclusión social, conseguir los ajustes entre los dife-
sobredeterminando las posibilidades rentes niveles heterogéneos del sis-
de inserción social en general y de tema, puesto que cada nivel cambia
inserción laboral en particular”, y con su propia cronología y sus cam-
bios no producen efectos de modo
b) las transformaciones en las repre- directo e inmediato en los distintos
sentaciones sociales de los cuerpos y niveles del sistema; qué papel cumple
en los cuidados que de ellos hacen los la comunicación pública en este pro-
sujetos: “los años que aparente el ceso de producción y reproducción de
cuerpo, en coherencia con la impor- la sociedad. La referencia teórica y
metodológica fundamental de esta

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BIBLIOTECA 237
Franco Romo, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos⁄

perspectiva de análisis es la obra de ofrecidos por las instituciones crea-


Manuel Martín Serrano, La media- das al efecto.
ción social (Madrid: Akal, 2008).
Estos mismos niveles le servirán al
A partir de esta teoría de la media- autor para presentar un análisis or-
ción social, el autor de la tesis elabora denado de los datos empíricos y la
un Modelo de análisis específico de su interpretación de los resultados.
objeto de estudio, que reúne las cua-
lidades metodológicas se le exigen: Un Modelo de análisis es un sistema
consistencia lógica y validez teórica. de conceptos o de hipótesis, que nos
El Modelo establece tres niveles de permite describir o explicar de un
análisis: modo pertinente y sistemático el
objeto de estudio. En este sentido el
1º) Nivel de las determinaciones autor de la tesis establece los Objeti-
macrosociales (“cambios macrosocia- vos generales y específicos de la investi-
les relacionados con la producción, gación que precisa los alcances de la
que están modificando la valoración descripción sistemática de los fenóme-
social de los diferentes grupos de nos que aquí se estudian:
edad”);
– Identificar y describir los principa-
2º) Nivel de los sujetos indivi- les cambios que se están produciendo
duales (“la manifestación en la coti- en España en la valoración social de
dianeidad de las determinaciones las edades y de los cuerpos de los
macrosociales analizadas en el nivel sujetos y de las relaciones entre am-
anterior”); bos cambios, en el contexto de la
posición que cada grupo de edad
3º) Nivel de las mediaciones ocupa en el sistema productivo, en la
sociales (media las relaciones entre etapa de la globalización capitalista
los niveles anteriores, “filtrando las en curso.
relaciones y afectaciones que se pro-
ducen entre ambos”): a) la comunica- – Identificar la principales mediacio-
ción pública propone nuevas represen- nes y cómo funcionan para conseguir
taciones sociales sobre el cuerpo y el ajuste entre los cambios que se
sus cuidados, según cada grupo de producen a nivel macro y micro.
edad; b) la organización social se di-
versifica con instituciones especiali- Cumplida esa primera etapa descrip-
zadas en la comercialización de pro- tiva, el autor se propone explicar
ductos y servicios destinados al cui- cómo está funcionando la mediación
dado del cuerpo y de su aspecto; c) la social en este campo específico, desde
acción social de los sujetos se orienta una perspectiva macrosocial y sociohis-
para intervenir directamente sobre el tórica. Para ello propone un reperto-
propio aspecto corporal, mediante el rio de hipótesis generales y específi-
consumo de los bienes y servicios

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BIBLIOTECA 238
Franco Romo, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos⁄

cas para cada uno de los Niveles para el espacio y el tiempo acotados
establecidos en su Modelo de análisis. estudios sobre los diferentes aspectos
que componen el objeto de estudio.
Para proceder a este estudio empírico Estos estudios han generado tanta
descriptivo y explicativo, el autor evidencia empírica que resulta difí-
procedió a la operacionalización de su cilmente abarcable. Se hacía necesa-
modelo de análisis, que ha sido reali- rio, por tanto, establecer un segundo
zada con total corrección metodoló- criterio de selección más específico
gica: que hiciera manejables y aprovecha-
bles para esta investigación los datos
– Para cada una de las variables de disponibles”.
sus hipótesis de investigación se ha
elaborado un repertorio de indicado- Ese segundo criterio de selección fue
res y/o series de datos. «el planteamiento teórico de la tesis
doctoral»: “El objeto acotado ha
– La confección de cada indicador generado tanta información como
y/o serie se ha llevado a cabo selec- escasos análisis sociohistóricos y
cionando y sistematizando datos macrosociológicos. Como ya se ha
empíricos procedentes de fuentes explicado, esta investigación está
primarias y secundarias sobre los interesada en los vínculos entre las
diferentes elementos que componen edades y los cuerpos que se producen
el objeto de estudio de la investiga- en las sociedades globalizadas, pero
ción. siempre que se analicen a lo largo del
tiempo (es decir, en clave sociohistó-
– Una vez llevadas a cabo las com- rica) y en relación con el funciona-
probaciones de las hipótesis en las miento general de dichas sociedades
fuentes disponibles, se ha concretado (es decir, con una perspectiva macro-
y enunciado para cada hipótesis un sociológica). Los datos seleccionados
repertorio de propuestas o tesis. debían servir, en la medida de lo
posible, para llevar a cabo un análisis
Los datos utilizados en esta investi- de este tipo”.
gación proceden de fuentes primarias
y secundarias. Los criterios de selec- En todo caso, el investigador ha
ción, como no puede ser de otro mo- controlado metodológicamente que
do, se ajustan a la acotación material “las fuentes disponibles han propor-
del objeto (espacio-temporal: España, cionado información necesaria para
1970-2010) como a la perspectiva elaborar los indicadores y las series
teórica del estudio. con los que someter a validación las
hipótesis y ofrecer datos ilustrativos
Respecto al primer criterio, el autor de los argumentos y de las conclu-
ha encontrado que: “Las fuentes dis- siones”.
ponibles que se ajustan a estos crite-
rios son muy abundantes. Se suceden El diseño de la investigación, que
asegura la consistencia y la coheren-

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Franco Romo, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos⁄

cia lógica entre los objetivos, las b) Significatividad: que sean perti-
hipótesis (que corresponden a cada nentes con el punto de vista, los
nivel de análisis), indicadores, fuentes objetivos e hipótesis de la investiga-
de información y el análisis diacróni- ción.
co y macrosocial de los datos, se
encuentra minuciosamente detallado c) Validez: que sean suficientes, com-
en la tesis, de modo que cualquier pletos para garantizar su uso cogni-
lector puede evaluar metodológica- tivo (entender el fenómeno en sus
mente la investigación recurriendo dimensiones sociohistóricas y macro-
exclusivamente al informe. sociológicas) y social (aplicaciones en
las definiciones o redefiniciones de
El capítulo de las conclusiones de la las prácticas de mediación, por ejem-
tesis nos muestran los resultados de plo).
la investigación organizados sistemá-
ticamente, siguiendo las pautas del Quienes se interesen en este campo
Modelo de análisis. De modo que, de estudio pueden encontrar en esta
para cada objetivo e hipótesis de la tesis una amplia bibliografía, en la
investigación, relativas a cada nivel que se registran tanto las fuentes
de análisis, se encuentra su resultado secundarias como las referencias a las
correspondiente. obras teóricas y metodológicas fun-
damentales que han sido consultadas.
Lógicamente, también encontramos
las conclusiones que corresponden a Considero que esta tesis muestra
las hipótesis generales del estudio y claramente la capacidad que puede
que dan cuentan de cómo están ope- otorgarnos una teoría social y una
rando las mediaciones sociales para metodología rigurosa (el paradigma
lograr el ajuste de las mentalidades y de la mediación social) para el cono-
comportamientos individuales y a los cimiento y explicación de los fenó-
grandes cambios que se están produ- menos sociales que, aunque puedan
ciendo a nivel de la producción y parecer poco relevantes (si se les
reproducción del sistema capitalista sitúa ante los “grandes temas socio-
en la era de la globalización. políticos de la actualidad periodísti-
ca”), son capaces de revelarnos, a
A mi juicio, las conclusiones reúnen nivel sociohistórico y macrosocioló-
las cualidades que se le exigen a los gico, cómo opera la reproducción del
resultados de una investigación cien- sistema social en un ámbito determi-
tífica: nado.

a) Objetividad: que estén basadas en Tal conocimiento, aparte de permi-


datos comprobados y contrastados tirnos avanzar en la producción cien-
metódicamente, pertenecientes al tífica, puede hacer posible mayores
objeto de estudio. grados de libertad para los agentes
sociales que se proponen la construc-
ción de un mundo más humano, en

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Franco Romo, Daniel (2012): La transferencia de los desajustes sociales a los sujetos⁄

este mundo globalizado y en constan-


te crisis en el que nos tocado vivir.

Vicente Baca Lagos


Universidad Complutense de Madrid
vicbaca@ucm.es

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Normas de publicación en Mediaciones Sociales
y procedimiento de selección de originales
(Actualización: Febrero de 2013)

Mediaciones Sociales es una revista anual (desde 2013) al servicio de la creciente


comunidad internacional de profesores e investigadores universitarios y de
profesionales de reconocido prestigio que trabajan en el campo de la mediación
social, para poner en común los resultados de sus investigaciones y debatir
sobre los nuevos retos teórico-metodológicos y la innovación de las prácticas
profesionales.

Mediaciones Sociales considerará para su publicación el envío de artículos escritos


en español o portugués, originales e inéditos, enviados a la dirección de correo
electrónico mediaciones-sociales@ccinf.ucm.es, en formato doc o rtf.
Excepcionalmente, podrán publicarse trabajos que ya hayan sido editados,
siendo necesario, en estos casos, que el autor informe a Mediaciones Sociales
sobre el estado del copyright y justifique la pertinencia de la reedición. Además,
Mediaciones Sociales dará prioridad a los artículos de aquellos autores que no
hayan publicado en el número inmediatamente anterior de la revista. Los textos
enviados no se podrán someter a la consideración de otras revistas mientras se
encuentren en proceso de evaluación en Mediaciones Sociales.

Para la selección de los trabajos enviados, se seguirán las siguientes pautas (para
cualquier aclaración sobre las mismas, rogamos ponerse en contacto con la
revista en la dirección de correo electrónico indicada):

I. PRESENTACIÓN DE ORIGINALES

1) El autor deberá enviar DOS COPIAS del trabajo: una versión ANÓNIMA
y otra con los datos completos de IDENTIFICACIÓN. La primera versión
tiene como fin garantizar el anonimato del autor durante el proceso de
evaluación. Para ello, se suprimirán, en caso de que las haya, todas las
referencias que puedan permitir, directa o indirectamente, la identificación del
autor, siendo sustituidas por la palabra «[ANONIMIZADO]».

2) En la primera página del trabajo completamente IDENTIFICADO se


incluirá, por este orden:

• Título, primero en el idioma original y luego en inglés, y escrito en am-


bos casos en letras minúsculas y mayúsculas, donde corresponda.

• Apellidos del autor y nombre, separados por una coma.

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• Institución en la que trabaja (facilitada sin recurrir a siglas y nombrada
en su lengua oficial; se indicará también el país, aunque el nombre de la
institución ya lo incluya).

• Correo electrónico (en el caso de que el trabajo sea finalmente publicado,


la dirección de correo se hará pública junto con el resto de datos identifi-
cativos del autor, a no ser que éste indique expresamente lo contrario).

• Resumen (máximo 150 palabras) y palabras clave (de 4 a 6 términos),


primero en el idioma original y luego en inglés.

• Breve nota biográfica del autor (máximo 150 palabras), redactada en ter-
cera persona del singular (“Pierre Bourdieu es…”). En el caso de que el
trabajo sea finalmente publicado, Mediaciones Sociales se reserva el dere-
cho de adaptar esta nota biográfica para lograr un estilo unificado.

Esta primera página será la única que contenga datos relativos a la autoría del
texto.

3) El trabajo deberá tener una extensión comprendida aproximadamente entre


las 6.000 y las 10.000 palabras, incluyendo tablas, figuras y bibliografía. El
formato del texto irá en letra Times New Roman, cuerpo 12, interlineado
sencillo.

4) El artículo hará explícita su estructura mediante el uso de epígrafes, que


deberán incluirse como sumario al principio del trabajo. Como norma general,
todos los textos deberán seguir la estructura al uso de los trabajos académi-
cos: comenzar con un planteamiento del artículo y de sus objetivos, continuar
con el desarrollo de dicho planteamiento y finalizar con unas conclusiones.
Para las investigaciones empíricas, se recomienda específicamente la siguiente
estructura: introducción; objeto de estudio y objetivos del trabajo; fundamen-
tos teóricos; método, técnicas y fuentes de información; resultados y conclu-
siones (discusión sobre el significado de dichos resultados).

5) Los distintos epígrafes en que se divida el texto se numerarán ordinalmente


(1; 1.1; 1.2.; 2…) y deberán escribirse en mayúsculas y minúscula.

6) Se escribirán en cursiva (y sin comillas) los títulos de libros, los nombres de


revistas y periódicos, las locuciones y abreviaturas latinas y todas las palabras
que no estén escritas en el idioma original del texto.

7) Todas las tablas y figuras deberán estar incorporadas en el texto debida-


mente numeradas para su identificación y acompañadas de la correspondiente
leyenda. Se enviarán, además, por separado en formato de imagen (preferible-
mente, tif o jpg).

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8) Las citas textuales deberán ir entrecomilladas y con su correspondiente
referencia bibliográfica. La supresión de fragmentos de la cita se indicará me-
diante puntos suspensivos entre paréntesis: (…). Los comentarios propios
dentro de una cita textual irán entre corchetes. Las citas de más de cuatro
líneas irán sangradas (el párrafo completo y no sólo la primera línea).

9) Las notas o comentarios aclaratorios irán a pie de página.

10) Las referencias bibliográficas abreviadas aparecerán en el cuerpo del texto


y no en notas a pie de página. Se indicarán entre paréntesis los apellidos del
autor, seguidos del año y del número de página o páginas, si procede. Ejemplo:
(Weber, 1967: 87). Si varios documentos tienen el mismo autor y año, se dis-
tinguirán entre sí con letras minúsculas a continuación del año y dentro del
paréntesis: (Lefebvre, 1969a).

11) Las referencias bibliográficas completas de las obras citadas no aparecerán


en notas a pie de página, sino que se recopilarán al final del trabajo bajo el
título genérico de “Bibliografía”. Sólo se incluirán las obras que hayan sido
citadas en el texto. Se ordenarán alfabéticamente por el primer apellido de
cada autor (y las de un mismo autor, por orden cronológico). Las obras reco-
gidas en dicha relación se presentarán del siguiente modo:

• Libros: Durkheim, Emile (1982): El suicidio. Madrid: Akal.


• Capítulos de libro: Moles, Abraham (1979): “El muro de la comunica-
ción”, en Moragas, Miquel de (ed.): Sociología de la Comunicación de Masas.
Barcelona: Gustavo Gili, pp. 92-107.
• Artículos de revista: Ibáñez, Jesús (1985): “Análisis sociológico de textos
y discursos”, Revista Internacional de Sociología, vol. 43, nº 1, enero-marzo
de 1985, Madrid, pp. 119-162.
• Trabajos publicados en internet: Díez Nicolás, Juan (1992): “Posición so-
cial, información y postmaterialismo”, Revista Española de Investigaciones
Sociológicas, nº 57, enero-marzo de 1992, Madrid, pp. 21-35. Disponible
en http://www.reis.cis.es/REISWeb/PDF/REIS_057_05.pdf. Consul-
tado el 14 de abril de 2007.

Las obras que hayan sido publicadas en internet y dispongan de número DOI
deberán incluirlo obligatoriamente en su referencia bibliográfica. Los autores
pueden utilizar para ello el siguiente buscador de contenidos con DOI:
http://www.crossref.org/guestquery/. Ejemplo: Adorno, Th. W. (1975):
“Culture industry reconsidered”, New German Critique, nº 6, pp. 12-19. DOI:
10.2307/487650; http://dx.doi.org/10.2307/487650

12) Mediaciones Sociales también acepta para su publicación el envío de recen-


siones de libros. Antes de enviar una recensión ya elaborada, los autores debe-

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rán ponerse en contacto con la revista a través de la dirección de correo elec-
trónico indicada para informarse sobre el interés que dicha recensión pueda
tener para Mediaciones Sociales. Este tipo de trabajos deberá ajustarse a los
siguientes criterios:

• Las recensiones estarán orientadas a ofrecer un análisis crítico de nove-


dades editoriales en el ámbito de interés de Mediaciones Sociales o de
obras que, aunque no sean de reciente publicación, se consideren clásicas
dentro de este campo.

• Además de dar cuenta de los rasgos esenciales del libro (información so-
bre su autor, resumen de su contenido, exposición de sus principales con-
clusiones), la recensión crítica deberá evaluar la importancia que puede
tener para la comunidad de investigadores y profesionales que trabajan
en el campo de la mediación social.

• La extensión de las recensiones deberá estar comprendida entre las 1.000


y las 2.500 palabras aproximadamente.

• El envío de estos trabajos deberá acompañarse de la portada de la obra


escaneada en color (preferiblemente, en formato tiff, png o jpg) y de los
datos identificativos del libro (autor, año, título, ciudad de publicación,
editorial, ISBN y número total de páginas).

• Las recensiones deberán seguir los siguientes criterios formales expues-


tos en este apartado I de las Normas: 2 (excepto los puntos referidos al
título, resumen y palabras clave), 6, 7, 8, 9, 10 y 11. Podrán llevar un tí-
tulo propio o, en su defecto, el título del libro reseñado.

II. PROCEDIMIENTO DE SELECCIÓN Y PUBLICACIÓN

1) Los originales que se reciban para ser publicados en Mediaciones Sociales


seguirán un proceso de selección que responde a criterios de calidad científica
y mantiene el anonimato tanto de los autores evaluados como de los evalua-
dores.

2) Mediaciones Sociales acusará recibo de los originales en un plazo máximo de


una semana.

3) Mediaciones Sociales hará una pre-evaluación de todos los trabajos recibidos


para comprobar que alcanzan los requisitos mínimos de forma y de conteni-
do. En este proceso se podrá rechazar directamente sin pasar a evaluación
externa aquellos textos que:

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a. No se ajusten a los criterios formales expuestos en el apartado I de
estas Normas.

b. No se adecuen a los ámbitos temáticos de la revista. En este sentido,


el primer criterio de selección de los originales recibidos centrará su
atención en el objeto de estudio, que debe estar ubicado implícita o ex-
plícitamente en el campo de las mediaciones sociales. Asimismo, serán
especialmente considerados los trabajos que sean resultados de investi-
gaciones que aporten a los debates teórico-metodológicos y a la innova-
ción de las prácticas de los mediadores profesionales.

Todos los autores recibirán notificación por correo electrónico del resultado
de esta pre-evaluación. Esta decisión no se demorará más de dos meses desde
la fecha de recepción del original enviado.

4) Los trabajos que cumplan con estos requisitos serán remitidos a dos espe-
cialistas externos, de reconocida valía en el área de las ciencias sociales y de
la comunicación, que se encargarán de evaluarlos. Ambos emitirán, por sepa-
rado, un informe favorable o contrario a la publicación del trabajo. En caso de
que las dos valoraciones resulten abiertamente discrepantes, podrá solicitarse
una tercera evaluación. Mediaciones Sociales hará pública la lista de todas las
personas que han realizado evaluaciones para la revista.

5) A la vista de las evaluaciones externas, Mediaciones Sociales emitirá la deci-


sión final, que se comunicará al autor por correo electrónico junto a una nota
que la fundamente. La decisión final no se demorará más de seis meses desde
la fecha de recepción del original enviado.

6) De acuerdo a lo indicado en las evaluaciones externas, Mediaciones Sociales


podrá proponer al autor una revisión de su trabajo. Si el autor acepta dichas
recomendaciones, dispondrá de un mes para el envío de la versión revisada,
que, si coincide con lo solicitado, pasará a considerarse como aprobada para
su publicación. El autor recibirá notificación de dicha circunstancia mediante
correo electrónico.

7) Una vez aceptado definitivamente, el trabajo pasará a incluirse en los su-


marios de los sucesivos números de la revista. El autor que lo solicite recibirá
un certificado de que su trabajo ha sido aprobado y está pendiente de publica-
ción.

8) Antes de la publicación definitiva del trabajo, el autor recibirá en su correo


electrónico un juego de pruebas con el texto ya editado que habrán de ser
revisadas en un plazo no superior a una semana. Si cumplido este plazo no se
reciben correcciones, el trabajo se publicará sin ellas, dando por supuesto el
visto bueno de su autor.

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