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Una Experiencia Enriquecedora

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Una experiencia enriquecedora: crecimiento profesional

en el aula de la escuela primaria

La práctica docente en el grupo de primer grado de primaria fue una experiencia


enriquecedora y desafiante. Durante este tiempo, mi trabajo como practicante se centró
en brindar educación de calidad, promover el aprendizaje significativo y crear un
ambiente propicio para el desarrollo integral de los estudiantes. Uno de los aspectos más
destacados durante este tiempo fue la observación del director, quien amablemente me
elogió por mi forma de impartir las clases ante el grupo, normalmente el día Lunes,
Martes y Viernes iba a observarme. Su reconocimiento fue un estímulo para mí para
esforzarme y mejorar aún más en mi labor educativa.

Sin embargo, una de las dificultades que encontré fue la dinámica con la profesora titular
del grupo. A pesar de mi disposición a colaborar y trabajar en equipo, hubo cierta tensión
y exigencias excesivas por su parte, lo que dificultó la creación de un ambiente armonioso
y colaborativo. A causa de esto la primera semana me cansaba demasiado, la docente
me pedía elaborar con el grupo evidencias de trabajos para que ella las entregara, trabaje
con el grupo toda la jornada, decore el salón navideño mientras daba la clase a los niños.
A pesar de esto, me esforcé por mantener una comunicación respetuosa y desempeñar
mis funciones con el bienestar y el aprendizaje de los estudiantes siempre a la
vanguardia.
Obtuve el reconocimiento de las madres y padres de familia quienes constantemente se
dirigían a mi diciéndome:
“Maestra, quédese ya a darles clases siempre”
“Maestra Fer muchas gracias, por la paciencia”
Sentí una profunda satisfacción al recibir el reconocimiento de los padres de familia por
mi labor.
Este reconocimiento es muy importante para reafirmar mi dedicación y compromiso con
la docencia.
La interacción con los padres es un aspecto importante de mi experiencia docente.
Mantuve una comunicación constante y abierta con ellos, compartiendo el progreso,
logros y desafíos de sus hijos en el aula. Esta relación estrecha y colaborativa con los
padres me permitió comprender mejor las necesidades individuales de los estudiantes y
adaptar mi enfoque pedagógico para satisfacer esas necesidades.

El apoyo y los comentarios positivos de los padres fueron un gran impulso para mi
confianza como maestra en formación. Sus palabras de aliento y reconocimiento a mi
trabajo no sólo fortalecieron mi motivación, sino que también me recordaron la
importancia de la conexión entre la escuela y el hogar en el proceso educativo.

El apoyo de los padres no sólo es personalmente beneficioso, sino que también


contribuye significativamente a un ambiente positivo en el aula. La colaboración entre
padres, estudiantes y maestros crea un sentido de unión y un ambiente propicio para el
aprendizaje de los niños, así como para su crecimiento académico y emocional.
Además, la falta de contacto y la dificultad para comunicarse con otros docentes suponía
un desafío: el docente titular tenía una relación complicada con el resto del personal
docente, lo que creaba un ambiente desfavorable para la colaboración y el intercambio
de ideas.
A pesar de los desafíos, mi atención se centró en beneficiar a los estudiantes. He
implementado estrategias de enseñanza innovadoras adaptadas a las necesidades
individuales de los estudiantes, fomentando un ambiente de aula inclusivo y participativo.
Fomenté la creatividad, el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades
socioemocionales para asegurar un aprendizaje integral.

En resumen, mi práctica docente en primer grado fue una experiencia en la que enfrenté
desafíos relacionados con la dinámica dentro del profesorado, particularmente con la
docente titular. A pesar de esto, siempre estuve comprometida con brindar una
educación de calidad y siempre me preocupé por el bienestar y progreso académico de
mis alumnos.

Me enfrenté a un desafío interesante en términos de velocidad de aprendizaje de los


estudiantes. Observe completar una semana de actividades planificadas en solo tres
días, demostrando un dominio significativo del contenido y un compromiso extraordinario
con el trabajo académico. Cuestión que dentro de mi observación no veía que el grupo
se desenvolviera de tal forma con la maestra titular.
La rápida finalización de esta tarea me hizo repensar mi planificación y estrategias
educativas. Fue necesario ajustar la planificación inicial y crear actividades adicionales
que ofrecieran desafíos importantes para los estudiantes y al mismo tiempo les permitan
profundizar en los temas y habilidades cubiertos.

Para abordar esta situación, tomé la iniciativa de implementar el “Kit aventuras en papel”,
una herramienta que presenta desafíos y actividades más complejas que requieren un
mayor nivel de análisis y pensamiento crítico por parte de los estudiantes. Este kit brinda
espacio para la exploración, la resolución de problemas y el desarrollo de habilidades
creativas.
Decidí implementar estas actividades ya que tuve la oportunidad de asistir a un curso
intensivo para directivos, (fui invitada por el director de la primaria) donde reafirmaba la
importancia de trabajar estos contenidos ya que propicia que los alumnos sean lectores
natos, y puedan dominar la lectoescritura de manera más fácil.
Además, integre actividades matemáticas que previamente habían sido analizadas y
aprobadas por el docente de Caracheo, reconociendo su experiencia y apoyo en esta
área específica. Estas actividades cuidadosamente seleccionadas ofrecen a los
estudiantes la oportunidad de aplicar conceptos matemáticos de una manera más
desafiante y aplicada, estimulando su capacidad para resolver problemas de una manera
más compleja y profunda. (En este caso los temas seleccionados fueron sumas y restas
ya que era el tema que la docente titular me pedía abordar)

Como resultado, de implementar estas nuevas estrategias y recursos en el aula mantuve


a los estudiantes interesados y motivados en su aprendizaje, al tiempo que les brinda la
oportunidad de explorar temas con mayor profundidad. Vi un aumento en su capacidad
para analizar, sintetizar y aplicar conocimientos de manera más amplia, lo que contribuyo
significativamente al desarrollo de habilidades académicas como lo es el trabajo en
equipo y de resolución de problemas.
En conclusión, el desafío de adaptar mi planificación educativa debido al rápido ritmo de
aprendizaje de los estudiantes es una oportunidad para implementar estrategias más
dinámicas e innovadora. (Adjunto fotografías al final del documento).

Un seceso que siempre tendré muy presente es cuando una mañana en la que
explorábamos los conceptos básicos de las formas geométricas. Tenía planificada una
actividad donde los niños tenían que crear formas geométricas utilizando materiales
reciclados.
Mientras explicaba la actividad, noté que uno de los alumnos, era un poco tímido y
parecía inseguro al manejar el material. Se distanció de sus amigos y evitó la
participación activa en tales actividades. Decidí comunicarme con él para comprender
mejor cómo podía ayudarlo a sentirse más cómodo y comprometido con la tarea.

Con una sonrisa amistosa, me acerqué a el y le pregunté si necesitaba ayuda o si quería


que trabajáramos juntos en la actividad. Al principio, David se mantuvo callado, pero poco
a poco empezó a expresar sus preocupaciones. Me explicó que tenía dificultades para
entender cómo formar imágenes con los materiales que teníamos.

Al ver su interés, decidí adoptar un enfoque más práctico y propuse el uso de técnicas
de enseñanza más visuales y manipulativas. Usamos bloques de construcción
geométricos más grandes que yo lleve eran muy coloridos para que el alumno pudiera
identificar y experimentar con formas básicas más fácilmente.

Poco a poco, se volvió más seguro y emocionado al ver cómo las formas geométricas
que construíamos cobraban vida. Pronto empezó a participar más activamente,
mostrando sus creaciones a sus compañeros y compartiendo ideas sobre cómo hacer
diferentes figuras.

Al finalizar la actividad, él niño se acercó con una sonrisa radiante y orgulloso me mostró
su trabajo, sintiéndose cada vez más seguro y satisfecho con su actividad. Esta
experiencia me recordó la importancia de adaptar las estrategias de enseñanza para
satisfacer las necesidades individuales de cada estudiante y cómo un enfoque
personalizado puede marcar una gran diferencia en su aprendizaje y confianza en sí
mismo.
Debo mencionar que durante la segunda semana de mi práctica como docente,
experimenté un crecimiento significativo y una mejora notable en mi rendimiento
académico. Desde el principio trabajé mucho para adaptarme al ritmo de la clase y
establecer dinámicas efectivas con los alumnos.
Después de reflexionar sobre mis experiencias durante la primera semana, decidí hacer
cambios y mejoras en mi enfoque de enseñanza. Decidí abordar mis desafíos anteriores
con una mentalidad más proactiva y buscar estrategias que pudieran beneficiar tanto a
los estudiantes como a mi propio desarrollo como docente.
Una de las áreas en las que me centré fue la planificación de actividades como mencioné
anteriormente. Aprendí a estructurarlos de forma más clara y atractiva, utilizando
métodos de enseñanza más interactivos y dinámicos que mantenían el interés de los
estudiantes. Además, exploré y me familiaricé más con los intereses de los estudiantes,
lo que me permitió personalizar las actividades para adaptarlas a sus preferencias y
estilos de aprendizaje. A pesar de ser un grupo numeroso (39 alumnos), logre realizarlo.

Otra mejora significativa fue mi capacidad para gestionar el tiempo en clase. Implemente
estrategias para mantener un equilibrio entre explicaciones, participación activa de los
estudiantes y desarrollo de actividades prácticas. Esto ayudó a mantener un flujo
constante de aprendizaje y maximizar el tiempo de interacción productiva con los
estudiantes.
Después de dedicar tiempo y esfuerzo para implementar estos cambios, comencé a notar
una diferencia significativa en mi trabajo como docente. Los estudiantes estaban más
comprometidos y entusiasmados en las clases, y pude desarrollar una conexión más
fuerte con ellos, lo que resultó en un ambiente de aprendizaje más colaborativo y
estimulante.
Al final de la segunda semana, sentí una sensación de logro y satisfacción al ver cómo
mis habilidades se habían desarrollado y cómo mi compromiso con el crecimiento
continuo me había permitido superar obstáculos y mejorar significativamente mi
desempeño como estudiante de magisterio.

Por otro lado, viví un momento gratificante cuando los estudiantes demostraron sus
conocimientos de manera notable. Trabajamos en un proyecto que se centró en la
comprensión lectora y la expresión creativa.

Una de las tareas clave fue que cada estudiante eligiera un platillo típico de Guanajuato
y luego presentaran a través de dibujos y una breve presentación oral a sus compañeros.
Esta actividad fue diseñada para mejorar la comprensión lectora, estimular la expresión
artística y fortalecer las habilidades comunicativas.

El día de las presentaciones, la clase se llenó de emoción y entusiasmo. Los estudiantes


estaban ansiosos por compartir sus comidas favoritas del estado y demostrar lo que
habían aprendido. Mientras cada persona se ponía de pie para presentar su trabajo, pude
verlos aplicar lo que habían aprendido: describieron los ingredientes, contaron los
eventos principales de la historia del platillo y expresaron su propia interpretación a través
de sus dibujos.
Fue maravilloso ver a los niños contar con entusiasmo sus historias utilizando un
lenguaje cada vez más preciso y enriquecedor.

Además, durante las presentaciones, otros estudiantes mostraron interés e hicieron


preguntas, demostrando no solo su atención sino también su comprensión de las
historias presentadas. Esta interacción entre ellos reveló la conexión y el impacto del
proyecto en su aprendizaje.

Al final de todas las presentaciones, sentí una gran satisfacción al ver a los estudiantes
aplicar con éxito lo que habíamos estado trabajando en clase. Demostraron no sólo
comprensión lectora, sino también capacidad para expresarse eficazmente y compartir
sus ideas. Fue un momento significativo que demostró el progreso y dedicación de los
estudiantes, lo que me llenó de orgullo como docente en ejercicio.
Alcancé un impacto notable en la implementación de estrategias de enseñanza basadas
en el canto y la participación activa de los niños. Estas estrategias no sólo resultaron
efectivas, sino que también dieron como resultado una alta participación de los
estudiantes.

Una de las estrategias que encontré particularmente útil fue utilizar canciones didácticas
en el aula. La canción “Candadito” se convirtió en una valiosa herramienta para reforzar
conceptos básicos como el abecedario, los números o incluso las rutinas diarias. La
melodía pegadiza y los movimientos asociados con la canción ayudaron a captar la
atención de los niños mientras internalizaban el contenido de una manera divertida y
memorable.

Además, desarrollé un protocolo de conducta personalizado que fomenta el buen


comportamiento y el esfuerzo de los estudiantes. Utilicé un sistema de recompensas
donde los niños ganaban puntos por acciones positivas, lo que fomentaba una atmósfera
de respeto y colaboración en el aula. Esta estrategia no sólo motivó a los niños a portarse
bien, sino que también les enseñó responsabilidad y trabajo en equipo ya que esto al
principio les costaba mucho trabajo.
Otro instrumento muy eficaz fue el “Pase de lista dinámico”.
Diseñé un proceso donde los estudiantes eran responsables de contribuir a la asistencia.
Esta actividad no solo facilitó el control de asistencia, sino que también aumentó sus
habilidades de lectura, ya que tenían que leer los nombres de sus compañeros en voz
alta. Este enfoque dinámico no sólo mejoró su capacidad para reconocer palabras, sino
que también los animó a interactuar y colaborar entre sí.

A medida que implementé estas estrategias, vi que los niños se entusiasmaban y


participaban más en clase. Cantar canciones se convirtió en un emocionante ritual al
inicio del día, el protocolo comportamental fomentó el buen comportamiento y el dinámico
pase de lista los motivó a mejorar sus habilidades lectoras. De igual forma hice coronas,
las cuales los dos alumnos con mejor comportamiento y buenas acciones podían portarla
por el resto del día, esto fue un gran estimulo para ellos.

En definitiva, el uso de estrategias de canto, estrategias conductuales y actividades


dinámicas como pasar lista, no solo enriquecieron la dinámica del aula sino que también
tuvieron un impacto positivo en el aprendizaje y la participación de los estudiantes,
permitiéndoles desarrollar sus habilidades de una manera divertida y efectiva.

Durante mi etapa como maestra de primer grado de primaria, estuve inmersa en un


ambiente educativo enriquecedor que me brindó un aprendizaje significativo y
gratificante. Desde el primer día, me he esforzado por crear un entorno de aprendizaje
positivo y eficaz para mis alumnos.

Durante mi estancia en la primaria implementé diversas estrategias educativas,


actividades dinámicas y métodos de enseñanza que se adaptaban a las necesidades y
nivel de comprensión de los niños. Mi objetivo siempre fue fomentar su interés en
aprender involucrándolos en actividades colaborativas, utilizando recursos visuales y
adaptando mi enseñanza a la vida cotidiana.

Una de las experiencias más gratificantes fue que al finalizar mi primera práctica, los
niños expresaron su agradecimiento de diversas formas. Recibí comentarios de
agradecimiento que me llenaron de emoción y confirmaron que mi dedicación y esfuerzo
habían dejado una huella positiva en ellos.
Además, tuve el honor de recibir palabras de reconocimiento por parte del director de la
escuela. Me sentí halagada cuando la maestra Rosa Ma, la maestra Lucina a quien
admiro por su trayectoria y el director de la primaria, me dieron elogios por mi desempeño
con el grupo.
Sentí la mayor satisfacción al saber que dejé una impresión positiva en los niños y el
personal de la escuela. El hecho de que el director expresara interés en que regresara a
la primaria fue un verdadero honor y una prueba de que mi trabajo era valorado.

Al finalizar las practicas me llevé no solo conocimientos pedagógicos, sino también la


alegría y el agradecimiento de compartir momentos significativos con los niños y el
personal docente. Esta experiencia me dio una sensación de logro y me motivó a seguir
creciendo y aprendiendo como futura maestra.

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