Op Ud 25
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Op Ud 25
INTRODUCCIÓN.
I. LA CIVILIZACIÓN GRIEGA.
INTRODUCCIÓN.
1. LA HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN GRIEGA.
1.1. LA ÉPOCA PREARCAICA Y ARCAICA.
La civilización minoica.
La civilización micénica.
La caída de la civilización micénica.
Los siglos oscuros y el renacer.
El movimiento colonizador.
La polis griega y la evolución de su estructura política: de la
monarquía a la tiranía.
1.2. LA ÉPOCA CLÁSICA.
El Estado ateniense.
La democracia.
El Estado espartano.
1.3. LA ÉPOCA HELENÍSTICA.
Macedonia: Filipo II y Alejandro Magno.
Los reinos helenísticos.
2. SOCIEDAD.
3. ECONOMÍA.
4. RELIGIÓN.
5. CULTURA.
5.1. LITERATURA.
5.2. FILOSOFÍA.
5.3. CIENCIA.
6. ARTE.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL.
BIBLIOGRAFÍA DE GRECIA.
BIBLIOGRAFÍA DE ROMA.
INTRODUCCIÓN.
La UD se plantea como un resumen y visión general de la civilización
grecolatina: Grecia y Roma en la Antigüedad.
Resumen.
La civilización grecolatina tiene una importancia vital para explicar el
pasado de la civilización occidental. Es una herencia que perduró escondida
en la Edad Media para alumbrar con renovado vigor en la Edad Moderna y
que advertimos aún hoy en la lengua, urbanismo, economía, arte, política,
derecho, matemáticas, física, historia, geografía, filosofía, poesía...
Grecia originó muchos de los avances anteriores y nos legó una cultura
antropocéntrica, pues incluso su religión, derivada de los mitos, fue
humanizada, la primera en valorar la libertad individual como elemento
esencial de la naturaleza human.
Roma, por su parte, fue la intermediaria entre Grecia y nosotros, y valoró
más los principios de autoridad y gobierno que son necesarios para ejecutar
los ideales humanos.
La economía grecolatina era predominantemente agrícola, con la célebre
“tríada mediterránea” del trigo, la vid y el olivo. También la minería, la
pesca, la artesanía, el comercio se difundieron en la sociedad antigua, que
vivió el auge de las ciudades y la integración del Mediterráneo en un único
mercado, foro de intercambio de productos, hombres e ideas. Pero era una
economía basada en un sistema esclavista, lo que redundó en una profunda
división social y en una falta de estímulos para la innovación técnica, lo que
explica su decadencia final.
Griegos y romanos procedían de un mismo origen indoeuropeo, lo que
explica la semejanza de sus sociedades, idiomas y religiones, y tuvieron una
notable continuidad cultural, pero les distinguen su historia y otros rasgos.
I. LA CIVILIZACIÓN GRIEGA.
INTRODUCCIÓN.
La antigua Grecia se extendía por el sur de la península balcánica, las islas
del Mar Egeo y las costas de la península de Anatolia. Estos territorios del
Mediterráneo oriental constituyeron la llamada Hélade, espacio donde se
desarrolló fundamentalmente la civilización griega o helénica, que fue la
primera gran etapa de nuestra civilización occidental y que más tarde se
extenderá por las colonias en la Magna Grecia del sur de Italia y en otros
lugares del Mediterráneo.
Grecia es considerada hoy día como la cuna de la civilización occidental.
Efectivamente, de Grecia hemos recibido una manera concreta de entender
al mundo y al hombre, un sistema de gobierno democrático y unas normas
artísticas que basan sus metas en la belleza ideal, en la armonía y en el
equilibrio. La civilización griega se basa en el triunfo de la razón,
fundamento de la filosofía, de la técnica y de la ciencia que caracterizan a
nuestro mundo occidental.
Esculturas cicládicas.
La cultura cicládica surgió en la Edad del Cobre en los milenios V y IV aC en
las islas Cícladas, en el centro del Mar Egeo, como la de Keros, que se
enriquecieron con la minería de la obsidiana y el comercio, y desarrollaron
un arte muy interesante de pequeñas estatuillas como ofrendas para sus
santuarios, y que son muy admiradas en la actualidad.
La cultura minoica o cretense, desarrollada en la Edad del Bronce en los
milenios III y II aC, se basaba en la agricultura, la arteanía y un rico
comercio marítimo.
La civilización micénica o aquea, de carácter militar y aristocrático,
sustituyó a la civilización cretense h. 1400 aC aproximadamente, y su centro
fue la Grecia continental, sobre todo en el Peloponeso.
La civilización minoica.
Las comunidades agrarias neolíticas establecidas en las tierras bañadas por
el mar Egeo se vieron profundamente afectadas por la llegada de la
metalurgia del cobre en el III milenio aC. El comercio de los metales y la
fabricación de nuevas armas dieron superioridad a unos pueblos sobre otros
y produjeron cambios en su organización.
La isla de Creta, montañosa pero fértil, favorecida gracias a su situación
geográfica por la influencia de las grandes civilizaciones orientales, adquirió
desde finales del III milenio un papel preponderante en la zona del Egeo. Su
esplendor se inició h. 2000, época en la que la ciudad-estado de Cnosos
dominaba en la isla, junto a las ciudades de Mallia, Faistos y Zakro. Hay
otros centros menores, como Hagia Triada.
La sociedad cretense debió de estar rígidamente gobernada por poderosos
príncipes. El rey Minos (el término significa “rey”) del que hablan los
testimonios más antiguos pudo ser un rey o una dinastía que gobernó sobre
la isla y creó una talasocracia o imperio marítimo.
La economía cretense, sobre una base agrícola, evolucionó hacia el
comercio marítimo. La aplicación del torno a la cerámica y el dominio de la
metalurgia impulsaron un comercio de exportación e importación. Los
cretenses, junto a productos agrícolas exportaban sus manufacturas e
importaban materias primas: cobre de Chipre y estaño de la Europa
occidental. Al tiempo, los cretenses desarrollaron un papel muy rentable de
intermediarios comerciales entre sus pueblos vecinos. El comercio propició
el desarrollo de la vida urbana.
Pórtico del palacio de Cnossos.
La civilización micénica.
La civilización micénica se extendió por casi toda Grecia entre 1600 y 1200
aC, especialmente en el Peloponeso. Los aqueos, h. 1450-1400, incluso
invadieron el área cretense y arruinaron su civilización. Los aqueos
construyeron grandes ciudades-estado amuralladas, como Tirinto, Pilos y
Micenas (de donde viene el nombre convencional actual de civilización
micénica). Su lengua era indoeuropea, una variante arcaica del griego,
como denota la escritura lineal B de las tablillas que se usaban para la
contabilidad de los palacios.
Ciudad de Micenas.
El movimiento colonizador.
Había precedentes del movimiento colonizador, pero a partir del 750 los
movimientos de población fueron más masivos, organizados, con un
planeamiento político: en el continente el poder asirio amenazaba a los
griegos y estos huyeron hacia el Oeste del Mediterráneo. Había un exceso
de población junto a una carencia de tierras de calidad (además dominadas
por la aristocracia), por lo que el descontento social y político exigía una
válvula de escape en la emigración. Otro factor fue el comercio, pues el
vino, el aceite y la cerámica necesitaban de mercados exteriores. Por
último, había un deseo de aventuras, de acuerdo al ideal homérico en
la Odisea.
El resultado fue la fundación de nuevas ciudades (polis llamadas colonias)
en lugares con facilidad para el acceso marítimo, buenas defensas naturales
y tierras de cultivo. La población en su mayoría era griega y mantenía la
cultura, la lengua y los vínculos políticos con la ciudad madre de la que
provenía. Su forma urbana era muy parecida a la de la ciudad de origen.
Recreación de una típica colonia griega, con el puerto, la ciudad amurallada
y la acrópolis (véase que el modelo escogido es la de Atenas).
Como resultado, la cultura griega se difundió por la mayor parte del norte
del Mediterráneo, impregnando las culturas de Italia, Galia e Hispania y
asentando su influencia sobre el naciente pueblo romano.
El Estado ateniense.
El ejemplo máximo de evolución política griega fue la ciudad de Atenas en el
siglo V, opuesto al modelo aristocrático de Esparta. Atenas dominada la
península del Ática, con una rica agricultura del vino y del aceite, minas de
plata y una gran actividad artesanal y comercial (puerto del Pireo), lo que
aseguraba una amplia clase media, que vivía gracias al trabajo de
numerosos esclavos. Desde el 507, con Clístenes, había un régimen
democrático.
La democracia ateniense.
Pericles.
El Estado espartano.
Esparta es el otro modelo griego. Domina el sur de la península del
Peloponeso y dirigirá la Liga Doria, vasta alianza de ciudades rurales y
comerciales, opuesta a la Liga de Delos.
Esparta es una ciudad-estado rural, conservadora, militarizada, basada en la
opresión de una minoría aristocrática y armada (los espartiadas) sobre una
población de campesinos siervos (los ilotas). Había dos reyes, que
gobernaban conjuntamente y dirigían el ejército, el más poderoso de Grecia
hasta mediados del siglo IV. Pero el poder civil estaba en manos del Senado,
con los dos reyes y 28 ancianos, guiados por cinco éforos
(superintendentes).
2. SOCIEDAD.
Era una sociedad relativamente igualitaria entre los ciudadanos, con una
aristocracia terrateniente no muy rica, una burguesía y un proletariado poco
numerosos que vivían en las ciudades de la artesanía y el comercio, y una
amplia masa de campesinos pobres.
Las clases sociales de la sociedad griega. Los metecos son los extranjeros.
3. ECONOMÍA.
La economía griega era agrícola, basada en la “tríada mediterránea” de
cultivos (trigo, vid y olivo), con una menor importancia de la ganadería,
pesca y minería (la plata del Ática y Tracia), la artesanía y el comercio. La
esclavitud tenía una gran importancia como fuente de trabajo, sobre todo
en las ciudades.
En la época helenística el comercio fue particularmente activo, lográndose
una gran zona comercial, que abarcaba desde Oriente hasta Occidente.
4. RELIGIÓN.
La religión griega, como otros aspectos de la civilización, es el resultado de
la combinación de un conjunto de factores geográficos, políticos, sociales,
económicos, raciales, etc. El primer estadio de esta religión se encuentra en
Creta, en la civilización minoica. Esta religión, empero, sucumbió ante la
invasión de los pueblos indoeuropeos, que impusieron su cultura, aunque
aprovecharon elementos minoicos en su religión. La religión micénica, poco
conocida, sufrió los avatares de la invasión doria, portadores de nuevos
ideales, que se fundieron con los anteriores en la época arcaica, hacia los
siglos IX-VIII aC.
Se pueden encontrar los rasgos específicos de la etapa arcaica en las
epopeyas homéricas, que ejercieron un influjo poderosísimo en la formación
de la conciencia religiosa helénica. Homero, aunque no creó los dioses, sí
organizó jerárquicamente el mundo divino en el Olimpo bajo la soberanía de
Zeus, como un señor que reina sobre vasallos bastante rebeldes. En Homero
apenas hay restos de magia, de superstición o de culto a los muertos. Su
religión fue una religión purificada, aristocrática, que se opone a la religión
popular de raíz agrícola, y desemboca en un sistema fatalista y represivo,
pues crea unas fronteras claras entre la divinidad y los hombres. El intento
de sobrepasarlas fue considerado un pecado de soberbia (la hibris), una
insolencia duramente castigada por los dioses. Fue, asimismo, la base de la
corriente apolínea de la religión arcaica, con máximas délficas como “nada
en exceso” y “conócete a ti mismo”.
Por contra, la corriente dionisíaca, inspirada por el culto libre y orgiástico al
dios Dionisos, fomentó una unión mística entre el hombre y dios, mediante
ritos colectivos.
La religión griega aportó la idea de que el mundo no había sido creado por
los dioses, que sólo habrían intervenido en su transformación. El mundo,
que existía en forma de caos, se transformó sucesivamente hasta
convertirse en orden (cosmos), como explica el poeta Hesíodo.
Dado que en la Grecia antigua no existió una clase sacerdotal ni un cuerpo
dogmático de doctrina, los filósofos y los poetas tuvieron libertad para
elaborar sus propias creencias e interpretaciones, y, de este modo, al lado
del culto oficial de la ciudad, con un ritual y unos cultos establecidos
oficialmente, surgió una religiosidad personal que se interesaba por el
sentido del mundo y del sufrimiento. Esta religiosidad griega incluso tendió
al monoteísmo (en los casos de Esquilo, Píndaro, Eurípides, Platón). En
conjunto, manifestó un gran equilibrio de los diversos elementos que la
constituían, hasta la época de Alejandro, cuando se evidenció una crisis
política del modelo de la polis y también una crisis religiosa debido a la
influencia de las religiones orientales y el desarrollo del racionalismo.
Entonces, los sabios se separaron de los rituales tradicionales y se abocaron
a aceptar las divinidades orientales o a desarrollar las doctrinas monoteístas
de ascendencia platónica, sobre todo el neoplatonismo elaborado por
Plotino, tal vez el mayor contrincante intelectual del primer cristianismo.
En un sentido más específicamente ritual, la griega es una religión
mitológica, politeísta, con múltiples dioses para las distintas tribus griegas
de origen indoeuropeo por etnia y religión pero con una unidad básica por la
fusión cultural y étnica y la existencia de los oráculos de Delfos, Delos y
Olimpia, que dominaban gran parte de las decisiones de colonización,
guerras, paces, etc., y recibían la visita y la ofrenda de los ciudadanos. Los
templos y los santuarios se beneficiaron de una religiosidad entendida como
competencia de los individuos y los Estados para ganarse el favor de los
dioses. Nunca hubo una casta sacerdotal desarrollada, sino que los
ciudadanos más prestigiosos se turnaban en los cargos, salvo algunas
excepciones como las vestales y los augures.
5. CULTURA.
Los griegos tenían una cultura común gracias sobre todo al idioma, el
griego, una lengua indoeuropea, dividida en varios dialectos, con tres
principales: jonio, dórico y ático, el último de los cuales, debido al influjo de
Atenas, se convirtió en el dialecto de la literatura y la filosofía.
Su alfabeto se formó h. 750 aC casi al mismo tiempo que Homero compuso
sus obras. Su origen es semita (a través del comercio fenicio): las palabras
alfa, beta y gamma son los términos semitas para buey, casa y camello.
5.1. LITERATURA.
La literatura griega nació con las canciones. Las dos primeras obras son
la Iliada y la Odisea, poemas épicos de Homero que marcaron la cultura
poética y la educación de los griegos durante siglos, y son una gran fuente
histórica. Los primeros poemas épicos eran narraciones de acciones
heroicas. Evolucionan a una literatura lírica y elegíaca, para dar paso a la
poesía gnómica de contenido moral y a la gran poesía clásica, y finalmente
a la prosa histórica de Tucidides y Heródoto y a la filosófica de los
presocráticos y Platón.
El teatro derivó de la poesía, con los géneros de la comedia (humor,
cotidianeidad, costumbres populares) y la tragedia (grandes asuntos
humanos y religiosos) y grandes dramaturgos en las tragedias de Esquilo,
Sofocles y Eurípides, y en las comedias de Aristófanes y Menandro, que
competían en los festivales sagrados.
5.2. FILOSOFÍA.
La filosofía, que se confunde al principio con el mito y la ciencia nació en
Mileto (Asia Menor) a comienzos del siglo VI aC, como una forma de poesía
que se interrogaba sobre las grandes cuestiones del hombre: la naturaleza,
el alma humana, el conocimiento... Se pasó pronto de las explicaciones
míticas, con una imaginación acrítica, a las explicaciones racionales
del logos, propias de la razón crítica. El pensamiento racional aparece así en
la humanidad. Sus grandes figuras son: Tales, Anaximandro, Anaxímenes,
Heráclito, Parménides, Jenófanes, Demócrito, Sócrates, Platón, Aristóteles...
La Academia platónica y el Liceo de Aristóteles fueron escuelas filosóficas
de extraordinaria influencia en la cultura de la Antigüedad y su influjo ha
llegado a nosotros.
La doctrina de Platón (427-347), discípulo de Sócrates, se basa en el
dualismo del mundo natural y el ideal. La materia es una copia imperfecta
del mundo eterno e inmutable de las ideas, presidido por la idea del bien. En
la República planteó su teoría del Estado ideal, a la vez aristocrático y
colectivista, regido por filósofos.
La doctrina de Aristóteles (384-322), discípulo de Platón y, a su vez,
preceptor de Alejandro Magno, se basa en la distinción entre materia y
forma: la materia da realidad a cada ente individual, pero las formas son
universales y pueden ser captadas mediante la abstracción, lo que hace
posible el conocimiento científico.
5.3. CIENCIA.
Como derivación de la filosofía se desarrolló la ciencia, con el médico
Hipócrates, los geógrafos Estrabón y Ptolomeo, los astrónomos Hiparco y
Ptolomeo (el mismo geógrafo anterior, autor de la teoría geocéntrica que
sitúa a la Tierra como centro del Universo), la historia de Heródoto y
Tucídides (Historia de la guerra del Peloponeso). También crecieron las
matemáticas (Pitágoras, Euclides), la física (Arquímedes) y la biología
(Aristóteles y Teofrasto).
6. ARTE.
El arte griego es un arte del hombre, medida de todas las cosas. La técnica
es excelente, basada en la repetición de modelos, constantemente
perfeccionados, que en arquitectura será el sistema arquitrabado (dicho
también adintelado), con los tres órdenes clásicos del dórico, jónico y
corintio. La belleza se basa en la proporción, armonía y simetría. Destacan
los templos, los edificios públicos de la administración y la vida pública
(teatros, buleuterion, stoas, gimnasios, estadios), la escultura de temas
humanos, la pintura (de la que nos quedan pocos restos) y la cerámica
pintada.
El arte griego evolucionó desde la rigidez del arte arcaico, hasta la
perfección ideal de la época clásica y culminó en el realismo del periodo
helenístico.
Acrópolis de Atenas, sede de los principales templos de la ciudad,
1.2. LA REPÚBLICA.
Los abusos de la dominación extranjera de los reyes etruscos provocaron la
sublevación del pueblo romano y la proclamación de la República en el 509
aC, concediendo la suprema autoridad al Senado, encarnación de la
aristocracia.
La expansión.
El republicano es un periodo de gran expansión territorial: gracias a la
fuerza del ejército popular integrado por legiones de soldados que eran
pequeños propietarios con derechos políticos, una hábil diplomacia y la
energía del núcleo dirigente.
Los romanos comenzaron la conquista de las zonas vecinas, y, a principios
del siglo IV aC, habían conquistado la importante ciudad etrusca de Veii.
Tras un revés temporal causado por la invasión de los galos (una tribu
celta), los romanos continuaron anexionándose grandes zonas de Italia; a
principios del siglo III aC la mayor parte de Italia central y septentrional era
romana. Al contrario que los griegos, los romanos conectaron sus dominios
con carreteras y garantizaron la total o parcial ciudadanía a los
asentamientos situados fuera de Roma, una política que finalmente dio
lugar a una lengua y una cultura más o menos uniformes.
La expansión de Roma por Italia.
En las llamadas Guerras Pírricas (280-271 aC), Roma consiguió el control de
la Italia meridional griega, la llamada Magna Grecia, y, al absorber esta
zona, se helenizó en parte.
La conquista puso a Roma en confrontación directa con Cartago, una
antigua colonia fenicia del norte de África, por el control del Mediterráneo
occidental, en las guerras con Cartago, las famosas tres Guerras Púnicas: la
primera en 264-241; la segunda, sobre todo contra Aníbal, en 218-201; y la
tercera en 146, Roma obtuvo la victoria y con ella el control de Sicilia (tras
tomar la ciudad siciliana de Siracusa en 212), Córcega, Cerdeña, y el norte
de África.
Como directa consecuencia los romanos siguieron gradualmente con la
conquista de Macedonia y Grecia, que se convierte en provincia tras la
destrucción de Corinto en 146, mientras que Atenas es tomada en
86. Limpiaron los mares de piratas y extendieron sus carreteras por toda la
región, con lo que facilitaron las comunicaciones y favorecieron la unión
cultural. Esta amalgama cultural romano-helenística fue bilingüe: el latín
dominó al oeste y el griego al este.
Los romanos emprendieron también la conquista de Hispania; al respecto,
hay que anotar que el dominio romano de la península Ibérica no fue fácil,
pues tardó casi dos siglos (212-25), y entre los episodios de resistencia se
hizo célebre la defensa de Numancia, cuyos habitantes prefirieron morir
antes de entregarse. Frente a los romanos, el héroe peninsular Viriato
inventó un tipo de acción militar que se hizo célebre, la guerra de guerrillas.
La expansión siguió con la rápida anexión de la Galia con Julio César h. 50,
el Asia Menor en los dos siglos siguientes al tratado de Apamea con Antioco
III (188) y tras la victoria contra Mitrídates de Ponto, la toma de Siria (64) y,
al final de la guerra civil la conquista del Egipto de Cleopatra (31)...
La crisis republicana.
En el siglo I aC la forma republicana de gobierno entra en crisis, debido a
que la gran extensión del dominio romano y la diversidad de intereses
sociales impedían un gobierno consensuado como el republicano. Así
aparecen los sucesivos triunviratos y las sucesivas guerras civiles entre
Mario y Sila, Pompeyo y César, Antonio y Octavio, desapareciendo en el -27,
cuando César Octavio es nombrado Augusto por el Senado, iniciándose así
el Imperio.
El Imperio fue aceptado mal por la clase senatorial, pero fue muy apoyado
por la clase de los caballeros y las masas populares, cansadas de la
continua guerra civil y del caos político, y que aspiraban a subir en la escala
social. Augusto reunió en su persona los cargos de emperador, cónsul,
tribuno de la plebe, pontífice máximo... Su poder se asentaba sobre el
apoyo de la clase senatorial, los caballeros y el ejército (unos 300.000
soldados).
Mapa de la expansión de Roma.
La nueva expansión.
La expansión de Roma durante el Imperio hasta el 117 (Trajano) fue rápida y
enorme, hasta configurar uno de los mayores imperios de la Historia,
asimilando muchos aspectos de las civilizaciones sometidas o vecinas, en
especial de los etruscos y de los griegos. El mundo clásico será la fusión de
las civilizaciones griega y romana, evolucionando a un modelo propio y
original: Roma será el pilar de la cultura occidental en el derecho, lengua,
artes...
Las ciudades eran la institución fundamental, con una gran autonomía real,
con un derecho común que fue universal con la extensión de la ciudadanía
romana con Caracalla en 212. El poder del Senado fue declinando a medida
que se afianzó la supremacía del emperador. Los cargos públicos
republicanos se mantuvieron, aunque generalmente monopolizados por el
emperador y sus partidarios, con lo que los cargos de cónsul y senador se
extendieron a los provinciales.
La agricultura fue la principal fuente de riqueza: trigo, vid, olivo, frutales. El
comercio de trigo, vino y aceite era muy importante en el abastecimiento de
Roma, las ciudades y las guarniciones militares. La minería se desarrolló en
muchos lugares. La moneda de oro (áureo) y de plata (sestercio, denario),
permitió intercambios seguros. Las vías de comunicación (calzadas, puertos
marítimos) unían todo el Imperio. El comercio puede estudiarse con los
restos de cerámica y vajillas, que se han encontrado hasta en China, donde
se compraba la seda. La mayor parte de los productos pesados se
transportaba por mar y sólo los productos livianos por las vías terrestres,
que se dedicaban más al transporte de personas y ganado.
El régimen económico-laboral se basaba en la esclavitud, que entró en crisis
durante el siglo II, al acabarse las guerras fáciles de conquista. Al mismo
tiempo comenzaron las epidemias, los costos de las guerras fronterizas con
los germanos y persas, la desorganización interior por las guerras civiles...
3. ECONOMÍA.
Era una economía agraria, pero dominada por las ciudades que actuaban
como los centros de administración, mercado y producción artesanal.
La esclavitud aporta la mano de obra para los sectores más dinámicos, pero
este sistema basado en la intensidad humana y no en la técnica se agotará
cuando lo hagan las reservas de mano de obra esclava, siempre menos
productiva que la libre, al acabarse las grandes guerras de conquista.
La agricultura se basa en la triada mediterránea: trigo, vid y olivo, junto a la
cebada, cáñamo, lino... Se difunden nuevos cultivos. Se desarrollan nuevas
técnicas: barbecho de tres hojas, avanzado instrumental, regadíos... Los
esclavos trabajan los campos de los grandes propietarios, que arruinan a
muchos pequeños propietarios. Finalmente, el sistema agrario entrará en
crisis por su incapacidad de aumentar la productividad y por la
concentración de la propiedad en latifundios, que eran cultivados no por
esclavos sino por colonos, bajo duras condiciones de arrendamiento.
La minería se expande: canteras para los materiales de construcción; minas
de oro, plata, hierro, cobre, estaño, plomo, mercurio. Hispania destaca por
su riqueza minera. La mano de obra también era esclava.
La producción industrial se diversifica en una artesanía de tipo familiar y
otra en serie con mano de obra esclava. Destaca la construcción, la textil, la
salazón de pescado, la metalurgia, la orfebrería, la cerámica, el papiro
(Egipto).
El comercio es muy activo a lo largo del Mediterráneo, beneficiado por la
unión política, la seguridad marítima y los puertos, y las buenas calzadas.
Destaca el comercio de trigo (con suministros de África, Egipto, Sicilia), vino
(Grecia), aceite (Hispania, África), pescado salado (salmuera), tejidos de
lana y lino, esclavos y animales exóticos, y el comercio con el Lejano
Oriente, a cambio de seda y especias, que empero fue una sangría lenta y
continua de plata y oro, lo que dificultó a largo plazo la eficacia de la
economía monetaria. Plinio se quejaba en el siglo I dC de que las
importaciones de la India costaban a Roma 550 millones de sestercios cada
año, drenando la disponibilidad de moneda de plata (la más apreciada en
Oriente).
Se desarrollan las finanzas, gracias a la moneda estable del denario de plata
y el áureo de oro, y la intensa vida urbana.
Pero en época tardorromana la crisis financiera y fiscal hundió la economía,
agobiando a las clases productoras con altos impuestos. La moneda se
devaluó, con emisiones de cobre y bajas de ley (el denario de plata,
purísimo en el siglo I, tenía sólo un 2% de plata h. 250). Las clases sociales
se consolidaron mediante normas legales, que impedían la movilidad social.
Las ciudades decayeron y la sociedad se ruralizó, entrando en una
decadencia irrefrenable. El Imperio Romano cayó no por las invasiones sino
por sus problemas internos.
4. RELIGIÓN.
4.1. LA RELIGIÓN PAGANA.
La religión era fundamental en la vida de Roma. Es una religión ritual, con
sacerdotes de varias funciones: pontífice, vestales, augures, arúspices,
duumviros. Pero no es una clase sacerdotal separada de la sociedad civil y
su importancia siempre fue menor.
La religión tomó de Grecia los dioses (cambiando; por ejemplo Zeus se
convirtió en Júpiter), junto a infinidad de dioses locales y los propios
emperadores divinizados. La religión romana siempre acogió a los nuevos
dioses, con un espíritu ecléctico y abierto, con los métodos de la evocatio y
la interpretatio. Tenemos que esperar a la aparición de las religiones
monoteístas para encontrar un rechazo institucional a unas religiones que
ponían en peligro las bases de la civilización romana.
5. CULTURA.
5.1. LITERATURA.
La literatura griega influyó decisivamente en los inicios de la literatura
latina, con los autores teatrales Ennio, Plauto y Terencio.
El latín se convirtió en la lengua culta de Occidente, unificado mediante la
educación, la administración y el comercio; mientras, el griego mantenía su
prestigio en Oriente.
Historiadores como Julio César, Tito Livio y más tarde Tácito son maestros
del latín. El poeta Cátulo da paso a la época clásica, en el imperio de
Augusto, con grandes poetas como Virgilio, Horacio y Ovidio. Destacan
después los hispanos Séneca, Marcial, Quintiliano. Después viene una larga
decadencia, salvo en los historiadores.
5.2. FILOSOFÍA.
La filosofía sigue las pautas de la filosofía helenística. Entre las escuelas
destacan la socrática (Cicerón), epicúrea (Lucrecio), estoica (Seneca) y
neoplatónica (Plotino).
5.3. CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
En ciencia se recogió la herencia griega pero se hicieron pocas
innovaciones. En la medicina destaca Galeno.
Mayor es el avance tecnológico. Se desarrolló la ingeniería de construcción
naval (barcos más grandes), el hormigón mejoró la construcción y los
acueductos el suministro de agua a las ciudades. La cerámica fue producida
en serie. La minería se benefició de los nuevos equipos de extracción de
agua. La agricultura mejoró con el drenaje e irrigación de los terrenos, y la
difusión de los tratados agrícolas de Varrón y Columela. Muchas de estas
novedades cayeron en desuso con la crisis final, pero pocas se perdieron
definitivamente y la mayoría sobrevivieron a través de la Edad Media.
5.4. DERECHO.
El derecho romano fue una institución fundamental para la vida política y
social de Roma. Las primeras leyes fueron las XII Tablas (451-449), la base
del derecho civil entre los ciudadanos romanos, que se desarrolló hasta
el Corpus Iuris de Justiniano en el siglo VI. Las fuentes de la ley eran la
costumbre, la jurisprudencia de los jurisconsultos, los edictos del Senado y
del Emperador.
Se distinguió el derecho público y el derecho privado. Una de las grandes
conquistas de la civilización romana fue la progresiva extensión del derecho
de ciudadanía a toda la población, vigente en 212 mediante el edicto de
Caracalla.
6. ARTE.
Es un arte que sigue el modelo griego, sobre todo el helenístico tardío,
aunque sin su extraordinaria creatividad.
Es un arte funcional, que busca ante todo la utilidad.
La escultura es realista, destacando en el retrato y el relieve narrativo, con
historias de los emperadores.
Panteón de Roma, el principal templo de la ciudad.
El Coliseo, el principal anfiteatro de Roma, dedicado sobre todo a combates
de fieras y gladiadores.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL.
Libros.
AA.VV. El marxismo y los estudios clásicos. Akal. Madrid. 1981. 195 pp.
AA.VV. Estado y clases en las sociedades antiguas. Akal. Madrid. 1982. 177
pp.
AA.VV. El modo de producción esclavista. Akal. Madrid. 1986. 287 pp.
Annequin, Jean; et al. Formas de explotación del trabajo y relaciones
sociales en la Antigüedad clásica. Akal. Madrid. 1979 (1975 francés). 239
pp.
Bloch, M.; et al. La transición del esclavismo al feudalismo. Akal. Madrid.
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algunos de los edificios más emblemáticos de la Roma imperial.
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Bianchi-Bandinelli, Ranuccio. Roma. El fin del Arte Antiguo: El arte del
Imperio Romano desde Septimio Severo hasta Teodosio I. Trad. de José
Antonio Míguez. Col. Universo de las Formas. Aguilar. Madrid. 1971 (1ª
español 1965). 462 pp.
Bianchi-Bandinelli, Ranuccio. Roma. Centro del poder: El arte romano desde
los orígenes hasta el final del siglo II. Trad. de Concepción Hernando Martín.
Col. Universo de las Formas. Aguilar. Madrid. 1970 (1ª español 1969). 437
pp.
Birley, Anthony. Adriano. Península. Barcelona. 1997. 479 pp.
Burbank, Jane; Cooper, Frederick. Imperios. Una nueva vision de la Historia
universal. Trad. de Juan Rabasseda y Teófilo de Lozoya. Crítica. Barcelona.
2011 (inglés 2010). 699 pp. Los autores son profesores de Historia en la
Universidad de Nueva York y resumen la evolución de los principales
Imperios de la Historia: chino, romano, holandés, español, francés, inglés,
estadounidense, ruso… Tanta ambición conlleva numerosos errores en los
datos concretos, que aparecen pequeños fallos casi en cada página, pero no
son clamorosos. Aun así, en general sus análisis son correctos y coherentes
con la mayor parte de la historiografía actual y se puede recomendar el libro
para una historia general del imperialismo.
Christol, Michel; Nony, Daniel. De los orígenes de Roma a las invasiones
bárbaras. Akal. Madrid. 1988. 269 pp.
Cornell, Tim; Matthews, John. Roma. Legado de un imperio. Folio. Barcelona.
1989. 240 pp.
Crawford, Michael. La República Romana. Taurus. Madrid. 1989 (1978
inglés). 226 pp.
Cumont, Franz. Las religiones orientales y el paganismo romano. Akal.
Madrid. 1987. 183 pp.
Espinós, J.; Masià, P.; Sánchez, D.; Vilar, M. Así vivían los romanos. Anaya.
Madrid. 1988 (1987). 96 pp.
Everitt, Anthony. Cicerón. Edhasa. Barcelona. 2007. 540 pp. Reseña de
García Gual, Carlos. La huella de Roma. “El País” Babelia 832 (3-XI-2007) 15.
Everitt, Anthony. Augusto. Ariel. Barcelona. 2008 (2006 inglés). 438 pp.
Fernández Ubiña, J. La crisis del siglo III y el fin del mundo antiguo. Akal.
Madrid. 1982. 135 pp.
Ferrill, Arther. La caída del Imperio Romano. Las causas militares. EDAF.
Madrid. 1989 (1986 inglés). 207 pp.
Garnsey, Peter; Saller, Richard. El Imperio Romano. Economía, sociedad y
cultura. Crítica. Barcelona. 1991 (1987 inglés). 271 pp.
Gibbon, Edward. Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano.
Turner. Madrid. 1984 (1776-1787). 8 vols. Es mejor la nueva edición, con
distinto título, que sigue.
Gibbon, Edward. Decadencia y caída del imperio romano. Trad. de José
Sánchez de León Menduiña. Atalanta. 2012. 2 vols. Círculo de Lectores.
Barcelona. 2013. 2 vols. 3.182 pp. Antón, Jacinto. Manual de uso para el
declive imperial. “El País” (17-IV-2012) 43. Gibbon (1737-1794) escribió un
gran clásico sobre la historia antigua.
Goldsworthy, Adrian. César. La Esfera. Madrid. 2007. 760 pp. Reseña de
García Gual, Carlos. La huella de Roma. “El País” Babelia 832 (3-XI-2007) 15.
Comenta también películas como Cleopatra (1963) —pero no Julio César
—, Julius Caesar (2002), las novelas de Colleen Mccullough, Conn Iggulden
Goldsworthy, Adrian. En el nombre de Roma. Trad. de Ignacio Hierro. Ariel.
Barcelona. 2010 (2003 inglés). 459 pp. Biografías de varios de los generales
que forjaron el imperio romano: Fabio Máximo, Marcelo, Escipión, Mario, Julio
César, Tito, Corbulón, Juliano, Belisario…
Grimal, Pierre. El Helenismo y el auge de Roma. Historia Universal nº 6.
Siglo XXI. Madrid. 1973. 382 pp.
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1963). 352 pp.
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inglés). 709 pp. Una obra rigurosa, aunque con errores puntuales.
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comentados por el autor. Les Belles Lettres. París. 1992 (1990). 261 pp.
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Mañas, Alfonso. Gladiadores, el gran espectáculo de Roma. Ariel. Barcelona.
2013. Un minucioso estudio de Alfonso Mañas (1970) sobre la profesión de
gladiador, mucho menos sangrienta de lo que han transmitido la literatura y
el cine. Reseña de Antón, Jacinto. Gladiadores, esos grandes deportistas. “El
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Piñero, Antonio (ed.). Biblia y helenismo. El pensamiento griego y la
formación del cristianismo. Reseña de Tamayo, Juan José. Una relación
crítica y fecunda. “El País”, Babelia 787 (23-XII-2006) 10.
Posteguillo, Santiago. Los asesinos del emperador. Planeta. Barcelona. 2011.
1.185 pp. Novela sobre el ascenso del emperador Trajano, entre 66 y 96 dC,
durante los mandatos de Nerón, Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano, Tito y,
sobre todo, Domiciano, en cuyo asesinato se centra el argumento, pleno de
personajes ficticios y reales, con una trama llena de intriga y ritmo, y muy
acertada es la descripción de la sociedad romana y sus costumbres. Cuenta
con un glosario y apéndices documentales muy interesantes.
Rémondon, Roger. La crisis del Imperio romano desde Marco Aurelio a
Anastasio. Col. Nueva Clío nº 11. Labor. Barcelona. 1979 (1967). 310 pp.
Roldán, José Manuel. Historia de Roma. Cátedra. Madrid. 2 vols. I. La
República romana. 1981. 781 pp. Roldán, J. M.; Blázquez, J. Mª y Del Castillo,
A. El Imperio Romano. 1989. 562 pp.
Rostovtzeff, Michael. Roma. De los orígenes a la última crisis. EUDEBA.
Buenos Aires. 1984 (1960 inglés). 291 pp.
Rostovtzeff, M. Historia social y económica del Imperio Romano. Espasa-
Calpe. Madrid. 1967. 2 vols. 508 y 502 pp.
Sordi, Marta. Los cristianos y el Imperio romano. Encuentro Ediciones.
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Syme, Ronald. La revolución romana. Taurus. Madrid. 1989 (1939 inglés).
722 pp.
Walbank, F. W. La pavorosa revolución. La decadencia del Imperio Romano
en Occidente. Alianza. Madrid. 1978 (1969 inglés). 160 pp.
Weber, Max. Historia agraria romana. Akal. Madrid. 1982 (1891 alemán).
206 pp.
Webster, Graham. The Roman Imperial Army. Black. Londres. 1969. 343 pp.
Williams, Craig A. Roman homosexuality. Oxford. 1999.
PROGRAMACIÓN.
LA CIVILIZACIÓN GRECOLATINA.
UBICACIÓN.
CS 1 UD 12. La civilización griega. CS 1 UD 14. La civilización romana.
ESO, 1r ciclo. Eje 2. Sociedades históricas y cambio en el tiempo. Bloque 4.
Sociedades históricas. Núcleo 2. Sociedades prehistóricas, primeras
civilizaciones y Antigüedad clásica. En el apartado: - Sociedad, política,
cultura y arte en el mundo clásico: Grecia y Roma.
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de Educación Moral y Cívica, Educación para la Paz,
Educación para la igualdad de los sexos.
TEMPORALIZACIÓN.
Nueve sesiones de una hora.
1ª Documental sobre Grecia, seguido de diálogo, como evaluación previa.
Exposición del profesor.
2ª Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Exposición del profesor. Cuestiones.
4ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso; esquemas, mapas y
comentarios de textos.
5ª Documental sobre Roma, seguido de diálogo, como evaluación previa.
Exposición del profesor.
6ª Exposición del profesor. Cuestiones.
7ª Exposición del profesor. Cuestiones.
8ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso; esquemas, mapas y
comentarios de textos.
9ª Examen escrito.
OBJETIVOS.
Conocer las civilizaciones griega y romana.
Sintetizar la evolución histórica de ambas civilizaciones.
Relacionar ambas civilizaciones entre sí y respecto a la nuestra.
Analizar aspectos sociales y culturales de la Antigüedad.
Valorar las civilizaciones antiguas.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
Las civilizaciones griega y romana, en historia, sociedad, economía y arte,
como un todo integrado.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la información: realización de esquemas y mapas del tema.
Explicación multicausal de los hechos históricos: en comentario de textos.
Indagación e investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias,
manuales, monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Tolerancia y solidaridad.
Interés por las civilizaciones del pasado.
METODOLOGÍA.
Metodología expositiva y participativa activa.
MOTIVACIÓN.
Un documental sobre la civilización griega y otro sobre la romana.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN GRUPO.
Exposición por el profesor del tema.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Realización de una línea de tiempo sobre el proceso.
Realización de dos pirámides sociales sobre las sociedades de Grecia y de
Roma, explicación y comparación.
Realización de esquemas de los apartados.
Hacer un pequeño trabajo de indagación, con una síntesis escrita, sobre la
romanización de las Baleares o la región correspondiente, salvo si hay una
UD específica.
Comentarios de textos sobre las civilizaciones griega y romana, en especial
los textos sobre la democracia ateniense, las guerras médicas y la guerra
del Peloponeso, las guerras civiles del siglo I aC en Roma, el ascenso de
Augusto y sobre la crisis socio-económica en el Imperio tardorromano, la
esclavitud, la condición de la mujer...
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital y mapas.
Libros de texto, manuales.
Fotocopias de textos para comentarios.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
EVALUACIÓN.
Evaluación continua. Se hará especial hincapié en que se comprenda la
relación entre Grecia y Roma y la interrelación de los fenómenos políticos,
económicos, sociales y culturales.
Examen propio, no incluido en el de otras UD, debido a su importancia
intrínseca. Se harán breves cuestiones, un comentario de texto general y el
comentario de una imagen.
RECUPERACIÓN.
Entrevista con los alumnos con inadecuado progreso.
Realización de actividades de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de recuperación, junto a las otras UD.