Figuras Literarias
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Figuras Literarias
¿Qué es un símil?
Un símil o comparación es una figura retórica que consiste en resaltar la
semejanza o similitud entre un referente y otro, para atribuirle al
primero características del segundo. La la noción de similitud
proviene su nombre “símil”.
Ejemplos de símil
Algunos ejemplos de símil son los siguientes (el nexo está en cursivas):
Metáforas de amor
El amor es probablemente uno de los temas que más metáforas suscita
en tanto el habla común como el lenguaje literario. Una lista de dichas
metáforas incluiría:
Símil y metáfora
La diferencia entre el símil y la metáfora radica, tradicionalmente, en
que los símiles usan nexos comparativos, las metáforas no. De
modo que estas últimas pueden considerarse una forma más directa o
sucinta de comparación, razón por la cual Aristóteles las prefería en sus
análisis retóricos. Sin embargo, en la literatura contemporánea no suele
hacerse mucho énfasis en esta diferencia, y los símiles se emplean con
más espontaneidad y sencillez.
¿Qué es la metonimia?
Una metonimia es un tropo, figura retórica o figura literaria, en la cual para nombrar una cosa se
utiliza el nombre de otra cuyo significado resulta cercano o próximo al original, ya sea debido a
una relación de causa y efecto, de la parte por el todo, del autor por la obra, etcétera.
Como muchas otras figuras similares, la metonimia implica un cambio semántico, cosa que ya
está sugerida en el origen de la palabra misma, del griego metá, “más allá” o “cambio”,
y onomazein, “nombrar”. Así, dependiendo del tipo de desplazamiento semántico que impliquen,
pueden clasificarse en:
En muchos casos, la metonimia puede ser una forma de metáfora, muy próxima en su utilización
a la sinécdoque. Puede emplearse tanto en el lenguaje formal, literario o estilístico, como en el
informal y cotidiano.
Metonimia y metáfora
Perfectamente se podría decir que la metonimia es un tipo específico de metáfora. Esto
debido a que procede, esencialmente, de la misma manera: produce la sustitución de un
referente por otro, o lo que es lo mismo, denomina a un referente por el nombre de otro.
Una metáfora es un “error intencional” del lenguaje, una forma de poner dos términos en relación
para que sus referentes se contaminen, se aproximen, y así poder decir más que con el uso
ordinario del lenguaje. Por ejemplo, si digo “El fuego de su boca me alumbró el camino”, estaré
conectando “fuego” y “boca” de una manera poco usual, para así potenciar el sentido de lo dicho.
Por eso se la puede considerar una forma una metáfora pero, con la metonimia, en la
sustitución los referentes guardan aún una relación cercana: “La antorcha iluminó la
habitación” es una forma de no decir “la luz de la antorcha iluminó la habitación”.
Ejemplos de metonimia
Algunos ejemplos comunes de metonimia son los siguientes:
Metáfora:
Símil:
Hipérbole:
Metonimia:
Sinécdoque:
Personificación:
Anáfora:
Alegoría:
“Cuando te fuiste, lo perdí todo” (sufrió mucho)
“Encontré un tesoro en ti” (una relación muy valiosa)
“Yo sí tengo callos en las manos” (sí soy un trabajador)
Hipérbaton:
Onomatopeya:
Sinestesia:
Oxímoron:
Elipsis:
Asíndeton:
Polisíndeton:
CARACTERÍSTICAS DE LA PROSOPOPEYA
Ejemplos de prosopopeya
A continuación hallaremos algunos ejemplos de personificación: