cuento del rey sabio
cuento del rey sabio
cuento del rey sabio
El rey estaba muy preocupado porque quería ser el más rico de todos los reyes de la
tierra. Su mayor deseo era poseer los más bellos tesoros y que todos le envidiaran por
sus riquezas. Por eso tenía en sus jardines las flores más extrañas y hermosas que se
pudieran encontrar. En sus campos vivían los animales más bellos y extraordinarios.
Para construir su palacio mandó llamar a los mejores arquitectos y construyeron para él
el edificio más majestuoso de la tierra, con altas torres de oro, ventanas con vidrieras de
todos los colores, amplias habitaciones cubiertas de alfombras de fina seda. Tenía
también las piedras preciosas más brillantes y sus cofres estaban llenos del oro más
reluciente.
Todos los días mandaba a sus ejércitos a recorrer otras tierras buscando las cosas más
bellas y extraordinarias que pudieran existir, para conseguirlas a cualquier precio. Este
rey pensaba que el día que tuviera todo lo que deseaba sería el hombre más feliz del
mundo.
Cada día tenía más y más cosas que guardaba cuidadosamente en los sótanos de su
palacio. Pero el rey no era feliz. Creía que lo tenía todo pero no era feliz. Así que, un día,
reunió en el salón del trono al hombre más sabio de su reino y les dijo:
REY: “Busquen a la persona más feliz del mundo y pregúntenle cuál es su secreto.
Averigüen qué tesoro tiene guardado y cómprenselo a cualquier precio, cueste lo que
cueste”.
La mujer feliz tomó el cofre y fue con él a ver al rey. Cuando llego a palacio el rey le
dijo:
El rey aceptó las condiciones y pudo abrir el cofre, y al mirar el tesoro que había
dentro, su boca dibujó una gran sonrisa. Por fin el rey empezó a ser feliz, pero feliz
de verdad, porque lo que vio, realmente vale mucho y es más importante que
cualquier otro tesoro.
Años más tarde, la mujer feliz, muy viejecita ya, llamó al rey para regalarle el cofre y le
hizo un encargo:
Mujer feliz: “Rey, tú eres poderoso y viajas a todos los países del mundo, por eso te
regalo el cofre para que tú puedas enseñar el tesoro a todas las personas que quieran
ser felices y quieran conocer cuál es el tesoro más valioso del mundo”.
Desde ese día, el cofre ha recorrido muchos países y viajado a casi todas las ciudades
del mundo, y hoy ha llegado hasta nuestro Colegio...”
Tenemos preparado un cofre con un espejo dentro. Vamos invitando a los niños a
cercarse uno a uno a una clase y les preguntamos si quieren ver el contenido del cofre,
el tesoro tan valioso que encierra el secreto de la felicidad. Los niños se ven en el espejo
y les preguntamos cuál es ese tesoro. Suelen responder: “Soy yo”.