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Progresion 11

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Progresión 11 Valora la configuración de su propia experiencia al cuestionar

y decidir los roles que puede cumplir en relación con acontecimientos,


discursos, instituciones, imágenes, objetos y prácticas, para ejercitar su
capacidad práctica y de juicio en los diferentes ámbitos de su vida.

Fase de Apertura
Actividad 1

Indicación: Escucha (apóyate de esta dirección:


https://youtu.be/iTwa-GUzdI8 “Francisca y la muerte” y sigue
las indicaciones de tu profesora. Posteriormente, escribe una
reflexión pequeña sobre la historia.
Francisca y la muerte:

Santos y buenos ordeñar, seguramente ahora estará sembrando,


días dijo la muerte y gracias dijo secamente la muerte y echó a andar
ninguno la pudo de nuevo, pero miró todo el extenso campo y no
reconocer, porque había un alma en él, entonces rabio vieja
venía con su trenza andariega donde te habrás metido, escupió y
retorcida bajo el siguió su sendero sin tino hasta que se topó con
sombrero y su mano un caminante y le preguntó por francisca, lleva
amarilla en el media hora en casa de los noriega le contestó,
bolsillo, quisiera está enfermo el niño y ella fue a sobarlo, la
saber dónde vive la señora francisca, ahí arriba muerte apretó el paso aunque ahora el camino
respondieron señalándole el camino, andando la era más duro y fatigoso, así que llegó a hecha
muerte vio que eran las siete de la mañana., una lástima casa de los noriega, con francisca si
Para las cuatro y media está anotada francisca, me hace favor, ya se fue dijo la madre, ¡Como!.,
menos mal, poco trabajo un solo caso, se dijo tan pronto ¿No hizo sobremesa?, sólo vino a
satisfecha de no fatigarse y llegó a casa de ayudarme con el niño, se ve que usted no
francisca, por favor abuela salió temprano conoce a francisca, tengo sus señas, a ver
contestó una nieta y aquí ahora regresa dígalas, espero la madre y la muerte dijo pues
preguntó quién lo abe dijo la madre de la niña con arrugas desde luego ya son 70 años, ¿y qué
depende de los quehaceres que tenga en el más?, verá, el pelo blanco casi ningún diente
campo hace mucho sol puede esperarla aquí, sí propio, la nariz afilada, pero usted no ha hablado
pero puede que regrese hasta el anochecer, si de sus ojos, bien nublados sí y nublados han de
pensó la muerte se mira el tren de las cinco, ser ahumados por los años, no no la conoce, dijo
mejor voy a buscarla y pregunto dónde de fijo la mujer, todo lo dicho está bien, pero no los
puedo encontrarla, ahora de madrugada salió a ojos, tienen menos tiempo en la mirada, esa que

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usted busca no es francisca, y salió la muerte regreso maldiciendo mientras a dos kilómetros
indignada y anduvo y anduvo, alguien le dijo que de allí, Francisca que arreglaba un jardincito, un
Francisca que estaba cortando pastura para la conocido la saludó bromeando, ¡Francisca!
vaca, pero fue y sólo vio la pastura, entonces ¿cuándo te vas a morir? ella se incorporó
con los pies hinchados y la camisa negra, más asomando medio cuerpo sobre las rosas y le
que sudada, sacó su reloj y consultó la hora las devolvió el saludo alegre, ¡nunca! Dijo, siempre
cuatro y media, imposible se me va el tren y hay algo que hacer.
.
Reflexión:

Actividad 2
Lee el siguiente texto, subraya lo mas importante y realiza un resumen de media cuartilla
Prudencia/Muerte

Temer a la muerte, absurdo


Epicuro (341-270 a. C.) considera que debes eliminar el temor a la muerte si quieres llegar a tener
una vida plena. Este filósofo griego entendió la felicidad como la existencia tranquila y sosegada, y
por eso invitaba a sus discípulos a extirpar el miedo de sus corazones. Algunos de nuestros miedos
son particulares y otros los comparten todos los seres humanos. Pero existe uno en concreto que
todos los hombres experimentamos: el miedo a la muerte. ¿A quién no le «acojona» pensar en su
propia muerte? ¿Se puede no sentir miedo ante la posibilidad de dejar de ser? ¿Y cómo se consigue
esto?.
Aunque pueda parecerte contradictorio, sólo pensando en la muerte es posible eliminar el temor.
Para Epicuro, el mejor ansiolítico que puedes tomar para combatir el miedo es una buena dosis de

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filosofía. Razona detenidamente qué es la muerte y el temor se diluirá como «lágrimas en la lluvia».
Reflexiona a partir de esta verdad: vivir es sentir. Para saborear una copa de vino o experimentar un
dolor de espalda, el cuerpo debe estar vivo. Por tanto, la conclusión lógica es que la muerte del cuerpo
significa la imposibilidad de sentir. Si tu cuerpo no funciona, no hay sensaciones ni dolor ni cansancio
ni sufrimiento. Es imposible que puedas experimentar tu muerte. Tu miedo se basa en la falsa creencia
de que algo de ti va a sobrevivir al proceso natural de la muerte y que sentirás lo que le ocurre a tu
cuerpo. Crees erróneamente que una especie de fantasma saldrá de tu cuerpo y lo contemplará desde
fuera mientras muere, pero éste es un concepto absurdo porque no puedes saber qué se siente
cuando el cerebro deja de funcionar: para sentir algo necesitas que tu cerebro lo procese.
Epicuro escribió una carta a Meneceo, uno de sus mejores amigos, en la que, entre otros consejos
para ser feliz, lo invitaba a que dejase de rayarse con la idea de la muerte porque «cuando tú eres,
tu muerte todavía no es; y cuando tu muerte sea, tú ya no serás». Si no te ha convencido este famoso
argumento de Epicuro contra la muerte, piensa en que antes de nacer no existías y nunca has sentido
miedo por ello; lo lógico sería que no temieses volver a dejar de existir. Es posible que tu miedo sea
a que la muerte destruya proyectos pendientes y a que tu vida quede a medio realizar.
El filósofo alemán Edmund Husserl (1859-1938) escribió unos meses antes de morir: «No sabía que
fuese tan difícil morir; justamente ahora, cuando he podido emprender mi propio camino, justamente
ahora, tengo que interrumpir mi trabajo y dejar mi tarea inconclusa».
¿Tú también sientes ese mismo pánico a que la muerte te deje la vida a medio hacer? Tanto esfuerzo
para nada. Epicuro te aconsejaría que, si quieres evitar ese sufrimiento, debes vivir con desapego,
sabiendo que las cosas y las personas que te acompañan no te pertenecen. Vive el instante presente,
no pospongas la felicidad, deja de añorar el pasado. No te digas cosas como «seré feliz cuando por
fin consiga ese empleo», «seré feliz cuando encuentre a alguien que me quiera», «seré feliz cuando
cumpla todos mis objetivos y metas». Aprende a vivir como tu perro, sin aspiraciones y gozando del
enorme placer de sentirse vivo.
Apuesta por ser feliz ahora. Como decía Epicuro: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos».
Quizá lo que te aterra de morir sea el proceso previo, el dolor de la agonía. Pues calma, porque Epicuro
también tiene una solución para eso. Él sabía bien lo que es el sufrimiento porque tuvo una salud
frágil que le hizo estar más de cuarenta años enfermo y, desde su experiencia, nos asegura que
todo ser humano está capacitado para soportar
cualquier dolor, por muy espantoso que nos parezca. Epicuro sabe de lo que habla cuando te
garantiza que, si padecemos un dolor intenso, su duración será breve, mientras que, si éste es
prolongado, su intensidad será débil y podrás sobrellevarlo fácilmente. Si Epicuro probase la medicina
y la farmacología actuales, alucinaría en colores porque, a diferencia de lo que él conoció, hoy
disponemos de fármacos y terapias que eliminan cualquier dolor. Si sufres es porque quieres; no hay
tormento que un buen chute de morfina no pueda solucionar.
Epicuro fue coherente con su filosofía de la muerte. Cuando tenía setenta y dos años, enfermó por una
infección de orina. Pasó sus últimos días con unos tremendos dolores que sobrellevó con una
pasmosa tranquilidad. Sabía lo que se le venía encima, así que repartió sus bienes, dispuso sus
últimas voluntades, escribió a sus amigos para despedirse, se preparó un baño de agua caliente, se
tomó un buen vaso de vino y les dijo a sus alumnos lo muy feliz que había sido practicando la filosofía

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con ellos. Murió como vivió, con serenidad, gozando de los placeres buenos que nos regala la vida y
rodeado de amigos.
En la película Las invasiones bárbaras (Denys Arcand, 2003) se nos relata una muerte muy parecida
a la de Epicuro: en ella, un profesor de universidad agoniza en un frío hospital. Su hijo decide llenar
de dignidad el final de la vida de su padre e invierte todo el dinero que tiene en reunir a sus viejos
amigos y a sus antiguas amantes en una preciosa casa junto a un lago. Comen, beben y conversan.
El profesor se despide siendo dueño de su destino porque decide cómo y cuándo culminar su vida.
Angustiarse por la muerte es bueno
Un filósofo que tiene mucho que decir sobre la muerte es Martin Heidegger (1889-1976). Aunque
como pensador ha sido uno de los mejores, como ser humano dejó mucho que desear. Heidegger
fue discípulo del filósofo de origen judío Edmund Husserl (1859-1938). Su maestro dio la cara por él
para que consiguiese un puesto como profesor en la universidad y, posteriormente, también intercedió
para que lo sustituyese en la cátedra tras su jubilación. En 1931, Heidegger se afilió al partido
nacionalsocialista, fascinado por la figura de Hitler, a quien apoyó públicamente en varios actos. El
gobierno nazi supo premiar su fidelidad y lo nombró rector de la Universidad de Friburgo. En 1933,
Heidegger aplicó un decreto antisemita del gobierno nazi por el que se le quitó el título de profesor
emérito a su maestro, a la vez
que se le prohibía el uso de la biblioteca de la universidad. En 1941, Heidegger mandó quitar la
dedicatoria a Husserl de la nueva edición de su famosa obra Ser y tiempo.
Aunque esta obra la escribiese un filósofo totalitario y antisemita, no deja de ser uno de los libros de
filosofía más importantes e influyentes de todos los tiempos, y contiene una reflexión sobre la muerte
que puede ayudarte en la vida. No debemos rechazar al filósofo por culpa del hombre. En filosofía nos
gusta diferenciar los argumentos válidos de los que no lo son, y uno de los errores más garrafales es
el que solemos identificar con el latinajo argumentum ad hominem («argumento contra el hombre»).
Consiste en rechazar un argumento sin valorarlo, atacando no el razonamiento en sí, sino a la persona
que lo presenta. Rechazar el pensamiento de Heidegger sobre la muerte por sus ideas políticas es
una equivocación; la verdad no depende de la persona que habla, sino de los argumentos que utiliza.
Así que dejemos a un lado al nazi y quedémonos con el filósofo.
¿Qué nos dice Heidegger en Ser y tiempo? Que el ser humano es especial porque no sólo existe,
sino que además es el único que se pregunta por el sentido de su existencia. Define la muerte como
la nulidad de cualquier proyecto y la posibilidad de la imposibilidad de las posibilidades. La muerte
siempre está por venir, es un «todavía no». ¿Qué es el ser humano? Un ser para la muerte. Si acabas
de descubrir que eres «un ser para la muerte», lo normal sería que experimentaras un sentimiento
de angustia. Si, a pesar de ser consciente de la finitud de tu existencia, no sientes angustia, lo más
probable es que seas un geranio. Heidegger cree que el sentimiento no es algo negativo, porque la
angustia nos hace conscientes de nuestros límites. Ésta nos baja de nuestro pedestal y nos enseña
que nada en este mundo es absoluto ni definitivo. Este poderoso sentimiento hace que las cosas
pierdan valor y nos parezcan en cierto modo superfluas. ¿Qué valor debería darle un ser angustiado
a un smartphone que cuesta 1.600 euros? ¿Cuánto nos importaría la bronca de alguien que tiene
autoridad sobre nosotros? ¿Qué interés tendría para ti la última moda?
La mayoría de nosotros, cuando pensamos en la propia muerte, la vemos como una posibilidad muy

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lejana. Aunque sabemos que podemos morir en este mismo instante, vivimos de espaldas a esa
realidad, como si la muerte no estuviese presente ahora, como si la cosa no fuera con nosotros. Para
Heidegger, desde que nacemos ya somos tan viejos como para morir, pero en cambio, pensamos que
la muerte es algo que nos acontecerá dentro de muchos, pero que muchos años. Esta manera de
pensar provoca que llevemos vidas inauténticas, en las que las cosas dejan de ser un medio y se
vuelven un fin en sí mismas.
Heidegger señala que otro de los peligros que provoca vivir de espaldas a la muerte es que nos
conduce a llevar vidas anónimas, es decir, existencias convencionales que realmente nunca hemos
elegido. El filósofo alemán habla de un vivir en el «se dice» y en el «se hace», que consiste en decir
lo que uno dice porque eso es lo que se dice y en hacer lo que uno hace porque eso es lo que se
hace. ¿Qué hago ahora? Lo mismo que todo el mundo. ¿Qué opino sobre este tema? Lo mismo que
todo el mundo. Heidegger te invita a ser valiente y a llevar una vida auténtica, donde las cosas sólo
sean para ti medios para realizarte en esta existencia limitada y finita. Heidegger al final murió, no le
quedó otra, en 1976, en la misma aldea de la Selva Negra en la que nació, como si hubiera querido
cumplir con esa máxima de Epicuro que dice que «todo el mundo se va de la vida como si acabara
de nacer».
Resumen:

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Actividad 3
Indicación: En equipos de trabajo de cinco personas realicen cinco fichas informativas con
imágenes, sobre cómo se ha entendido la muerte, a través del tiempo en las diversas culturas, ya
sea a nivel local, estatal, nacional o del mundo. Cuatro de ellas serán sobre la perspectiva de otras
culturas y una sobre cómo la conciben ustedes después de analizar el tema. Para ello, tendrás que
realizar búsqueda de información para conocer otras formas de comprender la muerte,
posteriormente discutirán en equipos qué información incluirán (trata de incluir aspectos relevantes
como características, rituales, etc.). Cuida la presentación de tus fichas, además de la ortografía y
redacción.
A continuación, te mostramos un ejemplo de ficha informativa. P.D. No olvides leer, con
detenimiento, tu lista de cotejo

Imagen recuperada de: gttps://neoparaiso.com/imprimir/tradiciones-mexicanas-dia-de-muertos.html

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LISTA DE COTEJO PARA EVALUAR LA PROGRESION 11

Equipo:_________

RASGOS CALIFICACIÓN PARÁMETROS DE EV.

Valor Valor
Máximo obteni EXCELENTE = 10
do
Realizaron en equipo 2 fichas informativas con 2 MUY BIEN = 9
información relevante de como 2 culturas diferentes
conciben la muerte. BIEN = 8
Realizaron en equipo 2 fichas informativas con 2
información relevante de como 2 culturas diferentes REGULAR = 7
conciben la muerte.
Realizaron en equipo 2 fichas informativas con 1 SUFICIENTE = 6
imágenes de como 2 culturas diferentes conciben la
muerte. NO SUFICIENTE = 5
Realizaron en equipo 2 fichas informativas con 1
imágenes de como 2 culturas diferentes conciben la
muerte.
Realizaron una ficha informativa de como concibe la 2
muerte el equipo, con imágenes e información
relevante.
Entrega el día indicado 2

10
Puntuación TOTAL

Realizaron de manera adecuada e individual la actividad 1 y 2:

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