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Discurso: Islas Salomón

Buenos días delegadas y directivos presentes, hoy nos encontramos aquí con una
responsabilidad ineludible: tomar medidas conjuntas y decisivas para enfrentar dos
de los mayores retos de nuestro tiempo: el cambio climático y la creciente crisis de
los refugiados climáticos. El cambio climático ya no es una amenaza futura; es una
realidad que afecta nuestras comunidades, economías y ecosistemas, y cuyas
consecuencias se extienden más allá de las fronteras. Millones de personas se ven
forzadas a abandonar sus hogares debido a inundaciones, sequías, incendios y
otros eventos climáticos extremos. Hoy tenemos el deber de actuar no solo para
proteger nuestro planeta, sino también para salvaguardar los derechos y la dignidad
de quienes sufren sus peores efectos.

Posición de las Islas Salomón


Desde 1993, el nivel del mar en las Islas Salomón ha aumentado entre 7 y 10 mm
anuales, casi el triple de la media global. Este aumento ha sido acelerado por
factores como el movimiento tectónico y la actividad humana, incluyendo la
construcción de infraestructuras costeras. Las proyecciones sugieren que, si las
temperaturas globales aumentan en 2 °C, una proporción significativa de los
ecosistemas costeros podría verse afectada gravemente, lo que resultaría en más
islas desapareciendo bajo el agua. Para enfrentar esta crisis, las delegadas de las
Islas Salomón proponemos distintas soluciones, las cuales detendrán por completo
el aumento de refugiados.

El cambio climático ha provocado que un 17.5% de la población de las Islas


Salomón ya haya emigrado debido a la pérdida de tierras y medios de vida. La falta
de un marco legal internacional para proteger a los desplazados climáticos agrava
su vulnerabilidad, dejándolos expuestos a inseguridad alimentaria y rechazo social.

Entre 2019 y 2022, se llevó a cabo un proyecto enfocado en la elaboración de


directrices para la planificación de la relocalización en el contexto de desastres
repentinos y de evolución lenta. Este proyecto, con un presupuesto de
aproximadamente 200,000 USD, tenía como objetivo contribuir a la resiliencia ante
catástrofes y riesgos climáticos de las comunidades en zonas vulnerables. Se
identificaron comunidades potencialmente reubicables, como Taro, en la provincia
de Choiseul, debido a su exposición a ciclones, inundaciones y el aumento del nivel
del mar.

Para enfrentar esta crisis, las delegadas de las Islas Salomón proponemos distintas
soluciones, las cuales detendrán por completo el aumento de refugiados.

1.Proponemos un enfoque de acciones concretas y globales, que aborden la


reducción de emisiones, la protección de los más vulnerables, y la creación de
marcos legales que protejan a los refugiados climáticos. En primer lugar, es crucial
que todas las naciones implementen y fortalezcan sus compromisos de reducción
de gases de efecto invernadero. Las emisiones globales deben reducirse en un 50%
para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono a mediados de siglo. Esto exige una
transformación de los sistemas energéticos hacia fuentes limpias, el fomento de
prácticas agrícolas sostenibles y una regulación estricta contra la deforestación.

2. Proponemos la creación de una red regional que conecte a refugiados climáticos


con organizaciones internacionales y gobiernos dispuestos a ofrecer apoyo. Esta
red podría facilitar el intercambio de recursos, información y oportunidades laborales
para aquellos desplazados por el cambio climático.

3. Establecer un marco legal claro y efectivo que reconozca los derechos de los
refugiados climáticos. Actualmente, millones de personas desplazadas por el clima
no cuentan con un estatus legal que les permita recibir protección y apoyo. Instamos
a las Naciones Unidas a definir el término “refugiado climático” y establecer políticas
de acogida, asilo y reubicación. La crisis climática no debe ser un castigo, sino una
oportunidad para demostrar nuestra humanidad y solidaridad.
4.Con el espacio limitado en las islas, la implementación de agricultura vertical en
áreas urbanas podría ser una solución efectiva. Esta técnica permitiría cultivar
alimentos frescos en espacios reducidos, reduciendo la dependencia de
importaciones y mejorando la seguridad alimentaria.

5. La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad en apoyar a los


países más vulnerables. Las naciones industrializadas, como principales emisoras
históricas, tienen la obligación moral de liderar la respuesta. Esto implica brindar
apoyo financiero y técnico a los países en desarrollo para que puedan adaptarse y
mitigar los efectos del cambio climático. Fondos específicos deben destinarse a
infraestructuras resilientes y a la protección de los ecosistemas que actúan como
barreras naturales ante fenómenos climáticos extremos.

En conclusión, abordar el cambio climático y proteger a los refugiados climáticos


son desafíos interrelacionados que requieren acción global urgente. Las Islas
Salomón, como otras naciones isleñas, enfrentan graves consecuencias como el
aumento del nivel del mar y ciclones más intensos, lo que ya ha desplazado a
muchas comunidades y amenaza su cultura y medios de vida. Este contexto resalta
la vulnerabilidad de quienes menos contribuyen a las emisiones de gases de efecto
invernadero, pero que sufren sus efectos desproporcionadamente. Es esencial que
los países desarrollados cumplan con sus compromisos de reducción de emisiones
y apoyen financieramente a las naciones en desarrollo. Además, se necesita un
marco legal que reconozca los derechos de los refugiados climáticos.

En este momento crítico, la comunidad internacional debe colaborar para que las
Islas Salomón y otras naciones afectadas no enfrenten solas esta crisis,
demostrando así un verdadero compromiso con la justicia y la protección del
planeta.

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