Declaración Política de la Asamblea Nacional Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad
Declaración Política de la Asamblea Nacional Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad
Declaración Política de la Asamblea Nacional Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad
Unidad
Durante los días 14 y 15 de septiembre del 2024 nos dimos cita en la ciudad de Bogotá, organizaciones
del movimiento sindical, de trabajadores y pensionados, iniciativas comunitarias y de poder popular,
comunales, del movimiento campesino, la Minga Nacional Social, Comunitaria y Popular, pueblos
indígenas, afrodescendientes, negros, raizales y palenqueros, juventudes populares y estudiantes, artistas
e intelectuales, connacionales en el exterior, mujeres y colectivos de diversidad sexual, junto con las
organizaciones políticas de izquierdas, progresistas y alternativas provenientes de todo el país. En este
encuentro reafirmamos y estructuramos un balance de dos años de Gobierno del Cambio, los retos,
dificultades, y también la ruta de respaldo y defensa del Gobierno, de la agenda legislativa y ejecutiva para
sacar adelante las reformas por la justicia social, ambiental y económica. Reafirmamos con energía
nuestro compromiso con la UNIDAD de las fuerzas políticas y sociales alternativas y la búsqueda sin
vacilaciones de la paz para Colombia.
En este camino hemos construimos las bases para el fortalecimiento de nuestras autonomías, vida digna y
buen vivir por lo que declaramos que la movilización y la resistencia son derechos que no se negocian y
marchamos autónomamente por las transformaciones para la vida, el territorio, la democracia, la justicia, la
paz y el deber ciudadano para mantener la soberanía del pueblo.
En este encuentro analizamos la situación política nacional, resumida en el contraste entre un Gobierno
que transforma y mejora progresivamente las condiciones materiales de la vida de la gente de todo el país
-a pesar de haber recibido una institucionalidad endeudada y con graves problemas de corrupción- en
oposición a las fuerzas tradicionales y reaccionarias, que se resisten al desmonte de privilegios históricos
producto del despojo, que se rehúsan a la paz y al cambio social. El incumplimiento a los acuerdos de paz
por parte del gobierno anterior así lo atestigua.
Reconocemos el esfuerzo del Gobierno del Cambio por movilizar las anacrónicas burocracias de las
instituciones del Estado hacía la política de paz total. Sin embargo, la prevalencia por más de 200 años de
un proyecto desde las élites, racistas, capitalistas y patriarcales, ha incubado un aparato jurídico-
institucional inerte y diseñado para favorecer intereses corporativos, empresariales y de clases
privilegiadas. Actualmente, el país experimenta un recrudecimiento de las violencias debido a la
atomización y presencia de grupos armados que disputan el control no sólo de las economías ilícitas, sino
también de las comunidades, los territorios y economías legales, lo cual ha generado el deterioro y la
destrucción de las formas de vida, ancestrales e históricas de las comunidades, y especialmente graves
violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
Respaldamos y abogamos por la aprobación de las reformas sociales expresadas en los proyectos de
reformas pensional, laboral, de salud, a la financiación de la educación, a los servicios públicos, la ley
ordinaria de jurisdicción agraria y de reforma agraria integral y popular, entre otras iniciativas legislativas
que, tienen como objetivo prioritario recuperar y garantizar derechos fundamentales para las y los
colombianos. Respaldamos el proyecto de presupuesto general y la ley de financiamiento que busca cubrir
los déficit heredados y garantizar los recursos necesarios para la inversión social.
Reclamamos un compromiso nacional con la vida. La continuidad del conflicto armado es responsabilidad
de los gobiernos que históricamente el país ha tenido y las clases poderosas del país que se niegan a
producir los cambios económicos, sociales y políticos que requiere Colombia. Esta confrontación se torna
más compleja y degradada por la acción paramilitar, la doctrina del enemigo interno, la diversidad de sus
actores y la múltiple división de los grupos armados. En ese contexto, insistimos en la solución política al
conflicto social y armado interno, mantener y reactivar las mesas de diálogos y conversaciones,
levantamos la bandera del cese al fuego multilateral y exigimos que pare la violencia y el terror contra el
pueblo, sus organizaciones y sus dirigentes, así como el desmonte del paramilitarismo como política del
Estado. Además, les exigimos a todos los actores armados en conflicto el respeto por las normas de los
Derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario, y el respeto por la vida y bienes de la población
civil, sus organizaciones y sus líderes.
A todas las agrupaciones armadas exigimos el respeto a la población civil, y les pedimos hacer los
esfuerzos necesarios para retomar lo más pronto posible las mesas de conversaciones, los ceses al fuego
y los compromisos humanitarios con la debida verificación. La vía del diálogo y los acuerdos son el único
camino efectivo para construir la paz. Tanto el Gobierno Nacional como los grupos armados insurgentes y
otros grupos armados ilegales deben buscar voluntad de paz y de cumplimiento de la palabra. En
respuesta a esta crisis social y humanitaria, las organizaciones sociales al poder ejecutivo, legislativo y
judicial reconocer y tener en cuenta todas nuestras capacidades y experiencias organizativas como
organizaciones sociales y movimiento popular para fortalecer las confianzas e implementar una ruta de
materialización urgente de la paz en los territorios con participación activa de las comunidades. Nos hemos
movilizado a favor de la vida, la justicia social y el sueño de un nuevo país incluyente y garantista de los
derechos humanos, territoriales y del reconocimiento a la dignidad humana y de los pueblos. En este
sentido exigimos al gobierno nacional que la propuesta de paz debe ser participativa e incluyente,
multilateral y territorializada. Llamamos a construir, en el marco de la Unidad, y como un eje del Frente
Amplio Social y Político, este Movimiento Social por la Paz y las Transformaciones, para materializar una
fuerza social transformadora y una propuesta de país que interprete a las mayorías históricamente
excluidas para que podamos construir una paz real cimentada en la justicia social, la vida digna y la
realización plena como nación colombiana.
Asumimos con entereza y compromiso la necesidad de responder al momento histórico que vive
Colombia. Son momentos de unidad y esperamos que así se refleje en las decisiones políticas que
deberán asumir los sectores de izquierdas y progresistas hacia el 2026, con el deber de ganar y
profundizar las reformas y los cambios que el pueblo necesita. Los territorios tienen que tener la palabra y
los plataformas y organizaciones políticas respetarlas. La victoria popular implica necesariamente
reconocer a los territorios, los liderazgos naturales de las organizaciones y tener procesos de participación
amplia e incluyente para construir un proyecto de país más allá de lo electoral que fortalezca el proyecto
social y popular
Hacemos un llamado a todas las fuerzas sociales y políticas del país a lograr un ACUERDO NACIONAL
que garantice para todos los sectores de la sociedad la participación política y económica que nos
encamine en un proyecto de país del cambio y la esperanza para todos y todas. Todo esto para
transformar las desigualdades e injusticias estructurales e históricas del pueblo colombiano. Ha sido un
camino con dificultades, pero también en donde ha prevalecido la dignidad de nuestra lucha por encima
de la política de muerte y guerra que se nos ha impuesto por siglos.
Reafirmamos el compromiso irrenunciable con el objetivo de hacer del país de la belleza una Potencia
Mundial para la Vida.
#AsambleaDelCambio
#ElProyectoESColombia