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Lutero y los protestantes habían dudado seriamente de las propiedades milagrosas de las
reliquias y del papel de los santos en la liturgia y en el mismo desempeño de comunicación con
Dios. Sin embargo, los católicos refuerzan aún más su culto y favorecen que las artes se ocupen
de estos asuntos con decoro y con proximidad al fiel, para hacerlo empático.
Dentro de este mismo contexto, podemos hablar brevemente de Stefano Maderno (1576-
1636). A pesar de que comparte apellido con Carlo Maderno, no se ha podido todavía trazar
relación de parentesco alguna. Su obra maestra es la Santa Cecilia de 1600 que se conserva en
la Iglesia de Santa Cecilia de Roma.
Con esa postura cumple completamente el concepto del decoro, y también el de conmover e
instruir. Muestra mediante los dedos de sus manos a la Santísima Trinidad porque en total son
3 los dedos que están alargados, frente a los otros que están doblados. Esto viene a indicar
que ni siquiera ante las oportunidades de convertirse al paganismo lo hizo y que después de la
muerte sigue cristiana.
Gran personalidad artística que eclipsó al resto de escultores. Nació en Nápoles, ciudad a la
que había ido su padre Pietro Bernini que quiso probar fortuna como escultor en esa ciudad
rica en ese momento. En el amor triunfa, pero en el arte no mucho. En 1606, Pietro Bernini
decide trasladarse con su familia a Roma.
Ahí instala su taller y es donde Lorenzo aprende el oficio con su padre, la prueba es la
participación de Bernini aun siendo niño en la Capilla Paolina de la basílica de Santa María
Maggiore. En 1607, el cardenal Scipione Borghese le dijo a su padre que lo iba a superar, cosa
que sucedió.
Como escultor no tenía rival y es por eso que este tema podría llamarse “Bernini-escultor”,
porque será el autor estrella. De hecho, fue incluso más reconocido y alabado que Miguel
Ángel en vida.
A Bernini, ya lo dijimos, le va a interesar la fusión de las artes. En arquitectura ya veíamos
como introducía (en la Scala Regia) ventanas que confundían los sentidos del espectador.
Parece ser que una de sus citas es: “El arte consiste en hacer que todo sea fingido y parezca
verdadero”, y por tanto es completamente hijo de su tiempo, el Barroco.
Júpiter y Fauno amamantados por la cabra Amaltea h. 1615, Galleria Borghese, Roma. Se
pensó en su tiempo que era una estatua de la antigüedad, pero después se atribuyó a Bernini.
Eneas es un héroe de la guerra de Troya que pudo huir de la ciudad para proteger a su familia
de la destrucción de la ciudad. Muestra el momento en el que rescata a su padre anciano,
Anquises, al que se carga al hombro, y acompañado de su hijo Ascaño, que porta en su mano
el fuego sagrado del hogar mientras que su abuelo, porta en sus manos los dioses protectores
del hogar. Muestra las tres generaciones.
El rapto de Proserpina 1621-1622. Proserpina es raptada por Hades, el dios del inframundo.
Muestra el momento en el que la está raptando y ella intenta librarse de él. Vamos a ver
influencia de Giambologna, en esa composición oblicoidal que utiliza en el Rapto de las
sabrinas, en 1579. Plutón da un paso hacia delante y agarra con fuerza el cuerpo de la joven.
En el lado derecho vemos el cuerpo adherido de Proserpina a las manos de Hades. Apreciamos
sus lágrimas porque ve que no tiene escapatoria. El largo cabello está siendo azotado por el
viento, solo podemos verlo desde este punto de vista. Hay un tercer representado: el
cancerbero, el guardián del inframundo, perro de tres cabezas. Girando más hacia atrás, en el
reverso de la escultura van apareciendo otros detalles.
En cuanto a la cara frontal, se ve donde incide la mano de Proserpina en la sien de Hades, que
se arruga.
En 1623 Maffeo Barberini, el Papa Urbano VIII le encargó el Baldaquino de San Pedro, 1624-
1633. Va a abogar por la integración de todas las artes. No será la única obra que haga para el
Papa, pues recibe también el encargo de la Tumba del Papa Urbano VIII, que la llega a
ejecutar en 1628 y se concluyó en 1647. Se encuentra en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Se basa en otro modelo: la tumba de Paulo II. Recupera esa tipología de tumba papal que
utilizó Guglielmo della Porta en 1549 en la Basílica de San Pedro. Esta disposición de la figura
sedente del papa rodeado de figuras femeninas en mármol, será lo que recupera Bernini. Una
tumba a cada lado del ábside hacía competencia.
Está rematado por la figura de la muerte, y a ambos lados aparecen dos virtudes; la caridad, a
la izquierda desde nuestro punto de vista, y la justicia al lado derecho.
Su segunda tumba papal será la Tumba de Alejandro VII, que también seguirá el modelo de la
de Paulo II. Introduce novedades: El conjunto se alberga bajo una esfera de cuarto de esfera
que representa el cielo. Bajo ese cielo, aparece la figura del papa arrodillado con las manos
juntas en sentido de oración, un papa piadoso y rezando, en lugar de un Papa saludando a la
cristiandad, envuelto de poder y entronizado. Rodeándolo, cuatro figuras entre un paño rojo:
La prudencia, la caridad, La verdad, y detrás la justicia. Emerge de ese cortinaje rojo que
envuelve al resto de los personajes femeninos, una figura esquelética, la muerte, que sostiene
un reloj de arena. Aprovecha la situación de esta tumba, que se sitúa en lo alto de una puerta a
través de la que se accede a una sala de la propia basílica. Da la sensación de que es la cámara
mortuoria del papa, pero nada mas lejos de la realidad, solo lo simula.
En la década de 1630, realiza los ritratti parlanti. Se llaman así porque muestra en los retratos
los rasgos fisonómicos y físicos, y los rasgos psicológicos. Según las fuentes, Bernini no pedía a
sus modelos que posaran quietos ante él, sino que se movieran y hablaran para poder captar
su forma de ser en los retratos.
Retrato de Constanza Buonarelli, 1635, Museo del Barguello, Florencia. La frescura que
conseguía impregnar Bernini en estos retratos. El que va a ser su obra maestra es el busto del
cardenal Scipione Borghese, 1632, Galleria Borghese de Roma. Muestra un carácter soberbio y
confianzudo.
Llegamos al momento en el que ha perdido el favor papal al morir Maffeo Barberini, y llega
Inocencio X Pamphili, quien no lo contrata por la rivalidad con la familia Barberini, por ello la
plaza Navona entre otras, fueron obras encargadas a Borromini. Pero hubo un caso en el que
no le quedó otro remedio que contratar a Bernini para una obra “el único modo de evitar
ejecutar sus obras, es no ver los proyectos”. En cuanto conoció el proyecto en el que Bernini
había trabajado para la fuente de los cuatro ríos, lo contrató para esa obra. proyecto para la
fuente borromini biblioteca apostólica vs proyecto de Bernini.
Va a seguir encontrando encargos en conventos, iglesias, familias adineradas… Para este tipo
de comitentes, va a llevar a cabo una de sus obras maestras: el grupo escultórico del éxtasis de
Santa Teresa (1647-1652), capilla de la familia Cornaro en la iglesia de Santa María della
Vitoria de Roma. Va a alcanzar la cumbre en la integración de las artes, así nos lo decía uno de
sus biógrafos Flipo Baldinucci “Bernini fue el primero en emprender la unificación de la
arquitectura, pintura y escultura de modo que juntas forman un todo magnífico”. Concepción
visual revolucionaria: fusión e interrelación de las artes.
Lo primero que va a diseñar es lo que se tratara de una escena teatral fija. Ese cuadro teatral
fijo, muestra o traslada la celda interior del convento en el que Santa teresa de Jesús de Ávila
está teniendo un éxtasis místico. Se basa en una fuente de primera mano en el Libro de la vida
de la propia santa, la autobiografía de Santa Teresa. Ella cuenta ese momento místico “un día
se me apareció un ángel singularmente hermoso. En su mano vi una larga lanza, en cuyo
extremo parecía haber una punta de fuego. Esta, así me pareció, me la clavo varas veces en el
corazón, de forma que entro en mi interior. Tan real era el dolor que suspiré varias veces en voz
alta”.
Conjunto de rayos dorados que reciben una luz natural oculta que los alcanza y los convierte
en luz dorada de forma que irradia a los personajes. Esta luz natural proviene de una ventana
que ha situado. En los muros de la capilla vemos asistiendo a esa escena los miembros de la
familia. Ha ideado un decorado escenográfico en toda la capilla que parte de la parte de la
bóveda. El Paraíso, fresco pintado por Guido Ubaldo Abbatini siguiendo el diseño de Bernini.
La tramoya, parte del decorado escenográfico, es por donde entra la luz oculta. Los actores; el
ángel y Santa Teresa, y los espectadores: la familia. El resto, nosotros, podemos ver esa escena
teatral fija desde la palteada.
Detalle del rostro: momento de arrobo, misticismo, con una gran carga sensual e incluso
sexual. Parte de la biografía habla que podía tratarse de un orgasmo en lugar de un momento
de éxtasis espiritual.
Beata Ludovica Albertibi (1671-74), Capilla Altieri de la Iglesia de San Francesco a ripa, Roma.
Hay una ventana también oculta, donde entra una luz clara que incide en el rostro de la beata,
y da la sensación de estar teniendo una visión divina
Modelo en barro, 1658, Detroit Institute of Arts. Nos aporta información sobre su forma de
trabajar. Genialidad, sumado con la longevidad, hizo que se convirtiera en el impulsor de la
escultura italiana y en el desarrollador del barroco escultórico.