QUISHUARII (2015_02_26 15_06_31 UTC)
QUISHUARII (2015_02_26 15_06_31 UTC)
QUISHUARII (2015_02_26 15_06_31 UTC)
1.- DESCRIPCIÓN BOTÁNICA: Origen.- probablemente en las partes altas de los Andes,
en donde hay mayor concentración, tiene varias especies que son más conocidas en: Ecuador,
Perú, Bolivia, sus especies se adoptan a sus diferentes tipos de tierras. Su nombre científico
es: BUDDLEIA y sus nombres comunes: Kolle y Quishuar, El puede crecer desde dos metros
hasta 12 metros de altura, su copa es amplia y globosa con muchas ramificaciones, las hojas
son simples y opuestas, son pecioladas, su forma de color son como la planta, sus bordes
puede ser lisos y dentados, las flores son hermafroditas (completas) actinomorfas y
generalmente agrupadas en racimos. En mi país (Ecuador) existen 13 especies, se encuentran
entre lo 3000-4000 msnm, es típico de la zona andina, su cultura alcanza hasta los 5.50mn, y
el tronco puede medir 30 cm. de diámetro, se encuentra de preferencia en los suelos alcalinos
(secos), es bastante resistente al frió y a la sequía.
2.- EL MITO DEL QUISHUAR: Arranca desde la prehistoria andina hasta nuestros días
como única réplica al culto con carácter universal y divino. Numerosas sobrevivencias
denotan su pasado, tanto que aún hoy muchas etnias aborígenes viven esperando la presencia
del Quishuar: el árbol de Dios, a cuya sombra colocan cirios, flores y pan como ofrenda para
pedir poder y sanación.
El Quishuar es considerado la divinidad vegetal, este se encuentra en medio del bosque, cerca
de quebradas profundas y es el símbolo o espíritu del bosque sagrado, porque nace
precisamente de forma espontánea. En el vive el espíritu arbóreo de la vegetación que como
tal según la creencia de sus adoradores, está dotado de una virtud mágica para hacer que el
Quishuar diera abundantes flores y ramas. Decimos, que en el mundo vegetal para el indígena,
el Quishuar fue la divinidad mayor o el símbolo sacrosanto de toda la vegetación. Porque,
pone cara a cara con lo trascendente, en el vive un ser, en el nos proyectamos a través de el
recibimos fuerza y poder, del ser tutelar que mora en él. Es el mediador entre los dos
mundos: el mundo de aquí y el del más allá, el mundo de los seres sobrenaturales.
Así, el Quishuar se constituyó en el primer altar donde nuestros pasados, los aborígenes
celebraban los misterios de su vida. El Quishuar pasó a ser el emblema del cosmos indígena,
ya que su forma exuberantes, frondosa y circular aparece siempre renovándose
constantemente de un solo tronco, hasta convertirse en un árbol lleno de hermosas flores, las
mismas que son el símbolo de virtudes humanas y ellas manifiestan la idea fundamental “de
que la vida es un ciclo rítmico” al igual que la vida del Quishuar. El es considerado símbolo
de vida siempre renovada, y existe un culto y veneración al “ser vegetal”, “ser vegetal”, “ser
poderoso” que aún al filo de la hacha no morirá. De ese tronco mutilado nace una nueva vida.
El Quishuar fue una huaca (lugar sagrado), altar idolátrico, lugar de mitologías y leyendas.
Pasando a rendírsele un verdadero culto, que hoy sobrevive aunque con ligeros vestigios en
los pueblos andinos. Y en el plano cultural nos ayuda a descubrir el hondo significado que
como divinidad tuvo el Quishuar: el árbol de Dios, que aparece espontáneamente donde antes
no estuvo, y que traerá un nuevo renacimiento para el pueblo indígena que pronto
reverenciará su presencia.
3.- REPRESENTACIÓN ARQUETÍPICA: Cuando entre diversas culturas a través de la
historia se encuentra objetos de seres similares se dice que es un símbolo universal y
arquetípico, es decir, una expresión de profundidad humana presente y actuante. Tal es el caso
del árbol y en las cuales nuestro Quishuar, representa la vida inagotable de la naturaleza, el es
entonces la realidad absoluta. El árbol, en nuestro caso el Quishuar, es el eje, el centro del
mundo o cosmos andino. Su forma lo convierte en la representación de los tres mundos
esenciales de nuestra cosmovisión: el interior (raíces), el superior (ramas) y el central (tierra)
el tronco. Como puede observarse representa un puente de trascendencia, de una unión
mística entre los planos material – espiritual. Es una ruta espiritual, una capacidad de
trascendencia humana, crecimiento interno, contacto con lo divino por ello él es el árbol de la
vida.
Si bien todo este significado sagrado para el macrocosmos (universo) los es válido también
para el microcosmos (hombre), en la cosmovisión andina, el conocimiento de toda la realidad
se da a través de símbolos que el runa ha esperado para armonizar con el cosmos, el Quishuar
es un símbolo universal andino. Modelo arquetípico lleno de símbolos y significados, que
representa de algún modo la libertad y el sentido de igualdad, los indígenas en el pasado se
congregaban bajo él generalmente para pedirle ayuda por su vida, y de la comunidad, porque
la sombra de él la da fuerza y protección.
El Quishuar es el vegetal símbolo ancestral. Entre sus ramas, tronco, raíces y flores se
expande el licor de la vida y el misterio de su renovación en cada fervor primaveral. En su
sendero las flores, su polen y sus hojas son custodiados por el espíritu femenino de la
Pachamama. En sus ramas existe diálogo a través del viento con el Inti, con sus hermanas las
estrellas, pero sobre todo un diálogo profundo con Pachamama.
Para la experiencia religiosa andina el Quishuar representa un poder cósmico. El impone una
conciencia religiosa por su propia sustancia y por su forma, pero ésta forma y sustancia tiene
su valor porque no ha escogido el runa, sino a él se ha revelado…
No se puede hablar nunca de una adoración al árbol así, por así, sino siempre por lo que a
través de él se revela, por lo que implica y significa no hay culto al mismo árbol; bajo esta
figura se esconde siempre una entidad espiritual. Así, regresamos a los primeros momentos de
sacralizad de la vegetación en virtud de su poder, de su fuerza es como el Quishuar se
convierte en un lugar sagrado. Y este camino a su vez es válido para una onto-teología porque
él está cargado de fuerzas sagradas en su eje vertical, que crece, que pierde en sus hojas, se
recupera y por consiguientes regenera (muere y resucita), innumerables veces, que tiene sabia
y fuerza para sobrevivir gracias a que el es un tótem sagrado. La virtud del Quishuar y su
poder se manifiesta una calidad extra humana y todo él se hace sagrado. Por su simple
presencia y su ley de regeneración el Quishuar repite lo que para la experiencia religiosa
indígena es el cosmos entero. El Quishuar puede convertirse sin duda en un símbolo del
universo y de la conciencia arcaica del universo, porque repite y lo resume al mismo tiempo
lo que simboliza. El Quishuar se hace sagrado sin dejar por ello de ser árbol, en virtud del
poder que manifiesta y se repite en todo punto del cosmos. El es el centro totémico y se
encuentra rodeado frecuentemente de otros árboles y bajo piedras, por ello constituye el
símbolo de la divinidad y de la fertilidad. Representa al microcosmos porque es el reflejo de
todo, es el altar y el templo, lugar sagrado y primitivo, es el centro del cosmos, y se concentra
en el corazón y centro absoluto de la recepción de lo sagrado representando una realidad por
excelencia; la indestructibilidad y su generación periódica manifiesta el poder sagrado en el
orden de la vida.
El Quishuar acaba de expresar por sí solo el cosmos, incorporado bajo una forma dinámica, la
fuerza, su vida y su capacidad de renovación periódica. El representa la fuerza, su tendencia
hacia el aire y la luz es lo que convierte a nuestros ojos en un simple pero bello templo de
pureza. Predilecto entre los amautas para meditar bajo su sombra, es el auténtico árbol de
Dios. Es fácil acercarnos al Quishuar e iniciar un diálogo abierto con él, con palabras e
imágenes desde el alma, con cariño y sensibilidad, para comenzar una estrecha relación y
continuar en el aprendizaje del espíritu. Para el amauta observar como el Quishuar conduce lo
acuoso de su sabiduría a lo aéreo es lo mismo que observar la transición de la existencia es
decir, la trascendencia de las fuerzas interiores a un estado más elevado. Nuestro Quishuar es
un ente sagrado, un árbol de Dios, que está asociada con la trinidad de Pachamama.
Es el espíritu que dona sabiduría, que es la fuerza más grande de la naturaleza que nos ayuda a
superar los medios. Es la parte más alta de nuestro ser espiritual, en nuestra energía rítmica de
la creación asociada a Pachamama con sus poderes creativos.
Nuestro Quishuar es un ente curativo de encantamiento e incluso está asociado con el honor,
el poder y la sabiduría. Por ello, los amautas antaño portaban una ramita de Quishuar porque
él simboliza la sabiduría en todos los procesos del cosmos y la naturaleza.
4.1.- Flores.- Las flores de Quishuar son las cosas buenas que el Pachacamac ha dado a su
pueblo, el amor y la preocupación por los demás, la generosidad, la paciencia, la sabiduría,
la equidad, el coraje, la justicia, el respeto, la humanidad y muchos otros dones más preciosos.
El tronco nos enseña que nuestra naturaleza humana posee cuatro aspectos:
Físico – Mental - Afectivo y Espiritual. Cada uno de ellos se desarrolla en forma igual en una
persona sana y equilibrada, usando el poder y la voluntad que otorga el tronco del Quishuar.
El tronco posee una fuerza, un potencial de llegar a ser árbol los cuatro aspectos de nuestra
vida son igual que le tronco del Quishuar, porque cada aspecto son igual que el tronco del
Quishuar, porque cada aspecto tiene el potencial de desarrollar poderosos dones.
6.- MENSAJES CÓSMICOS.- El sonar del Quishuar como producto del viento es
considerada su voz, pues quien sepa oír las voces de la naturaleza e interpretar los mensajes
que va dirigido a los indígenas, mediante el estado de trance que es el momento en el cual el
runa andino logra contactarse con la energía cósmica y así logra aprender el mensaje que el
Quishuar entrega a su pueblo. El representa la vida cíclica de las plantas, la pachamama y el
cosmos (Pacha) entero.
El Quishuar es el símbolo de unidad del pueblo bajo su sombra se juntan para orar y pedir la
salud, la seguridad, la producción para las cosechas y el poder. Representa el gran espíritu
cósmico de la Pachamama, su pilar de creación, el centro que nos ata íntimamente con ella, el
ser que nos ayuda a comprender y alcanzar el equilibrio en nuestra vida, el lugar de descanso
seguro para alcanzar el desarrollo armónico entre el hombre y la naturaleza.
Para nosotros los pueblos andinos la vida del Quishuar representa la vida del pueblo, quien se
separa mucho de su sombra u olvida de acudir a ella o peor aún si se devuelve en contra del
Quishuar y trata de destruirlo, una gran tristeza caerá sobre los pueblos indígenas que
perderán el poder, dejarán de soñar y empezarán a discutir, ya que no sabran decir la verdad, y
no serán honestos, olvidarán como vivir en íntima armonía con la naturaleza (Pachamama) y
poco a poco la naturaleza se destruirá y no habrá producción en la tierra. Vendrán grandes
sequías, heladas, granizos, etc., y sus vidas se llenarán de tristeza.
Cada día al amanecer con una ramita de Quishuar rezan mirando al Inti (sol) diciendo: “A ti
de debemos la vida y te rogamos, a ti grande a ti nuestro pachacamac que protejan la misma.
Por lo tanto, el Quishuar es el símbolo de vida, sus enseñazas representan la vida y la muerte,
porque une al mundo de abajo con lo divino. Siempre se relacionó con la fuerza de los dioses.
El Quishuar para los indios es fuente de espiritualidad, la misma que puede ser vivida por
todos adentrándonos en sus conocimientos, fijándose en los símbolos de la naturaleza.
9.- LA FUERZA SAGRADA DEL QUISHUAR. No se sabe como llamar la fuerza que
tiene esta planta que crece en zonas ácidas, debajo de enormes piedras, no se sabe que fuerza
invisible y misteriosa es esa que permite que nazca la vida en esas condiciones. Esa fuerza es
un espíritu que actúa espontáneamente y de forma inteligente en la naturaleza.