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DIAGNOSTICO CONTEXTUAL

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El diagnóstico pedagógico es entendido como la tarea de contar con una referencia inicial de

los alumnos y, por ende, del grupo en general, para emplearlo como punto de partida hacia los
aprendizajes que se pretende que los alumnos logren.
Una de las primeras acciones que el docente debe realizar al iniciar el ciclo
escolar, es el diagnóstico grupal, con ello, se busca tener un punto de
partida sobre qué actividades se deben realizar para lograr que los alumnos
accedan al aprendizaje de la manera más equitativa y respetuosa; por
medio de este proceso, el docente conoce el estilo de aprendizaje, la moti-
vación para aprender, las fortalezas y las áreas de oportunidad de cada
niño y puede, determinar así, las estrategias más adecuadas para
responder a las necesidades de sus alumnos.
El diagnóstico de grupo también le permite al docente conocer las
características individuales de los niños que pudieran demandarle un
estudio más específico o la búsqueda de información adicional, por ejemplo,
discapacidad, algún trastorno, aptitudes sobresalientes, entre otros;
además, debe de incluir información contextual de los alumnos para que la
enseñanza y el aprendizaje no se quede en el aula y puede generalizarse al
ámbito familiar y social.
Hay diversas formas de acceder a esta información, podría iniciarse con una
observación de rasgos o criterios que poseen los niños de determinada
edad, tanto características físicas, como cognitivas o curriculares; podrían
emplearse listas de cotejo o rúbricas para contar con insumos de análisis.
Asimismo, el diagnóstico se debe tomar como un referente fundamental en
la valoración inicial, puesto que ofrece información que enriquece y afina la
propuesta del plan de trabajo. A partir de la evaluación diagnóstica,
seremos capaces de obtener información acerca de:
• Las necesidades de los estudiantes.
• Evaluar con base en el currículo, los aprendizajes que el educando ha adquirido, haciendo
énfasis en sus procesos.
Contexto familiar.
• Contexto escolar.
• Contexto social.
• Las barreras que enfrentan.
• La diversidad de formas de aprender.
• Los intereses y las motivaciones en su grupo.
Entre más apegado a la realidad esté el diagnóstico inicial, mejores
resultados se obtendrán en las actividades planeadas ya que se
determinarán, con certeza, las estrategias de intervención que mejor se
apeguen a las características de los alumnos, para ello, se deben aplicar e
interpretar instrumentos que arrojen dicha información.
A continuación, se describen los elementos que el docente debe considerar para que el
diagnóstico inicial sea accesible:
La observación
La observación es una técnica que requiere del docente atención, reflexión,
análisis y recopilación de evidencias de las interacciones del alumno con los
compañeros y de las formas en las que responde a las actividades; también
mediante la observación, se analizan aspectos contextuales tanto del aula ,
como de la escuela o el ámbito social en el que viven los alumnos, es
importante que las observaciones realizadas queden plasmadas en un
diario anecdótico, una guía u otro instrumento que dé cuenta de la
actividad realizada y las manifestaciones de los alumnos.
Existen dos formas de observación: sistemática y asistemática. En la
primera, se define lo que se observará, las estrategias a emplear, los
materiales y las posibles respuestas o actitudes de los alumnos; en la
segunda, se registra la mayor cantidad posible de datos de una
determinada situación de aprendizaje sin focalizar algún aspecto en lo
particular y puede realizarse por medio de una guía de observación o de un
registro anecdótico.
Para que la observación cumpla con el propósito de recopilación de
información, se deben tener presente los siguientes aspectos:
1) Intencionada: debe tener una finalidad en determinada actividad
con los sujetos a observar.
2) Confiable: la observación es constante, lo descrito puede ser
observado por distintos actores.
3) Válida: en la situación descrita debe apreciarse con claridad la conducta de los alumnos.
4) Precisa: se enfoca a determinado hecho y no a las acciones que rodean al mismo.

5) Objetiva: se registra y describe la conducta observada sin una connotación personal.

BAP

Atendiendo al enfoque formativo de la evaluación y con base en nuestra experiencia, los


docentes podemos analizar las representaciones mentales que provocan errores y las es-
trategias con las que un alumno lleva a cabo una tarea escolar. Sin embargo, también es
indispensable identificar las barreras que interfieren en el aprendizaje y la participación de los
estudiantes.
El término barreras para el aprendizaje y la participación (BAP) ha sido propuesto para analizar

la complejidad de elementos ajenos al estudiante que influyen en el aprendizaje y la

permanencia de los alumnos en la escuela. Algunas de ellas son de carácter externo a la

dinámica escolar, pero otras están muy arraigadas en la escuela.

Conocer las BAP nos permitirá elegir las estrategias de intervención más adecuadas para

atender a los estudiantes en situación de riesgo y que han tenido dificultades en el logro de

los Aprendizajes esperados.

En el siguiente esquema, los docentes identificaremos los espacios y momentos en los que
podemos identificarlas.

LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE

El aprendizaje es un proceso activo y dinámico que se relaciona


directamente con el entorno en la que los niños se desenvuelven, es decir,
cada estimulo que llega al niño, se procesa de determinada manera según
sus características, habilidades y preferencias sensoriales y cerebrales;
estas formas de procesar la información y de aprender, los hacen únicos en
un ambiente tan diverso como lo es el aula.
Keefe define estilos de aprendizaje como “rasgos cognitivos, fisiológicos y afectivos, que son
indicadores de cómo los alumnos perciben, interaccionan y responden a los diferentes
ambientes de aprendizaje”. Cuando atendemos el estilo de aprendizaje, los alumnos se
conectan mejor a las tareas y aprenden de una mejor manera, el docente debe ser guía de los
alumnos para que ellos sepan emplear sus habilidades para jerarquizar, organizar y priorizar su
aprendizaje según se requiera en determinado momento.

Planificar y Evaluar para


responder a la Diversidad
del alumnado
Al efectuar la Planeación y Evaluar de manera diversificadas se beneficia
hacia un aprendizaje juntos, una escuela para todos donde se velara por un
acceso igualitario, desarrollando contextos incluyentes donde se considere
la heterogeneidad, vivenciando prácticas inclusivas desde el contexto
áulico, en donde se refleje un trabajo en colaborativo, en los diversos
profesionales que inciden el aula desde una organización, planificación y
evaluación que produzca una reflexión desde su labor docente.
El apuntalar hacia prácticas inclusivas asegurando la presencia, la participación y el ren-
dimiento de todos los alumnos, conlleva la tarea de identificar y remover las barreras que
puedan interactuar negativamente con las condiciones personales de los alumnos más
vulnerables y en este sentido condicionar su rendimiento en condiciones de igualdad y El
apuntalar hacia prácticas inclusivas asegurando la presencia, la participación y el rendimiento
de todos los alumnos, conlleva la tarea de identificar y remover las barreras que puedan
interactuar negativamente con las condiciones personales de los alumnos más vulnerables y
en este sentido condicionar su rendimiento en condiciones de igualdad y respeto. respeto.
Es de vital importancia que, para el diseño de la planificación, el
docente parta del punto en el que encuentra a sus estudiantes, para
llevarlos lo más lejos posible en la construcción de los conocimientos
planteados en el plan y programas de estudio.
Asimismo, han de contar con herramientas para hacer de los errores
de los estudiantes verdaderas oportunidades de aprendizaje, ayudarlos
a identificar tanto el error como su origen. Deben generar de manera
permanente experiencias exitosas que contribuyan a superar las
situaciones difíciles, así como propiciar ambientes de aprendizaje cuyo
objetivo sea identificar y fomentar los intereses personales y las
motivaciones intrínsecas de los estudiantes.
Por otra parte, el currículo debe tener en cuenta cómo las emociones y
la cognición se articulan para guiar el aprendizaje. Hay emociones que
estimulan, por ejemplo, la memoria a largo plazo, mientras que otras
pueden afectar negativamente el proceso de aprendizaje de tal
manera que el estudiante recuerde poco o nada de lo que tendría que
haber aprendido. mediante el desarrollo y la puesta en práctica de
habilidades para la identificación y regulación de las emociones, los
alumnos obtienen mejores resultados en los aprendizajes si sus
relaciones se basan en el respeto y la colaboración. Cada vez es más
claro el lugar central de la motivación intrínseca como requisito para
construir conocimientos y habilidades de forma significativa.
El maestro, en ese sentido, es clave para ayudar a los estudiantes a
reconocer sus sistemas de motivación y cómo estos influyen en su
aprendizaje. Para ello, los docentes deben conocer lo suficiente a los
estudiantes. Asimismo, es necesario que tomen conciencia del efecto
que sus expectativas tienen en el aprovechamiento de los estudiantes.
Por ello es importante alentar en cada estudiante el máximo de su
potencial y el mayor de sus esfuerzos. Por el contrario, el profesor ha
de evitar, a toda costa, denigrar o disminuir la confianza de los
estudiantes en sí mismos.
Los procesos de planeación y evaluación son aspectos centrales de la pedagogía porque
cumplen una función vital en la concreción y el logro de las intenciones educativas. En este
sentido, la planeación didáctica consciente y anticipada busca optimizar recursos y poner en
práctica diversas estrategias con el fin de conjugar una serie de factores (tiempo, espacio,
características y necesidades particulares del grupo, materiales y recursos disponibles,
experiencia profesional del docente, principios pedagógicos del Modelo Educativo, entre
otros) que garanticen el máximo logro en los aprendizajes de los alumnos.
Por su parte, la evaluación tiene como objetivo mejorar el desempeño
de los estudiantes e identificar sus áreas de oportunidad a la vez que
es un factor que impulsa la transformación pedagógica, el seguimiento
de los aprendizajes y la metacognición. La planeación y la evaluación
se emprenden simultáneamente; son dos partes de un mismo proceso.
Al planear una actividad o una situación didáctica que busca que el
estudiante logre cierto aprendizaje esperado se ha de considerar
también cómo se medirá ese logro. Dicho de otra forma, una secuencia
didáctica no estará completa si no incluye la forma de medir el logro
del alumno.
Un reto clave para el profesor es tener control de ambos procesos. Por
ello ha de lograr que ni la planeación ni la evaluación sean una carga
administrativa, sino verdaderos aliados de su práctica, vehículos para
conseguir los fines educativos.
El proceso de planeación es una herramienta fundamental de la
práctica docente, pues requiere que el profesor establezca metas, con
base en los Aprendizajes esperados de los programas de estudio, para
lo cual ha de diseñar actividades y tomar decisiones acerca de cómo
evaluará el logro de dichos aprendizajes. Este proceso está en el
corazón de la práctica docente, pues le permite al profesor anticipar
cómo llevará a cabo el proceso de enseñanza. Asimismo, requiere que
el maestro piense acerca de la variedad de formas de aprender de sus
alumnos, de sus intereses y motivaciones. Ello le permitirá planear
actividades más adecuadas a las necesidades de todos los alumnos de
cada grupo que atiende.
Como ocurre con toda planeación, la puesta en práctica en el aula puede diferir de lo
originalmente planeado, porque en el proceso de enseñanza hay contingencias que no
siempre se pueden prever. En la dinámica del aula se aspira a la participación de todos y cada
uno de los alumnos del grupo y por tanto no es posible anticipar todo lo que va a ocurrir en la
clase, pero esto no debe desalentar al profesor ni desencantarlo del proceso de planeación. La
planeación se debe entender como una hoja de ruta que hace consciente al docente de los
objetivos de aprendizaje que busca en cada sesión y, aunque la situación del aula tome un
curso relativamente distinto al planeado, el saber con claridad cuáles son los objetivos
específicos de la sesión le ayudará al docente a conducir el proceso de aprendizaje de los
estudiantes. Sin la brújula de la planeación, los aprendizajes de los estudiantes pueden ir por
caminos diversos, sin un destino preciso. El destino lo componen los Aprendizajes esperados y
el proceso de planeación pone en claro las actividades y demás estrategias para alcanzar
dichos aprendizajes.

Existen algunos factores que el docente debe tomar en cuenta para el diseño de la planeación:
tiempo, espacio, características y necesidades particulares del grupo, estrategias de
intervención, materiales y recursos disponibles, experiencia profesional del docente, principios
pedagógicos del Modelo Educativo y la evaluación, ya que en cada actividad o situación
didáctica que busca el logro de los Aprendizajes esperados se ha de considerar también cómo
medirlo. También se deben considerar las barreas para el Aprendizaje y la Participación
existentes, ya que éstas son indicadores para determinar las estrategias a emplear dentro del
aula a fin de motivar a los alumnos y comprometerlos con el tema; las estrategias deben ser
tan diversas como lo demanden las características de los niños

PRINCIPIOS DEL DUA


El DUA parte de tres principios fundamentales en los que se tienen que
basar desde el propio currículo hasta las programaciones didácticas y
la práctica en el aula.
Proporcionar múltiples formas de compromiso. Redes afectivas.
El “por qué” del aprendizaje
El afecto y las emociones son elementos cruciales para el aprendizaje,
y los estudiantes difieren notablemente en las formas en que pueden
participar o motivarse para aprender. Esta variación individual puede
deberse a factores neurológicos, socioculturales, éxitos y fracasos
previos, por citar algunos. Mientras a determinados estudiantes les
motiva y se emocionan con la espontaneidad y la novedad, otros se
desconectan o se asustan por esos aspectos, prefiriendo la rutina
estricta. A algunos alumnos les gustaría trabajar solos, mientras que
otros prefieren trabajar con sus compañeros. En realidad, no hay una
forma de compromiso que sea óptimo para todos los estudiantes en
todos los contextos por lo que proporcionar múltiples opciones para el
compromiso es esencial.
Proporcionar múltiples formas de representación. Redes de
reconocimiento. El “qué” del aprendizaje.
Los estudiantes difieren en la forma en que perciben y comprenden la
información que se les presenta. Pensemos por ejemplo en aquellos
con discapacidades sensoriales (ceguera o sordera), dificultades de
aprendizaje (dislexia), las diferencias de idioma o culturales, etc. Estos
estudiantes pueden requerir diferentes formas de acceder el contenido
de aprendizaje. Otros estudiantes pueden captar la información de
forma más rápida o eficiente a través de medios visuales o auditivos
en lugar de texto escrito. De igual forma el aprendizaje, y la
transferencia de aprendizaje, ocurre cuando se usan representaciones
múltiples, porque permiten a los estudiantes hacer conexiones dentro,
así como entre conceptos. En resumen, no hay un medio de repre-
sentación que sea óptimo para todos los alumnos por lo que
proporcionar múltiples opciones de representación es esencial.
Proporcionar múltiples formas de acción y expresión. El “cómo”
del aprendizaje.43
Los alumnos difieren en las formas en que pueden navegar en un entorno
de aprendizaje y expresar lo que saben. Por ejemplo, los individuos con
impedimentos de movimiento significativos (por ejemplo, parálisis
cerebral), aquellos que luchan con habilidades estratégicas y organizativas
(trastornos de la función ejecutiva), aquellos que tienen barreras del
lenguaje, etc., abordan las tareas de aprendizaje de manera muy diferente.
Algunos pueden expresarse bien en texto escrito, pero no en el habla, y vi-
ceversa. También debe reconocerse que la acción y la expresión requieren
una gran cantidad de estrategia, de práctica y de organización (funciones
ejecutivas) y esta es otra área en la que los alumnos pueden diferir. En
realidad, no hay un medio de acción y expresión que sea óptimo para todos
los alumnos por lo que proporcionar múltiples opciones para la acción y la
expresión es esencial.
Prevalecer una estado específica sobre otra por considerarla mas importante para la atención
es una barrera educativa

BAP : IDENTIFICACIÓN ESCOLAR


Didáctica:
Estandarización del aprendizaje
 Proponer actividades acordes al ritmo de aprendizaje de los alumnos
audios, libros, videos, proyecciones, maquetas, etc.

 Dar a los alumnos un menú de actividades a elegir que cumplan con un


mismo propósito: dibujos, material para construir, etc.
 Asegurarse que se trabaje la misma temática, pero con diferentes niveles
de dificulta.

Mecanismo de evaluación
 Proponer formas de evaluación diferentes de acuerdo a las condiciones
personales de cada alumno: observación, escrita, materiales.

Desvinculación del trabajo de enseñanza aprendizaje entre docentes


 Establecer procesos de dialogo cooperativo entre docentes.
 Gestionar espacios de comunicación asertiva entre docentes a través de
redes y de comunidades de aprendizaje o un espacio en los cte.
 Gestionar cursos sobre desarrollo socioemocional en docentes

Normativas:
Documentos normativos
 El desconocimiento de los documentos normativos que regulan la atención
educativa de la diversidad puede ser una oportunidad valiosa para fomentar
el interés y la capacitación en estas áreas cruciales para la inclusión.
 Este vacío de información puede motivar a educadoras, directores y
personal administrativo a buscar nuevos conocimientos y herramientas que
enriquezcan su práctica educativa, mediante: mesas técnicas, recursos
accesibles de consulta, fomentar el trabajo colaborativo con equipos
multidisciplinarios para el estudio de la normativa, etc.

para fomentar el interés y la capacitación en estas áreas


cruciales para la inclusión. Este vacío de información puede
motivar a educadores, directores y personal administrativo a
buscar nuevos conocimientos y herramientas que enriquezcan
su práctica educativa.

Sugerencias:

1. Formación Continua: Implementar programas de


formación y talleres que aborden específicamente los
documentos normativos sobre atención a la diversidad e
inclusión. Esto ayudará a que el personal educativo esté
siempre actualizado y capacitado.
2. Creación de Recursos Accesibles: Desarrollar guías o
infografías que resuman los puntos clave de los
documentos normativos, facilitando su comprensión y uso
en el día a día escolar.
3. Fomentar el Trabajo Colaborativo: Establecer equipos
multidisciplinarios dentro de las instituciones que trabajen
juntos en la implementación de prácticas inclusivas y en el
estudio de la normativa.
4. Promover el Diálogo: Organizar encuentros y foros
donde educadores puedan compartir sus experiencias y
desafíos relacionados con la diversidad, promoviendo un
intercambio enriquecedor de ideas y buenas prácticas.
5. Involucrar a la Comunidad: Incluir a las familias y a la
comunidad en la sensibilización y capacitación sobre la
importancia de la diversidad y la inclusión, creando así un
entorno más colaborativo.
6. Evaluar y Reflexionar: Establecer espacios de evaluación
y reflexión sobre las prácticas actuales, permitiendo
identificar áreas de mejora y la necesidad de incorporar los
lineamientos normativos en la atención educativa.

Al abordar este desconocimiento de manera proactiva, se puede


convertir en una fuerza motriz para el crecimiento profesional y
la mejora en la atención educativa, asegurando que todos los
estudiantes reciban el apoyo y las oportunidades que merecen
en un entorno inclusivo

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