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DESCARTES. FILOSOFÍA MODERNA (2)

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DESCARTES: LA FILOSOFÍA MODERNA

CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL
El Renacimiento puede considerarse la fase inicial de la filosofía
moderna. Es una etapa de renovación y progreso.

España vive un momento de esplendor sin precedentes; las


dimensiones del imperio español la convierten en la potencia
hegemónica europea, pero mantener esta posición no estará exento
de dificultades a lo largo de los siglos XVI y XVII. Se desatan los
conflictos religiosos derivados de la Reforma protestante y la
Contrarreforma de Trento, la unidad religiosa de Europa se fractura
en protestantes y católicos y la hegemonía española será discutida
por Francia e Inglaterra: Los conflictos y la mala gestión económica
llevarán a la economía española a la bancarrota y al inicio de su
decadencia.

Fueron grandes las aportaciones en literatura, música, arquitectura,


pintura, ciencia y filosofía, etc. La importancia de la imprenta fue
decisiva en la difusión de la cultura. Son muy numerosos los inventos
y destacaron los avances en medicina.

En el siglo XVI, la mentalidad teocentrista medieval es sustituida por


el antropocentrismo humanista, sin que eso suponga que el hombre
del Renacimiento se desentienda de Dios. El interés por el mundo
clásico caracteriza a los humanistas, que en materia de filosofía
recuperarán a sus dos mayores pensadores: Platón y Aristóteles.

El siglo XVII se corresponde con el Barroco y en él pervive la


mentalidad antropocéntrica que culminará con abundantes y
destacados progresos científicos.

Es en los siglos XVI y XVII cuando se produce la revolución científica.


Copérnico revolucionó la astronomía proponiendo un nuevo modelo
de universo heliocéntrico que derribaba el paradigma del
geocentrismo aristotélico. Galileo más tarde confirmará esta teoría y
creará el método hipotético deductivo que rige la ciencia actual.
Kepler, corregirá las órbitas de los planetas y más tarde Newton
formuló las leyes del movimiento y de la gravitación universal.

CONTEXTO FILOSÓFICO
La filosofía moderna es la que se desarrolla en Europa durante los
siglos XVII y XVIII. En esta definición dejamos fuera la filosofía que se
desarrolló en el Renacimiento (XVI) porque los filósofos no harán
aportaciones novedosas hasta el siglo XVII.

La filosofía moderna se desarrolló en dos corrientes: El Racionalismo


(Descartes, Spinoza, Leibniz y Melabranche) y el Empirismo (Locke,
Berkeley y Hume) y su culminación llegará con Kant, que recogió
elementos de las dos escuelas y desarrolló una propuesta original que
dio paso a una nueva etapa en la Historia de la Filosofía.

Aunque cada autor planteará una doctrina distinta, podemos decir


que la filosofía moderna comparte unas características comunes:

1. Secularización: La filosofía se desvincula de la Iglesia y la


universidad, los filósofos ya no son, como en la Edad Media,
clérigos que enseñan en las universidades, sus escritos se
dedican a un público más amplio, ya no escriben en latín, usan
un lenguaje menos complicado y tratan temas interesantes
para las clases instruidas.
2. Pérdida de interés por la teología: Los filósofos prefieren
centrarse en temas relacionados con el hombre y la naturaleza.
3. Autonomía de la razón: Se da la ruptura definitiva entre fe y
razón que ya había comenzado en el XIII con la teoría de la
doble verdad del averroísmo latino. Convierten la razón en el
“tribunal supremo” que juzga y tiene la última palabra sobre
todas las cuestiones, capaz de resolver todos los problemas.
4. Influencia de la ciencia moderna: la filosofía se contagió del
progreso de la ciencia moderna.
La filosofía deja de ser sierva de la teología y aspira a aportar
su granito de arena al conocimiento del mundo, incluso
contribuyó a la creación de la ciencia moderna. Sin los filósofos
no se puede entender el desarrollo de la ciencia en los siglos XII
y XVIII,
La ciencia considera fundamental su método, es decir, la
manera ordenada de proceder en la actividad científica para
asegurar el éxito. La filosofía se dedicará a pensar en el método
científico y a su vez, a encontrar el método para poder conocer
la realidad.
5. El mecanicismo se impone como paradigma científico, es
decir, el mundo se entiende como una máquina: todos los
fenómenos naturales encajan como las piezas de un reloj, y
todo se reduce a leyes matemáticas. El objetivo de la ciencia es
descubrir cuáles son las leyes que rigen los fenómenos, y así
saber de antemano lo que va a suceder. El mecanicismo está
ligado a una concepción determinista de la materia: todo está
ligado por relaciones de causa-efecto.
La filosofía se centrará en el hombre como objeto de estudio,
pero en el hombre como sujeto cognoscente, es decir, que
reflexionan menos sobre el mundo que nos rodea y más en
cómo lo conocemos. El tema central será, por tanto, la
epistemología…

La filosofía moderna se organiza en dos corrientes:


Racionalismo y Empirismo.

Ambas corrientes coinciden en la confianza en la razón como órgano


de conocimiento, la diferencia entre ambas estriba en el origen
del conocimiento.

El Racionalismo establece que el origen del conocimiento está en


las ideas innatas, aquellas con las que nacemos. Esto no significa que
un recién nacido tenga ideas en su mente, sino que la verdad de
ciertas ideas es percibida por si misma sin recurrir a los sentidos. La
experiencia es la ocasión para que la mente perciba la verdad de
estas ideas. Se las denomina innatas o a priori porque son anteriores
a la experiencia, aunque solo a través de la experiencia se pueda
llegar a ellas. Esto explicaría que el origen de algunos conceptos no
puede ser justificado por la experiencia. Descartes afirma que ideas
como “Dios” han de ser innatas, lo que garantiza que sean
universales e impersonales, puesto que si provinieran de los sentidos,
no nos podríamos fiar de ellas, pues los sentidos nos engañan. Los
sentidos y lo que proviene de ellos están unidos a lo parcial y lo
opinable, pues ante una misma experiencia, hay opiniones distintas.

El origen del conocimiento, por tanto, no puede ser la experiencia,


sino la propia facultad de pensar, y esto es innato.

Los racionalistas construyen la filosofía como un sistema deductivo


que parte de las ideas innatas. Encontraron en las matemáticas el
modelo de claridad, certeza y deducción ordenada que garantiza
obtener verdades universales libres de connotaciones personales, por
ello, quieren emplear un método similar para construir filosofía.

Entre los racionalistas destaca Descartes, cuya influencia se


manifestó en otros representantes de esta corriente: Pascal,
Spinoza y Leibniz.
El Empirismo es el movimiento filosófico que sostiene que el
conocimiento proviene de la experiencia y niega la existencia de las
ideas innatas. La mente es una tabula rasa, en ella no hay nada
escrito hasta que se empieza a llenar con las ideas que proceden de
la experiencia. Esta teoría fue estimulada por el éxito de la ciencia
moderna, cuyo método no solo se apoyaba en las matemáticas, sino
también en la atención a los datos empíricos. El modelo de ciencia
para los empíricos será la física, donde la observación y la
experimentación son fundamentales. No es que rechacen las
matemáticas como ciencia, sino que consideran que su método
deductivo no parte de la experiencia y están por ello, alejadas de la
realidad.

Para los empíricos, el método correcto es el inductivo porque extrae


principios generales a partir de observaciones de casos particulares y
así se obtienen generalizaciones que pueden ser falseadas con
descubrimientos posteriores. El conocimiento obtenido por el método
inductivo no es tan seguro como el de las matemáticas, pero como
parte de los sentidos, es el único que nos aporta información del
mundo.

Confían en el poder de la razón, pero no son tan optimistas como los


racionalistas, pues piensan que nuestra razón tiene limitaciones y no
puede llegarse a un conocimiento absoluto de la realidad. Dentro de
la corriente del empirismo destacan: Bacon, Locke, Berkeley y
Hume.

Relacionada con Racionalismo y Empirismo está la Ilustración que


no fue un movimiento filosófico, sino una actitud que caracterizó a los
intelectuales del siglo XVIII, más allá de la filosofía. Nació en
Inglaterra y arraigó con fuerza en Francia desde donde se extendió.
La actitud de los ilustrados se definía por someter todo al filtro de la
razón. Confían plenamente en el poder de la razón como el único
instrumento para solucionar los problemas. La razón no debe estar
contaminada por la religión y la tradición, porque no debe asumir
nada sin someterlo a crítica; por esto lucharon contra el absolutismo,
la superstición y el autoritarismo de la Iglesia.

Para los ilustrados el conocimiento parte de la experiencia, no existen


las ideas innatas, sino que hay que partir de los hechos para
comprender las leyes que los rigen. El centro de todo es el hombre y
el objetivo de los ilustrados es mejorar su bienestar a través del
progreso. Desde el punto de vista político, la Ilustración fue uno de los
principales motores de difusión del liberalismo iniciado por Locke.
Estos pensadores coincidían en la necesidad de una reforma del
Antiguo Régimen. El poder político debe proteger y extender los
derechos individuales interfiriendo lo mínimo en la vida de las
personas. Era necesario salvaguardar la libertad mediante una
constitución que recogiese la separación de poderes planteada
inicialmente por Locke. También se propusieron aumentar la
participación del pueblo en el gobierno mediante la elección de los
representantes políticos, hacer efectiva la separación Iglesia-Estado,
la igualdad de todos los hombres ante la ley y la libertad económica
materializada en el derecho a la propiedad. Ente los ilustrados,
destacaron Montesquieu, Rousseau, Adam Smith y Kant, que
consiguió realizar la síntesis de racionalismo y empirismo afirmando
que el conocimiento comienza en la experiencia y acaba en la razón,
porque sentidos y razón son compatibles y válidos para el
conocimiento.

Los ilustrados consideraron la educación como la clave para conseguir


la igualdad. Se produjeron los primeros intentos de extender la
alfabetización a todos los sectores de la sociedad, incluso se
promovieron ayudas para que los hijos de las familias pobres
pudieran acceder a la educación y los primeros sistemas de
enseñanza para invidentes y sordomudos.

La confianza en la razón hizo que el tema de Dios fuese debatido con


insistencia. Se discutió sobre el origen de la religión, sobre la
existencia de Dios, los milagros, sobre el sacerdocio y todo tipo de
asuntos relacionados. La religión tradicional sufrió una oleada de
críticas y el ateísmo dejó de ser un fenómeno aislado.

RENÉ DESCARTES
(1596-1650) Nació en Francia, estudió con los jesuitas y se licenció en
Derecho civil y Canónico. De sólida formación matemática y científica,
revolucionó el método filosófico y es considerado el padre del
racionalismo moderno. Su obra más importante es El discurso del
método.

ASPECTOS TEMÁTICOS DE SU PENSAMIENTO.

Aparecen recogidos en su obra principal titulada “Discurso del


método”.

1. La duda metódica.

Una herramienta eficaz de la filosofía cartesiana para llegar a la


verdad es la duda. Esa es la forma de someter a prueba su teoría del
conocimiento.
Esta duda es metódica, no escéptica, se duda como método, como
táctica o como estrategia para llegar al verdadero conocimiento. Y
como el objetivo es la verdad, aunque aún no la tenga espera llegar a
alcanzarla. Los escépticos negaban la existencia de la verdad,
Descartes no niega la verdad y confía en alcanzarla usando la razón.

La duda es universal, duda de todo lo que es posible dudar. En


primer lugar duda del valor del conocimiento sensible: los sentidos
engañan a veces, y puede ser que engañen siempre. Estos están bajo
sospecha de falsedad, por lo que no son fiables y su información no
es segura ni válida para el entendimiento.

Desconfía de los sueños: muchas veces se confunden las pesadillas


con la realidad, otras veces, es difícil distinguir el sueño de la vigilia;
y ¿si la vida fuera un sueño en el teatro del mundo?...tengo derecho a
dudar ahora mismo y siempre, si estoy dormido o despierto.

Esta duda preliminar es provisional, no definitiva, sirve de fase


previa al verdadero conocimiento. Desea proceder desde la
desconfianza hasta la seguridad en la verdad. Aparentemente la duda
supone destrucción, pero en este caso es limpieza y purificación para
conseguir mejor el pensamiento filosófico.

También es posible dudar de la propia razón cuando razona mal,


cuando se precipita al juzgar algo o cuando comete errores al realizar
simples operaciones de cálculo matemático y cuando se producen
paralogismos: razonamientos falsos que parecen verdaderos, pero
que se dan sin mala fe y sin intención de engañar (a diferencia de los
sofismas).

La duda es hiperbólica, es decir, tan completa que llega a la


exageración de plantear la posibilidad hipotética de que exista un
genio maligno, es decir, un dios malo y engañador que se
complacería en confundir mis pensamientos.

La duda es sistemática porque responde a un cierto orden, a una


selección y a una finalidad deliberada. Duda de todo aquello de lo que
se puede dudar, con lo cual salva las verdades que son indudables.

2. La primera verdad: “Yo pienso, luego soy”

Tras la fase de duda llega el descubrimiento de la primera verdad,


“yo pienso, luego soy”, una verdad evidente que no admite discusión.
La duda ha encontrado su primer principio verdadero: si pienso, soy,
si dudo, soy, si me engañan los sentidos, soy, si sueño, soy…hay un
sujeto pensante al que le ocurre todo esto. Esta verdad es tan
evidente, clara y distinta que nadie la puede negar. Pensar es todo
acto de conciencia, es todo aquello que ocurre en mí y soy consciente
de ello. Es decir, entender, querer, imaginar, dudar, sentir…son
actividades propias del pensamiento.

En esta verdad: “pienso, luego soy” está el primer fundamento del


edificio de la filosofía que se propone construir Descartes, es decir, la
evidencia de su alma como sustancia pensante (aquella realidad que
causa sus pensamientos), es la primera verdad requerida por la
primera regla del método.

El lenguaje que emplea Descartes en el Discurso del Método tiene


como protagonista al yo, escribiendo frecuentemente en primera
persona: yo pienso, yo dudo, yo sueño, yo tengo unos sentidos
engañosos…

3. El método

Descartes se da cuenta de que para guiarse en el conocimiento


necesita un método, una forma de proceder sistemática y
ordenadamente. Sabe que muchos errores se producen por falta de
orden mental y de método.

1. El método es una cuestión clave y central de su pensamiento,


entiende que sin una metodología adecuada es imposible
filosofar. El método evita la precipitación y la prevención, que son
los dos extremos que entorpecen el camino del conocimiento
hacia la verdad.
2. El método se basa en el análisis: Consiste en descomponer o
dividir el problema en partes pequeñas para estudiar mejor cada
una de ellas buscando la mejor solución. Se procede de lo
complejo a lo simple.
3. Aplica después la síntesis:(proceso inverso al anterior) consiste
en ir de lo simple a lo complejo para llegar al conocimiento de lo
más complicado.
4. Se necesita también la enumeración-revisión: Comprobar y
controlar el proceso haciendo recuentos y revisiones para estar
seguro de que no falta nada.

4. El conocimiento.

Es posible gracias a la razón, no importa que los sentidos engañen y


no nos fiemos de ellos. Basta aplicar la razón distinguiendo lo
verdadero de lo falso. Distingue varios tipos de ideas: Innatas,
adventicias y facticias.
La primera idea evidente, clara y distinta es el “yo pienso” y es una
idea que procede de mi razón y por tanto es fiable. Está en mi mente
desde siempre, es como si naciera conmigo y creciera conmigo a lo
largo de mi vida. A este tipo de ideas claras y distintas que no
proceden de la experiencia las llama ideas innatas. Las ideas
innatas han sido puestas en nuestra mente por el autor de la
naturaleza y se van desarrollando a lo largo de la vida,
independientemente de la experiencia sensible.

Hay otro tipo de ideas que proceden de la experiencia exterior e


interior, de las sensaciones del mundo o del propio cuerpo (hambre,
calor…) y son pasajeras porque vienen y van. Estas ideas son
confusas y no fiables se llaman ideas adventicias.

Otro tipo de ideas proceden de mi propia mente, son fruto de mi


imaginación y de mis ilusiones, surgen de la combinación de ideas
adventicias y pertenecen al mundo de la ficción. Tampoco son fiables
y se las denomina ideas facticias.

Las claves del conocimiento cartesiano son la intuición y la


deducción, por la primera captamos intelectualmente lo evidente y
por la segunda concluimos verdades nuevas.

Descartes aspiraba a descubrir los fundamentos de una ciencia


universal que unificase a todas las ciencias siguiendo el modelo del
método analítico-deductivo de las matemáticas, ciencia que
nos proporciona conocimiento seguro. Este método racional debe
aplicarse también a la metafísica: Con la misma certeza con la que
concluimos las propiedades de un triángulo en geometría,
deduciremos nuestra existencia y la idea de Dios.

5. Hombre, Dios y mundo.

El hombre, el yo, es la unión de dos sustancias: el alma (res


cogitans) y el cuerpo (res extensa). La unión de ambas sustancias
no es necesaria; yo podría pensar aunque no tuviera cuerpo, sería un
espíritu pensante. El pensamiento convierte al hombre en un ser
superior a todo lo material que no piensa. El valor del pensamiento es
mayor que toda la inmensidad de la extensión.

El hombre es similar a una máquina con un dispositivo pensante: el


cuerpo es como la máquina extensa compuesta por piezas móviles y
el alma es la parte pensante, la más importante. El lugar donde reside
el alma es la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, este
es, según Descartes, el punto de unión entre la res cogitans y la res
extensa.
El alma, como sustancia pensante queda fuera del mecanicismo
corporal, porque el hombre goza de libertad. El hombre es libre,
porque es evidente que para dudar necesita libertad, es libre para
pensar, imaginar… La libertad permite la vida moral del hombre:
tiene que decidir responsablemente su modo de vivir eligiendo entre
el bien y el mal.

Tras el descubrimiento del yo se plantea la existencia de Dios (res


infinita). Para ello no propone pruebas originales, sino que acepta
argumentos de la tradición filosófica anterior:

- La presencia en mí de la idea de Dios demuestra su existencia:


siendo yo un ser finito, tengo en mí la idea de infinito, porque el ser
infinito la puso en mí.

- Si concibo en mi mente la idea de un ser mayor sin el que nada


puede ser pensado, entre sus perfecciones tiene que estar la de
existir, pues de lo contrario no sería el ser más perfecto que pueda
pensarse y habría otro ser por encima de él más perfecto. Dios tiene
todas las perfecciones y no le puede faltar la existencia, porque
dejaría de ser el ser perfecto.

-Dios existe en el pensamiento y en la realidad, ya que existir solo en


el pensamiento es menos perfecto que existir en la realidad.

- Si todo efecto tiene causa, yo soy causado y no soy causa de mí


mismo, porque si así fuera, me habría dado todas las perfecciones,
cosa que no ha ocurrido. Si yo fuera causa de mí mismo, yo no sería
un ser contingente, sino un ser necesario, sería Dios, y esto no es
cierto.

- Es evidente que hay Dios, Dios es la segunda idea innata


descubierta por Descartes. Dios es sustancia infinita, “aquello que no
necesita de ninguna otra cosa para existir”. Sus atributos son:
perfección, omnipotencia, eternidad, infinitud, omnisciencia,
veracidad…La seguridad que proporciona la existencia de Dios
elimina la duda universal procedente de la existencia de un genio
engañador. Si Dios es perfecto, entonces es veraz y por tanto no
miente.

Para saber con certeza que el mundo existe, no basta con verlo y
tocarlo ya que los sentidos me pueden engañar. Solo la verdad de
Dios, el ser perfecto que no engaña, me garantiza la existencia del
mundo que él ha creado. Como Dios es perfecto no puede ser falaz. El
mundo extenso, físico y material es la tercera idea innata.
El mundo es una sustancia extensa res extensa finita, es como un
gran mecanismo compuesto por máquinas. Plantas y animales son
máquinas autómatas sin razón, también los cuerpos humanos
(Descartes experimentó con cadáveres para descubrir su
funcionamiento y aplicarlo a la medicina). El alma humana no forma
parte de esa maquinaria porque es otro tipo de sustancia. El mundo
se guía por las leyes del determinismo mecanicista (ley de inercia, ley
del movimiento rectilíneo…).

El fundamento de la filosofía cartesiana que inicialmente estaba en el


yo, ahora pasa a estar en Dios: Él garantiza mi conocimiento y mi
existencia en el mundo.

6. Proyección histórica: relación de la filosofía de Descartes


con la de otras épocas.

El conocimiento de estas tres realidades: yo, Dios, y el mundo, son los


grandes temas de la filosofía cartesiana, tiene sus raíces en épocas
anteriores y su prolongación en la filosofía contemporánea.

El protagonismo del yo, comenzó en la filosofía con el humanismo


griego que caracterizó la época clásica. Los filósofos abandonaron el
interés de épocas anteriores por la naturaleza para centrarse en el
hombre. Sócrates es el maestro sabio que busca conocerse, estaba
interesado en conocer el alma humana. Tiene en común con
Descartes el filosofar en primera persona, y desde el yo, de ahí su
máxima “solo sé que no sé nada”, así reconoce su ignorancia y duda
ante lo conocido y lo desconocido. Considera que su oficio consiste en
dar a luz la verdad que está en el interior partiendo de la duda. Para
Platón, el hombre es la unión de dos sustancias en lucha: cuerpo y
alma, el cuerpo es la cárcel del alma. Descartes tiene en común con
Platón este dualismo pero sostiene que el cuerpo no es cárcel, es
alojamiento del alma y las dos no están en lucha. Para Aristóteles el
hombre es una unidad en la que alma y cuerpo forman una sola
sustancia, su planteamiento fue rechazado por Descartes.

En la Edad Media el interés por el hombre se mantuvo. La filosofía


cristiana de este periodo consideraba que el hombre, creado a
imagen y semejanza de Dios, era una sustancia de naturaleza
racional compuesta de cuerpo y alma.

En la Edad Contemporánea, Marx diluye el yo en las relaciones


sociales porque la economía es la que hace al hombre. Para Freud el
yo cartesiano es insuficiente para explicar la personalidad humana
porque además del yo consciente influyen en ella el inconsciente y el
subconsciente. Compartió con Descartes el interés por los sueños.
Descartes dudaba de los sueños y Freud lo que hace es interpretarlos
y convertirlos en la base de su psicoanálisis. Ortega y Gasset
afirmó: “yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo a ella no me salvo
yo”. Concibe el yo como una realidad radical, evidente, libre y unida a
las cosas y las circunstancias que lo rodean.

La pregunta sobre Dios ha existido desde sus comienzos en la filosofía


y siempre estuvo unida a la cuestión del más allá o la inmortalidad.

En la Edad Antigua, Platón definía la idea del Bien con las


características propias de la divinidad: inmutable, eterna, perfecta.
Aristóteles habla de Dios como Acto Puro y Causa.

La llegada del cristianismo marcó el comienzo de otra época filosófica


caracterizada por el teocentrismo. Las pruebas de la existencia de
Dios que utiliza Descartes son tomadas de los filósofos de la Edad
Media: San Agustín planteó que la idea de infinito está presente en
el hombre que es limitado, por tanto, dicha idea solo puede proceder
del Ser infinito. San Anselmo expuso su argumento ontológico:
existe un Ser perfecto porque tiene todas las perfecciones y existe en
el pensamiento y en la realidad. Santo Tomás se inspiró en los
anteriores para crear su teología y en sus vías plantea el principio de
causalidad: Todo ser contingente debe ser causado porque todo
efecto tiene su causa. Yo no soy causa eficiente de mí mismo. Si yo,
que soy limitado e imperfecto, me hubiera causado a mí mismo, yo
sería perfecto, sería Dios. Está claro que soy un ser causado y
contingente. Aunque Descartes se inspiró en Santo Tomás, la
demostración cartesiana de la existencia de Dios razona desde Dios
hasta el mundo, mientras Santo Tomás lo hacía a la inversa.

La Edad Contemporánea estuvo presidida por el ateísmo. Para


Marx solo existe la realidad material. Dios y la religión son
alienantes, son instrumentos para anular al individuo y anular su
pensamiento. Sartre afirma que el hombre está solo en el mundo,
que no existe un Dios creador.

El conocimiento del mundo fue un tema prioritario para los


presocráticos que estaban centrados en encontrar el principio, el
origen de la naturaleza. En esta búsqueda la razón está por encima
de los sentidos engañosos. Del mismo modo procede Descartes,
busca un primer principio racional en el que confiar, rechazando el
valor de los sentidos. La relación entre los pitagóricos y Descartes
es clara al hablar de matemáticas. Ambos sostienen que todo es
matematizable, que todo es número. Los dos mundos que distingue
Platón tienen mucha semejanza con la confianza cartesiana en la
razón y el rechazo de los sentidos engañosos. Las ideas innatas
cartesianas guardan relación con el mundo inteligible. Descartes fue
muy crítico con Aristóteles porque sostuvo que el conocimiento solo
podía proceder de los sentidos, aspecto contrario a la existencia de
ideas innatas.

En la Edad Media el mundo se entendía como creación de Dios.


San Agustín intentaba rebatir el escepticismo con la frase “si fallo,
soy”, que guarda una clara semejanza con la de Descartes y Santo
Tomás sostiene que el conocimiento es el resultado de la labor
conjunta entre sentidos, razón y fe.

En la Edad Contemporánea, Ortega y Gasset al igual que


Descartes se propone conocer la realidad, pero lo hará a través del
perspectivismo, es decir, según él el conocimiento de la realidad se
obtiene sumando puntos de vista o perspectivas que crean la verdad
completa.

En cuanto a la cuestión del método que tanto preocupó a Descartes


no nace con él. En la Edad Antigua los presocráticos utilizaban el
método de la observación para conocer la naturaleza. Los sofistas
partían del método retórico: construir razonamientos convincentes y
Sócrates empleó la mayéutica: el diálogo como método para extraer
la verdad. Platón siguió esta misma línea del diálogo y creó la
dialéctica: método de contraposición de argumentos que permitiría al
filósofo gobernante salir de la ignorancia y alcanzar la sabiduría.

En la Edad Media la dialéctica era una asignatura universitaria y en


ella se seguía el método de la lectura de textos filosóficos y tras ello
los comentarios y discusión pública. Descartes criticó mucho este
sistema, pensaba que daba demasiada importancia al argumento de
autoridad.

En la Edad Moderna rivalizan el método racionalista y empirista. Con


Kant, que se inspira en Descartes, aparece el Método Trascendental:
el sujeto debe poner las condiciones al conocer.

En la Edad Contemporánea Marx concibe el Materialismo dialéctico


como método para interpretar la realidad. Su método sigue tres fases:
tesis, antítesis y síntesis.

TERMINOLOGÍA
SUSTANCIA: Aquello que no necesita de ninguna otra cosa para
existir. Distingue tres tipos: sustancia pensante o yo, sustancia
infinita o Dios y sustancia extensa o mundo.

YO: Primera idea innata, clara y distinta que descubre Descartes.


“Pienso, luego soy” supone el descubrimiento del yo pensante que es
una evidencia. En el Discurso del método Descartes escribe en
primera persona dando protagonismo al yo.

ALMA: Res cogitans,( sustancia pensante). Es una sustancia espiritual


finita porque tiene comienzo, simple, porque no se descompone en
partes y es inmortal. Es independiente del cuerpo y no necesita de él
para existir. Es principio de conciencia, es decir, es aquello por lo que
soy consciente. Según Descartes, el alma es más fácil de conocer que
el cuerpo.

CUERPO: Res extensa (sustancia extensa). Es la sustancia material,


está delimitada por la figura y ocupa un espacio, se puede pensar y
medir. Su funcionamiento se asemeja al de una máquina, puesto que
se compone de partes materiales que se mueven. En consecuencia, el
cuerpo es limitado, finito y mortal.

DIOS: Sustancia infinita, es el Ser infinito que ha puesto en mí la idea


de infinitud. Su presencia en mi mente demuestra su existencia.
Tiene todas las perfecciones, por lo que no le puede faltar la
existencia. Es perfecto, omnipotente, bueno y tiene como atributo
primordial la veracidad: Dios no me engaña, es principio y garantía de
verdad.

MUNDO: Res extensa (sustancia extensa), realidad material no


pensante, finita y matematizable. Es como una gran máquina
compuesta por máquinas. Es una idea innata, clara y distinta. Existe
porque Dios es veraz y no me engaña.

DUDA: Punto de partida del conocimiento cartesiano. Actitud de


prevención de la mente ante lo desconocido. La duda es teórica, no
es práctica, es metódica y no escéptica, es la estrategia cartesiana
para llegar a la verdad. Es universal, abarca a los sentidos, a los
sueños, al genio maligno y a la propia razón cuando actúa mal.

EVIDENCIA: Criterio de verdad basado en la claridad y la distinción,


consiste en captar directamente la verdad de una proposición con la
simple inspección de la mente. Es la primera y más importante regla
del método, que acepta como verdadero solo lo que es claro
(indudable) y distinto (inconfundible).
EXTENSIÓN: o sustancia extensa es todo lo material, sensible o
corporal que tiene anchura, altura y profundidad. Es el atributo o
cualidad esencial del mundo. Lo extenso no piensa y lo pensante no
es extenso. Es matematizable y se puede encuadrar en el espacio
gracias a las coordenadas cartesianas. Está compuesta de partes, es
limitada, se descompone y muere.

IDEA: Es cualquier objeto de pensamiento. Hay tres tipos: adventicias


(pasajeras), facticias (proceden de mi mente e imaginación) e innatas
(presentes desde siempre en mi razón e independientes de lo
sensible).

MÉTODO: Conjunto ordenado de reglas ciertas y seguras para evitar


el error y llegar al verdadero conocimiento. Es el camino para llegar a
la verdad y el instrumento para descubrir verdades nuevas.

PENSAR: Pensar es todo acto de conciencia, es todo aquello que


ocurre en mí y soy consciente de ello. Es decir, entender, querer,
imaginar, dudar, sentir…son actividades propias del pensamiento. El
pensamiento me convierte en un ser superior a la materia que no
piensa.

RAZÓN: Facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso. Es la


base del Racionalismo, que defiende que el conocimiento comienza y
se fundamenta en la razón, desconfiando de los sentidos.

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