Novia de Vacaciones - Hugo Wast
Novia de Vacaciones - Hugo Wast
Novia de Vacaciones - Hugo Wast
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B1ND1NG
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NOVIA DE VACACIONES
HUGO WAST
NOVIA
DE
VACACIONES
26° MILLAR
BUENOS AIRES
19 2 2
I
Elv RETRATO
— Gracias, coronel.
— ¡Oh! no, no, no..., coronel no, ¡tío!
— Bueno; gracias, tío. ¿Tiene usted buen cora-
zón?
— ¡ Magnífico !
— Vamos, no sé si me entiende, corazón así co-
mo el de San Vicente de PauL ¿ No es ese el santo
de la caridad?
— -Sí, sí, justamente como el de San Vicente de
Paul; y hasta creo que un poquito mejor. . .
— Entonces vamos a andar bien, porque es una
obra de caridad lo que voy a pedirle.
— ¡Oh! Y la Presidenta... ¿no se resentirá?
— ¿Se niega?
— No, sobrina; ¡qué desconfiada eres!
— ¿Me guardará el secreto?, por eso mismo de la
Presidenta.... Se trata de socorrer a un herido
muy grave ; vive en Lavalle al cuatro mil. Esta
mañana fuimos con tía a visitar a uno de sus po-
bres; por casualidad entré yo en el cuarto vecino,
donde está el que yo le recomiendo; lo atiende su
hija; no tiene médico y es cosa grave; vaya a ver-
lo hoy mismo. ¡Ah!, es huelgista; pero, ¿verdad
que esto no importa nada? Sin embargo, tía. . . ¿no
se lo dirá usted?, tía por eso no quiso auxiliarlo.
¿No es cierto que eso no importa nada?
— No importa, no — respondió secamente el co-
ronel. — ¡ Qué caridad ! — refunfuñó entre dientes ;
— ¡y eso que es puro corazón! Bueno, no te preocu-
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una conspiración, traía María Esther el billete del
coronel.
Era muy inocente, sin embargo; pero había que
proceder con aquel misterio, porque en la atmós-
fero de suspicacias y de celos de que Javierita los
rodeaba, otra conferencia como la del jardín ha-
bría hecho estallar la tormenta y el pararrayos hu-
biera sido Angelina.
"Mi linda sobrina: Perdóname que te dé una
mala noticia, que no será la última, si, como pa-
rece, tienes tanta vocación para ser una Vicenta de
Paul de veras y no de engañas, como tu tía.
"He visitado a tus pobres, a nuestros pobres, —
l me permites que les llame así ? ; no sé por qué me
halaga ese plural. Ayer dejé al herido mucho
mejor, pero hoy de mañana me lo he encontrado
muerto. Parece que la peritonitis es muy traidora.
Su hija, la hermosa Magdalena, andaba hecha una
verdadera Magdalena; y como no estaba para ta-
fetanes, me encargué yo del entierro. Queda sola
en el mundo; pero no te aflijas, porque yo la pro-
tegeré; ya le he encontrado una buena colocación
como ama de llaves.
"El vecino, mucho mejor; parece que tu tía tiene
buena sombra; le ha hecho varias visitas y sé
que se ha informado del huelguista; pero como
en el barrio* a mí nadie me conoce, habré pasado
seguramente por ser el .médico de la Federación.
"Un detalle final: nuestro pobre se llamaba
Dante Leoni. Ha muerto como un santo. Por cier-
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— ¡Qué injusticia!
— Toda la tarde hablaron de tí . . .
—¿Mal?
— Por supuesto . . .
— ¡ No llores !
— ; Si no lloro!
— Tienes los ojos llenos de lágrimas.
— Es que se me saltan sin que yo quiera... Si
tú no crees lo malo que digan de mí. . .
— ¡ No, Angelina, yo no lo creo !
— Bueno ; entonces, ¿ qué me importa de los otros ?
De tí no más me importa. . ., ¡de tí! Dame un be-
so. .
María Esther la besó en silencio, sintiendo que
la quería más, y salió corriendo a través de los
charcos del jardín con los grandes zapatos de Mr.
Jonh, que hacían más graciosa su amable figurita.
Angelina, en la penumbra de su cuarto, se quedó
saboreando la amarga injuria, que siempre, por su
instinto de reacción contra la injusticia, en lugar
de abatirla, la levantaba.
— ¡ No lloro, no lloro ! — exclamó secándose los
ojos.
No llovía ya, y la madreselva hacía entrar por
la ventana sus guías mojadas; una ramita en flor
cayó dulcemente sobre los cabellos de Angelina,
que, sintiéndola fresca y llorosa como ella, la apo-
yó en sus ojos ardorosos y la besó con efusión.
¿ Y una infinita dulzura le llegó al alma con el per-
fume de la íjor amiga.
X
NOVIA DE VA JACIONES
Magdai^na Lsoni
La misma m antss
— Bueno ; yo no lo quiero.
—¿No?
■— Lo aborrezco . . .
—
¿Y por qué es tu novio?
—
¿ Quién dice ? . . .
—
¡Todo el mundo!
—
No es mi novio, no es mi novio; es mi pesa-
dilla, es mi vergüenza; puedes decírselo a todo el
mundo, puedes decírselo a tu mamá, a Lidia, a
Javierita, a todo el que crea que ese hombre es mi
novio. . .
NOVIA DE VACACIONES 125
—¿A Julio?
— ¿Por qué a Julio?
— Porque él lo cree... y él te mira... ¿Sabes
que siempre te mira?
— ¡ Oh !. . . Bueno, a Julio también, ¡ a todo el
mundo! diles que ese Macario no es mi novio, que
yo no lo puedo ver. . . ¿Me crees?
— ¡ Sí, te creo !
— ¿Quieres que vuelva a ser la de antes?
—Sí.
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La racha
La inutii, victoria
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220 HUGO WAST
Bajo ws naranjos
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