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T-1149-04_NO FIRMAR ACTA

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Sentencia T-1149/04

ACCION DE TUTELA CONTRA PARTICULARES-


Presupuestos en los que procede

De acuerdo con el artículo 86 superior, la procedencia de la acción de


tutela contra particulares está supeditada a la existencia de uno de los
siguientes presupuestos: a) Que el particular esté encargado de la
prestación de un servicio público; b) Que el particular afecte gravemente
el interés colectivo; c) Que el solicitante se encuentre en estado de
subordinación o indefensión frente al particular.

ACCION DE TUTELA CONTRA ADMINISTRACION DE


CONJUNTO RESIDENCIAL-Casos en que procede

Esta Corporación ha sostenido que la acción de tutela resulta procedente


en los siguientes eventos: a) Cuando prima facie existe una vulneración
de derechos fundamentales o una limitación arbitraria de estos derechos;
b) Cuando el proceso verbal sumario "no resulta idóneo y efectivo para
lograr el amparo inmediato de derechos fundamentales conculcados o
amenazados en razón de actos expedidos por dicha junta o asamblea"; c)
Cuando las decisiones de la administración o asamblea impiden las
satisfacción mínima de las condiciones de existencia vital que los
individuos no pueden asegurarse por sí mismos. En tales casos, la acción
de tutela se constituye en una vía expedita y prevalente para proteger los
derechos vulnerados.

DEBIDO PROCESO EN ACTUACIONES PARTICULARES-


Vulneración de la administración de copropietarios

ADMINISTRACION DE CONJUNTO RESIDENCIAL-


Principios que la orientan

La Ley 675 de 2001, al establecer los principios que orientan la acción


de las copropiedades, entre otros, el de observar la función social y
ecológica de la copropiedad; el procurar la convivencia pacifica y
solidaria entre sus habitantes; defender el respeto a la dignidad humana;
admitir la libre iniciativa empresarial teniendo como limite el bien
común en el caso de las copropiedades mixtas.

DEBIDO PROCESO EN ACTUACIONES PARTICULARES-


Vulneración de la administración de copropietarios por no haber
firmado el acta de la asamblea en tiempo y aceptar su impugnación

Si la copropiedad tiene sus propios procedimientos establecidos en la ley,


quienes la representan deben observar tales mandatos bajo pena de
violar el derecho al debido proceso, como se probó en este caso al no
firmarse el acta de la asamblea en el tiempo que dispone la Ley y en
consecuencia no poder impugnarla. Se infringió de esa manera la
garantía constitucional mencionada, que supone aún para los
particulares el deber de obedecer al conjunto de trámites y normas que
regulan una determinada actividad o procedimiento. Como lo ha
sostenido la jurisprudencia de esta Corporación, no es simplemente una
garantía exigible del Estado sino que los particulares, están obligados
por la Constitución a observar las reglas del debido proceso, siendo un
derecho fundamental de la persona. Por eso, ante las vulneraciones o
amenazas para el ejercicio de ese derecho fundamental.

Reiteración de Jurisprudencia

Referencia: expediente T-954399

Acción de tutela instaurada por Dora


Adriana Reyes Martínez contra el
Conjunto Residencial Baviera.

Magistrado Ponente:
Dr. HUMBERTO ANTONIO
SIERRA PORTO

Bogotá, D. C., diecisiete (17) de noviembre de dos mil cuatro (2004).

La Sala Séptima de Revisión de la Corte Constitucional, en ejercicio de


sus competencias constitucionales y legales, específicamente las
previstas en los artículos 86 y 241, numeral 9º de la Constitución Política
y en el Decreto 2591 de 1991, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

dentro del proceso de revisión de los fallos proferidos por los Juzgados
Cincuenta y Ocho Civil Municipal y Quinto Civil del Circuito de
Bogotá, en el trámite de la acción de tutela instaurada por Dora Adriana
Reyes Martínez contra el Conjunto Residencial Baviera.

I. ANTECEDENTES

La demandante solicita la protección de sus derechos fundamentales al


debido proceso, a la igualdad, a la libertad de pensamiento y opiniones,
libre asociación para el desarrollo de la personalidad, elegir y ser Elegido
y recreación, consagrados en la Constitución Nacional, por considerar
que le han sido amenazados y vulnerados por el Representante Legal del
Parque Residencial Baviera -Propiedad Horizontal- señor HERNANDO
CARDONA ACEVEDO y la señora Revisora Fiscal MARÍA DE LOS
ANGELES BRAVO TORRES.
Los hechos relatados en la demanda son los siguientes :

1.- Que el 23 de marzo de 2004 en el salón Candelaria de la Torre I, del


parque residencial Baviera de Bogotá D. C., se realizó la segunda
convocatoria de la asamblea general ordinaria, donde se eligió a los
miembros del Consejo de Administración para el periodo 2004-2005.

2.- El acta de tal asamblea no se ha elaborado por quienes corresponde ni


se ha firmado, hecho que impide que sea impugnada, tampoco ha sido
declarada inexistente, ni nula por ninguna autoridad judicial.

3.- Que no obstante haberse realizado la asamblea en mención, el


Representante legal y la revisora fiscal declararon inexistente y nula el
acta de la citada asamblea y convocaron una nueva asamblea
extraordinaria para los días 3 y 6 de mayo del año en curso, con el fin de
elegir nuevo consejo de administración y con los mismos fines con que
se realizó la asamblea anterior. Considera la accionante que con tal
actitud se viola el debido proceso, porque éste no es el trámite a seguir,
ya que para convocar a otra asamblea ha debido impugnarse el acta de 23
de marzo pasado.

4.- Que el señor Hernando Cardona Acevedo no ha publicado, ni ha


querido entregar a los copropietarios copias del acta de asamblea
ordinaria del 23 de marzo de 2004.

Solicita en consecuencia que se tutelen sus derechos fundamentales y se


ordene a las personas accionadas que procedan a elaborar y firmar el acta
en cuestión. Como medida provisional solicita se ordene a los accionados
suspender la convocatoria para la asamblea extraordinaria a llevarse a
cabo los días 3 y 6 de mayo del año en curso.

Dentro de la actuación procesal surtida en el presente proceso se observa


que (i) el Juzgado de instancia dispuso oficiar a las personas accionadas
para que se pronunciaran sobre las pretensiones y hechos del escrito de
tutela, (ii) accedió a ordenar la medida provisoria reclamada de suspender
la convocatoria a la asamblea extraordinaria del citado conjunto; y (iii)
por auto de 6 de mayo de 2004, ordenó además integrar el contradictorio
por pasiva citando al juicio a JUAN DE JESUS MOJICA ESTEPA y
MERCEDES ARENAS HERNÁNDEZ. Solicitó copia del Reglamento
de copropiedad vigente y pidió a la Comisión verificadora de la
elaboración del acta de 23 de marzo de 2004, informar si el secretario les
entregó la misma para revisión.

II. INTERVENCION DE LOS ACCIONADOS

Los accionados señores HERNANDO CARDONA ACEVEDO y


MARIA DE LOS ANGELES BRAVO TORRES, señalaron en su escrito
de intervención:

1.- Que la tutela no procede cuando existen otros mecanismos legales


para hacer valer los derechos del afectado como son, acudir a los jueces
mediante procedimiento verbal sumario. art 435 del C.P.C., como la
cuestión se basa en un acta de asamblea, se consagra el artículo 408-6
ibídem señala el procedimiento para su impugnación.

2.- Que las diferencias entre copropietarios o entre éstos y la


administración de la propiedad horizontal que surjan con ocasión del
ejercicio de los derechos y obligaciones que este reglamento impone y
que no den lugar a decretar embargos preventivos, se dirimirán mediante
la Integración de un Tribunal de Arbitramento compuesto por tres
miembros designados por la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá.

3.- Que el articulo 39, inciso segundo, de la Ley 675 de 2001 dispone
que la asamblea "se reunirá en forma extraordinaria cuando las
necesidades imprevistas del conjunto así lo ameriten, por convocatoria
del Administrador, del consejo de administración, del revisor fiscal (…)”;
La reunión podrá celebrarse en cualquier día previa convocatoria del
presidente de la junta o del administrador o del Revisor Fiscal".

4.- Que nadie puede negar que es urgente reunirse frente a una situación
en que los presidentes de la asamblea malograda se niegan a firmar el
acta. Y,
5.- Que no se les puede exigir expedir copia de un acta que no está bajo
su entera facultad expedirla. La Revisora fiscal nada tiene que ver por
Ley o Reglamento con la elaboración del acta de la asamblea. El
administrador, por su parte, es solo el secretario que la elabora. “Pero
para que el acta exista y sea válida debe ir firmada por el presidente y el
secretario (Artículo 47 de la Ley 675 de 2001)."

A su turno, los accionados JUAN DE JESUS MOJICA ESTEPA y


MERCEDES ARENAS HERNANDEZ, en memorial obrante a folio 153
contestan la tutela, manifestando:

l.- Que "por no ser las personas a quienes se les dirige la acción por lo
mismo no estamos en condición de dar respuesta a cada una de las
pretensiones y hechos del libelo...” más sin embargo se ofrecen como
testigos para dar fe de los hechos que nos consta en calidad de
presidentes de la irregular asamblea.

2.- Posteriormente, en escrito de fecha mayo 12 de 2004 visible a folio


161-163, la Dra. MERCEDES ARENAS HERNÁNDEZ, manifiesta su
inconformidad con su vinculación como demandada a la Acción de tutela
y afirma que ésta no procede contra particulares ya que a términos del
artículo 45 del Decreto 2591 de 1991, "NO SE PODRA CONCEDER LA
TUTELA CONTRA CONDUCTAS LEGITIMAS DE UN
PARTICULAR". Es legítima en su opinión la acción de abstenerse de
firmar un documento privado con el que no está de acuerdo. Agrega, que
en el acto de estampar una firma está contenido la autonomía de la
voluntad. Que si se le obliga a firmar dicho documento no sería su
voluntad sino la del Juez, máxime cuando se trata de un
documento que recoge hechos falsos.

III. PRUEBAS RELEVANTES ALLEGADAS AL EXPEDIENTE.

1.- Convocatoria de la Asamblea Ordinaria del 23 de marzo de 2004


(fl.2)

2.- Copia del acta de 23 de marzo de 2004, sin firmar.

3.- Comunicación dirigida a MERCEDES ARENAS HERNANDEZ Y


JUAN DE JESÚS MOJICA, suscrita por el Secretario de la asamblea de
23 de marzo de 2004, señor HERNANDO CARDONA ACEVEDO,
quien afirma que en cumplimiento a lo previsto 10 en el artículo 47 de la
Ley 675 de 2001 les remite el acta de esta reunión, dejando constancia
como secretario que algunas decisiones no se ajustan a la ley, pues le
revisor Fiscal no lo nombró la Asamblea y otra. (fl.21)

4.- Comunicación suscrita por JUAN DE JESUS MOJICA ESTEPA y


MARIA MERCEDES ARENAS HERNANDEZ, en respuesta a la
comunicación del Secretario, en donde manifiestan que se abstienen de
firmar el acta por contener decisiones irregulares .

5. Solicitud de Convocatoria a Asamblea Extraordinaria para el 3 y 6 de


mayo de 2004, suscrita por la Revisora Fiscal y el señor Administrador
donde declaran que la asamblea de 23 de marzo de 2004 "… es
inexistente y nula…" por las irregularidades que anotan en el mismo
escrito (fls. 82 y 83).

6.- Folio de matricula inmobiliaria No. 50C-1310372, correspondiente a


la Unidad privada Apto 300 Interior 2, del Parque Residencial Baviera.

7.- Reglamento de Propiedad Horizontal del Parque Residencial Baviera


(FL. 90).

IV. DECISIONES JUDICIALES OBJETO DE REVISION

Mediante sentencia proferida el trece (13) de mayo del año en curso el


juez de primera instancia (Juzgado 58 Civil Municipal de Bogotá)
concedió el amparo impetrado, tras considerar que la accionante se halla
en estado de subordinación por las decisiones adoptadas tanto en la
asamblea, como por la misma decisión de los responsables del acta en no
firmarla y publicarla, lo cual hace incurrir a los accionados en una clara
violación del debido proceso, pues no hay copia del acta y ello impide
ejercer las acciones judiciales para impugnarla, lo cual implica
desconocer el mandato legal previsto en los Artículos 47 y 49 de la Ley
675 de 2001. El fallo ordena levantar la orden que había dado de
suspender provisionalmente la convocatoria a la mencionada asamblea
extraordinaria de 3 y 6 de mayo de 2004.

La sentencia de segunda instancia, proferida por el Juzgado 5 Civil del


Circuito de Bogotá confirma la decisión anterior, con los siguientes
argumentos :

“En el presente caso, es evidente que la justicia civil tiene


competencia para conocer de controversias suscitadas al
interior de los órganos directivos de la propiedad horizontal en
relación con los propietarios y residentes, pero, en tratándose
especialmente de violación a derechos fundamentales como
por razón de las decisiones adoptadas por dichos entes, es
procedente la tutela como mecanismo eficaz de garantía de
derechos, y aunque existe este otro medio de defensa judicial,
la tutela procede para amparar el derecho fundamental
violado, y evitar con ello un perjuicio irremediable, que a
juicio del despacho se dio en este caso, ya que una vez se
realizó una asamblea, el derecho es elaborar el acta y firmada
y publicarla para su eventual demanda por parte de la persona
interesada, y no volver a realizar una nueva asamblea para lo
mismo, ya que ello atenta contra el principio de la seguridad
jurídica y el debido proceso. Y la medida provisional de
suspender la convocatoria a otra nueva asamblea decretada
por el juez de primer grado, y levantada luego, tendió a dicho
fin, evitar un perjuicio irremediable para la comunidad.

V. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS .

1. COMPETENCIA

Esta Corte es competente para conocer de los fallos materia de revisión,


de conformidad con lo establecido en los artículos 86 y 241-9 de la
Constitución Política y en los artículos 31 a 36 del Decreto 2591 de
1991, y demás disposiciones pertinentes y por la escogencia del caso por
la Sala de Selección.

2. BREVES JUSTIFICACIONES PARA CONFIRMAR LOS


FALLOS DE INSTANCIA

De conformidad con el Decreto 2591 de 1991 artículo 35, esta decisión


será brevemente justificada, pues esta Sala no revocará o modificará los
fallos que se revisan, ni unificará la jurisprudencia constitucional, pues
no hay lugar a ello, ni se aclarará el alcance general de normas
constitucionales.

Se trata de determinar en este caso, si mediante tutela pueden ampararse


los derechos invocados por la accionante, cuya violación se predica de la
conducta del Representante Legal de la Copropiedad accionada, de la
Revisora Fiscal y de los Presidentes que tuvo la asamblea general
ordinaria segunda convocatoria de 23 de marzo de 2004, de no elaborar y
firmar el acta de esa asamblea, con la consecuencia de que tal documento
no ha podido publicarse, no se han expedido copias y los interesados no
han podido impugnarla ante la autoridades competentes.

La Constitución de 1991 consagró la acción de tutela como un


mecanismo para proteger los derechos fundamentales de las personas
cuando se encuentren amenazados o sean lesionados por parte de una
autoridad pública o de un particular - bajo ciertos supuestos legales -,
cuando no exista otro medio de defensa judicial, o cuando, existiendo, se
busque evitar un perjuicio irremediable. Se trata entonces de un
procedimiento judicial específico, autónomo, directo y sumario, que en
ningún caso puede sustituir los demás mecanismos jurídicos que
establece la ley.
De acuerdo con el artículo 86 superior, la procedencia de la acción de
tutela contra particulares está supeditada a la existencia de uno de los
siguientes presupuestos: a) Que el particular esté encargado de la
prestación de un servicio público; b) Que el particular afecte gravemente
el interés colectivo; c) Que el solicitante se encuentre en estado de
subordinación o indefensión frente al particular.

La Corte ha sostenido que la subordinación implica la existencia de una


relación jurídica de dependencia, v. gr. la de los trabajadores respecto de
sus patronos, o la de los estudiantes frente a sus profesores o ante los
directivos del establecimiento al que pertenecen, que tiene su origen en
la obligatoriedad derivada de un orden jurídico o social determinado . 1

Así, hay subordinación cuando existe un deber de acatar las decisiones


que toman otros, sin poder rebatirlas y sin tener la posibilidad de
discutirlas. 2

En el caso bajo estudio, la demandante se encuentra en estado de


subordinación, pues, como lo señaló esta Corporación en un caso similar,
“la subordinación tiene que ver con acatamiento, sometimiento a
órdenes proferidas por quienes, por razón de sus calidades, tienen
competencia para impartirlas, situación en la que también se halla la
petente, debido a que la decisión prohijada por la asamblea general y
llevada a efecto por la junta [administradora] debe ser acatada, según
los estatutos de la copropiedad...” 3

En este orden de ideas, la tutela que se revisa era procedente, a pesar de


haber sido interpuesta contra particulares, puesto que, como se anotó, la
demandante se encuentra en situación de subordinación frente a las
decisiones de la Asamblea del Conjunto Residencial Baviera . 4

Por otro lado, el artículo 6-1 del Decreto 2591 de 1991 establece la
improcedencia de la tutela cuando existen otros medios de defensa
judicial, salvo que la acción se interponga para evitar un perjuicio
irremediable.

El artículo 435 del Código de Procedimiento Civil establece que las


controversias sobre propiedad horizontal se tramitan en única instancia
mediante el proceso verbal sumario. La Corte ha señalado que esto es
así, cuando se trata de conflictos sobre temas como: a) la modificación
de los bienes de uso común, las alteraciones en su uso, la organización

1
Sentencia T-290 de 1993, M.P. José Gregorio Hernández Galindo
2
Sentencia T-1062 de 2001, M.P. Alvaro Tafur Galvis
3
Corte Constitucional, Sentencia T-333 de 1995, M.P. Antonio Barrera Carbonell
4
Ver Sentencia T-418 de 1999, M.P. Fabio Morón Díaz
en general del edificio ; b) la definición acerca de la legalidad de la
5

norma aprobada en tal sentido por la Asamblea de copropietarios ; c) los 6

conflictos económicos que se derivan de la aplicación del reglamento de


propiedad horizontal, tales como el pago de una determinada cuota de
administración . 7

Ahora bien, esta Corporación ha sostenido que la acción de tutela resulta


procedente en los siguientes eventos: a) Cuando prima facie existe una
vulneración de derechos fundamentales o una limitación arbitraria de
estos derechos; b) Cuando el proceso verbal sumario "no resulta idóneo
y efectivo para lograr el amparo inmediato de derechos fundamentales
conculcados o amenazados en razón de actos expedidos por dicha junta
o asamblea" ; c) Cuando las decisiones de la administración o asamblea
8

impiden las satisfacción mínima de las condiciones de existencia vital


que los individuos no pueden asegurarse por sí mismos . En tales casos,
9

la acción de tutela se constituye en una vía expedita y prevalente para


proteger los derechos vulnerados.

En el caso sub examine, las sentencias de instancia, concedieron el


amparo tutelar, bajo la consideración de que existía vulneración al
debido proceso y era la tutela el medio idóneo para la defensa de tal de
garantía. Comparte la Corte tales apreciaciones pues para determinar la
procedencia de la acción de tutela en casos como el presente, la
jurisprudencia ha estimado necesario tener en cuenta que cuando las
decisiones de la asamblea o junta de copropietarios no se refieren al
ejercicio de derechos o al cumplimiento de obligaciones propios del
régimen específico de propiedad horizontal, el proceso verbal no es el
mecanismo idóneo para dirimir tales conflictos.
5
Ver las sentencias T-233 de 1994 M.P. José Gregorio Hernández Galindo y T-070 de 1997.
M.P. Antonio Barrera Carbonell
6
Sentencia T-228 de 1994. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
7
Sentencias T-228 de 1994 M.P. José Gregorio Hernández Galindo, T-630 de 1997 M.P.
Alejandro Martínez Caballero.
8
Sentencia T-333 de 1995. M.P. Antonio Barrera Carbonell.
9
Sentencia T-454 de 1998, M.P. Alejandro Martínez Caballero
En el caso que nos ocupa, el asunto que genera la tutela es totalmente
ajeno a los conflictos sobre propiedad horizontal que pueden ser
dirimidos a través del procedimiento verbal sumario. Este caso, bien lo
observaron los fallos, involucraba el planteamiento de un problema
jurídico de relevancia constitucional directa, pues se trataba de establecer
si la conducta de los demandados violaba el debido proceso que debía
guardarse en actuaciones similares.

Ahora bien, la propiedad horizontal esta concebida como un régimen


jurídico especial de derecho de dominio en el cual los copropietarios
tienen reguladas sus obligaciones y derechos en el Reglamento de la
Copropiedad y en la misma Ley; en tales preceptivas también se
encuentran señalados los órganos de administración y dirección que
deben guiar sus actuaciones, su composición, funcionamiento y forma de
tomar decisiones. La jurisprudencia ha dispuesto que los órganos de
administración y decisión de la copropiedad por razón de los intereses
sociales que regentan, se asimilan a autoridades, pues toman decisiones
que afectan a los copropietarios y residentes. Como autoridades pues, los
órganos de administración en el ámbito de la copropiedad, están
obligados a observar los procedimientos que dicta el reglamento y la ley
para el trámite de las decisiones, de manera que inobservarlos puede
afectar el derecho a un debido proceso.

La Ley 675 de 2001, al establecer los principios que orientan la acción de


las copropiedades, entre otros, el de observar la función social y
ecológica de la copropiedad; el procurar la convivencia pacifica y
solidaria entre sus habitantes; defender el respeto a la dignidad humana;
admitir la libre iniciativa empresarial teniendo como limite el bien común
en el caso de las copropiedades mixtas, estableció en relación con el
debido proceso, lo siguiente:

"Articulo 47. Actas. Las decisiones de las asambleas se harán


constar en actas firmadas por el presidente y el secretario de
la misma en las cuales deberá indicarse si es ordinaria o
extraordinaria, además, la forma de convocatoria, orden del
día, nombre y calidad de los asistentes, su unidad privada y
su respectivo coeficiente, y los votos emitidos en cada caso.
En los eventos en que la asamblea decida encargar personas
para verificar la redacción del acta, las personas encargadas
deberán hacerlo dentro del término que establezca el
reglamento, y en su defecto, dentro de los veinte (20) días
hábiles siguientes a la fecha de la respectiva reunión. Dentro
de un lapso no superior a veinte (20) días hábiles contados a
partir de la fecha de la reunión, el administrador debe poner
a disposición de los propietarios del edificio o conjunto copia
completa del texto del acta en el lugar determinado como
sede de la administración, e informar tal situación a cada
uno de los copropietarios. En el libro de las actas se dejará
constancia sobre la fecha y lugar de la publicación. La copia
del acta debidamente suscrita será prueba suficiente de los
hechos que consten en ella mientras no se demuestre la
falsedad del acta o de la copia. El administrador deberá
entregar copia del acta a quien la solicite. Parágrafo. Todo
propietario a quien se le niegue la entrega de copia del acta,
podrá acudir en reclamación ante el Alcalde Municipal o
distrital o su delegado…”

Y respecto a la facultad de impugnar las actas se tiene:

"Artículo 49.- Impugnación de decisiones.- El administrador,


el revisor fiscal y los propietarios de bienes privados, podrán
impugnar las decisiones de la asamblea general de
propietarios, cuando no se ajusten a las prescripciones legales
o al reglamento de la propiedad horizontal. La impugnación
solo podrá intentarse dentro de los dos (2) meses siguientes a
la fecha de la comunicación o publicación de la respectiva
acta. Será aplicable para efectos del presente artículo, el
procedimiento consagrado en el artículo 194 del Código de
comercio o en las normas que lo modifiquen, adicionen o
complementen. Exceptúanse de las disposición contenida en el
presente articulo, las decisiones de la asamblea general, por
medio de las cuales se impongan sanciones por
incumplimiento de obligaciones no pecuniarias, que se regirán
por lo dispuesto en el capítulo Segundo del Titulo II de la
presente Ley "

Así pues, si la copropiedad tiene sus propios procedimientos establecidos


en la ley, quienes la representan deben observar tales mandatos bajo pena
de violar el derecho al debido proceso, como se probó en este caso al no
firmarse el acta de la asamblea en el tiempo que dispone la Ley y en
consecuencia no poder impugnarla. Se infringió de esa manera la garantía
constitucional mencionada, que supone aún para los particulares el deber
de obedecer al conjunto de trámites y normas que regulan una
determinada actividad o procedimiento. Como lo ha sostenido la
jurisprudencia de esta Corporación, no es simplemente una garantía
exigible del Estado sino que los particulares, están obligados por la
Constitución a observar las reglas del debido proceso, siendo un derecho
fundamental de la persona. Por eso, ante las vulneraciones o amenazas
para el ejercicio de ese derecho fundamental, cabe la acción de tutela. T-
470 de 1999.

Hallándole razón a las providencias revisadas, se recuerda que el amparo


fue concedido porque (i) habiendo sesionado la asamblea, debió darse
estricto cumplimiento a lo normado en el artículo 47 de la ley 675 de
2003, vale decir, levantar el acta correspondiente; y porque (ii) al no
cumplirse con tal obligación, se coartó la posibilidad de quienes
inconformes con las decisiones tomadas, pudieran impugnar ante la
autoridad competente, al tenor de lo dispuesto por el artículo 49 de la Ley
675 de 2003.

Por lo anterior se confirmarán las decisiones de instancia en la medida en


que protegieron el debido proceso de la accionante y ordenaron al señor
HERNANDO CARDONA ACEVEDO, que elaborara el acta de la
asamblea general ordinaria celebrada el 23 de marzo de 2004, en los
términos del artículo 47 de la Ley 675 de 2003 y en las condiciones
mencionadas en la sentencia de segunda instancia.

Finalmente se le recuerda al accionado que la competencia para decidir


sobre el cumplimiento de una sentencia de tutela, corresponde al juez que
conoció del proceso en primera instancia y, en contra de la providencia
por medio de la cual se resuelve sobre el asunto, sólo procede una nueva
tutela si ese funcionario incurrió en una vía de hecho al tramitar el
incidente correspondiente.

VI. DECISION

En mérito de lo expuesto, la Sala Séptima de Revisión de la Corte


Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por
mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Primero.- CONFIRMAR la Sentencia de trece (13) de julio de 2004


proferida por el Juzgado Quinto Civil del circuito de Bogotá, por el cual
se concedió el amparo al debido proceso a favor de la señora DORA
ADRIANA REYES.

Segundo.-. Por Secretaría, líbrese la comunicación prevista en el artículo


36 del Decreto 2591 de 1991.

Notifíquese, comuníquese, publíquese e insértese en la Gaceta de la


Corte Constitucional y cúmplase.
HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO
Magistrado Ponente

ALVARO TAFUR GALVIS


Magistrado

CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ


Magistrada

MARTHA VICTORIA SACHICA DE MONCALEANO


Secretaria General

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