Cartilla MISIÓN 2025
Cartilla MISIÓN 2025
Cartilla MISIÓN 2025
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MISIÓN DE VERANO 2025
Índice
Sugerencias para el catequista 03
Anexo (recursos) 40
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A continuación, encontramos sugerencias a modo de guía para la
preparación de cada encuentro.
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La idea es poder conocerse más, romper el hielo y embarcarnos juntos en
estos días de misión.
1. DINÁMICA DE LA TARDE
Material necesario: Hojas blancas
Objetivo: Elegir qué llevamos y qué dejamos para embarcarnos en este viaje.
Indicaciones: dividimos el grupo en 2 y los chicos van a tener que defender el
elemento que les haya tocado. Los coordinadores van a ser quienes elijan qué
elemento fue el mejor defendido y se ganó el lugar en el barco. Pueden utilizar
los objetos que les damos en la tabla, pero traten de pensar objetos ingeniosos
para que sea un momento divertido y los chicos puedan conectar entre ellos
desde la risa.
Ahora que ya saben qué objetos llevarían a un barco que está por zarpar, la
idea es charlar entre todos los valores que quieren embarcar con ustedes a
la barca de este nuevo grupo que comienza a vivir en comunidad la misión
de verano. La idea es que sea lo más personalizado, desafiante y propio
posible.
Conversen entre todos a fin de ponerse de acuerdo en cuáles son esos
valores que consideran imprescindibles para entrar mar adentro en esta
misión. Por ejemplo: “creo que la escucha es imprescindible si queremos
profundizar todos juntos.”
Nuestros mares permiten que el barco pueda avanzar, que nuestro grupo pueda ir
más allá. Descubrimos que no navegamos solos porque hay tripulantes que nos
ayudan en la barca. Reflexionemos acerca de estas personas que nos ayudan a
reorientar el rumbo.
¿Sabías que hay un tripulante que nunca abandona tu barca? Jesús es el que te
banca en tus tormentas, oleajes fuertes y también disfruta acompañarte cuando el
mar está tranquilo. Siempre está ahí con vos, solo hay que animarse a verlo.
Él elige acompañarte en tu barco, navegando el mar que sea porque es tu amigo. A
Jesús no le importa si te equivocaste y te metiste en una tormenta, te ama y, como
buen compañero, va a estar ahí para vos. Solo espera que seas auténtico, que
confíes en él y explores las virtudes que te dio para navegar tu mar de la mejor
manera.
Si haces memoria y te acordas del evangelio, Jesús llama a Pedro quien era
pescador, a ser pescador de hombres; lo llama a ser lo que él verdaderamente es:
Pescador, pero transformado. Él hace nuevas todas las cosas, solo basta dejarnos
tocar y renovar.
PROFUNDIZAMOS
Muchos se han preguntado sobre la verdadera identidad de este hombre llamado
Jesús de Nazaret. Historiadores, científicos, literatos, filósofos y teólogos, creyentes y no
creyentes. Y es que la figura de Jesús en sí misma es atractiva y causa muchas
interrogantes.
Pero, ¿Quién es realmente Jesús? ¿Quién es para nosotros los que creemos en Él?
Ya vimos y rezamos en la oración de la mañana a Jesús como luz del mundo. Jesús, es
el protagonista de nuestra Fe. Hay un rasgo esencial de la identidad de Jesús que
fundamenta nuestra Fe. Él no sólo fue un hombre bueno, que pasó por el mundo
haciendo el bien, dejando un legado y una doctrina interesante, sino que Él es el Hijo de
Dios. Él es el rostro vivo de Dios. Su condición no solo fue humana sino divina. Él es la
segunda persona de la Santísima Trinidad. Su vida no es un mero acontecimiento
histórico, que culminó con su muerte heroica, cuando entregó su vida por sus
seguidores; sino que Él está vivo, presente en medio de nosotros; y esto es posible
gracias a su Resurrección. Él sigue con nosotros, acompañando nuestros pasos, como
un amigo, como un maestro, como el Buen pastor, cumpliendo sus promesas de no
abandonarnos nunca, realmente presente en la Eucaristía, en los sacramentos, en la
oración.
Cristo, es la respuesta que da Dios a todo hombre que busca conocer la Verdad. Como
diría Benedicto XVI:
“Buscar sobre todo la Verdad que no es una idea, una ideología o un eslogan, sino una Persona,
Cristo, Dios mismo que ha venido entre los hombres”
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3. ORACIÓN DE LA NOCHE
para ello, es muy importante que puedan explicarles a los misioneros de qué se trata este
momento y lo que vamos hacer; su verdadero significado.
La adoración requiere disponibilidad a la acción del Señor, presente en este Sacramento.
Un encuentro, tan importante, no se improvisa, se prepara… Luego, lo vamos desarrollando,
con la apertura de que, si él nos mueve a otra cosa, iremos donde él quiera. Puedes
seleccionar algunas canciones de adoración y elegir algún momento para rezar con ellas.
Durante la adoración, también puedes poner de fondo música instrumental.
GUÍA SUGERIDA
Te invitamos a comenzar poniéndote en presencia del Señor, con esta oración. Hacela
despacio, renovando tu fe en cada palabra:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:/ "No pierdan la paz./ /Si creen en Dios, crean
también en mí./ (….) ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: /"Señor, no sabemos a dónde vas/ /, ¿cómo podemos saber el
camino?"/. Jesús le respondió: /"Yo soy el camino, la verdad y la vida/. /Nadie va al Padre
si no es por mí"/. /Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre."/ (…).
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Volvé sobre el texto, tomando una frase breve (puede ser cualquiera de las que
están entre / / ). Repetila de memoria varias veces, al ritmo de la respiración, con
la mirada fija en la Eucaristía. Desde allí te habla el Señor. Te ayudamos, por
ejemplo, elegís…
/Si creen en Dios, crean también en mí/
La repetís inspirando con lo subrayado , expirando con el resto. Si tenés el rosario,
te puede ir ayudando pasar las cuentas. Acordate que como la Virgen María,
estamos guardando sus palabras en el corazón.
Una vez que hayas interiorizado sus palabras, llega el momento de responderle
con las tuyas. Siguiente el modelo de la oración cristiana, te recomendamos
hacerlo en seis pasos. Dedicale a cada uno el tiempo que se merezca:
1. Alabanza: Lo alabamos por lo que Él es… “Te alabo
2. porque eres Dios… el Hijo del Padre Eterno… Te alabo
porque eres el camino, la verdad, la
vida... ” (Continuá añadiendo vos)
1. Acción de Gracias: Le damos gracias por lo que
hace… “Gracias por darme la fe… Gracias por quedarte
entre nosotros… Gracias por…” (Continuar)
1. Descarga: Con sencillez hablale de la fe en el medio
que te movés, los testimonios y los
desafíos… “Ya vez, Jesús...” (Continuar)
1. Súplica: Le suplicamos misericordia por lo
que no hemos hecho… “Perdón por mis faltas de fe cuando… Perdón…” (Continuar)
1. Petición: Acudimos en su ayuda para cambiar lo que debamos cambiar o
para seguir creciendo… “Ayudame a tener fe cuando… Ayudame…” (Continuar)
2. Ofrecimiento: Es el momento donde le expresamos nuestra colaboración y
disponibilidad… “Aquí estoy, Señor, a ser testigo de la fe… Te ofrezco…”
(Continuar)
Así como un hijo se alegra al ver el cariño que sus hermanos sienten por su madre,
Jesús, se alegra cuando le regalamos este tesoro de gracia a la Santísima Virgen
María. Cerramos esta adoración, poniéndola y poniéndonos en sus manos.
1. ORACIÓN DE LA MAÑANA
ITRODUCCIÓN: Jesús es el capitán de este barco que elegimos subirnos hace unos días. Pero
no solo fue elección propia venir a esta misión, fue Jesús quien nos llamó a emprender este
viaje. Él es quien sale primero a nuestro encuentro, nos invita respetando nuestra libertad, nos
acompaña y nos muestra el camino a seguir; Él es el verdadero camino a seguir.
Este llamado es siempre en comunidad, el corazón humano fue hecho para compartir la vida
con el otro. En este compartir ofrecemos lo más valioso: nuestro tiempo, nuestra historia y
vivencias, pero sobre todo NUESTROS DONES.
TRABAJO DE INTERIORIDAD PERSONAL:
Por medio de esta dinámica se busca que cada uno, de forma personal, pueda descubrir sus
dones, habilidades y cualidades; y reflexionar sobre la importancia de compartirlos con los
demás.
Pensemos en nuestro interior como un cofre que contiene un gran tesoro. Nos tomaremos, a
continuación, un momento para descubrirlo por medio de la siguiente dinámica.
COMPLETA LA FRASE
Deberá cada uno buscar un lugar cómodo y apartado para poder viajar a su interior.
Necesitarán lápiz y una fotocopia de las frases a completar.
SUGERENCIAS DE FRASES:
Me siento más feliz cuando estoy haciendo __________.
Algo que los demás suelen elogiar en mí es __________.
Una actividad que disfruto mucho y me sale bien es __________.
Me siento útil cuando ayudo a otros haciendo __________.
Algo que me da un profundo sentido de la vida es __________.
Me siento en paz cuando __________.
Si pudiera usar mi talento para ayudar a otros, haría __________.
Cuando imagino mi futuro, me veo __________.
Algo que he aprendido sobre mí mismo(a) es __________.
Cuando me encuentro con un problema, normalmente __________.
Una idea creativa que tuve recientemente fue __________.
Las actividades donde puedo expresar mi creatividad son __________.
Luego de haber mirado nuestro interior con sus virtudes y cualidades, oramos:
Jesús te doy gracias por haberme creado con un gran tesoro en mi interior,
a tu imagen y semejanza.
Te pido la gracia de poder compartirlo con los demás,
de ponerlo al servicio de quien lo necesite.
Se mi guía en esta misión y que por medio de tu Espíritu
pueda encender los corazones con tu luz.
Que María sea ejemplo de Servicio
y Alegría en mi vida,
y me lleve siempre a tu encuentro.
Amén. 11
2. FORMACIÓN DE LA TARDE
AMBIENTACIÓN: Se armará un altar con los barcos armados el primer día de misión. Si se
quiere, se puede recordar esos valor puestos en el barco y luego utilizarlos para la
reflexión.
INTRODUCCIÓN: (Recordá también tener en cuenta la oración de la mañana )
¿Te has puesto a pensar cómo todo lo bueno que hay en nosotros impacta en el otro?
¿Qué bien podemos hacer a los que nos rodean cuando salimos a su encuentro, cuando
nos ponemos al servicio?
El primer llamado o misión que Jesús nos hace entonces es compartir lo que somos
desde el amor, así sin más.
En los evangelios encontramos varios pasajes en donde Jesús les da una misión a sus
discípulos, pero previo a esto ya ha habido un encuentro profundo con la persona de
Jesús.
1. ORACIÓN DE LA MAÑANA
Lectura del texto bíblico: Lucas 1, 26-38 (La Anunciación)
Al sexto mes, envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven
desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era
María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
- Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo.
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué significaba tal saludo.
El ángel le dijo:
- No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás
por nombre Jesús. Él será grande, será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David,
su padre, reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin.
María dijo al ángel:
- ¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?
El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a
nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también ha concebido un hijo en su
vejez, y ya está de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios nada hay imposible.
María dijo:
- Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
Y el ángel la dejó.
Reflexión:
María era una joven sencilla, desposada de José, cuando Dios envió al ángel Gabriel a
decirle que la había elegido para ser la madre del Mesías, por obra del Espíritu Santo.
María pregunta y dialoga con él y, sin comprender el misterio ante ella, responde con
una fe libre y comprometida dando su sí a Dios: “Aquí está la esclava del Señor, que se
haga en mí según tu palabra”. Desde ese momento María es Madre de Dios, hija
predilecta del Padre.
María pertenecía al grupo de los anawim o “resto de Israel”, quienes esperaban
fielmente al Mesías prometido. Fue una mujer de oración, con gran confianza en Dios y
sus planes de salvación. Aparece en la boda en Caná, al iniciar Jesús su ministerio, y es
modelo de discípula que vive los criterios del Reino. Se asoció al sacrificio salvador de
Jesús, recibió como hijos/as a todas las personas redimidas por él y aceptó con
esperanza la muerte de Jesús en la cruz.
Nos enseñó que el amor es donación completa, tierno y fuerte, silencioso y elocuente.
Nos lleva a Jesús, el único salvador, y nos cuida con amor desde el cielo, por lo que la
invocamos como madre y mediadora. 14
María pregunta. Al hacerlo, ella nos enseña que a Dios le podemos hablar con confianza.
Cuando le contamos nuestras dudas, alegrías, tristezas y proyectos estamos orando.
Se fue con prontitud a la casa de Isabel (misionera). Ella se ha dado cuenta que su
pariente necesita ayuda, y no ha dudado en ir a servirle, aún sabiendo que viajar a
casa de Isabel demoraba en ese entonces varios días.
En los Evangelios encontramos otras escenas que nos permiten conocer más de María,
en ellos, se nos dice que ella está siempre junto a Jesús, que está siempre dispuesta a
escuchar y a servir.
Explicar que, así como el ángel Gabriel llevó un mensaje a María, hoy Dios también
nos habla a través de diferentes medios: su Palabra, nuestra conciencia, las
personas, y las circunstancias.
Entregar a cada participante una tarjetita que simboliza un mensaje del ángel para
ellos. Puede haber una caja en el medio y cada uno pasar a buscar una. O, una idea
más moderna, es hacer un celular de papel tipo cartel/sobre, colocarlo en el medio o
en una pared visible para todos y que los chicos puedan ir sacando de ahí frases en
formato “whatsapp”. (Ver imágenes)
Pedirles que lean la tarjeta en silencio. Ejemplos de mensajes en las tarjetas: "No
temas, Dios está contigo.", "Confía, porque tienes una misión importante.", "Tu luz
puede cambiar el mundo.", "Dios te ha elegido para llevar alegría.", "Sé valiente,
porque con Dios todo es posible.", "María dijo 'sí' y cambió el mundo. ¿Qué hará tu 'sí'?",
“Dios te llama por tu nombre”, etc.
Mientras hay vida hay esperanza. Vivir es tener deseos, vivir es anhelar algo y luchar para
alcanzarlo. Siempre estamos esperando alguna cosa: el ascenso en el trabajo, ampliar la casa,
un televisor más grande, un par de zapatillas nuevas. Y cuando una de estas esperanzas se nos
frustra, entonces nos sentimos amargados.
Sin embargo, lo curioso es que también, muchas veces, nos sentimos vacíos cuando
alcanzamos lo que tanto queríamos. Antes creíamos que con eso ya seríamos plenamente
felices, que no nos faltaría nada más. Pero a medida que se cumple una esperanza, nos surgen
otros anhelos y sentimos que todavía no estamos satisfechos.
Siempre deseamos algo nuevo, porque lo antiguo, lo que ya tenemos, no nos ha llenado. La
fiebre de lo nuevo se ha convertido en una enfermedad para el hombre de hoy.
Nuestras esperanzas las podemos apoyar sobre arena o sobre roca. Y sabemos que la única
roca verdadera es JESUCRISTO. Las cosas de este mundo fueron creadas para conducirnos y
acercarnos a Él. Por hermosas y nobles que sean, no son más que hitos en el camino, no pueden
saciar toda nuestra esperanza. No podemos apoyar la esperanza de nuestra vida sobre arena.
Tenemos que edificar sobre la roca de Cristo. Cuando apoyamos nuestras esperanzas sobre Él,
entonces tenemos entusiasmo y optimismo para enfrentar la vida.
Pero, ¿cómo encontrar a Cristo en mi vida concreta? ¿Cómo hacer que la luz de su esperanza me
penetre y me llene el corazón?
Sabemos que la Estrella que nos conduce a Cristo es María, su Madre.
La Iglesia la llama Madre de la esperanza. Desde la Anunciación, Ella apoya todos sus anhelos en
su Hijo. Ella sabe que Cristo es la roca que no pasa y que nunca desengaña. Por eso, espera
contra toda esperanza, incluso cuando Él muere, junto a Ella, en la cruz. Para los apóstoles, la
muerte de Jesús resulta el tremendo fin de todas sus esperanzas. No así para María: Ella
continúa su camino por la oscuridad, pero con el corazón lleno de esperanza.
Con su luz, Ella enciende también en nosotros la esperanza de Cristo y nos precede en el camino.
Así Ella nos ilumina para saber apoyar en el Señor todas nuestras esperanzas humanas. Y como
la vida de María, así también la nuestra se llenará de alegría, de un entusiasmo que no pasa, de
una eterna juventud.
Pidámosle, por eso, a la Virgen que nos ayude a construir una Iglesia de la esperanza, pero
apoyada sobre la roca de Cristo. Porque una Iglesia de la esperanza sólo se construye con
hombres y mujeres de esperanza, alegres y confiadas, que han tenido un encuentro vital con
Cristo en el corazón de María. ¡Que la Madre de la santa esperanza nos ayude en esta misión!
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3. ORACIÓN DE LA NOCHE
Ambientar el lugar donde se realizará el momento de oración. Puede ser la capilla o
el patio con luz tenue.
En clima de oración se los invita a escuchar la siguiente historia, pueden cerrar los
ojos y poner una canción o música instrumental de fondo.
“Érase una vez una joven vela que vivió feliz su infancia, hasta que cierto día le entró curiosidad
en saber para qué servía ese hilito fino que sobresalía de su cabeza. Una vela vieja decorativa, le
dijo que ese era su “cabo” y que servía para ser “encendida”. ¿Ser encendida?, ¿qué significaría
eso?, se preguntó la vela joven. La vela vieja también le dijo que era mejor que nunca lo supiese
y que disfrutara su vida tal como era.
La joven vela, aunque no entendía de qué se trataba, y aún cuando le habían advertido que era
mejor no saberlo, comenzó a soñar con ser encendida. Pronto, este sueño se convirtió en una
obsesión. Hasta que por fin un día, un fuego luminoso y ardiente, se acercó a ella y la encendió.
La vela al comienzo sintió el temor natural frente a lo nuevo y desconocido.
En cuanto fue encendida, experimentó un fuego abrazador y vio que una luz se adhería a su
cabo iluminándola. Al comienzo, ella notó un ardor que pronto cesó y descubrió que la luz que
ahora tenía se proyectaba a su alrededor. Era una sensación nueva que la hacía feliz. Muy
pronto, la vela iluminada, se dio cuenta de que haber recibido la luz constituía no solo una
alegría, sino también una fuerte exigencia... Ella descubrió que la luz que ahora tenía debía ser
alimentada y que el alimento estaba en su interior, dando de sí misma. Alimentando la luz, tomó
conciencia de que esto implicaba derretirse y consumirse...
Y aunque al alimentar la llama se consumía, su alegría se acrecentó, pues entendió que su
misión era dar luz. La vela vieja, veía de lejos alumbrar con alegría a la joven, y le decía que era
más cómodo no haber sido iluminada, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido
mejor estando ahí, tranquilamente decorando y hasta le ofrecía soplarla para que se apagase y
no se consumiera más.
Sin embargo, la vela joven, era conciente que cuando la apagaban su alegría cesaba, y por eso
prefirió continuar siendo encendida cada día, aunque cada vez que esto pasaba se consumía
más y más. Ella prefirió alumbrar felizmente cumpliendo su misión.”
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La idea es generar un momento de reflexión, ya sea individual o grupal... Se puede ir
leyendo unas preguntas guía, y que los misioneros estén con los ojos cerrados
reflexionando y si quieren escribir las respuestas en algún cuaderno también...
Pueden elegir algunas de estas:
¿He descubierto el propósito para el que fui creado, como la “vela” joven?
¿Qué "luces" puedo aportar al mundo desde mi vida diaria?
¿Estoy dispuesto a "encenderme" y vivir mi misión, aunque implique sacrificios?
¿Qué temores me detienen para responder al llamado de Dios?
¿Qué significa para mí "consumirme" por amor a los demás?
¿Estoy dispuesto a dar de mí mismo, incluso cuando cueste?
¿Qué me atrae más: una vida cómoda como la vela decorativa o una vida de
misión como la vela encendida?
¿Qué me motiva a seguir "encendido" en mi fe, incluso cuando hay dificultades?
¿Qué puedo aprender del ejemplo de María, quien dijo 'sí' y se entregó
completamente?
Cómo puedo ayudar a otros a encender su propia luz?
¿De qué manera puedo ser parte de una comunidad que ilumina el mundo
juntos?
¿Qué 'sí' quiero darle a Dios hoy?
¿Cómo puedo empezar a vivir de manera más plena mi misión en la vida?
¿Qué acciones concretas puedo realizar esta semana para ser luz en mi entorno?
María, como la vela joven, nos enseña que nuestra verdadera misión es
encendernos con la luz de Cristo, aunque eso implique sacrificios. Su vida es
un testimonio de que al entregarnos por amor, encontramos la verdadera
alegría y cumplimos el propósito para el cual fuimos creados: reflejar la
Luz de Dios al mundo.
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El objetivo de hoy es mostrar un Dios que se acerca a la humanidad, humilde,
sencillo, tierno y niño. Un Dios que asume la carne para vivir entre los hombres.
1. ORACIÓN DE LA MAÑANA
DINÁMICA DEL MATE
En un mate colocar bombillas de papel (pueden ser tiras de papel que simulen
bombillas)
Cada bombilla tendrá un personaje del pesebre. Ese personaje los representará durante
todo el día.
Se sentarán en ronda y pasarán el mate, sacando una bombilla con su personaje.
Luego tendrán que salir a buscar el significado de su personaje por el patio o
alrededores, adivinando cuál es.
PERSONAJES Y SIGNIFICADOS
El Pesebre: Representa la sencillez y humildad.
San José: Considerado un artesano de cierta posición, era descendiente directo del rey
David . Inspira obediencia y fortaleza.
Virgen María: Representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer compresiva y bondadosa.
Niño Jesús: Guía espiritual que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su
amor al mundo.
Los Pastores: Hacen alusión a las personas a las que se les apareció el ángel para darles
la noticia de que había nacido el Mesías. Fueron los primeros en visitar y adorar al recién
nacido y llevarle sus regalos. Representan a los humildes. Sus regalos son las cosas
sencillas que tenían para vivir, con ello muestran que quieren entregar a Jesús lo mejor
de ellos mismos.
Los tres reyes Magos: Ellos representan a todas las personas del
mundo, sea cual sea su origen, etnia, religión o posición social.
Jesús viene para salvar al mundo entero.
La estrella de Belén: Fue el astro que guió a los Reyes Magos
hasta el lugar donde nació Jesús. Es la propia divinidad
manifestándose como luz y guía. Foco de luz entre tinieblas y
guía para los que quieren ver la nueva verdad. Representa la luz
inagotable y refrescante que disipa las tinieblas para darnos
esperanza. También está asociada con el espíritu de celebración
y con las grandes ilusiones.
El ángel: Es el mensajero de Dios, quien da el anuncio a los
pastores y Reyes. Simboliza la bondad, el amor y la misericordia.
Ovejas: Es símbolo de dulzura, simplicidad, inocencia, pureza,
obediencia. La luz en el centro del ser. Vencedor de la muerte y de
las potencias del mal, todopoderoso, divino y juez. El cordero
suele ser símbolo de Cristo.
ORACIÓN: Jesús te pedimos que prepares nuestro corazón para recibirte y darte. Que sea
un verdadero pesebre donde puedas nacer. Que a lo largo de este día y también de esta
misión pueda encontrarte envuelto en pañales en el corazón de los demás.
Propuesta para este día: los invitamos a observar en las vivencias de la mañana, las
características y significado del personaje del pesebre que me tocó y luego lo
compartiremos en la catequesis de la tarde. Por ejemplo, si me tocó un personaje que
representa lo sencillo, recordaré algún momento donde se viva ese valor.
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2. FORMACIÓN DE LA TARDE
Comenzamos la formación compartiendo la observaciones.
Invitamos a los misioneros que se animen a contar
dónde encontraron los valores o símbolos que representa
su personaje del pesebre.
Podemos volver a leer el evangelio de la oración de la mañana,
o un fragmento al menos, para traerlo a la memoria.
REFLEXIÓN:
La contemplación de la escena de la Navidad nos invita a ponernos espiritualmente en camino
como estos reyes de oriente que salen al encuentro de Jesús, atraídos por la humildad de Aquel
que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre.
Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros
podamos unirnos a Él.
El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los animales van a comer. El heno
se convierte en el primer lecho para Aquel que se revelará como «el pan bajado del cielo» (Jn
6,41).
El pesebre contiene diversos misterios de la vida de Jesús y nos los hace sentir cercanos a
nuestra vida cotidiana. Manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a
nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más
viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida.
En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos
desorientados y perdemos el rumbo de nuestro barco. Un amigo fiel que siempre está cerca de
nosotros, nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado.
«Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado» (Lc
2,15),
así dicen los pastores después del anuncio hecho por los ángeles.
Es una enseñanza muy hermosa que se muestra en la sencillez de la descripción. A diferencia de
tanta gente que pretende hacer otras mil cosas, los pastores se convierten en los primeros
testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece. Son los más humildes y los
más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación.
Desde el pesebre emerge claramente el mensaje de que no podemos dejarnos engañar por la
riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad.
El nacimiento de un niño suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la
vida. Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los
sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus
vidas.
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ORACIÓN
Nos ponemos en presencia del Señor y escuchamos el texto para iluminar el
momento de oración.
Se hace hombre como nosotros
El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su
gloria para hacerse hombre como nosotros.
Qué sorpresa ver a Dios que asume nuestros propios comportamientos: duerme, toma la
leche de su madre, llora y juega como todos los niños.
Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de
nuestros esquemas.
Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos
invita a pensar en nuestra vida sumergida en la de Dios. Nos invita a ser discípulos suyos
si queremos alcanzar el sentido último de la vida.
Dios conoce nuestros corazones a la perfección, dejemos que hable en ellos.
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El objetivo de hoy es comprender cómo Jesús utilizó las parábolas para
transmitir el mensaje del Reino de Dios, y reflexionar sobre cómo estas
enseñanzas se aplican en nuestra vida misionera.
1. ORACIÓN DE LA MAÑANA
Escuchamos la Palabra de Dios:
Preparamos con un canto o un gesto el ambiente para escuchar la Palabra.
Introducción a la lectura: vamos a escuchar la parábola de la semilla (Marcos 4, 1-9).
La escuchamos con atención y con esta pregunta en la cabeza: ¿cuál es el mensaje
que quiere comunicar Jesús a la gente de su tierra?
“De nuevo se puso a enseñar a orillas del lago. Acudió a él tanta gente, que tuvo que subir a
una barca que había en el lago y se sentó en ella, mientras toda la gente permanecía en
tierra, a la orilla del lago. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas.
Les decía enseñándoles:
- ¡Escuchen! Salió el sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, parte de la semilla cayó
al borde del camino. Vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno
pedregoso, donde no había mucha tierra; brotó en seguida, porque la tierra era poco
profunda, pero, en cuanto salió el sol se marchitó y se secó porque no tenía raíz. Otra parte
cayó entre la maleza, y cuando la maleza creció, asfixió la semilla que no dio fruto. Otra parte
cayó en tierra buena y creció, se desarrolló y dio fruto: el treinta, el sesenta, y hasta el ciento
por uno.
Y añadió:
- ¡Quien tenga oídos para oír, que oiga!”
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GESTO: SIEMBRA DE LA PALABRA
1. La idea es que cada joven reciba una pequeña semilla y un papel
donde puedan escribir una actitud o compromiso que desean
cultivar en su vida (por ejemplo, paciencia, generosidad, perdón,
fortaleza, sabiduría, templanza, etc.).
27
Marcos 4, 1-2: Se nos describe la manera en que Jesús tenía de enseñar en la playa
sentado en la barca y con mucha gente escuchándolo. Jesús no había hecho
ninguna carrera, no había frecuentado la escuela superior de Jerusalén, sino que
venía del campo un pueblo llamado Nazaret, allá en Galilea. Era un desconocido,
mitad labrador y mitad de artesano y sin pedir permiso a las autoridades comenzó a
enseñar y hablaba de cosas nuevas, su forma de enseñar era principalmente a
través de parábolas.
Marcos 4, 3-8: Encontramos la parábola de la semilla. Una parábola es una
comparación. Compara las cosas del Reino, que no son tan evidentes, con las cosas
de la vida que la gente conoce. Por ejemplo, el pueblo Galileo entendía de
agricultura, de semillas, de terrenos, de lluvia, de sol, de sal, de flores, de cosecha, de
pesca en el lago, etc. Todo eso aparecen las parábolas de Jesús.
Marcos 4, 9: Jesús termina la parábola diciendo “quién tenga oídos para oír, que
oiga”. Generalmente Jesús no explicaba las parábolas, pero decía quien tenga oídos
para oír que oiga. Jesús creía en la capacidad del pueblo para entender las
parábolas, por ejemplo, el agricultor que escucha la parábola de la semilla dice “yo
sé lo que es plantar una semilla en el terreno” y Jesús le dice que eso tiene mucho
que ver con el Reino de Dios.
El pueblo de Galilea quedó impresionado por la pedagogía que Jesús usaba. Una
enseñanza nueva, impartida con autoridad diferente a la de los escribas. La actividad
principal de Jesús era la enseñanza (más de 15 veces nos dice el evangelio de
Marcos que Jesús enseñaba). El contenido que Jesús da, no solo aparecen en las
palabras, sino en los gestos y en la forma de relacionarse con las personas. El
contenido nunca está separado de la persona que lo comunica. Jesús era una
persona acogedora, como dice Marcos 6, 34; quería mucho a la gente. La bondad y
el amor que se transparenta en sus palabras forman parte del contenido. Marcos
define el contenido de la enseñanza de Jesús como buena noticia de Dios, y la buena
noticia que Jesús proclama viene de Dios y revela algo sobre Dios. En todo lo que
Jesús dice y hace aparecen trazos del rostro de Dios, aparece la experiencia que él
mismo tiene de Dios como Padre.
En los evangelios sinópticos hay muchas parábolas. Una parábola es una comparación.
Jesús tenía una gran capacidad de hacer comparaciones sencillas, sacadas de la vida
cotidiana. Comparaba las cosas de Dios con las cosas más sencillas de la vida. Algunas
son más largas, como la de la semilla, que meditamos en la mañana. Otras son cortas,
como por ejemplo: “ustedes son la sal de la tierra” (Mateo 5, 13).
El Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37): Nos enseña sobre la caridad y la misericordia
hacia los demás.
El Hijo Pródigo (Lucas 15, 11-32): Habla del amor incondicional de Dios y el perdón.
El grano de mostaza (Mateo 13, 31-32): Habla sobre la importancia de la fe, la
paciencia y el Reino de Dios.
Parábola de los talentos (Mateo 25, 14-30): Nos recuerda que todos hemos recibido
dones o capacidades para contribuir en esta vida sirviendo a Dios y a los demás.
La oveja perdida (Lucas 15, 3-7): Trata sobre el amor, la compasión y la búsqueda de
Dios por aquellos que están perdidos.
Dividir a los misioneros en pequeños grupos y asignarles una parábola. Cada grupo
debe:
1. Leer la parábola juntos y reflexionar sobre su mensaje y cómo se aplica hoy.
2. Crear una representación creativa (dibujo, representación, poema, etc.) que exprese
la enseñanza central.
¿Qué nos enseñan estas parábolas sobre nuestra misión como cristianos? 29
¿Cómo podemos usar historias simples para transmitir el mensaje de Jesús en nuestra
vida misionera?
3. ORACIÓN DE LA NOCHE
Escuchamos juntos y reflexionamos la canción "sal y luz" de Maxi Larghi, inspirada
en la parábola "sal y luz del mundo" (Mateo 5, 13-16).
Se recomienda llevarla impresa y entregarla a cada misionero, para que puedan ir
leyendo la letra, meditándola y marcando algunas oraciones que les parezcan
significativas.
Es importante que el coordinador guíe este momento, para poder orar la canción...
Se puede escuchar y/o cantar más de una vez. Si parece oportuno se pueden
compartir ideas en voz alta.
Luz del mundo
Deja de ocultarte en lo profundo
Sal de la tierra
Cuida tu sabor nunca lo pierdas
Anuncia la palabra
Con obras es tu vida la que habla
Ayuda a tus hermanos
Que el mundo
Necesita de tus manos
Sal y luz, luz y sal
Mezclado entre la gente
Está Jesús en la ciudad
Buscarás la verdad
No habrá noche en tu vida
Será siempre un despertar
Luz, si tu iluminas
No puede ocultarse la ciudad sobre la cima
Sal excelente
Mirando hacia el cielo
Con los pies en el presente
Y aunque quizas tropieces
No olvides
Que Jesús cayó tres veces
Levántate y camina
Que con tu andar
El mundo se ilumina
Sal y luz, luz y sal
Mezclado entre la gente
Está Jesús en la ciudad
Buscarás la verdad
No habrá noche en tu vida
Será siempre un despertar 30
Si al cielo caminas, tu amor ilumina
La sal era muy valiosa en la antigüedad, pues no solo da sabor a los alimentos, sino que los
preserva, aun en climas extremos. Por su valor y su significado en la vida, la sal era usada
como un signo al hacer ofrendas rituales y sellar pactos.
Al decirnos “ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se
salara?”, Jesús señala y enfatiza nuestra misión. Si no damos alegría y esperanza,
promovemos la bondad, y luchamos por la justicia y la paz, ¿quién lo hará? ¿De dónde
saldrán esas fuerzas vitales para el ser humano?
La sal, hoy en día, es un elemento muy común y barato. Su uso, sin embargo, es fundamental
para nuestra vida. Nuestro organismo necesita sal en proporciones adecuadas. En la cocina
la sal es indispensable, y lo era mucho más en la antigüedad cuando no existían los
sistemas de refrigeración con los que hoy contamos. La sal entonces era utilizada como un
eficaz medio de conservación de alimentos.
¿Qué significa que los discípulos de Jesús seamos «sal de la tierra»? Al igual que la sal —y
que la luz con la también nos compara el Señor—, los cristianos estamos llamados a tener
un impacto en la realidad en la que vivimos. Cuando uno echa sal en un guiso espera que
al probarlo el sabor haya cambiado. Cuando uno enciende una luz espera que la oscuridad
retroceda. Análogamente, los discípulos de Jesús somos enviados al mundo para algo y
nuestra presencia en medio del mundo no puede pasar desapercibida pues somos, por
gracia de Dios, portadores de un don inmenso: la Buena Nueva de Jesucristo.
Para ser “saladores de la eternidad” debemos, como cristianos, conservar nuestra virtud,
nuestras “propiedades” —nuestra identidad—, así como la sal para poder salar y preservar
los cuerpos a los que se agrega. En esa línea va la advertencia del Señor Jesús: si la sal se
vuelve insípida, ¿quién la salará? Si la sal pierde su fuerza, sus propiedades ya no sirve para
nada y se le echa fuera. De igual manera si la lámpara se oculta ya no ilumina y pierde su
sentido. Jesús nos está diciendo que para poder ser sal de la tierra y para poder ser luz del
mundo, debemos ser fieles a lo que somos y vivir coherentemente con ello. El cristiano está
llamado a ser en medio del mundo testimonio vivo del Evangelio de Cristo y a llevarlo
hasta la raíz de la cultura y la sociedad.
El mensaje de Jesús es fuerte si lo queremos escuchar. Vivir un cristianismo a medias, a la
medida, que se adecúa para no incomodar, que rebaja la varilla en nombre de una falsa
tolerancia y apertura al mundo, ¿no es volvernos insípidos como cristianos? ¿No es meter
bajo el cajón la luz de Cristo que recibimos en el Bautismo? Para serlo tenemos que ser —sal
de la tierra y luz del mundo— debemos ser «misioneros con los gestos y las palabras y,
dondequiera que trabajemos y vivamos seremos signos del amor de Dios, testigos
creíbles de la presencia amorosa de Cristo (…).» (San Juan Pablo II).
Este camino, sin duda, despertará muchas veces incomprensiones, nos acarreará
incomodidad, pondrá a prueba nuestra fortaleza pues ciertamente es más fácil diluirse en el
montón y no ser firmes en nuestra identidad de cristianos. No tenemos, pues, nada que
temer si confiamos en Dios y cooperamos para que sea Él quien se manifieste en medio de
nuestra debilidad.
Reflexionamos
Leer la bienaventuranza para todos “Felices los misericordiosos, porque obtendrán
misericordia”
Es el Dios de la vida, que está en todo momento con sus hijos, que se hace presente en
medio de su pueblo, suscitando sus sentimientos de misericordia en el corazón de sus
servidores, como sucedió en el Antiguo Testamento con Moisés, Elías, David, Isaías… La
expresión máxima de esa misericordia es Jesús, quien pide a sus discípulos que
sean igual de misericordiosos que él.
El Padrenuestro tiene una clara invitación a este tipo de amor respecto al pecador.
Parafraseándolo, para que su mensaje sea más claro para nosotros, dice: En la medida en
que perdonamos a quienes nos ofenden, nuestro Padre Celestial nos perdona (Mt 6, 12). El
amor desinteresado y la compasión por los demás aumentan nuestra capacidad para
recibir más bendiciones del Señor. Cuando somos misericordiosos y compasivos, salimos
de nuestro egocentrismo y somos felices. Dios nos llena de su misericordia y nos mueve a
compartirla con los demás, llenando los corazones que se han abierto para recibirla.
Hoy Jesús nos invita a hacernos parte integral de la historia de salvación, a ser las manos y
pies a través de los que actúa. Su Espíritu inspira en nosotros estos sentimientos, respetando
nuestra libertad de decir “sí” como María y actuar según el corazón de Dios.
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2. FORMACIÓN DE LA TARDE
Conversamos
Se puede comenzar dialogando, haciendo una lluvia de ideas: ¿saben qué es una
bienaventuranza? ¿qué significa la palabra? etc. (Retomar lo trabajado en la oración
de la mañana)
Aclarar... Jesús empieza su anuncio del reino de Dios declarando “las
bienaventuranzas” como el estilo de vida que lleva a la felicidad.
Antes de leerlas se puede hacer una lista o decir en voz alta ejemplos de situaciones
en las que solemos decirle a la gente “¡Felicitaciones! ¡Enhorabuena! ¡Qué dichoso/a!
¡Qué alegría!”. Y pensar algunos valores que son importantes para nosotros...
Leemos el texto de Mateo 5, 1-10: “La auténtica felicidad”
“Al ver tanta gente, Jesús subió a la montaña, se sentó, y se le acercaron sus
discípulos. Entonces comenzó a enseñarles con estas palabras:
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos los afligidos, porque Dios los consolará.
Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios, porque Dios los
saciará.
Dichosos los que construyen la paz, porque Dios los llamará sus hijos.
Dichosos los perseguidos por hacer la voluntad de Dios, porque de ellos es el reino de
los cielos.”
Reflexionamos
Si comparamos lo que dice Jesús con la lista que hicimos anteriormente ¿se
parecen?
Seguro nos preguntamos... ¿qué tiene que ver la pobreza, las lágrimas y la
persecución con la dicha o la alegría?
Jesús anuncia la felicidad que da el Reino de Dios a quienes están abiertos a recibirlo
y extenderlo a su alrededor:
Una actitud de apertura a Dios como se da a los pobres de espíritu, los afligidos,
los humildes y los que desean hacer las voluntad de Dios.
Una conducta cristiana como se da en los misericordiosos, los de corazón limpio,
los que construyen la paz, y los que sufren persecución por hacer la voluntad de
Dios, como era el caso de la comunidad de Mateo.
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En el texto hay ocho categorías de personas: los pobres en el espíritu, los tristes, los
humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los que tienen
corazón limpio, los que construyen la paz, los perseguidos. Son ocho puertas para
entrar en el Reino, en la comunidad. ¡No hay más! Quien quiera entrar tendrá que
identificarse con alguna de estas categorías.
La primera y última Bienaventuranza -los pobres y perseguidos- reciben la misma
promesa: el reino de los cielos. Y lo reciben gratuitamente, porque Jesús dice: "porque
de ellos es el reino de los cielos". Entre estas dos hay tres pares, que reciben la
promesa para el futuro:
los tristes y los humildes reciben consuelo y tierra (relación a los bienes
materiales).
Los que tienen hambre y sed de justicia y los misericordiosos reciben justicia y
solidaridad (relación a las personas).
Los que tienen un corazón limpio y los que construyen la paz reciben el poder ver
a Dios y ser hijos de Dios (relación con Dios).
El proyecto del Reino, cuyo ensayo se hace en la comunidad, quiere reconstruir la
vida en su totalidad: en relación con los bienes materiales, con las personas y con
Dios.
Jesús usa el término makários para referirse a sus seguidores (Mt 11, 6; 16, 17; Jn 13, 17;
20, 29), a las personas que cumplen lo que Dios le pide (24, 46) y a quienes son
generosas con los pobres, sin esperar nada a cambio (Lc 14, 14-15). También se utiliza
para expresar una gran alegría como la de Isabel en el saludo a María (1, 45) y para
elogiar a una persona bendecida por Dios (11, 28). Las cartas hablan de cómo
encontrar la verdadera felicidad utilizando este término: actuando por convicción
(Rom 14, 22); superando la tentación (Sant 1, 12); practicando los mandamientos de
Dios (Sant 1, 25); escuchando la Palabra (Ap 1, 3), entregando la vida por causa del
Señor (14, 13).
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3. ORACIÓN DE LA NOCHE
Se sugiere ir cerrando la misión vivida, agradeciendo por lo vivido. Se puede agregar
algún gesto o dinámica a esta oración.
Jesús enseñó el Padrenuestro como parte del Sermón del Monte. En él, encontramos un
resumen de las Bienaventuranzas, pues nos llama a vivir como hijos de Dios, buscar su
Reino, confiar en su providencia, perdonar y caminar en santidad...
Les proponemos orar el padre nuestro con una reflexión
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Confiados en tu misericordia te pedimos perdon y que nos
capacites para amar y perdonar generosamente.
GESTO
Podemos tomar este barco que armamos el primer día y
chequear cómo arrancamos este viaje en alta mar y cómo
lo terminamos.
Qué olas tuvimos que vencer y dónde pusimos en práctica
los valores.
PROPÓSITO DE MISIÓN
Invitar a seguir misionando en el día a día, donde nos toque
estar, con hechos concretos. Nos hemos encontrado con
Dios vivo, presente y hecho hombre, no podemos guardarlo
solo para nosotros.
LA MISIÓN ES UN COMPARTIR LA VIDA EN JESÚS.
Se puede volver a escuchar la canción Mar Adentro para
terminar la oración.
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MISTERIOS
Misterios Gozosos
(lunes y sábado)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación del Señor Jesús en el templo.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
Misterios Dolorosos
(martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de
Getsemaní.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
Misterios Gloriosos
(miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
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PASOS DE LA LECTIO DIVINA
3. Meditar la Palabra (Meditatio) Hacer una breve reflexión sobre el Evangelio leído. La
lectura hecha, ¿qué me dice a mí, personalmente? ¿Qué me sugiere? Mirar la escena y
nuestra propia vida. ¿Cómo lo estamos viviendo en nuestra familia, grupo, parroquia…?
4. Orar con la Palabra (Oratio) Desde el texto leído y meditado, Palabra de Dios, ¿qué le
decimos ahora al Señor? Oramos, dialogamos y entramos en conversación personal con el
Señor. Compartir lo orado, con la comunidad.
6. Vivir la Palabra, compromiso (Actio) ¿Qué debo hacer yo? ¿Qué quieres, Señor de mí?
¿A qué me compromete el mensaje de fe que hemos visto en este relato? Quienes se han
encontrado con Jesús no pueden callar la noticia…
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