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Durante la película sentí que estaba preso con los tres personajes, sentí
su impotencia, sentí su desesperación y sobre todo sentí su soledad. Si
yo ya no soportaba la película, en el sentido en el que sientes una desesperación, te adentras en su situación y te hace sentir ahí, no me imagino ellos que tuvieron que pasar 12 años en esas condiciones, todavía no logro comprender que los mantenía vivos. En la vida existen peores castigos que la muerte, el aislamiento total y la regla del silencio te pueden volver loco y deshumanizarte. Un claro ejemplo, fue el de José Mujica el cual en una de las prisiones en las que estuvo, tuvo la mala suerte de que le tocó estar aislado de sus otros dos compañeros, lo que lo volvió loco y empezó a escuchar voces. Es sorprendente como algo tan básico como la comunicación humana puede ser tan importante para sobrevivir, la necesidad de socializar es básica para la vida, esto te hace valorar todo lo que tienes como poder platicar con alguien y poder salir a la intemperie cuando sintamos la necesidad. Lamentablemente, muchas de las condiciones en las que vivían son parecidas a las condiciones actuales de muchos centros penitenciarios en México, si bien no son exactamente iguales y no llegan a ese nivel, lo cierto es que comparten algunas características y es deshumanizante. Es momento de preocuparnos por las condiciones de nuestros presos en México, ningún delito merece pasar por condiciones como las que vimos en la película.
El sistema penitenciario en México enfrenta un problema el cual es que
nadie le interesa su funcionamiento, tanto las autoridades como a la sociedad en general. Se tiene la creencia de que todos los que están ahí son la basura de la sociedad y que no merece que sus impuestos se gasten en darles buenas condiciones a las personas, pero olvidan que fuera de todo somos humanos, olvidamos que todos tenemos derechos fundamentales y no nos encontramos en épocas medievales en las cuales las penas eran totalmente desproporcionales al delito y principalmente olvidamos que la gente que está ahí dentro es porque el Estado les falló, los verdaderos culpables son las autoridades. Otro gran problema no solo es dentro de las cárceles sino una vez que ya se encuentran afuera. Vuelvan a ser juzgados por la sociedad y aun cuando ya cumplieron con una pena, la sociedad los vuelve a sentenciar de por vida.