Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

La Casacion

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 19

LA CASACION

ESTUDIO INTRODUCTORIO

Por: Dr. Csar Coronel Jones


La reciente vigencia de la Ley 27, de Mayo 18 de 1993, que regula la casacin en todas las materias, ha sido calificada, como uno de los cambios legislativos de mayor trascendencia que ha tenido el Ecuador en el presente siglo. La institucionalizacin de la casacin y la supresin de la tercera instancia, como consecuencia de la reforma constitucional de Diciembre de 1992, siguen siendo materia de un amplsimo debate en los foros judiciales y acadmicos. No es para menos; se trata de modificaciones realmente trascendentales a nuestro sistema legal, que por cierto esperamos den lugar a un avance sustancial de la ciencia jurdica y sobre todo de la administracin de justicia en el pas. Como introduccin en nuestro medio a otros trabajos acadmicos que presentan la institucin en sus notas escenciales, sus antecedentes histricos, y los aspectos clsicamente debatidos en el mbito latinoamericano -como ser el problema de los hechos en casacin- he optado por presentar al lector una sntesis de los que fueron -en mi opininlos principios rectores o ideas matrices inspiradores de la Ley. Tiempo habr, o al menos as lo espero, para ir decantando con mayor precisin en tcnica jurdica, el alcance y sentido de cada una de las normas de esta nueva e importante Ley. ANTECEDENTES La circunstancia de haber integrado el grupo de profesores que prepararon el anteproyecto de Ley que finalmente acogi el Congreso, en buena parte, como texto definitivo de la Ley, me permite y obliga mencionar sus principales fuentes. Entre ellos, ocupa lugar destacado el anteproyecto de Cdigo de Procesamiento Civil tipo Iberoamericano preparado por los profesores doctores: Enrique Vscovi y 49

La Casacin

Adolfo Gelsi Bidart, publicado por la Corte Suprema de Justicia en las memorias de las VIII Jornadas Iberoamericanas de Derecho Procesal hace diez aos, esto es, en 1983. Debo citar as mismo, como fuentes, los cdigos y leyes de la materia de Espaa, Francia, Italia, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela y Mxico, cuyas disposiciones constan citadas puntualmente en el anteproyecto que, comentando sus fuentes inmediatas prepar el Dr. Jorge Zavala Egas y recibi amplia difusin en el foro nacional. Probablemente ms importante an que considerar las fuentes o antecedentes inmediatos de la Ley a nivel del derecho comparado y proyectos de legislacin uniforme, resulta reflexionar sobre el entorno existente a la poca de expedicin de la Ley 27. La reforma constitucional de Diciembre de 1992 se haba concentrado en modernizar la administracin de justicia, dando una nueva estructuracin a la Corte Suprema de Justicia, buscando dotarla del mayor grado de independencia y autonoma con respecto a las otras funciones del Estado tanto en lo econmico-financiero, como en lo funcional y, sobre todo, pretenda lograr el mayor grado de profesionalismo y confiabilidad de los miembros de la Funcin Judicial. Para cumplir estos objetivos, que los deseaba combinar con la desconcentracin, descentralizacin y especializacin en la administracin de justicia, persiguiendo celeridad pero a la vez eficiencia y un mayor grado de CERTIDUMBRE JURIDICA para los ciudadanos, la Constitucin instituy a la Corte Suprema como Tribunal de Casacin en todas las materias y dispuso que en un plazo realmente perentorio se expidieran las reglas sobre Casacin. El recuerdo del contexto histrico que acompa la expedicin de la Ley debe servir para comprender las ideas matrices o principios Rectores de que hablamos lneas arriba. El pas haba venido mateniendo en materia civil e' arcaico
50

Revista Jurdica desusado sistema de la triple instancia. Los procesos, an por cuantas ciertamente nfimas y en asuntos de verdad intrascendentes, deban sujetarse -por regla general- al sistema centralizado de revisin de los hechos y el derecho sometidos a juzgamiento, no una ni dos veces, sino tres, la ltima de las cuales corresponda a la Corte Suprema de Justicia, que careca de Salas especializadas y se encontraba abarrotada de expedientes pendientes de resolucin que sumaban decenas de miles. Junto con esta dramtica realidad que estaba acompaada de la penuria econmica y la sobrecarga de funciones administrativas y de control jerrquico asignados al Tribunal Supremo, se daba la alarmante paradoja de que, en cada distrito judicial, se aplicaban las normas Jurdicas de distinta manera. As, la frmula de control jerrquico centralizado haba llevado a la funcin judicial a los lmites intolerables del caos y el desgobierno real. La certidumbre jurdica se haba vuelto una declaracin terica y virtualmente inalcanzable ni siquiera en los niveles ms elementales. Los fallos ejecutoriados de la propia Corte Suprema, eran a diario desconocidos y burlados en los procedimientos de ejecucin de sentencias. Los magistrados del Tribunal Supremo -que de Supremo no tena ms que el nombre- deban realizar, a la vez, las funciones de control disciplinario, gobierno y administracin financiera y darse tiempo para resolver, luego de una revisin integral de los procesos, en los hechos y en el derecho, virtualmente toda clase de Juicios que se ventilaran en el Pas. La funcin unificadora de la jurisprudencia, asignada al Tribunal en Pleno ante la existencia de fallos contradictorios de las distintas salas del propio Tribunal, deba tambin ser cumplida por el mximo organismo de la funcin judicial. Fcilmente se comprende que hayan sido tan escasos los aspectos jurdicos que el Tribunal Supremo ha dirimido con el carcter de jurisprudencia obligatoria durante los ltimos aos. Pues bien, en este contexto histrico-social, el Congreso Nacio51

nal decidi acoger un planteamiento que la doctrina jurdica y la legislacin comparada haban delineado hace siglos, a saber: instaurar el recurso de Casacin en todas las materias como competen-

cia exclusiva de la Corte Suprema de Justicia. As, se persegua convertir a la Corte Suprema en Tribunal de Casacin y como tal, en el Organo Judicial de mayor Jerarqua en todas las materias con el encargo especfico y tpico de los tribunales de Casacin, a saber: 1) La defensa del derecho objetivo, ius constitutionis o funcin nomofilctica velando por su correcta, general y uniforme aplicacin e interpretacin; y, La proteccin y restauracin del derecho Subjetivo de las partes en litigio (IUS LITIGATORIS) cuando los tribunales hubieran aplicado indebidamente el derecho al caso particular sometido a su juzgamiento.

2)

La instauracin del recurso de Casacin en materia Civil y como norma general, en todas las materias, supone, como se ve, la frmula escogida por el legislador ecuatoriano, junto con otras medidas legislativas, con el objeto de lograr que la Ley se aplique de manera general y uniforme, en todos los distritos, y en todos los casos, de manera recta y verdadera. Como a su vez, el recurso de casacin permite enmendar el perjuicio o agravio inferido a los particulares, con las sentencias de los tribunales de primera instancia y de apelacin o alzada, se comprende que el legislador haya suprimido el recurso de tercera instancia, que tanto dilataba el trmite de los procesos y que restaba importancia y responsabilidad a las Cortes Superiores y ms Tribunales de apelacin. La casacin as establecida pretende lograr a la vez varios objetivos fundamentales:
a) Uniformidad y generalidad en la aplicacin de la Ley y doctrina legal en los distintos tribunales del pas;

52

Revista Jurdica b) Hacer justicia en el caso concreto en que una sentencia hubiere violado el derecho en perjuicio de algn litigante; y, Agilitar y eficientizar la administracin de justicia, descentralizndola y confirindole a las Cortes Superiores y Tribunales distritales de apelacin, la calidad de Jueces de ltima instancia.

c)

Ahora bien, introducir una institucin que modifique profundamente la estructura jurdica del pas y los hbitos as como las responsabilidades de los jueces y magistrados, de por s apegados a la tradicin y al formalismo durante siglos, no es una tarea sencilla. Es explicable que la reaccin contra la reforma judicial haya sido tan intensa y haya venido, inclusive, de sectores vinculados al propio Poder Judicial. El sistema de Casacin impone un control a los que controlan y obligar a los judiciales a ser ms cuidadosos en la expedicin de sus fallos. La uniformidad y la generalidad en la aplicacin del derecho objetivo, se irn alcanzando a base de un sostenido esfuerzo de divulgacin de los precedentes jurisprudenciales y del estudio constante de los mismos por Jueces y Abogados. Lamentablemente en el estado de atraso y pobreza de cultura Jurdica que exhiben muchos de nuestros tribunales, y miembros del foro, es explicable que se presente rechazo a este instituto, que los obligar a estudiar ms, y, sobre todo, a ejercer con mayor seriedad y responsabilidad la Judicatura y la Abogaca.
LA LEY 27

Recordados someramente los antecedentes, analicemos en lneas generales la Ley 27 y los principios que la guan. Antes que nada, debemos admitir que para legislar es necesario tomar muchas decisiones y, sobre todo, en materias tan importantes como la que tratamos. 53

La Casacin Naturalmente, toda decisin implica riesgos y ellos son tanto ms grande cuanto importante es la materia en la que se decide. Probablemente, lo que ms reclaman los justiciables en el pas es justamente decisiones claras, justas y oportunas por parte de los jueces y tribunales de justicia. Esperamos que la casacin contribuya a satisfacer ese anhelo. Ahora bien, an en pases donde la institucin de la casacin rige hace siglos, la institucin ha ido siendo objeto de modificaciones y reformas a travs del tiempo, procurando su perfeccionamiento, tanto como instrumento de control de la legalidad de los actos de los administradores de justicia, como de eficaz recurso protector del inters de los litigantes afectados por violaciones legales en las decisiones judiciales. Basta recordar que, en Espaa, hace apenas un ao, se ha reformado la legislacin sobre casacin. De manera que la casacin, al igual que todas las instituciones jurdicas, est destinada a una permanente evolucin a fin de que se adapte a las necesidades del medio y responda a los requerimientos de la sociedad respectiva, a las particularidades de su funcin judicial y de la comunidad de justiciables. No existe pues, como parecen creerlo algunos de los comentaristas de la materia en nuestro pas, la frmula perfecta universalmente aceptada en el derecho comparado. Justamente, el reconocimiento de esta realidad y la consecuente previsin de que la institucin tendra forzosamente que ser materia de una perodica evaluacin legislativa, sobre todo despus de una primera poca de su aplicacin en materia civil, en donde constituye una verdadera novedad y donde, por cierto, existe un mayor nmero de causas sometidas a la resolucin de los tribunales de justicia, fue una de las consideraciones para que, en la preparacin de la Ley, se procurase mxima prudencia para establecer la institucin equilibrando los objetivos de la tcnica jurdica que inspiran el Instituto, con el reconocimiento de la realidad judicial del pas y sus graves carencias. Se pretendi evitar a toda costa que deslumbrndose ante un 54

Revista Jurdica cuadro terico magistral, el legislador impusiera al pas una Ley apropiada para un poder judicial de gran cultura jurdica y amplio desarrollo profesional, olvidando la crisis severa que padece la judicatura en nuestro medio. Revisemos algunos de los aspectos de la Ley 27 en que se aprecia este afn legislativo de equilibrar y conciliar los beneficios del recurso de casacin con el reconocimiento de la realidad judicial ecuatoriana, que no es una mera apreciacin subjetiva, sino que ha sido materia de valiosos estudios de estadstica y sociologa jurdica. 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) La caracterizacin de la casacin como recurso. La amplia admisin de las providencias materia de casacin. La admisibilidad al trmite por el Juez a quo. El recurso de hecho. La caucin. La condena en costas. Las causales de casacin. La Doctrina Legal.

1.- LA CARACTERIZACION DE LA CASACION COMO RECURSO.-

Una primera cuestin que surge de la Ley 27 es la caracterizacin de la Casacin como recurso o medio impugnativo extraordinario, que slo lo puedan interponer las partes procesales en el respectivo proceso. La concepcin del instituto como una frmula de control de la legalidad, que funcione cuando las partes procesales interpongan el recurso, por considerar que existe infraccin a la Ley, y que dicha infraccin afecta sus intereses particulares, es un asunto que implic tomar partido por una tesis restrictiva sobre la materia. En efecto, si bien es generalmente aceptada la conceptuacin del instituto como recurso procesal extraordinario, existen las legis55

La Casacin laciones que admiten, como una expresin del inters pblico que pretende precautelar la Casacin, que el recurso lo pueda interponer el Ministerio Pblico en defensa del inters de la moral y de la Ley. A decir verdad, nos encontramos particularmente inclinados a favor de esa tesis. Consideramos que la razn de ser del instituto, que persigue el respeto a la Ley en los fallos judiciales (ius constitutionis) y la unificacin de la jurisprudencia, entendida cornos los fallos de los tribunales, en sentido amplio, hacen ver corno lgico y coherente que, en defensa del inters general y pblico, del respeto a la Ley, pueda el Ministerio Pblico, a travs de los respectivos Fiscales, interponer el recurso. Sin embargo, consideraciones de orden prctico referidos a la insuficiencia en nuestro medio de los recursos materiales y humanos en el Ministerio Pblico, y el consiguiente peligro de que, en un primer momento, sta se vuelva una va de prolongar inmoderadamente los procesos -por cuanto los Fiscales empiecen a mirar como un trmite rutinario la interposicin del recurso ante la duda de que se les pueda imputar negligencia por la omisin de impugnar algn fallo-, hace que nos inclinemos por aceptar que, inicialmente al menos, no convena incluir esa expresa previsin en la Ley 27. Conviene no obstante efectuar algunas precisiones sobre el tema. La primera es que, obviamente, esto no modifica ni altera el derecho de los fiscales como integrantes del Ministerio Pblico a interponer el recurso en las causas en que aquel es parte procesal. La segunda, es que la naturaleza, de inters pblico del recurso, no queda anulada por negarse la posibilidad al Ministerio Pblico de impetrar el recurso en solo inters de la Ley, ya que esta viene dada, fundamentalmente, por la circunstancia de que la Casacin slo permite restablecer el juicio sobre las cuestiones de derecho que es lo que en definitiva le interesa o le debe interesar a la sociedad como aspecto dominante o principal, sin que excluya, naturalmente, el inters privado. La doctrina y la mayora de la legislacin comparada, ha vis56

Revista Jurdica

to ms bien, en esta manera de conceptuar la Casacin, una frmula para coordinar estos intereses y as, a la vez que el inters de los particulares, se constituye en la va y vehculo nico para acudir en Casacin a corregir los errores de derecho, constituyndose los particulares en un auxilio del Estado para vigilar el cumplimiento de la Ley; estos otros, por su parte, solo a travez de la deteccin de la infraccin legal, pueden obtener, en Casacin, que se repare la injusticia del caso concreto.
2.- LA AMPLIA ADMISION DE LAS PROVIDENCIAS MATERIA DE CASACION.-

Mucho se ha criticado el que la Ley 27 sea, en cambio, tan amplia en cuanto admitir como casables una amplia gama de providencias judiciales a saber: sentencias, autos inapelables que pongan fin a los procesos e, inclusive, providencias dictadas para ejecutar sentencias. En efecto, la Ley 27 en su Art. 2 no incluye excepciones clsicamente admitidas por la doctrina y el derecho comparado, como las expedidas en juicios de medidas cautelares o providencias preventivas.

El proyecto de la Corte Suprema para legislar la materia, por ejemplo, inclua un amplio listado de providencias respecto de las cuales no se debera admitir el recurso, all se enlistaban entre otras: las dictadas en juicios ejecutivos, de providencias preventivas, inventarios, alimentos, competencia, recusacin, inquilinato por fala de pago de renta y asuntos de jurisdiccin voluntaria. (Art. 350 propuesto). Al respecto cabe anotar algunos particulares. Por un lado, la Ley 27 en su Art. 2 no es tan amplia ni abierta como pudiera pensarse, pues seala taxativamente las providencias casables y, si bien no hace restricciones en cuanto a materias o clases de juicios, s lo hace en cuanto al tipo de providencias casables a saber: sentencias o autos
definitivos descritos en sus tres literales.

57

La Casacin

Por otra parte, es nuestra opinin que, en una primera etapa, es conveniente que exista amplitud en cuanto a las materias suceptibles de casacin; al fin y al cabo, tambin en juicios por medidas cautelares e inclusive ejecutivos, se cometen graves infracciones legales que deben ser casables sobre todo en esta primera etapa de vigencia de la institucin en el pas. No se olvide que, al desaparecer la tercera instancia, se ha incrementado de hecho, enormemente, el poder de los juzgados inferiores y sobre todo el de las Cortes Superiores y Tribunales de Apelacin los cuales deben ser materia de control en la legalidad de sus decisiones por parte del Tribunal de Casacin. La idea central es que, la propia Corte Suprema, por la va de la doctrina legal, que ahora se ir formando como norma de aplicacin obligatoria, ante la triple reiteracin de fallos suyos sobre una misma materia, deber ir depurando e instruyendo a los tribunales inferiores respecto de la admisibilidad en casacin de ciertas providencias. Sin duda existen en la actualidad casos en que la solucin no es clara, dado que el Cdigo de Procedimiento Civil y otras leyes utilizan expresiones tales como "no se admitir recurso alguno" "quedar ejecutoriada" 'No habr recurso alguno' y similares, obviamente referidas a un sistema de derecho comn que no conoca la casacin. Aprovecho para expresar mi criterio, en el sentido de que estimo perfectamente admisible, que se acepte la casacin de sentencias dictadas en procesos de jurisdiccin voluntaria o de jurisdiccin convencional, como divorcio por mutuo consentimiento o juicios de posesin efectiva. En cuanto a la parte pasiva en los recursos de casacin, respecto de sentencias en asuntos de jurisdiccin voluntaria, en que slo ha habido una parte, como una sentencia que otorga la posesin efectiva de bienes, considero que la contraparte podra ser el Estado, representado por el Ministerio Pblico, en vista de la proteccin del ius constitutionis o defensa del inters pblico que, como hemos explicado, informa no slo a nuestra Ley, sino en general a la Institucin de la casacin en la Doctrina y la Legislacin comparada. Aprovechamos asmismo para tomar partido a favor de la te58

Revista Jurdica sis que admite la casacin respecto de sentencias o laudos arbitrales, siempre que sean rbitros juris y no simplemente amigables componedores, tanto por errores in iudicando como por errores in procedendo, por quebrantamiento de normas contenidas en la clusula de arbitraje. La Ley 27, en su Art. 2, de manera alguna las excluye, por lo que bien pueden entenderse includas en los literales a y b de la referida disposicin.
3.- ADMISIBILIDAD AL TRAMITE POR EL JUEZ A QUO.-

Otro de los aspectos en que se ha hecho nfasis al comentar la ley, es en la supuesta inconveniencia de asignar, al juez a-quo, esto es aquel que ha dictado la sentencia materia de impugnacin por casacin, la competencia para admitir al trmite el recurso. En efecto, se sostiene que dada la naturaleza del recurso, que exige fundamentacin rigurosa, por ser de carcter extraordinario y en consecuencia excepcional y de admisibilidad restringida, debiera ser la propia Corte Suprema como Tribunal a quem quien conozca del mismo y decida sobre su admisin al trmite. Ese es, sostienen, el procedimiento aconsejado en la doctrina y aceptado por el derecho comparado. Sin embargo, olvidan que para el caso ecuatoriano existen poderosas razones en sentido contrario. La primera y ms importante es que el esfuerzo desconcentrador de la reforma constitucional que instaur la casacin se vera severamente contradicho. Imponer a los litigantes de provincias la exigencia de presentar el recurso en la capital de la repblica con el consiguiente gasto y esfuerzo que ello significa, hubiera resultado inaceptable. Por otra parte, ello conllevara una nueva concentracin de tareas en la Corte Suprema, que justamente se procur evitar. Debemos aadir, finalmente, que no existe la tal unanimidad en recomendar ese procedimiento ni en la doctrina ni en el derecho comparado y que, tanto el proyecto de cdigo tipo para Iberoamrica, 59

La Casacin como varias legislaciones extranjeras, acogen un sistema similar al recogido por la Ley 27.
4.EL RECURSO DE HECHO.-

Probablemente la norma ms criticada de la Ley 27 es la relacionada con el recurso de hecho. Se sostiene que esta disposicin (Art. 8 de la Ley 27) dar lugar a desnaturalizar la casacin permitiendo se la utilice como frmula para alargar injustificadamente los procesos. Sin embargo, se olvida considerar que al haber asignado al Tribunal a-quo la competencia para conocer la admisibilidad del recurso, por las razones expuestas en el numeral anterior, era indispensable conceder un sustituto al recurso de queja que prev el derecho comparado, permitiendo que sea el propio tribunal de casacin quien finalmente, dictamine sobre su procedencia. Se debe considerar, as mismo, que tambin en esta materia la propia Corte Suprema deber ir estableciendo, mediante doctrina legal, los casos en que incluso el recurso de hecho debe ser denegado. Finalmente, a la imputacin de que esta disposicin abra la puerta a prolongaciones injustificadas de los procesos, debemos responder recordando que la Ley 27 contiene varios mecanismos para prevenir y sancionar este vicio tan arraigado en la prctica forense, como son la caucin y condena en costas que comentaremos de inmediato.
5.LA CAUCION.-

La Ley 27 tom partido por la tesis de que el recurso de casacin, siendo extraordinario, no impide que la sentencia se ejecutore. El recurso ataca una sentencia ejecutoriada persiguiendo anularla y eventualmente sustituirla. Consecuente con esta idea, la Ley prev que el fallo impugnado
60

Revista Jurdica en casacin pueda ir siendo ejecutado; pues, el recurso, salvo las excepciones previstas en la Ley, relativas al estado civil de las personas y en materia penal, no suspende la vigencia de la decisin impugnada. Ello tiene una base doctrinal profunda relativa a la naturaleza del recurso como extraordinario y de anulacin, pero tambin una clara connotacin pragmtica, de impedir se lo emplee en meros fines dilatorios. Si el recurrente pretende suspender los efectos de la sentencia o auto respectivos, podr lograrlo, pero para ello, equilibrando el inters de las partes, la Ley dispone que, en guarda de los intereses de quien beneficiado con el fallo deba diferir su ejecucin, el recurrente preste caucin suficiente para responder por los perjuicios que la demora en la ejecucin pueda causarle. A esle respeclo debemos destacar que la caucin ha sido prevista por la Ley, tanto para darle un mayor grado de firmeza al principio de que la sentencia o auto impugnados en casacin no se suspenden en sus efectos automticamente, y en consecuencia desincentivar la presentacin del recurso como simple maniobra dilatoria, cuanto para precautelar los perjuicios que, efectivamente pudieran causarse al triunfador del juicio en los tribunales de instancia y apelacin, por el hecho de diferirse su ejecucin ante el pedido expreso del recurrente. Conviene sealar que la caucin se debe limitar a asegurar solamente los perjuicios estimados por la demora en la ejecucin de la sentencia o auto respectivo. Hacemos esta precisin por cuanto, en un proyecto de resolucin de la Corte Suprema de Justicia preparado por el Magistrado Dr. Bolvar Vergara Acosta, que tuvo la amabilidad de hacernos llegar en Noviembre 12 de 1993, se seala como rubro a considerarse para estimar el monto de los perjuicios caucionables "el monto declarado o reconocido a la contraparte en la sentencia o el auto que han puesto fin al proceso, que es objeto del recurso de casacin, siempre que se 61

La Casacin trate de obligaciones o derechos cuantificables en dinero de curso legal". En nuestra opinin, convendra aclarar una vez ms por parte de la Corte Suprema de Justicia que la caucin, si bien debe considerar el monto de la obligacin principal declarada o reconocida a la parte a quien beneficia la sentencia o auto impugnada en casacin, debe considerar ese monto solamente para valorizar estimativamente los perjuicios que ocasione la demora de ejecucin causada por la interposicin y tramitacin del recurso de casacin, pero no el monto de la obligacin en s misma considerada. An reconociendo los peligros de proponer un ejemplo, me permito incluir uno bastante simple: Si la sentencia impugnada en casacin manda a pagar una suma de dinero verbigracia 100MM, la caucin debera equivaler al monto estimado de los intereses a la tasa aplicable a la respectiva obligacin, por el nmero de meses o semanas que el Juez o Tribunal, estime, podra demorar la tramitacin del recurso de casacin, y cualquier otro perjuicio adicional que, en el caso particular, demostrare como previsible la parte a quien perjudica o afecta la interposicin del recurso. A lo dicho debemos agregar que, siguiendo las normas generales del derecho comn, que establecen que el acreedor debe ser indemnizado de todo perjuicio y quedar absolutamente indemne, si la caucin resultare insuficiente, ste conserva el derecho para requerir el pago completo de los perjuicios causados (Cdigo Civil, Arts. 1.599 y 1.586). Finalmente, conviene aclarar que esta norma es tambin aplicable a los juicios relacionados con la materia tributaria por haberse derogado en el Art. 21 de la Ley 27, el ttulo tercero, del libro tercero, del Cdigo Tributario.
6.- LA CONDENA EN COSTAS.-

El Art. 28, de la Ley 27, dispone la obligatoriedad de condenar en costas al recurrente, en tres casos: 1) 2) Cuando se ha declarado desierto el recurso. Cuando aparezca en forma manifiesta, que se lo ha interpuesto sin base legal; y,

62

Revista Jurdica 3) Cuanto aparezca que ha sido interpuesto con el propsito de retardar la ejecucin del fallo.

Adicionalmente, en estos casos, la disposicin prevee que pueda i mponerse, segn la importancia del asunto una multa de hasta el equivalente de 15 salarios mnimos vitales a la parte recurrente, e igual multa a los Jueces o Magistrados que expidieron el fallo casado. Pocas disposiciones demuestran con tanta claridad la intencin de la Ley de impedir que el recurso se utilice desaprensivamente como mera maniobra dilatoria. Fue muy comentada esta disposicin en los debates pblicos, previos a la expedicin de la Ley 27, y hubieron respetables criterios de Magistrados de la propia Corte Suprema de Justicia que estimaron la norma debiera ser an ms estricta y obligar a imponer forzosamente la multa en los casos que ella seala, no slo a las partes litigantes, sino inclusive a los Abogados patrocinadores. Estimamos que no les falta razn a quienes as opinan, pues, en los hechos, son los letrados patrocinantes quienes asumen responsabilidades personales al presentar un recurso manifiestamente ilegal o dilatorio. Finalmente, aprovecho esta coyuntura para expresar algn criterio respecto de cuando se debe declarar desierto el recurso. An conociendo que existen respetables criterios en contrario, admisibles por cuanto el texto legal no es lo suficiene claro al respecto, sealo dos situaciones que en mi opinin constituyen claras hiptesis en que la Corte Suprema podra declarar desierto el recurso, a saber: 1) Cuando al conocer el recurso de hecho, previsto en el Arl. 8, lo deniegue por considerar que no ha sido debidamente fundamentado y que en consecuencia hizo bien el Juez o Tribunal o quo al negar el recurso; y, Si, pese a haberse concedido el recurso por el Juez o Tribunal aquo, el Tribunal en un previo y preliminar examen, que bien pue63

2)

La Casacin de hacerlo aprovechando la norma del Art. 11, de la Ley 27, al percibir que aparece en forma manifiesta la falta de fundamentacin del recurso, decide declararlo desierto y condenar en costas al recurrente sin necesidad de un mayor y ms detenido examen.
7.- LAS CAUSALES DE CASACION.-

Sin duda todo un trabajo de gran profundidad pudiera y debiera destinarse al anlisis de este tema; por el momento sin embargo, lo que me interesa destacar es que, en la redaccin del anteproyecto de Ley que finalmente fue acogida en buena parte, se procura realizar una especie de pedagoga, que se estima muy til con respecto a los Juzgados de instancia, en un medio que antes desconoca el recurso de casacin, precisando de manera reiterativa tales causales. En efecto, tcnicamente se puede sintetizar las expresiones "aplicacin indebida, falta de aplicacin o errnea interpretacin" en la ms simple de infraccin o violacin a la Ley, pero pareci a los autores del anteproyecto ms conveniente explicar en el texto eslas tres formas o maneras de infraccin legal. Asimismo, se podra objetar que la causal tercera referida a la aplicacin indebida, falta de aplicacin o errnea interpretacin de los preceptos jurdicos aplicables a la valoracin de la prueba resultaba innecesaria, pues en definitiva los preceptos sobre valoracin de la prueba son tambin normas de derecho que al haber sido infringidas por un error in judicando ya previsto en la causal primera no debiera haber sido materia de una nueva causal. En efecto, tcnicamente es as, pues sin duda alguna la infraccin de normas de derecho relativas a la valoracin de la prueba constituye infraccin a la Ley, materia de casacin, segn la causal primera, del Art. 3 de la Ley 27, pero aspiro se coincida mayoritariamente en admitir que resulta mucho ms explicativa y pedaggica para los Jueces de instancia y Tribunales de apelacin la causal tercera tal como est redactada actualmente.
En este punto me permito tambin una pequea disgrecin pa64

Revista Jurdica

ra hacer notar que esta causal de ninguna manera permite que el Tribunal de Casacin pueda inmiscuirse en un nuevo juzgamiento de los hechos, al menos de manera directa, pues el Art. 14 de la Ley 27, le impone a dicho Tribunal la obligacin de fallar con el mrito de los hechos establecidos en la sentencia o auto. Finalmente, respecto de las causales cuarta y quinta, tambin cabra similar objecin que respecto de la tercera, por cuanto resolver lo que no fue materia de litigio u omitir resolver todos los puntos de la litis, son infracciones a normas de derecho, e igualmente lo son el que la sentencia o auto no contengan los requisitos exigidos por la Ley o en su parte dispositiva se adopten decisiones contradictorias o incompatibles, pero una vez ms, pocos dudarn de la conveniencia de explicitar -casi que pedaggicamente- estas causales de casacin, a los Jueces inferiores, y an foro, que hasta hoy ha desconocido la Institucin de la casacin en el derecho comn.
8.- LA DOCTRINA LEGAL.-

Quiero finalizar estas notas de comentario a la Ley 27, refirindome a la Doctrina Legal, porque justamente en ella, est, en buena parte, la razn de ser del Instituto y las esperanzas del foro ecuatoriano. Si la Corte Suprema de Justicia no ejerce con la profundidad y celo que esperamos los ecuatorianos, la importantsima misin de ir sentando de manera segura los criterios de interpretacin y aplicacin de nuestras leyes, en todas las materias, la reforma judicial, en este aspecto medular, quedar frustrada. En efecto, toda la reforma judicial que arranca en las modificaciones constitucionales de Diciembre de 1992, va dirigida hacia lograr un poder judicial autnomo, independiente, profesional y especializado en cuya cpula se encuentre una Corte Suprema de Justicia, dividida en Salas especializadas, integradas por un mayor nmero de Magistrados en cada una de ellas que se dediquen con el tiempo y recursos suficientes a revisar con profundidad, versacin, 65

La Casacin probidad y celeridad, la forma como han aplicado el derecho, las Cortes Superiores, los Tribunales de Apelacin, y los Juzgados de Instancia; que corrija sus fallas, que les muestre con mxima claridad la forma correcta de entender los preceptos de derecho positivo. Por llo, junto con la promocin de crear un rgano de Gobierno y Administracin de la Funcin Judicial que descargue de los Magistrados las tareas administrativas que actualmente los agobian y junto con las medidas transitorias y emergentes que pudieran disponerse, tanto por la Legislatura como por la propia Corte Suprema, para lograr el despacho de las decenas de miles de procesos que tena acumulados el Tribunal Supremo con motivo del obsoleto sistema de la tercera instancia, era lgico que la Ley 27 le diera la fuerza de precedente en la aplicacin de la Ley, e inclusive la fuerza de precedente jurisprudencia] obligatorio, a las sentencias de casacin, y a la triple reiteracin de los mismos, respectivamente. Efectivamente, el Art. 19 de la Ley 27, textualmente seala:
Todas las sentencias de casacin sern obligatoriamente publicadas en su parte dispositiva en el Registro Oficial y constituirn precedente para la aplicacin de la Ley, sin perjuicio de que dichas sentencias sean publicadas en la Gaceta Judicial o en otra publica-

cin que determine la Corte Suprema de Justicia. La triple reiteracin de un tallo de casacin constituye precedente jurisprudencial obligatorio y vinculante para la interpretacin y aplicacin de las leyes, excepto para la propia Corte Suprema.

No ha faltado quien critique la norma indicando que, al no hacer obligatorio para la propia Corte Suprema el precedente jurisprudencial, an cuando haya sido triplemente reiterado, se est abriendo una puerta a la arbitrariedad y admitiendo que la propia Corte pueda desconocer precedentes antes sentados por ese Tribunal. La observacin nos lleva nuevamente a uno de los puntos fundamentales de la reforma judicial, a saber: la importancia, la confian66

Revista Jurdica za, la responsablidad que queremos entregar al mximo tribunal de justicia. En efecto, si no entregamos a nuestro Tribunal Supremo la mxima responsabilidad sobre la interpretacin judicial de nuestras leyes no lograremos la unificacin de criterios y la certidumbre jurdica tan ansiada. Pero esto no significa condenar al Pas a la inmovilizacin o petrificacin del derecho, pues justamente el mximo tribunal debe tener la posibilidad de convertirlo en dinmico, atendiendo la evolucin del mundo, de las corrientes doctrinales y en general de las nuevas razones que puedan ir surgiendo sobre una cuestin tratada por nuestra ley positiva. La Corte Suprema debe ser, como Tribunal de casacin el faro que gue la interpretacin judicial de la Ley hacia el rumbo de una mejor justicia, sin quedar aprisionada por la interpretacin que an lla misma haya podido dar en el pasado, probablemente bajo otras circunstancias histricas y sociales. Slo as se podr equilibrar la unidad y certidumbre con la necesaria dinamia de la actividad judicial Guayaquil, Noviembre de 1993

67

También podría gustarte