El Vals
El Vals
El Vals
Generalidades
El vals (del galicismo valses, que a su vez procede
del germanismo Walzer, término proveniente del
verbo alemán walzen, 'girar, rodar') es un elegante baile
musical a ritmo lento, originario del Tirol (Austria) por
el siglo XII y del sur de Alemania. El vals conquistó su
rango de nobleza en Viena durante los años 1760, y se
puso de moda en esa ciudad sobre los años
1780 expandiéndose rápidamente a otros países.
Algunos autores creen que el vals tuvo su origen en
la volte o volta, danza de baile en tres tiempos
practicada durante el siglo XVI. La palabra vals nació en
el siglo XVIII, cuando este baile se introdujo en
la ópera y en el ballet.
Los grandes maestros clásicos incursionaron en el
género creando verdaderas joyas musicales. Valgan
como ejemplo: Fryderyk Chopin, con su recordado “Vals
del minuto” entre otros, Johann Strauss, con “Danubio
azul” o el “Vals del Emperador” y Piotr Tchaikovsky con
“Cascanueces”, “La bella durmiente” y “El lado de los
cisnes”. También podemos nombrar a Johannes Brahms,
Emil Waldteufel, Franz Shubert, Franz Liszt.
Esta forma musical adopta diferentes
características según la región donde se
la adoptó y así, podemos distinguir: el
vals alemán; el vals ruso, de ritmo más
marcado que aquel; el vals vienés o
austríaco, llamado vals a dos tiempos en
referencia a su coreografía; el vals
americano, que denominan Boston y otros
muchos más.
En Latinoamérica, también adopta
diversas modalidades según cada país: el
vals ranchero o mexicano; el vals
peruano, de pasos más cortos; el vals
criollo que en su desarrollo se convierte
en lo que algunos denominan vals tango,
por su orquestación en las formaciones
típicas, y así podríamos nombrar varios
ejemplos.
El Vals Peruano
Vals peruano es un género musical
originado en el Perú dentro del género de
la música criolla y afroperuana, que se
desarrolló en Lima y en gran parte de la
costa peruana, en los siglos XIX y XX.
Inicios
El canto solista o en dúo, acompañado al inicio por guitarras y luego también por el contrabajo
y piano; era parte fundamental de toda reunión o jarana, en casas particulares, solares y
callejones. Estos son los espacios en los que se nutre y fomenta el desarrollo de esta música.
Los valses más antiguos, de fines del siglo XIX, y principios del Siglo XX, se reconocen como
valses de la "Guardia Vieja". El tiempo y la práctica popular de la tradición oral hacen perder
la memoria de algunos autores; sin embargo, en "El Libro de Oro del Vals Peruano", escrito por
los musicólogos: Raúl Serrano y Eleazar Valverde, constan entre los más importantes
compositores de la Guardia Vieja: José Sabas Libornio-Ibarra, autor de la mazurca "Flor de
Pasión"; Julio Flórez y Juan Peña Lobatón, autores de "El Guardián"; Óscar Molina, autor de
"Idolatría"; Rosa Mercedes Ayarza de Morales, pianista, compositora y recopiladora, en cuyo
repertorio se encuentran diversos géneros como pregones, danza habanera, marineras y
tonderos; de sus obras, compuestas o recopiladas por ella, se recuerdan: "La Picaronera",
"Frutero Congo", "La Jarra de Oro", "Congorito", "Moreno Pintan a Cristo", etc. Alejandro Ayarza,
conocido como Karamanduka, es autor de "La Palizada". A Pedro Augusto Bocanegra, autor de
"Vicenta", "La Alondra", se le atribuye también "La Bóveda Azulada", y compuso también
huayños "A Orillas del Mantaro" y "Soy la Hoja Desprendida".
El trabajo artístico de Felipe
Pinglo Alva, da inicio a otra
etapa en la historia del vals
criollo peruano; con sus valses
y composiciones en otros
géneros, como el one-step, que
enriquecieron la cultura
musical de Lima, fusionando
elementos musicales del
lenguaje local con otros
correspondientes a los
géneros musicales que se
escuchaban por la radio y que
se apreciaban en el cine.
Felipe Pinglo Alva, autor de más de cien canciones (entre las que
destacan: El Plebeyo, Mendicidad, La Oración del Labriego, El
Canillita, El Huerto de mi Amada, Horas de Amor) vivió en Lima en
los primeros cuarenta años del siglo XX, muerto en 1936, y logra dar
testimonio de la sociedad de su tiempo, en momentos en que surgían
los movimientos obreros anarquistas, y ocurrían la Primera Guerra
Mundial y la Revolución rusa; y, de otro lado, cobraran importancia la
radio y el cine en Lima. Su lenguaje musical incorpora melodías y
armonías de gran complejidad asumiendo la influencia de la música
norteamericana, de los blues y el fox-trot, entre otras expresiones.
Este proceso de reinterpretación de elementos foráneos para lograr
una identidad propia, se observa en el vals peruano, que ha recibido
influencias del tango, el bolero y bossa nova.
El repertorio logrado por Serafina
Quinteras, Alicia Maguiña y Chabuca
Granda, nos muestran una gran calidad y la
característica general de abordar todo tipo
de temas; personales y sociales. Serafina
Quinteras (Muñeca Rota,
Parlamanías); Alicia Maguiña (Inocente
Amor, Soledad Sola, Indio, Estampa
Limeña); Chabuca Granda (La Flor de la
Canela, Cardo o Ceniza, Gracia, Callecita
encendida, Bello Durmiente, Puente de los
Suspiros, entre otras más)
En la historia del vals peruano, tienen importancia
fundamental los intérpretes, cantantes y guitarristas, cuyo
trabajo permitió la difusión y la fama de muchas piezas
que son parte del patrimonio cultural del Perú.
Entre los solistas cantantes más importantes del siglo XX,
se encuentran Eloísa Angulo, Delia Vallejos, Jesús
Vásquez, Teresa Velásquez, Esther Granados, Eva
Ayllón, Alicia Maguiña, Lucha Reyes, Chabuca
Granda, Lucía de la Cruz, Arturo "Zambo" Cavero, Luis
Abanto Morales, Cecilia Bracamonte, Edith Barr, Rafael
Matallana, Roberto Tello. Así como también conjuntos: Los
Dávalos, La Limeñita y Ascoy, Las Limeñitas, Los
Chamas, Los Chalanes, Los Romanceros Criollos, Los
Embajadores Criollos, Los Morochucos, Los Troveros
Criollos, Los Trovadores del Perú, Fiesta Criolla, Los
Kipus entre otros.
Entre los artistas internacionales que han inmortalizado
algunas canciones tradicionales , cabe destacar a la
gran cantante española María Dolores Pradera (también
conocida como La Gran Señora de la Canción) , quien ha
incluido en su repertorio obras musicales de otros
artistas peruanos, como El Rosario de mi Madre de Los
Troveros Criollos, La flor de la canela y Fina estampa
de Chabuca Granda, Limeña (Edith Barr) y otros.
El éxito de estos conjuntos radica en la calidad musical,
que fue perfeccionando estilos, la técnica guitarrística y
arreglos especiales para cada tema que se grababa.
Lamentablemente, en la actualidad el uso y
sobreuso del cajón (antes solo utilizado en marineras,
tonderos y festejos) ha desvirtuado la típica esencia del
vals, volviéndolo más rítmico y menos melodioso. En
cuanto al sonido e incluso aspecto estético, el
reemplazo del majestuoso contrabajo por el bajo
eléctrico, ha restado respectivamente, profundidad y
prestancia a los conjuntos criollos.
El acompañamiento musical se realiza con instrumentos
de cuerdas (guitarras), antiguamente se utilizaban las
mandolinas y el laúd, también con el piano, saxofón
alto, clarinete, flauta traversa e instrumentos de
percusión como el cajón y bongó.
El baile es de pareja, que puede organizarse en grupos
de parejas cuya coreografía puede ser en base a las
mudanzas de la cuadrilla, manejando en algunos
momentos las características propias del valse peruano
de pareja independiente.