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Alvar Núñez, Sem 2020

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RETÓRICAS DEL

INFORTUNIO

Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca

Seminario de Verano 2020


EDICIÓN DE VALLADOLID
1555
RECORRIDO DE LA EXPEDICIÓN DE ALVAR NUÑEZ Y LOS
SUPERVIVIENTES POR TERRITORIO AMERICANO
RETÓRICAS DEL INFORTUNIO (SARISSA CARNEIRO,
Retóricas del infortunio
“ PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE)

“Durante siglos, se reunieron bajo la categoría de infortunio o fortuna adversa


hechos y situaciones tan dispares como la pérdida de un reino, la traición, los
terremotos, las pestes, la caída en la locura, la pérdida de la visión o del
habla, el naufragio, la muerte súbita. […] En cuanto materia de un discurso, el
infortunio no solo implicó la actualización de ciertos tópicos asociados a
Fortuna y su impacto en la vida humana, sino que exigió un tratamiento
específico en los dominios de la invención (inventio ), la elocución (elocutio) y
la disposición (dispositio), como también —aunque en menor medida— de la
pronunciación (actio), la memoria (memoria). Dicho tratamiento debía
responder, además, a las distintas finalidades del discurso: la persuasión, la
delectación y la enseñanza” (Sarissa Carneiro, Retóricas del infortunio,
Iberoamericana-Vervuert, 2005).
DESMITIFICACIÓN Y RETÓRICA DEL INFORTUNIO

“El punto de partida de la relación de los Naufragios de Álvar Núñez


Cabeza de Vaca es el mismo que el de todos los demás textos que, junto
con ella, integran el discurso narrativo del fracaso: el modelo formulado
en los textos del discurso mitificador. Frente a ese discurso mitificador e
imperialista que identifica acción y conquista, hombre y conquistador,
America y botín, se van a ir articulando los procesos desmitificadores
que, a lo largo de los textos diversos que integran el discurso narrativo
del fracaso, van a culminar paulatinamente en la cancelación de los
modelos.” (Beatriz Pastor, El segundo descubrimiento, Buenos Aires,
Edhasa, 2008, 0. 246).
FIGURAS DE AUTOR, DEDICATORIA Y AUTORÍA
LOS COMIENZOS
RELATO DE VIAJE Y CRÍTICAS A LA AUTORIDAD
LECTURAS Y USOS DE LOS NAUFRAGIOS

“Los Naufragios fueron siempre correctamente leídos como fuente de noticias


históricas, a pesar de la endeblez cronológica de que adolecen, y
etnográficas, pues sus observaciones en esta materia, aunque no
sistemáticas, son particularmente vívidas y certeras; más recientemente, la
crítica ha comenzado a destacar un nuevo tema, el del contacto del español y
el indígena en condiciones desfavorables para el primero: ‘el español
desamparado’, en contraste con el español sojuzgador de las civilizaciones
indígenas que presentan otras crónicas de la conquista” (pp. David
Lagmanovich, “Los Naufragios de Álvar Núñez como construcción narrativa”,
Kentucky Romance Quaterly, XXV (1978), pp. 23-28. (Incluido en Glantz,
Margo (comp.), Notas y comentarios sobre Álvar Núñez Cabeza de Vaca,
México, Grijalbo-Conaculta, 1993.) 39-40).
MALA COSA

Éstos [avavares] y los demás atrás [mariames] nos contaron una cosa
muy extraña, y por la cuenta que nos iguraron paresçía que avía quinze o
diez y seis años que avía aconteçido; que dezían que por aquella tierra
anduvo un hombre que ellos llaman mala cosa, y que era pequeño de
cuerpo, y que tenía barvas aunque nunca claramente le pudieran ver el
rostro, y que quando venía a la casa donde estavan, se les levantavan los
cabellos y temblavan, y luego paresçía a la puerta de la casa un tizón
ardiendo. Y luego aquel hombre entrava y tomava al que quería dellos, y
dávales tres cuchilladas grandes por las hijadas con un pedernal muy
agudo, tan ancho como una mano y dos palmos en luengo. Y metía la
mano por aquellas cuchilladas y sacávales las tripas, y que cortava de
una tripa poco más o menos de un palmo, y aquello que cortava echávalo
en las brasas, y luego le dava tres cuchilladas en un braço, y la segunda
dava por la sangradura y desconçertávaselo. `…+
También nos contaron que muchas vezes le dieron de comer y que
nunca jamás comió, y que le preguntavan [de] dónde venía y a qué
parte tenía su casa, y que les mostró una hendedura de la tierra y
dixo que su casa era A llá debaxo. Destas cosas que ellos nos
dezían nosotros nos reíamos mu- cho burlando dellas. Y como ellos
vieron que no lo creíamos, truxeron muchos de aquellos que dezían
que él avía tomado, y vimos las señales de las cuchilladas que él
avía dado en los lugares en la manera que ellos contavan. Nosotros
les diximos que aquél era un malo. Y de la mejor manera que
podimos les dávamos a entender que si ellos creyessen en Dios
nuestro Señor y fuessen christianos como nosotros, no ternían
miedo de aquél ni él osaría venir a hazelles aquellas cosas, y que
tuvies- sen por çierto que en tanto que nosotros en la tierra
estuviéssemos, él no osaría pareçer en ella. (164, 166, 168, énfasis
mío)
Mal hado

La manera que ellos tienen de curarse es ésta: que en viéndose enfermos,


llaman un médico y después de curado . . . le dan todo lo que poseen . . . .
Lo que el médico haze es dalle unas sajas adonde tiene el dolor y
chúpanles al derredor deellas. Dan cauterios de fuego que es cosa entre
ellos tenida por muy provechosa, y yo lo he esperimentado y me suscedió
bien dello. Y después desto soplan aquel lugar que les duele, y con esto
creen ellos que se les quita el mal. La manera con que nosotros curamos
era santiguándolos y soplarlos, y rezar un Pater Noster y un Ave María, y
rogar lo mejor que podíamos a Dios nuestro Señor que les diesse y
espirasse en ellos que nos hiziessen algún buen tratamiento. Quiso Dios
nuestro Señor y su misericordia que todos aquellos por quien suplicamos .
. . dezían a los otros que estaban sanos y buenos, y por este respecto nos
hazían buen tratamiento, y dexavan ellos de comer por dárnoslo a
nosotros, y nos davan cueros y otras cosillas. (112, 114, énfasis mío)
Carlos Jáuregui sobre Mala Cosa y Álvar Núñez

Creo que el relato de Mala Cosa inicialmente puede expresar—de


manera analógica—un intento de entendimiento y una
interpelación de la extrañeza que encarna Ca- beza de Vaca. Por
otra parte, el relato de Mala Cosa ofrece a los cristianos un modelo
que les sirve para erigirse en agentes de fuerzas sobrenaturales.
[…]

Naufragios —pese a su frecuente caracterización como un texto de


la “colonización pacífica”—despliega ingentes maneras de
violencia colonial que van del secuestro, el robo y el homicidio, al
terrorismo mágico. Curar es menos una práctica benefactora que
una estrategia usada para revestirse de autoridad frente a los indios.

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