Sindrome Geriatrico Ulceras Por Presion
Sindrome Geriatrico Ulceras Por Presion
Sindrome Geriatrico Ulceras Por Presion
CATEDRA: Geriatría
DOCENTE: ZEGARRA SALVADOR, DENNIS
ISMAEL ALUMNA: VIVAS VEGA, JULIANA
INTRODUCCION
La úlcera por presión (UPP), es una lesión de origen isquémico, localizada en la piel y tejidos
subyacentes con pérdida de sustancia cutánea producida por presión prolongada o fricción
entre dos planos duros . Son un problema grave y frecuente en personas de edad avanzada,
representan una de las principales complicaciones de las situaciones de inmovilidad y su
manejo adecuado constituye un indicador de calidad asistencial.
• Falta de higiene.
• Arrugas en la ropa.
SITUACIONES • Objetos de roce.
• Inmovilidad por dolor, fatiga.
Las úlceras por presión no cicatrizan a menos que las causas de fondo sean tratadas
eficazmente.
Todos los pacientes deber ser evaluados mediante escalas de valoración de riesgo con el
objetivo de iniciar cuanto antes las medidas de prevención.
VALORACION Este riesgo debe ser revalorado a intervalos periódicos y cuando se produce algún cambio
DEL PACIENTE en el nivel de actividad o movilidad.
La escala de Braden y la escala de Norton, son los instrumentos más utilizados para
identificar a los pacientes de edad avanzada con riesgo de desarrollar UPP.
La escala de Braden tiene una sensibilidad del 83-100% y una especificidad del 64-77%; la
escala de Norton tiene una sensibilidad del 73-92% y una especificidad del 61-94%.
Otras escalas son: Waterlow, Arnell y las derivadas de Norton (la escala de Gosnell, de Ek,
de Nova-4, de Emina y la de Norton).
Ulcera superficial que tiene aspecto de Pérdida total del grosor de la piel que Pérdida total del grosor de la piel
Eritema cutáneo que no palidece. En con destrucción extensa, necrosis
abrasión, ampolla o cráter superficial. implica lesión o necrosis del tejido
paciente de piel oscura observar edema, del tejido o lesión en músculo,
Pérdida de piel de espesor parcial que subcutáneo, que puede extenderse hacia
induración, decoloración, calor local. hueso o estructura de sostén. En
involucra la epidermis, dermis o ambas. abajo, pero no por la fascia subyacente.
este estadio, como en el III, pueden
presentarse lesiones con caverna,
tunelizaciones o trayectos sinuosos
c) Área: Registrar el diámetro de las lesiones circulares y las longitudes perpendiculares mayores de las
lesiones irregulares.
d) Profundidad:
— Grado I: Afecta epidermis y deja expuesta dermis subyacente.
— Grado II: Afecta toda la piel hasta la grasa subcutánea.
— Grado III: Llega hasta la fascia profunda.
— Grado IV: La necrosis abarca músculo y llega a afectar articulaciones y hueso.
f) Tejido existente en el lecho ulceral: Si existe tejido de epitelización, de granulación, esfacelado y/o
necrótico, y tunelizaciones o fístulas.
g) Estado de la piel perilesional: Diferenciar la celulitis del eritema circunferencial que rodea la mayoría de
las heridas en vías de cicatrización; buscar dolor, calor y enrojecimiento.
Limpieza de la lesión.
Ácidos grasos hiperoxigenados
Mepentol.
Evitar la presión.
ESTADIO I
También están indicadas las barreras
líquidas o los apósitos
semipermeables, si alto riesgo de
ulceración poner hidrocoloides.
Cortante o quirúrgico: Requiere técnica estéril. Deberá realizarse por planos y en diferentes
sesiones, siempre comenzando por el área central, procurando lograr tempranamente la
liberación de tejido desvitalizado en uno de los lados de la lesión. Si sospecha de infección y
ante el riesgo de bacteremia usar antiséptico tópico antes y después del desbridamiento.
Dejándolo actuar al menos durante tres minutos, pueden disminuir la acción de la lidocaína.
Prevenir el dolor con analgésico tópico (gel de lidocaína). Hay alto riesgo de sangrado local,
ESTADIOS III Y IV
hacer hemostasia con compresión o epinefrina. Tras el desbridamiento, realizar cura seca de
8 a 24 horas.
Químico o enzimático: en pacientes que no toleren el anterior. Agentes proteolíticos y/o
fibrinolíticos como la colagenasa, que favorece el desbridamiento y coagulación. Se
recomienda proteger la piel perilesional y cura húmeda sobre el agente desbridante.
Autolítico: se realiza con cualquier apósito de cura húmeda y en especial los hidrogeles.
Factores que favorecen la actuación de fibrinolíticos y colagenasas sobre los tejidos
desvitalizados. Representa un desbridamiento más lento y menos molesto al paciente y no
requiere personal especializado.
Mecánico: En desuso por ser traumático y poco selectivo. Se trata de curas secas con
arrancamiento del tejido al retirarlas, fricción e irrigación.
b) Limpieza de la herida: Siempre con suero salino isotónico. No usar nunca antisépticos tópicos; son productos
citotóxicos para el nuevo tejido y su uso continuado puede provocar problemas sistémicos por su absorción. Evitar la
fricción en la limpieza y el secado.
c) Prevención y abordaje de la infección: Aunque todas las úlceras están en principio contaminadas, en la mayoría de los
casos, una buena limpieza y el desbridamiento pueden prevenir la infección. Si a pesar de éstos persiste más de 2-4
semanas, se recomienda iniciar cura con antibiótico tópico [sulfadiacina argéntica, AC fusídico, metronidazol] o con
apósito de plata con malla de carbón activado. De persistir sobreinfección más de dos semanas, se recomienda realizar
cultivos bacterianos con aspirado con aguja fina o biopsia cutánea y valorar tratamiento específico según el paciente, su
estado y el de la lesión. Estaría indicado el tratamiento sistémico si hay bacteremia, sepsis, celulitis avanzada u
osteomielitis.
d) Cura húmeda: Las evidencias científicas disponibles muestran mayor efectividad clínica y relación coste-beneficio de la
cura en ambiente húmedo, frente a la cura tradicional. El ambiente húmedo previene la deshidratación tisular y la
muerte celular; promueve la angiogénesis, estimula la eliminación de fibrina y tejido muerto y permite la interacción
celular y de factores de crecimiento para la cicatrización. De nuevo, para elegir el apósito, hay que valorar el paciente y la
úlcera, sobre todo la presencia de infección, cavitación y/o tunelización y cantidad de exudado. Las cavidades han de
rellenarse entre la mitad y tres cuartas partes con productos de cura húmeda, para evitar que se formen abscesos o
«cierre en falso». La frecuencia del cambio de apósito dependerá de sus características, recursos al alcance y exudado de
la úlcera. Algunos productos pueden combinarse entre sí. No existe el producto ideal.