Profeta Isaías 1-39
Profeta Isaías 1-39
Profeta Isaías 1-39
Contenidos
1. La persona del profeta 2. Actitud de Isaas 3. Historia de la redaccin del libro 4. Estructura y estilo de la primera parte (Is 1-39) 5. Contenido doctrinal: 1) Soberana y trascendencia de Dios; 2) El pecado; 3) Mesianismo real; 4) El libro del Emmanuel
La persona
EL PROFETA ISAAS Historia de la redaccin
La actitud
Estructura y estilo de Is 1
El pecado
Los escasos datos que poseemos sobre la vida y actividad de Isaas nos lo proporciona el mismo libro en los captulos 1 a 39. Sabemos que el momento de su vocacin ocurri el ao de la muerte de Ozas (=Azaras), es decir, el ao 740 a.C. Suele suponerse que para entonces contaba con veinte aos; por tanto la fecha de su nacimiento se coloca en torno al ao 760 a.C. Su padre se llamaba Ams, que nada tiene que ver con el profeta.
Segn Is 1,1 el padre de Isaas se llamaba 'amos (s de shin), mientras que el profeta tena por nombre 'amos (s de shade). Dado que los nombres de sus hijos eran simblicos, muchos han supuesto tambin que el de Isaas (yshayah = El Seor salva) debera ser significativo de su misin. Muy probablemente Jerusaln fue su cuna, pues all predic siempre y all debi de adquirir la vasta cultura literaria y religiosa, que difcilmente podra conseguir fuera. Su mensaje se basar frecuentemente en la eleccin divina de la dinasta de David, y de Jerusaln, como sede de la misma.
En el relato de su vocacin (Is 6,1-13), aparecen cuatro temas que vertebran toda su enseanza: 1) la santidad de Dios, 2) la conciencia de pecado como debilidad y profanacin, 3) la inminencia de un castigo inevitable, 4) y la esperanza de salvacin.
Poco despus de iniciar su ministerio debi contraer matrimonio con "la profetisa", segn se dice en Is 8,3. Nada se sabe de ella, ni su nombre, ni su profesin, porque este apelativo no supona necesariamente que tuviera carismas de este tipo. Probablemente es llamada profetisa, simplemente por estar casada con Isaas.
Tuvo de ella al menos dos hijos, a los que puso nombres deliberadamente simblicos: Sear Yasub (= un resto volver: Is 7,3 y 10,21) y Maher Salel Haz Baz (= saqueo inmediato, rpido botn). Acerca de su muerte el libro no aporta datos; la tradicin juda, recogida en el libro apcrifo La Ascensin de Isaas (5,1), recuerda que fue asesinado por Manass, que mand cortarlo por medio de una sierra.
Isaas aparece en su libro como hombre decidido que se pone radicalmente a disposicin de Dios en el momento de su vocacin, y que no encuentra obstculos para enfrentarse a reyes y polticos. Nunca se dej arrastrar por el desaliento. La afirmacin habitual de que era de familia aristocrtica se basa en su sensibilidad potica y sus conocimientos amplios sobre las tradiciones del pueblo y las promesas hechas a David.
En cuanto a su mensaje, sigue la enseanza de los profetas que le han precedido, especialmente Ams, en las denuncias de abusos sociales y del culto (Cfr Is 1,21-26; 2,6-22).
Su fuerte personalidad y su mensaje atrayente debi de ser decisivo a la hora de crearse un crculo de discpulos (Cfr Is 8,16), que seran quienes conservaran su doctrina por escrito y quiz continuaran su misma lnea de mensaje durante muchos aos, despus de su muerte.
Por el estilo y forma literaria de los orculos, suele ser considerado como el gran poeta clsico del AT: amante de la brevedad y concisin, sabe ser incisivo, utilizando imgenes originales y escuetas. Su lenguaje es culto. As como el texto de Oseas es difcil por los modismos que usa, el de Isaas tiene de dificultad el que utiliza un riqusimo vocabulario, muchos de cuyos trminos son exclusivos. Su diccin es armoniosa: gusta de emplear aliteraciones, sinonimias y otros muchos recursos literarios.
La actividad del profeta se extendi a lo largo de cuarenta aos, durante los cuales fueron muy variados los acontecimientos polticos. Para mejor comprender el mensaje del profeta, los orculos suelen distribuirse en cuatro etapas:
Cronologa de los reyes del Reino del Sur Roboam 933-916 Yotn 740-735
Abas
As Josafat Jorn Ocozas Atala
915-913
910-887 870-846 848-841 841 841-835
Acaz
Ezequas Manass Amn Josas Joacaz
735-728 / 716
728-716 / 698 697-643 643-642 642-609 609
Jos
Amasas Ozas
835-797
796-781 781-740
Joaqun
Jeconas Sedecas
609-598
598-587 597-587
Es una poca de prosperidad econmica, heredada del reinado de Ozas, pero unido a una relajacin progresiva de costumbres.
Isaas denuncia con energa los abusos en los orculos comprendidos en los caps. 16.
c) Minora de edad de Ezequas (727-716) A la muerte de Acaz su hijo contaba solamente cinco aos. Algn cortesano, cuyo nombre no ha conservado la Biblia, debi de encargarse de la regencia. Fueron unos aos anodinos, durante los cuales probablemente pronunci los orculos de los caps. 14 y 28.
Pero en el aspecto poltico, fue un reinado difcil. Sargn II de Asiria dominaba la franja siro-palestinense y amenazaba la independencia de Jud.
Hacia el ao 720 muchas de estas ciudades se levantaron contra el yugo asirio, por instigacin de Egipto. En el 703, a la muerte de Sargn, subi al trono asirio Senaquerib.
En ese momento se sublevaron por una parte el rey de Babilonia en el Este; y Egipto por el Oeste. Ezequas mantuvo por un tiempo la neutralidad, que Isaas preconizaba para mantener a Jerusaln lejos de la influencia de los pueblos paganos, pero enseguida se levant contra Asiria, haciendo alianza con las ciudades-estado de alrededor (Moab, Edom, Tiro, Ascaln, etc.).
Para entonces el rey Ezequas ya haba emprendido importantes obras en Jerusaln para reforzar sus defensas y fortificaciones. De esta poca es el famoso "canal de Ezequas" que an se conserva ntegro, y que consegua llevar agua desde la fuente de Silo hasta el centro de la ciudad.
Ante tales rebeliones Senaquerib organiz una campaa de castigo en la que invadi Palestina y conquist varias ciudades, llegando a las puertas de Jerusaln.
En ese momento Isaas interviene manteniendo viva la moral de los habitantes y del rey, bajo la seguridad de que la ciudad santa no puede caer en manos de pueblos extranjeros si se mantienen fieles. De hecho, por causas desconocidas Senaquerib se retir con sus ejrcitos, regresando a Nnive. De esta forma Jerusaln qued libre, cuando humanamente caba esperar lo contrario; el pueblo lo atribuy a una intervencin divina y se afianz la idea de que Jerusaln era inviolable.
Cuando el pueblo celebra este xito sin acordarse de Dios, el profeta les recrimina duramente su actitud (Is 22,1-4). A este periodo suelen asignarse los caps. 15-23; 29-33. En ellos queda reflejada la postura de Isaas, que, a grandes rasgos, puede resumirse en los siguientes aspectos: * Oposicin a la rebelin contra Asiria; * Condena de las alianzas con Egipto; * Consideracin de la invasin asiria como justo castigo de Dios; * La presentacin de Senaquerib como instrumento divino; * Esperanza de que Jerusaln no caera en manos asirias; y * Condena de la actitud impa y altiva del pueblo.
Durante muchos siglos no se plante ninguna dificultad sobre la autenticidad del libro de Isaas. El Ben Sira, en su prlogo, hacia el ao 190 a.C. supone que todo el libro es de Isaas, puesto que, como tal, haba entrado a formar parte del Canon. Con ms claridad atribuye todo el libro a Isaas la versin de los LXX, en el siglo II a.C., y las citas del NT. Durante la Edad Media slo Abrahm Ibn Ezra, del siglo XII, quiz siguiendo a Moseh ben Samuel Ibn Gekatilla, atribuy la primera parte de Isaas y la segunda a un autor de la poca post-exlica. Con todo, esta hiptesis no tuvo mucho eco.
Fue en el siglo XVIII cuando Iohann C. Dderlein [Cfr Isaias, Aldorf 1789 (3 ed.): "Quare consentaneum videtur orationem vel potius librum posteriorem a capite XL ad serius. Esaia aevum referre, atque sub finem exilii ab anonymo quodam, vel homonymo antiquo vate, compositum profiteri" (p. XV)] comienza a hablar del "Deutero-Isaas", profeta annimo del destierro, al que atribuy los caps. 40-66, siguiendo a J.G. Eichhorn [Einleitung ins Alten Testament, vol. 3, Leipzig 1783]. A partir de entonces se hizo comn entre los estudiosos la existencia del Segundo Isaas.
En 1892 B. Duhm [Cfr Duhm, B., Das Buch Jesaja, (3 ed.), Gttingen 1914] en su comentario comienza a hablar de un "Trito-Isaas", un profeta tambin annimo, posterior a la cautividad que redact los caps. 56-66.
Poco a poco va imponindose la idea de tres autores del libro de Isaas. Adems de esta distribucin tripartita se atribuyen a autores distintos de los mencionados, la seccin apocalptica (caps. 24-27), la seccin histrica (caps. 36-39), que recoge la misma sinopsis de 2 Reg 18,13-20,19; y los cantos del Siervo (Is 42,1-4; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12).
En 1908 la P.C.B. responde a dos cuestiones sobre la ndole y autor de Isaas: "Utrum solida prostent argumenta, etiam cumulative sumpta, ad evincendum Isaiae librum non ipsi soli Isaiae, sed duobus, immo pluribus auctoribus esse tribuendum? Resp.: Negative No entra la P.C.B. a afirmar o negar la autenticidad, sino nicamente considera la solidez de la argumentacin.
Los argumentos que habitualmente se barajan para confirmar la existencia, al menos de un profeta exlico, diverso del autor de los primero 39 captulos son las siguientes:
a) De orden filolgico: en la segunda parte se usan los trminos go'el (redentor) e 'il (isla), que no aparecen en la primera. Algunos otros tienen sentido diverso; por ejemplo, hadakah (justicia, en la primera parte) suele ahora significar "salvacin"; berit (alianza, en la primera parte) tiene ahora sentido de "benevolencia". Adems aparecen algunos verbos arameos del tiempo del destierro.
b) De estilo. Deja de ser conciso y sencillo. En la segunda parte es ampuloso y retrico, con frecuentes repeticiones de palabras claves, como se refleja en el comienzo del cap. 40: "Consolad, consolad..."
c) De contenido doctrinal.
En la primera parte se insiste en el mesianismo real, en la segunda en un mesianismo proftico; y en la tercera predominan ideas sacerdotales, como la insistencia en el sbado (Is 56,2; 58,13), la pureza legal y ritual (Is 65,4; 66,17.20), el sacerdocio y los levitas (Is 66,21), etc., temas que han sido ms desarrollados a partir de la reforma de Ezequiel en el destierro.
d) De orden histrico, que son los ms importantes: en la segunda parte faltan alusiones a la dinasta davdica y al poder asirio. En cambio, se habla de una nueva era de la salvacin (Is 40,2). Sorprende la mencin de Ciro, rey persa (Is 42,1; 44,28; 45,1), atribuyndole ttulos de Pastor, Elegido de Dios para cumplir los planes divinos frente a Babilonia y a favor de Israel.
Tambin son los argumentos histricos los que con ms frecuencia se aducen para suponer uno o varios autores, posteriores al destierro, para los once ltimos captulos: el pueblo ha vuelto a su patria (Is 57,57) y ha comenzado a habitar en Jerusaln (Is 60,10; 61,4); se ha iniciado la reconstruccin del Templo (Is 66,1). Los habitantes estn divididos en tres grupos: los repatriados, el pueblo del pas (ham ha'ares), que abarca a todos los que se quedaron en Judea; y los extranjeros que se instalaron all durante el destierro. Incluso se mencionan los judos de la dispora, especialmente los que quedaron en Babilonia.
No todos los autores mantienen la existencia de tres profetas distintos. Parece sorprendente, segn ellos, que un profeta que ha escrito poemas tan importantes como los contenidos en la segunda y tercera parte del libro no haya dejado huellas de su persona o de su actividad. Adems, son muchos los temas que aparecen en las tres partes del libro: la soberana de Dios sobre todos los pueblos, la retribucin divina, la alternancia entre orculos de condena y orculos de salvacin.
En 1987 se dedic el "Colloquium Biblicum Lovaniense" al libro de Isaas. Las Actas aparecieron dos aos ms tarde: J. Vermeylen (dir.), The Book of Isaiah, Leuven 1989. El propio Vermeylen dedica el primer artculo (L'unit du livre d'Isae, pp. 1127) al estado de la cuestin sobre la unidad o pluralidad de autores. En la nota 15 recoge la bibliografa ms reciente de quienes aceptan la hiptesis tradicional que atribuye todo el libro al profeta del siglo VIII.
Un buen nmero de comentaristas adoptan una solucin intermedia: los dos profetas annimos (Deutero y Tritoisaas) perteneceran a la misma escuela isaiana. As se comprende que abordaran los mismos temas doctrinales. Ahora bien, queda sin demostrar la existencia de una escuela isaiana durante doscientos aos, pues no hay ningn otro testimonio de ello. En los ltimos aos se ha modificado un tanto la orientacin de los estudios, investigando ms que sobre el autor o autores del libro, sobre su composicin.
Los autores que defienden esta teora son muchos ms y de reconocda vala, como J.L. McKencie, J.A. Soggin, W.L. Holladay, etc.- Cfr Vermeylen, J., op. cit., p. 16, nota 20.
Aunque las conclusiones no son todava definitivas, todos aceptan que el libro constituye una unidad literaria y teolgica. El ltimo redactor del libro realiz un nico proyecto con evidente intencionalidad teolgica. A partir de este dato caben dos hiptesis:
1 2
1) La redaccin tarda del libro. Con las matizaciones que cada comentarista aporta, segn esta hip-tesis el libro habra sido compuesto despus del destierro, incorporando materiales ya existentes, incluso desde el siglo VIII.
El centro del libro lo formaran los caps. 40-55; la primera parte (caps. 1-39) habra sido compuesto como introduccin o prlogo, y los caps. 56-66 seran la conclusin (R.F. Melugin y R. Rendtorff). Ibidem, pp. 21-22 y notas bibliogrficas.
2) La relectura del Protoisaas. El ncleo inicial, contenido en los caps. 1-39 habra sido actualizado durante el destierro (caps. 40-55), y de nuevo se habra reledo al volver a Palestina durante la poca persa (caps. 56-66), aadiendo a los materiales ya existentes, pequeos pero significativos retoques (R.E. Clements y W. Bruggemann). Ibidem, pp. 23-25 y notas bibliogrficas.
Nosotros estudiaremos cada una de las partes por separado, sin hacer excesivo hincapi en descubrir las caractersticas de sus autores. Una cosa es cierta; en la hiptesis de tres autores distintos, hay que reconocer en los dos ltimos alguna dependencia del Isaas del siglo VIII y un mismo trasfondo doctrinal: los temas de la fe, de los pobres, de la transcendencia divina son constantes a lo largo de todo el libro.
Divisin de Isaas 1
I. Orculos dirigidos a Israel y Jud (1,2-12,6) II. Orculos dirigidos a las naciones (13,123,18) III. Apocalipsis de Isaas (24,1-27,13) IV. Endurecimiento de Israel y Jud (28,1-33,24) V. Condenas y esperanzas de salvacin (34,135,10) VI. Ezequas ante la amenaza asiria (36,1-39,8)
A) Pleito por el abandono del Seor (1,2-31) B) Pleito por la idolatra (2,1-4,6) C) Pleito por la falta de correspondencia (5,1-6,13) D) Libro del Enmanuel (7,1-12,6)
Gloria de Sin y paz universal (2,1-5) El da del Seor (2,6-22) Derrumbamiento de Jud y Jerusaln (3,1-15) Contra las mujeres de Jerusaln (3,16-4,1) Un resto santo en Jerusaln (4,2-6)
Cancin de la via (5,1-7) Lamentaciones por los pecadores (5,8-30) Vocacin de Isaas (6,1-13)
Amenazas de invasin (7,18-25) Conspiracin de Asiria sobre Israel y Jud (8,1-20) Angustia tras las primeras derrotas (8,21-22) El prncipe de la paz (8,23-9,6) El orgullo de Efram (9,7-10,4) Condena de Asiria (10,5-19) El resto de Israel (10,20-34) El nuevo descendiente de David (11,1-9) Retorno de los deportados (11,10-12,6)
Prescindiendo del orden cronolgico en que fueron pronunciados los orculos, la estructura de esta primera parte es la siguiente:
1 2 Orculos dirigidos al pueblo de Dios (1-12) Orculos contra las naciones (13-23)
3
4 5
Esta coleccin recoge, como se indic arriba, los pronunciados en la primera etapa de predicacin.
Hay que destacar el llamado Libro del Emmanuel (Is 6-12), que comienza con el relato de la vocacin (cap. 6) y termina con un importante himno de accin de gracias (Is 12,1-6).
2) Orculos contra las naciones (Is 13-23). La costumbre de reunir en una misma seccin los orculos contra las naciones se continuar en Jeremas y en Ezequiel; indudablemente es un recurso artificial, que se presta a retoques posteriores; as los orculos contra Jerusaln (que no puede considerarse como "nacin extranjera") (Is 23,1-14) y contra Sobna (Is 23,15-18), y el dirigido contra Tiro (Is 23) son probablemente postexlicos. Cfr Hamborg, G.R., Reasons for Jugdemente in the Oracles againts the Nations of the Prophet Isaiah, en VT 31 (1981) 145-159.- Davies, G.I., The Destiny of the Nations, en Vermeylen, J., op. cit., pp. 93-120.
Entre estos orculos escatolgicos hay intercalados poemas lricos que cantan la providencia especial del Seor sobre su pueblo y la victoria sobre los enemigos y opresores.
Cfr Steck, O.H., La composition littraire del'Apocalypse d'Isae (Is 24-27), en ETL 50 (1974) 6-38.Cfr etiam Jenkins, A.K., The Development of the Isaiah Tradition in Is 13-23, en Vermeylen, J., oc, p. 237-251.
5) Pequea apocalipsis (Is 34-35). Son una serie de orculos contra Edom, que se haba instalado en Jerusaln, aprovechando el vaco que dejaron los desterrados de Babilonia; en Is 35 se describe la destruccin de Edom y la nueva liberacin de Israel, como un nuevo xodo. Por las afinidades estilsticas con el libro de la Consolacin, estos captulos suelen atribuirse al mismo autor exlico.
6) Apndice histrico (Is 36-39). En esta seccin se narra la invasin de Senaquerib y otros acontecimientos en los que intervino Isaas: enfermedad del monarca (Is 38), embajada babilnica, etc. Quiz el protagonismo de Isaas es la razn de incluir en el libro estos captulos que se encuentran repetidos en 2 Reg 18-20.
El mensaje del profeta, aunque ntimamente relacionado con toda la tradicin veterotestamentaria, est infludo por su visin o experiencia vocacional (Is 6,113). All Dios es proclamado por los serafines como Santo (Is 6,3), ttulo que el mismo profeta repite (Is 5,16), presentndolo ante todo como el "Santo de Israel" (Is 11,4; 5,19.24; 10,20; 12,6; 30,11.12.15; 31,1; 37,23).
Santo (qadosh) derivado de "qdr" (separar) o de "hdsh" (ser nuevo, distinto) significa ser transcendente. Dios es el Otro; Aqul ante quien ningn hombre puede mantenerse (Is 6,5); no se contamina con ninguna impureza tica, que es cosa de los hombres. Se manifiesta por las "maravillas" obradas en la historia, tal es la gloria y la magnificencia de nuestro Dios (Is 35,2).
Dios que se manifiesta en Isaas como transcendente y omnipotente, autor de la creacin y de la historia, no es un ser abstracto, sino un ser personal, presentado con antropomorfismos, como "los ojos de Dios" (Is 1,15ss; 13,8; 37,17), "su mano poderosa" (Is 1,25; 9,11.16.20; etc.), "su aliento que inunda y purifica" (Is 11,15; 30,33), "su espritu que infunde sabidura, inteligencia, consejo, for-taleza, ciencia y temor" (Is 11,26). Puede consultarse un buen diccionario bblico; por ejemplo, Jenni, E.-Westermann, C., Diccionario Teolgico. Manual del AT, (DTMAT), vol. 2, cols. 599-609.
El pecado en Isaas 1
2) El pecado.Desde su visin inaugural, Isaas contempla frente a la santidad de Dios, a la criatura dbil y llena de pecado. El pecado, segn Isaas, consiste en la miseria humana frente a la pureza infinita e incontaminada. El hombre que est tan prximo a su Hacedor, se enfrenta directamente a Dios.
El pecado es rebelin contra Dios (Is 1,2.4); desprecio de Dios (Is 3,8-9; 5,4-5.24; 8,6; 28,12; 29,15-16; 30,9-13), burla de Yahwh (Is 5,18-19): la vanidad de las mujeres (Is 3,16), la indiferencia religiosa (Is 5,19), el apegamiento a las riquezas (Is 2,7), la seguridad en las fortificaciones humanas (Is 17,3; 22,5-11) o en las armas (Is 2,7; 22,9ss; 31,1), o en las alianzas polticas (Is 30,1) son otras tantas muestras de desconfianza en Dios. El gran pecado es el orgullo y la autosuficiencia (Is 2,6-4,1; 13,8-24). El castigo divino, en consecuencia, debe significar una humillacin del hombre y en eso consistir el "dia de Yahwh" (Is 2,12-16). El pueblo rebelde y orgulloso debe desaparecer, toda altanera y toda altivez sern abatidos ante la gloria del Seor.
3) Mesianismo real.El centro de la predicacin de Isaas es la promesa divina sobre David y sobre Jerusaln.
En la catstrofe de la invasin asiria, desaparecer Israel (ao 721 a.C.) y parte de Jud; pero se salvar un "resto" que ha de ser el ncleo de la restauracin nacional.
Quedar slo "un dcimo, como la encina o el terebinto que se abate" (Is 6,13), pero de ese tronco saldr un retoo que ser la "semilla santa" de los rescatados de Sin (Is 4,4ss).
Aunque no utiliza el tr-mino Mesas, es el profeta ms representativo del llamado "mesianismo real", que concibe y describe al futuro salvador con rasgos tomados de la figura del rey. A este personaje maravilloso se le describe como "Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Prncipe de la paz" (Is 9,7).
Jerusaln, donde habitaban los que durante la invasin permanecen apoyndose slo en el Seor (Is 10,20), los humildes y pobres de Yahwh (anawin Yahwh: Is 30,18; 33,2), ser tambin fuente de paz mesinica para todos los pueblos (Is 21,2-4); all acudirn todos a sentarse al banquete mesinico, los de Kus (Is 18,7), los de Tiro (Is 23,18), los de Egipto y los asirios (Is 19,18-25). Estas promesas se centran en el Emmanuel (Is 7,14), que reina sobre su pas (Is 8,8); ser el restaurador de la dinasta davdica, reducida a un simple tocn; ser el rey eterno prometido por Dios. En l se sintetizarn las grandes corrientes de la esperanza de Israel: la dinstico-real (Is 7,14; 8,8), la proftica (Is 9,7; 11,25), la paradisaca (Is 11,6-9) y la escatolgica (Is 11,9).
4) El libro del Enmanuel.El "libro del Enmanuel" abarca los captulos 7 al 12 Muchos autores consideran que originariamente el "libro del Enmanuel" abarca nicamente Is 7,1-9,6, pues el orculo de salvacin de 9,1-6 parece el colofn de esta unidad; la segunda parte (Is 9,7-12,6) sera ampliacin de la primera, incluso aunque hubiera sido escrita por el mismo autor. Nosotros pensamos con la mayora que el comentario debe abarcar los seis captulos sealados, en los que el protagonismo corre a cargo de este "nio", smbolo de una intervencin especial de Dios.
OBSERVACIONES
Dentro del anlisis merecen un mayor detenimiento los tres orculos mesinicos contenidos en Is 7,10-17; 9,1-6 y 11,1-5, que estn muy relacionados entre s.
Cfr Cazelles, H., El Mesas de la Biblia, Barcelona 1981, pp. 72-77.- Coppens, J., Le Mssianisme royal, Paris 1968, pp. 67-85; y el ms divulgativo de Sancho Gili, J., Sobre el sentido mesinico de Is 7,14. Interpretaciones bblicas y magisteriales, en "Cultura Bblica" 27 (1970) 67-89.
En la divisin sealada ms arriba, se incluye tambin el captulo 6, que puede considerarse como una pieza que tiene en s misma sentido; o bien como captulo introductorio de toda la seccin. De cualquier modo, merece un comentario aparte.
Primer orculo Segundo orculo Tercer orculo Is 7,10-17 Is 9,1-6 Is 11,1-9
El primer orculo (Is 7,10-17) va dirigido al rey Acaz, inmerso en el conflicto siro-efraimita.
Propiamente el profeta no aconseja una accin concreta, sino que denuncia el temor del rey y del pueblo (v. 2) y su falta de fe en la ayuda divina ("si no creis, no subsistiris": Is 7,9). As se comprende que Isaas pronuncie una serie de orculos de salvacin junto con otros de condena, porque se vislumbra a la vez la accin bienhechora del Seor, anuncia el castigo que merece la incredulidad del pueblo y del rey.
El orculo culmina en el anuncio de un nacimiento prodigioso que consta de cuatro elementos: * la doncella est encinta y dar a luz un hijo;
El nombre de "guerra siro-efraimita" resulta confuso, pues no es un enfrentamiento entre sirios y efraimitas (israelitas); es decir, no es entre Damasco y Samara. Ms bien se trata de una coalicin entre Damasco y Samara contra Jud. Puesto que estos dos reinos estaban obligados a pagar tributo a Asiria, planean rebelarse, para lo cual invitan a Jud a unirse con ellos.
Pero, ante las dudas de Acaz, deciden declararle a l la guerra, deponerlo y colocar en su lugar al hijo de Tebael, partidario de la coalicin contra Asiria. Acosado por tales amenazas Acaz termina pidiendo ayuda a Teglaltpalasar III, que interviene contra Damasco (Cfr 2 Reg 16,7-9).
Ha sido un texto ampliamente comentado en todas las pocas, especialmente por su resonancia en el "evangelio de la infancia" de Mateo y Lucas. En la historia de su exgesis se han desarrollado cinco interpretaciones ms importantes: tres de ellas podran denominarse ms "historicistas", y las otras dos ms directamente "mesinicas". Todas ellas se centran en saber quin es la mujer, quin es el nio, y en qu consiste el signo que el profeta propone.
Segn algunos, se refiere a una de las jvenes esposas de Acaz y del futuro Ezequas; para otros, se habla de la esposa del propio Isaas y de uno de sus hijos; la tercera versin entiende que se trata de una mujer hipottica y desconocida, cuyo hijo y edad sera smbolo de la intervencin divina. Entre los que interpretan la profeca como el anuncio de un futuro rey ideal, algunos la explican en sentido mtico sin ninguna relacin con la realidad; la mayora, en cambio, ven en el Emmanuel al Rey-Mesas futuro, el nico en el que piensa el profeta al proferir el orculo.
Contra esta ltima hiptesis, defendida tradicionalmente por los catlicos, se objeta que difcilmente puede ser una seal para Acaz un acontecimiento futuro.
Todo el captulo parece referirse a un hecho contemporneo, lo cual no impide que sea tal su resonancia que al correr de los aos se vaya descubriendo su sentido ms profundo. El carcter mesinico del mismo no implica necesariamente que est desligado del momento concreto en que se pronunci.
No se entiende cmo el profeta puede hablar de una mujer y de su hijo guardando el anonimato; adems, "la doncella" (con artculo) parece aludir a una persona concreta y conocida.
Si se refiere a la esposa del propio profeta, por qu no lo dice expresamente, como har ms adelante al hablar de los dos hijos (Is 7,3 y 8,3)?
Hoy la mayora de los intrpretes entienden que se refiere a la esposa de Acaz, madre de Ezequas.
La objecin clsica es que Ezequas probablemente ya haba nacido. Ahora bien, como se sabe es difcil sealar una cronologa exacta en aquellos aos. Tampoco debe sorprender que se denomine a la esposa de Acaz como doncella, puesto que la seal no es directamente la madre, sino el hijo y su nombre simblico.
El nacimiento de un heredero era entonces una seal evidente de proteccin divina y una garanta de que la dinasta davdica permanecera. Esta interpretacin no invalida el carcter mesinico, sino que incluso lo refuerza, puesto que el rey tiene la doble dimensin de representante histrico de Dios que acta por medio del pueblo, y de anuncio de que un descendiente futuro ser quien asuma y lleve a plenitud todas las esperanzas de salvacin anunciadas.
"Estamos acostumbrados a ver la historia como algo que sucede, que viene despus; las generaciones como descendientes, algo que "desciende" sucesivamente y cuelga del primero. Segn esta visin, todo cuelga de David, y como cumplimiento, de la promesa de David. Tenemos que aprender la otra visin, de una historia que avanza hacia un punto futuro, que cuelga de l, que slo por l est justificada y tiene existencia y continuidad.
Segn esta visin, todo cuelga del futuro Mesas, y tambin la palabra dada por Dios a David se apoya en la palabra de Dios, que es Cristo. Esto legitima le lectura mesinica y mariana del orculo presente" (Alonso Schkel, L.-Sicre, J.L., Profetas, vol. 1, Madrid 1980, p. 148).
Precisamente el simbolismo del nio influy en que ya la tradicin juda entendiera el nacimiento como prodigioso y los LXX tradujeran el trmino hebreo por parzenos, que significa "virgen" y no por neanas, como hacen Aquila y Simaco, que slo indica "mujer joven". Asumiendo esta tradicin, los Evangelistas ensearon que este orculo se cumpli plenamente en el nacimiento de nuestro Seor, que fue realmente prodigioso, al nacer de su Madre-virgen.
El segundo orculo (Is 9,1-6) empalma con el anterior en tiempo de guerra y de crisis: "un nio nos ha nacido" (Is 9,5). A este nio, seal de que Dios est en medio del pueblo (Emmanuel) se le aplican cuatro ttulos (no el de rey), que aparecen, aunque no todos unidos, en textos extrabblicos de entronizacin del rey. En la Biblia es la nica vez que tales titulos se atribuyen a un monarca; pero no hay que olvidar que el rey histrico era siempre depositario de las esperanzas mesinicas. San Jernimo al traducir la Vulgata encuentra seis: "Admirabilis, Consiliarius, Deus, Fortis, Pater futuri saeculi, Princeps pacis". La Neovulgata se acomoda de nuevo al texto hebreo: "Admirabilis Consiliarius, Deus fortis, Pater aeternitatis, Princeps pacis".
El tercer orculo (Is 11,1-9) es complementario del anterior, pues habla del "vstago" sucesor, de la justicia y de la paz mesinicas.
Canta las cualidades que deben adornar al rey y que tambin se harn realidad en el Mesas: justicia, equidad y espritu de Dios. Tambin aqu el profeta contempla a travs del rey histrico, la venida del rey ideal futuro. Ntese que los LXX y la Vulgata desdoblan el "temor de Dios" en dos: piedad (eusebeia) y temor. Todo el libro del Enmanuel y estos tres orculos en particular hacen de Isaas el profeta que con mayor clarividencia desarroll la idea teolgica del Mesas davdico.