Sofonias, Nahum y Habacuc
Sofonias, Nahum y Habacuc
Sofonias, Nahum y Habacuc
Nahn
Habacuc
Sofonas
Contenidos
I. Situacin histrica y social II. Nahn III. Habacuc IV. Sofonas
La persona del profeta El libro: estructura Mensaje del profeta El libro en el NT
El siglo VII trajo a la vida del pueblo elegido acontecimientos que habran de marcarle para siempre: la reforma de Josas (a. 622), a raz del hallazgo del Deuteronomio (2R 22, 3-10), cambi radicalmente la religiosidad y la vida moral del pueblo. Y, desde el punto de vista poltico, el imperio neobabilnico habra de llevar a cabo la destruccin de Jerusaln por los ejrcitos de Nabucodonosor, y la desaparicin definitiva de la dinasta davdica y del reino de Jud.
Asiria vena siendo la potencia dominante, sobre todo, desde que Teglatpalasar III (745727) reorganiz la autoridad en el interior de su pas y comenz sus campaas expansionistas.
Su sucesor Salmanasar V (727-722) continu ensanchando las fronteras; fue quien invadi Samara el ao 722, pero muri poco despus.
A Sargn II (722-705) le correspondi sofocar algunas revueltas internas (entre otras cosas anexion el Reino del Reino del Norte el ao 721) y consolid los lmites con otros pases, constituyendo un verdadero imperio mundial, para aquella poca: los medos y los persas viven todava como nmadas en el Noroeste del Irn; los babilonios estn sometidos como provincia; los habitantes de Israel estn tambin sometidos o han huido hacia Jud.
Slo Egipto conserva un cierto poder; Jud, por su parte, se mantiene como vasallo de Asiria, pagando enormes tributos durante los reinados de Acaz y Ezequas.
Los reinados de Senaquerib (740-681) y de Asarhadn (661-668) marcan el punto culminante del esplendor de Asiria.
Sus fronteras se extienden desde Egipto hasta Babilonia. Al disminuir las guerras se dedican a embellecer Nnive con el trabajo de los esclavos trados de Caldea, Siria y Palestina.
Assurbanpal (668-630) hereda un imperio bien consolidado y se limita en el orden militar a ahogar cualquier levantamiento, sea en el Noroeste con los cimerios, sea en Babilonia con los elamitas, sea en el Sur con las tribus rabes.
El prncipe asirio, por otra parte, consagra gran parte de sus fuerzas al arte y a la cultura: reuni en la famosa biblioteca de Kuyundjik importantes documentos antiguos de los pueblos sometidos (ms de 10.000 volmenes) y ornament Nnive con los famosos relieves de caceras que han llegado hasta nosotros.
La influencia asiria pes enormemente durante estos aos sobre Jerusaln; es el largo reinado de Manass (687-642), uno ms entre los mltiples vasallos.
Fueron aos oscuros y penosos para Jud, porque la estrella de Asiria eclipsaba cualquier otro pas.
Los ltimos aos de Assurbanpal marcan la decadencia del imperio asirio, tanto que todava hoy es imposible conocer el orden y duracin de sus sucesores.
Asiria se desintegra poco a poco, pero irremisiblemente; va a desaparecer en menos de veinte aos.
Egipto recobra una cierta autonoma; los medos y persas reorganizan en el Norte un ejrcito poderoso; pero es Babilonia quien resurge con una fuerza extraordinaria: el rey caldeo Nabopolasar se instala en Babilonia (626-605) y comienza sus conquistas.
Junto con el persa Ciajares se apodera de Asur y destruye totalmente Nnive, la ciudad emblemtica de Asiria. Estamos en el ao 612 a.C. Una vez que Asiria y su rey desaparecen de la historia, babilonios y medos quedan como dueos del mundo entonces conocido: a Ciajares le corresponde la Mesopotamia del Norte y a Nabopolasar Asiria central, Elam y los derechos de vasallaje sobre Siria y Palestina.
Con esta situacin quedan enfrentados una vez ms el resurgente imperio neobabilnico y el viejo Egipto, gobernado ahora por Necao.
Jud, como se ha indicado, sufre durante el siglo VI los vaivenes de la historia: Ezequas consigui preservar a Jerusaln de la invasin asiria, pero no pudo evitar el pago de un costoso tributo de vasallaje. El largo reinado de su hijo Manass (687-642) se caracteriza por el sometimiento pleno a Asiria, lo cual trajo graves consecuencias religiosas (Cfr 2 Reg 21,3-7), pues se introdujeron los dioses siderales asirios y los cultos idoltricos, incluso en el Templo.
Cronologa de los reyes del Reino del Sur Roboam 933-916 Yotn 740-735
Abas
As Josafat Jorn Ocozas Atala
915-913
910-887 870-846 848-841 841 841-835
Acaz
Ezequas Manass Amn Josas Joacaz
735-728 / 716
728-716 / 698 697-643 643-642 642-609 609
Jos
Amasas Ozas
835-797
796-781 781-740
Joaqun
Jeconas Sedecas
609-598
598-587 597-587
Es muy posible que estos ritos fueran practicados junto con el genuino a Yahwh. Por todo ello, el juicio que Manass merece al autor del libro de los Reyes es severo, al considerarle como el peor rey que nunca se sent en el trono de David (2 Reg 21,9-15).
Le sucedi su hijo Amn (642-640) que sigui su misma poltica de sometimiento a Asiria; pero fue pronto asesinado por alguno de su propia familia.
De la minora de edad de este rey se conocen pocos datos; se sabe, en cambio, que el ao duodcimo de su reinado (629/628) comenz una profunda reforma religiosa que culmin el ao 622 con el hallazgo en el Templo del Libro de la Ley o Deuteronomio (2 Reg 22,3-23).
Por estas fechas Assurbanpal era ya un anciano y comenzaba el desmoronamiento de Asiria, con lo que Jud volvi a ser jurdicamente y de hecho un pas libre; sus fronteras se expandieron llegando a abarcar el antiguo reino de Samara.
Pero la cada de Asiria no supuso la paz de Jud, pues geogrficamente y polticamente estaba situada entre las ambiciones de Egipto y Babilonia. De hecho el ao 609 (Cfr 2 Reg 23,29ss), cuando Necao, faran de Egipto, emprendi una campaa hacia Karkemis contra los babilonios, Josas pretendi cortarle el paso en Megido, pero muri en la batalla. El faran impuso como rey de Jud a Joaqun o Yoyaqun, hijo de Josas, sometido en vasallaje a Egipto.
El libro de Nahn ocupa el sptimo lugar dentro del cdice de Profetas Menores, tanto en los manuscritos hebreos como en los griegos.
El hecho de aparezca siempre en el mismo lugar refleja una tradicin muy antigua que, al menos, supone que con Nahn comienzan los libros ms tardos y que abordan una temtica distinta de los anteriores, en concreto, el juicio de Dios y la proyeccin escatolgica de la religiosidad israelita.
Todo el libro gira en torno a la cada de Nnive a manos de los babilonios (612 a.C).
El ttulo es novedoso: Orculo sobre Nnive. Libro de la visin de Nahn de Elcs. Falta la expresin tpica de las introducciones: Palabra o palabras del Seor dirigidas a..., que aprecen en libros como Oseas, Joel, Ams o Miqueas.
Orculo (massa) sobre o contra Nnive. Es un trmino propio de los orculos contra las naciones (cfr Is 13,1; 15,1; Za 9,1). Un massa pone de relieve que el poder del Seor alcanza a todos los pueblos, y que la ruina de los paganos es una leccin para Israel, que tambin recibir el castigo por sus pecados.
Como encabezamiento slo vuelve a aparecer en Habacuc (1,1), indicio probable de que ambos libros tienen muchos puntos en comn.
Visin, es decir, descripcin potica, detallada y viva de la cada de Nnive, capital de Asiria desde el reinado de Senaquerib, con tintes escatolgicos, pues prefigura el juicio definitivo de Dios sobre sus enemigos. Libro de la visin, o sea, texto escrito que significa que pudieran no haber sido previamente proclamado, pero que, ante todo, como ocurre en algunas secciones de Jeremas (cfr Jer 30,2; 16,32) queda garantizado el cumplimiento de lo que se ve.
Etimolgicamente "nahn" parece derivar del verbo consolar ("nhm"), raz que aparece en otros nombres bblicos como Menahem o Nehemas. De todos modos es poco significativo este nombre, que no vuelve a aparecer en toda la Biblia. Nada se dice de la personalidad del profeta ni de su vida. Es originario de Elcs, una ciudad desconocida, seguramente situada en Jud. Los escasos datos del libro son suficientes para suponer que ejerci su actividad durante el largo reinado de Manass.
Algunos comentaristas han considerado a Nahn como un profeta cultual, apoyados en que el libro es una celebracin litrgica de la cada de Nnive.
As, por ejemplo, P. Humbert public entre 1926 y 1932 tres artculos defendiendo esta hiptesis: Essai d'analyse de Nahoum 1,2-2,3, en ZAW 44 (1926) 266-280; La vision de Nahaoum 2,4-11, en AFO 5 (1928) 14-19; Le problme du livre de Nahoum, en RHPR 12 (1932) 1-5. Bastantes autores, como Sellin, Lods y otros han seguido esta misma hiptesis, que modernamente ha sido rechazada.
Sin embargo, otros, consideran que es ms bien una reflexin proftica que gira en torno a la destruccin deseada de Nnive, pues con este acontecimiento se pondr de relieve el seoro de Dios en la historia y el escarmiento para el pueblo elegido, si no permanece fiel.
Ni el tono del libro, ni siquiera el poema actual tiene las caractersticas del culto en el Templo, que se conoce especialmente por los Salmos. Y si el libro no es litrgico, no hay razn para suponer que Nahn fuera un profesional del Templo.Cfr Jrg Jeremias, Kultprophetie und Gerichtsverkndigung in der spten Knisgszeit Israel, Neukirchen 1970, pp. 11-19.
La historia de la redaccin del libro sigue en discusin: son muchos los que opinan que el himno inicial que canta el poder y la justicia soberana de Dios (1,2-8) es posterior al resto del libro. Es un salmo alfabtico, muy elaborado, que pretende dar sentido teolgico al resto del libro.
Los dems orculos, segn la opinin ms generalizada, fueron redactados en el siglo VII, entre los aos 662 y 612. Despus del ao 662 en que fue destruida la ciudad egipcia de Tebas (No-Amn en 3,8), y antes del 612 en que Nnive desapareci a manos del imperio neobabilnico.
La expresividad con que est narrado el asalto (2,1-11) y la descripcin de la crueldad de los invasores (3,1-3) reflejan que su autor est expresando su antagonismo casi visceral contra Nnive, y que, por tanto, no est lejos de los hechos. Pero al no describir detalles concretos de las zonas asaltadas de la ciudad, hay que sospechar que todava no se haba llevado a cabo.
Por otra parte, tres aos despus de la destruccin de Nnive, cuando el rey Josas haba muerto a manos de los egipcios, el gran enemigo era Babilonia, y ya no tena especial sentido celebrar la cada de Nnive.
Una fecha muy probable es en torno al 630, cuando la muerte de Asurbanipal enardeci el sentimiento nacionalista de los judos. Cabe adems suponer que estos orculos con su carga patritica y de exaltacin de los valores israelitas vendran a ser una aportacin importante a la reforma religiosa y poltica que se llevara a cabo hacia el ao 622 a.C.
Redactado el ncleo fundamental del libro, es probable que, a la vuelta del destierro, un autor deuteronomista introdujera algunos detalles que actualizaran los viejos orculos contra Nnive, para poderlos aplicar a Babilonia.
El himno alfabtico inicial dara un alcance ms universal, explicando que el juicio de Dios se cierne sobre cualquier potencia que pretenda oprimir al pueblo elegido.
En efecto, en la descripcin de la cada de Nnive las escenas se suceden en una creciente tensin: comienza el asedio y asalto a la ciudad (2,4-11), en cuyo relato el autor se recrea con escenas convulsivas, gritos, desgracias, estragos.
Viene luego una lamentacin cargada de irona sobre el len de Asur (23,12-14) y una amenaza tambin irnica contra la ciudad de las orgas y de la corrupcin (3,1-7).
La mencin de Tebas, que haba sido destruido precisamente por Asiria, pone de relieve el destino de Nnive: el mismo que el de Tebas, pero ms cruento (3,8-11).
De nuevo el autor juega con la irona y se brula de las potentes defensas de la ciudad: todo ser consumido por el fuego (3,12-15a).
Los habitantes, aunque sean muchos, huirn como insectos en da de fro (3,15b-17a). Finalmente, un poema irnicamente fnebre pero festivo, celebra la destruccin de Nnive y proclama la alegra de todos los pueblos antes de la cada del coloso (3,18-19).
Teolgicamente, en cambio, siempre ha planteado ms problemas, porque el profeta no denuncia ningn defecto de Jud ni presagia ningn castigo; ms bien parece un canto patritico, que celebra con alborozo el derrumbamiento del opresor.
Quizs este excesivo nacionalismo es la razn de que, como veremos, el libro haya sido ms comentado entre los judos que entre los cristianos.
Sin embargo, a pesar del sentido patritico que pudiera atribuirse al libro originario, tal como est en el Canon est cargado de contenido teolgico.
El autor sagrado sale al paso de las dificultades y objeciones que plantea el poder soberano de Dios ante las injusticias patentes de la Historia.
En efecto, el dominio del Seor podra ser puesto en duda tanto por los judos que no eran capaces de compaginarlo con el esplendor de la pervertida Nnive, como por los propios ninivitas que parecan burlarse de Dios ante la impunidad de sus crmenes.
La respuesta es tan contundente como potica: la destruccin inminente de la gran capital es un acto exclusivo del Seor, que hace justicia, aniquilando a Nnive y salvando al pueblo elegido.
El libro, tal como est, comprende tres partes, adems del ttulo que es claramente posterior:
Cfr M.A. Sweeney, Concerning the Structure and Generic Character of the Book of Nahum, en ZAW 104 (1992) 364-377. Otros pretenden una divisin que prescinde de toda intencionalidad teolgica: a) Himno y teofana (1,2-8); b) Amenaza, promesa y juicio (1,9-2,3); c) La cada de Nnive (2,4-3,19). Cfr K.J. Cathcart, Nahum (Book of), en The Anchor Bible Dictionary, vol. 4, New York 1992, pp. 9981000.
a) Himno y teofana que ensalza el poder de Dios sobre sus enemigos (1,2-10)
b) Reflexin sapiencial dirigida a Jud, para que, al comprobar la destruccin de Nnive, reconozca que se debe exclusivamente a Dios y festeje su propia eleccin (1,11-2,1) c) Reflexin sapiencial dirigida a los ninivitas, para que cuando la capital sea asaltada y destruida, comprendan igualmente que es slo el Seor quin acta (2,2-3,19).
La soberana de Dios y la pervivencia del pueblo elegido son los dos temas que subyacen en los poemas apasionados de Nahn.
A) Dios domina sobre la creacin y sobre la historia y nadie puede levantarse contra l (1,8). Esta idea central del poema acrstico se actualiza en la destruccin de Nnive: en Asiria se cometan los ms graves delitos, la idolatra, la magia, los crmenes, la opresin (cfr 2,12-14; 3,4-7). pero todo quedar reducido a pavesas: "destrozo, saqueo, devastacin" (2,11).
De esta forma, el profeta interpreta la historia en clave religiosa: es Dios quin est detrs del esplendor y detrs de la cada; Dios quien concede el dominio, pero tambin quien condena con severidad los delitos.
B) El pueblo elegido. El libro interpretado con frecuencia como nacionalista, canta los favores de Dios a su pueblo, en contraste con las desgracias de Nnive. Si durante aos Dios ha hecho pagar los delitos a su pueblo, esa situacin no es para siempre (1,12-13).
Dios anuncia una nueva etapa de paz (2,1), que se inicia con la destruccin del enemigo ms cruel, Asiria. Los imperios pasan, mientras que el pueblo de Dios permanece, a pesar de las dificultades.
a) Entre Na 2,1 e Is 52,1-7 hay una relacin tan estrecha que con frecuencia se ha planteado cul de los dos textos es ms antiguo, aunque todo parece indicar que es Nahn. Contiene expresiones poco frecuentes que no cuadran en un autor exlico, como sera el de la segunda parte de Isaas; la descripcin del mensajero es mucho ms sobria en el texto de Nahn.
En el mismo captulo del Deuteronomio se menciona a Asiria como pueblo opresor, pero junto a Egipto y Babilonia (cfr Is 52,4), de modo que el mensajero de la paz es ya una figura tpica, evocada ante los tres imperios opresores. Por tanto, parece evidente que en Is 52 se lleva a cabo la primera actualizacin del mensaje salvfico de Nahn a las circunstancias exlicas y frente a la opresin de Babilonia. Las citas de este texto en el NT (Rom 10,15 y Mc 16,15-16) dependen de Isaas ms que de Nahn.
La alusin a las langostas de Joel (1,4) y su posterior explicacin (2,4-9) podran tener algn punto de contacto con Na 3,15. Ms clara es la influencia de Nahn en el libro de Tobas (Tob 14,12-15) que recuerda con regocijo la ruina de Nnive, como cumplimiento de una profeca.
Flavio Josefo en las Antigedades Judas (IX,2,3) comenta con irona: Todas las predicciones sobre Nnive se cumplieron despus de 150 aos (Josefo data a Nahn en el s. VIII, durante el reinado de Jotn, hijo de Ozas).
En Qumrn han aparecido algunos fragmentos de un comentario (4QpNah) que actualiza el libro proftico a la lucha contra los selucidas. Incluso se menciona a Dionisio III Euckairos en su lucha contra Alejandro Janeo hacia el ao 88 a.C. La lectura nacionalista ha sido constante entre los judos hasta los grandes autores medievales, como David Kimchi (+ 1235).
c) En cambio, en el NT no aparece citado el libro de Nahn, quizs por el excesivo nacionalismo de los comentarios de la poca.
Tampoco se usa en la liturgia cristiana. Entre la literatura patrstica es el libro proftico menos citado, junto con Ageo y Abdas, y, en todo caso, es entendido sin tintes nacionalistas, como un reconocimiento del poder de Dios y de su justicia.
San Jernimo comenta la carga consoladora del mensaje (Nahn interpetatur consolator), porque la justicia divina alcanza a todos: Hay que saber que todo lo que se dice contra Nnive, se aplica de modo figurado al mundo entero [PL 25,1231].
Un comentario ms tardo (s. VI) del Obispo de Toledo San Julin distingue los cuatro sentidos medievales:
Esta profeca habla en sentido histrico, de Nnive; en sentido alegrico, de la desolacin final del mundo; en sentido mstico de la reparacin del gnero humano realizada por Cristo; en sentido moral, de la restitucin del hombre a la dignidad originaria [PL 96,706].
Entre los griegos hay que esperar hasta el s. XI en que Teofilacto escribi una Expositio sobre Nahn, aplicndolo a la universalidad de la justicia divina:
A todos los mortales ensea que, siendo Dios justo, nada deja al margen de su providencia, sino que a cada uno impone la pena segn sus mritos [PG 126,969].
La Liturgia lee slo unos fragmentos en la lectura continua, subrayando el mensaje de que Dios protege y restaura al pueblo elegido.
La seleccin de textos es intencionada para destacar la parte ms interpeladora del libro: (1,15; 2,2-3; 3,1-3). Se lee en la lectura continua del Viernes de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario, aos pares.
Etimolgicamente parece que habacuc significa una hortaliza acdica; pero esto nada indica ni de las cualidades ni del mensaje del profeta. El libro comienza con estas palabras: Orculo que tuvo en visin el profeta Habacuc. Nada se dice, por tanto, de la persona del profeta, ni su ascendencia, ni su lugar de nacimiento, ni las circunstancias de su predicacin. El trmino massa se aplica, como veamos en la introduccin al profeta Nahn, a los orculos contra las naciones, que siempre se cumplen.
El apelativo nb', el verbo "hazah" y, sobre todo, el himno del captulo tercero fundamentan la opinin entre los comentaristas de que era un profesional del Templo, habituado a los Salmos que se utilizaban en el culto.
El primero en proponer esta hiptesis fue Humbert, P., Problmes du livre d'Habaquq, Neuchtel 1944.- Los comentaristas ms modernos, aunque discuten una u otra de las razones que Humbert aduca, siguen aceptando que Habacuc es el profeta que mejor conoce la terminologa litrgica de la poca.
La expresin de Hab 1,6 (He aqu que yo suscito a los caldeos) da pie para suponer que la actividad del profeta tuvo que desarrollarse en los inicios del imperio neobabilnico, ms concretamente entre los aos 605 y el 602 a.C, es decir, despus de la batalla de Karkemis (605 a.C.) Y antes del reconocimiento de Babilonia por el rey Joaqun (602 a.C.).
Pero no todos los comentaristas aceptan esta datacin, porque no est claro que el opresor impo (1,4.13; 2,4) sea Asiria, aun suponiendo que el justo sea siempre Jud. De hecho, muchos han identificado al impo con los imperios que sucesivamente invadieron Palestina, unos con los asirios o egipcios, otros incluso con persas, griegos o selucidas.
Cabe que los orculos proclamados por Habacuc a finales del s. VII fueran ledos en la liturgia de aos posteriores y que incluso pudieran quedar despojados de cualquier contexto histrico concreto. Los datos del libro de Daniel no aportan mucha luz a las circunstancias de Habacuc. Daniel menciona al profeta Habacuc que haba en Judea durante el destierro de Babilonia (Dan 14,33-39). Pero es un relato midrsico y, por tanto, no permite deducciones bien fundadas sobre la personalidad del profeta del siglo VII.
No hay datos suficientes para aventurar una historia detallada de la redaccin del libro, ni siquiera es seguro que el salmo del captulo tercero fuera postexlico.
Como cualquier hiptesis queda sin pruebas firmes, nos parece ms acertado suponer que este pequeo librito sali de la misma mano, aunque inmediatamente despus del destierro recibiera pequeos retoques, como el ttulo o el canto final de confianza (3,17-19).
En Qumran se ha encontrado un amplio comentario (1QpHab) sobre los dos primeros captulos del libro. El hecho de que no se comente el captulo tercero no es significativo, pues los pesarim hallados en el Mar Muerto no suelen comentar el libro completo. En este caso se trata de una actualizacin interesada a la situacin de la comunidad qumrmica.- Cfr Delcor, M.-Garca Martnez, F., Introduccin a la literatura esenia de Qumrn, Madrid 1982, pp. 121-127.
Por tanto, dejando a un lado la historia de la redaccin, el libro cannico tiene una clara unidad temtica y literaria. La divisin viene marcada por el gnero literario de cada seccin. En principio, hay dos expresiones que sealan dos modos diferentes de expresarse: la introduccin inicial, Orculo (massa) del profeta Habacuc (1,1) y la introduccin del Salmo Oracin (tephillah del profeta Habacuc.
Hay, al menos, dos partes diferentes, un orculo contra alguna nacin extranjera y una splica litrgica. Cfr M.A. Sweeney, Structure, Genre and Intent in the Book of Habakkuk, en VT 41 (1991) 63-89; Idem, Habakkuk (the book of), en The Anchor Bible Dictionary, vol. 3, New York 1992, pp. 1-6.
Sin embargo, casi todos los comentaristas prefieren dividir el libro en las tres partes siguientes:
a) Dilogo Dios-profeta (1,2-2,4), en el que se plantea con crudeza el problema del mal en el mundo. Abre el libro una primera queja del profeta por la inactividad del Seor: Habacuc (los verbos estn en primera persona) se siente solo y abandonado y grita al Seor, supremo juez, pidindole explicaciones; la situacin religiosa es tan lamentable que el profeta tiene la impresin de que Dios ha abandonado al justo en manos del impo (1,2-4).
La respuesta divina es sorprendente: Invita a mirar el panorama internacional, subrayando que es l quien suscitar a los caldeos para oprimir a Asiria, que era el coloso temido desde aos (1,5-11).
La segunda queja es similar, aunque refleja con ms claridad el problema del justo sufriente: Cmo Dios puede permitir la opresin de su pueblo a manos de los infieles? (1,12-17). La respuesta divina es una llamada a la calma y a la esperanza (2,1-4): el profeta, desde su puesto de centinela, aguarda una respuesta definitiva (v. 1). Dios manda escribir la visin, indicando que se cumplir sin falta, y asegura que al cabo del tiempo triunfar el justo y sucumbir el impo (vv. 2-4).
b) Imprecaciones contra el opresor (2,520). Esta segunda parte, ya lo hemos indicado, podra considerarse como ampliacin de la respuesta divina, pero literariamente es distinta, pues consta de una serie de cinco Ayes, en los que el profeta lamenta los abusos de los enemigos, probablemente Babilonia, que tan rpidamente ha conseguido el podero gracias a sus crmenes y desmanes. La descripcin de casos concretos est llena de irona y sarcasmo.
c) Salmo litrgico (Hab 3). Pide y celebra la intervencin divina, que da su merecido a los enemigos. Los prodigios de Dios que transmiten las tradiciones antiguas fundamentan la esperanza en la intervencin futura y protectora del Seor. En el Salmo suelen distinguirse tres parte: reconocimiento de los atributos del Seor (vv. -12), teofana csmica con alusiones a la intervencin del seor en la historia del pueblo (vv. 3-15), y conclusin y expresin de confianza en el Seor (vv. 16-19).
Las ideas de Habacuc son parecidas a las enseadas por Nahn, aunque con variantes; en concreto, que Dios es el Seor de la Historia y rige los destino de los pueblos rectamente, aunque en ocasiones origine el desconcierto entre los fieles.
A) Dios Seor de la Historia.- El problema del mal triunfando sobre el bien ha preocupado a los hombres de todas las pocas; los autores sagrados lo afrontan con audacia: el libro de Job contiene un tratamiento ms especulativo, como corresponde a un libro sapiencial; muchos salmos plantean el problema de forma ms individualizada.
Habacuc, en cambio, como en parte haba hecho Isaas (cfr Is 14,24-27), aborda el tema con categoras histricas: El pueblo, que ha pecado, merece ciertamente un castigo; pero cmo puede Dios utilizar como instrumento a un pueblo, el asirio, que es infiel y ms impo? Y, cmo puede servirse para castigar a Asiria de otro pueblo, Babilonia, que le supera en impiedad y maldad?
B) El problema del mal.- La respuesta proftica a este enigma no alcanza la profundidad del NT, con Cristo muriendo en la Cruz. Pero supone un claro avance, con una llamada a la fidelidad ('emunah) a Dios: el profeta reconoce y acepta la accin divina (3,1819), aunque no llegue a comprenderla. Dios es el nico Soberano y el nico Justo (3,3); el piadoso ha de mantener la esperanza, aferrndose a los designios del Seor: He aqu que su-cumbe quien no tiene el alma recta, pero el justo vive por su fe (2,4).
a) El libro de Daniel menciona al profeta Habacuc en un relato midrsico (Dan 14,33) sobre la alimentacin milagrosa en el foso de los leones. Esta mencin indica que el profeta era familiar en la literatura apocalptica.
Ms relevante es que Habacuc reproduce casi al pie de la letra textos de Jer 51,58 (Hab 2,13) y de Is 11,9 (Hab 2,14): seguramente era ya reconocida la autoridad de ambos profetas en la poca de Habacuc y, sobre todo, es seal de que haba textos que se transmitan independientes del autor que los pronunci.
b) Entre los judos el libro era conocido y apreciado en la literatura contempornea. As lo confirma el amplio comentario encontrado en Qumrn (1QpHab). Y las frecuentes alusiones de este libro en los targumim. En el Talmud (TB Makkot, 23b.24a) se considera Hab 2,4 como compendio de los 613 mandamientos de la Torah. Y el cap. 3 es interpretado como una descripcin de la revelacin del Sina (TB, Megilla, 31a).
c) El NT cita con frecuencia este libro, aunque las referencias se limitan a Hab 2,3-4, que aparece en Rom 1,17; Gal 3,11 y Heb 10,3738. San Pablo cita Hab 1,5 en su discurso de Antioqua (Hech 13,41). Es probable que en Lc 19,40 haya una lejana alusin a Hab 2,11.
Entre los Santos Padres es importante el comentario de san Jernimo, Commentarium in Habacuc, prol., (PL 25,1274-1276) y ms tarde el de Teofilacto (PG 126,820-904) y el de san Beda el Venerable sobre el salmo del cap. 3 (PL 91,1235-1253).
En la liturgia cristiana re recogen nicamente los textos citados en el NT, y slo en dos ocasiones. Por tanto, no se recoge el mensaje fundamental de Habacuc sobre el problema del mal, sino slo el texto de 2,4 subrayando el sentido de la traduccin de la Vulgata: El justo vive de la fe.
En la lectura continua del Sbado XVIII del Teimpo Ordinario, aos pares se lee Hab 1,12-2,4; y el Domingo XXVII, ciclo C, tiene como primera lectura Hab 1,2-3; 2,2-4.
El nombre SOFONAS significa "el que Dios guarece", "el que Dios oculta". Esta etimologa no tiene relevancia especial en la vida y en el mensaje del profeta. El ttulo del libro presenta a Sofonas con una genealoga de cuatro ascendientes, entre los que se encuentra Ezequas.
-que el transmisor del libro quisiera subrayar su ascendencia juda, por si alguien la pona en duda; puesto que el padre se llama Kus, podra sonar a "cusita"; es decir, nubio. Para evitar toda sospecha de ascendencia extranjera, se aaden los nombres de tres ascendientes ms, netamente judos.
-que fuera de estirpe real, en el supuesto de que Ezequas fuera el famoso rey, etc.
Pero no parece que los que aadieron el ttulo dudaran del origen judo del profeta, pues el libro mismo contiene muchos elementos que lo avalan. As, por ejemplo, las zonas de Jerusaln (la puerta de los peces, el Mortero, la ciudad nueva, etc. cfr 1,10-11) le son familiares porque seguramente fue en la capital donde ejerci su ministerio.
El ttulo, por otra parte, es comn en los libros profticos: Palabra del Seor, que fue dirigida a... Lo nico cierto es que ejerci su ministerio durante el reinado de Josas.
Suele aadirse como argumento para datar al profeta Sofonas durante el reinado de Josas, la coincidencia de expresiones con textos deuteronmicos, por ejemplo, el ejrcito de los cielos (1,4) aparece en Dt 4,19; 17,3; 2Re 21,3; la adoracin sobre las terrazas (1,5) coincide con 2Re 23,12; Jer 19,13; 32,29; la prdida de las posesiones como seal de castigo (1,13) es semejante a Dt 28,30.
Puesto que el libro refleja la situacin de Jerusaln, anterior a la reforma llevada a cabo el ao 622, se supone que el profeta actu entre los aos 640 y 630, durante los aos de la minora de edad de Josas. De hecho no se menciona al rey y, en cambio, se habla de los ministros, los cortesanos y los prncipes (1,8).
Adems, el clima del libro es antiasirio, como se ve en el orculo contra Asur y Nnive (2,13-15) y el profeta denuncia los estragos de la influencia asiria en la idolatra (1,4-5), en el porte externo (1,8), en la violencia (3,1-3) y en la perversin del culto (3,4).
Es probable que no interviniera en la reforma de Josas que ni siquiera est aludida, pero s que prepara los nimos para acogerla.
El amplio poema sobre el da del Seor (1,17-18) ha llevado a pensar a algunos comentaristas que alude a una invasin de Palestina por parte de los escitas, en la segunda mitad del siglo VII. Pero no hay pruebas suficientes y hay que suponer que el profeta, a imitacin de Ams, se limita a anunciar un castigo que sobrevendr irremisiblemente si el pueblo no cambia.
La hiptesis de la invasin escita, de la que habla el historiador griego Herodoto, la propuso Cazelles, H., Sphonie, Jermie et les Scytes en Palestine, en RB 74 (1967) 24-44. Aos ms tarde la puso muy en duda Olivier, J.P., Notes on a Possible Connection between Zephaniah and the Scytians, en OTWS (1975) 54-59.
Sofonas parece que no conoci la cada de Nnive. El anuncio de su destruccin (Soph 2,13-15) se parece ms a los orculos contra las naciones (amenazas genricas) que a una descripcin detallada de un acontecimiento vivido por el autor.
Conversin de las naciones (3,9-10) Salvacin del resto de Israel (3,11-13) Salmo de gozo en Sin (3,14-18a) Retorno de los deportados (3,18b-20)
Este pequeo libro (53 versculos) tal como est en el canon, suele distribuirse entres unidades temticas:
Algunos autores prefieren distribuir los orculos segn el sistema cclico AbA, del modo siguiente: orculos de amenaza contra Jud y Jerusaln (1,2-2,3), orculos contra las naciones (2,4-15), y orculos a favor de Jud y Jerusaln (3,120).
a) La primera (1,2-2,3) comprende una serie de severos orculos de condena con la referencia constante al da de la clera del Seor.
El comienzo es el anuncio del juicio implacable de Dios (vv. 2-3) que condenar en primer lugar a Jud por sus cultos idoltricos (vv. 4-7). Se denuncian a continuacin las injusticias de los cortesanos (vv. 8-9), los abusos en el comercio (vv. 10-11), la insolencia de los incrdulos (vv. 12-13).
El da del Seor, que ha sido mencionado varias veces (vv. 7.8.10) es ahora descrito con trazos de cruda severidad.
B. Renaud, Le livre de Sophonie; le jour de YHWH thme structurant de la synthse rdactionelle, RSR 60 (1986) 1-33.
La seccin termina exhortando a convertirse a todos los del pueblo (2,1-3). Estas denuncias reflejan con bastante exactitud el ambiente de aquella poca, en el que es fcil descubrir la nefasta influencia asiria.
b) La segunda unidad (2,4-3,8) est formada por los orculos que siguiendo el esquema de Am 1-2 (orculos contra las naciones), describen el juicio de Dios contra las ciudades filisteas (2,4-7), contra Moab y Amn (2,8-11), contra Etiopa (2,12) y contra Asiria y su odiada capital Nnive (2,13-15). El ltimo lugar le corresponde a Jerusaln (3,1-8), ciudad rebelde, opresora y contaminada (3,1) que no ha aprendido la leccin del destino de sus vecinos (3,6-8).
c) La tercera unidad, muy breve (3,9-20) abre un panorama de salvacin, una vez que el castigo se ha llevado a cabo. Da por supuesto que los pueblos paganos llegan a reconocer el nombre del Seor (vv. 9-10), el pueblo humilde, el Resto de Israel, recobra los valores perdidos (vv. 11-13), todos alaban al Seor (vv. 14-18a) y finalmente l restaurar a los dbiles como el buen pastor fortalece y cura a las ovejas heridas (vv. 18b-19).
El estilo del libro, sin llegar al lirismo de Nahn, contiene recursos literarios llenos de expresividad.
Por ejemplo, partiendo de la sobriedad de Ams al describir el da del Seor (Am 5,1820) construye un poema intenso y ardiente, cargado de denuncias severas y de llamadas tensas de atencin: Silencio ante el Seor Dios, que el da del Seor est cerca (1,7).
Tambin es muy expresivo cuando recuerda a los ms dbiles y les exhorta a mantener viva la ilusin: Buscad al Seor, humildes todos de la tierra, los que habis cumplido sus normas. Buscad la justicia, buscad la humildad, quizs encontraris cobijo el da de la clera del Seor (2,3).
Con frecuencia se excede en repeticiones y circunlocuciones, pero en conjunto resultan piezas de alto valor literario.
En la tradicin posterior
A) Justicia divina.
En la lnea de Isaas, el profeta denuncia el pecado como fruto del orgullo (2,10.15). El Seor es el soberano que debe replicar contundentemente ante la arrogancia de los pecadores. En este sentido, Sofonas ampla el carcter del da del Seor, enunciado por Ams (Am 5,18), dndole horizontes csmicos y universales: toda la creacin sufrir los efectos del castigo de Jud (1,2-3).
Sin duda, es el profeta que describe el da del Seor con tintes ms trgicos.
Las expresiones profticas inspiraron el himno "Dies irae", de tanta influencia en la cultura romntica europea.
En los cinco casos en los que aparece la idea del Resto en el libro se refiere al pueblo judo, purificado tras el castigo; a estos privilegiados el profeta los califica como pobres ('anawim) y humildes (dalim) (3,12-13):
la pobreza y la humildad no son expresin de una condicin social que reflejara carencia de medios materiales y opresin, sino que expresan la actitud interna ante Dios (en el nombre del Seor se cobijar el Resto de Israel), cuya consecuencia es un comportamiento moral recto: No cometers ms injusticias ni dirs mentiras.
La terminologa de la pobreza est atestiguada en el libro de Sofonas: la raz 'anah aparece tres veces (Soph 2,3: 'anawim y 'anawah) y en Soph 3,12, donde tambin aparece el trmino "dl": Ambos tienen sentido espiritual. Quiz no aparece el tercer trmino tcnico de pobre (abiyaz), porque ste en la Biblia indica siempre carencia de bienes materiales.
Es una comunidad llena de esperanza gozosa que sabe descubrir en los acontecimientos de la historia la presencia poderosa y salvadora del Seor. Slo El puede conceder el jbilo definitivo.
b) En la literatura juda ha estado bastante presente, como lo demuestran los dos fragmentos del comentario encontrados en Qumrn (1QpSof y 4QpSof) y el texto casi completo del libro en el rollo de los Profetas Menores, hallado en Murabaat. Y ya ms tardo, hay que mencionar el Apocalipsis de Sofonas, un texto del siglo V que contiene muchos datos sobre la angeologa, la oracin de intercesin y el comportamiento tico. Cfr A. Dez macho, Apcrifos del Antiguo
Testamento, vol. I, Madrid 1984, pp. 300-301.
c) En el NT, en cambio, no hay ninguna cita del libro. nicamente podra entenderse como alusin lejana del Sof 1,3 el texto de Mt 13,41: El Hijo del hombre enviar a sus ngeles a recoger todos los escndalos y a los que hacen el mal. Finalmente el grito gozoso algrate, hija de Sin (13,14) resuena en el anuncio del ngel a Nuestra Seora, algrate, Mara (Lc 1,28). La razn del tan escaso eco podra ser el hecho de que no se haya interpretado en sentido mesinico ningn texto de Sofonas.
La liturgia ha recogido dos textos: el que alaba las cualidades del pobre (2,3; 3,12-13), y el que promete la restauracin y exaltacin de Jerusaln (3,14-18a), que se aplica a la Iglesia y a la Virgen Mara.
Es la primera lectura del IV Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A, relacionado con las bienaventuranzas de Mt 5,1ss; tambin se lee en la Misa de Todos los Santos. Se lee en el III Domingo de Adviento, ciclo C; el da 21 de diciembre; y en la fiesta de la Visitacin de Santa Mara.