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El Judaismo de Yeshua

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Yahadut

Los movimientos del


primer siglo
Esdras 6:15 La casa quedó terminada el tercer día
del mes de Adar del sexto año del reinado del rey
Dario. 16 Los yisraelitas, los sacerdotes, los lewitas y
los demás que habían vuelto del cautiverio
celebraron con gozo la dedicación de esta Casa de
Elahá.
En el año 333 a.C. Alejandro Magno entra en
Jerusalén durante su gran campaña para conquistar
el Egipto de los faraones. Con ello, Judá, que era una
provincia del imperio persa, cambia de manos y pasa
a depender de los nuevos conquistadores.
La narración respecto a la primera interacción
entre Alejandro y los judíos se encuentra registrada
en el Talmud (Yomá 69a) y en Antiguedades de los
Judíos por el historiador Flavio Josefo (Libro XI) el
Sumo Sacerdote (Kohen HaGadol) del tempo de
Jerusalem, temiendo que Alejandro fuera a destruir
la ciudad, salió a su encuentro antes de que llegara a
la ciudad. La narración describe como Alejandro, al
ver al Sumo Sacerdote, se bajó de su caballo e hizo
una reverencia (Alejandro raramente, quizás nunca,
se postraba ante alguien). En el relato cuando el
general Parmerio le preguntó la razón, Alejandro
respondió:
«No hice una reverencia ante él, sino ante el Dios
que lo ha honrado con el Sumo Sacerdocio; pues he
visto a esta misma persona en un sueño, con esta
misma apariencia«.
Tras la conquista de Judea por Alejandro Magno,
pasó a formar parte del reino ptolemaico de Egipto
hasta el año 200 a. C., cuando el rey seléucida
Antíoco III el Grande de Siria derrotó al faraón
Ptolomeo V Epífanes en la batalla de Panio.​Fue
cuando el Segundo Templo de Jerusalén fue
saqueado y se suspendieron sus servicios religiosos,
el judaísmo quedó efectivamente proscrito.
En el año 167 a. C., Antíoco IV Epífanes ordenó
erigir un altar a Zeus en el Templo. También, según
Josefo, «obligó a los judíos a disolver las leyes del
país, a mantener a sus hijos sin circuncidar y a
sacrificar carne de cerdo en el altar, a lo que todos se
opusieron, y los más aprobados de entre ellos fueron
condenados a muerte».
Esto concuerda con el relato del Libro I de los
Macabeos.

Tras la revuelta de los macabeos contra el imperio


seléucida, el Segundo Templo fue vuelto a dedicar y
se convirtió en el pilar religioso del reino judío
asmoneo, además de estar asociado culturalmente a
la fiesta judía de Janucá.
1 Maccabeos 2:1 Por ese tiempo entró en escena
Mattanyah, hijo de Yojanán y nieto de Shimeon. Era
kohanim, descendiente de Joarib. Había nacido en
Yerushalayim, pero se había establecido en Modín. 2
Tenía cinco hijos: Yojanán, que también se llamaba
Gadí; 3 Shimeon, llamado también Tasí; 4 Yahudáh,
también llamado Maccaba [Macabeo, el martillo]; 5
Eleazar, que también llevaba el nombre de Avarán, y
Yehonatan, también llamado Afús.
Los macabeos fundaron la dinastía real asmonea,
proclamando la independencia judía en la Tierra de
Israel durante un siglo, desde el 164 al 63 a. C.
Los partidos

De este tiempo viene la génesis de los partidos


políticos y religiosos que dominarían la historia de
Israel entre el tiempo de los Asmoneos y el
establecimiento de Israel como colonia romana.
No todos estaban contentos con el gobierno de
los asmoneos, que combinaban el cargo de rey con el
de sumo sacerdote del Templo de Jerusalén. El trono
de Israel debía recaer sobre un descendiente de la
tribu del rey David. Durante ese período, el sumo
sacerdote debía ser un descendiente de Sadoc, el
último sumo sacerdote durante el reinado de
Salomón. Los asmoneos no podían reclamar para sí
ninguna de las dos líneas sucesorias.
En este período encontramos evidencias de lo que
los académicos denominan “sectarismo judío”.
Varios grupos de judíos formaron sectas dentro de la
religión, todas de acuerdo en lo básico, según la Ley
de Moisés y los Libros de los Profetas. Uno de los
asuntos principales era cómo vivir dentro de esa
nueva cultura cosmopolita griega, manteniendo los
rasgos de identidad y las tradiciones judías. Entre
esas sectas, vemos la aparición de un grupo
conocido como los fariseos.
Saduceos

Los saduceos, si se hiciera un señalamiento moderno,


eran el partido liberal del tiempo, en favor del helenismo y
abiertos a las innovaciones occidentales, por lo que eran
aristocráticos y dominaban el sacerdocio y el Templo.
Estuvieron siempre a favor de la dinastía Asmonea y
resistieron valientemente el asedio de Pompeyo el Grande.
Son ampliamente mencionados en el Nuevo Testamento y
solo se extinguieron con la destrucción definitiva del Templo
por parte de los romanos en el año 70.

Parece ser que había dos tipos de Saduceos: los


sacerdotes descendientes de Sadoq, de tiempos del Rey
David, y un partido religioso, discípulos de Sadoq que fue
alumno de Antígonos de Sojo.
Fariseos

Los fariseos eran en cambio en términos modernos,


el partido conservador, celosos defensores de la religión
y las tradiciones ancestrales, observantes estrictos de la
Ley de Moisés, hostiles a cualquier elemento helenista
que consideraban pagano hasta el punto que tener una
relación con lo que no era judío era visto por ellos como
un acto de idolatría. Los fariseos eran por naturaleza
patriotas. También son mencionados ampliamente en el
Nuevo Testamento y contrariamente a lo que se piensa,
algunos de ellos se hicieron creyentes en el mesias,
entre ellos el más célebre fue Pablo de Tarso.
Los fariseos eran una fuerza poderosa en Judea.
Una secta bastante respetada por el pueblo,
constituida principalmente por laicos, aunque entre
ellos había sacerdotes. Después de la segunda
destrucción del Templo, los fariseos se establecieron
dentro del judaísmo rabínico.
Esenios

Los esenios, también surgen en este periodo de la


dinastía asmonea y fueron incluso más radicales que los
fariseos. Después de que los asmoneos dejan como
establecido su derecho al título de Sumo Sacerdote y Rey de
Israel, ambos reglamentados en las Escrituras y los Profetas
como prerrogativa absoluta de un descendiente del Sumo
Sacerdote Sadoq​y del rey David,​un grupo de judíos
estrictamente observantes abandonan Jerusalén y se
establecen en las cuevas del Valle del mar Muerto en donde
se dedican a una vida ascética a la espera del Mesías.
Los Zelotas

Constituían una secta o partido de hombres fanáticos,


llenos de celo por cumplir, sobre todo en su primer mandato
de la Ley: sólo Dios reinará en Israel, y por eso estaban
dispuestos a sacrificar hasta la propia vida.

Los zelotas fueron fariseos militantes, representaban el


ala más radical de los fariseos. Eran observantes estrictos de
la Ley escrita y de la tradición oral más rigurosa, fanáticos en
su afán por la instauración del reino de Dios en Israel. Eran
los judíos nacionalistas más radicales: ortodoxos e
integristas. Su fanatismo involucraba política y religión, y lo
expresaban con actos de terrorismo dirigido contra los
romanos y contra los judíos que ellos consideran poco
religiosos o colaboracionistas.
El judaísmo del Mesías
No podemos estudiar a Yeshua como un judío del
siglo I si no comprendemos profundamente el
judaísmo. No podemos estudiar a Yeshua desde el
cristianismo porque el no era un cristiano, sino un
judío.
Las dos escuelas
Estos rabinos crearon escuelas conocidas por su
nombres (Beit Hillel y Beit Shamai), involucrarse en
numerosos desacuerdos sobre la aplicación de la
Torá. El Talmud expone 316 controversias doctrinales
entre ambas escuelas, y en 261 ocasiones Beit Hillel
propuso ideas más flexible que Beit Shamai.
Mientras estos eran más rígidos y conservadores en
la aplicación de la Ley, el primero era más liberal, ya
que Hillel establece un estándar más indulgente y
misericordioso, sin desviarse de la Torá.
Beit Shamai dice que los cielos fueron creados primero, y
luego la Tierra; mientras que Beit Hillel sostiene que la Tierra
primero fue creada y luego los Cielos. Para Shamai, el foco
principal es el Cielo y este nos obliga a alejarnos de la Tierra,
es decir, se pone énfasis en el cumplimiento de los
mandamientos a toda costa, incluso si es necesario el
aislamiento de la vida social y el final de una vida placentera
en la tierra. Por el contrario, el enfoque de Hillel es la Tierra:
deberíamos centrarnos en estar a la altura nuestras
responsabilidades para envolver al mundo, y no dejarse
envolver por él, es decir, el guardar los mandamientos no
debe aislarnos de la sociedad, aunque no debemos ser
tragados por el mundanismo.
La enseñanza de Yeshua se identificó con el
fariseo Hillel. El principal punto de contacto entre
Yeshua e Hillel radica en las profundas lecciones
sobre el amor.

Hillel enseñó: Y amarás a tu prójimo como a ti


mismo, este es el pilar más grande de la Torá.

Para Hillel, que ya enseñaba antes del nacimiento


de Yeshua, la Torá debe ser interpretada teniendo
como mayor fundamento el amor al prójimo.
Hillel: ''No hagas a los demás lo que tú no querrías
que lo hicieran vosotros: esta es toda la Torá,
mientras que el resto es comentario; ve y aprende
esto'." (Shabat 31a).

Yeshua: “Por lo tanto, cualquier cosa que quieren


que los hombres les hagan, haced también con ellos,
porque esto es la Torá y los Profetas.”
(Matityahu/Mateo 7:12)
El Rabí
El titulo de rabino, en aquella época, no poseía el
significado que tiene en la actualidad, ya que hoy un
rabino es ordenado por un tribunal de rabinos. En el
siglo I existían rabinos carismáticos que eran
elegidos por aclamación popular. En el siglo II el
judaísmo evoluciona hacia una ordenación rabínica
institucionalizada. Yeshua será llamado rabí o
maestro por el auditorio que le escucha en sus
predicas. Existían muchos rabinos itinerantes en
aquellos tiempos en el pueblo de Israel, en esta
categoría debemos pensar en Yeshua.
La forma básica del rabino se desarrolló en la era
farisaica y talmúdica, cuando los maestros eruditos
se reunieron para codificar las leyes escritas y orales
del judaísmo. El título "rabino" se utilizó por primera
vez en el siglo I EC.

Un rabino no es una ocupación que se encuentra


en la Biblia hebrea, y las generaciones antiguas no
emplearon títulos relacionados como Rabban, Rabbi
o Rav para describir a los sabios. Por ejemplo, Hillel I
y Shammai (los líderes religiosos de principios del
siglo I) no tenían un título rabínico antepuesto a sus
nombres.
Los títulos "Rabban" y "Rabbi" se mencionan por
primera vez en la literatura judía en la Mishná.
Rabban se usó por primera vez para Rabban
Gamaliel el mayor (9 EC), Rabban Simeon su hijo y
Rabban Yohanan ben Zakkai, todos los cuales fueron
patriarcas o presidentes del Sanedrín en el primer
siglo.

Los primeros destinatarios del título de rabino


incluyen al rabino Zadok y al rabino Eliezer ben
Jacob, comenzando en la época de los discípulos de
Rabban Yohanan ben Zakkai.
Según algunos, el título "rabino" o "rabban" se
usó por primera vez después del año 70 EC para
referirse a Yochanan ben Zakkai y sus estudiantes, y
las referencias en los textos rabínicos y el Nuevo
Testamento a los rabinos a principios del siglo I son
anacronismos o honoríficos retroactivos.

Otros eruditos creen que el término "rabino" era


un título informal bien conocido a principios del siglo
I d.C. y, por lo tanto, las referencias judías y
cristianas a los rabinos reflejan los títulos que de
hecho se usaron en este período.
Mateo 5:21 “Ustedes oyeron que se les dijo a los antiguos:
No asesinarás; y cualquiera que asesine será culpable en el
juicio. 22 Pero yo les digo que todo el que se encolerice con
su hermano será culpable en el juicio. Cualquiera que le
llame ‘estúpido’ a su hermano será culpable ante el
Sanhedrín; y cualquiera que lo llame ‘maldito’ se expondrá
al fuego del Crematorio.* 23 “De modo que si llevas tu
ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene
algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve a
reconciliarte primero con tu hermano, y después vuelve y
presenta tu ofrenda. 25 “Reconcíliate pronto con tu
adversario mientras vas con él por el camino; no sea que el
adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te
metan en la cárcel. 26 En verdad te digo que jamás saldrás
de allí hasta que pagues la última moneda.
Esta fue y es la verdadera dinámica de revolución
del fariseísmo dentro del judaísmo. Como se puede
apreciar, por el texto, Yahoshúa no deroga los
mandamientos de la Torá, los lleva al extremo, es
decir, pide a sus seguidores mucho mas de lo que la
Torá exige. Esto es una radicalización del judaísmo,
pero no una derogación.

Podríamos decir que Yahoshúa es un judío,


éticamente, mucho más ortodoxo si lo comparamos
con el judaísmo en su totalidad.
A continuación, el fundamento talmúdico donde
se puede encontrar que las exigencias éticas de judío
Yahoshúa están en concordancia con el pensamiento
fariseo. Dice el Talmud:

Hay más rigor para la palabra de los rabinos que


para la palabra de la Torá. Cuando alguien dice,
contraviniendo la palabra de la Torá, que no hay
obligación de ponerse las filacterias, es absuelto.
Pero si dice que las filacterias deben tener cinco
cajas, modificando la palabra de los rabinos, es
culpable. (Sanedrín 88b)
Según la tradición oral del judaísmo contenida en
el talmud, la exigencia rabínica puede ser (y en
muchos casos, es) superior a la exigencia de la Toráh.

¿Que hizo entonces Yahoshúa como Rabino?


Exigió una ética mayor que la establecida en la Torá.
¿Podía Yeshua agregar elementos éticos más
elevados que la Toráh? ¿Podía, como rabino, exigir a
sus seguidores judíos una observancia mayor que la
ética establecida en la Toráh?

Claro que podía, porque el judaísmo fariseo se lo


permitía. Todo rabino de Israel tiene la posibilidad
de exigir de sus seguidores una ética más elevada o
radical. Exigir más, no es derogar la Toráh, es
interpretar la Toráh para elevarla.
Yeshua, como rabino judío, pudo realizar una
interesante interpretación de la Torá, pero de ahí a
sostener que su deseo era crear una nueva religión
media un abismo.

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