Los Valdenses
Los Valdenses
Los Valdenses
Asignatura: Historia Eclesiástica
Grupo de Trabajo: Carlos Salas
Moisés Silva
Johnny Rivas
Mauricio Moreno
Orígenes
Los historiadores evangélicos y católicos no concuerdan
en cuanto a los orígenes de los valdenses. Los
historiadores católicos consideran a los valdenses como
un fenómeno aislado que surgió repentinamente a fines
del siglo XII, bajo la dirección de un francés de Lyon
llamado Vaudes, Valdés, Waldo o Pedro Valdo. En
cambio en el pensamiento protestante afirman que los
valdenses constituyen un eslabón en la cadena continua
de disidentes que surgieron entre la época del
emperador Constantino (siglo IV) y los reformadores
protestantes del siglo XVI.
Orígenes
Se piensa que el nombre VALDENSE,
aplicado también a los procedentes del
país de Vaud, se deriva de la palabra
latina vallis, que significa “valle”, y se
refiere al hecho de que aquellos
disidentes, a quienes se perseguía con
persistencia como herejes, se vieron
obligado a refugiarse en los valles
alpinos de Francia e Italia, este
movimiento se extiende también hasta
España y otros países de Europa.
Orígenes
El estudio serio da como resultado que este
movimiento no tuvo su origen en un solo país,
ni es fruto de los trabajos de un solo hombre.
Es por ello que el movimiento Valdense se
gesto en varios países, bajo la acción de
diferentes hombres, entre ellos figuran
principalmente:
Pedro de Bruys en Tolosa año 1109
Enrique de Quny en Mans año 1116
Amoldo de Brescia en Italia año 1135
Pedro Valdo en Lyon año 1173
Pedro Bruys
afines del siglo XI y principio del siglo XII,
aparece este misionero, que dirigía a los que
se unían bajo el estandarte del evangelio y
luchar contra los errores del papismo. Era
cura en una pequeña parroquia de los Alpes,
desde ahí recorrió otras parroquias aldeas y
ciudades predicando y rechazando la
autoridad de la iglesia y de los padres, no
reconociendo como obligatorias las
doctrinas y costumbres que las que podían
demostrarse con la Biblia.
Pedro Bruys
Las doctrinas de Pedro de Bruys, han sido resumidos en estos cinco
puntos:
Como consecuencia de las persecuciones,
estos disidentes del siglo XII se refugiaron
en los Alpes y por toda la Occitania.
Los registros históricos muestran que, a
principios del siglo XIII, podían hallarse
valdenses no sólo en el sur de Francia y el
norte de Italia, sino también en el este y
norte de Francia, Flandes, Alemania,
Austria y hasta en Bohemia, donde se dice
que Valdo murió en 1217.
Expansión de los Valdenses en Europa
A mediados del siglo XIII, el inquisidor de
Passau —Baviera— nombraba 42 poblaciones
donde los valdenses habían echado raíces; y
en Austria, el inquisidor Krens hacía quemar
a principios del siglo XIV 130 valdenses. Se
cree que el número de ellos en Austria no
bajaba de 80.000.
En Milán poseían una escuela que era
centro de una gran actividad misionera.
En Calabria se establecieron muchos
valdenses del Piamonte en 1300 en
Fuscaldo y Montecarlo.
En tres de los valles del Piamonte,
Lucerna, Perusa y San Martín, los
valdenses formaron pueblos enteros en
las primeras décadas del siglo XIII.
Los Valdenses y la Reforma
La acontecimientos de los reformadores (Lutero Zwinglio)
y todo el movimiento que se generó en el siglo XVI,
llegaron pronto como noticias de la reforma a los
valdenses en Italia, por tanto, ellos enviaron a dos
representantes a Alemania para conocer mas al respecto,
uno de ellos era Giorgio, persona serena, madura y
prudente. El otro Martin Gonin era joven y enérgico, pero
muy impresionable
Después de haber viajado a pie y cruzar los Alpes Suizos
llegaron a Aigle, donde planeaban estar solo dos noches
allí y luego continuar su viaje hacia Alemania.
Entonces allí se encontraba Guillermo Farel, quien al
escucharlo su predicación de la Reforma, arreglaron una
entrevista con Farel, quien les presentó las doctrinas de la
Reforma
Los Valdenses y la Reforma
Los Valdenses discutieron el asunto en
sus congregaciones durante cuatro años.
Finalmente, decidieron enviar a Suiza a
cuatro nuevos representantes para
conferenciar un poco más. Farel y sus
colegas reformistas suizos les dieron una
calurosa bienvenida diciendo “Aquí
estaban los héroes que por más e
trecientos años habían estado casi solos
en contra de Roma”. “Nunca mas tendrán
que estar solos”, les aseguraron los
reformistas.
Los Valdenses y la Reforma
Estos representantes regresaron a Italia e informaron sobre
lo que habían escuchado, y pronto hubo una separación
triple entre los valdenses.
Los Conservadores habían escuchado lo suficiente como para
entender que los reformistas no eran cristianos del reino; ellos
deseaban mantenerse separado de los reformistas.