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Geología Estructural Unsa 2024

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ING. MAURO VALDIVIA BUSTAMANTE


PLANOS Y TOPOGRAFIA
Resulta fácil; en la práctica está la clave. Pero cuando se ha adquirido la capacidad
resulta una ayuda muy útil para la interpretación de mapas, ya que incluso en zonas de
relieve considerable y variado, y por consiguiente de patrones cartográficos irregulares, la
estructura puede verse directamente, con gran simplificación, mirando el mapa
buzamiento abajo.
Figura 3.4 Patrones de afloramiento que ilustran la regla de la V: (a) capa horizontal, (b) capa que buza
rio arriba, (c) capa vertical, (d) capa que buza rio abajo, (e) capa y valle de la misma inclinación, (f) capa
que buza rio abajo con un ángulo menor que el gradiente del valle.
LINEA O TRAZA DE FALLA
Es la intersección formada por la superficie del terreno y el plano de falla.
ZONA DE FALLA
Lugar en donde existe un buen números de fracturas muy próximas entre si ó una
zona milonitizada, ó un sector en donde el desplazamiento no está limitado a una
ruptura única.
BRECHA DE FALLA
Fragmentos de tamaños variables, angulares y sub angulares y que están
asociados con una matriz finamente triturada. La brecha es el resultado de la
fricción de los dos bloques al desplazarse.
ESPEJO DE FALLA
Superficie pulida y estriada (Slickenside), resultante de la fricción a lo largo del
plano de falla.
PRINCIPALES TIPOS DE FALLA
Los tres principales tipos o clases de falla son:
•Falla normal
•Falla inversa
•Falla vertical
1.FALLA NORMAL.
Es aquella en la cual el techo ha descendido con respecto al piso y cuyo buzamiento
generalmente es mayor a 45°. Esta falla también se denomina falla de gravidad
(Fig. 19)

2.FALLA INVERSA
Es aquella en la cual el piso ha ascendido con respecto al techo y el ángulo de
buzamiento es generalmente menor de 45°. Esta falla recibe también el nombre de
falla de empuje. (Fig.20)
3.FALLA VERTICAL
Es aquella cuyo plano de falla es esencialmente vertical.
BLOQUES FALLADOS
GRABEN O FOSA TECTONICA
Bloque generalmente alargado que ha descendido en relación con los bloques de los
costados. Las fallas marginales son generalmente de gran ángulo y en la mayoría de
los casos son fallas de gravedad o esencialmente verticales
(Fig. 22).
HORST O PILAR TECTONICO
Bloque generalmente que ha ascendido en relación con los bloques de los costados. Al
igual que en los HORSTS, las fallas de borde son generalmente verticales, en su
mayoría (Fig. 23). Las dimensiones de estas estructuras geológicas son verticales.
SOBRECORRIMIENTO

Un sobre-corrimiento es una falla de empuje de bajo ángulo con un desplazamiento neto que se mide
en Kms. Los sobre-corrimientos son rasgos geológicos impresionantes y de gran magnitud,
caracterizado por desplazamientos de grandes masas rocosas a considerables distancias.
Figura 15.1 Falla que desplaza una capa guía. (a) Separación A, según la dirección B y separación según el buzamineto C. (b)
orientaciones diferentes del salto: 1 = salto sinistrógiro inverso, 2 = salto sinistrógiro, 3 = salto sinistro normal, 4 = salto normal, 5 = salto
dextrógiro normal. (Según hill, 1963.)
CLASIFICACIÓN DE LAS FALLAS
Existen varios enfoques geométricos para clasificar las fallas. Por ejemplo, hay esquemas descriptivos basados
en la relación de la falla con otras estructuras (fallas longitudinales, transversales o según el plano de
estratificación), y basados en los modelos de grupos de fallas (fallas radiales, paralelas o escalonadas).
El aspecto más importante de la geometría de la falla es el desplazamiento relativo a lo largo de ella. El salto es
la medida de este desplazamiento, pero por desgracias se establece muy pocas veces. La separación, o una
componente de ella, por lo general es más fácil de medir, y de hecho esta separación suele ser la evidencia de la
existencia de la falla. Sin embargo, se debe mantener una clara distinción entre el salto y la separación, porque
una separación observada puede ser el resultado de muchas orientaciones posibles del salto( fig. 15.1 b). Para
resaltar la importancia de esta distinción se han desarrollado dos clasificaciones paralelas de los
desplazamientos de falla; una basada en el salto, y la otra en la separación (Hill, 1963). Sin embargo, el
esquema basado en la separación no es en absoluto una verdadera clasificación del desplazamiento. Esto se
verá claramente cuando se constate que para un salto dado, la magnitud y el sentido de la separación dependen
de la orientación del plano guía desencajado, y dos planos de orientación diferente pueden indicar sentidos
opuestos de desplazamiento aparente (figura 15.2 ). Así, cualquier clasificación basada en la separación es
confusionaria y debe evitarse (véase Gill, 1971). Si hay que describir la separación en una falla, ésta se debe
detallar en términos de orientación, tanto de la orientación del plano roto como de la dirección en la cual se mide
la separación. El sentido de la separación se puede describir utilizando varios términos de uso corriente (véase la
tabla 15.1).
Figura 15.2 Falla con sentidos opuestos de separación según la dirección.
El método de mirar un mapa estructura abajo permite ver directamente las relaciones geométricas entre salto y
separación. En la figura 15.3 tres fallas desplazan estratos inclinados. Adoptando una vista buzamiento abajo de
las capas (no de las fallas) se aprecia el grosor de las capas perpendicular a la línea de mira. También puede
verse la separación de las capas en esta misma dirección
La falla I tiene una separación estratigráfica igual al grosor de la capa 2. Para facilitar la
visualización ayuda algo, en especial a los principiantes, colocar las manos extendidas con
los dedos apuntando al sentido del buzamiento, de modo que representen los dos labios de la
falla. Al mover las manos se reproducen las diversas posibilidades de salto. Por ejemplo, es
fácil imaginar un salto que explicaría directamente la separación estratigráfica: bloque
occidental desplazado relativamente hacia arriba y hacia el norte un ángulo de 60º. Sin
embargo, podemos ver que son posibles otros muchos saltos. El bloque occidental se podría
haber movido hacia arriba por salto paralelo al buzamiento de la falla, o se podría haber
movido hacia el norte paralelamente a la dirección de la falla, o según alguna combinación de
ambos. En cuanto a las fallas II y III, la separación estratigráfica también se ve en seguida,
indiferentemente del ángulo entre la dirección del plano de la falla y la dirección de la capa de
los estratos. Además, la vista buzamiento abajo revela la naturaleza de la separación
independientemente del buzamiento de la falla.Está claro que el salto describe
fundamentalmente el desplazamiento según la falla y una clasificación basada en el es la
única significativa que permite establecer categorías con esta información. Para que sea
completa también hay que diferenciar las fallastraslacionales, en las que la magnitud y la
orientación del salto son las mismas en todos los puntos, y las fallas rotacionales, donde el
salto cambia de un lugar a otro (fig. 15.4). Probablemente todas las fallas de traslación tienen
además una componente rotacional, en especial cerca de sus terminaciones. La tabla 15.2 da
la clasificación completa de las fallas basada en el salto.
La orientación del plano de falla
es el segundo factor importante
para describir el desplazamiento
relativo de los dos bloques
limitados por una falla. Por
ejemplo, una falla de salto inverso
con un buzamiento de 20º es muy
diferente a una falla de salto in
verso con un buzamiento de 70º.
Aunque ciertamente ésta es una de las posibilidades, aquel no presenta
más evidencias de este salto que el modelo cartográfico de la figura 15.11
b, donde no hay pliegues de arrastre.
Dos consideraciones aclararan esta limitación. Primero, un corte vertical
perpendicular a la traza de la falla siempre muestra estos mismos pliegues
(véase el corte AA’ de la fig. 15.11 a). De hecho, cada corte que atraviese la
falla y las capas de jara la curvatura. Es evidente que los pliegues de cada
uno de estos cortes de distinta orientación no pueden considerarse como
prueba de salto paralelo al plano de corte. Por lo tanto, solo se puede
determinar la separación: la separación según la dirección en la vista mapa
y la separación según el buzamiento en el corte vertical. La geometría es
esencialmente la misma que habría si no
hubiera pliegues de arrastre (véase el corte BB’ de la fig. 15.11 b).
Segundo, el proceso de plegamiento por arrastre de falla esta íntimamente
relacionado con el fallamiento distributivo (fig. 15.12.). Este tipo de despejado sugiere
plegamiento en pliegues similares pero aquí tambien hay que someterse a las
mismas limitaciones a la hora de deducir la dirección de flujo. Se verá que la
orientación de los pliegues de arrastre de falla está determinada por la orientación de
alla y por las capas desplazadas; las líneas de charnela son paralelas a la
intersección de estos planos.
DESCRIPCION DE SUPERFICIES INDIVIDUALES
La orientación de esta línea generatriz es
una propiedad direccional de toda la
superficie y no tiene una localización
particular. Es análogo aun eje cristalográfico
y se llama eje de pliegue. Una de las
características geométricas más
importantes de las superficies cilíndricas es
la de que su forma puede quedar
cabalmente representada en una sección
transversal perpendicular a la dirección
axial; esta sección se llama perfil de la
superficie plegada cilíndricamente.
Cada curva del perfil tiene varios distintivos geométricos que sirven
para identificar determinadas posiciones en las superficies. La cresta, o
punto alto y el seno o punto bajo son dos de ellos. En tres dimensiones
cada uno de ellos es en realidad una línea de la superficie cilíndrica
que es paralela al eje. La posición de ambas depende de la orientación
de la superficie en relación con la horizontal. Por otra parte, el punto
de máxima curvatura, o punto de charnela y el punto donde la
curvatura pasa de cóncava a convexa, o punto de inflexión, son
dependientes de la orientación y por lo tanto sirven para definir con
más fundamento la geometría de la superficie.
A menudo las charnelas
y los puntos de inflexión
individuales son
alternantes. En tres
dimensiones, estos
puntos se encuentran
en línea de charnela y
líneas de flexión, es
conveniente
consideraron pliegue
individual como la
porción
DESCRIPCION Y CLASIFICACION DE PLIEGUES

Comprendidas entre dos líneas de inflexión. Si una


porción de la superficie tiene la forma de un arco
circular no existen un punto de charnela ni una línea
de charnela específicos; en estos casos se identifica
arbitrariamente como la bisectriz del segmento
circular. Análogamente, no habrá punto de inflexión
si la transición de cóncavo a convexo se produce a
través de un segmento recto; se toma como punto de
inflexión el punto medio de esta sección recta.
Los términos zona de charnela o flanco de pliegue y la
distinción entre ambos se han descrito con precisión mediante
una fórmula que resulta útil para determinados propósitos. Pero
aquí se adopta un significado más general, que sigue con el
uso convencional. Se considera que la zona de charnela es la
porción de la superficie curvada adyacente a la línea de
charnela y que el flanco del pliegue es la parte dela superficie
adyacente a la línea de inflexión. Puede variar la proporción de
la superficie curvada total que se considera charnela o flanco.
Los ejemplos extremos son: (1) si la zona de charnela se
reduce a una línea (2) si el flanco está representado por la
Un elemento descriptivo adicional de la forma del
pliegue es el ángulo interflanco, definido como el
ángulo mínimo entre los flancos medidos en el plano
de perfil; o también, el ángulo entre las líneas
tangentes a la curva del perfil en los puntos de
inflexión. Este ángulo describe lo ¨cerrado ¨ que es un
pliegue. Pero por lo general suele bastar el
caracterizar la relación angular entre flancos con
objetivos descriptivos; son calificativos corrientes
suaves, abierto, cerrado, apretado, isoclinal y en
forma de seta o champiñón. Fleuty ha sugerido que
se restrinjan estos términos a rangos específicos de
ángulos interflancos.
La simetría o su ausencia es otra
característica de la forma de las superficies
cilíndricas. Un pliegue individual simétrico es
aquel cuya forma del perfil y su imagen
especular es idéntico. Una serie de pliegues
sucesivos es simétrica si cada miembro es
simétrico y si el modelo que se repite es
estrictamente periódico. Una consecuencia de
ello es que las dos superficies envolventes
son planas y paralelas, que la superficie que
contiene todos los puntos de inflexión media
PARTES DE UN PLIEGUE
PLANO O SUPERFICIE AXIAL
Es el plano o superficie que divide al pliegue tan simétricamente como sea posible.
En el diagrama bidimensional de la Fig.14, el plano axial está representado por una
línea.
EJE
Es la línea de intersección formada por el plano axial y un estrato determinado.
También puede determinarse como la intersección del plano axial con la superficie
del terreno.
FLANCOS O LIMBOS
Son los costados o partes laterales del pliegue. Un limbo se extiende desde el plano
axial del próximo.
CRESTA
Es una línea a lo largo de las partes más altas del pliegue, o en otras palabras, la
línea que conecta los puntos más altos de un mismo estrato en un número infinito de
cortes transversales. El plano formado por todas las crestas se llama plano crestal.
SENO
Es una línea que corre a lo largo de las partes más bajas del pliegue. El plano
formado por todos los senos se denomina plano del seno.
NUCLEO
Es la parte central del pliegue.
Representación de un ANTICLINAL en 3 dimensiones (parte superior) y en planta (parte inferior).
Un ANTICLINAL es un pliegue convexo hacia arriba. Note las rocas más antiguas hacia su centro.
DESCRIPCIÓN Y CLASIFICACIÓN DE PLIEGUES
INTRODUCCIÓN
Un pliegue es una distorsión de un volumen de material que se manifiesta
como un encorvamiento o conjunto de encorvamientos en elementos
lineales o planos en el interior de un material (Hansen, 1971, pág. 8). En la
mayoría de pliegues están involucrados elementos que en un principio
definían un plano. La estratificación es el ejemplo corriente. Ésta constituye
un caso importante, porque entonces el pliegue representa un buen
indicador de la distorsión y sus caracteres geométricos se pueden
correlacionar con determinados aspectos de deformación, rotación,
traslación, etc., de carácter local (Turner y Weiss, 1963, pág. 105). Pero los
pliegues también pueden desarrollarse a partir de elementos originalmente
curvos. Se dice que hay plegamiento siempre que elementos preexistentes
sufren acciones que los convierten en configuraciones curviplanas o
curvilíneas, sea cual sea su condición original. Vale la pena destacar que la
deformación que en un caso dado produce un pliegue, no lo consigue en
otros casos. Puede suceder que unos elementos inicialmente curvados
resulten planos o rectilíneos, o que lo elementos estén orientados de tal
modo que se mantengan planos o rectilíneos, o que los elementos estén
orientados de tal modo que se mantengan planos o rectilíneos (Ramsay,
1967, pág. 473), o que en la masa rocosa no haya elementos indicadores.
Resumiendo, puede haber <<plegamiento>> sin pliegues.
DESCRIPCIÓN DE SUPERFICIES
INDIVIDUALES

Las superficies curviplanas individuales pueden tener muchas formas,


desde las relativamente sencillas, como las de la figura 7.1, a las
sumamente complejas. Puede ser muy difícil describir su geometría, incluso
cuando la superficie curvada es relativamente simple. Hay métodos
matemáticos para definir la geometría de cualquier superficie, pero en la
práctica estos métodos se usan muy poco. Para superficies irregularmente
curvadas se requieren otros métodos; uno de estos métodos consiste en
utilizar isohipsas estructurales (véase el capítulo 18).
Afortunadamente, tiene sentido restringir nuestra consideración a una clase
de superficies mucho más simple. Muchas superficies plegadas naturales
tienen formas que se acercan mucho a la forma de los cilindros, o están
constituidas por partes aproximadamente cilíndricas.
Fig 7.5 Dimensiones de pliegues simétricos y asimétricos: W= longitud de
onda, A=amplitud
RELACIONES ENTRE SUPERFICIES ADYACENTES

Como casi invariablemente los pliegues afectan a más de una superficie, se


requieren términos y métodos adicionales para establecer las relaciones
espaciales y geométricas entre superficies curviplanas adyacentes del pliegue.
El lugar geométrico de todas las líneas de charnela es un accidente
importante, en especial desde el punto de vista de la cartografía de campo. La
superficie que ellas definen suelen llamarse plano axial o superficie axial,
aunque por no estar relacionada directamente con el eje, esta superficie
concreta se designa con el nombre más apropiado de superficie de charnela
(figura 7.6). -
Figura 7.6 Superficie de charnela de pliegues cilíndricos. (Según Wilson, 1961.)
Lo mismo que el de eje, el término plano axial debería reservarse
a la dirección del plano paralelo a la superficie de la charnela
presente en todo el pliegue, como en la fase foliación de plano
axial. Análogamente hay una superficie de inflexión, o lugar
geométrico de las líneas de inflexión de superficie sucesivas, y
también una superficie de cresta y una superior de seno.
La relación geométrica entre la superficie adyacente depende de
la curvatura relativa de las dos superficies y de la distancia que
las separa. La forma más simple y sensata de definir esta relación
es construir líneas que unan puntos de igual buzamiento o
buzamiento aparente de las dos superficies en el plano del perfil;
estas líneas se llaman isógonas ( Elliott, 1965; Ramsay, 1967,
pág. 363). Los modelos resultantes no sólo ayudan a distinguir
con precisión diferentes formas de pliegues sino que su uso
conduce a una clasificación natural de la geometría de los
pliegues que tiene importantes implicaciones en cuestiones
fundamentales de mecánica de los pliegues
CONSTRUCCIÓN (Fig. 7.7)
Obtener un perfil de los pliegues a analizar. La forma más directa y
precisa es calcar las diferentes superficies curvas de una fotografía
tomada en al dirección del eje del pliegue. Si ello no es posible debido a
la insuficiencia del afloramiento o a la gran escala, la vista de perfil se
puede construir a partir de los datos de campo (véase el Capítulo 10).
En la traza de cada superficie plegada marcar una serie de líneas
tangentes cuya referencia será la horizontal. Un intervalo de diez grados
suele ser conveniente, pero el espaciado lo impone la forma real del
pliegue y el grado de detalle que requiere cada caso.
Conectar puntos de igual buzamientos en las dos superficies
adyacentes con una línea recta – estas líneas son las isógonas. Hacer
lo mismo lo mismo con todas las capas que interesen.
CLASIFICACIÓN ISOGONAL
Por lo general, las isógonas no serán paralelas, y el grado de desviación del
paralelismo, junto con el sentido de convergencia (o divergencia), establece
la base de clasificación (Ramsay, 1967; página 365). Convencionalmente
tomamos el arco interno como punto de referencia para establecer el sentido
de la convergencia de las isógonas. Se identifican cinco tipos de modelos,
que incluyen tres casos generales y dos casos especiales.
Pliegues con isógonas marcadamente convergentes: La curvatura de la
superficie externa es menor que la de la interna y la distancia menor entre
ambas se encuentra en la charnela (fig. 7.8a).
Pliegues paralelos: En este caso especial la superficie interna tiene una
curvatura mayor que la externa, pero su relación es tal que las isógonas son
perpendiculares a estas superficies (fig. 7.8 b). También la distancia entre
las curvaturas se mantiene constante en todas partes; esta distancia es el
espesor ortogonal de la capa plegada.
Pliegues de isógonas débilmente convergentes: La curvatura de la
superficie interna sigue siendo mayor que la externa, pero el espaciado
entre las curvas limítrofes es máximo en la charnela (fig. 7.8 c) .
Pliegues similares: Ambas curvas son idénticas, y las isógonas son
paralelas en este caso especial,
Pliegues de isógonas divergentes: La curvatura del arco interno es menor
que la del externo (fig. 7.8 e).
Figura 7.8 Clasificación morfológica de los pliegues basada en
el patrón de isógonas: (a) marcadamente convergentes. (b)
paralelos, (c) débilmente convergentes, (d) similares, (e)
divergentes. (Según Ramsay, 1967, p. 365).
ORIENTACIÓN DE LOS PLIEGUES

La orientación de un pliegue queda cabalmente definida por el sentido


hacia el cual se cierra y la orientación de la línea de charnela y de la
superficie de charnela.
Para describir hacia dónde se cierra el pliegue se emplean tres
términos. Un antiforme es un pliegue que se cierra hacia arriba, y un
sinforme se cierra hacia abajo. Un pliegue que se cierra de lado es un
pliegue neutro; éste, definido con mayor rigor, es un pliegue cuya
charnela cabecea entre 80° y 90° en la superficie de charnela. Los
términos anticlinal y sinclinal se reservan para los pliegues cuyas rocas
del núcleo son más antiguas o más modernas, respectivamente.
Muchos anticlinales son también antiformes, pero es posible que un
anticlinal se encuentre en posición sinforme, es decir cabeza abajo. Tal
pliegue se describe como anticlinal sinforme.
Los ángulos de buzamiento e inmersión fijan la orientación de la
superficie de charnela y de la línea de charnela con respecto a la
horizontal y también sirven de base a una nomenclatura de
clasificación. En un intento de estandarizar el uso
Ángulo Término Buzamiento de la superf. de charnela Inmersión de la línea de charnela
0° Horizontal
1°-10° Subhorizontal Pliegue recumbente o acostado Pliegue horizontal
10°-30° Débil-poco Pligue poco inclinado Pliegue con inmersión débil
30°-60° Moderado Pliegue moderadamente inclinado Pliegue con inmersión moderada
60°-80° Fuerte-mucho Pliegue muy inclinado Pliegue con inmersión fuerte
80°-89° Subvertical Pliegue derecho Pliegue vertical
90° Vertical

Tabla 7.2 Términos que describen la orientación de los pliegues (según Fleuty, 1964, pp.
483, 486)
Es útil prestar una atención especial a los pliegues neutros. Los
calificativos de decumbente o acostado se aplican a pliegues
neutros horizontales. En los pliegues verticales la línea y la
superficie de charnela son verticales. Ambos términos son
incluidos en la tabla 7.2 . Un pliegue neutro intermedio entre
ambos extremos es un pliegue reclinado ; mas rigurosamente ,
este calificativo describe un pliegue cuya superficie de charnela
buza entre 10° y 80° aproximadamente y cuya línea de charnela
cabecea más de 80° en la superficie de charnela . Como el
buzamiento puede ser más de 80 ° y la inmersión de menos de
los 80° requeridas para que pueda calificarse de vertical (por ej.,
buzamiento =82°, inmersión =79°), no es practico establecer un
límite superior preciso para el buzamiento de la superficie de
charnela. Esta pequeña discrepancia es consecuencia del uso de
la inmersión para algunos pliegues y del cabeceo para otros.
El defecto de este método
estriba en que la charnela se
refiere a un plano vertical que
por lo general no guarda
ni9nguna relación con la
geometría del pliegue. Para
evitar esto se podría HABER
confeccionado una clasificación
basada solo en el buzamiento y
el cabeceo, pero ello también
presentaría inconvenientes el
peor de los cuales es que el
cabeceo suele ser difícil de
medir en el campo. Una
clasificación más simple y más
precisa se consigue combinando
la inmersión y el cabeceo .Se
emplea un diagrama triangular Figura 7.9a Orientación de los pliegues. Trama triangular para
representar la orientación de los pliegues .
especial que combina tres
variables(Richard, 1971;véase
PLIEGUES PARALELOS
Los pliegues paralelos pueden modelarse simplemente arqueando una
baraja o un juego de tarjetas (fig. 8.1).La deformación total se logra por
el combamiento de las cartas individuales y el deslizamiento en la
superficie de cada carta es una consecuencia inevitable del proceso. La
importancia de este deslizamiento se puede apreciar fácilmente tratando
de curvar una baraja cuyas cartas se han grapado firmemente en los
extremos .Impidiendo el deslizamiento , la estructura laminada se
elimina y la baraja resultante es casi tan rigida como un bloque de
madera. En pliegues presentes en la naturaleza se encuentran
evidencias claras de este deslizamiento producido sobre los planos de
estratificación(fig. 8.2).
Además, a consecuencia del arqueamiento, la superficie de cada capa
se extiende a lo largo del arco externo y se contrae a lo largo del arco
interno. Esto , a su vez, provoca un adelgazamiento del material
adyacente al arco externo y un engrosamiento complementario
adyacente al arco interno . A pesar de que estos cambios de espesor
tienden a anularse mutuamente, en general habrá un cambio neto del
espesor da la capa. Además, en estas dos regiones de la capa se
pueden desarrollar determinadas estructuras de tensión o de
compresión de pequeña escala. De todos modos, si las capas son
delgadas, como en el modelo de la baraja, el efecto es débil y el cambio
de espesor es despreciable; entonces el espesor total de la baraja se
mantendrá efectivamente constante.(Esto puede confirmarse midiendo
la baraja arqueada; se da por descontado que las cartas deben
mantenerse en contacto durante el proceso de arqueado). Si en todas
partes el espesor ortogonal se mantiene constante, el pliegue modelo
será pa-
Figura 8.1 Modelo de la baraja de un pliegue paralelo.
PLIEGUES NO PARALELOS
La interrupción de la geometría del pliegue paralelo ideal con la profundidad, implicada
en las relaciones disarmonía-despegue, es impredecible en sus detalles, simplemente
porque no sigue reglas geométricas que puedan deducirse de observaciones
superficiales. Pero aparte de ello, en el campo se pueden observar modificaciones no
paralelas en pliegues de rocas sedimentarias.

Figura 8.18 Acortamiento máximo en pliegues paralelos


La cantidad de acortamiento posible en un pliegue paralelo es limitada.
Teóricamente, el deslizamiento según el plano de estratificación debe cesar
cuando ambos flancos han girado hasta quedar paralelos. En la figura 8.18, la
longitud del arco semicircular es r y ocupa una distancia horizontal de 2 r. A
partir de la definición de extensión,
e = (2 r —r)/r = 0,36. o, lo que es lo mismo, un máximo de acortamiento del 36
%. Si los pliegues se deforman más, determinadas capas empezarán a
adelgazarse y el pliegue se desviará del paralelismo estricto. El que este
adelgazamiento ocurra más o menos cerca del límite teórico depende de las
propiedades mecánicas de las capas rocosas que se pliegan. Después de un
cierto grado de acortamiento el pliegue paralelo suele resultar asimétrico, un
flanco es más abrupto que el otro y finalmente se convierte en flanco inverso.
Aunque el adelgazamiento puede producirse antes, es geométricamente
indispensable que éste exista al pasar a ser flanco inverso (Busk, 1929, pág.
30). El flanco menos abrupto puede mantenerse paralelo. En términos de
reconstrucción por medio de arcos circulares, este no paralelismo se
demuestra cuando la correlación de un horizonte guía y la utilización de
determinadas mediciones de buzamiento son irreconciliables. Lo mejor en
estos casos es hacer los ajustes necesarios en el flanco más delgado con un
trazo esquemático hecho a pulso (figura 8.19).
Figura 8.19 Esquema de pliegue paralelo modificado por adelgazamiento del flanco
inverso. (Según Busk. 1929, p. 57.)

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