Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
SlideShare una empresa de Scribd logo

1

PINOCHO Imágenes tomadas de internet.

2

Hace mucho tiempo, un carpintero llamado Geppeto, como se sentía muy solo, cogió de su taller un trozo de madera y construyó un muñeco llamado Pinocho.

3

– ¡Qué bien me ha quedado!  –exclamó–.  Lástima que no tenga   vida. Cómo me gustaría que mi Pinocho fuese un niño de verdad. Tanto lo deseaba que un hada fue hasta allí y con su varita dio vida al muñeco.

4

– ¡Hola, padre!  –saludó Pinocho. – ¡Eh! ¿Quién habla?  –gritó Geppeto mirando a todas partes. – Soy yo, Pinocho. ¿Es que ya no me conoces? – ¡Parece que estoy soñando! ¡Por fin tengo un hijo!

5

Geppeto pensó que aunque su hijo era de madera tenía que ir al colegio. Pero no tenía dinero, así que decidió vender su abrigo para comprar los libros. Salía Pinocho con los libros en la mano para ir al colegio y pensaba:

6

– Ya sé, estudiaré mucho para tener un buen trabajo y ganar dinero,   y con ese dinero compraré un buen abrigo a Geppeto.

7

De camino, pasó por la plaza del pueblo y oyó: – ¡Entren, señores y señoras! ¡Vean nuestro teatro de títeres! – ¡Bravo, bravo!  –gritaba la gente al ver a Pinocho bailar sin hilos.

8

Pinocho siguió muy contento hacia el cole, cuando de pronto: – ¡Vaya, vaya! ¿Dónde vas tan deprisa, jovencito?  –dijo un gato muy mentiroso que se encontró en el camino. – Voy a comprar un abrigo a mi padre con este dinero. – ¡Oh, vamos!  –exclamó el zorro que iba con el gato–.  Eso es poco   dinero para un buen abrigo. ¿No te gustaría tener más?

9

– Sí, pero ¿cómo?  –contestó Pinocho. – Es fácil  –dijo el gato–.  Si entierras tus monedas en el Campo de   los Milagros crecerá una planta que te dará dinero. – ¿Y dónde está ese campo? – Nosotros te llevaremos  –dijo el zorro.

10

Así, con mentiras, los bandidos llevaron a Pinocho a un lugar lejos de la ciudad, le robaron las monedas y lo metieron en una jaula. Gritó y gritó pero nadie le oyó, tan sólo el Hada Azul.

11

– ¿Dónde perdiste las monedas? – Al cruzar el río  –dijo Pinocho mientras le crecía la nariz. Se dio cuenta de que había mentido y, al ver su nariz, se puso a llorar. – Esta vez tu nariz volverá a ser como antes, pero te crecerá si   vuelves a mentir  –dijo el Hada Azul.

12

Así, Pinocho se fue a la ciudad y se encontró con unos niños que reían y saltaban muy contentos. – ¿Qué es lo que pasa?  –preguntó Pinocho. – Nos vamos de viaje a la Isla de la Diversión, donde todos los   días son fiesta y no hay colegios ni profesores. ¿Te quieres venir? – ¡Venga, vamos!

13

Entonces, apareció el Hada Azul. – ¿No me prometiste ir al colegio?  –preguntó. – Sí  –mintió Pinocho–,  ya he estado allí. Y, de repente, empezaron a crecerle unas orejas de burro.

14

Pinocho se dio cuenta de que le habían crecido por mentir y se arrepintió de verdad. Se fue al colegio y luego a casa, pero Geppeto había ido a buscarle a la playa con tan mala suerte que, al meterse en el agua, se lo había tragado una ballena. – ¡Iré a salvarle!  –exclamó Pinocho.

15

Se fue a la playa y esperó a que se lo tragara la ballena. Dentro vio a Geppeto, que le abrazó muy fuerte. – Tendremos que salir de aquí, así que encenderemos un fuego   para que la ballena abra la boca.

16

Así lo hicieron y salieron nadando muy deprisa hacia la orilla. El papá del muñeco no paraba de abrazarle.

17

De repente, apareció el Hada Azul, que convirtió el sueño de Geppeto en realidad, ya que tocó a Pinocho y lo convirtió en un niño de verdad.

Más contenido relacionado

Pinocho

  • 2. Hace mucho tiempo, un carpintero llamado Geppeto, como se sentía muy solo, cogió de su taller un trozo de madera y construyó un muñeco llamado Pinocho.
  • 3. – ¡Qué bien me ha quedado! –exclamó–. Lástima que no tenga vida. Cómo me gustaría que mi Pinocho fuese un niño de verdad. Tanto lo deseaba que un hada fue hasta allí y con su varita dio vida al muñeco.
  • 4. – ¡Hola, padre! –saludó Pinocho. – ¡Eh! ¿Quién habla? –gritó Geppeto mirando a todas partes. – Soy yo, Pinocho. ¿Es que ya no me conoces? – ¡Parece que estoy soñando! ¡Por fin tengo un hijo!
  • 5. Geppeto pensó que aunque su hijo era de madera tenía que ir al colegio. Pero no tenía dinero, así que decidió vender su abrigo para comprar los libros. Salía Pinocho con los libros en la mano para ir al colegio y pensaba:
  • 6. – Ya sé, estudiaré mucho para tener un buen trabajo y ganar dinero, y con ese dinero compraré un buen abrigo a Geppeto.
  • 7. De camino, pasó por la plaza del pueblo y oyó: – ¡Entren, señores y señoras! ¡Vean nuestro teatro de títeres! – ¡Bravo, bravo! –gritaba la gente al ver a Pinocho bailar sin hilos.
  • 8. Pinocho siguió muy contento hacia el cole, cuando de pronto: – ¡Vaya, vaya! ¿Dónde vas tan deprisa, jovencito? –dijo un gato muy mentiroso que se encontró en el camino. – Voy a comprar un abrigo a mi padre con este dinero. – ¡Oh, vamos! –exclamó el zorro que iba con el gato–. Eso es poco dinero para un buen abrigo. ¿No te gustaría tener más?
  • 9. – Sí, pero ¿cómo? –contestó Pinocho. – Es fácil –dijo el gato–. Si entierras tus monedas en el Campo de los Milagros crecerá una planta que te dará dinero. – ¿Y dónde está ese campo? – Nosotros te llevaremos –dijo el zorro.
  • 10. Así, con mentiras, los bandidos llevaron a Pinocho a un lugar lejos de la ciudad, le robaron las monedas y lo metieron en una jaula. Gritó y gritó pero nadie le oyó, tan sólo el Hada Azul.
  • 11. – ¿Dónde perdiste las monedas? – Al cruzar el río –dijo Pinocho mientras le crecía la nariz. Se dio cuenta de que había mentido y, al ver su nariz, se puso a llorar. – Esta vez tu nariz volverá a ser como antes, pero te crecerá si vuelves a mentir –dijo el Hada Azul.
  • 12. Así, Pinocho se fue a la ciudad y se encontró con unos niños que reían y saltaban muy contentos. – ¿Qué es lo que pasa? –preguntó Pinocho. – Nos vamos de viaje a la Isla de la Diversión, donde todos los días son fiesta y no hay colegios ni profesores. ¿Te quieres venir? – ¡Venga, vamos!
  • 13. Entonces, apareció el Hada Azul. – ¿No me prometiste ir al colegio? –preguntó. – Sí –mintió Pinocho–, ya he estado allí. Y, de repente, empezaron a crecerle unas orejas de burro.
  • 14. Pinocho se dio cuenta de que le habían crecido por mentir y se arrepintió de verdad. Se fue al colegio y luego a casa, pero Geppeto había ido a buscarle a la playa con tan mala suerte que, al meterse en el agua, se lo había tragado una ballena. – ¡Iré a salvarle! –exclamó Pinocho.
  • 15. Se fue a la playa y esperó a que se lo tragara la ballena. Dentro vio a Geppeto, que le abrazó muy fuerte. – Tendremos que salir de aquí, así que encenderemos un fuego para que la ballena abra la boca.
  • 16. Así lo hicieron y salieron nadando muy deprisa hacia la orilla. El papá del muñeco no paraba de abrazarle.
  • 17. De repente, apareció el Hada Azul, que convirtió el sueño de Geppeto en realidad, ya que tocó a Pinocho y lo convirtió en un niño de verdad.