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19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
Mateo 25:13
13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la
hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Mateo 24:44
44 Por tanto, también vosotros estad preparados;
porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que
no pensáis.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Mateo24:36
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni
aun los ángeles de los cielos, sino sólo
mi Padre.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Mateo 24:36
36 Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni
siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino
sólo el Padre.
La Biblia de las Américas (LBLA)
Hasta aquí solo leyendo estos
versículos
Podemos cerrar el tema y decir
que no hay fecha para la venida
de Cristo …..
Pero si Ud. Desea escudriñar mas
…
le invitamos a seguir !!!
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
Hechos 10:38
cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
El espíritu dado condicionalmente, 25 de mayo
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los
que lo pidieren de él? Lucas 11:13.
Cristo ha prometido el don de su Espíritu a su iglesia, y la promesa nos
pertenece tanto a nosotros como a los primeros discípulos. Pero ésta, como
otras promesas, también es dada bajo una condición. Hay muchos que creen
y profesan pedir el cumplimiento de la promesa del Señor; hablan acerca de
Cristo y acerca del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben ningún beneficio.
No entregan el alma para ser guiada y regida por los instrumentos divinos. No
podemos utilizar al Espíritu Santo. El Espíritu Santo ha de usarnos a
nosotros.
Mediante el Espíritu, Dios obra en su pueblo “el querer como el hacer, por
su buena voluntad”. Filipenses 2:13. Pero muchos no quieren someterse a
esto. Quieren gobernarse a sí mismos. Por esto no reciben el don celestial. El
Espíritu es dado únicamente a aquellos que esperan con humildad en Dios,
quienes buscan su dirección y gracia. ...
No tiene límite la utilidad de aquel que, poniendo a un lado
el yo, permite que el Espíritu Santo obre en su corazón, y
vive una vida plenamente consagrada a Dios. ... Si su
pueblo quita las obstrucciones, él derramará las aguas de
la salvación en corrientes abundantes, mediante los
canales humanos. ...
El Espíritu proporciona la fortaleza que sustenta al alma
que lucha y se esfuerza en toda emergencia, en medio de
la hostilidad de los parientes, del odio del mundo, de la
comprensión de sus propias imperfecciones y errores.
La unión del esfuerzo divino y humano, la estrecha
conexión, primero, último y siempre con Dios, la fuente
de toda fortaleza—esto es absolutamente necesario.—
The Review and Herald, 19 de mayo de 1904
A Jesús, quien se vació a sí mismo por la salvación
de la humanidad perdida, le fué concedido
abundantemente el Espíritu Santo. Así será dado
a cada seguidor de Cristo, cuando todo el corazón le
sea entregado para que more en él. Nuestro Señor
mismo dió la orden: “Sed llenos del Espíritu” (Efesios
5:18), y esta orden también es una promesa de su
cumplimiento.
Fué del agrado del Padre que en Cristo habitara toda
la plenitud, y que en él estemos cumplidos. Colosenses
2:9, 10.—The Review and Herald, 5 de noviembre de
1908.
El representante de Cristo, 26 de mayo
Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de
juicio. Juan 16:8.
Como el Consolador ha de venir y os convencerá de pecado, de justicia
y de juicio, cuidad de no resistir al Espíritu de Dios. ... Estad dispuestos a
discernir lo que él os revele. Someted vuestra voluntad, los hábitos que por
tanto tiempo habéis idolatrado y que os son peculiares, para que podáis recibir
los principios de la verdad.—The Review and Herald, 12 de abril de 1892, pp.
225.
Cristo nos ha proporcionado, al costo de un sacrificio y sufrimiento infinitos,
todo lo que es esencial para el éxito en la lucha del cristiano. El Espíritu
Santo proporciona poder y capacita al hombre para vencer. El gobierno de
Satanás debe ser subyugado mediante el poder del Espíritu. Es el Espíritu
el que convence de pecado, y quien, con el consentimiento del ser humano,
expele el pecado del corazón. Lá mente, entonces, es puesta bajo una nueva
ley: la ley real de la libertad.—The Review and Herald, 19 de mayo de 1904.
El señor Jesús obra mediante el Espíritu Santo porque es su representante.
Mediante él infunde vida espiritual al alma, aviva sus energías para el bien,
limpia de la contaminación moral y capacita para su reino.
Jesús tiene abundantes bendiciones para derramar, ricos dones
para distribuir entre los hombres. El es el Consejero admirable,
infinito en sabiduría y fortaleza, y si reconocemos el poder de su
Espíritu y nos sometemos para ser moldeados por él, estaremos
completos en él. ¡Qué pensamiento es éste! En Cristo “habita toda
la plenitud de la divinidad corporalmente. Y en él estáis
cumplidos”. Colosenses 2:9, 10.
El corazón humano no puede conocer la felicidad hasta que se
somete para ser moldeado por el Espíritu de Dios. El Espíritu
conforma el alma renovada según el modelo, Jesucristo. Mediante
su influencia, la enemistad contra Dios se cambia en fe y en amor,
y el orgullo en humildad. El alma percibe la belleza de la verdad, y
Cristo es honrado en la excelencia y la perfección del carácter.
Cuando se efectúan estos cambios, los ángeles rompen en cantos
de alabanza, y Dios y Cristo se gozan por las almas que son
modeladas según la semejanza divina.—The Review and Herald, 25
de agosto de 1896.
La entrega al dominio del espíritu, 27 de mayo
Porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el espíritu
mortificáis las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Romanos
8:13, 14.
La voluntad del hombre es agresiva, y constantemente se esfuerza por
someter todas las cosas a sus designios. Si se alista al lado de Dios y
del bien, los frutos del Espíritu aparecerán en la vida, y Dios ha
señalado gloria, honra y paz a cada persona que obra el bien.
Cuando se permite que Satanás moldeé la voluntad, él la utiliza para
cumplir sus fines. ... Estimula las propensiones al mal, despierta las
pasiones y las ambiciones impías. El dice: “Yo te daré todo este poder,
estos honores, riquezas y placeres pecaminosos”; pero, pone por
condición la entrega de la integridad y el embotamiento de la
conciencia. Así degrada las facultades humanas, y las pone en
cautividad para obrar el mal.—The Review and Herald, 25 de agosto de
1896.
Pero Dios siempre procura impresionar nuestros corazones con el
Espíritu Santo, para que seamos convencidos de pecado, de la justicia
y del juicio por venir. Podemos poner nuestra voluntad del lado de la
voluntad de Dios, y en su fortaleza y gracia resistir las tentaciones
del enemigo. Cuando nos entregamos a las influencias del Espíritu de
Dios, nuestra conciencia se hace tierna y sensible, y el pecado que
habíamos pasado sin dedicarle mucha atención, se torna
excesivamente pecaminoso.—The Signs of the Times, 4 de
septiembre de 1893, pp. 679.
Dios pide a los hombres que se opongan a los poderes del mal. El dice:
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le
obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros
miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos
a Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros a Dios por
instrumentos de justicia”. Romanos 6:12, 13.
En este conflicto de la justicia contra la
injusticia, podemos tener éxito únicamente
mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita
debe someterse a la voluntad del Infinito; la
voluntad humana debe unirse a la voluntad divina.
Esto nos proporcionará la ayuda del Espíritu Santo,
y cada conquista ayudará a recuperar la posesión
adquirida por Dios, a restaurar su imagen en el
alma.— The Review and Herald, 25 de agosto de
1896
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
Nota. pág. 297
Pág.
15
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
En aquel tiempo había fanatismo en el estado de Maine. Algunos
evitaban todo trabajo y despedían de la fraternidad a cuantos no
querían aceptar sus opiniones al respecto, así como algunas otras cosas
que ellos consideraban deberes religiosos. Dios me reveló esos errores
en visión y me envió a sus hijos extraviados para que se los declarase;
pero muchos de ellos rechazaron rotundamente el mensaje, y me
acusaron de amoldarme al mundo. Por otro lado, los adventistas
nominales me acusaron falsamente de fanatismo, y algunos, con
impiedad me llamaban dirigente del fanatismo que en realidad yo
estaba procurando corregir. (Véase el Apéndice.) Diferentes fechas
fueron fijadas en repetidas ocasiones para la venida del Señor, y
se insistió en que los hermanos las aceptasen; pero el Señor me mostró
que todas pasarían, porque el tiempo de angustia debía transcurrir
antes de la venida de Cristo, y que cada vez que se fijara una fecha
y ésta transcurriera ello no podría sino debilitar la fe del pueblo
de Dios. Por enseñar esto, se me acusó de acompañar al siervo
malo que decía en su corazón: "Mi Señor tarda en venir."
PRIMEROS ESCRITOS PAG. 22
19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte
Capítulo 23. Cuidaos de Fijar Fechas
"NO OS TOCA A VOSOTROS SABER LOS TIEMPOS O LAS
SAZONES" *
(Sermón Predicado en Lansing, Michigan,
el 5 de septiembre de 1891)
"Después de haber padecido, se presentó vivo con muchas
pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y
hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les
mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la
promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan
ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados
con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los
que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor,
¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os
toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre
puso en su sola potestad" (Hech. 1: 3- 7).
Los discípulos estaban ansiosos de saber el tiempo exacto de la
revelación del reino de Dios, pero Jesús les dijo que no podían
saber los tiempos ni las sazones, pues el Padre no los ha
revelado. Comprender cuándo debía restaurarse el reino de
Dios no era lo más importante que ellos debían saber.
Habían de ser hallados siguiendo al Maestro, orando,
esperando, velando y trabajando. Habían de ser
representantes ante el mundo del carácter de Cristo. Lo que
era esencial para una experiencia cristiana de éxito en los días
de los discípulos, es esencial en nuestros días: "Y les dijo: No
os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el
Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Y
después de que el Espíritu Santo viniera sobre ellos, ¿qué
habían de hacer? "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1: 7,
8).
Aprovechad las oportunidades presentes
Esta es la obra en que también nosotros hemos de
ocuparnos. En vez de vivir a la expectativa de alguna
oportunidad especial de excitación, hemos de
aprovechar sabiamente las oportunidades presentes
haciendo lo que debe hacerse a fin de que sean
salvas las almas. En vez de consumir las facultades
de nuestra mente en especulaciones acerca de los
tiempos y las sazones que el Señor ha dejado en su
sola potestad y ha retenido de los hombres, hemos
de entregarnos al control del Espíritu Santo, a la
ejecución de los deberes actuales, a dar el pan de
vida, sin mezcla de opiniones humanas, a las almas
que están pereciendo por la verdad.
Satanás está siempre dispuesto a llenar la mente con
teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la verdad
presente y los inhabiliten para dar el mensaje del tercer
ángel al mundo. Siempre ha sido así, pues nuestro
Salvador con frecuencia tenía que hablar reprochando a
los que se entregaban a especulaciones y estaban
siempre haciendo preguntas en cuanto a cosas que el
Señor no había revelado. Jesús había venido a la tierra
para impartir importantes verdades a los hombres y
deseaba impresionar su mente con la necesidad de
recibir y obedecer sus preceptos e instrucciones, y de
efectuar sus deberes actuales, y sus pláticas eran de tal
naturaleza que impartían conocimiento para su uso
inmediato y diario.
Dijo Jesús: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"
(Juan 17: 3). Todo lo que fue hecho y dicho tenía este único
propósito en vista: asegurar firmemente la verdad en la mente
de ellos para que pudieran conseguir vida eterna. Jesús no vino
para asombrar a los hombres con grandes anuncios de algún
tiempo especial cuando ocurriría algún gran acontecimiento,
sino que vino para instruir y salvar a los perdidos. No vino para
despertar curiosidad y complacerla, pues sabía que eso sólo
aumentaría el apetito por lo curioso y lo maravilloso. Su
propósito era impartir conocimiento por el cual los hombres
pudieran aumentar su vigor espiritual y avanzar en el camino de
la obediencia y de la verdadera santidad. Dio sólo las
instrucciones que podían ser apropiadas para las necesidades
de la vida diaria, tan sólo aquellas verdades que podían ser
dadas a otros para el mismo destino.
No hizo nuevas revelaciones a los hombres, sino que les
hizo entender verdades que habían estado oscurecidas
por mucho tiempo o que habían sido puestas fuera de su
lugar por las falsas enseñanzas de los sacerdotes y
maestros. Jesús colocó de nuevo las gemas de verdad
divina en su marco adecuado, en el orden en que
habían sido dadas a patriarcas y profetas. Y después de
haberles dado esa preciosa instrucción, prometió darles el
Espíritu Santo para que así recordaran todas las cosas que
les habían sido dichas.
Estamos continuamente en peligro de ponernos por encima de la
sencillez del Evangelio. Hay un intenso deseo en muchos de
impresionar al mundo con algo original que eleve a la gente a un
estado de éxtasis espiritual y cambie el estado actual de cosas.
Ciertamente, hay gran necesidad de un cambio en el estado actual
de cosas, pues no se comprende como se debiera el carácter
sagrado de la verdad presente, pero el cambio que necesitamos es
un cambio de corazón y sólo se puede obtener buscando a Dios
individualmente, buscando su bendición, pidiéndole su poder,
orando fervientemente para que su gracia pueda venir sobre
nosotros y que sean transformados nuestros caracteres. Este es
el cambio que necesitamos hoy, y para lograrlo debiéramos
ejercer energía perseverante y manifestar cordial fervor.
Debiéramos preguntar con verdadera sinceridad:" ¿Qué debo
hacer para ser salvo? " Debiéramos saber exactamente qué pasos
estamos dando hacia el cielo.
Amonestación en contra de fijar fechas
Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor
poco apreciaron y tampoco comprendieron, y el mismo estado de cosas
existe hoy en el pueblo de Dios. También hemos fallado en comprender
la grandeza o percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado
hoy. Si avanzáramos en conocimiento espiritual, veríamos que la verdad
se desarrolla y expande en ciertos aspectos en que poco hemos soñado,
pero nunca se desarrollará en algún aspecto que nos induzca a
imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre
ha puesto en su sola potestad. Vez tras vez se me ha amonestado
acerca de fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de
Dios que se base en el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido,
ya sea del derramamiento del Espíritu Santo o de la venida de
Cristo.
Antes de venir a esta reunión, estuve buscando en mis escritos, para ver
lo que debiera llevar a Australia, y encontré un sobre en el cual estaba
escrito: "Testimonio dado acerca de fijar fechas. 21 de junio de
1851. Preservarlo cuidadosamente". Lo abrí, y esto es lo que encontré.
Dice:
"Copia de una visión que dio el Señor a la Hna. White, el 21 de
junio de 1851, en Camden, Nueva York. El Señor me mostró que el
mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues
éste no será nunca más una prueba. Vi que algunos estaban siendo
objeto de una falsa excitación provocada por predicar fechas,
que el mensaje del tercer ángel puede permanecer sobre su
propio fundamento y que no necesita de fechas para
fortalecerse, y que proseguirá con gran poder y efectuará su
obra y será abreviado en justicia. "Vi que algunos estaban
haciendo que todo se encaminara a este próximo otoño.
Esto es, hacían sus cálculos y disponían de sus propiedades
tomando ese tiempo como punto de referencia. Vi que eso estaba
equivocado por esta razón: En vez de ir cada día a Dios y desear
fervientemente conocer sus deberes actuales, miraban hacia
adelante y hacían sus cálculos como si supieran que la obra iba a
terminar este otoño, sin preguntar diariamente a Dios cuál es su
deber. E. G. de White
"Copiado en Milton, el 29 de junio de 1851. A. A. G.".
Este fue el documento que encontré el lunes pasado al buscar
entre mis escritos, y aquí está otro que fue escrito en cuanto a
un hombre que fijaba fechas en 1884 y propagaba sus
argumentos para probar sus teorías. El informe de lo que
hacía me fue presentado en el congreso de Jackson [Míchigan],
y dije a los hermanos que no debían prestar atención a la teoría
de ese hombre, pues no sucedería el acontecimiento que él
predecía. Dios ha puesto en su propia potestad los tiempos y
las sazones. ¿ Y por qué no nos ha dado Dios ese
conocimiento? Porque si lo hiciera, no lo usaríamos
debidamente. Ese conocimiento provocaría entre los hermanos
un resultado que retardaría grandemente la obra de Dios de
preparar a un pueblo que pueda resistir en el gran día venidero.
No hemos de vivir dependiendo de la excitación originada
por fechas especiales. No hemos de enfrascarnos en
especulaciones en cuanto a los tiempos y las sazones que
no ha revelado Dios. Jesús ha dicho a sus discípulos que
velen, pero no fijándose en una fecha definida. Sus
seguidores han de estar en la posición de los que están
atentos a las órdenes de su Capitán. Han de velar,
esperar, orar y trabajar a medida que se acercan al
tiempo de la venida del Señor, pero nadie podrá
predecir precisamente cuándo será ese tiempo, pues
"no sabéis el día ni la hora".
“No podréis decir que Cristo vendrá dentro de uno,
dos o cinco años; tampoco debéis posponer su venida
diciendo que quizá no se produzca ni en diez ni en
veinte años”.
Tengamos las lámparas despabiladas y ardiendo
El deber del pueblo de Dios es tener sus lámparas
despabiladas y ardiendo, ser como los hombres que esperan que
el Novio vuelva de la boda. No tenéis un momento que perder
descuidando la gran salvación que os ha sido provista. Está
llegando a su fin el tiempo de gracia de las almas. Está siendo
sellado el destino de los hombres día tras día, y aun de esta
congregación no sabemos cuán pronto cerrarán los ojos muchos
en la muerte y serán preparados para la tumba. Ahora
debiéramos considerar que nuestra vida transcurre rápidamente,
que no estamos seguros ni un momento, a menos que nuestra
vida esté escondida con Cristo en Dios. No es nuestro deber
estar aguardando algún tiempo especial en el futuro cuando se
haga alguna obra especial en nuestro favor, sino avanzar en
nuestra obra de amonestar al mundo, pues hemos de ser testigos
de Cristo hasta los confines de la tierra.
Nos rodean por doquiera los jóvenes, los impenitentes, los
inconversos, ¿y qué estamos haciendo por ellos? Padres,
en el ardor de vuestro primer amor, ¿ estáis procurando
la conversión de vuestros hijos, o estáis enfrascados en
las cosas de esta vida hasta el punto de que no hacéis
esfuerzos fervientes para ser colaboradores con Dios?
¿Apreciáis la obra y misión del Espíritu Santo?
¿Comprendéis que el Espíritu Santo es el instrumento
por el cual hemos de llegar a las almas de los que nos
rodean? Cuando termine esta reunión, ¿os iréis de aquí y
os olvidaréis de las fervientes exhortaciones que se os
han hecho?
¿Será dejado sin atender el mensaje de
amonestación, y se escurrirá de vuestro corazón la
verdad que habéis oído, como agua que se escurre de
una vasija rota? Dice el apóstol: "Por tanto, es
necesario que con más diligencia atendamos a las
cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles
fue firme, y toda transgresión y desobediencia
recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?
La cual, habiendo sido anunciada primeramente por
el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
testificando Dios juntamente con ellos, con señales
y prodigios y diversos milagros y repartimientos del
Espíritu Santo según su voluntad" (Heb. 2: 1- 4)
El mensaje del tercer ángel está creciendo hasta convertirse en
un fuerte pregón, y no debéis sentiros libres de descuidar el
deber actual y todavía abrigar la idea de que, en algún futuro,
seréis los receptáculos de una gran bendición cuando se efectúe
un maravilloso reavivamiento, sin ningún esfuerzo de vuestra
parte. Hoy habéis de entregaros a Dios para que os haga vasos de
honra aptos para su servicio. Hoy habéis de entregaros a Dios
para que seáis vaciados del yo, vaciados de la envidia, los celos, las
malas conjeturas, las contiendas, de todo lo que deshonre a Dios.
Hoy habéis de tener purificado vuestro vaso para que esté listo
para el rocío celestial, listo para los chaparrones de la lluvia
tardía, pues vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará
cada alma que esté purificada de toda contaminación. Nuestra
obra hoy es rendir nuestra alma a Cristo para que podamos
ser hechos idóneos para el tiempo del refrigerio de la
presencia del Señor: idóneos para el bautismo del Espíritu
Santo (The Review and Herald, 22 de marzo de 1892).224
EL TIEMPO NO HA SIDO REVELADO
Dios no nos ha revelado el tiempo cuando terminará este
mensaje o cuando el tiempo de gracia llegará a su fin.
Aceptemos las cosas reveladas para nosotros y para
nuestros hijos, pero no procuremos saber lo que ha sido
mantenido secreto en los concilios del Todopoderoso.
Nuestro deber es velar, trabajar y esperar, trabajar
cada momento por las almas que están prontas para
perecer. Hemos de mantenernos caminando continuamente
en las pisadas de Jesús, trabajando de acuerdo con sus
planes, dispensando sus dones como buenos mayordomos de
la múltiple gracia de Dios. Satanás estará listo para dar a
cualquiera que no aprende diariamente de Jesús, un
mensaje especial de su propia creación a fin de anular la
maravillosa verdad para este tiempo.
Me han llegado cartas preguntándome si tengo alguna luz especial en cuanto
a la fecha de la terminación del tiempo de gracia, y contesto que sólo
tengo este mensaje que dar: que ahora es el tiempo de trabajar mientras
dure el día, pues viene la noche cuando nadie puede obrar. Ahora,
precisamente ahora, es el tiempo cuando debemos estar velando, trabajando y
esperando. La Palabra del Señor revela que el fin de todas las cosas está
cerca y su testimonio es clarísimo en esto: es necesario que cada persona
tenga la verdad arraigada en el corazón, de modo que controle la vida y
santifique el carácter. El Espíritu del Señor está obrando para llevar la
verdad de la Palabra inspirada y grabarla en el alma de modo que los profesos
seguidores de Cristo tengan un gozo santo y sagrado que puedan impartir a
otros. Ahora es el tiempo oportuno para que trabajemos nosotros,
precisamente ahora, mientras dura el día. Pero nadie ha recibido la orden de
escudriñar las Escrituras a fin de asegurar, si es posible, cuándo terminará el
tiempo de gracia. Dios no ha concedido tal mensaje a ningún labio mortal. El no
quiere que ninguna lengua mortal declare aquello que ha ocultado en sus
concilios secretos (The Review and Herald, 9 de octubre de
1894).
Velad y orad
No tengo ningún tiempo específico del cual hablar, cuando se
efectuará la efusión del Espíritu Santo, cuando descenderá del cielo
el ángel poderoso y se unirá con el tercer ángel en la terminación de
la obra en este mundo. Mi mensaje es que nuestra única seguridad
radica en estar listos para el refrigerio celestial, con nuestras
lámparas despabiladas y encendidas. Cristo nos ha dicho que
velemos "porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no
pensáis". "Velad y orad" es la consigna que nos es dada por nuestro
Redentor. Día tras día hemos de buscar la inspiración del
Espíritu de Dios para que él pueda efectuar la obra que le
incumbe en el alma y el carácter. ¡Oh, cuánto tiempo ha sido
malgastado prestando atención a cosas baladíes! Arrepentíos y
convertíos para que sean borrados vuestros pecados, cuando vengan
los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor (The Review
and Herald, 29 de marzo de 1892). 226
Ya lo veremos si Dios quiere en
la siguientes diapositivas

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19 La segunda venida 01 - Analisis de citas 1 parte

  • 4. Mateo 25:13 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. Reina-Valera 1960 (RVR1960)
  • 5. Mateo 24:44 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. Reina-Valera 1960 (RVR1960)
  • 6. Mateo24:36 36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Reina-Valera 1960 (RVR1960)
  • 7. Mateo 24:36 36 Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. La Biblia de las Américas (LBLA)
  • 8. Hasta aquí solo leyendo estos versículos Podemos cerrar el tema y decir que no hay fecha para la venida de Cristo ….. Pero si Ud. Desea escudriñar mas … le invitamos a seguir !!!
  • 10. Hechos 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Reina-Valera 1960 (RVR1960)
  • 12. El espíritu dado condicionalmente, 25 de mayo Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieren de él? Lucas 11:13. Cristo ha prometido el don de su Espíritu a su iglesia, y la promesa nos pertenece tanto a nosotros como a los primeros discípulos. Pero ésta, como otras promesas, también es dada bajo una condición. Hay muchos que creen y profesan pedir el cumplimiento de la promesa del Señor; hablan acerca de Cristo y acerca del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben ningún beneficio. No entregan el alma para ser guiada y regida por los instrumentos divinos. No podemos utilizar al Espíritu Santo. El Espíritu Santo ha de usarnos a nosotros. Mediante el Espíritu, Dios obra en su pueblo “el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2:13. Pero muchos no quieren someterse a esto. Quieren gobernarse a sí mismos. Por esto no reciben el don celestial. El Espíritu es dado únicamente a aquellos que esperan con humildad en Dios, quienes buscan su dirección y gracia. ...
  • 13. No tiene límite la utilidad de aquel que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo obre en su corazón, y vive una vida plenamente consagrada a Dios. ... Si su pueblo quita las obstrucciones, él derramará las aguas de la salvación en corrientes abundantes, mediante los canales humanos. ... El Espíritu proporciona la fortaleza que sustenta al alma que lucha y se esfuerza en toda emergencia, en medio de la hostilidad de los parientes, del odio del mundo, de la comprensión de sus propias imperfecciones y errores. La unión del esfuerzo divino y humano, la estrecha conexión, primero, último y siempre con Dios, la fuente de toda fortaleza—esto es absolutamente necesario.— The Review and Herald, 19 de mayo de 1904
  • 14. A Jesús, quien se vació a sí mismo por la salvación de la humanidad perdida, le fué concedido abundantemente el Espíritu Santo. Así será dado a cada seguidor de Cristo, cuando todo el corazón le sea entregado para que more en él. Nuestro Señor mismo dió la orden: “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18), y esta orden también es una promesa de su cumplimiento. Fué del agrado del Padre que en Cristo habitara toda la plenitud, y que en él estemos cumplidos. Colosenses 2:9, 10.—The Review and Herald, 5 de noviembre de 1908.
  • 15. El representante de Cristo, 26 de mayo Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio. Juan 16:8. Como el Consolador ha de venir y os convencerá de pecado, de justicia y de juicio, cuidad de no resistir al Espíritu de Dios. ... Estad dispuestos a discernir lo que él os revele. Someted vuestra voluntad, los hábitos que por tanto tiempo habéis idolatrado y que os son peculiares, para que podáis recibir los principios de la verdad.—The Review and Herald, 12 de abril de 1892, pp. 225. Cristo nos ha proporcionado, al costo de un sacrificio y sufrimiento infinitos, todo lo que es esencial para el éxito en la lucha del cristiano. El Espíritu Santo proporciona poder y capacita al hombre para vencer. El gobierno de Satanás debe ser subyugado mediante el poder del Espíritu. Es el Espíritu el que convence de pecado, y quien, con el consentimiento del ser humano, expele el pecado del corazón. Lá mente, entonces, es puesta bajo una nueva ley: la ley real de la libertad.—The Review and Herald, 19 de mayo de 1904. El señor Jesús obra mediante el Espíritu Santo porque es su representante. Mediante él infunde vida espiritual al alma, aviva sus energías para el bien, limpia de la contaminación moral y capacita para su reino.
  • 16. Jesús tiene abundantes bendiciones para derramar, ricos dones para distribuir entre los hombres. El es el Consejero admirable, infinito en sabiduría y fortaleza, y si reconocemos el poder de su Espíritu y nos sometemos para ser moldeados por él, estaremos completos en él. ¡Qué pensamiento es éste! En Cristo “habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente. Y en él estáis cumplidos”. Colosenses 2:9, 10. El corazón humano no puede conocer la felicidad hasta que se somete para ser moldeado por el Espíritu de Dios. El Espíritu conforma el alma renovada según el modelo, Jesucristo. Mediante su influencia, la enemistad contra Dios se cambia en fe y en amor, y el orgullo en humildad. El alma percibe la belleza de la verdad, y Cristo es honrado en la excelencia y la perfección del carácter. Cuando se efectúan estos cambios, los ángeles rompen en cantos de alabanza, y Dios y Cristo se gozan por las almas que son modeladas según la semejanza divina.—The Review and Herald, 25 de agosto de 1896.
  • 17. La entrega al dominio del espíritu, 27 de mayo Porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Romanos 8:13, 14. La voluntad del hombre es agresiva, y constantemente se esfuerza por someter todas las cosas a sus designios. Si se alista al lado de Dios y del bien, los frutos del Espíritu aparecerán en la vida, y Dios ha señalado gloria, honra y paz a cada persona que obra el bien. Cuando se permite que Satanás moldeé la voluntad, él la utiliza para cumplir sus fines. ... Estimula las propensiones al mal, despierta las pasiones y las ambiciones impías. El dice: “Yo te daré todo este poder, estos honores, riquezas y placeres pecaminosos”; pero, pone por condición la entrega de la integridad y el embotamiento de la conciencia. Así degrada las facultades humanas, y las pone en cautividad para obrar el mal.—The Review and Herald, 25 de agosto de 1896.
  • 18. Pero Dios siempre procura impresionar nuestros corazones con el Espíritu Santo, para que seamos convencidos de pecado, de la justicia y del juicio por venir. Podemos poner nuestra voluntad del lado de la voluntad de Dios, y en su fortaleza y gracia resistir las tentaciones del enemigo. Cuando nos entregamos a las influencias del Espíritu de Dios, nuestra conciencia se hace tierna y sensible, y el pecado que habíamos pasado sin dedicarle mucha atención, se torna excesivamente pecaminoso.—The Signs of the Times, 4 de septiembre de 1893, pp. 679. Dios pide a los hombres que se opongan a los poderes del mal. El dice: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos a Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia”. Romanos 6:12, 13.
  • 19. En este conflicto de la justicia contra la injusticia, podemos tener éxito únicamente mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita debe someterse a la voluntad del Infinito; la voluntad humana debe unirse a la voluntad divina. Esto nos proporcionará la ayuda del Espíritu Santo, y cada conquista ayudará a recuperar la posesión adquirida por Dios, a restaurar su imagen en el alma.— The Review and Herald, 25 de agosto de 1896
  • 26. En aquel tiempo había fanatismo en el estado de Maine. Algunos evitaban todo trabajo y despedían de la fraternidad a cuantos no querían aceptar sus opiniones al respecto, así como algunas otras cosas que ellos consideraban deberes religiosos. Dios me reveló esos errores en visión y me envió a sus hijos extraviados para que se los declarase; pero muchos de ellos rechazaron rotundamente el mensaje, y me acusaron de amoldarme al mundo. Por otro lado, los adventistas nominales me acusaron falsamente de fanatismo, y algunos, con impiedad me llamaban dirigente del fanatismo que en realidad yo estaba procurando corregir. (Véase el Apéndice.) Diferentes fechas fueron fijadas en repetidas ocasiones para la venida del Señor, y se insistió en que los hermanos las aceptasen; pero el Señor me mostró que todas pasarían, porque el tiempo de angustia debía transcurrir antes de la venida de Cristo, y que cada vez que se fijara una fecha y ésta transcurriera ello no podría sino debilitar la fe del pueblo de Dios. Por enseñar esto, se me acusó de acompañar al siervo malo que decía en su corazón: "Mi Señor tarda en venir." PRIMEROS ESCRITOS PAG. 22
  • 28. Capítulo 23. Cuidaos de Fijar Fechas "NO OS TOCA A VOSOTROS SABER LOS TIEMPOS O LAS SAZONES" * (Sermón Predicado en Lansing, Michigan, el 5 de septiembre de 1891) "Después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hech. 1: 3- 7).
  • 29. Los discípulos estaban ansiosos de saber el tiempo exacto de la revelación del reino de Dios, pero Jesús les dijo que no podían saber los tiempos ni las sazones, pues el Padre no los ha revelado. Comprender cuándo debía restaurarse el reino de Dios no era lo más importante que ellos debían saber. Habían de ser hallados siguiendo al Maestro, orando, esperando, velando y trabajando. Habían de ser representantes ante el mundo del carácter de Cristo. Lo que era esencial para una experiencia cristiana de éxito en los días de los discípulos, es esencial en nuestros días: "Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Y después de que el Espíritu Santo viniera sobre ellos, ¿qué habían de hacer? "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1: 7, 8).
  • 30. Aprovechad las oportunidades presentes Esta es la obra en que también nosotros hemos de ocuparnos. En vez de vivir a la expectativa de alguna oportunidad especial de excitación, hemos de aprovechar sabiamente las oportunidades presentes haciendo lo que debe hacerse a fin de que sean salvas las almas. En vez de consumir las facultades de nuestra mente en especulaciones acerca de los tiempos y las sazones que el Señor ha dejado en su sola potestad y ha retenido de los hombres, hemos de entregarnos al control del Espíritu Santo, a la ejecución de los deberes actuales, a dar el pan de vida, sin mezcla de opiniones humanas, a las almas que están pereciendo por la verdad.
  • 31. Satanás está siempre dispuesto a llenar la mente con teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la verdad presente y los inhabiliten para dar el mensaje del tercer ángel al mundo. Siempre ha sido así, pues nuestro Salvador con frecuencia tenía que hablar reprochando a los que se entregaban a especulaciones y estaban siempre haciendo preguntas en cuanto a cosas que el Señor no había revelado. Jesús había venido a la tierra para impartir importantes verdades a los hombres y deseaba impresionar su mente con la necesidad de recibir y obedecer sus preceptos e instrucciones, y de efectuar sus deberes actuales, y sus pláticas eran de tal naturaleza que impartían conocimiento para su uso inmediato y diario.
  • 32. Dijo Jesús: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17: 3). Todo lo que fue hecho y dicho tenía este único propósito en vista: asegurar firmemente la verdad en la mente de ellos para que pudieran conseguir vida eterna. Jesús no vino para asombrar a los hombres con grandes anuncios de algún tiempo especial cuando ocurriría algún gran acontecimiento, sino que vino para instruir y salvar a los perdidos. No vino para despertar curiosidad y complacerla, pues sabía que eso sólo aumentaría el apetito por lo curioso y lo maravilloso. Su propósito era impartir conocimiento por el cual los hombres pudieran aumentar su vigor espiritual y avanzar en el camino de la obediencia y de la verdadera santidad. Dio sólo las instrucciones que podían ser apropiadas para las necesidades de la vida diaria, tan sólo aquellas verdades que podían ser dadas a otros para el mismo destino.
  • 33. No hizo nuevas revelaciones a los hombres, sino que les hizo entender verdades que habían estado oscurecidas por mucho tiempo o que habían sido puestas fuera de su lugar por las falsas enseñanzas de los sacerdotes y maestros. Jesús colocó de nuevo las gemas de verdad divina en su marco adecuado, en el orden en que habían sido dadas a patriarcas y profetas. Y después de haberles dado esa preciosa instrucción, prometió darles el Espíritu Santo para que así recordaran todas las cosas que les habían sido dichas.
  • 34. Estamos continuamente en peligro de ponernos por encima de la sencillez del Evangelio. Hay un intenso deseo en muchos de impresionar al mundo con algo original que eleve a la gente a un estado de éxtasis espiritual y cambie el estado actual de cosas. Ciertamente, hay gran necesidad de un cambio en el estado actual de cosas, pues no se comprende como se debiera el carácter sagrado de la verdad presente, pero el cambio que necesitamos es un cambio de corazón y sólo se puede obtener buscando a Dios individualmente, buscando su bendición, pidiéndole su poder, orando fervientemente para que su gracia pueda venir sobre nosotros y que sean transformados nuestros caracteres. Este es el cambio que necesitamos hoy, y para lograrlo debiéramos ejercer energía perseverante y manifestar cordial fervor. Debiéramos preguntar con verdadera sinceridad:" ¿Qué debo hacer para ser salvo? " Debiéramos saber exactamente qué pasos estamos dando hacia el cielo.
  • 35. Amonestación en contra de fijar fechas Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor poco apreciaron y tampoco comprendieron, y el mismo estado de cosas existe hoy en el pueblo de Dios. También hemos fallado en comprender la grandeza o percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado hoy. Si avanzáramos en conocimiento espiritual, veríamos que la verdad se desarrolla y expande en ciertos aspectos en que poco hemos soñado, pero nunca se desarrollará en algún aspecto que nos induzca a imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad. Vez tras vez se me ha amonestado acerca de fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido, ya sea del derramamiento del Espíritu Santo o de la venida de Cristo. Antes de venir a esta reunión, estuve buscando en mis escritos, para ver lo que debiera llevar a Australia, y encontré un sobre en el cual estaba escrito: "Testimonio dado acerca de fijar fechas. 21 de junio de 1851. Preservarlo cuidadosamente". Lo abrí, y esto es lo que encontré. Dice:
  • 36. "Copia de una visión que dio el Señor a la Hna. White, el 21 de junio de 1851, en Camden, Nueva York. El Señor me mostró que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues éste no será nunca más una prueba. Vi que algunos estaban siendo objeto de una falsa excitación provocada por predicar fechas, que el mensaje del tercer ángel puede permanecer sobre su propio fundamento y que no necesita de fechas para fortalecerse, y que proseguirá con gran poder y efectuará su obra y será abreviado en justicia. "Vi que algunos estaban haciendo que todo se encaminara a este próximo otoño. Esto es, hacían sus cálculos y disponían de sus propiedades tomando ese tiempo como punto de referencia. Vi que eso estaba equivocado por esta razón: En vez de ir cada día a Dios y desear fervientemente conocer sus deberes actuales, miraban hacia adelante y hacían sus cálculos como si supieran que la obra iba a terminar este otoño, sin preguntar diariamente a Dios cuál es su deber. E. G. de White
  • 37. "Copiado en Milton, el 29 de junio de 1851. A. A. G.". Este fue el documento que encontré el lunes pasado al buscar entre mis escritos, y aquí está otro que fue escrito en cuanto a un hombre que fijaba fechas en 1884 y propagaba sus argumentos para probar sus teorías. El informe de lo que hacía me fue presentado en el congreso de Jackson [Míchigan], y dije a los hermanos que no debían prestar atención a la teoría de ese hombre, pues no sucedería el acontecimiento que él predecía. Dios ha puesto en su propia potestad los tiempos y las sazones. ¿ Y por qué no nos ha dado Dios ese conocimiento? Porque si lo hiciera, no lo usaríamos debidamente. Ese conocimiento provocaría entre los hermanos un resultado que retardaría grandemente la obra de Dios de preparar a un pueblo que pueda resistir en el gran día venidero.
  • 38. No hemos de vivir dependiendo de la excitación originada por fechas especiales. No hemos de enfrascarnos en especulaciones en cuanto a los tiempos y las sazones que no ha revelado Dios. Jesús ha dicho a sus discípulos que velen, pero no fijándose en una fecha definida. Sus seguidores han de estar en la posición de los que están atentos a las órdenes de su Capitán. Han de velar, esperar, orar y trabajar a medida que se acercan al tiempo de la venida del Señor, pero nadie podrá predecir precisamente cuándo será ese tiempo, pues "no sabéis el día ni la hora". “No podréis decir que Cristo vendrá dentro de uno, dos o cinco años; tampoco debéis posponer su venida diciendo que quizá no se produzca ni en diez ni en veinte años”.
  • 39. Tengamos las lámparas despabiladas y ardiendo El deber del pueblo de Dios es tener sus lámparas despabiladas y ardiendo, ser como los hombres que esperan que el Novio vuelva de la boda. No tenéis un momento que perder descuidando la gran salvación que os ha sido provista. Está llegando a su fin el tiempo de gracia de las almas. Está siendo sellado el destino de los hombres día tras día, y aun de esta congregación no sabemos cuán pronto cerrarán los ojos muchos en la muerte y serán preparados para la tumba. Ahora debiéramos considerar que nuestra vida transcurre rápidamente, que no estamos seguros ni un momento, a menos que nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios. No es nuestro deber estar aguardando algún tiempo especial en el futuro cuando se haga alguna obra especial en nuestro favor, sino avanzar en nuestra obra de amonestar al mundo, pues hemos de ser testigos de Cristo hasta los confines de la tierra.
  • 40. Nos rodean por doquiera los jóvenes, los impenitentes, los inconversos, ¿y qué estamos haciendo por ellos? Padres, en el ardor de vuestro primer amor, ¿ estáis procurando la conversión de vuestros hijos, o estáis enfrascados en las cosas de esta vida hasta el punto de que no hacéis esfuerzos fervientes para ser colaboradores con Dios? ¿Apreciáis la obra y misión del Espíritu Santo? ¿Comprendéis que el Espíritu Santo es el instrumento por el cual hemos de llegar a las almas de los que nos rodean? Cuando termine esta reunión, ¿os iréis de aquí y os olvidaréis de las fervientes exhortaciones que se os han hecho?
  • 41. ¿Será dejado sin atender el mensaje de amonestación, y se escurrirá de vuestro corazón la verdad que habéis oído, como agua que se escurre de una vasija rota? Dice el apóstol: "Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad" (Heb. 2: 1- 4)
  • 42. El mensaje del tercer ángel está creciendo hasta convertirse en un fuerte pregón, y no debéis sentiros libres de descuidar el deber actual y todavía abrigar la idea de que, en algún futuro, seréis los receptáculos de una gran bendición cuando se efectúe un maravilloso reavivamiento, sin ningún esfuerzo de vuestra parte. Hoy habéis de entregaros a Dios para que os haga vasos de honra aptos para su servicio. Hoy habéis de entregaros a Dios para que seáis vaciados del yo, vaciados de la envidia, los celos, las malas conjeturas, las contiendas, de todo lo que deshonre a Dios. Hoy habéis de tener purificado vuestro vaso para que esté listo para el rocío celestial, listo para los chaparrones de la lluvia tardía, pues vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda contaminación. Nuestra obra hoy es rendir nuestra alma a Cristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para el bautismo del Espíritu Santo (The Review and Herald, 22 de marzo de 1892).224
  • 43. EL TIEMPO NO HA SIDO REVELADO Dios no nos ha revelado el tiempo cuando terminará este mensaje o cuando el tiempo de gracia llegará a su fin. Aceptemos las cosas reveladas para nosotros y para nuestros hijos, pero no procuremos saber lo que ha sido mantenido secreto en los concilios del Todopoderoso. Nuestro deber es velar, trabajar y esperar, trabajar cada momento por las almas que están prontas para perecer. Hemos de mantenernos caminando continuamente en las pisadas de Jesús, trabajando de acuerdo con sus planes, dispensando sus dones como buenos mayordomos de la múltiple gracia de Dios. Satanás estará listo para dar a cualquiera que no aprende diariamente de Jesús, un mensaje especial de su propia creación a fin de anular la maravillosa verdad para este tiempo.
  • 44. Me han llegado cartas preguntándome si tengo alguna luz especial en cuanto a la fecha de la terminación del tiempo de gracia, y contesto que sólo tengo este mensaje que dar: que ahora es el tiempo de trabajar mientras dure el día, pues viene la noche cuando nadie puede obrar. Ahora, precisamente ahora, es el tiempo cuando debemos estar velando, trabajando y esperando. La Palabra del Señor revela que el fin de todas las cosas está cerca y su testimonio es clarísimo en esto: es necesario que cada persona tenga la verdad arraigada en el corazón, de modo que controle la vida y santifique el carácter. El Espíritu del Señor está obrando para llevar la verdad de la Palabra inspirada y grabarla en el alma de modo que los profesos seguidores de Cristo tengan un gozo santo y sagrado que puedan impartir a otros. Ahora es el tiempo oportuno para que trabajemos nosotros, precisamente ahora, mientras dura el día. Pero nadie ha recibido la orden de escudriñar las Escrituras a fin de asegurar, si es posible, cuándo terminará el tiempo de gracia. Dios no ha concedido tal mensaje a ningún labio mortal. El no quiere que ninguna lengua mortal declare aquello que ha ocultado en sus concilios secretos (The Review and Herald, 9 de octubre de 1894).
  • 45. Velad y orad No tengo ningún tiempo específico del cual hablar, cuando se efectuará la efusión del Espíritu Santo, cuando descenderá del cielo el ángel poderoso y se unirá con el tercer ángel en la terminación de la obra en este mundo. Mi mensaje es que nuestra única seguridad radica en estar listos para el refrigerio celestial, con nuestras lámparas despabiladas y encendidas. Cristo nos ha dicho que velemos "porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis". "Velad y orad" es la consigna que nos es dada por nuestro Redentor. Día tras día hemos de buscar la inspiración del Espíritu de Dios para que él pueda efectuar la obra que le incumbe en el alma y el carácter. ¡Oh, cuánto tiempo ha sido malgastado prestando atención a cosas baladíes! Arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados, cuando vengan los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor (The Review and Herald, 29 de marzo de 1892). 226
  • 46. Ya lo veremos si Dios quiere en la siguientes diapositivas