1) La ideología surge con la aparición de la propiedad privada y las clases sociales como una forma de justificar la explotación económica y ocultar la realidad.
2) Los medios de información masiva sirven como aparatos ideológicos del Estado burgués para informar, deformar, formar y conformar la mentalidad de las masas de acuerdo a los intereses de la clase dominante.
3) Al igual que otros medios, la prensa escrita históricamente ha servido a las clases dominantes y hoy en día
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Capitalismo neurótico
1. EL CAPITALISMO NEURÓTICO
CAPITULO I
LA IDEOLOGIA
ORIGEN DE LA ALIENACIÓN
La ideología, forma particular de alienación no
existía en la comunidad indígena basada en el
comunismo, cuya organización era el
matriarcado social.
El hombre primitivo no estaba alienado, en
virtud de que sus intereses eran los de su
comunidad. No había propiedad privada,
clases sociales ni Estado.
Con la aparición de la propiedad privada
centralizada, por medio de la dote matrimonial
femenina en pocas familias masculinas, surgió
la primera clase explotadora y dominante.
A partir de ese momento el hombre se escindió
en amo y esclavo. Se había dado un paso hacia
el desarrollo de la alienación en todas sus
formas.
La clase dominante necesitó de una ideología
que encubriera la realidad y, al mismo tiempo,
justificara su explotación.
2. La religión y la moral sexual, ambos paterno
autoritarios, serán los principales instrumentos
ideológicos de los explotadores.
La propiedad privada alienó al individuo hasta
el grado de que su vida no le pertenecía, su
trabajo se convirtió en ajeno, las riquezas que
producía ya no eran para él y su felicidad se la
dio a su amo.
En la roma imperial, por ejemplo, la esclavitud
y la alienación alcanzaron grados de
inhumanidad muy considerables. El Estado, la
política, la riqueza social, la libertad dejaron
de pertenecerle y el único derecho ciudadano
fue proteger la propiedad privada de sus amos.
Con la propiedad privada, la división del
trabajo y la producción mercantil se formó la
triple raíz histórico genético de la alienación.
La división del trabajo surge cuando se separan
el trabajo físico y el intelectual. Según Engels,
cuando se separan el trabajo masculino y el
femenino.
Con el tercer factor, producción de mercancías
y por ende economía monetaria, se consolida
la alienación.
3. La alienación social del hombre consiste en
que sus productos (riqueza social, Estado etc.)
se le aparecen como cosas extrañas a él, cosas
que dominan a su propio creador.
Según Marx el trabajador, dependiendo de su
patrón produce enajenadamente, bienes que
aumentarán la riqueza y el poder de su
explotador, produciendo también las
condiciones que permiten que su existencia
como explotado.
Son siete las características del hombre
alienado:
1. El trabajo le es externo, no le pertenece por
se obrero asalariado.
2. Se siente mal en el trabajo, arruina su
cuerpo y su espíritu.
3. Se siente bien fuera del trabajo donde
recobra su personalidad.
4. Su trabajo no es voluntario, es forzado.
5. Su trabajo no satisface una necesidad
propia, sino la de su patrón.
6. Su trabajo no le pertenece, él mismo
pertenece a otro.
4. 7. Se siente libre en sus funciones animales, y
en sus funciones humanas se siente como
un animal.
Una forma particular de la alienación laboral
es la alienación de la actividad donde el obrero
se pierde en la tarea.
Pero la más importante característica, la
esencial desde el punto de vista humano, es la
deshumanización que sufre el obrero en la
alienación social y laboral.
La explotación económica y la capitalización
de plusvalía, necesitan de su complemento: La
alienación social y laboral. Son tan
inseparables que puede afirmarse: El Capital es
trabajo alienado acumulado.
La alienación, por otra parte, requiere de la
fetichización de los productos que el hombre
crea. Lo que no puede ser dominado (las
riquezas sociales, el estado, la cultura etc)., por
detentarlo los explotadores, es substituido por
un fetiche que representa falsamente a los
objetos deseados. El fetichismo expresa
impotencia.
La alienación religiosa es doble: por ser
alienación en sí misma, en cuanto escinde
5. interiormente al hombre y lo somete a sus
propios fantasmas e ideológicamente, oculta y
“suaviza” la miseria real.
La alienación filosófica consiste, por su parte,
en que el filósofo imagina que transforma el
mundo, cuando en realidad, es el mundo, la
sociedad burguesa, la que lo transforma y
domina.
La nueva forma de alienación, acorde con las
manías consumistas (condicionadas por
refinadas técnicas de control mental), propias
de la sociedad burguesa decadente, es la
creación de falsas necesidades.
Valorizando el mercado capitalista, se
desvaloriza al consumidor-productor.
En suma, la alienación ideológica toma tres
formas:
1. Alienación del trabajo (ocultamiento de la
explotación).
2. Alienación religiosa (inversión de valores).
El hombre crea a Dios, no Dios crea al
hombre.
3. Alineación de las necesidades (producción
para el mercado capitalista y no para las
necesidades humanas).
6. En esencia la ideología es un conjunto de ideas
que invierte, falsea y encubre la explotación
económica.
La ideología, no sólo justifica la explotación
económica, sino también inyecta en la mente
de los trabajadores una falsa conciencia de los
obreros, una conciencia enajenada al sistema
capitalista en su conjunto.
Toda estructura social, basada en la
explotación, necesita de una ideología que
anide en la mente de los explotados, a fin de
que acepten la explotación y todas la
injusticias como algo “natural” e inevitable.
El trabajador, imposibilitado prácticamente
para resolver sus problemas económicos,
políticos y sexuales , acude ala ideología, en la
cual resolverá ilusoriamente, lo que no puede
realizar y se explica lo que no puede entender.
La estructura social puede compararse al
cimiento de un edificio, su ideología a la
fachada. El ideólogo olvida que los cimientos
sostienen a la fachada, llegando al absurdo de
afirmar que es la fachada la ideología, la que
sostiene los cimientos económicos.
Mientras que la ideología encubre la realidad,
la ciencia descubre la verdadera esencia de la
explotación que oculta la ideología.
7. En tanto que la ideología estudia la apariencia
de las cosas, la ciencia va más allá de la
cáscara aparente, hasta llegar a la esencia
estructural de las cosas.
El sistema capitalista se manifiesta
fenoménicamente, como un sistema racional,
es su apariencia con la que oculta su
irracionalidad. Muestra su máscara....no su
rostro.
La apariencia, en ese caso, es ideológica, no
porque todas las apariencias sean ideológicas,
sino porque la clase dominante la hace pasar
como si fuera realidad.
Pero la apariencia no solo oculta la realidad (la
esencia de las cosas), también expresa lo
interior, manifiesta la misma realidad que
disfraza.
La ciencia, con su método distingue las
estructuras sociales de sus apariencias
ideológicas, pone sobres sus pies todo ese
mundo encantado e invertido que los ideológos
presentan cabeza abajo; demuestra el carácter
determinado de la apariencia.
Ludovico Silva dice que no es posible hablar
de “ideología revolucionaria” pues una
revolución no puede ser impulsada por
prejuicios, fetiches o catecismos, sino contra
ellos y a pesar de ellos. De lo que si podemos
8. hablar es de ideología burguesa y conciencia
proletaria. Los obreros adquieren conciencia
de clase y esta triunfa sobre la falsa conciencia
que es la ideología.
El sistema capitalista se reproduce
reinvirtiendo la plusvalía (arrebatada
legalmente a los trabajadores), con el fin de
incrementar el capital. Hemos observado que
la ideología es complemento indispensable de
la explotación económica, y por ende, de la
plusvalía solo resta analizar los instrumentos
sociales, las instituciones, que transmiten dicha
ideología a los cerebros proletarios. Estos
instrumentos denominados aparatos
ideológicos del Estado (A.I.E.), por Althusser,
son los siguientes: el religioso, el escolar, el
familiar, el jurídico, el político, el sindical, el
de información y el cultural.
Son tan importantes los A.I.E. que toda clase
explotadora, para mantener el poder político
del Estado, debe ejercer su hegemonía sobre y
en los A.I.E.
Otro componente del Estado burgués lo
constituye el aparato represivo de estado
(A.R.E.). Mientras que los A.I.E. funcionan
esencialmente con ideología y utilizan en
forma secundaria la violencia, el A.R.E. usa
9. predominantemente la violencia física y en
forma secundaria hace uso de la ideología.
En la actualidad los A.I.E. dominates son: la
familia, la escuela y los medios de información
de masas.
CAPITULO II
LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN
MASIVOS-IDEOLÓGICOS
En virtud de que la clase social dominante en
el modo de producción capitalista ha
10. ideologizado el concepto de comunicación,
iniciaremos este capítulo precisando la
diferencia entre información y comunicación.
Son tres los elementos que componen la
información; la fuente, el mensaje y el destino.
ESQUEMA DE INFORMACIÓN
FUENTE ----- MENSAJE --- DESTINO
La comunicación, contraria y complementaria
de la información, postula una relación
simétrica en la que un transmisor-receptor se
relaciona, a través de un saber común, con otro
transmisor-receptor.
ESQUEMA DE LA COMUNICACIÓN.
TRANSMISOR SABER TRANSMISOR
RECEPTOR / EN COMÚN / RECEPTOR
Mientras la información conviene a una clase
explotadora para controlar a sus dominados, la
comunicación es la más adecuada para una
verdadera relación entre seres humanos libres.
En el capitalismo decadente (“neoliberal”), la
información se ha convertido en masiva:
RECEPTOR
RECEPTOR
RECEPTOR
11. FUENTE MENSAJE RECEPTOR
(EMISOR) RECEPTOR
RECEPTOR
RECEPTOR
La fuente, el emisor o transmisor en la
actualidad, se ha institucionalizado, es decir, es
un instrumento de control ideológico al
servicio de los capitalistas, dueños de los
medios de información .
La información es autoritaria por dos razones:
por ser instrumento ideológico de la burguesía
y por su estructura vertical de arriba hacia
abajo, es decir, desde un transmisor que dicta
órdenes a un receptor o receptores que
escuchan, leen o ven callada y sumisamente.
Así como un soldado raso no se comunica con
sus jefes, quienes le ordenan lo que debe
realizar, un televidente se reduce a recibir toda
la ideología informativa que los capitalistas
inoculan en su cerebro.
La relación entre el receptor sumiso y mudo y
el medio informativo autoritario burgués, es
como un diálogo entre un sordo y un charlatán.
Aparentemente los medios de información
burgueses se presentan como medios de
diversión y entretenimiento, cuando en
realidad, detrás de la cáscara ideológica,
12. encontramos su meollo capitalista: obtener
más y más ganancias.
Los medios de información de la clase
dominante, no sólo obtienen grandes ganancias
y alienan a sus clientes, sino también premian
a los adaptados y sumisos, castigan conductas
desviadas y reducen la vida humana; los
televidentes, por ejemplo, pasan inútilmente
gran parte de su existencia frente a la “caja
idiota”.
Los medios masivos de información, aparatos
ideológicos del Estado burgués sirven para
informar, deformar, formar, transformar y
conformar la mentalidad de las masas.
1. Con su lenguaje autoritario los medios de
información burguesa amasan los
acontecimientos, aburguesan las noticias.
Al apropiarnos las noticias utilizamos
palabras que no son nuestras, pronunciamos
palabras de nuestros amos capitalistas.
2. Ejemplificando: Los noticieros por medio
de sus locutores utilizan el lenguaje del amo
(la clase dominante), falseando,
ideologizando la realidad, acomodan la
información de los hechos a sus intereses de
clase.
3. Otro ejemplo: Los noticieros no sólo aislan
las noticias de su contexto socio-político,
13. sino también hacen un revoltijo con ellas,
junto a hechos deportivos se informa de
asaltos de bancos, declaraciones oficiales,
etc. Esta confusión beneficia a los
capitalistas quienes desorientan e
hipnotizan a la masa proletaria, por esto la
noticia es ideología.
CAPITULO III
LA PRENSA ESCRITA
Desde su nacimiento la prensa ha servido a las
clases dominantes, quienes con su aparato
jurídico y su violencia física, han impedido la
expresión periodística proletaria.
Con la publicidad comercial, los periódicos
alcanzaron una relativa dependencia de los
14. gobiernos capitalistas, para caer en los brazos
de los industriales y grandes comerciantes. La
publicidad por su parte, enriquecida con la
aportaciones del conductismo (control de la
conducta) y el psicoanálisis (control del
inconsciente)adaptan a los hombres al smog de
la sociedad de consumo. Ordena aspiraciones
y satisface escapes y evasiones. Su función es
doble: utiliza los medios de información como
medios de presión sobre la sociedad
consumidora y con su aportación económica,
presiona políticamente a la información a fin
de poder controlarla y adecuarla a los intereses
de los capitalistas.
La publicidad, el amarillismo y la plusvalía
van de la mano: publicar encabezados
sensacionalistas para ganar la atención del
público comprador, aumentar la circulación del
periódico y llegar a los altares de las grandes
empresas con una cifra suficientemente
impresionante para inclinar a los anunciantes a
adquirir mayor espacio.
Los periódicos especializan a sus reporteros en
el lenguaje de cada grupo de lectores,
evitándoles a éstos cualquier esfuerzo mental y
entregándoles una información totalmente
elaborada, digerida y muchas veces hasta
defecada.
La información periodística autoritaria, solo
deja a los lectores el desahogo catártico de los
15. chistes políticos, sobre la vida personal de los
gobernantes.
Los intereses económicos y políticos que
dominan a la prensa y a la información en
general son:
1. El imperialismo norteamericano.
2. El aparato estatal burgués del país.
3. Las oligarquías nacionales.
4. Las compañías transnacionales.
5. Los conductores corruptos y oportunistas de
programas noticiosos de radio y t.v.
6. Los directores corruptos de periódicos y
revistas.
Otra función de la prensa burguesa es
neutralizar el potencial explosivo de la prensa
proletaria. Así como el caso del grito lanzado
por el patrón al rostro del esclavo, no le quita a
éste el uso de la voz, pero lo obliga a
enmudecer en su presencia inhibiéndolo para
usarla en la protesta o en el combate. La
prensa burguesa prestigia a sus propios líderes,
destruyendo así, la memoria histórica de los
proletarios, proyecta los intereses narcisistas
16. de la clase dominante en sus páginas sociales,
dejándole a los trabajadores la crónica roja,
que resulta ser, la página social proletaria.
LA TELEVISÓN
La T.V., funciona como las historietas,
revistas, radio, prensa, etc., esparcen los mitos,
imágenes y sonidos, etc., que integran el smog
propio de la cultura de masas. No sólo
incrementan las ganancias sino también
refuerzan los valores de la sociedad burguesa y
enajenan e idiotizan a sus televidentes.
Consume tal cantidad de vida humana, que un
cálculo conservador arrojó el resultado de 3
años perdidos, 3 años hipnotizados que han
tenido los televidentes, que durante veinticinco
años han estado abobados, con la boca abierta,
cuatro horas frente a la “caja idiota” .
Su función ideológica esencial es reforzar
pautas de conducta sumisa, aprendidas por
reflejos condicionados, desde la infancia.
La información autoritaria de la T.V. impide el
desarrollo de la conciencia crítica de los
televidentes, haciéndolos vivir en las novelas
(y partidos de fútbol) logrando hacerlos morir
en la vida real.
La energía mental y el tiempo de trabajo
psíquico consumidos frente a la “caja idiota”
constituye un verdadero excedente de trabajo
17. inmaterial, una plusvalía ideológica cuyo
beneficiario es el sistema de dominación
material. Los técnicos manipulan al
inconsciente para vender sus productos. Ya
Reich había afirmado que la publicidad
comercial se basa en los deseos sexuales,
reprimidos de los consumidores. Prueba de
ello son los anuncios de cervezas, pinturas,
carros, etc., que utilizan pornográficamente
mujeres semidesnudas y excitantes para atraer
a los compradores.
En cuanto a las telenovelas, su mensaje oculto
es lograr que los televidentes acepten sumisa y
resignadamente la miseria económica y sexual
producidas por la sociedad burguesa
autoritaria.
CAPITULO IV
LA FAMILIA AUTORITARIA
Según el humanismo realista de Marx, el actor
decisivo en la historia es la producción y
reproducción de la vida inmediata; esta
producción de medios de subsistencia
(alimentos, ropa, instrumentos laborales etc.) y
la producción del hombre mismo, la
continuación de la especie, es decir, el trabajo
y la familia.
18. El trabajo, en la comunidad animal, junto con
la alimentación de carne combinada con
vegetales, fue el principal factor de la
transformación del mono en hombre. Este
mismo trabajo, desde la aparición de la
propiedad privada en poder de una clase
dominante, ha sido el principal factor
deshumanizante, pues con la actividad laboral
alienada en beneficio de los que detentan las
riquezas sociales, ha hundido al trabajador,
creador de esas riquezas, en un guiñapo
humano, miserable en lo económico y en lo
sexual.
La familia, también ha cumplido y continúa
cumpliendo un papel contradictorio, pues si
bien funciona como reproductora de la raza
humana, transmite a las nuevas generaciones la
ideología de las clases dominantes. Al
reproducir a los hombres, reproduce la
organización social que destruyen
inhumanamente a las nuevas generaciones.
El primer componente de la familia autoritaria
fue el autoritarismo y el segundo será la
prohibición sexual. Desde el surgimiento del
primer grupo familiar encontramos ya una
prohibición sexual: la relación íntima entre
padres e hijos. La familia consanguínea estaba
integrada por hermanos y hermanas, por
primos y primas de todos los grados. La
comunidad ya no era una sola familia, se había
dividido horizontalmente en varios grupos
19. familiares. El destino histórico-psicológico de
Edipo ya estaba escrito.
En la familia primitiva, aparece otra
prohibición sexual: la relación entre hermanos
uterinos, primos y primas carnales de todos los
grados.
Tanto la familia consanguínea como en la de
afinidad estuvieron inmersas en la
organización social matrilineal. La GENS,
linaje de descendencia común, fue primero
matriarcal y surgió directamente de la familia
por afinidad.
La última forma familiar que sirvió de
transición entre el matriarcado (propio del
comunismo primitivo) y el patriarcado (propio
de las sociedades basadas en la propiedad
privada), entre las familias de grupo y la
familia monogámica autoritaria, fue la familia
sindiásmica, formada por parejas conyugales
de carácter inestable, en virtud de que no
existían fuerzas económicas, morales y
jurídicas que asegurasen dicha relación
matrimonial. Al disolverse el vínculo
conyugal, los hijos como antes, se quedaban
con la madre.
El paso del matriarcado al patriarcado no fue
tan fácil y sencillo como dice Engels, sino que
fue resultado de la concentración de dotes
matrimoniales femeninas en pocas manos
20. masculinas. El casamiento fue la palanca
patriarcal que inclinó la balanza por el lado
masculino.
El jefe político de la tribu, con derecho
poligámico, concentró riquezas no sólo con las
dotes de sus mujeres, sino con las dotes
femeninas aportadas a sus hijos y primos.
Con la aparición de la familia monogámica,
propia de las sociedades basadas en la
propiedad privada en pocas manos, el concepto
familia adquirió su verdadera esencia, la de ser
FAMULIA, proveniente de FAMULUS, que
quiere decir esclavo doméstico y FAMILIA
conjunto de esclavos pertenecientes a un
mismo hombre. La mujer se convirtió en la
criada (esclava) principal de su esposo.
El derrocamiento del derecho materno fue la
gran derrota histórica del sexo femenino en
todo el mundo.
El hombre empuño también las riendas en la
casa, la mujer se vio degradada, convertida en
la servidora, en la esclava de la lujuria del
hombre, en un simple instrumento de
producción.
Con la familia monogámica, la humanidad
conoce la primera forma familiar basada en
intereses económicos de una clase dominante,
los esclavistas y de un solo sexo: el hombre.
21. Su objetivo principal fue procrear hijos cuya
paternidad sea indiscutible para que hereden,
directamente, los bienes de su padre.
El esclavista se adjudicó la poligamia y redujo
a su mujer a la monogamia. La virginidad
prematrimonial y la fidelidad conyugal hasta
nuestros días siguen siendo requisitos
machistas para el matrimonio.
La familia monogámica, basada en intereses
económicos prostituyó al amor, convirtiendo a
la esposa en prostituta a largo plazo y a la
prostituta en esposa a corto plazo.
Hemos visto un elemento de la familia, su
monogamia; ahora veremos su segundo
componente: el autoritarismo.
Desde la aparición de la propiedad privada en
pocas manos, es decir, desde el modo de
producción esclavista ha existido el
autoritarismo, factor indispensable entre la
relación amo-esclavo, explotador-explotado,
dominante-dominado. Todas las formas de
explotación del hombre por el hombre, en
particular tanto religiosa como económica,
tanto del colonizado, de la mujer como del
niño, se han aprovechado del fenómeno de la
autoridad.
Aparentemente la propiedad se manifiesta
como un poder que requiere, sin violencia, un
22. determinado comportamiento. Desgarrando el
velo ideológico que encubre la realidad,
notamos que la autoridad no es más que una
máscara encubridora de la violencia de la clase
dominante. Al disfrazar su esencia violenta y
presentarse como un concepto pacífico, la
autoridad se ahorra la utilización de la fuerza
represora economizando gastos y obteniendo,
al mismo tiempo, una actitud de sumisión.
Mientras que los matrimonios grupales se
hallaban en armonía con la naturaleza y con
los instintos humanos, la familia autoritaria
monogámica obstaculiza y reprime los
impulsos naturales del hombre, produciendo
una serie infinita de enfermedades de todo
tipo.
En tanto que en las familias grupales, el padre
era un amigo amoroso, protector y tierno
camarada de su hijo, en la familia autoritaria,
el padre es el tirano, el Pinochet que representa
los intereses de la clase dominante.
En tanto que la mujer, en las familias
anteriores a la autoritaria-monogámica no era
sumisa ante su marido, su poder social y
familiar era igual que la de los hombres. En la
familia patriarcal, como hemos visto, ha sido
reducida a la virtud doméstica y a la
cosificación sexual.
23. Mientras que en los matrimonios de grupo
existía la libertad sexual y la salud mental, en
la familia coercitiva la represión sexual
produce enfermedades de todo tipo.
La familia autoritaria, cimentada en la
explotación del trabajador por el explotador, es
parte integrante, producto y reproductor del
Estado autoritario burgués y de la sociedad
capitalista autoritaria.
La familia coercitiva produce no sólo las
mentalidades autoritarias de la clase
dominante, sino también las mentalidades
sumisas de los explotados. No es por
casualidad que los conservadores y
reaccionarios idolatren a la familia y los
rebeldes anarquistas odien conscientemente a
la familia, institución burguesa que produce
sumisión en los proletarios.
La educación sexual del aparato ideológico
estatal familiar no solo daña la sexualidad del
individuo y le produce todo tipo de
enfermedades como el cáncer y el sida, sino
también condiciona a los explotados a ser
sumisos frente a todo tipo de autoridad
burguesa.
En suma las funciones esenciales burguesas de
la familia autoritaria son las siguientes:
24. 1. Se produce a sí misma, mutilando
sexualmente a los individuos; perpetuando
la familia patriarcal, también perpetúa la
represión sexual y sus derivados: trastornos
sexuales, neurosis, alineaciones mentales,
perversiones y crímenes sexuales.
2. Es el semillero de individuos amedrentados
ante la vida y temerosos de la autoridad; así
sin cesar se continúa la posibilidad de que
un puñado de dirigentes imponga su
voluntad a las masas.
Por eso la familia tiene para el conservador esa
significación peculiar de fortaleza del orden
social en el cual él cree. Es por esta misma
razón, una de las posiciones más
encarnizadamente defendidas por la sexología
conservadora y es que la familia garantiza el
mantenimiento del Estado y del orden social
en el sentido reaccionario.
25. CAPITULO VI
LA ADAPTACIÓN SOCIAL PARA LA
SUMISIÓN
La función de la familia y escuelas autoritarias,
no solo es producir sumisos trabajadores y
autoritarios burgueses, sino también adaptar
(socializar) a los niños proletarios al modo de
producción capitalista, a fin de que produzcan
(cuando sean mayores de edad) plusvalía para
los capitalistas.
La familia y la escuela producen los sujetos
(sumisos) que necesita la sociedad burguesa.
26. Este proceso de sujetación (socialización)
represiva, proporciona un cimiento sólido a la
autoridad burguesa al adaptar y condicionar a
los niños a a la tiranía paterna, representante
en miniatura de la autoridad capitalista.
El condicionamiento familiar y escolar para la
sumisión a todo tipo de autoridad, no sólo
consiste en la transmisión de ideas y objetivos
de la clase dominante a los niños sino también
en estructurarlos, lo que deben o no sentir, lo
que deben o no hacer o pensar, en fin, cumple
paso a paso la programación cibernética que la
moral burguesa ha destinado a cada recién
nacido.
La adaptación sumisa a la sociedad burguesa
inhumana basada en la explotación económica
de los trabajadores por los capitalistas, ha sido
tanto ontogenéticamente (origen del individuo
reprimido y sumiso), como filogenéticamente
(origen de la civilización represora y
autoritaria). Este segundo origen, como hemos
visto, se dio con la aparición de la propiedad
privada en manos de una minoría explotadora,
la clase esclavista. En cuanto al primer origen,
sucede día a día, con cada recién nacido, desde
el esclavismo hasta el neoliberalismo.
El individuo al crecer dentro de las
instituciones burguesas (aparatos ideológicos
de estados), familia, escuela, etc., aprende los
requerimientos de la ideología dominante.
27. Aprende la esencia ideológica burguesa como
si fuera lo más natural y humano y lo transmite
ciegamente a sus descendientes.
Nacido y criado en la esclavitud, el
proletariado, descendiente de una larga
progenie de esclavos, cuando ha comenzado a
pensar, la libertad le ha parecido un imposible.
El sacerdote, el maestro, etc., le predican que
el gobierno y los amos son necesarios y hasta
indispensables, el juez y el policía se encargan
de reducirlo al silencio en caso de que se
rebele.
La adaptación o sujetación del individuo a la
sociedad burguesa se produce a través del
complejo de Edipo, propio de los modos de
producción basados en la propiedad privada en
manos de una clase dominante y organizados
con la familia patriarcal-autoritaria.
A través del Edipo, el niño al reprimir su deseo
hacia la madre, así como la inhibición de su
instinto sexual, se ve obligado a aceptar
sumisamente la autoridad paterna,
introduciéndola en su mente en forma de
superyó y, con ello, adaptándose a la sociedad
burguesa autoritaria.
Cuando el niño acepta la prohibición de su
figura paterna más cercana, acepta la Ley de la
clase dominante.
28. El deseo reprimido del niño hacia la madre, es
el deseo del otro, del padre autoritario, de la
burguesía autoritaria. La superación del
Edipo, el superyó, identificación con el
Pinochet doméstico, es al mismo tiempo, la
conservación de la vida del esclavo (niño) a
costa de su sumisión ante el amo que
simboliza y representa la autoridad capitalista.
El superyó, es la incorporación de la ideología
de la clase dominante en el cerebro de cada
niño que crece en el capitalismo. Es la
internalización de la autoridad paterna, así
como la incorporación de la moral burguesa
predominante. Su función es vigilar al yo y,
por medio de este, controlar al ello,
impidiendo que se transgreda o viole la Ley
Burguesa. Es la autoridad represiva de la clase
dominante, ejerciendo sus funciones de
gendarme dentro de cada sujeto, fiscalizando
sus conductas y sus pensamientos.
En el Edipo también se manifiesta la
contradicción humana principal de la sociedad
burguesa: la contradicción entre los instintos y
necesidades biológicos del individuo y la
moral sexual (represora de esos instintos) de la
clase dominante. Mientras los Edipos
expresan a los primeros, el padre defiende e
impone violentamente la segunda.
En virtud de que todos hemos sido Edipos,
todos somos insatisfechos sexualmente y
29. seguimos siendo y por tanto, todos somos
neuróticos, adaptados y sumisos a la sociedad
burguesa.
La neurosis, producida por contención de
energía sexual y por un yo (aparato
consciente), se manifiesta por la irrupción de
dicha energía en forma patológica (lapsus,
sueños, etc.).
El origen ontológico de la neurosis tiene lugar
durante la conformación del yo (aparato
psíquico de control) en la infancia. El bebé,
puro instinto, regido por el instinto de placer,
con el yo se adaptará a la realidad
antiinstintiva. El yo resulta ser un árbitro entre
las dos fuerzas contrarias, un árbitro
insuficiente y descontrolado que no puede
equilibrar las fuerzas en lucha. Su
insuficiencia es por la estructura económica y
social inhumana del capitalismo que provoca,
y se alimenta, de la neurosis de los sumisos
productores de plusvalía.
La regresión a etapas infantiles de dependencia
de los trabajadores neuróticos, sirve al
autoritarismo paterno de la clase dominante.
La sociedad autoritaria burguesa, vive de la
plusvalía que le producen las masas
trabajadoras neuróticas, y no de las minorías
esquizofrénicas, pues si la neurosis es
30. sufrimiento humano con realidad burguesa, la
esquizofrenia es goce sin realidad.
Mientras que la sublimación de las energías
sexuales pregenitales (oral y anal), han
producido la cultura y han conservado,
relativamente, la salud mental de los
individuos, la represión sexual, producto de la
ideología y moral conservadora de la clase
dominante, han producido sumisión política y
castración sexual y toda clase de enfermedades
psíquicas y somáticas, es decir, BIOPATÍAS.
Los neuróticos, frente al conflicto Edipiano,
permanecen sometidos a la autoridad paterna,
a la autoridad capitalista, toda su vida.
La inhibición moral de la sexualidad natural
del niño, cuya última etapa es la limitación
característica a la sexualidad genital, hace del
niño un ser angustiado, salvaje, sumiso,
obediente, “amable” y “dócil” en el sentido
autoritario de la palabra; de este modo, todo
gesto vital y libre está cargado de una fuerte
dosis de angustia que paraliza las fuerzas
rebeldes en el hombre y deteriora su potencia
intelectual y su sentido crítico, imponiéndole
la prohibición de pensar en cosas sexuales (o
políticas). En una palabra, su fin es la creación
del sujeto adaptado al orden autoritario, que
acepta a despecho de todas las miserias y
humillaciones, el orden establecido que le ha
sido impuesto.
31. La historia del hombre trabajador explotado y
oprimido, es la historia de su represión política
y sexual. Mientras las clases y capas
dominantes, desde el esclavismo hasta el
socialismo burocratizado, ha gozado del
libertinaje y perversiones sexuales, los
trabajadores obreros, reprimidos sexualmente
por la moral burguesa, han sufrido
enfermedades de todo tipo. En suma la
historia del hombre ha sido la historia de sus
neurosis.
En fin, la adaptación social también sirve para
delimitar la línea entre la salud y la
enfermedad mental.
El loco es definido como “desordenado”
incapaz de mantener un orden normativo en
sus actos, hábitos y costumbres, por lo que en
su aislamiento manicomial, se le debe imponer
una rígida ordenación de su vida cotidiana,
negándole, a través de ella, toda libertad de
iniciativa y toda espontaneidad que por “tender
al orden”, serían “perjudiciales” para la
sociedad burguesa.
El loco, es por definición, un ser capaz de
violar los principios y reglas de la moral
sexual....incapaz de relacionarse... de toda una
serie de extravíos, abusos y perversiones
sexuales y, en consecuencia, la organización
del espacio manicomial, que para él se
32. construye, debe incluir la estricta separación de
los sexos y, con ello, la negación de su libertad
sexual. Por último, el loco queda definido
como directa e inmediatamente improductivo-
bien porque rechaza de plano el trabajo, bien
porque su desorden le hace escasamente
eficaz- por lo que el espacio manicomial debe
organizarse acorde con la ideología del trabajo.
En suma, el “sano” mentalmente, es aquel
adaptado neurótico, sumiso, productor de
plusvalía para los capitalistas. Aquel
individuo, castrado psíquicamente, que se
somete borreguilmente, a toda forma de
autoridad burguesa.
CAPITULO VII
LA REPRODUCCIÓN AMPLIADA DE LA
SUMISIÓN POLÍTICA.
Hemos visto: la reproducción ampliada del
capital, consciente en la capitalización de la
plusvalía económica, la función económica y
socio-política de la ideología, los medios de
información masivos-idológicos, burgueses, la
familia autoritaria, fábrica de sumisos
proletarios y autoritarios burgueses y la
adaptación para la sumisión a todo tipo de
autoridad.
33. En este capitulo integramos cada una de las
partes estudiadas en el todo social, a fín de
exponer cómo se realiza la reproducción
ampliada de la sumisión política.
Ahora bien, para que exista una reproducción
ampliada de la sumisión política es necesario
que existan formas de plusvalía que,
capitalizadas ideológica y políticamente,
reproduzcan, en forma ampliada, la
organización social en su conjunto.
Son cinco formas ideológicas las que
analizaremos:
1. PLUSVALÍA ECONÓMICA.
2. PLUSVALÍA IDEOLOGÍCA
3. PLUSVALIA DE PODER O
PLUSVALÍA.
4. PLUSVALÍA SEXUAL.
5. PLUSVALÍA HUMANA.
La primera forma de plusvalía elaborada y
explicada por Marx es aquella cantidad de
trabajo no pagada al obrero. Es el primer y
básico robo legal que posibilita la existencia de
las otras formas plusvalísticas.
La plusvalía económica reforzada por las otras
formas plusvalísticas, se complementa con
ellas y, todas juntas, incrementan el poder
económico, ideológico y político de la clase
dominante.
34. Así como los capitalistas roban tiempo de
trabajo a los trabajadores, también roban
energía psíquica, poder, sexualidad y
capacidad humana a los proletarios.
La plusvalía ideológica también funciona
como justificadora de las plusvalías
económicas, reforzándose y
complementándose mutuamente, a fin de
cumplir un mismo objetivo: incrementar el
poder económico e ideológico de la clase
dominante, reproduciéndose así toda la
maquinaria económico-social capitalista.
La energía y el tiempo de trabajo psíquico que
pasivamente consumimos en la recepción
profunda y continua de mensajes de todo tipo,
en los que se nos transmite como óptima la
concepción del mundo que justifica el imperio
económico, con el cual tenemos relaciones de
dependencia y por el cual somos explotados,
constituye un verdadero excedente de trabajo
inmaterial, una peculiar plusvalía ideológica
cuyo beneficiario directo es el sistema de
dominación material.
Esta dependencia a la autoridad burguesa,
combinada con la enajenación económica fue
creando en la mente de los proletarios la
enajenación ideológica, gran reservorio ideal
de lealtad y sumisión hacia el sistema mismo,
capital ideológico siempre dispuesto a
traicionar cualquier impulso subversivo y
35. siempre al servicio del capital material. Junto
a la plusvalía material que extraída de la fuerza
del trabajo, el sistema de dependencia fue
formando progresivamente un mecanismo de
producción de plusvalía ideológica mediante el
cual, la parte no consciente de la energía
psíquica de las gentes pasa a formar parte del
capital ideológico imperialista, a sustentarlo, a
preservarlo, a perpetuarlo.
La ideología, producida industrialmente, no
sólo contribuye al incremento del capital
material sino también a la constitución de un
capital ideológico cuyo portador es el hombre
de la calle y cuyos dueños son los mismos del
capital, los que dirigen a distancia los hilos del
complejo industrial. Esta pertenencia no
consciente, o preconsciente del hombre común
al sistema de producción que condiciona sin
cesar su mente, a través de toda suerte de
mensajes, y que genera no sólo un radical
dependencia espiritual o “lealtad” frente al
sistema, sino también un excedente real de
trabajo psíquico, que se separa o aliena del
productor, es lo que llamamos proceso de
producción de la plusvalía ideológica.
Los técnicos y prácticos aplicadores de
plusvalía ideológica son los psicólogos
publicistas y los “analistas motivacionales”,
que explotan el inconsciente de los
consumidores para vender su producto. La
televisión, en la actualidad, es el principal y
36. eficaz medio tecnológico que sustrae plusvalía
material y plusvalía ideológica.
Los autoritarios capitalistas al robar poder a
los sumisos lo acumulan a fin de perpetuar, en
forma ampliada, su autoridad capital, su
capital autoritario.
La sumisión política de los proletarios crea
cierta cantidad de poder, de autoridad, del cual
se extrae un excedente, una plusvalía política,
que incrementa la autoridad burguesa. La
utilización burguesa del poder, robado a los
obreros, la dominación de los sumisos, debe
ser considerada también una explotación.
Parafraseando a Marx podemos decir que el
autoritarismo burgués es poder proletario
acumulado en las manos de la clase
dominante, para su control y dominio.
La energía sexual utilizada neuróticamente por
los proletarios incrementa el capital y el poder
autoritario de la moral sexual burguesa. A
mayor miseria sexual de las masas, mayor
riqueza para la moral sexual conservadora.
Las clases dominantes han enriquecido su
moral sexual con la extracción de ese
excedente, esa plusvalía libidinosa, arrebatada
a las masas sumisas y productoras de riquezas
materiales.
37. Por último, la plusvalía humana ese excedente
sentimental y racional que los burgueses
extraen a la mayoría de la humanidad. La
deshumanización de la sociedad es
acumulación de plusvalía humana, robada a la
inmensa mayoría de la población, a los
proletarios.
En suma, la extracción y robo de las formas
plusvalistícas analizadas, reproducen en forma
ampliada el sistema económico-político y
social capitalista.
Con la sumisión política neurótica, los
trabajadores reproducen ciegamente, las
condiciones que posibilitan y necesitan de
dicha sumisión.
La vida cotidiana, sumisa y neurótica, de los
obreros y de los pequeños burgueses,
retroalimenta, revitaliza, a la organización
social burguesa.