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Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Isaías 8:19-20 Reina-Valera 1960
Isaías 8:19-20Nueva
Versión Internacional
19 Si alguien les dice: «Consulten a las pitonisas
y a los agoreros que susurran y musitan; ¿acaso
no es deber de un pueblo consultar a sus dioses
y a los muertos, en favor de los vivos?», 20 yo
les digo: «¡Aténganse a la ley y al testimonio!»
Para quienes no se atengan a esto, no habrá un
amanecer.
Isaías 8:19-20
Interlineal Hebreo - Español
Eclesiastés 3
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Todo tiene su tiempo
3 Todo tiene su tiempo, y todo lo que
se quiere debajo del cielo tiene su
hora:
9 ¿Qué provecho obtiene el que
trabaja de aquello en que se afana?
10 He visto el trabajo que Dios ha
dado a los hijos de los hombres para
que se ocupen en él.
11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo,
y ha puesto eternidad en el corazón
del hombre, sin que este alcance a
comprender la obra hecha por Dios
desde el principio hasta el fin.
EL USO DE LOS TESTIMONIOS
Deben tomarse en cuenta el
tiempo y el lugar
Acerca de los testimonios, nada es ignorado,
nada es puesto a un lado. Sin embargo,
deben tomarse en cuenta el tiempo y el
lugar. Nada debe hacerse fuera de su
tiempo. Algunos asuntos deben ser
retenidos porque algunas personas darían
un uso impropio a la luz dada. Son esenciales
cada jota y cada tilde y deben aparecer en
un tiempo oportuno. En lo pasado, los
testimonios fueron cuidadosamente
preparados antes de que se los enviara para
su publicación. Y todavía cada asunto es
cuidadosamente estudiado después de ser
escrito por primera vez.
Capítulo 4 La redacción y distribución de los
Testimonios para la iglesia *Pág. 65
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
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Capítulo 23. Cuidaos de Fijar Fechas
"NO OS TOCA A VOSOTROS SABER LOS TIEMPOS
O LAS SAZONES" *
(Sermón Predicado en Lansing, Michigan,
el 5 de septiembre de 1891)
"Después de haber padecido, se presentó vivo con muchas
pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta
días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando
juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que
esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de
mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros
seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no
muchos días. Entonces los que se habían reunido le
preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel
en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los
tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad"
(Hech. 1: 3- 7).
Los discípulos estaban ansiosos de saber el tiempo exacto
de la revelación del reino de Dios, pero Jesús les dijo que
no podían saber los tiempos ni las sazones, pues el Padre
no los ha revelado. Comprender cuándo debía
restaurarse el reino de Dios no era lo más importante
que ellos debían saber. Habían de ser hallados siguiendo
al Maestro, orando, esperando, velando y trabajando.
Habían de ser representantes ante el mundo del carácter
de Cristo. Lo que era esencial para una experiencia
cristiana de éxito en los días de los discípulos, es esencial
en nuestros días: "Y les dijo: No os toca a vosotros
saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en
su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Y después de
que el Espíritu Santo viniera sobre ellos, ¿qué habían de
hacer? "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1: 7, 8).
Aprovechad las oportunidades presentes
Esta es la obra en que también nosotros hemos de
ocuparnos. En vez de vivir a la expectativa de alguna
oportunidad especial de excitación, hemos de
aprovechar sabiamente las oportunidades presentes
haciendo lo que debe hacerse a fin de que sean salvas
las almas. En vez de consumir las facultades de
nuestra mente en especulaciones acerca de los
tiempos y las sazones que el Señor ha dejado en su
sola potestad y ha retenido de los hombres, hemos
de entregarnos al control del Espíritu Santo, a la
ejecución de los deberes actuales, a dar el pan de
vida, sin mezcla de opiniones humanas, a las almas que
están pereciendo por la verdad.
Satanás está siempre dispuesto a llenar la mente con
teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la
verdad presente y los inhabiliten para dar el mensaje
del tercer ángel al mundo. Siempre ha sido así, pues
nuestro Salvador con frecuencia tenía que hablar
reprochando a los que se entregaban a especulaciones
y estaban siempre haciendo preguntas en cuanto a
cosas que el Señor no había revelado. Jesús había
venido a la tierra para impartir importantes verdades
a los hombres y deseaba impresionar su mente con la
necesidad de recibir y obedecer sus preceptos e
instrucciones, y de efectuar sus deberes actuales, y
sus pláticas eran de tal naturaleza que impartían
conocimiento para su uso inmediato y diario.
Dijo Jesús: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado" (Juan 17: 3). Todo lo que fue hecho y dicho
tenía este único propósito en vista: asegurar firmemente
la verdad en la mente de ellos para que pudieran
conseguir vida eterna. Jesús no vino para asombrar a los
hombres con grandes anuncios de algún tiempo especial
cuando ocurriría algún gran acontecimiento, sino que vino
para instruir y salvar a los perdidos. No vino para
despertar curiosidad y complacerla, pues sabía que eso
sólo aumentaría el apetito por lo curioso y lo maravilloso.
Su propósito era impartir conocimiento por el cual los
hombres pudieran aumentar su vigor espiritual y avanzar
en el camino de la obediencia y de la verdadera santidad.
Dio sólo las instrucciones que podían ser apropiadas para
las necesidades de la vida diaria, tan sólo aquellas
verdades que podían ser dadas a otros para el mismo
destino.
No hizo nuevas revelaciones a los hombres,
sino que les hizo entender verdades que
habían estado oscurecidas por mucho tiempo
o que habían sido puestas fuera de su lugar
por las falsas enseñanzas de los sacerdotes y
maestros. Jesús colocó de nuevo las gemas
de verdad divina en su marco adecuado, en el
orden en que habían sido dadas a patriarcas
y profetas. Y después de haberles dado esa
preciosa instrucción, prometió darles el
Espíritu Santo para que así recordaran todas
las cosas que les habían sido dichas.
Estamos continuamente en peligro de ponernos por encima
de la sencillez del Evangelio. Hay un intenso deseo en
muchos de impresionar al mundo con algo original que eleve
a la gente a un estado de éxtasis espiritual y cambie el
estado actual de cosas. Ciertamente, hay gran necesidad de
un cambio en el estado actual de cosas, pues no se
comprende como se debiera el carácter sagrado de la
verdad presente, pero el cambio que necesitamos es un
cambio de corazón y sólo se puede obtener buscando a Dios
individualmente, buscando su bendición, pidiéndole su poder,
orando fervientemente para que su gracia pueda venir sobre
nosotros y que sean transformados nuestros caracteres.
Este es el cambio que necesitamos hoy, y para lograrlo
debiéramos ejercer energía perseverante y manifestar
cordial fervor. Debiéramos preguntar con verdadera
sinceridad:" ¿Qué debo hacer para ser salvo? " Debiéramos
saber exactamente qué pasos estamos dando hacia el cielo.
Amonestación en contra de fijar fechas
Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor
poco apreciaron y tampoco comprendieron, y el mismo estado de cosas
existe hoy en el pueblo de Dios. También hemos fallado en comprender
la grandeza o percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado
hoy. Si avanzáramos en conocimiento espiritual, veríamos que la verdad
se desarrolla y expande en ciertos aspectos en que poco hemos soñado,
pero nunca se desarrollará en algún aspecto que nos induzca a
imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre
ha puesto en su sola potestad. Vez tras vez se me ha amonestado
acerca de fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de
Dios que se base en el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido,
ya sea del derramamiento del Espíritu Santo o de la venida de
Cristo.
Antes de venir a esta reunión, estuve buscando en mis escritos, para ver
lo que debiera llevar a Australia, y encontré un sobre en el cual estaba
escrito: "Testimonio dado acerca de fijar fechas. 21 de junio de
1851. Preservarlo cuidadosamente". Lo abrí, y esto es lo que encontré.
Dice:
"Copia de una visión que dio el Señor a la Hna. White, el 21 de junio
de 1851, en Camden, Nueva York.
El Señor me mostró que el mensaje debe avanzar, y que no debe
depender del tiempo, pues éste no será nunca más una prueba. Vi
que algunos estaban siendo objeto de una falsa excitación
provocada por predicar fechas, que el mensaje del tercer ángel
puede permanecer sobre su propio fundamento y que no necesita
de fechas para fortalecerse, y que proseguirá con gran poder y
efectuará su obra y será abreviado en justicia. "Vi que algunos
estaban haciendo que todo se encaminara a este próximo otoño.
Esto es, hacían sus cálculos y disponían de sus propiedades tomando
ese tiempo como punto de referencia. Vi que eso estaba equivocado
por esta razón: En vez de ir cada día a Dios y desear
fervientemente conocer sus deberes actuales, miraban hacia
adelante y hacían sus cálculos como si supieran que la obra iba a
terminar este otoño, sin preguntar diariamente a Dios cuál es su
deber.
E. G. de White
"Copiado en Milton, el 29 de junio de 1851. A. A. G.".
Este fue el documento que encontré el lunes pasado al
buscar entre mis escritos, y aquí está otro que fue
escrito en cuanto a un hombre que fijaba fechas en
1884 y propagaba sus argumentos para probar sus
teorías. El informe de lo que hacía me fue presentado en
el congreso de Jackson [Míchigan], y dije a los hermanos
que no debían prestar atención a la teoría de ese
hombre, pues no sucedería el acontecimiento que él
predecía. Dios ha puesto en su propia potestad los
tiempos y las sazones. ¿ Y por qué no nos ha dado Dios
ese conocimiento? Porque si lo hiciera, no lo usaríamos
debidamente. Ese conocimiento provocaría entre los
hermanos un resultado que retardaría grandemente la
obra de Dios de preparar a un pueblo que pueda resistir
en el gran día venidero.
No hemos de vivir dependiendo de la excitación originada
por fechas especiales. No hemos de enfrascarnos en
especulaciones en cuanto a los tiempos y las sazones que
no ha revelado Dios. Jesús ha dicho a sus discípulos que
velen, pero no fijándose en una fecha definida. Sus
seguidores han de estar en la posición de los que están
atentos a las órdenes de su Capitán. Han de velar,
esperar, orar y trabajar a medida que se acercan al
tiempo de la venida del Señor, pero nadie podrá
predecir precisamente cuándo será ese tiempo, pues
"no sabéis el día ni la hora".
“No podréis decir que Cristo vendrá dentro de uno,
dos o cinco años; tampoco debéis posponer su venida
diciendo que quizá no se produzca ni en diez ni en
veinte años”.
Tengamos las lámparas despabiladas y ardiendo
El deber del pueblo de Dios es tener sus lámparas
despabiladas y ardiendo, ser como los hombres que esperan
que el Novio vuelva de la boda. No tenéis un momento que
perder descuidando la gran salvación que os ha sido provista.
Está llegando a su fin el tiempo de gracia de las almas. Está
siendo sellado el destino de los hombres día tras día, y aun de
esta congregación no sabemos cuán pronto cerrarán los ojos
muchos en la muerte y serán preparados para la tumba. Ahora
debiéramos considerar que nuestra vida transcurre
rápidamente, que no estamos seguros ni un momento, a menos
que nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios. No es
nuestro deber estar aguardando algún tiempo especial en el
futuro cuando se haga alguna obra especial en nuestro favor,
sino avanzar en nuestra obra de amonestar al mundo, pues
hemos de ser testigos de Cristo hasta los confines de la
tierra.
Nos rodean por doquiera los jóvenes, los
impenitentes, los inconversos, ¿y qué estamos
haciendo por ellos? Padres, en el ardor de
vuestro primer amor, ¿ estáis procurando la
conversión de vuestros hijos, o estáis
enfrascados en las cosas de esta vida hasta el
punto de que no hacéis esfuerzos fervientes para
ser colaboradores con Dios? ¿Apreciáis la obra y
misión del Espíritu Santo? ¿Comprendéis que el
Espíritu Santo es el instrumento por el cual
hemos de llegar a las almas de los que nos
rodean? Cuando termine esta reunión, ¿os iréis
de aquí y os olvidaréis de las fervientes
exhortaciones que se os han hecho?
¿Será dejado sin atender el mensaje de
amonestación, y se escurrirá de vuestro corazón la
verdad que habéis oído, como agua que se escurre de
una vasija rota? Dice el apóstol: "Por tanto, es
necesario que con más diligencia atendamos a las
cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles
fue firme, y toda transgresión y desobediencia
recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?
La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el
Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y
prodigios y diversos milagros y repartimientos del
Espíritu Santo según su voluntad" (Heb. 2: 1- 4)
El mensaje del tercer ángel está creciendo hasta convertirse en
un fuerte pregón, y no debéis sentiros libres de descuidar el
deber actual y todavía abrigar la idea de que, en algún futuro,
seréis los receptáculos de una gran bendición cuando se efectúe
un maravilloso reavivamiento, sin ningún esfuerzo de vuestra
parte. Hoy habéis de entregaros a Dios para que os haga vasos
de honra aptos para su servicio. Hoy habéis de entregaros a
Dios para que seáis vaciados del yo, vaciados de la envidia, los
celos, las malas conjeturas, las contiendas, de todo lo que
deshonre a Dios. Hoy habéis de tener purificado vuestro vaso
para que esté listo para el rocío celestial, listo para los
chaparrones de la lluvia tardía, pues vendrá la lluvia tardía y la
bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda
contaminación. Nuestra obra hoy es rendir nuestra alma a
Cristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo
del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para el
bautismo del Espíritu Santo
(The Review and Herald, 22 de marzo de 1892)
REVIEW AND HERALD
BATTLE CREEK, MICH., TUESDAY,
MARCH 22, 1892.
REVIEW AND HERALD
BATTLE CREEK, MICH., TUESDAY,
MARCH 29, 1892.
REVIEW AND HERALD
BATTLE CREEK, MICH., TUESDAY,
APRIL 5, 1892.
"NO OS TOCA A VOSOTROS SABERLOS
TIEMPOS O LAS SAZONES”
POR LA SRA. E. G. White.
PARTE 01
*Sermón Predicado en Lansing,
Míchigan, el 5 de septiembre de 1891.
"NO OS TOCA A VOSOTROS SABERLOS
TIEMPOS O LAS SAZONES”
POR LA SRA. E. G. White.
(Continuación). PARTE 02
"NO OS TOCA A VOSOTROS SABERLOS
TIEMPOS O LAS SAZONES”
POR LA SRA. E. G. White.
(Concluido) PARTE 03
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
21 de junio de 1851
1884
22 de marzo de 1892
29 de junio de 1851
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
Ellen White analisis contexto fecha - parte 01
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1 Tesalonicenses 5
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 Dad gracias en todo, porque esta es
la voluntad de Dios para con vosotros
en Cristo Jesús.
19 No apaguéis al Espíritu.
20 No menospreciéis las profecías.
21 Examinadlo todo; retened lo bueno.
22 Absteneos de toda especie de mal.
23 Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo
vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
sea guardado irreprensible para la
venida de nuestro Señor Jesucristo.

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  • 3. Isaías 8:19-20Nueva Versión Internacional 19 Si alguien les dice: «Consulten a las pitonisas y a los agoreros que susurran y musitan; ¿acaso no es deber de un pueblo consultar a sus dioses y a los muertos, en favor de los vivos?», 20 yo les digo: «¡Aténganse a la ley y al testimonio!» Para quienes no se atengan a esto, no habrá un amanecer.
  • 5. Eclesiastés 3 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Todo tiene su tiempo 3 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: 9 ¿Qué provecho obtiene el que trabaja de aquello en que se afana? 10 He visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin.
  • 6. EL USO DE LOS TESTIMONIOS Deben tomarse en cuenta el tiempo y el lugar Acerca de los testimonios, nada es ignorado, nada es puesto a un lado. Sin embargo, deben tomarse en cuenta el tiempo y el lugar. Nada debe hacerse fuera de su tiempo. Algunos asuntos deben ser retenidos porque algunas personas darían un uso impropio a la luz dada. Son esenciales cada jota y cada tilde y deben aparecer en un tiempo oportuno. En lo pasado, los testimonios fueron cuidadosamente preparados antes de que se los enviara para su publicación. Y todavía cada asunto es cuidadosamente estudiado después de ser escrito por primera vez. Capítulo 4 La redacción y distribución de los Testimonios para la iglesia *Pág. 65
  • 26. Capítulo 23. Cuidaos de Fijar Fechas "NO OS TOCA A VOSOTROS SABER LOS TIEMPOS O LAS SAZONES" * (Sermón Predicado en Lansing, Michigan, el 5 de septiembre de 1891) "Después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hech. 1: 3- 7).
  • 27. Los discípulos estaban ansiosos de saber el tiempo exacto de la revelación del reino de Dios, pero Jesús les dijo que no podían saber los tiempos ni las sazones, pues el Padre no los ha revelado. Comprender cuándo debía restaurarse el reino de Dios no era lo más importante que ellos debían saber. Habían de ser hallados siguiendo al Maestro, orando, esperando, velando y trabajando. Habían de ser representantes ante el mundo del carácter de Cristo. Lo que era esencial para una experiencia cristiana de éxito en los días de los discípulos, es esencial en nuestros días: "Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Y después de que el Espíritu Santo viniera sobre ellos, ¿qué habían de hacer? "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1: 7, 8).
  • 28. Aprovechad las oportunidades presentes Esta es la obra en que también nosotros hemos de ocuparnos. En vez de vivir a la expectativa de alguna oportunidad especial de excitación, hemos de aprovechar sabiamente las oportunidades presentes haciendo lo que debe hacerse a fin de que sean salvas las almas. En vez de consumir las facultades de nuestra mente en especulaciones acerca de los tiempos y las sazones que el Señor ha dejado en su sola potestad y ha retenido de los hombres, hemos de entregarnos al control del Espíritu Santo, a la ejecución de los deberes actuales, a dar el pan de vida, sin mezcla de opiniones humanas, a las almas que están pereciendo por la verdad.
  • 29. Satanás está siempre dispuesto a llenar la mente con teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la verdad presente y los inhabiliten para dar el mensaje del tercer ángel al mundo. Siempre ha sido así, pues nuestro Salvador con frecuencia tenía que hablar reprochando a los que se entregaban a especulaciones y estaban siempre haciendo preguntas en cuanto a cosas que el Señor no había revelado. Jesús había venido a la tierra para impartir importantes verdades a los hombres y deseaba impresionar su mente con la necesidad de recibir y obedecer sus preceptos e instrucciones, y de efectuar sus deberes actuales, y sus pláticas eran de tal naturaleza que impartían conocimiento para su uso inmediato y diario.
  • 30. Dijo Jesús: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17: 3). Todo lo que fue hecho y dicho tenía este único propósito en vista: asegurar firmemente la verdad en la mente de ellos para que pudieran conseguir vida eterna. Jesús no vino para asombrar a los hombres con grandes anuncios de algún tiempo especial cuando ocurriría algún gran acontecimiento, sino que vino para instruir y salvar a los perdidos. No vino para despertar curiosidad y complacerla, pues sabía que eso sólo aumentaría el apetito por lo curioso y lo maravilloso. Su propósito era impartir conocimiento por el cual los hombres pudieran aumentar su vigor espiritual y avanzar en el camino de la obediencia y de la verdadera santidad. Dio sólo las instrucciones que podían ser apropiadas para las necesidades de la vida diaria, tan sólo aquellas verdades que podían ser dadas a otros para el mismo destino.
  • 31. No hizo nuevas revelaciones a los hombres, sino que les hizo entender verdades que habían estado oscurecidas por mucho tiempo o que habían sido puestas fuera de su lugar por las falsas enseñanzas de los sacerdotes y maestros. Jesús colocó de nuevo las gemas de verdad divina en su marco adecuado, en el orden en que habían sido dadas a patriarcas y profetas. Y después de haberles dado esa preciosa instrucción, prometió darles el Espíritu Santo para que así recordaran todas las cosas que les habían sido dichas.
  • 32. Estamos continuamente en peligro de ponernos por encima de la sencillez del Evangelio. Hay un intenso deseo en muchos de impresionar al mundo con algo original que eleve a la gente a un estado de éxtasis espiritual y cambie el estado actual de cosas. Ciertamente, hay gran necesidad de un cambio en el estado actual de cosas, pues no se comprende como se debiera el carácter sagrado de la verdad presente, pero el cambio que necesitamos es un cambio de corazón y sólo se puede obtener buscando a Dios individualmente, buscando su bendición, pidiéndole su poder, orando fervientemente para que su gracia pueda venir sobre nosotros y que sean transformados nuestros caracteres. Este es el cambio que necesitamos hoy, y para lograrlo debiéramos ejercer energía perseverante y manifestar cordial fervor. Debiéramos preguntar con verdadera sinceridad:" ¿Qué debo hacer para ser salvo? " Debiéramos saber exactamente qué pasos estamos dando hacia el cielo.
  • 33. Amonestación en contra de fijar fechas Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor poco apreciaron y tampoco comprendieron, y el mismo estado de cosas existe hoy en el pueblo de Dios. También hemos fallado en comprender la grandeza o percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado hoy. Si avanzáramos en conocimiento espiritual, veríamos que la verdad se desarrolla y expande en ciertos aspectos en que poco hemos soñado, pero nunca se desarrollará en algún aspecto que nos induzca a imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad. Vez tras vez se me ha amonestado acerca de fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido, ya sea del derramamiento del Espíritu Santo o de la venida de Cristo. Antes de venir a esta reunión, estuve buscando en mis escritos, para ver lo que debiera llevar a Australia, y encontré un sobre en el cual estaba escrito: "Testimonio dado acerca de fijar fechas. 21 de junio de 1851. Preservarlo cuidadosamente". Lo abrí, y esto es lo que encontré. Dice:
  • 34. "Copia de una visión que dio el Señor a la Hna. White, el 21 de junio de 1851, en Camden, Nueva York. El Señor me mostró que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues éste no será nunca más una prueba. Vi que algunos estaban siendo objeto de una falsa excitación provocada por predicar fechas, que el mensaje del tercer ángel puede permanecer sobre su propio fundamento y que no necesita de fechas para fortalecerse, y que proseguirá con gran poder y efectuará su obra y será abreviado en justicia. "Vi que algunos estaban haciendo que todo se encaminara a este próximo otoño. Esto es, hacían sus cálculos y disponían de sus propiedades tomando ese tiempo como punto de referencia. Vi que eso estaba equivocado por esta razón: En vez de ir cada día a Dios y desear fervientemente conocer sus deberes actuales, miraban hacia adelante y hacían sus cálculos como si supieran que la obra iba a terminar este otoño, sin preguntar diariamente a Dios cuál es su deber. E. G. de White
  • 35. "Copiado en Milton, el 29 de junio de 1851. A. A. G.". Este fue el documento que encontré el lunes pasado al buscar entre mis escritos, y aquí está otro que fue escrito en cuanto a un hombre que fijaba fechas en 1884 y propagaba sus argumentos para probar sus teorías. El informe de lo que hacía me fue presentado en el congreso de Jackson [Míchigan], y dije a los hermanos que no debían prestar atención a la teoría de ese hombre, pues no sucedería el acontecimiento que él predecía. Dios ha puesto en su propia potestad los tiempos y las sazones. ¿ Y por qué no nos ha dado Dios ese conocimiento? Porque si lo hiciera, no lo usaríamos debidamente. Ese conocimiento provocaría entre los hermanos un resultado que retardaría grandemente la obra de Dios de preparar a un pueblo que pueda resistir en el gran día venidero.
  • 36. No hemos de vivir dependiendo de la excitación originada por fechas especiales. No hemos de enfrascarnos en especulaciones en cuanto a los tiempos y las sazones que no ha revelado Dios. Jesús ha dicho a sus discípulos que velen, pero no fijándose en una fecha definida. Sus seguidores han de estar en la posición de los que están atentos a las órdenes de su Capitán. Han de velar, esperar, orar y trabajar a medida que se acercan al tiempo de la venida del Señor, pero nadie podrá predecir precisamente cuándo será ese tiempo, pues "no sabéis el día ni la hora". “No podréis decir que Cristo vendrá dentro de uno, dos o cinco años; tampoco debéis posponer su venida diciendo que quizá no se produzca ni en diez ni en veinte años”.
  • 37. Tengamos las lámparas despabiladas y ardiendo El deber del pueblo de Dios es tener sus lámparas despabiladas y ardiendo, ser como los hombres que esperan que el Novio vuelva de la boda. No tenéis un momento que perder descuidando la gran salvación que os ha sido provista. Está llegando a su fin el tiempo de gracia de las almas. Está siendo sellado el destino de los hombres día tras día, y aun de esta congregación no sabemos cuán pronto cerrarán los ojos muchos en la muerte y serán preparados para la tumba. Ahora debiéramos considerar que nuestra vida transcurre rápidamente, que no estamos seguros ni un momento, a menos que nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios. No es nuestro deber estar aguardando algún tiempo especial en el futuro cuando se haga alguna obra especial en nuestro favor, sino avanzar en nuestra obra de amonestar al mundo, pues hemos de ser testigos de Cristo hasta los confines de la tierra.
  • 38. Nos rodean por doquiera los jóvenes, los impenitentes, los inconversos, ¿y qué estamos haciendo por ellos? Padres, en el ardor de vuestro primer amor, ¿ estáis procurando la conversión de vuestros hijos, o estáis enfrascados en las cosas de esta vida hasta el punto de que no hacéis esfuerzos fervientes para ser colaboradores con Dios? ¿Apreciáis la obra y misión del Espíritu Santo? ¿Comprendéis que el Espíritu Santo es el instrumento por el cual hemos de llegar a las almas de los que nos rodean? Cuando termine esta reunión, ¿os iréis de aquí y os olvidaréis de las fervientes exhortaciones que se os han hecho?
  • 39. ¿Será dejado sin atender el mensaje de amonestación, y se escurrirá de vuestro corazón la verdad que habéis oído, como agua que se escurre de una vasija rota? Dice el apóstol: "Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad" (Heb. 2: 1- 4)
  • 40. El mensaje del tercer ángel está creciendo hasta convertirse en un fuerte pregón, y no debéis sentiros libres de descuidar el deber actual y todavía abrigar la idea de que, en algún futuro, seréis los receptáculos de una gran bendición cuando se efectúe un maravilloso reavivamiento, sin ningún esfuerzo de vuestra parte. Hoy habéis de entregaros a Dios para que os haga vasos de honra aptos para su servicio. Hoy habéis de entregaros a Dios para que seáis vaciados del yo, vaciados de la envidia, los celos, las malas conjeturas, las contiendas, de todo lo que deshonre a Dios. Hoy habéis de tener purificado vuestro vaso para que esté listo para el rocío celestial, listo para los chaparrones de la lluvia tardía, pues vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda contaminación. Nuestra obra hoy es rendir nuestra alma a Cristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para el bautismo del Espíritu Santo (The Review and Herald, 22 de marzo de 1892)
  • 41. REVIEW AND HERALD BATTLE CREEK, MICH., TUESDAY, MARCH 22, 1892. REVIEW AND HERALD BATTLE CREEK, MICH., TUESDAY, MARCH 29, 1892. REVIEW AND HERALD BATTLE CREEK, MICH., TUESDAY, APRIL 5, 1892. "NO OS TOCA A VOSOTROS SABERLOS TIEMPOS O LAS SAZONES” POR LA SRA. E. G. White. PARTE 01 *Sermón Predicado en Lansing, Míchigan, el 5 de septiembre de 1891. "NO OS TOCA A VOSOTROS SABERLOS TIEMPOS O LAS SAZONES” POR LA SRA. E. G. White. (Continuación). PARTE 02 "NO OS TOCA A VOSOTROS SABERLOS TIEMPOS O LAS SAZONES” POR LA SRA. E. G. White. (Concluido) PARTE 03
  • 43. 21 de junio de 1851 1884 22 de marzo de 1892 29 de junio de 1851
  • 54. 1 Tesalonicenses 5 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19 No apaguéis al Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo todo; retened lo bueno. 22 Absteneos de toda especie de mal. 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.